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SEGURIDAD HÍDRICA EN CHILE: UNA MIRADA DESDE LA SEGURIDAD Y DEFENSA

NACIONAL.

WATER SECURITY IN CHILE: A LOOK FROM THE NATIONAL SECURITY AND DEFENSE .

Belén Vásquez Valencia1


Resumen
La conflictualidad hídrica y los fenómenos asociados al cambio climático son hoy en día uno de los temas
que el ámbito de la Seguridad y Defensa está mirando de frente debido a la tendencia internacional de
considerar que las consecuencias de dicho fenómeno se presentan en el corto plazo e intervienen en
ámbitos políticos, sociales y económicos, pudiendo llegar a desestabilizar el desarrollo de una nación.
Ante lo anterior este trabajo busca en primera instancia levantar los aspectos fundamentales sobre la
crisis hídrica, pasando posteriormente por una conceptualización para posteriormente analizar desde la
mirada de la seguridad y defensa de Estado. Lo anterior permite avanzar en la comprensión sobre las
aristas que la seguridad hídrica puede conjugar con el ámbito de la seguridad y defensa nacional y
establecer como este tipo de seguridad aporta el desarrollo y cumplimiento de los objetivos de la defensa
nacional. Para lo anterior se inicia el presente trabajo mirando el concepto de seguridad hídrica, para en
segundo lugar definir a los actores y las dimensiones asociadas a la seguridad hídrica, lo que nos permite
mirar la cómo dicha seguridad puede- o no – afectar ciertas áreas de la defensa y seguridad de estado.
Este trabajo espera ser el inicio de un análisis de mayor profundidad que permita avanzar en la
comprensión sobre los temas climáticos y medioambientales y el ambito de la seguridad y defensa
nacional.

Palabras Clave: Seguridad Hídrica, Seguridad y defensa nacional, objetivos nacionales de la defensa.

Abstract

Water conflictuality and the phenomena associated with climate change are today one of the issues that
the field of Security and Defense is facing in the face due to the international trend of considering that
the consequences of this phenomenon occur in the short term and they intervene in political, social and
economic spheres, being able to destabilize the development of a nation.
Given the above, this work seeks in the first instance to raise the fundamental aspects of the water crisis,
subsequently going through a conceptualization to later analyze from the perspective of security and
defense of the State. The foregoing makes it possible to advance in the understanding of the edges that
water security can combine with the field of national security and defense and to establish how this type
of security contributes to the development and fulfillment of national defense objectives. For the above,
the present work begins looking at the concept of water security, to secondly define the actors and the
dimensions associated with water security, which allows us to look at how said security can - or not -
affect certain areas of defense and state security. This work hopes to be the beginning of a more in-depth
analysis that will allow progress in the understanding of climate and environmental issues and the field
of national security and defense.

Keywords: Water Security, Security and national defense, national defense objectives.

1
Criminalista Forense de la Universidad Tecnológica Metropolitana, Chile. Magister en Políticas Públicas y Seguridad Ciudadana, Universidad Tecnologíca
Metropolitana. Magister en Relaciones Internacionales, Seguridad y Defensa, Academia Nacional de Estudios Políticos y Estratégicos, Chile. Alumna del
programa de Doctorado en Seguridad y Defensa en la Academia Nacional de Estudios Políticos y Estratégicos, Chile. Actualmente Directora de Desarrollo,
Fundación Chilean Urban Resilient People. Chile

1
INTRODUCCIÓN

El propósito de este artículo es mirar el concepto de seguridad hídrica desde el ámbito de la seguridad y
defensa nacional de Chile. Para lo anterior se utiliza una metodología de investigación de tipo cualitativa
, considerando una revisión documental sobre fuentes primarias y secundarías de información como
también fuentes hemerográficas que nacen desde el estudio de las relaciones internacionales, ciencias
ambientales ,seguridad y defensa de estado y del estudio de los recursos hídricos, así como las
dimensiones de la seguridad hídrica ,entrando en detalle en cada una de ellas buscando aristas de
vinculación y desarrollando un análisis sobre área de seguridad y defensa de estado.

La conflictualidad hídrica y los fenómenos asociados al cambio climático son hoy en día uno de los temas
que el ámbito de la Seguridad y Defensa está mirando de frente debido a la tendencia internacional de
considerar que las consecuencias de dicho fenómeno se presentan en el corto plazo e intervienen ámbitos
políticos, sociales y económicos, pudiendo llegar a desestabilizar el desarrollo de una nación.

Este articulo invita al debate sobre la relevancia del agua como un recurso estratégico dentro de la
seguridad y defensa nacional, compartiendo con el lector datos claves para entender la seguridad hídrica
desde las distintas dimensiones del concepto, siempre entendiéndola como un recurso natural estratégico
e importante para el equilibrio de poder ante los vecinos de la región.

Debido a los efectos del cambio climático, en Chile, se posiciona como una de las más relevantes
preocupaciones actuales en el área de los recursos hídricos, en específico de la Seguridad Hídrica. En
este país , el Ministerio de Medio Ambiente elaboró un Plan de Acción Nacional de Cambio Climático
(2008-2012) y el Plan de Acción para el período 2017- 2022, en el cual se expone la relevancia de los
planes sectoriales de adaptación, la mitigación de sus efectos, y la generación de capacidades (LAT
2017).Esto muestra la importancia de tomar atención desde miradas intersectoriales a las fuentes de
recursos hídricos como un elemento estratégico y de interés para el ámbito de la defensa nacional.

Para poder mirar las repercusiones que la seguridad o -falta de seguridad- hídrica puede tener en la
defensa de estado es importante, primero, generar una conceptualización ampliada de lo que es
inseguridad en relación con el recurso hídrico, desde la mirada como un recurso estratégico fundamental
para el desarrollo y calidad de vida de las personas.

Para esto, la primera parte de este trabajo reúne una conceptualización en torno a la seguridad hídrica,
buscando llegar a una propuesta única sobre qué se entiende por seguridad hídrica, para posteriormente
proponer una definición que considere los impactos en el ámbito de la seguridad y defensa nacional.

El levantamiento de información respecto de la seguridad hídrica ayudará en la identificación de áreas


críticas en la gestión del recurso hídrico. A la vez permite analizar los efectos que la seguridad hídrica
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tiene dentro del ámbito de la seguridad y defensa de estado, buscando avanzar en la comprensión sobre
cómo influye la seguridad hídrica y sus distintas dimensiones en este ámbito.

La pregunta que debemos hacernos es ¿Cómo influye la seguridad hídrica en la seguridad y defensa
nacional?

A la vez, será necesario analizar la influencia de la seguridad hídrica en la seguridad y defensa para de
posteriormente poder identificar los actores de la seguridad hídrica que pueden ser vinculantes y
relevantes para el ámbito de la seguridad y defensa. Con el objetivo de analizar cómo influye la seguridad
hídrica en la defensa nacional es importante también identificar los objetivos de la defensa nacional y
como la seguridad hídrica puede influir en dichos objetivos.

La importancia de llevar a cabo este análisis dice relación con que durante los últimos años y post guerra
fría , el agua y el alimento , en conjunto con otro tipo de necesidades básicas han logrado que los asuntos
de seguridad nacional consideren aristas que escapan de lo meramente militar y que factores como los
recursos hídricos se encuentren directamente relacionados con la capacidad de desarrollo de un territorio
determinado abriendo el abanico de interés del ámbito de la seguridad y defensa a temáticas mucho más
diversas y que tienen que ver con recursos estratégicos de importancia dentro de cada territorio.

El agua puede asumir un papel central para analizar y entender amenazas a la seguridad, ya que tiene la
capacidad de actuar como eje-enlace de toda una gama de valores personales, políticos, económicos, e
incluso de salud (López-Ruiz 2019). Un recurso estratégico como lo es el agua puede llevar a tensiones
entre vecinos siendo un catalizador de conflictos por recursos naturales.

Ante lo anterior el presente articulo plantea de manera hipotética que la gestión de seguridad hídrica en
Chile puede ser fortalecida desde una perspectiva de seguridad y defensa nacional a través de la
implementación de políticas y estrategias que fomenten la colaboración entre los sectores de defensa y
recursos hídricos, la inversión en tecnologías y sistemas de monitoreo para garantizar la disponibilidad
y calidad del agua, y el fortalecimiento de la capacidad de las fuerzas armadas para llevar a cabo
operaciones militares y misiones humanitarias en situaciones de escasez hídrica y eventos climáticos
extremos.

El problema inicial que se presenta es que al momento de profundizar en el concepto de “seguridad


hídrica” se devela de manera difusa su definición por cuanto es necesario trabajar en su conceptualización
para así llegar a una relación más directa entre el recurso hídrico y la seguridad y defensa Nacional. Chile
es un país rico en recurso hídrico al comparar la disponibilidad per cápita nacional con el promedio de la
Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) (NACIONES UNIDAS CHILE
2021) siendo una razón por las cuales la mirada que presenta este análisis espera aportar en la postura
que la defensa nacional adquiera ante la seguridad hídrica.

El concepto de seguridad hídrica toma mayor fuerza con la intervención las Naciones Unidas al momento
de ser reconocida como un derecho humano, lo que se formaliza por medio de la A/RES/64/292 siendo
el instrumento por el cual la asamblea general de las Naciones Unidas reconoce de manera explícita el
derecho humano al agua y saneamiento, reafirmando que el agua potable limpia y el saneamiento son
esenciales para la realización de todos los derechos humanos. La presente resolución exhorta a los
Estados y organizaciones internacionales a proporcionar recursos financieros, a propiciar la capacitación
y la transferencia de tecnología para ayudar a los países y en particular a los países en vías de desarrollo
( Asamblea General de las Naciones Unidas 2014) sin embargo para que esto sea posible es necesario

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que el sistema de gobernanza trabaje en el diseño e implementación de políticas públicas específicas y
que emanen desde el sistema estatal para que puedan permanecer en el largo plazo.

Bajo la misma línea, el año 2013 la Resolución 24/18 del Consejo de Derechos Humanos
reafirmó que: “En virtud del derecho humano al agua potable y el saneamiento, toda persona, sin
discriminación, tiene derecho a agua suficiente, segura, aceptable, accesible y asequible para uso
personal y doméstico y al acceso, desde el punto de vista físico y económico, en todas las esferas de la
vida, a un saneamiento que sea inocuo, higiénico, seguro y aceptable y que proporcione intimidad y
garantice la dignidad”. (Celume 2022). Miradas como esta fomentan el análisis de la seguridad hídrica
desde la protección de la seguridad humana, y la atención y reacción en caso de que este tipo de
componentes no se puedan presentar ya sea por causas naturales o antropogénicas.

