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Msc. Jaime Alfonso Solís Romero
TITULO: Derecho de Familia,
Ley 870
Código de Familia,
Comentarios / Jaime Alofonso
Solis Romero.
ISBN 978-99964-0-976-9
PROLOGO
El Derecho de Familia es una materia de mucha sensibilidad y su estudio está marcado por
normas generalmente de orden público que regulan las principales instituciones familiares,
que forman parte de la vida cotidiana de cada ser humano, a saber, parentesco, filiación,
matrimonio, unión de hecho estable, alimentos, adopción. El derecho de familia es un
Derecho de la vida diaria, no es difícil imaginar que si hay algo de lo que no escapa
prácticamente nadie es de las figuras que estudia el Derecho familiar. Pero como la vida
humana es cambiante y dinámica, las relaciones personales culminan, siendo el divorcio
tema fundamental –distinto a la muerte– en cuanto al fin de la relación matrimonial.
He tratado de hacer un intento académico-jurisdiccional para exponer y analizar la
regulación de las diferentes instituciones del derecho de familia de nuestro Código,
entendiendo que más que un derecho positivo también es una institución natural, que
además es institución nuclear en el ordenamiento jurídico. Este libro que tienes amigo
lector, en tus manos es el fruto de un trabajo de varios años, su contenido y la forma de
tratarlos, al estudiar un expediente de familia o al concluir una audiencia de familia o bien
de acabar una acalorada discusión con los colegas Magistrados y Magistradas sobre la
interpretación del sentido de alguna norma de familia. De contar con algún texto podría
zanjear mucha diferencia y nos ahorraríamos tiempo, escribir sobre la familia no debe ser
un tema improvisado y debe estar muy pensado y estructurado.
El texto ha sido revisado por el suscrito para evitar innecesarias repeticiones y salvar
algunas de las inevitables formas de expresión propias de la exposición oral que pueden
resultar chocantes en un texto escrito. Tampoco he realizado una reelaboración de
instituciones jurídicas clásicas que siguen teniendo, por tanto, las huellas de su origen y, en
ocasiones, el mismo tema o enfoque se repite en más de un capítulo. Espero que esto no
sea un inconveniente para el lector sino, por el contrario, un aliciente para la lectura, pues
quien vaya avanzando por las páginas de este libro sabrá que se acerca a un texto vivo y
contrastado con múltiples ideas originales. El libro, tiene una vocación práctica: formar
criterio sobre cuestiones de actualidad relativas a la familia, la vida y la sociedad.
El presente trabajo es en defensa de la Familia, y la defensa que se propone no solo es la
intelectual, sino la práctica de la transformación de nuestra sociedad. Congruente con esa
sugerencia, hablo en este libro en primera persona, como lo que soy: padre de familia,
cristiano, jurista, revolucionario sin ocultar mi condición personal ni el soporte biográfico
desde el que me pronuncio. Lo contrario sería un fraude intelectual pues el lector tiene
derecho a saber quién le habla a través de este trabajo.
El autor Managua,
agosto, 2022.
ÍNDICE
Título Preliminar
Capítulo I.
Disposiciones generales
Capítulo II.
Normas del derecho internacional privado
Capítulo III.
De la Capacidad jurídica civil de las personas
Capítulo IV.
Declaración judicial de incapacidad jurídica
Capítulo V.
De los Gabinetes de la Familia, la Comunidad y la Vida
1. Definición ......................................................................................................................
35
2. Objetivos ....................................................................................................................... 35
3. Integración .....................................................................................................................
35
4. Presencia de los Gabinetes ............................................................................................
35
5. Semana de la Familia .................................................................................................... 35
6. Comentarios ...................................................................................................................
36
Libro Primero de La Familia
Título I
Disposiciones Generales
Capítulo Único
La Familia
Título II
Del Parentesco Capítulo
I.
Concepto, grado de parentesco y violencia doméstica o intrafamiliar
Capítulo II.
De los impedimentos matrimoniales
Capítulo VI.
De la unión de hecho estable
Capítulo VII.
Determinación y protección de la vivienda familiar
11. De los regímenes económicos del matrimonio y la unión de hecho estable. Normas
reguladoras ............................................................................................................................... 76
12. Régimen económico del matrimonio y la unión de hecho estable ...................................
76
13. Régimen de separación de bienes .........................................................................................
76
14. Los bienes propios ..................................................................................................................
77
15. Tendrá lugar la separación de los bienes .............................................................................
78
16. Titularidades dudosas .............................................................................................................
78
Capítulo X.
Capítulo XI.
Del régimen de comunidad de bienes
Capítulo XII.
Disolución y liquidación judicial de los regímenes económicos del matrimonio y de la
unión de hecho estable
1. Introducción ..............................................................................................................................
91
2. La disolución del matrimonio .................................................................................................
93
3. Efectos de la nulidad ................................................................................................................
96
4. Naturaleza jurídica de la resolución de nulidad y sus efectos ............................................
96
5. El matrimonio putativo ............................................................................................................
97
6. Efectos del matrimonio............................................................................................................
97
7. Sanciones a las personas autorizadas y a testigos ................................................................
99
Capítulo III.
Divorcio por mutuo consentimiento
8. Mutuo consentimiento ............................................................................................................. 99
9. Requisitos substanciales para su procedencia y trámite del divorcio ante la autoridad
judicial .....................................................................................................................................
100
10. Disolución del vínculo matrimonial ante notaria o notario público ................................
100
11. Requisitos ante el notario o notaria ......................................................................................
101 12. Inscripción del
testimonio ..................................................................................................... 101
13. Requisitos ante la autoridad ..................................................................................................
101
14. Documentos que acompañarán a la demanda .....................................................................
102
15. Intervención a la Procuraduría y Ministerio de la Familia de la Adolescencia y Niñez
.................................................................................................................................................. 103
16. Intervención de la autoridad judicial ...................................................................................
103
17. Del recurso contra la sentencia que disuelve el vínculo matrimonial .............................
103 18. Circunstancias en que se prescinde de la audiencia de vista de la causa en el
divorcio por mutuo
consentimiento ..................................................................................................... 104
Capítulo IV.
Divorcio por voluntad de una de las partes
Capítulo V.
De la disolución del matrimonio por fallecimiento de uno de los conyugues
13. De la disolución del matrimonio por fallecimiento de uno de los cónyuges ................
118
14. Extinción de la relación madre, padre e hijos e hijas por presunción de muerte ..........
120
Libro Segundo
De La Filiación
Título I
Maternidad, Paternidad y Filiación
Capítulo I
1. Concepto .......................................................................................................................
122
2. Características ...............................................................................................................
122
3. Protección del estado ....................................................................................................
123
4. Prueba de la filiación ....................................................................................................
124
5. Igualdad de hijos e hijas ...............................................................................................
125
Capítulo II.
La inscripción de la defunción
Capítulo III.
Derecho a la identidad
Capítulo IV.
Derecho de investigar la paternidad y maternidad
Capítulo V.
De la presunción e impugnación de la filiación
Capítulo IX.
Del estado familiar de las personas
Capítulo II.
Del ejercicio de la autoridad parental o relación madre, padre, hijos e hijas
Capítulo IV.
De la administración de los bienes
Capítulo V.
De la suspensión, pérdida y extinción de la autoridad parental
24. Causales de la suspensión autoridad parental ...............................................................
181
25. La pérdida de la autoridad parental ...............................................................................
183
26. Obligación de proporcionar alimentos ..........................................................................
183
27. Extinción de la autoridad parental ................................................................................
184
28. De las resoluciones que dicte la autoridad ....................................................................
184
29. Cese de la suspensión de la autoridad parental .............................................................
185
30. Extinción de la autoridad parental ................................................................................
185
Capítulo VI.
Mayoría de edad y de la emancipación
Capítulo II.
Deberes y derechos que derivan de las prestaciones alimenticias
Capítulo III.
Criterios de determinación de la pensión alimenticia
18. Aspectos a tomar en cuenta para fijar la pensión ..........................................................
199 19. Formas de tasar los
alimentos ....................................................................................... 200 20. Pena por
atraso de pago en la pensión alimenticia ....................................................... 201
21. Acuerdo sobre la pensión ante notaria o notario público ..............................................
202
22. Otras formas de pago de la pensión alimenticia ...........................................................
202
Capítulo IV.
Sentencia y extinción de la obligación alimenticia
23. Pronunciamiento en
sentencia .......................................................................................202
24. Efectos de la sentencia ..................................................................................................203
25. Sanción en caso de
incumplimiento ..............................................................................204
26. Extinción de la obligación de dar alimentos .................................................................204
27. Cesación en la obligación de dar alimentos ..................................................................
205
28. Derecho de supervisión del uso de pensión alimenticia o compensatoria ....................
205
Título II
De la Tutela Capítulo
I.
Disposiciones generales
1. Definición .....................................................................................................................
206
2. Características ...............................................................................................................
208
3. Personas sujetas a tutela ................................................................................................
209
4. Designación de la tutela ................................................................................................
209
5. Requisito para ser tutor o tutora ....................................................................................
209
6. La tutela de la persona sujetas a inhabilitación especial ...............................................
210
7. La tutela de las personas en situación de desamparo ....................................................
210
8. Aceptación de la tutela ..................................................................................................
211
9. Deber de informar .........................................................................................................
211
10. Periodo para ejercer el cargo de tutor ...........................................................................
212
11. Incapacidad temporal del tutor ......................................................................................
212
12. Protección provisional a personas sujetas a tutela ........................................................
212
13. Autoridades administrativas para la constitución de la tutela .......................................
213
14. Facultades del Juez o Jueza de familia y Juez o Jueza comunal ...................................
213
Capítulo II.
Discernimiento de la tutela
Capítulo IV.
De la tutela de los niños, niñas, o adolescentes nombrada por autoridad judicial
Capítulo V.
Capítulo VII.
Ejercicio de la tutela
Título I
Capítulo I.
Capítulo II.
Capítulo IV.
Capítulo II.
Acumulación de procesos
1. Procedencia ...................................................................................................................
301
2. Competencia ..................................................................................................................
302
3. Efectos ...........................................................................................................................
302
Capítulo III.
Demanda y contestación
1. De la demanda ...............................................................................................................
303
2. Requisitos de la contestación de la demanda ................................................................
306
3. Improcedencia en la admisión del allanamiento ...........................................................
308
4. Reconvención ................................................................................................................
309
5. Subsanación de errores en los escritos ..........................................................................
309
6. Excepciones ...................................................................................................................
310
Capítulo IV.
De las pruebas y su valoración
Capítulo X.
Audiencia única en apelación
Capítulo XII.
Ejecución de resoluciones judiciales
1. Competencia ............................................................................................................................
366
2. Sujetos legitimados a solicitar ejecución de sentencia ......................................................
367
3. Inmediatez de la ejecución ....................................................................................................
367
4. Medidas de ejecución .............................................................................................................
367
5. Inscripción de sentencias en el Registro del Estado Civil de las Personas .....................
368
6. Auxilio Judicial Internacional ...............................................................................................
369
7. Bibliografías consultadas.......................................................................................................
371
Jaime Alfonso Solís Romero
Título Preliminar
Capítulo I.
Disposiciones generales
3
Jaime Alfonso Solís Romero
El principio descrito en el inciso “a” tiene como consecuencias el propio estudio de la familia;
diferente de otros ordenamientos jurídicos; y bajo ese aspecto ha elaborado sus propias técnicas o
mecanismos específicos para la eficacia de su cometido, ordenando una protección decidida del
Estado hacia las personas integrantes de ese determinado grupo o sector social, que es la familia que
se encuentre en situación de desventaja o debilidad económica, cultural o social, frente a otros
miembros de ese mismo grupo, a efecto de lograr la nivelación de las desigualdades reales, a través
de la defensa o protección (jurídica o social) del Estado. Pero la obligación de desarrollo, protección
y fortalecimiento no es sólo al Estado, ordena a la sociedad y sus miembros basados en la
concurrencia del amor, la solidaridad, ayuda y respeto mutuo para lograr mejores niveles de vida. Se
entiende que la familia es el grupo social primario, que debe ser atendido o regulado de manera
especial; pues “la familia es la base fundamental de la sociedad”.
El segundo principio (inciso b) establece que la familia representa la primera institución de la
organización de la sociedad, es el primer peldaño social del Estado, y por ende debe existir respeto
por parte del Estado, cuya aparición se debe a la naturaleza consustancial del ser humano, de su
naturaleza coexistencial que lo hace vivir en sociedad, y por su naturaleza misma de proyectarse y
desarrollarse en su vida de relación con los demás, para cumplir sus propósitos. Así Helio Juan Zarini
(Derecho Constitucional) señala: “…Los términos empleados de "la protección integral de la
familia", pretenden promover a la familia a la jerarquía y dignidad de sociedad primaria y núcleo
fundamental, para lo cual la ampara, garantiza y robustece en forma plena: material y moral…” La
familia que resulta protegida por este postulado, es tanto la matrimonial, unión de hecho o como
cualquier otra constituida, adoptando entonces un criterio amplio. La familia actual, como se sabe, no
es la misma que la del antepasado, pues, la familia, al igual que la sociedad han venido y vienen
experimentando un desarrollo en su historia como es natural, como consecuencia de su proceso
evolutivo, cuyo desarrollo natural se debe a una serie de factores sociales, económicos, culturales,
etc, condicionados por la sociedad y sus instituciones, y porque no, por las políticas legislativas;
existiendo actualmente diversidad de formas de familia como hemos expresado, en cuanto a su
composición y estructura, requiriendo por tanto, la participación del Derecho que coadyuve a su
protección integral. Así también, la familia ha logrado alcanzar un determinado grado de desarrollo
en función del avance del desarrollo de la ciencia, pues de hecho aparecerán una serie de situaciones
que conciernen a la familia, que el derecho deberá estar a la altura de esas expectativas, por citar
algunos supuestos, la aparición de nuevas formas de reproducción humana, relacionados a la
fecundación artificial, el congelamiento de esperma para su posterior utilización, o de la células de la
mujer, el derecho de conocer a sus padres del bebé nacido fruto de una unión de células, etc. Una de
las características de la familia, que lo hace ser una materia tan peculiar, y por tanto, requiere de un
tratamiento legal especial, radica en su dimensión humana y social, pues no se trata de regular
objetos, cosas o derechos que subyacen de los mismos, que por supuesto son necesarios para el ser
humano en cuanto le sirven a sus intereses, sino que se trata de relaciones y situaciones humanas que
implican desde el nacimiento de un ser humano para que alcance su desarrollo natural por lo menos
con las condiciones mínimas e indispensables para que pueda lograr un desarrollo armonioso, hasta
que se produzca su deceso por las implicancias que conlleva para su grupo humano; y también en su
dimensión social, porque la familia no está o vive aislada, por el contrario está inmersa en un
determinado grupo de familias e instituciones de acuerdo a una organización determinada de la
sociedad y del Estado, siendo elemento activo por excelencia la persona humana, quien se proyecta a
la sociedad, produciéndose así, esa ínter influencia recíproca entre la familia y sociedad, cuyo
contenido también es de índole ética, pues la persona despliega su conducta orientándola en
determinados propósitos, con base en determinados valores en cuanto le sirven a sus intereses, en
tanto la sociedad y el Estado, deben protegerla. La protección de la familia, es también evidente por
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Jaime Alfonso Solís Romero
la misma naturaleza de su existencia, radicando su defensa con fines de preservar a sus integrantes y
que, ante un acto violatorio a sus derechos, obviamente como es natural además de esa familia, será
la sociedad y el Estado, quienes deben salir en su defensa. La Constitución Política consagra la
protección de la familia, así “el artículo 70 señala: “La familia es el núcleo fundamental de la
sociedad y tiene derecho a la protección de ésta y del Estado”.
Debemos expresar que la concepción actual de la familia no la confiere a la formada a través del
matrimonio para el goce de protección, no siendo un pre requisito la celebración del matrimonio para
gozar de dicha protección, aunque a su vez se reconoce la promoción del matrimonio y las uniones de
hechos. La familia, como bien se sabe viene experimentando una serie de cambios, desde la
concepción de su configuración hasta en su dimensión estructural, pues, la realidad nos muestra cómo
se han extendido las familias formadas de una unión de hecho, con hijos o sin ellos, las familias
nucleares, y las monoparentales. Se puede afirmar que, en nuestra realidad, existen familias no solo
formadas en base al vínculo matrimonial, sino también las formadas en base a una unión de hecho
como hemos señalado, las familias monoparentales, las reconstituidas, y las llamadas familias
extensas. Al abordar determinado problema relacionado a la familia, resulta de especial relevancia
esas dimensiones social, jurídica y psicológica, e inclusive otras igualmente importantes; las dos
primeras, en cuanto a las relaciones familiares con sus efectos que produce, personales y
patrimoniales, o sucesorios, y la última, por conllevar por su naturaleza, aspectos muy sensibles como
la afectividad o los sentimientos, las emociones, como procesos psicológicos. Por la misma visión
interdisciplinaria del derecho, ésta ha de servirse de la concurrencia de otras ciencias para lograr su
realización. De ahí radica su importancia al momento de abordarse una solución determinada, sobre
todo de familia, cuyos protagonistas deben ser la pareja y sus hijos con la ayuda de la sociedad y el
Estado representado por sus autoridades que tiene que ver con este tema, pero estando atento para
captar ese plus que viene agregado en esa afectividad, sensibilidad o emotividad que conllevan
necesariamente esas relaciones humanas en conflicto, pues no se trata de asuntos como se dijo al
inicio de este trabajo, de solución de cuestiones de objetos o cosas, sino de la espiritualidad humana,
de lo más profundo de los sentimientos de una persona en su dimensión humana y sensible como
vivenciador de los procesos psicológicos y los valores que subyacen de la persona y familia; el
mismo que incumbe a la sociedad y el Estado, que a través del Poder Judicial, Ministerio de la
Familia, la Procuraduría o Ministerio Público, u otros medios alternativos de solución de este tipo de
conflictos pueda encaminarse con la debida especialización, y una de las herramientas para ello, es el
uso de las técnicas de composición de conflictos en materia de familia en el momento oportuno,
técnicas que es perfectamente aplicable en sede Judicial y Fiscal, dado que en la solución de un
conflicto, sobre todo de familia, depende, en gran medida, del éxito en el uso de las técnicas usadas,
teniendo en cuenta esas dimensiones humanas.
El anterior comentario no puede llegar hacer ajeno a la protección priorizada a la jefa-mujer (inciso
“c”) o la jefatura familiar femenina, en los casos de las madres cuando éstas sean las únicas
responsables de su familia, como hemos explicado ampliamente el reconocimiento jurídico de las
estructuras y contenidos de la familia cuando en la misma observamos a la madre, lo que representa
todo una complejidad de sacrificio, valor y determinación para formar a los hijos e hijas en la
manutención, formación educativa solo por ejemplificar.
El principio definido como (“d”), pretende ofrecer un resguardo especial a los miembros y entre los
mismos miembros que componen a la familia y que pueden verse en situaciones muy particular de
vulnerabilidad de sus derechos y que los órganos gubernativos o Estatales están en la obligación de
prevenir, proteger y corregir. Existen muchos conceptos y elementos doctrinarios que nos permiten
entender el fenómeno de la violencia intrafamiliar (VIF), ahora regulada también en el Código de
Familia; la violencia intrafamiliar entendido como cualquier tipo de abuso de poder de parte de un
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Jaime Alfonso Solís Romero
miembro de la familia sobre otro. Este abuso incluye maltrato físico, psicológico, sexual, patrimonial
o de cualquier otro tipo. Se considera que existe violencia intrafamiliar en un hogar, si hay una
actitud violenta repetitiva, no por un solo hecho aislado. La víctima de violencia intrafamiliar es
cualquier persona considerada cónyuge del agresor o que haya convivido de alguna manera con él.
Así, podría ser hacia un conviviente actual o ex pareja, entre los progenitores de un hijo o hija
común, o hacia un pariente consanguíneo. Además, es importante destacar que dentro de la violencia
intrafamiliar están considerados el maltrato infantil, la violencia hacia el adulto mayor, el
discapacitado y por supuesto entre cónyuges. En este último tipo de maltrato el más común es de
parte de los hombres hacia las mujeres. Los tipos de actos considerados como parte de la violencia
intrafamiliar son golpes o incidentes graves, insultos, manejo económico, amenazas, chantajes,
control de actividades, abuso sexual, aislamiento, prohibición de trabajar fuera de casa, abandono
afectivo, humillación y no respeto de opiniones. Todos estos tipos de maltratos se pueden clasificar
en físicos, si se atenta contra el cuerpo de la otra persona; sicológicos, si existe el intento de causar
miedo, la intimidación o cualquier tipo de insulto, descalificación o intento de control; sexuales, si
hay un acto sexual impuesto o en contra de la voluntad de la víctima; y económicos, si no se cubren
las necesidades básicas de la persona.
Hoy en día se sigue hablando sobre la polémica que causa el tema de la Paternidad Responsable y
sobre todo, de las bases de la verdadera Paternidad Responsable (inciso “e”). La sexualidad y la
fertilidad representan, dentro del matrimonio o de la unión, el importante papel de la responsabilidad
entre los esposos y esposas o convivientes. Esto es para la necesaria estabilidad de la vida conyugal y
familiar puesto que, como primera célula de la sociedad, es en la FAMILIA en donde la persona nace,
crece, se desarrolla y muere. La fecundidad es una de las esenciales características del amor
conyugal, ésta ofrece a los padres como cooperadores con Dios Creador en la transmisión de la vida,
la ocasión de desarrollar su capacidad generativa de acuerdo a su dignidad de personas, como
expresión de su mutuo amor, en forma racional y libre. Por esto mismo, se debe ser consciente de la
trascendencia de una relación sexual entre esposos. La fecundidad tiene la implicación más
importante para un matrimonio: la posible concepción de un hijo e hija. Esto sitúa a los progenitores
en un ambiente de responsabilidad, que a su vez implica también el enlace existente entre el fin que
se pretende, los medios empleados, las consecuencias resultantes, y la libre decisión de tener o no, su
relación sexual.
Los hijo e hijas son sujetos con derechos propios, naturales, que el Creador le da de acuerdo a su
dignidad, y los padres son los primeros responsables en asegurar la satisfacción de esos derechos en
la persona de su hijo, como inmediatos responsables de su vida, estando en primer lugar el derecho a
la existencia, al alimento, casa, integridad física, educación integral, trabajo, pero sobre todo al
AMOR de los padres.
La defensa del bien de familia (inciso “f”), es un enunciado que complementa el anterior,
defendiendo en principio, la casa-habitación destinada a vivienda, tomando a la residencia familiar
como centro que nucleá la vida del grupo, propiciando su unidad y estabilidad. La pauta de
compensación económica familiar, implica que se deberán dictar leyes mediante las cuales se
otorgarán a los trabajadores subsidios proporcionales y justos, cuando estos tengan cargas de familia
de cualquier índole (esposa, hijos, escolaridad, etc.). Sin obviar el acceso a una vivienda digna,
guarda relación con lo dicho respecto al bien de familia, atento la relevancia que la casa - habitación
adquiere como medio de convergencia y fortalecimiento familiar. Por esta norma el Estado se
encuentra obligado a establecer las condiciones propicias para que todos los habitantes puedan tener
un lugar, propio o no, donde habitar digna y decorosamente.
El principio de la igualdad (inciso “g”), en realidad es un doble principio, por un lado, señala la
igualdad de derechos, deberes y oportunidades del hombre y la mujer y por otro lado la
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Jaime Alfonso Solís Romero
coresponsabilidad de los derechos y deberes de los miembros de la familia, para con ella misma. La
igualdad entre mujeres y hombres es un principio jurídico universal reconocido en diversos textos
internacionales sobre derechos humanos, entre los que destaca la Convención sobre la eliminación de
todas las formas de discriminación contra la mujer, aprobada por la Asamblea General de Naciones
Unidas en diciembre de 1979. En este mismo ámbito procede evocar los avances introducidos por
conferencias mundiales monográficas, como la de Nairobi de 1985 y Beijing de 1995. La igualdad es,
asimismo, un principio fundamental en la Unión Europea. Desde la entrada en vigor del Tratado de
Ámsterdam, el 1 de mayo de 1999, la igualdad entre mujeres y hombres y la eliminación de las
desigualdades entre unas y otros son un objetivo que debe integrarse en todas las políticas y acciones
de la Unión y de sus miembros. Con amparo en el antiguo artículo 111 del Tratado de Roma, se ha
desarrollado un acervo comunitario sobre igualdad de sexos de gran amplitud e importante calado, a
cuya adecuada transposición se dirige, en buena medida, la presente Ley. En particular, el Código de
Familia trata de incorporar la igualdad de trato entre hombres y mujeres en lo que se refiere al acceso
al empleo, a la formación y a la promoción profesionales, y a las condiciones de trabajo; y en el
acceso a bienes y servicios y su suministro. El pleno reconocimiento de la igualdad formal y material
ante la ley, aun habiendo comportado, sin duda, un paso decisivo, este principio busca atravesar la
violencia de género, la discriminación salarial, la discriminación en las pensiones de viudedad, el
mayor desempleo femenino, la mayor presencia de las mujeres en puestos de responsabilidad
política, social, cultural y económica, o los problemas de conciliación entre la vida personal, laboral y
familiar muestran cómo la igualdad plena, efectiva, entre mujeres y hombres, aquella «perfecta
igualdad que no admitiera poder ni privilegio para unos ni incapacidad para otros», en palabras
escritas por John Stuart Mill1 hace casi 140 años, es todavía hoy una tarea pendiente que precisa de
nuevos instrumentos jurídicos. Resulta necesaria, en efecto, una acción normativa dirigida a combatir
todas
las manifestaciones aún subsistentes de discriminación, directa o indirecta, por razón de sexo y a
promover la igualdad real entre mujeres y hombres, con remoción de los obstáculos y estereotipos
sociales que impiden alcanzarla. Esta exigencia se deriva de nuestro ordenamiento constitucional e
integra un genuino derecho de las mujeres, pero es a la vez un elemento de enriquecimiento de la
propia sociedad, que contribuirá al desarrollo económico y al aumento del empleo. La ordenación
general de las políticas públicas, bajo la óptica del principio de igualdad y la perspectiva de género,
se plasma en el establecimiento de criterios de actuación de todos los poderes públicos en los que se
integra activamente, de un modo expreso y operativo, dicho principio; y con carácter específico o
sectorial, se incorporan también pautas favorecedoras de la igualdad en políticas como la educativa,
la sanitaria, la artística y cultural, de la sociedad de la información, de desarrollo rural o de vivienda,
deporte, cultura, ordenación del territorio o de cooperación internacional para el desarrollo.
Instrumentos básicos serán, en este sentido, y en el ámbito de la Administración General del Estado,
un Plan Estratégico de Igualdad de Oportunidades, la creación de una Comisión Interministerial de
Igualdad con responsabilidades de coordinación, los informes de impacto de género, cuya
obligatoriedad se amplía desde las normas legales a los planes de especial relevancia económica y
social, y los informes o evaluaciones periódicos sobre la efectividad del principio de igualdad. El
segundo aspecto es que todos los miembros de la familia colaboran en su estabilidad y permanencia
emocional, educativa y material. No sólo nos referimos al padre o la madre sino también a los hijos e
hijas, abuelos y abuelas, tíos, tías, etc, como miembros de la familia en su mayor extensión.
Doctrinariamente la función de la familia presenta un doble aspecto: como unidad productora de los
1 John Stuart Mill (Londres, 20 de mayo de 1806, Aviñon , Francia: 8 de mayo 1873, filosofo, político y economista.
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Jaime Alfonso Solís Romero
bienes y servicios y como unidad de consumo. Sus miembros pueden ser, cuando menos algunos de
ellos, trabajadores de la empresa familiar misma con o sin remuneración específica, y pueden trabajar
fuera de la organización familiar para contribuir al aporte económico de los bienes y servicios que la
familia requiere. La función de consumo para la satisfacción de las necesidades materiales cual son:
el alimento, el vestido, la habitación, la conservación o recuperación de la salud entre los
fundamentales, se dan normalmente dentro de la morada común sin embargo, algunos de ellos
pueden ser reemplazados, y de hecho esto sucede cada vez con mayor frecuencia en ciertos sectores
de la familia urbana, a otras unidades de servicio colectivas, casas de salud, guarderías infantiles,
comedores en centro de trabajo, etc. Es pues que el legislador logra con el Código de Familia, insertar
no sólo reivindicando a la mujer hablando formalmente en un rol igualitario al hombre, sino que
logra perfilar la obligación que le corresponde a todas y todos los miembros de la familia a
sustentarla, en sus múltiples funciones que le corresponden.
Esta igualdad y protección social del matrimonio y de la unión de hecho como principios (inciso “h”)
se refiere en todos los ámbitos, tanto a los llamados derechos personales (dignidad, igualdad,
autoestima etc.), así como a los derechos patrimoniales o de índole económica, como alimentos,
pensión compensatoria, herencia, disolución, etc. Se pretende que exista un justo equilibrio entre
ambas realidades en el goce de todos los derechos y de la protección efectiva, mediante la
construcción jurídica sistematizada de instituciones, controles, mecanismos y medios para solventar
la “contradicción de intereses que existieron”, ambas formas de constitución familiar, por los
diferentes valores y prejuicios entre la sociedad, aún enunciado en nuestra Constitución Política, pero
la unión de hecho estable estaba en un limbo jurídico que en alguna leyes especiales el Estado trató
de regular su discriminación material. Generalmente el principio propicia la creación de organismos,
instituciones y servicios que optimicen soluciones mediante procedimientos breves, sencillos y ágiles
para buscar como equiparar la unión de hecho estable.
El inciso “i”, desde el ámbito familiar, impuso que el sustrato de procedimiento o normas adjetivas
sean de orden público; ya que, si bien es cierto que estos procedimientos deben ser propulsado por los
progenitores o interesados, pues es a ellos que les incumbe participar en la crianza y socialización, así
como desarrollar y potenciar la ligazón afectiva para otorgarles estabilidad psicosocial a sus hijos.
Asimismo, les concierne salvaguardar los derechos e intereses que son inalienables a su persona.
Estos vectores parentales deben encauzarse y plasmarse desde el significado del principio del Interés
Superior del Niño, dado que singulariza la interacción relacional que envuelve a padres e hijos,
atributo que se dinamiza tanto en una familia intacta como disuelta, es también un trámite que le
corresponde al Juez o Jueza en su competencia bajo la óptica jurídica del ISN (interés superior del
niño). En este sentido, el interés superior del niño/niña se experiencia como un suceso personológico
indiscutible, porque se le considera un sujeto jurídico de derecho pleno y se vivencia individualmente
como un proceso formativo permanente en el tiempo. La propiedad de estos discernimientos debería
conducirnos a la formación íntegra del niño, en todos los ámbitos de trascendencia significativa para
su desarrollo como individuo. No obstante, entre la dinámica del pensar y sentir del principio y la
singularidad personal del niño, se implanta un espacio que corresponde a su autonomía, aspecto que
implica entender el interés superior del niño desde el propio niño. La relevancia de esta revelación
debería conducirnos a respetar plenamente su independencia de criterio, tomando sí en consideración
la etapa evolutiva por la que atraviesa su ciclo vital. Esta situación se evidencia en ocasiones, porque
este espacio propio no siempre coincide con el escenario de las decisiones y disposiciones parentales
post-divorcio y deriva contingentemente de su propio interés, necesidades y demandas afectivas. Este
criterio individual se patentiza concretamente en el contexto de divorcios conflictivos ligado al
Síndrome de Alienación Parental (El SAP, se caracteriza por la presencia de una campaña de
denigración hacia un progenitor previamente querido por el niño, la que se inicia instigando temor y
8
Jaime Alfonso Solís Romero
animadversión injustificadas y que suele producirse durante el litigio por la custodia del niño o niña
en un proceso de divorcio), instancia que promueve las coacciones inducidas para impedir la
preservación del lazo paterno/materno-filial. En este escenario y siendo conceptualizado el síndrome
como un abuso psicológico al niño/niña, la conciliación del juez o jueza debe circunscribirse a
resguardar sus derechos esenciales y auspiciar la coparentalidad, salvo en aquellas situaciones límites
que agredan su normal desarrollo. Por tanto, si el interés superior del niño/niña se registra en la
potenciación de sus competencias y en custodiar su integridad física, sexual, emocional, afectiva,
económica y social, vale decir, la sana evolución de su perfeccionamiento pleno, este principio debe
ejercitarse necesariamente desde el lineamiento práctico. Este precisamente traduce nuclearmente al
hijo como una responsabilidad humana compartida, orientación que debe prolongarse en la familia
disuelta por medio de la tuición compartida. La tuición compartida, es la única vía que operaría en
concordancia con el lineamiento teórico y práctico de este principio, dado que preservaría el vínculo
socioafectivo con ambas figuras parentales, conservaría la presencia psicosocial de ambos
progenitores y respetaría su derecho como sujeto jurídico. Estas realidades encarnan el contexto
experiencial y vivencial del niño, desde la figura conceptual del trámite oficioso que lo define la
supremacía de su interés superior, enmarcado a la creación de la jurisdicción especializada de
Familia; implantándose el proceso por audiencias orales para la solución de los conflictos de familia.
Por último, el principio reflejado en el inciso de referente a “La protección y respeto a la vida privada
y a la de la familia”, como una máxima jurídica. Como el resumen del derecho a la intimidad
consistente en la defensa de la persona en su totalidad a través de un muro que prohíbe publicar o dar
a conocer datos sobre temas como la religión, la política o la vida íntima. En ese marco, debe
entenderse que el derecho a la inviolabilidad de correspondencia no se reduce únicamente al ámbito
de la correspondencia escrita (es decir, la carta postal), sino que también se extiende a cualquier
medio o sistema de comunicación privada de las personas, dado que, con el desarrollo y avance de la
tecnología, actualmente se cuenta con múltiples formas y sistemas de comunicación privada como
son la telefonía fija, telefonía móvil y el correo electrónico. La intimidad es la parte de la vida de una
persona que no ha de ser observada desde el exterior, y afecta sólo a la propia persona. Se incluye
dentro del “ámbito privado” de un individuo cualquier información que se refiera a sus datos
personales, relaciones, salud, correo, comunicaciones electrónicas privadas, etc.
El derecho que poseen las personas de poder excluir a las demás personas del conocimiento de su
vida privada, su familia, es decir, de sus sentimientos y comportamientos. Una persona tiene el
derecho a controlar cuándo y quién accede a diferentes aspectos de su vida particular. De manera
general, la privacidad puede ser definida como aquel ámbito de la vida personal de un individuo, que
(según su voluntad) se desarrolla en un espacio reservado y debe mantenerse con carácter
confidencial. Por otro lado, y según el Diccionario de la lengua española de la Real Academia
Española, la «privacidad» se define como el «ámbito de la vida privada que se tiene derecho a
proteger de cualquier intromisión» e «intimidad» se define como «zona espiritual íntima y reservada
de una persona o de un grupo, especialmente de una familia». En este sentido, el artículo 12 de la
Declaración Universal de los Derechos Humanos, adoptada por la Asamblea General de las Naciones
Unidas, establece que el derecho a la vida privada es un derecho humano, y que: Nadie será objeto de
injerencias arbitrarias en su vida privada, ni su familia, ni cualquier entidad, ni de ataques a su honra
o su reputación. Toda persona tiene derecho a la protección de la ley contra tales injerencias o
ataques. Asimismo, el artículo 17 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, adoptado
por la Asamblea General de las Naciones Unidas, consagra, al respecto, lo siguiente: 1. Nadie será
objeto de injerencias arbitrarias o ilegales en su vida privada, su familia, su domicilio o su
correspondencia, ni de ataques ilegales a su honra y reputación; 2. Toda persona tiene derecho a la
protección de la ley contra esas injerencias o esos ataques. En el ámbito regional, el artículo 11 de la
Convención Americana sobre Derechos Humanos o Pacto de San José de Costa Rica, establece una
norma de protección de la honra y dignidad, al señalar: 1. Toda persona tiene derecho al respeto de su
9
Jaime Alfonso Solís Romero
honra y al reconocimiento de su dignidad; 2. Nadie puede ser objeto de injerencias arbitrarias o
abusivas en su vida privada, en la de su familia, en su domicilio o en su correspondencia, ni de
ataques ilegales a su honra o reputación; 3. Toda persona tiene derecho a la protección de la ley
contra esas injerencias o esos ataques. Sin olvidar nuestra Constitución Política en su art. 26 que
expresa que “Toda persona tiene derecho: 1) A su vida privada y a la de su familia”.
10
Jaime Alfonso Solís Romero
correspondiente legislación interna. 3. Los Estados Partes mediante el presente Protocolo se
comprometen a brindar adecuada protección al grupo familiar y en especial a: a. Conceder atención y
ayuda especiales a la madre antes y después del parto; b. Garantizar a los niños una adecuada
alimentación; c. Adoptar medidas especiales de protección de los adolescentes a fin de garantizar la
plena maduración de sus capacidades física, intelectual y moral; d. Ejecutar programas especiales de
formación familiar a fin de contribuir a la creación de un ambiente estable y positivo en el cual los
niños perciban y desarrollen los valores de comprensión, solidaridad, respeto y responsabilidad.” c)
La Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre, en su artículo Sexto. “toda
persona tiene derecho a constituir familia, elemento fundamental de la sociedad, y a recibir
protección para ella”. Así también se encuentran otros instrumentos internacionales que conciernen a
la familia. La familia como grupo humano, es la que se defiende, independientemente de cualquier
condicionamiento que se pueda inferir, poniéndose de relieve que, en cuanto al tratamiento legal de la
familia, no debe descuidarse su naturaleza sociológica, pues, la familia por su misma naturaleza se
establecen relaciones familiares de diversa índole entre sus integrantes y a su vez con la sociedad
donde está asentada. Consecuentemente con ello, de su tratamiento constitucional y legal dependerá
en gran medida que la familia sea protegida integralmente para fortalecer esas relaciones y que en
caso de conflictos familiares puedan encausarse adecuadamente para lograr esa armonía que debe
existir para alcanzar su consolidación y fortalecimiento, atendiendo a esa dimensión sociológica
antedicha, así también la dimensión psicológica por conllevar intrínsecamente relaciones afectivas,
sentimentales, como procesos psicológicos las que se hacen más notorios en esos conflictos. Dicho
esto, de manera breve resalto las siguientes consideraciones: 1) La familia al ser formada por un
grupo humano, su protección se sustenta en la defensa de la persona y el respecto de su dignidad,
como el fin supremo de la sociedad y del Estado. 2) La familia es una institución, que no sólo
interesa a sus integrantes, sino también a la sociedad y el Estado, en tanto y en cuanto la Nación se
organiza a través de la ella, a la vez que el Estado teniendo en cuenta su rol desarrollará una
regulación legal adecuada que tienda a dicha protección. 3) La familia aparece como el lugar
apropiado para la persona donde recibirá desde su infancia las primeras muestras de afecto y cariño
de sus padres y de quienes lo rodean, y en la que se consolidará, por ende, su personalidad, con
identificación de su ser individual, único, y capaz de proyectarse. 4) La familia en nuestra realidad, se
ha venido formando con base en una unión matrimonial, en una unión de hecho, las familias
monoparentales o reconstituidas, incluso subsiste las llamadas familias extensas. Esta diversidad de
situaciones ha conllevado a tratamiento legislativo integral que los involucre en cuanto a su
protección con independencia de sus diferencias en su formación estructural. 5) Una de las razones de
la importancia de la familia, radica en que, como representa el primer grupo humano de organización
de la sociedad y del Estado, en tal sentido, la familia se proyecta a la sociedad donde está inmersa, y
por tanto se le atribuye ser fuente de proyección de valores; así, la familia es el “medio vital de
preservar y transmitir valores culturales; es el paradigma del mundo exterior para el niño”. 6) Otro
aspecto, que se debe tener en cuenta es la ínter influencia recíproca y de carácter ético, que existe
entre la familia y sociedad, pues los integrantes de la familia despliegan su conducta en base a
determinados valores que subyacen de ella y la sociedad, a la vez que ésta última, en cuanto está
organizada le brinda su protección porque le sirve de base para su organización, a la vez que la
sociedad recibe el aporte de los integrantes de la familia para su desarrollo, siendo por tanto,
connatural esta dimensión coexistencial recíproca. Es por ello, se dice con acierto que la familia es la
“primera fuente de humanización” En ese sentido, se afirma también que “La familia tiene el preciso
deber de concurrir a la humanización de la sociedad y a la promoción de las personas”.
11
Jaime Alfonso Solís Romero
“Para el efectivo cumplimiento de las disposiciones contenidas en este Código velarán,
armónicamente, cada quien en el ámbito de sus competencias, las autoridades judiciales y
administrativas; así como en sede notarial.
En materia judicial conocerán los juzgados especializados de Familia, de Distrito y Locales y
donde no hubiere, serán competentes los juzgados Locales de lo Civil, Locales Únicos. El
Tribunal de Apelaciones y la Corte Suprema de Justicia, conocerán, para lo de su cargo. Las
Instituciones del Estado, que conforme su ley creadora, tienen atribuida funciones
administrativas para asuntos familiares: Ministerio de la Familia, Adolescencia y Niñez,
Ministerio de Educación, Procuraduría General de la República, Comisaría de la Mujer, la
Niñez y la Adolescencia de la Policía Nacional, Dirección General de Migración y Extranjería
del Ministerio de Gobernación, Ministerio del Trabajo, Ministerio de Salud, Instituto
Nicaragüense de Seguridad Social y Registro del Estado Civil de las Personas, actuarán en el
ámbito atribuido, para la protección, educación y salvaguarda de los intereses de los niños,
niñas y adolescentes, personas con discapacidad, mayores declarados incapaces, las personas
adultas mayores y en general de la familia. En el caso de los pueblos originarios y
afrodescendientes, las autoridades territoriales y comunales también serán competentes y se
regirán por las regulaciones particulares de acuerdo al derecho consuetudinario, indígena y
afrodescendiente”. Comentarios
La norma no tiene mayor complejidad solo me limitaré a subrayar que el Código de Familia para
hacer efectivo el cumplimiento de las disposiciones normativas crea una competencia de sujetos,
Tribunales Judiciales, Notarios Públicos e Instituciones públicas que velarán, armónicamente, cada
quien en el ámbito de sus competencias. En materia judicial: Los Juzgados Especializados de
Familia, de Distrito y Locales y donde no hubiere, serán competentes los Juzgados Locales de lo
Civil y Locales Únicos. El Tribunal de Apelaciones conocerá, para lo de su cargo.
Ahora bien, en el recuadro de la autoridad se reconocen las siguientes:
Instituciones del Estado:
-Ministerio de la Familia, Adolescencia y Niñez.
-Ministerio de Educación.
-Procuraduría General de la República.
-Comisaría de la Mujer y la niñez de la Policía Nacional.
-Dirección de Migración y Extranjería del Ministerio de Gobernación.
-Ministerio del Trabajo.
-Ministerio de Salud.
-Instituto Nicaragüense de la Seguridad Social.
-Registro del Estado Civil de las Personas.
En el caso de los pueblos originarios y afrodescendientes, las autoridades territoriales y comunales
también serán competentes y se regirán por las regulaciones particulares de acuerdo al derecho
consuetudinario, indígena y afrodescendiente.
Referentes a los Notario Públicos, son aquellos Abogados y Notarios Público, que tenga diez años de
estar incorporado ante la Corte Suprema de Justicia, tema que veremos más adelante y solo
enunciamos.
Debe agregarse que este listado de entes y sujetos sus funciones están regulados en el presente C. de
Familia, sin perjuicio que, conforme a su Ley creadora, véase la Ley orgánica del Poder Ejecutivo, en
caso de los entes gubernativos y la Ley Orgánica del Poder Judicial y Carrera Judicial, para los
Jueces, Juezas y Magistrados, También la Ley de los Pueblos Indígenas y la Ley que da mayor
utilidad al Notariado. En el caso de los entes centrales del gobierno, tienen atribuidas especiales
funciones administrativas para asuntos familiares, actuarán en su ámbito para la protección,
12
Jaime Alfonso Solís Romero
educación y salvaguarda de los intereses de los menores de edad, discapacitados, mayores declarados
incapaces, el adulto mayor y en general, de la familia.
2 Citas efectuadas por la jurista Mirta Heber Mangione Muro, Derecho de Familia, Familia y Proceso de Estado. Argentina, 2000, páginas 11 y sgtes.
14
Jaime Alfonso Solís Romero
deshumanizada. Entendía que la regulación de la libertad humana y el establecimiento de límites y
restricciones a su manifestación no importa la inexistencia del Derecho privado, todo lo cual está
3
Citas efectuadas por la jurista Mirta Heber Mangione Muro, Derecho de Familia, Familia y Proceso de Estado. Argentina, 2000, páginas 15 y sgtes.
del derecho de familia fue sustentada por el profesor de la Universidad Nacional de Tucumán, Jorge
S. Antoni. Al profundizar el esquema esbozado ya por otros autores -Gierke, Gurvitch, Cesarino
Júnior, Deveali, Pérez Botija, Castán Tobeñas, etc.-, afirmó una nueva división tripartita del derecho:
derecho público, derecho privado y derecho social. El derecho público -sostuvo- tiene como sujeto al
Estado, y hay en él una relación de subordinación y dependencia e interés de autoridad; hay un sujeto
jerárquico y sujetos secundarios. El derecho privado, en cambio, tiene como sujeto a la persona o al
Estado como particular, y su fuente normativa es la voluntad, que sólo puede ser afectada por el
orden público; no hay sujeto jerárquico, y las obligaciones y derechos nacen de aquella voluntad.
Finalmente, en el derecho social el sujeto es la sociedad, representada por los distintos entes
colectivos con los cuales opera; por la naturaleza de la relación se está frente a una reciprocidad, y
cuando se ejerce un derecho se cumple con un deber y es recíproca la exigibilidad. Dentro de ese
esquema, colocó al derecho de familia como rama del derecho social, junto con el derecho del trabajo
y el de la seguridad social. Incluso se apoyó para su tesis en el art. 14 bis de la Constitucional
Nacional, que entre los derechos sociales incluye los familiares. De su posición extrajo como
consecuencia la inaplicabilidad al derecho de familia de los principios generales del derecho civil. e)
Teoría que atiende a la ubicación legislativa: Otra opinión ha sido vertida por el mejicano Barroso
Figueroa, quien piensa que el problema no tiene solución unitaria, ya que varía dentro de cada
legislación y realidad. Considera que se ha hecho rama autónoma en algunos países, pero que en el
suyo continúa formando parte del derecho civil; su desvinculación de éste sólo se daría si se contase
con un código, procedimientos, tribunales y enseñanza especializada. f) Coincidencias de opiniones:
Las opiniones de Díaz de Guijarro3, Borda, Guastavino y Zannoni5 acumulan argumentos suficientes
para hacer ver con claridad que el derecho de familia continúa siendo parte integrante del derecho
civil. Claro está que tiene particularidades que lo distinguen de sus otras divisiones, pero no es menos
cierto que también las demás divisiones las tienen. Por otra parte, las divisiones del derecho son
fundamentalmente didácticas, y todas sus ramas se hallan íntimamente interrelacionadas, sin
constituir compartimientos estancos. El derecho de familia comprende normas reguladoras de las
relaciones personales y de las relaciones patrimoniales de orden familiar. Ha quedado superado
actualmente el antiguo esquema -revelado en la sistemática del Código Napoleón, del nuestro y de los
de la generalidad del siglo xix-, que distinguía entre el derecho de familia y el derecho civil
patrimonial, y que llevaba a esos códigos a legislar entre los contratos las relaciones patrimoniales
entre cónyuges. Los códigos y proyectos modernos agrupan todas las normas extrapatrimoniales y
patrimoniales del derecho de familia. Desde otro punto de vista, el derecho de familia comprende el
derecho matrimonial (promesa, celebración, nulidad, efectos extrapatrimoniales y patrimoniales,
disolución del matrimonio y limitación de sus efectos), las relaciones jurídicas paterno-filiales
(filiación y adopción) y las relaciones parentales en sentido amplio (derecho del parentesco),
situándose bien en este último o bien independientemente las denominadas "relaciones
3 Díaz de Guijarro, Enrique, el acto jurídico familiar y otros estudios, Buenos aires, 1960, pág, 679 y sgtes.
5
Zannoni, Eduardo, Derecho Civil, Derecho de Familia, Buenos aires 1978, Tomo I, pág, 12 y 30 y sgtes.
16
Jaime Alfonso Solís Romero
cuasifamiliares", comprensivas de la tutela y la cúratela. También se estudian en el derecho de familia
las consecuencias jurídicas de la unión de hecho.
Sólo en las últimas décadas del S. XX comenzó a elaborarse una teoría general del derecho de familia
independiente de la parte general del derecho civil. En nuestro país, esa elaboración se debe a las
influencias de doctrinas extranjeras y al Gobierno Sandinista en la época de los años 80, preocupado
por la familia, se proyectaron varias leyes y anteproyectos de unos Códigos de Familia. El derecho de
familia reviste caracteres peculiares que lo diferencian de las otras ramas del derecho civil. Son ellos,
en especial:
a) La influencia de las ideas morales y religiosas en la adopción de las soluciones legislativas
referentes a los problemas que presenta, y la necesidad de que sus normas guarden correlación con la
realidad social, todo lo cual hace que su regulación sea un problema de política legislativa.
b) La circunstancia de que los derechos subjetivos emergentes de sus normas implican deberes
correlativos, lo que ha hecho que se los califique de derechos-deberes, o bien de poderes-funciones.
c) El rango superior de las relaciones familiares puras u organizadoras de la familia por sobre las
relaciones jurídicas reguladoras de los efectos pecuniarios de dicha organización.
d) La mayor restricción de la autonomía de la voluntad que en otras ramas del derecho civil, pues
casi todas sus normas son imperativas.
Para Spota4, ese carácter corresponde a la totalidad de las normas jurídicas familiares, en tanto que
Borda, Guastavino, Díaz de Guijarro y Méndez Costa se lo asignan a la casi totalidad o a la mayoría.
Si se atiende a que las leyes imperativas son aquellas que establecen soluciones de aplicación
inexorable, o bien que prevalecen sobre cualquier acuerdo diverso de los particulares sometidos a
ellas, parece indudable que en su casi totalidad las normas jurídicas familiares queden comprendidas
entre ellas, ya que no podrían los particulares modificar la regulación que el Estado impone por
razones de interés social. Sólo en supuestos excepcionalísimos nuestro ordenamiento jurídico admite
que reglas de este tipo sean supletorias, es decir, que los particulares puedan apartarse
convencionalmente de ellas. La imperatividad de las normas jurídicas del derecho de familia está
destinada a satisfacer el interés familiar que, según Díaz de Guijarro 7, consiste en la realización de los
fines esenciales del núcleo y en la protección del interés individual dentro del grupo, siempre que
armonice con dichos fines esenciales, pues en caso de colisión cede frente a ellos.
e) La participación de órganos estatales en los actos de emplazamiento en el estado de familia o
en determinadas autorizaciones vinculadas a la familia o a su patrimonio.5
4 Spota A, Tratado de Derecho C, Derecho de Familia, 2do. Volumen, Buenos Aires, 1968. Pág, 1 y sgtes.
7
Ob, cta.
5 Belluscio Augusto César. Manual de Derecho de Familia, Tomo I, y citas realizadas por Belluscio de los autores Antoni, Jorge S., La ubicación de la
familia en el derecho, "Revista Jurídica", publicación de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales, Universidad Nacional de Tucumán, n° 20, 1969, p.
17. Barroso Figueroa, José, La autonomía del derecho de familia, "Revista de la Facultad de Derecho de México", t. XVII, n° 68, oct.-dic. 1967, p. 809.
Beltrán de Heredia, José, La doctrina de Cicu sobre la posición sistemática del derecho de familia, "Revista de Derecho Privado", Madrid, t. 49, año
1965.
17
Jaime Alfonso Solís Romero
y escritos, el Cf, prevé que bien pueden ser denominados los jueces y juezas y tribunales de familia
con la denominación general de autoridades judiciales.
Capítulo II.
Normas del derecho internacional privado
Sumario: 1. Aplicación de la Ley nacional. 2. Validez de los actos realizados por nicaragüenses
en el extranjero. 3. Inaplicabilidad de la Ley extranjera. 4. Ejecución de sentencias dictadas por
tribunales extranjeros. 5. Autenticación de resoluciones y actos judiciales o administrativos. 6.
Reconocimiento del matrimonio celebrado en el extranjero. 7. Reconocimiento de la disolución
del vínculo matrimonial en el extranjero. 8. Régimen patrimonial de los cónyuges. 9. Aplicación
de la Ley nacional al concepto de alimento. 10. Aplicación de la legislación nacional a la
adopción. 11. Aplicación de tratados internacionales para la restitución de menores de edad.
por la tranquilidad y paz social que proviene del respeto generalizado al ordenamiento jurídico. La
mantención de este orden público habilita a la Administración pública, a través de la ley, para
imponer órdenes, prohibiciones y sanciones. Desde el punto de vista del Derecho administrativo, la
noción de «orden público» constituye un «título de intervención». En un sentido similar, a causa de
los procesos de expansión del derecho penal que se vive en algunos países iberoamericanos, el orden
público es objeto de protección a través de sanciones en el ámbito del «derecho penal». De este
modo, los «atentados al orden público», entendido como un determinado estado de cosas en los
espacios públicos, puede incluso constituir delito y llevar aparejado el cumplimiento de una pena.
Probablemente se tendría que centrar siempre bajo los aleros de los cánones morales, religiosos,
costumbres o aspectos éticos de cada sociedad y que puedan de esa manera desarrollar un concepto
único de lo contrario al orden público.
Agrega el artículo en cuestión entonado en la misma línea del orden público que no se puede invocar
para aplicar la ley extranjera cuando esta misma ha sido de forma fraudulenta y se denomina fraude a
la ley al método de incumplimiento indirecto del Derecho (objetivo) en el sentido de que supone la
obtención de un resultado contrario al conjunto del orden jurídico determinado alcanzado a través de
la puntual observancia de los dispuesto en la norma jurídica.
Comentarios
El presente artículo es sobrancero, al menos en mi parecer ya que en normas anteriores se ha revelado
aceptar los actos jurídicos realizados en el extranjero, pero tal vez el legislador ha deseado
adelantarse al tema de los matrimonios por personas del mismo sexo que pudiera suscitarse y que es
reconocido en otros Estados. Pero no en el nuestro, de acuerdo al contenido de la disposición jurídica.
Más adelante existe todo un capitulo en referencia al matrimonio y la unión de hecho estable, en
especial el art.71 y señalamos los aspectos más relevantes cuando los nicaragüenses residentes en el
extranjero que contraen matrimonio en el lugar de su residencia, deberán inscribirlo en el consulado
de Nicaragua radicado en el país de la celebración del mismo a más tardar dentro de los noventa días
hábiles siguientes a la formalización. En caso de no haber consulado en ese país, deberán inscribirlo
en el Registro del Estado Civil de las Personas del municipio donde tuviera asentado su certificado de
nacimiento en el término de 30 días contados a partir de su reingreso al territorio nacional. Cuando
los contrayentes tuvieren su domicilio en Nicaragua y contraen matrimonio en el extranjero, deberán
inscribirlo conforme lo establece el segundo párrafo del presente artículo. En todos los casos, de no
cumplir con el requisito de inscripción en los términos establecidos incurrirán en multa, establecida
por las autoridades competentes encargadas de registrar el acto. Las personas autorizadas, están
obligados a informar a los contrayentes de la necesidad de inscribir el matrimonio en el
correspondiente Registro.
11. Aplicación de tratados internacionales para la restitución de niños, niñas y adolescentes (art.
20).
