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y mental del niño está demostrada y aceptada ampliamente por la comunidad científica. Sabemos que el
tipo de apego que favorece de manera óptima el desarrollo y la salud es el apego seguro, y que éste se
produce aproximadamente en un 60 % de los niños. También sabemos que los apegos subóptimos
desarrollados por el resto de la población constituyen un factor de riesgo para muchos trastornos
psicosomáticos, trastornos mentales, problemas de comportamiento, trastornos del aprendizaje y
problemas emocionales, como la desregulación del estrés, que a su vez se encuentra en el origen de
numerosas enfermedades somáticas.
Las investigaciones recientes en psicología y psiquiatría perinatal indican que el vínculo prenatal es un
factor protector del vínculo postnatal, por lo que la prevención y la promoción de la salud mental
deben comenzar en el embarazo, con la promoción de vínculos prenatales positivos. Existen numerosos
y variados factores que influyen en la construcción del vínculo prenatal padres-bebé: desde la
relación de pareja hasta las representaciones socioculturales sobre la crianza, pasando por la capacidad
de la gestante para regular el estrés y su propia historia vincular. Un complejo conjunto de factores que
los/as psicólogos/as perinatales podemos ayudar a abarcar, de manera complementaria, y a ser posible,
coordinada, con otros profesionales de la salud que atienden y acompañan a los padres durante el
embarazo.
La salud mental maternal es muy importante, antes, durante y después del embarazo.
Su cuidado, antes de la concepción, se debe considerar porque esta fase implica
muchos cambios hormonales que pueden exacerbar la ansiedad y los síntomas
depresivos. Además, la falta de sueño, las transformaciones físicas y las alteraciones
de la vida pueden hacer aún más desafiante la gestación cuando una mujer tiene una
enfermedad mental no tratada.
Los problemas de salud mental materna durante el embarazo tienen consecuencias
negativas para el feto y posteriormente en el niño/a. Diversas investigaciones han
demostrado que la ansiedad y la depresión maternas durante el embarazo están
asociadas con la presencia de síntomas del Trastorno de Déficit de Atención e
Hiperactividad (TDAH) y autismo en algunos infantes.
Así también, varios estudios evidencian que las mujeres con depresión previa a la
gestación tienen una probabilidad mucho mayor de deprimirse durante esta etapa. Las
mujeres que han sufrido maltrato infantil también tienen un mayor riesgo de depresión
y ansiedad durante y después del embarazo. Estos factores deben discutirse y
tratarse antes de la concepción. Entre el 8 y el 14% de mujeres experimentan
ansiedad y/o depresión en la gestación. Situación que se ha agravado con la
pandemia del COVID-19, en la que se registró hasta un 40% de mujeres
embarazadas que sufrieron ansiedad o estrés.
La salud mental deteriorada se asocia con el parto pretérmino y con implicaciones negativas en el
crecimiento y desarrollo neurológico del niño. El estrés crónico, los síntomas de depresión y la
ansiedad materna durante el embarazo, también se relacionan con mayor mortalidad perinatal,
bajo peso al nacer, puntaje de Apgar bajo, hipertensión arterial, mayor riesgo de asma y trastorno
por déficit de atención e hiperactividad.
Objetivo General:
El Plan 1000 días es una política estratégica del Estado Nacional que tiene como
objetivo la atención y cuidado integral de la salud durante el embarazo y la
primera infancia.