Los recursos hídricos se encuentran con frecuencia en situación de estrés por el sector de la agricultura,
responsable de, aproximadamente, el 70% del total de las extracciones de agua dulce en el
mundo (Alianza Latinoamericana de Fondos del Agua 2022), siendo este mismo sector el que se ve
mayormente afectado en casos de escasez y quienes generan un impacto a nivel de desarrollo y economía,
por cuanto la escasez afecta directamente a la fuerza de trabajo y mano de obra del sector agrícola.

En este sentido la variabilidad y el cambio climático determinan las transformaciones espaciales y


temporales de la disponibilidad de agua, con una intensificación de las fluctuaciones del ciclo
hidrológico, que provocan el aumento de los eventos de inundaciones y sequía. Esto podría incrementar
la competencia por el agua entre los diferentes sectores y usos, como la agricultura, pero también la
generación de energía, el abastecimiento de agua potable y el medio ambiente. (Alianza Latinoamericana
de Fondos del Agua 2022)

Un mundo con seguridad hídrica integra la preocupación por el valor intrínseco del agua con su uso para
la supervivencia y bienestar del hombre. Implica erradicar la responsabilidad fragmentada por el agua e
integrar la gestión de los recursos hídricos a través de todos los sectores como lo son el sector de finanzas,
planificación, agricultura, energía, turismo, industria, educación y salud. (Schaefer-Preuss 2011)

Tener seguridad hídrica implica la capacidad de proporcionar agua en suficiente cantidad y calidad para
satisfacer las necesidades agrícolas, industriales, de energía y domésticas. (Alianza Latinoamericana de
Fondos del Agua 2022)

La falta de seguridad hídrica es uno de los mayores riesgos para la prosperidad global. El consumo de
agua se ha duplicado cada 20 años y para el 2025 al menos dos tercios de la población mundial vivirá en
zonas con estrés hídrico. Por lo tanto, la seguridad hídrica juega un papel integral en diferentes ámbitos
de nuestra vida diaria. (Alianza Latinoamericana de Fondos del Agua 2022)

1. Seguridad hídrica: conceptualización.

El concepto de seguridad hídrica es mencionado por primera vez durante el año 2000 en el II foro mundial
del agua señalando que la seguridad hídrica se encarga de "asegurar que el agua dulce, las zonas costeras
y los ecosistemas relacionados se encuentren protegidos y mejorados, que se promueva el desarrollo
sostenible y la estabilidad política, que cada persona tenga acceso a suficiente agua potable y a un costo
asequible para permitir una vida saludable y productiva, y que la población vulnerable esté protegida de
los riesgos asociados al agua" (LAT 2017) este concepto se orienta a la descripción de una función de

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enfoque social mencionando como ejes de interés la accesibilidad tanto a nivel de calidad como a la
regulación económica del valor del agua.

Durante los últimos años se ha ido instaurando el concepto de Water Security dentro del ámbito de la
defensa nacional, el que se puede interpretar como seguridad del agua o seguridad hídrica, este concepto
ha ido abriéndose terreno dentro de la agenda política global debido a las implicaciones que este recurso
natural tiene y puede llegar a tener en el largo plazo (López-Ruiz 2019) y si bien se puede inferir cual es
el significado del concepto la pregunta que nace desde el wáter security es como esta tendencia puede
influir en la seguridad estatal.

Para poder proponer una definición de seguridad hídrica que logre una coherencia con la influencia que
la falta de gestión hídrica genera en el ámbito de la seguridad y defensa de Estado ajustada a la realidad
de Chile , se realiza un análisis de diversas propuestas que definen el concepto de “seguridad Hídrica”
y que emanan de organizaciones internacionales como la Organización de las Naciones Unidas (ONU)
, Comisión Económica para América Latina y el Caribe ( CEPAL), Organización para la cooperación y
el Desarrollo Económico (OCDE) y el Global Water Partnership (GWP), otros organismos considerados
para la búsqueda de una definición ampliada, como lo son la Alianza Latinoamericana de Fondos del
Agua y el laboratorio de Análisis territorial de la Universidad de Chile.

Un trabajo realizado por la Facultad de ciencias Agronómicas del Departamento de Ciencias Ambientales
y Recursos Naturales Renovables el año 2017, trabajó en la estructura de una definición de seguridad
hídrica que abarcara las nuevas aristas y dimensiones de este concepto de seguridad. Esta información
es de utilidad para el presente análisis puesto que recoge las definiciones emitidas por organismos
internacionales y reconocidas dentro de la esfera académica.

La metodología de recolección documental utilizada por los investigadores se basó en la utilización de


58 artículos relacionados con cambio climático y sus impactos sobre los recursos hídricos a nivel nacional
e internacional, 153 artículos referentes a la gestión de riesgos de los recursos hídricos en Chile, 17
documentos relacionados al marco legislativo nacional e internacional del cambio climático , lo que a la
vez considera aspectos políticos, institucionales y jurídicos, 21 artículos sobre proyecciones de desarrollo
económico y social a nivel nacional que tienen relación con los recursos hídricos, 101 documentos que
analizan la seguridad hídrica y 47 documentos referentes a la seguridad hídrica y su relación con el
cambio climático (LAT 2017). Este es uno de los trabajos con mayor recolección de evidencia
documental que se muestra a lo largo de la presente investigación aportando una línea base al presente
análisis.

Según la CEPAL, la seguridad hídrica consiste en tener: i) una disponibilidad de agua que sea adecuada
para el abastecimiento humano, los usos de subsistencia, la protección de los ecosistemas y la producción;
ii) la capacidad para acceder y aprovechar dicha agua de forma sustentable y manejar, de manera
coherente, las interrelaciones entre los diferentes sectores; y iii) un nivel aceptable de riesgos para la
población, el medio ambiente y la economía, asociados al agua. (Peña 2016). Esta definición nuevamente
abarca lo social sin mencionar la escasez del recurso hídrico como un posible obstáculo al abastecimiento
humano, no obstante, se reconoce el interés en abarcar sectores que van más allá de lo meramente social
involucrando al sector económico en el análisis.

Las áreas prioritarias en las que la seguridad hídrica constituye un elemento crítico para el desarrollo
socioeconómico de la región son: i) el acceso de la población a niveles adecuados de agua potable y
saneamiento; ii) la disponibilidad de agua para garantizar un desarrollo productivo sostenible y reducir
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la conflictividad asociada; iii) la conservación de cuerpos de agua en un estado compatible con la
protección de la salud y el medioambiente; y iv) la reducción de los riesgos relacionados con el exceso
de agua, en especial en las zonas urbanas y en las afectadas por huracanes (Peña 2016). En este caso la
disponibilidad se asocia a la capacidad de evitar conflictos asociados al recurso hídrico ya sea por exceso
o escasez de dicho recurso. En ese sentido una de las áreas prioritarias de la seguridad hídrica debiese
ser prevenir la amenaza de escasez y evaluar los riesgos que la escasez o crisis hídrica puede conllevar
en la comunidad afectada.

Sumado a lo planteado por Humberto Peña, no se puede dejar de lado el hecho de que el agua cumple
tres roles esenciales para la sostenibilidad del desarrollo mundial: aseguramiento de la salud humana,
desarrollo económico y sustentación de importantes ecosistemas. (Fernando Santibáñez Quezada 2023)
es por esto por lo que es considerada un recurso estratégico ya que de este depende el desarrollo armónico
de una nación a nivel social y económico.

Según la propuesta entregada por Peña el año 2016, la seguridad hídrica consiste en tener (Peña 2016):
Una disponibilidad de agua que sea adecuada, en cantidad y calidad, para el abastecimiento humano, los
usos de subsistencia, la protección de los ecosistemas y la producción,la capacidad —institucional,
financiera y de infraestructura— para acceder y aprovechar dichos recursos de forma sustentable y
manejar las interrelaciones y externalidades entre los diferentes usos y sectores, de manera coherente.Un
nivel aceptable de riesgos para la población, el medio ambiente y la economía, asociados a los recursos
hídricos.

El Foro Económico Mundial (WEF) del 2009 consideró la seguridad hídrica como la red que conecta
todos los grandes desafíos (alimentación, energía, cambio climático y desarrollo económico, entre otros)
que debe enfrentar la humanidad en las próximas décadas. En sus informes sobre los riesgos globales,
WEF considera la crisis hídrica como uno de los principales riesgos a los que se enfrenta el planeta. Así,
en el informe del 2015, lo consideró como el riesgo que puede causar mayor daño en el corto plazo, y en
el informe del 2016, como el riesgo global para la economía más importante en la próxima década, siendo
el agua un tema político urgente, inextricablemente conectado con el cambio climático, la estabilidad
económica y el desplazamiento de la población (Peña 2016). Desde esta mirada, la protección civil y la
intervención en casos de catástrofes naturales debe aceptar la urgencia y necesidad de capacitación y
fortalecimiento de las fuerzas armadas, ya que son estas instituciones quienes se presentan como el punto
de comunión y de coordinación entre los organismos de Estado y la sociedad civil.

Por otro lado, Autores como Cook y Bakker, señalan que el concepto de seguridad hídrica ha sido
planteado desde dos enfoques opuestos. Por un lado, plantean un enfoque “estrecho” y reduccionista en
el marco de una materia o disciplina específica y un enfoque “general” y multidisciplinario,
interinstitucional e integrador, es por este segundo enfoque en donde el ámbito de la seguridad y defensa
tiene una mayor cabida mostrando coherencia hacia un enfoque más amplio de seguridad, así como las
dimensiones de la misma (Peña 2016), la integración y la coordinación multisectorial son conceptos
claves en lo relacionado con mitigación, adaptación, pero por sobre todo la prevención de riesgos y
amenazas que emanen del cambio climático antropogénico y la influencia que éste puede tener en los
recursos hídricos locales.

Grey y Sadoff entregan una definición que ha tenido una amplia difusión señalando que la seguridad
hídrica es la existencia de un nivel aceptable de cantidad y calidad de agua para la salud, la subsistencia,
los ecosistemas y la producción, junto a un nivel aceptable de riesgos para las personas, el medio
ambiente y la economía, asociados al agua (Grey D, Sadoff C 2007). Si bien esta definición sigue el

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común de otros autores al considerar fundamental el seguramiento de la cantidad y calidad, nuevamente
no específica cual es el rol de la seguridad hídrica en la gestión del riesgo ni en la protección civil.

En el caso de autores como Calow, Ludi y Tucker la Seguridad hídrica se reconoce como la
disponibilidad de una adecuada cantidad y calidad del agua para la salud, los medios de vida, los
ecosistemas y la producción, y la capacidad de acceder a ella, junto con un nivel aceptable de riesgos
para las personas y el ambiente, relacionados con el agua, y la capacidad para gestionar los mismos.
(Calow, Roger; Eva Ludi y Josephine Tucker 2013). En este caso se habla de riesgos aceptables, hablando
de una arista en donde el riesgo es aceptable en cierta medida, sin embargo, queda la duda de cómo debe
medirse este nivel de aceptación del riesgo y hasta qué punto es prudente mirarlo de esta forma.