“La restitución de niños, niñas y adolescentes que de manera ilegal hayan sido trasladados a
cualquier estado extranjero, se regulará por lo establecido en los tratados internacionales
respectivos, siempre y cuando en ellos no se vulneren derechos fundamentales de los
nicaragüenses”. Comentarios
En el caso de la aplicación de restitución de niño, niñas y adolescentes que han sido sustraídos del
seno familiar de manera ilegal existen un sinnúmeros de Convenios y tratados internacionales que
combaten este tipo de prácticas ilícitas, ya que la sustracción de niños, niñas y adolescentes como
21
Jaime Alfonso Solís Romero
hemos señalado pueden tener trasfondo de simples adopciones aparentes a la complejidad del tráfico
o trata de personas con fines de explotación sexual, esclavitud o ventas de órganos humanos donde el
crimen organizado apuesta para expandirse en países de bajo niveles o en desarrollo, y la disposición
jurídica es general referida al traslado del niño, niña o adolescente sea por algún familiar (padre o la
madre, o abuelo o abuela, hermano) o bien la ilegalidad del traslado por el crimen organizado. Pero
de antemano debemos referirnos que es preciso ante todo justificar las razones que llevan a incluir el
examen de este punto en el contexto de las consideraciones relativas a los objetivos de cualquier
Convenio de restitución. Consideraciones que aparecen de forma clara si se tiene en cuenta, por una
parte, que el interés del menor se invoca a menudo al respecto y, por otra parte, que se podría
argumentar que el objetivo convencional relativo al retorno del menor debería estar siempre
subordinado a la toma en consideración de su interés.
Sobre la necesidad de regular el trámite de restitución internacional de menores que registra la
jurisprudencia patria es escasa, pero a nivel internacional los tribunales son cada vez más numerosos
y dan cuenta de los diversos problemas que plantea la aplicación práctica de las normas de los
tratados restitutorios suscriptos por nuestros países. Buena parte de dichos problemas derivan de la
ausencia de toda regulación procesal del trámite aplicable, que conduce a decisiones dilatadas en el
tiempo, generadoras de perjuicio para los menores involucrados y que no cumplen con la garantía de
la tutela efectiva de los derechos. Como se ha sostenido reiteradamente, cuando se trata de peticiones
urgentes no resulta adecuado recurrir a la disciplina judicial de las formas, pues los justiciables deben
conocer de antemano los requisitos que deben satisfacer para formular su pretensión, así como el
trámite aplicable y el régimen recursivo. De lo contrario, se afectan otras garantías, como la igualdad
y la seguridad jurídica.7 El derecho fundamental a la tutela judicial efectiva ha sido consagrado como
garantía del debido proceso adjetivo en el art. 8 de la Convención Americana sobre Derechos
Humanos —Pacto de San José de Costa Rica—, ratificado por nuestro país e incorporado a nuestro
derecho interno en virtud de lo dispuesto por la Constitución Política, que expresamente alude a las
garantías judiciales involucradas en la prestación del servicio de Justicia en materia civil y en materia
penal. El referido derecho no se circunscribe al derecho de acción, pues para reunir las condiciones
que se exigen a esa tutela, el derecho de acción debe complementarse con el derecho al proveimiento
y a los medios ejecutivos capaces de dar efectividad al derecho sustancial. Tal efectividad debe ser,
además, oportuna y, en algunos casos, tener la posibilidad de ser preventiva, ante la mera amenaza a
un derecho y para impedir su violación. Como veremos seguidamente, la restitución internacional de
menores requiere de un proceso autónomo, urgente y diferenciado, pues se trata de una tutela de
urgencia, de naturaleza preventiva, que tiene por objeto la remoción del ilícito. Cabe puntualizar, en
ese orden de ideas, que el derecho a la tutela jurisdiccional involucra no sólo el derecho de acceso a
la jurisdicción, sino que es también un derecho a la efectiva protección del derecho material. Como
dice Alexy, los derechos a procedimientos judiciales y administrativos son esencialmente, derechos a
una
“protección jurídica efectiva”, la que involucra que el proceso garantice “los derechos materiales del
respectivo titular del derecho”.8 Los casos de restitución internacional de menores son cada vez más
numerosos y dan cuenta de las dificultades que plantea asegurar la tutela judicial efectiva en la
materia. El incremento de las causas judiciales es consecuencia de un fenómeno relacionado con la
llamada “internacionalización de las familias”, vale decir, familias formadas por individuos de
7 Mabel A. de Los Santos, Profesora de Derecho Procesal Civil, Facultad de Derecho (UBA). Jueza de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil.
Conveniencia y necesidad de legislar sobre las tutelas de urgencia”, en JA 1999-IV-992.
8 Marinoni, Luiz Guilherme, Derecho fundamental a la tutela jurisdiccional efectiva, Lima, Palestra, 2007, p. 220; Garberí Llobregat, José, El Derecho a
la tutela judicial efectiva en la jurisprudencia del Tribunal Constitucional, Barcelona, Bosch, 2008, p. 27. (4) Marinoni, op. cit., p. 234, con cita de
Alexy, Robert, Teoría de los derechos fundamentales, Madrid, Centro de Estudios Constitucionales, 1997, p. 472.
22
Jaime Alfonso Solís Romero
distinta nacionalidad o que deciden emigrar, de modo que, ante las desavenencias conyugales se
producen decisiones unilaterales que modifican el statu quo, trasladando y reteniendo a los hijos en
un lugar diferente del de su residencia habitual. No se desconoce que la problemática de la restitución
internacional de menores constituye sólo un capítulo del tema mayor de la ineficacia de las
resoluciones judiciales ante el impedimento del derecho de contacto con los hijos cuando los padres
se han separado. Sin embargo, su tratamiento procesal diferenciado es insoslayable, pues las
dificultades que plantea asegurar la prestación de tutela efectiva en la materia derivan en gran medida
de la ausencia de una regulación del trámite aplicable al procedimiento de restitución. En efecto, la
realidad jurisprudencial9 evidencia problemas vinculados al trámite aplicable al proceso abierto con el
pedido de restitución ante la inexistencia de normas procesales acordes con las pautas establecidas
por las convenciones internacionales que regulan la restitución. La situación reseñada exige
soluciones legales y jurisdiccionales que es necesario abordar, pues comprometen la responsabilidad
del Estado y exigen acciones positivas por parte de los distintos poderes que lo integran. La crisis de
efectividad en la materia adquiere un cariz de mayor gravedad, puesto que asegurar la eficacia de la
actuación judicial es un imperativo de orden constitucional que se acentúa cuando están
comprometidos los derechos de los niños.10 Cabe recordar que la garantía de la tutela efectiva
constituye un mandato dirigido tanto al juez, como al legislador. Este último tiene a su cargo
suministrar las normas procedimentales adecuadas para hacer realidad los derechos sustanciales. Por
su lado y hasta tanto contemos con la regulación específica de esta tutela diferenciada, el juzgador
tendrá el deber de aplicar entre las normas vigentes por los tratados o convenios más idónea y
adecuada para asegurar esa clase de tutela.11
No debe soslayarse que, como ha señalado la Corte Suprema de Justicia de Argentina a manera de
ejemplo al señalar: “cuando se trata de resguardar el interés superior del niño, atañe a los jueces
buscar soluciones que se avengan con la urgencia y la naturaleza de las pretensiones, encauzar los
trámites por vías expeditivas y evitar que el rigor de las formas pueda conducir a la frustración de
derechos que cuentan con particular tutela constitucional”.12. Nuestro país ha asumido y es parte de la
Convención sobre los Derechos del Niño, instrumento Internacional de mayor importancia sobre los
derechos humanos de la niñez y la adolescencia que fue aprobada por la Asamblea General de las
Naciones Unidas a través de la resolución 44/25 el 20 de noviembre de 1989 la cual entra en vigor el
2 de septiembre de 1990. Este documento reconoce a las niñas a los niños y a los adolescentes como
sujetos de derecho e instituye y describe los derechos a los cuales este grupo etáreo debe acceder,
además establece un conjunto de normas básicas para su bienestar y desarrollo.
Este desarrollo integral del niño, niña y adolescente debe ser garantizado por el Estado, la comunidad
y por la familia a través de las políticas públicas y sociales, por medidas jurídicas e institucionales
que garanticen el cumplimiento de estos derechos. La convención reconoce que son seres que nacen y
crecen en igualdad de condiciones y por tanto no pueden ser objeto de ningún tipo de discriminación.
De previo a la Convención se reguló en la Haya el 25 de octubre 1980 sobre los aspectos civiles de la
sustracción internacional de menores y posteriormente la Convención Interamericana sobre
restitución internacional de menores adoptado en: Montevideo, Uruguay el 15 de junio de 1989 y
ratificado por Nicaragua en el año 2004.
9 CSJN, “R., M. A. c/ F., M. B.”, 21/12/2010, Fallos 333:2396, comentado por Raya De Vera, Eloísa B., “El factor tiempo en el proceso de restitución
internacional de menores”, laleyonline AR/JUR/81562/2010, entre otros.
10 El art. 4 de la Convención Internacional de los Derechos del Niño dispone: “Los Estados Partes adoptarán todas las medidas administrativas,
legislativas y de otra índole para dar efectividad a los derechos reconocidos en la presente Convención”.
11 De Los Santos, Mabel, “Las garantías constitucionales del proceso civil”, en Manili y otros, Tratado de Derecho Procesal Constitucional Argentino,
internacional y trasnacional, Bs. As., La Ley, 2010, t. I, p. 553, 2010.
12 CSJN, “M. S. A. s/ Materia Prev. s/ recurso de amparo”, 23/11/2004, M. 3805 XXXVIII.
23
Jaime Alfonso Solís Romero
Algunas precisiones sobre el marco jurídico sustancial aplicable a la restitución internacional. La
Convención sobre los Derechos del Niño (ley 23.849) establece que los Estados partes deben
garantizar las relaciones parentales frente al riesgo de traslados y retenciones indebidas.
Capítulo III.
De la Capacidad jurídica civil de las personas
sujetos activos y sujetos pasivos, así el hombre y la mujer viven en constantes relaciones sociales,
pero cuando esas relaciones entran a la esfera regulada por el ordenamiento jurídico se convierten en
relaciones jurídicas y el hombre-persona o mujer-persona se convierten en sujeto de derecho. Quiere
decir, que en ella residen potencialmente tanto los derechos en sí, cuanto la facultad de ejercitarlos.
3. Concepto de Persona.
Son personas, en primer lugar, y por antonomasia, todos los seres humanos, hombres y mujeres. La
calidad de ser humano asume inmediatamente la de persona, y en consecuencia la del sujeto. La
Declaración Universal de los Derechos Humanos (ONU 1948 art. 6), expresa: "Todo ser humano
tiene derecho, en todas partes, al reconocimiento de su personalidad jurídica" (a ser reconocido
"como persona ante el Derecho", As a person bifore the law). En nuestros días, persona es el ser
humano en cuanto es capaz de ser titular de derechos y sujeto de obligaciones. El Código de Familia
no ofrece un concepto de persona como otras legislaciones (española, cubana, mexicana y resto de
Centroamérica). El vocablo persona es utilizado o empleado para hacer referencia al sujeto de
derecho en sí mismo considerado, concebido aisladamente; por el contrario, el vocablo sujeto de
derecho se emplea para designar a la persona como parte integrantes de una relación de derecho.
Persona entonces es aquella que puede ser sujeto de derechos y sujetos de obligaciones como parte
actuante de una relación jurídica. El sujeto de Derecho es una categoría creada por la teoría del
Derecho, para explicar el mecanismo de la relación jurídica. El ser humano es el sujeto de las
relaciones sociales. La persona es el sujeto de las relaciones jurídicas. En teoría afirmamos que
persona es el ser de existencia física o legal capaz de ejercer derechos y obligaciones. Jurídicamente
se llama persona a todo ser capaz de ejercer derechos y deberes, es decir, de estar vinculados por
relaciones jurídicas, bien sea como sujeto activo (titular de un derecho subjetivo) o pasivo (sometido
a un deber jurídico). Sinónimo de persona son las expresiones sujetas de derecho o sujeto de la
relación jurídica, que se refieren a las posibilidades abstractas, no a la titularidad de un derecho
determinado, la titularidad de un derecho supone necesariamente aptitud para tenerlo, pero en
cambio, la mera susceptibilidad jurídica no implica la tenencia efectiva de derechos, mientras todo
titular de un derecho es una persona, no toda persona es titular de derechos. 13Se aclara que en la
legislación se considera a los concebidos y los que están por nacer como personas; véase el art. 319
C. de F. “…Los concebidos y no nacidos, se consideran personas menores de edad…” ¿Me parece
provocar una simple discusión en toda su extensión sobre la categoría del non nato o nasciturus, o el
considerado concebidos? Diversas teorías han tratado de explicar el comienzo de la persona y de la
13 Circular sobre familia del 29 de octubre de 2015. Acuerdo No. 107, página 18.
25
Jaime Alfonso Solís Romero
personalidad individual, y considero de suma importancia encontrar el punto al problema del origen
de la personalidad, talvez no exista un interés práctico, pero por cultura debe ser expuesta.
26
Jaime Alfonso Solís Romero
humana. Las leyes de Toro impusieron un triple requisito para que un hijo se tuviera por nacido: que
14
naciera vivo todo (frase que dio lugar a interpretaciones diversas), que viviese veinticuatro horas
después de nacido y que recibiese el bautismo finalmente, el art. 60 de la ley de Matrimonio Civil
Español, suprimió el bautismo y estableció dos condiciones para reputar legalmente nacida la
persona: 1.Que naciese con figura humana y 2. Que viviere veinticuatro horas desprendido
enteramente del seno materno. La legislación Española sostiene que para considerar personas, el
menor debe nacer con vida, sin defecto orgánico, sin deformación y que sobreviva al menos
veinticuatro horas, ya que pueden darse los fenómenos como son: acéfalo, bicéfalo, hemicéfalo y
cíclope. Es obvia la preocupación española ya que estos seres no resistirán el plazo de las
veinticuatro horas.
mercantiles, los órganos del Estado, empresas, organizaciones sociales, quienes pueden ser titulares
de derechos y obligaciones. A estas entidades colectivas se han denominado a través del desarrollo
jurídico: personas morales, ficticias, ideales, incorporales, de existencia ideal, jurídicas, etc. Persona
natural es el ser físico (hombre o mujer); persona moral; cualquiera entidad que el ser humano
constituya, con sujeción del derecho, para la realización de fines que excedan de las posibilidades de
la acción individual o que alcancen mejor cumplimiento mediante ella. Frente a estas personas,
encontramos otras; las personas nicaragüenses y extranjeras, conforme a la Constitución Política y
leyes de extranjería, por último, se reconoce a las personas de existencia visible (legal), las personas
que están por nacer (nascituras) o de existencia natural. Las personas de existencia visible, son las
consideradas personas físicas, naturales, capaces de adquirir derechos y contraer obligaciones. Las
personas por nacer; las que están consideradas en el vientre materno, Como hemos dicho en el art.
316 CF que se considera menores de edad los no nacidos, es decir incluidos connaturalmente a
reconocerle su legalidad desde la concepción en el seno materno. Es de suma importancia criticar la
clasificación de las personas naturales y jurídicas, esta se conoce como la concepción tradicionalista
y ha sido blanco de diferentes debates ya que, según esta clasificación, pareciera que las personas
naturales, es decir las personas físicas no están revestidas de jurícidad. Esta clasificación no considera
que los seres humanos somos eminentemente jurídicos, pareciera que se les ha olvidado que el ser
humano es el elemento generador de derechos y obligaciones. Los seres humanos somos el elemento
primordial de las relaciones jurídicas, no se concibe ningún acto jurídico sin la participación del ser
humano. (compra venta, herencia, donación). Así lo expresa el jurista en su Teoría de Derecho,
Alberto Torré, al decir que tanto las personas físicas (ser humano individual) como las personas
jurídicas (entes colectivos) interesan al Derecho y por lo tanto ambas son jurídicas, por lo cual en lo
adelante como señala Guerra López, se debe denominar persona jurídica individual y persona jurídica
colectivas. Entonces concluimos que: "No todas las personas son seres humanos, pero si todos los
seres humanos son personas".
Expuesto el concepto e historia del vocablo “personas”, extraemos el otro elemento que se refiere el
articulado a la “capacidad” de las personas. Entonces para efectos de estudios la dividimos de la
siguiente manera:
6. Concepto de Capacidad.
Del concepto de persona se desprende el rasgo esencial de la misma, y se refiere a la capacidad.
Algunos autores refieren que el término personalidad y capacidad son sinónimos, lo cierto es que a la
capacidad le rodean ciertas distinciones como estudiaremos. La calidad de persona, formalmente, no
presupone la titularidad actual de derecho alguno (si bien toda persona física, aún los recién nacidos y
los no nacidos, a más de los derechos de la personalidad, tendrá al menos una pretensión de alimento
frente a sus progenitores y otros parientes, o bien, subsidiariamente, un derecho similar frente al
Estado).
Lo que exige necesariamente la cualidad de persona es la aptitud genética para ser titular de derecho.
Para ello no es necesario que la persona física tenga uso de razón, ni menos voluntad e inteligencia
plenamente desarrolladas; es por su mera condición de ser humano por lo que el derecho natural y
positivo le consideran con capacidad para servir de soporte a derechos y obligaciones, lo cual no
28
Jaime Alfonso Solís Romero
incluye el poder de gobernar la propia esfera jurídica, que puede tenerse en un grado mayor o menor,
o del que se puede carecer. La capacidad se distingue en capacidad jurídica, de derecho o de goce y
capacidad de obrar, no sin antes señalar la diferencia entre Capacidad y Persona; ambas son
conceptos distintos que no deben confundirse y los cuales se proponen recíprocamente, porque la
capacidad es el atributo que convierte a los entes en personas. (Sujetos de derecho en las relaciones
jurídicas). La persona es el ente (individual o colectivo) en sí mismo, mientras que la capacidad es la
aptitud (disposición natural) jurídica, el atributo. Decimos entonces que la capacidad se adquiere por
el mismo hecho de la existencia y se extingue cuando muere el sujeto o la persona; la capacidad
jurídica o de derecho la tienen todas las personas, lo que posiblemente exista es una limitación o
restricción a la capacidad, no se puede concebir a una persona si no tiene capacidad. Con ello
introducimos la distinción doctrinal entre capacidad jurídica, de derecho o de goce; como la aptitud
para ser sujetos de derechos y obligaciones que tienen todas las personas por el hecho de existir, y
capacidad para gobernar esos derechos y obligaciones de que se es titular, con la aptitud para ser,
genéricamente, titular de derechos y deberes, el poder para ser parte en todos los actos o negocios,
salvos aquellos que requieren una actitud especial; poder que, faltándole capacidad de obrar, podrá
ejercer en incumbencias no personalísimas mediante su representante legal. La persona goza de
protección jurídica y es apto para ser titular de derecho. Por regla general la capacidad de derecho
(jurídica) es reconocida al ser humano. La capacidad jurídica estándar (la que corresponde a toda
persona), y las incumbencias personalísimas, en que no es posible la actuación por representante, el
sujeto que no reúne las condiciones requeridas se ve excluido como titular actual de la relación; por
ejemplo, de laboral (como trabajador), de la matrimonial, o de la adopción (como adoptante), hasta la
edad legal de cada caso. Parte de la doctrina conceptúa estas situaciones como de restricción o
limitación de la capacidad jurídica. Por ello debe advertirse que la homoncidad del concepto de
capacidad no significa, pues, que todos los hombres o mujeres tenga las mismas oportunidades y
posibilidades en el campo del derecho, y que a cada uno se le brinda en el momento de nacer un
elenco exactamente igual de posibilidades abstractas de actuar cuyo ejercicio será accesible a todos
cumpliendo una misma condición (art. 21, del Código de Familia).15
Analizando el primer inciso del art. 21 es de suma importancia “La edad y significado jurídico”, la
edad como medida de duración del vivir, es el lapso de tiempo transcurrido desde el nacimiento hasta
el momento que se considere de la vida de una persona. En el cambio del vivir social al exigir reglas
fijas quedan seguridad al tráfico y permitan decisiones rápidas, hace que en todas las civilizaciones se
agregue a una determinada edad, la presunción de que con ella se alcanzan unas determinadas
condiciones físicopsíquicas con lo que se da paso a que al fin el requisito de una edad fijada sustituya
totalmente al antiguo supuesto del desarrollo corporal o mental de la persona. El tránsito de un
sistema a otro no se hace sin resistencia; ejemplo de ello es la doctrina de los Sabinianos, que, en
tiempos de Gayo, todavía mantenían que eran púberes no los que llegaban a los catorces años sino
cuando la persona en su desarrollo corporal llegaba a ser apta para la generación y que en el derecho
musulmán hasta tiempo actuales se ha mantenido este criterio. Pero por suerte con la fijación de la
edad que señala el C. de Familia, se concluye un nuevo capítulo de la distorsión de las edades, salvo
cualquier otra fijación de edad que establece el propio artículo en su parte final, pero así, por
curiosidad observemos las edades especiales consideradas por el derecho civil y otras leyes.
Junto a la edad central de los dieciochos años de la mayoría, hay una serie de edades que señalan
capacidades o situaciones especiales, de origen histórico diverso y sin conexión entre sí pero que son
15 Acuerdo No. 107 CSJ. Capacidad Jurídica. ¿Hasta dónde llega el alcance de la capacidad jurídica de los padres mayores de dieciséis años y
menores de dieciocho años, para adquirir derechos, contraer obligaciones y disponer libremente de su persona y bienes? En concordancia con los
artículos 21 y 272 del Código de Familia y artículo 2 del Código de la Niñez y Adolescencia. Se considera: De acuerdo al inciso c), del artículo referido,
la madre y el padre menor de dieciocho años y mayor de dieciséis años de edad, tienen pleno ejercicio de la capacidad jurídica para adquirir derechos,
contraer obligaciones y disponer libremente de su persona y bienes. La representación legal que hace referencia el artículo 272 del Código de Familia,
tienen que realizarla los progenitores de la madre o padre, que están entre los trece y dieciséis años no cumplidos. Se instruye: Esta edad se refiere para
casos de familia y civiles, no así para las materias penal, laboral, o para otra ley especial que regule edades.
29
Jaime Alfonso Solís Romero
reminiscencia de algunas de las edades tipo, de uno de los momentos indicados del desarrollo
humano.
Así el art. 167 de C. de Familia expresa: “Intervención de los niños, niñas o adolescentes. De oficio o
a petición de la Procuraduría nacional de la familia, Ministerio de la Familia, Adolescencia y Niñez,
de las partes o de los niños, niñas y adolescentes, se oirá a éstos en la audiencia, si tuvieran
suficientes elementos de juicio, teniéndose debidamente en cuenta sus opiniones en función de su
edad y madurez, todo previo dictamen de especialista, que declarare la no objeción a la intervención
del niño, niña o adolescente, obedeciendo al interés superior del niño, niña y adolescentes”. El art.
378 señala la “intervención del niño, niña o adolescente. Para constituir la tutela de un niño, niña o
adolescente, la autoridad judicial de Familia o el que haga sus veces, citará a los parientes de éste
hasta el cuarto grado de consanguinidad, a fin de celebrar una comparecencia, en la audiencia inicial,
en la que oirá a los parientes que asistan y al adolescente y al niño o niña si tuviere más de siete años
de edad, para proceder a la designación del tutor o tutora, de conformidad con el presente Código. La
autoridad judicial tomará en cuenta la preferencia manifestada por el niño, niña o adolescente”. Las
personas adolescentes mayores de dieciséis años no sujetas a las relaciones madre, padre, hijas e
hijos, tendrán derecho a proponer a la persona que deba ejercer su tutela y la autoridad judicial hará
el
discernimiento, si la misma fuere capaz de ejercer el cargo con la debida idoneidad”. Mientras que el
art. 448 dice: Escucha a los menores de edad en los procesos judiciales y administrativos. Los niños,
niñas y adolescentes que se encuentren bajo la autoridad parental deberán ser escuchados en todo
procedimiento administrativo y judicial que tenga relación con ellos de manera personal y en
consonancia con las normas y procedimientos correspondientes, según sea el caso y en función de su
edad y madurez. En caso de niños y niñas, la escucha será obligatoria cuando sean mayores de siete
años. Tienen pleno ejercicio de la capacidad para adquirir derechos, contraer obligaciones y disponer
libremente de su persona y bienes: a) Las personas de dieciocho años de edad cumplidos, no
declaradas incapaces, sin distinción de sexo, origen étnico o posición económica, social o cualquier
otra condición (art. 21). Para todos los efectos la mayoría de edad se fija, sin distinción de sexo, a los
dieciocho años de edad cumplidos (art. 301). El o la mayor de edad puede disponer libremente de su
persona y bienes y demandar la entrega de sus bienes que hubiesen estado en administración de
terceras personas. Son aptos legalmente para contraer matrimonio, el hombre y la mujer que hayan
cumplido dieciocho años de edad. No obstante, lo dispuesto en el párrafo anterior los representantes
legales de los adolescentes podrán otorgar autorización para contraer matrimonio, a los adolescentes
con edad entre dieciséis y dieciocho años de edad (art. 54). Pueden contraer matrimonio los y las
adolescentes menores de dieciocho y mayores de dieciséis años de edad, que cuenten con la
autorización del representante legal (art. 58 inciso “c” del C. de Familia). De lo anterior se entiende
que la persona que tiene la edad de dieciocho años de edad no requiere ninguna autorización de sus
progenitores ni representante legal para contraer matrimonio. Agregado que es un impedimento
absoluto contraer matrimonio con una adolescente menor de dieciséis años de edad, art. 57 inciso a)
del Código de Familia. Dentro de nuestra legislación existe otras edades; por ejemplo, la edad de los
quince años es la capacidad para testar (arto. 979 inciso 1o. C). La edad de los trece años que se
señala para la responsabilidad penal con sus variantes para detener al adolescente, según el Código de
la Niñez. La edad para ejercer el sufragio universal a los dieciséis años (arto.47 Cn). La edad de los
dieciochos años para salir al exterior sin permiso de los padres. La capacidad legal para adoptar,
haber cumplido veinticuatro años y no sean mayores de cincuenta y cinco años y medie entre el
adoptado y adoptante quince años de diferencia (art. 238 C. F). Las personas menores de dieciocho y
mayores de dieciséis años de edad cumplidos, pueden emanciparse por alguna de las siguientes vías:
30
Jaime Alfonso Solís Romero
a) Por autorización del padre y la madre; b) Por declaración judicial; c) Por matrimonio (art. 301).
Tema importante es la forma de realizar el cómputo de la edad, a la arbitrariedad que significa la
fijación de un plazo se añade la también necesaria de elegir el modo de su cómputo. Y de los
Romanista ha heredado el Derecho moderno una serie de debatidas cuestiones sobre el modo de
señalar el principio y el fin de un plazo y, en lo que ahora nos interesa, respecto a la edad. Los
romanos se encontraban ante la dificultad de textos con soluciones distintas, y los civilistas modernos
han carecido de apoyo legal en los códigos. Dos teorías al respecto: Por computación natural
(naturaliter computare) se entiende el medir el tiempo por el transcurso de las horas o de los minutos
y la computación civil (civiliter computare) se mide por el transcurso de los días, considerando los
días del calendario como unidades indivisibles, que terminan a las doce de la noche (o veinticuatro
horas) y comienzan a la hora cero de la noche. Los pandectistas 16 alemanes estimaron que las fuentes
romanas aceptaban generalmente el cómputo civil y solo excepcionalmente el natural, lo que era
explicable decían y hasta necesario, dada la variedad en los días y en las horas y la dificultad de
recordar o precisar el momento u hora inicial. Siguiendo esta dirección, se dirá que la doctrina
alemana prefiere la ligereza y comodidad de la computación a la uniformidad de los correspondientes
periodos de tiempo.
En España lo mismo que en la doctrina de otros países latinos los autores se deciden, por el contrario,
por el cómputo natural, les inclinaba a ello el que se empleara este sistema por el Derecho romano.
Los autores modernos entendieron como decisivo, en favor del cómputo natural, el que en el Registro
civil se consignara la hora del nacimiento de las personas (art. 510 inciso 1, C) 17. Conforme el art.
198 CF, se crea la ventanilla para la inscripción. Al expresarse que el Ministerio de Salud, en
coordinación con la Dirección del Registro Central del Estado Civil de las Personas, instalará en cada
hospital y centro de salud del país las ventanillas correspondientes para la inscripción de los niños y
niñas recién nacidos. Las autoridades del Registro del Estado Civil de las Personas de cada municipio
deberán enviar a sus funcionarios o funcionarias a las comunidades de mayor distancia al núcleo
poblacional principal para que efectúen las inscripciones de las personas recién nacidas. El Ministerio
de Educación al inicio de cada año escolar, deberá coordinar con el Registro del Estado Civil de las
Personas los procesos para inscribir o reponer, según sea el caso, los nacimientos de aquellos niños y
niñas en edad pre-escolar o primaria que habitan en comunidades distantes al Registro del Estado
Civil de las Personas, véase también los arts. 584 y sgtes y 590 todos del CF.
Sin embargo, curiosamente nuestra legislación se inclinó al cómputo civil y en el título preliminar del
Código Civil18, Parágrafo XXVI que se intitula: “Del modo de contar los intervalos del derecho,
expresa: “El día es el intervalo entero que corre de media noche a media noche y los plazos de días
no se contarán de momentos a momentos, ni por horas sino desde la media noche en que termina el
día de su fecha”. El arto. XXVII, expresa: “Los plazos de mes, de año o años se contarán
respectivamente de treinta y de trescientos sesenta y cinco días, un plazo que principia el quince de
un mes, terminará al principiar el quince del mes correspondiente y el de un año que empiece el doce
de un mes, terminará al principiar el doce del mismo año siguiente.” Comentaban nuestros redactores
del Código Civil que se adoptaron en este artículo dos sistemas diferentes que parecen
contradictorios. En la primera parte se establece el sistema español, que un plazo de un mes se cuenta
de treinta días y el de un año de trescientos sesenta y cinco días, y en la segunda tomaron de la
16 El pandectística o pandectismo fue una doctrina jurídica europea posterior al humanismo jurídico y anterior a la codificación, que alcanzó su apogeo
en Alemania en el siglo XIX. La escuela pandectística trataba de analizar los textos del derecho romano siguiendo el método de la dogmática jurídica, es
decir, buscando la extracción de principios, así como la deducción de conceptos nuevos, basados en la abstracción a partir de conceptos anteriores.
Wilkipedia, Eciclopedia Libre, Interné, https://es.wikipedia.org/wiki/Pandect%C3%ADstica.
17 Artículo 510 C, “Todo padre o madre personalmente o por mandatario especialmente designado, está obligado a inscribir al nacido, a más tardar
dentro de los veinticuatro meses del nacimiento. Debe declarar a dicho funcionario: 1°. Qué día y hora se verificó el nacimiento….”
18 Código Civil actualizado, Publicado en La Gaceta, Diario Oficial No. 236 de 11 de diciembre de 2019. CUARTA EDICIÓN OFICIAL 2019.
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Jaime Alfonso Solís Romero
legislación argentina, los meses y años se computan con el calendario Gregoriano, de fecha a fecha,
de tal manera que un mes puede ser de veintiocho, veintinueve, treinta o treitiún día y un año de
trescientos sesenta y cinco días o de trescientos sesenta y seis. Parece ser que este es el último criterio
que sigue nuestra legislación en plan general.
32
Jaime Alfonso Solís Romero
incapacidad es natural y legal; natural porque su condición humana no les permite ejercer el derecho y
legal porque el derecho, desde el punto de vista objetivo, reconoce dicha imposibilidad de ser capaces
en ejercicio. Así que el ordenamiento jurídico puede privar de la capacidad o limitarla; en el primer
caso hablamos de incapacidad y en el segundo de limitación de la capacidad. La capacidad de obrar se
liga a ciertos hechos objetivos, para mayor seguridad de las relaciones jurídicas, por ejemplo, el
alcanzar cierta edad o el no padecer ciertas enfermedades. Son por tanto incapaces de obrar los que no
han alcanzado cierta edad (menores de edad bajo la autoridad parental o tutela) o sufren ciertas
enfermedades (locos y sordomudos que no sepan a darse a entender, etc.). La limitación a la
capacidad es distinta a la incapacidad, la primera siempre se refiere a la de obrar y tiene lugar cuando
el sujeto tiene solamente restringida su capacidad de obrar (ejercitar derechos y obligaciones por sí
mismo) en relación con determinados actos. La ley provee, en su interés, a integrar su voluntad
mediante el concurso de otras personas o de la autoridad judicial (asistencia, autorización, etc.),
ejemplo: la autorización del Juez o Jueza, para la venta de los bienes del menor. La incapacidad de
obrar, como de lo que priva es únicamente del ejercicio de los derechos, pero no de la tenencia o goce
de los mismos, puede ser suplida por medio de sus representantes.
9. Clasificación de la incapacidad.
La incapacidad en este caso se puede dividir así: incapacidad de derecho; aquella en la cual, la ley en
virtud de aspectos morales o de seguridad, la persona afectada por ella no puede ser titular de
derecho, es decir no puede gozar de derecho. Así, por ejemplo, la incapacidad del tutor para adquirir
los bienes de su tutelado o tutelada (art. 395 del C. de Familia). La prohibición de derecho de
contraer nupcias los ascendientes y descendientes y demás parientes colaterales hasta el cuarto grado
de consanguinidad, inciso d) art. 57 CF., en igual términos de prohibición las personas condenadas
por la autoría y participación del delito de homicidio doloso de uno de los cónyuges y pretenda
contraer matrimonio o unión de hecho estable declarada con él o la cónyuge sobreviviente, inciso e).
Del citado artículo, en todo caso existe una incapacidad de derecho, por que deriva de la propia ley,
los sujetos están apto física y psíquicamente pero jurídicamente entre ellos no pueden alcanzar
nupcias. Esta incapacidad legal puede ser temporal o aún indefinida. También existe la incapacidad
de hecho; es aquella en que la persona pudiendo ser titular de un derecho no lo puede ejercer
personalmente, se fundamenta esta incapacidad en razón de diferencias físicas o psíquicas,
transitorias o permanentes en virtud de los cuales el sujeto no está en el goce normal de sus facultades
físicas y psíquicas. Se divide en: Absoluta y relativa. Incapacidad de hecho absoluta: aquellos que
tiene incapacidad de hecho de manera absoluta, los dementes, los sordomudos que no pueden darse a
entender por escrito. Las personas con carencia o limitaciones en el ejercicio de la capacidad jurídica
anteriores, actúan por medio de un representante legal, que puede ser la de los padres, derivadas de la
autoridad parental que ejercen los padres o la del tutor, nacida de la designación de tutela. Estos
aspectos que regula el CF, tienen que ser entendido como parte de los incapaces y obviamente de su
limitada capacidad. Esta parte en donde se tiene limitada la capacidad es lo que se conoce
doctrinariamente como una incapacidad de hecho relativa. Esta incapacidad solo opera en los casos
determinados por la ley y a instancia de partes. El término de incapacidad relativa, no se refiere a la
pérdida de la capacidad de obrar, sino a las limitaciones que determinados estados o situaciones que
imponen a la capacidad normal o plena. El texto orienta al principio general de los que se hallaren en
algunos de esos estados que son susceptibles de ser considerados incapaces relativos. Sus actos de
mera administración lo pueden efectuar sin ayuda o asistencia, pero los actos que no son de mera
administración no producen ni aun obligaciones naturales y no admite caución. En otras legislaciones
la figura de la incapacidad se extiende a los toxicómanos, drogadictos, sonambulismo, hipnosis.
Nuestro CF, incluye como limitada la capacidad los perturbados psíquicamente (enfermos mentales),
pero que tenga discernimiento y aquellos que por impedimento físico no puedan expresar su voluntad
33
Jaime Alfonso Solís Romero
de modo inequívoco, sin que hayan sido declarados incapaces. Esto sólo se refiere a los actos de mera
administración. El art. 22 CF, presenta la carencia de capacidad de ejercicio o de obrar por sí mismo y
quienes la poseen. Bien, es aquella en que la persona pudiendo ser titular de un derecho no lo puede
ejercer personalmente, se fundamenta esta incapacidad en razón de diferencias físicas o psíquicas,
transitorias o permanentes en virtud de los cuales el sujeto no está en el goce normal de sus facultades
físicas y psíquicas. Sólo lo hace a través del padre o la madre o tutor.
Sobre el concebido o nasciturus, aunque no lo expresa el Código de Familia como un incapaz, lo
importante es que se le pueda atribuir la capacidad de adquirir derechos y obligaciones. (Donaciones,
o adquisición de bienes a través de testamentos).
En vista que el desarrollo físico e intelectual humano se verifican paulatinamente, las leyes
acostumbran señalar una época a partir de la cual la persona es considerada con la necesaria
capacidad para el ejercicio directo de la contratación y demás actos de la vida civil. Esa época se
designa con el nombre de mayoridad, que se fija según nuestras leyes a los 18 años. Antes de llegar a
ella se está en el espacio de tiempo llamado minoridad que se divide en minoridad infantil y
minoridad post infantil. La primera se extiende desde el nacimiento hasta la pubertad, la edad
comprendida se dispone para el varón y mujer a los trece. La segunda minoridad comprende entre los
quince a los dieciocho años.
Algo no expresado en el art. 22 CF es aquel que padece de una invalidez como la sordomudez, es un
defecto físico que produce la nulidad absoluta de los actos o contratos que ejecute o celebre el
individuo que de ella adolezca, en caso de que no sepa leer y escribir o darse a entender, esta
incertidumbre que limita conocer bien su pensamiento y voluntad por la insuficiencia de los medios
de expresión de que para ello dispone (signos, sonidos o articulaciones). Pero esta situación debe
desprenderse por sentencia judicial, como lo señala el art. 24 que dice: “Los mayores de edad que por
razón de alguna enfermedad o padecimiento, no pudieren discernir sobre el alcance de sus acciones y
conductas, ni dirigir su persona, podrán ser declarados judicialmente incapaces, a solicitud de parte
interesada”.
Los enfermos mentales en cualquiera de su forma (el código civil anteriormente y además está
derogado los calificaba de forma peyorativa como: locura, imbecilidad, manía) y aún persistía la
división de locos leves y locos graves, arts. 331 C, y 359 C, ahora derogados. La legislación
extranjera incluye como enfermos mentales la decrepitud y la oligofrenia (retraso mental).
Capítulo IV.
Comentarios
El legislador pretendió facilitar las cosas al establecer unos sencillos recaudos legales que deben de
contener toda solicitud de la declaración de incapacidad, de tal manera no obviando que toda acción
familiar que se entable ante el Juez o Jueza de Familia, primará la oralidad, tampoco se puede negar
que toda solicitud o acción de esa naturaleza deberá ser por escrito conteniendo, como señala el art.
26 que se debe señalar el nombre, domicilio, estado civil o residencia habitual del presunto incapaz,
así como la enfermedad que sufre, bienes que deben ser resguardado y el vínculo de parentesco con el
solicitante y deberá adjuntar el expediente médico de asistencia, aquí es un aspecto aclarar, se trata
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Jaime Alfonso Solís Romero
del médico tratante, o de confianza, muy distinto al forense y al otro facultativo que se apoyará el
Judicial para determinar la declaración de la incapacidad (art. 31 CF), es asunto de las ciencias
médicas que determinará el estado de incapacidad ya que el mismo de acuerdo a los médicos podría
ser una incapacidad temporal o definitiva.
Debe establecerse que los efectos de la declaración de la incapacidad constituyen entonces el
nombramiento del tutor o tutora y tendrá la finalidad de cuidar o vigilar a la persona y sus bienes, y
tendrá efectos a partir del dictado de la sentencia que se encuentre firme.
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Jaime Alfonso Solís Romero
arribara convicción. Comprobada ésta, declarará la incapacidad y proveerá a la tutela del
incapacitado”. Comentarios
Remarca el artículo que él o la Juez (za) de Familia, hará examinar al presunto incapaz por al menos
dos médicos, el que será como se señaló un médico forense es decir del Instituto de Medicina Legal y
el segundo podría ser aquel que ostente esa investidura y para ser ecuánime podría pertenecer al
Sistema Nacional Forense (médicos del MINSA). También podría ser un miembro del SNF y un
médico particular en sus casos donde se vea imposibilitado de contar con médicos del IML. Siempre
bajo el respeto de la norma que ordena que los dos profesionales sean distintos del que dictaminó al
presunto incapaz (medico de asistencia). La norma establece que algo poco común y hasta
incomprensible como es lo que se desprende de segundo párrafo al indicar que el “el juez examinará
personalmente al presunto incapaz…”, es decir deberá tener presente físicamente al presunto
incapaz, constituido en la audiencia para tal fin, o bien de no poder moverse, o por alguna razón se
encuentra internado al presunto incapaz el o la Jueza tendrá que constituirse al lugar donde se
encuentra para visualizar el estado de incapacidad, además de oír a la cónyuge o al cónyuge si lo
tuviere o a los parientes más próximo que no hayan formulado la solicitud; entendido que cuando la
solicitud se desprenda del cónyuge, será obligación del Juez o Jueza citar y oír al cónyuge, muy
distinto del caso cuando la solicitud devenga de los hijos, tíos, padres, etc. Además de lo referido
anteriormente el Juez o Jueza se deberá apoyar del dictamen del Consejo Técnico Asesor, de los
especialistas que considere y aún dispondrá otras medidas que considere necesarias para arribar a una
convicción de que el presunto incapaz es verdaderamente un incapaz.19
19 Circular de la CSJ del 29 de octubre de 2015. Declaración de Incapacidad Judicial. ¿Para la declaración de incapacidad judicial, deben examinar al
presunto incapaz, al menos dos Médicos? En concordancia con el artículo 31 del Código de Familia. Se considera: De lo establecido en dicho artículo,
se infiere que el Médico Forense es uno de los Galenos y el otro debe ser un Médico nombrado por el Judicial, para emitir informe acerca de las causas,
realidad y grado de incapacidad. Éste último, distinto del Médico de asistencia del paciente. El Médico debe encontrarse en el ejercicio de su profesión,
pudiendo prestar sus servicios en Hospital privado o público, debidamente inscrito ante el Ministerio de Salud. Institución que remitirá un listado de los
Médicos activos a nivel nacional. Cada año se actualizará dicho listado en el mes de enero. Los honorarios del Médico, cuando sea privado, deben ser
asumidos por la parte que solicita la declaración de incapacidad judicial. Se instruye: La autoridad judicial de familia, para otorgar la declaración de,
incapacidad judicial, debe cumplir la regla especial de contar con los informes de los dos Médicos, acerca de las causas, realidad y grado de incapacidad.
Una vez declarada la incapacidad judicial, la autoridad judicial de familia, debe proceder al nombramiento del Tutor o Tutora.
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Jaime Alfonso Solís Romero
Capítulo V.
6. Comentarios
Por un interés didáctico debemos abordar el tema de los gabinetes de forma unida para mejor
comprensión, así los gabinetes de la familia, la comunidad y la vida, fueron constituidos por el
gobierno sandinista en el año 2012, y se organizan con personas, mujeres, hombres, jóvenes, adultos
grandes, que viven en una comunidad, y quieren reflexionar y trabajar juntos y juntas con el objeto de
que en ese espacio promueven la consideración, la estima, la autoestima y el aprecio entre quienes
habitan y comparten una comunidad, promueven la identidad y el sentido de pertenencia de una
comunidad, la comunicación y la convivencia fraternal, se trata de ser responsable y solidaria entre
las personas y las familias de una comunidad, - tratan de mejorar la vida y la vida de la comunidad,
procurando unidos el bien común,- busca aplicar el modelo de valores, cristianos, socialistas y
solidarios, que dignifica y procura protagonismo, capacidades, responsabilidades, deberes y derechos,
y más espacios de participación complementaria y de decisión, en todos los ámbitos de la vida. Su
organización de los gabinetes de la familia, la comunidad y la vida están integrados por todos y todas
las y los ciudadanos que desean acompañar y acuerpar, para reflexionar, aprender, aportar y actuar
juntos y juntas sobre todos los temas de la vida en nuestro país, que subraya en ser cristiana,
socialista, solidaria. La comunidad se organiza para promover valores cristianos, valores y unidad
familiar, autoestima y estima, responsabilidad, derechos y deberes, comunicación, convivencia,
entendimiento y espíritu de comunidad, que les ayuden a lograr más comprensión y consideración
entre los vecinos, dispuestos a asumir el protagonismo, la solidaridad y la complementariedad en sus
vidas. Además agrega el documento base de los gabinetes que también se organizan para agradecer a
Dios por todo lo que somos y todo lo que tenemos, para apreciar más nuestras bendiciones, y para
continuar prosperando y mejorando nuestras vidas en: salud, educación, ambiente limpio, digno y
sano, protección y restauración ambiental, el cuido responsable y mejoría de los bienes de la
comunidad, se promueve las tradiciones, cultura, fiestas religiosas, conmemoraciones históricas,
recreación y entretenimiento sano, espacios de convivencia, deportes, y otras actividades sociales, la
seguridad ciudadana, la promoción de derechos de la mujer, derechos de la juventud, protección a las
familias y promoción de sus derechos, la prevención y atención contra la violencia hacia las mujeres,
violencia intrafamiliar, violencia juvenil, accidentes de tránsito, consumo de drogas; consumo
excesivo de licor, alcoholismo, y tantos otros desafíos de la vida contemporánea; se capacitan y
organizan para enfrentar desastres naturales, la promoción de identidad y espíritu comunitario para
respaldarnos como familia ante enfermedades, duelos, accidentes, incendios y otras tragedias de la
vida, atención humanitaria de la comunidad ante casos de abandono, discapacidad total, demencia,
etc. Los gabinetes de la familia, se reúnen para celebrar juntos, cumpleaños, aniversarios,
religiosidad, cultura, historia y otros eventos importantes en la vida de la comunidad, emprenden y
realizan proyectos con esfuerzo propio de cada comunidad, para hacer la vida más digna, y el entorno
más limpio, ordenado, saludable, cuidado con cariño, habitable por seres humanos que se consideran
y aprecian entre sí. El funcionamiento de cada gabinete elaborado en base a su realidad, su propio
calendario de reuniones semanales, talleres, capacitaciones, reflexiones, y todo lo que represente el
fomento de valores cristianos, socialistas y solidarios, para prosperar desde el bien común, en
conciencia, en relaciones humanas, y en la vida material de la comunidad. Cada gabinete se ocupará
de promover esas charlas, talleres, capacitaciones, reflexiones, y todo tipo de actividades que
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Jaime Alfonso Solís Romero
promuevan el modelo cristiano, socialista y solidario, que prioriza dignidad, protagonismo,
responsabilidad ciudadanos, deberes y derechos, y complementariedad, así como la aplicación de
capacidades, talentos y de la energía emprendedora de los y las nicaragüenses, en todos los ámbitos
de la vida. En cada gabinete de la familia, la comunidad y la vida, se designará equipos rotativos de
coordinación, según sus realidades y necesidades, con períodos mínimos de funcionamiento de un
mes, y máximo de tres meses. Estos gabinetes creados y que su labor es que mantengan una presencia
de la misma población para auto desarrollarse y emprender acciones que mejoren la vida de los
miembros de la comunidad, barrio, asentamiento etc., las acciones son múltiples para mejorar la vida
de todos y todas; así vemos en la educación que tiene como tarea acompañar a nuestras escuelas para
mejorar cada vez más la educación de nuestros hijas e hijas, participar con protagonismo en: que las
niñas y niños se matriculen y asistan a clases, actividades para tener una escuela bonita, limpia y
segura, en el resguardo y la preparación de la merienda escolar, conseguir lugares para abrir puntos
para alfabetización, animando a los estudiantes a continuar estudiando para salir adelante en la vida,
en el mejoramiento de la educación técnica para que poco a poco sea de más calidad y utilidad, en
conocer y que nuestros hijos e hijas sepan qué hacer a la hora de un temblor o cualquier desastre,
promover una cultura de comunicación con los maestros para colaborar desde la casa en que niños,
niñas, muchachos y muchachas sean aplicados en sus tareas y aprendizaje, en la realización de
actividades culturales, y celebraciones de días festivos desde la escuela y la comunidad. Referente a
la salud, cabe destacar que los gabinetes deben promover una cultura de aseos y ser aseados.
Promover la importancia de vivir en lo limpio y cómo lograrlo, evitar que nuestros animales de la
casa y los del barrio o comarca nos transmitan enfermedades, controlar las cucarachas, los ratones,
los chinches, las pulgas, las garrapatas, y los “jelepates” (telepates) con medidas naturales e
higiénicas, mantener la casa y la comunidad sin zancudos, eliminar “los clavitos” o larvas de
zancudos sólo con medidas de limpieza y aseo, aprender cómo la basura produce enfermedades y
enterrarla para que no nos enfermemos, lograr que la familia y la comunidad apoyen y acompañen a
las chavalas adolescentes que salgan embarazadas, promover que las mamás le den el pecho a los
niñas y niños en los primeros 6 meses de edad; lograr que las familias de la comunidad conozcan y
cuiden lo que sus hijos e hijas deben ir haciendo de acuerdo a su edad. (amor para los más chiquitos),
promover el cuido especial de las tiernas, niños chiquitos, y de los más viejitos de la comunidad.
Referente a la seguridad ciudadana los gabinetes tienen que desarrollar capacitaciones que permitan
la sensibilización y apropiación de la prevención de la violencia hacia la mujer, adolescentes y
jóvenes en situación de riesgo y prevención de los accidentes de tránsito, mediante equipos
multidisciplinarios de la policía nacional que articulen desde la comunidad el cambio de actitudes en
las familias y su entorno comunitario, a través de: reuniones, asambleas, talleres, foros, cines-foros,
comisarias móviles en los barrios visitas casa por casa actividades recreativas, deportivas, culturales,
concursos literarios, pintura y juegos tradicionales en cuanto a las acciones de ambiente y naturaleza,
pretende el gobierno sandinista que se deben unir desde cada familia, cuidando, protegiendo,
conservando las plantas, los árboles, nuestros bosques naturales, las flores, los animales en nuestras
comarcas, parcelas, barrios y comunidades. Sembrar nuevas plantas y árboles, preferiblemente
especies nativas, propias del lugar, evitando los incendios; no realizar quemas de monte, arbustos y
malezas, sino podarlas y enterrarlas; no quemar la basura sino enterrarla, no botar basura, recogerla,
ver lo que se puede volver a ocupar como los envases plásticos, las latas, el papel, se pueden vender a
los recicladores; las hojas, troncos, ramas de los árboles se pueden utilizar como abono. evitar que la
basura llegue a los ríos, lagos, lagunas, quebradas, manantiales y cauces que están dentro y/o cerca
de la comunidad, porque ensucian sus aguas, instalar y mantener limpias las letrinas, para nuestra
salud, proteger las fuentes de agua de la comunidad, los ojos de agua o manantiales, cascadas, ríos,
lagos, lagunas y mares, conservándolos limpios, revisar que las llaves del agua estén cerradas para
40
Jaime Alfonso Solís Romero
que no se derrame, y ahorrarla en todo lo que hagamos, ahorrar energía eléctrica, apagando las luces
y desconectando los aparatos cuando no los estemos utilizando. Cuidar juntos las luminarias y los
paneles solares de la comunidad, etc., es objetivo inculcar y hacer consciencia sobre los desastres
naturales, en efectuar campañas de información y reflexión para prepararnos a enfrentar los
fenómenos naturales, mantener limpios el entorno y el interior de los cauces, no quemar monte ni
basura en ninguna parte.
Título I
Disposiciones Generales
Capítulo Único
La Familia
1. Concepto jurídico
Título II
Del Parentesco
Capítulo I.
3. Clases de parentesco
El parentesco se clasifica doctrinalmente en parentesco de consanguinidad y afinidad.
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Jaime Alfonso Solís Romero
Debe aclararse que el grado de parentesco es idéntico al que tiene el otro cónyuge o conviviente, por
ejemplo: los padres de un cónyuge o conviviente son padre por afinidad del otro: los hermanos, tíos,
etc. por afinidad del otro. Lo mismo con respecto a los descendientes; el o los hijos o hijas de uno de
los consortes (compañeros, esposas) haya tenido con anterioridad al matrimonio (habidos con tercera
persona) se convierten en hijos e hijas por afinidad de su cónyuge.
Hemos dicho anteriormente que los parientes consanguíneos recíprocos de uno y otros cónyuges no
son parientes por afinidad. El matrimonio o convivencia no crea lazos de parentesco entre dos
familias, la de ella y la de él. Solamente se entabla el parentesco entre el cónyuge varón y la familia
de la mujer y entre el cónyuge mujer y los familiares de su consorte. Pero recordemos que los
cónyuges no son parientes por razón del matrimonio. Se convierten en cónyuges, forman una pareja,
son familiares lo más estrechamente unidos por el derecho y por los lazos efectivos y morales, más
no son parientes. Un punto esencial y lo ha retomado el CF es que la afinidad no concluye por la
muerte, obviamente, aunque no haya prole del cónyuge del cual se deriva. Así también lo regulaba el
Código Civil, pero agregaba; “salvo las excepciones legales” (Arto. XXII, Inc. 30 Tit. Prel C.), el
artículo fue tomado del acto. 52 del C, de Italia.
Capítulo II.
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Jaime Alfonso Solís Romero
originarios y afrodescendientes, la autoridad comunal de acuerdo con el derecho
consuetudinario y las leyes vigentes podrán adoptar medidas de protección de urgencia para
proteger a víctimas de violencia”. No olvidar el Decreto 25-2020, Protocolo de Atención Integral
para Niños, Niñas y Adolescentes Víctimas de Violencia Sexual, emitido por la Presidencia.
Título III
Del Matrimonio
Capítulo I.
Sumario: 1. Panorama histórico del matrimonio en general. 1.1. Promiscuidad primitiva. 1.2.
Matrimonio por grupos. 1.3. Matrimonio por rapto o captura. 1.4. Matrimonio por compra. 1.5.
Matrimonio consensual. 2. Evolución del matrimonio. 3. El matrimonio de acuerdo al Código
de Familia. 3.1. Naturaleza jurídica del matrimonio. 3.2. Matrimonio como contrato. 3.2.
Matrimonio como institución. 3.3. Matrimonio como un acto jurídico. 4. Diferentes tipos de
matrimonio en Nicaragua. 4.1. Matrimonios especiales. 4.2. Matrimonio en peligro de muerte.
4.3. Matrimonio celebrado en el extranjero. 4.4. Matrimonio entre extranjeros o extranjeras y
nicaragüense. 4.5. Inscripción del matrimonio en el Registro del Estado Civil de las Personas.
4.6. Matrimonio celebrado en el extranjero sin capitulaciones de bienes. 4.7. Matrimonio
mediante poder especialísimo. 4.8. Validez del matrimonio contraído mediante poder revocado.
4.9. Validez de matrimonio celebrado entre personas extranjeras. 4.9.1. Efectos del matrimonio
entre extranjeros o extranjeras y nicaragüense. 5. Aptitud e impedimentos para contraer
matrimonio. 5.1. Impedimentos absolutos. 5.2. La edad. 5.3. Matrimonio o unión de hecho
estable anterior. 5.4. Carencia de capacidad. 5.5. Parentesco en línea recta. 5.6.
Consanguinidad. 5.7. Parentesco colateral. 5.8. Homicidio doloso y su participación. 6.
Impedimentos relativos. 7. Impedimentos prohibitivos. 8. Derechos y deberes que nacen del
matrimonio. 9. Edad para contraer matrimonio. 10. Personas interesadas y declaración de la
unión de hecho estable. 11. El acto y acta de celebración del matrimonio. 12. Consignación en el
acta del matrimonio. 13. Oposición para la celebración del matrimonio. 14. Aporte económico
de los cónyuges en la familia. 15. Matrimonio putativo. 16. Inscripción del acta del matrimonio.
17. Definición de la Unión hechos estable. 18. Escritura pública para su constitución. 19.
Reconocimiento judicial. 20. Publicidad de la Unión de hecho estable. 21. Invalidez de la Unión
de hecho estable. 22. Derechos a la porción conyugal y a la herencia. 23. Derecho y deberes del
matrimonio aplicable a la unión de hecho estable.24. Formas de disolver el matrimonio.
Comentarios
1. Panorama histórico del matrimonio en general
Por ser el matrimonio la forma casi universal de constituir la familia, el panorama único del mismo
coincide con el de la familia. En este programa, se estudiará tal vez la conducta del hombre en el
matrimonio; ya que el varón viola, rapta, compra, se disputa, cambia, persigue, repudia, posee, se
apropia de la mujer. Conductas activas y dominantes del macho contra la supuesta o real positividad
de la hembra.
