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Alejandro Czerwacki

Diálogos a fondo

Beatriz Diuk: "No hay conciencia de los


chicos que no saben leer ni escribir. Es
una tragedia silenciosa"
Beatríz Diuk educadora y psicóloga se dedica a promover la alfabetización de niños y niñas en
contextos de pobreza y vulnerabilidad. Foto: Federico Imas.
11/02/2023 19:04
 Clarín.com
 Opinión
Actualizado al 11/02/2023 19:04

Desde que en sus comienzos, como educadora comunitaria, veía las problemáticas que emergían
en las escuelas de los barrios humildes, ayudaba uno a uno a cada niño a quienes podía extender
su conocimiento y empatía. Beatriz Diuk es Licenciada en Ciencias de la Educación (UBA),
Doctora en Psicología (Universidad de La Plata) e investigadora del CONICET.
Hace diez años que es autora de la propuesta DALE! (Derecho a Aprender a Leer y Escribir!)
después de asombrarse a medida que pasaban los años del déficit que hay en esta temática
clave de aprendizaje en chicos vulnerables que incluso habían terminado la escuela primaria sin
haber adquirido esas habilidades. Se calcula, aunque no hay estadísticas oficiales, que el veinte
por ciento de los niños en contexto de pobreza de la provincia de Buenos Aires que están entre
cuarto a sexo grado no saben leer y escribir. Desde entonces Diuk colabora activamente en
alianzas con ministerios de educación de muchas provincias de nuestro país para buscar juntos
erradicar esta situación.

-Estamos en verano: ¿Hay algo que emerge en los alumnos de escuelas primarias y secundarias
cuando están de vacaciones?
Sí, en esta época se produce la llamada brecha del verano, algo estudiado internacionalmente.
Mientras en estos meses del año muchos tienen acceso a viajes que los enriquecen
culturalmente y siguen avanzando y vuelven a la escuela mejor de lo que terminaron, otros
regresan más atrás de cómo dejaron el mundo escolar en diciembre. La escuela, con todos sus
defectos, durante el año contiene la brecha y en verano se ensancha. Hay algunas experiencias
de provisión masiva de libros en el verano que dieron buenos resultados en otros países pero
requiere de mucho presupuesto. La brecha no la crea la escuela, está en la sociedad.
-¿Qué temas urgentes está observando en nuestro mundo educativo de hoy?
Hoy el mayor desafío que tenemos es reparar lo que nos hizo la pandemia. Parece una obviedad
pero no es menor. Los más chicos, que fueron los que más sufrieron, porque son los que menos
pudieron trabajar solos, tienen dificultades con la alfabetización y matemáticas que ya veníamos
viendo en las pruebas de UNESCO en el 2019 pero ahora todo agudizó. Nos está pasando con los
más chiquitos que hay un nivel de ausentismo muy alto que tiene que ver con que durante dos
años se levantaban y hacían lo que querían o tenían un zoom y ahora no están muy de acuerdo
en que tienen que ir todos los días a la escuela. No hay chicos desconectados con el sistema pero
hay muchos problemas de asistencia. Todo esto lo reportan maestros, directivos y es una
preocupación importante. Los datos también dicen que tenemos que mejorar no solo la
educación de los chicos en contextos de pobreza sino también con los que no son tan pobres.

-En relación a los datos de la UNESCO: ¿Hay que evaluar más?


En esos estudios que nos comparan con Latinoamérica, emergen problemas en lengua y
matemática. Los chicos de tercer grado de nuestro país tienen una comprensión lectora que está
por debajo del promedio latinoamericano y eso es muy triste cuando antes estábamos en la cima
de esa pirámide. Nuestro nivel socioeconómico es mejor comparado con el desempeño
educativo. Por ejemplo El Salvador tiene un mejor sistema educativo, en función de los
resultados de la UNESCO, y un menor nivel socioeconómico. Tenemos mucho que hacer en el
sistema educativo. Venimos abandonando prácticas de evaluación también, nos debemos todo
un debate en el país. Es necesario seguir evaluando aunque seguimos teniendo discusiones muy
simplificadas y maniqueas. Si evaluás, ciertos sectores piensan que a los chicos los vas a
discriminar. Sin embargo si no aprenden a leer y escribir es mucho más segregacionista.
Claramente hay que cambiar el diseño curricular entonces.