La seguridad hídrica puede definirse también, como la provisión confiable de agua cuantitativa y
cualitativamente aceptable para la salud, la producción de bienes y servicios y los medios de
susbsistencia, junto con un nivel aceptable de riesgos relacionados con el agua. (Sadoff .C, Muller.M
2010). Al igual que Calow, Roger, Ludi y Tucker, los autores brindan espacio al nivel aceptable de riesgo,
haciéndonos la misma pregunta que en el párrafo anterior.

En continuidad, puede entenderse también como la capacidad de la humanidad de proteger el acceso


sostenible al agua para el sostenimiento de los medios de vida, el bienestar y el desarrollo
socioeconómico. Al mismo tiempo que emprende acciones para proteger los ecosistemas que brindan el
recurso hídrico para millones de personas en las principales ciudades de la región. (Alianza
Latinoamericana de Fondos del Agua 2022). En este caso no se habla de riesgo y se brinda un fuerte
componente de interés a la población y el resguardo de su calidad de vida y acceso al recurso hídrico,
mostrando un enfoque que considera como seguridad hídrica la ausencia de riesgo en relación con el
acceso en calidad y cualidad al agua.

La seguridad del agua ofrece una amplia gama de oportunidades para la colaboración y cooperación
internacional con el objetivo de abordar, de un modo multidisciplinario e intersectorial, los desafíos que
se presentan (López-Ruiz 2019). Así lo muestra esta amplia variedad de definiciones sobre lo que se
entiende por seguridad hídrica. El interés por aunar el concepto de seguridad hídrica dice relación con
que cuando un Estado experimenta problemas asociados a la gestión de los recursos hídricos, ya sea
internamente (escasez, mala calidad del agua, o inundaciones) o externamente (controversias por cuencas
hidrográficas internacionales), este se ve expuesto a un mayor riesgo de inestabilidad e incremento de
las tensiones regionales que tienden a distraerle de compromisos internacionales contraídos con otros
actores. (López-Ruiz 2019) Lo que se puede traducir en inestabilidad política, económica y social
afectando de manera directa a la seguridad nacional y al resguardo de la armonía social.

La seguridad hídrica no es un logro que se obtiene hoy y para siempre, en especial debido al cambio
climático. Será necesario un esfuerzo sistemático para preservarla, así como para manejar los impactos
que el cambio climático pueda tener en todos los demás factores de presión sobre los recursos hídricos.
La seguridad hídrica exige innovaciones tanto técnicas como institucionales, y puede generar
oportunidades para mejorar la provisión del servicio e impulsar la actividad económica. (Sadoff .C,
Muller.M 2010)

La seguridad hídrica es un concepto en evolución desde el II Foro Mundial del Agua (La Haya, 2000).
En la actualidad, podemos encontrar diferentes definiciones, pero algunos puntos en común que resultan
claves son los siguientes (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura
2020):
- Es una característica de la población, con lo cual lleva la visión mundial a la acción local.
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- Refiere no solo a las situaciones de emergencia hídrica debido a los eventos extremos, sino que
refleja la condición sanitaria y contempla los servicios que prestan los ecosistemas en el ciclo
hidrológico.
- Orienta la definición de las políticas públicas en el tema agua, define criterios para establecer
metas y aporta indicadores para evaluar la efectividad de las decisiones.

Se puede ver que la seguridad hídrica ha sido trabajada y considerada por un número importante de
organizaciones a nivel nacional e internacional, dentro de las que destacan la asociación mundial para el
agua, organización de las naciones unidas, el Foro Económico Mundial y el Institute for Water Education.
Este último ha hecho de la seguridad hídrica uno de sus focos de investigación.

Dadas las muchas maneras en que el agua puede mejorar la vida y es el modo de subsistencia de mucha
gente, y a la vez causar estragos, lograr la seguridad hídrica debe ser el primer objetivo. Este desafío, al
que ya se enfrentan muchos países, se agrava cada vez más ante las perspectivas del cambio climático,
cuyo impacto se sentirá de manera desproporcionada en las comunidades más pobres y vulnerables del
mundo. (Sadoff .C, Muller.M 2010)

Ha sido difícil poder lograr una definición clara sobre las principales aristas de la seguridad hídrica
debido a la diversidad de enfoques desde los que se analiza la seguridad hídrica, no obstante, al margen
de esta dificultad se pueden encontrar factores comunes desde los que se hace posible analizar el
concepto. Esta diversidad de factores comienza a emerger desde los años 90 aproximadamente comienza
a ser visualizada este tipo de seguridad, no obstante, este se refiere principalmente a cuestiones
específicas de la seguridad humana, siendo la seguridad militar junto con la seguridad alimentaria quienes
juegan un papel central en la discusión. Posterior a los años 90 y entrando en los inicios del siglo XXI la
Asociación Mundial del Agua incorpora en su definición los conceptos de relacionados con el acceso al
agua y su asequibilidad, la relación del agua con la salud ecológica o las necesidades humanas. Desde
entonces se le ha dado al concepto de seguridad hídrica una diversidad de significados - no obstante, se
pueden identificar 4 temas interrelacionados entre sí y que se pueden considerar un común denominador
en dicho concepto. El primero de ellos es la disponibilidad del agua, en segundo lugar, se reconoce la
repetición de la vulnerabilidad humana a los peligros, seguido de la sostenibilidad y las necesidades
humanas relacionadas con el desarrollo. (López-Ruiz 2019).

A continuación, se presenta en un cuadro elaborado para tales fines, un grupo de definiciones tomadas a
lo largo del desarrollo de este trabajo con el fin buscar puntos en común entre diversos autores. Lo
anterior permite generar un contraste entre distintas definiciones para lograr puntos de encuentro entre
lo planteado por las instituciones y autores sobre la seguridad hídrica y así poder avanzar hacía una
propuesta de definición que considere los impactos de la seguridad hídrica en el sector de la seguridad y
defensa de estado.

Organismo Definición Palabras clave Factores que Enfoque


condicionan.
II foro mundial del agua Seguridad Hídrica: asegurar que el agua dulce, las - Ecosistemas - Desarrollo -Nivel de Acceso
zonas costeras y los ecosistemas relacionados se protegidos y sostenible
encuentren protegidos y mejorados, que se mejorados -Desarrollo
promueva el desarrollo sostenible y la estabilidad - Estabilidad Económico
política, que cada persona tenga acceso a suficiente - acceso a suficiente política
agua potable y a un costo asequible para permitir agua potable -Protección
una vida saludable y productiva, y que la población Social.
vulnerable esté protegida de los riesgos asociados - costo asequible
al agua -Protección
Medioambiental.

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- protegida de los
riesgos asociados al
agua
CEPAL Seguridad Hídrica debe considerar: i) una - disponibilidad de Medio ambiente -Protección
disponibilidad de agua que sea adecuada para el agua Social.
abastecimiento humano, los usos de subsistencia, la Economía
protección de los ecosistemas y la producción; ii) - protección de los -Protección
la capacidad para acceder y aprovechar dicha agua ecosistemas Medioambiental.
de forma sustentable y manejar, de manera
coherente, las interrelaciones entre los diferentes - nivel aceptable de
sectores; y iii) un nivel aceptable de riesgos para la riesgos para la
población, el medio ambiente y la economía, población
asociados al agua.
Humberto Peña La seguridad hídrica debe considerar: - disponibilidad de Disponibilidad -Desarrollo
Una disponibilidad de agua que sea adecuada, en agua en cantidad y Económico
cantidad y calidad, para el abastecimiento humano, calidad. Desarrollo de
los usos de subsistencia, la protección de los capacidades -Protección
ecosistemas y la producción. - protección de los institucionales y Social.
La capacidad —institucional, financiera y de ecosistemas financieras.
infraestructura— para acceder y aprovechar dichos -Protección
recursos de forma sustentable y manejar las - capacidad — Reconocimiento de Medioambiental.
interrelaciones y externalidades entre los diferentes institucional, nuevos factores
usos y sectores, de manera coherente. financiera y de externos asociados
Un nivel aceptable de riesgos para la población, el infraestructura a externalidades.
medio ambiente y la economía, asociados a los
recursos hídricos.
- manejo de las
interrelaciones y
externalidades
Grey y Sadoff Seguridad hídrica es la existencia de un nivel - existencia de un - Disponibilidad -Desarrollo
aceptable de cantidad y calidad de agua para la nivel aceptable de del agua. Económico
salud, la subsistencia, los ecosistemas y la cantidad y calidad de
producción, junto a un nivel aceptable de riesgos agua - análisis de -Protección
para las personas, el medio ambiente y la economía, riesgos. Social.
asociados al agua - nivel aceptable de
riesgos - Acceso a -Protección
comunidad Medioambiental.
- personas, el medio considerando el
ambiente y la resguardo del
economía medio amiente.
Calow, Ludi y Tucker Seguridad hídrica se reconoce como la - disponibilidad de
disponibilidad de una adecuada cantidad y calidad una adecuada cantidad - Disponibilidad -Desarrollo
del agua para la salud, los medios de vida, los y calidad del agua. del agua. Económico
ecosistemas y la producción, y la capacidad de
acceder a ella, junto con un nivel aceptable de nivel aceptable de - análisis de -Protección
riesgos para las personas y el ambiente, riesgos para las riesgos. Social.
relacionados con el agua, y la capacidad para personas y el
gestionar los mismos. ambiente, - Capacidad de -Protección
relacionados con el Gestión de recursos Medioambiental
agua
Sadoff y Muller 2010 La seguridad hídrica puede definirse también, - provisión confiable -Disponibilidad del
como la provisión confiable de agua cuantitativa y de agua cuantitativa y agua.
cualitativamente aceptable para la salud, la cualitativamente - análisis de
producción de bienes y servicios y los medios de - nivel aceptable de riesgos.
susbsistencia, junto con un nivel aceptable de riesgos relacionados
riesgos relacionados con el agua. con el agua.
Fuente: Elaboración Propia

Tal como lo señala López- Ruíz, a lo largo del análisis se repiten variables como disponibilidad del agua,
accesos a nivel de calidad y cantidad, costo asequible, creación y mantención de infraestructura y análisis
de riesgos. No obstante, en ninguna de las definiciones se menciona dentro de las funciones de la
seguridad hídrica el resguardo de la infraestructura crítica o la gestión eficiente y eficaz para que el
acceso brindado permita evitar tenciones internas o externas en base al recurso hídrico.
Una vez analizados los puntos en común dentro de las diversas definiciones de seguridad hídrica de
evidencia la no consideración de un tema relevante dentro de la gestión de la seguridad hídrica y este
tema es la Gestión de riesgos asociados a desastres.

