Está en la página 1de 16

TRASTORNOS DE LA COMUNICACIÓN

En los trastornos de la comunicación, según el DSM-IV-TR, se diferencian cuatro trastornos


relacionados con el habla, referentes a la producción de sonidos. A nivel evolutivo es importante
tenerlos en cuenta ya que existe una asociación frecuente entre los trastornos de la comunicación,
incluyendo trastornos del lenguaje, con los trastornos del aprendizaje, es más existen evidencias
que sugieren que los trastornos del lenguaje pueden ser precursores evolutivos de los trastornos
del aprendizaje, más que meros trastornos comórbidos de etiología independiente.

Trastornos de la comunicación. Estos trastornos se caracterizan por deficiencias del habla o el


lenguaje, e incluyen trastorno del lenguaje expresivo, trastorno mixto del lenguaje receptivo-
expresivo, trastorno fonológico, tartamudeo y trastorno de la comunicación no especificado.

Problemas de comunicación. Dichos problemas van desde niños que apenas hablan, otros que
tienen un lenguaje pobre en el que a menudo incluye frases o conversaciones repetitivas hasta
otros con unas destrezas más avanzadas del lenguaje, que tienden a usar una cantidad limitada de
temas o bien tienen dificultades con los conceptos abstractos.

El lenguaje es un conjunto de símbolos cuyo fin es representar ideas con un propósito


comunicativo. La comunicación consiste en la transmisión de los significados, no importa el
medio empleado, dando lugar a los distintos tipos de comunicación. Se distinguen dos trastornos
fundamentales como origen de la discapacidad de comunicación: los trastornos del lenguaje y los
trastornos del aprendizaje. - 11 - Con las pruebas neuro psicológicas se valoran tanto la
comunicación verbal y no verbal (mirada, gestos de la cara y las manos, cualidades vocales)
como la evocación de palabras, la semántica, la sintaxis, la conversación y su soltura, la
articulación, el lenguaje oral y la comprensión.
TRASTORNOS DEL LENGUAJE

El instrumento básico de comunicación y de relación en la especie humana es el lenguaje. Los


sonidos emitidos a través de la boca para comunicarse, por distintos animales y el hombre
primitivo, precedieron en millones de años al lenguaje y la comunicación oral. Antes del sonido
gutural había otras formas arcaicas, otros sonidos, como la onomatopeya y el silbido, que no son
emitidos por la laringe y que no precisan de ningún aparato de fonación. El sonido emitido por la
laringe representa la evolución precursora del lenguaje. El aparato fonador se encarga de realizar,
periféricamente, la función expresiva del lenguaje. Está constituido por estructuras óseas y
musculares como la laringe con las cuerdas vocales, la boca con los labios, la lengua y estructuras
palatinas, las fosas nasales, la faringe, el macizo facial, incluida la arcada dentaria, etc. Los
trastornos del lenguaje pueden tener un origen reactivo psicológico (privaciones ambientales y
afectivas, dificultad en la comunicación y relación con los demás y el entorno) y en otros casos
un origen neurocognitivo (disglosia, disfasia; encefalopatías; hipoacusia; retraso mental y
trastornos psiquiátricos). En unos casos habrá la pérdida de las habilidades (conocimiento de
reglas lingüísticas, contexto y pragmática del uso de la lengua), en otros un síntoma dentro de un
contexto más amplio y en otros serán trastornos que ocasionan alteración en el habla.

Existe un retraso del lenguaje (REL) cuando con buena comprensión hay un retraso madurativo;
sería el límite de la normalidad. En los trastornos específicos del lenguaje (TEL), afasia y
disfasia, hay retraso en el normal desarrollo del resto de los parámetros: es incorrecto en su
fonética, su estructura o su contenido y existe un déficit de compresión. En el trastorno autista
(TA) presentan alteraciones en la capacidad de relación, en el uso del lenguaje gestual y en la
capacidad del desarrollo simbólico. En el retraso mental además del retraso en la adquisición hay
otros déficit cognoscitivos .