-Hablaba también de la dificultad en la alfabetización. ¿Qué diagnóstico hace?


Justamente hace más de diez años empecé a trabajar en un programa para chicos grandes que
aún están en la escuela y no saben leer y escribir. No se sabía en ese momento la magnitud de
ese problema. Cuando comienzo a desarrollar un material que armamos para los docentes para
enseñar con otro método, empieza aparecer una demanda, un pedido generalizado de
capacitación y ahí vemos la realidad. Es realmente una tragedia silenciosa, no hay mucha
conciencia que tantos chicos y chicas terminan la primaria sin saber leer y escribir pero está
pasando. Con la alfabetización no está resuelto y creemos que hasta un diez por ciento de chicos
en pobreza egresa en esa situación. La escuela sigue teniendo una deuda grande con los más
pobres.
-¿Falla el sistema educativo, la forma de enseñar?
Muchas veces se suele decir que el chico no aprende a leer porque se porta mal y en realidad es
al revés: se porta mal porque no aprende a leer. Cuando llega el momento de leer, este niño no
puede, se siente mal. Hace 35 años que se enseña del mismo modo y algo hay que cambiar, al
menos en este tema. Con el sistema que venimos trabajando en muchas provincias, el ochenta
por ciento comienza a aprender a los tres meses en 25 encuentros. Es una habilidad llamada
conciencia fonológica: es escuchar los sonidos de cada palabra y al reconocerla, escriben la que
corresponde. Nosotros estiramos los sonidos para que los descubra y ponga la letra. Es increíble
cómo cambia la confianza en sí mismos: llegan tímidos casi avergonzados y se van orgullosos. Yo
sabía que el problema no era la pobreza sino que estaba en la enseñanza.

-¿Cómo es la vida de un chico que terminó la escuela pero que no sabe leer ni escribir?
Es muy difícil. Los chicos se van acomodando, aprenden a simular. El niño crece y la escuela ya
no sabe más que hacer. Aun así la familia sigue apostando a la escuela, lo sigue mandando,
aunque con muchas inasistencias. Pero ir a la escuela y no aprender es muy doloroso.

-¿A qué conclusiones llega con todo este diagnóstico?


Que hay una cierta idea del sistema educativo de que los niños sean creativos, libres, críticos,
que desarrollen su potencial y que los adultos no interfiramos. Que nacen con algo que tienen
que desplegar. Pero cuando el adulto se corre, el chico queda abandonado. Y esto hay que darlo
vuelta y hay que enseñar mucho todo el tiempo, de manera planificada, con ideas, recuperar la
enseñanza y ver ese florecimiento siempre acompañando. Cuando el chico aprende a leer y
escribir hay un ritual, un pasaje en la persona, ese niño se gradúa de chico grande. Y el que no lo
logra, lo sufre terriblemente. Son metas que tenemos que defender.

Señas particulares

Nacida en Uruguay y radicada en Argentina, Beatriz Diuk es Licenciada en Ciencias de la Educación (Universidad
de Buenos Aires) y Doctora en Psicología (Universidad Nacional de La Plata). Es también investigadora
independiente del CONICET. Es autora de la propuesta DALE! (Derecho a Aprender a Leer y a Escribir!) destinada
a promover la alfabetización en niños y niñas en contextos de pobreza que no avanzan en su aprendizaje al ritmo
de sus pares. Provincias como Entre Ríos, Salta, Mendoza y La Rioja, entre otras vienen implementando este
modelo al igual que diferentes instituciones como Cáritas Argentina. Educadora comunicaría en sus orígenes, es
coautora del libro “Niños y maestros por el camino de la alfabetización” y fue oradora en las charlas TEDx Río de
la Plata.

Clarín.com
Adaptado de: https://www.clarin.com/opinion/beatriz-diuk-conciencia-chicos-saben-leer-escribir-tragedia-
silenciosa-_0_3NSNgu0D0l.html

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