Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
org
VISIÓN GENERAL
CRÁNEO
Cara anterior del cráneo
Cara lateral del cráneo
TABLA 8-1. Puntos craneométricos
Cara posterior del cráneo
Cara superior del cráneo
Cara externa de la base del cráneo
Cara interna de la base del cráneo
TABLA 8-2. Orificios, forámenes, fisuras y otras aperturas de las fosas craneales y contenido
1487
booksmedicos.org
booksmedicos.org
MENINGES CRANEALES
Duramadre
Aracnoides y piamadre
Espacios meníngeos
CUADRO CLÍNICO: Cavidad craneal y meninges
ENCÉFALO
Partes del encéfalo
Sistema ventricular del encéfalo
Irrigación arterial del encéfalo
Drenaje venoso del encéfalo
TABLA 8-7. Irrigación arterial de los hemisferios cerebrales
CUADRO CLÍNICO: Encéfalo
Inervación de la órbita
Vascularización de la órbita
TABLA 8-9. Arterias de la órbita
1488
booksmedicos.org
booksmedicos.org
Glándulas salivares
CUADRO CLÍNICO: Región labial
FOSA PTERIGOPALATINA
Porción pterigopalatina de la arteria maxilar
Nervio maxilar
CUADRO CLÍNICO: Fosa pterigopalatina
NARIZ
Nariz propiamente dicha
Cavidades nasales
Vascularización e inervación de la nariz
Senos paranasales
CUADRO CLÍNICO: Nariz
OÍDO
Oído externo
Oído medio
Oído interno
CUADRO CLÍNICO: Oído
Variantes anatómicas
1489
booksmedicos.org
booksmedicos.org
Procedimientos diagnósticos
Ciclo vital
Procedimientos quirúrgicos
Traumatismo
Patología
VISIÓN GENERAL
La cabeza es la parte superior del cuerpo, unida al tronco por el cuello. Es el centro
de control y comunicación y el «área de carga y descarga» del organismo. Alberga el
cerebro y, por lo tanto, es el lugar de la ideación consciente, la creatividad, la
imaginación, las respuestas, la toma de decisiones y la memoria. Contiene receptores
sensoriales especiales (ojos, oídos, boca y nariz) e instrumentos para la emisión de la
voz y para la expresión; es la puerta de entrada para el combustible (alimentos), el
agua y el oxígeno, y la puerta de salida para el dióxido de carbono.
La cabeza contiene el encéfalo y sus cubiertas protectoras (cavidad craneal y
meninges), los oídos y la cara. La cara posee aberturas y vías de paso, con glándulas
lubrificantes y válvulas (sellos) para cerrar algunas de dichas aberturas; posee además
los elementos de la masticación y las órbitas, que albergan el aparato visual. La cara
nos aporta también la identidad individual. Las enfermedades, las malformaciones y
los traumatismos de las estructuras de la cabeza constituyen la base de muchas
especialidades, como odontología, cirugía maxilofacial, neurología, neurorradiología,
neurocirugía, oftalmología, cirugía oral, otología, rinología y psiquiatría.
CRÁNEO
El cráneo1 es el esqueleto de la cabeza (fig. 8-1 A). Está formado por 22 huesos
separados. Diversos huesos constituyen sus dos partes, el neurocráneo y el
viscerocráneo (fig. 8-1 B). El neurocráneo es la caja ósea del encéfalo y sus
cubiertas membranosas, las meninges craneales. Contiene también las porciones
proximales de los nervios craneales y los vasos encefálicos. El neurocráneo del adulto
está formado por una serie de ocho huesos: cuatro impares centrados en la línea
media (frontal, etmoides, esfenoides y occipital) y dos series de pares bilaterales
(temporal y parietal) (figs. 8-1 A, 8-2 A y 8-3).
1490
booksmedicos.org
booksmedicos.org
FIGURA 8-1. Cráneo del adulto I. A) En la posición anatómica, el borde inferior de la órbita y el borde
superior del meato acústico externo se encuentran en el mismo plano horizontal orbitomeatal (horizontal de
Frankfort). B) El neurocráneo y el viscerocráneo son las dos partes funcionales primarias del cráneo. En la
vista lateral se observa que el volumen del neurocráneo, que aloja el encéfalo, duplica aproximadamente el
volumen del viscerocráneo. C) Los huesos impares esfenoides y occipital contribuyen de forma importante a
la base del cráneo. La médula espinal se continúa con el encéfalo a través del foramen magno, la gran abertura
en la parte basal del hueso occipital.
1491
booksmedicos.org
booksmedicos.org
FIGURA 8-2. Cráneo del adulto II. A) El viscerocráneo, que alberga el aparato óptico, la cavidad nasal, los
senos paranasales y la cavidad bucal, domina la vista frontal (facial) del cráneo. B y C) La mandíbula es un
componente importante del viscerocráneo, y se articula con el resto del cráneo mediante la articulación
temporomandibular. En la ancha rama y el proceso coronoides de la mandíbula se insertan músculos potentes,
capaces de generar una gran fuerza relacionada con la mordida y la masticación.
1492
booksmedicos.org
booksmedicos.org
FIGURA 8-3. Cráneo del adulto III. Cada uno de los huesos del cráneo se identifica por un color. La
incisura supraorbitaria, el foramen infraorbitario y el foramen mentoniano, por los que pasan los principales
nervios sensitivos de la cara, se encuentran, aproximadamente, en una línea vertical.
1493
booksmedicos.org
booksmedicos.org
1494
booksmedicos.org
booksmedicos.org
FIGURA 8-4. Cráneo del adulto IV. A) Cada uno de los huesos del cráneo se identifica por un color. Dentro
de la fosa temporal, el pterión es un punto craneométrico localizado en la unión del ala mayor del esfenoides,
la porción escamosa del temporal, el frontal y el hueso parietal. B y C) Huesos suturales que aparecen a lo
largo de las suturas temporoparietal (B) y lambdoidea (C).
1495
booksmedicos.org
booksmedicos.org
FIGURA 8-5. Radiografía de cráneo. Los huesos neumatizados (llenos de aire) contienen senos o celdillas
que aparecen radiotransparentes (áreas oscuras) y que reciben el nombre del hueso ocupado por ellos. Las
porciones orbitarias derecha e izquierda del hueso frontal no se superponen; así, la fosa craneal anterior
aparece como dos líneas (P). (Cortesía del Dr. E. Becker, Associate Professor of Medical Imaging, University
of Toronto, Toronto, Ontario, Canada.)
Varios huesos del cráneo (frontal, temporal, esfenoides y etmoides) son huesos
neumatizados, que contienen espacios aéreos (celdillas aéreas o grandes senos),
presumiblemente para reducir su peso (fig. 8-5). El volumen total de los espacios
1496
booksmedicos.org
booksmedicos.org
1497
booksmedicos.org
booksmedicos.org
1498
booksmedicos.org
booksmedicos.org
forman los bordes infraorbitarios medialmente. Poseen una amplia conexión con los
huesos cigomáticos lateralmente, y un foramen infraorbitario inferior a cada órbita
para el paso del nervio y los vasos infraorbitarios (fig. 8-3).
La mandíbula es un hueso en forma de U con un proceso (apófisis) alveolar que
soporta los dientes mandibulares. Consta de una parte horizontal, el cuerpo, y una
vertical, las ramas (v. fig. 8-2 B y C). Inferiormente a los segundos dientes
premolares se encuentran los forámenes mentonianos para los nervios y vasos
mentonianos (v. figs. 8-1 A, 8-2 B y 8-3). La protuberancia mentoniana, que forma
la prominencia del mentón, es una elevación ósea triangular inferior a la sínfisis
mandibular, unión ósea donde se fusionan las mitades de la mandíbula en el niño (v.
fig. 8-2 A y B).
1499
booksmedicos.org
booksmedicos.org
FIGURA 8-7. Cráneo del adulto V: vista occipital. A) La cara posterior del neurocráneo, u occipucio, está
formada por partes de los huesos parietales, el hueso occipital y las porciones mastoideas de los huesos
temporales. Las suturas sagital y lambdoidea coinciden en el punto lambda, que suele poder apreciarse como
una depresión en las personas vivas. B) Se ha retirado la porción escamosa del hueso occipital para exponer la
parte anterior de la fosa craneal anterior.
1500
booksmedicos.org
booksmedicos.org
los huesos parietales, y la sutura lambdoidea separa los huesos parietal y temporal
del hueso occipital (fig. 8-8 A a C). El bregma es el punto craneométrico formado
por la intersección de las suturas sagital y coronal (figs. 8-6 y 8-8 A; tabla 8-1). El
vértice (vértex), o punto más superior de la calvaria, está próximo al punto medio de
la sutura sagital (figs. 8-6 y 8-7 A).
El foramen parietal es un orificio pequeño e inconstante que está situado
posteriormente en el hueso parietal, cerca de la sutura sagital (fig. 8-8 A y C). A
menudo puede haber forámenes parietales pares. Los forámenes muy irregulares y
variables situados en el neurocráneo son los forámenes emisarios, atravesados por las
venas emisarias que conectan las venas de la piel cabelluda (o cuero cabelludo) con
los senos venosos de la duramadre (v. «Piel cabelluda»).
1501
booksmedicos.org
booksmedicos.org
1502
booksmedicos.org
booksmedicos.org
FIGURA 8-8. Cráneo del adulto VI: calvaria. A) Las porciones escamosas de los huesos frontal y occipital,
y ambos huesos parietales, contribuyen a formar la calvaria. B) En la cara externa de la parte anterior de la
calvaria se encuentra el bregma, donde coinciden las suturas coronal y sagital, y el vértice o punto superior del
cráneo. C) Esta vista externa muestra un prominente foramen parietal unilateral. Aunque los forámenes de las
venas emisarias suelen observarse en esta localización general, puede haber una gran variación.
1503
booksmedicos.org
booksmedicos.org
FIGURA 8-9. Cráneo del adulto VI: cara externa de la base del cráneo. A) Cada uno de los huesos
integrantes se identifica por un color. B) El foramen magno se localiza a medio camino entre los procesos
mastoides y a su mismo nivel. El paladar duro constituye tanto una parte de la pared superior de la boca como
la pared inferior de la cavidad nasal. Las grandes coanas, a cada lado del vómer, constituyen la entrada
posterior a las cavidades nasales.
El paladar duro (paladar óseo) está formado por los procesos palatinos de los
maxilares anteriormente y las láminas horizontales de los huesos palatinos
posteriormente. El borde posterior libre del paladar duro se proyecta posteriormente
1504
booksmedicos.org
booksmedicos.org
FIGURA 8-10. Hueso esfenoides. El esfenoides es un hueso impar e irregular, lleno de aire (neumático). A)
Se han retirado partes de la delgada pared anterior del cuerpo del hueso para mostrar el interior del seno
1505
booksmedicos.org
booksmedicos.org
esfenoidal, que está típicamente dividido, de forma irregular, en cavidades derecha e izquierda. B) La fisura
orbitaria superior es un espacio entre las alas mayor y menor del esfenoides. Las láminas medial y lateral son
componentes de los procesos pterigoides. C) Detalles de la silla turca, formación de la línea media que rodea
la fosa hipofisaria.
1506
booksmedicos.org
booksmedicos.org
1507
booksmedicos.org
booksmedicos.org
1508
booksmedicos.org
booksmedicos.org
FIGURA 8-12. Cráneo del adulto IX: cara interna de la base del cráneo. A) Cara interna que muestra los
huesos que la componen y sus características. B) El piso de la cavidad craneal puede dividirse en tres niveles:
fosas craneales anterior, media y posterior.
A cada lado del cuerpo del esfenoides, una semiluna de cuatro forámenes perfora
1509
booksmedicos.org
booksmedicos.org
las raíces de las caras cerebrales de las alas mayores del esfenoides (figs. 8-10 C, 8-11
y 8-12 A); las estructuras que atraviesan estos forámenes se detallan en la tabla 18-2:
1510
booksmedicos.org
booksmedicos.org
1511
booksmedicos.org
booksmedicos.org
FIGURA 8-13. Contrafuertes del cráneo. Son partes gruesas de hueso craneal que transmiten fuerzas
alrededor de regiones más débiles del cráneo.
Regiones de la cabeza
Para que exista una clara comunicación sobre la localización de las estructuras,
lesiones o patología, la cabeza se divide en regiones (fig. 8-14). El gran número de
regiones (ocho) en que se divide el área relativamente pequeña de la cara es reflejo de
1512
booksmedicos.org
booksmedicos.org
CUADRO CLÍNICO
CRÁNEO
Traumatismos craneales
Los traumatismos craneales son una causa importante de muerte y
discapacidad. Las complicaciones de los traumatismos craneales consisten
en hemorragia, infección y lesiones del encéfalo (p. ej., conmoción) y los nervios
craneales. El trastorno del nivel de consciencia es el síntoma más común de los
traumatismos craneales. En Estados Unidos, casi el 10% de todas las muertes se
producen por traumatismos craneales, y aproximadamente en la mitad de las
muertes de causa traumática está implicado el encéfalo (Louis et al., 2016). Los
traumatismos craneales ocurren sobre todo en individuos jóvenes, entre 15 y 24
años. La causa principal de las lesiones cerebrales es variable, pero destacan los
accidentes de automóvil y motocicleta.
1513
booksmedicos.org
booksmedicos.org
Los arcos superciliares son crestas óseas relativamente agudas (v. fig. 8-3); por lo
tanto, un golpe sobre ellos (p. ej., en el boxeo) puede desgarrar la piel y
producir una hemorragia. La magulladura de la piel que rodea la órbita
provoca la acumulación de sangre y líquido hístico en el tejido conectivo
circundante, que gravita sobre el párpado superior y en torno al ojo («ojo
morado»; v. fig. C8-12).
Enrojecimiento malar
El hueso cigomático se denominaba antes hueso malar; por lo tanto, es
probable que escuches el término clínico enrojecimiento malar. Este
enrojecimiento de la piel que cubre la prominencia cigomática (eminencia malar)
se asocia con la fiebre que acompaña a ciertas enfermedades, como la
tuberculosis y el lupus eritematoso sistémico.
Fracturas de la mandíbula
La fractura de mandíbula suele ser doble, con frecuencia en lados opuestos;
por lo tanto, si se observa una fractura, debe buscarse otra (p. ej., un fuerte
golpe en la mandíbula fractura a menudo el cuello de la mandíbula y su cuerpo en
la región de los dientes caninos opuestos).
Las fracturas de los procesos coronoides de la mandíbula son raras y suelen
ser únicas (fig. C8-2). Las fracturas del cuello de la mandíbula son a menudo
transversas y pueden acompañarse de luxación de la articulación
temporomandibular del mismo lado. Las fracturas del ángulo de la mandíbula
suelen ser oblicuas y pueden interesar el alvéolo óseo del 3.er molar (fig. C8-2,
1514
booksmedicos.org
booksmedicos.org
1515
booksmedicos.org
booksmedicos.org
FIGURA C8-2. Fracturas de la mandíbula. Línea A, fractura del proceso coronoides; línea B, fractura
del cuello de la mandíbula; línea C, fractura del ángulo de la mandíbula; línea D, fractura del cuerpo de
la mandíbula.
Fracturas de la calvaria
La convexidad de la calvaria (bóveda craneal) distribuye los efectos de un
golpe en la cabeza, y por lo tanto suele minimizarlos. Sin embargo, es
probable que los golpes potentes en una zona delgada de la calvaria originen
fracturas con hundimiento, en las que un fragmento óseo queda deprimido hacia
dentro y comprime y/o lesiona el cerebro (fig. C8-4). Las fracturas lineales de la
calvaria, el tipo más frecuente, suelen ocurrir en el punto del impacto, aunque a
menudo irradian en dos o más direcciones. En las fracturas conminutas, el hueso
se rompe en varios fragmentos. Si el impacto se produce sobre una zona de
calvaria gruesa, el hueso puede combarse hacia dentro sin fracturarse; sin
embargo, puede producirse una fractura a una cierta distancia del lugar del trauma
directo, donde los huesos son más delgados. En una fractura por contragolpe no
hay fractura en el punto del impacto, pero sí en el lado opuesto del cráneo.
1516
booksmedicos.org
booksmedicos.org
1517
booksmedicos.org
booksmedicos.org
1518
booksmedicos.org
booksmedicos.org
1519
booksmedicos.org
booksmedicos.org
1520
booksmedicos.org
booksmedicos.org
1521
booksmedicos.org
booksmedicos.org
1522
booksmedicos.org
booksmedicos.org
1523
booksmedicos.org
booksmedicos.org
FIGURA C8-8. Vista lateral izquierda de la dentición. Flechas, dientes permanentes no erupcionados.
1524
booksmedicos.org
booksmedicos.org
1525
booksmedicos.org
booksmedicos.org
FIGURA C8-10. Cierre (sinostosis) de las suturas craneales. Flechas, sutura sagital; puntas de flecha,
sutura coronal.
1526
booksmedicos.org
booksmedicos.org
Puntos fundamentales
CRÁNEO
El cráneo es el esqueleto de la cabeza, una amalgama de componentes unidos para constituir una
formación esquelética. ● Los componentes funcionales básicos incluyen el neurocráneo, que contiene el
encéfalo y los oídos internos, y el viscerocráneo, compuesto por las órbitas, las cavidades nasales y las
láminas portadoras de los dientes (procesos alveolares) de la cavidad bucal. ● Aunque inicialmente hay
un cierto grado de movilidad entre los huesos craneales, ventajosa durante el parto, más tarde se fijan
entre sí mediante articulaciones esencialmente inmóviles (suturas), que sólo otorgan movilidad a la
mandíbula. ● Abundantes fisuras y forámenes facilitan la comunicación y el paso de las estructuras
vasculonerviosas entre los componentes funcionales. ● La sustancia ósea del cráneo está distribuida de un
modo desigual. Los relativamente delgados huesos planos (aunque la mayoría son curvados)
proporcionan la fuerza necesaria para mantener las cavidades y proteger su contenido. ● Sin embargo, los
huesos y los procesos del neurocráneo también proporcionan inserción proximal a los potentes músculos
masticadores que se insertan distalmente en la mandíbula. ● Las elevadas fuerzas de tracción que se
generan a través de las cavidades nasales y las órbitas, que están interpuestas entre las inserciones
musculares, se ejercen sobre porciones engrosadas y resistentes de los huesos, que forman potentes
pilares o contrafuertes. ● La parte más superficial del cráneo proporciona puntos de referencia visibles y
1527
booksmedicos.org
booksmedicos.org
palpables.
Las características internas de la base del cráneo reflejan las principales formaciones del cerebro que
descansan sobre ella. ● Las crestas óseas que irradian desde la silla turca o fosa hipofisaria, situada
centralmente, dividen el cráneo en tres fosas. ● Los lóbulos frontales del cerebro están situados en la fosa
craneal anterior. ● Los lóbulos temporales se hallan en la fosa craneal media. ● El rombencéfalo,
compuesto por el puente, el cerebelo y la médula oblongada, ocupa la fosa craneal posterior; la médula
oblongada continúa a través del foramen magno, donde establece continuidad con la médula espinal.
Cara
La cara es la superficie anterior de la cabeza, desde la frente hasta el mentón y de una
oreja a la otra. La cara nos proporciona identidad como individuos humanos. Por lo
tanto, los defectos en esta región u otras alteraciones resultantes de procesos
patológicos o traumatismos tienen importantes consecuencias, más allá de sus efectos
físicos.
La forma básica de la cara está determinada por los huesos subyacentes. La
individualidad de la cara se debe principalmente a variaciones anatómicas en la forma
y prominencia relativa del cráneo subyacente, en el depósito de tejido adiposo; en el
color y los efectos del envejecimiento sobre la piel suprayacente, y en la abundancia,
naturaleza y disposición del pelo sobre la cara y la piel cabelluda. El tamaño
relativamente grande de las almohadillas grasas de la mejilla en el lactante evita el
colapso de las mejillas durante la succión y confiere el aspecto de mejillas
rechonchas. El crecimiento de los huesos de la cara requiere más tiempo que el de los
huesos de la calvaria. El hueso etmoides, las cavidades orbitarias y las porciones
superiores de las cavidades nasales casi han completado su crecimiento hacia el 7.o
año. La expansión de las órbitas y el crecimiento del septo nasal desplazan los
maxilares inferoanteriormente. Durante la infancia se produce un considerable
crecimiento de la cara, al desarrollarse los senos paranasales y hacer erupción los
dientes permanentes.
La cara desempeña un importante papel en la comunicación. Nuestras
interacciones con otros tienen lugar en gran medida a través de la cara (incluidas las
orejas); de aquí el término interfaz para un punto de interacciones. Mientras que la
forma y los rasgos de la cara nos proporcionan nuestra identidad, gran parte de
nuestro estado afectivo hacia los demás y de sus percepciones sobre nosotros son
consecuencia del modo en que utilizamos los músculos faciales para establecer las
ligeras modificaciones de los rasgos que constituyen la expresión facial.
Piel cabelluda
La piel cabelluda se compone de piel (normalmente con cabello) y tejido subcutáneo
que cubre el neurocráneo desde las líneas nucales superiores en el hueso occipital
hasta los bordes supraorbitarios del hueso frontal (v. figs. 8-3 y 8-4 A). Lateralmente,
la piel cabelluda se extiende sobre la fascia temporal hasta los arcos cigomáticos.
La piel cabelluda se compone de cinco capas, de las cuales las tres primeras están
conectadas íntimamente y se mueven como una sola unidad (p. ej., al arrugar la frente
1528
booksmedicos.org
booksmedicos.org
1529
booksmedicos.org
booksmedicos.org
FIGURA 8-15. Capas de la piel cabelluda, cráneo y meninges. A) La piel está estrechamente unida a la
aponeurosis epicraneal, que se mueve libremente sobre el pericráneo y el cráneo gracias al tejido conectivo
laxo interpuesto. La aponeurosis es la aponeurosis epicraneal, el tendón plano intermedio del músculo
occipitofrontal. Se muestran las meninges craneales y el espacio subaracnoideo (leptomeníngeo). B) Se
muestra la inervación de los dos vientres del músculo occipitofrontal por las ramas temporal y auricular
posterior del nervio facial.
1530
booksmedicos.org
booksmedicos.org
1531
booksmedicos.org
booksmedicos.org
1532
booksmedicos.org
booksmedicos.org
1533
booksmedicos.org
booksmedicos.org
expresión facial (fig. 8-17). Debido a su origen embrionario común, el platisma y los
músculos faciales a menudo se fusionan y sus fibras con frecuencia están
entremezcladas.
En reposo, los labios se hallan en suave contacto y los dientes están juntos.
El orbicular de la boca, el primero de la serie de esfínteres asociados con el
sistema alimentario (tubo digestivo), rodea la boca dentro de los labios y controla la
entrada y salida a través de la hendidura bucal. El orbicular de la boca es importante
durante la articulación de la palabra (habla).
1534
booksmedicos.org
booksmedicos.org
FIGURA 8-17. Músculos de expresión facial en acción. Estos músculos son esfínteres superficiales y
dilatadores de los orificios de la cabeza. Los músculos de la cara, inervados por el nervio facial (NC VII), se
insertan en la piel del rostro y la mueven, dando lugar a numerosas expresiones faciales.
1535
booksmedicos.org
booksmedicos.org
FIGURA 8-18. Disposición y acciones del músculo orbicular del ojo. A) Porciones orbitaria y palpebral del
orbicular del ojo. B) La porción palpebral cierra suavemente los párpados. C) La porción orbitaria cierra
fuertemente los ojos.
Diversos músculos dilatadores divergen desde los labios y los ángulos de la boca,
de modo algo parecido a los radios de una rueda, y retraen los distintos bordes de la
hendidura bucal, ya sea de forma colectiva, en grupos o de modo individual. Lateral-
mente a los ángulos de la boca, o comisuras de los labios (las uniones de los labios
superior e inferior), las fibras de hasta nueve músculos faciales se entrelazan o unen
en una formación muy diversa y multiplanar que se denomina modiolo, causante en
gran parte de la existencia de hoyuelos en muchos individuos.
El platisma es una lámina muscular ancha y delgada en el tejido subcutáneo del
cuello (fig. 8-16 A y B; tabla 8-3). Los bordes anteriores de los dos músculos se
decusan sobre el mentón y se mezclan con los músculos faciales. Al actuar desde su
inserción superior, el platisma tensa la piel, provoca crestas cutáneas verticales,
expresa un gran estrés y libera la presión sobre las venas superficiales. Al actuar
desde su inserción inferior, el platisma ayuda a deprimir la mandíbula y los ángulos
de la boca, como en una mueca.
1536
booksmedicos.org
booksmedicos.org
Cuando se contraen de modo simultáneo las tres porciones del orbicular, los ojos
quedan firmemente cerrados (figs. 8-17 y 8-18 C).
1537
booksmedicos.org
booksmedicos.org
1538
booksmedicos.org
booksmedicos.org
FIGURA 8-19. Distribución del nervio trigémino (NC V). A) Las tres divisiones del NC V se originan a
partir del ganglio del trigémino. Además de este, un ganglio sensitivo (similar a los ganglios sensitivos de los
nervios espinales) y cuatro ganglios parasimpáticos (tres de los cuales se muestran aquí) se asocian a los
ramos del nervio trigémino. B) Ramos del nervio mandibular (NC V3) llegan a los músculos de la
masticación. C) Esta imagen a modo de «libro abierto» de la pared lateral y el septo de la cavidad nasal
derecha muestra la distribución superficial y profunda de las divisiones NC V1 y NC V2 (e incidentalmente
NC I) en la cavidad nasal y en la parte superior de la cavidad bucal, en y junto a la línea media de la cabeza.
1539
booksmedicos.org
booksmedicos.org
1540
booksmedicos.org
booksmedicos.org
1541
booksmedicos.org
booksmedicos.org
FIGURA 8-21. Nervios cutáneos de la región orbitaria/periorbitaria. Se muestran los nervios cutáneos
relacionados con las paredes y el borde de la órbita y el esqueleto fibroso de los párpados. La piel del párpado
superior está inervada por ramos del nervio oftálmico (NC V1), mientras que el párpado inferior está inervado
principalmente por ramos del nervio maxilar (NC V2).
FIGURA 8-22. Nervios de la piel cabelluda. Los nervios aparecen en orden: NC V1, NC V2, NC V3, ramos
anteriores de C2 y C3, y ramos posteriores de C2 y C3.
Los nervios cutáneos del cuello se solapan con los de la cara. Los ramos cutáneos
de los nervios cervicales procedentes del plexo cervical se extienden sobre la cara
1542
booksmedicos.org
booksmedicos.org
posterior del cuello y la piel cabelluda. El nervio auricular mayor inerva la cara
inferior de la oreja y gran parte de la región parotídea de la cara (el área que cubre el
ángulo de la mandíbula).
NERVIO OFTÁLMICO
El nervio oftálmico (NC V1), división superior del nervio trigémino, es la más
pequeña de las tres divisiones del NC V. Se ori-gina en el ganglio del trigémino como
un nervio totalmente sensitivo, e inerva el área de piel derivada de la prominencia
frontonasal embrionaria (Moore et al., 2016). Al penetrar en la órbita por la fisura
orbitaria superior, el NC V1 se trifurca en los nervios frontal, nasociliar y lagrimal
(fig. 8-19). A excepción del nervio nasal externo, los ramos cutáneos del NC V1
alcanzan la piel de la cara a través de la entrada de la órbita (fig. 8-21).
El nervio frontal, el ramo más voluminoso procedente de la trifurcación del NC
V1, discurre a lo largo de la pared superior de la órbita hacia la entrada de la órbita y
se bifurca aproximadamente a mitad de su camino en los nervios supraorbitario y
supratroclear, que se distribuyen por la frente y la piel cabelluda (figs. 8-21 y 8-22).
El nervio nasociliar, el ramo de tamaño intermedio de la trifurcación del NC V1,
suministra ramos al bulbo ocular y se divide dentro de la órbita en los nervios
etmoidal posterior, etmoidal anterior e infratroclear (fig. 8-19). Los nervios etmoi-
dales posterior y anterior abandonan la órbita; este último sigue un circuito que pasa
por las cavidades craneal y nasal. Su ramo terminal, el nervio nasal externo, es un
nervio cutáneo que inerva la parte externa de la nariz. El nervio infratroclear es un
ramo terminal del nervio nasociliar, del cual constituye su principal ramo cutáneo.
El nervio lagrimal, el ramo más pequeño que proviene de la trifurcación del NC
V1, es sobre todo un ramo cutáneo, pero también, por vía de un ramo comunicante,
lleva algunas fibras secretomotoras procedentes de un ganglio relacionado con el
nervio maxilar, para inervar la glándula lagrimal (figs. 8-20 y 8-21).
NERVIO MAXILAR
El nervio maxilar (NC V2), la división intermedia del nervio trigémino, se origina
también como un nervio completamente sensitivo (v. fig. 8-19 A), discurre
anteriormente al ganglio del trigémino y sale del cráneo a través del foramen
redondo, en la base del ala mayor del esfenoides. Penetra en la fosa pterigopalatina,
donde emite ramos para el ganglio pterigopalatino, y continúa anteriormente para
penetrar en la órbita a través de la fisura orbitaria inferior (v. fig. 8-19). Emite el
nervio cigomático y transcurre anteriormente por el surco y el foramen
infraorbitarios, donde toma el nombre de nervio infraorbitario (fig. 8-21).
El nervio cigomático llega a la pared lateral de la órbita y da lugar a dos de los
tres ramos cutáneos del NC V2, los nervios cigomaticofacial y cigomaticotemporal.
El nervio cigomático emite un ramo comunicante que lleva fibras secretoras al nervio
lagrimal. En su camino hacia la cara, el nervio infraorbitario emite ramos palatinos,
ramos para la mucosa del seno maxilar y ramos para los dientes superiores medios y
anteriores. Para alcanzar la piel de la cara atraviesa el foramen infraorbitario, en la
superficie infraorbitaria del maxilar. Los tres ramos cutáneos del nervio maxilar
1543
booksmedicos.org
booksmedicos.org
NERVIO MANDIBULAR
El nervio mandibular (NC V3) es la división inferior y de mayor tamaño del nervio
trigémino (v. fig. 8-19 A). Se forma por la unión de fibras sensitivas del ganglio
sensitivo y de la raíz motora del NC V en el foramen oval, en el ala mayor del
esfenoides, a través del cual sale del cráneo el NC V3. El NC V3 posee tres ramos
sensitivos que inervan el área de piel derivada de la prominencia mandibular
embrionaria. También emite fibras motoras a los músculos de la masticación (v. fig.
8-19 B). El NC V3 es la única división del NC V portadora de fibras motoras. Los
principales ramos cutáneos del NC V3 son los nervios auriculotemporal, bucal y
mentoniano. En su camino hacia la piel, el nervio auriculotemporal transcurre
profundamente respecto a la glándula parótida, a la que aporta fibras secretomotoras
procedentes de un ganglio relacionado con esta división del NC V.
1544
booksmedicos.org
booksmedicos.org
FIGURA 8-23. Ramos del nervio facial (NC VII). A) Los ramos terminales del NC VII se originan del
plexo parotídeo en el interior de la glándula parótida. Salen de la glándula cubiertos por su cara lateral e
irradian en una dirección generalmente anterior a través de la cara. Aunque está íntimamente relacionado con
la glándula parótida (y a menudo contacta con la glándula submandibular mediante uno o más de sus ramos
inferiores), el NC VII no envía fibras nerviosas a las glándulas salivares. También se muestran dos músculos
que representan los extremos de la distribución del NC VII, el occipitofrontal y el platisma. B) Método
sencillo para mostrar y recordar el trayecto general de los cinco ramos terminales del NC VII hacia la cara y el
cuello. C) Disección del lado derecho de la cabeza, que muestra el nervio auricular mayor (C2 y C3), que
inerva la vaina parotídea y la piel situada sobre el ángulo de la mandíbula, y ramos terminales del nervio
facial, que inervan los músculos de la expresión facial. B, bucal; C, cervical; M, marginal de la mandíbula; T,
temporal; Z, cigomático.
1545
booksmedicos.org
booksmedicos.org
Los nervios motores de la cara son el nervio facial, que inerva los músculos de la
expresión facial, y la raíz motora del nervio trigémino/nervio mandibular, que inerva
los músculos de la masticación (masetero, temporal, pterigoideos medial y lateral).
Estos nervios inervan también algunos músculos situados más profundamente
(descritos más adelante en este capítulo en relación con la boca, el oído medio y el
cuello) (v. fig. 8-19 A).
NERVIO FACIAL
El NC VII, el nervio facial, posee una raíz motora y una raíz sensitiva/parasimpática
(esta última es el nervio intermediario). La raíz motora del NC VII inerva los
músculos de la expresión facial, incluidos el músculo superficial del cuello
(platisma), los músculos auriculares, los músculos de la piel cabelluda y algunos otros
músculos derivados del mesodermo del segundo arco faríngeo embrionario (fig. 8-
23). Después de seguir un circuito a través del hueso temporal, el NC VII sale del
cráneo por el foramen estilomastoideo, localizado entre los procesos mastoides y
estiloides (v. figs. 8-9 B y 8-11). Justo después emite el nervio auricular posterior,
que transcurre posterosuperiormente a la oreja para inervar el músculo auricular
posterior y el vientre occipital del músculo occipitofrontal (fig. 8-23 A y C).
El tronco principal del NC VII discurre anteriormente y queda englobado en la
glándula parótida, en la cual forma el plexo parotídeo. Este plexo da lugar a los
cinco ramos terminales del nervio facial: temporal, cigomático, bucal, marginal de la
mandíbula y cervical. Los nombres de estos ramos hacen referencia a las regiones
que inervan. Los músculos específicos inervados por cada ramo se describen en la
tabla 8-3.
El ramo temporal del NC VII emerge del borde superior de la glándula parótida
y cruza el arco cigomático para inervar los músculos auricular superior, auricular
anterior, vientre frontal del occipitofrontal y, lo más importante, la parte superior del
orbicular del ojo.
El ramo cigomático del NC VII, mediante dos o tres ramos, discurre
superiormente y sobre todo inferiormente al ojo para inervar la parte inferior del
músculo orbicular del ojo y otros músculos de la cara inferiores a la órbita.
El ramo bucal del NC VII discurre externamente al músculo buccinador, al cual
inerva, así como a los músculos del labio superior (partes superiores del orbicular de
la boca y fibras inferiores del elevador del labio superior).
El ramo marginal de la mandíbula del NC VII inerva el músculo risorio y los
músculos del labio inferior y el mentón. Emerge del borde inferior de la glándula
parótida y cruza el borde inferior de la mandíbula, profundamente al platisma, para
alcanzar la cara. En un 20% de los individuos, este ramo discurre inferior al ángulo
de la mandíbula.
El ramo cervical del NC VII discurre inferiormente desde el borde inferior de la
glándula parótida, y luego posteriormente a la mandíbula para inervar el platisma (fig.
8-23).
Los ramos cutáneos del ganglio geniculado acompañan al ramo auricular del
nervio vago hacia la piel en ambos lados de la oreja en la región de la concha.
Aunque no es evidente anatómicamente, su existencia es más evidente por las
1546
booksmedicos.org
booksmedicos.org
manifestaciones clínicas.
1547
booksmedicos.org
booksmedicos.org
1548
booksmedicos.org
booksmedicos.org
1549
booksmedicos.org
booksmedicos.org
1550
booksmedicos.org
booksmedicos.org
1551
booksmedicos.org
booksmedicos.org
Las venas faciales, que discurren con las arterias faciales o paralelamente a ellas,
son venas sin válvulas que realizan el principal drenaje superficial de la cara. Las
tributarias de la vena facial incluyen la vena facial profunda, que drena el plexo
venoso pterigoideo de la fosa infratemporal. Inferiormente al borde de la mandíbula,
la vena facial se une con la rama (comunicante) anterior de la vena retromandibular.
La vena facial drena directa o indirectamente en la vena yugular interna. En el ángulo
medial del ojo, la vena facial comunica con la vena oftálmica superior, que drena en
el seno cavernoso.
La vena retromandibular es una vena profunda de la cara, formada por la unión
de la vena temporal superficial y la vena maxilar; esta última drena el plexo venoso
pterigoideo. La vena retromandibular discurre posteriormente a la rama de la
mandíbula, dentro del parénquima de la glándula parótida, superficialmente a la
arteria carótida externa y profunda respecto al nervio facial. Cuando emerge desde el
polo inferior de la glándula parótida, la vena retromandibular se divide en una rama
anterior, que se une con la vena facial, y una rama posterior, que se une con la vena
auricular posterior, inferiormente a la glándula parótida, para formar la vena yugular
externa. Esta vena discurre inferior y superficialmente en el cuello y desemboca en la
vena subclavia.
1552
booksmedicos.org
booksmedicos.org
FIGURA 8-26. Drenaje linfático de la cara y la piel cabelluda. A) Drenaje superficial. En la unión de la
cabeza y el cuello se forma un collar pericervical de nódulos linfáticos superficiales compuesto por los
nódulos submentonianos, submandibulares, parotídeos, mastoideos y occipitales. Estos nódulos reciben
inicialmente la mayor parte del drenaje linfático de la cara y la piel cabelluda. B) Drenaje profundo. Todos los
vasos linfáticos de la cabeza y el cuello drenan finalmente en los nódulos linfáticos cervicales profundos, ya
sea directamente, desde los tejidos, o indirectamente, tras pasar por el grupo de nódulos linfáticos próximo.
1553
booksmedicos.org
booksmedicos.org
1554
booksmedicos.org
booksmedicos.org
CUADRO CLÍNICO
CARA Y PIEL CABELLUDA
Heridas e incisiones faciales
Debido a que no existe un neta fascia profunda en la cara y a que el tejido
subcutáneo situado entre las inserciones cutáneas de los músculos faciales
es laxo, las heridas de la cara tienden a abrirse ampliamente. Por lo tanto, debe
suturarse cuidadosamente la piel para evitar cicatrices. Esta laxitud del tejido
subcutáneo permite también que se acumulen líquidos y sangre tras una sufusión
hemorrágica en la cara.
De modo similar, la inflamación de la cara causa una tumefacción
considerable (p. ej., una picadura de avispa en la raíz de la nariz puede ocluir
ambos ojos). Al envejecer, la piel pierde su elasticidad y se producen crestas y
arrugas perpendiculares a la dirección de las fibras de los músculos faciales. Las
incisiones en la piel realizadas a lo largo de estas líneas de tensión o arrugas
(líneas de Langer) curan con una cicatriz mínima (v. cuadro clínico «Incisiones y
1555
booksmedicos.org
booksmedicos.org
1556
booksmedicos.org
booksmedicos.org
1557
booksmedicos.org
booksmedicos.org
Las infecciones o los líquidos (p. ej., pus o sangre) pueden penetrar en los
párpados y la raíz de la nariz, debido a que el occipitofrontal se inserta en la piel
y el tejido subcutáneo, y no en el hueso (v. fig. 8-16 B). La piel de los párpados,
la más delgada del cuerpo, es delicada y sensible. Debido al carácter laxo del
tejido subcutáneo de los párpados, incluso un traumatismo o una inflamación
relativamente leves pueden dar lugar a que se acumule líquido, con hinchazón de
los párpados. Los golpes en la región periorbitaria suelen producir lesiones en los
tejidos blandos, al quedar aplastados contra el borde óseo, fuerte y relativamente
agudo. Por lo tanto, puede producirse un «ojo morado» (equimosis periorbitaria)
por un traumatismo de la piel cabelluda y/o la frente (fig. C8-12). Las equimosis
(manchas purpúreas) aparecen por extravasación de sangre en el tejido
subcutáneo y la piel de los párpados y las zonas circundantes.
Quistes sebáceos
Los conductos de las glándulas sebáceas relacionadas con los folículos
pilosos de la piel cabelluda pueden obstruirse, con retención de secreciones
y formación de quistes sebáceos. Dado que estos quistes se hallan en la piel, se
mueven junto con la piel cabelluda.
Cefalohematoma
Después de un parto difícil, a veces se produce una hemorragia entre el
pericráneo (quinta capa de la piel cabelluda; v. fig. 8-15 A) y la calvaria del
niño, habitualmente sobre un hueso parietal. La sangre queda atrapada en esta
área y constituye un cefalohematoma. Este proceso benigno puede ser frecuente
en los neonatos debido a un parto traumático, con rotura de numerosas arterias
1558
booksmedicos.org
booksmedicos.org
1559
booksmedicos.org
booksmedicos.org
1560
booksmedicos.org
booksmedicos.org
FIGURA C8-14.
1561
booksmedicos.org
booksmedicos.org
1562
booksmedicos.org
booksmedicos.org
La lesión del ramo cigomático del NC VII causa parálisis, con atonía del
orbicular del ojo en el párpado inferior.
La parálisis del ramo bucal del NC VII causa parálisis del buccinador y de
la porción superior del orbicular de la boca y de los músculos del labio
superior.
La parálisis del ramo marginal de la mandíbula del NC VII puede ocurrir
cuando se realiza una incisión a lo largo del borde inferior de la mandíbula.
La lesión de este ramo (p. ej., durante el abordaje quirúrgico a la glándula
submandibular) causa parálisis de la porción inferior del orbicular de la
boca y de los músculos del labio inferior.
1563
booksmedicos.org
booksmedicos.org
FIGURA C8-15.
Puntos fundamentales
CARA Y PIEL CABELLUDA
La cara nos proporciona nuestra identidad como individuo humano. Por lo tanto, sus defectos congénitos
o adquiridos tienen consecuencias más allá de los efectos físicos.