En los hermanos gemelos, en hijos de padres sordomudos o en casos de privación ambiental


puede haber un retraso moderado en la adquisición del lenguaje pero es reversible en ausencia de
factores genéticos u otras lesiones. Las enfermedades degenerativas neuromusculares, ocasionan
regresión motora, cognitiva o ambas.
En la tartamudez hay una falta de fluidez en la emisión de palabras pero puede remitir
espontáneamente. En la disartria el trastorno neuromuscular altera la articulación necesaria para
la expresión oral. En la dislalia aparece un error en la articulación para determinados sonidos de
consonantes, en general es transitoria. Los trastornos prosódicos, afectan a la entonación y el
ritmo del habla. En la voz nasal hay una alteración estructural bucofonatoria que modifica la
calidad y el timbre de voz. El trastorno pragmático tiene un lenguaje correcto en la forma, pero
con una utilización no adecuada y poco valor comunicativo. En la dislexia, hay una alteración en
las capacidades fonológicas. En los trastornos de la comunicación según el DSM-IV-TR se
diferencian cuatro trastornos relacionados con el lenguaje: • Trastorno del desarrollo del lenguaje
expresivo, de la lecto escritura • Trastorno del lenguaje receptivo-expresivo y de la simbolización
• Trastorno fonológico, de la voz (habla) o de la pronunciación (articulación). • Trastornos en el
ritmo y la fluidez.

F80.1 TRASTORNO DEL LEGUAJE EXPRESIVO

Afectan a la habilidad (lo ya aprendido) en la escritura, la lectura, el cálculo y la ortografía. Los


trastornos de la lecto escritura se han relacionado con la falta de lateralización hemisférica.
Comprenden: • Disgrafía: Dificultad en la realización de los grafemas (muy grandes, muy
pequeñas, irregulares, etc.) • Disortografia: Errores ortográficos múltiples • Dislexia: Las
personas con trastornos disléxicos, al no poseer una dominancia hemisférica para el lenguaje,
leen la imagen incorrecta o en espejo de la palabra o la letra. A este síntoma de la dislexia se lo
llamó «estrefosimbolia» o alexia del desarrollo (Orton)xx. En todos los casos de dislexia
adquirida o dislexia del desarrollo, aparecen signos indirectos con dificultades en la coordinación
y orientación mano ojo. En la dislexia auditiva destaca la dificultad para reconocer pautas de
secuencias, palabras, órdenes. En la dislexia profunda o fonémica se aprecia dificultad para
comprender el significado de las palabras (Hynd y Cohen) • Alexia: Pérdida de la habilidad de la
lectura previamente adquirida o dificultad para la realización, reconocimiento o interpretación de
grafemas, palabras escritas o leídas. Se puede asociar con disgrafía y discalculia. • Acalculia:
Para Henschen es la pérdida de la habilidad de calcular secundaria a lesiones estructurales; para
Berger es secundaria cuando se debe a déficit neuropsicológico y primaria cuando aparece
aislada; Héca, ya en 1962, la clasifica en: alexia y agrafia numérica, acalculia visoespacial y
anaritmétia sin incluir las secundarias a problemas del desarrollo o de alteraciones funciónales
cerebrales globales (traumatismos, demencias). Para Mc Closkey y Caramazza estas alteraciones
neurocognitivas se agrupan en dos grandes sistemas, alteraciones en el procesamiento numérico
(comprensión, producción de números gráficos y verbales, reglas de valoración) y alteraciones en
el sistema de cálculo cognitivo (comprensión y recuerdo de símbolos, operaciones matemáticas).

