Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
INTRODUCCIÓN
El Buen Trato ¿es una actitud que se aprende o se trae ya al nacer? Si bien algunas corrientes
pedagógicas tienden a afirmar lo segundo, también es cierto son los ejemplos de nuestros padres
y mayores los que con mucha frecuencia nos vienen a la mente cuando buscamos razones para
justificar o entender nuestro comportamiento.
Nuestro tema de hoy intenta dar más peso a la experiencia personal, más que al contenido
teórico. Buscar en nuestra vida los momentos, acontecimientos o lugares donde recibimos un
trato amable, justo, que nos hizo reconocernos como personas amadas y aceptadas por personas
concretas… y hacer consciente la huella que esos momentos dejaron en nuestro corazón.
PARTE TEÓRICA
B. Lectura propuesta.
Es importante subrayar el papel de los adultos en las relaciones familiares, ya que es en ellos en
quienes recae el mayor peso de responsabilidad de esas relaciones: los adultos se convierten en
“modelos” y ejemplos de las formas básicas de interactuar con los otros. No es aventurado afirmar
que de los adultos depende que la familia se convierta en un espacio de buen trato, o, por el
contrario, de maltrato.
¿Qué necesita una familia para promover el buen trato y contrarrestar el maltrato? Sin ánimo de
ser exhaustivos, podemos resumirlo en varios aspectos que se complementan mutuamente, pues
están muy relacionados:
Muchas veces damos por supuesto que existe afecto entre los miembros de una familia y la
práctica nos dice que es necesario que ese afecto se exprese y se demuestre con gestos y con
palabras. La expresión “Ellos saben que los quiero” es, sencillamente, inaceptable referida a la
propia familia. Dar y recibir afecto es una necesidad básica del ser humano y debe ser cultivada
desde la más tierna infancia, pues su ausencia puede dar lugar a la aparición de conductas
conflictivas. No hay nada más nutriente que un “¡Te quiero!”, expresado con verdadero
sentimiento y reforzado con gestos corporales (una mirada a los ojos, una mano apoyada en el
hombro, un abrazo acogedor…).
Junto con la dimensión afectiva, la satisfacción de las necesidades más básicas es fundamental
para descubrir que el mundo no es un lugar hostil para las personas: la familia debería proveer
alimento, techo, abrigo, seguridad… Descuidar esto, o no satisfacerlo por atender otras
prioridades, es también una forma de negar el amor.
Las relaciones se desarrollan cuando hay contacto cercano y directo entre las personas. No se
puede amar “de forma virtual”: a través de una pantalla o por medio de llamadas telefónicas,
únicamente. En un mundo tan agobiado por horarios y actividades, es posible que las familias no
encuentren tiempo para juntarse y compartir; pero, si se quiere cultivar relaciones sanas, será
importante que se busquen espacios para la interacción: comer juntos en el desayuno o en la
cena, salir a pasear una vez al mes, sentarse a platicar, celebrar los acontecimientos importantes…
Estos momentos serán recordados como momentos especiales que dieron paso a otras vivencias
importantes en la vida.
No nos sintamos culpables por las múltiples actividades de trabajo que nos restan tiempo para
estar en familia, pero aprendamos a dar prioridad a lo que es importante. Los demás podrán darse
cuenta y apreciarán nuestros esfuerzos por estar en las fechas importantes, hacernos presentes en
actividades escolares y tantas otras ocasiones que suceden… y, sin duda, lo agradecerán.
3. Comunicación eficaz.
La cortesía no sobra en las relaciones familiares: el “por favor”, “gracias”, “tú primero” … son
expresiones que deberían ser frecuentes en nuestra comunicación familiar, pues es otra forma de
expresar lo importante que las otras personas son para mí.
La comunicación sana requiere también un ambiente que brinde seguridad y confianza, en el que
las personas saben que son queridas y aceptadas incondicionalmente. Un ambiente así no se crea
de un día a otro: se va construyendo desde las primeras experiencias de vida.
