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Estudios Generales | 21
y existencialismo
Autónoma de Santo Domingo (UASD),
1990. Inglés como segunda lengua (ESL),
Universidad APEC, 1991. Maestría en
4) El “azar objetivo”; y 5) el juego; entre otros. Por esencia entendemos todo aquello
Pasemos ahora a referirnos brevemente al que un ser es: esto es un papel, yo soy
existencialismo. un hombre, poseo la esencia humana.
Pero con ello no expreso todo lo que es
una hoja de papel o todo lo que yo soy.
De esta realidad yo no tengo más que
El existencialismo caracteres comunes a los otros seres
de la misma especie; estos caracteres
Sabido es que, a pesar de ser un movimiento
filosófico, el existencialismo ha influido tam- constituyen la esencia universal, y esen-
bién en el arte. Como ejemplo están las no- cia universal se convierte en esencia in-
velas de dos de las figuras existencialistas, en dividual. La esencia no incluye que exis-
la literatura del siglo XX: La Náusea, de Sartre, tan unos seres en los que esté realizada.
y El Extranjero, de Albert Camus. Dicho movi- La esencia, sin ser una cosa, tampoco
miento tuvo su origen en el pensador danés es el vacío puro: tiene más realidad el
Soren Kierkegaard, que se oponía al siste- miriágono que un círculo cuadrado,
ma esencialista de Hegel porque no trataba una fórmula realizable que una fórmula
los problemas concretos del individuo, sino de sustancias yuxtapuestas, pero cuya
sólo de la historia y de la humanidad; es de- síntesis es, a priori, imposible. El ser de
cir, Hegel asumió una filosofía de lo general, la esencia es que es posible. Esta po-
mientras Kierkegaard proponía una filosofía sibilidad se vuelve realidad gracias a
de lo individual sobre la base de que lo más
la existencia [cursivas mías, VDG], que
importante al hombre es el hombre mismo.
es, pues, lo que actualiza la esencia.7
Hay dos tipos de existencialismo: el ateo,
con Sartre como figura principal, y el cristia- Al referirse al concepto existir, Foulquié acla-
no, con el pensador francés Gabriel Marcel ra: “En el vocabulario existencialista... ‘existir’
como uno de sus representantes principales. no es sinónimo de ser. Las piedras son, pero
Esas posturas existencialistas tienen, entre no existen al margen del acto mental, que es
otros, dos elementos en común: la angustia el único que puede hacerlas existir. En efec-
y el hecho de que la existencia precede a la to, la existencia no es un estado, sino un acto,
esencia; ambos tratan de resolver el proble- el paso mismo de la posibilidad a la realidad;
ma del ser a través de la existencia. como lo indica la etimología de la palabra,
Para entender mejor esas ideas es necesa- existir es partir de lo que se es (ex) para esta-
rio definir los términos esencia, existencia y blecerse (sistere) al nivel de lo que anterior-
existir. Para ello se recurre nueva vez a Paul mente sólo era posible”.8 Sartre lo expresó
Foulquié: de una manera más pragmática: “Hacer y, ha-
ciéndose, hacerse, y no ser más que lo que
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‘ser’ del que habla Magritte como el Dasein quién en 1967 declaró: “La exploración sis-
antes mencionado, aunque éste no use ese temática y apasionada del inconsciente, la
vocablo. certeza de que lo que aún se nos esconde es
infinitamente más rico que aquello que cono-
En otro orden, pero en el mismo análisis de cemos, no supone en absoluto renunciar, en
la libertad sin límites, los primeros autores el caso poético, al ejercicio de las facultades
surrealistas declararon de forma colectiva en conscientes... en lo consciente el fluido poé-
1925 que: “El surrealismo... es un grito del es- tico circula también, cierto que con menos
píritu que retorna a sí mismo con la decisión libertad, pero el surrealismo intenta captar-
de romper desesperadamente sus atadu- lo y hacerlo vivir... esta propuesta supone
ras”,24 por lo que resulta claro que el surrealis- —y esto es de suma importancia— que no se
mo, desde su nacimiento, tiende a la libertad. acuda a las facultades a modo de freno, de
Cabe preguntarse, sin embargo, ¿de cuáles correctivo o de contrapeso sino, por el con-
ataduras quiere liberarse el surrealismo? Se trario, como estimulante de las facultades
entiende que de la angustia existencial por- inconscientes”.29
que da la posibilidad de elegir, como afirmó
Kierkegaard, “la libertad es fuente de angus- Obsérvese la estrecha relación entre las
tia”.25 Cabe aquí, sin embargo, la posibilidad
ideas surrealistas y existencialistas, así como
de otra clase de angustia causada por factores
la importancia que los primeros conceden
de clase y psicológicos, como afirma Sartre:
al inconsciente como fuente primaria de co-
“El hombre no es más que una situación, total-
nocimiento, aunque sólo sea para la imagen
mente condicionado por su clase, su salario, la
naturaleza de su trabajo, condicionado hasta poética. Ese “primer fervor” que Kierkegaard
quiere para sus pensamientos y la “fuente
sus sentimientos, hasta sus ideas”.26
primaria” de la escritura automática de los
surrealistas no es otro que el inconsciente
Pureza del pensamiento y del espíritu. freudiano que es base y origen de la esencia
Paul Foulquié sostiene: “El existencialista se y de la existencia humanas, en el sentido de
esfuerza por reproducir fielmente el flujo y re- Sartre; igual que el del ser, en el sentido de
flujo de su vida interior antes de que el espíri- Dasein de Heidegger.