En este punto que se puede sugerir que para que la seguridad hídrica pueda proponer la intervención de
ámbito de la defensa y seguridad nacional debe incluir el componente de gestión de riesgo, la que se
encuentra dentro de las áreas de misión de las fuerzas armadas con el fin de intervenir en caso de

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catástrofes naturales o antrópicos, abarcando a la colaboración de las mismas así como la neutralización
de los efectos inmediatos cuando se producen, enfocándose a la vez en la recuperación de la
infraestructura crítica.

Ante lo anterior se propone, mirando desde el ámbito de la seguridad y defensa la siguiente definición:

[Seguridad Hídrica: Medidas a nivel de planificación y gestión que aseguran el acceso en calidad y
cantidad a la totalidad de la población, asegurando la capacidad institucional, de infraestructura y
factibilidad económica, así como un nivel aceptable de riesgos asociados al agua considerando la gestión
de riesgos y crisis en caso de emergencia o catástrofe natural o antrópica.]

Una vez realizada esta propuesta de definición en donde la seguridad hídrica tiene un componente de
gestión en casos de riesgos o crisis en caso de emergencia o catástrofe natural implica, por decreto de
fuerza de ley, la intervención de las fuerzas armadas y el ámbito de seguridad y defensa de estado, según
lo declarado en la Política de Defensa Nacional.

2. Actores de la seguridad hídrica en Chile.

Para avanzar en la compresión sobre el impacto de la seguridad hídrica en el ámbito de la seguridad y


defensa de Estado, es importante y necesario el trabajar en la identificación de actores relevantes dentro
de este tipo de seguridad.

Un trabajo realizado por el Center for Climate and resilience Research, propone una identificación de
actores relacionados con la seguridad hídrica señalando que dentro de los actores asociados se pueden
encontrar los actores sociales considerado como “toda persona u organización, ya sea de agencias
públicas, privadas, de investigación y sociedad civil, involucrados en algún grado, en un problema o
asunto que se presenta en un campo determinado, que en este caso sería la seguridad hídrica” ( Centro
del Clima y la resiliencia, 2015), en este trabajo considera también las escalas espaciales, sin embargo
en esta ocasión no profundizaremos en dicho análisis, si no que más bien, nos enfocaremos en los tipos
de actores y su relevancia.

Dentro de los primeros actores mencionados se habla de los actores sociales mirados desde el agente
público, dividiéndolo en tres tipos. Inicialmente habla sobre el poder ejecutivo considerando dentro de
estos los distintos ministerios como por ejemplo el ministerio de medioambiente, agricultura, obras
públicas y bienes nacionales. Desde la mirada de este análisis es importante entonces complementar al
agente publico ejecutivo con la inclusión del ministerio de defensa, en concordancia con la propuesta de
definición realizada en el presente trabajo la cual incluye la gestión de riesgos y desastres, acción
enmarcada por ley y que brinda la participación de las fuerzas armadas en la reacción y restablecimiento
de infraestructura crítica, esto queda señalado en el Decreto 4 del 2020 del ministerio de defensa el que
actualiza el política de defensa Nacional. En segundo lugar, el análisis del CR2 señala como agente
público al ámbito legislativo reconociendo la importancia del senado, así como de la cámara de
diputados, brindando un especial énfasis a la comisión especial sobre recursos hídricos del Senado y a la
comisión de recursos hídricos y desertificación. Sería de esperar y de no ser así al menos idóneo, que
ambas comisiones contaran con la presencia de un especialista en seguridad y defensa que manejase
conocimientos de protección civil y manejo de catástrofes ambientales. Finalmente, desde el agente
público reconoce al poder judicial considerando a la corte suprema como un agente público de relevancia
dentro de los actores de la seguridad hídrica.

10
En segundo lugar el CR2 reconoce como otro actor relevante dentro de los grupos sociales a la sociedad
civil, las que distribuye en base a una distribución territorial seccionándolos a nivel nacional, regional,
provincial y comunal ( Centro del Clima y la resiliencia, 2015), utilizando una escala territorial en donde
a nivel nacional, regional y provincial reconoce a las organizaciones sociales representantes de la
comunidad civil organizada y desde lo local reconoce a organizaciones emergentes desde conflictos
ambientales y agrupaciones locales relacionadas con el agua y/o el medio ambiente. Desde el sector
privado no cambia mucho el escenario dividiendo, al igual que con el agente público, por medio de una
escala territorial reconociendo a asociaciones gremiales del sector silvoagropecuario, asociaciones de
usuarios, organizaciones de usuarios del agua y organizaciones privadas de escala comunal. Finalmente,
y no menos relevante este estudio considera a la comunidad científica como universidades y centros de
investigación, así como también reconoce dentro de los actores relevantes grupos sociales transversales
de sistema o internacional con presencia en Chile ( Centro del Clima y la resiliencia, 2015). Estos actores
ya sean de la sociedad civil pública o privada, son los encargados de participar dentro de la seguridad
hídrica ya sea como agentes reguladores, diseñadores de políticas públicas e implementadores de
estrategias en caso de falta de seguridad hídrica en cualquiera de sus dimensiones.

3. Dimensiones de la seguridad hídrica.

Según la Alianza latinoamericana de Fondos de agua, la que nace con el fin de abarcar la problemática
de escasez hídrica que afecta a América Latina y el Caribe, las dimensiones de la seguridad hídrica
permiten abarcar de manera integral las aristas que llevan al manejo exitoso del recurso, son (López
2019):

- Uso ambiental: restablecer la salud de los ecosistemas acuíferos y ríos a escala nacional, regional
y global.
- Uso Doméstico: satisfacer las necesidades sanitarias y de agua para el consumo en los hogares de
todas las comunidades urbanas y rurales
- Uso económico: Utilizar el agua con el propósito de fomentar el crecimiento económico a partir
de la producción de alimentos, productos industriales y energía.
- Uso en las ciudades: desarrollar metrópolis y ciudades sustentables, dinámicas y habitables con
una sólida cultura del agua.
- Resiliencia en desastres naturales: construir comunidades resilientes, adaptables al cambio
climático, y minimizar los impactos de futuros desastres.

Para que esto pueda suceder debe haber claridad sobre a qué dimensión corresponde cada riesgo
detectado, en ese sentido es importante vincular las dimensiones de la seguridad hídrica con el área de
impacto a la que se vincula.

Las dimensiones de la seguridad hídrica tienen como finalidad avanzar en la gestión integral de recursos
y el aumento en la capacidad de satisfacer las necesidades de la población. Para lo anterior se definen 5
dimensiones dentro de las que se mueve el concepto de seguridad hídrica (Lopez 2019):

- Seguridad hídrica ambiental: capacidad de preservación y restablecimiento del agua,


ecosistemas, ríos, lagos, embalses y acuíferos.
- Seguridad hídrica económica: suministro suficiente como para apoyar actividades propias de la
agricultura, la industria y la energía.

11
- Seguridad hídrica Climática: Creación de comunidades resilientes y adaptables al cambio
climático que aseguren el suministro ante posibles desastres.
- Seguridad hídrica urbana: diseño y desarrollo de ciudades saludables, dinámicas y habitables
con sólida cultura del agua.
- Seguridad hídrica doméstica: cumplimiento de los estándares sanitarios del agua para su
consumo en hogares de áreas urbanas y rurales.
-
El análisis de cada una de estas dimensiones permite ir vinculándolas con aspectos importantes de
desarrollo como en el caso de la seguridad hídrica ambiental, en donde la capacidad de preservación y
restablecimiento del agua y ecosistemas asociados hablan del interés de la seguridad hídrica en mantener
fuera de riesgo a la sociedad civil, por medio del resguardo y mantención de la infraestructura crítica
asociada a la gestión del agua.

Al hablar de seguridad hídrica económica, la dimensión de interés a resguardar es sin duda el desarrollo.
Desde la mirada de la seguridad y defensa de estado el desarrollo social de una nación está directamente
vinculada a la capacidad de desarrollo económico. En los casos en que Chile se ha visto expuesto a crisis
o escasez hídrica, la desestabilización económica y social han sido latentes, tal como lo revisaremos
avanzando en el presente análisis.

Cuando la seguridad hídrica considera una dimensión asociada al clima, el foco de atención se aleja de
lo que puede hacer el ser humano para detener los efectos del cambio climático, incluso en el caso del
cambio climático antropogénico o fomentado por la intervención del hombre. Es desde esa base que
cualquier acción asociada a la presente dimensión debe enfocar su intervención en la mitigación y
adaptación por parte de las ciudades y comunidades.

12
Fuente: Elaboración propia en base a información obtenida desde www.fondosdelagua.org

Por otro lado, desde el Grupo Medioambiental del Sistema de las Naciones Unidas (SNU) en Chile, el
año 2021 presenta un análisis que identifica siete dimensiones que considera el problema de escasez
hídrica dentro de los que menciona el cambio climático, presiones de las actividades productivas y/o
extractivas, brechas en la gestión del recurso hídrico, infraestructura inadecuada para enfrentar la escasez
hídrica, limitaciones en el marco legal actual, dispersión institucional en la toma de decisiones que
obstaculiza la coordinación y disponibilidad y uso limitado de datos para la toma de decisiones
(NACIONES UNIDAS CHILE 2021)

13
Fuente: Elaboración propia en base a infromación entregada por SNU.

En ambos casos, las dimensiones proponen una forma de diferenciar las necesidades de la seguridad
hídrica en base a los sectores en los que compete su desarrollo. Esto es importante al momento de mirar
a los actores que intervienen dentro de la seguridad hídrica, para poder avanzar en la determinación de
responsabilidades institucionales al momento de que se considere necesario activar los mecanismos para
la protección civil, esto permite la coordinación intersectorial e interinstitucional que se ha mencionado
con anterioridad.

Al mirar estas dimensiones desde la seguridad y defensa de estado, el cambio climático y sus factores
antropogénicos, podemos ver que alguna de ellas ya está siendo atendidas por las fuerzas armadas, esto
se demuestra, como lo es en el caso de la Armada de Chile, con la creación de oficinas de asuntos
medioambientales y quienes desde el año 2001 cuentan con una política medioambiental institucional.
Esta se encuentra sustentadas en la Constitución Política de la República de Chile; en la Ley Nº
19.300; en el D.F.L. Nº 2.222 de la Ley de Navegación; en el Decreto Supremo Nº 1 del Reglamento
para el Control de la Contaminación Acuática (7-50/16); y en la Política Ambiental para el Desarrollo
Sustentable de Chile. (Armada de Chile 2014)

14
Dentro de las actividades de producción y extracción es de preocupación actual las actividades de
minería marítima las que a la fecha si bien cuentan con una regulación esta permite que hoy en día
se esté debatiendo por parte de la Autoridad Internacional de los Fondos Marítimos (ISA), este debate
se lleva a cabo en Kingston, Jamaica. En el caso de que se aprobasen las normas propuestas por ISA,
se daría el visto bueno para la explotación marítima en aguas profundas desde julio del año 2023 (IP
2022).