● La individualidad de la cara es consecuencia principalmente de las variaciones anatómicas. ● El modo
1564
booksmedicos.org
booksmedicos.org
en que los músculos faciales modifican los rasgos básicos es fundamental para la comunicación. ● Los
labios y la forma y el grado de apertura de la boca son componentes importantes del habla, pero el énfasis
y las sutilezas del significado vienen dados por nuestras expresiones faciales.
Estructura de la piel cabelluda. La piel cabelluda es un manto de tejido blando algo movible que
cubre la calvaria. ● El componente principal de la piel cabelluda es el epicráneo musculoaponeurótico, al
cual está firmemente adherida la piel suprayacente, aunque está separado del periostio externo del cráneo
(pericráneo) por un tejido areolar laxo. ● La capa areolar permite la movilidad de la piel cabelluda sobre
la calvaria, así como la separación traumática de la piel cabelluda y el cráneo. ● La fijación de la piel a la
aponeurosis epicraneal mantiene juntos los bordes de las heridas superficiales; en cambio, las heridas que
perforen dicha aponeurosis se abren ampliamente. ● Después de un traumatismo craneal puede
acumularse sangre en el espacio areolar, profundo a la aponeurosis.
Músculos de la cara y la piel cabelluda. Los músculos faciales desempeñan papeles importantes
como dilatadores y esfínteres de las puertas de entrada de los sistemas alimentario (digestivo), respiratorio
y visual (hendiduras bucal y ocular, y narinas), al controlar lo que entra, y algo de lo que sale, del
organismo. ● Otros músculos faciales ayudan a los músculos de la masticación, para lo cual mantienen el
alimento entre los dientes al masticar. ● Las partes carnosas de la cara (párpados, mejillas) forman
paredes para la contención dinámica de las órbitas y la cavidad bucal. ● Todos los músculos faciales
derivan del segundo arco faríngeo; por lo tanto, reciben inervación del nervio de este arco, el nervio facial
(NC VII). ● Los músculos faciales son subcutáneos, la mayoría con un origen esquelético y una inserción
cutánea. ● La cara carece de la fascia profunda que se halla presente en otros lugares del organismo.
Inervación de la cara y la piel cabelluda. La cara es muy sensible. Recibe inervación sensitiva de las
tres divisiones del nervio trigémino (NC V). ● Los principales ramos terminales de cada división llegan al
tejido subcutáneo de cada lado de la cara a través de tres forámenes que se hallan alineados verticalmente.
● Cada división inerva una determinada zona sensitiva, de modo similar a los dermatomas, pero sin que
haya solapamiento de los nervios adyacentes; por lo tanto, las lesiones dan lugar a unas áreas de
parestesia distintas y definidas. ● Las divisiones del NC V aportan sensibilidad no sólo a la piel
superficial de la cara sino también a las mucosas profundas de los sacos conjuntivales, la córnea, la
cavidad nasal y los senos paranasales, así como a la cavidad y el vestíbulo bucales. ● La piel que cubre el
ángulo de la mandíbula está inervada por el nervio auricular mayor, un ramo del plexo cervical. ● Ocho
nervios aportan sensibilidad a la piel cabelluda: anteriormente a la oreja mediante ramos procedentes de
las tres divisiones del NC V, y posteriormente a la oreja mediante ramos de los nervios espinales
cervicales. ● El nervio facial (NC VII) es el nervio motor de la cara; inerva todos los músculos de la
expresión facial, así como el platisma, el vientre occipital del occipitofrontal y los músculos de la oreja
que no forman parte propiamente de la cara. ● Estos músculos reciben inervación del NC VII
principalmente por cinco ramos del plexo nervioso parotídeo.
Vascularización de la cara y la piel cabelluda. La cara y la piel cabelluda están muy vascularizadas.
Las ramas terminales de las arterias de la cara se anastomosan libremente (incluso con anastomosis a
través de la línea media con sus homólogas contralaterales). Por lo tanto, las hemorragias por heridas de
la cara pueden ser difusas, pues el vaso seccionado sangra por ambos extremos. ● La mayoría de las
arterias de la cara son ramas, o derivan de ramas, de la arteria carótida externa; las arterias que se originan
en la arteria carótida interna que irrigan la frente constituyen excepciones. ● La principal arteria de la cara
es la arteria facial. ● Las arterias de la piel cabelluda se hallan firmemente inmersas en el tejido conectivo
denso que cubre la aponeurosis epicraneal. Por lo tanto, cuando se lesionan, estas arterias sangran desde
ambos extremos, al igual que las arterias de la cara, pero son menos capaces de contraerse o retraerse que
otros vasos superficiales; a consecuencia de ello, las hemorragias son profusas.
Las venas de la cara y la piel cabelluda acompañan en general a las arterias y proporcionan un drenaje
venoso principalmente superficial. ● Sin embargo, también se anastomosan con el plexo venoso
pterigoideo y con los senos venosos de la duramadre a través de venas emisarias, lo que constituye una
vía potencialmente peligrosa para la diseminación de las infecciones. ● La mayoría de los nervios y vasos
de la piel cabelluda discurren verticalmente hacia el vértice; así pues, una herida horizontal puede
producir más daño vasculonervioso que una vertical.
El drenaje linfático de la mayor parte de la cara sigue el drenaje venoso hasta los nódulos linfáticos
que rodean la base de la parte anterior de la cabeza (nódulos submandibulares, parotídeos y cervicales
superficiales). ● Una excepción a esta norma es el drenaje linfático de la parte central del labio y el
mentón, que inicialmente drena en los nódulos linfáticos submentonianos. Todos los nódulos de la cara
drenan a su vez en los nódulos linfáticos cervicales profundos.
MENINGES CRANEALES
1565
booksmedicos.org
booksmedicos.org
Las meninges craneales son unas coberturas membranosas del encéfalo que se hallan
inmediatamente por dentro del cráneo (figs. 8-15 A y 8-28). Las meninges craneales:
Protegen el encéfalo.
Constituyen la trama de soporte de arterias, venas y senos venosos.
Engloban una cavidad llena de líquido, el espacio subaracnoideo, que es vital
para la función normal del encéfalo.
Las meninges están compuestas por tres capas de tejido conectivo membranoso
(fig. 8-28 A, B y D):
Duramadre
La duramadre craneal es una membrana bilaminar, densa y gruesa; se denomina
también paquimeninge (fig. 8-28 A). Está adherida a la tabla interna de la calvaria.
Las dos capas de la duramadre craneal son una capa perióstica externa, formada por
el periostio que cubre la superficie interna de la calvaria, y una capa meníngea
interna, o membrana fibrosa fuerte que se continúa en el foramen magno con la
duramadre espinal que cubre la médula espinal.
La capa perióstica externa de la duramadre se adhiere a la superficie interna del
cráneo; su fijación es intensa a lo largo de las suturas y en la base del cráneo (Haines,
2013). La capa perióstica externa se continúa en los forámenes craneales con el
periostio de la superficie externa de la calvaria (fig. 8-28 C). Esta capa externa no
continúa con la duramadre de la médula espinal, que consta sólo de la capa meníngea.
1566
booksmedicos.org
booksmedicos.org
FIGURA 8-28. Meninges y relación con la calvaria, el encéfalo y la médula espinal. A) La duramadre y el
espacio subaracnoideo (lila) rodean el encéfalo y se continúan con los que rodean la médula espinal. B) Las
dos capas de la duramadre se separan para formar los senos venosos de la duramadre, como el seno sagital
superior. Las granulaciones aracnoideas sobresalen a través de la capa meníngea de la duramadre en los senos
venosos de la duramadre y transfieren líquido cerebroespinal (LCE) al sistema venoso. C) El espacio epidural
espinal normal (extradural) lleno de grasa y venas no se continúa con el espacio epidural craneal potencial o
patológico. La duramadre craneal tiene dos capas, mientras que la duramadre espinal sólo tiene una. D) Se ha
retirado la calvaria para mostrar la capa externa (perióstica) de la duramadre. En el plano medio, se ha cortado
y retirado una parte del grueso techo del seno sagital superior; lateralmente se reflejan partes del delgado
techo de dos lagunas laterales (L), para mostrar las abundantes granulaciones aracnoideas, que son las
1567
booksmedicos.org
booksmedicos.org
1568
booksmedicos.org
booksmedicos.org
El borde anteromedial cóncavo del tentorio del cerebelo es libre y presenta una
hendidura denominada incisura del tentorio, a través de la cual el tronco del
encéfalo (mesencéfalo, puente y médula oblongada) se extiende desde la fosa craneal
posterior hasta la fosa craneal media (fig. 8-31 A y B).
La falce del cerebelo es un repliegue vertical de la duramadre que se sitúa
inferior al tentorio del cerebelo en la parte posterior de la fosa craneal posterior (figs.
8-29 y 8-30). Está unida a la cresta occipital interna y separa parcialmente los
hemisferios del cerebelo.
El diafragma de la silla, el menor de los repliegues de la duramadre, es una
lámina circular de duramadre que está suspendida entre los procesos clinoides,
formando un techo incompleto sobre la fosa hipofisaria en el esfenoides (fig. 8-29 A).
El diafragma de la silla cubre la hipófisis en esta fosa y tiene una abertura para el
paso del infundíbulo y las venas hipofisarias.
1569
booksmedicos.org
booksmedicos.org
FIGURA 8-29. Repliegues (reflexiones) y senos venosos de la duramadre. Se muestra el lado izquierdo
tras la bisección de la cabeza. A) En el plano medio se orientan verticalmente dos repliegues (septos) de la
duramadre en forma de falce: la falce del cerebro y la falce del cerebelo; horizontalmente se sitúan dos
pliegues a modo de techo: el tentorio del cerebelo y el diafragma de la silla. B) Senos venosos de la duramadre
y sus comunicaciones cercanas a la línea media.
El seno sagital inferior es mucho más pequeño que el seno sagital superior (fig.
8-29). Discurre por el borde libre cóncavo inferior de la falce del cerebro y finaliza en
el seno recto. El seno recto está formado por la unión del seno sagital inferior con la
vena cerebral magna. Discurre inferoposteriormente a lo largo de la línea de unión de
la falce del cerebro con el tentorio del cerebelo, donde se une a la confluencia de los
1570
booksmedicos.org
booksmedicos.org
senos.
FIGURA 8-30. Interior de la base del cráneo. La protuberancia occipital interna se forma en relación con la
confluencia de los senos (fig. 8-31 A), y los surcos se forman en la base del cráneo por los senos venosos de la
duramadre (p. ej., seno sigmoideo). El tentorio del cerebelo se fija a lo largo de la longitud de los senos
transversos y petrosos superiores (línea de trazos).
1571
booksmedicos.org
booksmedicos.org
1572
booksmedicos.org
booksmedicos.org
FIGURA 8-31. Senos venosos de la duramadre. La sangre del encéfalo drena en los senos de la duramadre.
A) Se ha retirado el encéfalo y parte de la calvaria para mostrar los senos relacionados con la falce del cerebro
y el tentorio del cerebelo. B) La vista del interior de la base del cráneo muestra la mayoría de las
comunicaciones de los senos cavernosos (la comunicación inferior con el plexo venoso pterigoideo es una
excepción notable) y el drenaje de la confluencia de los senos. Las venas oftálmicas drenan en los senos
cavernosos. C) La orientación y la colocación de esta sección de los senos cavernosos y el cuerpo del
esfenoides se indican en las partes A y B. El seno cavernoso se sitúa de forma bilateral en la cara lateral del
cuerpo hueco del esfenoides y la fosa hipofisaria. Las arterias carótidas internas, que presentan ángulos
agudos, se han cortado dos veces. Inferiormente se han seccionado las partes cavernosas de las arterias a su
paso anteriormente a lo largo del surco carotídeo hacia el ángulo agudo de la arteria (algunos radiólogos
denominan a este ángulo «sifón carotídeo»); superiormente, las partes cerebrales de las arterias están
seccionadas al pasar posteriormente desde el ángulo para unirse al círculo arterial del cerebro.
Los senos petrosos superiores discurren desde los extremos posteriores de las
venas que componen los senos cavernosos hasta los senos transversos en el punto
donde estos senos se incurvan inferiormente para formar los senos sigmoideos (fig. 8-
32 B). Cada seno petroso superior está situado en el borde de adhesión anterolateral
del tentorio del cerebelo, que se une al borde superior (cresta) de la porción petrosa
del hueso temporal (v. fig. 8-30).
Los senos petrosos inferiores también comienzan en el extremo posterior de
1573
booksmedicos.org
booksmedicos.org
cada seno cavernoso (fig. 8-31 A y B). Cada seno petroso inferior discurre por un
surco situado entre la porción petrosa del hueso temporal y la porción basilar del
hueso occipital (v. fig. 8-30). El seno petroso inferior drena el seno cavernoso
directamente en la transición del seno sigmoideo a la vena yugular interna en el
foramen yugular (fig. 8-31 B). El plexo basilar conecta los senos petrosos inferiores
y comunica inferior-mente con el plexo venoso vertebral interno (figs. 8-29 B y 8-
33).
FIGURA 8-32. Proyección de máxima intensidad que muestra una venografía por RM de los senos
venosos durales y las venas cerebrales. Cuando existe sospecha de trombosis venosa intracraneal se pueden
observar los senos venosos durales y las venas cerebrales utilizando técnicas de RM que no requieren la
inyección de material de contraste. La señal brillante (blanca) está producida por la sangre venosa en los senos
y las venas.
Venas emisarias conectan los senos venosos de la duramadre con venas situadas
fuera del cráneo. Aunque carecen de válvulas y la sangre puede fluir en ambas
direcciones, el flujo en las venas emisarias habitualmente se aleja del encéfalo. El
tamaño y el número de las venas emisarias son variables; muchas pequeñas venas no
tienen nombre. Una vena emisaria frontal está presente en los niños y algunos
adultos. Atraviesa el foramen ciego del cráneo y conecta el seno sagital superior con
las venas del seno frontal y las cavidades nasales. Una vena emisaria parietal, que
1574
booksmedicos.org
booksmedicos.org
VASCULARIZACIÓN DE LA DURAMADRE
Las arterias de la duramadre aportan más sangre a la calvaria que a la duramadre.
El mayor de estos vasos, la arteria meníngea media, es una rama de la arteria
maxilar (v. fig. 8-28 D). Transcurre por la fosa craneal media a través del foramen
espinoso (v. fig. 8-30), discurre lateralmente en la fosa y gira superoanteriormente
sobre el ala mayor del esfenoides, donde se divide en las ramas anterior y posterior
(v. fig. 8-28 D). La rama frontal de la arteria meníngea media discurre
superiormente al pterión y luego se incurva posteriormente para ascender hacia el
vértice del cráneo. La rama parietal de la arteria meníngea media discurre
posterosuperiormente y se ramifica sobre la cara posterior del cráneo. Pequeñas áreas
de la duramadre reciben irrigación de otras arterias: ramas meníngeas de las arterias
oftálmicas, ramas de las arterias occipitales y pequeñas ramas de las arterias
vertebrales.
FIGURA 8-33. Disección profunda de la región suboccipital. El sistema venoso vertebral externo cuenta
con numerosas intercomunicaciones y conexiones, algunas de las cuales se muestran aquí. Superiormente, el
sistema se comunica con las venas de la piel cabelluda y los senos venosos intracraneales, a través del
foramen magno, los forámenes mastoideos y los conductos condíleos. En sentido anteromedial, pasa entre las
láminas y por los forámenes intervertebrales, para comunicarse con el plexo venoso vertebral interno y las
venas que rodean la arteria vertebral.
1575
booksmedicos.org
booksmedicos.org
INERVACIÓN DE LA DURAMADRE
La duramadre, que cubre la fosa craneal anterior y media y forma el tentorio (techo)
sobre la fosa craneal posterior, está inervada por ramos meníngeos que surgen directa
o indirectamente del nervio trigémino (NC V) (fig. 8-34). Existen tres divisiones del
NC V (NC V1, NC V2 y NC V3), cada una de las cuales aporta uno o varios ramos
meníngeos. Los ramos meníngeos anteriores de los nervios etmoidales (NC V1) y
los ramos meníngeos de los nervios maxilar (NC V2) y mandibular (NC V3)
inervan la duramadre de la fosa craneal anterior. Los dos últimos nervios inervan
también la duramadre de la fosa craneal media (fig. 8-34 B). Los ramos meníngeos de
NC V2 y NC V3 se distribuyen en forma de plexos periarteriales que acompañan a las
ramas de la arteria meníngea media (fig. 8-34 A, recuadro).
La duramadre que forma el tentorio de la fosa craneal posterior (tentorio del
cerebelo) y la parte posterior de la falce del cerebro está inervada por el nervio
tentorial (un ramo del nervio oftálmico), mientras que la parte anterior de la falce del
cerebro es inervada por ramos ascendentes de los ramos meníngeos anteriores (fig. 8-
34 A). La duramadre de la fosa craneal posterior recibe fibras sensitivas de los
ganglios espinales de C2 y C3, vehiculadas por dichos nervios espinales o por fibras
transferidas a ellos y que discurren centralmente con los nervios vago (NC X) e
hipogloso (NC XII). Las terminaciones sensitivas son más numerosas en la
duramadre a lo largo de ambos lados del seno sagital superior en el tentorio del
cerebelo que en las fosas del cráneo.
Las fibras de la sensibilidad dolorosa son más numerosas allí donde las arterias y
las venas discurren por la duramadre. El dolor de origen dural es en general referido,
percibido como una cefalea iniciada en las regiones cutáneas o mucosas inervadas por
el nervio cervical o la división del trigémino implicada.
Aracnoides y piamadre
La aracnoides y la piamadre (leptomeninges) se desarrollan a partir de una capa
única de mesénquima que rodea al encéfalo embrionario, y se convierten en las partes
parietal (aracnoides) y visceral (piamadre) de la leptomeninge (fig. 8-35). La
procedencia de la aracnoides-piamadre de una capa embrionaria única viene indicada
en el adulto por las numerosas trabéculas aracnoideas existentes entre la aracnoides
y la piamadre, que semejan una telaraña y otorgan su nombre a la aracnoides. Las
trabéculas se componen de fibroblastos aplanados de formas irregulares que hacen de
puente en el espacio subaracnoideo (Haines, 2013). La aracnoides y la piamadre están
en continuidad inmediatamente proximal a la salida de cada nervio craneal desde la
duramadre. La aracnoides contiene fibroblastos, fibras de colágeno y algunas fibras
elásticas. Aunque delgada, la aracnoides es lo suficientemente densa como para poder
manejarla con pinzas.
La aracnoides avascular, pese a que está estrechamente adosada a la capa
1576
booksmedicos.org
booksmedicos.org
1577
booksmedicos.org
booksmedicos.org
1578
booksmedicos.org
booksmedicos.org
FIGURA 8-35. Leptomeninges. La sección frontal (arriba) indica la localización del bloque tisular (abajo).
El espacio subaracnoideo separa las dos capas de las leptomeninges, la aracnoides y la piamadre. La presión
del LCE mantiene la aracnoides en aposición con la capa meníngea de la duramadre, y en la región del seno
sagital superior y de las lagunas venosas adyacentes (fig. 8-28 D) las granulaciones aracnoideas se proyectan a
través de la duramadre en el seno venoso de esta lleno de sangre.
CUADRO CLÍNICO
CAVIDAD CRANEAL Y MENINGES
Fractura del pterión
La fractura del pterión es potencialmente mortal por su localización
suprayacente a las ramas anteriores de los vasos meníngeos medios,
situadas en surcos sobre la cara interna de la pared lateral de la calvaria (v. fig.
C8-30). El pterión se halla a dos traveses de dedo superiormente al arco
cigomático, y a un través de pulgar posteriormente al proceso frontal del hueso
cigomático (fig. C8-16 A). Un golpe potente en el lado de la cabeza puede
fracturar los delgados huesos que forman el pterión (v. fig. 8-4 A) y desgarrar la
rama anterior de la arteria meníngea media, que cruza el pterión (fig. C8-16 B).
El hematoma resultante ejerce presión sobre la corteza cerebral subyacente (fig.
8-19 A). Una hemorragia de la arteria meníngea media que no se trate puede
ocasionar la muerte en unas pocas horas.
1579
booksmedicos.org
booksmedicos.org
1580
booksmedicos.org
booksmedicos.org
Hernia tentorial
La incisura del tentorio, abertura del tentorio del cerebelo para el paso del
tronco del encéfalo, tiene una dimensión ligeramente mayor de la necesaria
para alojar el mesencéfalo (fig. C8-18). Por lo tanto, las lesiones de tipo masa,
como los tumores, situadas en el compartimento supratentorial, incrementan la
presión intracraneal y pueden dar lugar a que una parte del lóbulo temporal
adyacente se hernie a través de la incisura del tentorio. En una hernia tentorial, el
lóbulo temporal puede quedar desgarrado por el potente tentorio del cerebelo, y el
nervio oculomotor (NC III) puede estirarse, comprimirse o ambas cosas. Las
lesiones del nervio oculomotor pueden producir parálisis de los músculos
extrínsecos del bulbo ocular inervados por el NC III.
1581
booksmedicos.org
booksmedicos.org
1582
booksmedicos.org
booksmedicos.org
Leptomeningitis
La leptomeningitis es una inflamación de las leptomeninges (aracnoides y
piamadre) producida por microorganismos patógenos. La infección e
inflamación suelen limitarse al espacio subaracnoideo y a la aracnoides- piamadre
(Jubelt, 2016). Las bacterias pueden penetrar en el espacio subaracnoideo a través
de la sangre (septicemia, o «envenenamiento de la sangre») o diseminarse a partir
1583
booksmedicos.org
booksmedicos.org
1584
booksmedicos.org
booksmedicos.org
Puntos fundamentales
MENINGES CRANEALES
Las meninges craneales se componen de tres capas intracraneales: una importante capa externa fibrosa
bilaminar (duramadre) y dos capas internas membranosas, continuas y delicadas (aracnoides y piamadre).
Duramadre. La lámina más externa (perióstica) de la duramadre se continúa con el periostio de la
cara externa del cráneo y está íntimamente adosada a la superficie interna de la cavidad craneal. ● La
lámina más interna (meníngea) es una capa de sostén que refleja más fielmente los contornos del
encéfalo. ● La capa interna está separada de la capa externa en ciertos lugares para formar los repliegues
o reflexiones de la duramadre, que penetran en las grandes fisuras situadas entre las porciones del cerebro
y subdividen parcialmente la cavidad craneal en compartimentos más reducidos, que impiden los
movimientos del encéfalo por inercia. ● Al separarse de la lámina perióstica, se crean espacios
1585
booksmedicos.org
booksmedicos.org
interlaminares que alojan los senos venosos de la duramadre, que reciben el drenaje venoso del encéfalo
y, a su vez, drenan principalmente en la vena yugular interna.
Leptomeninge. La aracnoides y la piamadre son capas continuas, parietal y visceral respectivamente,
de la leptomeninge que rodea el espacio subaracnoideo lleno de LCE. ● La aracnoides y la piamadre están
conectadas entre sí por finas trabéculas que atraviesan el espacio subaracnoideo. ● El espacio
subaracnoideo de la cavidad craneal continúa con el del conducto vertebral. ● La aracnoides normalmente
está adosada a la superficie interna de la duramadre por la presión que ejerce el LCE. ● La piamadre
reviste íntimamente el tejido neural y sus vasos superficiales; discurre profundamente a lo largo de los
vasos a la entrada o salida de estos del sistema nervioso central.
Vasos y nervios de las meninges. Las meninges craneales reciben irrigación sanguínea
principalmente de las ramas meníngeas medias de las arterias maxilares. ● La duramadre recibe
inervación sensitiva de los ramos meníngeos de las tres divisiones del nervio trigémino, y fibras del
ganglio espinal C2.
Espacios meníngeos
De los tres «espacios» meníngeos que suelen mencionarse habitualmente en relación
con las meninges craneales, sólo uno de ellos existe realmente en ausencia de
patología:
ENCÉFALO
El encéfalo es el encargado de controlar y coordinar casi todas las funciones del
cuerpo. Es el órgano que elevó a la humanidad a la cima del mundo animal. Es una
estructura delicada que está encerrada en un cráneo rígido; sin embargo, puede
dañarse con un golpe en la cabeza, comprimirse por un tumor o privarse de oxígeno
por una fuga o coágulo de sangre en una de las arterias cerebrales.
Como el encéfalo suele estudiarse detalladamente por separado en un curso de
neuroanatomía, en un curso típico de anatomía tan sólo se realiza una descripción
superficial de su estructura macroscópica, con la atención dirigida sobre todo a la
1586
booksmedicos.org
booksmedicos.org
1587
booksmedicos.org
booksmedicos.org
IX, X y XII están asociados con la médula oblongada, mientras que los NC VI-
VIII se asocian con la unión entre el puente y la médula oblongada.
El cerebelo es la gran masa encefálica que se sitúa posterior al puente y a la
médula oblongada, e inferior a la porción posterior del cerebro (fig. 8-36 A, C y
D). Se encuentra bajo el tentorio del cerebelo en la fosa craneal posterior y está
constituido por dos hemisferios laterales unidos por una estrecha porción media,
el vermis.
FIGURA 8-36. Estructuras del encéfalo. A) Superficie del cerebro mostrando los giros (circunvoluciones) y
los surcos de la corteza cerebral. B) Los lóbulos cerebrales se identifican por colores. Mientras que el lóbulo
frontal y los límites anteriores de los lóbulos parietal y temporal del cerebro están claramente señalados por
surcos, la identificación de los límites posteriores de este último y del lóbulo occipital es menos clara
externamente. C) Superficie medial del cerebro y partes más profundas del encéfalo (diencéfalo y tronco del
encéfalo) tras su bisección. En la cara medial del cerebro se observa el surco parietooccipital, que delimita los
lóbulos parietal y occipital. D) Partes del tronco del encéfalo.
1588
booksmedicos.org
booksmedicos.org
(figs. 8-37 y 8-38). El LCE, secretado en gran parte por los plexos coroideos de los
ventrículos, llena estas cavidades encefálicas y el espacio subaracnoideo del encéfalo
y la médula espinal.
1589
booksmedicos.org
booksmedicos.org
FIGURA 8-37. Ventrículos, espacios subaracnoideos y cisternas. A) Sistema ventricular y circulación del
LCE. El LCE se produce fundamentalmente en los plexos coroideos de los ventrículos laterales, 3.º y 4.º. Los
plexos de los ventrículos laterales son los de mayor tamaño e importancia. B) Las cisternas subaracnoideas,
regiones extendidas del espacio subaracnoideo, contienen cantidades más notables de LCE.
1590
booksmedicos.org
booksmedicos.org
Los ventrículos laterales (1.er y 2.º ventrículos) son las mayores cavidades del
sistema ventricular y ocupan grandes áreas de los hemisferios cerebrales. Cada
ventrículo lateral se abre en el 3.er ventrículo a través de un foramen
interventricular. El 3.er ventrículo, una cavidad en forma de hendidura entre las
mitades derecha e izquierda del diencéfalo, se continúa posteroinferiormente con el
acueducto mesencefálico (cerebral), un estrecho conducto en el mesencéfalo que
conecta los ventrículos 3.º y 4.º (figs. 8-36 C y 8-37 A y B).
El 4.º ventrículo, de forma piramidal, que se sitúa en la porción posterior del
puente y la médula oblongada, se extiende inferoposteriormente. Inferiormente se
adelgaza en forma de estrecho conducto que se continúa en el interior de la médula
espinal cervical como conducto central (fig. 8-37 A). El LCE drena desde el 4.º
ventrículo en el espacio subaracnoideo a través de una única abertura media y dos
aberturas laterales. Estas aberturas son las únicas a través de las cuales el LCE
drena en el espacio subaracnoideo. Si se bloquean, se acumula el LCE y los
ventrículos se distienden y comprimen los hemisferios cerebrales.
FIGURA 8-38. RM transversal del encéfalo. Se observa de color blanco brillante el LCE que rodea al
encéfalo, extendiéndose en los surcos y fisuras, y ocupando los ventrículos.
CISTERNAS SUBARACNOIDEAS
Aunque no es exacto afirmar que el encéfalo «flota» en el LCE, en realidad tiene unas
uniones mínimas con el neurocráneo. En ciertas áreas de la base del encéfalo, la
aracnoides y la piamadre se hallan ampliamente separadas por las cisternas
subaracnoideas (fig. 8-37 B), que contienen LCE, y por estructuras de tejidos blandos
que «anclan» el encéfalo, como las trabéculas aracnoideas, los vasos y, en algunos
casos, las raíces de los nervios craneales. Las cisternas suelen denominarse según las
estructuras relacionadas con ellas.
Las principales cisternas subaracnoideas intracraneales son:
1591
booksmedicos.org
booksmedicos.org
entre el cerebelo y la médula oblongada, recibe el LCE desde las aberturas del
4.º ventrículo. Está dividida en la cisterna cerebelomedular (cerebelobulbar)
posterior (cisterna magna) y la cisterna cerebelomedular (cerebelobulbar)
lateral.
La cisterna pontocerebelosa (cisterna pontina), un extenso espacio ventral al
puente, que se continúa inferiormente con el espacio subaracnoideo espinal.
La cisterna interpeduncular (cisterna basal), ubicada en la fosa
interpeduncular entre los pedúnculos cerebrales del mesencéfalo.
La cisterna quiasmática (cisterna del quiasma óptico), inferior y anterior al
quiasma óptico, lugar de cruce o decusación de las fibras de los nervios ópticos.
La cisterna cuadrigémina (cisterna de la vena cerebral magna), localizada
entre la porción posterior del cuerpo calloso y la cara superior del cerebelo;
contiene porciones de la vena cerebral magna (v. figs. 8-29 y 8-31 A y B).
La cisterna ambiens, localizada sobre la cara lateral del mesencéfalo, se
continúa posteriormente con la cisterna cuadrigémina (no ilustrado).
1592
booksmedicos.org
booksmedicos.org
1593
booksmedicos.org
booksmedicos.org
FIGURA 8-39. Arterias que irrigan el encéfalo. Las dos arterias carótidas internas proporcionan
bilateralmente un abundante aporte de sangre rica en oxígeno.
1594
booksmedicos.org
booksmedicos.org
inferior del mesencéfalo, entre los pedúnculos cerebrales (figs. 8-42 y 8-43).
ARTERIAS VERTEBRALES
Las arterias vertebrales comienzan en la raíz del cuello (las porciones prevertebrales
de las arterias vertebrales) como las primeras ramas de la primera porción de las
arterias subclavias (fig. 8-39). Las dos arterias vertebrales suelen tener tamaños
desiguales: la izquierda es de mayor calibre que la derecha. Las porciones cervicales
de las arterias vertebrales ascienden a través de los forámenes transversos de las
seis primeras vérte-bras cervicales. Las porciones atloideas de las arterias
vertebrales (en relación con el atlas, vértebra C1) perforan la duramadre y la
aracnoides, y atraviesan el foramen magno. Las porciones intracraneales de las
arterias vertebrales se unen en el borde caudal del puente para formar la arteria
basilar (figs. 8-39, 8-42 y 8-43 C). El sistema arterial vertebrobasilar y sus ramas a
menudo se denominan clínicamente circulación posterior del encéfalo.
La arteria basilar, así llamada por su estrecha relación con la base del cráneo,
asciende por el clivus, la superficie inclinada desde el dorso de la silla hasta el
foramen magno, a través de la cisterna pontocerebelosa hasta el borde superior del
puente. Finaliza al dividirse en las dos arterias cerebrales posteriores.
FIGURA 8-40. Trayecto de la arteria carótida interna. El esquema orientativo (izquierda) indica el plano
de la sección frontal que forma una intersección con el conducto carotídeo (derecha). La porción cervical de la
arteria carótida interna asciende verticalmente por el cuello hasta la entrada del conducto carotídeo en la
porción petrosa del temporal. La porción petrosa de la arteria gira horizontal y medialmente en el conducto
carotídeo, hacia el vértice de la porción petrosa del temporal. Surge del conducto carotídeo a través del
foramen rasgado, cubierto en vida por cartílago, y entra en la cavidad craneal. La arteria discurre sobre el
1595
booksmedicos.org
booksmedicos.org
cartílago y, a continuación, la porción cavernosa de la arteria discurre a lo largo del surco carotídeo en la cara
lateral del cuerpo del esfenoides, atravesando el seno cavernoso. Inferiormente al proceso clinoides anterior, la
arteria realiza un giro de 180°, dirigiéndose su porción cerebral posteriormente para unirse al círculo arterial
del cerebro (figs. 8-42 y 8-43 C).
ARTERIAS CEREBRALES
Además de aportar ramas a las porciones más profundas del encéfalo, las ramas
corticales de las arterias cerebrales irrigan una superficie y un polo del cerebro (figs.
8-41 y 8-43 A y B; tabla 8-7). Las ramas corticales de:
Los diversos componentes del círculo arterial del cerebro emiten numerosas
ramas al encéfalo.
1596
booksmedicos.org
booksmedicos.org
FIGURA 8-42. Base del encéfalo y círculo arterial del cerebro. Las arterias carótidas internas y basilar
convergen, se dividen y se anastomosan para formar el círculo arterial del cerebro (de Willis). Se ha retirado el
polo temporal izquierdo para mostrar la arteria cerebral media en el surco lateral del cerebro. Se han separado
los lóbulos frontales para exponer las arterias cerebrales anteriores.
1597
booksmedicos.org
booksmedicos.org
CUADRO CLÍNICO
ENCÉFALO
Traumatismos cerebrales
La conmoción cerebral es una pérdida brusca de la consciencia, de breve
duración, justo después de un traumatismo craneal. Esta pérdida de
consciencia puede durar sólo unos 10 s, como ocurre en un fuera de combate en
el boxeo. Cuando el traumatismo es más grave, como en un accidente de
automóvil, la inconsciencia puede durar horas e incluso días. Si el sujeto recupera
la consciencia en el plazo de 6 h, el pronóstico a largo plazo es excelente (Louis,
2016); si el coma dura más de 6 h, suele haber lesiones del tejido cerebral.
1598
booksmedicos.org
booksmedicos.org
Punción cisternal
Mediante una punción cisternal puede obtenerse LCE de la cisterna
cerebelomedular posterior, con fines diagnósticos o terapéuticos. La cisterna
cerebelomedular es el lugar de elección en lactantes y niños de corta edad; la
cisterna lumbar se utiliza sobre todo en el adulto (v. cap. 4, fig. C4-18). Para la
punción se introduce cuidadosamente la aguja a través de la membrana atlanto-
occipital posterior hasta llegar a la cisterna cerebelomedular. El espacio
subaracnoideo o el sistema ventricular también pueden abordarse para medir o
monitorizar la presión del LCE, inyectar antibióticos o administrar medios de
contraste para técnicas de diagnóstico por la imagen.
1599
booksmedicos.org
booksmedicos.org
Hidrocefalia
La sobreproducción de LCE, la obstrucción al flujo del LCE o la
interferencia en su absorción dan lugar a un exceso de líquido en los
ventrículos cerebrales y a un aumento de tamaño de la cabeza, proceso que se
denomina hidrocefalia obstructiva (fig. C8-20 A). El exceso de LCE dilata los
ventrículos, adelgaza la corteza cerebral y separa los huesos de la bóveda craneal
en el lactante. Aunque la obstrucción puede producirse en cualquier localización,
el bloqueo suele ocurrir en el acueducto mesencefálico (fig. C8-20 B) o en un
foramen interventricular. La estenosis del acueducto puede producirse por un
tumor cercano en el mesencéfalo, o bien por residuos celulares después de una
hemorragia intraventricular, o por infecciones bacterianas o micóticas del sistema
nervioso central (Corbett et al., 2013).
El bloqueo de la circulación del LCE produce dilatación de los ventrículos
superiormente al punto de la obstrucción, con presión sobre los hemisferios
cerebrales. Este proceso comprime el cerebro entre el líquido ventricular y los
huesos de la calvaria. En el lactante, la presión interna da lugar a que el encéfalo
y la calvaria se expandan, debido a que las suturas y las fontanelas se hallan
todavía abiertas. Puede colocarse un sistema de drenaje artificial para esquivar el
bloqueo y permitir que escape el LCE, lo que reduce las lesiones cerebrales.
1600
booksmedicos.org
booksmedicos.org
1601
booksmedicos.org
booksmedicos.org
1602
booksmedicos.org
booksmedicos.org
cerebrales posteriores.
Con el tiempo, especialmente en los individuos con hipertensión (presión
arterial elevada), la parte débil de la pared del aneurisma se expande y puede
romperse (fig. C8-21 C), con paso de la sangre al espacio subaracnoideo. La
rotura súbita de un aneurisma suele producir una cefalea muy intensa, casi inso-
portable, y rigidez de nuca. Estos síntomas se deben a una hemorragia importante
en el espacio subaracnoideo.
La prevención o la recuperación de un ictus implica cambios en el estilo de
vida, como controlar la presión arterial, suspender el tabaquismo, comer
saludablemente, controlar el peso y la diabetes, realizar ejercicio y utilizar
fármacos anticoagulantes si está indicado.
Infarto cerebral
La presencia de una placa ateroesclerótica en un recodo arterial (p. ej., en
la bifurcación de una arteria carótida común) produce un estrechamiento
(estenosis) progresivo de la arteria, con déficits neurológicos graves y progresivos
(fig. C8-22). Un émbolo se desprende de la placa y discurre por el torrente
sanguíneo hasta que queda alojado en una arteria, habitualmente una rama
intracraneal demasiado pequeña como para permitir que siga avanzando. Este
fenómeno suele producir un infarto cortical agudo, o insuficiencia brusca de la
llegada de sangre arterial al cerebro (p. ej., del lóbulo parietal izquierdo). La
interrupción del aporte sanguíneo durante 30 s altera el metabolismo cerebral;
después de 1-2 min puede perderse la función neurológica, y al cabo de 5 min la
falta de oxígeno (anoxia) puede producir un infarto cerebral. La recuperación
rápida del aporte de oxígeno puede contrarrestar el daño cerebral (Esenwa, 2016).
1603
booksmedicos.org
booksmedicos.org
Puntos fundamentales
ENCÉFALO
Partes del encéfalo. Los dos hemisferios de la corteza cerebral, separados por la falce del cerebro, son
los rasgos dominantes del encéfalo humano. ● Aunque el patrón de giros y surcos es muy variable, otras
características del encéfalo, incluido su tamaño global, son muy constantes de un sujeto a otro. ● A
efectos descriptivos, cada hemisferio cerebral está dividido en cuatro lóbulos que están relacionados con
los huesos suprayacentes homónimos, aunque los límites de unos y otros no coinciden. ● El diencéfalo
constituye el núcleo central del encéfalo. El mesencéfalo, el puente y la médula oblongada componen el
tronco del encéfalo; la médula oblongada se continúa con la médula espinal. ● El cerebelo es la masa
encefálica subtentorial que ocupa la fosa craneal posterior.
Ventrículos del encéfalo. En el centro de cada hemisferio cerebral hay un ventrículo lateral; por lo
demás, el sistema ventricular del encéfalo es impar y está constituido por formaciones medias que se
comunican con el espacio subaracnoideo que rodea al encéfalo y a la médula espinal. ● Los plexos
coroideos secretan el LCE al interior de los ventrículos, y el líquido sale de ellos hacia el espacio
subaracnoideo. ● El LCE es absorbido hacia el sistema venoso, normalmente al mismo ritmo con que se
produce, a través de las granulaciones aracnoideas relacionadas con el seno sagital superior.
Irrigación arterial y drenaje venoso del encéfalo. El aporte continuo de oxígeno y nutrientes es
esencial para las funciones del encéfalo. ● El encéfalo recibe un doble aporte de sangre desde las ramas
cerebrales de las arterias carótidas internas y vertebrales. ● Las anastomosis entre estas arterias
constituyen el círculo arterial del cerebro. ● También existen anastomosis entre las ramas de las tres
arterias cerebrales sobre la superficie del cerebro. ● En el adulto, si se bloquea una de las cuatro arterias
que llevan sangre al encéfalo, las restantes no suelen ser capaces de aportar una circulación colateral
suficiente; por lo tanto, se produce un trastorno del flujo sanguíneo cerebral (isquemia) y un ictus
isquémico. ● El drenaje venoso del encéfalo se produce a través de los senos venosos de la duramadre y
las venas yugulares internas.
1604
booksmedicos.org
booksmedicos.org
FIGURA 8-44. Órbitas y ubicación en ellas de los bulbos oculares. A) Obsérvese la disposición de las
órbitas entre sí y con respecto a los ejes ópticos (línea de mirada). Las órbitas están separadas por celdillas
etmoidales y la parte superior del septo y la cavidad nasal. B) Paredes óseas de la órbita. La vista anterolateral
ofrece una imagen de la órbita y el vértice, que se encuentran en el plano sagital y no se aprecian bien en la
vista anterior.
1605
booksmedicos.org
booksmedicos.org
FIGURA 8-45. Órbita, bulbo ocular y párpados. A) Sección sagital de la órbita que muestra su contenido.
Recuadro, sección transversal del nervio óptico (NC II). El espacio subaracnoideo que rodea al nervio óptico
se continúa con el espacio entre la aracnoides y la piamadre que cubre el encéfalo. Los números se refieren a
las estructuras identificadas en B. B) Resonancia magnética que muestra una sección sagital similar a A. M,
seno maxilar; S, vena oftálmica superior; arco, conducto óptico. C) Detalle del párpado superior. El tarso
constituye el esqueleto del párpado y contiene las glándulas del tarso. (Parte B por cortesía del Dr. W.
Kucharczyk, Professor and Neuroradiologist Senior Scientist, Department of Medical Imaging, University
Health Network, Toronto, Ontario, Canada.)