Criterios de Diagnóstico

A. Las puntuaciones obtenidas mediante evaluaciones del desarrollo del lenguaje expresivo,
normalizadas y administradas individualmente, quedan sustancialmente por debajo de las
obtenidas mediante evaluaciones normalizadas tanto de la capacidad intelectual no verbal como
del desarrollo del lenguaje receptivo. El trastorno puede manifestarse clínicamente a través de
unos síntomas que incluyen un vocabulario sumamente limitado, cometer errores en los tiempos
verbales o experimentar dificultades en la memorización de palabras o en la producción de frases
de longitud o complejidad propias del nivel evolutivo del sujeto.

B. Las dificultades del lenguaje expresivo interfieren el rendimiento académico o laboral o la


comunicación social.

C. No se cumplen criterios de trastorno mixto del lenguaje receptivo-expresivo ni de trastorno


generalizado del desarrollo.

D. Si hay retraso mental, déficit sensorial o motor del habla, o privación ambiental, las
deficiencias del lenguaje deben exceder de las habitualmente asociadas a tales problemas.

F80.2TRASTORNO MIXTO DEL LENGUAJE RECEPTIVO-EXPRESIVO

Como un diagnóstico del DSM-IV, la característica fundamental del trastorno mixto del lenguaje
receptivo-expresivo (TMLRE) es la alteración tanto del desarrollo del lenguaje receptivo como
del expresivo. Así, a las dificultades de tipo expresivo (vocabulario limitado, errores en tiempos
verbales, dificultades en el recuerdo de palabras, etc.), se le unen las de tipo receptivo
(comprensión de palabras o frases, términos espaciales o de cierta complejidad). No se observa
un trastorno puro de lenguaje receptivo ya que si se diese, no habría lenguaje expresivo. El
trastorno mixto puede ser adquirido o evolutivo, siendo dificil su distinción en no pocas
ocasiones, estando asociado a lesión cerebral o a la maduración del sistema nervioso central
(Gaddes, 1980; Reitan, 1984). En el caso del supuesto de retraso madurativo, los niños con
disfasia evolutiva, seguirían un patrón esencialmente normal del desarrollo del lenguaje; sufrirían
un retraso en la tasa de adquisición que podría compensarse con el tiempo, siendo su pronóstico
mucho mejor que el de quienes no siguen un patrón de desarrollo normal, como es el caso de los
niños con daño cerebral lesional (Manga y Ramos, 1991). La característica primaria es el déficit
de comprensión. Puede aparecer confusión o no prestar atención cuando se le habla; puede seguir
instrucciones de manera incorrecta o no seguirlas, dando respuestas inadecuadas. Puede estar
silencioso o locuaz, teniendo deficientes habilidades en la conversación. Por otro lado, se
aprecian déficits en el procesamiento sensorial-auditivo, atención y discriminación, así como
dificultad en la producción de secuencias motoras y menor destreza motora.

Pueden darse casos de trastorno por déficit de atención con hiperactividad o de dificultades en el
desarrollo de la coordinación. Asimismo puede acompañarse de alteraciones en el EEG, algunos
hallazgos anormales en técnicas de neuroimagen y otros signos neurológicos. Dentro de este
trastorno mixto y de acuerdo al DSM-IV, se considera al síndrome de Landau-Kleffner como un
caso particular del mismo. En cambio, la CIE-10, especificando un trastorno receptivo y otro
expresivo, reserva entidad única al síndrome, asumiendo la integración en él de los criterios
propios del TMLRE, en asociación con el trastorno epiléptico, enmarcándolo en un tipo
adquirido. Estando pues ambos trastornos en una nosología de dificultades de desarrollo del
lenguaje, debidas al retraso o alteración del desarrollo de mecanismos cerebrales, puede aceptarse
el supuesto de una disfunción o retraso en la maduración cerebral como base neurológica y no
necesariamente de lesión cerebral. Si ese supuesto es más claro en el síndrome de Landau-
Kleffner (Luque, 2002), por sus manifestaciones epilépticas, no es menos cierto para el TMLRE,
por la similaridad de su sintomatología y, en buena parte, con casos de EEG con anormalidades.
En cualquier caso, en estos niños se interfiere el proceso de desarrollo y el establecimiento de
funciones, siendo los procesos de recepción los más afectados, al influir decisivamente sobre los
de expresión, ya que la emisión verbal correcta depende en su formación y desarrollo, de una
retroalimentación auditiva y cinestésica.