50
Jaime Alfonso Solís Romero
1.1. Promiscuidad primitiva
En las comunidades primitivas existió al inicio una promiscuidad tal que impidió determinar la
paternidad y, por lo tanto, la organización social de la familia se reguló siempre en relación con la
madre. En consecuencia, los hijos seguían la condición jurídica y social de aquella, dándose así lugar
al aparecimiento del régimen del matriarcado.
1.2. Matrimonio por grupos (Cenogamas)
Esta forma de matrimonio se presenta siempre con cierto grado de promiscuidad, pero relativa. Pues
debido a la creencia mística derivada del toteísmo y la exogamia, los miembros de una tribu se
consideraban hermanos entre sí, y por tal razón no podían contraer matrimonio con las mujeres del
propio clan. De aquí, pues la necesidad de buscar la unión sexual con las mujeres de una tribu
diferente. Una característica de esta etapa es que, el inicio, el matrimonio no se celebró en forma
individual, sino que determinados hombres de un grupo celebraban matrimonio con otro grupo de
igual número de mujeres de tribu distinta. Este matrimonio colectivo traía como consecuencia un
desconocimiento de la paternidad, manteniéndose así, por lo tanto, el sistema de filiación uterina, es
decir, el régimen matriarcal. Los hijos siguen bajo esta forma de matrimonio la condición social y
jurídica que corresponde a los distintos miembros del clan materno.
1.3. Matrimonio por rapto o captura
En época posterior a las formas anteriores de matrimonio, y quizás como producto de las guerras y
las ideas de dominación que se presentan en las distintas colectividades humanas cuando lograron
cierto desarrollo, aparece el matrimonio por rapto. En esta fase, la mujer es considerada parte del
botín de guerra y, en consecuencia, los vencedores adquieren en propiedad a las mujeres que logran
arrebatar al enemigo de la misma manera que se apropian de bienes y animales.
1.4. Matrimonio por compra
Aquí se consolida definitivamente la monogamia, adquiriendo el marido un derecho de propiedad
sobre la mujer, quien se encuentra totalmente sometida a su poder. La familia se organiza
jurídicamente reconociendo la potestad del esposo y padre a la vez, para reglamentar la filiación en
función de la paternidad, pues esta es conocida. Asimismo, la patria potestad aparece configurada en
una concepción totalmente romanista, ya que se admite el poder absoluto e ilimitado del páterfamilia,
sobre los distintos miembros que integran el grupo familiar.
1.5. Matrimonio consensual
En esta etapa el matrimonio se presenta como una manifestación libre de voluntades entre hombre y
mujer, quienes se unen para constituir un estado permanente de vida y de perpetuación de la especie.
Esta etapa que configura el concepto moderno de matrimonio, el cual de una u otra forma se ve
influenciado por ideas religiosas, para convertirse en un sacramento según el Derecho Canónico, en
un contrato, como lo consideran los diversos juristas positivistas y así lo han plasmado en las
legislaciones a raíz de la separación de la Iglesia y el Estado, o como un acto de naturaleza compleja
en el que se interviene además un funcionario público.
Evidentemente que en la evolución del concepto moderno del matrimonio han intervenido distintos
factores, los que podemos reducir, así:
El concepto romano.
El concepto canónico.
El carácter laico del matrimonio en algunas concepciones jurídicas positivas.
2. Evolución del matrimonio
El presidente Don Tomás Martínez, aprobó el Código de 1867 que rigió hasta el 5 de mayo de 1904,
fecha en que entró en vigencia el Código Civil. El Código de 1867, se basó fundamentalmente en las
leyes coloniales de la antigua monarquía española, la que a su vez eran el resultado de combinaciones
de derecho romano, derecho bárbaro, feudal, canónico y consuetudinario (costumbre). Esas leyes
51
Jaime Alfonso Solís Romero
institucionalizaban los valores ideológicos de una sociedad que pretendía someter totalmente a la
mujer al dominio del hombre. Bajo esa perspectiva el anterior artículo 103 del citado código, definían
al matrimonio como “un contrato por el cual un hombre y una mujer se unen actual e
indisolublemente y por toda la vida, con el fin de vivir juntos, de procrear y de auxiliarse
mutuamente” de acuerdo con este concepto, el matrimonio presentaba las siguientes características:
1. Por el contrato del matrimonio el hombre y la mujer se unían indisolublemente y por toda la vida.
2. Ese contrato era celebrado ante autoridad eclesiástica. 3. Por el matrimonio, ipso jure (por derecho)
se daba una sociedad de bienes (SOCIEDAD CONYUGAL) entre los cónyuges, en el cual el
matrimonio tomaba la administración de los mismos. 4. El marido ejercía la potestad marital (arto.
133), que comprendía un conjunto de derechos concebidos al marido, sobre la persona y bienes de la
mujer. En atención a este precepto, el marido podía obligar a la mujer a vivir con él y seguirle donde
él fuera. 5. La mujer casada era despojada de la facultad de contratar y disponer libremente de sus
bienes.
53
Jaime Alfonso Solís Romero
consecuencia misma de la voluntad de las partes que en ella intervienen. Y en caso del matrimonio, si
bien es una convención que crea obligaciones, dichas obligaciones no nacen de la voluntad de los
novios que se casan sino por el ministerio de la ley. Los que participan en este evidente acto jurídico
al expresar su voluntad libre de casarse, no crean obligaciones de esa voluntad de ellos en los
contratos vulgares, sino que activan y producen obligaciones ya predeterminadas por la ley. Ellos
llenan la condición para activar el indicado aparato que regirá su situación jurídica.
En resumen: Esta bien considerar al matrimonio como institución, pero cuando este ya ha sido
formado, contraído o celebrado. Una vez realizado existe todo un conjunto de normas jurídicas de
orden público que regularán ese estado de cosas que se han formado.
4.5. Inscripción del acta de matrimonio en el Registro del Estado Civil de las Personas (art.71).
55
Jaime Alfonso Solís Romero
“Los matrimonios celebrados en el territorio nacional serán inscritos en el Registro del Estado
Civil de las Personas del municipio donde se celebró, dentro de los treinta días hábiles, contados
a partir de su celebración. Las personas nicaragüenses residentes en el extranjero que
contraigan matrimonio en el lugar de su residencia, deberán inscribirlo en el consulado de
Nicaragua del país de residencia, dentro de los noventa días hábiles siguientes a la celebración,
o ante los jefes de misiones donde no se halle cónsul o funcionario con funciones consulares
acreditado. En caso de no haber consulado en ese país, ni misión diplomática, deberán
inscribirlo en el Registro del Estado Civil de las Personas del municipio donde este asentado su
certificado de nacimiento dentro de treinta días hábiles contados a partir de su primer ingreso
al territorio nacional. Cuando los contrayentes tuvieren su domicilio en Nicaragua y contraigan
matrimonio en el extranjero, deberán inscribirlo conforme se establece en la parte final del
segundo párrafo del presente artículo. En todos los casos, de no cumplir con el requisito de
inscripción en los plazos establecidos, incurrirán en la mulla establecida en el Plan de Arbitrios
correspondiente. Las personas autorizadas, están obligadas a informar a los contrayentes de la
necesidad de inscribir el matrimonio en el correspondiente Registro”.
4.9. “Validez del matrimonio celebrado entre personas extranjeras (art. 75).
“El matrimonio celebrado entre personas extranjeras fuera del territorio nacional y que sea
válido con arreglo a las leyes del país en que se celebró, surtirá todos los efectos civiles en
Nicaragua si fijaren su residencia en éste, con arreglo al orden interno, quedando a salvo los
derechos de los hijos e hijas”. Comentarios
En relación con el matrimonio celebrado fuera del territorio nacional entre dos extranjeros, rigen en
cuanto a su validez las leyes del país en que se celebró y siendo válido conforme las leyes de ese país,
surtirá todos los efectos civiles en Nicaragua.
Los dos extranjeros casados fuera del territorio nicaragüense se consideran casados en Nicaragua, aun
cuando entre ellos existieren algunos de los impedimentos según la ley nicaragüense, siempre que ese
hecho no fuere considerado como impedimento en el país donde el matrimonio fue celebrado, pues
deducimos esta situación de la misma esencia de la norma. Se reconoce validez en Nicaragua al
matrimonio de extranjeros que fuere válido conforme las leyes del país donde se celebró. No es de
balde aclarar que por razones del orden interno (orden público) y la naturaleza del matrimonio
concebido, sería imposible que se reconociera el matrimonio entre personas del mismo sexo. No
debemos obviar la razones y principios Constitucionales que rigen el matrimonio porque se podría
creer falsas especulaciones de contraer matrimonios entre personas del mismo sexo u otro
impedimento que constriñen la moral y las buenas costumbres social23.
4.9.1. Efectos del matrimonio celebrado por extranjero o extranjera y nicaragüense (art.76). “El
matrimonio celebrado en el extranjero entre nicaragüenses o entre nicaragüense y extranjero o
extrajera también producirá efectos civiles en el territorio nacional, si se hace constar que se
realizó con todas las formalidades y cumpliendo los requisitos que en el lugar de su celebración
establecen las leyes y que él o la nicaragüense no ha contravenido las disposiciones de este
Código e ingresando los documentos al país cumpliendo con los requisitos para surtir efectos en
el territorio nacional”.
Comentarios
El legislador quiso remarcar de manera insidiosa el reconocimiento del casamiento entre un
extranjero o extranjera con un nicaragüense fuera del país o lo que se conoce como el “Matrimonio
celebrado en el extranjero” de tal manera que el Código de Familia admite que puede contraerse
válidamente un matrimonio fuera del territorio nacional, por un nicaragüense y extranjera, con los
requisitos y documentación exigida anteriormente; además en el art. 76 innova el CF que se puede
contraer matrimonio y surte validez en sede diplomática esto es ante el agente diplomático o cónsul,
embajadores respectivo, siempre que se haga de acuerdo a nuestra legislación, disposición que está en
correspondencia con el arto. 42 del Código de Bustamante, (código de derecho internacional
privado), que dice: “en los países en donde las leyes lo admiten, los matrimonios contraídos ante los
57
Jaime Alfonso Solís Romero
funcionarios diplomáticos o agentes consulares de ambos contrayentes, se ajustaran a su ley
personal”.
Algo novedoso sobre el matrimonio en el extranjero, y al fijar el domicilio en nuestro país es que la
ley, al amparo en el art. 78 Cf, dice: “Los que hayan contraído matrimonio en un país extranjero
y fijaren su domicilio en Nicaragua, se tendrán como no separados de bienes, siempre que de
conformidad a las leyes bajo cuyo imperio se casaron, haya habido entre ellos sociedad de
bienes; pero quedan en libertad de celebrar capitulaciones o establecer el régimen económico
matrimonial que de conformidad a las leyes nicaragüenses tuvieren a bien”.
En la celebración del matrimonio se encuentra subordinada a la presencia de los presupuestos
necesarios para contraerlo, los cuales son de índole negativa. En la primera fase negativa aparecen en
forma de prohibiciones, como circunstancias que impiden casarse el individuo con algunas de las
personas mencionadas o determinadas personas.
El estudio de los impedimentos es importante ya que darán lugar a la declaración de la nulidad o
anulabilidad del matrimonio.
23
Consulta del 14 de Julio de 1980, señala que: "Son válidos los matrimonios ante un agente Diplomático o Consular Nicaragüense, aunque un
contrayente sea extranjero. Sin embargo, si el país extranjero no lo acepta es conveniente instruir a esos funcionarios para que no lo celebren.
Capítulo II.
padre o madre del cónyuge muerto (suegro o suegra) ni con los hijos o hijas del cónyuge fallecido o
fallecida que hubiere tenido de anterior matrimonio.
Sin embargo, dejo claro que la afinidad no constituye impedimento, donde se puede observar que el
matrimonio entre cuñados después de la muerte del cónyuge que ha dado lugar a la afinidad; y lo
mismo se puede decir de los demás consanguíneos colaterales del cónyuge muerto. Agrego también
que se puede contraer matrimonio con los cuñados o cuñadas disueltos el vínculo matrimonial.
Recuérdese que la afinidad persiste aún declarado disuelto el vínculo matrimonial o disuelto la unión
libre.
5.6. e) Consanguinidad
Por su importancia la consanguinidad comprende al padre, madre, abuelos, bisabuelas, hijas, hijos
nietas, bisnietos. Comprende los señalados fuera aún del matrimonio. Se incluye al hijo adoptado
como hijo biológico del adoptante, razón por lo cual se considera hijo para todos los efectos,
máximos para contraer matrimonios con su madre o padre adoptivos. No hay duda tampoco sobre los
parientes de éste es decir entre los hijos naturales del adoptante por decir algo y el adoptado. Duda si
existe en cuanto a los familiares del adoptado y su nueva familia.
20 El Embarazo de una menor no autoriza prescindir del consentimiento de sus padres". Consulta del 25 de Mayo de 1983.
59
Jaime Alfonso Solís Romero
5.7. f) Parentesco colateral
Se refiere al matrimonio contraído entre hermanos, hermanas, ya que sería incestuoso. Nuestro
Código, prohíbe el matrimonio entre tía y sobrino o entre tío y sobrina, y hasta entre primos. “…Los
ascendientes y descendientes y demás parientes colaterales hasta el cuarto grado de consanguinidad”
5.8. g) Homicidio doloso y su participación
Este impedimento se funda en razones de moralidad pública, la ley no distingue si es en grado
tentativa o frustrado, categóricamente entendido como consumado y doloso. No encaja en la causal el
tipo penal de imprudencia. Se debe incluir al encubridor como un tipo penal autónoma, y a los
autores y partícipes referentes que existen autores directos, intelectuales, mediatos, inductores,
cooperadores y los que actúan en nombre de otro etc., que de alguna manera son autores, como el
cómplice.
61
Jaime Alfonso Solís Romero
La idoneidad del testigo o su ausencia, el Poder o la autorización del representante legal del o la
contrayente, etc.
62
Jaime Alfonso Solís Romero
los mismos derecho de elegir el domicilio y residencia conyugal, i) los mismos derechos a cada uno
de los cónyuges en materia de propiedad, compras, gestión, administración, goce y disposición de los
bienes, tanto a título gratuito como oneroso.
Nuestra norma aclara mejor esa visión de igualdad entre los cónyuges, al precisar que los cónyuges
deciden libre y responsablemente el número de hijos e hijas, así como el intervalo de sus nacimientos,
contando para ello con información, educación y medios que les permitan ejercer adecuadamente este
derecho; ejercer su profesión u ocupación, tener propiedades y disponer de los bienes a título gratuito
o a título oneroso.
Una vez celebrado el matrimonio con todos los requisitos de existencia y validez que la ley exige al
respecto, surge para los contrayentes un estado civil nuevo, el estado de casados, el mismo que está
regulado por la institución matrimonial. Esto da lugar al nacimiento de una serie de efectos, tanto de
orden personal como de orden patrimonial. Tres puntos de vista que podemos analizar: en cuanto a la
persona y en cuanto a sus bienes y un tercero incluido en ambos.
De manera general expondremos algunas consideraciones como consecuencias jurídicas en las
personas de los cónyuges, al menos las sensibles para el lector.
Debemos señalar que en la actual legislación se establece la igualdad y reciprocidad de derechos y
deberes entre los cónyuges. Ambos están obligados a contribuir cada uno por su parte a los fines del
matrimonio y a socorrerse mutuamente, significa entonces que ambos decidirán el número y
esparcimiento de sus hijos. Es decir, tendrán que ponerse de acuerdo cuantos hijos tendrán y en qué
momento, puntualizamos también que la procreación de hijos e hijas muchas veces estará
determinada o mejor dicho siempre por la condición física y psíquica de los cónyuges respondiendo a
un punto esencial lo económico. Sabemos que muchas parejas no pueden tener hijos, aunque así
decidan y contribuyan cada uno por su parte a su logro. Pero el derecho a la libre procreación
comulgada en el CF, puede dar lugar a serios conflictos entre las parejas, en defecto si uno de los
cónyuges no desea tener hijos, mientras que el otro sí, ¿cuál será la conducta a seguir? puede el
marido obligar a la mujer a un embarazo o que aborte o utilice anticonceptivos?, cuestiones como
estas considero como otros autores ya no pertenecen a la discusión de la intimidad entre los esposos.
Si no se tratan con cuidado, con respeto y en común acuerdo puede llegar al rompimiento del
matrimonio. Tampoco podríamos alegar que la unión entre el hombre y la mujer, su objeto es la
procreación, de acuerdo la ayuda mutua, pero nuestro Código mantiene una concepción moderna de
los efectos del matrimonio y el fin primario no es la procreación sino la comunidad de vida personal
entre el varón y la mujer. Sostienen algunos autores como Antonio Picado en las discusiones del
Código de Familia de Costa Rica que “...afirmar que el matrimonio tiene por objeto la procreación
parece ser ya una idea anticuada, más de tinte religioso que social. La procreación puede ser
consecuencia, pero no fin, porque las mismas instituciones estatales tratan de evitar la explosión
demográfica mediante el convencimiento y el uso de anticonceptivos…”. En su libro de derecho de
familia el autor Gerardo Trejos expresaba en su momento que, aunque la ley no enuncia los
siguientes derechos y deberes, pueden ser citados a manera de ejemplo, el deber de sinceridad, el de
paciencia, la obligación de velar por el propio sentido del honor, para impedir que se lesione el honor
del cónyuge. Estos mismos han sido recogidos en nuestro CF, véase art. 79.
Por mandato, la ley en su art. 80 y siguientes del CF, señala la reciprocidad de los contrayentes en la
obligación de guardarse fidelidad y socorrerse mutuamente, además el deber de vida común y la
cohabitación. Un aspecto a destacar es el deber de vivir en hogar común conyugal. El siguiente
derecho-deber entre los cónyuges es el de cohabitación. Deben vivir juntos en el domicilio conyugal,
este es el que ambos escogen libremente para convivir.
Pero que quiso establecer el legislador familiar sobre este acápite del arto.79 CF, establecer un hogar
común, ¿pero qué es? “Se entiende el lugar donde viven los cónyuges y sus hijos, disfrutando
63
Jaime Alfonso Solís Romero
aquellos de la misma autoridad y consideraciones por lo que no basta para tener constituido un
domicilio conyugal y pretender la incorporación a él, de la esposa y de los hijos e hijas, que el marido
o la esposa se limite a señalar como lugar en que debe establecerse el hogar, la casa en que viven,
sino que tiene que justificar obligaciones y el ejercicio de los derechos derivados del matrimonio; lo
que requiere además de ciertas condiciones materiales como espacio, servicios, etc., la demostración
de un domicilio propio y no el de algún familiar o amigo de los cónyuges.
La elección del domicilio en conjunto es la consecuencia lógica de la comunidad de vida y se traduce
al principio de la igualdad del hombre y la mujer en el matrimonio la excepción está determinada en
el mismo articulado. Esto conlleva ciertos vaivenes jurídicos, y de salubridad, en la hipótesis del
marido o esposa funcionario o funcionaria, diplomático, enfermo, enferma y en la posibilidad de ser
seguido por el cónyuge varón o mujer.
Meritorio es que el Código de Familia regula expresamente de la obligación reciproca prestarse al
llamado “deber” o acto o “débito” conyugal, tal obligación se comprende en la obligación de hacer
vida común que se les impone y en el deber de socorrerse mutuamente que es una conclusión lógica
de los fines del matrimonio, así como hemos expresado el mutuo auxilio.
La prestación de cooperación y ayuda mutua, es quizá una consecuencia de mayor trascendencia en el
matrimonio, pues implica una serie de conductos variados y permanentes de solidaridad entre los
casados. Es conocida doctrinalmente como de mantenimiento, deber de asistencia, que significa la
obligación de suministrarse mutuamente, durante el matrimonio todo lo necesario las exigencias de la
vida, en proporción de los propios haberes. Tanto el marido como la mujer están obligados al
mantenimiento mutuo obligación que cesa por el hecho de que uno u otro habiéndose ausentado sin
justa causa realizándose el divorcio unilateral o abandonen el hogar.
Por otra parte, la obligación del mantenimiento, de socorrerse mutuamente, es distinta que la
obligación de los alimentos, siendo la primera más amplia que la segunda. La diferencia entre ambas
obligaciones las veremos al tratar los alimentos.
Por su importancia disgregamos la fidelidad como la obligación de la lealtad entre los cónyuges, es
decir dejar la promiscuidad, las divisiones que destruyen las parejas, lo que en un momento
conocimos como el adulterio y para ser justo el mal llamado e hipócrita y derogado amancebamiento
del varón. La fidelidad había sido siempre un deber absoluto para la mujer y su incumplimiento,
sancionado con terribles penas, incluyendo la muerte por lapidación que relata la historia.
El deber de fidelidad está explícito dentro de la regulación del matrimonio, pues expresado con las
palabras “Guardarse consideración y tolerancia en el trato, fidelidad y solidaridad afectiva…” los
cónyuges se deben reciproca fidelidad, el incumplimiento al mismo no es penado, ni como delito ni
civilmente. Pero bien, al menos el pudor de la fidelidad encontrado en el matrimonio, tiene como
objeto la exclusividad sexual de los cónyuges entre sí y la violación a la misma implica un ataque a la
lealtad, que puede herir muy gravemente los sentimientos del cónyuge ofendido, hasta el grado de
terminar con la relación conyugal por divorcio. El deber de fidelidad siempre había estado presente
en los sistemas jurídicos que consagran la monogamia.
La igualdad jurídica de los cónyuges, haciendo historia con el triunfo de la Revolución, Sandinista en
el año 1979, el Consejo de Estado de esa época eliminó todas las formas de discriminación contra la
mujer, fueran estas económicas, políticas y sociales y en especial aquellas marcadas históricamente
en los hogares nicaragüenses, estableciéndose una conducta de igualdad en función de proteger,
educar, representar, instruir y cuidar a los hijos menores así como el de tomar decisiones en beneficio
del menor y en el hogar. En aquel entonces el arto. 1, de la “Ley Reguladora de las Relaciones
madres, padre e hijos”, decreto 1065 del 2 de mayo de 1980, expresaba: “Corresponde conjuntamente
al padre y a la madre el cuido, crianza y educación de sus hijos menores de edad. Lo mismo que la
representación de ellos y la administración de sus bienes...” Este decreto, trataba de que ambos
64
Jaime Alfonso Solís Romero
cónyuges en completo acuerdo tomen las decisiones acerca de la conducción y dirección del hogar y
sus hijos. Con respeto al manejo de los bienes propios de cada uno de los cónyuges, ambos son libres
para administrar, contratar, disponer y ejercer las acciones y excepciones que le correspondan, sin
intervención de su pareja. Solamente si son menores de edad los hijos requerirán autorización judicial
para actos de enajenación que puedan realizar los cónyuges.
El art. 79 parte final señala que “El cónyuge o conviviente en unión de hecho estable declarada
notarialmente, tendrá derecho a cinco días calendarios de permiso con goce de salario y sin
pérdida de ninguna prestación social con ocasión del parto de su cónyuge o conviviente”. Esta
disposición no requiere mayor comentario por su claridad y sería mejor retomarla en las próximas
lecciones.
Capítulo III.
10. Personas autorizadas para celebrar matrimonio y declarar la unión de hecho estable (art.
62).
65
Jaime Alfonso Solís Romero
“Las personas autorizadas para celebrar el matrimonio y declarar la unión de hecho estable,
dentro del territorio nacional son: juezas y jueces de los juzgados de familia y donde no
hubieren, serán competentes los jueces y juezas de los juzgados locales de lo civil y locales
únicos, así como los notarios o notarías públicos que hubieren cumplido por lo menos diez años
de haberse incorporado ante la Corte Suprema de Justicia y las autoridades territoriales y
comunales de los pueblos originarios y afrodescendientes en las Regiones Autónomas de la
Costa Caribe. Las y los jefes de misión diplomática permanente y cónsules en el lugar donde se
encuentren acreditados, podrán autorizar matrimonios entre nicaragüenses o entre
nicaragüenses y extranjeros, sujetándose en todo a lo dispuesto en el presente Código”.
Comentarios
Para efectuar la celebración del matrimonio y para declarar la unión de hecho estable, dentro del
territorio nacional, es necesario que se cumplan previamente ciertos requisitos o formalidades entre
ellos tenemos: 1. Los funcionarios encargados. 2. Comprobación de los presupuestos necesarios
referentes a la aptitud de los contrayentes y falta de impedimentos para contraerlo. 3. Presentación de
determinados documentos generales y adicionales según el caso.
El primer requisito de todos aquellos interesados o interesadas en contraer matrimonio o formalizar la
unión de hecho, deben hacerla ante las juezas y jueces de los juzgados de familia y donde no hubiere,
serán competentes los jueces y juezas de los juzgados locales de lo civil y locales únicos, así como
las Notarias o Notarios Públicos que hubieren cumplido por lo menos diez años de haberse
incorporado ante la Corte Suprema de Justicia. Asimismo, las y los jefes de misión diplomática
permanente y las y los cónsules en el lugar donde se encuentren acreditados, podrán autorizar
matrimonios entre nicaragüenses o entre nicaragüenses y extranjeros, sujetándose en todo a lo
dispuesto en el presente Código (art.77). “Es válido el matrimonio contraído en el extranjero por
una persona nicaragüense, ante la o él agente diplomático o él o la cónsul de la República de
Nicaragua, o ante él o la Jefe de Misión Diplomática donde no haya Consulado o funcionario
con funciones consulares acreditado, con arreglo a las leyes nacionales”.
Ante estos funcionarios, previamente han de presentar los siguientes documentos:
a. Certificado de nacimiento de los solicitantes; b. Cédula de identidad de los solicitantes;
c. Llenar las diligencias de solicitud de matrimonio en donde se consignarán sus nombres y apellidos
y los de sus padres, profesión u oficio, lugar de nacimiento de cada uno de ellos y su residencia o
domicilio; d. Dos testigos idóneos, debidamente identificados que depongan bajo promesa de Ley
que los contrayentes tienen libertad para unirse en matrimonio. Los parientes son hábiles para
testificar en esta materia; e. La prueba de viudez si alguno de los cónyuges hubiere sido casado; f.
Certificación de la disolución del matrimonio o de la unión de hecho estable, si alguno de los
contrayentes hubiese estado casado o en unión de hecho estable con anterioridad o testimonio
debidamente inscrito de la declaración de disolución por mutuo consentimiento; g. Escritura pública
donde conste el Poder Especialísimo para solicitar y/o contraer matrimonio. La constancia de soltería
extendida por el Registro Central de las Personas. Certificado de nacimiento de los hijos e hijas
comunes que se pretenden reconocer en su caso; h. Identificación de los representantes legales que
autoricen el matrimonio, cuando proceda; i. Constancia de que se ha concedido la debida
autorización, por quien corresponda, en los casos que este Código exige.
El art. 65, expresa otros requisitos adicionales que habrá que presentar como requisito especial,
según el caso:
a. La certificación de la sentencia ejecutoriada que apruebe las cuentas del tutora o tutor, en su caso;
b. El inventario solemne de los bienes que estén administrando el viudo o viuda de los hijos del
matrimonio precedente que estén bajo su tutela y cuyos bienes les pertenezcan a éstos, como
herederos del cónyuge difunto o con cualquier otro título. A fin de excluirles de los regímenes
66
Jaime Alfonso Solís Romero
económicos del nuevo matrimonio; c. Cuando hubiere hijos o hijas menores de edad del
matrimonio precedente y estos no tuvieren bienes inscritos a su favor deberá acompañar el
certificado de negativa de bienes extendida por el Registro de la Propiedad Inmueble y Mercantil
correspondiente; d. Cuando no hubiere hijos o hijas menores de edad de matrimonio precedente
deberá acompañar el certificado de negativa de hijos e hijas extendido por el Registro del Estado
Civil de las Personas correspondiente.
No se autorizará la celebración del matrimonio, señala la disposición legal, mientras no se
cumplan los requisitos antes señalados.
Requisitos y requisitos adicionales para la celebración del matrimonio y en su caso de la
declaración de la unión de hechos estable:
Comentarios
Certificado de Nacimiento.
Es de suma importancia la presentación de la certificación de la partida de nacimiento de los
contrayentes, esto es para comprobar la edad, a fin de constatar si no hay impedimento por razón de
la edad (arto. 51.a CF) y a los fines de la eventual necesidad del otorgamiento del permiso necesario
del padre o la madre, tutor o representante legal.
Cédula de identidad
Como el documento base para realizar cualquier transacción administrativa, civil o comercial que nos
identifica de inmediato, y produce certeza de nuestros nombres y apellidos, fecha de nacimiento entre
otros aspectos, lo que logra al final un doble control para el funcionario y mayor seguridad de que
efectivamente la persona que se casará es realmente quien asegura ser. Además de ser el documento
oficial, conforme a la ley de identidad ciudadana.
Deben ser presentados dos testigos idóneos que declaren bajo promesa de ley que cada uno de los que
desean contraer matrimonio no se encuentra unidos por anterior matrimonio, ni se encuentran
afectados por algún tipo de impedimentos. Por excepción a la regla general sobre la idoneidad de los
testigos se admiten como hábiles para testificar en esta materia a los parientes de los contrayentes,
tomándose en cuenta que por las mismas relaciones o vinculen que los ligan están en mayor
capacidad para tener conocimiento de los hechos.
Prueba de viudez
La o el que pretende casarse que hubiese estado ligado anterior matrimonio debe presentar
certificación de la partida de defunción del marido o esposa fallecida. Anteriormente ha expresado la
Corte Suprema de Justicia que: " La viudedad se comprueba con testigos y la partida de defunción del
cónyuge. Con el art. 64 Cf, inciso d, señala que “…la prueba de viudez si alguno de los cónyuges
hubiere sido casado…”.
Prueba de no estar casado o unido
Debe presentarse certificación de la sentencia de disolución del matrimonio o de la unión de hecho
estable, si alguno de los contrayentes hubiese estado casado o en unión de hecho estable con
anterioridad o testimonio debidamente inscrito de la declaración de disolución por mutuo
consentimiento. Algo que podría traer confusión en el foro, sería en exigirle al o la solicitante es que
la sentencia estuviera firme, lo que desnaturalizaría lo que ha pretendido el legislador, de que una vez
solicitada la disolución del vínculo, de esto no existe discusión o recurso; bastará entonces podríamos
predicar que se presente la sentencia independientemente que esté firme o no, ya que probablemente
de no estar firme es por razones de alimentos, bienes o derecho sobre los hijas, pero nunca sobre la
destrucción del vínculo matrimonial o de la unión de hecho, pero si podría pensarse sobre aspectos de
anulabilidad o nulidad de algún matrimonio o unión, que por prudencia se debería esperar los
resultados finales.
Constancia de soltería (art. 64.d).
67
Jaime Alfonso Solís Romero
En este requisito a pesar que no es adicional, pero vale la pena incluirlo, pero debe tenerse mucho
cuidado en la manera que se vaya a entenderse por los funcionarios encargados de celebrar uniones o
matrimonios, ya que la constancia de soltería o de soltera debe siempre solicitarse, es estrictamente
necesaria para contraer nupcias. La causal “d” expresa: “…Constancia de soltería extendida por el
Registro del Estado Civil de las Personas…”.
Permiso
Se refiere a la existencia de la pareja que uno o los dos de los contrayentes se encuentra en la minoría
o prohibición para contraer matrimonio por su edad y en su caso deben presentar la autorización del
padre o la madre, tutor o representante legal. Recordando que uno es el padre o la madre que por
naturaleza le corresponde el cuido, crianza etc., de los adolescentes; este se identifica como tal y
otorga el permiso; el tutor es aquel que sustituye por ley al padre o madre y representante legal es la
persona que el padre o la madre temporalmente puede otorgarle al menor en su ausencia, para que lo
guarde, cuide, mantenga, etc. Es por eso que se exige la identificación de los representantes legales
que autorizan el matrimonio, cuando proceda; Constancia de que se ha concedido la debida
autorización, por quien corresponda, en los casos que este Código exige.
Aprobación de cuentas
La certificación de la sentencia ejecutoriada que aprueba las cuentas del tutor en el caso de que el
mismo tutor, desee contraer matrimonio con el pupilo o pupila. No hay ningún tipo de impedimentos
como lo veía anteriormente las normas.
69
Jaime Alfonso Solís Romero
En este acto y la consignación del acta en el libro de matrimonio, se realiza el reconocimiento de hijas
e hijos nacidos de esa unión y que fuesen en común de los contrayentes, y no los habían reconocidos,
dispone la norma 70 Cf. “Reconocimiento de hijos e hijas en el acto matrimonial. En el caso que
existieren hijos e hijas en común nacidos antes del matrimonio y que no hayan sido reconocidos
por sus progenitores, deberán hacerlo en el acto matrimonial. La certificación del acta de
matrimonio servirá de suficiente documento para su debida inscripción”.
Capítulo V.
16. Inscripción del acta de matrimonio en el Registro del Estado Civil de las Personas (art.71).
“Los matrimonios celebrados en el territorio nacional serán inscritos en el Registro del
Estado Civil de las Personas del municipio donde se celebró, dentro de los treinta días
hábiles, contados a partir de su celebración. Las personas nicaragüenses residentes en el
extranjero que contraigan matrimonio en el lugar de su residencia, deberán inscribirlo en el
consulado de Nicaragua del país de residencia, dentro de los noventa días hábiles siguientes
a la celebración, o ante los jefes de misiones donde no se halle cónsul o funcionario con
funciones consulares acreditado. En caso de no haber consulado en ese país, ni misión
diplomática, deberán inscribirlo en el Registro del Estado Civil de las Personas del
municipio donde esté asentado su certificado de nacimiento dentro de treinta días hábiles
contados a partir de su primer ingreso al territorio nacional. Cuando los contrayentes
tuvieren su domicilio en Nicaragua y contraigan matrimonio en el extranjero, deberán
inscribirlo conforme se establece en la parte final del segundo párrafo del presente artículo.
En todos los casos, de no cumplir con el requisito de inscripción en los plazos establecidos,
incurrirán en la multa establecida en el Plan de Arbitrios correspondiente. Las personas
autorizadas, están obligadas a informar a los contrayentes de la
necesidad de inscribir el matrimonio en el correspondiente Registro”. Comentarios
Dispone el precepto legal que los matrimonios celebrados en nuestro territorio nacional deberán
inscribirse en el correspondiente Registro del Estado Civil de las Personas del municipio donde se
celebró a más tardar dentro de los treinta días hábiles, contados a partir de su celebración. Los
nicaragüenses residentes en el extranjero que contraigan matrimonio en el lugar de su residencia,
deberán inscribirlo en el consulado de Nicaragua radicado en el país de la celebración del mismo a
71
Jaime Alfonso Solís Romero
más tardar dentro de los noventa días hábiles siguientes a la formalización. En caso de no haber
consulado en ese país, deberán inscribirlo en el Registro del Estado Civil de las Personas del
municipio donde tuviera asentado su certificado de nacimiento en el término de 30 días contados a
partir de su reingreso al territorio nacional.
Cuando los contrayentes tuvieren su domicilio en Nicaragua y contraigan matrimonio en el
extranjero, deberán inscribirlo conforme lo establece el segundo párrafo del presente artículo. En
todos los casos, de no cumplir con el requisito de inscripción en los términos establecidos incurrirán
en multa, establecida por las autoridades competentes encargadas de registrar el acto. Las personas
autorizadas, es decir los funcionarios o funcionarias, jueces, juezas, cónsul etc., están obligados a
informar a los contrayentes de la necesidad de inscribir el matrimonio en el correspondiente Registro.
Capítulo VI.
72
Jaime Alfonso Solís Romero
La estabilidad de las relaciones entre hombre y mujer responde a un interés social, sobre todo cuando
existen hijos de la unión. Por ello puede ser conveniente distinguir los principales tipos o clases de
uniones de hechos. Las uniones circunstanciales y esporádicas son las que menos pueden confundirse
con las situaciones de convivencia familiar. Estas relaciones más o menos ocasionales pueden quedar
descartadas.
La doctrina y otros países los conocen como matrimonios a prueba que en realidad sólo existen
cuando las parejas que pretenden unirse en matrimonio deciden iniciar un noviciado conyugal para
asegurarse de que la realidad que les aguarda es la que ellos esperan para resolver conscientemente si
van a contraer matrimonio.
Tal vez es más frecuente otra clase de unión susceptible de confundirse con la anterior; nos referimos
a la unión de una pareja que ha de posponer el matrimonio por falta de medios económicos
suficientes. Incluso es posible que una unión informal obedezca a la desigualdad social de los que
conviven, en espera de que el tiempo haga desaparecer los obstáculos que se oponen a la unión
matrimonial. Es una unión de hecho con matrimonio diferido.
Pero la cohabitación de la que hoy regula el Código de Familia, merece más atención es el de la
pareja que pretende vivir de manera duradera como si estuviese casada, pero sin pasar por la
ceremonia matrimonial. Nos hallamos entonces en el extremo opuesto al sistema tradicional de
matrimonio previo noviazgo. De acuerdo al art., 83 Cf.
La condición de singularidad consiste en la convivencia exclusiva entre un hombre y una mujer y la
condición de estabilidad, se cumple cuando la convivencia en el hogar sea constante. Encontramos
entonces ciertos requisitos para que se considere la unión de hecho establece, a saber:
a) Que la pareja haya vivido junta durante un periodo de tiempo apreciado por el juez (dos años).
b) Que entre ambos no exista impedimento legal para contraer matrimonio (situaciones de edad,
incapacidades, impedimentos absolutos y relativos). c) De manera estable.
d) Notoria.
El significado es que hayan tenido un trato, consideración social y armonía que demuestren al juez o
jueza esa relación de convivientes y la de formar un hogar.
Arlene SKOLNICK señala los factores que han contribuido a que usos sociales se hayan apartado del
courtship-marriage system, es la disminución de la influencia de los padres y parientes en la decisión
de contraer matrimonio; un cambio en la misma función social del matrimonio, que de ser una
alianza conveniente para el grupo familiar, ha pasado a ser primordialmente una relación personal
entre dos individuos; un cambio en la sexual behavior de la mujer; la posibilidad de rectificar uniones
equivocadas mediante el divorcio; etc. En todo caso, no ha de confundirse lo que resulta de la
observación de la realidad social en el actual momento histórico, con una valoración de las uniones
que merecen más elevada consideración moral y mayor protección jurídica. Ciertos adversarios a las
uniones de hechos sostienen con un criterio exclusivamente jurídico, que las uniones de hechos
ofrecen graves inconvenientes, así Luís CLAVERÍA GOSALBEZ jurista civilista, señala las
dificultades derivadas de la falta de una prueba preconstituida de la filiación; la indagación de la
identidad del padre ofrece más dificultades en el supuesto de filiación extramatrimonial, como puede
advertirse con la laguna o vacío de una ley para regular estos tipos de uniones libres. El autor citado
propone que las parejas que quieran convivir de manera estable sean consideradas como
matrimoniales si comunican formalmente su propósito al Registro (actualmente nuestra legislación
así lo señala). El mismo CLAVERÍA advierte que de esta facultad de ruptura unilateral sólo debería
hacerse uso en conformidad con el principio de la buena fe, sancionándose el abuso. Sin embargo,
parecen obvias las dificultades que ello ofrecería en la práctica. SKOLNICK dice que cuando en
California se dictó la sentencia del caso Marvin, que reconoció a una mujer unida durante bastante
tiempo a su amante el derecho a la mitad de los bienes que hubiesen sido comunes en caso de
73
Jaime Alfonso Solís Romero
matrimonio (debido al sistema de community property que rige en dicho estado), aparecieron, en la
prensa una serie de artículos que advertían a la gente los peligros de las uniones libres, en
comparación con la relativa simplicidad del matrimonio. Para suerte el Código de Familia disipa
todas esas dudas y avanza en gran manera de lo expuesto, como síntesis de las numerosas
consideraciones que cabría hacer, creemos que pueden distinguirse cuatro aspectos:
a) El ordenamiento jurídico regula la unión de hecho con determinados requisitos de fondo y de
forma al reconocer el mismo status legal a las parejas que conviven de hechos con las del
matrimonio. b) Se consideran válidas las convivencias ante Notarias o Notario Públicos donde las
partes han tratado de regular su estado de convivencia, art. 84. c) El reconocimiento judicial que
deberá demostrase con el cumplimiento de los requisitos de estabilidad, singularidad y aptitud legal
para contraer, a que se refiere este Código, art. 83 parte final. d) La publicidad registral ante la
inscripción ante el Registro Civil, arts. 86 y 87 CF.
se le niega intentar cualquier reclamo de masa hereditaria o derecho como conviviente (pensión
compensatoria, u otros beneficios legales).
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Jaime Alfonso Solís Romero
demostrada, tiene el derecho de gozar de la porción conyugal y a ser llamado a la sucesión intestada
en la misma proporción que los unidos en matrimonio.
23. Derechos y deberes del matrimonio aplicable a la unión de hecho estable (art.90).
“Las disposiciones de este Código relativas a los deberes y derechos que nacen del matrimonio,
al régimen económico matrimonial; así como lo relacionado a la filiación y al derecho de
alimentos, son aplicables para la unión de hecho estable”.
Comentarios
La disposición legal cierra de forma especial el tema cuando refiere que las disposiciones de este
Código relativas a los deberes y derechos que nacen del matrimonio, al régimen económico
matrimonial; así como lo relacionado a la filiación y al derecho de alimentos, es aplicable para la
unión de hecho estable y para evitar duda alguna en su art. 91 CF, se señala que la unión de hecho
para los efectos de la cobertura de los beneficios de seguridad social a favor de uno de los
convivientes y las hijas e hijos nacidos bajo este tipo de relación, el Instituto Nicaragüense de
Seguridad Social, deberá de tomar como prueba suficiente la certificación del acta o sentencia
emitida por las personas autorizadas en el presente Código.
24. Formas de disolver la unión de hecho estable (art. 92). “La unión de hecho estable podrá
disolverse por:
1. Mutuo consentimiento de los convivientes;
2. Voluntad de uno de los convivientes;
3. Nulidad declarada por autoridad judicial;
4. Muerte de uno de los convivientes”.
Comentarios
La norma jurídica presenta cuatro causales en que legalmente se disuelve la unión de hecho estable,
siempre recordando que la disolución es la ruptura del lazo que los unía y la cesación de los efectos
que la unión de conviviente producía, ya sea con respecto a ellos, ya respecto a terceros. La
disolución es un hecho que pone fin a toda relación jurídica fundada sobre los elementos personales
de los convivientes y, por consiguiente, también de la unión de hecho.
En la primera causal, podrán acudir ante las Notarias o Notarios Públicos que hubieren cumplido por
lo menos diez años de haberse incorporado ante la Corte Suprema de Justicia, siempre y cuando no
existan hijos e hijas en minoría de edad, ni mayores discapacitados, ni hubiere bienes en común. En
caso de haber bienes en común y exista entre los convivientes mutuo acuerdo en la forma de uso o
distribución de los mismos, la Notaria o Notario Público puede disolver la unión de hecho estable,
debiendo consignar dicho acuerdo en la escritura pública correspondiente.
En la segunda, tercera y cuarta causal deberá solicitarse ante la autoridad judicial competente. La
certificación emitida por las Notarias o Notarios Públicos y la resolución que dicte la autoridad
judicial se inscribirá en el Registro del Estado Civil de las Personas respectivo.
Es necesario determinar que la disolución de una unión de hecho supone su validez. La unión de
hecho nula no se disuelve cuando la nulidad es declarada. Por el mismo hecho de la nulidad se
reconoce que la unión no ha producido efectos o que los efectos que ha producido, si la unión es
simplemente anulable, son destruidos retroactivamente, salvo la aplicación de la teoría de las uniones
de hecho putativos, los cuales producen efectos hasta el día de la sentencia y no hasta el día de la
demanda de nulidad. La disolución de la unión tiene como presupuesto lógico la existencia de una
convivencia válida.
Capítulo VII.
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Capítulo VIII.
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de la existencia de hijos e hijas menores, adolescentes o con alguna discapacidad a quienes no se le
suspende ese beneficio.
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En ambas disposiciones permiten al juez o jueza familiar una alta discreción para que de acuerdo a un
interés superior de los menores decida o adopte una posición beneficiosa para los mismos y no para
los casados o convivientes.
Capítulo IX.
12. Regímenes económicos del matrimonio y de la unión de hecho estable (art. 106).
“Los regímenes económicos del matrimonio y de la unión de hecho estable serán los que los
cónyuges o convivientes estipulen en sus capitulaciones. Estos podrán ser: a) Régimen de
separación de bienes. b) Régimen de participación en las ganancias o sociedades de gananciales.
c) Régimen de comunidad de bienes. De no existir capitulaciones o estas fueren ineficaces, el
régimen económico es el de separación de bienes”.
Comentarios
Las capitulaciones las pactan los esposos o convivientes, conforme al régimen de escogencia y
preferencia, la ley no los obliga y solo interviene a falta de vacíos o controversias, como lo estatuyen
los arts. 105 y 106 Cf. Estas relaciones determinan cómo contribuirán marido y mujer en la atención
de las necesidades del hogar y del grupo familiar, así como la repercusión que el matrimonio y la
unión de hecho estable tendrá sobre la propiedad y administración de los bienes que los cónyuges
aportan o que adquieren durante la unión y, también, la medida en que esos bienes responderán ante
82
Jaime Alfonso Solís Romero
terceros por las deudas contraídas por cada uno de los cónyuges, de no establecer algunos de ellos o
de haberlo realizado es ineficaz se entenderá que organizaron el de separación de bienes.
De lo explicado se desprende los tres tipos de régimen económicos que variará según cuál fuera el
régimen patrimonial que estipulen los cónyuges o los convivientes y podrán constituirlo; a) Régimen
de separación de bienes.
b) Régimen de participación en las ganancias o sociedades de gananciales.
c) Régimen de comunidad de bienes.
83
Jaime Alfonso Solís Romero
título legal, salvo el régimen de comunidad de bienes; c) Los de uso estrictamente personal y
profesional”.
Comentarios
Denominados también como bienes privados de cada cónyuge. Según Bosseret y Zannoni 21 “los
bienes propios son todos aquellos que cada cónyuge o conviviente, tienen desde antes de la
celebración del matrimonio y los que adquieren durante este a título gratuito por una subrogación real
con otro bien propio o por una causa a título anterior al matrimonio”. Entonces los bienes propios
podrías señalar que son todos aquellos que los cónyuges o convivientes llevan al matrimonio o que
adquieren después por herencia, legado, o por donación, estos bienes por disposición legal pueden ser
del marido o de la mujer adquiera por cualquier título legal, sin que la otra parte pueda intervenir en
las decisiones que tome sobre tales bienes. Tres incisos se conceptualizan los bienes propios, así
observamos;
a) Aquellos que fueron adquiridos por cada uno de ellos antes del matrimonio o declarada la
unión de hecho estable. Estos son aquellos bienes llevados al matrimonio, o a la unión de hecho
estable, es decir, aquellos cuya propiedad han sido adquiridos antes de la celebración de éste y antes
de ser reconocida la unión de hecho estable.
b) Los adquiridos durante el matrimonio o unión de hecho estable, por cada uno de los cónyuges
o convivientes mediante herencia, donación, permuta, compra venta o cualquier otro título legal,
salvo el régimen de comunidad de bienes. Sean estos adquiridos por permuta con otro bien propio,
por la
inversión de dinero propio, o por la reinversión del dinero obtenido de la enajenación de algún bien
propio o mediante herencia, donación, compra venta o cualquier otro título legal, a excepción del
régimen de comunidad de bienes.
c) Los de uso estrictamente personal y profesional. Esos bienes de carácter personal y
profesional, en otras legislaciones se reconocen carácter propio a las ropas y objetos de uso personal
o profesional. Así, el texto actual del art. 1404 del Código francés considera propios por su
naturaleza, aunque hayan sido adquiridos durante el matrimonio, las ropas de uso personal y los
instrumentos de trabajo necesarios para uno de los esposos; estos últimos, salvo el derecho a
recompensa si se adquirieron con dinero ganancial. Parece que nuestro país recogió este criterio, al
considerar que tienen carácter propio ciertas cosas muebles de carácter personalísimo, tales como las
ropas de uso personal, las cartas misivas, las condecoraciones, regalos honoríficos, diplomas y títulos
profesionales, los recuerdos de familia, y los manuscritos, aunque correspondan a obras intelectuales
con valor económico. Ningún problema existe con respecto a tales muebles cuando carecen de valor
económico, cuando se trata de recuerdos de familia recibidos a título gratuito, porque serían propios
por tal motivo, o en el caso de manuscritos de valor económico, por aplicación de la solución legal
referente a los derechos intelectuales.
Pero no me parece que la cuestión sea tan sencilla con respecto a las ropas de uso personal, útiles de
trabajo, alhajas o cosas similares. Si bien no habrá frecuentemente cuestión respecto a las ropas, por
lo general ello derivará de su relativamente escaso valor pecuniario, de estar confeccionadas o
adaptadas para quien las usa, o de que existe una compensación de valores entre las de uno y otro
cónyuge, en particular. A manera de ejemplos; Prendas de vestir, medicamentos de uso personal del
viajero, una (1) unidad o un (1) set de artículos deportivos, libros, revistas y documentos, un (01)
aparato electrodoméstico portátil para el cabello, máquina rasuradora o depiladora eléctrica, cámara
fotográfica o cámara digital, una (1) videocámara, siempre que sea portátil, con fuente de energía
21 Bosseret Gustavo A. y Zannoni Eduardo A. Manual de Derecho de Familia, 6ta. Edición, 1ra. Reimpresión 2005 actualizada, editorial Astrea,
Argentina, pág. 232 y sgtes.
84
Jaime Alfonso Solís Romero
propia y que no sea de tipo profesional, un (1) aparato reproductor portátil de discos digitales de
video.
Capítulo X.
reglas propias del contrato de la sociedad, más aún que la ausente un elemento esencial como es la
afectio societatis.
B. Es una Persona Jurídica. Según esta posición, considerada ahora tradicional, la sociedad de
gananciales es una persona jurídica como cualquier otra, por tanto, titular de derechos, posee un
patrimonio propio (distinto al de los cónyuges) y soporta obligaciones y cargas. Hay en ella un interés
colectivo y una voluntad expresada por el órgano legal, es pues un ente de derecho. En efecto, la
sociedad de gananciales tiene como cualquier persona jurídica existencia distinta de sus miembros y
ninguno de estos ni todos ellos tienen derecho al patrimonio de ella ni están obligados a satisfacer sus
deudas. Esta doctrina ya no es admisible, pues la idea de una persona moral interpuesta entre los
cónyuges e independiente de ellos dice Guillermo Borda 23, sostiene que hiere el sano sentimiento
popular y moral sobre la institución matrimonial. Pero, además, conduce a consecuencias absurdas
porque de ninguna manera se puede introducir, esta personalidad jurídica, que injertada como un ente
extraño entre el marido y la mujer. La sociedad de gananciales no es una persona jurídica nueva,
advierte Echecopar García, porque no hay ley ni razón moral ni jurídica que autorice la creación de
un ser ficticio que se interponga entre los esposos con desmedro de la unión absoluta que significa la
22 Escrische Cabañellas Guillermo. Diccionario Jurídico de Derecho Usual. Buenos Aires: Heliasta, 1979. Tomo V. p. 498. 8 DIEZ-PICAZO, Luis y
GULLÓN, Antonio. Sistema del Derecho Civil. Madrid: Tecnos, 1983 9ARIAS-SCHREIBER PEZET, Max. Exegesis del Código Civil Peruano de
1984. Lima: Gaceta Jurídica, 1997. 10 PERALTA ANDIA, Javier. R. Derecho de Familia en el Código Civil. Lima: Idemsa, 2002. Pág. 251.
23 Borda Guillermo, Manual de Derecho de Familia, Buenos Aires, Editorial Perrot, 1984, Novena edición, pág. 149.
86
Jaime Alfonso Solís Romero
vida patrimonial. Concluye manifestando que si bien los asociados no responden en la persona
jurídica por las deudas de esta, en cambio en la sociedad de gananciales, los cónyuges responden por
la sociedad, de modo que no existen en el texto de la ley ni en la práctica, las características jurídicas
indispensables para que se forme con el matrimonio una nueva persona jurídica.
C. Es una copropiedad. Esta orientación tiene su origen en el condominio romanista en el
sentido de que un bien pertenece por cuotas partes a ambos cónyuges; desde luego, que se trata de un
condominio semejante al que reconoce en los derechos reales. La tesis señala que el concepto se
limita a la idea de que la ley reconoce a cada uno de los cónyuges un derecho de propiedad sobre los
bienes que constituye la sociedad conyugal, por consiguiente, cada coparticipe tiene un derecho real
efectivo sobre su alícuota parte y puede disponer de ella. Aquí en este tipo de copropiedad el acreedor
puede embargar una cuota y rematarla e inclusive, podrá solicitar la división y partición del bien. La
comunidad se concibe como algo puramente transitorio y en el fondo ventajoso, por suponer siempre
una fuente de conflictos. En la sociedad de gananciales a diferencia de la copropiedad, ninguno de los
cónyuges puede enajenar su parte o cuota ideal, aun cuando el otro cónyuge pretenda consentir.
Como se puede apreciar, en nuestro medio, no existe posibilidad alguna de lograr alguna
identificación o similitud de la copropiedad con la sociedad de gananciales.
D. Patrimonio en mano común. Esta teoría tiene su origen en el condominio germano. Algunos
autores ven en este instituto una comunidad, en el sentido de que ambos son los dueños de los bienes,
pero no en el sentido del derecho real legislado, ya que el régimen ha sido concebido "para mantener
y estrechar la unión, estimulados en la cooperación y vinculados en la prosperidad común". En ese
sentido, se ha afirmado que sería una copropiedad peculiar de carácter asociativo e indivisible,
afectada primordialmente al mantenimiento del hogar, cuya administración ha sido conferida por ley,
a uno u otro de los cónyuges, según sea su origen de los bienes. La naturaleza jurídica de la sociedad
conyugal incide, más de una vez, en el modo de resolver las cuestiones específicas relativas a la
titularidad de los bienes, a su gestión y a su responsabilidad, por eso se dice que sus elementos son:
La unidad de masa (unión de patrimonios), la unidad de administración (que corresponde a ambos o a
uno de ellos) y la unidad de responsabilidad (que son asumidas por ambos consortes). No obstante, lo
precedentemente expuesto, esta doctrina tiene como efecto impedir que se afecten bienes sociales por
deudas personales de uno de los cónyuges, la misma que es va flexibilizando en los últimos tiempos
sin afectar su esencia, pero permitiendo que los bienes sociales puedan embargarse, vale decir, los
gananciales sin que pueda subsanarse hasta el fenecimiento y la liquidación de la sociedad.
Para la mayoría de la doctrina son derivaciones del régimen de la comunidad germánica las
concepciones de la sociedad de gananciales es una sociedad sui géneris, una sociedad patrimonial
18. Contenido del régimen económico de participación en las ganancias (art. 112).
“El régimen económico de participación en las ganancias atribuye a cualquiera de los cónyuges
o convivientes, en el momento de la extinción del régimen, el derecho a participar en las
ganancias obtenidas por el otro durante el tiempo que este régimen haya estado vigente. Este
régimen debe convenirse en capitulaciones y se rige, en todo aquello que no esté previsto en los
mismos, por las disposiciones del presente capítulo. En último término, durante su vigencia se
rige por las normas del régimen de separación de bienes, incluidas las relativas a las compras
con pacto de supervivencia”.
Comentarios
87
Jaime Alfonso Solís Romero
Su particularidad radica en que las ganancias que obtenga cada uno de los cónyuges durante la
vigencia del matrimonio o convivencia se aportan a un fondo común. En caso de disolverse el
matrimonio o la unión la sociedad de gananciales se repartirá por mitades. Aunque persisten algunos
bienes privativos, la sociedad de gananciales pretende que sea el matrimonio, y no el cónyuge
particularmente considerado, quién se beneficie de las ganancias de cada uno de ellos.
24 Art. 2201 y 2202 C., Código Civil actualizado. Publicado en La Gaceta, Diario Oficial N o. 236 de 11 de diciembre de 2019 CUARTA EDICIÓN
OFICIAL 2019.