Órbitas
Las órbitas son cavidades óseas bilaterales en el esqueleto facial. Su aspecto es
semejante al de pirámides cuadrangulares huecas, con sus bases dirigidas
anterolateralmente y sus vértices posteromedialmente (fig. 8-44 A). Las paredes
mediales de ambas órbitas, separadas por las celdillas etmoidales y las porciones
superiores de la cavidad nasal, son casi paralelas, mien-tras que sus paredes laterales
1606
booksmedicos.org
booksmedicos.org
Todo el espacio en el interior de las órbitas que no está ocupado por estas
estructuras contiene la grasa orbitaria (cuerpo adiposo de la órbita), que forma una
matriz en la cual están inmersas las estructuras de la órbita.
La órbita, con forma de pirámide cuadrangular, posee una base, cuatro paredes y
un vértice (fig. 8-44 B):
1607
booksmedicos.org
booksmedicos.org
la pared lateral de la órbita por la fisura orbitaria inferior, un hiato entre las
caras orbitarias del maxilar y el esfenoides.
La pared lateral está formada por el proceso frontal del hueso cigomático y
el ala mayor del esfenoides. Es más fuerte y gruesa, hecho importante porque es
la que se halla más expuesta y es más vulnerable a un traumatismo directo. Su
porción posterior separa la órbita de las fosas temporal y craneal media. Las
paredes laterales de ambas órbitas son casi perpendiculares entre sí.
El vértice de la órbita se halla en el conducto óptico en el ala menor del
esfenoides, inmediatamente medial a la fisura orbitaria superior.
La parte más ancha de la órbita corresponde al ecuador del bulbo ocular (fig. 8-45
A), una línea imaginaria que lo rodea y se halla equidistante a sus polos anterior y
posterior. Los huesos que forman la órbita están tapizados por la periórbita, el
periostio orbitario. La periórbita se continúa:
PÁRPADOS
Los párpados son repliegues móviles que cubren el bulbo ocular anteriormente
cuando están cerrados, y por tanto protegen frente a los traumatismos y la luz
excesiva. También mantienen la córnea húmeda al extender sobre ella el líquido
lagrimal. Los párpados están cubiertos externamente por una piel delgada, e
internamente por una mucosa transparente, la conjuntiva palpebral (fig. 8-45 A y
C). Esta parte de la conjuntiva se refleja sobre el bulbo ocular, donde se continúa con
la conjuntiva bulbar, delgada y transparente, que se halla unida laxamente a la cara
anterior del bulbo ocular (esclera o «parte blanca»), que contiene pequeños vasos
sanguíneos visibles. La conjuntiva bulbar se adhiere a la periferia de la córnea (fig. 8-
46 B). Las líneas de reflexión de la conjuntiva palpebral sobre el bulbo ocular forman
unos profundos fondos de saco, los fórnix conjuntivales superior e inferior (figs. 8-
45 A y 8-46).
1608
booksmedicos.org
booksmedicos.org
FIGURA 8-46. Aparato lagrimal y parte anterior del bulbo ocular. A) Componentes del aparato lagrimal,
por los que las lágrimas fluyen desde la cara superolateral del saco conjuntival (líneas de trazos) hasta la
cavidad nasal. B) Anatomía de superficie del ojo. La capa fibrosa externa del bulbo ocular incluye la firme
esclera blanca y la córnea transparente central, a través de la cual puede apreciarse el iris pigmentado con su
abertura, la pupila. Se ha realizado la ever-sión del párpado inferior para mostrar la reflexión de la conjuntiva
desde la cara anterior del bulbo ocular hacia la cara interna del párpado. El pliegue semilunar es un pliegue
vertical de conjuntiva junto al ángulo medial, en la carúncula lagrimal.
1609
booksmedicos.org
booksmedicos.org
tejido conectivo, los tarsos superior e inferior, que forman el «esqueleto» de los
párpados (figs. 8-45 C y 8-47 A). Algunas fibras de la porción palpebral del músculo
orbicular del ojo (el esfínter de la hendidura palpebral) se hallan en el tejido
conectivo superficialmente con respecto a estos tarsos y profundamente a la piel de
los párpados (fig. 8-45 C). Incluidas en los tarsos se hallan las glándulas tarsales,
que producen una secreción lipídica que lubrifica los bordes de los párpados y les
impide adherirse entre sí al cerrar los ojos. Además, esta secreción forma una barrera
que no cruza el líquido lagrimal cuando se produce en cantidades normales. Si la
producción es excesiva, se desparrama sobre la barrera y aparece en las mejillas en
forma de lágrimas.
FIGURA 8-47. Esqueleto de los párpados y vista anterior de la órbita. A) Tarsos superior e inferior con
sus inserciones. Los bordes ciliares están libres, aunque se fijan periféricamente al septo orbitario (fascia
1610
booksmedicos.org
booksmedicos.org
palpebral en el párpado). B) En esta disección de la órbita se han retirado los párpados, el septo orbitario, el
elevador del párpado superior y parte del tejido adiposo. Se observa parte de la glándula lagrimal entre la
pared ósea de la órbita, lateralmente, y el bulbo ocular y el músculo recto lateral, medialmente. Se observan de
forma medial las estructuras que reciben el drenaje lagrimal desde el saco conjuntival.
Las pestañas se encuentran en los bordes de los párpados. Las grandes glándulas
sebáceas asociadas con las pestañas son glándulas ciliares. Las uniones de los
párpados superior e inferior constituyen las comisuras palpebrales medial y lateral,
que definen los ángulos medial y lateral del ojo, o cantos (figs. 8-46 B y 8-47 A).
Entre la nariz y el ángulo medial del ojo se halla el ligamento palpebral medial,
que conecta los tarsos al borde medial de la órbita (fig. 8-47 A). El músculo orbicular
del ojo se origina e inserta en este ligamento. El ligamento palpebral lateral, similar
al anterior, une los tarsos al borde lateral de la órbita, pero no proporciona ninguna
inserción muscular directa.
El septo orbitario es una membrana fibrosa que se extiende desde los tarsos
hasta los bordes de la órbita, donde se continúa con el periostio (figs. 8-45 A y 8-47
A). Sirve de contención para la grasa orbitaria y, debido a su continuidad con la
periórbita, puede evitar que una infección se propague hacia la órbita y desde ella. El
septo constituye en gran parte la fascia posterior del músculo orbicular del ojo.
APARATO LAGRIMAL
El aparato lagrimal (figs. 8-46 A y 8-47 B) se compone de:
1611
booksmedicos.org
booksmedicos.org
FIGURA 8-48. Inervación de la glándula lagrimal. El nervio facial (NC VII), el nervio petroso mayor y el
nervio del conducto pterigoideo proporcionan fibras parasimpáticas presinápticas al ganglio pterigopalatino.
Aquí se producen las sinapsis entre fibras presinápticas y postsinápticas. Los nervios maxilar, infraorbitario,
cigomático y lagrimal conducen las fibras postsinápticas a la glándula.
Desde dicho saco, el líquido pasa al meato nasal inferior de la cavidad nasal por el
conducto nasolagrimal, y drena posteriormente a través de la pared inferior (piso) de
la cavidad nasal a la nasofaringe, y más tarde se deglute. Además de limpiar las
partículas y el material irritante del saco conjuntival, el líquido lagrimal aporta
nutrientes y oxígeno a la córnea.
La inervación de la glándula lagrimal se realiza por parte del simpático y el
parasimpático (fig. 8-48). Las fibras secretomotoras parasimpáticas presinápticas
llegan desde el nervio facial por el nervio petroso mayor, y luego por el nervio del
conducto pterigoideo al ganglio pterigopalatino, donde establecen sinapsis con los
cuerpos celulares de las fibras postsinápticas. Las fibras simpáticas postsinápticas
1612
booksmedicos.org
booksmedicos.org
Bulbo ocular
El bulbo ocular contiene el aparato óptico del sistema visual (fig. 8-45 A). Ocupa la
mayor parte de la porción anterior de la órbita, suspendido por seis músculos
extrínsecos, que controlan sus movimientos, y por un aparato suspensor fascial. Mide
unos 25 mm de diámetro. Todas las estructuras anatómicas intraocu-lares adoptan una
disposición circular o esférica. El bulbo ocular propiamente dicho posee tres capas,
aunque existe una capa adicional de tejido conectivo que rodea el bulbo ocular y lo
mantiene dentro de la órbita. Esta capa de tejido conectivo está compuesta
posteriormente por la vaina fascial del bulbo ocular (fascia bulbar o cápsula de
Tenon), que forma el cuenco real para el bulbo ocular, y anteriormente por la
conjuntiva bulbar. La vaina fascial es la parte más importante del aparato suspensor.
Una capa de tejido conectivo muy laxo, el espacio epiescleral (un espacio potencial),
situada entre la vaina fascial y la capa más externa del bulbo ocular, facilita los
movimientos oculares dentro de la vaina fascial.
Las tres capas del bulbo ocular son (fig. 8-49):
1613
booksmedicos.org
booksmedicos.org
oftálmico (NC V1). Incluso cuerpos extraños muy pequeños (p. ej., partículas de
polvo) provocan parpadeo, lagrimeo y a veces dolor intenso. Su alimento procede de
los lechos capilares en su periferia, el humor acuoso y el líquido lagrimal. Este
último también proporciona oxígeno absorbido del aire. La desecación de la
superficie corneal puede provocar la aparición de úlceras.
FIGURA 8-49. Capas del bulbo ocular. Se han añadido por orden las tres capas. A) Capa fibrosa externa. B)
Capa vascular media. C) Capa interna (retina).
1614
booksmedicos.org
booksmedicos.org
FIGURA 8-50. Bulbo ocular con una cuarta parte extirpada. A) La cara interna de la porción óptica de la
retina está irrigada por la arteria central de la retina, mientras que la cara externa, sensible a la luz, lo está por
la lámina de capilares de la coroides (fig. 8-62). La arteria central discurre por dentro del nervio óptico y se
divide en el disco óptico en ramas superior e inferior. Las ramas de la arteria central son arterias terminales
que no se anastomosan entre sí ni con otros vasos. B) Detalles estructurales de la región ciliar. El cuerpo ciliar
tiene componentes musculares y vasculares, al igual que el iris; este último presenta dos músculos: el esfínter
de la pupila y el dilatador de la pupila. La sangre venosa de esta región y el humor acuoso de la cámara
anterior drenan en el seno venoso de la esclera.
1615
booksmedicos.org
booksmedicos.org
1616
booksmedicos.org
booksmedicos.org
FIGURA 8-51. Estructura y función del iris. A) Disección in situ. El iris separa las cámaras anterior y
posterior del segmento anterior del bulbo ocular al rodear la pupila. B) Dilatación y constricción de la pupila.
Con escasa luz, las fibras simpáticas estimulan la dilatación de la pupila. Con luz intensa, las fibras
parasimpáticas estimulan la constricción pupilar.
1617
booksmedicos.org
booksmedicos.org
FIGURA 8-52. Fondo del ojo derecho. Desde el centro del disco óptico, de forma oval, irradian vénulas
(más anchas) y arteriolas (más estrechas) retinianas. El área oscura lateral al disco óptico es la mácula. Hacia
esta zona se extienden ramas de los vasos retinianos, aunque no alcanzan su centro, la fóvea, que es el área de
visión más aguda.
Clínicamente, la cara interna de la parte posterior del bulbo ocular, cuando enfoca
la luz que entra en él, se denomina fondo de ojo. La retina del fondo incluye un área
circular particular denominada disco del nervio óptico o disco óptico (papila óptica),
lugar donde penetran en el bulbo ocular las fibras sensitivas y los vasos vehiculados
por el nervio óptico (NC II) (figs. 8-49 C, 8-50 A y 8-52). Como no contiene
fotorreceptores, el disco óptico es insensible a la luz; por lo tanto, esta parte de la
retina suele recibir la denominación de punto ciego.
Inmediatamente lateral al disco óptico se halla la mácula de la retina, o mácula
lútea. El color amarillo de la mácula sólo es aparente cuando se examina la retina con
luz exenta del componente rojo. La mácula lútea es una pequeña área ovalada de la
retina con conos fotorreceptores especializados en la agudeza visual. Normalmente
no se observa con un oftalmoscopio (instrumento para observar el interior del bulbo
ocular a través de la pupila). En el centro de la mácula lútea existe una depresión, la
fóvea central, el área de mayor agudeza visual. La fóvea tiene aproximadamente 1,5
mm de diámetro; su centro, la fovéola, carece de la red capilar que se aprecia en otros
1618
booksmedicos.org
booksmedicos.org
1619
booksmedicos.org
booksmedicos.org
1620
booksmedicos.org
booksmedicos.org
disminuye la tensión sobre la lente. La lente relajada aumenta de grosor (se hace más
convexa), lo que sirve para enfocar los objetos cercanos (visión próxima). El proceso
activo de modificar la forma de la lente para la visión próxima se denomina
acomodación. El grosor de la lente aumenta con la edad, de modo que la capacidad
de acomodarse disminuye típicamente después de los 40 años.
El humor vítreo es un líquido acuoso englobado en la trama del cuerpo vítreo,
una sustancia transparente gelatinosa situada en las cuatro quintas partes posteriores
del bulbo ocular, posteriormente a la lente (segmento posterior del bulbo ocular,
también denominado cámara postrema o vítrea) (v. fig. 8-50 A). Además de
transmitir la luz, el humor vítreo mantiene la retina en su lugar y soporta la lente.
1621
booksmedicos.org
booksmedicos.org
contribuye a la visión doble. Pueden producirse movimientos en torno a los tres ejes
simultáneamente, lo que obliga a emplear tres términos para describir la dirección del
movimiento a partir de la posición primaria (p. ej., la pupila se eleva, se aduce y rota
medialmente).
1622
booksmedicos.org
booksmedicos.org
Aunque las acciones producidas por los músculos extrínsecos del bulbo ocular se
han considerado por separado, todos los movimientos requieren la acción de varios
músculos del mismo ojo, que se ayudan entre sí como sinérgicos o se oponen como
antagonistas. Los músculos sinérgicos para una acción determinada pueden ser
antagonistas para otra diferente. Por ejemplo, no existe ningún músculo que por sí
solo pueda elevar la pupila directamente desde la posición primaria (fig. 8-54 D). Los
dos elevadores (recto superior y oblicuo inferior) actúan sinérgicamente para realizar
esa acción. Sin embargo, estos dos músculos son antagonistas como rotadores y se
neutralizan entre sí, de modo que no se produce ninguna rotación cuando actúan
conjuntamente para elevar la pupila. De modo similar, ningún músculo puede
descender la pupila directamente por sí solo desde la posición primaria. Los dos
depresores, oblicuo superior y recto inferior, producen depresión cuando actúan
solos, y también dan lugar a acciones opuestas de aducción-abducción y rotación
medial-lateral. Sin embargo, cuando el oblicuo superior y el recto inferior actúan
simultáneamente, sus acciones sinérgicas descienden la pupila, debido a que sus
acciones antagonistas se neutralizan entre sí; por lo tanto, se produce un descenso
puro.
1623
booksmedicos.org
booksmedicos.org
1624
booksmedicos.org
booksmedicos.org
FIGURA 8-54. Músculos extrínsecos del bulbo ocular y sus movimientos. A) Ejes alrededor de los cuales
se producen los movimientos del bulbo ocular. B) Posición de los músculos en la órbita derecha. Flechas,
movimientos del bulbo ocular alrededor del eje transverso C) Posición de los músculos en las órbitas derecha
e izquierda. Flechas a la izquierda, movimientos del bulbo ocular alrededor del eje anteroposterior; flechas a
la derecha, movimientos del bulbo ocular alrededor del eje vertical. Para entender las acciones producidas por
los músculos empezando desde la posición primaria, es necesario observar la colocación y la línea de tracción
del músculo con respecto a los ejes sobre los que se produce el movimiento. D) Demostración unilateral y
bilateral de las acciones de los músculos extrínsecos, empezando desde la posición primaria. En los
movimientos de cualquiera de las seis direcciones cardinales (flechas grandes), el músculo indicado es el
principal motor. Los movimientos en las direcciones situadas entre las flechas grandes necesitan la acción
sinérgica de los músculos adyacentes. Por ejemplo, la elevación directa necesita las acciones sinérgicas del
oblicuo inferior y el recto superior; el descenso directo necesita la acción sinérgica del oblicuo superior y el
recto inferior. Flechas pequeñas, músculos que producen movimientos de rotación alrededor del eje
anteroposterior. Para dirigir la mirada se necesita la acción coordinada de músculos contralaterales
emparejados. Por ejemplo, para dirigir la mirada a la derecha, se emparejan los músculos recto lateral derecho
y recto medial izquierdo.
1625
booksmedicos.org
booksmedicos.org
FIGURA 8-55. Relaciones en el vértice de la órbita. A) El anillo tendinoso común se forma por el origen de
los cuatro músculos rectos y envuelve la vaina óptica del NC II, las divisiones superior e inferior del NC III, el
nervio nasociliar (NC V1) y el NC VI. Los nervios que inervan los músculos extrínsecos del bulbo ocular
entran en la órbita a través de la fisura orbitaria superior: oculomotor (NC III), troclear (NC IV) y abducens
(NC VI). B) Estructuras (menos la fascia membranosa y el tejido adiposo) tras la enucleación del bulbo
ocular.
1626
booksmedicos.org
booksmedicos.org
FIGURA 8-56. Pruebas clínicas de los músculos extrínsecos del bulbo ocular. A y B) Cuando el recto
lateral (RL) aduce el ojo, sólo los músculos rectos pueden producir elevación y depresión. C y D) Cuando el
recto medial (RM) abduce el ojo, sólo los músculos oblicuos pueden producir elevación y depresión. E)
Siguiendo los movimientos del dedo del examinador, la pupila se desplaza según un patrón en H ampliada,
para aislar y comprobar los músculos extrínsecos individuales y la integridad de sus nervios.
1627
booksmedicos.org
booksmedicos.org
Inervación de la órbita
Los grandes nervios ópticos son nervios puramente sensoriales que transmiten los
impulsos generados por los estímulos ópticos (v. figs. 8-45 A y 8-50 A).
Convencionalmente se consideran como nervios craneales (NC II), aunque se
desarrollan como dos extensiones anteriores del prosencéfalo; en realidad, son tractos
de fibras del sistema nervioso central (SNC) formados a partir de neuronas de
segundo orden. Los nervios ópticos se inician en la lámina cribosa de la esclera,
donde las fibras nerviosas amielínicas perforan la esclera, y luego se mielinizan
posteriormente al disco óptico. Salen de las órbitas a través de los conductos ópticos.
A su paso por la órbita, el nervio óptico está rodeado por extensiones de las meninges
craneales y el espacio subaracnoideo, este último ocupado por una delgada capa de
LCE (v. fig. 8-45 A, recuadro). Las extensiones intraorbitarias de la duramadre
craneal y la aracnoides constituyen la vaina del nervio óptico, que se continúa
anteriormente con la vaina fascial del bulbo ocular y la esclera. Una capa de piamadre
cubre la superficie del nervio óptico dentro de la vaina.
Además del nervio óptico (NC II), los nervios de la órbita incluyen los que
penetran a través de la fisura orbitaria superior e inervan los músculos oculares: los
nervios oculomotor (NC III), troclear (NC IV) y abducens (NC VI) (figs. 8-55 y 8-
57). Los nervios troclear y abducens pasan directamente al músculo inervado por
cada uno. El nervio oculomotor se fracciona en una división superior y otra inferior.
El ramo superior inerva los músculos recto superior y elevador del párpado superior.
El ramo inferior inerva los músculos rectos medial e inferior y el oblicuo inferior, y
lleva fibras parasimpáticas presinápticas al ganglio ciliar (fig. 8-58). Los
movimientos binoculares estimulados por los nervios oculomotor, troclear y
abducens, a partir de la posición primaria en las órbitas derecha e izquierda, se
exponen en la figura 8-59.
1628
booksmedicos.org
booksmedicos.org
FIGURA 8-57. Nervios de la órbita. Los siete músculos extrínsecos del bulbo ocular voluntarios están
inervados por tres nervios craneales (NC III, IV y VI). El NC IV inerva el oblicuo superior, el NC VI inerva el
recto lateral y el NC III inerva los cinco músculos restantes. El NC III también proporciona fibras
parasimpáticas presinápticas al ganglio ciliar. El nervio trigémino (NC V) proporciona fibras sensitivas a la
órbita, la región orbitaria y el bulbo ocular.
FIGURA 8-58. Distribución de las fibras nerviosas hacia el ganglio ciliar y el bulbo ocular. El ganglio
ciliar recibe tres tipos de fibras nerviosas de tres orígenes diferentes. Toda la inervación parasimpática y sólo
parte de la inervación sensitiva y simpática del bulbo ocular atraviesa el ganglio. Fibras simpáticas y
sensitivas del nervio ciliar largo evitan el ganglio ciliar.
Los tres ramos terminales del nervio oftálmico (NC V1) (los nervios frontal,
nasociliar y lagrimal) atraviesan la fisura orbitaria superior e inervan estructuras
relacionadas con la parte anterior de la órbita (p. ej., la glándula lagrimal y los
párpados), la cara y la piel cabelluda (fig. 8-60). Los ramos cutáneos del NC V1 (los
1629
booksmedicos.org
booksmedicos.org
1. Fibras sensitivas del NC V1 por vía de la raíz sensitiva o nasociliar del ganglio
ciliar.
2. Fibras parasimpáticas presinápticas del NC III por vía de la raíz parasimpática
u oculomotora del ganglio ciliar.
3. Fibras simpáticas postsinápticas del plexo carotídeo interno por vía de la raíz
simpática del ganglio ciliar.
FIGURA 8-59. Movimientos binoculares y músculos que los producen. Todos los movimientos se inician
desde la posición primaria.
1630
booksmedicos.org
booksmedicos.org
FIGURA 8-60. Disección de la órbita. En esta vista superior se ha retirado la porción orbitaria del hueso
frontal. En el lado derecho se observan tres nervios destinados a la raíz de la órbita (troclear, frontal y
lagrimal). En el lado izquierdo se han seccionado y reflejado el elevador del párpado superior y el recto
superior, y se ha retirado grasa orbitaria para mostrar los nervios que atraviesan el tejido adiposo intraconal.
Los nervios ciliares cortos surgen del ganglio ciliar y se consideran como ramos
del NC V1 (figs. 8-58 y 8-60). Llevan fibras parasimpáticas y simpáticas al cuerpo
ciliar y el iris. Los nervios ciliares cortos se componen de fibras parasimpáticas
postsinápticas que nacen en el ganglio ciliar, fibras aferentes del nervio nasociliar que
pasan a través del ganglio, y fibras simpáticas postsinápticas que pasan también a
través de él. Los nervios ciliares largos, ramos del nervio nasociliar (NC V1) que
llegan al bulbo ocular sin pasar por el ganglio ciliar, llevan fibras simpáticas
postsinápticas al dilatador de la pupila, y fibras aferentes del iris y la córnea.
Los nervios etmoidales posterior y anterior, ramos del nervio nasociliar que
surgen en la órbita, salen por aberturas de la pared medial de la órbita para inervar las
mucosas del seno esfenoidal y las celdillas etmoidales y de las cavidades nasales, así
como la duramadre de la fosa craneal anterior.
Vascularización de la órbita
ARTERIAS DE LA ÓRBITA
La irrigación sanguínea de la órbita corre a cargo principalmente de la arteria
oftálmica, rama de la arteria carótida interna (fig. 8-61; tabla 8-9); la arteria
infraorbitaria, rama de la arteria carótida externa, también irriga estructuras
relacionadas con la pared inferior de la órbita. La arteria central de la retina, rama
de la arteria oftálmica, surge inferiormente al nervio óptico, perfora su vaina y
discurre dentro de él hasta el bulbo ocular, donde emerge en el disco óptico (v. fig. 8-
1631
booksmedicos.org
booksmedicos.org
45 A, recuadro). Sus ramas se extienden por la cara interna de la retina (figs. 8-52 y
8-62). Las ramas finales son arterias terminales (arteriolas) y constituyen la única
irrigación que recibe la cara interna de la retina.
La cara externa de la retina está irrigada también por la lámina coroidocapilar.
De las aproximadamente ocho arterias ciliares posteriores (que también son ramas
de la arteria oftálmica), seis arterias ciliares posteriores cortas irrigan directamente
la coroides, que nutre la capa externa no vascular de la retina. Las arterias ciliares
posteriores largas, una a cada lado del bulbo ocular, discurren entre la esclera y la
coroides para anastomosarse con las arterias ciliares anteriores (continuaciones de
las ramas musculares de la arteria oftálmica a los músculos rectos) e irrigar el
plexo ciliar.
VENAS DE LA ÓRBITA
El drenaje venoso de la órbita se realiza a través de las venas oftálmicas superior e
inferior, que atraviesan la fisura orbitaria superior y penetran en el seno cavernoso
(fig. 8-63). La vena central de la retina (fig. 8-62) suele penetrar directamente en el
seno cavernoso, aunque puede unirse antes a una de las venas oftálmicas. Las venas
vorticosas, procedentes de la capa vascular del bulbo ocular, drenan en la vena
oftálmica inferior. El seno venoso de la esclera es una estructura vascular que rodea
la cámara anterior del bulbo ocular; constituye la vía de retorno del humor acuoso a la
circulación sanguínea.
1632
booksmedicos.org
booksmedicos.org
FIGURA 8-62. Sección parcial horizontal del bulbo ocular derecho. Se muestra la arteria que irriga la
parte interna de la retina (arteria central de la retina) y la coroides, que a su vez nutre la capa no vascular
externa de la retina. La coroides se dispone de forma que los vasos que la irrigan y los vasos coroideos
mayores se sitúan externamente, y los vasos menores (lámina coroidocapilar) son más internos, adyacentes a
1633
booksmedicos.org
booksmedicos.org
la capa no vascular de la retina. La vena vorticosa (una de cuatro o cinco) drena sangre venosa desde la
coroides a las venas ciliar posterior y oftálmica. El seno venoso de la esclera retorna el humor acuoso,
secretado en la cámara anterior por los procesos ciliares, a la circulación venosa.
FIGURA 8-63. Venas oftálmicas. La vena oftálmica superior drena en el seno cavernoso, y la vena oftálmica
inferior lo hace en el plexo venoso pterigoideo. Se comunican anteriormente con las venas facial y
supraorbitaria, y entre sí posteriormente. La vena oftálmica superior acompaña a la arteria oftálmica y sus
ramas.
1634
booksmedicos.org
booksmedicos.org
FIGURA 8-64. Anatomía de superficie del ojo (A) y el aparato lagrimal (B).
1635
booksmedicos.org
booksmedicos.org
CUADRO CLÍNICO
REGIÓN ORBITARIA, ÓRBITA Y BULBO OCULAR
Fracturas de la órbita
El borde de la órbita es fuerte y protege el contenido orbitario. Sin embargo,
si un golpe es lo suficientemente potente y el impacto es directo sobre dicho
borde, las fracturas resultantes suelen producirse en las tres suturas entre los
huesos que forman la región orbitaria. Debido a que las paredes medial e inferior
de la órbita son delgadas, un golpe sobre el ojo puede fracturarlas, mientras que el
borde permanece intacto (fig. C8-23). Las lesiones traumáticas indirectas que
desplazan las paredes orbitarias se denominan fracturas por «estallido». Las
fracturas de la pared medial pueden interesar las celdillas etmoidales y el seno
esfenoidal, mientras que las fracturas de la pared inferior (piso de la órbita)
pueden afectar al seno maxilar.
Aunque la pared superior es más fuerte que la medial y la inferior, es lo
suficientemente translúcida como para poder penetrarla con facilidad. Así pues,
un objeto puntiagudo puede atravesarla y llegar al lóbulo frontal del cerebro2.
1636
booksmedicos.org
booksmedicos.org
Tumores orbitarios
Debido a la cercanía del nervio óptico al seno esfenoidal y a la celdilla
etmoidal posterior, un tumor maligno en estos senos puede erosionar las
delgadas paredes óseas de la órbita y comprimir el nervio óptico y el contenido
orbitario. Los tumores de la órbita producen exoftalmos (protrusión del bulbo
ocular). La entrada más fácil de los tumores de la fosa craneal media a la cavidad
orbitaria es a través de la fisura orbitaria superior. Los tumores de la fosa
temporal o infratemporal acceden a dicha cavidad a través de la fisura orbitaria
inferior. Aunque la pared lateral de la órbita es casi tan larga como la pared
medial debido a que se extiende lateral y anteriormente, no llega tan
anteriormente como la pared medial, que ocupa esencialmente un plano sagital
(fig. 8-44 A). Casi 2,5 cm del bulbo ocular quedan expuestos cuando se dirige la
pupila todo lo posible medialmente. Por este motivo, la parte lateral constituye
una buena vía para las intervenciones sobre el bulbo ocular.
1637
booksmedicos.org
booksmedicos.org
Hiperemia de la conjuntiva
La conjuntiva es incolora, excepto cuando sus vasos están dilatados y
congestionados («inyectados en sangre»). La hiperemia conjuntival se
produce por irritación local (p. ej., por la acción del polvo, el cloro o el humo). La
conjuntivitis, o inflamación de la conjuntiva («ojo rosado»), es una infección
contagiosa frecuente del ojo.
Hemorragias subconjuntivales
Las hemorragias subconjuntivales son frecuentes y se manifiestan en forma
de manchas de color rojo claro u oscuro, situadas profundamente a la
conjuntiva bulbar o en su interior. Las hemorragias pueden ocurrir por
traumatismos o inflamación. Los golpes en el ojo, el sonarse la nariz con excesiva
violencia, los paroxismos de tos o los estornudos demasiado intensos pueden
producir hemorragias por rotura de pequeños capilares subconjuntivales.
Desarrollo de la retina
La retina y el nervio óptico se desarrollan a partir de la copa óptica, una
evaginación del prosencéfalo embrionario, la vesícula óptica (fig. C8-24
A). Al evaginarse del prosencéfalo (fig. C8-24 B), la vesícula óptica arrastra
consigo las meninges en desarrollo. Por lo tanto, el nervio óptico está revestido
por las meninges craneales y constituye una extensión del espacio subaracnoideo
(fig. C8-24 C). La arteria y la vena centrales de la retina cruzan el espacio
subaracnoideo y discurren dentro de la parte distal del nervio óptico. La capa
celular pigmentaria de la retina se desarrolla a partir de la capa externa de la copa
óptica, y la capa nerviosa a partir de la capa interna (Moore et al., 2016).
1638
booksmedicos.org
booksmedicos.org
Desprendimiento de retina
En el embrión, las capas de la retina en desarrollo están separadas por un
espacio intrarretiniano (fig. C8-24 B). Durante el período fetal precoz se
fusionan las capas y obliteran dicho espacio. Aunque la capa celular pigmentaria
queda firmemente unida a la coroides, su fijación a la capa nerviosa no es firme.
Por consiguiente, la retina puede desprenderse a causa de un golpe en el ojo (fig.
C8-25). El desprendimiento de la retina suele producirse por filtración de líquido
entre sus capas nerviosa y pigmentaria, quizás días o incluso semanas después
deltraumatismo ocular. Los pacientes con desprendimiento de retina pueden tener
la sensación de percibir resplandores de luz o manchas flotantes delante del ojo.
1639
booksmedicos.org
booksmedicos.org
Reflejo fotomotor
El reflejo fotomotor se explora con una linterna de bolsillo durante el
examen neurológico. Este reflejo, en el cual intervienen el NC II (ramo
aferente) y el NC III (ramo eferente), consiste en la constricción rápida de la
pupila en respuesta a la luz. Bajo la acción de la luz se contraen ambas pupilas,
pues cada retina emite fibras a los tractos ópticos de uno y otro lado. El músculo
esfínter de la pupila está inervado por fibras parasimpáticas; por lo tanto, la
interrupción de estas fibras produce dilatación pupilar, por la acción sin oposición
del músculo dilatador de la pupila, inervado por fibras simpáticas. El primer
signo de la compresión del nervio oculomotor es una lentitud homolateral en la
respuesta pupilar a la luz.
Uveítis
La uveítis, o inflamación de la capa vascular del bulbo ocular (úvea), puede
progresar hasta una grave alteración visual y ceguera, si el oftalmólogo no
corrige la inflamación.
Oftalmoscopia
1640
booksmedicos.org
booksmedicos.org
El médico utiliza un oftalmoscopio para ver el fondo de ojo (v. fig. 8-52). Las
arterias y venas retinianas irradian sobre el fondo a partir del centro del
disco óptico, pálido y ovalado, que se localiza en el lado medial de la retina.
Suelen ser visibles las pulsaciones de las arterias retinianas. Centralmente, en el
polo posterior del bulbo ocular, la mácula tiene un aspecto más oscuro que el tinte
rojizo de las áreas retinianas circundantes, porque el pigmento negro melanina en
la coroides y en la capa celular pigmentaria de la retina no es filtrado por la
sangre capilar.
Papiledema
El aumento de presión del LCE enlentece el retorno venoso de la retina, lo
que ocasiona un edema de la retina (acumulación de líquido). En la
oftalmoscopia, el edema aparece como una tumefacción del disco óptico, que se
denomina papiledema. Normalmente, el disco es plano y no forma una papila. El
papiledema obedece a un aumento de la presión intracraneal y la presión del LCE
en la extensión del espacio subaracnoideo en torno al nervio óptico (v. fig. 8-50
A).
Presbiopía y cataratas
Al envejecer, la lente se endurece y aplana. Estos cambios reducen
gradualmente su capacidad de enfoque, proceso conocido como presbiopía
(del griego presbyos, viejo). En algunos individuos se produce además una
pérdida de transparencia (enturbiamiento) del cristalino por la aparición de áreas
de opacidad (cataratas). La extracción de la catarata, combinada con el implante
de una lente intraocular, se ha convertido en una operación frecuente. En la
extracción extracapsular de la catarata se elimina la lente sin retirar su cápsula, en
la cual se coloca a continuación una lente intraocular sintética (fig. C8-26 A y B).
En la extracción intracapsular se retiran la lente y su cápsula y se implanta una
lente intraocular sintética en la cámara anterior (fig. C8-26 C).
1641
booksmedicos.org
booksmedicos.org
Glaucoma
El flujo de salida del humor acuoso a través del seno venoso de la esclera
hacia la circulación sanguínea debe producirse al mismo ritmo con que se
elabora. Si el flujo de salida disminuye significativamente por bloqueo de la vía
1642
booksmedicos.org
booksmedicos.org
de drenaje (fig. C8-28), aumenta la presión en las cámaras anterior y posterior del
ojo, proceso denominado glaucoma. Si no se reduce la producción de humor
acuoso para mantener normal la presión intraocular, puede producirse ceguera por
compresión de la capa interna del bulbo ocular (retina) y de las arterias retinianas.
1643
booksmedicos.org
booksmedicos.org
Ojo artificial
Cuando debe extirparse (enuclearse) el bulbo ocular, su vaina fascial
constituye una cuenca adecuada para alojar un ojo artificial. Después de la
operación, los músculos oculares no pueden retraerse tanto, debido a que sus
vainas fasciales permanecen unidas a la vaina fascial del bulbo ocular, aunque es
posible un cierto movimiento coordinado si el ojo artificial está colocado
correctamente. Dado que el ligamento suspensorio soporta el bulbo ocular (v. fig.
8-62), debe conservarse al extirpar quirúrgicamente la pared inferior de la órbita
ósea (p. ej., al extraer un tumor).
Reflejo corneal
En la exploración neurológica, el examinador toca la córnea con una
torunda de algodón (fig. C8-14), y la respuesta normal (positiva) es un
parpadeo. La falta de esta respuesta sugiere una lesión del NC V1; una lesión del
NC VII (el nervio motor del orbicular del ojo) también puede alterar este reflejo.
El examinador debe asegurarse de que toca la córnea (y no simplemente la
esclera) para provocar el reflejo. La presencia de una lente de contacto puede
dificultar o abolir el reflejo.
1644
booksmedicos.org
booksmedicos.org
Síndrome de Horner
El síndrome de Horner se produce por la interrupción de un tronco
simpático cervical y se manifiesta por la ausencia de las funciones
estimuladas por el simpático sobre el lado homolateral de la cabeza. El síndrome
incluye los siguientes signos: constricción de la pupila (miosis), caída del párpado
superior (ptosis), enrojecimiento y aumento de temperatura de la piel
(vasodilatación), y ausencia de sudoración (anhidrosis). La constricción de la
pupila ocurre al quedar sin oposición el esfínter pupilar, estimulado por el
parasimpático. La ptosis es consecuencia de la parálisis de las fibras musculares
lisas que se intercalan con la aponeurosis del elevador del párpado superior, que
constituyen colectivamente el músculo tarsal superior, inervado por fibras
simpáticas.
1645
booksmedicos.org
booksmedicos.org
Puntos fundamentales
REGIÓN ORBITARIA, ÓRBITA Y BULBO OCULAR
Órbitas. Las órbitas son cavidades piramidales con bases y vértices dirigidos anterior y posteriormente,
respectivamente, que albergan los bulbos oculares y las estructuras visuales accesorias. ● Las paredes
mediales de las órbitas contralaterales son paralelas, y las paredes laterales son perpendiculares entre sí. ●
Los bordes y las paredes laterales de las órbitas, más expuestas a los traumatismos directos, son fuertes. ●
1646
booksmedicos.org
booksmedicos.org
Las paredes superior (techo) e inferior (piso) son compartidas con la fosa craneal anterior y el seno
maxilar, respectivamente; gran parte de la pared medial, delgada como un papel, es común con las
celdillas etmoidales. ● La pared medial y la pared inferior, por lo tanto, son vulnerables a la propagación
de procesos patológicos desde los senos paranasales, y a fracturas por estallido en los traumatismos
cerrados sobre el contenido orbitario, por aumento súbito de la presión intraorbitaria. ● El conducto
óptico y la fisura orbitaria superior, en el vértice de la órbita, son las vías primarias por las cuales entran y
salen de la órbita estas estructuras.
Estructuras visuales accesorias. Los párpados y el aparato lagrimal son dispositivos protectores del
bulbo ocular. ● El saco conjuntival es una clase especial de bolsa mucosa que permite a los párpados
desplazarse sobre la superficie del bulbo ocular al abrirse y cerrarse, lo que extiende una película
humectante y lubrificante de líquido lagrimal dentro del saco. ● El líquido se secreta en el fórnix superior
lateral del saco y se disemina por la parte anterior del bulbo ocular por la acción de la gravedad y el
parpadeo, con el fin de limpiar la córnea y proporcionarle nutrientes y oxígeno al empujar el líquido hacia
el ángulo medial del ojo. ● El líquido y las sustancias irritantes que contiene se acumulan en el lago
lagrimal. ● Desde aquí drenan por capilaridad, a través de los puntos lagrimales superior e inferior, a los
conductillos lagrimales, que pasan al saco lagrimal. ● El saco drena por vía del conducto nasolagrimal a
la cavidad nasal, donde el líquido fluye posteriormente y luego se deglute. ● Aunque el saco conjuntival
se abre anteriormente por vía de la hendidura palpebral, el líquido lagrimal acuoso no atraviesa la barrera
lipídica secretada por las glándulas tarsales en los bordes de la hendidura, a menos que se produzca en
exceso, como durante el llanto.
Bulbo ocular. El bulbo ocular contiene el aparato óptico del sistema visual. ● Presenta una estructura
trilaminar con: 1) una capa externa fibrosa de soporte, compuesta por la esclera, opaca, y la córnea
anterior, transparente; 2) una capa vascular media, que se compone de la coroides (encargada
principalmente de nutrir los conos y bastones de la retina), el cuerpo ciliar (que produce el humor acuoso
y ajusta la lente) y el iris (que protege la retina), y 3) una capa interna que consta de las porciones óptica y
ciega de la retina. ● La córnea es el principal elemento de refracción del bulbo ocular; la lente efectúa los
ajustes del enfoque. ● La estimulación parasimpática del cuerpo ciliar reduce la tensión de la lente y
permite su engrosamiento para la visión próxima. ● La relajación del cuerpo ciliar en ausencia de
estímulos estira la lente y la adelgaza para la visión lejana. ● La estimulación parasimpática también
contrae el esfínter de la pupila, que cierra la pupila en respuesta a la luz intensa. ● La estimulación
simpática del dilatador de la pupila abre la pupila para admitir más luz. ● El segmento anterior del bulbo
ocular está lleno del humor acuoso, elaborado por los procesos ciliares de la cámara posterior. ● El humor
acuoso atraviesa la pupila hacia la cámara anterior y se absorbe por la circulación venosa en el seno
venoso de la esclera. ● El segmento posterior, o cámara vítrea, está lleno del humor vítreo, que mantiene
la forma del ojo, transmite la luz y conserva la retina en su lugar contra la coroides.
Músculos extrínsecos del bulbo ocular. Hay siete músculos extrínsecos: cuatro rectos, dos oblicuos
y un elevador del párpado superior. ● Seis músculos se originan en el vértice de la órbita; los cuatro
músculos rectos salen de un anillo tendinoso común. ● Sólo el oblicuo inferior surge anteriormente en la
órbita. El elevador del párpado superior efectúa la acción que indica su nombre. ● El músculo liso
asociado (músculo tarsal superior) ensancha aún más la hendidura palpebral durante las respuestas
simpáticas; se produce ptosis en ausencia de inervación simpática de la cabeza (síndrome de Horner). ●
Con los ojos en aducción (convergencia), como en la lectura de cerca, los músculos oblicuos superior e
inferior producen descenso y elevación, respectivamente, con dirección de la mirada hacia abajo o arriba
de la página. ● La coordinación de los músculos extrínsecos contralaterales es necesaria para dirigir la
mirada en una determinada dirección.
Nervios de la órbita. Todos los músculos de la órbita reciben inervación del NC III, excepto el
oblicuo superior y el recto lateral, inervados por los NC IV y VI, respectivamente.
