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HEBREOS 5:8
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Y aunque era Hijo, por lo que padeció aprendió la obediencia;
Titulo: Claves para entrar en la puerta de la obediencia a Dios..
Introducción:
¿Por qué crees en Dios? La mayoría de las personas se confunden con esta
pregunta. Siempre tienen dos puntos de vista completamente diferentes acerca del
Dios práctico y del Dios que está en el cielo, lo que demuestra que creen en Dios, no
con el fin de obedecerlo, sino para recibir ciertos beneficios o para escapar del
sufrimiento que trae el desastre, solo entonces son algo obedientes.
La obediencia consiste en hacer lo que Dios diga, cuando, como y con quien Él
diga. No hay espacio para la pasividad en lo relacionado a la obediencia a nuestro
Padre celestial. Este nivel de compromiso requiere una decisión activa.La
obediencia a Dios es una actitud que tenemos que aprender a aceptar. No es una
cualidad que adquirimos de manera automática cuando nos convertimos en
creyentes. En cuanto a ¿cómo obedecer a Dios? el Señor Jesús nos proporcionó
un ejemplo perfecto de sumisión al Padre.
Todo ser humano ha fallado ante esta misma prueba, pues nuestra naturaleza nos
impulsa a hacer lo que es de nuestro agrado. El Señor nos ha dado muchas
bendiciones, pero cada vez que nos pide que nos despojemos de aquello que no
le gusta, tratamos de encontrar excusas para no hacerlo. Hay ocasiones en que
hasta las usamos para justificar nuestras rebeliones.
“Mi comida es que haga la voluntad del que me envió, y que acabe su obra” (Jn
4.34).
Es decir, que afirma que el obedecer a su Padre celestial era lo que traía
satisfacción a su vida. No buscaba la aprobación de las multitudes que venían a
escucharle, sino que su alma se sentía satisfecha al complacer al Padre celestial.
Es al obedecer a Dios que sentimos más gozo, pero en ocasiones creemos que es
mejor hacer lo que es de nuestro agrado. Puede que, como consecuencia de
nuestra obediencia, seamos malinterpretados, perdamos nuestro empleo o
seamos rechazados. Sin embargo, si le obedecemos, disfrutaremos de sus
bendiciones y sentiremos la satisfacción de poder hacer la voluntad de Dios.
Oh Dios mio en ti confio, tengo gozo y solaz y a pesar del enemigo tengo paz
1 juan 5:14 y esta es la confianza que tenemos en él , que si pedimos alguna cosa
conforme a su voluntad, el nos oye
1 juan 5:15
15-y si sabemos que el nos oye en cualquiera cosa que pidamos sabemos que
tenemos las peticiones que le hayamos hecho.
Cuando Noé hizo lo que Dios le ordenó no conocía Sus intenciones. No sabía lo que
Él quería llevar a cabo. Dios sólo le había dado un mandato y le había ordenado
hacer algo, y sin mucha explicación, Noé siguió adelante y lo hizo. No intentó
descifrar secretamente los propósitos de Dios ni se resistió a Él, ni mostró falta de
sinceridad. Sólo fue y actuó en consecuencia, con un corazón puro y simple. Hizo
todo lo que Dios le hizo hacer; obedecerle y escuchar Su palabra sostuvieron su fe
en lo que hacía. Así fue como lidió de forma directa y simple con lo que Dios le
encargó. Su esencia, la esencia de sus acciones, fue la obediencia, no cuestionar, no
resistirse y, además, no pensar en sus propios intereses personales ni en sus
ganancias y pérdidas. Además, cuando Dios dijo que destruiría el mundo con un
diluvio, Noé no preguntó cuándo lo haría ni qué sería de las cosas, y desde luego no
le preguntó a Dios cómo iba a destruir el mundo. Simplemente hizo lo que Dios
ordenó. Como fuera que Dios quisiera hacerlo y por el medio que deseara, él siguió
al pie de la letra lo que Dios le pidió y además, de inmediato emprendió acción.
Actuó de acuerdo con las instrucciones de Dios con la actitud de querer satisfacer a
Dios. ¿Lo hacía para ayudarse a sí mismo a evitar el desastre? No. ¿Le preguntó a
Dios cuánto faltaba para que el mundo fuese destruido? No. ¿Le preguntó a Dios o
acaso sabía cuánto tardaría en construir el arca? Tampoco lo sabía. Simplemente
obedeció, escuchó, y actuó en consecuencia.
5.Estar dispuestos a experimentar conflicto.
Todos los que obedecen a Dios enfrentarán conflictos. Sentiremos discordia en
nuestro interior cada vez que el Señor nos llame a hacer algo que no parece
razonable desde nuestro punto de vista. Y también sabemos que la obediencia
puede traer como resultado que otros se alejen de nosotros, pues no comprenden
o no están de acuerdo con lo que el Señor nos ha dicho.