25 Art. 2793 C.
89
Jaime Alfonso Solís Romero
onerosos son aquellos donde ambos tienen utilidades y ventajas, por ejemplo, compraventa, la
permuta, la sociedad, el mandato remunerado, el mutuo con interés, la renta vitalicia.26
Capítulo XI.
Comentarios
26. Inventario de los bienes que integran el patrimonio de los cónyuges o convivientes (art. 120).
“Es obligación de los cónyuges o convivientes al momento de pactar este régimen, levantar
un inventario de los bienes que integran el patrimonio de ambos”.
Comentarios
Al momento de constituirse legalmente este tipo de régimen los cónyuges o convivientes deben
levantar un inventario de todos los bienes que integran su patrimonio.
y bienes personales, así como instrumentos, equipos, documentos, libros personales y que no
pertenecen al haber de una sociedad mercantil o comercial, y las condecoraciones etc.
93
Jaime Alfonso Solís Romero
Aún se considera de la masa comunal todas las edificaciones, mejoras, reparaciones y plantaciones en
bienes propios y la creación de cualquier empresa o sociedad mercantil, comercial o establecimientos
con los bienes del fondo común.
94
Jaime Alfonso Solís Romero
“En las capitulaciones matrimoniales y unión de hecho estable, podrán los comparecientes
estipular, modificar o sustituir el régimen económico acordado o cualquier otra disposición, por
razón del mismo. Las capitulaciones podrán convenirse antes o después del matrimonio o la
unión de hecho estable y para su validez deben constar en escritura pública e inscribirse en el
Registro Público de la Propiedad Inmueble, para electo de oposición de tercera persona”.
Comentarios
Señalamos que las capitulaciones se pueden celebrar antes o después del matrimonio o convivencia,
estas capitulaciones celebradas antes del matrimonio o convivencia, requieren para su validez que
sean otorgadas en instrumentos públicos es decir en escritura pública, la cual debe inscribirse en el
Registro Público de la Propiedad Inmueble para efectos de oposición de tercera persona. La norma
guarda silencio del tiempo en que se debe inscribir de celebrada y cuales serían los efectos de la
omisión de la inscripción. Algunas legislaciones parte de que no hacer la inscripción en un plazo de
treinta días después de celebrada la capitulación o no se haga en la forma y tiempo debidos, las
capitulaciones carecerán de valor tanto respecto de las partes como de terceros.
35. Modificación de las capitulaciones (art. 129).
“Para la modificación de las capitulaciones o para dejarlos sin efecto, se precisa el
consentimiento de los cónyuges o convivientes que lo habían otorgado o de sus herederos. En el
caso de niños, niñas adolescentes o mayores declarados judicialmente incapaces, se requiere el
consentimiento de sus respectivos tutores o representantes, si la modificación afecta a derechos
que aquellos hubiesen conferido”. Comentarios
Las capitulaciones no son inmutables y pueden modificarse y esas modificaciones deberán hacerse
con las mismas solemnidades que las originales, obviamente con el consentimiento de los mismos
otorgantes. De igual manera prevé la norma que pueden dejarla sin efectos aún sus herederos. En el
caso de niños, niñas, adolescentes o mayores declarados judicialmente incapaces deberán hacer las
modificaciones su tutores o representantes legales, cuando estas mismas modificaciones afecten
derechos que aquellos hubiesen conferidos.
30 Manual de Derecho de Familia y Tribunales de Familia, Tomo I, L I B R O T E C N I A, Bombero Salas 1369, Of. 408, Santiago, Chile Inscripción
N° 145.361 Primera edición Impreso en los Talleres de LOM Ediciones en el mes de febrero de 2005. Pág. 321 y sgtes.
95
Jaime Alfonso Solís Romero
“Sin perjuicio del régimen económico elegido por los cónyuges o convivientes, los enseres del
hogar se destinarán a la madre, al padre o a quien se le confiera el cuido y crianza de los hijos e
hijas que sean niños, niñas, adolescentes o mayores que sean personas con discapacidad. En
caso de no haber descendencia se distribuirán conforme al régimen económico elegido”.
Comentarios
Los enseres del hogar son el conjunto de bienes o de cosas necesarias para la casa o para realizar una
actividad; utensilios, muebles o instrumentos necesarios para el hogar, refiere la norma jurídica que le
corresponderá o serán destinado a la madre o padre o a quien se le confiere el cuido y crianza de los
hijos e hijas y aquellos con discapacidad.
Comentarios
De la lectura de la disposición jurídica podemos afirmar que los efectos del régimen elegido por los
interesados, solo tendrán validez después de precisado, determinado o bien como se dice formalizado
(Escritura Pública), y frente al tercero desde su inscripción en Registro de la Propiedad Inmueble y
Mercantil.
Capítulo XII.
96
Jaime Alfonso Solís Romero
42. Reglas para la disolución y liquidación del régimen económico (art. 136).
“En el trámite de sustanciación del proceso de disolución y liquidación del régimen económico
se atenderá a las especialidades siguientes: a) Cuando sin mediar causa justificada, alguno de
los cónyuges o convivientes no comparezca en el día señalado para la formación del inventario
solicitado, se tendrá por conforme con la propuesta que efectúe el que haya comparecido. En
este caso, así como cuando habiendo comparecido ambos cónyuges o convivientes lleguen a un
acuerdo, se consignará en el acta y se dará por concluido el acto. b) La sentencia resolverá
sobre todas las cuestiones suscitadas, aprobando el inventario y dispondrá lo que sea
procedente sobre la administración y disposición de los bienes”.
Comentarios
Ahora bien, la norma estipula un trámite de sustanciación del proceso de disolución y liquidación del
régimen económico se atenderá a las especialidades siguientes:
a. Cuando sin mediar causa justificada, alguno de los cónyuges o convivientes no comparezca en
el día señalado para la formación del inventario solicitado, se tendrá conforme con la propuesta que
efectúe el que haya comparecido. En este caso, así como cuando habiendo comparecido ambos
cónyuges lleguen a un acuerdo, se consignará en el acta y se dará por concluido el acto.
b. La sentencia resolverá sobre todas las cuestiones suscitadas, aprobando el inventario y
dispondrá lo que sea procedente sobre la administración y disposición de los bienes.
Título IV
De la Disolución y Nulidad del Matrimonio Capítulo
I.
Disposiciones generales y reglas comunes al divorcio
1. Introducción
La disolución del matrimonio es la ruptura del lazo conyugal y la cesación de los efectos que la unión
de los esposos produce, ya sea con respecto a ellos, ya respecto a terceros. La disolución es un hecho
que pone fin a toda relación jurídica fundada sobre los elementos personales de los cónyuges y, por
consiguiente, también al matrimonio.
98
Jaime Alfonso Solís Romero
La disolución de un matrimonio supone su validez. El matrimonio nulo no se disuelve cuando la
nulidad es declarada. Por el mismo hecho de la nulidad se reconoce que el matrimonio no ha
producido efectos o que los efectos que ha producido, si el matrimonio es simplemente anulable, son
destruidos retroactivamente, salvo la aplicación de la teoría de los matrimonios putativos, los cuales
producen efectos hasta el día de la sentencia y no hasta el día de la demanda de nulidad. La
disolución del matrimonio tiene como presupuesto lógico la existencia de un matrimonio válido. Al
estudio de las formas de disolver el matrimonio el legislador presenta unas reglas generales a
considerar entre ellas es que la sentencia de divorcio sobre el cuido y crianza de los hijos e hijas
menores de edad, discapacitados, mayores declarado incapaces, la relación madre, padre e hijos o
hijas y sobre las pensiones alimenticias y pensiones compensatorias, no causan estado. Estas
pretensiones en cualquier proceso en que fueren solicitadas, pueden ser modificadas, cuando varíen
las condiciones y las circunstancias por las cuales se otorgó el derecho. Cabe destacar que se ha
dejado claro como aceptación por la doctrina y el derecho de familia que no existe cosa juzgada
material en los aspectos decisivos de los hijos, pensiones alimenticias, etc., a diferencia que lo que se
acepta es que produce cosa juzgada formal con la sentencia. La diferencia es que la cosa juzgada
formal es la preclusión, una vez que la sentencia ha adquirido firmeza ya no cabe atacar su contenido,
ni de oficio por el Juez o Jueza ni a través de los recursos que puedan interponer las partes. Mientras
que la cosa juzgada material se refiere a la inatacabilidad de la sentencia en un segundo juicio, bien
que tenga el mismo objeto y se desarrolle entre las mismas partes que el anterior, en cuyo caso la cosa
juzgada material en su efecto negativo impide ese segundo juicio, bien que se trate de un segundo
juicio que incluya como antecedente el objeto del proceso anterior, en cuyo caso el efecto positivo de
la cosa juzgada material obligará al Juez o Jueza del segundo juicio a dejar inatacada la parte del
juicio que ya había sido resuelta. Como la ley en materia de familia no reconoce la cosa juzgada
material en ciertas instituciones familiares, entonces con independencia que en un primer juicio se
pronunció sobre la pensión alimenticia de los hijos e hijas no impide que posteriormente, aun
adquiriendo firmeza la sentencia se necesite abrir un nuevo juicio para discutir nuevamente sobre la
pensión alimenticia. Otro aspecto de relevancia en materia de familia es que la sentencia de primera
instancia disuelve el vínculo matrimonial y no reconoce ulteriores recursos sean estos de apelación o
extraordinario de casación, pero se acepta recurso podría aceptarse que se reconoce los recursos de
reposición o reforma sobre situaciones probablemente en errores de nombres, cálculos, o la misma es
ininteligible. Así el art. 495 dispone de los Recursos en materia de familia: Contra la sentencia que
se dicte por los juzgados de distrito de Familia o en su caso por los juzgados locales Civiles y locales
únicos cabe: a) Recurso de reposición de sentencia, en el que se solicita aclaración de sentencia; b)
Recurso de reposición de auto en que se decreten medidas cautelares; c) Recurso de apelación, ante la
Sala de Familia del tribunal de apelaciones; d) Recurso de Casación, ante la Sala de Familia de la
Corte Suprema de Justicia. Contra la reposición no cabrá ulterior recurso.
Ahora bien, la certificación de la sentencia firme en los puntos que no se refieren al divorcio será
suficiente para prestar mérito ejecutivo y reclamar las obligaciones estipuladas en la sentencia, art.
139, Efectos de la sentencia de disolución del vínculo matrimonial. El vínculo matrimonial
quedará disuelto con la sentencia de primera instancia y no admitirá recurso alguno; a este
efecto se librará la certificación correspondiente. Los otros puntos de la sentencia podrán ser
recurribles de apelación. Art. 140 Mérito ejecutivo de la sentencia. La certificación de la
sentencia firme servirá de suficiente título ejecutivo para hacer efectivas las obligaciones que de ella
se deriven. La sentencia que declare la disolución del vínculo matrimonial deberá inscribirse en el
Registro del Estado Civil de las Personas al margen del acta de matrimonio, asimismo en los
Registros competentes si fuera el caso, este última parte en el caso que se refieran a la posesión de
bienes, u otros aspectos referidos al uso o disfrute de los mismo, guarda de los menores que tendrán
99
Jaime Alfonso Solís Romero
que ser inscrita en el ejemplo de los bienes en el Registro de la Propiedad y en el caso del guardador
siempre en el Registro Civil pero en el libro correspondiente, véase el art. 141 Cf, Inscripción
registral La sentencia que declare la disolución del vínculo matrimonial deberá inscribirse en el
Registro del Estado Civil de las Personas al margen del acta de matrimonio, así como en los
Registros competentes si fuera el caso. Es importante señalar que el art. 169 del CF, deja la salvedad
del recurso contra la sentencia que disuelve el vínculo matrimonial, cuando la sentencia que declare
un derecho que se aparta de los términos del acuerdo propuesto por los cónyuges, puede ser recurrida
de apelación por cualquiera de las partes. El recurso suspenderá su ejecución. El recurso no puede
versar sobre la disolución del vínculo. La sentencia que apruebe en su totalidad la propuesta del
acuerdo sólo podrá ser recurrida por la Procuraduría nacional de la familia o el Ministerio de la
Familia, Adolescencia y Niñez, en interés de los hijos e hijas que sean niños, niñas o adolescentes,
personas con discapacidad o declaradas judicialmente incapaces.
Algo que ha dejado incólume el legislador y esto ha sido la tónica de la anterior legislación y
legislaciones de la mayoría de los países, es sobre en un dado caso se desiste de romper el vínculo
matrimonial o se produce una reconciliación entre los cónyuges durante el proceso, en ambas
hipótesis es obvio que debe presentarse escrito o al menos en algún trámite procesal los cónyuges
hacen la solicitó a la autoridad judicial; de suceder y luego se arrepiente o no funcionó la
reconciliación se ocasiona una sanción procesal, al solicitante, quien no podrá intentar nuevamente
disolver el vínculo matrimonial, sino después de transcurrido un año contado a partir de la fecha del
desistimiento o reconciliación. Debemos mencionar que esta prohibición puede corresponder a
cualquier de los cónyuges y no sólo al solicitante del divorcio, y observado desde el punto de vista
del legislador es que ambos cónyuges en cualquier momento procesal aceptaron el desistimiento o
asintieron sobre reconciliación. Art. 142 Replanteamiento del asunto. En los casos de desistimiento o
reconciliación de los cónyuges, el solicitante no podrá intentar nuevamente disolver el vínculo
matrimonial, sino después de transcurrido un año contado a partir de la fecha del desistimiento o
reconciliación. Siempre dentro de esta norma de familia el art. 143 señala: “Para la distribución de
los bienes comunes y en lo que los cónyuges no hubiesen alcanzado acuerdo, el juez o jueza
decidirá a quien corresponden dichos bienes, atendiendo el régimen económico matrimonial
adoptado por los cónyuges”. De igual manera se sistematiza sobre el único bien inmueble que sirve
de casa de habitación a la familia en caso de que este no fue declarado como patrimonio familiar
durante el matrimonio, el Juez o Jueza decidirá sobre su destino, cuando existan hijos o hijas menores
o mayores con discapacidad, esto respecto al uso y habitación del bien, no sobre la titularidad del
mismo, lo que puede darse que en un momento que los hijos o hijas alcancen mayoría de edad tenga
el derecho opcional de compra preferencial; debo aclarar que esta norma con vestigios a la normas
anteriores siempre ha acarreado múltiples interpretaciones jurídicas, la figuración jurídica es buena ni
hay duda, pero la realidad forense es otra, así por ilustrar cualquier ocurrencia de la norma de familia,
imaginemos que el único hijo o hija ha alcanzado la mayoría de edad y ha sido el amparo de la
cónyuge mujer para mantenerse con un techo digno por no poder adquirir otro o no poder costearlo, y
el varón ex cónyuge por así decirlo interesado en vender o ceder tal inmueble, aplica una dosis de la
norma jurídica de que se le ofrece vender al hijo o hija quien no tiene trabajo ni estudio, como lo
adquiere?, o el mejor de los casos el discapacitado, sólo como indica la literalidad de la norma tiene
una incapacidad como adquiere el inmueble que le sirve de casa de habitación a su progenitora que lo
apoya y a él, situaciones que con la normas anteriores nunca fueron aclaradas y confió que los ahora
Jueces y Juezas de Familia se despejen tales dudas.
El art. 145 Cf ofrece las siguientes reglas que deben de asumir los Jueces y Juezas para la
distribución de bienes comunes, así: cuando se hubiere pactado en las capitulaciones matrimoniales
100
Jaime Alfonso Solís Romero
el régimen de bienes comunes, para su distribución se tendrá en cuenta, entre otros, los siguientes
criterios:
a. La existencia de hijos o hijas comunes menores de edad, incapacitados o mayores discapacitados;
b. A quién le corresponde el cuido y crianza de los menores de edad, incapacitados o mayores
discapacitados; c. El aporte y esfuerzo de cada uno de los cónyuges para la adquisición de los
bienes comunes, tomando en cuenta los ingresos de los cónyuges y el trabajo doméstico; d. Si
existe un sólo inmueble que se ha utilizado como vivienda de la familia.
Un merecido comentario es que se tuvo el sumo cuidado de trasladar y mejorar la norma disgregada
en la anterior Ley de divorcio unilateral y se vuelve a reconocer sobre la distribución de los bienes
sean estos muebles o inmuebles, la situación de los hijos con discapacidad, su cuido y crianza, los
aportes y esfuerzo comunes de los cónyuges (reconocimiento del trabajo en casa de habitación
efectuado por cualquiera de los cónyuges), y el único inmueble que ha servido como vivienda
familiar. De manera puntual y deliberada el legislador ha insistido en que las sentencias dictadas por
autoridad competente prestan mérito ejecutivo para hacer efectivas las obligaciones que de ellas se
derivan. En el caso que la misma ordene retención salarial, el empleador está obligado a efectuarla y
enterarla al demandante, bastando sólo la presentación de ésta para ser exigible su cumplimiento. El
artículo 148 del C. de Familia expresa que, para la unión de hecho estable, todo lo dispuesto en este
título rige para la disolución de la unión de hecho estable.
102
Jaime Alfonso Solís Romero
posteriormente se demuestra su falsedad, todo matrimonio o unión de hecho estable sería inexistente,
aunque los convivientes lo ignoraban. El matrimonio celebrado por dos personas del mismo sexo no
es un matrimonio nulo, si no que no existe, porque falta la materia esencial del mismo, hombremujer.
La jurisdicción en cuanto a las acciones de nulidad o de anulabilidad del matrimonio (absoluta o
relativa) corresponde a la autoridad de familiar. Expresa el arto. 149 CF. “El matrimonio podrá ser
nulo o anulable, según las causales que concurran en él. Será nulo, cuando concurre alguno de
los impedimentos absolutos, y anulable cuando se celebra con concurrencia de impedimentos
relativo o prohibitivo. En todo caso deberá solicitarse ante juez competente y se tramitará
conforme el proceso especial común que establece el presente Código”. No olvidar que, de
tratarse de un impedimento absoluto, corresponde a una nulidad insubsanable y que aún de oficio el
Juez o Jueza la debe declarar; pero cuando estamos frente a un impedimento relativo solo puede
decretarse a petición de parte (art. 150 CF). Es ante la autoridad que se hará valer las causas de
nulidad de que se hablado hasta aquí, y la respectiva cuestión pertenece a la jurisdicción contenciosa,
desarrollándose el juicio en un proceso especial común que establece el Código de Familia que
posteriormente desarrollaremos. Como consecuencia de la impronta publicista de las normas que
integran el derecho de familia y dado el carácter de orden público que caracteriza a las disposiciones
referentes al matrimonio, conforme el art. 520 Cf, que trasladó a las autoridades administrativas, al
decir la norma: “Admitida la demanda el juez o la jueza dará traslado a la Procuraduría
nacional de la familia y al Ministerio de la Familia, Adolescencia y Niñez, en los asuntos a su
cargo”, en concordancia con el art. 475 que expresa. “…Intervención de la Procuraduría nacional
de la familia: La Procuraduría nacional de la familia será parte en todos los procesos,
concernientes al estado civil y capacidad de las personas, los intereses del niño, niña o
adolescente, persona con discapacidad que no pueda valerse por sí misma, personas declaradas
judicialmente incapaces, personas adultas mayores y en todos aquellos que la ley así lo
prevenga”. Puede, además, ser parte en cualquier otro asunto en que alegue un interés social. La
Procuraduría nacional de la familia al intervenir como parte en el proceso, podrá sostener
pretensiones autónomas o adherirse, ampliar o modificar la pretensión formulada por las partes, o
alegar otras nuevas sin alterar sustancialmente lo que sea objeto de la litis, podrá igual oponer las
excepciones que estime pertinentes...” El art. 478 CF estatuye: “…Notificación obligatoria A la
Procuraduría nacional de la familia se les notificará y serán oídos en todos los procesos y
diligencias a que se refiere este Libro...”
Esto sin perjuicio de la existencia de procesos familiares y reglas particulares donde puedan
intervenir o ponerse en conocimiento a otras instituciones como lo señala el art. 476. Ámbito de
Intervención de la Procuraduría Especial de la Niñez y la Adolescencia de la Procuraduría para la
Defensa de los Derechos Humanos. La Procuraduría Especial de la Niñez y la Adolescencia de la
Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos, intervendrá en los procesos judiciales, como
órgano de consulta, que fiscaliza y recomienda a la autoridad judicial, para la protección y defensa de
los derechos de los niños, niñas y adolescentes. Art. 479 CF, dice: “…Intervención del Ministerio
de la Familia, Adolescencia y Niñez. El Ministerio de la Familia, Adolescencia y Niñez deberá
intervenir en los procesos cuando se tutelen derechos de los concebidos no nacidos, de los niños,
niñas y adolescentes, cualquier tipo de violencia intrafamiliar, personas con discapacidad que
no puedan valerse por sí mismas, personas declaradas judicialmente incapaces y las personas
adultas mayores...”
103
Jaime Alfonso Solís Romero
3. Efectos de la nulidad
Comentarios
En doctrina la sentencia que declara nulo un matrimonio por haber sido contraído en contra de uno de
los impedimentos absolutos o por algún hecho a ellos semejantes la sentencia que declara la nulidad
el vínculo entre los esposos se considera no constituido desde su origen. Aquí la nulidad se retrotrae
al momento que dio origen al matrimonio; el acto jurídico entre los cónyuges nunca ha existido, ya
que se trata de la nulidad absoluta o de la nulidad relativa pero la regla es la misma. Por eso hemos
dicho que la nulidad del matrimonio opera para el pasado (ex-tunc)31. Véase el art. 153 CF, señala:
“Efectos jurídicos del matrimonio declarado nulo. El matrimonio declarado nulo no surtirá
efecto jurídico alguno entre los cónyuges, quedando a salvo los derechos en favor de los hijos e
hijas nacidas en el matrimonio dentro de los trescientos días posteriores a la declaración de
nulidad”.
5. El Matrimonio putativo
Fundamento
En efecto la declaración de la nulidad del matrimonio con efecto retroactivo (ex tunc) produce
consecuencias tan graves, que no siempre, ni para todos los interesados, la sentencia de nulidad
reduce a la nada al vínculo matrimonial y la ley establece una excepción:
Consiste que la ley favorece al esposo que de buena fe 32 han contraído el matrimonio nulo. Es decir
que al menos uno de los esposos ignoraba el vicio existente para contraer el matrimonio; y esto es lo
que se conoce como matrimonio putativo, palabra de origen canónico y que viene del verbo latino
putare, creer o juzgar, o más bien de putativas, por lo cual se reputa ser lo que no es. El objetivo en
mantener la organización matrimonial, familiar y tratar de alterar en los menos posibles la situación
familiar. Tal es el caso que la ley trata o encuentra una salida con el matrimonio putativo. Entonces la
nulidad deja de ser una nulidad verdadera; no rige la retroactividad y la nulidad no opera. El
matrimonio terminaría como si fuese sido decretado un divorcio, o en caso de muerte de uno de los
cónyuges, o sea la nulidad opera ex-nunc (desde ahora), sin retroactividad.
En cuanto a la buena fe, es la ignorancia de la existencia de los impedimentos o relativos que vician
el matrimonio. En doctrina se discute acerca de la buena fe, en materia de matrimonio putativo, debe
tener solamente alcance subjetivo en cuanto ambos contrayentes o uno de ellos ignoraban la
existencia de la causa de nulidad del matrimonio, como en la opinión dominante; o si bien la buena fe
debe tener alcance ético, esto implica además de la ignorancia del motivo de nulidad, honestidad y
rectitud, en cuanto a los esposos hayan sido movidos también por una honesta intención al contraer
matrimonio por ellos. En la opinión de los civilistas nicaragüenses, deben preferirse la opinión de la
buena fe subjetiva (psíquico) del no conocimiento o ignorancia de los vicios.
Tiempo
El matrimonio putativo deja de producir sus efectos para el porvenir, pero conserva, sin embargo, los
que ya hubiere producido en el tiempo transcurrido desde su celebración hasta el día en fue declarada
su nulidad no se retrotrae, opera ex-nunc (desde ahora); de tal manera que durante ese tiempo el
matrimonio putativo debe ser considerado como si se tratase de un matrimonio válidamente
contraído.
Sustancia
105
Jaime Alfonso Solís Romero
Es necesario considerar la situación de los cónyuges, de los hijos y de los terceros; y aún más, los
indicados límites de la eficacia de la sentencia de anulación deben considerarse separadamente, según
que la buena fe concurriese a ambos cónyuges, o bien en uno sólo.
fue pronunciada su nulidad; si ambos esposos son de buena fe quedan a salvo, en las relaciones de los
cónyuges entre sí. Todos efectos producidos desde su celebración hasta la fecha de la sentencia que
pronuncia la nulidad.
El matrimonio putativo producirá efectos civiles tan sólo con respecto al cónyuge de buena fe. El
cónyuge de mala fe, respecto al otro cónyuge, sus hijos y parientes no tienen efectos;
a) Sólo el cónyuge de buena fe conserva la autoridad parental y el de mala fe obligación o deber de
alimentación, no lo excluye.
b) Sólo el de buena fe exige el cumplimiento de las capitulaciones matrimoniales.
c) Sólo el cónyuge de buena fe tendrá derecho de heredar del otro cónyuge a título de cónyuge, de
donde el esposo de buena fe cuyo cónyuge, hubiere muerto antes de pronunciarse la nulidad,
33 Código Civil actualizado, Artículo 1201. Se suprime el término “conyugal” y se sustituye por “marital”, además se agrega la expresión “o
conviviente”. Fue reformado por el artículo 29 del Decreto Legislativo N°. 415, “Ley Orgánica del Patrimonio Familiar y de las Asignaciones Forzosas
Testamentarias”, publicada en La Gaceta, Diario Oficial N°. 86 del 21 de abril de 1959.
38 Sostiene en consulta del 26 de Octubre de 1978, la CSJ que en el caso de nulidad del matrimonio la esposa de buena Fe, tiene derecho a la cuarta
conyugal y podría darse el caso que dos esposas la reclamen.
106
Jaime Alfonso Solís Romero
conserva sus derechos de sucesión, el esposo de mala fe pierde ese derecho y está obligado a
restituirlos.
d) Pierde las donaciones el de mala fe.38
De la anterior surgen las siguientes consecuencias:
a) En la sucesión de sus padres e incluso en la de mala fe, los hijos tienen derechos.
b) Por el contrario, sólo el cónyuge de buena fe puede ejercer en la sucesión de los hijos los derechos
del padre o madre legítimos.
c) Pero el cónyuge de mala fe no tendrá derecho de heredar a su hijo, como padre o madre legítimo.
d) Los parientes del cónyuge de mala fe tienen derecho de heredar al hijo en su carácter de parientes
porque no hay razón para despojar a estos parientes de los derechos que personalmente les
correspondan. Así, el padre del cónyuge de mala fe será abuelo legítimo del hijo; los hermanos de
aquel serán tíos legítimos del hijo, etc. y como tales parientes entrarán en la sucesión del hijo e
hija.
Capítulo III.
107
Jaime Alfonso Solís Romero
la Corte Suprema de Justicia, un Libro de Divorcios, de la misma manera como se registra el
Libro de Matrimonios. En caso de haber bienes en común y exista entre los cónyuges mutuo
acuerdo en la forma de uso o distribución de los mismos, la notaria o notario público puede
disolver el vínculo matrimonial, debiendo consignar dicho acuerdo en la escritura pública
correspondiente”.34 Comentarios
La concepción del divorcio consensual (Meza, 1997), se caracteriza por asimilar el matrimonio a los
contratos, admitiendo su “rescisión” por mutuo consentimiento. Esto se ha dado históricamente tanto
dentro del divorcio limitado o separación como dentro del divorcio vincular. El divorcio por mutuo
consentimiento no es más que la disolución del vínculo matrimonial por haber entre los cónyuges
solicitantes un acuerdo previo en cuanto a los niños, niñas y adolescentes o mayores discapacitados y
a la distribución de los bienes adquiridos durante el matrimonio, que va generar para ambos cónyuges
obligaciones para con los hijos existentes dentro del matrimonio. Este tipo de solución que fue
adoptado por nuestra legislación y acumulada de la antigua Ley 38 en su art. 1 que implica un
sistema en que las partes se limitan a exteriorizar al Juez o Jueza su voluntad de hacer cesar el
vínculo matrimonial que los une, presentando su petición en común acuerdo sobre los hijos, bienes y
pensiones. Pero más aún lo puede hacer ante Notario o Notaria Pública conforme el art. 159 y
siguiente del Código de Familia, esta disolución ante cartulario había sido una solicitud constante de
las barras de abogados desde que se creó la Ley que daba mayor utilidad al Notario, argumentándose
que si él o la Notaria tenía potestad de casar, la lógica correspondía que en iguales términos debería
divorciar, discusión prolongada durante más de veinte años que ahora se vuelve realizable, aunque no
en toda extensión deseada pero es un gran avance con el nuevo Código de Familia. Lo expresado es
que ante la autoridad judicial no hay limitantes jurídicas para conocer y resolver pero como
advertimos a los cartularios se le prohíbe divorciar cuando hay niños, niñas y adolescentes y sujetos
con discapacidad y excepcionalmente distribución de bienes en común; entendemos que el celo del
legislador corresponde a salvaguardar a toda costas los derechos de los menores y personas con
discapacidad para evitar que queden al desamparo de su sustento y otros derechos que les
corresponden, pero bien el notario o notaria podrán divorciar cuando no se constituyan niños, niñas,
adolescentes o personas con discapacidad y esté arreglado la distribución de los bienes.
9. Requisitos substanciales para su procedencia (art. 150 y 163 CF) y trámite del divorcio 35ante
la autoridad judicial
El CF para ponerle fin al vínculo matrimonial por mutuo no lo fija con el término de demanda sino
que expresa que es una solicitud y debe ser interpuesta de manera personal o por un apoderado con
34 Acuerdo de la CSJ numeral 17. Divorcio por Mutuo Consentimiento. ¿Cuándo las partes elijan tramitar, el Divorcio por mutuo consentimiento ante
Notarias o Notarios Públicos, ¿qué debe contener el Acta de Divorcio por Mutuo Consentimiento que se asentará en el Libro de Divorcios que autoriza
la Corte Suprema de Justicia y qué se consignará en la Escritura Pública de Acuerdo elaborada por el Notario? En concordancia con el artículo 159 del
Código de Familia. Se considera: Para la disolución del vínculo matrimonial por mutuo consentimiento ante Notario Público, éste debe tener al menos
diez años de ejercicio profesional continuo y estar autorizado por la Corte Suprema de Justicia. Todo Divorcio debe constar en el Libro que para tal
efecto autoriza la Corte Suprema de Justicia, a los Notarios Públicos. Cuando no hay hijos, pero si, bienes debe consignarse en Acuerdo celebrado
mediante Escritura Pública. El acta de divorcio debe contener lo siguiente: Número de acta, encabezado, lugar, hora y fecha, comparecientes y generales
de ley, introducción, objeto del acto, relación de certificado de matrimonio, certificación de negativa de bienes, en caso de existir bienes, la inserción
literal de la Escritura Pública que contenga el Acuerdo sobre la forma de uso y distribución de los bienes, negativa de hijos, conclusiones y declaración
de disolución del vínculo matrimonial. Se instruye: El Notario Público, librará Certificación del Acta de Disolución del vínculo matrimonial dirigida al
Registrador del Estado Civil de las Personas del Municipio donde se celebró el acto. En caso de haber bienes, deben las partes inscribir el Testimonio de
la Escritura autorizada para tal efecto.
35 Idem. Audiencia. ¿Es necesario realizar audiencia, cuando se tramita un Juicio de Divorcio, sin bienes y sin hijos? En concordancia con los artículos
159 y 171 del Código de Familia. Se considera: Si en el expediente se ha incorporado la Certificación de negativa de bienes comunes inmuebles de los
cónyuges, extendida por el Registro Público de la Propiedad y Certificación de negativa de hijos extendida por el Registro del Estado Civil de las
Personas, y no haber indicios que pueda existir litis, debe procederse a dictar la sentencia y notificar a las partes. Se instruye: Comprobada la no
existencia de hijos y de bienes inmuebles comunes, se debe proceder a dictar la sentencia.
108
Jaime Alfonso Solís Romero
facultades especialísimas por ambos cónyuge de la decisión de disolver el vínculo matrimonial ante
el Juez o Jueza Civil de Distrito de Familia, con la documentación correspondiente acompañando el
legajo que compruebe su estado de casados, certificados de nacimiento de los hijos e hijas si los
hubiere, vivienda familiar, régimen patrimonial adoptado, inventario de los bienes muebles e
inmuebles en común, el acuerdo mutuo de distribución de bienes matrimoniales, el acuerdo sobre el
cuido y crianza de los hijos e hijas, el acuerdo del derecho de uso y habitación del bien inmueble a
favor de los hijos e hijas que sean niños, niñas, adolescentes y personas con discapacidad y las
respectivas pensiones alimenticias o la correspondiente pensión compensatoria (art. 159 y 165 ambos
del CF). En la misma norma familiar que estamos estudiando se facultad al Notario o Notaria
Pública para hacer este trámite de divorcio, pero dicho fedatario público deberá tener al menos diez
años de haberse incorporado a la profesión del notariado, y podrá actuar en casos que los solicitantes
no tengan en común hijos o hijas que sean niños, niñas, adolescentes y personas con discapacidad, ni
haber bienes en común. Las notarías y notarios públicos, a que se refiere el párrafo anterior, deberán
tener registrado ante la Corte Suprema de Justicia, un Libro de Divorcios, de la misma manera como
se registra el Libro de Matrimonios.
En caso de haber bienes en común y exista entre los cónyuges mutuo acuerdo en la forma de uso o
distribución de los mismos, la notaria o notario público puede disolver el vínculo matrimonial,
debiendo consignar dicho acuerdo en la escritura pública correspondiente (159 CF).
10. Disolución del vínculo matrimonial ante notaria o notario público (art. 160).
“La notaria o notario público al recibir la petición de disolución por mutuo consentimiento, les
advertirá a los cónyuges el efecto de su decisión, debiendo cumplir los requisitos establecidos en
el presente Código. De presentarte ante el fedatario la solicitud de divorcio, pero existiera en
común hijos e hijas que sean niños, niñas, adolescentes o personas con discapacidad o existiere
litis respecto de la distribución de bienes, la notaria o notario público se abstendrá de autorizar
la escritura solicitada, instruyendo a los solicitantes del deber de acudir a la vía judicial”.
Comentarios
La disposición jurídica es comprensible y no requiere explicación, solo recordar al cartulario que a la
solicitud de divorcio se debe acompañar los recaudos exigidos por la ley (art. 161) y de existir niños,
niñas o adolescentes o persona con discapacidad, o bien, pleito sobre los bienes y pensiones, debe de
abstenerse de tramitarlo y advertirle a los interesados concurrir ante la vía judicial para su discusión.
109
Jaime Alfonso Solís Romero
determinen las leyes de la República / . El certificado del acta matrimonio es solicitado para
36 37
verificar que efectivamente los interesados están unidos en matrimonio y constatar para efectos de
inscripción del divorcio en el libro, tomo, asiento del matrimonio, etc.
De igual forma hemos tratado los del inciso “c” y “d” para acreditar la ausencia de hijos e hijas y de
bienes.
36 Ley 152 aprobada el 27 de enero de 1993. Publicado en La Gaceta, Diario Oficial N°. 46 del 5 de marzo de 1993.
37 Ley 152, artículo 4.- La presentación de la Cédula de Identidad Ciudadana es indispensable para: g) Concurrir ante notario; l) Cualquier otra diligencia
u operación en las que se deba acreditar la identificación personal.
38 Acuerdo de la CSJ, numeral 30. Inscripción de Unión de Hecho Estable. ¿El Código de Familia, no determinó expresamente, si la declaración y
disolución de unión de hecho estable, debe inscribirse en el Registro del Estado Civil de las Personas? En concordancia con los artículos 84, 87 y 92 del
último párrafo del Código de Familia. Se considera: La constitución y disolución de unión de hecho estable, se realizará por los convivientes ante
Notario Público, quien redactará Escritura Pública denominada: Constitución de unión de hecho estable, o Disolución de unión de hecho estable, según
sea el caso. Quedan obligadas las partes, previa advertencia del Notario autorizante, inscribir el Testimonio que se libre de dichas Escrituras en el
Registro del Estado Civil de las Personas del Municipio donde se autorizó dicho Instrumento Público, cuyos efectos serán los de hacer constar ante
terceros la existencia de la relación de pareja. Se instruye: Por efecto de publicidad legal, debe el Notario Público autorizante, prevenir a los
convivientes, sobre la necesidad de inscribir el Testimonio que se libre de la Escritura Pública de constitución o disolución de unión de hecho estable.
110
Jaime Alfonso Solís Romero
que tengan en común o formen parte del patrimonio familiar. El acuerdo de los cónyuges a que se
refiere este artículo no perjudicará en manera alguna a los hijos o hijas, quienes, a pesar de las
estipulaciones, conservarán sus derechos a ser alimentados con arreglo a la Ley; quedando la
autoridad judicial y los respectivos tutores en su caso, en la estricta obligación de velar porque lo
acordado respecto a los hijos e hijas, sea favorable al interés superior de éstos. Igualmente, el acuerdo
referido buscará el equilibrio de los derechos patrimoniales y alimentarios de ambos cónyuges. Si los
cónyuges no hubieren llegado a ponerse de acuerdo sobre alguno de los puntos señalados en el
artículo anterior, la autoridad judicial resolverá conforme corresponda (164 CF). Ahora bien, la ley
prevé que se fijará pensión compensatoria para él o la cónyuge que esté imposibilitado para trabajar
por motivos de enfermedad o cualquier causa similar, a juicio de la autoridad judicial. Esta obligación
no se otorgará o cesará cuando el cónyuge favorecido haya contraído nuevo matrimonio o establezca
una unión de hecho estable, trabaje o llegare a tener solvencia económica (párrafo segundo del art.
164 CF).
17. Del recurso contra la sentencia que disuelve el vínculo matrimonial (art. 169).
44
47. Procuraduría Nacional de la Familia. ¿Debe ser parte en los procesos de familia, la Procuraduría Nacional de la Familia, ¿cuándo no hay niños,
niñas, adolescentes, personas con discapacidad, personas declaradas judicialmente incapaces y adultos mayores? En concordancia con los artículos 475,
478 y 479 del Código de Familia. Se considera: En todos los procesos, la Procuraduría Nacional de la Familia será parte de conformidad a los artículos
475 y 478 del Código de Familia. Se instruye: La Procuraduría Nacional de la Familia y el Ministerio de la Familia, Adolescencia y Niñez, deben
intervenir en todos los procesos, de acuerdo al artículo 479 del Código de Familia. Sin embargo, no es causa de nulidad la no presencia de los
representantes de estas Instituciones en dicha audiencia.
“La sentencia que declare un derecho que se aparta de los términos del acuerdo propuesto por
los cónyuges, puede ser recurrida de apelación por cualquiera de las partes. El recurso
suspenderá su ejecución. El recurso no puede versar sobre la disolución del vínculo. La
sentencia que apruebe en su totalidad la propuesta del acuerdo sólo podrá ser recurrida por la
Procuraduría nacional de la familia o el Ministerio de la Familia, Adolescencia y Niñez, en
interés de los hijos e hijas que sean niños, niñas o adolescentes, personas con discapacidad o
declaradas judicialmente incapaces”.
Comentarios
Establecido como regla general sobre la no apelación referente a este tipo de divorcio, porque
aparentemente las partes convienen en sana paz disolver el vínculo matrimonial, pero se deja
112
Jaime Alfonso Solís Romero
marcado dos excepciones que permiten una alzada ante los Tribunales de Apelación, contra la
sentencia que disuelve el vínculo matrimonial: a) Cuando se declare un derecho que se aparta de los
términos del acuerdo propuesto por los cónyuges. El recurso suspenderá su ejecución. El recurso no
puede versar sobre la disolución del vínculo. Haciendo un paréntesis y un comentario observemos
que se recurre de apelación acerca de “derechos” no sobre “obligaciones asumidas consentidamente
por las partes”, y sólo corresponde a los interesados. Y b) Cuando la sentencia que apruebe en su
totalidad la propuesta del acuerdo sólo podrá ser recurrida por la Procuraduría nacional de la familia
o el Ministerio de la Familia, Adolescencia y Niñez, en interés de los hijos e hijas que sean niños,
niñas o adolescentes, personas con discapacidad o declaradas judicialmente incapaces (169 CF). Aquí
rompe la regla en toda su extensión, por las consecuencias o perjuicio que podría causarle a estos
sujetos protegidos de manera especial por el propio Código de Familia y demás Leyes del país, así
como Convenios Internacionales.
113
Jaime Alfonso Solís Romero
matrimonial dirigida al Registrador del Estado Civil de las Personas del Municipio donde se celebró
el acto. En caso de haber bienes, deben las partes inscribir el Testimonio de la Escritura autorizada
para tal efecto.
Capítulo IV.
1. Demanda de disolución del vínculo del matrimonio por voluntad de una de las partes
(art.171).
“Él o la cónyuge que intente disolver su matrimonio, presentará por escrito personalmente o
por apoderado especialísimo, la demanda en duplicado, ante la autoridad judicial
competente”.45 Comentarios
El divorcio como institución jurídica que destruye el lazo matrimonial y deja en consecuencia a cada
uno de los esposos en libertad para contraer nuevas nupcias, siempre ha sido objeto de las más
empeñadas discusiones. Sus defensores ven en él un remedio, quizás único para enmendar errores e
imprevisiones, que de otro modo resultaría irremediables, labrando la perpetua desgracia de dos
seres. Por el contrario, sus detractores lo consideran como un elemento de disolución social, propicia
para amparar todos los abusos y a entronizar las pasiones y hasta los caprichos sobre la razón, a
facilitar la satisfacción de los apetitos con olvido de los deberes, a menospreciar a la mujer, a
sacrificar a los hijos y a producir en fin con la ruina del hogar, frecuentes desastres.
El divorcio como todas las instituciones humanas, tiene sus aspectos incuestionablemente
convenientes y sus facetas criticables y todo depende en el de su acertada regulación jurídica.
Un matrimonio que se siga sosteniendo caprichosamente sin garantías y sin justificación, seria en
verdad una lamentable situación que obligaría a la fuerza, mantener un vínculo sin razón a los
cónyuges, y creando como consecuencias, conflictos y dramas familiares que llegan hacer
perjudiciales para la salud de sus miembros de donde el odio, la discrepancia o el rencor tienen
asiento, donde la disputa sustituye a la concordia y la violencia a la paz y entendimiento.
El divorcio reviste inicialmente dos aspectos, el vincular o divorcio propiamente dicho, que disuelve
el matrimonio y dejan en libertad a los cónyuges para contraer nuevas nupcias y la mera separación
de personas y bienes de los esposos, que dejan, sin embargo, subsistente el vínculo conyugal obliga a
45
46. Presentación de Demanda. ¿Puede la persona no letrada en derecho presentar una demanda sin Poder de representación? En concordancia con los
artículos 159, 171, 469 y 470 del Código de Familia. Se considera: Una persona para presentar una demanda, tiene que hacerlo por medio de un
representante legal. A excepción de los casos de Divorcios, que se puede tramitar personalmente o por Apoderado Especialísimo. Se instruye: La
autoridad judicial, debe tramitar las Demandas presentadas en forma.
la fidelidad e impide a los consortes celebrar nuevo matrimonio. El primero es rechazado por la
religión y prohibido a sus fieles. El segundo no sólo es admitido, sino regulado cuidadosamente por
la misma Iglesia. El divorcio vincular ha sido admitido por la mayoría de las legislaciones de Europa
114
Jaime Alfonso Solís Romero
y América. Pero en los países que admiten el divorcio, en cuanto al vínculo aparece claramente una
diferencia fundamental; hay países que solo consienten el divorcio mediante justa causa previamente
establecida por la ley; y otros que lo permiten también por la sola voluntad coincidente (mutuo
consentimiento) de los cónyuges para disolver el matrimonio y como una tercera corriente que
permite el divorcio por voluntad de una de las partes (La mayoría de países habla hispana lo han
regulado como hemos expresado anteriormente pero con sus propios matices).
En nuestro país la influencia en este tipo de divorcio unilateral, probablemente sus orígenes la
encontramos en la antigua Unión Soviética en el año de 1927, regulado en el Código de familia como
causales de divorcio el mutuo consentimiento de los esposos o la voluntad unilateral de cualquiera de
ellos. Este divorcio fundado en la voluntad de uno solo de los cónyuges era preciso solicitarlo ante el
Tribunal correspondiente, quien debía encargarse de hacérselo saber al otro cónyuge, citándole al
efecto para una audiencia. Si el paradero del que debe ser citado no fuese conocido, la citación habría
de publicarse por tres veces, tal citación y la audiencia del otro cónyuge no implicaba la posibilidad
de debate sobre la procedencia del divorcio; pero en fecha del 8 de julio de 1944, se publicó un
decreto suprimiendo el divorcio sin declaración judicial y por la sola voluntad de los cónyuges y aún
el que tenía lugar por mera declaración ante el oficial del Registro del Estado Civil, pero sin
intervención alguna de los tribunales, retornando al divorcio por causa justa y ante los Tribunales del
pueblo con mayores garantías.
Capítulo IV.
3. El órgano competente
El Código de Familia fue muy variado en el asunto de la competencia y de los órganos de
competencia no sólo por la limitantes por razones de presupuesto, sino con el objeto de la naturaleza
del asunto y la cuestión del acceso a la justicia de la población, por eso vemos en el art. 429 CF.,
sobre la competencia por razón de la materia al señalarse que en los asuntos de familia y personas,
de que trata este Código, serán conocidos en la jurisdicción especializada familiar, que debe
existir en la Corte Suprema de Justicia, Tribunales de Apelaciones, juzgados de distrito y
juzgados locales, conforme ha establecido la vigente Ley Orgánica del Poder Judicial de la
República de Nicaragua.
En la misma disposición que antecede en el párrafo dos refiere para los jueces de distrito de familia
deben conocer y resolver: “…Los asuntos sobre declaración de incapacidad, tutela y adopción,
serán conocidos, en primera instancia, únicamente, por los juzgados de distrito de Familia o en
su defecto por juzgados de distrito civil…” Estas tres acciones de familia únicamente le atañen a
115
Jaime Alfonso Solís Romero
los Jueces de Distrito de Familia, sin perjuicio de conocer todas las demás instituciones jurídicas que
establece el CF, los jueces locales de familia donde sean nombrados, los locales civiles o locales
únicos le corresponderán conocer el resto de materia de familia, como demandas de divorcio,
alimentos entre otras a excepción de los tres grandes asuntos familiares reservados a los Jueces de
Distrito. Otra disposición un poco dispersa está la del art. 673 CF., de transitoriedad señala: “…
Mientras no se instalen los juzgados locales de Familia, serán competentes para conocer, en
primera instancia, de los asuntos de que trata este Código, los juzgados de distrito de Familia y
donde no fuere posible, serán competentes los juzgados locales de lo Civil y locales únicos.
Mientras no se instalen las Salas especializadas en la Corte Suprema de Justicia y en los
Tribunales de Apelaciones, son competentes las Salas de lo Civil.
Una vez que se instalen los Juzgados Locales de Familia, que ordena el artículo 58 de la vigente
Ley Orgánica del Poder Judicial de la República de Nicaragua y la Sala de Familia
especializada en el Tribunal de Apelaciones, podrán requerirse reformas al título 11 del Libro
Sexto, para establecer y delimitar competencias en razón de la materia…”
Pero bien, el punto medular es que la ruptura unilateral del matrimonio como una causal del divorcio,
es promovida por la decisión voluntaria de cualquiera de los esposos y presentado ante el Juez Civil
de Distrito, Local o Único Local, Familiar o Civil según lo expresado anteriormente, en los
domicilios siguientes: a) domicilio común conyugal; b) domicilio del demandado; c) domicilio del
demandante. Las fórmulas de los domicilios prevista en el art. 430 inciso “b” del CF, está establecida
por razones de mejorar el acceso a la justicia y comodidad del solicitante que normalmente es la
mujer que se encuentra en desventaja, de manera que, aunque se trate de estos asuntos, no hay
conocimiento para obligar al esposo o esposa a litigar en un lugar distinto del que prefiera y le resulte
fácil, tranquilo y seguro. De modo que el legislador, de obligar a los esposos a litigar en un solo lugar
o conforme a las reglas del derecho común se hubiese involucrado en un absurdo jurídico. Pero
advertimos que el legislador estableció también el alcance del domicilio en el art. 431 CF, y me
parece oportuno señalar como complementario que podría presentarse la demanda de divorcio en
caso de fallar los domicilios de los cónyuges y para suplir esa ausencia cuando la autoridad parental
es ejercida por ambos padres, sin domicilio común, se considerará como domicilio el del que tenga al
niño, niña o adolescente bajo su cuidado. Se tendrá como domicilio común de los cónyuges o
convivientes, aquel en que hubieren residido antes de la separación. Así el art. 431 “Del alcance del
domicilio. A efectos de esta Ley, el domicilio de las personas naturales es el del lugar, en que
tienen su residencia habitual. El de las personas que tienen representante por ley, para suplir su
falta de capacidad jurídica, es el del lugar en que residen habitualmente los que tienen su
representación legal. Cuando la autoridad parental es ejercida por ambos padres, sin domicilio
común, se considerará como domicilio el del que tenga al niño, niña o adolescente bajo su
cuidado. Se tendrá como domicilio común de los cónyuges o convivientes, aquel en que
hubieren residido antes de la separación”.
Hago la advertencia que nuestros legisladores utilizan indistintamente “demanda” y “solicitud” según
se desprende de los arts., 171 y 174 del C. de Familia. Pero es criterio unificado que el término
correcto y técnico que se debe utilizar es “demanda” porque precisamente es el acto creador del
proceso que regula la ley y que conlleva a la pretensión de disolución del vínculo, no es un acto de
jurisdicción voluntaria sino un acto creador del proceso.
Establecido esta aclaración, el Código se limita como requisito mínimo en la demanda que se exprese
el deseo de terminar con la unión matrimonial, sin motivar las causas o razones (causa petendi) que
llevan al interesado a tomar la drástica decisión. Debo señalar que no se exige una motivación en la
demanda, no hay porque describir argumentos para solicitar la ruptura matrimonial, bastará conforme
116
Jaime Alfonso Solís Romero
el art. 174 señalar que se desea destruir el vínculo matrimonial de forma clara sin dar razón alguna de
ello.
6. Requisitos de la solicitud de disolución del vínculo matrimonial por voluntad de una de las
partes (art.174).
“La solicitud deberá expresar claramente la voluntad de disolver el vínculo matrimonial, sin
dar razón alguna para ello. Si existieren además hijos o hijas comunes que sean niños, niñas,
adolescentes, personas con discapacidad o declarados judicialmente incapaces, deberá
contener: a) A quien le corresponderá el cuido y crianza de los hijos e hijas que sean niños,
117
Jaime Alfonso Solís Romero
niñas o adolescentes, personas con discapacidad o declarados judicialmente incapaces. b) El
régimen de comunicación y visita en que se desarrollará en lo sucesivo la relación entre madre,
padre e hijos. c) El monto o porcentaje de la demanda en concepto de prestación de alimentos
para los hijos e hijas que sean niños, niñas o adolescentes, personas con discapacidad o
declarados judicialmente incapaces y la forma en que se garantizará. d) El monto y porcentaje
de la pensión para él o la cónyuge que hubiere de recibirla y la forma en que se garantizará. e)
La distribución de los bienes conforme al régimen económico patrimonial adoptado. f) El
monto de la pensión alimenticia provisional para los hijos e hijas que sean niños, niñas o
adolescentes, personas con discapacidad o declarados judicialmente incapaces o la o el cónyuge
en caso que corresponda, en tanto no se dicte sentencia definitiva. A la solicitud deberá
acompañarse los siguientes documentos: a) Certificación del acta de matrimonio. b)
Certificación del acta de nacimiento o negativa de hijos o hijas. c) Independientemente del
régimen patrimonial que hubiesen adoptado los cónyuges deberán presentar inventario de los
bienes y derechos adquiridos antes del matrimonio para ese fin y durante la vida matrimonial,
si los hubiere, excepto cuando la adquisición devenga de herencia o donación para uno de los
cónyuges. d) Poder especialísimo cuando corresponda, que deberá contener los requisitos
generales de toda demanda y los especiales de la solicitud que señala el numeral anterior;
además el nombre y fecha de nacimiento de los hijos e hijas, el mandato de interponer la
solicitud de disolución del vínculo matrimonial y las facultades conferidas al apoderado o
apoderada para participar en la mediación o conciliación cuando corresponda”. Comentarios
La ley limita como requisito mínimo en la demanda que él interesado solo exprese el deseo de
terminar con la unión matrimonial, sin motivar las causas o razones (causa petendi) que llevan al
interesado a tomar la drástica decisión. Se consagra para este divorcio acompañar a la demanda los
siguientes documentos: a) Certificación del acta de matrimonio. b) Certificación del acta de
nacimiento o negativa de hijos o hijas. c) Independientemente del régimen patrimonial que hubiesen
adoptado los cónyuges deberán presentar inventario de los bienes y derechos adquiridos antes del
matrimonio para ese fin y durante la vida matrimonial, si los hubiere, excepto cuando la adquisición
devenga de herencia o donación para uno de los cónyuges. d) Poder especialísimo cuando
corresponda, que deberá contener los requisitos generales de toda demanda y los especiales de la
solicitud que señala el numeral anterior; además el nombre y fecha de nacimiento de los hijos e hijas,
el mandato de interponer la solicitud de disolución del vínculo matrimonial y las facultades
conferidas al apoderado o apoderada para participar en la mediación o conciliación cuando
corresponda.
119
Jaime Alfonso Solís Romero
de los cónyuge. Por estas razones y más que a diario enfrentan los judiciales es que la Corte Suprema
de Justicia ha instruido que los mismo jueces y jueces que emitan sus medidas la ejecuten.39/40
Podemos deducir ciertos criterios para determinar los presupuestos de las medidas cautelares. Los
jueces deberán formarse su opinión conforme la existencia de criterios objetivos y subjetivos: 1)
Criterios objetivos: Serán determinados por la gravedad del peligro y severidad de las personas a
proteger. Esta opinión se extrae de los hechos relatados en la demanda y por los cuales se solicita el
divorcio.
2) Criterios personales o subjetivos: Estarán derivados por la conducta del demandado en el proceso y
frente a los demandantes, la existencia de posibles circunstancias de conducta violenta por la
disolución en el hecho atribuido también determina la necesidad de mc. La existencia de antecedentes
policiales y penales no son necesarios o condicionantes para adoptarlas, pero no deben descartase por
el judicial. El juez o jueza debe valorar: edad, estado civil, número de personas que depende o se
solicita la mc, lugar donde vive, tiempo de residir, dirección, arraigo en el país, estudios realizados,
estado de salud, el empleo y puesto que desempeña, tiempo laborado, horario de trabajo, referencias
de su conducta, propiedades, salarios, su actividad económica y comercial y otros que consideren de
utilidades. Es esencial que el juez o jueza pondere la magnitud, cantidad, grado y duración de las
medidas cautelares, para lo cual considerará, por una parte, los hechos y sus circunstancias, el interés
del Estado y de la Sociedad en otorgar esas medidas. Este principio impone la obligación de asegurar
el proceso penal afectando lo menos posible las libertades y derechos de las personas contra las que
se dicta unas medidas cautelares; orienta al juez para decidir cuándo y en qué casos, de qué manera y
por cuanto tiempo se debe imponer, suspender, revocar o modificar.
Doctrinalmente existen tres sub principios: 1) Necesidad; 2) Adecuación y 3) Subsidiaridad. 1)
Principio de Necesidad: Las medidas cautelares, se imponen para prevenir riesgos y asegurar la
eficacia del proceso o las consecuencias de las sentencias. 2) Principio de Adecuación: Las medidas,
debe ser acomodada a cada caso concreto y debe corresponder en igual o menor medida a los
derechos que se aseguran, al resguardo del proceso y a las condiciones objetivas y subjetivas que se
aprecian en el mismo. Con base a ese principio las mc no pueden ser desmesuradas con relación al
peligro que evitan; pero tampoco ser insuficientes o incongruentes para asegurar el fin que los
motiva. El juez o jueza está obligado a buscar las medidas que se ajustan a las exigencias de la
protección procesal concreta que proporciona.