Vascularización de la órbita. La circulación extraocular proviene principalmente de las arterias
oftálmica (carótida interna) e infraorbitaria (carótida externa); esta última irriga estructuras próximas a la
pared inferior de la órbita. ● Las venas oftálmicas superior e inferior drenan anteriormente en la vena
facial, posteriormente en el seno cavernoso e inferiormente en el plexo venoso pterigoideo. ● La
circulación intraocular se realiza sólo a partir de la arteria oftálmica, con la arteria central de la retina que
irriga toda la retina a excepción de la capa de conos y bastones, nutrida por la lámina coroidocapilar de la
coroides. ● Las estructuras ciliares del iris reciben sangre de las arterias ciliares anteriores (desde las
ramas de la arteria oftálmica al músculo recto) y de dos arterias ciliares posteriores largas. ● Múltiples
arterias ciliares posteriores cortas irrigan la coroides. ● Las venas vorticosas superior e inferior drenan los
bulbos oculares a las venas oftálmicas respectivas.
1647
booksmedicos.org
booksmedicos.org
Región parotídea
La región parotídea es la parte posterolateral de la región facial (v. fig. 8-23 A),
limitada por:
GLÁNDULA PARÓTIDA
La glándula parótida es la mayor de las tres glándulas salivares pares. Desde el
punto de vista funcional, parece lógico estudiar las tres glándulas simultáneamente en
asociación con la anatomía de la boca. Sin embargo, desde un punto de vista
anatómico, sobre todo en los cursos de disección, la glándula parótida suele
examinarse durante la disección de la cara o al exponer el nervio facial. Aunque el
plexo parotídeo del nervio facial (NC VII) se halla inmerso en la glándula parótida,
los ramos que se extienden fuera de ella para inervar los músculos de la expresión
facial se encuentran durante la disección de la cara, y se han descrito e ilustrado antes
en este capítulo. La disección de la región parotídea debe completarse antes de
disecar la región infratemporal y los músculos de la masticación o el triángulo
carotídeo del cuello. La glándula submandibular se encuentra principalmente durante
la disección del triángulo submandibular del cuello, y las glándulas sublinguales al
disecar la pared inferior de la boca.
La glándula parótida está rodeada por una cápsula fascial fuerte y resistente, la
fascia (vaina o cápsula) parotídea, que deriva de la lámina superficial. de la fascia
cervical profunda (figs. 8-65, 8-4 y 8-16). La glándula tiene una forma triangular
porque el área que ocupa, el lecho parotídeo, es anteroinferior al meato acústico
externo, donde forma una cuña entre la rama de la mandíbula y el proceso mastoides
(figs. 8-23 A y C, y 8-65). El tejido adiposo situado entre los lóbulos de la glándula le
confiere la flexibilidad necesaria para acomodarse al movimiento de la mandíbula. El
vértice de la glándula parótida es posterior al ángulo de la mandíbula, y su base
guarda relación con el arco cigomático. La superficie lateral subcutánea de la parótida
es casi plana.
El conducto parotídeo discurre horizontalmente desde el borde anterior de la
glándula (fig. 8-65). Al llegar al borde anterior del masetero, el conducto gira
medialmente, atraviesa el buccinador y penetra en la cavidad bucal por un pequeño
orificio, frente al 2.º molar maxilar. Inmersos en el parénquima de la glándula
1648
booksmedicos.org
booksmedicos.org
FIGURA 8-65. Relaciones de la glándula parótida. Un corte transversal a través del lecho de la glándula
parótida muestra la relación de esta con las estructuras circundantes. La glándula se encuentra profundamente
entre la rama de la mandíbula, flanqueada anteriormente por los músculos de la masticación y posteriormente
por el proceso mastoides y el músculo esternocleidomastoideo. Las dimensiones del lecho parotídeo cambian
con los movimientos de la mandíbula. La arteria carótida externa y el plexo periarterial, la vena
retromandibular y el plexo parotídeo del nervio facial (NC VII) quedan incluidos dentro de la propia glándula.
El conducto parotídeo discurre medialmente por el borde anterior del músculo masetero y atraviesa el músculo
buccinador.
1649
booksmedicos.org
booksmedicos.org
Región temporal
La región temporal incluye el área lateral de la piel cabelluda y los tejidos blandos
profundos que cubren la fosa temporal del cráneo, superiormente al arco cigomático
(figs. 8-14 y 8-67 A, recuadro). La fosa temporal, ocupada principalmente por la
porción superior del músculo temporal, está limitada (figs. 8-1 A y 8-67 A):
El piso de la fosa temporal está constituido por partes de los cuatro huesos que
forman el pterión: frontal, parietal, temporal y ala mayor del esfenoides. El músculo
temporal, en forma de abanico, se origina en el piso óseo y la fascia temporal
suprayacente (fig. 8-68), que constituye el techo de la fosa temporal. Esta potente
fascia cubre el temporal y se inserta superiormente en la línea temporal superior.
Inferiormente, la fascia se desdobla en dos capas, que se insertan en las caras lateral y
medial del arco cigomático. Además, la fascia temporal se fija superiormente en el
1650
booksmedicos.org
booksmedicos.org
Fosa infratemporal
La fosa infratemporal es un espacio de forma irregular situado profunda e
inferiormente al arco cigomático, profundamente a la rama de la mandíbula y
posteriormente al maxilar (fig. 8-67 B). Comunica con la fosa temporal a través del
espacio entre el (profundamente al) arco cigomático y (superficialmente a) los huesos
del cráneo.
Los límites de la fosa infratemporal son (fig. 8-67):
ARTICULACIÓN TEMPOROMANDIBULAR
La articulación temporomandibular es una articulación sinovial de tipo gínglimo
modificada, que permite los movimientos de deslizamiento (traslación) y un pequeño
grado de rotación (giro), además de los movimientos de flexión (elevación) y
extensión (descenso) que son típicos de los gínglimos. Las superficies articulares
óseas que intervienen son la fosa mandibular y el tubérculo articular del hueso
temporal superiormente, y la cabeza de la mandíbula inferiormente (figs. 8-9 B y 8-
69 A a D). La membrana fibrosa laxa de la cápsula articular se une a los bordes del
cartílago articular sobre el hueso temporal y en torno al cuello de la mandíbula (figs.
8-69 E y 8-70 A y C). Las dos superficies articulares óseas se hallan completamente
separadas por un fibrocartílago interpuesto, el disco arti cular, unido en su periferia
1651
booksmedicos.org
booksmedicos.org
1652
booksmedicos.org
booksmedicos.org
FIGURA 8-67. Límites óseos de las fosas temporal e infratemporal. A) La pared lateral de la fosa
infratemporal está formada por la rama de la mandíbula. El espacio es profundo con respecto al arco
cigomático, y es atravesado por el músculo temporal y nervios y vasos temporales profundos. A través de este
intervalo, la fosa temporal se comunica inferiormente con la fosa infratemporal. B) Pared superior y tres
paredes de la fosa infratemporal. La fosa es un espacio de forma irregular que se encuentra posterior al
maxilar (pared anterior). La pared superior de la fosa está formada por la cara infratemporal del ala mayor del
esfenoides. La pared medial la forma la lámina lateral de la pterigoides, y la pared posterior está formada por
la placa timpánica, el proceso estiloides y el proceso mastoides del hueso temporal. La fosa infratemporal se
comunica con la fosa pterigopalatina a través de la fisura pterigomaxilar.
1653
booksmedicos.org
booksmedicos.org
FIGURA 8-68. Disección de las regiones temporal e infratemporal. En esta disección superficial de los
grandes músculos del lado del cráneo se han extirpado la glándula parótida y la fascia temporal. Los músculos
temporal y masetero están inervados por el nervio trigémino (NC V), y ambos cierran la mandíbula. La arteria
facial discurre en profundidad con respecto a la glándula submandibular, mientras que la vena facial pasa
superficial a esta.
1654
booksmedicos.org
booksmedicos.org
1655
booksmedicos.org
booksmedicos.org
1656
booksmedicos.org
booksmedicos.org
MÚSCULOS DE LA MASTICACIÓN
Los movimientos de la articulación temporomandibular se deben principalmente a los
músculos de la masticación. Estos cuatro músculos (temporal, masetero y
pterigoideos medial y lateral) se desarrollan a partir del mesodermo del primer arco
faríngeo embrionario; por consiguiente, todos ellos reciben inervación por parte del
nervio de dicho arco, el nervio mandibular (motor de la mandíbula) (NC V3). Los
músculos de la masticación se muestran aisladamente en la figura 8-72, e in situ en
las figuras 8-68 y 8-74; sus inserciones, los detalles con respecto a su inervación y sus
principales acciones se describen en la tabla 8-11. Además de los movimientos
mencionados, algunos estudios indican que la cabeza superior del músculo
pterigoideo lateral desempeña un papel activo durante el movimiento de retracción
producido por las fibras posteriores del músculo temporal. Tracciona del disco
articular, de modo que no queda empujado posteriormente por delante de la
mandíbula retraída.
En general, el descenso de la mandíbula se produce por la fuerza de la gravedad.
Los músculos suprahioideos e infrahioideos son músculos semejantes a cintas a
1657
booksmedicos.org
booksmedicos.org
ambos lados del cuello (fig. 8-72 E; tabla 8-11), y sus acciones principales son elevar
y descender el hueso hioides y la laringe, respectivamente; por ejemplo, durante la
deglución (v. cap. 9). También pueden ayudar indirectamente a descender la
mandíbula, sobre todo al abrir la boca de forma brusca, o bien contra resistencia o al
hacer el pino. El músculo platisma también puede actuar de un modo similar.
1658
booksmedicos.org
booksmedicos.org
nervio lingual en la fosa infratemporal (fig. 8-74 B). La cuerda del tímpano también
lleva fibras secretomotoras para las glándulas salivares submandibular y sublingual.
El ganglio ótico (parasimpático) se localiza en la fosa infra-temporal, justo
inferior al foramen oval, medial al NC V3 y posterior al músculo pterigoideo medial
(fig. 8-75). Fibras parasimpáticas presinápticas, derivadas principalmente del nervio
glosofaríngeo, hacen sinapsis en el ganglio ótico (fig. 8-66). Fi-bras parasimpáticas
postsinápticas, secretoras para la glándula parótida, discurren desde el ganglio ótico
hasta dicha glándula, a través del nervio auriculotemporal.
1659
booksmedicos.org
booksmedicos.org
1660
booksmedicos.org
booksmedicos.org
1661
booksmedicos.org
booksmedicos.org
1662
booksmedicos.org
booksmedicos.org
1663
booksmedicos.org
booksmedicos.org
entre ellos el nervio auriculotemporal, y la segunda porción de la arteria maxilar pasan entre el ligamento
esfenomandibular y el cuello de la mandíbula.
CUADRO CLÍNICO
REGIONES PAROTÍDEA Y TEMPORAL, FOSA
INFRATEMPORAL Y ARTICULACIÓN
TEMPOROMANDIBULAR
Parotidectomía
La mayoría de los tumores de las glándulas parótidas son benignos. Sin
embargo, la mayoría (80% de ellos) de los tumores de las glándulas
salivares comienzan en las glándulas parótidas. La escisión quirúrgica de esta
glándula (parotidectomía) se realiza a menudo como parte del tratamiento. Dado
que el plexo parotídeo del NC VII se halla inmerso en la glándula parótida, dicho
plexo y sus ramos corren peligro en la intervención (v. fig. 8-23 A y C). Un paso
importante en la parotidectomía es el de identificar, disecar, aislar y preservar el
nervio facial. En la intervención se extirpa inicialmente una porción superficial de
la glándula (que a menudo se califica erróneamente de «lóbulo»), tras lo cual
puede retraerse el plexo parotídeo, que ocupa un plano bien definido dentro de la
glándula, y disecar la porción profunda de la glándula. La glándula parótida
aporta una importante contribución al contorno posterolateral de la cara, y el
grado de esta contribución se pone de manifiesto tras su extirpación. Véase
cuadro clínico «Parálisis de los músculos de la cara» para una explicación de las
consecuencias funcionales de la lesión del nervio facial.
1664
booksmedicos.org
booksmedicos.org
Absceso parotídeo
La infección bacteriana de la glándula parótida suele producir un absceso
(formación de pus). La infección puede ser debida a una higiene dental
deficiente, con propagación a la glándula por los conductos parotídeos. El médico
y el odontólogo han de determinar si la tumefacción de la mejilla se debe a una
infección de la parótida o a un absceso de origen dental.
1665
booksmedicos.org
booksmedicos.org
1666
booksmedicos.org
booksmedicos.org
Puntos fundamentales
REGIONES PAROTÍDEA Y TEMPORAL, FOSA INFRATEMPORAL Y ARTICULACIÓN
TEMPOROMANDIBULAR
Región parotídea. La mayor de las glándulas salivares, la glándula parótida, contribuye de un modo
importante al contorno de la cara. ● La glándula ocupa un espacio complejo anterior a la oreja y se
1667
booksmedicos.org
booksmedicos.org
encabalga sobre la mayor parte de la cara posterior de la rama de la mandíbula. ● El tejido adiposo
existente en la glándula le confiere flexibilidad para acomodarse a los movimientos de la mandíbula. ● El
conducto parotídeo discurre anteriormente a través del masetero, en paralelo y aproximadamente a un
dedo inferior al arco cigomático, y luego gira medialmente para entrar en el vestíbulo bucal superior,
opuesto al 2.o molar maxilar. ● La fascia parotídea se continúa con la lámina superficial de la fascia
cervical profunda, y recubre la glándula en forma de vaina parotídea. ● La vaina está inervada por el
nervio auricular mayor, pero la glándula recibe inervación secretomotora parasimpática del nervio
glosofaríngeo, a través de una vía compleja en la que interviene el ganglio ótico. ● Medial y
anteriormente a la glándula parótida, uno de los músculos de la masticación, el masetero, se sitúa
lateralmente a la rama de la mandíbula y recibe inervación de los ramos masetéricos del nervio
mandibular, e irrigación de la arteria maxilar que atraviesa la incisura mandibular.
Fosas temporal e infratemporal. La fosa temporal y su continuación inferior profundamente al arco
cigomático y a la rama de la mandíbula, la fosa infratemporal, están ocupadas en gran parte por derivados
del primer arco faríngeo embrionario: tres de los cuatro músculos de la masticación (el músculo temporal
y los dos pterigoideos) y el nervio que les aporta fibras motoras, el nervio mandibular (NC V3).
Articulación temporomandibular y músculos de la masticación. La articulación
temporomandibular es una articulación de tipo gínglimo, modificada por la presencia de un disco articular
intercalado entre la cabeza de la mandíbula y las superficies articulares del hueso temporal. ● En el
compartimento superior tienen lugar movimientos de deslizamiento entre la fosa mandibular y la
eminencia articular, producidos por el músculo pterigoideo lateral (protracción) y las fibras posteriores
del músculo temporal (retracción). ● La mandíbula debe protraerse para abrir totalmente la boca. ● En el
compartimento inferior se producen movimientos de bisagra y de giro por la acción de la gravedad
(descenso) y por tres de los cuatro músculos de la masticación (elevación): masetero, pterigoideo medial
y porción anterior del temporal.
Vascularización e inervación de la fosa infratemporal. En la fosa infratemporal se hallan también
la segunda porción de la arteria maxilar y su equivalente venoso, el plexo venoso pterigoideo. ● Los
compartimentos craneales adyacentes comunican con las citadas fosas, y las estructuras vasculonerviosas
discurren desde y hacia ellas a través de vías óseas, que son: 1) el foramen oval, a través del cual penetra
el nervio mandibular desde la fosa craneal media; 2) el foramen espinoso, a través del cual entra la arteria
meníngea media y vuelve a la fosa craneal media la rama meníngea del NC V3; 3) la fisura
pterigomaxilar, por la que discurre la arteria maxilar hacia la fosa pterigopalatina para luego distribuirse;
4) la fisura orbitaria inferior, que atraviesan las venas oftálmicas inferiores para drenar en el plexo venoso
pterigoideo, y 5) el foramen mandibular, el nervio alveolar inferior lo atraviesa y pasa al conducto
mandibular para distribuirse por la mandíbula y los dientes.
REGIÓN BUCAL
La región bucal incluye la cavidad bucal, los dientes, las encías, la lengua, el paladar
y la región de las tonsilas palatinas. La cavidad bucal es donde se ingieren y preparan
los alimentos para su digestión en el estómago y el intestino delgado. La masticación
del alimento con los dientes y su mezcla con la saliva de las glándulas salivares
facilitan la formación de un bolo alimentario manejable. La deglución se inicia
voluntariamente en la cavidad bucal. En la fase voluntaria del proceso se impulsa el
bolo desde la cavidad bucal a la faringe, la porción expandida del sistema digestivo
(alimentario) donde tiene lugar la fase involuntaria (automática) de la deglución.
Cavidad bucal
La cavidad bucal (boca) consta de dos partes: el vestíbulo bucal y la cavidad bucal
propiamente dicha (fig. 8-76). En esta cavidad bucal es donde se paladean los
alimentos y las bebidas, y donde tienen lugar la masticación y la manipulación lingual
de la comida. El vestíbulo bucal es el espacio en forma de hendidura situado entre
los dientes y las encías por un lado, y los labios y las mejillas por otro. El vestíbulo
1668
booksmedicos.org
booksmedicos.org
1669
booksmedicos.org
booksmedicos.org
FIGURA 8-76. Sección frontal de la región bucal. El dibujo orientativo muestra el plano de la sección.
Durante la masticación, la lengua (centralmente), el buccinador (lateralmente) y el orbicular de la boca
(anteriormente) actúan juntos para mantener el bolo alimentario entre las caras oclusales de los molares.
1670
booksmedicos.org
booksmedicos.org
FIGURA 8-77. Drenaje linfático de los labios. La linfa del labio superior y de las partes laterales del labio
inferior drena en los nódulos submandibulares. La linfa de la parte media del labio inferior drena en los
nódulos submentonianos.
1671
booksmedicos.org
booksmedicos.org
la mejilla.
Los principales músculos de las mejillas son los buccinadores (fig. 8-76). Existen
numerosas glándulas bucales de pequeño tamaño entre la mucosa y el buccinador (v.
fig. 8-74). Superficialmente a los buccinadores hay acumulaciones encapsuladas de
tejido adiposo; este cuerpo adiposo de la mejilla es proporcionalmente mucho mayor
en los lactantes, presumiblemente para reforzar las mejillas e impedir que se colapsen
al succionar. Las mejillas están irrigadas por las ramas bucales de la arteria maxilar, e
inervadas por los ramos bucales del nervio mandibular.
ENCÍAS
Las encías se componen de tejido fibroso tapizado por una mucosa. La encía
propiamente dicha (encía adherida) está firmemente unida a la parte alveolar de la
mandíbula y a los procesos alveolares del maxilar, y a los cuellos de los dientes (figs.
8-76 y 8-78). La encía propiamente dicha adyacente a la lengua es la encía lingual
superior e inferior; la encía adyacente a los labios y las mejillas es la encía labial o
bucal (de la mejilla), respectivamente, maxilar y mandibular. La encía
propiamente dicha suele ser rosada, punteada y queratinizada. La mucosa alveolar
(encía no adherida) suele ser brillante, roja y no queratinizada. Los nervios y vasos
que llegan a las encías, al hueso alveolar subyacente y al periodonto (que rodea las
raíces del diente y lo fija en el alvéolo dentario) se presentan en la figura 8-79 A y C.
1672
booksmedicos.org
booksmedicos.org
FIGURA 8-78. Vestíbulo bucal y encías. A) Vestíbulo y encías del maxilar. B) Vestíbulo y encías de la
mandíbula. Al acercarse a los cuellos de los dientes, la mucosa alveolar cambia de textura y color para
convertirse en la encía propiamente dicha. C, canino; I, incisivo; M, molar; PM, premolar. (Cortesía del Dr. B.
Liebgott, Professor, Division of Anatomy, Department of Surgery, University of Toronto, Toronto, Ontario,
Canada.)
Dientes
Las principales funciones de los dientes son:
1673
booksmedicos.org
booksmedicos.org
permanentes (fig. 8-80 A y C). Las edades habituales de erupción de los dientes se
exponen en la figura 8-81 y en las tablas 8-13 A y 8-13 B. Antes de la erupción, los
dientes en desarrollo se alojan en los arcos alveolares en forma de gérmenes dentales
(fig. 8-80 B).
Los tipos de dientes se distinguen por sus características: incisivos, de bordes
delgados y cortantes; caninos, formados por un cono prominente; premolares
(bicúspides) con dos cúspides; y molares, con tres o más cúspides (fig. 8-80 A y C).
La cara vestibular (labial o bucal) de cada diente se dirige hacia fuera, y la cara
lingual hacia dentro (v. fig. 8-79 B). Según la nomenclatura práctica que se utiliza en
odontología, la cara mesial de un diente es la que se dirige hacia el plano medio de la
parte facial del cráneo. La cara distal se aleja de este plano; ambas caras, mesial y
distal, son superficies de contacto, es decir, que contactan con los dientes adyacentes.
La cara masticatoria es la cara oclusal.
1674
booksmedicos.org
booksmedicos.org
FIGURA 8-79. Inervación de los dientes y las encías. A) Nervios alveolares superiores e inferior. B) Caras
de un incisivo y de un molar. C) Inervación de la boca y los dientes.
1675
booksmedicos.org
booksmedicos.org
FIGURA 8-80. Dientes permanentes o secundarios. A) Dientes en oclusión. En este caso hay un diente
supernumerario (*) en la línea media. B) Maxilar y mandíbula de un niño que empieza a mostrar los dientes
secundarios. Se han retirado los procesos alveolares para mostrar las raíces de los dientes y los gérmenes
(yemas) dentales. C) Pantomografía de la mandíbula y los maxilares de un adulto. Falta el 3.er molar inferior
izquierdo. C, canino; I, incisivo; M1, M2, M3, 1.er, 2.º y 3.er molares; PM, premolar. (Parte C por cortesía del
Dr. M. J. Pharoah, Associate Professor of Dental Radiology, Faculty of Dentistry, University of Toronto,
Toronto, Ontario, Canada.)
1676
booksmedicos.org
booksmedicos.org
1677
booksmedicos.org
booksmedicos.org
FIGURA 8-82. Sección de los dientes. A) Incisivo y molar. En las personas vivas, la cavidad pulpar es un
espacio hueco en el interior de la corona y el cuello del diente que contiene tejido conectivo, vasos sanguíneos
y nervios. La cavidad se estrecha hacia abajo, formando el conducto radicular, en un diente de una sola raíz, o
un conducto radicular por raíz en un diente multirradicular. Los vasos y nervios entran o salen a través del
foramen apical. B) Radiografía de dientes premolares y molares maxilares que muestra las características
descritas en la parte A.
Las raíces de los dientes están unidas al hueso del alvéolo por una suspensión
elástica que forma un tipo especial de articulación fibrosa, denominada sindesmosis
dentoalveolar o gonfosis. El periodonto (membrana periodontal) está compuesto
por fibras de colágeno que se extienden entre el cemento de la raíz y el periostio del
alvéolo. Recibe abundantes terminaciones nerviosas táctiles presorreceptoras,
capilares linfáticos y vasos sanguíneos glomerulares, y actúa como un cojinete
hidráulico para frenar la presión masticatoria axial. Las terminaciones nerviosas
presorreceptoras son sensibles a cambios de presión.
1678
booksmedicos.org
booksmedicos.org
Las arterias alveolares superior e inferior, ramas de la arteria maxilar, irrigan los
dientes maxilares y mandibulares, respectivamente (v. figs. 8-73 y 8-74 A; tabla 8-
12). Las venas alveolares, con los mismos nombres y distribución, acompañan a las
arterias. Los vasos linfáticos de los dientes y las encías drenan principalmente en los
nódulos linfáticos submandibulares(v. fig. 8-77).
Paladar
El paladar forma la pared superior arqueada de la boca y la pared inferior de las
cavidades nasales (fig. 8-83). Separa la cavidad bucal de las cavidades nasales y la
nasofaringe, o parte de la faringe superior al paladar blando. La cara superior (nasal)
del paladar está cubierta por mucosa respiratoria, mientras que la cara inferior (bucal)
lo está por mucosa bucal, densamente poblada de glándulas. El paladar consta de dos
regiones: el paladar duro anterior y el paladar blando posterior.
PALADAR DURO
El paladar duro es abovedado (cóncavo) y está ocupado principalmente por la
lengua cuando esta se encuentra en reposo. Los dos tercios anteriores del paladar
poseen un esqueleto óseo formado por los procesos palatinos de los maxilares y las
láminas horizontales de los huesos palatinos (fig. 8-84 A). La fosa incisiva es una
depresión situada en la línea media del paladar óseo posterior a los dientes incisivos
centrales, en la cual se abren los conductos incisivos. Los nervios nasopalatinos
discurren desde la nariz a través de un número variable de conductos y forámenes
incisivos que se abren en la fosa incisiva (v. fig. 8-87 B).
Medial al 3.er molar, el foramen palatino mayor atraviesa el borde lateral del
paladar óseo (fig. 8-84 A). Los vasos y el nervio palatinos mayores emergen de este
foramen y discurren ante-riormente por el paladar. Los forámenes palatinos menores,
posteriores al foramen palatino mayor, atraviesan el proceso piramidal del hueso
palatino. Estos forámenes conducen los nervios y vasos palatinos menores al paladar
blando y las estructuras adyacentes (v. fig. 8-87).
PALADAR BLANDO
El paladar blando es el tercio posterior móvil del paladar, suspendido del borde
posterior del paladar duro (figs. 8-83 y 8-84 B). El paladar blando carece de esqueleto
óseo; sin embargo, su porción aponeurótica anterior está fortalecida por la
aponeurosis palatina, que se une al borde posterior del paladar duro. La aponeurosis
es gruesa anteriormente y delgada posteriormente, donde se une con una porción
muscular del paladar blando. Posteroinferiormente, el paladar blando presenta un
borde libre curvo, del cual pende una prolongación cónica, la úvula.
Cuando una persona deglute, el paladar blando se tensa inicialmente para permitir
1679
booksmedicos.org
booksmedicos.org
que la lengua presione contra él y empuje el bolo alimentario (masa masticada) hacia
la parte posterior de la cavidad bucal. Luego, el paladar blando se eleva posterior y
superiormente contra la pared de la faringe, y previene así el paso del alimento hacia
el interior de la cavidad nasal.
FIGURA 8-83. Sección media de la cabeza y el cuello. La vía respiratoria y la vía para el paso del alimento
se cruzan en la faringe. El paladar blando actúa como una válvula, elevando hasta sellarlo el istmo de las
fauces que conecta la cavidad nasal y la nasofaringe con la cavidad bucal y la bucofaringe.
1680
booksmedicos.org
booksmedicos.org
1681
booksmedicos.org
booksmedicos.org
FIGURA 8-84. Paladar. Huesos y estructuras del paladar duro y blando. El paladar consta de porciones ósea
(A), aponeurótica y muscular (B). En la parte B se ha retirado la mucosa a cada lado del rafe palatino. La
aponeurosis palatina está formada por la fusión de los tendones aplanados de los músculos tensores del velo
del paladar derecho e izquierdo. Antes de aplanarse, cada tendón usa el gancho del proceso pterigoides como
una tróclea o polea, y redirecciona su línea de tracción unos 90°.
Los cinco músculos del paladar blando se originan en la base del cráneo y
descienden hacia el paladar. Se ilustran en la figura 8-86, y sus inserciones,
inervación y acciones se detallan en la tabla 8-14. Nótese que el sentido de tracción
del vientre del tensor del velo del paladar se redirige unos 90º, debido a que su
tendón utiliza el gancho pterigoideo como polea o tróclea, lo que le permite
traccionar horizontalmente sobre la aponeurosis (figs. 8-84 B y 8-86).
1682
booksmedicos.org
booksmedicos.org
FIGURA 8-85. Dientes maxilares y paladar. A) Dientes maxilares y mucosa que cubre el paladar duro en
una persona viva. B) Mucosa y glándulas del paladar. Los orificios de los conductos de las glándulas palatinas
1683
booksmedicos.org
booksmedicos.org
proporcionan a la mucosa un aspecto anaranjado. Las glándulas palatinas forman una capa gruesa en el
paladar blando y una capa fina en el paladar duro; faltan en la región de la fosa incisiva y en la parte anterior
del rafe palatino. (Parte A por cortesía del Dr. B. Liebgott, Professor, Division of Anatomy, Department of
Surgery, University of Toronto, Toronto, Ontario, Canada.)
Lengua
La lengua es un órgano muscular móvil cubierto por mucosa que puede adoptar una
serie de formas y posiciones. Se halla en parte en la cavidad bucal y en parte en la
bucofaringe. Las principales funciones de la lengua son la articulación (formación de
palabras al hablar) y la introducción de los alimentos en la bucofaringe como parte de
la deglución. La lengua participa también en la masticación, el gusto y la limpieza
bucal.
1684
booksmedicos.org
booksmedicos.org
1685
booksmedicos.org
booksmedicos.org
FIGURA 8-87. Nervios y vasos del paladar. A) En esta disección de la parte posterior de la pared lateral de
la cavidad nasal se ha separado la mucosa del paladar, que contiene una capa de glándulas mucosas, de las
regiones dura y blanda del paladar mediante disección roma. Se han seccionado los extremos posteriores de
las conchas nasales media e inferior; estas y el mucoperiostio se han separado de la pared de la nariz hasta el
borde posterior de la lámina medial de la pterigoides. Se ha roto la lámina perpendicular del palatino para
exponer las arterias y los nervios palatinos que descienden desde la fosa pterigopalatina en el conducto
palatino. B) Nervios y vasos de un paladar sin dientes. Se ha retirado la mucosa a cada lado del rafe medio,
mostrando un ramo del nervio palatino mayor a cada lado, y la arteria en el lado lateral. Hay cuatro arterias
palatinas, dos en el paladar duro (palatina mayor y rama terminal de la arteria esfenopalatina/septal nasal
1686
booksmedicos.org
booksmedicos.org
FIGURA 8-88. Partes y características de la lengua. La porción libre anterior que constituye la mayor parte
de la masa de la lengua es el cuerpo. La superficie superior del cuerpo en la cavidad bucal es el dorso (1). La
porción fija posterior es la raíz de la lengua (2). B) Las partes anterior (dos tercios) y posterior (un tercio) del
dorso de la lengua están separadas por el surco terminal y el foramen ciego. Los corchetes indican partes del
dorso de la lengua que no abarcan etiquetas específicas.
MÚSCULOS DE LA LENGUA
La lengua es esencialmente una masa de músculos que está cubierta, en su mayor
parte, por mucosa (fig. 8-90; tabla 8-15). Al igual que en los músculos orbitales, es
tradicional describir las acciones de los músculos de la lengua asociando: 1) una
única acción a un músculo específico, o 2) describiendo un movimiento particular
como consecuencia de la acción de un único múscu lo. Este enfoque facilita el
aprendizaje, pero simplifica en exceso las acciones de la lengua. Los músculos de la
lengua no actúan ais ladamente, y algunos realizan múltiples acciones; además, partes
de un solo músculo pueden actuar de modo independiente y producir acciones
1687
booksmedicos.org
booksmedicos.org
INERVACIÓN DE LA LENGUA
Todos los músculos de la lengua, excepto el palatogloso, reciben inervación motora
del NC XII, el nervio hipogloso (fig. 8-91). El palatogloso es un músculo palatino
inervado por el plexo faríngeo (v. fig. 8-46 A). En cuanto a la sensibilidad general
(tacto y temperatura), la mucosa de los dos tercios anteriores de la lengua está
inervada por el nervio lingual, ramo del NC V3 (figs. 8-91, 8-95 y 8-96). Para la
sensibilidad especial (gusto), dicha parte de la lengua, a excepción de las papilas
circunvaladas, recibe inervación de la cuerda del tímpano, ramo del NC VII. La
cuerda del tímpano se une al nervio lingual en la fosa infratemporal y discurre
anteriormente en su vaina. La mucosa del tercio posterior de la lengua y las papilas
circunvaladas reciben inervación del ramo lingual del nervio glosofaríngeo (NC IX)
para las sensibilidades general y especial (fig. 8-91). Pequeños ramos del nervio
laríngeo interno, ramo del nervio vago (NC X), aportan casi toda la sensibilidad
general y algo de la sensibilidad especial a una pequeña área de la lengua situada
inmediatamente anterior a la epiglotis. Estos nervios, sobre todo sensitivos, llevan
también fibras parasimpáticas secretomotoras a las glándulas serosas de la lengua.
1688
booksmedicos.org
booksmedicos.org
FIGURA 8-89. Pared inferior de la boca y vestíbulo bucal. La lengua está elevada y retraída hacia arriba.
(Cortesía del Dr. B. Liebgott, Professor, Division of Anatomy, Department of Surgery, University of Toronto,
Toronto, Ontario, Canada.)
VASCULARIZACIÓN DE LA LENGUA
Las arterias de la lengua proceden de la arteria lingual, rama de la arteria carótida
externa (fig. 8-92). Al entrar en la lengua, la arteria lingual discurre profundamente al
músculo hiogloso. Las arterias dorsales de la lengua irrigan la raíz; las arterias
profundas de la lengua irrigan el cuerpo de la lengua. Las arterias profundas de la
lengua se comunican entre sí cerca del ápice de la lengua. El septo lingual impide la
comunicación entre las arterias dorsales de la lengua (fig. 8-90 C).
Las venas de la lengua son las venas dorsales de la lengua, que acompañan a la
arteria lingual; las venas profundas de la lengua, que comienzan en el ápice de la
lengua, discurren posteriormente junto al frenillo lingual y desembocan en la vena
sublingual (fig. 8-93). En el anciano, las venas sublinguales a menudo son varicosas
(grandes y tortuosas). Algunas de estas venas, o todas ellas, pueden drenar de forma
directa en la vena yugular interna, o indirectamente después de haberse unido para
formar una vena lingual, que acompaña a la parte inicial de la arteria lingual.
El drenaje linfático de la lengua es excepcional. La mayor parte converge hacia
el drenaje venoso y lo sigue; sin embargo, la linfa procedente del ápice de la lengua,
el frenillo y la parte central del labio inferior sigue un curso independiente (fig. 8-94).
Los nódulos linfáticos de distintas áreas de la lengua drenan a través de cuatro vías:
1689
booksmedicos.org
booksmedicos.org
Glándulas salivares
Las glándulas salivares incluyen las glándulas parótidas, submandibulares y
sublinguales (fig. 8-95). El líquido transparente, insípido, inodoro y viscoso, la
saliva, que secretan estas glándulas y las glándulas mucosas de la cavidad bucal:
1690
booksmedicos.org
booksmedicos.org
GLÁNDULAS SUBMANDIBULARES
Las glándulas submandibulares se sitúan a lo largo del cuerpo de la mandíbula,
parcialmente superiores e inferiores a la mitad posterior de la mandíbula, y también
parcialmente super-ficiales y profundas al músculo milohioideo (fig. 8-96). El
conducto submandibular, de unos 5 cm de largo, surge de la porción de la glándula
que está situada entre los músculos milohioideo e hiogloso. A su paso desde la
porción lateral a la medial, el nervio lingual forma un asa bajo el conducto, que
discurre anteriormente y se abre en uno a tres orificios en una pequeña papila
sublingual junto a la base del frenillo lingual (fig. 8-96 B). Los orificios de los
1691
booksmedicos.org
booksmedicos.org
1692
booksmedicos.org
booksmedicos.org
FIGURA 8-92. Arterias de la lengua. La principal arteria de la lengua es la arteria lingual, una rama de la
arteria carótida externa. Las arterias dorsales de la lengua irrigan la raíz de la lengua y proporcionan una rama
para la tonsila palatina. La arteria profunda de la lengua irriga el cuerpo de la lengua. Las arterias sublinguales
irrigan la pared inferior de la boca, incluyendo las glándulas sublinguales.
1693
booksmedicos.org
booksmedicos.org
FIGURA 8-94. Drenaje linfático de la lengua. A) Dorso de la lengua. B) Drenaje linfático hacia los nódulos
linfáticos submentonianos, submandibulares y cervicales profundos superiores e inferiores, incluyendo los
nódulos yugulodigástrico y yuguloomohioideo. A través de la línea media de la lengua se producen amplias
comunicaciones.
1694
booksmedicos.org
booksmedicos.org
1695
booksmedicos.org
booksmedicos.org
FIGURA 8-96. Glándulas salivares parótida, submandibular y sublingual. A) Se han extirpado el cuerpo
y partes de la rama de la mandíbula. La glándula parótida contacta, posteriormente, con la parte profunda de la
glándula submandibular. Los finos conductos que pasan desde el borde superior de la glándula sublingual
desembocan en el pliegue sublingual. B) Glándulas sublingual y submandibular derechas en la pared inferior
de la boca; se ha extirpado la lengua. El orificio del conducto de la glándula submandibular puede verse en el
extremo anterior del pliegue sublingual. El conducto submandibular se adhiere al lado medial de la glándula
sublingual; aquí recibe, como sucede a veces, un gran conducto accesorio de la parte inferior de la glándula
sublingual. Las carúnculas sublinguales son papilas bilaterales que flanquean el frenillo de la lengua y cada
una contiene la abertura del conducto submandibular homolateral.
1696
booksmedicos.org
booksmedicos.org
secretomotoras que lleva el nervio facial al nervio lingual por la cuerda del tímpano,
que hacen sinapsis con neuronas postsinápticas en el ganglio submandibular (fig. 8-
95). Estas últimas fibras acompañan a las arterias y alcanzan la glándula, junto con
fibras simpáticas postsinápticas vasoconstrictoras desde el ganglio cervical superior.
GLÁNDULAS SUBLINGUALES
Las glándulas sublinguales son las glándulas salivares de menor tamaño y las
situadas más profundamente (fig. 8-96). Cada glándula, de forma almendrada, se
sitúa en la pared inferior de la boca entre la mandíbula y el músculo geniogloso. Las
glándulas de ambos lados se unen para constituir una masa en forma de herradura en
torno al núcleo de tejido conectivo del frenillo lingual. Numerosos conductos
sublinguales de pequeño tamaño se abren en la pared inferior de la boca a lo largo de
los pliegues sublinguales. La irrigación arterial de las glándulas sublinguales
proviene de las arterias sublingual y submentoniana, ramas de las arterias lingual y
facial, respectivamente (fig. 8-92). Los nervios de las glándulas acompañan a los de
la glándula submandibular. Fibras parasimpáticas presinápticas secretomotoras,
vehiculadas por los nervios facial, cuerda del tímpano y lingual, hacen sinapsis en el
ganglio submandibular (fig. 8-95).
FOSA PTERIGOPALATINA
La fosa pterigopalatina es un pequeño espacio piramidal, inferior al vértice de la
órbita y medial a la fosa infratemporal (fig. 8-97). Está situada entre el proceso
pterigoides del esfenoides posteriormente y la cara posterior redondeada del maxilar
anteriormente. La frágil lámina perpendicular del hueso palatino forma su pared
medial. La pared superior incompleta de la fosa pterigopalatina está constituida por
una continuación medial de la cara infratemporal del ala mayor del esfenoides. La
pared inferior está formada por el proceso piramidal del hueso palatino. Su amplio
extremo superior se abre anterosuperiormente en la fisura orbitaria inferior; su
extremo inferior es estrecho y se continúa con los conductos palatinos mayor y
menor. La fosa se comunica a través de muchas vías, con entrada y salida de nervios
y vasos desde o hacia la mayor parte de los principales compartimentos del
viscerocráneo (fig. 8-98 A).
CUADRO CLÍNICO
REGIÓN LABIAL
Fisura labial
La fisura labial (labio leporino) es una malformación congénita
(habitualmente del labio superior) que ocurre en 1 de cada 1 000
nacimientos. El 60% a 80% de los niños afectados son varones. Las fisuras
pueden variar desde una pequeña incisura en la zona de transición del labio y el
borde bermellón, a una fisura que se extiende a través de todo el labio hasta la
nariz (fig. C8-32). En los casos graves es aún más profunda y se continúa con una
1697
booksmedicos.org
booksmedicos.org
fisura palatina. El labio leporino puede ser unilateral o bilateral (Moore et al.,
2016).
1698
booksmedicos.org
booksmedicos.org
Gingivitis
Una higiene bucal inadecuada da lugar al depósito de restos alimentarios y
bacterias en los dientes y las hendiduras gingivales, lo que puede ocasionar
inflamación de las encías (gingivitis), con tumefacción y enrojecimiento. Si no se
trata el proceso, se extiende a otras estructuras de soporte, incluido el hueso
alveolar, lo que da lugar a periodontitis (inflamación y destrucción del hueso y el
periodonto). Los abscesos dentoalveolares (acumulación de pus por necrosis de
los tejidos inflamados) pueden drenar en la cavidad bucal y los labios.
1699
booksmedicos.org
booksmedicos.org
1700
booksmedicos.org
booksmedicos.org
1701
booksmedicos.org
booksmedicos.org
Extracciones dentales
A veces no resulta práctico restaurar un diente si se halla muy deteriorado;
en estos casos, la única alternativa es la extracción. Un diente puede perder
su irrigación sanguínea como resultado de un traumatismo que rompa los vasos
sanguíneos que entran o salen por el foramen apical. No siempre es posible salvar
el diente en estas circunstancias. También se extraen los dientes supernumerarios.
El nervio lingual está estrechamente relacionado con la cara medial del 3.er
molar; por lo tanto, hay que tener cuidado en no lesionar este nervio durante la
extracción, pues quedaría alterada la sensibilidad del lado homolateral de la
lengua.