tu intervenga para introducir una lógica que
no había”;27 luego, citando a Kierkegaard: Al citar al poeta Pierre Reverdy, Bretón plantea:
“Quisiera dejar aparecer los pensamientos “La imagen es una creación pura del espíritu”,30
con el cordón umbilical del primer fervor”.28 y declara que la imagen más poderosa es la
que surge espontáneamente, sin el arbitrio de
Aquí entra de lleno la escritura automática, tan la razón. Sin embargo, es evidente que en toda
cara a los surrealistas, que se ajusta bastante a obra literaria o poética interviene el intelecto
las ideas de Foulquié y Kierkegaard. Resultan para pulir la “materia prima” que brota del
acertadas las ideas del autor Jean Schuster, inconsciente. El propio Bretón admitió esa
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veces deseable en términos creativos y artís- de la existencia humanas; por tanto, surrea-
ticos; esto así, pues una buena cuota de ins- lismo y existencialismo convergen en consi-
piración surge como mecanismo de defensa, derar la relación de la inspiración con el ser.
lo que incluye el surrealismo. De ahí que se afirme que la inspiración es el
estado indispensable que lleva al Ser. Pero,
como muestra Heidegger, sólo se accede al
ser a través de la palabra, lo que lleva a una
Convergencias en la poesía segunda convergencia entre surrealismo y
existencialismo: la importancia suprema de
La inspiración. Se ha visto que surrealismo y la palabra en la existencia misma.
existencialismo, en cuanto sistemas de pen-
samiento, tienen puntos en común. Ahora se
analizará la relación de ambos con la poesía
La existencia a través de la palabra.
y se usarán como base el libro de Heidegger,
Heidegger plantea: “El ser del hombre se fun-
Hoelderlin y la esencia de la poesía, y algunas
da en la palabra, mas la palabra viene al ser
consideraciones emitidas por los surrealistas.
como diálogo, y este su modo de venir al ser
Ante todo, se refiere brevemente el polémico no es uno de tantos; sólo en cuanto diálogo
tema de la inspiración. Hasta donde se sabe, la palabra es esencial al hombre”.36 Para Bre-
no hay una definición apropiada para la inspi- tón, en cambio, “las palabras... viven su vida
ración como tampoco la hay para la poesía o propia... son creadoras de energía y… en lo
el Ser, condiciones que no obstan el aborda- sucesivo pueden mandar al pensamiento”.37
je de esa problemática. El artista —y el poeta
en particular— crea su obra bajo la influencia Aunque dichos autores usan el término “pa-
de la inspiración. Según Schelling: “[…] es su- labra”, uno en singular y otro en plural, es evi-
gerida por el inconsciente y parece provenir dente que para ambos el concepto “palabra”
del exterior, de la naturaleza misma. El arte adquiere una importancia capital no sólo en
nace de la perfecta confluencia de espíritu y la poesía, sino en la existencia misma del
materia, consciente e inconsciente, mente y hombre. Por tanto, así como se plantea más
objeto”;34 mientras los surrealistas sostienen arriba que hombre es igual a angustia, para
que: “Para los poetas, la inspiración ya no es que la misma sea debe existir la palabra pues
una musa que baja del cielo y deposita un ésta es el vehículo a través del cual se ma-
beso sobre una mente febril: es la soberana nifiesta la angustia. Heidegger sostiene: “La
misteriosa que reina en las profundidades palabra es todo un acontecimiento histórico:
del ser”.35 el que dispone de la suprema posibilidad de
que el hombre sea”.38 Es decir, sin la pala-
Sin importar la idea que se tenga, es eviden- bra no hay nada que sea auténticamente
te que la inspiración surge del inconsciente, humano.