Criterios para el diagnóstico

A. Las puntuaciones obtenidas mediante evaluaciones del desarrollo del lenguaje receptivo y
expresivo, normalizadas y administradas individualmente, quedan sustancialmente por debajo de
las obtenidas mediante evaluaciones normalizadas de la capacidad intelectual no verbal. Los
síntomas incluyen los propios del trastorno del lenguaje expresivo, así como dificultades para
comprender palabras, frases o tipos específicos de palabras, tales como términos espaciales.

B. Las deficiencias del lenguaje receptivo y expresivo interfieren significativamente el


rendimiento académico o laboral, o la comunicación social.

C. No se cumplen los criterios de trastorno generalizado del desarrollo.

D. Si hay retraso mental, déficit sensorial o motor del habla o privación ambiental, las
deficiencias del lenguaje exceden de las habitualmente asociadas a estos problemas.

Nota de codificación. Si hay un déficit sensorial o motor del habla o una enfermedad
neurológica, se codificarán en el Eje III.

F80.0 TRASTORNO FONOLÓGICO

Son trastornos específicos del lenguaje hablado, que se caracterizan por una alteración en la
producción de los sonidos del habla. Para su diagnostico es necesario que el problema no sea
atribuible a déficit o anormalidades en la inteligencia, en el oído o en la estructura y fisiología del
mecanismo del habla. Por tanto un trastorno fonológico, es aquel trastorno en el que aun no
habiendo una razón orgánica para la discapacidad, el habla del niño viene marcada por la falta de
articulaciones, incluyendo distorsiones en los sonidos y sustituciones incorrectas. Muchos de
estos errores en la articulación, representan procesos que son también típicos en los niños
normales (eliminaciones de consonantes finales, simplificación de grupos de consonantes), pero
en los trastornos fonológicos, estos errores son más frecuentes, persistiendo en el tiempo y
superando el periodo que se considera normal en el desarrollo para estos errores. La edad de
reconocimiento del inicio del trastorno está relacionado con su agudeza, y se hace evidente
alrededor de los 4 años, que es cuando el habla debe ser inteligible y en un desarrollo normal ya
se han eliminado la mayoría de los esquemas erróneos de los sonidos. A los 3 años pueden ser
diagnosticados de trastorno fonológico, sobre todo cuando su habla es ininteligible para los
miembros de la familia. Los casos leves no se suelen diagnosticarse hasta el inicio de la
escolarización.

Dentro de los problemas de la comunicación, los trastornos fonológicos son los más prevalentes.
Un 6% de niños en edad escolar presentar problemas fonológicos, con una mayor prevalencia
para los preescolares que se estima que es de un 10% a un 15%. Se ha observado hasta en un 80%
de pacientes con trastornos de articulación de una muestra clínica.

Criterios de diagnóstico

A. Incapacidad para utilizar los sonidos del habla esperables evolutivamente y propios de la edad
e idioma del sujeto (p. ej., errores de la producción, utilización, representación u organización de
los sonidos tales como sustituciones de un sonido por otro (utilización del sonido /t/ en lugar
de /k/ u omisiones de sonidos tales como consonantes finales).

B. Las deficiencias de la producción de los sonidos del habla interfieren el rendimiento


académico o laboral, o la comunicación social.

C. Si hay un retraso mental, un déficit sensorial o motor del habla, o una privación ambiental, las
deficiencias del habla exceden de las habitualmente asociadas a estos problemas.

Nota de codificación. Si hay un déficit sensorial o motor del habla o una enfermedad neurológica,
se codificarán en el Eje III.

