Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
En el castillo más grande, más oscuro y más solitario que se puede imaginar vivía
Fufua, el fantasma. Sus gritos y aullidos eran tan terroríficos que podían helar
en el más famoso de los fantasmas, y así había conseguido que nadie quisiera
acercarse al castillo. Lo que no sabía nadie era que Fufua, en el fondo, solo era
solo sentir los pasos de una hormiga. Y durante más de 500 años no hizo otra
Pero una noche se aburrió de hacer siempre lo mismo. Después de tantos años de
atacado ningún niño malvado. Vamos, que estaba cansado y le dolían los
agujeros de la sábana de tanto llorar, así que pensó que podría hacer algo
un juguete especial: "La Ruleta del Gran Susto". Lo único que tenía que hacer era
lanzar la ruleta cuando sintiera miedo, y la ruleta le diría qué hacer. Así no tenía
que estar haciendo siempre algo tan aburrido y cansado como llorar y gritar,
sino que podría hacer otras cosas, como bailar, cantar, dar palmas, o cualquier
Aquel juguete resultó un invento genial, porque como Fufua se asustaba por todo,
fue pasando el tiempo, notó que cada vez sentía menos miedo, y que cada vez
tenía que lanzar la ruleta menos veces. Descubrió que haciendo otras cosas se
Con el tiempo, el castillo de Fufua dejó de ser tan terrible, y algunas personas
que comenzó a llorar y gritar ¡Qué susto se llevó el fantasma! Pasó tanto miedo
que tuvo que tirar la ruleta 100 veces. Fue entonces cuando se dio cuenta de
que había descubierto lo más terrible, lo que más miedo da de todas las cosas:
Y juntando todo el valor que tenía bajo la sábana, se acercó al niño y le regaló su
Ruleta del Gran Susto. Al niño le gustó tanto el regalo que rápidamente estuvieron
El fantasma se sintió tan feliz de haber descubierto cómo curar el miedo del niño
que no sabía leer, que desde entonces se dedica a fabricar ruletas con palabras
para regalárselas a aquellos niños que lloran y se enojan porque les cuesta leer