—¿Se complace tanto el SEÑOR en los holocaustos y en los sacrificios como en que
la palabra del SEÑOR sea obedecida? Ciertamente el obedecer es mejor que los
sacrificios, y el prestar atención es mejor que el sebo de los carneros.
Además, la obediencia a Dios nos lleva a las otras actitudes espirituales correctas.
Hay otras razones importantes por las que debemos vivir en obediencia: Para
glorificar a Dios, para recibir bendiciones, para dar testimonio a los incrédulos y
ser un ejemplo para otros cristianos.
El ser obedientes también nos permite ser llenos con el Espíritu Santo. Cuando
estamos llenos del Espíritu, estamos en condiciones de poder alcanzar a los no
creyentes y ser un ejemplo para los que observan como vivimos.
Jesús dice en Lucas 6:46, “¿Por qué llamáis, Señor, Señor, y no hacéis lo que yo
digo”. Si Jesús es el Señor de su vida, debiera hacer lo que le pide que haga.
Mateo 7:13-14 nos dice que el camino que lleva a la salvación es angosto. Lo es
porque está limitado por la voluntad de Dios, la ley y la Palabra. Tenemos que
afirmar a Cristo como Señor (Ro. 10:9-10) y someternos a su señorío. Eso
significa vivir una vida de obediencia.
Importancia de la obediencia a Dios
Dios nos ha llamado a ser obedientes a su Palabra. Podemos saber qué piensa
acerca de las cosas porque Él nos lo dice en su Palabra. La meta del ministerio
debería ser el formar un pueblo obediente. Esa ha sido siempre la intención de
Dios tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento.
Es triste que cuando algunas personas se ven confrontadas con la verdad divina
que los convence de algo que no es correcto en sus vidas, ellos siguen en su
camino de desobediencia. Por ejemplo, supongamos que escucha un sermón
acerca del perdón y hay alguien que usted conoce que necesita su perdón.
Pero usted procura borrar ese mensaje de su mente y continuar con su actitud de
amargura y de negarse a perdonar. Eso es desobediencia. Es todo lo contrario a
lo que Dios quiere conseguir en su vida.
Alguien dirá: “Yo voy al templo. ¿No es eso suficiente? Primera Samuel 15:22
dice: “Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios”. El ritual nunca puede
reemplazar a la obediencia. En 1 Pedro 1 el apóstol dice:”Ceñid los lomos de
vuestro entendimiento” (v.13).
En otras palabras, estén seguros de que sus prioridades están en buen orden.
“Como hijos obedientes, no os conforméis a los deseos que antes teníais estando
en vuestra ignorancia” (v. 14). No vivan en la manera que vivían antes de ser
cristianos. Tienen que ser hijos obedientes.
Jesús dijo: “Antes bienaventurados los que oyen la Palabra de Dios, y la guardan”
(Lc. 11:28). Pablo, al elogiar a los cristianos de Roma, dice: “Porque vuestra
obediencia ha venido a ser notoria a todos, así que me gozo de vosotros” (Ro.
16:19). El corazón de un pastor se alegra cuando es manifiesta la obediencia de
los creyentes. Debemos comprometernos a obedecer la Palabra de Dios. Si el
Espíritu le enseña a usted una verdad, aplíquela. Cuando se sienta tocado en su
consciencia por la verdad, no diga: “Cuánto me hubiera gustado que tal persona
hubiera escuchado este sermón”.
En su creencia en Dios, Pedro buscó satisfacerle en todas las cosas y obedecer todo
lo que viniera de Él. Sin la más mínima queja, fue capaz de aceptar el castigo y el
juicio, así como el refinamiento, la tribulación y la necesidad en su vida, nada de lo
cual pudo alterar su amor a Dios. ¿No era este el máximo amor a Dios? ¿No era
esto el cumplimiento del deber de una criatura de Dios? Ya sea en el castigo, el
juicio o la tribulación, siempre eres capaz de lograr la obediencia hasta la muerte y
esto es lo que debe conseguir una criatura de Dios; esta es la pureza del amor a
Dios. Si el hombre puede conseguir tanto, es una criatura calificada de Dios y no
hay nada que satisfaga más el deseo del Creador. Imagina que eres capaz de obrar
para Dios, pero no lo obedeces y eres incapaz de amarlo verdaderamente. De esta
forma, no solo no habrás cumplido el deber de una criatura de Dios, sino que Él
también te condenará, porque eres alguien que no posee la verdad, incapaz de
obedecerlo y desobediente a Dios. Solo te preocupas de obrar para Dios y no de
poner en práctica la verdad ni de conocerte a ti mismo. No entiendes ni conoces al
Creador y no lo obedeces ni lo amas. Eres una persona que es desobediente a Dios
de manera innata, y el Creador no ama a tales personas.
Romanos 8:35-39
Reina-Valera 1960
35
¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución,
o hambre, o desnudez, o peligro, o espada? 36 Como está escrito:
37
Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que
nos amó. 38 Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni
principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, 39 ni lo alto, ni lo
profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es
en Cristo Jesús Señor nuestro.