39 Ídem circular de la csj. Ejecución de Resoluciones Judiciales. ¿Cuál es el procedimiento para la ejecución de resoluciones judiciales? En
concordancia con los artículos 555, 556, 557 y 558 del Código de Familia. Se considera: Conforme el artículo 558 del Código de Familia, se ordenará el
cumplimiento de la sentencia o auto si procede. Al considerarlo necesario el Judicial, podrá citar a una audiencia en el que deberá advertir a la parte
ejecutada acompañe a la misma las pruebas que acrediten el cumplimiento de la obligación; en caso de probar el cumplimiento, se termina el proceso,
sino lo demuestra se procederá a ordenar la ejecución. Cuando las sentencias están claras, solamente se despacha ejecución. Cuando son cantidades
ilíquidas, o en especies, se convoca a audiencia para que cada parte pruebe sus pretensiones. En los casos que las sentencias a ejecutar impliquen la
ejecución o modificación del derecho de cuido y crianza régimen de visitas, o separación de niños, niñas y adolescentes, la debe ejecutar personalmente
el Juez o Jueza de Familia que conoció el caso, en compañía del Ministerio de la Familia, Adolescencia y Niñez, Procuraduría de la Familia, y la Fuerza
Pública en caso de extrema necesidad. También son ejecutables los acuerdos de conciliación en sede administrativa (MIFAN), Autos que ordenan
medidas cautelares, Acuerdos suscritos ante la Corte Suprema de Justicia Secretaría Notarios Públicos debidamente ratificados ante la autoridad
judicial o administrativa, las sentencias de primera instancia, aunque hayan sido recurridas de apelación, igual las de casación. Se instruye: Son
competentes para la ejecución de resoluciones judiciales las autoridades judiciales que conocen en materia de familia. La petición de la ejecución
se realizará: Por las partes, las Instituciones del Estado que hayan participado en el proceso, la Autoridad judicial cuando considere racionalmente que
evitará o disminuirá daños morales o materiales para las personas cuyos derechos se consagran en la resolución a ejecutar. Partiendo del principio de
inmediatez, para la ejecución bastará presentar la resolución cuya ejecutoria le interesa o haga referencia al expediente judicial.
40 Embargo Preventivo. ¿Quién realiza los embargos preventivos, el Juez de Familia o el de Ejecución? En concordancia con los artículos 459, 555 y
558 del Código de Familia. Se considera: El embargo preventivo lo decretarán los Jueces de Familia y ejecutarán los Jueces de Ejecución, donde existan,
y los Jueces Locales Civiles y Jueces Locales Únicos que conocen en materia de familia. Se instruye: Las autoridades judiciales que conocen en materia
de familia, decretarán embargos preventivos a petición de las partes, por las Instituciones del Estado que participen en el proceso, o de oficio por el Juez,
cuando considere racionalmente que evitará o disminuirá daños morales o materiales para las personas cuyos derechos se consagran en la resolución
judicial.
120
Jaime Alfonso Solís Romero
8. Cónyuge con domicilio desconocido (art. 176).
“Si la o el cónyuge demandado estuviera ausente y se ignora su paradero, presentada la
solicitud de disolución del vínculo matrimonial la autoridad judicial lo citará por edictos por
tres días consecutivos. Transcurrido el plazo, la autoridad judicial le nombrará un
representante para el proceso, quien será un defensor público”.41
Comentarios
En esta disposición jurídica, hay dos hipótesis que contempla la ley, en el primero puede ocurrir que
el cónyuge demandado este fuera del país y se desconozca el domicilio en el extranjero; para evitar
abusos me parece que se mantenga la práctica sana de los jueces y juezas en solicitar que se adjunte
al escrito de demanda de divorcio el último movimiento migratorio del demandado. En un segundo
caso estando el cónyuge en el país, pero se ignora su domicilio. En cualquiera de las dos situaciones
descritas el emplazamiento se hará por medio de edictos, publicados en un diario de circulación
nacional y el tiempo para realizarlo es de tres días consecutivos, advirtiendo que esta es la norma
específica porque podría tratarse de aplicar la del artículo 515 párrafo tercero del CF que refiere: “…
Cuando se ignore el paradero del demandado se emplazará por edicto, mediante un aviso que se
publicará tres veces en un diario de circulación nacional con intervalo de dos días consecutivos..”
Transcurrido el plazo y no concurrió el demandado se nombrará defensor público. La Excelentísima
Corte Suprema de Justicia no está de acuerdo en utilizar el art. 176 Cf, y se inclina a instruir a las
autoridades judiciales hacer uso del art. 515 Cf.42, de igual man refiere que se debe verificar ante el
era
los procesos en donde se ignore el paradero del demandado, debe actuar de acuerdo a lo establecido al artículo 515 del Código de Familia, para asegurar
las garantías constitucionales del debido proceso. El llamado por edicto, no se debe entender como emplazamiento para contestar la demanda, sino para
que comparezca ante el Judicial, para que se apersone conforme el último párrafo del artículo 515 del Código de Familia. Una vez transcurrido el plazo
para que se apersone al proceso, sin que lo haya hecho, se le nombrará como guardador un Defensor Público, a quien simultáneamente se le emplazará
para que conteste la demanda. Paralelamente a la publicación de edictos, debe ordenarse oficio al Consejo Supremo Electoral y Dirección General de
Migración y Extranjería, para que brinden informe sobre el demandado, en relación a su ubicación (cedulación y movimiento migratorio). 50 Circular de
la CSJ del 23 de agosto de 2021, acuerdo No. 534. Tablero Electrónicos de Edictos en el Portal de la Web del Poder Judicial para la publicación de
edictos en materia civil.
Ahora bien citamos el art. 516 CF que establece el estado de rebeldía: “…La persona que
demostrare no haber sido notificada conforme establece esta ley y tuviere conocimiento del
proceso, podrá personarse en cualquier estado de éste y pedir la declaración de rebeldía, cuya
admisión tendrá los efectos de nulificar los actos procesales realizados, retrotraer el proceso al
estado en que se encontraba al momento de acaecer el hecho causante de la rebeldía, conceder
la intervención de parte y restablecer la relación procesal…”, la condición es que el sujeto
demuestre no haber sido notificado de la demanda de divorcio, pero tiene conocimiento del proceso
se puede personar y pedir la declaración de rebeldía, el objetivo es retrotraer el proceso por haber
estado en indefensión y pedir la nulidad de los actos procesales realizados en su estado ilegal de
rebeldía, la regla y sus efectos como hemos advertido es retroceder el proceso. Es un poco
complicado esta figura de la rebeldía apartándose de lo estudiado y conocido en asusto de rebeldía,
pero bien así lo dispuso el legislador que mal o bien, la verdad es que no hay rebeldía para quien no
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Jaime Alfonso Solís Romero
contesta la demanda es para aquellos que no le fueron notificado los actos judiciales que le pueden
deparar algún perjuicio por su desconocimiento43.
Se puede presentar el caso del supuesto de no existencia de hijos, bienes en común y pensión
conyugal, aunque no previsto de esta forma, pero el planteamiento jurídico es válido cuando en el
supuesto el demandado se allana a la demanda de divorcio y sea en aquellos casos de la ausencia de
hijos, bienes en común etc., y de acuerdo al art. 503 CF., puede producir el efecto de que la autoridad
judicial dicte sentencia sin mayor trámite…”
Lo anterior en armonía con el art. 523 sobre la única audiencia, al exponer el art. 523 que en los
asuntos donde no exista litis serán ventilados y resueltos en una única audiencia, la inicial,
disponiéndose en la sentencia los actos de seguimiento y control que corresponde ejercer a la
autoridad judicial, dada la naturaleza del asunto.
En otro supuesto o casuístico, emplazado el cónyuge demandado y vencido el término para contestar
la demanda de divorcio (contestada o no) y una vez que el juez o jueza comprueba que los cónyuges
no tienen hijos menores, incapacitados, no requiere pensión el cónyuge, no existe bienes en común,
dentro del plazo establecido por la ley se obliga a dictar sentencia declarando disuelto el vínculo
matrimonial. Para algunos juristas en minoría la realidad es que esta es una forma de disolución
dentro del procedimiento expuesto, y para algunos civilistas obedece a una falta de garantías y
justificación por el liviano plazo a que se envuelve, atentando enormemente a la destrucción de la
familia. Situación que debo expresar no estar de acuerdo con tal posición, pero a la vez no merece
comentario alguno.
El otro supuesto es que existiendo hijos, bienes y derecho a la pensión se aceptan las pretensiones, no
obstante, cuando la demanda de divorcio contenga las pretensiones antes expresadas, pero el cónyuge
demandado se allana a la misma, el juez o jueza previo dictamen de la Procuraduría Civil de Justicia
y el Ministerio de la Familia, quienes emplazados tendrán el termino común de traslado para emitir
su dictamen, el Juez o Jueza dictará sentencia dentro del término establecido. Aclarados que vencidos
el plazo con o sin dictamen insisto se dicta la correspondiente resolución, véase circular de la csj
citada.
“La autoridad judicial podrá ordenar también, una pensión compensatoria, sustitutiva de la
alimenticia, siempre que no exista repartición de bienes entre los cónyuges o convivientes, a fin
de evitar el desequilibrio económico que para uno de los cónyuges puede significar el divorcio,
en relación con la posición del otro cónyuge y un empeoramiento de la situación que tenía
durante el matrimonio. Para ello, la autoridad judicial tendrá en cuenta, entre otras, las
siguientes circunstancias: a) Los acuerdos a que hubieren llegado los cónyuges. b) La edad y el
estado de salud. c) La calificación profesional y las probabilidades de acceso a un empleo. d) La
43 Circular de la csj citada. Declaración de Rebeldía. ¿La petición de declaración de rebeldía, puede tramitarse como un Incidente? En concordancia con
el artículo 516 del Código de Familia. Se considera: La autoridad judicial, tramitará la petición de declaración de rebeldía, en Audiencia como un
Incidente. Se instruye: En la audiencia para la declaración de rebeldía, el único punto de debate, será la nulidad o no de la notificación.
44 41. Pensión Compensatoria. ¿Podrá ordenar la pensión compensatoria las autoridades judiciales de familia, en caso que el obligado se encuentre en
extrema pobreza? En concordancia con el artículo 177 del Código de Familia. Se considera: No cabe ordenar la pensión compensatoria cuando el
obligado se encuentre en extrema pobreza, ya que el fin de la misma, es evitar el desequilibrio económico entre los cónyuges. Se instruye: La pensión
compensatoria debe ordenarse, siempre y cuando la persona que está obligada a facilitarla, posea recursos económicos para brindarla y que se pida
basada en una de las circunstancias establecidas en el Artículo 177 del Código de Familia.
45 . Pensión Compensatoria. ¿Qué criterios cuantitativos y cualitativos considerará al aplicar la pensión compensatoria, la autoridad judicial que conoce
en materia de familia? En concordancia con el artículo 177 del Código de Familia. Se considera: La autoridad judicial, podrá ordenar la pensión
compensatoria tomando en cuenta las siguientes circunstancias: a) Los acuerdos a que hubieren llegado los cónyuges. b) La edad y estado de salud. c) La
calificación profesional y las probabilidades de acceso a un empleo. d) La colaboración con su trabajo en las actividades mercantiles, industriales o
profesionales con el otro cónyuge. e) La duración del matrimonio y la convivencia conyugal. f) La pérdida eventual de un derecho de pensión. g) El
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Jaime Alfonso Solís Romero
colaboración con su trabajo en las actividades mercantiles, industriales o profesionales con el
otro cónyuge. e) La duración del matrimonio y la convivencia conyugal. f) La pérdida eventual
de un derecho de pensión. g) El caudal y los medios económicos y las necesidades de uno y otro
cónyuge. h) La distribución equitativa de los bienes adquiridos durante el matrimonio y éstos
estuvieren inscritos de manera unilateral. i) No poder ejercer una actividad profesional por
tener que ocuparse de los hijos o hijas comunes. j) Haber interrumpido su instrucción
profesional por razón del matrimonio y desear reanudarla. La pensión compensatoria cesará
cuando la o el cónyuge favorecido contraiga nuevo matrimonio, establezca una unión de hecho
estable con otra persona o llegare a tener medios económicos para su sustentación”.
Comentarios
La pensión compensatoria es una aportación económica dada por uno de los cónyuges a otro una vez
terminado el matrimonio por un desequilibro económico. Esta atribución económica de un cónyuge a
otro tiene como requisito que uno de los cónyuges sufra un empeoramiento en su nivel económico
con el divorcio o separación respecto al que tenía durante el matrimonio mientras que el otro cónyuge
no ha sufrido este empeoramiento. Habitualmente esta atribución económica se otorgaba de hombres
a mujeres. Esto era así por el hecho de que la mujer no se encontraba dentro del mercado laboral y
dependía exclusivamente de su marido.
Esta situación provocaba que cuando había una disolución del matrimonio la mujer no tenía ingresos
y su situación empeoraba de manera notable, mientras que el marido seguía manteniendo su trabajo
intacto y sus ingresos. Con la inserción de la mujer al mundo laboral esta pensión compensatoria que
otorgaba un crédito a la esposa se ha visto disminuido.
La pensión compensatoria se establece judicialmente para reparar el desequilibrio económico que
puede producir la ruptura matrimonial en uno de los cónyuges. La pensión se constituye para
compensar (indemnizar) por ejemplo, la dedicación de uno de los cónyuges al cuidado del hogar, que
incluye cuidar la propiedad, los bienes muebles o menajes, el quehacer diario para mantener en
óptimas condiciones el hogar, el velo de los niños, niñas y adolescentes y en fin de la familia durante
la vigencia del matrimonio o su colaboración en la actividad profesional o empresarial del cónyuge.
La cuantía de la pensión la fija el juez en función de los ingresos y bienes de la persona que debe
satisfacerla.
Al contrario que en otros países europeos, no existe en la legislación española ningún baremo (tabla)
obligatorio al que deba ajustarse el juez o jueza a la hora de fijar la pensión compensatoria. Puede,
por tanto, fijar su cuantía concreta conforme a su criterio, dentro de los márgenes de la ley. El
principio no está o no tiene por qué estar sujeta a un límite temporal, sino que su duración dependerá
de la capacidad del beneficiario para obtener recursos económicos propios que le sitúen en un nivel
de vida similar al que gozaba durante el matrimonio. Así, el trabajo del beneficiario no conduce, en
principio y de forma automática a su extinción.
La pensión compensatoria se solicita en el procedimiento de separación y su percepción no es
compatible con la pensión de alimentos.
caudal y los medios económicos y las necesidades de uno y otro cónyuge. h) La distribución equitativa de los bienes adquiridos durante el matrimonio y
éstos estuvieren inscritos de manera unilateral. i) No poder ejercer una actividad profesional por tener que ocuparse de los hijos o hijas comunes. j)
Haber interrumpido su instrucción profesional por razón del matrimonio y desear reanudarla. Se instruye: La autoridad judicial para cada caso debe
tomar en cuenta al momento de aplicar la pensión compensatoria, lo siguiente: Artículo 177 del Código de Familia, Constitución Política de Nicaragua,
Instrumentos Internacionales ratificados, regímenes económicos del matrimonio y de unión de hecho estable de acuerdo al Código de Familia. Es
aplicable únicamente cuando no se pide pensión alimenticia por ser esta sustitutiva de la misma. Siempre que no exista régimen económico matrimonial
declarado y no haya repartición de bienes. Su naturaleza es de equilibrio económico.
124
Jaime Alfonso Solís Romero
Es de suma importancia que este tipo de pretensión intervenga la Procuraduría Nacional de la Familia
y al MiFAM, al tenor del art. 520.46
46 Ídem circular de la csj. Procuraduría Nacional de la Familia. ¿Debe ser parte en los procesos de familia, la Procuraduría Nacional de la Familia,
¿cuándo no hay niños, niñas, adolescentes, personas con discapacidad, personas declaradas judicialmente incapaces y adultos mayores? En concordancia
con los artículos 475, 478 y 479 del Código de Familia. Se considera: En todos los procesos, la Procuraduría Nacional de la Familia será parte de
conformidad a los artículos 475 y 478 del Código de Familia. Se instruye: La Procuraduría Nacional de la Familia y el Ministerio de la Familia,
Adolescencia y Niñez, deben intervenir en todos los procesos, de acuerdo al artículo 479 del Código de Familia. Sin embargo, no es causa de nulidad la
no presencia de los representantes de estas Instituciones en dicha audiencia.
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Jaime Alfonso Solís Romero
El primer inciso (a) del art. 178 Cf, categóricamente expresa que los bienes inmuebles en común, son
aquellos “adquiridos a nombre de ambos cónyuges, antes o durante el matrimonio”, con mucha
tenacidad los litigantes en las controversias del divorcio alegan que todo bien inmueble adquiridos
antes o durante el matrimonio, sea este por donación, venta, herencia u otro título, adquirido por uno
de los cónyuges el judicial debe ordenar su división en partes iguales; esta confusión que en muchas
ocasiones tienta al judicial a resolver de esa manera, resulta lesiva, es un atentado a los más
elementales derechos humanos de la persona sobre el dominio y posesión de su propiedad, o
propiedades, el inciso (a), es incisivo y la condición “ es que los bienes inmuebles hayan sido
adquiridos por ambos”, no hay discusión, dudas u otra interpretación, la discusión de los aportes de
unos de los cónyuges sobre el bien inmueble la estudiaremos posteriormente.
El inciso (b) de la citada disposición, está dirigida a la distribución de los bienes MUEBLES U
OBJETOS USO PERSONAL, no se distingue a propósito por la norma como en el anterior inciso
que se hayan adquiridos por ambos cónyuges antes o durante, no es un recaudo, basta que fueron
obtenidos en esa unión de hecho o durante el tiempo de casados pero, que esos bienes se encuentre en
la vivienda, expuesto esto en relieve no cabe duda que el legislador trató de evitar una discusión
estéril sobre la titularidad del sofá, lecho, sillas, mesas, televisores, aires, abanicos, etc., y después de
un tiempo rara vez se encuentra un recibo, factura o váucher que acredite el dominio del objeto. De
conformidad con el inciso (c), también son bienes comunes los que fueron otorgados como núcleo
familiar o institución familiar, “bajo el régimen de núcleo familiar o institución similar”, no
importando si se trata de bien inmueble o mueble. No está de más expresar que de existir bienes en
común adquiridos por ambos cónyuges para su distribución justa y equitativa además de la capacidad
económica, los hijos, pensiones y demás aspectos que debe apreciar con el material probatorio
aportado por las partes la autoridad judicial, que pueda auxiliarse del precepto legal 145 inciso 4) c)
del CF., “El aporte y esfuerzo de cada uno de los cónyuges para la adquisición de los bienes
comunes, tomando en cuenta los ingresos de los cónyuges y el trabajo del hogar”.
Por último, el inciso (d) rompe la regla de lo anteriormente señalado en el inciso (a), aunque no en
toda su amplitud, sino más bien en aras de proteger el interés superior del niño, niña y adolescentes,
quebranta el derecho de propiedad cuando nos encontremos que, si el bien era propiedad de uno de
los cónyuges, la autoridad judicial sólo podrá decidir sobre el uso y habitación del inmueble a favor
de los niños, niñas y adolescentes. Hasta la mayoría de edad de los hijos e hijas adolescentes, la
propiedad no se podrá vender, enajenar, ni arrendar y una vez alcanzada ésta, ellos tendrán opción
preferencial de compra sobre el inmueble.47 No estoy tan seguro si esta decisión legal ha funcionado,
me refiero a la parte final del precepto de la “opción preferencial de compra una vez arribados a la
mayoría de edad, es poco probable que la función normativa no sea tan eficaz al final, dejando ciertas
incógnitas acerca del hijo o hija mayor de edad, que se encuentra si empleo, sin dinero, sin lugar
alguno y con pocas posibilidades de comprar preferencialmente la vivienda.
47 Circular de la CSJ. 18. Derecho de Uso y Habitación. ¿Para constituir el derecho de uso y habitación sobre un bien inmueble a favor de los hijos que
sean niños, niñas, adolescentes o personas con discapacidad, en caso de separación de los padres, debe ser propiedad de uno de los cónyuges,
convivientes o de un familiar con el que convivan en familia ampliada? En concordancia con los artículos 102, 144, 145 y 146 del Código de Familia. Se
considera: Debe entenderse en el sentido, que el bien inmueble sobre el que se constituya el derecho de uso y habitación a favor de los niños, niñas,
adolescentes y personas con discapacidad, sea de uno de los cónyuges, convivientes o de ambos. Se instruye: Al constituir el derecho de uso y habitación
de los hijos, que sean niños, niñas, adolescentes, o personas con discapacidad, el bien inmueble debe ser propiedad de uno de los cónyuges, convivientes
o de ambos.
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Jaime Alfonso Solís Romero
matrimonial. b) Lo relativo al cuido, crianza y régimen de comunicación de los que sean niños,
niñas o adolescentes, personas con discapacidad o declarados judicialmente incapaces. c) El
monto de la pensión para aquellos que tienen derecho a recibirla y su forma de entrega. d) El
monto de la pensión para la o el cónyuge imposibilitado para trabajar por razones de edad,
enfermedad grave o cualquier otra causa valorada por la autoridad judicial, con mención de
que esta obligación cesará cuando la o el cónyuge favorecido contraiga nuevo matrimonio,
establezca una unión de hecho estable o llegare a tener solvencia económica. e) La pensión
compensatoria. f) La distribución de los bienes comunes”.
Comentarios
Apunta el precepto legal que la sentencia definitiva que declara el divorcio unilateral debe contener,
además de los requisitos generales del art. 538 Cf, la obligación de estos otros requisitos del art. 179
Cf. En la mayoría de los casos los divorcios se promueven cuando ya los cónyuges se han separado
de hecho, pero el verdadero problema que se presenta y debe ser resuelto es la atribución de la
habitación común, sea porque los dos cónyuges continúan habitándola o porque ninguno de los
cónyuges quiere abandonarla.
Si existiese hijos o hijas menores o incapaces, y están viviendo en el inmueble, aunque pertenezca
exclusivamente como se ha señalado a uno de los cónyuges se otorga el uso de la habitación al
esposo(a) cuyo cargo quedan los hijos o hijas menores o los incapaces. Tal norma tiene por objeto el
defender los intereses y para conferir protección al núcleo familiar. Subsisten como la mayoría de las
ocasiones el juez o jueza ha preferido a la mujer teniendo en cuenta la mayor facilidad que para el
hombre existe solucionar el problema en la vivienda consiguiendo nuevo alojamiento.
Los efectos de la sentencia, conforme el art.139 Cf, es que el vínculo matrimonial quedará disuelto
con la sentencia de primera instancia y no admitirá recurso alguno; a este efecto se librará la
certificación correspondiente. Los otros puntos de la sentencia podrán ser recurribles de apelación.
Hemos tratado anteriormente este aspecto, agregado que otro efecto es que conforme el art. 138 CF lo
pronunciamientos en las sentencias de divorcio sobre el cuido y crianza de los hijos e hijas que sean
niños, niñas o adolescentes, personas declaradas judicialmente incapaces, la autoridad parental,
pensiones alimenticias y pensiones compensatorias, no causan estado. Estas pretensiones en cualquier
proceso en que fueren solicitadas, pueden ser modificadas, cuando varíen las condiciones y las
circunstancias por las cuales se otorgó el derecho.
Mientras el art. 539 de forma general reviste que las sentencias que no gozan de fuerza de cosa
juzgada, son las sentencias sobre alimentos, cuidado personal, suspensión de autoridad parental,
tutorías, fijación de regímenes de visitas, deber de convivencia y todas aquellas que no causan cosa
juzgada de conformidad al Código de Familia, podrán modificarse de acuerdo a este Código en un
nuevo proceso.
Tampoco podemos obviar que puede existir desistimiento o reconciliación al tenor del art. 142 CF,
estudiado, es decir hay un replanteamiento del asunto. En los casos de desistimiento o reconciliación
de los cónyuges, el solicitante no podrá intentar nuevamente disolver el vínculo matrimonial, sino
después de transcurrido un año contado a partir de la fecha del desistimiento o reconciliación. El
desistimiento y la reconciliación no es un acto unilateral, al contrario, es un acto consentido por la
otra parte demandada, de tal manera que procesalmente la primera es conocida como la renuncia
procesal de los derechos y pretensiones y la reconciliación como una forma de volver a unir lo que se
encontraba desunido. El desistimiento es el acto jurídico procesal por el que, a solicitud de una de las
partes, se eliminan los efectos jurídicos de un proceso, de algún acto jurídico procesal realizado en su
interior, o de la pretensión procesal.
127
Jaime Alfonso Solís Romero
Lo expresado en el párrafo anterior permite establecer un criterio clasificatorio del desistimiento. Así,
es posible considerar un desistimiento del proceso y un desistimiento de la pretensión procesal. El
desistimiento del proceso tiene dos manifestaciones. Por un lado, puede concretarse respecto de toda
la actividad procesal realizada hasta el momento en que una de las partes formula el desistimiento.
Podemos decir que este es el desistimiento total del proceso. Por otro, el desistimiento del proceso se
concreta respecto de actos o situaciones procesales específicas. Así, por ejemplo, es factible desistirse
de un recurso, de un trámite incidental, de una prueba ofrecida y admitida, etc.
Este es el desistimiento parcial del proceso. Si bien resulta evidente que el desistimiento -en
cualquiera de sus clases-, sólo puede ser pedido por el titular del derecho, facultad, acto o situación
procesal; el hecho que la solicite dicho titular, no es suficientemente para su declaración por parte del
juez o jueza. La declaración judicial de desistimiento exige el cumplimiento de ciertos requisitos.
Para la declaración de desistimiento del proceso es necesario el cumplimiento de dos requisitos. En
primer lugar, es exigible el consentimiento de la otra parte, es decir, de quien no formula el
desistimiento. La razón de este requisito es consistente.
Se trata de evitar que los derechos que eventualmente puede haber adquirido la parte contraria en el
curso del proceso, no desaparezcan como producto del desistimiento. Por lo demás, es probable que
el interés de la parte contraria no sea otro que acabar definitivamente con la molestia, angustia o
desazón que le significa tener un proceso vigente.
En sentido amplio, la reconciliación es la reanudación de la comunidad de vida matrimonial decidida
por unos cónyuges que la habían interrumpido. Entendida la reconciliación como el deseo de los
cónyuges de recomponer la relación marital, es posible que la misma ponga fin a una situación de
mera separación de hecho. En este caso, la reconciliación traerá consigo la eliminación de los efectos
que la separación de hecho haya provocado “ministerio legis” (toda notificación). La incógnita es
que, si ambos acordaron reconciliarse o bien desistir con la acción procesal, la lógica podría
encuadrarse también que a ambos le está vedado intentar nuevamente el divorcio hasta después del
año.
De acuerdo al art. 495 Cf, sostiene la norma que contra la sentencia que se dicte por los juzgados de
distrito de Familia o en su caso por los juzgados locales Civiles y locales únicos cabe:
a) Recurso de reposición de sentencia, en el que se solicita aclaración de sentencia;
b) Recurso de reposición de auto en que se decreten medidas cautelares;
c) Recurso de apelación, ante la Sala de Familia del tribunal de apelaciones;
d) Recurso de Casación, ante la Sala de Familia de la Corte Suprema de Justicia.
Contra la reposición no cabrá ulterior recurso.
Debemos aclarar que en cuanto a la sentencia solo admitirá algún tipo de recurso sea este de
reposición para aclarar la sentencia dictada o sobre las medidas cautelares impuestas; de igual manera
apelación o casación en lo que se refiere a la situación de los menores, a las pensiones alimenticias,
compensatorias y a los bienes comunes.
El vínculo quedará disuelto con la sentencia de primera instancia y el juez librará la certificación
correspondiente para este solo efecto a como hemos anteriormente señalado.
En el libro de los Recurso retomaremos este punto para señalar lo requisitos, plazos etc.
Capítulo V.
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Jaime Alfonso Solís Romero
“El matrimonio se disuelve por el fallecimiento de uno de los cónyuges o por la declaración de
presunción de muerte de uno de ellos, de conformidad con lo dispuesto en el Capítulo VII, De la
guarda definitiva del ausente, del Título I, Libro Primero. La muerte de uno de los cónyuges
extingue el vínculo matrimonial desde el momento en que tiene lugar la defunción. La muerte
presunta de uno de los cónyuges disuelve el matrimonio desde la fecha en que la declaración
judicial, queda firme e inscrita en el Registro del Estado Civil de las Personas”.
Consideraciones
Con la muerte de uno de los cónyuges, se les pone fin a las relaciones jurídicas fundadas sobre el
elemento personal de los cónyuges y, por consiguiente, también el matrimonio mismo.
La disolución del matrimonio por causa de muerte o por la presunción de su fallecimiento de uno de
los cónyuges opera ex nunc, sin retroactividad y el matrimonio, aunque disuelto, produce efectos
entre los cónyuges hasta el día de la disolución y con respecto a los hijos los produce sin límites de
tiempo, con la muerte de uno de los cónyuges queda extinguido el vínculo matrimonial desde el
momento en que tiene lugar la de defunción; este fallecimiento debe inscribirse en el Registro Civil,
conforme la legislación común para todos los efectos.
Con respecto de la muerte del esposo no trae mayores consecuencias jurídicas que las antes prevista
el problema que se plantea es en la relación matrimonio-muerte presunta consiste en la subsistencia o
no del vínculo conyugal una vez decretada la presunción de fallecimiento y si se autoriza o no al
cónyuge presente para volver a contraer nuevas nupcias con un tercero. La primera tendencia en esta
materia, delineada por la regulación napoleónica de la ausencia, es la de hacer primar el principio de
la indisolubilidad matrimonial por sobre una posible presunción de muerte (antiguo art. 139 CC). En
verdad, la opción del Code era razonable pues el sistema se negaba a considerar muerto al ausente; no
cabía entonces que se tuviera por disuelto su matrimonio.
Una segunda posición es adoptada como correctivo de la primera, pero intentando no chocar de frente
con el principio de la indisolubilidad. Consiste en estimar que la muerte declarada judicialmente no
disuelve por sí el matrimonio, sino que constituye una causa de disolubilidad del mismo. La
disolución en estos casos, puede provenir de una segunda declaración judicial.
Con esta solución se evita que, si una vez dictada la presunción de muerte reaparece el ausente, le sea
imperioso volver a casarse para reanudar su vida marital con el cónyuge que le ha permanecido fiel.
Por último, en otros cuerpos legales la sentencia de presunción de muerte posee el efecto de disolver
(o aletargar) el matrimonio desde que puede desplegar su eficacia general erga omnes (Código civil
español, art. 85; Código civil italiano, art. 65, y nueva legislación francesa, art. 128.3 CC). Para los
ordenamientos que consienten la disolución del matrimonio del declarado fallecido, surge la cuestión
de la eficacia del segundo vínculo en caso de reaparición del ausente.
La orientación minoritaria es hoy la de considerar nulo o anulable el segundo matrimonio por
contravenir el impedimento de ligamen. Es la solución propiciada por el Derecho canónico desde
siempre y la que acoge el Código civil italiano (art. 68 CC).
Una segunda posibilidad que encontramos es aquélla que opta por el mantenimiento del segundo
vínculo, pero condicionado a la buena fe de los nuevos contrayentes y dando la posibilidad de
impugnar el segundo matrimonio, en caso de reaparición, sólo a los nuevos cónyuges. Es el criterio
del Derecho alemán (§ 38, Ley de Matrimonio).
Algunas normas evitan disponer expresamente que el matrimonio se disuelve con la sentencia de
muerte presunta o de declaración de ausencia; así, las disposiciones italianas y francesas prefieren
señalar que el cónyuge presente puede contraer nuevas nupcias. De allí que se discuta, principalmente
en la doctrina italiana, si hay efecto disolutorio. Santoro Passarelli, Francesco, Dottrine generali del
Diritto civile, Dott. A. Giuffrè, 9º edic., Napoli, 1981, p. 32, ha sostenido que no hay disolución, sino
un aflojamiento o debilitación del vínculo (allentamento) que da lugar a un estado de quiescencia del
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matrimonio. La tesis de la disolución parece imponerse para el Código francés, ya que el art. 132
habla de que el matrimonio «permanece disuelto» en caso de reaparición del ausente. La norma
establece que el matrimonio contraído por el cónyuge presente es nulo cuando la persona declarada
presuntivamente muerta retorna o se constata su existencia. En cambio, la nulidad de la segunda
unión no puede ser declarada cuando se comprueba la muerte del desaparecido en una fecha posterior
al matrimonio (art. 68 CC).
La norma señala que el matrimonio queda disuelto incluso si la declaración de fallecimiento es
revocada (§ 38.2) y que no es nulo por la sola circunstancia de que el declarado fallecido aún viva, a
no ser que ambos contrayentes hayan sabido al momento de la celebración del segundo enlace que
dicho cónyuge no estaba muerto (§ 38.1). Además, se dispone que, si el declarado fallecido vive aún,
el cónyuge presente puede provocar la disolución de la segunda unión, siempre que no hubiera
sabido, cuando se celebró el matrimonio, que su primer esposo declarado muerto se encontraba con
vida (§ 39.1). El cónyuge que ha obtenido esta disolución no puede casarse sino con el desaparecido
mientras éste viva (§ 39.2).
Por fin, tenemos la opción absoluta por la cual el nuevo matrimonio conserva su vigor siempre, aun
cuando se produzca el retorno del desaparecido. Es la solución adoptada por la Ley de Ausencia
argentina (art. 31), por el Código civil peruano (art. 68) y la nueva normativa francesa (art. 132 CC),
igual cosa debe decirse de las legislaciones que configuran la presunción de muerte como causa de
divorcio o como instituto asimilable a éste (Códigos civiles suizo, mexicano, portugués, y legislación
anglosajona). Por suerte nuestro Código de Familia también se alineó a la presunción de muerte como
causa de disolución, visible en el art. 137 inciso d) y el art. 181. Efectos de la presunción de
muerte. Ejecutoriada la sentencia de presunción de muerte e inscrita en el Registro del Estado
Civil de las Personas, el matrimonio de la persona ausente queda definitiva e irrevocablemente
disuelto y da lugar a la sucesión por causa de muerte. Esta disposición en armonía con “art. 183.
Reaparición del cónyuge ausente. Si la o el cónyuge ausente apareciere o aún sin aparecer, se
prueba su existencia, no será afectado por este hecho la validez de un nuevo matrimonio
contraído, después de ejecutoriada e inscrita la sentencia de presunción de muerte en el
Registro del Estado Civil de las Personas por quien fue cónyuge del ausente. El o la cónyuge
ausente que apareciere, recobrará el dominio y la administración de los bienes que le
correspondan. Así mismo, recobrará el ejercicio de la autoridad como padre o madre, siempre y
cuando este derecho sea posible”.
14. Extinción de la relación madre, padre e hijos e hijas por presunción de muerte (art. 182 CF).
“Él o la cónyuge que tuviere el cuido y la crianza de los hijos e hijas y que fuere declarado
presuntamente fallecido, se extinguirá la relación madre, padre, hijos e hijas. En cuanto a los
demás efectos patrimoniales de la declaratoria de presunción de muerte, se regirá por las
disposiciones del Código Civil”.
Comentarios
Fallecido o declarado judicialmente muerto se extingue definitivamente el vínculo de relación con los
hijos e hijas y se abre cualquier proceso de sucesión del causante para sus sobrevivientes, pero la ley
de familia en su art. 183 parte final deja la apertura legal de que si aparece el presunto fallecido
recobra la administración y dominio de su patrimonio distribuido, y en lo posible la autoridad
parental extinguida. Este es un complicado problema del reaparecido que como dejamos señalado su
cónyuge sobreviviente logró una segunda nupcias sin problema alguno de pedir la invalidez o nulidad
del mismo; este aspecto está resuelto, el grave y trincado problema es en cuanto a sus bienes
distribuidos a su descendencia y cónyuge que le sobrevivió, los bienes que se vendieron o donaron
sus hijos e hijas o ex esposa trasladado a terceras personas, o bien la recuperación del ejercicio de su
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Jaime Alfonso Solís Romero
autoridad parental como padre o madre referente a sus hijos en minoría. También es válido hacernos
la siguiente reflexión con la anterior norma pareciera como una improbidad total y absoluta que
apareciendo el cónyuge presumido muerto y probara que los requisitos de la declaración de su
fallecimiento fueron falsamente invocados, conociendo o debiendo conocer su cónyuge que él vivía,
podría demandar la nulidad del segundo matrimonio. Bien se ha dicho que, en este caso, tal nulidad
resultaría de que el hecho que hace cesar el impedimento de ligamen, o su dispensa legal, es falso, y
tal declaración ha sido obtenida maliciosamente. Este supuesto será ajustado por las autoridades de
familia en la aplicación del Código de Familia. También es necesario indicar que el cónyuge que ha
quedado viudo o viuda, puede contraer nuevo matrimonio, por regla general, inmediatamente
después de la muerte del otro, con independencia si la viuda es la mujer la que no le impide casarse
antes de trescientos días de la disolución del anterior matrimonio, conocido como el “luto de
viudez” “lutto vedovile”, así observamos el art. 64 CF, que perfectamente autoriza a la cónyuge
mujer casarse, según el inciso “…d) Constancia de soltería extendida por el Registro del Estado Civil
de las Personas; prueba de viudez si alguno de los cónyuges hubiere sido casado o certificación de
la disolución del matrimonio o de la unión de hecho estable, si alguno de los contrayentes hubiese
estado casado o en unión de hecho estable con anterioridad o testimonio debidamente inscrito…” El
cónyuge que ha quedado viudo, cuando contrae nuevo matrimonio, es llamado “bínubo” o “bínuba”
según sea el hombre o la mujer, expresión que viene de bis dos veces y nupcial, nupcias. Como se
observa no hay formulas mágicas y será la práctica forense que resolvería estos prolegómenos
jurídicos. Art. 183 CF, “Si la o el cónyuge ausente apareciere o aún sin aparecer, se prueba su
existencia, no será afectado por este hecho la validez de un nuevo matrimonio contraído,
después de ejecutoriada e inscrita la sentencia de presunción de muerte en el Registro del
Estado Civil de las Personas por quien fue cónyuge del ausente. El o la cónyuge ausente que
apareciere, recobrará el dominio y la administración de los bienes que le correspondan. Así
mismo, recobrará el ejercicio de la autoridad como padre o madre, siempre y cuando este
derecho sea posible”.
Acentúa nuevamente el legislador que todo lo dispuesto de este Título rige para la unión de
hecho estable (art. 184 CF).
Es importante que toda autoridad de familia tenga siempre presente lo establecido en la parte
sustantiva o material del C. Civil vigente en su articulado sobre el Registro de defunciones, Capítulo
VIII, art. 542 y sgtes, Cuarta Edición oficial del año 2019.
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Jaime Alfonso Solís Romero
Libro Segundo
De La Filiación
Título I
Maternidad, Paternidad y Filiación
Capítulo I.
Sumario: Concepto. 2. Características. 3. Protección del estado. 4. Prueba de la filiación. 5.
Igualdad de hijos e hijas. 6. Obligación del registro de defunción. 7. Concepto formal del
registro.
1. Concepto de filiación (art. 185).
“Filiación es el vínculo jurídico existente entre el hijo o la hija y sus progenitores. Tiene lugar
por consanguinidad o por adopción. La filiación en relación a la madre, se denomina
maternidad y en relación al padre, paternidad."
Comentarios
132
Jaime Alfonso Solís Romero
El autor Carlos López Díaz, señala que es la relación de descendencia entre dos personas, una de las
48
cuales es padre o madre de la otra. Agrega que este concepto es semejante al concepto elaborado por
Planiol y Ripert, al indicar que la filiación es la relación que existe entre dos personas, una de las
cuales es padre o madre de la otra.
También se la define como el vínculo jurídico que une a un hijo con su padre y con su madre y que
consiste en la relación de parentesco establecida por la ley entre un ascendiente y su inmediato
descendiente. Sigue expresado el autor citado que el legislador se preocupa de las dos grandes facetas
de la filiación: primero, en relación con el modo como se la establece, y segundo, las consecuencias
jurídicas que de ella derivan.
Desde la dictación del Código Civil y hasta finales del siglo XX se distinguía entre la filiación
legítima, ilegítima, y dentro de ésta, la natural. Sin embargo, el anacronismo que esta clasificación
ofrecía a la sociedad moderna, como la evidente discriminación que enfrentaban los que carecían del
carácter de legítimos y la necesidad de fortalecer la protección de la familia, basada en el concepto
moderno de que la fuente de la filiación es la procreación y no el matrimonio.
2. Características de la filiación
a) Es un hecho jurídico. Su fundamento se encuentra en el hecho biológico de la procreación, con la
excepción de la filiación adoptiva; b) Constituye un estado civil; c) Es una fuente de efectos
jurídicos y d) Con el objeto de determinarla, se puede investigar libremente la maternidad o
paternidad por los amplios medios de prueba que concede la ley.
La filiación admite diversas clasificaciones: a) Filiación determinada y filiación no determinada.
Esta situación puede presentarse respecto de las personas que desconocen quién es su padre o
madre, o bien uno y otro. En tales casos los efectos que derivan de la filiación no pueden llevarse a
cabo, ya que no hay respecto a quién cumplirlos o exigirlos.
Esto no implica que, una vez determinada la filiación por los mecanismos que franquea la ley, o
bien efectuada la adopción, aquella se restablezca y pase a tener alguna de las calidades señaladas.
No es correcto afirmar que cuando la filiación se encuentra determinada, se carezca de estado civil
y por ende de un atributo de la personalidad, con lo que siguiendo en el razonamiento no sería
persona. Esta crítica no resiste análisis, pues es elemental que el estado civil no es único en cuanto
a sus fuentes, y por lo que no podría aseverarse que carece de ella. La filiación natural (biológica)
o adoptiva y filiación asistida. La primera es aquella que deriva del hecho natural de la procreación
o del jurídico de la adopción. La segunda es aquella derivada de la aplicación de técnicas de
reproducción humana asistida. Filiación matrimonial o no matrimonial. La matrimonial, es aquella
que deriva del hecho del matrimonio de los padres, existiendo éste al tiempo de la concepción o del
nacimiento del hijo, o bien con posterioridad a él, siempre que se reúnan los requisitos que la ley
señala para cada caso. La filiación no matrimonial es aquella que deriva de una procreación que no
reúne los requisitos señalados para que sea matrimonial o alcanzar un estado de unión de hecho.
La Constitución Política de Nicaragua expresa en su art. 27 lo siguiente: “Todas las personas son
iguales ante la ley y tienen derecho a igual protección. No habrá discriminación por motivos de
nacimiento, nacionalidad, credo político, raza, sexo, idioma, religión, opinión, origen, posición
económica o condición social…”. El art. 189 CF señala: “Todos los hijos e hijas son iguales ante la
Ley, tienen los mismos derechos y deberes con respecto a su padre y madre, cualquiera que sea el
estado familiar de éstos. No se utilizarán designaciones discriminatorias en materia de filiación. En la
legislación no tienen ningún valor las disposiciones, clasificaciones o calificaciones que disminuyan
48 López Díaz CARLOS, Manual de Familia II, Sobre la Filiación. Página 411 y sgtes. Librotecnia, Santiago, Chile. Primera edición Impreso en los
talleres de LOM, Ediciones en el mes de febrero de 2005.
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Jaime Alfonso Solís Romero
o nieguen la igualdad de los hijos e hijas”. El art. 75. Cn expresa: “Todos los hijos tienen iguales
derechos. No se utilizarán designaciones discriminatorias en materia de filiación. En la
legislación común, no tienen ningún valor las disposiciones o clasificaciones que disminuyan o
nieguen la igualdad de los hijos.”. Los principios que inspiran nuestra legislación, pueden sintetizar
de la siguiente manera:
a) Ha desaparecido la anterior distinción entre hijos legítimos e ilegítimos, b) Queda establecido el
principio de igualdad de derechos entre todos los hijos e hijas y c) Queda admitida la investigación de
la paternidad y de la maternidad mediante todo tipo de pruebas, incluso la biológica. Así vemos el
art.187 CF al decir, “La filiación de los hijos e hijas se probará con la certificación del acta de la
inscripción de su nacimiento, expedida con las formalidades de Ley por el Registro del Estado
Civil de las Personas y en defecto de ella, se probará por la posesión notoria de estado o por
cualquier otro medio de prueba establecido en el presente Código. La filiación es eficaz y surte
todos sus efectos hasta tanto no medie sentencia judicial que determine lo contrario”. La
equiparación entre todas las clases de hijos no es obstáculo para expresar que con el Código de
Familia no existen clases de filiación; pero para efectos prácticos distinguimos que está la generada
por el matrimonio y la de la unión de hecho estable. Precisamente para asegurar la igualdad de los
hijos e hijas fue necesario tener en cuenta todas las posibilidades de reconocimiento y determinación
que de manera inevitable son más fáciles cuando los hijos son habidos sean del matrimonio, fuera de
ellos o de los de una unión de hecho estable. En consecuencia, son hijos no matrimoniales los que son
por naturaleza de progenitores que no están casados entre sí o unidos sin perjuicio que puedan
convertirse en matrimoniales si los progenitores contraen posterior matrimonio o por unión de hecho
estable.
Pero que es la posesión notoria del estado y su importancia
La anterior norma jurídica expresa que a falta del certificado del acta del registro que es el título para
demostrar la filiación, se menciona dentro la licitud y libertad probatoria se puede hacer uso la
posesión notoria del Estado, actualmente todo este articulado que corría del 570 al 574 fue derogado
por nuestro Cf, en su art. 671, pero en que consiste esta posesión notoria; es la reunión de hechos que
indican la relación de filiación entre un individuo y la familia a la cual el pretende conocer. La
posesión notoria del estado doctrinalmente está compuesta de los siguientes elementos que debemos
tener siempre en cuenta que no vulneren nuestra Cn y leyes de igualdad: 1. Nomen (apellido): Indica
que siempre el individuo ha llevado el apellido del padre o de la madre o de ambos de quien pretende
proceder, quiere decir que el hijo o hija siempre ha usado el apellido de su padre o madre en sus
actos. 2. Tractus (tratamiento): Este término indica que el padre o madre y los parientes han tratado
al sujeto o a la persona como verdadero hijo o hija y en calidad de tal siempre el padre o madre se ha
preocupado de su educación, manutención y de todos los otros deberes que normalmente tienen la
autoridad parental para con los hijos. 3. Fama (reputación): El hijo o hija constantemente ha sido
reconocido como tal dentro de la sociedad y círculos familiares, esto significa que los amigos de la
familia y demás parientes siempre han reconocido al hijo o hija como miembro de esa familia .
Posesión Notoria del Estado Civil tiene que darse en forma pública, continúa y de buena fe, aunque para otros
es suficiente que se haya producido el elemento "tractus".
134
Jaime Alfonso Solís Romero
El estado es el principal promotor y protector de la maternidad y paternidad. También la sociedad, ya
que la paternidad y maternidad responsable es “el vínculo permanente de sangre o relación, entre el
padre y la madre con sus hijos e hijas, con reconocimiento social, que entraña sentimientos, derechos
y obligaciones, ejercidos con responsabilidad para el desarrollo integral de la familia” (MSPAS,
2008, p. 4)49. La paternidad y maternidad, ejercidas de una manera responsable, es una experiencia
que deberá estar presente a lo largo de la vida del individuo y qe inicia en el momento en que se toma
la decisión de tener un hijo, que implica preparación y madurez (Bandaña, G., Palacios, M. y Lacayo,
M., 2003, p. 95).
La responsabilidad en la paternidad y maternidad requiere de la aceptación y cumplimiento del
compromiso de formar una familia saludable, tanto física como socialmente, que le permita tener
todas las posibilidades de desarrollo y bienestar, con todo lo que implica a nivel económico, social,
ético, educativo y en salud (Cuauhctémoc, R., 2000, p. 127).
La decisión de tener un hijo o hija es un asunto muy serio. Debe tenerse en cuenta que:
• La responsabilidad de tenerlo debe ser tomada en pareja y ambos deben asumir las
consecuencias de su decisión.
• Concebir un hijo o hija es responsabilidad del padre y la madre, criarlo debe ser también una
experiencia compartida.
• Un hijo o hija debe ser deseado. También debe ser concebido cuando la pareja lo decida.
• Los hijos/as tienen el derecho de nacer y desarrollarse en el seno de una familia.
La planificación familiar permite a la pareja regular su fecundidad y asumirla” (Bendaña, et al., 2003,
p. 97). Todo esto vinculado al art. 188 Cf, que reseña el alcance de la maternidad y paternidad
responsable al expresar “Para efectos de este capítulo, se entenderá por paternidad y maternidad
responsable, el vínculo que une a padres y madres con sus hijos e hijas, que incluye derechos y
obligaciones, ejercidos responsablemente y de forma conjunta en el cuido y crianza,
alimentación, afecto, protección, vivienda, educación, recreación y atención médica, física,
mental y emocional de sus hijas e hijos, a fin de lograr su desarrollo integral”.
49 Bandaña, G., Palacios, M. y Lacayo, M. (2003). Educación para la vida: manual de educación de la sexualidad. Managua, Nicaragua: Ministerio de
Educación, Cultura y Deportes y UNFPA. Cuauhtémoc, R. (2000). Educación para la salud. Tomo 1. México: Editorial Progreso. Ministerio de Salud
Pública y Asistencia Social (2008). Paternidad y maternidad responsable: Plan estratégico. Guatemala: autor.
50 Código Civil, 4ta. Edición actualizada, 2019, Artículo 568. Se suprime la parte final del artículo “En defecto de estas pruebas, podrá probarse el
estado civil de que se trate, por certificación de las partidas sacadas de los libros parroquiales, con tal que el acto se refiera a una fecha anterior a la
emisión de la Ley de Registro Civil, y por medio de la notoria posesión de dicho estado”. Se suprime lo relativo a que la certificación de las partidas
sacadas de los libros parroquiales por estar en desuso.
135
Jaime Alfonso Solís Romero
La posesión, no trata desde luego adquirir un status por la posesión continua, sino demostrar uno que
existe realmente, pero de la cual han desaparecido las pruebas documentales o no pueden hallarse. El
cónyuge o el hijo (verdaderos) que ostente publica e indiscutiblemente su condición de tales, pueden
utilizar la posesión como medio de prueba a falta de inscripción o bien es de suponer, si se ignora el
registro donde eventualmente se hallan inscrito el matrimonio o el nacimiento: en todo caso la
posesión es una prueba reconocida en nuestra legislación.
Es innegable, también la prueba biológica, en estos tipos de casos con la prueba del ADN, que nos
permitirá determinar científicamente ese vínculo que buscamos. Véase el art. 215, Prueba científica
de marcadores genéticos o Acido Desoxirribonucleico ADN. Cuando existan dudas sobre la
maternidad o paternidad biológica, estas podrán investigarse administrativamente, de acuerdo al
procedimiento establecido en este Código. La investigación de la maternidad o paternidad, podrá ser
solicitada por cualquier parte interesada, para lo cual la madre, el padre y los hijos e hijas deberán
someterse a la prueba científica de marcadores genéticos o acido desoxirribonucleico, ADN y en caso
de que se negase a ello, se aplicará lo establecido en el presente Código. El art. 508 CF, refiere sobre
la valoración de las pruebas. El juez o jueza valorará las pruebas conforme al valor que atribuya a
cada medio, de forma separada y conjunta, ajustándose en todo caso a los principios de la razón y la
ciencia, en armonía con los postulados establecidos en este Código.
Capítulo II.
La inscripción de la defunción
6. Obligación del registro de defunción (art.191).
“Para enterrar o cremar a la persona fallecida, es necesaria la presentación del certificado de
defunción debidamente emitido por el Registro del Estado Civil de la Personas del municipio
correspondiente”. Comentarios
La inscripción de la muerte o el descenso de una persona como un acto de finalización de la persona
natural conlleva a muchas consecuencias jurídicas para los que le sobreviven.
El fin de la persona humana, en la historia del Derecho se enumeran diversas causas por las que se
perdía la personalidad: la atimia, en el Derecho griego; la "capitis deminutio máxima", en Roma; la
perdida de la paz, entre los germanos; modernamente, la muerte civil y la llamada muerte del
claustro. Siguiendo la tradición jurídica el código civil dispone en su art.46 C, “Termina la existencia
de las personas por la muerte natural de ellas. La muerte civil no tendrá lugar en ningún caso, ni por
136
Jaime Alfonso Solís Romero
pena, ni por profesión en las comunidades religiosas.” En este momento desaparece en cuanto tal,
51
con sus atributos y cualidades, cesando de ser centro de poder y de responsabilidad se extingue los
derechos y relaciones personalísimas que le competían; y se abre la sucesión (personalidad pretérita)
en los restantes, transformándose el patrimonio en herencia y el cuerpo de la persona en una cosa; el
cadáver. Al extinguirse la persona se extingue la personalidad, nuestro derecho, regulaba además la
"Muerte Civil" que extrañaba la perdida de derecho civiles y, en general, de la capacidad civil de las
personas y se producía por la profesos (ficta mors) en determinadas órdenes religiosas o también,
como sanción penal, adicionalmente a la cadena a las penas más graves: la de muerte, que se
adelantaba en el aspecto civil persistiendo la incapacidad si se compactaba dicha pena por otra
reclusión; la de trabajo forzados a perpetuidad, etc. La muerte es un hecho jurídico (ya sea natural o
accidental) del cual el ordenamiento jurídico deriva multitud de consecuencias jurídicas producto de
infinitas vinculaciones sociales de dichos acaecimientos; relaciones entre los familiares del fallecido
por motivo hereditario, relaciones entre los familiares y el victimario si la persona fallecido lo fue por
comisión de homicidio o asesinato, relaciones entre el estado y los familiares por imposición fiscales
a derechos hereditarios, relaciones entre terceras personas acreedoras o deudores del difunto con los
herederos en conclusión infinidad de relaciones que el derecho encarga de regular.
La presunción de conmoriencia
Anterioridad y Simultaneidad del Fallecimiento
La prueba de la muerte se hace generalmente por los actos del Registro del Estado Civil, pero puede
ocurrir que no sea posible determinar con exactitud el momento del fallecimiento cuando esto ha
tenido lugar por un siniestro ( naufragio, incendio, etc. ), y en este caso, si han fallecido en el propio
siniestro varias personas llamadas a sucederse entre sí, se plantea la cuestión de determinar cuál de
ellas ha muerto primero, ya que del orden de los fallecimientos dependen las transmisiones a los
herederos de estos. El art. 47 Código Civil: “Si por haber perecido dos o más personas en un mismo
acontecimiento, como en un naufragio, incendio, ruina o batalla, o por otra causa cualquiera, no
pudiere saberse el orden en que han ocurrido sus fallecimientos, se procederá en todos casos como si
dichas personas hubiesen perecido en un mismo momento y ninguna de ellas hubiese sobrevivido a
las otras”. En estos casos, la prueba de la prioridad en el fallecimiento es generalmente imposible, los
51 Código civil de la república de nicaragua publicado en la gaceta, diario oficial NO. 236 del 11 de diciembre de 2019. Cuarta edición oficial 2019.