El problema de esta discusión es que los documentos de regulación han dejado fuera el
establecimiento de limitaciones que permitan resguardar el medio ambiente y prevenir el impacto
ambiental en las zonas marítimas intervenidas.

Ahora, la prioridad principal de la Autoridad es elaborar un régimen jurídico para la explotación de estos
recursos. Esto implica tener en cuenta una serie de cuestiones tecnológicas, financieras y ambientales. Aunque
habrá variantes tecnológicas en el equipo de extracción requerido para cada tipo de yacimiento de mineral, el
concepto básico y la metodología para la extracción son similares. En todos los casos, un vehículo colector
entrará en contacto con el fondo marino y recogerá los depósitos minerales. En el caso de los SMS y de las
costras cobálticas, la extracción requerirá cortar o romper los yacimientos de minerales desde el substrato. Los
nódulos pueden recogerse directamente en el lecho marino. En todos los casos, los materiales extraídos junto
con el agua de mar se llevarán hasta la superficie mediante un sistema de elevación y serán transportados hasta
una nave de apoyo. Allí, el mineral se separará del agua de mar y será transportado a las plantas de tratamiento
en tierra. (Lodge 2016). En este caso entonces, debiese activarse las aristas de la seguridad ambiental,
económica, urbana y ecológica según lo visto anteriormente.

Otro ejemplo se puede encontrar en el Ejercito de Chile, quienes durante el año 2022 capacitan a parte de su
personal en “Gestión del Recurso Hídrico a nivel Institucional contando con más de 190 participantes de la
dirección de logística (DLE), División de Ingenieros (DIVINGE) y la dirección de sanidad del Ejército (DSE).
(Ejercito de Chile 2022)

Al hablar de la infraestructura hídrica, inmediatamente dentro del análisis documental se develan las brechas
presentes a nivel infraestructura para el recurso hídrico, así como también las brechas en gestión y
limitaciones del marco normativo, las que impactan de manera directa en la gestión y despliegue de las
fuerzas armadas. En el caso de catástrofes naturales asociados a incendios forestales y desborde de
causes, aludes, o sequía el ámbito de la defensa nacional debe tomar como una actividad secundaría a las
actividades militares el planificar y desplegarse considerando los recursos de personal y capacidades para
hacer frente a situaciones que tienen que ver con falta de gestión en aspectos de seguridad hídrica.

En el caso de la disponibilidad hídrica en Chile, es decir, la cantidad y calidad del agua disponible varia
a lo largo del territorio geográfico, sin embargo, un punto en común es que no obstante sus diferencias a
nivel de requerimientos y características geográficas, todo el territorio nacional percibe la ausencia
generalizada de sistemas de gestión integrado de cuencas, lo que limita el manejo sostenible del agua de
las zonas que presentas escasez ni tampoco considera la interdependencia existente entre agua y
ecosistemas. (NACIONES UNIDAS CHILE 2021)debiendo ser necesario aplicar una mirada desde las
dimensión urbana, ambiental y ecológica de la seguridad hídrica.

La seguridad del agua ofrece una amplia gama de oportunidades para la colaboración y cooperación
internacional con el objetivo de abordar, de un modo multidisciplinario e intersectorial, los desafíos
que se presentan. Puede ser utilizada para intentar reducir los riesgos de potenciales conflictos.
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Adicionalmente, el concepto de seguridad hídrica juega un papel importante para alcanzar los objetivos
de desarrollo sostenible (ODS) de Naciones Unidas (2015-2030) y el devenir de las relaciones que
los Estados quieran dibujar entre ellos. (López-Ruiz 2019)

En la línea de los Recursos hídricos se visualiza una alta vulnerabilidad, debido al alza de las temperaturas
y disminución de precipitaciones que se proyectan en gran parte de nuestro territorio, siendo la zona
centro sur la más afectada. (LAT 2017). El total de aguas renovables en Chile alcanza a los 922 km3
anuales, lo que lo sitúa en el lugar 14 en el mundo y 5 en Latinoamérica. No obstante esto, el agua en
Chile presenta un fuerte desequilibrio geográfico .En cifras globales, Chile es un país con abundantes
recursos hídricos. Considerando el total de la escorrentía procedente de las precipitaciones, la
disponibilidad anual es de 53.000 m3/habitante muy superior a los 2.000 m3/habitante/año, considerado
mundialmente como necesario para el desarrollo sostenible. A pesar de esto, hay un fuerte desequilibrio
geográfico entre la localización de los recursos y la población. La región central y norte, deficitaria en
agua, concentra el 65% de la población del país. El caso más extremo se presenta en las regiones de
Antofagasta y Atacama con 52 y 208 m3/habitante. Entre las regiones de O ́Higgins y La Araucanía, la
disponibilidad natural de agua supera los 6.000 m3/persona/año, llegando hasta los 49.000 m3/persona/
año. Desde la Región de Los Ríos hacia el sur aumenta el agua y disminuye la población, obser vándose
una disponibilidad natural de agua que supera los 169.500 m3/habitante/año. (CR2 2020)

Como una forma de medición de la severidad hídrica, el centro de investigación del clima y resiliencia
ha reconstruido el como ha variado la disponibilidad hídrica en el suelo sobre gran parte de Sudamérica,
para esto se utilizaron decenas de miles de árboles de 12 especies y millones de sus anillos de crecimiento.
Como métrica el CR2 trabaja en base al “Indice de Severidad de Sequía de Palmer auto-calibrado
(scPDSI)”, el cual es una de las métricas más comunes y ampliamente usadas para caracterizar la
disponibilidad hídrica en el suelo. ( Centro del Clima y la resiliencia, 2015)

El territorio analizado con el Atlas Sudamericano de Sequías abarca desde los 12°S hacia el sur
incluyendo Chile, Argentina, Bolivia, Paraguay, Uruguay y el sur de Perú y Brasil. El campo de
reconstrucción está compuesto por 2715 grillas de 0.5° x 0.5° latitud/longitud equivalentes a 55 km x 55
km.. (CR2 2020)

Mapas sobre evolución de sequía en Sudamérica 1990 y 2019

16
Fuente: Atlas de sequías de Sudamérica (SADA).

Tal como se puede apreciar en los mapas, la evolución del territorio afectado por sequías ha ido creciendo
de manera exponencial abarcando una mayor cantidad de espacios afectados, presentando en la
actualidad un alto porcentaje de Índice Alto de sequía el que se manifiesta por medio de las zonas
enrojecidas del mapa.

En el mapa de la izquierda, se muestra la realidad sobre la sequía el año 1990 pudiéndose apreciar el que
las zonas que presentan escasez hídrica son minoría respecto de la totalidad de superficie nacional,
mostrando una problemática incipiente en la zona norte y fronteriza del país. No obstante, al observar la
realidad que muestra el mapa de sequía de Sudamérica en Chile el aumento de zonas que representan
situación de sequía aumentó de manera relevante abarcando desde la zona centro hasta la zona norte,
tomando en cuenta también que se evidencia áreas de sequía en la zona sur del país.

Por sus características geográficas y geológicas, el territorio chileno está expuesto a la ocurrencia
frecuente de terremotos, tsunamis, inundaciones, sequías, incendios forestales, deslizamientos,
marejadas, trombas marinas y, más recientemente, a fenómenos como la “marea roja. Dentro de este
listado, y en el contexto de los impactos esperados de la variabilidad y cambio climático en el territorio
nacional, destacan aquellos de naturaleza hidrometeorológica, particularmente el fenómeno de la sequía,
correspondiente al segundo tipo de desastre, después de los temporales, que concitó el mayor número
de decretos de Zona de Catástrofe en Chile por parte del Ministerio del Interior en el periodo 1984-2013.
(UNESCO & CALAZAC 2018)

Chile a lo largo de los años ha sido víctima de 3 sequías, la primera de ella se presenta el año 1968 y
afectó un total de 6 millones de hectáreas y se extendió por once provincias, desde las actuales regiones
de Atacama, por el norte hasta la del Bío-Bío, por el sur. Los principales embalses quedaron virtualmente
secos y el déficit hídrico se hizo notar en el sector energético (CNID, 2016). Lo anterior impulsó la
adopción del sistema de ajuste a la hora oficial de Chile para la determinación del horario de verano que
rige en el país hasta la actualidad. Los cultivos de cereales y hortalizas, así como la ganadería, sufrieron

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graves daños y se calcula que entre 225.000 y 450.000 personas quedaron desempleadas a raíz de esto,
con un costo estimado en cerca de US$ 1000 millones (UNESCO & CALAZAC 2018), impactando de
manera directa al desarrollo económico y social del país.

Un segundo evento, importante por su intensidad, severidad y duración es la denominada sequía del 98’.
Esta incluye los años 1994, 1995, 1996 y 1998. Este periodo de sequía fue interrumpido el año 1997 por
uno de los inviernos más lluviosos del registro histórico, 1997, en conexión con el desarrollo de El Niño
del siglo. El año 1998 fue el más seco de esta sequía, con déficit pluviométricos del 73% y 55% en
Santiago y Chillán, respectivamente. durante este evento, en las regiones de Atacama y Coquimbo en la
zona norte de Chile, el ganado caprino murió por la falta de alimento debido a las lluvias, hubo pérdidas
por la baja producción lechera y quesera además de otros productos agrícolas, lo que llevó a que se esta
zona se declarara Zona de Emergencia Agrícola. En la Región de Los Lagos, al sur del país, hubo escasez
de agua para consumo humano y para riego, las altas temperaturas hicieron escasear los recursos
disponibles y no había agua disponible en el único embalse de la ciudad de Ancud, en Chiloé. En 1995
continuaron los efectos de la sequía en las regiones del norte, y en la Región de Valparaíso se debió
racionar el agua potable. Hacia 1998, la falta de agua produjo un menor desarrollo de las plantaciones de
frutas, afectando la producción del año siguiente. El calibre de las frutas fue menor, y aumentó la
sensibilidad a plagas y enfermedades; el impacto en el sector frutícola de exportación se tradujo en
pérdidas por millonarias. Todo lo anterior llevó a calificar a 1998 como el tercer año más seco del siglo
En total, al menos 602.000 hectáreas de todo tipo de cultivos se vieron afectadas sólo en 1998 y las
pérdidas en la producción agrícola y ganadera fueron del orden de los US $250 millones en el período
comprendido entre 1994 y 1997 con cifras cercanas a los US $203 millones sólo en el sector frutícola en
1996. Finalmente, la sequía de este año resultó concurrente con la crisis eléctrica de 1998 aunque esta
última no fue consecuencia inevitable de la escasez causada por la sequía (UNESCO & CALAZAC
2018).

