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Dedicados a la vida simple

Estudios de Discipulado para Grupos Pequeños

1. ¿De qué formas una deuda nos ata?

2. ¿Cuáles opciones propone Jesús con respecto a tesoros (Mt 6.19-21), visión (vv. 22-23) y
maestros (v. 24)?

3. ¿Cuál es la conexión entre tesoro y corazón? ¿Corazón y ojos? ¿Ojos y cuerpo? ¿Maestro y
dinero?

4. ¿De qué forma tu elección de tesoro, maestro, visión o enfoque afecta tu perspectiva sobre la
vida (vv. 25-27)?

5. ¿En qué área de tu vida tienes razones para estar ansioso hoy? ¿Qué puedes hacer con relación
a eso?

David Kornfield, Biblia de Estudio del Discipulado; Traducción: Pedro Torres, 12/10/21
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Dedicados a la vida simple
Estudios de Discipulado para Grupos Pequeños

Estudio complementario: Lc 12.13-21; 2Co 8.13-15; 9.6-11; 1Ti 6.17-19

La simplicidad que libera de la ansiedad


Richard Foster, en su libro La Celebración de la Simplicidad, dice que la simplicidad es la única
cosa que puede adecuadamente reorientar nuestras vidas, de manera que las posesiones sean
auténticamente disfrutadas sin destruirnos. Sin la simplicidad, o capitularemos al espíritu de
"Mamom" de la presente era malvada o caeremos en un ascetismo legalista y anticristiano. Ambas
situaciones llevan a la idolatría. Ambas son espiritualmente fatales.
La libertad de la ansiedad se caracteriza por tres actitudes interiores. Si recibimos lo que
tenemos como un don de Dios, y si lo que tenemos recibe el cuidado de Dios y si lo que tenemos
está disponible para los demás, entonces seremos libres de la ansiedad. Esta es la realidad interior
de la simplicidad. Sin embargo, si creemos que aquello que tenemos lo conseguimos nosotros, si
creemos que aquello que tenemos debemos retenerlo y si lo que tenemos no está disponible para
los demás, entonces viviremos en ansiedad. Tales personas jamás conocerán la simplicidad, a pesar
de las contorsiones exteriores a que puedan someterse a fin de vivir "la vida simple".
Recibir lo que tenemos como un don de Dios es la primera actitud interior de simplicidad.
Trabajamos, pero sabemos que no es nuestro trabajo lo que nos da lo que tenemos. Vivimos por la
gracia, aun cuando se trata del "pan nuestro de cada día".
Saber que es responsabilidad de Dios, y no nuestra, cuidar de lo que tenemos es la segunda
actitud interior de la simplicidad. Él es el dueño. Nosotros somos mayordomos. Dios puede
proteger lo que poseemos. Confiamos en él.
Dejar nuestros bienes disponibles a los demás indica la tercera actitud interior de la simplicidad
(ver n. Hch 2.44-45; meds. Hch 4.32-37; 2Co 8.1-5, 13-15). Martin Lutero dijo: “Si nuestros bienes
no están disponibles a la comunidad, son bienes robados.” El motivo porque encontramos estas
palabras tan difíciles es nuestro temor al futuro. Nos aferramos a nuestras posesiones en lugar de
repartirlas, porque nos preocupamos por el día de mañana.
Cuando buscamos en primer lugar el Reino de Dios, estas tres actitudes caracterizan nuestras
vidas. Juntándolas, ellas definen lo que Jesús quería decir con “por nada estéis afanosos” (Fil 4.6).
Ellas contienen la realidad interior de la simplicidad cristiana.

David Kornfield, Biblia de Estudio del Discipulado; Traducción: Pedro Torres, 12/10/21
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