que a su vez es base y origen de la esencia y
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la poesía es indispensable para la existencia Es inevitable que todo autor —y por extensión
misma del hombre pues no sólo juega el pa- todo acto intelectual, individual o colectivo—
pel de pura inspiración, sino que, según Baron, reciba la influencia de autores anteriores, sea
“debe llevar a alguna parte”. Y dónde sino a o no consciente de ella. Todo escritor siem-
la propia libertad, como expresó Benjamín pre tendrá la influencia de alguien, lo que se
Péret: “De todo poema auténtico se escapa puede llamar esencia de la literatura como
un soplo de libertad completa y activa, incluso entienden los autores existencialistas antes
si esa libertad no es evocada bajo su aspecto citados y que el presente ensayo asume. Sin
político y social y, de ese modo, contribuye a embargo, hay un aspecto importante en esa
la liberación efectiva del hombre”.47 Por tanto, esencia, que es propiamente la esencia de
la poesía no es sólo la más alta expresión del las cosas independientemente de la reali-
pensamiento humano, esencia de la existen- dad. Con genio típicamente surrealista Louis
cia misma, sino su instrumento más elevado Aragón indica: “La esencia de las cosas no
de liberación. está de ningún modo ligada a su realidad.
Además de lo real existen otras referencias
Al referirse a la influencia de los grandes escri- que el espíritu puede coger y que también
tores mundiales, el dominicano César Zapata son principales como el azar, la ilusión, lo fan-
declaró: “Hay autores cuya importancia es tástico, el sueño. Esas diversas especies es-
tan grande que su influencia está en el aire”, tán reunidas y conciliadas en un género: la
lo que plantea que toda actividad humana y surrealidad”.49 Lo que plantea conclusiones
todo autor tienen consciente, o inconscien- derivadas de los puntos en común entre su-
temente, la influencia de múltiples autores rrealismo y existencialismo.
anteriores.
unión libre”: “Mi mujer con cabellos de fuego se unen ambos para seguir el razonamiento
de leña”. Ni la realidad mujer ni la realidad de las dos ideas anteriores, se habla del ser
fuego de leña existían juntas; sin embargo, surreal que debe entenderse como la po-
gracias a su genio poético, y fiel el método sibilidad del artista en tanto ente creador y
surrealista de relacionar realidades distantes consciente de sí, para crear una obra descu-
entre sí, Bretón creó una nueva realidad, si bien briendo la esencia surreal de la misma.
abstracta, formal. Se plantea como esencia
surreal la que tiene todo lo que es y todo lo A la luz de esos nuevos conceptos, obsérve-
que existe, y que es pasible de ser creada por se que la creación artística pasaría a ser un
el surrealismo. Naturalmente, de aplicar tal descubrimiento perpetuo porque al crear sus
razonamiento a otras actividades humanas, metáforas el artista, en este caso el poeta, des-
científicas, artísticas o de cualquier otro tipo, cubriría en cada obra su ser surreal, con lo que
se hablaría de infinitas combinaciones de cada poema y toda creación artística tendrían
esencias. la doble condición de creación-descubrimien-
to ya que, a través de la esencia, existencia y
ser surreales, todo acto de creación implica
La existencia surreal. Se llama así a la descubrir esencias nuevas. Adquiere así ple-
obra artística o de cualquier otro tipo, que no sentido la frase de Huidobro: “El poeta es
se creó siguiendo el método surrealista; en un pequeño dios”; y se agrega: la misión del
el ejemplo anterior, la existencia surreal es poeta, en tanto pequeño dios, es crear-descu-
el poema creado por Bretón. La existencia brir el ser surreal de su obra.
surreal implica que el autor tenga conciencia
plena de lo que hace, aunque dicho término
sólo se refiere a la obra en sí. Por tanto, la El existente surreal. Es el artista que, ha-
existencia surreal sólo es posible si el autor ciendo uso plenamente consciente de los
la crea deliberadamente. Ahora bien, dicho tres conceptos anteriores, crea-descubre
término se puede aplicar a casi cualquier su obra. Entonces, el existente surreal sería
actividad humana, sólo se da a conocer su el estado ideal de todo poeta y, por exten-
realidad formal, abstracta; igual que el de sión, de todo autor. El existente surreal es el
esencia surreal, ser surreal y existente surreal. “pequeño dios” que accede a un nuevo tipo
de conocimiento y a una nueva realidad: la
surrealidad existencial que nace, como su
El ser surreal. Si se asume el concepto de nombre lo indica, de la unión fecunda de su-
ser —en el sentido de Dasein antes mencio- rrealismo y existencialismo para dar paso a
nado— se toma el concepto surreal como lo un nuevo tipo de arte: el surrealismo existencial.