En tercer lugar y en base a un nombre entregado por el CR2, centro de investigación del clima y
resiliencia se reconoce la actual megasequía central. De acuerdo con el estudio del CR2, las regiones
entre Coquimbo y la Araucanía experimentaron, entre 2010-2015 un déficit hídrico aproximado del 30%.
La duración y extensión territorial de dicho evento no era observada desde mediados del siglo XX, desde
la sequía del 68’, y con la adición de los años 2016, 2017 y 2018, supera largamente cualquier otro evento
durante el registro pluviométrico histórico. Incluso, la duración de la megasequía tiene pocos análogos
en una reconstrucción de mil años de la precipitación en Chile central. En adición a su longevidad, la
mega sequía registra una extensión mayor a otros eventos, con un porcentaje más alto de estaciones en
condición de sequía (75% versus 59%), es concurrente con la década más cálidas registrada en Chile
central, y se superpone a una mayor demanda hídrica Por otro lado, ningún año de la mega sequía ha
experimentado déficits tan marcados como 1968 o 1998 (UNESCO & CALAZAC 2018)

Los impactos de la megasequía, por su parte, se asocian, entre otros, a a) fuerte reducción en la
disponibilidad de agua (un 70% de déficit en los caudales medios en las regiones de Coquimbo y
Valparaíso) y disminución progresiva en los niveles de aguas subterráneas, b) fuerte reducción en el
aporte de nutrientes provenientes de los ríos hacia los sistemas costeros, c) notable deterioro de la
vegetación no irrigada en Chile central, d) incremento de un 70% en la superficie forestal quemada y e)
la promulgación de un número significativo de Decretos de Escasez Hídrica por parte de la Dirección
General de Aguas. De hecho, sólo entre 2008 y 2013 se emitieron 417 Declaraciones de Emergencia
Agrícola por Sequía por parte del Ministerio de Agricultura y 43 Declaraciones de Escasez Hídrica por
parte del Ministerio de Obras Públicas. De manera independiente, además, el Ministerio del Interior
emitió 9 decretos de Zona de Catástrofe por sequía en el mismo periodo. Todo lo anterior, sin mencionar
el hecho de que, en las mismas circunstancias, se presentaron 42 proyectos de Ley al Senado de Chile
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vinculados al tema hídrico, en tanto que en todo el periodo desde el retorno a la Democracia (1990) hasta
el 2007 sólo se habían presentado 29 proyectos. Esto es, un promedio de 7 proyectos por año para el
periodo de sequía respecto de 0.05 proyectos por año para el periodo anterior (Núñez 2015.)

Ante lo anterior y al preguntarnos en que puede verse afectado el sector de la seguridad y defensa nacional
ante una mala gestión de la seguridad hídrica es que llegamos a la gestión de riesgos y desastres. En este
sentido, según lo indicado por la Oficina de las Naciones Unidas para la Reducción de riesgos de
desastres, en promedio cada año entre los años 1980 y 2011, Chile registra pérdidas cercanas al 1,2% de
su Producto Interno Bruto debido a desastres de origen natural (UNESCO & CALAZAC 2018). Es hasta
el año 2010 y debido a la necesidad posterior el terremoto tsunamigénico vivido en Chile que el país ha
entendido la extrema necesidad sobre la toma de atención sobre el adoptar un enfoque prospectivo, que
considere diversos escenarios para así trabajar en la arquitectura nacional de gestión de riesgos de
desastres que trabaje desde lo preventivo y no desde lo reactivo.

Durante los últimos años (2008 – 2022) se han emitido 224 decretos de escasez hídrica (Dirección
General de Aguas 2021). Estos decretos permiten la aplicación de instrumentos que buscan disminuir el
impacto de la sequía en la vida de las personas. Es por esto que al momento de decretarse la escasez se
permiten medidas extraordinarias brindando facultades a la DGA – MOP para la autorización de
extracciones de aguas superficiales o subterráneas, acciones de reparto, así como también suspender las
potestades de la junta de vigilancia de los ríos y en el seccionamiento de las corrientes naturales ubicadas
en el territorio de escasez hídrica. Este tipo de decretos tiene una duración de seis meses pudiendo
extenderse hasta un año y siendo prorrogable en caso de que la condición de escasez se mantenga.
Al analizar los datos entregados por la Dirección General de aguas, se puede percibir un aumento
exponencial en relación con la implementación de decretos de agua.
Durante el año 2008 se emiten 6 decretos los que consideran las regiones de Coquimbo, Valparaíso,
Maule, Región Metropolitana, Atacama y Aysén. Es el año 2011 que se denota un aumento en la gestión
de decretos de escasez hídrica aumentando a 15 decretos los que afectaron a las regiones de Valparaíso,
Metropolitana, Maule, O´Higgins, Coquimbo y Atacama.
Si bien se mantiene una constante desde el 2011 al 2018, se presenta un evidente aumento desde el año
2019 en adelante, sobrepasando en promedio los 35 decretos de Sequía por escasez hídrica afectando las
regiones de Valparaíso, Metropolitana, Maule, O´Higgins, Coquimbo, Atacama y Los Lagos (Dirección
General de Aguas 2021). Lo que nos muestra estos datos es que la problemática de escasez hídrica es
transversal a nivel nacional por lo que requiere de una intervención intersectorial e interministerial.

CANTIDAD DE DECRETOS DE SEQUÍA


EMITIDOS 2008 -2022
40
35
30
25
20
15
10
5
0
2006 2008 2010 2012 2014 2016 2018 2020 2022 2024
Fuente: Elaboración propia en base a datos entregados por DGA.

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Otro de los organismos que se consideran influyentes dentro del ámbito de la seguridad hídrica es el
Ministerio de Agricultura debido a la capacidad con la que cuenta como ministerio para la declaración
de Emergencia Hídrica por déficit hídrico, esta herramienta permite brindar un apoyo eficaz para aquellas
zonas del país afectadas por la baja disponibilidad de Agua. Al presente, en Chile, 275 comunas se
encuentran bajo emergencia por déficit hídrico, tal como lo muestra el cuadro a continuación.

Fuente: Ministerio de agricultura.www.minagri.gob.cl

En el caso de Chile, el ámbito de la Defensa Nacional debe mirar de frente la emergencia hídrica, debido
a que las fuerzas armadas son las únicas con la capacidad de planificación y despliegue necesario para ir
en ayuda de los habitantes, sobre todo en sectores más alejados del territorio nacional. Ejemplo de esto
se muestra por parte de la Fuerza Aérea de Chile, quienes en enero del 2023 y posterior a la declaración
de emergencia agrícola debido a escasez hídrica en la zona de Magallanes y la Antártica Chilena, se
reúnen en dependencias del Comando Conjunto Austral para realizar reuniones de coordinación para la
entrega de ayuda por medio del desplazamiento de agua en camiones aljibe y coordinación logística para
la entrega de ayuda a los habitantes (Fuerza Aérea de Chile 2023).

El Decreto N°4 , el que aprueba la política de Defensa Nacional de Chile en su Edición 2020, publicado
el 21 de Mayo del 2021 y promulgada el 04 de Diciembre del 2020, actualiza la versión 2017 del libro
de defensa nacional de Chile, mostrando un interés en mantener la condición de seguridad externa la cual
se expresa en la independencia política del país para tomar sus propias decisiones, libres de coerción o
influencia indebida basada en el uso o amenaza de empleo de la fuerza u otros medios, por parte de otros
actores internacionales. También se expresa en la protección de nuestra integridad territorial, de nuestra
población y de nuestros intereses y recursos, donde sea que estos se encuentren (Ministerio de Defensa
Nacional 2020). La actualización de la política de defensa se esmera en realizar una descripción acabada
a nivel territorial y sobre las características geográficas que Chile presenta, mostrando una importancia
por la descripción de aquellos recursos que considera estratégicos, muestra de esto es que en dicho
documento destaca que en la zona sur y austral, Chile posee importantes reservas de agua dulce en sus
montañas y glaciares, además de un territorio archipelágico con una geografía abrupta y gran cantidad
de islas y fiordos, que generan una de las áreas de aguas interiores más extensas del mundo, aptas para
un desarrollo económico asociado a la acuicultura y al turismo (Ministerio de Defensa Nacional 2020).

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El territorio chileno en el continente americano contiene numerosas zonas de aguas interiores, incluyendo
lagos internacionales, y una de las costas más largas del mundo generando, en el mar adyacente, derechos
de soberanía sobre Mar Territorial, Zona Contigua, Zona Económica Exclusiva, Plataforma Continental
y Plataforma Continental Extendida. El territorio chileno en el continente americano contiene numerosas
zonas de aguas interiores, incluyendo lagos internacionales, y una de las costas más largas del mundo
generando, en el mar adyacente, derechos de soberanía sobre Mar Territorial, Zona Contigua, Zona
Económica Exclusiva, Plataforma Continental y Plataforma Continental Extendida (Ministerio de
Defensa Nacional 2020). Dentro de esta actualización de la Política de Defensa Nacional se menciona
los territorios insulares del Océano Pacífico que se encuentra al oeste y al sur del territorio continental
americano, así como la posición geográfica de Chile en el pacífico suroriental, lo que en conjunto con el
Océano Pacífico cuentan con una proyección natural hacia Oceanía, la región Indo pacífico y la Antártica.
Los territorios del océano Pacífico facilitan la capacidad y gestión de control sobre ecosistemas con
importantes recursos naturales a resguardar. En este sentido Chile, por medio de la Armada, presta
servicios de monitoreo y vigilancia sobre la explotación de los recursos pesqueros de los océanos
realizando el control sobre la explotación sustentable, directamente relacionado con el concepto de
seguridad hídrica.

La legislación nacional y los órganos de administración del Estado les han otorgado a las FF.AA. roles
en aspectos esenciales de seguridad y protección de intereses en el territorio nacional de Chile, tales como
el apoyo a los conciudadanos en situaciones de emergencias y catástrofes, el orden público en Estados
de Excepción Constitucional y en procesos eleccionarios, el apoyo social e integración de las
comunidades en zonas aisladas continentales e insulares, la contribución a la preservación de la identidad
común, al desarrollo científico tecnológico nacional, y la conectividad e integración de todos los espacios
continentales e insulares (Ministerio de Defensa Nacional 2020). Siendo parte de las políticas públicas
nacionales y recayendo en las fuerzas armadas la intervención por medio de actividades accesorias a la
defensa nacional.

Chile, tiene como prioridad las relaciones internacionales, así como su política exterior vinculante con la
política de defensa nacional, debido a que los. Límites fronterizos con Argentina, Bolivia y Perú se han
mantenido en resguardo y vigentes gracias a tratados y laudos arbitrales vigentes hoy en día.

