Está en la página 1de 4

SERIE DESCUBRIENDO TU PROPOSITO

LA FUENTE

Colosenses 1:16 NBV “Cristo mismo es el creador de cuanto existe en los cielos y en la
tierra, de lo visible y de lo invisible, y de todos los seres que tienen poder, autoridad y
dominio; todo fue creado por medio de él y para él.”

El Apóstol Pablo nos enseña en el libro de Colosenses dos grandes verdades bíblicas:

La primera es que: todo empieza con Dios, porque todo fue creado por Dios.

Dios es el creador de los cielos y la tierra.


Dios es el creador de lo visible y lo invisible.
Dios es el creador de todos los seres vivientes.
Y lo más importante, Dios es nuestro creador.

Dios se lo dice al profeta Isaías de esta manera: Isaías 44:2 TLA “Yo soy Dios, tu creador;
yo te formé desde antes que nacieras, y vengo en tu ayuda.”

Tú no eres el resultado de la evolución de las especies.


Tú no eres el resultado de una explosión cósmica.
Tú no eres el resultado de una invasión extraterrestre.

Tú eres el resultado del amor de Dios.

Fue Dios quien te puso en esta tierra.

La segunda verdad, que es igual de importante, es que Dios ha creado todo con un
propósito.

Dios no hace nada por casualidad ni tampoco comete errores, Dios hace todo con un
propósito.

Si estamos vivos es porque fuimos creados por Dios y para Dios.

Dios no te puso en la tierra solo para que respires, comas y duermas, Dios te puso en la
tierra para que cumplas con sus propósitos.

El Apóstol Pablo nos confirma esto en el libro de Efesios 2:10 NBV “Somos creación de
Dios, creados en Cristo Jesús para hacer las buenas obras que Dios de antemano ya había
planeado.”

Fuimos creados por Dios para hacer sus obras y cumplir sus planes.
En el momento que entendemos esto, nuestra vida cobra sentido, significado y
trascendencia.

Recuerda: la tragedia más grande en la vida no es morir sino vivir sin propósito.

El problema de muchas personas es que no pueden encontrar su propósito porque están


buscando en la fuente equivocada.

Tú no vas a encontrar tu propósito en un libro motivacional.


Un libro motivacional te puede dar ánimo pero no te puede dar propósito.

Tú no vas a encontrar tu propósito en un test vocacional.


Un test vocacional te puede ayudar a encontrar una profesión, pero tu propósito es mucho
más grande que una profesión.

Tú no vas a encontrar tu propósito preguntándole a otras personas.


Otras personas no te crearon; por lo tanto, no pueden decirte para qué fuiste creado.

Finalmente, tampoco vas a encontrar tu propósito buscando en ti mismo.


Tú no te creaste a ti mismo; por lo tanto, no hay manera de decirte para qué fuiste creado.

Si queremos encontrar propósito debemos ir a la fuente correcta, debemos ir donde nuestro


creador, debemos ir donde Dios.

Y así como la mejor manera de entender el propósito de un invento es preguntarle a su


inventor, la mejor manera de entender nuestro propósito es preguntarle a nuestro creador.

La buena noticia es que nuestro creador nos ha dejado un manual de instrucciones, llamado
la Biblia donde nos muestra claramente por qué y para qué estamos vivos.

Y hoy me gustaría empezar compartiendo 3 grandes razones por las que podemos creer en
el propósito de Dios.

No eres un accidente. Salmo 139:16 NVI “Tus ojos vieron mi cuerpo en gestación: todo
estaba ya escrito en tu libro; todos mis días se estaban diseñando, aunque no existía uno
solo de ellos.”

El salmista tuvo la siguiente revelación: Fui gestado en la tierra, pero fui diseñado en el
cielo.

Fuiste engendrado por tu padre, pero fuiste planeado, formado y creado por Dios.

Me gusta la frase de Albert Einstein que dice: “Dios no juega a los dados”

Tu concepción nunca fue suerte, siempre fue Dios.

Tú no eres producto de un embarazo accidental, eres producto de un plan intencional.


Mucho antes que seas concebido por tus padres, fuiste diseñado por Dios.

Quizás creciste pensando que tus padres no te planearon, pero siempre estuviste en los
planes de Dios.

Quizás te dijeron que fuiste una sorpresa para tus padres, pero nunca fuiste una sorpresa
para Dios.

Quizás tu padres no te reconocieron, pero Dios siempre te reconoció y te firmó.

Tienes propósito porque Dios deseó crearte y Él todo lo crea con un propósito.

Y tú empiezas a entender ese propósito cuando comprendes que estás en la tierra producto
el amor, el deseo y plan de Dios.

Él no tenía que crearte.


Él no necesitaba crearte.
Pero Él deseó crearte.

Si estás aún respirando, es porque aún hay propósito.

No eres tu pasado. 2 Corintios 5:17 NTV “Esto significa que todo el que pertenece a
Cristo se ha convertido en una persona nueva. La vida antigua ha pasado; ¡una nueva vida
ha comenzado!”

Muchas personas se auto descalifican del propósito de Dios por cosas que vivieron en el
pasado.

Hay personas que se descalifican por sus traumas familiares.


Hay personas que se descalifican por sus fracasos económicos.
Hay personas que se descalifican por sus pérdidas sentimentales.

Pero me encanta porque el Apóstol Pablo nos recuerda que en el momento que rendimos
nuestra vida a Cristo, nos convertimos en una nueva persona.

Y mi vida antigua terminó y una nueva vida comenzó.

Mis traumas terminaron.


Mis fracasos terminaron.
Mis pérdidas terminaron.

Tú no eres quien solías ser, Dios hizo borrón y cuenta nueva.

No solo tienes una nueva oportunidad, sino eres una nueva persona.

Ahora tienes una nueva identidad,


Tienes una nueva mentalidad,
Tienes una nueva actitud.

Y lo increíble es que Dios puede usar cada prueba, cada trauma y cada pérdida de nuestro
pasado para cumplir con su propósito.

No estás solo. Salmos 138:8 “El Señor cumplirá en mí su propósito. Tu gran amor, Señor,


perdura para siempre;  ¡no abandones la obra de tus manos!”

Muchas personas se sienten intimidadas porque no se sienten capacitadas para cumplir con
su propósito.

Sin embargo, Dios nos da una promesa que dice que Él cumplirá su propósito en nuestras
vidas.

En otras palabras, no es en tus fuerzas, es en sus fuerzas.


No es con tus recursos, es con sus recursos.
No es con tu sabiduría, es con su sabiduría.

Podemos creer en nuestro propósito porque no estamos solos, Dios está con nosotros y por
nosotros.
El que empezó la buena obra en ti la terminará.

También podría gustarte