entienden los surrealistas —es decir, como la
unión del sueño y la realidad para acceder
a una realidad superior, una surrealidad— y
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1. Paul Foulquié. El existencialismo, Ed. Oikos- 23. Ángel Pariente, op. cit., pág. 203.
Taus, S. A., Barcelona, 1973, pág. 172. 24. Ángel Pariente, op. cit., pág. 347.
2. Guillaume Apollinaire, (tomado del 25. Atlas Universal de Filosofía, op. cit., pág. 939.
Diccionario Suprema Literatura Parnaso, 26. Paul Foulquié, op. cit., pág. 85.
Tomo 2, 1972, pág. 47.
27. Paul Foulquié, op. cit., pág. 86.
3. Mariano Lebrón Saviñón, Cultura y Patología,
28. Paul Foulquié, op. cit., pág. 86.
Colección del Banco Central de la República
Dominicana, Departamento Cultural, año 29. Jean Schuster, citado por Ángel Pariente, op.
cit., pág. 137-138.
2000, pág. 35.
4. André Bretón. Primer Manifiesto del 30. Ángel Pariente, op. cit., pág. 38.
Surrealismo, ed. Labor, Barcelona, 1985, pág. 31. André Bretón, citado por Ángel Pariente, op.
44. cit., pág. 138.
5. Mariano Lebrón Saviñón, op. cit. pág. 35. 32. Paul Foulquié, op. cit., pág. 91.
6. André Bretón, op. cit., pág. 11. 33. Jacques Barón, op. cit., pág. 548.
7. Paul Foulquié, op. cit., pág. 8. 34. Enciclopedia Oxford de Filosofía, op. cit., pág.
8. Paul Foulquié, op. cit., pág. 60. 903.
9. Denis Huisman, El Existencialismo, Acento 35. Jacques Barón, op. cit., pág. 550.
Editorial, Colección de monografías Flash, 36. Martin Heigegger, Hoelderlin y la esencia de
Madrid, 1997, pág. 7. la poesía, Universidad de Los Andes, Facultad
10. Paul Foulquié, op. cit., pág. 81-82. de Humanidades y Educación, Escuela de
11. Denis Huisman, op. cit., pág. 53. Letras, Mérida, Venezuela, 1968, pág. 24.
12. Denis Huisman, op. cit., pág. 53. 37. Jacques Barón, op. cit., pág. 552.
13. Denis Huisman, op. cit., pág. 53. 38. Martin Heidegger, op. cit., pág. 24.
14. Paul Foulquié, op. cit., pág. 84. 39. Ángel Pariente, op. cit., pág. 249.
15. Paul Foulquié, op. cit., pág. 83. 40. Ángel Pariente, op. cit., pág. 249.
16. Paul Foulquié, op. cit., pág. 83.
41. Ángel Pariente, op. cit., pág. 257.
17. Enciclopedia Oxford de Filosofía, Ted
42. Martin Heidegger, op. cit., pág. 24.
Honderich (editor), editorial Tecnos, (Grupo
Anaya, S.A.), octubre 2001, pág. 60. 43. Enciclopedia Oxford de Filosofía, pág. 903.
18. Atlas Universal de Filosofía, ed. Océano, 44. Martin Heidegger, op. cit., pág.
Barcelona, España, 2004, pág. 939. 45. Ángel Pariente, op. cit., pág. 346.
19. Paul Foulquié, op. cit., pág. 91. 46. Jacques Barón, op. cit., pág. 550.
20. Jacques Barón, “Dadá y el Surrealismo”. 47. Ángel Pariente, op. cit., pág. 279.
(Tomado de la Enciclopedia de Literatura, ed. 48. Linda Davidoff, Introducción a la Psicología,
Mensajero, Bilbao, 1976, pág. 548. tercera edición, ed. McGraw-Hill, octubre de
21. Ángel Pariente, Diccionario Temático del 2000, pág. 519.
Surrealismo, Alianza Editorial S.A., Madrid, 49. Ángel Pariente, op. cit., pág. 346.
1996, pág. 201-202.