F98.5 TRASTORNO TARTAMUDEO

Es un trastorno específicos del discurso hablado, entendido como un Síndrome clínico en el que
se presentan difluencias anormales (bloqueos y vacilaciones de sonidos, pausas tensas) y
persistentes en el habla que generan una percepción de pérdida del habla, y suele estar
acompañado con frecuencia, de alteraciones afectivas y del comportamiento. Se inicia entre los 2
y los 7 años de edad, con un punto álgido entre los 3 y 4 años de edad. Se considera que 1 de cada
30 niños pasan por un periodo de tartamudeo, con una prevalencia de 0,8%.en la adolescencia.
De aparición más común en niños que en niñas, con un ratio que incrementa con la edad, siendo
el índice de recuperación mayor para las niñas. Si bien los niños normales, a veces pasan por
periodos de difluencias, éstas tienden a aparecer en unidades lingüísticas largas. Ante la
persistencia del tartamudeo, estas difluencias es más probable que aparezcan en repeticiones de
sílabas, sonidos, prolongaciones de los sonidos, bloqueos silenciosos y una lucha visible en el
comportamiento del niño con el habla (hacer muecas). Si ante difluencias persistentes, el niño no
muestra esfuerzo comportamental sugiere buen pronostico para la recuperación. Los niños que se
recuperan ya presentan una reducción de difluencias en el primer año, mientras que en los que
persiste el tartamudeo, son estables en su índice de difluencias. La recuperación suele aparecen
alrededor de la pubertad. La agudeza de la distorsión de la percepción del habla varia, siendo más
aguda cuando mayor sea la presión para comunicarse. Se ha demostrado, que el estrés y la
ansiedad tienden a exagerar el tartamudeo, y que reducir el estrés durante el habla puede
disminuir 10 los episodios de tartamudeo, pero no se cree que jueguen un papel relevante en
cuanto a su etiología.

Criterios para el diagnóstico

A. Alteración de la fluidez y la organización temporal normales del habla (adecuadas para la edad
del sujeto), caracterizada por ocurrencias frecuentes dé más de los siguientes fenómenos:

1. repeticiones de sonidos y sílabas

2. prolongaciones de sonidos

3. interjecciones

4. palabras fragmentadas (p. ej., pausas dentro de una palabra)

5. bloqueos audibles o silenciosos (pausas en el habla)

6. circunloquios (sustituciones de palabras para evitar palabras problemáticas)


7. palabras producidas con un exceso de tensión física

8. repeticiones de palabras monosilábicas (p. ej., "Yo-yo-yo le veo")

B. La alteración de la fluidez interfiere el rendimiento académico o laboral, o la comunicación


social.

C. Si hay un déficit sensorial o motor del habla, las deficiencias del habla son superiores a las
habitualmente asociadas a estos problemas.

Nota de codificación. Si hay un déficit sensorial o motor del habla o una enfermedad neurológica,
se codificarán en el Eje III.

F80.9 TRASTORNO DE LA COMUNICACIÓN NO SPECIFICADO

Esta categoría se reserva para trastornos de la comunicación que no se cumplen los criterios de
ningún trastorno de la comunicación específicos; por ejemplo, un trastorno de la voz (esto es, una
anormalidad del volumen, calidad, tono o resonancia vocales).
TRASTORNOS GENERALIZADOS DEL DESARROLLO

Se caracterizan por alteraciones cualitativas características de la interacción social y de las


formas de comunicación y por un repertorio repetitivo, estereotipado Y restrictivo de conductas,
intereses y actividades. En la mayoría de los casos, el desarrollo no está dentro de la norma desde
las primeras edades, y es también habitual la presencia de alteraciones y déficits cognitivos.