Finalmente, que todos participen, en la medida de sus posibilidades en las decisiones que afectan
a todos es una manera de que todos sean tomados en cuenta y que se aprenda a vivir en un
ambiente democrático que da espacio a la diversidad de opiniones y posturas. Buscar juntos las
soluciones que mejor respondan a las necesidades familiares ayudará a aumentar el sentido de
cohesión familiar.
Las relaciones en la familia construyen la propia imagen del yo: más allá del nombre que nuestros
padres nos dieron, nos dieron además un lugar en la vida, un motivo para ser tomados en cuenta,
para sentirnos orgullosos de nosotros mismos y aprender a creer en nuestras propias capacidades.
Frases como “Creo en ti”, “Te felicito porque has ordenado tus juguetes” opuestas a “¡Déjalo ya,
inútil!” o “¿Por qué nunca haces bien las cosas?” pueden construir un futuro o derrumbarlo. Es
preciso elegir las palabras con cuidado y compasión. E, incluso si nos equivocamos, es posible
encontrar espacio para la reparación y el volverlo a intentar.
Una autoestima que se forma en un ambiente familiar de apoyo y aceptación, ayuda a aumentar la
confianza en sí mismo y la capacidad de resiliencia de las personas.
Los comportamientos inadecuados o exagerados que muchas personas manifiestan para llamar la
atención son, en muchos casos, producto de un ambiente familiar donde no recibían
suficientemente cariño y reconocimiento.
La familia tiene normas como las tiene cualquier grupo humano; así que es conveniente
explicitarlas, explicarlas y ser coherentes con su cumplimiento: ¿Cuál es el límite de una broma?
¿Qué comportamientos son tolerados y cuáles son considerados inadmisibles? ¿Qué
consecuencias tiene determinado comportamiento? El buen trato no es sinónimo de
permisivismo. La disciplina, ejercida de manera positiva y no de forma coercitiva o violenta, ayuda
a desarrollar el autocontrol, la capacidad de discernimiento, la sensación de logro. Los niños, niñas
y adolescentes que crecen en hogares donde se han encontrado límites sanos, basados en la
prudencia y el buen juicio, aprenden a mostrarse más seguros y adaptarse con mayor facilidad a
los nuevos ambientes y situaciones que la vida les presenta.
Es evidente que los aspectos señalados pueden ser posibles si los adultos tomamos la iniciativa de
promoverlas en nuestras familias. Los niños y las niñas siguen los modelos que ven en los adultos,
y buscarán en otros lugares las oportunidades que no encuentran en casa: para expresarse, para
demostrar su afecto, para sentirse parte de algo… Nuestra responsabilidad como adultos en
familia es promover esos ambientes sanos que den lugar a las relaciones interpersonales sanas. De
allí la importancia de programas que ayuden a fortalecer las habilidades parentales y promuevan
modelos de crianza basados en el buen trato.
Y si nuestra experiencia familiar en la niñez no fue lo que debería haber sido, tenemos la
oportunidad de buscar conscientemente marcar una diferencia: puedo y debo ser lo que estoy
llamado a ser, para mi familia, para mis hijos e hijas… para los niños, niñas y adolescentes que
están a mi cargo. En estos casos, personas que acompañen un camino de integración y
crecimiento personal serán un recurso valioso a considerar.
PARTE PRÁCTICA
En una hoja, dibuja una línea, que llamaremos la “Línea de la Vida”, y marca en ella tantos
puntos como fechas (o años) que consideres importante marcar porque los consideras
relevantes en tu vida. Usas los colores para resaltar lo más significativo, lo más
importante… o sencillamente para decorar.
Puedes agregar otra línea, paralela a la anterior, donde vayas colocando nombres de
lugares (casa, escuela, pueblo, ciudad…) y traigan a tu mente recuerdos de buen trato que
has recibido de otras personas.
Termina escribiendo una acción de gracias dirigida a Dios, o a una persona en particular, si
lo deseas, por la riqueza que cada uno de esos encuentros ha significado para ti.