FIGURA C8-34. Dientes supernumerarios. C, canino; IC, incisivo central; IL, incisivo lateral; M,
mesiodiente; M1, 1.er molar; M2, 2.° molar; PM, premolar; flecha, diente supernumerario.
1702
booksmedicos.org
booksmedicos.org
FIGURA C8-35. Mandíbula normal del adulto con la dentadura completa. Recuadros: 3.os molares
impactados.
Implantes dentales
Después de una extracción dental, o de una fractura a nivel del cuello dental,
puede colocarse una corona protésica sobre una pieza macho (clavija
metálica) insertada en un alvéolo metálico implantado quirúrgicamente en el
hueso alveolar (fig. C8-36). Antes de implantar el alvéolo puede ser necesario
aumentar el hueso alveolar con hueso bovino o de cadáver. Es posible que haya
que esperar varios meses para permitir el crecimiento óseo en torno al alvéolo
implantado antes de montar la pieza macho del implante y la corona protésica.
Bloqueo nasopalatino
Los nervios nasopalatinos pueden anestesiarse con una inyección practicada
en la fosa incisiva del paladar duro. La aguja se introduce inmediatamente
por detrás de la papila incisiva. Se anestesian ambos nervios con la misma
inyección, en el punto de salida a través de la fosa incisiva (v. fig. 8-87 B). Los
tejidos afectados son la mucosa palatina, las encías linguales y el hueso alveolar
de los seis dientes maxilares anteriores, y el paladar duro.
1703
booksmedicos.org
booksmedicos.org
1704
booksmedicos.org
booksmedicos.org
Fisura palatina
La fisura palatina, con o sin fisura labial (labio leporino), ocurre
aproximadamente en 1 de cada 2 500 nacimientos y es más habitual en el
sexo femenino. La fisura puede interesar sólo la úvula, que adquiere un aspecto
de cola de pez, o bien extenderse a través del paladar blando y duro (fig. C8-37).
En los casos graves asociados con labio leporino, la fisura palatina atraviesa los
procesos alveolares de los maxilares y de ambos lados del labio. La base
embriológica de la fisura palatina es un fallo de las masas mesenquimatosas de
los procesos palatinos laterales, que no se unen ni fusionan entre sí, o bien con el
septo nasal o con el borde posterior del proceso palatino medio (Moore et al.,
2016).
Reflejo nauseoso
La parte anterior de la lengua puede tocarse sin sentir molestias; sin
embargo, al tocar la parte posterior aparecen náuseas. Los NC IX y X son
los encargados de la contracción muscular de cada lado de la faringe. Los ramos
del nervio glosofaríngeo aportan los ramos aferentes del reflejo nauseoso.
1705
booksmedicos.org
booksmedicos.org
Carcinoma lingual
Un carcinoma lingual en la parte posterior de la lengua metastatiza a los
nódulos linfáticos cervicales profundos superiores de ambos lados; en
cambio, si se localiza en la parte anterior no suele metastatizar a los nódulos
linfáticos cervicales profundos inferiores hasta una etapa tardía de la enfermedad.
Como los nódulos se hallan estrechamente relacionados con la vena yugular
interna, las metástasis procedentes de la lengua pueden distribuirse por las
regiones submentoniana y submandibular y a lo largo de las venas yugulares
internas en el cuello (v. fig. 8-94).
Frenectomía lingual
Un frenillo lingual (anquiloglosia) que se extiende más adelante del ápice
(lengua anclada) interfiere con los movimientos de la lengua y puede afectar
el habla. En algunos casos poco habituales puede ser necesario realizar una
frenectomía (sección del frenillo) en el lactante para liberar la lengua y que pueda
efectuar sus movimientos normales y la articulación del habla.
1706
booksmedicos.org
booksmedicos.org
1707
booksmedicos.org
booksmedicos.org
Puntos fundamentales
REGIÓN LABIAL
Cavidad bucal. La cavidad bucal (boca) es la puerta de entrada primaria del sistema digestivo, y una
puerta de entrada secundaria del sistema respiratorio, especialmente importante para el habla en este
último caso. ● Se extiende desde la hendidura bucal hasta el istmo bucofaríngeo. ● Está dividida por las
mandíbulas superior e inferior y sus arcos dentarios en un vestíbulo bucal superficial (entre los labios y
las mejillas y las encías y los dientes) y una cavidad bucal propiamente dicha, más profunda (interna a las
mandíbulas y a los arcos dentarios). ● La cavidad bucal (y especialmente el vestíbulo) está limitada por
los labios y las mejillas, que son repliegues musculofibrosos flexibles y dinámicos que contienen
músculos, vasos y nervios y glándulas mucosas, cubiertos superficialmente por la piel y profundamente
por la mucosa bucal. ● Las mejillas incluyen también los cuerpos adiposos de las mejillas.
Dientes. Las potentes porciones alveolares del maxilar y la mandíbula contienen, en secuencia, dos
series de dientes (20 deciduos y 32 permanentes). ● Las coronas de los dientes emergen de las encías, y
las raíces están enclavadas en los alvéolos dentarios mediante el periodonto. ● Los maxilares y sus
dientes, encías y el vestíbulo adyacente reciben ramificaciones del nervio maxilar (NC V2), una arteria y
las venas satélites. ● Los mismos elementos en la mandíbula están inervados por el nervio mandibular
(NC V3) y los vasos alveolares inferiores.
Paladar. La pared superior de la cavidad bucal propiamente dicha está formada por los paladares duro
(dos tercios anteriores) y blando (tercio posterior); este último es un colgajo sometido a control, que
permite o limita la comunicación con la cavidad nasal. ● La mucosa del paladar duro incluye abundantes
glándulas palatinas. ● Ramas de las arterias maxilar (arterias palatinas mayor y menor) y facial (arteria
palatina ascendente) irrigan el paladar; las venas drenan en el plexo pterigoideo. El paladar recibe
inervación sensitiva del nervio maxilar (NC V2); los músculos del paladar blando reciben inervación
motora del plexo faríngeo (NC X) y de un ramo del nervio mandibular (NC V3) para el tensor del velo del
paladar.
Lengua. La lengua es una masa de músculo estriado que recibe inervación del NC XII y está revestida
por una mucosa especializada con papilas linguales. ● Ocupa la mayor parte de la cavidad bucal cuando
la boca está cerrada. ● Los músculos extrínsecos controlan principalmente la posición de la lengua,
mientras que los músculos intrínsecos controlan sobre todo su forma, para manejar los alimentos durante
la masticación y la deglución, y para el habla. ● Posee una elevada sensibilidad; cuatro nervios craneales
le aportan fibras sensitivas. ● El surco terminal divide la lengua en dos tercios anteriores, que reciben la
sensibilidad general del nervio lingual (NC V3) y fibras gustativas del NC VII, y un tercio posterior que
recibe toda la inervación sensitiva del NC IX. ● En las inmediaciones de la epiglotis, el NC X
proporciona inervación sensitiva general y especial.
1708
booksmedicos.org
booksmedicos.org
Nervio maxilar
El nervio maxilar discurre anteriormente a través del foramen redondo y penetra en
la fosa pterigopalatina por su pared posterior (figs. 8-98 C, 8-99 B y 8-100 C). Dentro
de la fosa, el nervio maxilar da origen al nervio cigomático, que se divide en los
nervios cigomaticofacial y cigomaticotemporal (figs. 8-99 B y 8-100 A). Estos
nervios, que surgen del hueso cigomático a través de los forámenes craneales
homónimos, aportan la sensibilidad general a la región lateral de la mejilla y la sien.
El nervio cigomaticotemporal también da origen a un ramo comunicante, que lleva
fibras parasimpáticas postsinápticas secretomotoras a la glándula lagrimal por medio
del nervio lagrimal del NC V1, que hasta ese punto es puramente sensitivo (fig. 8-100
A y B).
Todavía en la fosa pterigopalatina, el nervio maxilar emite además los dos ramos
ganglionares para el ganglio pterigopalatino (raíces sensitivas del ganglio
pterigopalatino), que sustentan el ganglio pterigopalatino parasimpático en la parte
superior de la fosa pterigopalatina (figs. 8-98 C y 8-100 A). Los nervios
pterigopalatinos transportan fibras sensitivas generales del nervio maxilar, que
atraviesan el ganglio pterigopalatino sin hacer sinapsis e inervan la nariz, el paladar y
la faringe (fig. 8-100 C). El nervio maxilar abandona la fosa pterigopalatina a través
1709
booksmedicos.org
booksmedicos.org
FIGURA 8-97. Fosas temporal, infratemporal y pterigopalatina. La fosa pterigopalatina se observa medial
a la fosa infratemporal a través de la fisura pterigomaxilar, entre el proceso pterigoides y el maxilar. El
foramen esfenopalatino es una abertura en la cavidad nasal en la parte superior del hueso palatino.
1710
booksmedicos.org
booksmedicos.org
8-100 C). Las fibras simpáticas postsinápticas pasan a las glándulas palatinas y
mucosas de la cavidad nasal y la porción superior de la faringe.
NARIZ
La nariz es la parte del tracto respiratorio superior al paladar duro y contiene el
órgano periférico del olfato. Incluye la nariz propiamente dicha y la cavidad nasal,
que está dividida en cavidades derecha a izquierda por el septo nasal (fig. 8-101 A).
Las funciones de la nariz son la olfacción, la respiración, la filtración del polvo, la
humidificación del aire inspirado, y la recepción y la eliminación de las secreciones
procedentes de los senos paranasales y los conductos nasolagrimales.
1711
booksmedicos.org
booksmedicos.org
FIGURA 8-99. Abordaje orbitario del contenido de la fosa pterigopalatina. A) La porción pterigopalatina
(3.ª) de la arteria maxilar se encuentra por delante del músculo pterigoideo lateral (tabla 8-12). Las ramas de
esta tercera porción se originan justo antes de entrar y en el interior de la fosa pterigopalatina. B) El nervio
maxilar (NC V2) atraviesa la pared posterior de la fosa pterigopalatina a través del foramen redondo,
proporcionando dos ramos al ganglio pterigopalatino en el interior de la fosa. Los ramos que surgen del
ganglio se consideran ramos del NC V2.
1712
booksmedicos.org
booksmedicos.org
FIGURA 8-100. Ganglio pterigopalatino. A) Nervios que intervienen en la conducción de fibras nerviosas
hacia y desde el ganglio. B y C) El nervio del conducto pterigoideo conduce fibras parasimpáticas
presinápticas desde el nervio facial (a través de su ramo, el nervio petroso mayor) hasta el ganglio, donde
establecerán sinapsis con fibras postsinápticas. El nervio del conducto pterigoideo también conduce fibras
simpáticas postsinápticas hasta el ganglio desde el plexo carotídeo interno (a través del nervio petroso
profundo). Fibras sensitivas alcanzan el ganglio a través de ramos pterigopalatinos del nervio maxilar (NC
V2). Fibras parasimpáticas postsinápticas secretomotoras y fibras simpáticas postsinápticas vasoconstrictoras
se distribuyen hacia las glándulas lagrimales, nasales, palatinas y faríngeas. Del mismo modo, se distribuyen
fibras sensitivas hacia la mucosa de la cavidad nasal, el paladar y la parte más superior de la faringe.
CUADRO CLÍNICO
1713
booksmedicos.org
booksmedicos.org
FOSA PTERIGOPALATINA
Vía transantral a la fosa pterigopalatina
El abordaje quirúrgico a la fosa pterigopalatina, situada profundamente, se
logra a través del seno maxilar. Después de elevar el labio superior, se
atraviesan la encía maxilar y la pared anterior del seno y se penetra en este. A
continuación se perfora la pared posterior lo necesario para abrir la pared anterior
de la fosa pterigopalatina. En los casos de epistaxis (hemorragia nasal) crónica,
puede ligarse la tercera porción de la arteria maxilar en la fosa para controlar las
hemorragias.
Puntos fundamentales
FOSA PTERIGOPALATINA
La fosa pterigopalatina es un importante centro de distribución de los ramos del nervio maxilar y la
porción pterigopalatina (3.a) de la arteria maxilar. ● Está localizada entre la fosa infratemporal, la cavidad
nasal, la órbita, la fosa craneal media, la bóveda faríngea, el seno maxilar y la cavidad bucal (paladar), y
se comunica con todos ellos. ● La fosa pterigopalatina contiene el nervio maxilar (NC V2), el ganglio
pterigopalatino parasimpático, la 3.a porción de la arteria maxilar y las venas satélites, así como una
matriz adiposa circundante.
ESQUELETO DE LA NARIZ
El esqueleto de soporte de la nariz se compone de hueso y cartílago hialino. La
porción ósea de la nariz (figs. 8-101 B y 8-102) consiste en los huesos nasales, los
procesos frontales de los maxilares, la porción nasal del hueso frontal y su espina
nasal, y las porciones óseas del septo nasal. La porción cartilaginosa de la nariz
está compuesta por cinco cartílagos principales: dos laterales, dos alares y un
cartílago del septo nasal. Los cartílagos alares, en forma de U, son libres y móviles;
1714
booksmedicos.org
booksmedicos.org
dilatan o contraen las narinas cuando se contraen los músculos que actúan sobre la
nariz.
SEPTO NASAL
El septo nasal divide la nariz en dos cavidades nasales. El septo posee una parte ósea
y un parte cartilatinosa, blanda y móvil. Los principales componentes del septo nasal
son la lámina perpendicular del etmoides, el vómer y el cartílago del septo. La
delgada lámina perpendicular del hueso etmoides, que constituye la parte superior
del septo nasal, desciende desde la lámina cribosa y se continúa, superiormente a esta
lámina, con la crista galli. El vómer, un hueso delgado y plano, forma la porción
posteroinferior del septo nasal, con una cierta contribución de las crestas nasales de
los huesos maxilar y palatino. El cartílago del septo posee una articulación tipo
esquindilesis (ranura-diente) con los bordes del septo óseo.
1715
booksmedicos.org
booksmedicos.org
FIGURA 8-101. Nariz. A) Anatomía de superficie de la nariz, que está fijada a la frente por su raíz. El borde
redondeado entre el ápice y la raíz se denomina dorso de la nariz. B) Se han traccionado hacia abajo los
cartílagos de la nariz para exponer los cartílagos accesorios. Los cartílagos nasales laterales se han fijado
mediante suturas a los huesos nasales, y se continúan con el cartílago del septo nasal.
Cavidades nasales
El término cavidad nasal se refiere a la totalidad o a sus mitades derecha o izquierda,
según el contexto. Las cavidades nasales tienen su entrada anteriormente a través de
las narinas, y posteriormente se abren en la nasofaringe por las coanas (v. fig. 8-9).
La mucosa tapiza las cavidades nasales, excepto el vestíbulo nasal, que está
1716
booksmedicos.org
booksmedicos.org
FIGURA 8-102. Paredes lateral y medial (septal) del lado derecho de la cavidad nasal. Se han separado
las paredes, mostrándose como páginas adyacentes de un libro. La vista medial muestra la pared lateral
derecha de la cavidad nasal, y la vista lateral muestra el septo nasal. Este cuenta con una parte dura (ósea),
localizada profundamente (posteriormente), donde está protegida, y una parte blanda y móvil, localizada
superficialmente (anteriormente), sobre todo en la parte externa y vulnerable de la nariz.
1717
booksmedicos.org
booksmedicos.org
1718
booksmedicos.org
booksmedicos.org
FIGURA 8-103. Pared lateral de la cavidad nasal de la mitad derecha de la cabeza. A) Las conchas
nasales inferior y media, que se curvan medialmente e inferior-mente desde la pared lateral, dividen la pared
en tres partes casi iguales y cubren los meatos nasales inferior y medio, respectivamente. La concha nasal
superior es pequeña y anterior al seno esfenoidal, y la concha nasal media presenta un borde inferior angulado
y termina inferior al seno esfenoidal. La concha nasal inferior muestra un borde inferior ligeramente curvado,
y termina inferior a la concha nasal media, alrededor de 1 cm anteriormente al orificio de la tuba auditiva
(aproximadamente, la anchura de la lámina medial de la pterigoides). B) Esta disección de la pared lateral de
la cavidad nasal muestra las comunicaciones a través de la pared lateral de la cavidad nasal. Se han extirpado
partes de las conchas nasales superior, media e inferior. El seno esfenoidal ocupa el cuerpo del esfenoides; su
orificio, superior a la mitad de su pared anterior, se abre en el receso esfenoetmoidal. Los orificios de las
1719
booksmedicos.org
booksmedicos.org
celdillas etmoidales anteriores, medias y posteriores se abren en el meato nasal superior, el meato nasal medio
y el hiato semilunar, respectivamente.
1720
booksmedicos.org
booksmedicos.org
FIGURA 8-104. Sección frontal de la mitad derecha de la cabeza. A) El dibujo orientativo muestra el
plano de sección. Obsérvese la relación de la órbita, la cavidad nasal y los senos paranasales. El contenido de
la órbita, incluidos los cuatro músculos rectos y la fascia que los une, forma un círculo (un cono, cuando se
contempla en tres dimensiones) alrededor de la parte posterior (fondo) del bulbo ocular. B) Radiografía de
cráneo que muestra la cavidad nasal y los senos paranasales. Las letras señalan las estructuras indicadas en la
parte A.
1721
booksmedicos.org
booksmedicos.org
anterior del paladar duro. En la parte anterior del septo nasal existe un plexo (área de
Kiesselbach) donde se anastomosan las cinco arterias que irrigan el septo. La nariz
también recibe sangre de las arterias enumeradas primera y quinta, así como ramas
nasales de la arteria infraorbitaria y ramas nasales laterales de la arteria facial.
Un abundante plexo venoso submucoso, profundo a la mucosa nasal,
proporciona el drenaje venoso de la nariz de las venas esfenopalatina, facial y
oftálmica. Este plexo venoso es una parte importante del sistema termorregulador del
organismo, que intercambia calor y calienta el aire antes de que penetre en los
pulmones. La sangre venosa de la nariz drena principalmente en la vena facial, a
través de las venas angular y nasal lateral (v. fig. 8-25). Hay que recordar que esta
zona pertenece al «triángulo peligroso» de la cara, debido a las comunicaciones
existentes con el seno cavernoso (v. cuadro clínico «Tromboflebitis de la vena
facial»).
En cuanto a la inervación, la mucosa nasal puede dividirse en las porciones
posteroinferior y anterosuperior mediante una línea oblicua que pasa
aproximadamente a través de la espina nasal anterior y el receso esfenoetmoidal (fig.
8-106). La inervación de la porción posteroinferior de la mucosa nasal corre a cargo
principalmente del nervio maxilar, mediante el nervio nasopalatino para el septo
nasal, y los ramos nasales posteriores superiores laterales y nasales inferiores laterales
del nervio palatino mayor para la pared lateral. La inervación de la porción
anterosuperior proviene del nervio oftálmico (NC V1), mediante los nervios
etmoidales anterior y posterior, ramos del nervio nasociliar. La mayor parte de la
nariz (dorso y ápice) también recibe inervación del NC V1 (por vía del nervio infra-
troclear y el ramo nasal externo del nervio etmoidal anterior), pero las alas de la nariz
la reciben de los ramos nasales del nervio infraorbitario (NC V2). Los nervios
olfatorios, encargados de la olfacción, se originan en las células del epitelio
olfatorio, situadas en la parte superior de las paredes lateral y septal de la cavidad
nasal. Las prolongaciones centrales de estas células (que forman el nervio olfatorio)
atraviesan la lámina cribosa y finalizan en el bulbo olfatorio, expansión rostral del
tracto olfatorio (v. fig. 8-102 A).
1722
booksmedicos.org
booksmedicos.org
FIGURA 8-105. Arterias de la cavidad nasal. Vista a modo de libro abierto de las paredes lateral y medial
del lado derecho de la cavidad nasal. La «página» izquierda muestra la pared lateral de la cavidad nasal. La
arteria esfenopalatina (una rama de la arteria maxilar) y la arteria etmoidal anterior (una rama de la arteria
oftál-mica) son las dos arterias más importantes de la cavidad nasal. La «página» derecha muestra el septo
nasal, que está irrigado por una anastomosis de cuatro o cinco arterias que se encuentra en la porción
anteroinferior del septo nasal (área de Kiesselbach, en naranja), una zona que participa habitualmente en los
episodios de epistaxis crónica.
FIGURA 8-106. Inervación de la cavidad nasal. Vista a modo de libro abierto de las paredes lateral y
medial (septal) del lado derecho de la cavidad nasal. Una línea de trazos extrapolada aproximadamente desde
el receso esfenoetmoidal hasta el ápice de la nariz delimita los territorios de los nervios oftálmico (NC V1) y
maxilar (NC V2), que proporcionan la inervación sensitiva general tanto de la pared lateral como del septo
nasal. El nervio olfatorio (NC I) se distribuye hacia la mucosa olfatoria superior al nivel de la concha nasal
superior, tanto en la pared lateral como en el septo nasal.
Senos paranasales
Los senos paranasales, llenos de aire, son extensiones de la porción respiratoria de la
cavidad nasal en los huesos frontal, etmoides, esfenoides y maxilar. Su denominación
1723
booksmedicos.org
booksmedicos.org
SENOS FRONTALES
Los senos frontales derecho e izquierdo se hallan entre las tablas externa e interna
del hueso frontal, posteriormente a los arcos superciliares y a la raíz de la nariz (figs.
8-103, 8-104 y 8-107). Los senos frontales suelen detectarse en los niños hacia los 7
años de edad. Cada seno frontal drena a través de un conducto frontonasal en el
infundíbulo etmoidal, que se abre en el hiato semilunar del meato nasal medio. Los
senos frontales están inervados por ramos de los nervios supraorbitarios (NC V1).
Los dos senos frontales raras veces tienen el mismo tamaño, y el septo que los
divide no suele estar situado totalmente en el plano medio. El tamaño de los senos
frontales varía desde unos 5 mm hasta grandes espacios que se extienden lateralmente
hacia las alas mayores del esfenoides. A menudo un seno frontal está dividido en dos
partes: una parte vertical en la porción escamosa del hueso frontal, y una parte
horizontal en su porción orbitaria. Una o ambas partes pueden ser grandes o
pequeñas. Cuando la parte supraorbitaria es grande, su pared superior forma el piso
de la fosa craneal anterior, y su piso constituye la pared superior de la órbita.
CELDILLAS ETMOIDALES
Las celdillas (senos) etmoidales son pequeñas invaginaciones de la mucosa de los
meatos nasales medio y superior en el hueso etmoides, entre la cavidad nasal y la
órbita (figs. 8-104, 8-107 y 8-108). Las celdillas etmoidales no suelen verse en las
radiografías simples antes de los 2 años de edad, pero pueden reconocerse en las
exploraciones por TC. Las celdillas etmoi-dales anteriores drenan directa o
indirectamente en el meato nasal medio, a través del infundíbulo etmoidal. Las
celdillas etmoidales medias se abren directamente en el meato medio y a veces se
denominan «celdillas bullares» debido a que forman la bulla etmoidal, una
protuberancia situada en el borde superior del hiato semilunar (v. fig. 8-103 B). Las
celdillas etmoidales posteriores se abren directamente en el meato superior. Las
celdillas etmoidales están inervadas por los ramos etmoidales anterior y posterior de
los nervios nasociliares (NC V1) (figs. 8-19 y 8-106).
SENOS ESFENOIDALES
Los senos esfenoidales están localizados en el cuerpo del esfenoides y pueden
extenderse a sus alas (figs. 8-103 y 8-107). Se hallan divididos desigualmente y
separados por un septo óseo. Debido a esta extensa neumatización (formación de
celdillas aéreas), el cuerpo del esfenoides es frágil. Sólo hay unas delgadas láminas
óseas de separación entre los senos y varias estructuras importantes, como los nervios
ópticos, el quiasma óptico, la hipófisis, las arterias carótidas internas y los senos
cavernosos. Los senos esfenoidales derivan de una celdilla etmoidal posterior que
comienza a invadir el esfenoides hacia los 2 años de edad. En algunas personas, esta
invasión corre a cargo de varias celdillas etmoidales posteriores, lo que da lugar a la
formación de múltiples senos esfenoidales que se abren por separado en el receso
1724
booksmedicos.org
booksmedicos.org
esfenoetmoidal (v. fig. 8-103 A). Las arterias etmoidales posteriores, y los nervios
homónimos que las acompañan, irrigan e inervan, respectivamente, los senos
esfenoidales (v. fig. 8-105).
1725
booksmedicos.org
booksmedicos.org
FIGURA 8-107. Senos paranasales I. A) Los senos paranasales del lado derecho se han abierto, siguiendo
un abordaje nasal, y se han identificado por colores. Una celdilla etmoidal anterior (rosa) está invadiendo el
díploe del hueso frontal para convertirse en un seno frontal. Una rama (flecha de puntos) invade la lámina
orbitaria del hueso frontal. En esta imagen, el seno esfenoidal es amplio, extendiéndose: 1) posteriormente,
inferior con respecto a la hipófisis; 2) lateralmente, inferior con respecto al nervio óptico (NC II), en el
proceso clinoides anterior, y 3) inferior al proceso pterigoides, pero dejando el conducto pterigoideo y
ascendiendo como un reborde sobre el piso del seno. El seno maxilar es piramidal. B) Radiografía de cráneo
que muestra densidades de aire (áreas oscuras) asociadas a los senos paranasales, la cavidad nasal, la cavidad
bucal y la faringe. Las letras se definen en la parte A.
SENOS MAXILARES
Los senos maxilares son los senos paranasales de mayor tamaño. Ocupan el
cuerpo de los maxilares y comunican con el meato nasal medio (figs. 8-104, 8-107 y
8-108).
1726
booksmedicos.org
booksmedicos.org
1727
booksmedicos.org
booksmedicos.org
FIGURA 8-108. Senos paranasales II. El dibujo orientativo muestra el plano de la sección que se ofrece en
ambas partes. A) El etmoides ocupa una posición central, con su componente horizontal formando la parte
central de la fosa craneal anterior, superiormente, y la cavidad nasal inferiormente. En las celdillas etmoidales
se fijan las conchas nasales superior y media, y forman parte de la pared medial de la órbita; la lámina
perpendicular del etmoides forma parte del septo nasal. El seno maxilar constituye la parte inferior de la pared
lateral de la nariz y comparte una pared común con la órbita. La concha nasal media protege el hiato
semilunar, en el cual se abre el orificio maxilar (flecha). B) La TC muestra cavidades llenas de aire de la
sección anatómica de la parte A. (Cortesía del Dr. D. Armstrong, Associate Professor of Medical Imaging,
University of Toronto, Toronto, Ontario, Canada.)
1728
booksmedicos.org
booksmedicos.org
Cada seno maxilar drena por medio de una o más aberturas, el orificio del seno
maxilar (que puede ser múltiple), en el meato nasal medio de la cavidad nasal, a
través del hiato semilunar.
La irrigación arterial del seno maxilar procede principal-mente de ramas
alveolares superiores de la arteria maxilar (v. fig. 8-73; tabla 8-12), aunque el piso
del seno recibe irrigación de ramas de las arterias palatinas descendente y mayor(v.
fig. 8-98 B). La inervación del seno maxilar proviene de los nervios alveolares
superiores anterior, medio y posterior, ramos del nervio maxilar (v. fig. 8-79 A).
CUADRO CLÍNICO
NARIZ
Fracturas nasales
Debido a la prominencia de la nariz, las fracturas de los huesos nasales son
frecuentes en accidentes de auto-móvil y en la práctica deportiva (a menos
que se utilicen protectores faciales). Las fracturas suelen originar deformaciones
de la nariz, especialmente cuando se recibe una fuerza lateral con el codo de otra
persona, por ejemplo. Suele producirse una epis taxis (hemorragia nasal). En las
fracturas graves, la rotura de huesos y cartílagos origina un desplazamiento de la
nariz. Cuando la lesión es producto de un golpe directo, puede ocurrir también
una fractura de la lámina cribosa del etmoides.
1729
booksmedicos.org
booksmedicos.org
Rinitis
La mucosa nasal aparece tumefacta e inflamada (rinitis) durante las
infecciones respiratorias altas y las reacciones alérgicas (p. ej., fiebre del
heno). El edema de la mucosa se produce rápidamente debido a su
vascularización. Las infecciones de la cavidad nasal pueden propagarse a:
Epistaxis
La epistaxis (hemorragia nasal) es relativamente frecuente por la abundante
irrigación sanguínea de la mucosa nasal. En la mayoría de los casos, la
causa es traumática y la hemorragia procede del área situada en el tercio anterior
de la nariz (área de Kiesselbach, v. fig. 8-105 B). La epistaxis se asocia también a
infecciones e hipertensión. La salida de sangre de la nariz a borbotones es
consecuencia de la rotura de una arteria. La epistaxis moderada también puede
ocurrir por el acto de urgarse la nariz, que desgarra las venas del vestíbulo nasal.
Sinusitis
Como los senos paranasales se continúan con las cavidades nasales a través
de aberturas que comunican con ellos, la infección puede propagarse a partir
de las cavidades nasales y producir inflamación y edema de la mucosa de los
senos (sinusitis), con dolor local. A veces se inflaman varios senos (pansinusitis)
y el edema de la mucosa puede bloquear una o más aberturas de los senos a las
cavidades nasales.
1730
booksmedicos.org
booksmedicos.org
1731
booksmedicos.org
booksmedicos.org
Puntos fundamentales
NARIZ
La nariz es el sistema de ventilación que atraviesa la cabeza y permite la creación de un flujo de aire entre
el ambiente externo y el sistema respiratorio inferior (pulmones). ● Cuando el aire penetra a través de la
nariz, se analiza su composición química (aumento de la olfacción y el gusto) y se calienta, humidifica y
filtra a su paso hacia los pulmones. Cuando sale, libera calor y humedad. ● La nariz también proporciona
una vía de drenaje para el moco y el líquido lagrimal.
Esqueleto de la nariz. En su abertura anterior a través de las narinas, la cavidad nasal queda
subdividida por un septo nasal medio. ● La nariz propiamente dicha y el septo anterior se benefician de la
flexibilidad que les proporciona un esqueleto cartilaginoso, que reduce la posibilidad de fracturas nasales.
● A excepción del septo y la pared inferior, las paredes de la cavidad nasal están muy neumatizadas por
los senos paranasales, y en sus paredes laterales se encuentran las conchas o cornetes.
Cavidades nasales. Tanto los senos como las conchas o cornetes aumentan la superficie secretora
para el intercambio de humedad y calor. ● Esencialmente, todas las superficies están recubiertas de una
mucosa secretora gruesa y vascularizada, cuya porción anterosuperior (incluida la mayor parte de la
mucosa de los senos paranasales) recibe la arteria y el nervio oftálmicos (NC V1), y la porción
posteroinferior (incluida la mucosa del seno maxilar) recibe la arteria y el nervio maxilares (NC V2). ● La
mucosa de la pared superior y las áreas adyacentes de las paredes y el septo reciben también inervación
sensitiva especial procedente del nervio olfatorio (NC I). ● Posteriormente, la cavidad nasal se continúa
con la nasofaringe a través de las coanas; el paladar blando sirve como válvula o puerta de entrada para
controlar el acceso de la vía aérea nasal. ● El hueso y la mucosa de las paredes laterales de esta vía
presentan perforaciones que corresponden a las aberturas de los conductos nasolagrimales, los senos
paranasales y la tuba auditiva. ● Sólo el hueso es perforado por el foramen pterigopalatino, a través del
cual pasan las estructuras vasculonerviosas hacia el interior de la mucosa nasal.
Senos paranasales. Los senos paranasales reciben la denominación correspondiente al hueso que los
aloja. ● El seno maxilar es el de mayor tamaño. ● La mayoría se abren en el meato nasal medio, a
excepción de los senos esfenoidales, que drenan en el receso esfenoetmoidal.
OÍDO
1732
booksmedicos.org
booksmedicos.org
Oído externo
El oído externo está compuesto por la oreja, que recoge el sonido, y el meato
acústico externo, que lo conduce hacia la membrana timpánica.
OREJA
La oreja se compone de una lámina de cartílago elástico de forma irregular, cubierto
por una piel delgada (fig. 8-110). La oreja presenta varias depresiones y elevaciones.
La concha de la oreja es la depresión más profunda. El borde elevado de la oreja es
el hélix. Las otras depresiones y elevaciones se exponen en la figura 8-110. El
lobulillo (lóbulo), no cartilaginoso, está formado por tejido fibroso, grasa y vasos
sanguíneos. Se perfora fácilmente para tomar pequeñas muestras de sangre o insertar
pendientes. El trago (del griego tragos, cabra; en alusión a los pelos que tienden a
crecer en esta formación, parecidos a la barba de una cabra) es una proyección en
forma de lengüeta que recubre el poro del meato acústico externo. La irrigación
arterial de la oreja deriva principalmente de las arterias auricular posterior y
temporal superficial (fig. 8-111 A).
Los principales nervios de la piel de la oreja son los nervios auricular mayor y
auriculotemporal. El nervio auricular mayor inerva la cara craneal (medial;
habitualmente denominada «dorso de la oreja») y la parte posterior (hélix, antihélix y
lóbulo) de la cara lateral («parte frontal del oído»). El nervio auriculotemporal, ramo
del NC V3, inerva la piel de la cara anterior de la superficie lateral de la aurícula,
incluyendo el borde de la concha, la cruz del hélix y el trago (figs. 8-109 y 8-111 A).
La piel de la concha está inervada en su mayoría por la rama auricular del vago, con
una contribución menor del nervio facial.
El drenaje linfático de la oreja se realiza, en la cara lateral de la mitad superior
de la oreja, hacia los nódulos linfáticos parotídeos superficiales (fig. 8-111 B); la cara
craneal de la mitad superior de la oreja drena en los nódulos linfáticos mastoideos y
en los nódulos linfáticos cervicales profundos; el resto de la oreja, incluido el lóbulo,
drena en los nódulos linfáticos cervicales superficiales.
1733
booksmedicos.org
booksmedicos.org
FIGURA 8-109. Partes del oído. Sección frontal del oído, con un dibujo orientativo acompañante, que
muestra que consta de tres partes: externa, media e interna. El oído externo está formado por la oreja y el
meato acústico externo. El oído medio es un espacio aéreo en el que se localizan los huesecillos del oído. El
oído interno contiene el laberinto membranoso, cuyas principales divisiones son el laberinto coclear y el
laberinto vestibular.
FIGURA 8-110. Oído externo. Partes de la oreja habitualmente utilizadas en la descripción clínica. El oído
externo está formado por la oreja y el meato acústico externo.
1734
booksmedicos.org
booksmedicos.org
con la piel de la oreja. Los dos tercios mediales son óseos y están revestidos de piel
delgada que se continúa con la capa externa de la membrana timpánica. Las glándulas
ceruminosas y sebáceas, en el tejido subcutáneo de la porción cartilaginosa, producen
cerumen.
La membrana timpánica (tímpano), aproximadamente de 1 cm de diámetro, es
delgada, de forma ovalada y semitransparente; se halla situada en el extremo medial
del meato acústico externo (figs. 8-109 y 8-112). La membrana establece una
separación entre el meato acústico externo y la cavidad timpánica del oído medio. La
membrana timpánica está recubierta de piel delgada externamente, y de la mucosa del
oído medio internamente. Observada a través de un otoscopio, presenta una
concavidad hacia el meato acústico externo, con una depresión cónica superficial en
el centro, el ombligo (fig. 8-112 A) (v. cuadro clínico «Exploración otoscópica»). El
eje central de la membrana timpánica discurre perpendicularmente a través del
ombligo como el mango de un paraguas, en sentido anteroinferior mientras se dirige
lateralmente. Así pues, la membrana timpánica está orientada como un minúsculo
radar para recibir las señales procedentes del ambiente situado delante y al lado de la
cabeza.
Superiormente al proceso lateral del martillo (uno de los huesecillos del oído
medio), la membrana es delgada y se denomina porción fláccida. Carece de las
fibras radiales y circulares que están presentes en el resto de la membrana,
denominada porción tensa. La porción fláccida forma la pared lateral del receso
superior de la cavidad timpánica.
La membrana timpánica se mueve en respuesta a las vibraciones del aire que
llegan hasta ella a través del meato acústico externo. Los movimientos de la
membrana se transmiten mediante los huesecillos del oído a través del oído medio
hacia el oído interno (fig. 8-109).
La piel de las paredes superior y anterior del meato acústico externo y los dos
tercios anterosuperiores de la superficie externa de la membrana timpánica son
inervados principalmente por el nervio auriculotemporal (fig. 8-111 A), un ramo del
NC V3. La piel de las paredes posterior e inferior del meato y el tercio posteroinferior
de la superficie externa de la membrana timpánica son inervados por el ramo
auricular del vago (NC X). La super-ficie interna de la membrana timpánica recibe
inervación del nervio glosofaríngeo (NC IX).
Oído medio
La cavidad timpánica, o cavidad del oído medio, es la estrecha cámara llena de aire
situada en la porción petrosa del hueso temporal (figs. 8-109 y 8-113). Tiene dos
porciones: la cavidad timpánica propiamente dicha, o espacio directamente interno
a la membrana timpánica, y el receso epitimpánico, o espacio superior a la
membrana. La cavidad timpánica está conectada anteromedialmente con la
nasofaringe por la tuba auditiva, y posterosuperiormente con las celdillas mastoideas
por el antro mastoideo (figs. 8-113 A y 8-114). La cavidad timpánica está revestida
de una mucosa que se continúa con la mucosa que recubre la tuba auditiva, las
celdillas mastoideas y el antro mastoideo.
1735
booksmedicos.org
booksmedicos.org
1. La pared tegmental (superior) está formada por una delgada lámina ósea, la
pared superior del tímpano, que separa la cavidad timpánica de la duramadre de
la fosa craneal media (fig. 8-114 A).
2. La pared yugular (piso) está formada por una capa ósea que separa la cavidad
timpánica del bulbo superior de la vena yugular interna (fig. 8-114 A y B).
3. La pared membranosa (pared lateral) está formada casi totalmente por la
convexidad picuda de la membrana timpánica; superiormente está formada por
la pared lateral ósea del receso epitimpánico. El manubrio del martillo está
unido a la membrana timpánica y su cabeza se extiende hacia el interior del
receso epitimpánico.
4. La pared laberíntica (pared medial) separa la cavidad timpánica del oído
interno. También presenta el promontorio de la pared laberíntica, formado por
la porción inicial (espira basal) de la cóclea y las ventanas coclear y vestibular,
que en el cráneo en seco se comunican con el oído interno.
5. La pared mastoidea (pared posterior) tiene una abertura en su parte superior,
la entrada al antro mastoideo, que conecta la cavidad timpánica con las
celdillas mastoideas; el conducto para el nervio facial desciende entre la pared
posterior y el antro, medialmente a la entrada a este último.
6. La pared carotídea, anterior, separa la cavidad timpánica del conducto
carotídeo; superiormente presenta el orificio de la tuba auditiva y el conducto
del tensor del tím
7. El antro mastoideo es una cavidad en el proceso mastoides del hueso temporal
(fig. 8-114 A). El antro, al igual que ocurre en la cavidad timpánica, está
separado de la fosa craneal media por una delgada lámina del hueso temporal,
denominada pared tegmental. Esta estructura constituye la pared tegmentaria
(techo) de las cavidades del oído, y también forma parte de la porción lateral de
la fosa craneal media. El antro mastoideo es la cavidad común en la cual se
abren las celdillas mastoideas. El antro y las celdillas mastoideas están
revestidos de una mucosa que se continúa con la que tapiza el oído medio.
Anteroinferiormente, el antro está relacionado con el conducto del nervio facial.
1736
booksmedicos.org
booksmedicos.org
FIGURA 8-111. Disección de la cara y drenaje linfático de la cabeza. A) Las arterias y venas auriculares
posteriores y temporales superficiales, y los nervios auricular mayor y auriculotemporal, proporcionan la
circulación y la inervación del oído externo. B) El drenaje linfático se dirige hacia los nódulos linfáticos
parotídeos, así como a los nódulos mastoideos y cervicales superficiales; todos ellos drenan en los nódulos
linfáticos cervicales profundos.
1737
booksmedicos.org
booksmedicos.org
FIGURA 8-112. Membrana timpánica y abordaje lateral de la cavidad timpánica. A) Imagen otoscópica
de la membrana timpánica derecha. El cono luminoso es un reflejo de la luz del otoscopio. B) La membrana
timpánica se representa semitransparente y se ha retirado la pared lateral del receso epitimpánico para mostrar
los huesecillos del oído medio in situ.
1738
booksmedicos.org
booksmedicos.org
FIGURA 8-113. Esquema general y orientación de los componentes del oído. A) Imagen del oído in situ.
El meato acústico externo discurre en sentido lateral a medial. El eje de la membrana timpánica y el eje sobre
el cual se enrolla la cóclea discurren inferiormente y anteriormente a medida que avanza lateralmente. Los ejes
longitudinales de los laberintos óseo y membranoso, y de la tuba auditiva y de los músculos elevador del velo
del paladar y tensor del tímpano, se encuentran perpendiculares a los de la membrana timpánica y la cóclea
(discurren inferiormente y anteriormente al avanzar medialmente). B) Oído medio y oído interno. El oído
medio se encuentra entre la membrana timpánica y el oído interno. De la pared lateral a la pared medial de la
cavidad timpánica se extienden tres huesecillos. La tuba auditiva es una comunicación entre la pared anterior
de la cavidad timpánica y la pared lateral de la nasofaringe. El oído interno está formado por un sistema
cerrado de tubos y bulbos membranosos, el laberinto membranoso, que está lleno de un líquido denominado
endolinfa (naranja), y bañado y rodeado por un líquido llamado perilinfa (violeta).