Sin embargo y pese a la existencia y vigencia de dichos tratados, en el caso de Bolivia, el Tratado de Paz
y Amistad de 1904 establece los límites terrestres de común acuerdo además de derecho de libre tránsito
que facilita el acceso al Océano Pacífico.

Dentro de la actualización de la Pólítica de Defensa Nacional, se menciona en la letra e del punto 4 del
Decreto , la importancia de considerar el ámbito medioambiental dentro de los conflictos y amenazas a
nivel global, mencionando el cambio climático como una de las amenazas globales latentes en Chile,
reconociendo la necesidad de concordar acciones preventivas, proactivas y colaborativas a nivel mundial
para mitigar los efectos, permitir un desarrollo sustentable y conservar un planeta sano para las futuras
generaciones. Dentro de las amenazas medioambientales producidas por el cambio climático, la política
de defensa nacional de Chile establece que las consecuencias pueden manifestarse con mayor frecuencia
en lugares con condiciones climáticas extremas como, dentro de las cuales se puede encontrar el aumento
del nivel del mar, escasez de recurso hídrico y conflictos por su empleo ya sea el consumo humano,
minería, agricultura y energía entre otros. Considera también como una amenaza la desertificación e
incendios forestales, tratándolos como factores de riesgo que puede influir en la seguridad de algunas
regiones del país (Ministerio de Defensa Nacional 2020). Ante esto la Política de Defensa Nacional del
2020 reconoce una necesidad en lo que respecta a la adaptación de infraestructura y doctrina para la
21
acción y despliegue de las fuerzas armadas en lo que respecta a apoyo y mitigación de efectos producidos
por catástrofes naturales y modificaciones climáticas. Propone también una mayor exigencia de
fiscalización y control de cumplimiento de normas medioambientales y en lo relacionado al monitoreo
de zonas protegidas.

El año 2019, la Dirección de Presupuesto General (DIPREG) en el informe de gestión entregado por el
Ministerio de Defensa Nacional establece dentro de sus objetivos ciertas acciones , dentro de las que se
encuentran el manejo de las emergencias nacionales y la protección civil, señalando la importante
contribución que la planificación brinda a la gestión del riesgo al momento de enfrentar emergencias
derivadas de catástrofes naturales o antrópicas, este objetivo considera también que el ámbito de la
defensa nacional abarca la prevención, reducción o neutralización de los efectos inmediatos cuando de
producen y la recuperación de la infraestructura y los servicios afectados por la ocurrencia. Este interés
considera también aquellas tareas las cuales derivan de la activación del estado de Excepción
Constitucional de catástrofe en donde el presidente de la Republica puede delegar atribuciones especiales
(Ministerio de Defensa Nacional 2020), las que habitualmente no son las tereas primarias de las fuerzas
armadas.

La gestión de recursos hídricos debe ser mirada desde un enfoque preventivo de seguridad debido a que
el cambio climático afecta en el agua de manera focal generando modificaciones territoriales, económicas
y sociales relevantes para la determinación de la calidad de vida de las personas y en este sentido el
enfocarse en la seguridad hídrica se puede considerar como una estrategia visionaria a nivel de adaptación
a las modificaciones climáticas, ante esto se puede entender que la inversión en seguridad hídrica es , a
la vez, una inversión en adaptación en lo que respecta al cambio climático.

Para adaptarse eficazmente al cambio climático, se necesitará una mejor gestión del agua que incluya
una combinación de medidas “duras” (de infraestructura) y “blandas” (institucionales), que excedan lo
que normalmente se consideran“negocios hídricos”. En especial,las estrategias de adaptación al cambio
climático pueden exigir cambios más drásticos en el modo en que la agricultura,la industria y los
asentamientos humanos se manejan en general. (Sadoff .C, Muller.M 2010)

La escasez generalizada de los recursos de agua dulce, su destrucción gradual y sucreciente


contaminación, así como la implantación progresiva de actividades incompatibles en muchas regiones
del mundo, exigen una planificación y gestión integradas de los recursos hídricos. Dicha integración ha
de abarcar todos los tipos de masas interrelacionadas de agua dulce, tanto las aguas superficiales como
las subterráneas, y ha de tener debidamente encuenta los aspectos de la cantidad y calidad del agua. Debe
reconocerse el carácter multisectorial del aprovechamiento de los recursos hídricos en el contexto del
desarrollo socioeconómico, así como lautilización de esos recursos para fines múltiples como el
abastecimiento de agua y el saneamiento,la agricultura,la industria, el desarrollo urbano,la generación de
energía hidroeléctrica,la pesca en aguas interiores, el transporte,las actividades recreativas,la
ordenaciónde las tierras bajas y las planicies y otras actividades. (Sadoff .C, Muller.M 2010)

5.Objetivos de la defensa nacional mirados desde la seguridad hídrica.

Los objetivos de la Defensa nacional de Chile se encuentran establecidos desde el año 1997 en los libros
de la Defensa Nacional, por medio del cual el Ministerio de Defensa va dando a conocer las
actualizaciones a la Política de Defensa Nacional. Es por medio de estas publicaciones que se ido
logrando un consenso político transversal respecto de los objetivos que la defensa nacional propone
alcanzar. Dentro de estos objetivos se han incorporado objetivos que dicen relación con los roles a nivel
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legal y constitucional asignados a las Fuerzas Armadas en tiempo de paz y que se relacionan con la
seguridad interior y la contribución al desarrollo del país. Los objetivos de la defensa nacional se dividen
en aquellos objetivos relacionados con la seguridad externa y en los objetivos que tienen que ver con
seguridad interna y desarrollo. Cuando la Política de Defensa Nacional habla se objetivos de la defensa
para la seguridad externa, considera dentro de los intereses nacionales asociados a la seguridad externa
los puntos mencionados a continuación (Ministerio de Defensa de Chile 2020):

1. Conservar la soberanía, la integridad territorial, la independencia política del país y proteger a la


población de las amenazas externas.
2. Contribuir a la creación de condiciones de estabilidad, al mantenimiento de la paz, seguridad y
gobernanza internacional que minimicen el riesgo a la seguridad externa del país y que faciliten
el desarrollo del país integrado a la comunidad internacional.

Por otro lado, cuando habla de seguridad interna y desarrollo, los objetivos planteados son:

1. Contribuir a la soberanía nacional en todo su territorio, otorgar seguridad a las personas en las
áreas territoriales asignadas bajo jurisdicción de las Fuerzas Armadas, cumpliendo roles
policiales, de protección, de fiscalización, de búsqueda y salvamento, y de apoyo al orden y
seguridad pública conforme a la Constitución y las leyes.
2. Contribuir al Sistema Nacional de Protección Civil mediante la respuesta oportuna ante
situaciones de emergencia y catástrofe, en particular mediante acciones de protección a la
población en condición de riesgo.
3. Contribuir al desarrollo nacional y cooperar al logro de otras capacidades del Estado mediante la
presencia y el apoyo de las Fuerzas Armadas en el territorio nacional; a la integración física de
zonas fronterizas, aisladas y especiales; al desarrollo social y económico de comunidades locales
en dichas zonas; y a la identificación de la población con los valores y tradiciones republicanas,
así como al compromiso ciudadano con la Defensa, para fortalecer la cohesión y unidad nacional
de sus habitantes.

La seguridad hídrica cumple un rol dentro del desarrollo y cumplimiento de los objetivos de la defensa
nacional y en lo relacionado con la soberanía no es diferente, así lo piensa el Doctor en filosofía política
Cristóbal Bellolio, quien platea que “efectivamente, si es que la emergencia climática se manifiesta como
los científicos anticipan, las nociones tradicionales de soberanía nacional van a tener que ser replanteadas
y no sólo porque hay zonas del planeta que no van a poder ser consideradas como pertenecientes a un
país, si no , porque también las acciones para poder mitigar el cambio climático son necesariamente
globales, a la vez señala que hay una serie de dimensiones en las cuales el concepto tradicional de
soberanía nacional ya no va a servir. (CR2 2019)

A su vez, en el caso de la Seguridad y defensa de Estado de Chile, el recurso hídrico es considerado


estratégico y fomentador de desarrollo no sólo a nivel estatal. La sociedad civil defiende el recurso
hídrico del territorio que habita por sobre los intereses de desarrollo, entendiendo que temas como la
energía pueden encontrar un aliciente en nuevas y más sustentables fuente de emisión energética, esto
conlleva que la población civil levante sus intereses por sobre la mantención del orden público
fomentando el desorden social como forma de manifestación ciudadana.

Ejemplo de esto son los conflictos militares que han tenido su génesis en el recurso hídrico tanto a nivel
nacional como internacional. En los últimos 22 años se han registrado desde el año 2000 y hasta el 2022,
al menos 1.057 conflictos por el agua. (Montilla 2023). En el caso de Chile, según el Water Conflict
Chronology, se registran desde el año 2018, conflictos en los que el agua ha sido el catalizador de una
23
movilización social. El impacto a nivel interno en Chile también se muestra latente a nivel social, en
donde basta recordar lo ocurrido en la cuidad de Salamanca ubicada al norte de Chile, cerca de Illapel en
la Región de Coquimbo, en donde alrededor de 60 vecinos de Cuncumen realizan una manifestación para
pedir el cese del consumo de agua en la mina Los Pelambres. Este conflicto conlleva el choque de la
policía con los manifestantes reportando ocho heridos. Un año después un grupo de ciudadanos se
manifestó violentamente en Panquehue, Chile, en la Región de Valparaíso. El grupo destruyó las
instalaciones de agua utilizadas para la agricultura alegando que la sequía y el uso industrial están
provocando escasez de agua para los residentes locales.

Al revisar el tema de la integridad territorial nos vemos enfrentados a un particular desafío en Chile, ya
que las características geográficas del territorio nacional son diversas y varían de una región del país a
otra requiriendo de intervenciones multisectoriales y miradas interdisciplinarias las que pueden ir de lo
local a lo regional y de lo regional a lo nacional a internacional. En el caso de Chile la cuenca es la
principal unidad de manejo de los recursos hídricos. Las características físicas del agua generan un alto
grado de interrelación e interdependencia entre los usos y usuarios de agua en una cuenca, sin embargo,
en la mayoría de los ámbitos territoriales de acción de los actores públicos y privados no coinciden con
los límites naturales de las cuencas (Martín 2015).

Cuando hablamos de Contribuir a la creación de condiciones de estabilidad, al mantenimiento de la paz,


seguridad y gobernanza internacional que minimicen el riesgo a la seguridad externa del país y que
faciliten el desarrollo del país integrado a la comunidad internacional nos estamos refiriendo
directamente, en este caso, a la seguridad hídrica. En Chile la autoridad del agua se encarga de la
asignación del agua en el territorio, el control de la contaminación, evaluación y monitoreo de recurso,
registro, catastro de uso y usuarios; la planificación hídrica, la evaluación de proyectos y aprobación de
obras, la determinación de líneas de rivera y de áreas protegidas; la adjudicación de instancias
administrativas sobre conflictos asociados al agua. (CEPAL 2020). Una adecuada gestión hídrica permite
minimizar las tensiones por el recurso estratégico evitando conflictos territoriales y vecinales fomentando
la estabilidad social y política.