SÍNTESIS PERSONAL
OBJETIVO:
INTRODUCCIÓN
Aunque son opuestos y podemos diferenciarlos con facilidad, debemos reconocer
que el maltrato ocurre en nuestras sociedades y en nuestras relaciones con
mucha frecuencia.
PARTE TEÓRICA
Lectura: LOS VALORES FUNDAMENTALES PARA LA CULTURA DEL BUEN
TRATO
Tomada del libro: Hagamos un trato por el buen trato. Campaña educativa que promueve una
cultura de paz. (2011) República Dominicana.
PARTE PRÁCTICA
En los siguientes casos se presentan una serie de alternativas: Escoja la que
representa la mejor forma de actuación en los casos planteados. Compare sus
respuestas con la guía que se ofrece aparte. Por favor, no consulte la guía de
respuestas hasta terminar el ejercicio personal.
Ninguna. Los niños de tercer grado se dicen cosas unos a otros con
frecuencia.
Felipe debe ser castigado por insultar a su compañero.
Denunciar al padrastro de Felipe por violencia intrafamiliar.
(Ninguna de las anteriores)
Caso 6: Ricardo trabaja horas extra para poder mantener las cosas de casa.
Hay que hacer sacrificios, porque eso significa regresar a casa cuando sus
hijos ya están en cama y apenas hay tiempo para hablar con su esposa
quien, generalmente, no hace más que reclamarle su ausencia. El fin de
semana ha conseguido otro empleo porque, con la crisis económica, las
cosas están más caras. A veces, Ricardo piensa que está siendo un mal
padre para sus hijos. ¿Está Ricardo maltratando a su familia? ¿Qué debería
hacer Ricardo en este caso?
SÍNTESIS PERSONAL
Anota tus conclusiones personales sobre el contenido de esta ficha
OBJETIVO:
INTRODUCCIÓN
Ya vimos que la autoestima y el concepto de uno mismo se forma, en gran medida, por la
interacción con otras personas. El buen trato posibilita que cada uno de nosotros pueda
desarrollar una autoestima positiva: reconocer mis capacidades, sentirme “capaz de”, proponerme
metas en la vida… pero, la autoestima no sólo es cuestión de “saber hacer”, sino de reconocerme
como persona, con todas mis posibilidades de crecimiento y desarrollo, de lograr la felicidad y
alcanzar mis proyectos.
El ejercicio de hoy complementa el del contenido 2: pues, ya que hemos traido a nuestro recuerdo
las experiencias de buen trato, podemos ahora concluir que somos personas merecedoras de ese
cariño, ese respeto…. Al mismo tiempo, nos situará a nosotros como Multiplicadores de Ternura y
Buen Trato, pues estamos invitados a mostrar a otros esa ternura y buen trato que en algún
momento recibimos de otras personas.
PARTE TEÓRICA
Lectura del documento: “El Buen Trato y la formación de la autoestima del niño” Gómez R., Juan
Fernando (2019)
PARTE PRÁCTICA
Ahora, intenta hablar con el niño/a que eras… piensa en las cualidades positivas que tiene
ese niño/ esa niña y expresa esas cualidades en voz baja, de manera que tú puedas oírlas.
Por ejemplo: “Tú eres un niño/una niña muy cariñoso y atento con los demás.” “Te gusta
prestar tus juguetes para que tus hermanos menores también jueguen” … y otras
similares.
Presta atención a tus sentimientos: ¿qué sientes? ¿Qué te dice esto de la persona que eres
hoy?
Ahora, escribe esas frases en la hoja que tienes, comenzando cada frase con “Yo soy…”:
“Yo soy cariñoso y atento con los demás”, “Yo soy generoso” …
Dedica un momento a agradecer las experiencias positivas de tu niñez, las personas que te
ayudaron a ser lo que hoy eres. Da gracias por esas cualidades que tienes y que te hacen
ser digno/digna de ser tratado con cariño y respeto.
Escoge tres de esas frases: escríbelas aparte y decóralas a tu gusto. Colócalas en un lugar
visible de tu habitación o tu lugar de trabajo. Puedes compartir una imagen de esas frases
en el chat de WhatsApp
SÍNTESIS PERSONAL