137
Jaime Alfonso Solís Romero
legisladores suelen establecer presunciones de premoriencia o de conmoriencia53 o muerte 52
simultánea. El sistema de presunciones de premoriencia procede del Derecho Romano, y tras él las
Partidas (7,33,12)
disponían que, si en un mismo accidente perecían marido y mujer, debía entenderse premuerta la
mujer por ser más débil; si era el padre y/o la madre y un hijo mayor de catorce años, se entenderían
fallecido primero los progenitores, pero si el hijo era menor de dicha edad, se le consideraba
premuerto en atención a su escasa fortaleza. Este criterio se basaba en la mayor resistencia física de
una persona sobre otra. El código austríaco, por el contrario, estableció una presunción de
conmoriencia entre varias personas fallecidas en coacción de un mismo accidente, sistema que
alcanzo gran difusión entre los códigos modernos (Código alemán, suizo, italiano, etc.). El precepto
47 supone que no ha sido posible demostrar el momento de (al menos) una de ambas muertes por los
ordinarios de prueba, y existe duda sobre la procedencia; no se refiere exclusivamente a dos personas
llamadas recíprocamente a sucederse, sino también a cualquier supuesto en que, fallecida una
persona, se duda si le persona murió su causante o le sobrevivió o no su heredero, y aunque se
redactó pensando en el fallecimiento en un mismo accidente, vale igual para la muerte o desaparición
en lugares y circunstancias distintos su aplicación supone que no ha sido posible demostrar el
momento de la muerte o al menos la anterioridad ( premoriencia ) o posterioridad de una en relación
a la otra, y para entonces, prescindiendo de las reglas basadas en conjeturas y cálculo de
probabilidades que formularon los textos romanos y las partidas y el código civil francés, establece
presunción de simultaneidad (conmoriencia), contra la cual, evidentemente, será precisa prueba y no
meramente probabilística.
Prueba
El descenso se inscribe en el Registro Civil de las personas, mediante declaración de quién tenga conocimiento
del fallecimiento, corroborada por dictamen del forense (muerte violenta) la inscripción hace fe de la muerte
de una persona y de la fecha, hora y lugar en que acontezca (arto. 542 y sgtes. C).54/ 55
7. Concepto formal del Registro
El Registro desde el punto de vista administrativa y de su función es una oficina pública, en cuyos
libros deben constar en concordancia con la realidad, cuantos hechos se refieren a la existencia y
estado civil de las personas. Su archivo contiene las calidades del Estado Civil de las Personas que
son: nacimiento, nombre, filiación, edad, domicilio, condición de emancipación, condición de las
personas en orden de vínculo matrimonial, nacionalidad, ausencia, defunciones, etc.
a cargo de una dirección general, que es la responsable de llevar un archivo relacionados con el
Estado Civil de las personas, dirige normativa y metodológicamente el sistema nacional del registro,
brinda la información que en derecho corresponda a la dirección de cedulación y patrón electoral,
capacita al personal, expide certificado de los asientos regístrales y autentica la firma de todos los
registradores del Estado Civil las personas del país.
Dirección de archivo
Se encarga de organizar, tecnificar el archivo central que contiene todos los datos de los asientos
regístrales de la nación.
a) Departamento de archivo: Vela por la existencia y conservación de los respaldos de los datos
existentes.
b) Departamento de preparación de rollos de microfilmes, mantiene en buen estado los
microfilmes de los asientos regístrales u otro tipo de materiales similares, microfilma los asientos
contenidos en los libros que sobre los distintos rubros llevan los registros del Estado Civil de las
Personas en los municipios y duplica los microfilmes para tener respaldo de información.
c) Departamento de trascripción: transcribe la información contenida en los microfilmes en hojas
y tarjetas y los entrega al departamento de archivo.
d) Departamento de análisis e impresión: estudia cada uno de los rollos microfilmados y
dictamina sobre su calidad, imprime los asientos contenidos en los microfilmes una vez que obtenga
el dictamen positivo para ello.
Registros municipales
En 1972 con la creación del Registro del Estado Civil de las personas, se adquiere una relación
directa con este, y con la ley de municipios se establecen una doble subordinación según la cual los
registros en el aspecto administrativo dependen del Consejo Municipal y en lo metodológico y
normativo al Consejo Supremo Electoral a través del Registro Central. Esta doble subordinación tiene
como finalidad establecer las líneas generales de su funcionamiento y construir el archivo general que
contengan los actos registrales inscritos en los registros municipales, lo que constituyen la base de
datos para la cedulación y el patrón electorero permanente.
semejantes, están obligados a dar parte al Registrador, de los nacimientos ocurridos en dichos
establecimientos, a más tardar dentro de veinticuatro horas, haciendo las indicaciones de que habla el
artículo 510.”58
En el caso de producirse un matrimonio se deberá asentar en el libro de matrimonio la partida
correspondiente expresando el día, mes, año, juzgado, nombres y apellidos de los cónyuges, su estado
civil profesión u oficio, domicilio y en cuanto a los testigos del matrimonio debe también indicar sus
generales de ley, art. 523 y sgtes modificados o derogados por la actualización del Código Civil. En
el caso de que se trate de emancipación por matrimonio no se formará acta separada en el Registro se
anotan las respectivas actas de nacimientos de los cónyuges.
Las actas de emancipación por voluntad del que ejerce la madre o padre, se formarán insertando el
acta levantada por el juez que la autoriza y se anota en el acta de nacimiento donde expresamos al
margen del emancipado menor y citando la fecha de la emancipación y se remitirá copia del acta de
emancipación al del lugar que se registró el nacimiento para que haga la anotación correspondiente.
También debe inscribirse en el Registro Civil la tutela dentro de cinco días a más tardar de haberse
obtenido el discernimiento de la guarda.
El registro de la tutela contendrá para cada partida especial el nombre, apellido, la condición, edad y
domicilio del sujeto a tutela y tutor, testimonio de la sentencia de discernimiento de la tutela, el día
que comenzó a ejercerla y fecha del inventario y la suma total de esta.
De ser producido un deceso debe inscribirse en el libro de defunciones del Registro Civil señalando
el día, hora, lugar, nombre, nacionalidad, edad, domicilio del difunto, así como las generales de la ley
de sus padres si se tuviere noticias y si están vivos. Debe informarse de la causa de la muerte, si es
56 El artículo 510. En el primer párrafo se agregan las expresiones “o madre personalmente o por mandatario especialmente designado”, “inscribir al
nacido” y “veinticuatro meses del nacimiento” en razón del principio de igualdad y los artículos 188 y 196 del Código de Familia. Se suprimen las frases
“de familia o cabeza de familia, en cuya casa se verifique un nacimiento”, “hacerlo presente al funcionario del Registro Civil”, porque dichos conceptos
no corresponden con el actual ordenamiento de la materia; de igual manera se suprime la frase “nacidos ocho días subsiguientes al suceso”, conforme al
artículo 196 del Código de Familia. Se suprime la frase “a Dicho funcionario” en el segundo párrafo, porque en el artículo no se determina de quien se
trata. En el numeral 2º se agrega la expresión “El orden de los apellidos será elegido por el padre y la madre de común acuerdo. En caso de que no se
pusiesen de acuerdo el primero será el primer apellido del padre y en segundo lugar el primer apellido de la madre. El orden de los apellidos establecidos
para la primera inscripción de nacimiento determina el orden para la inscripción de los posteriores nacimientos habidos entre el mismo padre y la misma
madre”, ello en virtud del principio de igualdad según lo establece el artículo 27 Constitucional y el artículo 2 inciso 2° del Código de Familia. En el
numeral 3° se suprime la frase “y su estado, si la madre puede aparecer” en el numeral 4° se suprime “si fuere conocido y pudiere aparecer” y se suprime
el último párrafo, por ser estas frases discriminatorias y contrarias a la dignidad de las personas.
57 Artículo 513. Se suprime la expresión “de familia”, y se agrega la expresión “o madre” y la denominación completa de la institución jurídica del
Registro del Estado Civil de las Personas, de conformidad a lo que establece la Ley N°. 870, “Código de Familia”, publicada en La Gaceta, Diario
Oficial N°. 190 del 8 de octubre de 2014.
58 Artículo 521. Se suprime la palabra “hospicios” y se agregan los términos “o representantes”, “públicos o privados” y “otros centros de protección
especial”. Se sustituye el término de “hospicios”, por “centros de protección especial”, de conformidad con lo que establece el Código de la Niñez y la
Adolescencia, la Ley N°. 870, “Código de Familia”, publicada en La Gaceta, Diario Oficial N°. 190 del 8 de octubre de 2014 y la Ley N°. 295, “Ley de
Promoción, Protección y Mantenimiento de la Lactancia Materna y Regulación de la Comercialización de Sucedáneos de la Leche Materna”.
141
Jaime Alfonso Solís Romero
conocida, si testo o no y en qué forma y ante quien. Cuando se encuentra el cadáver de persona no
identificada e imposible de reconocer debe darse parte al Registro señalando las circunstancias
necesarias y más objetivas del muerto (edad, sexo, vestidura, color de piel, etc.).
Debo insistir que se consulte el Código Civil actualizado, 4ta edición 2019, que de una y otra
manera, modificó, corrigió y actualizó las normas sustantivas.
Art. 191. CF, “Para enterrar o cremar a la persona fallecida, es necesaria la presentación del
certificado de defunción debidamente emitido por el Registro del Estado Civil de las Personas
del municipio correspondiente”.
Art. 192. CF, “Cuando sea imposible presentar el certificado de la inscripción referida en el
artículo anterior, se aceptará el certificado de defunción emitido por la unidad del Ministerio de
Salud, de un médico o de la partera, debiendo estos últimos reportar ese hecho al centro de
salud más cercano. Art. 193 CF, Control de defunciones en los cementerios o crematorios Los
cementerios o crematorios de todo el país deberán llevar un libro de control de todas las
personas fallecidas que sean enterradas o cremadas, donde deberá constar: nombres y
apellidos, número de cédula de identidad o certificado de nacimiento, fecha de nacimiento,
fecha de defunción, fecha de la inhumación, sexo, filiación, edad al momento del fallecimiento,
lugar de nacimiento y fallecimiento, causa de la defunción”. Comentarios
El art. 192 Cf, es la excepción cuando existe la imposibilidad de presentar el certificado de defunción
extendido por el Registro del Estado Civil de las Personas, por lo que suple aceptando el certificado
de defunción emitido por la unidad del Ministerio de Salud, de un médico o de la partera, debiendo
estos últimos reportar ese hecho al centro de salud más cercano. Mientras que los arts.193 y 194 CF
siguen señalando las responsabilidades de los cementerios o los lugares de cremación; donde obligan
a llevar el control de defunciones en los cementerios o crematorios; Los cementerios o crematorios de
todo el país deberán llevar un libro de control de todas las personas fallecidas que sean enterradas o
cremadas, donde deberá constar: nombres y apellidos, número de cédula de identidad o certificado de
nacimiento, fecha de nacimiento, fecha de defunción, fecha de la inhumación, sexo, filiación, edad al
momento de fallecimiento, lugar de nacimiento y fallecimiento, causa de la defunción. El Art. 194 Cf,
dice: El Registro de defunciones por los administradores o responsables de los cementerios o
crematorios. Los administradores o responsables de los cementerios o crematorios de todo el país,
deberán informar mensualmente al Registro del Estado Civil de las Personas, los entierros o
cremaciones efectuadas de conformidad a la excepción del artículo 192 anotadas en el libro de
control, so pena de responsabilidad administrativa. El Registro del Estado Civil de las Personas
deberá enviar dicha información al Registro Central de las Personas. Los propietarios,
administradores o responsables de los cementerios o crematorios, públicos o privados, deberán
registrarse ante las Alcaldías correspondientes. Agregado que los Registradores de acuerdo al art. 195
CF la obligación de poner la nota marginal de la inscripción de la defunción.
Capítulo III.
Derecho a la identidad
144
Jaime Alfonso Solís Romero
Es algo eminentemente ocasional, lo que significa que no siempre, ni de manera necesaria se debe de
encontrar como un elemento del nombre.
Apellidos
En cuanto al apellido, es conocido como patronímico, significa que está formado por algún nombre,
debido a que proviene o tiene su origen en el nombre de la madre y él padre. Art. 510 inciso 2 C. 67
Ejemplo: Fernández de Fernando, González de Gonzalo.
El orden del apellido se determina en primer lugar, por el del padre y el segundo por el de la madre.
En caso contrario, es decir solo conocida la filiación materna, se forma solo con el apellido de la
madre, lo que puede suponer desventaja o incomodidad social.
Expresado lo anterior se puede hacerse destacar los aspectos siguientes: a) que nacido el niño o niña
debe inscribirse de forma gratuita e inmediata dentro de los veinticuatro meses de nacido; b) la
inscripción la puede hacerla el padre o la madre o mandatario especialmente designado; c) el registro
civil de oficio puede inscribir al niño o niña menores de siete años sin obligar ni recurrir al padre,
madre o tutor o tutora al proceso de reposición de nacimiento, bastará con la firma de las personas
mencionadas; d) la inscripción es gratuita y la primera certificación del acta de nacimiento no tiene
ningún costo, y no se podrá cobrar monto alguno por este trámite; e) la inscripción se podrá realizar
en el municipio donde nace el niño o niña o en el municipio de residencia habitual del padre o la
madre; f) la certificación del acta de nacimiento tendrá una vigencia de 10 años.
67
2°. El sexo y nombres del recién nacido. El orden de los apellidos será elegido por el padre y la madre de común acuerdo. En caso de que no se
pusiesen de acuerdo el primero será el primer apellido del padre y en segundo lugar el primer apellido de la madre. El orden de los apellidos establecidos
para la primera inscripción de nacimiento determina el orden para la inscripción de los posteriores nacimientos habidos entre el mismo padre y la misma
madre.
efectúen las inscripciones de las personas recién nacidas. El Ministerio de Educación al inicio de
cada año escolar, deberá coordinar con el Registro del Estado Civil de las Personas los procesos
para inscribir o reponer, según sea el caso, los nacimientos de aquellos niños y niñas en edad
pre-escolar o primaria que habitan en comunidades distantes al Registro del Estado Civil de las
Personas. 89 ley no. 870 - código de familia El Ministerio de la Familia, Adolescencia y Niñez,
coordinará con el Registro del Estado Civil de las Personas, procesos para inscribir o reponer,
145
Jaime Alfonso Solís Romero
según sea el caso, los nacimientos de las personas beneficiarias de sus programas”.
Comentarios
Esta norma jurídica de suma importancia y que en gran parte facilita la inscripción del recién nacido
al crear las ventanillas en los Hospitales y Centro de Salud, ahorrando tiempo y dinero a los
progenitores para que cuenten con el registro de sus hijos e hijas. También señala la norma que los
Registro del Estado Civil de las Personas de cada municipio deben de desplazar en las comunidades
más lejanas a funcionarios a fin de inscribir a los niños y niñas que no han realizado ese proceso ante
el Registro Civil. De forma similar ordena al Ministerio de Educación que, en ocasión al inicio del
año escolar, deberá coordinar con el Registro del Estado Civil de las Personas los procesos para
inscribir o reponer, según sea el caso, los nacimientos de aquellos niños y niñas en edad pre-escolar o
primaria que habitan en comunidades distantes.
Por último, refiere el precepto legal que el Ministerio de Familia, Adolescencia y Niñez, coordinará
con el Registro del Estado Civil de las Personas, procesos para inscribir o reponer, según sea el caso,
los nacimientos de las personas beneficiarias de sus programas.
diligencias y actuaciones administrativas que se hayan practicado en cada uno de los casos, dichos
legajos deberán ser foliados con los mismos parámetros de la inscripción provisional. La inscripción
59 Circular de la CSJ. 31. Inscripción en el Registro del Estado Civil de las Personas. ¿Pueden los padres adolescentes comparecer personalmente a
inscribir a sus hijos ante el Registro del Estado Civil de las Personas? 12 Corte Suprema de Justicia Secretaría En concordancia de los artículos 21 inciso
c), y 272 del Código de familia. Se considera: Los padres adolescentes, pueden inscribir a sus hijos ante el Registro del Estado Civil de las Personas,
cuando hayan cumplido los dieciséis años, que tienen pleno ejercicio de la capacidad para adquirir derechos, contraer obligaciones y disponer libremente
de su persona y bienes. Se instruye: Los adolescentes que son Padres menores de dieciocho años y mayores de dieciséis años, pueden inscribir a sus
hijos ante el Registro del Estado Civil de las Personas.
146
Jaime Alfonso Solís Romero
provisional no causará estado, mientras no se compruebe la paternidad conforme a los
procedimientos de este Código. Consúltese los arts. 586 y siguientes del Cf para despejar la duda
sobre esta inscripción administrativa.
Pero la finalidad es que el niño o niña no solo tenga una madre sino un padre para efectos de adoptar
el apellido del padre, gozar de una alimentación y disfrutar de los bienes de los mismos, pero
naturalmente consiste en procurar el apellido del padre omiso, y se estudia la diferentes formas de
adquirir los apellidos, según hemos visto, las personas humanas son designadas por su nombre y
apellidos; paterno y materno. En nuestra legislación existen algunos modos de adquisición de los
apellidos, por la vinculación entre los padres e hijos, estas son:
Matrimonial, Unión de hecho estable, declaración de la madre ante el Registro Civil de las Personas y
Resolución Judicial.
Apellidos por la filiación matrimonial y la unión de hecho estable
Esta categoría de la filiación está sustentada en el matrimonio y ahora por la unión de hecho estable.
En este caso el hijo o hija adquiere el apellido del padre y de la madre por mero derecho; significa
entonces que la existencia de la figura del matrimonio y de la unión de hecho es suficiente para
adquirir el apellido, por los hijos que nacen dentro de tales instituciones reconocidas.
En las legislaciones vigente ha desaparecido el uso de los términos de hijos o hijas legítimos e
ilegítimos, como hemos advertido, según la reforma al art. 507 C, decreto 1743 del 18 de noviembre
de 1970, así como la Constitución Política y demás leyes del país.
El apellido adquirido por la mujer
Es posible haciendo un paréntesis en los hijos que la adopción del apellido del marido por la mujer en
el matrimonio o en la unión de hecho estable, puesto que la mujer casada o unida puede adoptarlo,
siendo optativo. Esto ha sido una costumbre y de corte machista, que hoy en día ha venido cayendo
en total desuso.
Capítulo IV.
147
Jaime Alfonso Solís Romero
derivadas de la fuente francesa y casi transcrita por nuestro codificador; de tal manera que el marido
no podía destruir el vínculo con el hijo de su esposa.
Los absurdos, y también las inmoralidades, a que conducía este régimen cerrado de causales
taxativamente enumeradas por la ley, determinaron en desarrollar nuevas y revolucionarias ideas
acorde con la realidad sin discriminación y bajo el respeto de la dignidad de las personas e hijos y
conforme a lo que es una clara y definitiva orientación del moderno derecho comparado.
De tal manera que la norma jurídica de familia advierte que se puede hacer investigación de la
paternidad o maternidad no solo por sus hijos y descendientes sino por los mismos progenitores que
la hubiesen reconocidos, un derecho imprescriptible.
Toda vez que se demuestre que el marido o la esposa pueden abrir una investigación judicial de la
paternidad o maternidad para después impugnarla, alegando que él o ella no pueden ser el padre o la
madre presumida por la ley, no debe ser razonablemente mantenida en razón de las pruebas que la
contradicen. Es decir, se abre la doble alternativa de que aparezca la imposibilidad de la paternidad o
maternidad-p. ej., por prisión, ausencia, enfermedad, impotencia, etc., durante el período de la
concepción- o que, aun cuando exista la posibilidad, resulte irrazonable mantener la presunción por el
cúmulo de pruebas que demuestran lo contrario. Sin embargo, el hombre o la mujer podría, por
hipótesis, probar que él no puede ser el padre o la madre sin requerirse de otras pruebas biológicas
que contradigan la maternidad o paternidad.
Así, por ejemplo, si el hombre o la mujer prueba una absoluta imposibilidad física para mantener
relaciones sexuales con su marido o viceversa el marido prueba esa imposibilidad es legal impugnar
y tal prueba sería suficiente para excluir la maternidad o su paternidad. O bien la mujer que
demuestra que esa no es su hijo o hija porque al tiempo del nacimiento no estaba en el país y tampoco
estaba o estuvo embarazada. Si, en cambio, esa imposibilidad no existió, podrá desconocer al hijo,
pero deberá ofrecer y producir todas las pruebas que contradigan la atribución legal de la maternidad
o paternidad. El varón o marido o la mujer no tiene que probar la infidelidad de su pareja
previamente, le basta con acreditar la exclusión del nexo biológico determinado por la procreación.
Así, por ejemplo, podrá proponer la realización de los estudios relativos al sistema mayor de
histocompatibilidad (sistema HLA), o de tipificación del ADN, o las pruebas biológicas de
incompatibilidad de grupos sanguíneos, conforme el art. 215 CF.
Este derecho de investigación de la paternidad y maternidad se encuentra cimentado en nuestra
Constitución Política en su art.78 que expresa: “El Estado protege la paternidad y maternidad
responsable. Se establece el derecho de investigar la paternidad y la maternidad.”.
De la lectura del precepto legal tenemos los siguientes criterios: 1) El hijo y la hija poseen un derecho
de acción para iniciar una investigación para conocer quién es su padre o madre; 2) El padre o la
madre tiene ese derecho a esa investigación para determinar si son el padre o madre de los hijos e
hijos que se presumen suyos, y que los reconocieron; c) Los descendientes están legitimados para
emprender la acción legal de investigación (hasta el 4to. grado de consanguinidad); d) Ese derecho a
los hijos e hijas le corresponde por razón de negársele un padre o una madre; o bien no fueron
reconocidos como hijo e hija de tal padre o madre o de ambos; e) Es un derecho imprescriptible.
Ahora bien, nuestra legislación no hace ninguna conceptualización o definición de la investigación,
pero al contenido de las disposiciones y apoyado por la doctrina y la jurisprudencia se puede señalar
que se trata de una indagación judicial que solicita el interesado o interesada para que por sentencia
se declare probada la filiación de la madre o el padre, o bien estos mismo indaguen sobre si son los
verdaderos progenitores de los hijos e hijas presuntamente suyos. En principio corresponde entonces
en atribuirle a la madre o padre que ese hijo o hija les pertenece o viceversa.
148
Jaime Alfonso Solís Romero
La legislación familiar, genera una serie de medios particulares y generales en cuanto a investigar la
maternidad y paternidad, y unas normas para el reconocimiento del padre o madre del hijo e hija
podría decirse con medios ordinarios y especiales.
Pero no confundirlos con las formas de reconocimiento señalado en el art. 202 CF que indica el
reconocimiento de la maternidad y paternidad puede ser: voluntario, administrativo y judicial,
tampoco la impugnación de la paternidad o maternidad que se pueda realizar. De tal manera que
advertimos que una cosa es la investigación, el reconocimiento y la impugnación de la maternidad o
paternidad, que veremos más adelante.
Recordemos que todos los hijos e hijas tienen derecho a conocer sus orígenes y preservar el derecho a
la identidad, es decir que existe total libertad para investigar la paternidad y maternidad por todos los
medios de prueba previstos. La investigación de la maternidad o paternidad es un juicio de
reclamación de la filiación que pueden iniciar el hijo o hija para probar que son hijos del presunto
padre o madre. Conforme el art. 221 Cf, el hijo o hija si no han cumplido los 18 años momento que
adquieren mayoría de edad y están habilitados para realizar otros derechos y obligaciones que le
permite la Ley, de estar en esa minoría la investigación lo pueden solicitar a través de las instancias
administrativas en todo caso el Ministerio de Familia.
6. Reconocimiento de maternidad (art. 201).
“La maternidad quedará establecida aun sin mediar reconocimiento expreso de la madre, con
la prueba de nacimiento y la identidad del nacido o nacida”. Comentarios
La maternidad es un hecho cierto y de fácil constatación por terceros (así lo es el fenómeno del parto)
y a esto se le agrega la constancia del hecho en el Registro Civil.
El quid es que no existe hijo o hija sin madre, por tal razón es que con la prueba del nacimiento y la
identidad ipso jure queda reconocida la maternidad.
7. Formas de reconocimiento de la maternidad y paternidad (art. 202).
“El reconocimiento de la maternidad y paternidad puede ser: voluntario, administrativo y
judicial”.
Comentarios
En en desarrollo de la institución lo iremos abordando.
8. “Reconocimiento voluntario de los hijos e hijas (art. 203).
a) Ante la o el funcionario del Registro del Estado Civil de las Personas.
b) En escritura pública.
c) En testamento”. Comentarios
Es la forma natural de reconocer que el niño o niña ante el Registrador Civil de las Personas con la
declaración del padre y la madre, la comparecencia de los progenitores debe ser juntos en caso de no
estar unidos o casados; ya que de estar en unión de hecho estable inscrita o en matrimonio
perfectamente pueden realizar la inscripción del hijo o hija nacido cualquiera de los progenitores con
solo presentar su prueba de la unión de hecho o el certificado de matrimonio debidamente inscrito.
La otra manera prevista en el inciso “b” consiste en que los progenitores, poseen la calidad de ley de
unidos o convivientes o bien de casados, por lo que el legislador opta por que de estar en esta
situación el padre voluntariamente y a través de instrumento público reconoce al hijo e hija para
posteriormente inscribirlo en el Registro competente. Por último y en un acto de última voluntad el
progenitor reconoce en la redacción del testamento al hijo e hija para que goce no solo de su apellido
sino sobre el derecho a heredar, obviamente el instrumento del testamento tiene su propia implicancia
y regulación solemne prevista por la ley del notariado.
9. Reconocimiento administrativo (art. 204).
149
Jaime Alfonso Solís Romero
“Cuando no exista reconocimiento voluntario del hijo o hija, se podrá recurrir ante la vía
administrativa conforme las normas que a tales efectos se establecen, debiendo dar el
Ministerio de la Familia, Adolescencia y Niñez, el acompañamiento necesario en los casos que le
sean expuestos y comprenda esta disposición”. Comentarios
Anteriormente hemos señalado la forma de llevar a efecto este tipo de reconocimiento ante el
Registrador conforme el art. 584 y siguientes del Cf, que regula el título IV del Procedimiento
Administrativo para Reconocimiento de Hijos e Hijas Capítulo I. Del reconocimiento administrativo
de la filiación.
10. Reconocimiento incondicional de la paternidad (art. 205).
“El padre no podrá reconocer la paternidad del hijo o hija bajo condición, ni plazo alguno”.
Comentarios
En el reconocimiento de la paternidad no puede establecerse algún tipo de condición como un
elemento accidental o contingente de dicho reconocimiento para su perfección, como si se tratara de
un negocio jurídico o bien como un presupuesto legal y necesario para su eficacia. No se admite o se
acepta que en el reconocimiento se celebre una cláusula fijada bajo determinadas condiciones que
afectan directamente a la eficacia del reconocimiento. Tales condiciones son inadmisibles conforme
al principio de esta norma. La eficacia del reconocimiento de la paternidad no puede depender de un
suceso futuro, incierto, o posible. Muchos menos pueden señalarse algún plazo de duración
determinada, desde la fecha en que se firma o inicia, hasta la fecha en que finaliza o vence el plazo
para cumplirlo. El reconocimiento es puro sin plazo ni condiciones.
150
Jaime Alfonso Solís Romero
“El reconocimiento del hijo o hija que fuere mayor de edad, requerirá su consentimiento, el
cual deberá otorgarse en instrumento público. Si el hijo o hija no es mayor de edad, podrá
desechar el reconocimiento cuando sea declarado mayor o alcance su mayoría de edad, dentro
de un plazo no mayor de un año, contado desde esa fecha”.
Comentarios
Hasta ahora hemos estudiado sólo una cara del reconocimiento, cual es el actuar positivo de los
progenitores en orden a otorgar el reconocimiento de filiación matrimonial o de la unión de hecho
estable al hijo o hija. Ahora bien, el hijo o hija puede aceptar o repudiar dicho reconocimiento, si la
admite, dicha aceptación debe ser expresa, ya que el padre o la madre que realizan el reconocimiento
es en instrumento público. La importancia de la aceptación radica en un solo aspecto, cual es que el
hijo que, durante su mayor edad, hubiere aceptado el reconocimiento de la forma señaladas, no podrá
después repudiarla. Este reconocimiento además de ser un acto solemne, voluntario y consentido por
ambas partes, progenitor e hijo e hija; se complementa con la intervención del Notario o Notaria
Pública quien debe extender el Testimonio para inscribirse ante el Registro del Estado Civil de las
Personas, este reconocimiento notarial, posteriormente puede aceptarse por el hijo o hija reconocida,
de ser así deberá hacerlo también a través de notario si el padre o la madre lo realizó sin su presencia;
o bien repudiar el reconocimiento.
Si es uno solo de los progenitores el que reconoce, no será obligado a expresar la persona en quien o
de quien tuvo a la hija o al hijo. Recordemos que no debe mediar matrimonio o unión de hecho, pues
si éste se contrae, se reúnen los requisitos necesarios para que opere la filiación matrimonial o de la
unión de hecho.
151
Jaime Alfonso Solís Romero
14. Reconocimiento en instrumento público (art.209).
“El reconocimiento del hijo o hija concebido puede hacerse en instrumento público por el padre
o madre de éste, dicho reconocimiento deberá ser inscrito en el Registro del Estado Civil de las
Personas competente, una vez producido el nacimiento”.
Comentarios
Este es el llamado reconocimiento del que está por nacer o nasciturus el que se permite efectuarse
también en instrumento público por el padre o madre de éste, dicho reconocimiento solo podrá
inscribirse en el competente Registro del Estado Civil de las Personas hasta que se produzca el
nacimiento del bebé; la ley no distingue sobre la discusión del nacimiento creada por la doctrina
sobre si el niño nace con vida o naciendo con vida muere minutos después, creando la discusión por
la doctrina cuando se reputa nacido el niño o la niña.
El Derecho moderno a diferencia del Derecho Romano concede la personalidad a todo ser humano,
pero exige ciertos requisitos para determinar la existencia de la persona humana. Estos requisitos
varían según las legislaciones, pues mientras unos exigen simplemente el hecho del nacimiento
(Códigos suizos, austriacos, portugués, argentino, etc.), otros en cambio exigen el requisito de la
viabilidad o aptitud para seguir viviendo (Código Francés y Español).
La discusión no tiene relevancia, es claro que el niño o niña nazca, no hay criterios de viabilidad ni
sujeción a vitalidad.
No entendemos de que la madre puede hacer también el reconocimiento del concebido, no tiene una
explicación en sí misma, en atención que si la madre es la que carga al bebé en su vientre durante los
nueve meses natural del embarazo para que se pretende hacer un reconocimiento.
15. Reconocimiento por el padre del hijo o hija inscrito solo con el apellido de la madre (art.
210).
“En caso que un padre quiera reconocer voluntariamente como suyo a una hija o hijo, que se
encuentra inscrito solamente con el apellido de la madre y ésta se negare al reconocimiento,
deberá comparecer ante el Registro del Estado Civil de las Personas donde se encuentra inscrita
la persona que desea reconocer y acompañar a su expresión de voluntad, su identificación, la
prueba de ADN en la cual se determine un índice de probabilidad de un 99.99% y lugar para
notificar a la madre del niño o niña que va a reconocer. De estos hechos, el registrador o
registradora notificará a la madre para efectos de su conocimiento, sin perjuicio del derecho
que le asiste de acudir a la vía judicial.
El costo de la prueba de ADN será asumido por el padre y no habiendo oposición, el registrador
o registradora procederá a la inscripción.
También se procederá a la inscripción ante el registrador o registradora civil, cuando el niño o
niña esté inscrito solamente con el apellido de la madre y el padre se presente voluntariamente
junto con la madre, a reconocer a su hijo o hija en el Registro del Estado Civil de las Personas,
independientemente de que haya vencido el plazo establecido por este Código para dar
conocimiento del nacimiento al funcionario o funcionaria de dicho Registro. Esta inscripción
será gratuita. Lo anterior es sin perjuicio de las otras formas de reconocimiento de hijos o hijas
establecidas en las leyes vigentes.
Se excluye el reconocimiento voluntario del padre en los casos de violación”.
Comentarios
La norma describe un procedimiento administrativo en la hipótesis de que el padre quiere reconocer
voluntariamente a su vástago y la madre se niega que sea reconocido el hijo o hija; de tal manera que
el interesado deberá concurrir entonces ante el Registrador Civil y acompañar a su expresión de
voluntad, su identificación, la prueba de ADN en la cual se determine un índice de probabilidad de un
152
Jaime Alfonso Solís Romero
99.99%. Esa expresión de voluntad debe referirse al instrumento público que hemos venido
señalando, la norma no dispone como hacer esa voluntad, pero creo que perfectamente que es través
del documento público, adjuntar su identificación y la prueba de adn con una probabilidad de 99.99
por ciento.
El registro notifica a la madre del niño o niña que va a reconocer. De estos hechos, el registrador o
registradora notificará a la madre para efectos de su conocimiento, sin perjuicio del derecho que le
asiste de acudir a la vía judicial.
Se excluye el reconocimiento voluntario del padre en los casos de violación. El comentario de este
párrafo final es por razones socio-penal, ya que en las últimas reformas a la Ley 779 en el tipo penal
de violación se obliga al criminal que debe pasar alimentación al hijo nacido de ese hecho
bochornoso, sin considerar que esto constituya o se establezca un vínculo o una relación padre e hijo
conforme a la ley.
153
Jaime Alfonso Solís Romero
19. Reconocimiento judicial (art. 214).
“Es el reconocimiento no voluntario, que es ventilado ante los juzgados de familia y donde no
hubiere, serán competentes los jueces y juezas de los juzgados locales de lo civil y locales
únicos”.
Comentario
Este es el reconocimiento forzado por sentencia judicial. Una de las alternativas que contempla
nuestra legislación de familia, para la determinación de la filiación que consiste en la sentencia firme
en juicio de filiación. De este modo, planteado un juicio de filiación por haber fracasado las gestiones
de confesión, y que habría llevado a un reconocimiento voluntario provocado, o bien porque
directamente se ejerce un juicio destinado a la determinación de la filiación, la sentencia definitiva
puede condenar al padre o madre a un reconocimiento que en este caso será forzado. Para llegar a
ese grado de convencimiento, la nueva legislación consagrada abre una puerta más ancha, ya no se
restringe a un instrumento público o ante el registro civil emanado del supuesto padre o madre y que
contenga una declaración formulada con ese determinado objeto, ahora se pueden utilizar otros
medios de prueba, entre los que se incluyen los más novedosos, cuáles son los de carácter biológico,
cuya procedencia y alcances ya hemos explicado y posteriormente seguiremos escribiendo.
20. Prueba científica de marcadores genéticos o Ácido Desoxirribonucleico ADN (art. 215).
“Cuando existan dudas sobre la maternidad o paternidad biológica, estas podrán investigarse
administrativamente, de acuerdo al procedimiento establecido en este Código. La investigación
de la maternidad o paternidad, podrá ser solicitada por cualquier parte interesada, para lo cual
la madre, el padre y los hijos e hijas deberán someterse a la prueba científica de marcadores
genéticos o acido desoxirribonucleico, ADN y en caso de que se negase a ello, se aplicará lo
establecido en el presente Código”.
¿Qué es un marcador?
Un marcador es un carácter o un gen que debido al ligamiento puede usarse para indicar la presencia
de otro gen; es decir, cualquier característica A (sea un gen, una proteína, tipo de hoja, etc.) que esté
asociada a la presencia o expresión de una característica B (como vigor, altura, resistencia a
enfermedades, etc.) puede considerarse como un marcador, pues la presencia de A necesariamente
implica la de B. La importancia de los marcadores radica en que ofrecen la posibilidad de estudiar
poblaciones de organismos y seleccionar aquellos que presentan rasgos de interés para el hombre. En
ocasiones, el uso de marcadores permite seleccionar los individuos aun antes de que expresen el
rasgo de interés. Gracias al empleo de marcadores ha sido posible mejorar muchas especies que son
la base de la alimentación del mundo. Hay dos tipos principales de marcadores: los marcadores
morfológicos y los marcadores moleculares.
Marcadores morfológicos
Los marcadores morfológicos fueron el primer tipo de marcadores que el hombre utilizó. Se
consideran marcadores morfológicos a los caracteres de un individuo que se expresan en un ambiente
específico y que el hombre identifica con un objetivo determinado. Por ejemplo, en los árboles de
pino podemos usar como marcadores morfológicos el peso o tamaño de la semilla, pues se ha visto
que dicha característica se asocia en la mayoría de las poblaciones con la supervivencia, el
crecimiento y la reproducción. Este tipo de marcadores son muy utilizados para estimar la variación
morfológica existente en una población. Sin embargo, hay varias limitaciones para su uso, de las que
la principal es precisamente que se basan en las características morfológicas o expresadas en el
individuo (fenotipo), las cuales son fuertemente influidas por el ambiente en que se desarrollan,
además de que generalmente sólo se pueden identificar y medir en individuos completos o adultos.
Marcadores moleculares
Los marcadores moleculares corresponden a cualquier gen cuya expresión permite un efecto
cuantificable u observable (características fenotípicas), que además puede detectarse fácilmente. Este
tipo de marcadores pueden evaluarse desde que los individuos están en sus primeros estadios de
desarrollo, y se pueden aplicar usando a todo el individuo o sólo parte de él. Se habla de marcadores
genéticos cuando se transmiten según las leyes básicas de la herencia mendeliana, por lo que es
importante destacar que no todos los marcadores moleculares pueden considerarse como genéticos.
Existen dos tipos de marcadores moleculares: los marcadores bioquímicos y los marcadores de ADN.
Marcadores bioquímicos
Los marcadores bioquímicos incluyen a las proteínas y las isoenzimas o aloenzimas y constituyen la
primera generación de marcadores moleculares. Las proteínas son los productos primarios de los
genes y se forman mediante los procesos de transcripción y traducción, por lo que se ven menos
influidos por el ambiente. Las isoenzimas fueron descubiertas por Hunter y Markert en 1957 y son
diferentes variantes moleculares de una misma enzima presentes en una especie, las cuales
desempeñan la misma actividad, pero pueden tener diferentes propiedades. Las isoenzimas se
identifican mediante el proceso denominado “electroforesis”, que consiste en colocar un extracto
proteico del material a analizar en los pocillos de un soporte (papel de celulosa o un gel hecho de
155
Jaime Alfonso Solís Romero
agarosa o poliacrilamida) que se somete a un campo eléctrico durante varias horas para que se
separen las proteínas de acuerdo con su tamaño o carga eléctrica. Una vez concluida la emigración de
las proteínas por medio del frente de corrida denominado Kohlrasusch, el gel es colocado en una
solución que contiene los compuestos químicos necesarios (colorantes) para que se lleve a cabo una
reacción y se puedan observar posteriormente las isoenzimas en forma de bandas de color en el
soporte o gel. Las diferencias en la movilidad electroforética de las isoenzimas son resultantes de las
diferencias en las secuencias del ADN que codifican tales enzimas. Estos marcadores tienen la
ventaja de que la técnica es relativamente barata, accesible y no destructiva debido a que utiliza
pequeñas cantidades de material. Además, el control genético de la mayoría de las isoenzimas es bien
conocido, por lo que es posible realizar inferencias genéticas a partir de los patrones de bandas
observados en los geles. Por otro lado, las isoenzimas tienen base genética codominante (es decir, que
en un individuo diploide es posible visualizar la expresión de ambos alelos); son selectivamente
neutrales y están libres de efectos deletéreos (cuando los alelos tienen efectos negativos que
imposibilitan la reproducción del genotipo que los posee), efectos pleiotrópicos (cuando un gen
controla la expresión de más de un carácter en un individuo) y/o epispásticos (dominancia de un gen
sobre otro). Desde su descubrimiento, las isoenzimas han jugado un papel importante en muchas
áreas de la biología; sin embargo, su utilización ha sido muy limitada debido a ciertas desventajas: 1)
presentan problemas técnicos; 2) no permiten cubrir todo el genoma, pues sólo representan una
estrecha fracción del contenido genético; 3) únicamente detectan la variación de los genes que
codifican para la expresión de una característica del individuo; 4) se dificulta la precisión de los datos
obtenidos debido al polimorfismo en el tejido de las isoenzimas (por ejemplo, el polimorfismo
detectado en una hoja no es el mismo que el que se obtiene usando la semilla del mismo individuo).
También tienen polimorfismo ontogenético, lo cual implica que los resultados obtenidos serán muy
diferentes al trabajar con material vegetal proveniente de un árbol joven y de otro adulto; además, las
isoenzimas son específicas para determinados sustratos.
Marcadores de ADN
Los marcadores de ADN constituyen la nueva generación de marcadores moleculares y solucionaron
el problema de la carencia de marcadores que tenían las isoenzimas, pues son capaces de generar una
cantidad virtualmente infinita de marcadores.
Existen varias técnicas para identificar marcadores de ADN, las que se pueden agrupar en tres
categorías: las de hibridación tipo Southern, las de reacción de polimerización en cadena (PCR) y las
que combinan PCR o sus productos de ADN con la hibridación tipo Southern. La hibridación consiste
en la formación de una molécula de doble cadena mediante el apareamiento o unión de bases
complementarias de dos moléculas de una sola cadena.
La hibridación tipo Southern explora las variaciones en la longitud o tamaño de los fragmentos de
ADN ocasionadas por la restricción del genoma mediada por una enzima particular (endonucleasa).
Esta técnica comprende las siguientes etapas: primero se extrae el ADN del material que deseamos
estudiar; luego se le adicionan enzimas de restricción (endonucleasas), las cuales cortan el ADN en
fragmentos de diferente longitud; estos fragmentos son separados en geles de agarosa, para después
realizar por capilaridad o al vacío la transferencia de los fragmentos a una membrana de papel de
nitrocelulosa o de nylon (transferencia tipo Southern).
Finalmente, se hibridizan los fragmentos de la membrana con sondas marcadas (radiactiva o no
radiactivamente) para visualizar y detectar las bandas hibridadas. Dentro, de esta técnica se
encuentran los marcadores RFLP (polimorfismo de la longitud de los fragmentos de restricción) y los
VNTR (secuencias adyacentes que se repiten en número variable). La técnica de PCR, o reacción en
cadena de la polimerasa, es una tecnología utilizada para multiplicar (sintetizar) in vitro fragmentos
156
Jaime Alfonso Solís Romero
específicos de ADN con la finalidad de detectar una secuencia o gen de interés en el genoma del
individuo en estudio. Se basa en la amplificación de fragmentos de ADN a partir de secuencias de
nucleótidos denominadas “cebador” (primer), que son capaces de reconocer una secuencia blanco
para la cual es complementaria.
En forma general, los principales pasos del PCR son los siguientes: se extrae el ADN del material a
analizar, se separa la molécula del ADN en dos hebras (desnaturalización), se induce el alineamiento
o reconocimiento del cebador con las secuencias blanco complementarias o molde del ADN, y por
medio de la enzima Taq polimerasa se lleva a cabo la extensión o alargamiento de la molécula
iniciadora (cebador).
Este proceso se realiza en un termociclador, que se encarga de realizar los cambios de temperatura
necesarios para que se desarrollen las etapas o ciclos anteriormente mencionados. Los ciclos se
repiten la cantidad de veces que sea necesario, hasta obtener la cantidad de copias de ADN que se
requieran. Dentro de esta metodología se encuentran los marcadores llamados RAPD (ADN
polimórfico amplificado al azar), PCR iniciada con microsatélites (MP-PCR), AFLP (polimorfismo
de longitud de fragmentos amplificados) y DAF (amplificación de huellas del ADN), entre otros.
Finalmente, dentro de las metodologías que combinan la PCR o sus productos de ADN más la
hibridación tipo Southern, están los RAHM y RAMPO (amplificación aleatoria del polimorfismo de
microsatélites).
Valor probatorio
La regla general señala que, siendo un informe pericial, los tribunales apreciarán la fuerza probatoria
del dictamen de peritos en conformidad a las reglas de la sana crítica. Una situación especial se da
cuando se presenta negativa injustificada de una de las partes a someterse a pericia. Véase el arts. 215
157
Jaime Alfonso Solís Romero
y 598 CF. / . Por tal razón la autoridad familiar debe entender el alcance del concepto de sana
60 61
60 Prueba científica de marcadores genéticos o Acido Desoxirribonucleico ADN. Cuando existan dudas sobre la maternidad o paternidad biológica, estas
podrán investigarse administrativamente, de acuerdo al procedimiento establecido en este Código. La investigación de la maternidad o paternidad, podrá
ser solicitada por cualquier parte interesada, para lo cual la madre, el padre y los hijos e hijas deberán someterse a la prueba científ ica de marcadores
genéticos o acido desoxirribonucleico, ADN y en caso de que se negase a ello, se aplicará lo establecido en el presente Código.
61 Negativa a practicarse la prueba de ADN. De presentarse el presunto padre a la cita hecha por el registrador o registradora del Estado Civil de las
Personas, negando la paternidad y, además, rechazare practicarse la prueba de ADN, el registrador o registradora procederá a declarar la presunción de la
paternidad y reconfirmará al hijo o hija con los apellidos de ambos progenitores, quedando firme dicha declaración administrativa otorgándoles las
obligaciones legales, propias de la paternidad. De no presentarse la persona citada a practicarse la prueba de ADN, o habiéndose presentado al
laboratorio y se negare a practicársela, el laboratorio respectivo emitirá una constancia de este hecho, firmada, sellada y enviada por la persona
autorizada del laboratorio al Registrador que conoce el caso. Esta constancia constituye prueba a favor de la persona solicitante. Cuando sea el
solicitante el que no se presente a practicarse la prueba de ADN se le citará nuevamente para que se presente, si no lo hace se archivará el caso y no se le
dará continuidad en la vía administrativa. En tal caso, quedan las partes en libertad de ejercer el derecho de acudir ante los ju/gados de familia y en caso
de que se negase a ello, se aplicará lo establecido en el presente Código…”
62 Art. 220 CF, índice de probabilidad de la prueba de ADN. El Registrador o Registradora del Estado Civil de las Personas, las juezas o jueces de los
juzgados de familia y donde no hubiere, los jueces y juezas de los juzgados locales de lo civil y locales únicos, son competentes para declarar la
paternidad o maternidad, cuando el informe de resultados de la práctica de la prueba determine un índice de probabilidad de 99.99%.
63 Idem. Beneficio de pobreza. ¿Cuándo cualquiera de las partes en el proceso de familia, invoque el beneficio de pobreza y pida que se realice examen
de ADN de forma gratuita, qué debe hacer la autoridad judicial de familia? En concordancia con los artículos 216, 217, 616, 617, 618 y 619 del Código
de Familia. Se considera: Previo a la práctica de la prueba de ADN, el Juez debe ordenar al Ministerio de la Familia, Adolescencia y Niñez, investigue y
declare el estado de pobreza, si procede. Una vez recepcionado el informe, se ordenará el examen de ADN a costa del Estado, quien lo asumirá por una
sola vez. Se instruye: La declaración de pobreza debe tramitarse a través del Ministerio de la Familia, Adolescencia y Niñez, quien por disposición del
Código de Familia, tiene la facultad para investigar y declararla. En todo ese período, se debe suspender el término del vencimiento del proceso, hasta que
se reciba el resultado de la prueba de ADN.
158
Jaime Alfonso Solís Romero
24. Prueba de ADN al cadáver del padre o la madre (art. 219).
“De manera excepcional y ante la ausencia o falta del consentimiento de los familiares del niño,
niña o adolescente indicados, se podrá recurrir a la exhumación del cadáver del padre o la
madre, previa autorización judicial y a solicitud fundada de instancia administrativa”.
Comentarios
La Prueba de ADN post-mortem sobre restos cadavéricos con la finalidad de encontrar algún tipo de
muestras en restos óseos: Dientes (molares) o huesos largos y compactos (fémur). También en
muestras familiares: Hisopos con muestras del epitelio bucal (saliva), colillas, cabellos con raíz, uñas,
etc. No resulta fácil entender cómo se consigue un análisis de ADN. El ADN es la molécula
fundamental de la vida, porque lleva en su estructura la información hereditaria que determina las
características y funciones esenciales del organismo. El ADN es la sustancia existente en los
cromosomas como hemos expuesto anteriormente, dentro del núcleo de cada célula; su función es
proveer el código genético que determina todas las características individuales de las personas y que
esa sustancia se hereda -por mitades, lo que se llama herencia somática- de nuestros padres y se lega
a nuestros hijos.
Para realizar la prueba hay que recoger una muestra con restos biológicos que contengan células. Una
vez la tenemos, el siguiente paso es extraer el ADN de la propia célula, y para ello, se debe romper
esa célula mediante una serie de reactivos. Después hay que purificar ese ADN, es decir, separarlo del
resto de elementos moleculares. Es de vital importancia realizar muchas copias de las zonas a
analizar (STR) formadas por un alelo paterno y un alelo materno, y cuyo conjunto conforma lo que se
conoce como el perfil genético.
26. Investigación de paternidad y maternidad por parte de las hijas e hijos (art. 221).
“Es permitido a las hijas e hijos y sus descendientes, investigar la paternidad y la maternidad,
la que podrá probarse en el juicio de reclamación de la filiación. En este juicio se podrá solicitar
prueba del ADN para identificar y establecer la individualidad del padre, de la madre o de
ambos, con relación a la persona de determinado hijo o hija. En el caso de los hijos e hijas que
aún no hayan cumplido los dieciocho años de edad, bastará que ellas o ellos lo soliciten a la
instancia administrativa sin mayores trámites”.
Comentarios
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Jaime Alfonso Solís Romero
Hemos señalado que el derecho de investigar la paternidad y maternidad se encuentra regulado en
nuestra Constitución Política en su arto. 78, que expresa: “El Estado protege la paternidad y
maternidad responsable. Se establece el derecho de investigar la paternidad y maternidad”.
Aunque nuestra legislación no conceptualiza que debe entenderse por investigación de la paternidad o
maternidad la doctrina y la jurisprudencia lo han realizado al decir que se trata de una indagación
judicial que solicita el interesado para que por sentencia se declare probada la filiación de la madre o
el padre. Corresponde entonces en atribuirle a la madre o padre que ese hijo o hija les pertenece. La
investigación de paternidad y maternidad, tratándose de hijos o hijas mayores de edad, podrán
intentarse en vida del padre o madre o dentro del año siguiente a su fallecimiento, es decir el hijo o
hija alcancen la mayoría de edad, podrá intentarse la acción aún después de su muerte, dentro del
primer año de haber alcanzado su mayoría de edad.73
73
32. Ídem circular. Investigación de Paternidad o Maternidad. ¿Es relevante establecer un plazo para la investigación de paternidad o maternidad? En
concordancia con los artículos 7, 200, 221, y 222 del Código de Familia y artículo 78 de la Constitución Política de Nicaragua. Se considera: El derecho
a la investigación de paternidad o maternidad, es imprescriptible durante estén vivos los supuestos padres y madres. Se instruye: No se establece plazo
para la investigación de paternidad o maternidad, ya que es un derecho imprescriptible. En el caso de los hijos mayores de edad podrá intentarse en vida
del padre o madre, o dentro del año siguiente a su fallecimiento. En el caso de los hijos menores de edad, podrá intentarse la investigación de paternidad
o maternidad, dentro del primer año de haber alcanzado su mayoría de edad. Las autoridades judiciales de familia, de conformidad al artículo 7 del
160
Jaime Alfonso Solís Romero
Código de Familia, deben atender la imprescriptibilidad para la investigación de la paternidad y maternidad, de acuerdo a lo establecido en la
Constitución Política de Nicaragua e Instrumentos Internacionales ratificados. Es relevante el plazo, únicamente cuando el proceso se circunscribe a lo
establecido en el artículo 222 del Código de Familia; ya que se norman otras situaciones que no son sujetas a plazo.
El reconocimiento es el medio para la determinación de la filiación. Según Garrido de Palma, “es un
medio legal de determinación de la filiación, en base a la manifestación del hecho de la paternidad o
maternidad biológica realizada por el progenitor, con el efecto del establecimiento del estado civil
correspondiente, cumplidos los requisitos que la ley exige en cada caso”.
El reconocimiento de filiación dice el civilista Peña, “es un acto que, por disposición de la ley, rebasa,
la significación de la confesión y de la admisión”.
Capítulo V.
De la presunción e impugnación de la filiación
29. Impugnación de la paternidad (art.224).
“La paternidad de los hijos e hijas podrá ser impugnada personalmente por el cónyuge o
conviviente y por los herederos en caso de muerte, en el proceso judicial que establece el Libro
Sexto de este Código”.
Comentarios
Atendiendo a las reglas de la impugnación de la paternidad, es necesario advertir que ella puede
presentarse de dos maneras: se puede impugnar la paternidad judicialmente, o bien lisa y llanamente,
desconocerla, esta última está desfasada, pero vale estudiarla. Aunque la disposición legal es muy
sobria y no tiene mayor amplitud de comprensión, pero la refutación de la paternidad se puede
producir aun cuando el hijo o hija están amparado por la presunción “pater is est”, corresponderá al
padre destruir esa presunción. En cambio, hay simple desconocimiento de la paternidad, cuando el
hijo no está amparado por dicha presunción. En este caso la situación del que impugna es mucho más
favorable, pues, poco debe probar, al desconocer la paternidad que el hijo se le atribuye. Pero cuales
serían los diferentes casos para que el padre pudiera rechazar o impugnar que ese no es su hija o hijo,
veamos algunas situaciones que combinamos y serían las siguientes:
1. Caso del hijo que nace después de ciento ochenta días de celebrado el matrimonio. No se incluye
en esta hipótesis la unión de hechos estable, por lo obvio de que ambos mantenían una vida
marital.
2. Caso del hijo concebido antes del matrimonio y nacido dentro de él.
3. Caso del hijo concebido y nacido una vez disuelto el matrimonio.
4. Caso del hijo que, concebido durante el matrimonio o la unión de hecho, nace después de
haberse disuelto la unión de hecho o el matrimonio.
5. Caso del hijo concebido antes del matrimonio y nacido después de la disolución.
6. La imposibilidad física por razones de esterilidad u otras causas fisiológicas.
7. La ausencia del varón al momento de la concepción.
8. Otras situaciones sociales que permiten dudar la paternidad del hijo o hija.
De tal manera que el hijo o hija que nace después de ciento ochenta días de celebrado el matrimonio
obviamente está amparado por la presunción “pater is est”. De ahí, que el que pretende destruir su
calidad de hijo o hija, desconociendo la paternidad, deberá impugnarla atacando los hechos en que se
basa la presunción, esto es, la cohabitación de los cónyuges, o la fidelidad de la mujer. En otros
términos: el que impugna la paternidad tendrá que probar la imposibilidad física de acceso del marido
a la mujer o por algún tipo de infidelidad de la mujer.
La otra hipótesis de la imposibilidad física del cónyuge o conviviente de tener acceso a su mujer en
los primeros ciento veinte días de los trescientos que precedieron al nacimiento. La imposibilidad
física debe durar íntegramente los cientos veinte días en que ha podido producirse la concepción. Esta
imposibilidad del marido de tener acceso a la mujer durante el lapso indicado debe ser absoluta; no
161
Jaime Alfonso Solís Romero
basta una imposibilidad relativa. Probado el hecho que el marido estuvo en imposibilidad física de
tener acceso a su mujer, queda destruida la presunción de paternidad, ya que es evidente que el
marido no ha podido ser el padre del hijo o hija. Naturalmente la fidelidad como una esencia de la
monogamia del matrimonio o convivencia estudiada al principio de nuestro comentario, ambos
cónyuges se deben esa fidelidad y producirse esa deslealtad, se constituye la duda y puede llegar a
destruir la base de la paternidad. Sin embargo, no basta con acreditar esa infidelidad para desconocer
al hijo o hija, es decir no autoriza al marido por si solo para desconocer al hijo o hija como suyo. De
manera que bien podría aceptar y acreditarse ese hecho sin violentar la dignidad de la mujer, pero
considero que ley exige otras pruebas tendientes a destruir la paternidad del supuesto hijo o hija,
como por el ejemplo: la avanzada edad de marido, enfermedad del marido, la separación temporal de
los cónyuges, la ausencia etc.