TUBA AUDITIVA
La tuba auditiva (faringotimpánica) conecta la cavidad timpánica y la nasofaringe
(parte superior o nasal de la faringe), donde se abre posterior al meato nasal inferior
(fig. 8-113). El tercio posterolateral de la tuba auditiva es óseo, y el resto es
cartilaginoso. Está revestida de una mucosa que se continúa posteriormente con la
que tapiza la cavidad timpánica, y anteriormente con la mucosa de la nasofaringe.
La función de la tuba auditiva consiste en igualar la presión en el oído medio con
la presión atmosférica, lo cual permite que la membrana timpánica se mueva
libremente. Al permitir que el aire entre y salga de la cavidad timpánica, la tuba
auditiva equilibra las presiones a ambos lados de la membrana timpánica. Como las
paredes de la porción cartilaginosa de la tuba se hallan normalmente en aposición, su
apertura debe realizarse de un modo activo, lo que se logra mediante el cinturón
expansor del vientre muscular del elevador del velo del paladar; al contraerse
1739
booksmedicos.org
booksmedicos.org
longitudinalmente este músculo empuja una pared, mientras que la contracción del
tensor del velo del paladar tracciona de la otra pared. Debido a que estos músculos
pertenecen al paladar blando, el igualamiento de las presiones se asocia
habitualmente con actividades como el bostezo y la deglución.
FIGURA 8-114. Paredes de la cavidad timpánica. A) La muestra se ha disecado con un taladro desde la
cara medial. La pared tegmental, que forma el techo de la cavidad timpánica y el antro mastoideo, tiene un
grosor importante en esta muestra, aunque en general suele ser extremadamente delgada. La arteria carótida
interna es la principal relación de la pared anterior, la vena yugular interna es la principal relación del piso, y
el nervio facial (NC VII) es la característica principal de la pared posterior. La cuerda del tímpano pasa entre
el martillo y el yunque. B) En esta imagen del oído medio se ha retirado la pared carotídea (anterior) de la
cavidad timpánica. La membrana timpánica forma la mayor parte de la pared membranosa (lateral);
superiormente se encuentra el receso epitimpánico, en el cual se alojan las porciones de mayor tamaño del
martillo y el yunque. Ramos del plexo timpánico inervan la mucosa del oído medio y la tuba auditiva
adyacente, pero uno de los ramos, el nervio petroso menor, conduce fibras parasimpáticas presinápticas al
ganglio ótico, para la inervación secretomotora de la glándula parótida.
1740
booksmedicos.org
booksmedicos.org
linfático de la tuba se realiza en los nódulos linfáticos cervicales profundos (v. fig. 8-
111 B).
Los nervios de la tuba auditiva proceden del plexo timpánico (fig. 8-114 B),
formado por fibras del nervio glosofaríngeo (NC IX). Anteriormente, la tuba también
recibe fibras del ganglio pterigopalatino (fig. 8-106 A).
FIGURA 8-115. Estructuras vasculonerviosas del oído externo y el oído medio. A) En esta disección de
estructuras profundas con respecto al lecho parotídeo se han retraído el nervio facial (NC VII), el vientre
posterior del músculo digástrico y su nervio. La arteria faríngea ascendente, profundamente ubicada, es la
única rama medial de la arteria carótida externa. Irriga la faringe, la tonsila palatina, la tuba auditiva y la pared
medial de la cavidad timpánica, antes de terminar dividiéndose en ramas meníngeas para la cavidad craneal.
B) Arteria maxilar y sus ramas. Las ramas de la primera porción (mandibular) irrigan el meato acústico
externo y la membrana timpánica. La arteria meníngea media proporciona ramas a la tuba auditiva antes de
entrar en el cráneo por el foramen espinoso.
1741
booksmedicos.org
booksmedicos.org
1742
booksmedicos.org
booksmedicos.org
FIGURA 8-116. Huesecillos del oído. A) Huesecillos in situ. B a D) Detalles de cada uno de los huesecillos.
Oído interno
El oído interno contiene el órgano vestibulococlear implicado en la recepción del
1743
booksmedicos.org
booksmedicos.org
1744
booksmedicos.org
booksmedicos.org
FIGURA 8-117. Laberintos óseo y membranoso del oído interno. A) Esta imagen del interior de la base
del cráneo muestra el hueso temporal y la localización del laberinto óseo. B) Las paredes del laberinto óseo se
han separado de la porción petrosa del temporal. C) Una imagen similar del laberinto óseo ocupado por
perilinfa y el laberinto membranoso. D) El laberinto membranoso, que se muestra tras la extirpación del
laberinto óseo, es un sistema cerrado de conductos y cámaras que está lleno de endolinfa y rodeado por
perilinfa. Tiene tres partes: el conducto coclear, que ocupa la cóclea; el utrículo y el sáculo, que ocupan el
vestíbulo, y los tres conductos semicirculares, que ocupan los tres conductos semicirculares óseos. El utrículo
1745
booksmedicos.org
booksmedicos.org
se comunica con el sáculo a través del conducto utriculosacular. El conducto semicircular lateral se encuentra
en el plano horizontal, y es más horizontal de lo que se observa en este dibujo.
LABERINTO ÓSEO
El laberinto óseo está formado por una serie de cavidades (cóclea, vestíbulo y
conductos semicirculares) situadas dentro de la cápsula ótica de la porción petrosa del
hueso temporal (figs. 8-113 A y 8-117 B). La cápsula ótica está formada por hueso
más denso que el resto de la porción petrosa del temporal y puede aislarse de este
mediante una fresa dental. A menudo la cápsula ótica se representa e identifica de
forma errónea como si fuese el laberinto óseo. Sin embargo, el laberinto óseo es un
espacio lleno de líquido, que está rodeado por la cápsula ótica y se representa con
mayor exactitud mediante un molde de esta, tras la eliminación del hueso
circundante.
Cóclea. La cóclea (caracol) es la porción en forma de concha de caracol del
laberinto óseo que contiene el conducto co-clear (fig. 8-117 C) y es la porción del
oído interno implicada en la audición. El conducto espiral de la cóclea empieza en
el vestíbulo y da dos vueltas y media en torno a un núcleo cuneiforme de hueso
esponjoso, el modiolo (fig. 8-118). El modiolo contiene conductos para los vasos
sanguíneos y la distribución de los ramos del nervio coclear. El vértice del modiolo
de forma cónica, como el eje de la membrana timpánica, se dirige lateral, anterior e
inferiormente. La amplia espira basal de la cóclea forma el promontorio de la pared
laberíntica de la cavidad timpánica (v. fig. 8-114 B). En la espira basal, el laberinto
óseo comunica con el espacio subaracnoideo superior al foramen yugular a través del
acueducto coclear (v. fig. 8-113 B). También presenta la ventana coclear
(redonda), cerrada por la membrana timpánica secundaria (fig. 8-117 B y C).
Vestíbulo del laberinto óseo. El vestíbulo del laberinto óseo es una pequeña
cámara oval (de unos 5 mm de largo) que contiene el utrículo y el sáculo (fig. 8-117
C), y porciones del aparato del equilibrio (laberinto vestibular). En la pared lateral del
vestíbulo se encuentra la ventana vestibular (oval), ocupada por la base del estribo. El
vestíbulo se continúa anterior-mente con la cóclea ósea, y posteriormente con los
conductos semicirculares óseos y con la fosa craneal posterior mediante el acueducto
del vestíbulo (v. fig. 8-113 B). El acueducto se extiende hacia la cara posterior de la
porción petrosa del temporal, donde se abre posterolateralmente al meato acústico
interno (fig. 8-117 A). El acueducto vestibular deja paso al conducto endolinfático
(figs. 8-113 B y 8-117 D) y dos pequeños vasos sanguíneos.
Conductos semicirculares óseos. Los conductos semicirculares óseos
(anterior, posterior y lateral) comunican con el vestíbulo del laberinto óseo (fig. 8-
117 B). Los conductos se sitúan posterosuperiores al vestíbulo, en el cual
desembocan, y se disponen en ángulos rectos entre ellos. Ocupan los tres planos del
espacio. Cada conducto semicircular óseo forma, aproximadamente, dos tercios de un
círculo de unos 1,5 mm de diámetro, excepto en uno de sus extremos, donde existe
una dilatación, la ampolla ósea. Los conductos tienen sólo cinco aberturas en el
vestíbulo, ya que los conductos anterior y posterior tienen una rama común. Los
conductos semicirculares del laberinto membranoso están alojados dentro de los
conductos semicirculares óseos (fig. 8-117 C y D).
1746
booksmedicos.org
booksmedicos.org
LABERINTO MEMBRANOSO
El laberinto membranoso consta de una serie de sacos y conductos comunicantes
que están suspendidos en el laberinto óseo (fig. 8-117 C). El laberinto membranoso
contiene endolinfa, un líquido acuoso de composición similar al líquido intracelular,
cuya composición difiere de la perilinfa circundante (que es semejante al líquido
extracelular) que rellena el resto del laberinto óseo. El laberinto membranoso está
compuesto por dos divisiones, 1) el laberinto vestibular y 2) el laberinto coclear, y
contiene más porciones que el laberinto óseo:
Las dos divisiones del laberinto membranoso están conectadas a través del
conducto reuniens, que se extiende entre el sáculo y el conducto coclear.
Los conductos semicirculares membranosos desembocan en el utrículo a
través de cinco aberturas, que reflejan la forma en que los conductos semicirculares
óseos se abren en el vestíbulo. El utrículo se comunica con el sáculo a través del
conducto utriculosacular, del cual se origina el conducto endolinfático (fig. 8-117
D).
El utrículo y el sáculo tienen áreas especializadas de epitelio sensorial
denominadas máculas. La mácula del utrículo se halla en la pared inferior del
utrículo, paralela a la base del cráneo, mientras que la mácula del sáculo se dispone
verticalmente en la pared medial del sáculo. La mácula es sensible a la gravedad y la
aceleración o desaceleración lineal. Las células pilosas (receptores mecánicos no
neuronales estimulados por la desviación de los vellos sensoriales, o estereocilios) de
las máculas están inervadas por fibras de la división vestibular del nervio vestibulo
coclear (NC VIII), el nervio vestibular. Los cuerpos celulares de las neuronas
sensoriales primarias se localizan en los ganglios vestibulares. Las neuronas
sensoriales están en los ganglios vestibulares (fig. 8-119), que se encuentran en el
meato acústico interno.
El conducto endolinfático atraviesa el acueducto vestibular y emerge a través del
hueso de la fosa craneal posterior, donde se expande en un saco ciego denominado
saco endolinfático (figs. 8-113 B, 8-117 C y 8-119). El saco endolinfático está
localizado entre las dos capas de la duramadre en la cara posterior de la porción
petrosa del temporal. El saco es un almacén de depósito del exceso de endolinfa
formada por los capilares sanguíneos dentro del laberinto membranoso.
1747
booksmedicos.org
booksmedicos.org
FIGURA 8-118. Estructura de la cóclea. La cóclea se ha seccionado a lo largo del eje sobre el que se enrolla
(v. figura orientativa). Tras retirar las espiras de la cóclea se muestra aislada una porción de esta a modo de
cono, el modiolo, dejando sólo la lámina espiral enrollada sobre él, como el filo de un sacacorchos. También
se muestran los detalles del área.
1748
booksmedicos.org
booksmedicos.org
FIGURA 8-119. Nervio vestibulococlear. El NC VIII tiene dos partes: el nervio coclear (nervio de la
audición) y el nervio vestibular (nervio del equilibrio). Los cuerpos celulares de las fibras sensitivas que
constituyen (sólo) las dos partes de este nervio forman los ganglios espiral y vestibular.
FIGURA 8-120. Transmisión del sonido a través del oído. La cóclea se muestra de forma esquemática,
como si consistiera en una sola espiral, para mostrar la transmisión de los estímulos sonoros a través del oído.
1, Las ondas sonoras que entran en el oído externo golpean la membrana timpánica, haciéndola vibrar. 2, Las
vibraciones iniciadas en la membrana timpánica se transmiten a través de los huesecillos del oído medio y sus
articulaciones. 3, La base del estribo vibra con mayor fuerza y menor amplitud en la ventana vestibular (oval).
4, Las vibraciones de la base del estribo crean ondas de presión en la perilinfa de la rampa vestibular. 5, Estas
ondas de presión en la rampa vestibular provocan el desplazamiento de la membrana basilar del conducto
coclear. Las ondas cortas (agudas) provocan el desplazamiento cerca de la ventana vestibular; las ondas más
prolongadas (graves) provocan desplazamiento más distante, más cerca del helicotrema en el vértice de la
cóclea. El movimiento de la membrana basilar comba las células pilosas del órgano espiral. Se libera un
neurotransmisor, que estimula potenciales de acción conducidos por el nervio coclear al encéfalo. 6, Las
vibraciones se transfieren a través del conducto coclear hasta la perilinfa de la rampa timpánica. 7, Las ondas
de presión en la perilinfa son disipadas (amortiguadas) por la membrana timpánica secundaria de la ventana
coclear (redonda) en el aire de la cavidad timpánica.
Las ondas de presión hidráulica creadas en la perilinfa del vestíbulo por las
vibraciones de la base del estribo ascienden hacia la cúpula de la cóclea por un
conducto, la rampa vestibular (fig. 8-120). Las ondas de presión pasan entonces a
través del helicotrema y vuelven a descender hacia la espira basal de la cóclea por el
otro conducto, la rampa timpánica. Ahí, las ondas de presión se convierten en
vibraciones, esta vez de la membrana timpánica secundaria, que ocupa la ventana
coclear (redonda). Aquí, la energía recibida al inicio por la membrana timpánica
(primaria) se disipa finalmente en el aire de la cavidad timpánica.
La pared superior del conducto coclear está formada por la membrana
1749
booksmedicos.org
booksmedicos.org
vestibular. La pared inferior del conducto está formada por parte del conducto, la
membrana basilar, más el borde externo de la lámina espiral ósea. El receptor de los
estímulos auditivos es el órgano espiral (de Corti), situado en la membrana basilar
(fig. 8-118). Está recubierto por la membrana tectoria gelatinosa.
El órgano espiral contiene células pilosas, cuyos extremos están incluidos en la
membrana tectoria. El órgano espiral se estimula como respuesta a la deformación del
conducto coclear inducida por ondas de presión hidráulica en la perilinfa, que
asciende y desciende por las rampas vestibular y timpánica que la rodean. Las células
pilosas del órgano espiral son inervadas por la división coclear del nervio
vestibulococlear (NC VIII), el nervio coclear. Los cuerpos celulares de las neuronas
sensoriales primarias se localizan en el ganglio espiral (coclear), localizado en la raíz
de la lámina espiral de la cóclea.
CUADRO CLÍNICO
OÍDO
Traumatismos de la oreja
Las hemorragias dentro de la oreja por traumatismos pueden producir un
hematoma auricular, con acumulación localizada de sangre entre el
pericondrio y el cartílago de la oreja, que deforma el contorno de esta. Cuando el
hematoma aumenta de tamaño compromete la irrigación sanguínea del cartílago.
Si no se trata (p. ej., mediante aspiración de la sangre) ocurre una fibrosis
(formación de tejido fibroso) en la piel suprayacente, con deformación de la oreja
(p. ej., oreja en coliflor o del boxeador en algunos profesionales del boxeo).
Exploración otoscópica
La exploración del meato acústico externo y de la membrana timpánica
requiere el enderezamiento inicial del conducto. En los adultos se agarra el
hélix y se tira de él posterosuperiormente (hacia arriba, afuera y atrás). Estos
movimientos reducen la curvatura del meato acústico externo y facilitan la
inserción del otoscopio (fig. C8-42 A). En los lactantes, el meato acústico externo
es relativamente corto; por tanto, debe tenerse mucho cuidado para prevenir las
lesiones de la membrana timpánica. Para enderezar el meato acústico externo en
1750
booksmedicos.org
booksmedicos.org
Otitis media
El dolor de oídos (otalgia) y una membrana timpánica enrojecida y
abombada pueden indicar la presencia de pus o líquido en el oído medio, un
signo de otitis media (fig. C8-43 A). A menudo, la infección del oído medio es
secundaria a infecciones respiratorias de vías altas. La inflamación y la
tumefacción de la mucosa que tapiza la cavidad timpánica pueden provocar el
bloqueo parcial o completo de la tuba auditiva (v. fig. 8-109). La membrana
timpánica se enrojece y se abomba, y el paciente puede quejarse de
«taponamiento del oído». A través de la membrana timpánica puede verse un
líquido sanguinolento de color ambarino. Si no se trata, la otitis media puede
producir un trastorno de la audición como resultado de la cicatrización de los
huesecillos del oído, la cual limita la capacidad de estos huesos para moverse en
respuesta al sonido.
1751
booksmedicos.org
booksmedicos.org
Mastoiditis
Las infecciones del antro y las celdillas mastoideas (mastoiditis) son el
resultado de infecciones del oído medio que producen una inflamación del
proceso mastoides (fig. C8-44). En los niños pequeños, las infecciones pueden
propagarse superiormente hacia el interior de la fosa craneal media a través de la
fisura petroescamosa y causar osteomielitis (infección ósea) de la pared tegmental
del tímpano. Desde la aparición de los antibióticos, la mastoiditis es poco
frecuente. Durante las operaciones de mastoiditis, los cirujanos buscan el curso
del nervio facial para no lesionarlo. El abordaje de la cavidad timpánica se hace a
través del antro mastoideo. En el niño, para exponer la cavidad timpánica sólo
debe extirparse una fina lámina de hueso de la pared lateral del antro mastoideo.
En el adulto, el hueso debe penetrarse unos 15 mm o más. Actualmente, la
mayoría de las mastoidectomías son intraauditivas (es decir, se realizan a través
de la pared posterior del meato acústico externo).
1752
booksmedicos.org
booksmedicos.org
Cinetosis
Las máculas del laberinto membranoso son principal-mente órganos
estáticos, que tienen pequeñas partículas densas (otolitos) incluidas entre las
células pilosas. Bajo la influencia de la gravedad, los otolitos causan la
inclinación de las células pilosas, que estimula el nervio vestibular y proporciona
el conocimiento de la posición de la cabeza en el espacio; los cilios también
responden a movimientos de inclinación rápidos y a la aceleración y
desaceleración lineales. La cinetosis es, principalmente, el resultado de la
discordancia entre estímulos vestibulares y visuales.
Vértigo y sordera
Los traumatismos del sistema auditivo periférico causan tres síntomas
principales: sordera (habitualmente de conducción), vértigo cuando la lesión
interesa los conductos semicirculares, y acúfenos (zumbidos o pitidos) cuando la
1753
booksmedicos.org
booksmedicos.org
Síndrome de Ménière
El síndrome de Ménière está relacionado con la producción excesiva de
endolinfa o con el bloqueo del acueducto coclear (v. fig. 8-113 B) y se
caracteriza por ataques recurrentes de acúfenos, sordera y vértigo. Estos síntomas
van acompañados de sensaciones de presión en el oído, distorsión de los sonidos
y sensibilidad a los ruidos (Storper, 2016). Un signo característico es el
abombamiento del conducto co clear, el utrículo y el sáculo, por aumento del
volumen de endolinfa.
1754
booksmedicos.org
booksmedicos.org
Barotrauma ótico
La lesión del oído por un desequilibrio entre la presión del aire ambiental y
el aire del oído medio se denomina barotrauma ótico. Este tipo de lesión se
da en pilotos de aviación y submarinistas.
Puntos fundamentales
OÍDO
El oído se divide en oído externo, medio e interno. ● Los tres intervienen en el sentido de la audición,
pero el oído interno posee además una función vestibular. ● El oído externo es un conducto en forma de
embudo que vehicula las ondas sonoras para alcanzar el oído medio. ● La oreja sobresaliente y la porción
lateral del meato acústico externo poseen un esqueleto de cartílago elástico que les aporta flexibilidad. ●
La inervación sensorial primaria del oído externo proviene de los NC V y X. ● La membrana timpánica
responde a las ondas sonoras transportadas por vía aérea y las convierte en vibraciones, que se transmiten
por el elemento sólido de los huesecillos del oído medio. ● Dado que toda la pared lateral del oído medio
está formada por una membrana delgada, la cavidad timpánica es un espacio sensible a la presión,
ventilado por la tuba auditiva. ● La mucosa que reviste la cavidad timpánica y la tuba auditiva está
inervada por el NC IX. ● En la ventana vestibular, entre los oídos medio e interno, las vibraciones de los
huesecillos sólidos se convierten en ondas sonoras transmitidas por el líquido. ● El oído interno consta de
un laberinto membranoso, delicado y complejo, lleno de líquido intracelular (endolinfa) y suspendido en
una cavidad ósea que está ocupada por líquido extracelular (perilinfa). ● Aunque el laberinto óseo es
1755
booksmedicos.org
booksmedicos.org
mucho mayor y algo menos complejo, su arquitectura refleja la del laberinto membranoso. ● La porción
posterior del laberinto óseo adopta la disposición de tres conductos semicirculares; la ampolla de cada
conducto membranoso contiene una cresta ampular sensible a los movimientos de la cabeza. ● El
vestíbulo óseo central contiene un utrículo y un sáculo membranosos, provisto cada uno de una mácula
para controlar la posición de la cabeza con respecto a la línea de tracción gravitatoria. ● Las crestas y
máculas neuroepiteliales están inervadas por la porción vestibular del NC VIII. ● La porción anterior del
oído interno contiene un conducto coclear membranoso que está suspendido entre las dos rampas de la vía
continua para las ondas sonoras, conducidas por la perilinfa; el conducto y los conductos perilinfáticos
giran en espiral en torno a las dos vueltas y media de la cóclea ósea. ● La deformación del órgano espiral
dentro del conducto coclear, producida por las ondas sonoras, estimula los impulsos conducidos por la
porción coclear del NC VIII para el sentido de la audición.
http://thepoint.lww.com/espanol-Moore8e.
__________
1 Existe una cierta confusión acerca del significado del término cráneo. Puede incluir la mandíbula o excluirla.
También se ha originado confusión porque algunos han utilizado el término cráneo para referirse sólo al
neurocráneo. El Federative International Committee on Anatomical Terminology (FICAT) ha decidido
adoptar el término latino cranium para designar el esqueleto de la cabeza.
2Esta es la base anatómica de la lobotomía prefrontal transorbitaria, un procedimiento histórico de la cirugía
psiquiátrica, un episodio interesante pero desafortunado en la historia de la medicina que ocurrió antes del
desarrollo de los fármacos tranquilizantes.
1756
booksmedicos.org
booksmedicos.org
VISIÓN GENERAL
HUESOS DEL CUELLO
Vértebras cervicales
Hueso hioides
CUADRO CLÍNICO: Huesos del cuello
1757
booksmedicos.org
booksmedicos.org
Variantes anatómicas
Procedimientos diagnósticos
Ciclo vital
Procedimientos quirúrgicos
Traumatismo
Patología
VISIÓN GENERAL
El cuello es la zona de transición entre la base del cráneo superiormente y las
clavículas inferiormente. El cuello une la cabeza al tronco y los miembros, actuando
como zona de paso principal para las estructuras que pasan entre ellos. Además, en él
se localizan algunos órganos importantes con funciones únicas, como por ejemplo la
laringe y las glándulas tiroides y paratiroides.
El cuello es relativamente delgado, de forma que permite la flexibilidad necesaria
para posicionar la cabeza y maximizar la eficiencia de sus órganos sensoriales
(principalmente los bulbos oculares, pero también los oídos, la boca y la nariz). Por
tanto, en el cuello se juntan muchas estructuras importantes, tales como músculos,
glándulas, arterias, venas, nervios, linfáticos, tráquea, esófago y vértebras. En
consecuencia, el cuello es un área de vulnerabilidad bien conocida. Además, varias
estructuras vitales, como la tráquea, el esófago y la glándula tiroides, carecen de la
protección ósea de que disfrutan otras partes de los sistemas a los que estas
estructuras pertenecen.
En el cuello, anterolateralmente, se encuentran el principal flujo sanguíneo
arterial hacia la cabeza y el cuello (las arterias carótidas) y el principal drenaje
venoso (las venas yugulares) (fig. 9-1). Las principales estructuras que habitualmente
se lesionan en los traumatismos penetrantes del cuello son los vasos sanguíneos
1758
booksmedicos.org
booksmedicos.org
Vértebras cervicales
La región cervical de la columna vertebral está formada por siete vértebras
cervicales, que engloban la médula espinal y las meninges. Los cuerpos vertebrales,
apilados y localizados centralmente, sostienen la cabeza, y las articulaciones
intervertebrales —especialmente las articulaciones craneovertebrales en su extremo
superior— proporcionan la flexibilidad necesaria para poder posicionar la cabeza.
FIGURA 9-1. Disección del cuello anterior. La fascia ha sido retirada y los músculos del lado izquierdo han
sido reclinados para mostrar el hueso hioides, la glándula tiroides y las estructuras relacionadas con la vaina
carotídea: arteria carótida común, vena yugular interna, nervio vago (NC X) y nódulos linfáticos cervicales
profundos.
1759
booksmedicos.org
booksmedicos.org
FIGURA 9-2. Vértebras cervicales. A) De la 3.a a la 6.a vértebras cervicales son vértebras cervicales
«típicas»; la 1.a, 2.a y 7.a son «atípicas». B y C) Ilustración y radiografía de las vértebras cervicales
articuladas. D) Vértebras cervicales típicas que muestran un cuerpo rectangular con procesos unciformes
articulares en sus caras laterales, un foramen vertebral triangular, un proceso espinoso bífido y forámenes
transversos.
1760
booksmedicos.org
booksmedicos.org
FIGURA 9-3. Huesos y cartílagos del cuello. A) Los puntos de referencia óseos y cartilaginosos del cuello
son las vértebras, los procesos mastoides y estiloides, los ángulos de la mandíbula, el hueso hioides, el
cartílago tiroides, las clavículas y el manubrio del esternón. B y C) Se muestran el hueso hioides y sus
características.
Hay tres vértebras cervicales atípicas (C1, C2 y C7) (fig. 9-2 A):
1761
booksmedicos.org
booksmedicos.org
que no es bífido. Sus procesos transversos son grandes, pero sus forámenes
transversos son pequeños.
Hueso hioides
El hueso hioides (o simplemente hioides) es móvil y se sitúa en la parte anterior del
cuello a nivel de la vértebra C3, en el ángulo entre la mandíbula y el cartílago tiroides
(fig. 9-3). Se encuentra suspendido por músculos que lo conectan a la mandíbula, los
procesos estiloides, el cartílago tiroides, el manubrio y las escápulas.
El hioides es único entre los huesos debido a que está aislado del resto del
esqueleto. El nombre del hioides, que tiene forma de U, deriva del griego hyoeidçs,
que significa «con forma de letra ípsilon», la vigésima letra del alfabeto griego. El
hioides no se articula con ningún otro hueso. Se encuentra suspendido de los procesos
estiloides de los huesos temporales mediante los ligamentos estilohioideos (fig. 9-3
A), y está adherido firmemente al cartílago tiroides. Consta de un cuerpo y de cuernos
mayor y menor. Funcionalmente, el hioides sirve de inserción para los músculos
anteriores del cuello y como apoyo para mantener la vía aérea abierta.
El cuerpo del hioides, en su porción media, está orientado anteriormente y tiene
unos 2,5 cm de anchura y 1 cm de grosor (fig. 9-3 B y C). Su cara anterior convexa se
proyecta anterosuperiormente; su cara posterior cóncava se proyecta
posteroinferiormente. Cada extremo de su cuerpo está unido a un cuerno (asta)
mayor que se proyecta posterosuperiormente y lateralmente al cuerpo. En el joven,
los cuernos mayores están unidos al cuerpo por fibrocartílago. En el anciano, suelen
estar unidos por hueso. Cada cuerno menor es una pequeña proyección ósea
procedente de la porción superior del cuerpo del hioides cerca de su unión al cuerno
mayor. Está conectada al cuerpo del hioides por tejido fibroso, y a veces al cuerno
mayor por una articulación sinovial. El cuerno menor se proyecta
superoposteriormente hacia el proceso estiloides; en algunos adultos puede ser parcial
o completamente cartilaginoso.
CUADRO CLÍNICO
HUESOS DEL CUELLO
Dolor cervical
El dolor cervical (dolor de cuello) tiene varias causas, como inflamación de
nódulos linfáticos, desgarro muscular y protrusión de discos
intervertebrales. El agrandamiento de los nódulos linfáticos cervicales puede
indicar un tumor maligno en la cabeza; sin embargo, el tumor primario puede
estar en el tórax o el abdomen, dado que el cuello conecta la cabeza al tronco (p.
ej., el cáncer de pulmón puede metastatizar a través del cuello hasta el cráneo). La
mayoría de los casos crónicos de dolor cervical se producen por alteraciones
óseas (p. ej., artrosis cervical) o por traumatismos. El dolor cervical normalmente
se ve afectado por el movimiento de la cabeza y el cuello, y puede aumentar
durante la tos o el estornudo, por ejemplo.
1762
booksmedicos.org
booksmedicos.org
PLATISMA
El platisma (del griego, plato plano) es una lámina muscular ancha y delgada
localizada en el tejido subcutáneo del cuello (figs. 9-4 B y 9-5). Como otros músculos
faciales y de la piel cabelluda, el platisma se desarrolla a partir de una capa continua
de musculatura derivada del mesénquima del 2.º arco faríngeo del embrión, y es
inervado por ramos del nervio facial, NC VII. La vena yugular externa (VYE)
desciende desde el ángulo de la mandíbula hasta la mitad de la clavícula (v. fig. 9-1),
y los principales nervios cutáneos del cuello son profundos al platisma.
El platisma recubre la cara anterolateral del cuello. Sus fibras se originan en la
fascia profunda cubriendo las porciones superiores de los músculos deltoides y
pectoral mayor, y se extienden superomedialmente sobre la clavícula hasta el límite
inferior de la mandíbula. Los límites anteriores de los dos músculos se decusan sobre
el mentón y se fusionan con los músculos faciales. Inferiormente, las fibras divergen,
dejando un hueco anterior a la laringe y la tráquea (fig. 9-5). En términos de
1763
booksmedicos.org
booksmedicos.org
continuidad (integridad), existe una gran variación en esta capa muscular, que a
menudo consiste en tiras aisladas. El platisma está inervado por el ramo cervical del
NC VII.
Puntos fundamentales
HUESOS DEL CUELLO
Vértebras cervicales. El cuello es un tallo «móvil de conexión» con un esqueleto axial segmentado. ●
Los cuerpos vertebrales apilados y colocados centralmente sostienen la cabeza. ● Las articulaciones
invertebrales —especialmente las articulaciones craneovertebrales en su extremo superior— proporcionan
la flexibilidad necesaria para permitir el posicionamiento de la cabeza, de manera que se maximiza el uso
de sus órganos sensoriales. ● Múltiples procesos vertebrales aportan tanto las inserciones como el efecto
de palanca necesario para mover y mantener la cabeza en esas posiciones. ● Los forámenes de las
vértebras cervicales proporcionan un paso seguro para la médula espinal y las arterias vertebrales que
nutren los huesos, y constituyen uno de los componentes principales del aporte sanguíneo encefálico. ●
Las vértebras aportan una pequeña protección para otras estructuras del cuello.
Hueso hioides. Único teniendo en cuenta su aislamiento del resto del esqueleto, el hioides en forma
de U se encuentra suspendido entre el cuerpo de la mandíbula superiormente y el manubrio inferiormente.
● El hioides proporciona una base móvil para la lengua e inserción para la porción media de la faringe. ●
También mantiene la permeabilidad de la faringe, necesaria para la deglución y la respiración.
1764
booksmedicos.org
booksmedicos.org
FIGURA 9-4. Secciones de la cabeza y el cuello que muestran la fascia cervical. A) La mitad derecha de la
cabeza y el cuello se han seccionado en el plano medio. El detalle ilustra la fascia en la región retrofaríngea.
B) Esta sección transversal del cuello pasa a través del istmo de la glándula tiroides a nivel de la vértebra C7,
como se indica en la parte A. La lámina más externa de la fascia cervical profunda, la lámina superficial, se
separa para incluir los músculos trapecio y esternocleidomastoideo en las cuatro esquinas del cuello. La
lámina superficial y los músculos que incluye rodean dos columnas fasciales principales. La lámina
pretraqueal (visceral) incluye los músculos y vísceras del cuello anterior; la lámina prevertebral
(musculoesquelética) rodea la columna vertebral y los músculos asociados. Las vainas carotídeas son
conductos vasculonerviosos relacionados con ambas columnas fasciales. C) Se muestran los compartimentos
fasciales del cuello para ilustrar un abordaje anterior en la línea media a la glándula tiroides. Como la laringe,
la tráquea y la glándula tiroides son prácticamente subcutáneas en la línea media, para alcanzarlas se han de
seccionar dos láminas de fascia cervical profunda (las láminas superficial y pretraqueal).
1765
booksmedicos.org
booksmedicos.org
FIGURA 9-5. Platisma. El delgado músculo platisma se extiende subcutáneamente como una lámina, pasa
sobre las clavículas y es atravesado por nervios cutáneos. Existe una gran variación en la continuidad de esta
lámina muscular.
1766
booksmedicos.org
booksmedicos.org
1767
booksmedicos.org
booksmedicos.org
1768
booksmedicos.org
booksmedicos.org
CUADRO CLÍNICO
FASCIA CERVICAL
Parálisis del platisma
La parálisis del platisma, consecuencia de la lesión del ramo cervical del
nervio facial (v. fig. 9-16 B), provoca que la piel caiga del cuello formando
arrugas laxas. Por tanto, durante las disecciones quirúrgicas del cuello es preciso
tener especial cuidado para preservar el ramo cervical del nervio facial. En la
sutura de heridas del cuello, los cirujanos suturan con cuidado la piel y los bordes
del platisma. Si esto no se realiza, la piel herida será retraída (estirada en
diferentes direcciones) por las fibras contráctiles musculares del platisma, y
puede generarse una cicatriz antiestética.
1769
booksmedicos.org
booksmedicos.org
Puntos fundamentales
FASCIA CERVICAL
Tejido subcutáneo cervical y platisma. El tejido subcutáneo (fascia superficial cervical) es normalmente
más delgado en el cuello que en otras regiones, en especial anteriormente. ● Contiene el platisma, un
músculo de expresión facial.
Fascia cervical profunda. Como cualquier fascia profunda, la función de la fascia cervical profunda
es: 1) proporcionar contención para los músculos y vísceras en compartimentos con grados variables de
rigidez, 2) aportar el deslizamiento que permite a las estructuras resbalar unas sobre otras, y 3) servir
como un conducto de paso de estructuras vasculonerviosas. ● Los dos principales compartimentos del
cuello se encuentran separados por el espacio retrofaríngeo. ● Anteriormente, la lámina pretraqueal rodea
las vísceras cervicales y la musculatura extrínseca asociada con ellas (músculos suprahioideos e
infrahioideos). ● Posteriormente, la lámina prevertebral rodea los elementos musculoesqueléticos del
cuello que se asocian e incluyen a las vértebras cervicales. ● Estos dos compartimentos fasciales se
encuentran incluidos dentro de la tercera y más superficial lámina de la fascia cervical profunda, la lámina
superficial, que abarca los músculos superficiales (trapecio y esternocleidomastoideo). ● La lámina
superficial se inserta en el cráneo superiormente y en la cintura escapular inferiormente. ● Los principales
conductos vasculonerviosos, las vainas carotídeas, se sitúan anterolaterales a las uniones comunes de
estas tres láminas. ● Los límites y continuaciones superiores e inferiores de estas láminas fasciales,
compartimentos y espacios interfasciales, constituyen vías de extensión o propagación de infecciones,
líquidos, gases o tumores.
La fascia alar forma otra subdivisión del espacio retrofaríngeo. Esta delgada
lámina se inserta a lo largo de la línea media de la fascia bucofaríngea desde el cráneo
hasta el nivel de la vértebra C7. Desde esta inserción, se extiende lateralmente y
termina en la vaina carotídea. El espacio retrofaríngeo permite el movimiento de la
faringe, el esófago, la laringe y la tráquea respecto a la columna vertebral durante la
deglución. Este espacio está cerrado superiormente por la base del cráneo y a cada
lado por la vaina carotídea. Inferiormente se abre dentro del mediastino superior (v.
cap. 4).
Región esternocleidomastoidea
1770
booksmedicos.org
booksmedicos.org
1771
booksmedicos.org
booksmedicos.org
1772
booksmedicos.org
booksmedicos.org
Las dos cabezas del ECM están separadas inferiormente por un espacio, visible
superficialmente como una pequeña depresión triangular, la fosa supraclavicular
menor (fig. 9-7 B). Las cabezas se unen superiormente a medida que discurren en
sentido oblicuo ascendente hacia el cráneo. La inserción superior del ECM es el
proceso mastoides del hueso temporal y la línea nucal superior del hueso occipital. La
lámina superficial de la fascia cervical profunda se separa para formar una vaina para
el ECM (v. fig. 9-4 B).
Los ECM mueven las articulaciones craneovertebrales, las articulaciones
intervertebrales cervicales o ambas (fig. 9-8; tabla 9-2). Sus inserciones craneales se
sitúan posteriores al eje de las articulaciones atlanto-occipitales. Partiendo de la
posición anatómica, con una contracción tónica que mantiene la posición de la
columna vertebral cervical, la contracción bilateral de los ECM (especialmente de sus
fibras más posteriores) provocará la extensión de la cabeza en las articulaciones
atlanto-occipitales, elevando el mentón (fig. 9-8 D).
Actuando bilateralmente, los ECM también pueden flexionar el cuello. Pueden
hacerlo de dos maneras diferentes:
1773
booksmedicos.org
booksmedicos.org
Es probable que la mayoría de las veces músculos sinérgicos más pequeños y/o
una contracción excéntrica (relajación controlada del músculo, cediendo
gradualmente a la gravedad) se relacionen con la iniciación de la flexión o la
extensión, aportando el ECM la potencia y el alcance del movimiento una vez
iniciado.
Actuando unilateralmente, el ECM flexiona lateralmente el cuello (tuerce el
cuello de lado) y rota la cabeza aproximando la oreja al hombro homolateral (mismo
lado), al tiempo que rota la cabeza de forma que el mentón gira hacia el lado
contralateral (opuesto) y se eleva. Si la cabeza y el cuello se mantienen fijos, la
contracción bilateral de los ECM eleva las clavículas y el manubrio, y por tanto las
costillas anteriores. De esta forma, los ECM actúan como músculos respiratorios
accesorios, ayudando en la generación del movimiento de «palanca de bomba de
agua» de la pared torácica.
Para explorar el esternocleidomastoideo, la cabeza se gira hacia el lado opuesto
contra resistencia (mano contra el mentón). Si actúa de forma normal, se puede ver y
palpar el músculo.
1774
booksmedicos.org
booksmedicos.org
La región cervical lateral se enrolla en torno a la cara lateral del cuello a modo de
espiral. La región está cubierta por la piel y el tejido subcutáneo que contiene el
platisma.
1775
booksmedicos.org
booksmedicos.org
FIGURA 9-9. Disección superficial de la región cervical lateral. El tejido subcutáneo y la lámina
superficial de la fascia cervical profunda se han retirado, conservando la mayor parte del platisma y de los
nervios cutáneos. Entre el trapecio (en la región cervical posterior) y el esternocleidomastoideo, la lámina
prevertebral de la fascia cervical profunda constituye el suelo de la región cervical lateral. El nervio accesorio
(NC XI) es el único nervio motor superficial a esta fascia.
1776
booksmedicos.org
booksmedicos.org
FIGURA 9-10. Disección profunda de la región cervical lateral. La lámina superficial de la fascia cervical
profunda se ha retirado. Aunque el nervio accesorio (NC XI) es superficial a ella, el plexo braquial y los
nervios motores de los plexos cervicales discurren profundos a la lámina prevertebral de la fascia cervical
profunda que recubre el suelo del triángulo.
1777
booksmedicos.org
booksmedicos.org
FIGURA 9-11. Disección más profunda de la porción inferior de la región cervical lateral. Se han
retirado todas las fascias, el músculo omohioideo y la porción clavicular del pectoral mayor para mostrar la
vena subclavia y la tercera porción de la arteria subclavia. La vena yugular interna, profunda al
esternocleidomastoideo, no se encuentra en la región cervical lateral pero está cerca de ella. El plexo braquial
y los vasos subclavios pasan hacia el miembro superior; el nombre de los vasos cambia a axilares por debajo
de la clavícula en el borde lateral de la 1.a costilla.
Para una localización más precisa de las estructuras, la región cervical lateral está
dividida por el vientre inferior del músculo omohioideo en un gran triángulo
occipital, superiormente, y un pequeño triángulo omoclavicular, inferiormente (v. fig.
9-7; tabla 9-1).
1778
booksmedicos.org
booksmedicos.org
1779
booksmedicos.org
booksmedicos.org
FIGURA 9-12. Arteria subclavia: porciones y ramas. La arteria subclavia tiene tres porciones: medial (1),
posterior (2) y lateral (3) respecto al músculo escaleno anterior. El tronco cervicodorsal (arteria cervical
transversa) y la arteria supraescapular se originan ocasionalmente de forma directa (o a través de un tronco
común) de la segunda o tercera porción de la arteria subclavia en vez de hacerlo directamente desde el tronco
tirocervical, como se muestra aquí, o independientemente.
1780
booksmedicos.org
booksmedicos.org
techo de esta región al nivel del borde posterior del ECM. La VYE desciende hacia la
porción inferior de la región cervical lateral y termina en la vena subclavia (figs. 9-11
y 9-13). Drena la mayoría de la piel cabelluda y el lado de la cara.
