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Análisis del Exp.

N° 03426-2008-PHC/TC
El presente caso analizado corresponde a una Sentencia del Tribunal Constitucional
en materia del Derecho constitucional, que a su vez se encuentra dentro del Derecho
Público. Así mismo se trata de la interposición de un Habeas corpus que se
encuentra regulado en los procesos constitucionales previstos en los artículos 200 y
202, inciso 3), de la Constitución Política.
La situación del señor Pedro Gonzalo Marroquín Soto, tiene como antecedente la
sentencia (Exp. 2240-2007) emitida por la Segunda Sala Penal con Reos en Cárcel
de la Corte Superior de Justicia de Lima Norte de fecha 29 de enero de 2008, donde
fue declarado inimputable en el proceso penal (exento de responsabilidad penal) que
se siguió en su contra por el delito de homicidio calificado. El señor Marroquín Soto
padece de síndrome psicótico esquizofrénico paranoide, por lo que en dicha
sentencia se dispone su internación en un establecimiento médico por el plazo de 4
años computados a partir de la fecha en que fuere internado en el correspondiente
centro hospitalario.
Ante el incumplimiento del mandato judicial, el 4 de marzo de 2008, Pedro Tomás
Marroquín Bravo, interpuso demanda de hábeas corpus a favor de Pedro Gonzalo
Marroquín Soto, en contra del director del Instituto Nacional Penitenciario (INPE),
con la finalidad de que cumpla con ejecutar la medida de seguridad de internación
dispuesta judicialmente. A razón de que, hasta la fecha el Sr. Marroquín Soto se
encontraba recluido en el Pabellón 11 del Penal de Lurigancho, como si se tratara de
una persona sujeta a responsabilidad penal, lo cual atentaba de manera flagrante
contra su derecho constitucional a la salud y a la integridad personal.
Los fundamentos en que se sustenta la presente sentencia, materia de análisis,
corresponde a los siguientes:
 La existencia de un estado de cosas inconstitucional respecto de las personas
que adolecen de enfermedad mental, dentro de las que se encuentran las
personas sujetas a medidas de internación. En efecto, se aprecia que existen
escasos planes, programas y servicios de salud mental dirigidos a personas
que se encuentran sujetas a medidas de seguridad de internación.

 La afectación (amenaza o violación) de los denominados derechos conexos,


tales como el derecho al debido proceso, a la defensa, salud, etc., dicha
afectación también debe manifestarse, de manera concurrente o posterior, en
alguno de los concretos derechos que comprende el género de la libertad
individual (libertad personal, integridad personal, libertad de tránsito, etc.).
En efecto, la violación del derecho fundamental a la salud mental puede
suponer a la vez la violación de otros derechos fundamentales, como son el
derecho a la vida, a la integridad física o al libre desarrollo de
la personalidad.
El tribunal considera que el favorecido Pedro Gonzalo Marroquín soto quien se
encuentra en un riesgo palpable debe ser inmediatamente trasladado e internado en
el Hospital Víctor Larco Herrera.
Finalmente, como apreciación grupal, estamos de acuerdo con la decisión tomada
por el TC, pero a la vez podemos apreciar ciertas deficiencias en el desarrollo del
caso y el incumplimiento de lo ordenado. En primer lugar, el funcionamiento del
estado y la forma tan deficiente que presenta frente a la atención a estos casos; así
mismo podemos apreciar en el desarrollo de la sentencia que las diferentes
instituciones no quieren asumir su responsabilidad, dicho en palabras vulgares " se
echan la pelota", puesto que al exigir el cumplimiento de lo ordenado las
instituciones mencionan que la culpa no es suya sino de las otras autoridades,
siendo así, se llega a tener consecuencias desfavorables para los internos.
Si bien es cierto se admiten enfermos mentales bajo orden judicial en los centros
psiquiátricos, pero una vez rehabilitados muchas veces no tienen la orden de altas
medicas de los jueces, haciendo de que permanezcan en el establecimiento y las
camas estén copadas, por lo que es casi imposible la admisión de nuevos internos.
De igual manera se observa la poca importancia que se vendría dando por parte del
estado y la inversión en la salud mental del país, a razón de ello se solicita el
incremento de presupuesto para la protección de la salud mental, siendo así posible
el desarrollo de las nuevas formas de tratamiento y reclusión de las personas con
enfermedades psiquiátricas dentro de los mismos centros penitenciarios.
Si bien el problema es de orden estructural; sin embargo, de autos también se
aprecia que las autoridades del INPE, así como las autoridades de salud, sólo se han
limitado, de un lado, a la remisión de documentos y al traslado del favorecido a los
centros hospitalarios, y de otro lado, a señalar la imposibilidad material para el
internamiento del beneficiario por falta de camas, debido a que los jueces no
disponen el cese de la medida pese a haberse recomendado el alta médica; no han
realizado tampoco gestiones intra e interinstitucionales para superar el problema,
tales como la puesta en conocimiento de los titulares del sector, la solicitud de los
recursos materiales y económicos necesarios, la celebración de determinados
convenios o acuerdos interinstitucionales o de otra índole, etc.
En el caso, ha quedado acreditado de manera objetiva que la permanencia del
favorecido Marroquín Soto en un centro destinado para personas condenadas a pena
privativa de la libertad (E.P. Lurigancho), en lugar de encontrarse internado en un
centro hospitalario a efectos de recibir un tratamiento médico especializado que le
permita conservar su estado de normalidad orgánica funcional tanto física como
mental, por padecer de síndrome psicótico esquizofrénico paranoide, vulnera por
omisión y de manera concurrente los derechos fundamentales a la salud y a la
integridad personal.
Cuando nos referimos que se declara el estado de cosas inconstitucional, este
Tribunal, de conformidad con lo establecido en el artículo VI del Título Preliminar
del Código Procesal Constitucional, señala que cualquier persona o personas que se
encuentren en las mismas circunstancias a las descritas en esta sentencia, esto es,
que sufran agravio por el mismo o similares actos lesivos, podrán acogerse a los
efectos de la presente sentencia o a la doctrina constitucional sentada por este
Tribunal, no siendo necesaria la interposición de nueva demanda de hábeas corpus.
Integrantes:
 Gianella J. Chamorro Barreto
 Samir Camacllanqui Acosta
 Breghit Echavautis Montes
 Liz Adely Diaz Yauricasa

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