El cónyuge puede impugnar la paternidad del hijo o hija nacido antes de los cientos ochenta días de
celebrado el matrimonio de dos maneras: Si prueba que estuvo en absoluta imposibilidad física de
tener acceso a la madre, durante todo el tiempo en que pudo presumirse la concepción según las
reglas legales. Pero aun sin esta prueba el marido podrá reclamar contra la paternidad del hijo, si no
tuvo conocimiento de la preñez al tiempo de casarse o si por actos positivos no ha manifestado
reconocer al hijo después de nacido. La prueba de estos hechos le corresponde producirla al marido y
sin duda será una prueba muy difícil, dado el carácter de hechos negativos que ambos presentan. Este
hijo no está amparado por la presunción de paternidad. Otra de las causas señalada nos encontramos
en el caso de un hijo o hija concebido y nacido una vez disuelto el matrimonio o la unión de hecho
estable, cuando el hijo nace después de los trescientos días de la disolución del vínculo matrimonial o
de la convivencia, ya que, en conformidad a la presunción de derecho contenida en el arto. 23 C., la
duración máxima del embarazo es de trescientos días, 64 para el legislador es un hecho cierto que ese
hijo fue concebido fuera del matrimonio. Pero, ya hemos visto que el norte del legislador en materia
de filiación es amparar a los hijos o hijos como medio de sostener a la constitución de la familia. De
lo expuesto se desprende entonces, que el hijo nacido después de los trescientos días de disuelto el
matrimonio, no hay propiamente impugnación de la paternidad, sino desconocimiento de la misma, y
ello como una consecuencia de que él no está favorecido con la presunción “pater is est”. De manera
entonces, bastará con acreditar que el hijo nació después de los trescientos días de disuelto el
matrimonio o la convivencia para que el juez no solo pueda, sino que deba declarar que nos es su hijo
o hija. El hijo póstumo está amparado por la presunción de paternidad. Estaremos en presencia de un
hijo concebido durante el matrimonio y que nace después de disuelto, cuando el nacimiento se
produce dentro de los trescientos días subsiguientes a la muerte del marido. El hijo o hija en este caso
toma el nombre de hijo póstumo. Por el hecho de haber sido concebido durante el matrimonio, el hijo
póstumo está amparado por la presunción “páter is est”. En consecuencia, la paternidad se impugna
conforme lo antes señalado. Por último, sin agotar las hipótesis se refiere al caso del hijo o hija
concebido antes del matrimonio y nacido después de la disolución. El caso propuesto es
verdaderamente excepcional y difícil que se presente en la práctica, más no imposible. Estaríamos en
presencia de la situación indicada si, por ejemplo: los cónyuges contraen matrimonio en el mes de
abril, el marido fallece al mes siguiente, y al hijo nace en junio. Este hijo según la ley ha sido
concebido fuera de matrimonio, ya que nace antes de los cientos ochenta días de haberse celebrado
éste; y al mismo tiempo el nacimiento se efectúa una vez disuelto el matrimonio pues, con
anterioridad había fallecido el marido. El caso no está resuelto expresamente por el legislador. Sin
embargo, como el citado hijo o hija sería nacido dentro del matrimonio, su padre es el difunto, en
nuestro concepto habría que impugnar la paternidad los herederos del cónyuge o conviviente, le
irrogare perjuicio actual, fundándose en que el cónyuge o conviviente estuvo en absoluta
64 El máximum de tiempo del embarazo se presume que es de trescientos días, y el mínimum de ciento ochenta días, excluyendo el día del nacimiento.
162
Jaime Alfonso Solís Romero
imposibilidad física de tener acceso a su mujer durante todo el tiempo en que pudo haberse verificado
la concepción. Mientras viva el marido, solo él puede impugnar la paternidad, y si el marido no
reclama la paternidad que le atribuye la ley, es porque no le asaltan dudas al respecto. La regla del art.
224 Cf, a grosso modo indica que la impugnación deberá hacerla personalmente por el cónyuge o
conviviente; sin perjuicio que fallecido el padre los herederos podrán entablar la impugnación de la
paternidad. La ley no cristaliza que herederos podrán impugnar, entendemos que puede hacerlo el
padre o madre del difunto, los hijos o hijas, la cónyuge mujer, los hermanos (cuarto grado de
parentesco).
“La acción también podrá ser ejercida por los herederos en caso de muerte del presunto padre
dentro del plazo de sesenta días, contados desde aquel en que el hijo o hija hubiere entrado en
la posesión de la herencia del presunto padre, o desde el día en que los herederos fueren
perturbados en la posesión de la herencia del presunto hijo o hija, si estuviesen presente o desde
su regreso, si estuviese ausente”. Comentario
Toda reclamación de los herederos en caso de muerte del presunto padre debe realizarse en juicio en
los plazos siguientes:
1. Sesenta días, contados desde aquel en que el hijo o hija hubiere entrado en la posesión de la
herencia del presunto padre.
2. Desde el día en que los herederos fueren perturbados en la posesión de la herencia del
presumo hijo o hija, si estuviesen presente o desde su regreso, si estuviese ausente.
163
Jaime Alfonso Solís Romero
Para impugnar la maternidad se requerirá de fundamentos lo suficientemente poderosos como para
desvirtuar la solidez y efectividad de hechos tan notorios como los señalados. La maternidad que se
ha establecido con las pruebas que hemos mencionados, puede desvirtuarse mediante proceso
judicial, por la existencia de una maternidad disputada, que permite impugnar la condición de madre,
demostrando que ello no es así, porque se presentó un falso parto o la suplantación del hijo o hija
verdadero por otro que no lo es.
El falso parto (ficción de parto) consiste en hacer aparecer como madre de un niño o niña a una mujer
que no los. Falsear la verdad sobre la maternidad, es una conducta delincuencial y de graves
connotaciones sociales, se ha utilizado para obtener ventajas patrimoniales, como una herencia u otro
beneficio otorgado a un hijo de una mujer o una pareja que no ha podido concebir, o para evitar
cumplir los tramites de una adopción y por eso se hace aparecer a una mujer como madre de sangre,
ocultando la verdadera maternidad. La suplantación del hijo o hija al verdadero (caso de la decisión
del Rey sabio Salomón y la disputa del bebé fallecido e hijo vivo entre la verdadera madre y la que
suplantaba 1 R. 3 16-28), consiste en hacer aparecer como fruto del parto a un niño que no fue
alumbrado por una determinada mujer. Esta situación puede presentarse de manera involuntaria,
como ha ocurrido en hospitales que intercambian el niño o niña de una madre por el de la otra en la
sala de recién nacidos. La ley por temor a los equívocos y para no interferir en las relaciones que
consideradas un poco privadas y en la que desempeña el honor familiar limitó las situaciones en las
que podía ponerse en discusión la maternidad atribuida a una mujer, esta acción:
a) El hijo o hija. b) El verdadero padre o madre, o ambos, para conferir al hijo o hija o a los
descendientes de éstos, los derechos derivados de la filiación. c) La supuesta madre para desconocer
al hijo o hija que pasa por suyo. d) El cónyuge o conviviente de la supuesta madre para desconocer al
hijo o hija que pasa por suyo. e) Toda otra persona a quien la maternidad putativa perjudique sus
derechos sobre la sucesión testamentaria o ab intestato, de los supuestos padres o madres.
Capítulo VI.
De la filiación adoptiva
65 Art. 229. Perjuicio a terceros de la maternidad o paternidad que se cree sin serlo. Toda persona a quien la maternidad o paternidad putativa perjudique
sus derechos sobre la sucesión testamentaria o ab intestato, de los supuestos padres o madres, podrá impugnar la maternidad dentro de los noventa días
siguientes después de aquel en que se enteren del fallecimiento de la madre, si estuviesen presentes en el país o desde su regreso, si estuviesen ausentes.
76
Art. 230. Imprescriptibilidad de la impugnación de filiación. La acción de impugnación de la paternidad o maternidad es imprescriptible para el hijo o
hija, el verdadero padre, madre o ambos, para conferir al hijo o hija o a los descendientes de éstos los derechos derivados de la filiación.
165
Jaime Alfonso Solís Romero
Familia, Adolescencia y Niñez, y la segunda ante el Juzgado de Familia. De no producirse la vía
administrativa no tendría cabida la acción de adopción en sede judicial y será rechazada, la parte
interesada debe acompañar la resolución favorable del Consejo Nacional de Adopción; un aspecto
importante a destacar es que la resolución negativa administrativa del Consejo es recurrible de
amparo (art. 232 parte infine del CF).66
Comentarios
La persona interesada o que intente la adopción, tendrá que agotar la vía administrativa. Para efectuar
la adopción es necesario cumplir con un procedimiento administrativo que es realizado ante el
Ministerio de la Familia, Niñez y Adolescencia que son indispensable para agotar posteriormente la
vía judicial, conforme el art. 621 y siguientes del Cf.
El procedimiento administrativo inicia con la entrevista preliminar obligatoria, realizada por el
equipo interdisciplinario, que determine las condiciones afectivas, morales, psíquicas y económicas,
la motivación por el proceso de adopción y la entrega de los documentos de que habla este Código, se
procederá a llenar el formulario de solicitud, el cual debe ser completado por los solicitantes, y
entregado personalmente al equipo técnico interdisciplinario en la entrevista preliminar obligatoria.
El equipo técnico interdisciplinario, asignará un código numérico de identificación a la solicitud, y
dará apertura al expediente de ésta, anexando al mismo la documentación exigida por la Ley. Todos
los requisitos documentales deben ser presentados en original y en la forma que la ley indica. La
cédula de identidad o documento que le identifique será presentada junto con fotocopia para su
debido cotejo con devolución del documento original. Es ante el Consejo Nacional de adopción que
resuelve sobre las adopciones; En síntesis:
a) Conocen los motivos de la adopción.
b) Verifican si los solicitantes reúnen los requisitos de ley (edad, condición moral, social y
económica).
c) Constancias salarial.
d) Antecedentes penales.
e) Los extranjeros, o nicaragüenses domiciliados en el extranjero deben presentar un Certificado de
conducta emitido por la Organización Internacional de Policía Criminal, INTERPOL, de no poseer
antecedentes penales. En caso de no tener convenio con INTERPOL, un Certificado de buena
conducta emitido por la institución policial correspondiente y debidamente autenticado.
66 Art. 232 CF. La adopción se tramitará en una primera fase en la vía administrativa y en segunda fase en la vía judicial. No habrá trámite en sede
judicial si previamente no se ha ventilado administrativamente. El procedimiento administrativo es el que se establece en el Libro Sexto de este Código;
y el judicial, se llevará conforme el proceso especial común establecido en el propio libro. La autoridad judicial no dará trámite a ninguna solicitud de
adopción que no se acompañe de la resolución favorable del Consejo nacional de adopción. De las resoluciones negativas del Consejo podrá recurrirse
de amparo.
166
Jaime Alfonso Solís Romero
Examinado lo anterior se valoran si estos se ajustan a los fines establecidos para una adopción, de lo
contrario no se aprueba. Comprobado la idoneidad y cumplimiento de los requisitos se piden los
siguientes documentos:
Partida de nacimiento.
Certificado de Salud.
Constancia de trabajo.
Dos fotos y
Constancia del último salario.
Certificado de Matrimonio en caso de ser casados.
En caso de que los solicitantes fuesen extranjeros también se recepcionaran todos los documentos
enumerados anteriormente traducidos al español y con sus respectivos originales, y además deberán
estar debidamente autenticados por el consulado o embajada de su país de origen en Nicaragua, y a la
vez por las autoridades nicaragüense del Ministerio de Relaciones Exteriores. a.1. Estudio de la
solicitud
El Consejo de Adopción como hemos dicho realiza un estudio y análisis de la solicitud y al mismo
tiempo para emitir un dictamen sobre aquellas que han agotado la vía administrativa. El Consejo de
Adopción después del estudio de la solicitud ordena un análisis psicosocial con el objeto que se
investigue a los interesados, su estabilidad familiar y situaciones económica y la idoneidad del
solicitante. Concluido el estudio psicosocial, el expediente completo es remitido al Consejo de
Adopción, quien se encarga de aprobar o negar a los solicitantes la adopción, en caso de ser aprobada
ordena la selección del niño, niña para ser entregada a la pareja, periodo que puede durar varios
meses aproximadamente.
a.2. Selección del niño o niña
La elección del niño o niña es realizada por el equipo psicosocial en conjunto con el la Dirección
General de Protección Especial. El niño o niña clasificada debió haberse tomado en cuenta entre otros
aspectos: El estado de abandono del menor, su problemática, edad y sexo y características físicas del
adoptado y adoptante. Por lo general se adoptan menores comprendidos entre cero a siete años. a.3.
Encuentro entre adoptado y adoptante
Debe aclararse que de la selección del menor conocen también el Consejo y son los encargados de
autorizar la presentación de adoptados y adoptantes.
Esta presentación es realizada por el equipo psicosocial y es donde se lleva el contacto directo entre
los adoptados y adoptante.
Es el periodo en que los padres adoptivos conforme autorización visitan al niño o niña en el Centro
donde se encuentran resguardados para empezar un proceso de familiarización y preparar al niño o
niña para que abandone el hogar.
Capítulo VII.
169
Jaime Alfonso Solís Romero
A la luz de esta disposición se hace una separación de los nicaragüenses con los extranjeros a los
primero se le permite adoptar a personas casadas entre un hombre y mujer, o estén en unión de hecho
estable y aún puede adoptar el varón o sólo la mujer. Pero agrega la norma que en el caso de los
extranjeros solo pueden adoptar las parejas hombre y mujer en matrimonio. Queda vedado a los
extranjeros solteros, unidos o parejas de un solo sexo adoptar, y reiteramos solo podrán adoptar
extranjeros casados.
172
Jaime Alfonso Solís Romero
173
Jaime Alfonso Solís Romero
ininterrumpida el trato de hijo y que, por diversas circunstancias, no fue adoptado a pesar de que el o
los adoptantes lo tuvieron a su cargo. Pero también en este caso se requerirá el consentimiento del
adoptado mayor de edad.
La ley no especifica la adopción del mayor de edad incapaz. Sigue siendo de interés el caso en que se
pretendiese la adopción de un mayor de edad incapaz. No tenemos algún precedente en el que se
resolvió que es admisible la adopción, por su cuidador, del demente interdicto mayor de edad,
considerando la circunstancia de que el insano es para la ley un incapaz y se lo reputa en la misma
situación jurídica que el menor impúber, pero tampoco lo distingue y me parece que eso no tiene
mayor relevancia.
Otra situación prevista es la del inciso “b)” al señalarse que el adoptado mayor de quince años
hubiesen estado en un centro de reeducación o de protección pública o privada. Aclarando esta norma
su espíritu nos enfoca en un sujeto que está encarcelado o estuvo bajo protección o sigue bajo
protección sea esta pública o privada (Centro de rehabilitación de alcohólicos, drogas etc.),
perfectamente puede llegar a ser sujeto de adopción.
Por último, la adopción del hijo del cónyuge. La doctrina es conteste con nuestra legislación al igual
que la derogada ley de adopción que permitía a un cónyuge o conviviente adoptar al o a los hijos del
otro. Tal posibilidad se infería de la disposición del inciso “c” en cuanto no se exige que quien
pretende adoptar haya tenido al menor bajo su cuido y crianza durante el término legal, señalado
anteriormente. La norma se reproduce ahora en el fin de la adopción, en este caso, es evidente. Se
propende a integrar a la familia legítima constituida por ambos cónyuges y los hijos habidos del
matrimonio a los que solamente reconocen vínculo filial con uno solo de los esposos. En general
(aunque no necesariamente) se tratará de los hijos de la mujer que, luego del matrimonio, son
adoptados por su esposo con lo que adquieren su apellido y derechos hereditarios en situación de
paridad a los eventuales hijos del matrimonio. De este modo, pues, los hijos de un cónyuge logran el
status filii respecto del otro.
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los y las solicitantes deben presentar todos los documentos, para que el Consejo nacional de
adopción, pueda valorar su solicitud.”
Comentarios
El art. 246 del CF, puntualiza otros requisitos para extranjeros que pretenden adoptar en nuestro país,
estos ciudadanos de otros países, con o sin residencia permanente en el país, ni domiciliados, que
reúnan los requisitos señalados en este Código, las condiciones personales y legales para adoptar,
exigidas por la ley de su país de origen, domicilio o residencia, que no sean contrarias a ley
nicaragüense, podrán adoptar si están unidos en matrimonio formalizado acreditado con documentos
debidamente autenticados. Estos amplios requisitos y documentos requeridos son propios de nuestra
legislación criolla, basado en la experiencia acumulada durante años por el anterior de Consejo de
Adopción, donde prevalecía talvez no una ligereza en los mecanismos administrativo de adopción por
nacionales y extranjeros sino situaciones que en un futuro podría generar adopciones amañadas o
bandas criminales inescrupulosas que adoptaran con fines de explotación laboral, sexual o en el
extremo de los casos de traficar con órganos de los menores. Por eso aplaudimos los mayores
controles que procuraron los legisladores para evitar cualquier salida a los adoptantes con fines
desnaturalizados.
Capítulo VIII.
51. De los documentos que se deben acompañar al proceso judicial (art. 253).
“Los ciudadanos nicaragüenses que insten la declaración judicial de adopción deberán
acompañar los documentos que seguidamente se relacionan. La autoridad judicial no admitirá
a trámite la solicitud de adopción, si no se acompañan: a) Original y copia para su cotejo de la
cédula de identidad ciudadana, residencia en el extranjero o pasaporte, según el caso. b)
Certificado de nacimiento del o de los adoptantes. c) Certificado de la partida de nacimiento del
niño, niña o adolescente, sí hubiere. En caso de que no existiese inscripción, deberá
acompañarse la negativa respectiva extendida por el Registro del Estado Civil de las Personas.
d) Certificación extendida por el responsable del Centro Especial de Protección, en la que se
hacen constar las circunstancias y fecha de internamiento del niño, niña o adolescente. Si el
niño, la niña o adolescente estuviere a cargo de particulares éstos comparecerán ante el Juez o
Jueza que conoce de la adopción y manifestarán las mismas circunstancias anteriores, debiendo
apoyar su dicho con la declaración de los testigos idóneos. c) Certificación de matrimonio, o
reconocimiento notarial de la unión de hecho estable. f) Certificación de la resolución favorable
extendida por el Consejo nacional de adopción y de las diligencias que sobre la investigación del
caso haya realizado”. Comentarios
En varias ocasiones hemos referido que para efectuar la adopción es necesario cumplir con el
procedimiento administrativo que es realizado ante el Consejo nacional de adopción adscrito al
Ministerio de la Familia, Adolescencia y Niñez, que son indispensables para agotar posteriormente la
vía judicial. Este Consejo conoce los motivos de la adopción, verifican si los solicitantes reúnen los
requisitos de ley (edad, condición moral, social y económica, etc.). Examinado lo anterior se valoran
si estos se ajustan a los fines establecidos para una adopción, de lo contrario no se aprueba.
Comprobado la idoneidad y cumplimiento de los requisitos se piden los siguientes documentos antes
referidos, y en caso de que los solicitantes fuesen extranjeros también se recepcionarán todos los
documentos enumerados anteriormente traducidos al español y con sus respectivos originales, y
además deberán estar debidamente autenticados por el consulado o embajada de su país de origen en
Nicaragua, y a la vez por las autoridades nicaragüense del Ministerio de Relaciones Exteriores.
Todo lo anterior entra a un estudio de la solicitud, donde el Consejo como hemos dicho realiza un
estudio y análisis de la solicitud y al mismo tiempo para emitir un dictamen sobre aquellas que han
agotado la vía administrativa.
177
Jaime Alfonso Solís Romero
El Consejo después del estudio de la solicitud ordena un análisis psicosocial con el objeto que se
investigue a los interesados, su estabilidad familiar y situaciones económicas y la idoneidad del
solicitante. Concluido el estudio psicosocial, el expediente completo es remitido al Consejo, quien se
encarga de aprobar o negar a los solicitantes la adopción, en caso de ser aprobada ordena la selección
del menor para ser entregada a la pareja, luego se procede a la selección del niño o niña, la elección
del niño o niña es realizada por el equipo psicosocial. El niño o niña clasificada debió haberse
tomado en cuenta entre otros aspectos: El estado de abandono del menor, su problemática, edad y
sexo y características físicas del adoptado y adoptante.
Encuentro entre adoptado y adoptante. Debe aclararse que de la selección del menor conocen también
el Consejo y son los encargados de autorizar la presentación de adoptados y adoptantes.
Esta presentación es realizada por el equipo psicosocial y es donde se lleva el contacto directo entre
los adoptados y adoptante.
Debe producirse un periodo de adaptación, este mismo en que los padres adoptivos conforme
autorización visitan al niño o niña en el Centro donde se encuentran resguardados para empezar un
proceso de familiarización y preparar al niño o niña para que abandone el hogar y luego la entrega del
menor, que constituye la entrega física del niño o niña a la madre y padre para que puedan brindarles
el hogar que estos habían sido privados y enlazar las emociones y sentimientos de padres e hijos.
Además, se acuerda como hemos señalado un periodo de seguimiento que tiene una duración de
meses y consiste en realización de visitas mensuales por parte del equipo del Ministerio de Familia,
Adolescencia y Niñez a fin de conocer la evolución y adaptación e identificación del padre y madre e
hijos. El equipo está obligado a informar al Consejo de los resultados.
Debemos reforzar señalando que el Consejo puede aprobar o denegar la adopción. En el primer caso,
el dictamen del Consejo es favorable las partes deben concurrir abrir la vía judicial para que por
sentencia firme el juez declare el vínculo de filiación y ordene la inscripción en el Registro del
Estado Civil de las Personas (art 259).
En el segundo caso, se niega o rechaza la adopción, las partes pueden recurrir de amparo conforme el
art. 232 párrafo tercero del Código de Familia, con el objeto de revisar la decisión del Consejo y
tratar de revocarla por no estar sustentada correctamente.
Referente a los extranjeros deben presentar documentos adicionales para instar la adopción de manera
judicial conforme el proceso el art. 254 Cf., además de reunir las condiciones personales y legales
para adoptar, exigidas por la ley de su país de origen, domicilio o residencia que no sean contrarios a
la ley nicaragüense y de presentar los documentos a que se refiere el artículo anterior, deben presentar
el resto de documentos como el estudio estudio bio-psico-social realizado por la Institución Estatal
competente, o agencia debidamente autorizadas por el Estado del país de origen, residencia o
domicilio.
Tratándose del último caso, el estudio bio- psico-social deberá estar acompañada con la licencia de la
agencia que lo realiza; la autorización para efectuar la adopción en la República de Nicaragua,
extendida por las autoridades competentes.
El certificado de preparación para ser madre o padre adoptivo, por la agencia que realizó el estudio; el
documento que acredite que las y los adoptantes extranjeros no residentes en su país de origen, tienen
al menos, tres años de residencia o domicilio en dicho país; el compromiso escrito de la institución
homóloga de enviar anualmente y durante los veintiún años subsiguientes, informes de los resultados
del seguimiento post-adopción y cualquier otro documento que el Consejo nacional de adopción
estimare necesario.
La documentación para el trámite de adopción deberá presentarse en original, acompañada de la
traducción al idioma español y para sus efectos legales, la misma deberá contener las auténticas de
Ley.
178
Jaime Alfonso Solís Romero
Capítulo IX.
67 Artículo 499C. En armonía con las disposiciones del Código de Familia se agregan términos tales como “jurídicas relativas a la edad, a la
incapacitación, la nacionalidad”, de igual manera se sustituye en la tercera línea “obligaciones civiles” por “deberes”.
181
Jaime Alfonso Solís Romero
compañero en unión de hecho estable, o sus parientes dentro del cuarto grado de consanguinidad o
segundo de afinidad, ni a confesarse culpable…”
La prevista en el art. 37 del Código Penal que se convierte ese parentesco o afinidad en su caso, como
atenuante o agravante es decir una circunstancia mixta para efectos de pena.
De igual manera el precepto legal del 197 CPP, que el familiar puede abstenerse de declarar contra el
procesado por una acción criminal cometida. En ese mismo orden de ideas el art. 470 CP, señala el
encubrimiento, como una acción penal autónoma y no como formas de participación de un hecho
delictivo, señala: “…Será penado con prisión de seis meses a tres años, quien, con conocimiento de la
comisión de un delito y sin haber intervenido en el mismo como autor o partícipe, intervenga con
posterioridad a su ejecución de algunos de los modos siguientes: inciso c) Ayude a los presuntos
responsables de un delito a eludir la investigación de la autoridad o de sus agentes, o a sustraerse a su
búsqueda o captura. En este caso se eximirá de responsabilidad penal al cónyuge o compañero en
unión de hecho estable, ascendientes, descendientes, hermanos o hermanas.
En conclusión, el Estado Civil es definido por Joserrand como la situación de una persona en relación
con las dos grandes agrupaciones sociales a que pertenecen: la nación y la familia y agrega: para
expresar el Estado civil de un individuo se dice por ejemplo (acoplamos el ejemplo a nuestra
realidad), que es nicaragüense, del sexo masculino o femenino, mayor de 18 años, hijo de, casado y
padre o madre de familia. El estado esta así determinado por una serie de elementos, tales como el
sexo, la edad, la filiación y se encuentra bajo la influencia de multitud de acontecimientos en primer
lugar y ante todo el nacimiento, la muerte, después el matrimonio, divorcio, adopción, emancipación,
etc., son datos realmente que informan sobre la capacidad también para el sufragio. Art. 263 Cf.68
Ahora bien, según la norma del CF en su art. 264 sobre la prueba es la vertida por el Registro del
Estado
68 Art. 263 CF. Tipos de estado familiar. En relación al matrimonio y la unión de hecho estable una persona puede tener cualquiera de los estados
familiares siguientes: casado o casada y soltera o soltero. Con respecto a la unión de hecho estable será: conviviente y soltera o soltero.
69 Art. 264 CF. Prueba del estado familiar mediante certificación. El estado familiar cualquiera que sea éste, deberá probarse mediante las certificaciones
de las inscripciones debidamente extendidas por la autoridad competente. Las certificaciones del Registro del Estado Civil de las Personas, podrán
impugnarse o rectificarse probando que la persona a que el documento se refiere no es la misma a la que se pretende aplicar, o la falsedad de las
declaraciones en ella consignadas.
182
Jaime Alfonso Solís Romero
identidad. El registro del nacimiento no sólo es un derecho humano fundamental, sino que también
contribuye a garantizar que se respeten otros derechos de los niños, como el derecho a la protección
contra la violencia y a recibir servicios sociales esenciales, entre ellos la atención de la salud y la
justicia. La información recopilada a partir de los registros de inscripción del nacimiento ayuda a los
gobiernos a decidir dónde y cómo deben emplear el dinero público, y en qué zonas se deben
concentrar para establecer programas de desarrollo como la educación y la inmunización. Ahora bien
cuál es la diferencia entre el registro del nacimiento y un certificado de nacimiento? En términos
generales, el registro del nacimiento es el proceso de inscribir oficialmente un nacimiento ante una
autoridad gubernamental, y un certificado de nacimiento es el documento que emite el Estado a los
padres o cuidadores como resultado de este proceso. Un certificado de nacimiento demuestra que se
ha producido el registro. Lo ideal es que el registro del nacimiento y los certificados de nacimiento se
produzcan de manera paralela. Sin embargo, debido a que los procesos de expedición de certificados
de nacimiento pueden variar según el lugar, es posible que, aunque el niño esté registrado, nunca
reciba un certificado de nacimiento.
Libro Tercero
Título I
De la Autoridad Parental
Capítulo I.
Sumario: 1. Concepto. 2. El deber u obligación de los hijos e hijas con respeto a la autoridad
parental o quien la ejerce. 3. Del ejercicio de la autoridad parental. 4. Representación legal del
hijo e hija. 5. La representación legal del Estado. 6. Representación legal de los hijos e hijas
cuando son padres y madres adolescentes. 7. Excepción a la representación legal ejercida por los
183
Jaime Alfonso Solís Romero
progenitores. 8. Deberes y facultades de las relaciones entre madre, padre, hijos e hija 9. La
representación legal exclusiva. 10. Obligaciones derivadas de la autoridad parental. 11. Protección a
la vida del hijo o hija en caso inminente de muerte. 12. Deber de convivencia del niño, niña y
adolescentes con sus progenitores. 13. Derecho de acceso al sistema educativo. 14.
Responsabilidad, derecho y deber de brindar dirección y orientación apropiada. 15. De la
administración de los bienes. 16. Rendición de la administración de los bienes de los hijos e
hijas. 17. Bienes exentos de administración por la autoridad y en su defecto y sucesivamente por
el otro progenitor o por un administrador nombrado por la autoridad judicial. 18. Modificación
de la administración de los bienes. 19. Obligación irrenunciable de la administración de los
bienes del niño, niña o adolescentes. 20. De la pérdida de la administración de los bienes de los
hijos, hijas o mayores de edad discapacitados. 21. Obligación de rendición de cuentas concluida
la administración. 22. Excepción a la relación madre, padre, hijo e hija. 23. Prohibición de
enajenación o gravamen de los bienes. 24. Causales de la suspensión autoridad parental. 25. La
pérdida de la autoridad parental. 26. Obligación de proporcionar alimentos. 27. Extinción de la
autoridad parental. 28. De las resoluciones que dicte la autoridad. 29. Cese de la suspensión de
la autoridad parental. 30. Extinción de la autoridad parental.
2. El deber u obligaciones de los hijos e hijas con respecto a la autoridad parental o quien la
ejerza (art. 268).
“Los hijos o hijas que sean niños, niñas o adolescentes no emancipados están bajo el cuidado del
padre y de la madre, o de quien ejerza autoridad parental, han de seguir sus orientaciones,
guardarles respeto y consideración. Los hijos e hijas mayores de edad deberán de asistir al
padre y madre o a quien ejerza autoridad parental, en circunstancias adversas y cuando sean
adultos mayores, además de contribuir a los gastos familiares. Estos derechos y obligaciones no
184
Jaime Alfonso Solís Romero
son excluyentes de los derechos y obligaciones que se encuentren establecidos en los
instrumentos y tratados internacionales y demás leyes relacionadas a las niñas, niños o
adolescentes, así como a las personas adultas mayores”. Comentarios
El precepto señalado debe armonizarse con el art. 73 párrafo 2do. Constitucional, expresa que los
hijos e hijas tienen obligación de respetar, ayudar, proteger y colaborar con sus padres.70
Esta regla ha sido extendida como lo dice el artículo antes referido no sólo con respecto a la autoridad
parental sino con respecto a las personas adultas mayores en situaciones adversas, la reciprocidad fue
debidamente marcada por el legislador al diseñar que no sólo el hijo o hija tiene la obligación de
ayudar económicamente y respetar a la autoridad parental sino una vez que adquieran la mayoría de
edad asistir, respetar, ayudar a la autoridad parental y en casos de necesidad, así vemos el espíritu del
art. 268 CF al señalar que los hijos o hijas que sean niños, niñas o adolescentes no emancipados están
bajo el cuidado del padre y de la madre, o de quien ejerza autoridad parental, han de seguir sus
orientaciones, guardarles respeto y consideración. Los hijos e hijas mayores de edad deberán de
asistir al padre y madre o a quien ejerza autoridad parental, en circunstancias adversas y cuando sean
adultos mayores, además de contribuir a los gastos familiares. 71 Estos derechos y obligaciones no son
excluyentes de los derechos y obligaciones que se encuentren establecidos en los instrumentos y
tratados internacionales y demás leyes relacionadas a las niñas, niños o adolescentes, así como a las
personas adultas mayores.
Capítulo II.
Comentarios
Este ejercicio corresponde a ambos, padre y madre que consiste en una regulación jurídica de los
derechos y deberes que se le reconocen al padre y a la madre sobre sus hijos y sus bienes. Por eso es
común observar la doctrina dos tipos de deberes; el moral que está desarrollado a la formativo y
material, que corresponde a la asistencia protectiva. Dichos intereses se pueden resumir
primordialmente que en interés de los hijos e hijas se les provea de la más sana formación psíquica,
espiritual, sociológica, ambiental y afectiva para un desarrollo integral el cual requiere un buen
ejemplo de su autoridad parental. Así de faltar uno de ellos padre o madre la ejercerá esa autoridad
70 Art. 73 Cn. Igualdad del hombre y la mujer. Las relaciones familiares descansan en el respeto, solidaridad e igualdad absoluta de derechos y
responsabilidades entre el hombre y la mujer. Los padres deben atender el mantenimiento del hogar y la formación integral de los hijos mediante el
esfuerzo común, con iguales derechos y responsabilidades. Los hijos, a su vez, están obligados a respetar y ayudar a sus padres. Estos deberes y
derechos se cumplirán de acuerdo con la legislación de la materia.
71 Art. 268 Cn. Obligaciones de los hijos c hijas con relación a sus progenitores o quien ejerza la autoridad parental Los hijos o hijas que sean niños,
niñas o adolescentes no emancipados están bajo el cuidado del padre y de la madre, o de quien ejerza autoridad parental, han de seguir sus orientaciones,
guardarles respeto y consideración. Los hijos e hijas mayores de edad deberán de asistir al padre y madre o a quien ejerza autoridad parental, en
circunstancias adversas y cuando sean adultos mayores, además de contribuir a los gastos familiares, Estos derechos y obligaciones no son excluyentes
de los derechos y obligaciones que se encuentren establecidos en los instrumentos y tratados internacionales y demás leyes relacionadas a las niñas,
niños o adolescentes, asi como a las personas adultas mayores.
185
Jaime Alfonso Solís Romero
quien esté presente, ya que como señala la norma la falta puede ser por ausencia, ignorancia del
paradero o por orden judicial; si ambos padres no pueden ejercer la autoridad parental, se tendrá que
hacer cargo por quien esté a cargo de la familia.
6. Representación legal de los hijos e hijas cuando son padres y madres adolescentes (art. 272).
“El padre y la madre que son adolescentes, ejercerán la autoridad parental sobre sus hijos e
hijas, pero la representación legal de los mismos, así como la administración de los bienes, será
asumida por los que tuvieren la autoridad parental de los padres que sean adolescentes, quienes
la ejercerán conjuntamente, hasta que adquieran capacidad jurídica plena”.72
72 Idem. Capacidad Jurídica. ¿Hasta dónde llega el alcance de la capacidad jurídica de los padres mayores de dieciséis años y menores de dieciocho
años, para adquirir derechos, contraer obligaciones y disponer libremente de su persona y bienes? En concordancia con los artículos 21 y 272 del Código
de Familia y artículo 2 del Código de la Niñez y Adolescencia. Se considera: De acuerdo al inciso c), del artículo referido, la madre y el padre menor de
dieciocho años y mayor de dieciséis años de edad, tienen pleno ejercicio de la capacidad jurídica para adquirir derechos, contraer obligaciones y
disponer libremente de su persona y bienes. La representación legal que hace referencia el artículo 272 del Código de Familia, tienen que realizarla los
progenitores de la madre o padre, que están entre los trece y dieciséis años no cumplidos. Se instruye: Esta edad se refiere para casos de familia y
186
Jaime Alfonso Solís Romero
Comentarios
Tratando de palear situaciones en que a diario observamos en nuestra cultura de padre y madre que
aún son adolescentes, estos ejercerán la autoridad parental sobre sus hijos e hijas, pero la
representación legal de los mismos, así como la administración de los bienes, será asumida por los
que tuvieren la autoridad parental del padre y de la madre que sean adolescentes, quienes la ejercerán
conjuntamente, hasta que adquieran capacidad jurídica plena. Existe una doble representación de
cuido hacia los hijos-adolescentes y sobre los hijos e hija de estos adolescentes, que estará a cargo de
una y otra manera por la autoridad parental de los adolescentes y obviamente por los hijos nacidos
hasta que alcance mayoría de edad o la capacidad jurídica plena.
8. Deberes y facultades de las relaciones entre madre, padre, hijo e hija (art. 274).
“El ejercicio de las relaciones entre madre, padre, hijo e hija y tutores o tutoras comprenden los
siguientes deberes y facultades: a) Proteger la vida, la integridad física, psíquica, moral y social
de sus hijas e hijos y tenerlos en su compañía. b) Suministrarles medios necesarios para su
desarrollo integral, proveyéndoles la alimentación adecuada, vestuario, vivienda y en general
los medios materiales necesarios para su desarrollo físico, la preservación de su salud y su
educación formal c) Velar por la estabilidad emocional, estimular el desarrollo de sus
capacidades de decisión en la familia y el sentido de responsabilidad social. d) Educarlos para
que participen en las labores compartidas en el hogar y prepararlos para el trabajo socialmente
digno. e) Orientar la formación de sus hijos o hijas en un plano de igualdad promoviendo
valores, hábitos, tradiciones y costumbres que fomenten el respeto, la solidaridad, la unidad y la
responsabilidad en la familia. f) Orientar adecuadamente a los hijos e hijas, pudiendo auxiliarse
de profesionales especializados, que podrán brindar asesoría psicopedagógica en centros
educativos o bien en la delegación del Ministerio de la Familia, Adolescencia y Niñez. g) Ejercer
civiles, no así para las materias penal, laboral, o para otra ley especial que regule edades.
187
Jaime Alfonso Solís Romero
la representación judicial y extrajudicial de sus hijos e hijas que sean niños, niñas o
adolescentes y personas declarados judicialmente incapaces. h) Administrar sus bienes”.
Comentarios
Conforme esta disposición el padre y la madre están obligados a suministrar los alimentos, ofrecerle
una formación integral de valores de los hijos, buscar su desarrollo y responsabilidad y en la
educación de los trabajos domésticos y decisiones familiares, tenerlos a sus hijas o hijos en su
compañía, educar a sus hijos, representarlos judicial y extrajudicialmente.
Así también es propio que corresponda en su conjunto a los progenitores administrar los bienes de los
hijos menores y entregárselos cuando alcancen la mayoría de edad, o declarados mayores de edad o
emancipados. La excepción la expresa la disposición anterior que estudiamos al señalar que esta
facultad de administrar los bienes de los adolescentes, entendido que convivan o estén casados y que
adquieran con su trabajo o industria, ni la facultad de enajenar o gravar el capital del adolescentes o
menor, excepto en los casos de necesidad y utilidad para él y para su grupo familiar debidamente
comprobados y autorizados judicialmente. Los actos contrarios a esta prohibición son nulos y no
producen, en consecuencia, efecto legal alguno. En caso de la modificación que sufra la propiedad
como el uso, usufructo, habitación, servidumbre y arrendamiento que los progenitores hagan de los
bienes del menor lleva implícita la condición que acabara cuando la hija o el hijo pueda disponer de
los bienes.
Capítulo III.
188
Jaime Alfonso Solís Romero
obligación. Los padres y las madres están obligados a cuidar la vida de sus hijos e hijas desde el
momento de su concepción.73
Comentarios
Esta disposición nada agradable para muchos padres ya que consideran un talón de Aquiles de
aquellos que se niegan otorgar una manutención al hijo e hija que aun alcanzando mayoría de edad
(18 años), no estando casado o conviviendo pero sigue estudiando de manera provechosa; es decir
debemos ser claros en cuanto a lo provechoso, es decir un rendimiento de tiempo y notas académicas
estándares o necesarias, no así del hijo o hija que alcanzando la mayoría de edad desaprovecha los
estudios y desea que el padre o madre le otorgue una pensión alimenticia para concluir sus estudios.
Debe resolverse de manera justa tanto para la autoridad parental y los hijos e hijas en tales
situaciones. Vemos la disposición al decir que si el hijo o la hija alcanzaran su mayoría de edad y
siguieren estudiando de manera provechosa tanto en tiempo como en rendimiento deberán
proporcionarle alimentos hasta que concluya sus estudios o haya adquirido una profesión u oficio.
Pero una vez cumplidos los veintiún años (21) cesará dicha obligación, la explicación de esta coletilla
no debe considerarse una ambigüedad de la norma, ya que el legislador quiso ponerle fin al hijo o
hija que arribó a la edad de 18 años pero siguió estudiando de forma provechosa y cumple los 21
años de edad; la severidad de la norma nos permite interpretar que pueden producirse causas ajenas
que el hijo o hija llegando a los 21 años todavía no haya concluidos sus estudios académico o siendo
una carrera universitaria de aquellas como por ejemplo medicina o bien estudiando una maestría o
doctorado requiera manutención del padre o la madre o de ambos. Esto lo vemos a diarios en los
tribunales de familia y que serán los judiciales que nos permitirán su aplicación justa.
No debemos olvidar que los padres y las madres están obligados a cuidar la vida de sus hijos e hijas
desde el momento de su concepción.85
maternidad responsable, caso fortuito, fuerza mayor y conflictos familiares que hayan incidido directamente en la no culminación de los estudios
técnicos o universitarios. El cumplimiento de los deberes alimentarios en todo el alcance de su contenido conforme el artículo 306 del Código de
Familia, corresponde a ambos progenitores siendo solidariamente responsables en la dirección de la persona del hijo o hija, lo cual es una de la
obligaciones derivadas de la filiación y regulada por la Autoridad parental en el Libro III del Código de Familia, donde los artículos 267 de la norma
precitada, establecen la obligación de mantener las relaciones afectivas y de trato personal que favorezcan el desarrollo integral del hijo o hija. El
progenitor que no ejerce de forma directa el cuido, es igualmente responsable porque el niño, niña o adolescente, haya aprendido a conducirse en la vida
y de manera especial en la realización de sus estudios de forma provechosa en cuanto al tiempo y rendimiento académico. Considerar el tiempo en que el
niño, niña o adolescente, culminó sus estudios secundarios, así como la edad en que inicia el estudio de la carrera universitaria o técnica. Se instruye: Las
autoridades judiciales en materia de Familia, deben valorar si los estudios formales o habilidades, han sido provechosos, y analizar en cada caso las
circunstancias particulares, para beneficio del desarrollo integral del hijo o hija.
85
44. Pensión Alimenticia de Niña o Niño por nacer. ¿El hijo e hija por nacer, tienen derecho a alimentos, solicitado por la madre proveniente de una
relación eventual? En concordancia con los artículos 23, 27, 71, 74 y 75 de la Constitución Política de Nicaragua; artículos 2 Inciso i), 7, 189, 316 y 319
del Código de Familia; artículos 12 y 34 del Código de la Niñez y Adolescencia, Decreto Presidencial 61-2011; Convención sobre la eliminación de
todas las formas de discriminación contra la mujer (CEDAW); Convención Interamericana para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra la
mujer (Convención BELEM DO PARÁ). Se considera: Se debe establecer pensión alimenticia de hijos e hijas que estén por nacer y sean concebidos de
relaciones eventuales, de no hacerlo, se violentan los derechos del niño o niña por nacer y los derechos de la mujer embarazada, derechos contenidos en
la Constitución Política, el Código de Familia, el Código de la Niñez y la Adolescencia, diferentes Tratados Internacionales de Derechos Humanos y
Políticas Públicas del Gobierno de Reconciliación y Unidad Nacional. Considerando lo que establece el artículo 7 del Código de Familia, "La
interpretación y aplicación de las disposiciones del presente Código se hará de conformidad a la Constitución Política de la República de Nicaragua, la
Declaración Universal de los Derechos Humanos, los Instrumentos Internacionales vigentes en el Estado de Nicaragua y los Principios rectores del
mismo Código". La Constitución Política de Nicaragua, señala:» Artículo 23: Derecho a la vida. > Artículo 27: Igualdad ante la ley y no discriminación,
incluyendo por motivo de nacimiento. > Artículo 71: Protección especial para la niñez y todos los derechos establecidos en la Convención sobre los
Derechos del niño. Artículo 74: El estado otorga protección especial al proceso de reproducción humana. Artículo 75: Todos los hijos e hijas tienen
iguales derechos y no habrá discriminación en materia de filiación, ninguna norma tiene valor sino reconoce la igualdad de los hijos e hijas. La
Convención sobre los Derechos del Niño y la Niña, suscrita y ratificada por Nicaragua y elevada a rango constitucional (artículo 71 de la Constitución
Política de Nicaragua), establece todos los derechos para todos los niños y niñas y uno de sus principios fundamentales es el de la "no discriminación".
El Código de Familia, en su artículo 189, refiere la igualdad de hijos e hijas, indicando que todos los hijos e hijas son iguales ante la Ley, tienen los
73 Circular de la CSJ.43. Pensión Alimenticia. ¿Qué criterios aplicarán las autoridades judiciales en materia de Familia, para mantener la pensión
alimenticia a los hijos e hijas mayores de veintiún años, que continúen estudiando? En concordancia con los artículos 267, 306, 316, 324, y 332 del
Código de Familia. Se considera: Los criterios que la autoridad judicial de familia, debe considerar para otorgar la pensión alimenticia, deben estar de
acuerdo a las circunstancias siguientes: Analizar las causas externas e internas del porque no ha concluido sus estudios de acuerdo a la edad y el ciclo
que corresponda, pudiendo ser estas: Tipo de carrera universitaria, problemas de salud, situación económica de los padres, ejercicio de paternidad y
189
Jaime Alfonso Solís Romero
mismos derechos y deberes. Además, en la legislación no tienen ningún valor las disposiciones, clasificaciones o calificaciones que disminuyan o
nieguen la igualdad de los hijos e hijas. En el artículo 2 Inciso i), del Código de Familia, relativo a los Principios rectores, se establece que todos los
procedimientos se tramitarán atendiendo el interés superior de la niñez y la adolescencia. Además, se entiende como interés superior del niño, niña y
adolescente, todo aquello que le favorezca en su pleno desarrollo físico, psicológico, moral, cultural y social, en consonancia con la evolución de sus
facultades que le beneficien en su máximo grado y en especial el reconocimiento, vigencia satisfacción y disfrute de sus derechos, libertades y garantías
de forma íntegra. El artículo 316 Inciso a), del Código de Familia establece que son personas menores de edad, los concebidos y no nacidos. El artículo
34 del Código de la Niñez y Adolescencia, establece que el Estado debe disponer de Políticas de atención prenatal, perinatal y postnatal para la mujer
embarazada, garantizando la protección a la niñez. Este mismo Código contiene el principio de protección de la vida, que es el bien social más
importante. El artículo 12 del Código de la Niñez y Adolescencia, expresa: "Las niñas, niños y adolescentes tienen derecho intrínseco a la vida desde su
concepción y a la protección del Estado a través de políticas que permitan su nacimiento, supervivencia, desarrollo integral y armonioso en condiciones
de una existencia digna". El Presidente Daniel Ortega Saavedra, aprobó una Política Pública refrendada por medio de un Decreto Presidencial,
denominada Política de Primera Infancia, en donde se establece la obligación del Estado y la sociedad de proteger a las niñas y niños desde la
concepción (Decreto No. 61-2011). Negarle alimentos a un niño o niña no nacido, que se concibe de una relación eventual, sería violentarle su derecho a
la vida, salud y seguridad alimentaria. La Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer (CEDAW), establece la
obligación de los Estados de eliminar cualquier disposición o práctica jurídica, social, cultural o institucional que violente derechos de la mujer, por
cualquier condición que ésta tenga, sea social, política, económica, religiosa, civil o familiar. La Convención Interamericana para prevenir, sancionar y
11. Protección a la vida del hijo o hija en caso inminente de muerte (art. 277).
“En defensa del derecho a la vida del niño, niña o adolescente, cuando sea necesaria la
hospitalización, tratamiento o intervención quirúrgica indispensable para proteger la salud o la
vida de niños, niñas o adolescentes, el médico tratante podrá intervenir o practicar, aun contra
la voluntad de los padres o responsables del mismo, si el niño, niña o adolescente se encuentre
en peligro inminente de muerte”.
Comentarios
El presente apartado concluye con un debate de siglos sobre las objeciones que un grupo religioso
aclamaba en la “supuesta defensa del derecho de la vida del niño, niña o adolescentes”, quienes de
forma radical se oponía a la intervención o tratamientos médicos para salvaguardar la vida de esos
menores. Considero en lo personal que ha sido atinente esta disposición corrigiendo males
innecesarios de personas amparados en toda clase de confusiones se negaban autorizar tratamientos
médicos.
12. Deber de convivencia del niño, niña y adolescente con sus progenitores (art. 278).
“El hijo o hija bajo la autoridad parental deberá vivir en compañía de su padre y madre o con
aquel que los tenga bajo su custodia. No pueden, sin su permiso dejar el hogar y si lo hicieren
podrán los padres hacerlo volver usando la ayuda adecuada ante el Ministerio de la Familia,
Adolescencia y Niñez o bien los juzgados competentes en caso de ser necesario. Siempre y
cuando sea para el interés superior de los hijos o hijas”. Comentarios
Esta obligación un tanto curiosa que prácticamente está dirigida al hijo o hija que se encuentra bajo la
autoridad parental por razones de no haber alcanzado la mayoría de edad, o por situaciones de
incapacidad, debe mantenerse en cuido y cohabitará en compañía de su padre y madre o con aquel
que los tenga bajo su custodia. Agrega tal disposición que no pueden, sin el permiso de su padre o
madre dejar el hogar y si lo hicieren podrán la autoridad parental hacerlo volver usando la adecuada
ayuda del Ministerio de la Familia, Adolescencia y Niñez o bien los Juzgados competentes en caso de
ser necesario. La salvedad ocurre en caso que su escape de las manos de la autoridad parental se
presente por algún tipo de maltrato o violencia regulada o castigos físicos y por tal razón las
autoridades deberán hacer las investigaciones y averiguaciones necesarias, para no vulnerar “el
interés superior de los hijos o hijas”. Téngase presente que adolescentes se fugan con sus novios o
novias también en estados de adolescentes con el sueño de conformar su hogar; lo que deberá ser
valorado como lo exponía.
190
Jaime Alfonso Solís Romero
“El padre o la madre procurarán educar y formar integralmente a sus hijos e hijas,
facilitándoles el acceso al sistema educativo y orientarles vocacionalmente a la elección de una
profesión u oficio. En caso que el hijo o hija tuviese alguna discapacidad deberán procurarles
educación especial o su rehabilitación en caso de ser necesario”. Comentarios
La presente norma constituye un deber-derecho que tiene el padre y madre de ofrecerle a los
descendientes una adecuada educación como principal herramienta para el desarrollo personal y
socio-económico de todo individuo y de ayudar u orientar, no de imponer una profesión u oficio a los
hijos e hijas, esto debe manejarse en la elección del centro educativo de su preferencia y a la vez de
erradicar la violencia contra la mujer, Convención BELEM DO PARÁ, establece como violencia contra la mujer "cualquier acción o conducta, basada en
su género, que cause muerte, daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico a la mujer, tanto en el ámbito público como en el privado". Negarle
alimentos a una mujer embarazada significaría violentarle el derecho a la vida, salud, seguridad, nutrición y sería un acto de violencia. Debe establecerse
como caso excepcional para decretar alimentos la presunción de paternidad. Por interés superior del niño o niña, se debe establecer una pensión
alimenticia, salvo prueba en contrario. Se instruye: Las autoridades judiciales, deben valorar lo establecido en los Convenios internacionales,
Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer (CEDAW), Convención Interamericana para prevenir, sancionar
y erradicar la violencia contra la mujer (Convención de Belem do Pará), y Convención sobre los Derechos de la niñez, para tomar las medidas que
favorezcan al niño o niña por nacer.
obligarse a que si la hija o hijo posea alguna discapacidad, de reconocer en principio tal desventaja
que enfrenta su hija o hijo y tratar de ubicarlos en centro especializados para la procura de facilitarle
un desarrollo más o menos normal del hijo o hija en el hogar y la sociedad.
14. Responsabilidad, derecho y deber de brindar dirección y orientación apropiada al hijo e hija
(art. 280).
“El padre, madre, o en su caso otros miembros de la familia, tutores u otras personas
encargadas legalmente del hijo o la hija, tienen la responsabilidad, el derecho y el deber de
impartir, en consonancia con la evolución de sus facultades, la dirección y orientación
apropiadas de sus representados, sin que se ponga en riesgo la salud, integridad física,
psicológica y dignidad personal de los mismos y bajo ninguna circunstancias se utilizará el
castigo físico o cualquier tipo de trato humillante como forma de corrección o disciplina. El
Ministerio de la Familia, Adolescencia y Niñez, en coordinación con otras instituciones del
Estado y la sociedad promoverá formas de disciplina positiva, participativa y no violenta, que
sean alternativas al castigo físico y otras formas de trato humillante”.
Comentarios
El punto a discusión es sobre la prohibición de la corrección física que el padre, madre, o en su caso
otros miembros de la familia, tutores u otras personas encargadas legalmente del hijo o la hija, para
supuestamente disciplinarlo. Las críticas amontones van hacer utilizada pero también encontraremos
a defensores, me permito entonces usar el estudio efectuado en un artículo sobre la guía infantil
colgada en Internet, que señala que el uso de la disciplina severa y castigo físico ha sido objeto de
investigación en los últimos años. La mayoría de los análisis ha probado que el castigo físico causa
más problemas que beneficios en los pequeños. Se mire por donde se mire, una 'torta', un 'cachete', un
'bofetón', o pegar a un niño o una niña, no es la fórmula sancionadora más efectiva para educar a los
pequeños. El castigo físico hace daño no solo ellos, como también a los padres y a toda la familia.
Los efectos y los riesgos, así como las consecuencias de una educación basada en la sanción física,
son visibles a los ojos de todos.
La evolución del derecho paterno de corrección parte del ius vita: et necis del antiguo derecho
romano, morigerado durante su evolución. Las Partidas determinaban que "el castigamiento debe ser
con mesura y con piedad" y que el padre debía "castigar a su hijo moderadamente" (Partida 4a, tít.
18, ley 18, y Partida T, tít. 8, ley 9, respectivamente). El artículo mencionado ha suprimido
respondiendo a la uniforme censura de la doctrina-la facultad que los antiguos texto que no fue
191
Jaime Alfonso Solís Romero
nuestro caso, daban a los padres hasta de hacer detener a los menores en establecimientos
correccionales hasta por un mes. Esa detención había sido calificada de ineficaz y brutal: ineficaz por
su corta duración, y brutal por la forma de llevarla a la práctica, en establecimientos inadecuados.
Por otra parte, existe la protección contra la violencia familiar que asegura los límites del derecho de
corrección al permitir a toda persona que sufra lesiones o maltrato físico o psíquico por parte de
alguno de los integrantes del grupo familiar -entendido por tal el originado en el matrimonio o en las
uniones de hecho-denunciar estos hechos en forma verbal o escrita ante el juez con competencia en
asuntos de familia y solicitar medidas cautelares conexas (art. 46 y sgtes. del CF). Cuando los
damnificados sean menores, los hechos deben ser denunciados por sus representantes legales o por el
Ministerio Público. También están obligados a efectuar la denuncia los servicios asistenciales sociales
o educativos, públicos o privados, los profesionales de la salud y todo funcionario público en razón
de su labor. El menor puede directamente poner en conocimiento de los hechos al Ministerio Público.
Según la literatura existe muchos efectos y de los castigos físicos a niños y niñas entre ellos: Paraliza
la iniciativa del niño, bloqueando su comportamiento y limitando su capacidad para resolver
problemas, no fomenta la autonomía de los niños, ofrece la actitud violenta como un modo válido
para resolver conflictos, daña su autoestima, genera sensación de minusvalía y promueve
expectativas negativas respecto así mismo, les enseña a ser víctimas. Equivocadamente, muchos
creen que la agresión hace más fuertes a las personas que la sufren y “los prepara mejor para la vida”,
pero sabemos que no sólo no les hace más fuertes, sino más proclives a convertirse repetidamente en
víctimas. También agrega la literatura que el castigo físico interfiere en sus procesos de aprendizaje y,
por lo tanto, en el desarrollo de su inteligencia, sus sentidos y su emotividad, invita a NO razonar. Al
excluir el diálogo y la reflexión, dificulta la capacidad para establecer relaciones causales entre su
comportamiento y las consecuencias que de él se derivan. Les hace sentir soledad, tristeza, y
abandono, incorporan a su forma de ver la vida una visión negativa de los demás y de la sociedad,
como un lugar amenazante. Crea un obstáculo, un impedimento en la comunicación entre padre e
hijos. Daña los vínculos emocionales creados entre ambos. Les hace sentir rabia, rencor, y ganas de
alejarse de casa. Engendra más violencia. Enseña que la violencia es un modo adecuado para resolver
los problemas. Pueden presentar dificultades para integrarse socialmente, es decir, para hacer amigos
y jugar con los demás niños. No se aprende a cooperar con las figuras de autoridad, se aprende a
someterse a las normas o a transgredirlas. Pueden sufrir daños físicos accidentales. Cuando alguien
pega, se le puede 'ir la mano' y provocar más daño del que esperaba.