F84.0 TRASTORNO AUTISTA

El autismo es considerado como un espectro de desordenes a causa de la variabilidad de sus


síntomas. Existen partidarios de hablar de autismos en lugar de autismo como un desorden único.
Sin embargo los criterios diagnósticos no son aún lo bastante claros y específicos para
permitirnos separar diversas clases de autismo. Otro problema de investigación relacionado
implica la dificultad de encontrar grupos de control apropiados. En tanto que el autismo afecta
áreas de habilidades diferentes inter e intra individuos, es difícil de conseguir igualar grupos de
control sobre todas las variables relevantes. La investigación futura debería continuar encarando
estos problemas básicos.

Criterios para el diagnóstico del Trastorno autista

A. Existe un total de 6 (o más) ítems de 1, 2 y 3, con por lo menos dos de 1, y uno de 2 y de 3:

1. alteración cualitativa de la interacción social, manifestada al menos por dos de las siguientes
características:

a. importante alteración del uso de múltiples comportamientos no verbales, como son contacto
ocular, expresión facial, posturas corporales y gestos reguladores de la interacción social.

b. incapacidad para desarrollar relaciones con compañeros adecuados al nivel de desarrollo.

c. ausencia de la tendencia espontánea para compartir con otras personas disfrutes, intereses y
objetivos (p. ej., no mostrar, traer o señalar objetos de interés). (d) falta de reciprocidad social o
emocional.
2. alteración cualitativa de la comunicación manifestada al menos por dos de las siguientes
características:

a. retraso o ausencia total del desarrollo del lenguaje oral (no acompañado de intentos para
compensarlo mediante modos alternativos de comunicación, tales como gestos o mímica).

b. en sujetos con un habla adecuada, alteración importante de la capacidad para iniciar o mantener
una conversación con otros.

c. utilización estereotipada y repetitiva del lenguaje o lenguaje idiosincrásico.

d. ausencia de juego realista espontáneo, variado, o de juego imitativo social propio del nivel de
desarrollo.

3. patrones de comportamiento, intereses y actividades restringidos, repetitivos y estereotipados,


manifestados por lo menos mediante una de las siguientes características:

a. preocupación absorbente por uno o más patrones estereotipados y restrictivos de interés que
resulta anormal, sea en su intensidad, sea en su objetivo

b. adhesión aparentemente inflexible a rutinas o rituales específicos, no funcionales

c. manierismos motores estereotipados y repetitivos (p. ej., sacudir o girar las manos o dedos, o
movimientos complejos de todo el cuerpo)

d. preocupación persistente por partes de objetos

B. Retraso o funcionamiento anormal en por lo menos una de las siguientes áreas, que aparece antes
de los 3 años de edad: 1 interacción social, 2 lenguaje utilizado en la comunicación social o 3
juego simbólico o imaginativo.

C. El trastorno no se explica mejor por la presencia de un trastorno de Rett o de un trastorno


desintegrativo infantil.

El DSM-IV pone un énfasis especial en este aspecto. Para ser diagnosticado autista debe mostrar
dos criterios de esta categoría frente a uno en la categoría de comunicación y repertorio
restringido.
La dificultad en la interacción social incluye problemas con conductas no verbales como es la
dificultad en el mantenimiento del contacto visual, ausencia de expresión facial comunicativa y
fallo en el uso de gestos en las interacciones sociales. A menudo los autistas desvían su mirada
de la cara de la persona con la que interaccionan.

Usualmente presentan gran dificultad para desarrollar relaciones con sus compañeros, en el caso
de niños pequeños pueden ignorar el juego de otros niños o permanecer apartados incapaces de
encontrar una forma de unirse al juego de otros niños. Ello repercutirá y se agravará en las etapas
de la adolescencia y la edad adulta lo cual se traducirá en graves dificultades para establecer
amistades e intimar. Las personas con autismo no parecen comprender la importancia de la
felicidad de los demás o implicarse con los otros en interacciones sociales y emocionales tan
importantes para las relaciones humanas. La ausencia de empatía coloca un límite sobre los
intercambios emocionales.