La vena subclavia, el principal conducto venoso de drenaje del miembro
superior, se curva a través de la porción inferior de la región cervical lateral. Pasa
anterior al músculo escaleno anterior y al nervio frénico, y se une en el borde medial
del músculo con la VYI para formar la vena braquiocefálica, posterior a la
extremidad esternal de la clavícula. Inmediatamente por encima de la clavícula, la
VYE recibe las venas cervicales transversas (cervicodorsales), supraescapulares y
yugular anterior.
FIGURA 9-13. Venas superficiales del cuello. Las venas temporal superficial y maxilar confluyen formando
la vena retromandibular, cuya división posterior se une con la vena auricular posterior para formar la vena
yugular externa. La vena facial recibe la división anterior de la vena retromandibular antes de desembocar en
la vena yugular interna, profunda al esternocleidomastoideo. Las venas yugulares anteriores pueden
localizarse superficiales o profundas a la lámina superficial de la fascia cervical profunda.
1781
booksmedicos.org
booksmedicos.org
formar los tres troncos del plexo braquial, que descienden inferolateralmente a través
de la región cervical lateral. Luego, el plexo pasa entre la 1.a costilla, la clavícula y el
borde superior de la escápula (el conducto cervicoaxilar) para entrar en la axila,
proporcionando la inervación para la mayor parte del miembro superior (v. cap. 3).
El nervio supraescapular, que se origina del tronco superior del plexo braquial
(no del plexo cervical), discurre lateralmente a través de la región cervical lateral para
inervar los músculos supraespinoso e infraespinoso en la cara posterior de la
escápula. También proporciona ramos articulares a la articulación del hombro.
Los ramos anteriores de C1-C4 forman las raíces del plexo cervical (fig. 9-14).
El plexo cervical está constituido por una serie irregular de asas nerviosas
(primarias), y los ramos se originan en las asas. Cada ramo participante, excepto el
primero, se divide en ramos ascendentes y descendentes que se unen con los ramos
del nervio espinal adyacente para formar las asas. El plexo cervical se sitúa
anteromedial a los músculos elevador de la escápula y escaleno medio, y profundo al
ECM. Los ramos superficiales del plexo, que en su inicio discurren posteriormente,
son ramos cutáneos (sensitivos) (fig. 9-14 A, C y D). Los ramos profundos, que pasan
anteromedialmente, son ramos motores e incluyen las raíces del nervio frénico (para
el diafragma) y el asa cervical (fig. 9-14 A y B).
La raíz superior del asa cervical, que transporta fibras de los nervios espinales
C1 y C2, se une brevemente y luego desciende desde el nervio hipogloso (NC XII) en
su trayecto por la región cervical lateral (fig. 9-14 A y B). La raíz inferior del asa
cervical se origina de un asa entre los nervios C2 y C3. Las raíces superior e inferior
del asa cervical se unen, formando un asa secundaria, el asa cervical, constituida por
fibras de los nervios espinales C1-C3, que se ramifican del asa secundaria para
inervar los músculos infrahioideos, incluyendo el omohioideo, el esternotiroideo y el
esternohioideo (figs. 9-14 A, 9-15 A y 9-16). El cuarto músculo infrahioideo, el
tirohioideo, recibe fibras de C1, que descienden de forma independiente desde el
nervio hipogloso, distal a la raíz superior del asa cervical (nervio tirohioideo) (figs.
9-14 A y B, y 9-15 B).
Los ramos cutáneos del plexo cervical emergen alrededor de la mitad del borde
posterior del ECM, a menudo denominado punto nervioso del cuello (v. fig. 9-9), e
inervan la piel del cuello, la pared torácica superolateral y la piel cabelluda entre la
oreja y la protuberancia occipital externa (fig. 9-14 A, C y D). Cerca de su origen, las
raíces del plexo cervical reciben ramos comunicantes grises, la mayoría de los cuales
descienden desde el gran ganglio cervical superior, en la porción superior del cuello.
Los ramos del plexo cervical que se originan del asa nerviosa entre los ramos
anteriores de C2 y C3 son:
El nervio occipital menor (C2), que inerva la piel del cuello y la piel cabelluda
porterosuperior a la oreja.
El nervio auricular mayor (C2 y C3), que asciende verticalmente a través del
ECM oblicuo al polo inferior de la glándula parótida, donde se divide e inerva
la piel que cubre —y la vaina que rodea— la glándula, el proceso mastoides y
ambas caras de la oreja y un área de piel que se extiende desde el ángulo de la
mandíbula hasta el proceso mastoides.
1782
booksmedicos.org
booksmedicos.org
El nervio transverso del cuello (C2 y C3), que inerva la piel que cubre la
región cervical anterior. El nervio se incurva alrededor de la mitad del borde
posterior del ECM, inferiormente al nervio auricular mayor, y pasa anterior y
horizontalmente a este, cruzándolo profundo a la VYE y el platisma,
dividiéndose en ramos superiores e inferiores.
Los ramos del plexo cervical que se originan del asa formada por los ramos
anteriores de C3 y C4 son los:
Nervios supraclaviculares (C3 y C4), que emergen como un tronco común por
debajo del ECM, enviando pequeños ramos a la piel del cuello que cruzan la
clavícula e inervan la piel que recubre el hombro.
Además del asa cervical y los nervios frénicos, que se originan de las asas del
plexo, los ramos motores profundos del plexo cervical incluyen ramos que se
originan de las raíces que inervan los romboides (nervio dorsal de la escápula; C4 y
C5), el serrato anterior (nervio torácico largo; C5-C7) y los músculos prevertebrales
próximos.
Los nervios frénicos se originan principalmente en el nervio C4, aunque reciben
contribuciones de los nervios C3 y C5 (figs. 9-11 y 9-14 A y B). Los nervios frénicos
contienen fibras nerviosas motoras, sensitivas y simpáticas. Estos nervios
proporcionan la única inervación motora para el diafragma, y también la sensibilidad
para su porción central. En el tórax, cada nervio frénico inerva la pleura mediastínica
y el pericardio (v. cap. 4). En el cuello, reciben fibras comunicantes variables de los
ganglios simpáticos cervicales o de sus ramos; cada nervio frénico se forma cerca de
la porción superior del borde lateral del músculo escaleno anterior, a nivel del borde
superior del cartílago tiroides. El nervio frénico desciende oblicuamente con la VYI
cruzando el escaleno anterior, profundo a la lámina prevertebral de la fascia cervical
profunda y a las arterias cervical transversa y supraescapular.
En el lado izquierdo, el nervio frénico cruza anterior a la primera porción de la
arteria subclavia; en el lado derecho, se sitúa anterior al músculo escaleno anterior y
cruza anterior a la segunda porción de la arteria subclavia. En ambos lados, el nervio
frénico discurre posterior a la vena subclavia y anterior a la arteria torácica interna
cuando entra en el tórax.
1783
booksmedicos.org
booksmedicos.org
FIGURA 9-14. Plexo nervioso cervical. A a C) El plexo está constituido por asas nerviosas formadas entre
los ramos anteriores adyacentes de los primeros cuatro nervios cervicales y los ramos grises comunicantes que
reciben del ganglio simpático cervical superior (no se muestra aquí) (fig. 9-25 A). De las asas del plexo se
originan nervios motores (B) y sensitivos (C). El asa cervical (A, B) es un asa de segundo nivel, cuya rama
superior se origina del asa entre las vértebras C1 y C2, pero viaja inicialmente con el nervio hipogloso (NC
XII), que no forma parte del plexo cervical. D) Se muestran las áreas de piel inervadas por los nervios
sensitivos (cutáneos) del plexo cervical (derivados de los ramos anteriores) y por los ramos posteriores de los
nervios espinales cervicales.
1784
booksmedicos.org
booksmedicos.org
ECM. Los vasos eferentes procedentes de estos nódulos drenan en los nódulos
linfáticos cervicales profundos, que forman una cadena a lo largo del trayecto de la
VYI que está contenida en la fascia de la vaina carotídea (v. figs. 9-4 B y 9-15 A).
1785
booksmedicos.org
booksmedicos.org
FIGURA 9-15. Disecciones de las regiones cervical anterior y suprahioidea. A) Esta disección superficial
del cuello muestra la glándula y los nódulos linfáticos submandibulares. B) En esta disección de la región
suprahioidea se han retirado la mitad derecha de la mandíbula y la porción superior del músculo milohioideo.
La superficie seccionada del milohioideo va siendo progresivamente más delgada conforme avanzamos
anteriormente.
1786
booksmedicos.org
booksmedicos.org
FIGURA 9-16. Disección profunda de la región cervical anterior. Se han retirado la vena facial común y
sus tributarias, mostrando arterias y nervios, incluyendo el asa cervical y sus ramos para los músculos
infrahioideos. Las arterias facial y lingual en este individuo se originan de un tronco común que pasa profundo
a los músculos estilohioideo y digástrico para entrar en el triángulo submandibular.
Para una localización más precisa de las estructuras, la región cervical anterior
está subdividida en cuatro triángulos más pequeños por los músculos digástrico y
omohioideo: el triángulo impar submentoniano y tres pequeños triángulos pares —
submandibular, carotídeo y muscular.
El triángulo submentoniano, inferior al mentón, es un área suprahioidea
limitada inferiormente por el cuerpo del hioides y lateralmente por los vientres
anteriores de los músculos digástricos derecho e izquierdo. El suelo del triángulo
submentoniano está formado por los dos músculos milohioideos, que se unen en un
rafe fibroso medio (v. fig. 9-15 B). El vértice del triángulo submentoniano está en la
sínfisis mandibular, el punto de unión de las dos mitades de la mandíbula durante la
lactancia. Su base está formada por el hioides (fig. 9-17). Este triángulo contiene
varios pequeños nódulos linfáticos submentonianos y pequeñas vénulas que se unen
1787
booksmedicos.org
booksmedicos.org
FIGURA 9-17. Disección superficial de la región cervical anterior. El triángulo submentoniano limita
inferiormente con el cuerpo del hioides y lateralmente con los vientres anteriores derecho e izquierdo de los
músculos digástricos. El suelo de este triángulo está formado por los dos músculos milohioideos y el rafe que
hay entre ellos (no se muestra aquí) (v. fig. 9-15 B). El triángulo muscular está limitado por el vientre superior
del omohioideo, el borde anterior del ECM y la línea media.
1788
booksmedicos.org
booksmedicos.org
FIGURA 9-18. Glomus (cuerpo) carotídeo y seno carotídeo. Este pequeño cuerpo epitelioide se localiza en
la bifurcación de la arteria carótida común. Se muestran también el seno carotídeo y la red asociada de fibras
sensitivas del nervio glosofaríngeo (NC IX).
1789
booksmedicos.org
booksmedicos.org
1790
booksmedicos.org
booksmedicos.org
1791
booksmedicos.org
booksmedicos.org
1792
booksmedicos.org
booksmedicos.org
FIGURA 9-20. Arterias subclavia y carótida con sus ramas. A) Se muestran las posiciones de las vainas
carotídeas. B) Los músculos (vientre posterior del digástrico y omohioideo) indican los límites superior e
inferior del triángulo carotídeo.
1793
booksmedicos.org
booksmedicos.org
FIGURA 9-21. Vena yugular interna. Es la principal estructura venosa del cuello. Se origina como una
continuación del seno sigmoideo (seno venoso de la duramadre) en forma de S. En su descenso por el cuello
va incluida dentro de la vaina carotídea. Termina a la altura de la vértebra T1, superiormente a la articulación
esternoclavicular, al unirse a la vena subclavia para formar la vena braquiocefálica. Una gran válvula cerca de
su final impide el reflujo de sangre.
1794
booksmedicos.org
booksmedicos.org
Regla mnemotécnica para las seis ramas de la arteria carótida: 1-2-3 —una rama
se origina medialmente (faríngea ascendente), dos ramas se originan posteriormente
(occipital y auricular posterior), y tres ramas se originan anteriormente (tiroidea
superior, lingual y facial).
1795
booksmedicos.org
booksmedicos.org
yugular interna. Este bulbo tiene una válvula bicúspide que permite que la sangre
fluya hacia el corazón e impide su retorno hacia la vena, lo cual puede ocurrir si se
invierte (p. ej., haciendo el pino o cuando se aumenta la presión intratorácica).
Las tributarias de la VYI son el seno petroso inferior y las venas facial y lingual
(habitualmente mediante un tronco común), faríngeas y tiroideas superior y media. La
vena occipital suele drenar en el plexo venoso suboccipital, drenado a su vez por la
vena cervical profunda y la vena vertebral, aunque también puede hacerlo en la VYI.
El seno petroso inferior abandona el cráneo a través del foramen yugular y entra
en el bulbo superior de la VYI. La vena facial desemboca en la VYI frente o
inmediatamente inferior a la altura del hioides. La vena facial puede recibir las venas
tiroidea superior, lingual o sublingual. Las venas linguales forman una única vena
desde la lengua, que desemboca en la VYI a la altura del origen de la arteria lingual.
Las venas faríngeas se originan del plexo venoso de la pared faríngea y desembocan
dentro de la VYI al nivel del ángulo de la mandíbula. Las venas tiroideas superior y
media salen de la glándula tiroides y drenan en la VYI.
El nervio transverso del cuello (C2 y C3) inerva la piel que cubre la región
cervical anterior. Este nervio ha sido descrito previamente con el plexo cervical
en este capítulo (v. figs. 9-9 y 9-14 A, C y D).
El nervio hipogloso (NC XII), el nervio motor de la lengua, entra en el
triángulo submandibular profundo al vientre posterior del músculo digástrico
para inervar los músculos intrínsecos y cuatro de los cinco músculos extrínsecos
de la lengua (figs. 9-14 A, 9-16 y 9-22). El nervio pasa entre la carótida externa
y los vasos yugulares, proporcionando la raíz superior del asa cervical y luego
un ramo para el músculo genihioideo (v. fig. 9-14). En ambos casos, el ramo
transporta sólo fibras del nervio espinal C1, que se unen en su porción proximal;
en estos ramos no se transportan fibras del hipogloso (v. detalles en cap. 10).
Ramos de los nervios glosofaríngeo (NC IX) y vago (NC X) en los triángulos
submandibular y carotídeo (figs. 9-18 y 9-22). El NC IX está relacionado
principalmente con la lengua y la faringe. En el cuello, el NC X da lugar a
ramos faríngeos, laríngeos y cardíacos.
1796
booksmedicos.org
booksmedicos.org
FIGURA 9-22. Relaciones de los nervios y los vasos para los músculos suprahioideos de la región
cervical anterior. El vientre posterior del músculo digástrico, que discurre desde el proceso mastoides hasta
el hioides, ocupa una posición superficial y clave en el cuello.
1797
booksmedicos.org
booksmedicos.org
aparente en niños y mujeres de mediana edad, dado que su tejido subcutáneo tiende a
ser más grueso que en los varones.
El nervio auricular mayor discurre paralelo a la VYE, aproximadamente un través
de dedo por detrás de la vena. El plexo cervical se sitúa profundo a la mitad superior
del ECM, mientras que la VYI, la arteria carótida común y el nervio vago de la vaina
carotídea se encuentran profundos a la mitad inferior del ECM.
El trapecio, que define la región cervical posterior, puede observarse y palparse
si solicitamos al paciente que eleve los hombros contra resistencia (fig. 9-23 B a D).
Superiormente, donde se inserta en la protuberancia occipital externa, el músculo
cubre la región suboccipital (v. fig. 2-37).
El vientre inferior del músculo omohioideo apenas puede verse o palparse cuando
cruza superomedialmente la porción inferior de la región cervical lateral. Más fácil
de observar en gente delgada, el músculo omohioideo a menudo puede verse cuando
se contrae al hablar.
1798
booksmedicos.org
booksmedicos.org
FIGURA 9-23. Anatomía de superficie del cuello. A) Contracción del platisma. B) Regiones (A-E) y
triángulos (2-7) del cuello. C) Trayecto del nervio accesorio (NC XI). D) Puntos de referencia del cuello
anterolateral. E) Exploración del pulso de la arteria subclavia. F) Palpación de los nódulos linfáticos
submandibulares.
1799
booksmedicos.org
booksmedicos.org
de la arteria subclavia por el cuello se representa por una línea curva desde la
articulación esternoclavicular hasta el punto medio de la clavícula. Para sentir las
pulsaciones de la subclavia hay que presionar inferoposteriormente (abajo y detrás)
justo por detrás de la unión de los tercios medial y medio de la clavícula (fig. 9-23 E).
Este es el punto de presión de la arteria subclavia; aplicando una mayor presión,
comprimiendo la arteria contra la 1.a costilla, puede ocluirse la arteria en caso de una
hemorragia distal en el miembro superior.
Los principales contenidos del triángulo occipital, más grande, superior al
músculo omohioideo, son el nervio accesorio (NC XI), ramos cutáneos de los nervios
C2, C3 y C4, y nódulos linfáticos. Dada la vulnerabilidad y la frecuencia de lesiones
yatrógenas de este nervio, es importante ser capaz de estimar la localización del NC
XI en la región cervical lateral. Su recorrido coincide aproximadamente con una línea
que corta la unión de los tercios superior y medio del borde posterior del ECM y la
unión de los tercios medio e inferior del borde anterior del trapecio (fig. 9-23 C).
Las vísceras del cuello y las arterias carótidas y sus ramas son accesibles
quirúrgicamente a través de la región cervical anterior, entre el borde anterior del
ECM y la línea media (fig. 9-23 B). De los cuatro triángulos más pequeños en que se
subdivide esta región, los triángulos submandibular y carotídeo son especialmente
importantes en clínica.
La glándula submandibular ocupa casi todo el triángulo submandibular. Puede
palparse como una masa blanda por debajo del cuerpo de la mandíbula,
especialmente cuando se fuerza el vértice de la lengua contra los dientes incisivos
maxilares. Los nódulos linfáticos submandibulares se sitúan superficiales a la
glándula (v. fig. 9-15 A). Estos nódulos reciben linfa de la cara por debajo del ojo y
de la boca. Si están hipertrofiados, estos nódulos pueden palparse moviendo los dedos
desde el ángulo de la mandíbula a lo largo de su borde inferior (fig. 9-23 D y F). Si se
continúa hasta que los dedos se sitúan por debajo del mentón, en el triángulo
submentoniano pueden palparse los nódulos linfáticos submentonianos agrandados
(fig. 9-23 B).
El sistema arterial carotídeo se localiza en el triángulo carotídeo. Esta área es
importante para el acceso quirúrgico a la vaina carotídea que contiene la arteria
carótida común, la VYI y el nervio vago (v. figs. 9-16 y 9-22). El triángulo carotídeo
también contiene el nervio hipogloso (NC XII) y el tronco simpático cervical. La
vaina carotídea puede localizarse mediante una línea que une la articulación
esternoclavicular a un punto en la línea media entre el proceso mastoides y el ángulo
de la mandíbula. El pulso carotídeo puede palparse poniendo los dedos índice y
medio sobre el cartílago tiroides y apuntándolos posterolateralmente entre la tráquea
y el ECM. El pulso se palpa justo medial al ECM. La palpación se realiza en un punto
bajo en el cuello para evitar comprimir el seno carotídeo, lo que podría causar una
caída refleja de la presión arterial y de la frecuencia cardíaca (figs. 9-18 y 9-23 B).
CUADRO CLÍNICO
ESTRUCTURAS SUPERFICIALES DEL CUELLO: REGIONES
1800
booksmedicos.org
booksmedicos.org
CERVICALES
Tortícolis congénito
El tortícolis es una contracción o acortamiento de los músculos cervicales
que produce una torsión del cuello e inclinación de la cabeza. El tipo más
frecuente de tortícolis es el resultado de un tumor fibroso que se forma en el ECM
antes o poco después del nacimiento. La lesión, como en una contracción
unilateral normal del ECM, provoca que la cabeza se incline hacia el lado afecto
y que la cara se aparte de él (fig. C9-1). Cuando el tortícolis ocurre antes del
nacimiento, la posición anormal de la cabeza del feto normalmente requiere un
parto de nalgas.
A veces, el ECM se lesiona al desgarrarse sus fibras cuando se estira la
cabeza fetal durante un parto difícil (tortícolis muscular) (Kliegman et al., 2016).
Se forma así un hematoma (masa localizada de sangre extravasada) que puede
convertirse en una masa fibrótica, la cual atrapa un ramo del nervio accesorio
(NC XI) y en consecuencia desnerva parte del ECM. La rigidez y la rotación del
cuello derivan de la fibrosis y el acortamiento del ECM. Para permitir que la
persona pueda inclinar y rotar la cabeza con normalidad, puede ser necesaria la
liberación quirúrgica del ECM de sus inserciones inferiores en el manubrio y la
clavícula por debajo del nivel del NC XI.
Tortícolis espasmódico
La distonía cervical (tonicidad anormal de los músculos cervicales),
habitualmente denominada tortícolis espasmódico, suele aparecer en la edad
adulta. Puede implicar cualquier combinación de músculos laterales del cuello, en
1801
booksmedicos.org
booksmedicos.org
1802
booksmedicos.org
booksmedicos.org
1803
booksmedicos.org
booksmedicos.org
1804
booksmedicos.org
booksmedicos.org
1805
booksmedicos.org
booksmedicos.org
Pulso carotídeo
El pulso carotídeo («pulso del cuello») se nota fácilmente al palpar la
arteria carótida común en el lado del cuello, donde esta se sitúa en un surco
entre la tráquea y los músculos infrahioideos (v. fig. 9-16). Se palpa con facilidad
inmediatamente profundo al borde anterior del ECM al nivel del borde superior
del cartílago tiroides. Se explora sistemáticamente durante las maniobras de
reanimación cardiopulmonar. La ausencia de pulso carotídeo indica un paro
cardíaco.
1806
booksmedicos.org
booksmedicos.org
1807
booksmedicos.org
booksmedicos.org
Puntos fundamentales
ESTRUCTURAS SUPERFICIALES DEL CUELLO: REGIONES
CERVICALES
Esternocleidomastoideo y trapecio. Los músculos ECM y trapecio comparten un origen embrionario
común, la inervación por el nervio accesorio (NC XI), estar rodeados por la lámina superficial de la fascia
cervical profunda, una inserción superior lineal en la base del cráneo y una inserción inferior en la cintura
escapular. ● Sus masas superficiales y sus bordes palpables proporcionan las bases para la descripción de
las regiones del cuello. ● El ECM produce múltiples movimientos de la cabeza y el cuello. ● El trapecio
1808
booksmedicos.org
booksmedicos.org
1809
booksmedicos.org
booksmedicos.org
1810
booksmedicos.org
booksmedicos.org
1811
booksmedicos.org
booksmedicos.org
FIGURA 9-25. Raíz del cuello y región prevertebral. A) Se muestra una disección de la raíz del cuello. El
plexo braquial y la tercera porción de la arteria subclavia emergen entre los músculos escalenos anterior y
medio. Las venas braquiocefálicas, las primeras porciones de las arterias subclavias y las arterias torácicas
internas, que se originan de las arterias subclavias, tienen una relación estrecha con la pleura cervical (cúpula).
El conducto torácico termina en la raíz del cuello cuando entra en el ángulo venoso izquierdo. ASD, arteria
subclavia derecha; ASI, arteria subclavia izquierda; C, carótida común; E, esófago; T, tráquea; TB, tronco
braquiocefálico; VBD, vena braquiocefálica derecha; VBI, vena braquiocefálica izquierda; VSD, vena
subclavia derecha; VSI, vena subclavia izquierda; VYI, vena yugular interna B) En esta disección de la región
prevertebral y de la raíz del cuello, la lámina prevertebral de la fascia cervical profunda, las arterias y los
nervios del lado derecho se han extirpado; el músculo largo de la cabeza se ha resecado en el lado derecho. En
el lado izquierdo se visualizan el plexo cervical, que se origina de los ramos anteriores de C1-C4; el plexo
braquial, que se origina de los ramos anteriores de C5-C8 y T1, y las ramas de la arteria subclavia.
1812
booksmedicos.org
booksmedicos.org
1813
booksmedicos.org
booksmedicos.org
1814
booksmedicos.org
booksmedicos.org
FIGURA 9-26. Nervios del cuello. A) Se muestran el tronco y los ganglios simpáticos cervicales, las arterias
carótidas y los plexos periarteriales simpáticos que los rodean. B) En esta vista de la raíz del cuello (lado
1815
booksmedicos.org
booksmedicos.org
derecho) se ha extirpado la clavícula y se han extraído secciones de la arteria carótida común y la vena
yugular interna. El lóbulo derecho de la glándula tiroides se ha reclinado para mostrar los nervios y el ganglio
(simpático) cervical medio.
Nervios vagos (NC X). Tras su salida por el foramen yugular, cada nervio vago
discurre inferiormente por el cuello en la parte posterior de la vaina carotídea, en el
ángulo entre la VYI y la arteria carótida común (figs. 9-22 y 9-26). El nervio vago
derecho pasa anterior a la primera porción de la arteria subclavia y posterior a la vena
braquiocefálica y la articulación esternoclavicular para entrar en el tórax. El nervio
vago izquierdo desciende entre las arterias carótida común izquierda y la subclavia
izquierda, y posterior a la articulación esternoclavicular para entrar en el tórax.
Los nervios laríngeos recurrentes se originan de los nervios vagos en la porción
inferior del cuello (fig. 9-26). Tienen esencialmente la misma distribución en ambos
lados; sin embargo, forman un asa alrededor de diferentes estructuras y a diferentes
niveles a cada lado. El nervio laríngeo recurrente derecho gira inferior a la arteria
subclavia derecha aproximadamente en el nivel vertebral T1-T2. El nervio laríngeo
recurrente izquierdo gira inferior al arco de la aorta aproximadamente en T4-T5.
Tras formar el asa, los nervios laríngeos recurrentes ascienden superiormente hacia la
cara posteromedial de la glándula tiroides (figs. 9-25, 9-27 B y 9-28), donde
ascienden por el surco traqueoesofágico, inervando la tráquea y el esófago, y todos
los músculos intrínsecos de la laringe excepto el cricotiroideo.
Los ramos cardíacos del NC X se originan en el cuello (fig. 9-25 B) y en el
tórax, y transportan fibras parasimpáticas presinápticas y aferentes viscerales hacia el
plexo nervioso cardíaco (v. fig. 4-69 C).
Nervios frénicos. Los nervios frénicos se forman en los bordes laterales de los
músculos escalenos anteriores (v. figs. 9-25 A y 9-26 B), principalmente a partir del
nervio C4, con contribuciones de C3 y C5. Los nervios frénicos descienden anteriores
a los músculos escalenos anteriores, cubiertos por las VYI y los ECM. Pasan
profundos a la lámina prevertebral de la fascia cervical profunda, entre las arterias y
venas subclavias, y continúan a través del tórax para inervar al diafragma. Los
nervios frénicos son importantes porque, además de su distribución sensitiva,
proporcionan la única inervación motora de su mitad correspondiente del diafragma
(v. detalles en cap. 4).
Troncos simpáticos. La porción cervical de los troncos simpáticos se sitúa
anterolateral a la columna vertebral y se extiende superiormente hasta el nivel de la
vértebra C1 o de la base del cráneo (figs. 9-25 B y 9-26). Los troncos simpáticos no
reciben ramos comunicantes blancos en el cuello (recuérdese que los ramos
comunicantes blancos no están asociados a los nervios espinales cervicales T1-L2 o
3). La porción cervical de los troncos contiene tres ganglios simpáticos cervicales:
superior, medio e inferior. Estos ganglios reciben fibras presinápticas conducidas al
tronco por los nervios espinales torácicos superiores y sus ramos comunicantes
blancos asociados, que luego ascienden a través del tronco simpático hacia los
ganglios. Después de establecer sinapsis con las neuronas postsinápticas en los
ganglios simpáticos cervicales, las neuronas postsinápticas envían fibras a:
1816
booksmedicos.org
booksmedicos.org
CUADRO CLÍNICO
ESTRUCTURAS PROFUNDAS DEL CUELLO
Bloqueo del ganglio cervicotorácico
La inyección de un anestésico alrededor del gran ganglio cervicotorácico
bloquea la transmisión de estímulos a través de los ganglios cervicales y
1817
booksmedicos.org
booksmedicos.org
Puntos fundamentales
ESTRUCTURAS PROFUNDAS DEL CUELLO
Músculos prevertebrales. Los músculos prevertebrales, profundos a la lámina prevertebral de la fascia
cervical profunda, están divididos en músculos vertebrales anteriores y laterales por el plano
vasculonervioso de los plexos cervical y braquial y la arteria subclavia. ● Los músculos vertebrales
anteriores flexionan la cabeza y el cuello; sin embargo, este movimiento normalmente se produce por
acción de la gravedad junto con la contracción excéntrica de los extensores del cuello. ● Por tanto, los
músculos vertebrales anteriores se utilizan principalmente cuando este movimiento se realiza contra
resistencia, iniciando probablemente el movimiento, mientras que la fuerza de este corre a cargo del
ECM. ● Los músculos vertebrales laterales flexionan lateralmente el cuello, participan en la rotación del
cuello y fijan o elevan las costillas más altas durante la inspiración forzada.
Raíz del cuello. Las ramas del arco de la aorta se bifurcan y/o atraviesan la raíz del cuello, y las ramas
de la arteria subclavia también se originan aquí. ● La VYI y la vena subclavia convergen en la raíz del
cuello para constituir las venas braquiocefálicas. ● Los troncos linfáticos principales (conducto linfático
derecho y conducto torácico) se introducen en los ángulos venosos formados por la convergencia de estas
venas. ● Los nervios frénico y vago entran en el tórax pasando anteriores a las arterias subclavias y
posteriores a las venas braquiocefálicas. ● Los troncos simpáticos y los nervios laríngeos recurrentes
atraviesan la raíz del cuello por detrás de las arterias, al igual que las estructuras viscerales (tráquea y
esófago). ● La porción cervical de los troncos simpáticos incluye tres ganglios simpáticos cervicales
(inferior, medio y superior), en los cuales las fibras presinápticas de la médula espinal torácica superior
hacen sinapsis con las neuronas postsinápticas. ● Estas neuronas envían fibras a los nervios espinales
cervicales, a través de ramos comunicantes grises; a la cabeza y las vísceras del cuello, a través de ramos
arteriales cefálicos y plexos periarteriales, y a las vísceras torácicas, a través de nervios cardíacos
(esplácnicos cardiopulmonares).
1818
booksmedicos.org
booksmedicos.org
GLÁNDULA TIROIDES
La glándula tiroides se sitúa profunda a los músculos esternotiroideos y
esternohioideos, localizándose anteriormente en el cuello, a nivel de las vértebras C5-
T1 (fig. 9-27). Está compuesta sobre todo por los lóbulos derecho e izquierdo,
anterolaterales a la laringe y la tráquea. Un istmo relativamente delgado une los
lóbulos sobre la tráquea, normalmente anterior a los anillos traqueales segundo y
tercero. Se encuentra rodeada por una delgada cápsula fibrosa, que envía tabiques
hacia la profundidad de la glándula. La cápsula está fijada mediante tejido conectivo
denso al cartílago cricoides y a los anillos traqueales superiores. Externa a la cápsula
hay una vaina fascial laxa formada por la porción visceral de la lámina pretraqueal de
la fascia cervical profunda.
Arterias de la glándula tiroides. La glándula tiroides, altamente vascularizada,
se encuentra irrigada por las arterias tiroideas superiores e inferiores (figs. 9-27 B y
9-28). Estos vasos se sitúan entre la cápsula fibrosa y la vaina fascial laxa.
Normalmente, las primeras ramas de las arterias carótidas externas, las arterias
tiroideas superiores, descienden hacia los polos superiores de la glándula, perforan
la lámina pretraqueal de la fascia cervical profunda y se dividen en ramas anterior y
posterior, que irrigan principalmente las caras anterosuperiores de la glándula.
Las arterias tiroideas inferiores, las ramas más grandes de los troncos
tirocervicales que se originan de las arterias subclavias, discurren superomedialmente
posteriores a las vainas carotídeas para alcanzar la cara posterior de la glándula
tiroides. Se dividen en varias ramas que perforan la lámina pretraqueal de la fascia
cervical profunda e irrigan la cara posteroinferior, incluyendo los polos inferiores de
la glándula. Las arterias tiroideas inferiores y superiores derechas e izquierdas se
anastomosan ampliamente dentro de la glándula y aseguran su irrigación, además de
1819
booksmedicos.org
booksmedicos.org
proporcionar una posible circulación colateral entre las arterias subclavias y carótidas
externas.
En un 10 % de la población, una pequeña arteria tiroidea ima impar se origina
del tronco braquiocefálico (v. cuadro clínico «Arteria tiroidea ima»); no obstante,
puede originarse del arco de la aorta o de las arterias carótida común derecha,
subclavia derecha o torácica interna derecha. Cuando está presente, esta pequeña
arteria asciende por la cara anterior de la tráquea, proporcionando pequeñas ramas
para ella. La arteria continúa hasta el istmo de la glándula tiroides, donde se divide y
la irriga.
1820
booksmedicos.org
booksmedicos.org
FIGURA 9-27. Relaciones de la glándula tiroides. A) Los músculos esternotiroideos se han seccionado para
mostrar los lóbulos de la glándula tiroides normal. El istmo se localiza anterior a los anillos traqueales
segundo y tercero. B) Las glándulas paratiroides normalmente se encuentran rodeadas por la cápsula fibrosa
de la cara posterior de la glándula tiroides. C a E) Se indican las láminas funcionales de las vísceras
cervicales. Los niveles de las imágenes radiológicas son cercanos al indicado en la parte C. (Parte D por
cortesía del Dr. M. Keller, Medical Imaging, University of Toronto, Toronto, Ontario, Canada. Parte E por
cortesía del Dr. W. Kucharczyk, Professor and Neuroradiologist Senior Scientist, Department of Medical
Resonance Imaging, University Health Network, Toronto, Ontario, Canada.)
1821
booksmedicos.org
booksmedicos.org
FIGURA 9-28. Disección del lado izquierdo de la raíz del cuello. Las vísceras (glándula tiroides, tráquea y
esófago) se han reclinado hacia la derecha, y los contenidos de la vaina carotídea izquierda se han reclinado
hacia la izquierda. La vena tiroidea media no se ve debido a que se ha seccionado para permitir las citadas
maniobras. Se muestran las glándulas paratiroides izquierdas en las caras posteriores del lóbulo izquierdo de la
glándula tiroides. El nervio laríngeo recurrente asciende al lado de la tráquea, en el ángulo entre la tráquea y el
esófago. El conducto torácico pasa lateralmente, posterior a los contenidos de la vaina carotídea, mientras que
el tronco tirocervical discurre medialmente. VYI, vena yugular interna.
1822
booksmedicos.org
booksmedicos.org
GLÁNDULAS PARATIROIDES
Las glándulas paratiroides, pequeñas, aplanadas y ovoides, normalmente se sitúan
fuera de la cápsula tiroidea en la mitad medial de la cara posterior de cada lóbulo de
la glándula tiroides, dentro de su vaina (figs. 9-27 B, 9-28 y 9-31 A). Las glándulas
paratiroides superiores habitualmente se localizan a poco más de 1 cm superiores al
punto de entrada de las arterias tiroideas inferiores en la glándula tiroides. Las
glándulas paratiroides inferiores suelen encontrarse a poco más de 1 cm inferiores
al punto de entrada arterial (Skandalakis et al., 1995).
La mayor parte de la población tiene cuatro glándulas paratiroides. Un 5 % tiene
más, y algunos sólo tienen dos. Las glándulas paratiroides superiores, de posición
más constante que las inferiores, se localizan con frecuencia a nivel del borde inferior
del cartílago cricoides. Normalmente, las glándulas paratiroides inferiores suelen
estar cerca de los polos inferiores de la glándula tiroides, aunque pueden situarse en
localizaciones diversas (fig. 9-31 B). En el 1 % a 5 % de la población se encuentra
una glándula paratiroides inferior profunda en el mediastino superior (Norton y
Wells, 1994).
1823
booksmedicos.org
booksmedicos.org
FIGURA 9-29. Glándula tiroides. Se muestra una disección de la cara anterior del cuello. En este espécimen
hay una pequeña glándula tiroides accesoria a la derecha, localizada sobre el músculo tirohioideo, lateral al
cartílago tiroides. La arteria tiroidea superior se distribuye principalmente por la porción anterosuperior de la
glándula.
1824
booksmedicos.org
booksmedicos.org
FIGURA 9-30. Drenaje linfático de la glándula tiroides, la laringe y la tráquea. Las flechas indican la
dirección del flujo de linfa.
Vasos de las glándulas paratiroides. Dado que las arterias tiroideas inferiores
proporcionan la irrigación principal de la cara posterior de la glándula tiroides donde
se localizan las glándulas paratiroides, normalmente las irrigan ramas de estas arterias
(figs. 9-27 B y 9-31 A). Sin embargo, también pueden estar irrigadas por ramas de las
arterias tiroideas superiores, la arteria tiroidea ima o las arterias laríngeas, traqueales
y esofágicas. Las venas paratiroideas drenan en el plexo venoso tiroideo de la
glándula tiroides y la tráquea (fig. 9-29). Los vasos linfáticos de las glándulas
paratiroides drenan, con los de la glándula tiroides, en los nódulos linfáticos
cervicales profundos y los nódulos linfáticos paratraqueales (fig. 9-30).
Nervios de las glándulas paratiroides. La inervación de las glándulas
paratiroides es abundante; deriva de ramos tiroideos de los ganglios simpáticos
cervicales (v. fig. 9-26). Al igual que los nervios de la glándula tiroides, son
vasomotores, pero no secretomotores, ya que estas glándulas se regulan
hormonalmente.
1825
booksmedicos.org
booksmedicos.org
FIGURA 9-31. Glándulas tiroides y paratiroides. A) La vaina tiroidea se ha disecado desde la cara
posterior de la glándula tiroides para mostrar las tres glándulas paratiroides que engloba. Las dos glándulas
paratiroides del lado derecho están bastante bajas, y la glándula inferior se encuentra por debajo de la glándula
tiroides. B) Se muestran los lugares y las frecuencias del tejido glandular paratiroideo aberrante.
1826
booksmedicos.org
booksmedicos.org
FIGURA 9-32. RM sagital media de la cabeza y el cuello. Dado que los trayectos del aire y la comida
comparten la bucofaringe, debe producirse la separación de la comida y el aire para continuar en la tráquea
(anterior) y el esófago (posterior). (Cortesía del Dr. W. Kucharczyk, University Health Network, Toronto,
Ontario, Canada.)
LARINGE
La laringe es el complejo órgano de producción de la voz (la «caja de voz»); se
compone de nueve cartílagos conectados por membranas y ligamentos, y contiene los
pliegues (cuerdas) vocales. La laringe se encuentra en la parte anterior del cuello, a
nivel de los cuerpos de las vértebras C3-C6 (fig. 9-32). Conecta la porción inferior de
la faringe (bucofaringe) con la tráquea. Aunque habitualmente es más conocida por
su papel como mecanismo de fonación para la producción de la voz, su función más
esencial es proteger las vías respiratorias, especialmente durante la deglución, cuando
actúa como un «esfínter» o «válvula» del tracto respiratorio inferior y mantiene así
una vía aérea permeable.
Esqueleto laríngeo. El esqueleto de la laringe está constituido por nueve
cartílagos: tres son impares (tiroides, cricoides y epiglótico) y los otros tres pares
(aritenoides, corniculado y cuneiforme) (fig. 9-33 A y B).
El cartílago tiroides es el mayor de los cartílagos; su borde superior se sitúa
frente a la vértebra C4. Los dos tercios inferiores de sus dos láminas, con forma de
escudo, están fusionados anteriormente en el plano medio y forman la prominencia
laríngea (fig. 9-33 A y D). Esta prominencia («nuez de Adán») se encuentra
claramente marcada en los hombres, pero en las mujeres es raramente visible. Por
encima de esta prominencia, las láminas divergen para formar una incisura tiroidea
superior en forma de V. La incisura tiroidea inferior, menos profunda, es una
ligera hendidura en el centro del borde inferior del cartílago.
El borde posterior de cada lámina se proyecta superiormente como el cuerno
superior e inferiormente como el cuerno inferior. El borde superior y los cuernos
superiores se unen al hioides mediante la membrana tirohioidea (fig. 9-33 A y B).
La porción media, gruesa, de esta membrana constituye el ligamento tirohioideo
medio; sus porciones laterales forman los ligamentos tirohioideos laterales.
Los cuernos inferiores se articulan con las caras laterales del cartílago cricoides
mediante las articulaciones cricotiroideas (fig. 9-33 B). Los movimientos
principales en estas articulaciones son la rotación y el deslizamiento del cartílago
tiroides, que provocan cambios en la longitud de los pliegues vocales. El cartílago
cricoides tiene una forma parecida a un anillo de sello con su aro orientado
anteriormente. Esta abertura anular del cartílago tiene el diámetro de un dedo de
tamaño medio. La porción posterior (sello) del cartílago cricoides es la lámina, y la
porción anterior (aro) es el arco (fig. 9-33 A). Aunque es mucho más pequeño que el
cartílago tiroides, el cartílago cricoides es más grueso y más fuerte, y es el único
anillo completo de cartílago que rodea una parte de la vía aérea. Se une al borde
inferior del cartílago tiroides mediante el ligamento cricotiroideo medio y al primer
anillo traqueal mediante el ligamento cricotraqueal. El ligamento cricotiroideo
medio puede notarse como una zona blanda durante la palpación inferior al cartílago
tiroides, en la zona en que la laringe está más próxima a la piel y es más accesible.