Desde la mirada de la seguridad interna y desarrollo, la seguridad hídrica permite mantener a la soberanía
nacional en todo su territorio resguardando los recursos básicos a nivel de calidad , cantidad y capacidad
acceso a agua potable por parte de la población, a la vez permite trabajar en el otorgar seguridad a las
personas en las áreas territoriales asignadas bajo jurisdicción de las Fuerzas Armadas, en donde en
ocasiones se ven cumpliendo roles policiales, de protección, de fiscalización, de búsqueda y salvamento,
y de apoyo al orden y seguridad pública conforme a la Constitución y las leyes. En el caso de las
catástrofes naturales producidas por escasez o exceso de agua, el ciclo de gestión de riesgo asociados al
agua considera mucho más que el poder identificar a cada uno de los actores en cada una de sus fases, en
este sentido la diversa geografía del territorio chileno ha contribuido a que el tipo de desastres y
emergencias que se presenta a nivel nacional sea diverso, desde inundaciones hasta tsunamis. Según la
OCDE, Chile es uno de los países del G20 que ha presentado pérdidas económicas debido a los desastres
naturales (Cabezas 2020).

En este sentido es importante analizar el rol que tiene Chile en materia del estudio de la gestión de riesgo
de desastres en la región y a nivel global. A nivel regional las materias de la gestión de riesgo de desastres
son variadas y van desde reuniones de alto nivel convocadas por altos mandos, hasta trabajos o ejercicios
militares conjuntos, reforzando de esta forma las capacidades de interacción entre las naciones ante las
consecuencias de un desastre. En este contexto se puntualiza la Conferencia de ministros de Defensa de
las Américas, organización multilateral presidida por Chile y que integra las autoridades del hemisferio
(Cabezas 2020) .
24
La defensa nacional en Chile también se encuentra preocupada de contribuir al Sistema Nacional de
Protección Civil mediante la respuesta oportuna ante situaciones de emergencia y catástrofe, en particular
mediante acciones de protección a la población en condición de riesgo, ejemplo de lo anterior, es la
función de resguardo de la soberanía y la protección de la vida humana en situaciones de catástrofes
hídricas activa a las Fuerzas Armadas desde distintas aristas, por ejemplo, la Armada de Chile cuenta
con el Servicio Hidrográfico y Oceanográfico de la Armada (SHOA), el que opera el Sistema Nacional
de Alarma de Maremotos, asesorando a las autoridades nacionales y regionales sobre la ocurrencia de
eventos tsunamigénicos. Además, participó en doce simulacros programados por la Oficina Nacional de
Emergencia del Ministerio del Interior (Onemi), un ejercicio regional como miembro del Sistema
Regional de Alerta de Tsunami del Pacífico Sudeste, además de elaborar y editar siete nuevas Cartas de
Inundación por Tsunami. Por otra parte, se inauguró una nueva Sala de Operaciones Alternativa del
Sistema Nacional de Alarma de Maremotos en dependencias de la Academia Politécnica Naval, en Viña
del Mar, en la Región de Valparaíso ( Instituto Geofráfico Militar 2019)

En Chile el área de emergencia nacional y protección civil contempla las misiones que se realizan como
contribución a la gestión del riesgo del Estado, para enfrentar emergencias derivadas de catástrofes
naturales o antrópicas. Abarca la colaboración en su prevención, a la reducción o neutralización de sus
efectos inmediatos cuando se producen y a la recuperación de la infraestructura y servicios afectados por
su ocurrencia. Incluye, además, las tareas derivadas de situaciones de Excepción Constitucional de
Catástrofe en que el Presidente de la República delega atribuciones especiales a Jefes de la Defensa
Nacional ( Instituto Geofráfico Militar 2019)

Al mirar el tercer objetivo de la defensa nacional relacionado con contribuir al desarrollo nacional y
cooperar al logro de otras capacidades del Estado mediante la presencia y el apoyo de las Fuerzas
Armadas en el territorio nacional; a la integración física de zonas fronterizas, aisladas y especiales; al
desarrollo social y económico de comunidades locales en dichas zonas; y a la identificación de la
población con los valores y tradiciones republicanas, así como al compromiso ciudadano con la Defensa,
para fortalecer la cohesión y unidad nacional de sus habitantes. En este caso la seguridad hídrica
inicialmente puede generar tensiones en lo relacionado a los recursos hídricos, dentro de otras razones,
ya que se estima que al año 2030 aumentará la demanda de agua en un 30 – 50% (Academia Diplomática
de Chile. 2020), esto de manera inevitable fomenta la preocupación sobre la gestión de la seguridad
hídrica en lo que respecta a calidad y cantidad del agua disponible para consumo humano. Ante lo anterior
se establece que hay tres factores que muestran tener un impacto en la temática de la seguridad hídrica
dentro de lo que se pueden identificar el factor demográfico, el que dice relación con el hecho de vivir
con personas con territorios específicos , en segundo lugar se encuentra el factor asociado a la
infraestructura la que debe permitir el poder conectar los territorios facilitando el transporte y la
conectividad y el factor hidrológico el que se refiere al suministro y abastecimiento adecuado en la zona
permitiendo que la población pueda subsistir. Desde estos factores emanan cuatro objetivos que deben
ser identificados dentro de los que se encuentran la seguridad del abastecimiento de agua traducida en la
gestión de poder coordinar eficaz y efectivamente con el país limítrofe para manejar adecuadamente el
recurso seguido de un segundo objetivo asociado al crecimiento económico y la sustentabilidad referida
al buen manejo del recurso hídrico permitiendo su mantención en el tiempo (Academia Diplomática de
Chile. 2020)

Al mirar el foco del tercer objetivo de seguridad interna y desarrollo de la política de defensa nacional
de Chile en lo que respecta a la integración física de zonas fronterizas, aisladas y especiales; al desarrollo
social y económico de comunidades locales en dichas zonas el concepto de aguas transfronterizas se hace

25
latente y los cursos de agua toman relevancia. La convención sobre los derechos de los usos de los cursos
de agua internacionales para fines distintos a la navegación, adoptada por la Asamblea General de las
Naciones Unidas se puede considerar uno de los instrumentos internacionales de regulación en la materia
y define en su artículo 2 al curso de agua como un sistema de superficie y subterránea que en virtud de
su constitución física, constituyen un conjunto unitario y normalmente fluyen a una desembocadura
común (CDGA 2018).

En el caso de Chile, los recursos hídricos son compartidos con Perú, Bolivia y Argentina, compartiendo
cerca de 7.000 kilómetros de frontera siendo la Cordillera de los Andes la que determina la forma y
naturaleza de muchos ríos, el problema de esto es que muchas de las delimitaciones no coinciden con la
realidad física de los cuerpos de agua (CDGA 2018) ante lo anterior se considera necesario establecer
una agenda de gestión de aguas transfronterizas que permita mejorar los sistemas de información
cartográfica e hídrica en relación a la cantidad y calidad de las aguas superficiales y subterranéas
compartidas siempre mirado desde la gestión de los recursos hídricos transfronterizos en post del
desarrollo nacional.

Reflexiones Finales.

La seguridad hídrica es un tema crucial para el bienestar humano y el medio ambiente siendo importante
reflexionar sobre cómo se puede conservar y proteger los recursos hídricos para garantizar un suministro
seguro y sostenible de agua para las generaciones presentes y futuras.

Sin embargo, la seguridad hídrica recién comienza un camino en donde el ámbito de la seguridad y
defensa va entendiendo, en base a la vivencia de diversas situaciones, la importancia que la seguridad
hídrica tiene para la seguridad nacional sobre todo para el resguardo y mantención de la estabilidad
política y social.

El incorporar dentro de la definición de seguridad hídrica la gestión de riesgos y daños, implica reconocer
la función activa que el ámbito de la seguridad y defensa ejerce ante este tipo de escenarios.

Es fundamental que los gobiernos, las empresas y los ciudadanos trabajen juntos para implementar
prácticas y políticas que promuevan la conservación del agua y la gestión adecuada de los recursos
hídricos. Además, es importante fomentar la educación y la conciencia pública sobre la importancia del
agua y cómo podemos contribuir a su uso responsable.

Más importante aún es abrir la discusión de manera amplia invitando a la concientización por parte del
sistema de gobernanza estatal y los sectores públicos, privados y de la sociedad civil, a tomar una
participación activa en lo que respecta a la intervención por parte de la defensa nacional en situaciones
de catástrofe natural o antropogénica mirando siempre hacia la importancia de ser efectivos en la
protección civil y de infraestructura critica con el fin de mantener la calidad de vida de las personas.

De manera definitiva, la seguridad hídrica genera un impacto relevante en el ámbito de la seguridad y


defensa de estado sobre todo en lo relacionado con la protección civil y la activación y despliegue en
caso de catástrofes naturales. La ayuda humanitaria y el resguardo, construcción y mantención de la
infraestructura crítica del recurso hídrico es una de las tareas esenciales de la seguridad hídrica y en Chile
las Fuerzas Armadas son quienes cuentan con las capacidades y competencias para llevar a cabo tales
tareas, que hoy en día no se consideran como tareas primarias.

26
Es importante también que se considere dentro de los actores públicos intervinientes en la seguridad
hídrica al Ministerio de Defensa, quienes deben ser invitados dentro de las comisiones y mesas de trabajo
del senado y de la cámara de diputados, ya que las aristas en que la seguridad hídrica incide van mucho
más allá que solamente las medioambientales, reforzando la idea que el agua es considerado un recurso
estratégico catalizador de posibles conflictos vecinales y locales.

La seguridad hídrica es un desafío global que requiere una acción coordinada y sostenida para garantizar
que todos tengan acceso a agua limpia y segura con el fin de resguardar el derecho humado de acceso al
recurso hídrico. Como sociedad, se deben tomar medidas para proteger los recursos estratégicos y
garantizar un futuro sostenible para todos siendo desde la gobernanza que la protección civil debe ser
resguardada y desde donde se debe asegurar la activación de los recursos financieros, políticos y
estratégicos para mantener en resguardo uno de los recursos naturales estratégicos para el desarrollo del
país.

Al mirar la influencia de la seguridad hídrica en el logro de los objetivos nacionales queda en evidencia
la importancia de este tipo de seguridad y por sobre todo de la gestión de esta, ya que el contar con puntos
de vulnerabilidad en lo que respecta al recurso hídrico puede llevar a intervenir de manera directa en el
desarrollo de los intereses nacionales, asi como en los objetivos de la defensa nacional y sus áreas de
misión.

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