La comunicación en los niños autistas. Las deficiencias en comunicación es otro aspecto central
en el diagnóstico del autismo. De acuerdo con el DSM-IV las personas con autismo pueden
mostrar retraso en el desarrollo del habla o, en algunos casos, una completa ausencia del habla.

Los autistas que hablan tienen una gran dificultad para mantener conversaciones y no parecen
comprender el sentido de dar y recibir en un intercambio entre dos personas. A menudo su
lenguaje es estereotipado y repetitivo y pueden incluir características como la ecolalia o la
inversión pronominal. Relacionado con estas deficiencias en la comunicación, muchos de los
niños autistas presentan graves dificultades para desarrollar juegos de fantasía.

Muchos de estos niños parecen no disponer de flexibilidad en el uso del lenguaje interno que
acompaña a la fantasía. El juego de estos niños suele ser concreto, por ejemplo apilar bloques o
completar puzles. Conducta repetitiva. Por último el espectro autista se caracteriza por un
repetitivo y limitado patrón de conductas de interés. Por ejemplo los niños autistas pueden estar
fascinados por los horarios de los trenes de modo que conozcan el horario y el destino de cada
uno. Algunos de estos jóvenes poseen conductas ritualizadas no funcionales que repiten una y
otra vez. Por ejemplo un niño puede pasar el tiempo alineando sus cochecitos de juguete uno tras
otro de una manera específica. Además puede tener una rabieta si el adulto intenta animarle a
jugar con ellos. Para algunos autistas la conducta estereotipada se refleja en movimientos
corporales repetitivos. Otros pueden estas fascinados con algún pequeño aspecto de un objeto,
por ejemplo colocar un camión con las ruedas hacia arriba para hacerlas dar vueltas
ininterrumpidamente o abrir el grifo del lavabo una y otra vez para mirar como el agua se va por
el desagüe.

F84.5 TRASTORNO DE ASPERGER

Para algunos autores las dos entidades son distintas; para otros el síndrome de Asperger es una
forma de autismo con un alto nivel de funcionamiento. Las diferencias esenciales hacen
referencia al lenguaje, que se halla mejor desarrollado en el síndrome de Asperger. El síndrome
de Asperger comparte con el síndrome autista los problemas del contacto social, de la
comunicación no verbal y las relaciones extrañas al ambiente. Los signos precoces son más
tardíos, y el diagnóstico no se hace evidente hasta los 3-4 años. Según la CIE-10 (OMS, 1992), el
síndrome de Asperger es un desorden con una posología incierta caracterizada por un tipo similar
de problemas cualitativos en las relaciones sociales propias del autismo. Los dos síndromes
presentan un repertorio restrictivo de conductas estereotipadas Y repetitivas. Se diferencia del
autismo, especialmente, en el hecho de no presentar un retraso general del lenguaje ni del
desarrollo cognitivo. Algunos niños pueden tener una inteligencia normal, y es común en todos
ellos una notable torpeza. Tiene una incidencia mayor en varones (razón entre sexos 8/1).
Generalmente persisten las anormalidades en la adolescencia y en la vida adulta, y en algunas
ocasiones se pueden presentar episodios psicóticos en el inicio de la vida adulta.

Criterios para el diagnóstico del Trastorno de Asperger

A. Alteración cualitativa de la interacción social, manifestada al menos por dos de las siguientes
características:

1. importante alteración del uso de múltiples comportamientos no verbales como contacto ocular,
expresión facial, posturas corporales y gestos reguladores de la interacción social
2. incapacidad para desarrollar relaciones con compañeros apropiadas al nivel de desarrollo del
sujeto

3. ausencia de la tendencia espontánea a compartir disfrutes, intereses y objetivos con otras


personas (p. ej., no mostrar, traer o enseñar a otras personas objetos de interés)

4. ausencia de reciprocidad social o emocional

B. Patrones de comportamiento, intereses y actividades restrictivos, repetitivos y estereotipados,


manifestados al menos por una de las siguientes características:

1. preocupación absorbente por uno o más patrones de interés estereotipados y restrictivos que son
anormales, sea por su intensidad, sea por su objetivo

2. adhesión aparentemente inflexible a rutinas o rituales específicos, no funcionales

3. manierismos motores estereotipados y repetitivos (p. ej., sacudir o girar manos o dedos, o
movimientos complejos de todo el cuerpo)

4. preocupación persistente por partes de objetos

C. El trastorno causa un deterioro clínicamente significativo de la actividad social, laboral y otras


áreas importantes de la actividad del individuo.

D. No hay retraso general del lenguaje clínicamente significativo (p. ej., a los 2 años de edad utiliza
palabras sencillas, a los 3 años de edad utiliza frases comunicativas).

E. No hay retraso clínicamente significativo del desarrollo cognoscitivo ni del desarrollo de


habilidades de autoayuda propias de la edad, comportamiento adaptativo (distinto de la
interacción social) y curiosidad acerca del ambiente durante la infancia.

F. No cumple los criterios de otro trastorno generalizado del desarrollo ni de esquizofrenia.

F84.2 TRASTORNO DE RETT

El Trastorno de Rett se observa siempre en niñas, y va asociado a anomalías comportamentales,


neurológicas y físicas. Incluye síntomas característicos, como la desaceleración delcrecimiento
del perímetro craneal, la pérdida de habilidades manuales y la mala coordinación y Psicosis
desintegrativa de la infancia: Este trastorno aparece después de un periodo de desarrollo normal
de una duración de cómo mínimo dos años e incluye una pérdida de las habilidades previamente
adquiridas.

F84.3 TRASTORNO DESINTEGRATIVO INFANTIL

Criterios para el Diagnóstico

A. Desarrollo aparentemente normal durante por lo menos los primeros 2 años posteriores al
nacimiento, manifestado por la presencia de comunicación verbal y no verbal, relaciones sociales,
juego y comportamiento adaptativo apropiados a la edad del sujeto.

B. Pérdida clínicamente significativa de habilidades previamente adquiridas (antes de los 10 años de


edad) en por lo menos dos de las siguientes áreas:

1. lenguaje expresivo o receptivo

2. habilidades sociales o comportamiento adaptativo

3. control intestinal o vesical

4. juego

5. habilidades motoras

C. Anormalidades en por lo menos dos de las siguientes áreas:

1. alteración cualitativa de la interacción social (p. ej., alteración de comportamientos no verbales,


incapacidad para desarrollar relaciones con compañeros, ausencia de reciprocidad social o
emocional)

2. alteraciones cualitativas de la comunicación (p. ej., retraso o ausencia de lenguaje hablado,


incapacidad para iniciar o sostener una conversación, utilización estereotipada y repetitiva del
lenguaje, ausencia de juego
3. patrones de comportamiento, intereses y actividades restrictivos, repetitivos y estereotipados, en
los que se incluyen estereotipias motoras y manierismos

D. El trastorno no se explica mejor por la presencia de otro trastorno generalizado del desarrollo o
de esquizofrenia.

F84.9 TRASTORNO GENERALIZADO DEL DESARROLLO NO


ESPECIFICADO

Esta categoría debe utilizarse cuando existe una alteración grave y generalizada del desarrollo de
la interacción social recíproca o de las habilidades de comunicación no verbal, o cuando hay
comportamientos, intereses y actividades estereotipadas, pero no se cumplen los criterios de un
trastorno generalizado del desarrollo específico, esquizofrenia, trastorno esquizotípico de la
personalidad o trastorno de la personalidad por evitación. Por ejemplo, esta categoría incluye el
autismo atípico. Casos que no cumplen los criterios de trastorno autista por una edad de inicio
posterior, una sintomatología atípica o una sintomatología subliminal, o por todos estos hechos a
la vez.

También podría gustarte