Los dos cartílagos aritenoides son cartílagos piramidales con tres caras que se
1827
booksmedicos.org
booksmedicos.org
articulan con las porciones laterales del borde superior de la lámina del cartílago
cricoides (fig. 9-33 B). Cada cartílago tiene superiormente un vértice, un proceso
vocal anteriormente y un gran proceso muscular que se proyecta lateralmente desde
su base. El vértice soporta al cartílago corniculado y se une al pliegue
aritenoepiglótico. El proceso vocal proporciona la inserción posterior para el
ligamento vocal, y el muscular actúa como palanca en la cual se insertan los
músculos cricoaritenoideos posterior y lateral. Las articulaciones cricoaritenoideas,
localizadas entre las bases de los cartílagos aritenoides y las caras superolaterales de
la lámina del cartílago cricoides (fig. 9-33 B y E), permiten el deslizamiento de los
cartílagos aritenoides, alejándose o aproximándose entre sí, la basculación anterior y
posterior, y la rotación. Estos movimientos son importantes en la aproximación, la
tensión y la relajación de los pliegues vocales.
Los ligamentos vocales, elásticos, se extienden desde la unión de las láminas del
cartílago tiroides anteriormente hasta el proceso vocal del cartílago aritenoides
posteriormente (fig. 9-33 E). Forman el esqueleto submucoso de los pliegues vocales.
Los ligamentos vocales son el borde superior libre engrosado del cono elástico o
membrana cricovocal. Las porciones de la membrana que se extienden lateralmente
entre los pliegues vocales y el borde superior del cricoides son los ligamentos
cricotiroideos laterales. El fibroelástico cono elástico se fusiona anteriormente con
el ligamento cricotiroideo medio. El cono elástico y la mucosa que lo recubre cierran
la entrada a la tráquea, excepto por la hendidura glótica central (abertura entre los
pliegues vocales).
El cartílago epiglótico, constituido por cartílago elástico, proporciona
flexibilidad a la epiglotis, un cartílago con forma de corazón recubierto de mucosa
(figs. 9-33 B, E y 9-35). Situado posterior a la raíz de la lengua y al hioides, y anterior
a la entrada de la laringe, el cartílago epiglótico forma la porción superior de la
pared anterior y el borde superior de la entrada. Su extremo superior, ancho, es libre.
Su extremo inferior afilado, el pecíolo de la epiglotis (tallo de la epiglotis), se une al
ángulo formado por las láminas tiroideas mediante el ligamento tiroepiglótico (fig.
9-33 E). El ligamento hioepiglótico une la cara anterior del cartílago epiglótico al
hueso hioides (fig. 9-34). La membrana cuadrangular (figs. 9-33 B y 9-35) es una
delgada lámina submucosa de tejido conectivo que se extiende entre las caras
laterales de los cartílagos aritenoides y epiglótico. Su borde inferior libre constituye
el ligamento vestibular, que está cubierto laxamente por mucosa para formar el
pliegue vestibular (fig. 9-35). Este pliegue se sitúa superior al pliegue vocal y se
extiende desde el cartílago tiroides hasta el cartílago aritenoides. El borde superior
libre de la membrana cuadrangular forma el ligamento aritenoepiglótico, que se
recubre de mucosa para formar el pliegue aritenoepiglótico. Los cartílagos
corniculados y cuneiformes aparecen como pequeños nodulillos en la porción
posterior de los pliegues aritenoepiglóticos. Los cartílagos corniculados se unen a los
vértices de los cartílagos aritenoides; los cartílagos cuneiformes no se unen
directamente a los otros cartílagos. La membrana cuadrangular y el cono elástico son
las porciones superior e inferior de la membrana fibroelástica submucosa de la
laringe.
Interior de la laringe. La cavidad laríngea se extiende desde la entrada de la
1828
booksmedicos.org
booksmedicos.org
laringe, a través de la cual se comunica con la laringofaringe, hasta el nivel del borde
inferior del cartílago cricoides. Ahí, la cavidad laríngea se continúa con la cavidad de
la tráquea (figs. 9-35 y 9-36 A y B). La cavidad de la laringe incluye:
1829
booksmedicos.org
booksmedicos.org
FIGURA 9-33. Esqueleto de la laringe. A) El hioides no es parte de la laringe, aunque está conectado
firmemente a ella. La laringe se extiende verticalmente desde la punta de la epiglotis, que tiene forma de
corazón, hasta el borde inferior del cartílago cricoides. B) El cartílago tiroides protege los cartílagos más
pequeños de la laringe, y el hioides protege la porción superior del cartílago epiglótico. C) Se muestran tres
vistas de un cartílago aritenoides aislado. 1, cartílago corniculado; 2, vértice del cartílago aritenoides; 3, cara
anterolateral; 4, proceso vocal (se proyecta anteriormente, proporciona inserción al ligamento vocal); 5,
proceso muscular (se proyecta lateralmente, para la inserción de los músculos cricoaritenoideos posterior y
lateral); 6, fosita oblonga (para la inserción del músculo tiroaritenoideo); 7, base; 8, cara medial; 9, cara
articular; 10, cara posterior. D) Se muestran el cartílago tiroides y el músculo cricotiroideo. El músculo mueve
la articulación cricotiroidea. E) El cartílago epiglótico está agujereado por las glándulas mucosas y su pecíolo
(tallo) está unido, por el ligamento tiroepiglótico, al ángulo del cartílago tiroides por encima de los ligamentos
vocales. El ligamento vocal, que forma el esqueleto del pliegue vocal, se extiende desde el proceso vocal del
cartílago aritenoides hasta el «ángulo» del cartílago tiroides, y allí se une a su pareja por debajo del ligamento
tiroepiglótico.
1830
booksmedicos.org
booksmedicos.org
FIGURA 9-34. Epiglotis y ligamento hioepiglótico. La epiglotis es una lámina de fibrocartílago elástico en
forma de hoja, que está cubierta con mucosa (rosa) y está insertada anteriormente al hioides mediante el
ligamento hioepiglótico (gris). La epiglotis actúa como una válvula derivadora sobre la abertura superior de la
laringe durante la deglución.
Los pliegues vocales son los pliegues afilados de mucosa que rodean e incluyen
los ligamentos vocales y los músculos tiroaritenoideos. Son la fuente de los sonidos
(tonos) procedentes de la laringe. Estos pliegues producen vibraciones audibles
cuando sus bordes libres se acercan mucho (pero sin juntarse) durante la fonación y el
aire es espirado de forma intermitente y forzada (fig. 9-37 C). Los pliegues vocales
también actúan como esfínter inspiratorio principal de la laringe cuando están
fuertemente cerrados. La aducción completa de los pliegues forma un esfínter eficaz
que impide la entrada de aire.
1831
booksmedicos.org
booksmedicos.org
FIGURA 9-35. Interior de la laringe. La pared posterior de la laringe está hendida en el plano medio, y las
dos caras se han separado y se mantienen así utilizando una aguja quirúrgica. En el lado izquierdo, la mucosa
está intacta. En el lado derecho, las capas mucosa y submucosa se han despegado, y su esqueleto —que consta
de cartílagos, ligamentos y membrana fibroelástica— no está revestido.
1832
booksmedicos.org
booksmedicos.org
FIGURA 9-36. Pliegues y compartimentos de la laringe. A) Esta sección coronal muestra los
compartimentos de la laringe: el vestíbulo, el compartimento medio con los ventrículos izquierdo y derecho, y
la cavidad infraglótica. B) Esta RM muestra las valléculas epiglóticas de la bucofaringe, los recesos piriformes
de la laringofaringe y los pliegues vestibulares y vocales de la laringe. C) La hendidura glótica (el espacio
entre los pliegues vocales) es visible a través de la entrada de la laringe y el vestíbulo. La entrada de la laringe
está limitada: 1) anteriormente por el borde curvado libre de la epiglotis; 2) posteriormente por los cartílagos
aritenoides, los cartílagos corniculados que los tapan y los pliegues interaritenoideos que los unen, y 3) en
cada lado por el pliegue aritenoepiglótico que contiene el extremo superior del cartílago cuneiforme. D y E)
Los planos de estos estudios transversales, orientados en la misma dirección que la parte C, pasan por encima
(D) y por debajo (E) de la hendidura glótica. (Las imágenes de RM son cortesía del Dr. W. Kucharczyk,
University University Health Network, Toronto, Ontario, Canada.)
1833
booksmedicos.org
booksmedicos.org
Los músculos laríngeos extrínsecos mueven la laringe como un todo (v. fig. 9-
19; tabla 9-3). Los músculos infrahioideos son depresores del hioides y la
laringe, mientras que los músculos suprahioideos (y el estilofaríngeo, un
músculo faríngeo descrito más adelante en este capítulo) son elevadores del
hioides y la laringe.
Los músculos laríngeos intrínsecos mueven los componentes de la laringe,
1834
booksmedicos.org
booksmedicos.org
Las acciones de los músculos laríngeos intrínsecos son más fáciles de entender
cuando se consideran como grupos funcionales: aductores y abductores, esfínteres, y
tensores y relajadores. Los músculos intrínsecos se ilustran en las figuras 9-36 A, 9-
38 y 9-39; sus inserciones, inervaciones y principales acciones se resumen en la tabla
9-5.
1835
booksmedicos.org
booksmedicos.org
Aductores y abductores. Estos músculos mueven los pliegues vocales para abrir
y cerrar la hendidura glótica. Los aductores principales son los músculos
cricoaritenoideos laterales, que tiran de los procesos musculares
anteriormente, rotando los cartílagos aritenoides de manera que sus procesos
vocales se balancean medialmente. Cuando esta acción se combina con la de los
músculos aritenoideos transversos y oblicuos, que juntan los cartílagos
aritenoides, el aire empujado a través de la hendidura glótica produce
vibraciones de los ligamentos vocales (fonación). Cuando los ligamentos
vocales se encuentran aducidos pero los músculos aritenoides no actúan, los
1836
booksmedicos.org
booksmedicos.org
1837
booksmedicos.org
booksmedicos.org
FIGURA 9-40. Vasos, nervios y nódulos linfáticos de la laringe. Las arterias tiroideas superior e inferior
dan lugar a las arterias laríngeas superior e inferior, respectivamente; se anastomosan unas con otras. Los
nervios laríngeos derivan del vago (NC X) a través de los ramos internos y externos del nervio laríngeo
superior y del nervio laríngeo inferior procedente del nervio laríngeo recurrente. El nervio laríngeo recurrente
izquierdo pasa por debajo del arco de la aorta.
1838
booksmedicos.org
booksmedicos.org
FIGURA 9-41. Ramos laríngeos del nervio vago (NC X) derecho. Los nervios de la laringe son los ramos
interno y externo del nervio laríngeo superior y el nervio laríngeo inferior procedente del nervio laríngeo
recurrente. El nervio laríngeo recurrente derecho pasa por debajo de la arteria subclavia derecha.
El ramo interno (nervio laríngeo interno), el mayor de los ramos terminales del
nervio laríngeo superior, atraviesa la membrana tirohioidea junto con la arteria
laríngea superior, aportando fibras sensitivas a la mucosa laríngea del vestíbulo
laríngeo y de la porción media de la cavidad laríngea, incluida la cara superior de los
pliegues vocales. El ramo externo (nervio laríngeo externo), el más pequeño de los
ramos terminales del nervio laríngeo superior, desciende posterior al músculo
1839
booksmedicos.org
booksmedicos.org
TRÁQUEA
La tráquea se extiende desde la laringe hacia el tórax y termina inferiormente al
dividirse en los bronquios principales derecho e izquierdo. Transporta el aire hacia y
desde los pulmones, y su epitelio propulsa el moco cargado de desechos hacia la
faringe para su expulsión por la boca. La tráquea es un tubo fibrocartilaginoso,
sostenido por cartílagos traqueales incompletos (anillos), que ocupan una posición
media en el cuello (v. fig. 9-38). Los cartílagos traqueales mantienen la tráquea
permeable; son incompletos posteriormente, donde la tráquea contacta con el esófago.
Las aberturas posteriores de los anillos traqueales están cubiertas por el músculo
traqueal involuntario, un músculo liso que conecta los extremos de los anillos (fig.
9-42). Por ello, la pared posterior de la tráquea es plana.
En los adultos, la tráquea tiene 2,5 cm de diámetro, aproximadamente, mientras
que en los lactantes tiene el diámetro de un lápiz. La tráquea se extiende desde el
extremo inferior de la laringe, a nivel de la vértebra C6, y termina a la altura del
ángulo del esternón o el disco intervertebral T4-T5, donde se divide en los bronquios
principales derecho e izquierdo (v. cap. 4).
Laterales a la tráquea se encuentran las arterias carótidas comunes y los lóbulos
de la glándula tiroides (v. fig. 9-40). Inferiores al istmo de la glándula tiroides están el
arco venoso yugular y las venas tiroideas inferiores (v. figs. 9-17 y 9-29). El tronco
braquiocefálico se relaciona con el lado derecho de la tráquea en la raíz del cuello. A
menudo, la desviación de la tráquea de la línea media, apreciable superficialmente o
radiológicamente, señala la presencia de un proceso patológico. Un traumatismo en la
tráquea normalmente afecta al esófago, debido a su estrecho contacto.
1840
booksmedicos.org
booksmedicos.org
FIGURA 9-42. Secciones sagitales medias de la cabeza y el cuello. A) La faringe se extiende desde la base
del cráneo hasta el nivel del cartílago cricoides (cuerpo de la vértebra C6 o disco intervertebral C6-C7, como
se muestra aquí), donde se continúa con el esófago. B) Esta sección sagital no muestra la continuidad del
tracto respiratorio superior porque el paladar blando está elevado, cerrando la nasofaringe, y el plano de
sección pasa a través de los pliegues vestibulares y vocales al lado de la hendidura glótica. (Parte B por
cortesía del Dr. W. Kucharczyk, University Health Network, Toronto, Ontario, Canada.)
1841
booksmedicos.org
booksmedicos.org
FARINGE
La faringe es la porción superior expandida del sistema digestivo, posterior a las
cavidades nasal y bucal, y se extiende inferiormente más allá de la laringe (figs. 9-42,
9-43 y 9-44 A). La faringe se extiende desde la base del cráneo hasta el borde
inferior del cartílago cricoides, anteriormente, y hasta el borde inferior de la vértebra
C6 posteriormente. La faringe es más ancha (unos 5 cm) frente al hioides y más
estrecha (unos 1,5 cm) en su extremo inferior, donde se continúa con el esófago. La
pared posterior plana de la faringe está adosada a la lámina prevertebral de la fascia
cervical profunda.
Interior de la faringe. La faringe se divide en tres porciones:
1842
booksmedicos.org
booksmedicos.org
FIGURA 9-43. Pared anterior de la faringe. En esta disección, la pared posterior se ha seccionado a lo
largo de la línea media y se ha extendido hacia fuera. Las aberturas en la pared anterior comunican con las
cavidades nasales, bucal y laríngea. A cada lado de la entrada de la laringe, separada de ella por un pliegue
aritenoepiglótico, se forma un receso (fosa) piriforme a partir de la invaginación de la laringe en la pared
anterior de la laringofaringe.
1843
booksmedicos.org
booksmedicos.org
FIGURA 9-44. Cara interna de la pared lateral de la faringe. A) Se muestran las vías respiratorias altas y
el conducto digestivo en la mitad derecha de una cabeza y un cuello seccionados sagitalmente. El recuadro
1844
booksmedicos.org
booksmedicos.org
1845
booksmedicos.org
booksmedicos.org
FIGURA 9-45. Cavidad bucal y fosa tonsilar. A) Cavidad bucal y tonsilas palatinas de un niño pequeño con
la boca muy abierta y la lengua en protrusión máxima. La úvula es una proyección muscular del borde
posterior del paladar blando. B) En esta disección profunda de la fosa tonsilar se ha extirpado la tonsila
palatina. La lengua se ha traccionado hacia delante y la inserción inferior (lingual) del músculo constrictor
superior de la faringe se ha seccionado.
FIGURA 9-46. La deglución. A) El bolo alimenticio es propulsado hacia la parte posterior de la boca por la
presión de la lengua contra el paladar. B) La nasofaringe queda sellada y la laringe se eleva, ensanchando la
faringe para recibir el alimento. C) Los esfínteres faríngeos se contraen secuencialmente, creando un «reborde
peristáltico» e impulsan el alimento hacia el esófago. La epiglotis desvía el bolo, pero no cierra la entrada de
la laringe y la tráquea. D) El bolo alimenticio desciende por el esófago mediante contracciones peristálticas.
1846
booksmedicos.org
booksmedicos.org
fig. 9-43).
1847
booksmedicos.org
booksmedicos.org
FIGURA 9-47. Faringe y nervios craneales. A) Esta disección muestra la cara posterior de la faringe y las
estructuras asociadas. La fascia bucofaríngea se ha extirpado. De los tres músculos constrictores de la faringe,
el músculo inferior cubre al medio y el medio cubre al superior. Los tres músculos forman un rafe faríngeo
medio común posteriormente B) La porción más estrecha y menos distensible del tubo digestivo es la unión
faringoesofágica, donde la laringofaringe se convierte en esófago.
1848
booksmedicos.org
booksmedicos.org
1849
booksmedicos.org
booksmedicos.org
1. El elevador del velo del paladar, la tuba auditiva y la arteria palatina ascendente,
superiores al constrictor superior de la faringe, pasan a través de la hendidura
entre el constrictor superior de la faringe y el cráneo. Este es el punto donde la
fascia faringobasilar se fusiona con la fascia bucofaríngea para formar, junto
con la mucosa, la delgada pared del receso faríngeo (v. fig. 9-43).
2. Una hendidura entre los constrictores superior y medio de la faringe forma una
vía de paso que permite que el estilofaríngeo, el nervio glosofaríngeo y el
ligamento estilohioideo alcancen la cara interna de la pared faríngea (fig. 9-48).
3. Una hendidura entre los constrictores medio e inferior de la faringe permite el
paso hacia la laringe del ramo interno del nervio laríngeo superior, y de la
arteria y la vena laríngeas superiores.
4. Una hendidura inferior al constrictor inferior de la faringe permite que el
nervio laríngeo recurrente y la arteria laríngea inferior pasen superiormente
hacia la laringe.
Vasos de la faringe. La rama tonsilar (v. fig. 9-45 B), una rama de la arteria
facial, pasa a través del músculo constrictor superior de la faringe y penetra en el polo
inferior de la tonsila palatina. La tonsila también recibe ramitas arteriales de las
arterias palatina ascendente, lingual, palatina descendente y faríngea ascendente. La
gran vena palatina externa (vena paratonsilar) desciende desde el paladar blando y
pasa próxima a la cara lateral de la tonsila antes de entrar en el plexo venoso faríngeo.
Los vasos linfáticos tonsilares discurren lateral e inferiormente hacia los nódulos
linfáticos cercanos al ángulo de la mandíbula y al nodo yugulodigástrico, conocido
1850
booksmedicos.org
booksmedicos.org
1851
booksmedicos.org
booksmedicos.org
FIGURA 9-49. Tejido linfoide de la lengua y la faringe. El anillo faríngeo (tonsilar) linfático (rosa) en
torno a la faringe superior está formado por las tonsilas faríngeas, tubáricas, palatinas y linguales.
ESÓFAGO
El esófago es un tubo muscular que conecta la faringe con el estómago. Comienza en
el cuello, donde se continúa superiormente con la laringofaringe a nivel de la unión
faringoesofágica (v. figs. 9-43 y 9-47 B). El esófago está constituido por músculo
estriado (voluntario) en su tercio superior, por músculo liso (involuntario) en su tercio
inferior, y por una mezcla de músculo liso y estriado en el tercio medio.
Su primera porción, el esófago cervical, es parte del tercio superior voluntario.
Empieza inmediatamente posterior y a la altura del borde inferior del cartílago
cricoides en el plano medio. Este es el nivel de la vértebra C6.
Externamente, la unión faringoesofágica aparece como una constricción
producida por la porción cricofaríngea del músculo constrictor inferior de la
faringe (el esfínter esofágico superior), y es la porción más estrecha del esófago. El
1852
booksmedicos.org
booksmedicos.org
1853
booksmedicos.org
booksmedicos.org
tiroideo, más agudo en los varones pospúberes, forma la prominencia laríngea («nuez
de Adán»), que es palpable y habitualmente visible. Durante la palpación de la
prominencia puede notarse que se retira al deglutir. Los pliegues vocales se
encuentran a la altura de la mitad de la prominencia laríngea.
El cartílago cricoides puede palparse inferior a la prominencia laríngea, a nivel
de la vértebra C6. Al extender el cuello tanto como sea posible y deslizar el dedo
sobre la prominencia laríngea, mientras este baja desde la prominencia se nota el
ligamento cricotiroideo, el lugar para una cricotirotomía con aguja o coniotomía (v.
cuadro clínico «Aspiración de cuerpos extraños y maniobra de Heimlich»). Una vez
que los dedos pasen sobre el arco del cartílago cricoides, se notará que la yema del
dedo se hunde, dado que el arco del cartílago se proyecta más anteriormente que los
anillos de la tráquea. El cartílago cricoides, un punto de referencia clave del cuello,
indica:
El primer cartílago traqueal es más ancho que los demás y puede palparse (v.
fig. 9-33 A). Los cartílagos segundo a cuarto no pueden palparse porque el istmo, que
conecta los lóbulos derecho e izquierdo de la glándula tiroides, los cubre.
La glándula tiroides puede palparse mediante aproximaciones anteriores o
posteriores (es decir, permaneciendo delante o detrás del sujeto). Hay que colocar las
puntas de los dedos por delante (para el istmo) o inmediatamente laterales (para los
lóbulos) a la tráquea, y a continuación solicitar al sujeto que degluta (v. detalles en
Bickley, 2016). Aunque habitualmente se realizan ambas aproximaciones, la posterior
normalmente facilita una mejor palpación, pero la aproximación anterior nos permite
además observar. Una glándula tiroides perfectamente normal puede no ser visible ni
distinguible a la palpación en algunas mujeres excepto durante la menstruación o el
embarazo. La glándula normal tiene la consistencia del tejido muscular.
El istmo de la glándula tiroides se localiza inmediatamente inferior al cartílago
cricoides; se extiende a unos 1,25 cm a cada lado de la línea media. Se suele palpar
colocando las puntas de los dedos de una mano sobre la línea media bajo el arco del
cricoides y haciendo al sujeto deglutir entonces. Se notará el istmo subiendo y luego
bajando. El vértice de cada lóbulo de la glándula tiroides se encuentra en el centro de
la lámina del cartílago tiroides (fig. 9-50).
La anatomía de superficie de la cara posterior del cuello se describe en el capítulo
2. Los puntos clave son los siguientes:
1854
booksmedicos.org
booksmedicos.org
FIGURA 9-50. Anatomía de superficie de las capas endocrina y respiratoria del cuello.
1855
booksmedicos.org
booksmedicos.org
FIGURA 9-51. Drenaje linfático de la cabeza y el cuello. A y B) Se muestran los trayectos de los drenajes
linfáticos superficial y profundo, respectivamente. C) Se muestran los nódulos linfáticos, los troncos linfáticos
y el conducto torácico.
FIGURA 9-52. Vasos linfáticos de la raíz del cuello. A) Visión general que muestra el trayecto del conducto
1856
booksmedicos.org
booksmedicos.org
torácico y el lugar de terminación de los conductos torácico y linfático derecho. B) Disección del lado
izquierdo que muestra los nódulos linfáticos cervicales profundos y la terminación del conducto torácico en la
unión de las venas subclavia y yugular interna (ángulo venoso izquierdo). El tronco cervicodorsal se denomina
a menudo arteria cervical transversa.
CUADRO CLÍNICO
VÍSCERAS Y LINFÁTICOS DEL CUELLO
Arteria tiroidea ima
En un 10 % de la población se origina del tronco braquiocefálico la arteria
tiroidea ima, pequeña e impar (fig. C9-5); no obstante, también puede
originarse del arco de la aorta o de las arterias carótida común derecha, subclavia
o torácica interna. Esta pequeña arteria asciende sobre la cara anterior de la
tráquea hacia el istmo de la glándula tiroides, proporcionando ramas a ambas
estructuras. Debe considerarse la posibilidad de la existencia de esta arteria
cuando se realicen intervenciones en la línea media del cuello por debajo del
istmo, ya que es una posible causa de sangrado (v. cuadro clínico
«Traqueostomía»).
1857
booksmedicos.org
booksmedicos.org
1858
booksmedicos.org
booksmedicos.org
FIGURA C9-6. A) Vestigios del conducto tirogloso. B) Niño con un quiste del conducto tirogloso.
1859
booksmedicos.org
booksmedicos.org
trayecto embrionario del conducto tirogloso (p. ej., en el timo por debajo de la
glándula tiroides o en el tórax). Una glándula tiroidea accesoria puede
desarrollarse en el cuello lateral al cartílago tiroides; generalmente, se sitúa sobre
el músculo tirohioideo (v. fig. 9-29). Aunque el tejido accesorio puede ser
funcional, con frecuencia es demasiado pequeño para mantener la función normal
si se extirpa la glándula tiroides.
1860
booksmedicos.org
booksmedicos.org
FIGURA C9-7. Tejido glandular tiroideo aberrante. A) Tejido aberrante por debajo del hueso
hioides. B) Gammagrafía que muestra la presencia de tejido glandular tiroideo aberrante (GTA). El tejido
glandular en su posición normal se encuentra en masas de forma irregular que definen unos pequeños
lóbulos que se estrechan y un gran istmo.
1861
booksmedicos.org
booksmedicos.org
Tiroidectomía
La escisión de un tumor maligno de la glándula tiroides y otros
procedimientos quirúrgicos a veces implican la resección de parte o la
totalidad de la glándula (hemitiroidectomía o tiroidectomía). En el tratamiento
quirúrgico del hipertiroidismo, generalmente se preserva la porción posterior de
cada lóbulo de la glándula hipertrofiada, un procedimiento denominado
tiroidectomía subtotal, para proteger los nervios laríngeos recurrente y superior y
respetar las glándulas paratiroides. Una hemorragia postoperatoria tras la cirugía
de la glándula tiroides puede comprimir la tráquea, dificultando la respiración. La
sangre se acumula dentro de la cápsula fibrosa de la glándula.
1862
booksmedicos.org
booksmedicos.org
FIGURA C9-9. Glándula tiroides aumentada de tamaño. A) Paciente con un bocio. B) Gammagrafía
que muestra una glándula tiroides con un aumento difuso de tamaño.
1863
booksmedicos.org
booksmedicos.org
Debido a esta relación tan estrecha, la arteria tiroidea inferior se liga a cierta
distancia lateral a la glándula tiroides, donde no se encuentra cerca del nervio.
Aunque el riesgo de lesionar el nervio laríngeo recurrente izquierdo durante la
cirugía no es tan alto debido a su ascenso más vertical desde el mediastino
superior, la arteria y el nervio también están íntimamente relacionados cerca del
polo inferior de la glándula tiroides (v. fig. 9-28). La voz ronca es el signo
habitual de la lesión unilateral del nervio laríngeo recurrente; sin embargo, puede
ocasionar afonía temporal o alteraciones en la fonación (producción de voz) y
espasmos laríngeos. Estos signos generalmente se producen al magullar los
nervios laríngeos recurrentes durante la cirugía o por la presión generada por
sangre acumulada y exudados serosos tras la operación.
1864
booksmedicos.org
booksmedicos.org
Laringoscopia
La laringoscopia es el procedimiento que se utiliza para examinar el interior
de la laringe. La inspección de la laringe puede realizarse visualmente
mediante laringoscopia indirecta, con la ayuda de un espéculo laríngeo (fig. C9-
11 A). La porción anterior de la lengua se saca ligeramente de la cavidad bucal
para minimizar la extensión en que la porción posterior de la lengua cubre la
epiglotis y la extremidad de la laringe. Dado que durante la respiración normal la
hendidura del vestíbulo es mayor que la hendidura glótica, en la exploración
laringoscópica se visualizan los pliegues vestibulares y los pliegues vocales (fig.
C9-11 B). La laringe también puede visualizarse mediante laringoscopia directa,
utilizando un instrumento endoscópico tubular, un laringoscopio. Un
laringoscopio es un endoscopio tubular o de fibra óptica flexible equipado con
iluminación eléctrica para la exploración o la intervención en el interior de la
laringe a través de la boca. Los pliegues vestibulares normalmente son de color
rosa, mientras que los pliegues vocales habitualmente son de color blanco
perlado.
Maniobra de Valsalva
Las funciones esfinterianas de los pliegues vestibulares y vocales son
importantes durante la maniobra de Valsalva, cualquier esfuerzo de
espiración forzada contra la vía aérea cerrada, como la tos, el estornudo o la
presión realizada durante la defecación o el levantamiento de peso. Durante una
inspiración profunda, los pliegues vestibulares y vocales se abducen ampliamente
mientras los pulmones se distienden. En la maniobra de Valsalva, tanto los
pliegues vestibulares como los vocales se aducen fuertemente al final de la
1865
booksmedicos.org
booksmedicos.org
1866
booksmedicos.org
booksmedicos.org
Una persona que se está ahogando toserá para intentar sacar el objeto. Los
1867
booksmedicos.org
booksmedicos.org
Cricotirotomía
En casos de urgencia extrema (p. ej., obstrucción grave de la vía aérea,
traumatismo facial o cervical importante o angioedema) donde la intubación
es imposible, el personal experimentado (p. ej., médicos o técnicos en urgencias
médicas) inserta una aguja de gran calibre a través de la membrana/ligamento
cricotiroideo (v. fig. 9-29) (cricotirotomía con aguja o «coniotomía») para
permitir la entrada rápida de aire. Más tarde puede realizarse una cricotirotomía
quirúrgica (laringotomía inferior), que implica una incisión a través de la piel y la
membrana cricotiroidea y colocar un pequeño tubo de traqueostomía en la
tráquea (fig. C9-13). La cricotirotomía es un procedimiento más conveniente que
la traqueotomía y habitualmente es innecesaria la manipulación de la columna
cervical.
1868
booksmedicos.org
booksmedicos.org
Traqueostomía
Una incisión transversa a través de la piel del cuello y la pared anterior de la
tráquea (traqueostomía) establece una vía aérea en los pacientes con
obstrucción de las vías respiratorias altas o insuficiencia respiratoria (fig. C9-13).
Se separan lateralmente los músculos infrahioideos y se divide o retrae
superiormente el istmo de la glándula tiroides. Se realiza una abertura en la
tráquea entre el 1.er y el 2.º anillos traqueales o a través de los anillos 2.º a 4.º.
Después, se inserta un tubo de traqueostomía en la tráquea y se fija. Para evitar
complicaciones durante una traqueostomía, son importantes las siguientes
relaciones anatómicas:
1869
booksmedicos.org
booksmedicos.org
1870
booksmedicos.org
booksmedicos.org
Cáncer de laringe
La incidencia del cáncer de laringe es alta en las personas que fuman
cigarrillos o mascan tabaco. La mayoría de los pacientes acude con voz
ronca persistente, habitualmente asociada a otalgia (dolor de oídos) y disfagia. El
aumento de tamaño de los nódulos linfáticos pretraqueales o paratraqueales puede
indicar la presencia de un cáncer de laringe. En casos graves de cáncer de laringe
puede realizarse una laringectomía (resección de la laringe). Se puede conseguir
la rehabilitación vocal con la utilización de una electrolaringe o de una prótesis
traqueoesofágica, o mediante habla esofágica (regurgitación de aire ingerido).
1871
booksmedicos.org
booksmedicos.org
Amigdalectomía
La amigdalectomía (tonsilectomía o extirpación de las amígdalas) se lleva a
cabo disecando la tonsila (amígdala) palatina de la fosa tonsilar, o mediante
un amigdalótomo. Cada procedimiento implica la extirpación de la tonsila y de la
fascia que recubre la fosa tonsilar (fig. C9-14). Debido al rico aporte vascular de
la tonsila, normalmente se produce un sangrado desde la gran vena palatina
externa (v. fig. 9-45 B) o, con menor frecuencia, desde la arteria tonsilar o desde
otras anastomosis arteriales. El nervio glosofaríngeo (NC IX) acompaña a la
arteria tonsilar en la pared lateral de la faringe. Dada la delgadez de esta pared, el
1872
booksmedicos.org
booksmedicos.org
Adenoiditis
La inflamación de las tonsilas faríngeas (adenoides, v. fig. 9-44) se
denomina adenoiditis. Este trastorno puede obstruir el paso del aire a través
de las cavidades nasales desde las coanas a la nasofaringe, y obligar a usar la
respiración bucal. La infección de las tonsilas faríngeas hipertrofiadas puede
propagarse también hacia las tonsilas tubáricas y provocar la hinchazón y el
cierre de las tubas auditivas. La obstrucción nasal y el bloqueo de las tubas
auditivas pueden causar hipoacusia. La extensión de la infección desde la
nasofaringe hacia el oído medio provoca otitis media, la cual puede producir una
pérdida temporal o permanente de la audición. En ocasiones se extirpan las
tonsilas palatina y faríngea en la misma intervención (amigdalectomía
[tonsilectomía] y adenoidectomía; A y A).
Fístula branquial
La fístula branquial es un conducto anormal que se abre internamente
dentro de la fosa tonsilar y externamente a un lado del cuello (fig. C9-15 A).
De esta fístula puede gotear saliva y puede infectarse. Este conducto cervical
infrecuente se produce como consecuencia de la persistencia de restos de la 2.ª
bolsa faríngea y del 2.º surco faríngeo (Moore et al., 2016). La fístula asciende
desde su abertura cervical, normalmente a lo largo del borde anterior del ECM en
el tercio inferior del cuello, a través del tejido subcutáneo, el platisma y la fascia
del cuello para introducirse en la vaina carotídea. Luego pasa entre las arterias
carótidas interna y externa en su camino hacia su abertura en la fosa tonsilar. Su
trayectoria puede objetivarse en una radiografía (fig. C9-15 B).
1873
booksmedicos.org
booksmedicos.org
1874
booksmedicos.org
booksmedicos.org
1875
booksmedicos.org
booksmedicos.org
Fístula traqueoesofágica
La anomalía congénita más frecuente del esófago es la fístula
traqueoesofágica. Normalmente se combina con alguna forma de atresia
esofágica. En el tipo más habitual de fístula traqueoesofágica (un 90 % de los
casos), la porción superior del esófago termina en una bolsa ciega y la porción
inferior se comunica con la tráquea (fig. C9-17 A). En estos casos la bolsa se
llena de moco, que el lactante aspira. A veces, el esófago superior se comunica
con la tráquea y el esófago inferior se une al estómago (fig. C9-17 C), pero a
veces no, dando lugar a una fístula traqueoesofágica con atresia esofágica (fig.
C9-17 B). Las fístulas traqueoesofágicas son consecuencia de anomalías en la
separación del esófago y la tráquea (Moore et al., 2016).
Cáncer de esófago
El síntoma inicial más frecuente del cáncer de esófago es la disfagia
(dificultad para la deglución), que normalmente no se reconoce hasta que su
luz se reduce en un 30 % a 50 %. La esofagoscopia es una herramienta
diagnóstica habitual para la observación de estas neoplasias. En algunos
pacientes, una deglución dolorosa sugiere la extensión del tumor a los tejidos
periesofágicos. El aumento de tamaño de los nódulos linfáticos cervicales
profundos inferiores también sugiere la presencia de un cáncer de esófago. La
compresión de los nervios laríngeos recurrentes por un tumor de esófago produce
ronquera.
1876
booksmedicos.org
booksmedicos.org
1877
booksmedicos.org
booksmedicos.org
penetrantes.
Las lesiones en las zonas I y III obstruyen la vía aérea y presentan el mayor
riesgo de morbilidad (complicaciones posquirúrgicas y por otros tratamientos) y
mortalidad (desenlace letal) debido a que las estructuras afectadas son difíciles
de visualizar y reparar, y el daño vascular es difícil de controlar. Las lesiones en
la zona II son las más frecuentes; sin embargo, la morbilidad y la mortalidad
asociadas a ellas son más bajas porque los médicos pueden controlar la lesión
vascular por presión directa, y los cirujanos ven y tratan las estructuras lesionadas
más fácilmente que en las otras zonas.
1878
booksmedicos.org
booksmedicos.org
Puntos fundamentales
VÍSCERAS DEL CUELLO
Capa endocrina de las vísceras cervicales. A pesar de sus diferentes orígenes embrionarios, las
glándulas tiroides y paratiroides están íntimamente relacionadas. ● Típicamente, la glándula tiroides tiene
una forma aproximada de H, con unos lóbulos derecho e izquierdo unidos por un istmo central delgado. ●
La glándula tiroides rodea las caras anterior y lateral de la tráquea a nivel de los anillos traqueales
segundo a cuarto; el istmo se localiza por delante de los anillos segundo y tercero. ● Habitualmente hay
cuatro glándulas paratiroides (dos superiores y dos inferiores) dentro de la cápsula de la glándula tiroides
o en la glándula misma. ● La glándula tiroides recibe una irrigación sanguínea abundante, esencial para
su función endocrina, procedente de una anastomosis de cuatro vías entre las arterias tiroideas superior e
inferior, derechas e izquierdas, de modo que las inferiores normalmente proporcionan ramas para las
glándulas paratiroides. ● Las venas tiroideas superiores acompañan a las arterias del mismo nombre,
drenando el área que aquéllas irrigan. ● Las venas tiroideas media e inferior, que discurren en solitario,
drenan la porción inferior de la glándula: las venas tiroideas superior y media drenan en la VYI, mientras
que la vena tiroidea inferior, habitualmente única, se introduce en la vena braquiocefálica izquierda. ●
Los nervios vasomotores discurren a lo largo de las arterias, pero las glándulas se regulan hormonalmente
y no por fibras nerviosas secretomotoras. ● Los vasos linfáticos pasan directamente a los nódulos
linfáticos cervicales profundos o a través de nódulos asociados a la laringe y la tráquea.
Capa respiratoria de las vísceras cervicales. La laringe es el extremo superior de las vías
respiratorias altas, modificado para regular la apertura o cierre de las vías respiratorias bajas. ● La laringe
también modifica la salida de aire desde el tracto para producir la voz en la vocalización. ● Junto con el
diafragma, regula la presión intraabdominal a través de la retención del aire y el control de la fuerza y la
rapidez con que el aire abandona las vías (p. ej., exhalando frente a tosiendo o estornudando). ● La
laringe está formada por un esqueleto articulado cartilaginoso unido por ligamentos, membranas y
músculos, y revestido por mucosa. ● Todos los músculos de la laringe excepto uno (cricoaritenoideo
posterior) participan en el cierre de la hendidura glótica. ● La apertura activa de la hendidura sólo se
requiere durante la inspiración profunda. ● Por lo demás, la apertura se da de forma pasiva por la
corriente del flujo aéreo, con los demás músculos controlando la cantidad y la naturaleza de la resistencia
proporcionada en la hendidura glótica para producir voz y controlar su tono. ● Además, para producir
intrínsecamente movimientos entre sus componentes, la musculatura extrínseca (los músculos hioideos)
puede mover la laringe entera para deglutir o modificar de forma adicional el tono. ● El ramo interno del
nervio laríngeo superior es el nervio sensitivo de la laringe. ● El nervio laríngeo recurrente (a través de su
ramo terminal, el nervio laríngeo inferior) es el nervio motor, que irriga todos los músculos de la laringe,
excepto uno. ● El ramo externo, un ramo más pequeño del nervio laríngeo superior, inerva el músculo
cricotiroideo. ● La tráquea es el tubo medio de fibrocartílago que se extiende entre el cartílago cricoides a
1879
booksmedicos.org
booksmedicos.org
nivel de la vértebra C6 y su bifurcación en los bronquios principales a nivel del disco intervertebral T4-T5
(nivel del ángulo del esternón.)
Capa alimentaria de las vísceras cervicales. Aunque generalmente se considera parte del tubo
digestivo, la faringe es compartida con el sistema respiratorio. ● La nasofaringe superior rígida es
exclusivamente respiratoria, y las vías de paso del aire y los alimentos se cruzan en la bucofaringe y la
laringofaringe. ● La faringe contráctil es única dentro del tubo digestivo, ya que está constituida por
músculo voluntario, y la capa circular (constrictores de la faringe) está situada externa al músculo
longitudinal, el estilofaríngeo, el palatofaríngeo y el salpingofaríngeo. ● La pared posterior plana de la
faringe limita con el cuello musculoesquelético en el espacio retrofaríngeo y no tiene aberturas; sin
embargo, su pared anterior tiene aberturas a la nariz, la boca y la laringe. Estas entradas definen los tres
segmentos de la faringe. ● El paladar blando actúa como una tapa valvular que regula el acceso a o desde
la nasofaringe y bucofaringe, mientras que la laringe es una «válvula» que separa finalmente los
alimentos y el aire antes de que entren en el esófago y la tráquea, respectivamente. ● Las dos aberturas
superiores de la faringe, que conectan con el medio exterior, están rodeadas por un anillo de tejido
linfoide (tonsilar). ● Los huecos en la pared lateral submucosa, entre las inserciones de los músculos
constrictores de la faringe, permiten el paso de músculos longitudinales en forma de bandas y de
elementos vasculonerviosos. ● La inervación de la faringe procede del plexo nervioso faríngeo, de
manera que el vago proporciona las fibras motoras y el glosofaríngeo las sensitivas. ● A la altura del
cartílago cricoides (nivel vertebral C6) hay un cambio relativamente abrupto hacia el patrón de
musculatura más típico del tubo digestivo. ● La porción cricofaríngea del constrictor inferior de la
faringe, la porción más inferior de la capa circular externa, forma el esfínter esofágico superior. ● El
esófago comienza inmediatamente inferior, cuando la capa muscular externa se convierte en longitudinal.
● Además, aproximadamente en este punto, la inervación sensitiva y motora se transfiere a los nervios
laríngeos recurrentes. ● El esófago cervical se compone de músculo voluntario.
http://thepoint.lww.com/espanol-Moore8e
1880
booksmedicos.org