También efecto de los castigos físicos en la madre y padre; El castigo físico puede producir ansiedad
y sentimiento de culpa, incluso cuando se considera correcta la aplicación de este tipo de castigo. -
La violencia se expande. El empleo del castigo físico aumenta la probabilidad de que los padres
muestren comportamientos violentos en el futuro en otros contextos con mayor frecuencia y más
intensidad. Impide su comunicación con los hijos y deteriora las relaciones familiares. Cuando usan
el castigo físico porque carecen de recursos alternativos, aparece una necesidad de justificación ante
sí mismo y ante la sociedad. Al malestar por los efectos de castigo físico en los niños y niñas se suma
la incomodidad de una posición incoherente o no fundamentada. La sociedad también tiene efecto de
los castigos físicos, la aplicación del castigo físico aumenta y legitima ante las nuevas generaciones el
uso de la violencia en la sociedad. Genera una doble moral. A los adultos no se les puede agredir, a
los niños y niñas sí. Puede romper lazos familiares, rompiendo la comunicación entre sus miembros,
e impidiendo que la familia se integre en la sociedad debido al contraste con la democracia. Dificulta
la protección de la infancia. Al permitir estas prácticas, la sociedad 'abandona' e ignora el derecho de
protección de los niños y niñas. Se educan ciudadanos sumisos, condicionados a ser siempre
víctimas.
192
Jaime Alfonso Solís Romero
El tema sobre el castigo físico a los hijos e hijas desde el punto de vista de la teología es categórico,
pero sobre para reflexión, debemos distinguir el antiguo testamento con las enseñanzas de amor,
solidaridad, ternura, paz que nos habló el Señor Jesús, pero sin agotar el tema y sin aligerarme en una
posición, exponemos más o menos lo que indico un renombrado Pastor evangélico nicaragüense el
pastor Omar Duarte, de la Iglesia Ríos de Agua Viva, señala: “…el castigo físico a los niños como
método de corrección no es malo siempre y cuando los padres lo apliquen con amor y no con odio. El
religioso señala que la misma biblia establece el castigo físico para evitar que los hijos caigan en la
necedad y en los malos caminos. La Biblia, en el libro de Proverbios capítulo 22 versículo 15, señala
que la necedad está ligada en el corazón del muchacho; más la vara de la corrección la alejara de él.
Para el Reverendo Omar Duarte, las sagradas escrituras nos dan la pauta de como los padres debemos
corregir el mal comportamiento de nuestros hijos. “Estos son pasajes de las sagradas escrituras que
nos dicen que a los hijos los podemos corregir físicamente siempre y cuando lo hagamos con amor y
no con odio, la corrección física se puede aplicar sin maltratar al menor”, explicó el Reverendo
Duarte.
La última encuesta de opinión realizada por la firma MyR, el 80.6% de los encuestados aprueba el
castigo físico como medida de corrección a los niños, sin embargo, la opinión de los consultados
cambia, cuando se les pregunta; si los maestros también pueden aplicar el castigo físico como
correctivo. “Los maestros no estamos para infringir castigo corporal a los niños y niñas, nosotros
como educadores tenemos la responsabilidad y la autoridad y disciplinar a través de la aplicación de
valores”, manifestó José Antonio Zepeda, Secretario General ANDEN”.
Creo que la discusión estará abierta durante mucho tiempo, y no me atrevo ni a vaticinar en que
podría concluir, mientras tanto la norma formalmente existe y está vigente.
Los arts, 281 y 282 del Código de Familia, regula la obligación del padre y la madre respecto a los
lazos de afecto y no alejarse del cuido y crianza de los hijos e hijas con independencia de una ruptura
o separación de la pareja, aún el deber de que los menores mantenga lazos o vínculos con el resto de
la familia paternal o maternal y en eso la autoridad parental pueden concurrir al Ministerio de la
Familia, Niñez y Adolescencia, de mostrarse renuente algunos de las parejas para que el Ministerio
busque una salida de entendimiento, sin perjuicio de que se pueda concurrir a los Tribunales de
Justicia competente. El art. 283 CF es más puntual y refiere que en caso de una separación de la
pareja los menores que no vivan con su padre o madre tendrán derecho como mínimo a relacionarse
con sus progenitores un fin de semana cada quince días y durante las vacaciones escolares, de
navidad y fin de año, de forma equitativa entre el padre y la madre, salvo que sea contrario al
principio del interés superior de la hija o hijo. La disposición familiar enfatiza ciertas excepciones de
la ya conocidas. El régimen de visitas o la equidad del cuido de los hijos e hijas como se señaló
puede ser acordada en sede administrativa o Judicial, en ambas no causa estado si cambian las
circunstancias.
El art. 284 CF, refleja una constante preocupación del Estado de los menores que infrinja normas
penales y les recuerda el deber que tienen en las medidas que se le otorgue a fin de procurar su pronta
estabilidad psíquica, psicológica, y socio-educativa, y aún llama al deber de la autoridad parental
cuando los mismos pasan por estados de enfermedades crónicas, tratamientos o mantengan alguna
discapacidad.
Capítulo IV.
16. Rendición de la administración de los bienes de los hijos e hijas (art. 286).
“Los padres y las madres entregarán a sus hijos o hijas cuando adquieran la mayoría de edad o
a las personas que les reemplace en la administración, todos los bienes y frutos que les
pertenezcan y rendirá cuentas de dicha administración”.
Comentarios
Los progenitores que administraban los bienes de sus hijos que se encontraban en minoría, estos una
vez alcanzada la mayoría de edad o fuesen remplazados en la administración de los bienes tendrán
que hacer entrega de esos bienes, de todos sus frutos que le pertenezcan y por tal razón están
obligados a rendir cuenta de esa administración. De encontrarse actos de desplazamientos de bienes
contrario a la Ley o bien negocios incompatibles el padre o la madre tendrán que responder
judicialmente por su mala actuación.
Comentarios
Estos son resultantes que el supuesto donante, causante u otro disponga la condición de entregar
bienes a los que no fuesen sus hijos e hijas con los términos de que la autoridad parental no pueda
administrarlos.
b) Los bienes del hijo o hija adquiridos por sucesión en que el padre, la madre o ambos no
hubieren podido heredar por causa de indignidad, que serán administrados por la persona
designada por el causante y en su defecto y sucesivamente por el otro progenitor o por un
administrador nombrado por la autoridad judicial.
Comentarios
La indignidad, indecencia o inmoralidad es una causal para que el padre o la madre en ese estado, y
sin haberse declarado por la autoridad judicial, le imposibilite hacerse cargo de los bienes (muebles,
acciones, joyas, dinero o inmuebles, valores etc.) que le correspondiese a ellos (autoridad parental)
como llamados a esa sucesión, pero por su indignidad con respeto al sujeto que ha realizado la
sucesión no fuesen sido llamados como herederos; ordenando la ley que si los hijos la adquieren
quedarán impedido su padre o madre a la administración de los bienes, y será otorgado a la personas
que dispuso el causante distinta a la autoridad parental, y la designada por la autoridad judicial,
mientras los menores arriban a la edad para la administración de sus bienes. Entiéndase que la
indignidad no es respeto del padre o madre a los hijos e hijas sino respeto al sujeto causante con el
padre o la madre de los menores, y quien decide disponer su herencia para los menores, Pero los
194
Jaime Alfonso Solís Romero
llamados a la sucesión fuesen el padre o la madre, pero por ese estado de indignidad no pudieron
heredar muchos menos podrán administrar los bienes a través de la sucesión entregada a sus hijos e
hijas. A contrario sensu, acarrearía un fraude a la ley de permitir que los indignos le fuese permitido
adquirir los bienes y lo pretendan hacer por esta vía, se vulneraría la voluntad y decisión del causante.
Graficando el caso el abuelo o abuela que decide hacer entrega de sus bienes a su muerte a los nietos
y no a sus hijos por haberse sentido maltratado, irrespetado, y disponga a la persona que le confiará la
administración de los bienes para con sus nietos, o bien en el entendido que persona alguna se oponga
a que administren los bienes el padre o la madre de los menores por su estado de indignidad con
respeto al que efectúa la sucesión.
c) Los bienes que el hijo o hija hubiere adquirido con su talento o arte.
Comentarios
Consiste en el menor que habiendo adquirido bienes por su trabajo sea esto industrial, intelectual
pueda administrarlo y disponer de los mismos producto de su aptitud.
Los actos de administración ordinaria serán realizados por el hijo o hija que necesitará el
consentimiento de la madre y el padre para que accedan a ella”.
19. Obligación irrenunciable de la administración de los bienes del niño, niña o adolescente (art.
289).
“El padre y la madre no podrán renunciar a los derechos de los cuales los hijos o hijas sean
titulares, ni enajenar o gravar sus bienes inmuebles, establecimientos mercantiles o industriales
ni objetos de extraordinario valor, sino por causa justificada de utilidad o necesidad del hijo o
hija y previa autorización de la autoridad judicial con audiencia a la Procuraduría nacional de
la familia”.
Comentarios
Queda vedado al padre o la madre que tenga la representación del hijo o hija de declinar de los
derechos donde sean titulares, menos venderlos o donarlos, o cualquier otro acto jurídico, entre esto
gravarlo, prendarlo, hipotecarlos, etc., al menos que sea con autorización de la autoridad judicial,
como hemos señalado anteriormente.
20. De la pérdida de la administración de los bienes de los hijos, hijas o mayores discapacitados
(art. 290).
“El padre o la madre perderá la administración de los bienes del hijo, hija o mayor
discapacitado cuando pongan en peligro el patrimonio, sea ruinosa, se pruebe ineptitud para
administrarlos o cuando se hallen reducidos a estado de insolvencia o concurso judicial de sus
acreedores. La autoridad judicial de oficio o a solicitud de los parientes dentro del cuarto grado
de consanguinidad o del procurador de familia, procederá a la remoción. Removido uno de los
195
Jaime Alfonso Solís Romero
progenitores de la administración de los bienes, la autoridad judicial la encargará al otro u
otra, sí se suspende a ambos, nombrará un administrador, tutor o tutora especialmente
designado”. Comentarios
Tal disposición es sumamente clara, entendible, y no requiere mayor explicación más que señalar que
el padre o la madre que se demuestre una negligencia o ineptitud para la administración de los bienes
del hijo e hija la autoridad judicial a solicitud de los parientes o de oficio lo removerá, en el orden de
preferencia del padre o la madre que no la ostentaba y no haber sido inculpados ambos padre y madre
o bien no poder ejercerla de manera justificada se tendrá que nombrar a un administrador, o bien un
tutor o tutora especialmente designado.
196
Jaime Alfonso Solís Romero
establecimientos comerciales o industriales, tomar y despedir personal y, en general, celebrar
cualquier contrato relativo a la administración de los bienes.
En otro aspecto se deja la salvedad que se requiera de autorización judicial cuando el tutor o tutora
que no son el padre o la madre para recibir en nombre de sus representados donación, herencia, ya
que el acervo de bienes aumentará y vendrán obviamente mayores cargas en sus casos en la
administración de bienes y nuestra legislación abiertamente no lo mencionó, pensamos que va hacer
un punto que deberán irse imponiendo con las resoluciones de las autoridades de familia.
Capítulo V.
g) Someta al menor al maltrato físico, psíquico o morales, capaces de lesionar su salud, su integridad
física o su dignidad. Esta situación no solo es reprimible por la vía familiar, sino que constituye un
hecho delictivo.
Podrá la autoridad judicial competente proceder a petición de cualquier pariente del hijo o hija, de
ellos mismos, del Procurador Nacional de la Familia y aun de oficio.
198
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Comentarios
199
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Aún la puesta en peligro, el grave daños, el maltrato físico o psicológico entre otros que practiquen el
padre o la madre contra sus hijos e hijas esa suspensión o pérdida de la autoridad parental no exime al
padre y a la madre de la obligación de proporcionar alimentos a sus hijos o hijas. Aunque vale aclarar
en el caso del enfermo físico o psicológico, que no tenga bienes para alimentar a los hijos que es lo
más común que enfrentarán la autoridad judicial.
Capítulo VI.
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Jaime Alfonso Solís Romero
la edad que hace mayor, con lo que la mayoría de edad adquiere el valor sustantivo de ser una edad
creadora y la única que crea por sí sola, el estado en que goza de la plenitud de la capacidad.
3. Antecedentes
Para comprobar lo dicho bastará recordar algunos hechos bien conocidos y también puede ser de
interés observar cómo se prepara y su produce el cambio del sistema antiguo al actual.
En Roma desde hace mucho tiempo se dice que se alcanzaba la mayoría de edad a los veinticinco
años,
esta terminología tiene su apoyo en el mismo Derecho Romano, pero encierra el peligro en confundir
el significado delimitado que en el derecho romano tenía con el amplísimo que hoy tiene la mayoría
de edad. El Romano mayor de veinticinco años mientras fuese “filius familias”, era alienis iuris
careciendo de independencia personal y patrimonial, y no tenía capacidad para testar y estar en juicio.
Respecto a los mismos sui iuris, la edad de los veinticinco años no es la más importante, ya que tiene
mayor significado la distinción entre prima et secunda aetas, pues esta última suponía la
independencia personal y patrimonial de quien dejaba de ser pupilo y sometido a tutela.
La condición del púber minor es la de una persona independiente personal y patrimonial, aunque
protegida por reglas especiales frente al engaño y que, además, podía pedir el nombramiento de un
curador. Debiendo advertirse que la independencia y la protección se derivan de instituciones
distintas, por lo que no coinciden en sus requisitos ni en sus efectos, al contrario de lo que ocurre con
la moderna mayoría de edad. En el Derecho germánico, como en el Derecho anterior a la lex
plaetoria, la edad fundamental era la de la pubertad, pero no tenía el significado de una mayoría de
edad, pues al llegar su año no se salía del poder del padre o jefe de familia. Aun cuando también
admite junto a la anterior otra edad superior, aquella hasta la que se podía permanecer en tutela
(llegar a su día), tampoco era decisiva. El hecho más importante era la salida del hijo de la casa
paterna, el establecimiento de un propio hogar, en especial por el matrimonio. La serie de edades que
se citan generalmente no se pueden considerar como de mayoría, pues la independencia jurídica no se
logra solo con la edad y tampoco la situación de plenamente responsable coincide con la emancipado;
en fin, las más de las edades tenidas en cuenta y citadas se refieren a la capacidad para actos
especiales y hasta de carácter excepcional.
En el antiguo Derecho Español los textos se encuentran citadas un número considerables de edades. A
nuestro limitado objeto solo le interesa recordar las que aclaren la evolución general. En el fuero
juzgo se encuentra la distinción de dos edades básicas, como en otros Derechos germánicos: la de la
pubertad, catorce años, en la que se puede salir de la guarda, hacer mandas y promesas y ser testigo y
la perfecta aeta, veinte años en la que puede ser guardador de los hermanos y reclamar al padre la
herencia de la madre. Ambas tienen el mismo carácter, señalado en el Derecho germánico, de su falta
de generalidad y automatismo, y el que junto a ellas funciona, como causa general de independencia
del poder paterno, el que el hijo o la hija se case. Pronto después del comienzo de la reconquista
debió de jugar el doble influjo germánico y romanista, y en cada uno de los nuevos reinos
peninsulares se hará sentir con diversas intensidades, hasta consolidarse en diversos sistemas, de
contornos no siempre claros.
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Importa determinar sólo cuando se tienen los dieciocho años y la ley lo indica claramente al hablar de
los años cumplidos y decir que el día del nacimiento se computará, a tales efectos, como día
completo.
78 La declaración judicial será decretada por el juez o jueza de familia competente a solicitud del interesado o de la interesada de dieciséis años
cumplidos, oído el parecer de quien o quienes le representen legalmente y de la Procuraduría nacional de la familia y sólo podrá tener lugar cuando
favorezca evidentemente los intereses del o la adolescente. Se tramitará por el proceso común especial de familia que establece el presente Código, en el
que debe comprobarse, previo dictamen médico legal c informe del Consejo técnico asesor, que él ó la adolescente reúne suficientes aptitudes físicas,
intelectuales, morales y capacidad de auto sostenimiento para entrar en el goce de la mayoría de edad.
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La declaración judicial será decretada por el juez o jueza de familia competente a solicitud del
interesado o de la interesada de dieciséis años cumplidos, oído el parecer de quien o quienes le
representen legalmente y de la Procuraduría nacional de la familia y sólo podrá tener lugar cuando
favorezca evidentemente los intereses del o la adolescente. Se tramitará por el proceso común
especial de familia que establece el presente Código, en el que debe comprobarse, previo dictamen
médico legal e informe del Consejo técnico asesor, que él o la adolescente reúne suficientes aptitudes
físicas, intelectuales, morales y capacidad de auto sostenimiento para entrar en el goce de la mayoría
de edad.
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Jaime Alfonso Solís Romero
también faltos de inteligencia; c) pubertati proximus, cuando ya entiende y puede actuar por sí y con
la autoridad del curador puede obligarse. Estos distingos pierden su valor cuando respecto a todo
pupillus que pueda hablar propter utilitatem eum se da eficacia a sus actos, que quedan a la condición
de claudicantes. Los púberes se distinguían en mayores y menores de veinticinco años; a estos se le
da la facultad de pedir, o se les impone un curador, y desde la lex plaetoria son protegidos frente al
engaño y por obra del pretor se crea en su favor el beneficio de la restitutio in integrum. En la
formación de la doctrina moderna sobre la menor de edad serán decisivos los distingos del Derecho
romano. El Derecho germánico por conservar viva la idea de la gran familia, no tuvo por qué
ocuparse directamente del menor sui iuris; solo para interesarle cuándo éste puede realizar actos
mortis causa que decidan si sus bienes van a la familia paterna o a la materna. En cambio, su influjo
indirecto será grande al difundirse la emancipación por vida independiente del hijo. De todos modos,
la minoría como figura jurídica que afecta a toda persona de cortos años, este o no bajo la potestad de
la madre o figura paterna, pudo nacer y desarrollarse gracias a las concepciones cristiana, que enseña
que el hijo (a) empieza a ser suyo, a ser persona capaz de obrar por sí y para sí, desde que comienza a
tener razón. En los países más influenciados por el Derecho germánico se negará la existencia de la
mal llamada patria potestad, y en los que conservan la terminología romana la patria potestad se
modela a ejemplo de la tutela. De aquí que, de un modo más o menos claro, se va ya gradualmente
generalizando en el Derecho moderno, la idea de que el menor goza en todo caso de una especial
protección jurídica. En el Derecho Español, conforme a la doctrina común, la situación del menor se
consideraba en dos relaciones básicas: la de su dependencia y la de protección. La dependencia al
padre, al tutor y al curador son reducidas en cierto modo a un común denominador: el amparo del o la
menor. Esto lleva al reconocimiento de la capacidad negocial del menor, en cuanto sea compatible
con el poder que sobre sus bienes tenga su guardador y en cuanto lo consienta el desarrollo de su
inteligencia. El menor, como persona, es capaz de obrar jurídicamente desde que tiene conocimiento
de lo que hace y sabe hablar, pues es libre y capaz de consejo. Esta capacidad de obrar estaba
limitada en cuanto el menor es persona protegida por el Derecho, amparo que se manifiesta en estas
dos figuras:
a) El o la pupilo puede, sin autorización del tutor, mejorar su condición, realizar todos los actos
que le beneficien y celebrar contratos bilaterales; pero obliga a los demás, sin quedar él mismo
obligado.
b) El o la menor impúber o adulto, en todo caso actúa por sí o autorizado por el tutor o curador,
puede pedir la restitución, si es lesionado.
A los hijos de familia y a los menores con tutor o curador se les prohibió además tomar o sacar en
fiada plata, mercadería o cualquier género de cosas. Disposición que, a pesar de su letra, pero
conforme a su espíritu, se interpretó no como anulatoria de estos contratos por contrario a la ley, sino
como dados para proteger al menor y a su familia y, por tanto, como anulables sólo por el hijo de
familia, menor, padre, tutor o curador y obligado en otro caso a los mercaderes.
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Libro Cuarto
Título I
Los Alimentos
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Capítulo I.
Disposiciones generales
79 Rossel Saveedra Enrique, Manual de Derecho de Familia, Santiago de Chile, Editorial Jurídica de Chile, 1994, Séptima edición actualizada, pag. 334.
80 RAMOS Pazos, René, “Derecho de Familia”, Santiago de Chile, Editorial Jurídica de Chile, año 2000, tercera edición actualizada, Tomo II, p. 499.
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necesarios para el núcleo familiar o para las personas que estamos obligadas a suministrar alimentos.
Pero este auxilio de la prestación de los alimentos, dependerá de los recursos económicos con que
cuenta el alimentante y de las necesidades del alimentario, adecuadas las mismas a sus condiciones
actuales y potenciales.
Una de la características de la obligación alimentaria, es la obligación recíproca, esta característica
que distingue a la obligación de dar alimentos de los demás obligados, puesto que el obligado a dar
los alimentos tiene a su vez el derecho de pedirlos de manera que, en cualquier momento, el acreedor
puede convertirse en deudor, esta situación se presenta en el hecho de que la prestación depende de la
necesidad del que ejecuta la acción y de la posibilidad económica del que debe darla. De igual
manera se fundamenta su reciprocidad en el parentesco o en relación matrimonial o de una unión que
es donde surge la prestación alimenticia.
En las pensiones alimenticias, las resoluciones que recaigan sobre esta materia, no adquieren el
carácter de definitivas; ya que están sujetas a cambios en cuanto al monto de la pensión, según sea la
necesidad del que los pide y las posibilidades del obligado a suministrarlas, así como a cambios en
los sujetos activos y pasivos.
6. Intransferible (art.311).
“Que no puede transferirse a ninguna otra persona el derecho a exigir alimentos”.
Algunos autores sostienen que los alimentos son intransigible e intransferible, ya que consideran que
es un derecho que no puede cederse, venderse ni enajenarse en forma alguna, tampoco es
transmisible por causa de muerte. Esta obligación se extingue con la muerte del deudor alimentario o
con el fallecimiento del acreedor. En caso de muerte del deudor, el acreedor podrá pedirlas a otro
pariente de los cuales señala el código de familia. Además, que no puede ser objeto de transacción
alguna. La ley prohíbe la transacción en este tipo de obligación, no pudiendo entonces las partes
terminar con la controversia haciéndose recíprocas concesiones, puesto que en materia de alimentos
no puede haber duda en su alcance y exigibilidad del derecho. En la transacción la persona necesitada
podría recibir prestaciones inferiores de las que debería de tener derecho, frustrándose así el fin
proteccionista y humanitario que se persigue.
81 Mezas Barros Ramón, Manual de Derecho de Familia, Santiago de Chile, 1979, Segunda edición, tomo II, página 706.
82 Juric Cerda Daniel, La relación jurídica alimentaria, Apuntes proporcionado en Diplomado, Universidad de Chile, Facultad de Derecho, año 2005,
pag, 7.
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7. No compensación, crédito privilegiado y preferente (art. 312).
“El juez o jueza no autorizará ninguna forma de compensación de la prestación alimentaría,
con ningún tipo de deuda. La prestación alimentaria será privilegiada y preferente sobre
cualquier otra obligación del alimentante aun cuando exista sentencia ejecutoriada por una
deuda anterior”. Comentarios
Se define por el derecho que la compensación es la devolución de una deuda pendiente con una
persona o empresa. Puede ser a través de un abono monetario o de la entrega de un objeto o titulo
financiero que tenga el mismo valor del crédito, también es una especie de indemnización. Mientras
el crédito deriva del latín credititus, que significa ‘confianza’, por ende, un crédito es el derecho que
tiene el acreedor a recibir de parte del deudor, la cantidad prestada. Razón por la que la pensión de
alimentos es un crédito privilegiado que erige contra cualquier tipo de crédito.
Capítulo II.
83 Sentencia de la Sala Civil de la CSJ, No. 132 de las 12 m, del 1 de diciembre de 1998, Considerando Único.
212
Jaime Alfonso Solís Romero
Los alimentos según el espíritu de la norma se fundamentan en la familia. Téngase en cuenta que se
mantiene o mejor dicho se reconoce la historicidad de que el trabajo doméstico o los realizado en los
quehaceres del hogar de la familia es parte de la contribución de la manutención, aunque no se aporte
dinero.
213
Jaime Alfonso Solís Romero
“b) El o la cónyuge o conviviente mientras no tenga para su congrua sustentación; No hay
discriminación, se puede exigir alimentos el cónyuge varón como a la cónyuge mujer”.
Comentarios
Debemos saber diferencia que él o la cónyuge o conviviente lo que tiene derecho es a una pensión
compensatoria y no a una pensión de alimentos. Posteriormente lo estudiaremos.
“c) A los hermanos y hermanas, a los ascendientes y descendiente hasta el segundo grado de
consanguinidad, cuando se encuentren en estado de necesidad o desamparo. Si la persona
llamada en grado anterior a la prestación no estuviera en condiciones de soportar la carga en
todo o en parte, dicha obligación será puesta en todo o en parte a cargo de las personas
llamadas en grado posterior. Cuando recaiga sobre dos o más personas la obligación de dar
alimentos, se repartirá entre ellas el pago de la pensión en cantidad proporcional a sus ingresos
y capital. Cuando recaiga sobre dos o más personas la obligación de dar alimentos, se repartirá
entre ellas el pago de la pensión en cantidad proporcional a sus ingresos y capital. En caso de
que la demanda recayera sobre uno de los obligados, este podrá solicitar se amplíe la demanda
en contra de los otros obligados”.
Comentarios
Se debe, conforme al derecho de familia alimentos a los hermanos u hermanas necesitados que son
nuestras parientes colaterales, al hijo con respecto al padre y madre, y abuelos y abuelas, que son
nuestros ascendientes el hijo o hija con respecto al padre o madre presenta un grado vertical y
ascendente y con relación al abuelo o abuela constituye un segundo grado también vertical y
ascendente. Mientras los descendientes son los hijos e hijas e incluso sobre la óptica de inicio
incluimos a los nietos y nietas. Señala la norma que en caso de que el llamado inmediato (anterior) a
otorgar alimentos no pueda en todo o en parte lo debe hacer el siguiente (posterior); graficando dicha
situación podríamos decir que en el caso del padre o madre que demande pensión de alimento al hijo
o hija, este mismo no pudiera o se encontrare imposibilitado a no cumplir se demanda al otro
hermano u hermana o bien al nieto o nieta con posibilidades de otorgar la pensión alimenticia. Otra
alternativa jurídica ofrecida por la Ley es que en caso de que la pensión alimenticia se encuentra
compartida entre varios obligados se hará en parte no iguales SINO PROPORCIONAL a sus ingresos
y capital; otra manera, sería en el caso de ser demandado este podrá solicitar se amplíe la demanda en
contra de los otros obligados.
12. Derecho a demandar alimentos, aunque los padres no estén separados (art. 317).
“Él o la cónyuge o el o la conviviente, podrán demandar alimentos para sí y sus hijos e hijas y
mayores discapacitados, aunque no se encuentren separados”. Comentarios
Esta disposición jurídica está enmarcada a la realidad que se vive en nuestra sociedad, una norma
atinente por la falta de proveer los suficiente dinero para la manutención de los hijos e hijas por parte
de la autoridad parental, vemos muchos hogares que sobre todo el varón-padre que aun habitando y
conviviendo con el cónyuge o unido y los hijos no es suficiente conforme a sus ingresos y capital lo
que otorga voluntariamente y consensuadamente o bien podría darse el caso de que uno de los
cónyuges se encuentra fuera del hogar pero dentro del país y quiera desobligarse de la manutención
del hogar; de tal manera que ante la inconformidad de la pareja puede optar en demandarlo para
solicitar una digna y justa pensión alimenticia, aún fuera de las situaciones comunes y normales que
se demanda pensión en separaciones conyugales o de convivientes, este podría constituir una parte
del espíritu de la norma y citar estos ejemplos de los que puedan abundar en la praxis.
214
Jaime Alfonso Solís Romero
13. Prelación en el régimen de alimentos (art. 318).
“Los alimentos se deben en la parte en que los bienes y el trabajo del alimentista no alcancen a
satisfacer sus propias necesidades. Si los recursos del alimentante no alcanzaren a satisfacer las
necesidades de todos sus acreedores alimentistas, deberá satisfacerlas en el orden establecido en
este Código”. Comentarios
Los alimentos se deben en la parte en que los bienes y el trabajo del alimentista no alcancen a
satisfacer sus propias necesidades. Es decir que el alimentista (hijos, esposa etc.) acreedor de la
pensión de alimentos tienen ingresos, pero no son suficientes para sus necesidades, es allí que por
justicia se incluye complementarlo el deudor alimentante (padre, madre), pero en caso de que no
tienen suficientes económico el alimentante y no alcanzare a satisfacer las necesidades de todos sus
acreedores alimentistas, deberá satisfacerlas en el orden establecido en este Código. El orden
establecido en el Código de Familia lo señala el art. 316 ya explicado.
14. Derecho a demandar alimentos antes del nacimiento del hijo o hija (art. 319).
“La madre podrá solicitar alimentos para el hijo o hija que está por nacer cuando éste hubiese
sido concebido antes o durante los doscientos sesenta días a la separación de los cónyuges o
convivientes, salvo prueba en contrario la que se tramitará como incidente”.
Comentarios
Es una novedad que la Ley de alimentos no contemplaba, pero ahora el CF señala que, en el caso de
la ruptura del matrimonio o la convivencia, se podrá solicitar alimentos para el hijo e hija que está
por nacer siempre que hubiese sido concebido antes o durante los 265 días a la separación de la
pareja. La excepción es la oposición que pueda efectuar el cónyuge varón alegando alguna situación
de imposibilidad que el hijo e hija que está por nacer no lo pudo engendrar, por ser estéril
debidamente comprobado, impotencia sexual, etc.
215
Jaime Alfonso Solís Romero
la parte interesada hacerla efectiva hasta con la advertencia de no cumplirla su arresto o prisión
(apremio corporal).84/85
De acuerdo con la norma se debe tener en cuenta que la finalidad de la prestación alimentaria es
satisfacer una necesidad real, actual e impostergable, sería contrario a este objetivo admitir la
acumulación de cuotas que no fueron oportunamente reclamadas, haciendo más onerosa la condición
del alimentante, exponiéndolo al cobro sorpresivo de sumas que la misma conducta del alimentista
pone de manifiesto que no hicieron falta. Por lo tanto, si transcurre un tiempo prudencial y suficiente,
(doce meses) se podría llegar a considerar la presunción de falta de necesidad como determinante de
la inactividad procesal. Por lo tanto, no se justifica mantener viva durante un periodo de tiempo una
acreencia que presupone una necesidad. “El legislador en su búsqueda de la seguridad jurídica ha
considerado que, tratándose de un derecho de tal naturaleza, el cobro de la pensión tiene que hacerse
dentro del corto plazo que la norma prevé. Me parece así una determinación justa”. La excepción
sería la demostración de que como en el caso concreto, mediaron circunstancias que permitieron
inferir que el alimentista, aún, necesitando los alimentos, se encontró dificultado o impedido de
reclamar por los atrasos, motivo por el cual, la inactividad procesal no podría interpretarse como
desinterés o falta de necesidad, sino todo lo contrario.
84 Acuerdo 107 de la CSJ. Apremio Corporal. ¿Cuál es el procedimiento para decretar apremio corporal, cuando existen pensiones alimenticias
atrasadas hasta por doce meses? En concordancia con los artículos 309, 312, 313, 320 y 558 del Código de Familia. Se considera: El artículo 309 del
Código de Familia, dice: Siempre está vigente la obligación de dar alimentos, aunque prescriban el pago de las pensiones alimenticias atrasadas después
de doce meses. El Juez o Jueza, no autorizará ninguna forma de compensación de la prestación alimentaria, con ningún tipo de deuda. La prestación
alimentaria, será privilegiada y preferente sobre cualquier otra obligación del alimentante, aun cuando exista sentencia ejecutada por una deuda anterior.
El artículo 313 del Código de Familia, establece el derecho a reclamar alimentos hasta doce meses atrasados cuando nunca han sido reclamados ni
declarados por sentencia judicial o conciliación administrativa. El artículo 320 del Código de Familia, regula el decreto de apremio corporal para
reclamar pensiones atrasadas incumplidas, hasta por un período de 12 meses. El artículo 558 del Código de Familia, señala las medidas de ejecución que
puede adoptar la autoridad judicial, para asegurar el cumplimiento de la sentencia, entre ellas, el apremio corporal. Se instruye: El apremio corporal lo
decreta el Juez de familia, en el proceso de ejecución de sentencia o en la audiencia de ejecución desde el momento del incumplimiento del pago de la
pensión.
85 Trámite de Apremio Corporal. ¿Qué trámite se realiza después que una persona es apremiada corporalmente por pensión alimenticia atrasada y puesta
a la orden del Juez? En concordancia con el artículo 330 del Código de Familia. Se considera: Aplicar lo que dice el Código Civil en materia de apremio
(hasta 1 año). Llegado ese término y no cumpliere la obligación se pasa a disposición del Ministerio Público de acuerdo al artículo 330 del Código de
Familia. Se instruye: El apremio debe decretarse, una vez que exista sentencia previa en la que se declaren alimentos y que el obligado se niegue a
cumplirlos.
216
Jaime Alfonso Solís Romero
Capítulo III.
217
Jaime Alfonso Solís Romero
alimentante tenga un trabajo estable se debe tasar los alimentos de la siguiente forma y orden:
a) Veinticinco por ciento de los ingresos netos si hay solo un hijo;
b) Treinta y cinco por ciento de los ingresos netos si hay dos hijos;
c) Cincuenta por ciento de los ingresos netos si hay tres o más hijos y se distribuirán de manera
equitativa;
d) Si él o la alimentista tiene más hijos o hijas de los que están demandando alimento, este debe
probar que está proveyendo a los demás con alimento, los que deberán ser incluidos en el
máximo del cincuenta por ciento;
e) Cuando reclamen alimentos personas distintas a los hijos o hijas, se estipulará un diez por
ciento de los ingresos netos adicional, respetando el orden de prelación establecido en el
présenle Código;
i) En caso de que concurran a reclamar alimentos más de tres hijos y otros alimentistas, el
cincuenta por ciento será destinado para los hijos y el diez por ciento se prorratea entre los
otros reclamantes.
El límite máximo de pensión alimenticia asignada cuando concurran los incisos anteriores, no
podrá ser mayor del sesenta por ciento de los ingresos netos del alimentista, distribuido con
equidad entre los demandantes y no demandantes, con prelación a los hijos e hijas”.
Comentarios
La norma en su redacción o transcripción a la gaceta se evidencia un error entre el alimentista y
alimentante (como explicado que el alimentista, es la persona que tiene derecho a recibir la
pensión alimenticia de la otra parte denominada alimentante), confundió la diferencia de los
términos, pero creo que esto no ha traído mayores consecuencias. Hemos referido que la obligación
alimentaria puede provenir de la ley, de convención o de otra forma legal; Los requisitos son, pues,
dos: la falta de medios de subsistencia, trátese de bienes o rentas, y la imposibilidad de adquirirlos
con su trabajo. Pero también es necesaria la posibilidad económica del pariente a quien los alimentos
se solicitan, es decir, que disponga de medios que superen la atención de sus propias necesidades
elementales, pues no podría obligárselo a privarse de lo indispensable para contribuir a la
subsistencia del pariente. Teóricamente, la obligación alimentaria puede ser satisfecha de dos
maneras: en dinero, es decir, mediante la entrega al alimentista de una pensión; y en especie,
mediante el alojamiento del alimentista en la casa del alimentante y el suministro de vestimenta,
comidas, etcétera. Así lo contempla el art. 327 al señalar: “Otras formas de pago de la pensión
alimenticia. Se podrá autorizar parte del pago de la obligación alimenticia, en especie o en cualquier
otra forma, cuando a juicio prudencial del juez o jueza hubiere motivos que lo justificaren. “…Según
la doctrina el beneficiario alimentista o su representante, podrá solicitar la constitución de un
usufructuo, uso o habitación sobre cualquier bien inmueble del obligado. También existe una
divergencia sobre el carácter de la obligación y la forma de prestarla que debe prevalecer. Para
Eduardo Busso, argentino, se trata de una obligación alternativa de prestar los alimentos en dinero o
en especie, y la elección, en principio, pertenece al deudor por aplicación del art. 637 del Cód. Civil;
reconoce, sin embargo, la facultad judicial de decidir en caso de controversia si deben prestarse en
una u otra forma, en consideración a los inconvenientes que pueden derivar de la vida en común y
demás circunstancias de hecho. En cambio, Borda y Zannoni entienden que la elección corresponde
al alimentado, pues cuando la cuestión se ha planteado judicialmente existe ya una tirantez que haría
vejatorio e inadmisible el pago en especie, fuera de la imposibilidad de los tribunales de verificar el
fiel cumplimiento de la obligación. La primera solución, que es la del art. 443 del Código italiano,
parece más razonable, ya que salvo circunstancias especiales que lo hagan inconveniente no hay por
qué imponer al obligado una forma de cumplimiento de la obligación que puede serle más
gravosa...”.
218
Jaime Alfonso Solís Romero
La solución la ofreció nuestro Código de Familia al imponer “…que se permite parte del pago en
especie o cualquier otra forma…”, de tal modo que podía haber dinero en parte (no dice cuanto es
el porcentaje de dinero) y otra parte en especie u otra forma que a juicio del Juez o Jueza lo
establezca. Esta misma situación se repite en el art.328 sobre lo que debe contener la sentencia de
alimentos y en el inciso “c” señala: “…La autorización para el pago de la obligación alimentaria
en especies o en cualquier otra forma, cuando a juicio prudencial del juez o jueza hubiere
motivos que lo justifiquen…”
La Ley pretendió eliminar posibles incongruencias o arbitrariedades para fijar la pensión alimenticia
y tarifar las pensión conforme al número de hijos y los necesitados, pero siempre fundado en el
principio de “proporcionalidad”, ponderando en el caso del sujeto obligado y sin trabajo estable, debo
advertir que es muy diferente no tener ningún trabajo a no tener trabajo estable, es decir el legislador
no acepta que el sujeto obligado no labore, no tenga oficio, catalogado como un “vagabundo” con
hijos y responsabilidades de manutención; pero define que el sujeto labore pero no de forma estable,
lo que obviamente no tenga ingresos estables, pero algún capital debe poseer que sea la base para
imponer como mínimo la pensión en un porcentaje de 25 por ciento; (vehículo, casa de habitación,
menaje, instrumentos de trabajo, ahorros, etc.) que permita al Juez o Jueza sobre la íntima convicción
(446 CF) y el uso de la libertad probatoria (507 CF) establecer el porcentaje como hemos señalado
que no podrá ser inferior al veinticinco por ciento del salario mínimo del sector económico a que
pertenezca su profesión u oficio, esto constituye el techo mínimo, guardando silencio la Ley en el
techo máximo, pero asumimos que podría subirse el techo del porcentaje, tal vez no, como lo referido
en la parte segunda del artículo 324 CF, pero no impide en ningún momento señalar el techo máximo
de acuerdo a los recursos, ingresos del sujeto deudor; en otro aspecto tratándose del sujeto obligado
que tiene un trabajo permanente, estable lo que consiste en ingreso estable, la rigurosidad es
aritmética, así el límite inferior inicia con un hijo o una hija que necesita pensión alimenticia es
veinticinco por ciento del salario neto, el salario neto es aquel recibido con las deducciones realizadas
por la Ley laboral, de Seguridad Social, Tributarias, etc., en contraposición al salario bruto que se
percibe sin deducción u otros cálculos. En caso de existir la obligación para 3 o más hijos e hijas se
impone hasta el 50 por ciento de los ingresos netos y se hará una distribución equitativa a los
necesitados; la ley no se detiene hasta allí, ya que ejemplifica otra causal que de presentarse más hijos
de los que están demandando alimentos (3 hijos demandando alimentos), y el obligado tiene otros 2
hijos o hijas que le está proveyendo alimentos, debe demostrarse e incluirse en el cálculo de la
pensión del 50 por ciento señalada a eso otros 2 hijos e hijas.
El inciso “e” de la norma indica que en el caso de que quien demanda alimentos sean otros parientes
(personas distintas a los hijos e hijas), podrían ser hermanas, progenitora, etc., a estos le
corresponderá sólo un 10 por ciento de los ingresos del sujeto obligado. En el siguiente inciso “f”, se
enfatiza de presentarse un concurso de demanda alimenticias entre hijos e hijas y otros parientes
distintos a sus descendientes le corresponde por orden siempre el 50 por ciento a los hijos e hijas
fundados en las reglas pre-establecidas y 10 por ciento a esos parientes (el sujeto obligado su límite
máximo será de un 60 por ciento).
La parte final del art. 324 CF dice: “…El límite máximo de pensión alimenticia asignada cuando
concurran los incisos anteriores, no podrá ser mayor del sesenta por ciento de los ingresos netos del
alimentista, distribuido con equidad entre los demandantes y no demandantes, con prelación a los
hijos e hijas”.
21. Acuerdo sobre la pensión alimenticia ante notaria o notario público (art. 326).
“El padre y la madre podrán mediante escritura pública, celebrar acuerdo sobre la pensión de
alimentos que se debe pasar al hijo, hija o persona con discapacidad, pero ésta deberá ser
ratificada por autoridad administrativa o judicial competente del domicilio del beneficiario, de
conformidad con el presente Código”.
Comentarios
Ambas autoridades parentales enfrentadas en una controversia de alimentos, pueden concurrir ante
Notario Público o Notaria de su preferencia o de su confianza (nota agregada por el autor), con el fin
de convenir, pactar, arreglar o transar sobre el porcentaje de la pensión alimenticia siempre
respetando los porcentajes diseñados por el legislador en las normas antes citadas, pero el legislador
impuso ese arreglo notariado en la condición de un control de legalidad sea ante la autoridad
administrativa o bien ante la autoridad jurisdiccional, la que otorgará ratificación o no del acuerdo
entre las partes sobre la pensión. No expresa la norma que el Notario o Notaria tenga otras cualidades
como cuando lo exige para el matrimonio que pueda efectuar, posteriormente ampliaremos estos
aspectos.
Capítulo IV.
86 Ídem csj. Acumulación de Acciones. ¿Se debe acumular la acción de alimentos con investigación de paternidad? ¿Es conveniente tramitarse de
manera independiente dichas acciones? En concordancia con el artículo 498 del Código de Familia. Se considera: Que el Juez de Familia debe acumular
las acciones de alimentos con investigación de paternidad. Con la salvedad que los alimentos provisionales se decretan una vez conocido el vínculo
filial, salvo en los casos de los no nacidos. Se instruye: Los alimentos provisionales, deben ser decretados por la autoridad judicial de familia, una vez
conocido el vínculo filial.
221
Jaime Alfonso Solís Romero
Comentarios
certificación de la sentencia, bajo pena de cancelarla personalmente y en caso de no hacerlo,
queda sujeto a la sanción establecida por el Código Penal”.
Con los “efectos de la sentencia” el legislador se amplió más allá de lo que podría entender la
doctrina, por ejemplo, normalmente se regula que los efectos de la sentencia de alimentos es la cuota
que la sentencia fije y que deberá abonarse por meses anticipados y, además, comienza a correr desde
la interposición de la demanda. Pero el legislador familiar ocupó otra dirección más práctica para
evitar escape y falsas interpretaciones con un abanico de acciones o posibilidades a ejecutarse con el
fin de garantizar la pensión de alimento, así dice la disposición: a) Si el pago se hace por
consignación, se hará entrega inmediata al acreedor sin trámite alguno.
b) Si el pago fuere parcial, se entenderá que la deuda queda extinguida por la cuantía pagada o
puesta a disposición del acreedor alimentario, continuando la ejecución por el resto.
c) En la ejecución de obligaciones alimentarias se podrán embargar las cantidades percibidas en
concepto de salarios, pensiones, retribuciones, prestaciones sociales o equivalentes o cualquier otro
ingreso incluyendo el salario mínimo.
d) La ejecución de la sentencia podrá tramitarse contra él o la alimentante, sus sucesores o sus
representantes, siempre que la obligación sea actualmente exigible. (consúltese el art. 474 Cf y 81
CPCN). La exigibilidad condicionada aun después de la muerte siempre que existan bienes para
responder, véase también el art. 331 Cf.
e) El empleador o la empleadora está obligado a deducir la pensión fijada por la autoridad
administrativa o judicial respectiva, con la sola presentación del acta o certificación de la sentencia,
bajo pena de cancelarla personalmente y en caso de no hacerlo, queda sujeto a la sanción establecida
por el Código Penal. Una de las cualidades de esta disposición es facilitar al máximo al que tiene
derecho de alimentos a fin que obtenga el pago de ellas. Bajo esta idea se consagra un trámite muy
interesante. Se faculta al Juez o Jueza para ordenar al empleador a que deduzca la pensión fijada bajo
pena de cancelarla personalmente si no lo hace. La ley anteriormente no había sido clara en la forma
de proceder para materializar esta retención y entrega, tampoco lo indica también el nuevo Código
de Familia, pero los Jueces en la práctica han resuelto el problema dirigiendo el decreto bajo oficio al
empleador para que, en el desempeño de su cargo, deban retener y entregar la suma o cuotas
periódicas fijadas en ella directamente al alimentario, a su representante o a la persona cuyo cuido
esté el menor. Se expresa ahora que basta con presentar el acta o la sentencia de alimentos certificada
para hacer la deducción, esperamos no encontrar resistencia u obstáculo para que el empleador o
empleadora cumpla con la orden del judicial, sea esta de manera provisional o por sentencia.
No se señala si el judicial tiene las facultades de imponer la retención de salida del país al demandado
como medida cautelar, véase el art. 175 Cf, para que el juez o jueza orden y oficie a las autoridades
de migración que el obligado no pueda salir del país mientras no tenga garantizado la prestación
alimenticia.
La obligación alimentaria entre parientes cesa ipso iure por el fallecimiento del alimentante que no
dejare bienes o del alimentista, ya que se trata de derechos y obligaciones inherentes a la persona y,
por consiguiente, no transmisibles por muerte (véase el art. 474 CF y 81 CPCN).
28. Derecho de supervisión del uso de pensión alimenticia o compensatoria (art. 333).
“El juez o jueza de familia, de oficio o a petición de parte, podrá comprobar el correcto uso de
la pensión alimenticia o compensatoria asignada, tomando las providencias necesarias para
corregir cualquier desvío o anomalía en su aplicación y utilización. En ningún caso podrá
suspenderse la obligación de enterar la pensión alimenticia”.
Comentarios
El Código permite que el Juez o Jueza de Familia de manera oficiosa o a petición de parte interesada
comprueba, constate o verifique el uso o destino de la pensión y corregir cualquier anomalía
observada, no le corresponde cambiar el monto de la pensión o menos decidir más o menos o hacer
223
Jaime Alfonso Solís Romero
Comentarios
cambios si se debe pasar en especie o en dinero, la fiscalización corresponde a corregir la correcta
utilización de la pensión impuesta.
Título II
De la Tutela Capítulo
I.
Disposiciones generales
224
Jaime Alfonso Solís Romero
aceptación y derecho de excusarse del cargo de tutor o tutora. 20. Obligación de ejercer el cargo
al cesar el motivo de excusa. 21. Casos de pérdida del derecho de sucesión intestada y
responsabilidad económica de los parientes del tutelado o tutelada. 22. Nombramiento de
administrador interino. 23. Remoción del tutor o tutora designada. 24. Obligación de rendir
fianza e inventario. 25. Excepción de la fianza e inventario. 26. Plazo para inventariar los bienes
del tutelado o tutelada. 27. Entrega de los bienes del menor de edad o mayor incapacitado. 28.
Actos ejecutados sin el discernimiento de la tutela 29. Definición de tutela testamentaria. 30.
Formas en que puede designarse tutor o tutora Testamentario 31. Designación de varios
tutores. 32. Nulidad en la designación del cargo de tutor o tutora. 33. La tutela por autoridad
judicial a falta de parientes. 34. Definición de tutela por autoridad judicial a parientes. 35.
Designación de nuevo tutor o tutora en caso de controversia entre éste y los sujetos a tutela. 36.
Intervención del niño, niña o adolescentes. 37. Tutores de las personas declaradas judicialmente
incapaces. 38. Nulidad de los actos y contratos celebrados por personas declaradas
judicialmente incapaces. 39. Inimpugnabilidad de actos jurídicos. 40. Trato para la persona
declarada judicialmente incapaz. 41. Cese de la declaración de incapacidad. Autoridad
competente para la designación de la tutela. 42. Intervención del representante de la
Procuraduría nacional de la familia. 43. De las tutelas de las personas sujetas a inhabilitación
especial. 44. Extensión y efecto de la tutela. 45. Autoridad judicial competente para la
designación de la tutela. 46. Caso de validez de los actos practicados por el inhabilitado. 47.
Obligación del nombramiento del tutor o tutora al inhabilitado. 48. Excepción del ejercicio de
la tutela. 49. Deber del tutelado o tutelada. 50. Exceso en el ejercicio de la tutela. 51. Prohibición
a la tutora o tutor. 52. Autorización al tutor o tutora. 53. Utilidad y necesidad. 54. Gratuidad en
el ejercicio de la tutela. 55. Rendición de cuenta del tutor o tutora. 56. Documentos que
sustentan la rendición de cuentas. 57. De la rendición de cuentas finales de la tutela. 58.
Intervención del nuevo tutor o tutora. 59. Prohibición temporal de celebrar convenio entre la
anterior tutora o tutor y su tutelado o tutelada. 60. Devolución de los bienes cuando concluya la
tutela. 61. Prescripción de la acción. 62. Remoción del cargo. 63. Causas de extinción de la
tutela.
87 Belluscio, Augusto César Manual de derecho de familia 10a ed. - Buenos Aires: Abeledo Perrot, 2011. 1040 p.; 24x17 cm. ISBN 978-950-20-2213-0
1. Derecho Civil. 2. Derecho de Familia. I. Belluscio, Augusto César. II. Título. Pag. 895 y 907.
225
Jaime Alfonso Solís Romero
y los tutores. La unidad de tutela y cúratela fue completa en el derecho medieval francés, al punto que
se formuló la regla (recogida por Loysel) "tuteur et curateur n'est qu'un". Este principio fue aplicado
por el Código Napoleón, que reservó la cúratela para los menores emancipados.
En cambio, las Partidas restablecieron la diferencia: la tutela para los menores impúberes y la cúratela
para los adultos. Sigue exponiendo el autor que en el Derecho Comparado las legislaciones actuales
difieren también acerca del empleo de las denominaciones de tutela y cúratela. En el Código francés,
el tutor tiene la representación de los menores no sujetos a la autoridad parental, pero también la de
aquéllos que tienen alteradas sus facultades mentales por enfermedad, por estar lisiados, por
debilitamiento debido a la edad, y la de quienes padecen una alteración de sus facultades corporales
que impide la expresión de la voluntad. En cambio, el curador sólo tiene funciones de asistencia; se le
designa a los mayores que en iguales situaciones no están incapacitados para obrar por sí mismos,
pero necesitan de consejo o control en los actos de la vida civil (art. 508), así como también a los que
por su prodigalidad, intemperancia u ociosidad están expuestos a caer en la necesidad o comprometen
la ejecución de sus obligaciones familiares (art. 488, párr. tercero).
En el italiano, tienen tutor los menores no sujetos a la patria potestad (art. 343) y los interdictos (art.
419 y ss.); y curador, los ausentes (art. 48), los inhabilitados (art. 415 y ss.) y los emancipados (art.
392 y siguientes). En el Código alemán, se designa tutor a los menores cuyos padres no están
facultados para su representación y a aquellos cuyo estado de familia no puede ser determinado (§
1773), asistente al mayor que no puede valerse por sí mismo (§ 1896), y curador a quien debe ser
representado en asuntos en que no puedan actuar sus padres o tutor, al ausente, a la persona por nacer,
a los derechos con titular indeterminado y a los fondos reunidos por colectas (§ 1909 a 1914). En el
Código suizo se nombra tutor al menor no sujeto a autoridad parental (art. 368) y curador al mayor de
edad que por enfermedad, ausencia u otra causa semejante no puede actuar en un asunto urgente ni
designar él mismo un representante, al menor o al interdicto cuyos intereses están en oposición con
los de su representante legal, y en los casos en que el representante legal está impedido (art. 392).
Desde otro punto de vista, difieren también los órganos que desempeñan y controlan la tutela. Así, en
los derechos francés y alemán se conoce el tutor subrogado, que a la vez que tutor suplente ejerce
vigilancia sobre los actos del tutor. En el italiano, el protutor, con atribuciones de cooperación y
control más extensas y no bien delimitadas. Además, en diversas legislaciones se organiza el consejo
de familia, órgano formado por diversas personas integrantes de ésta encargado de vigilar el
cumplimiento de sus obligaciones por el tutor. En el Derecho Argentino aplica la tutela a los menores
de edad no sujetos a la patria potestad (arts. 377 y 264 bis) y la cúratela a los mayores de edad
incapaces (art. 468). Por otra parte, existen cúratelas especiales, que se dan a menores: tales, la que
preveía el art. 69 de la ley de matrimonio civil para la actuación en juicio de divorcio de los menores
emancipados, la del art. 1293 para la demanda de separación de bienes de la mujer menor de edad, la
del art. 1225 para asistir en la convención prenupcial al menor que contrae matrimonio con venia
judicial. Existe, además, la cúratela de bienes a que se refieren el art. 485 y siguientes.
El art. 335 CF, complementa y aclara mejor la institución de la tutela, dejando aún lado cualquier
diferencia histórica o de otras legislaciones, mejor cuando se distanció casi de la institución de la
conocida “guarda” y sus diferencias reguladas en el Código Civil, dejando únicamente para casos
especiales y puntuales y la tutela como la representación por excelencia para: a) los niñas, niños y
adolescentes no sujetos a la autoridad parental; b) las personas mayores de edad declarados
incapaces; c) los inhabilitados penalmente; d) personas en situaciones de desamparos y e) los que
tienen discapacidad que no puedan valerse por sí mismo (véase también art. 337). Además,
significando que el tutor o tutora no solo es el encargado de conservar o custodiar a una persona, sino
sus bienes, cosas, la defensa, conservación, cuidado. La tutela es un deber y una potestad, es el
226
Jaime Alfonso Solís Romero
amparo de personas o bienes. Una potestad para la persona a quien se le otorga el cargo, ya que debe
ejercerlo de manera personal y directa y si fuera necesario deberá rechazar las intromisiones que
traten de desconocer, asumir o compartir este ejercicio al cargo. Y con respecto a que es un deber,
porque se trata de la obligación por sí solos, por su minoría de edad o una limitada capacidad mental
y hasta por la ignorancia de requerir tal amparo.
Interesa al padre o madre que se dote a sus hijos o familiares de tutor o tutor, por tener con ellos un
innato afecto filial o sea por tener un parentesco por naturaleza. Así como también interesa a la
sociedad para que estas vidas no se pierdan ni se degeneren. En principio, es un poder que sólo
aparece a falta de autoridad parental; la excepción está ofrecida en los dos artículos que citaré a
continuación.
Debo señalar que de manera inadvertida se presentan dos artículos en el Código de Familia que
expresan el término de guarda y guardador; vayámonos a los arts, 180 “…Disolución por
fallecimiento y presunción de muerte. El matrimonio se disuelve por el fallecimiento de uno de los
cónyuges o por la declaración de presunción de muerte de uno de ellos, de conformidad con lo
dispuesto en el Capítulo VII, De la guarda definitiva del ausente, del Título I, Libro Primero…” y
el art., 474 “Sucesión procesal. Cuando la parte falleciere o fuere declarada su muerte presunta, el
proceso continuará con sus herederos o con quienes representen a la sucesión, siempre que la
naturaleza de la pretensión lo permita. Si se desconociere quien representa a la sucesión, se le
emplazará por edicto y si no compareciere, se le nombrará un guardador…” Aparentemente el
legislador reservó guardadores para estos únicos casos que contempla la Ley.
Pero bien, el objetivo que es el tema central es el cuidado de la persona y de los bienes, mientras que la
guarda es la representación del fallecido o ausente y de sus bienes.
La tutela se ejerce por un solo tutor o tutora bajo la vigilancia del Juez o Jueza (art. 336 CF) que le
otorgó la carga y de la Procuraduría nacional de la Familia. Este cargo es irrenunciable, salvo si se
alegan excusas debidamente justificadas (art. 342 CF).
2. Características de la tutela
a) Es una función representativa
Así surge de la definición precedentemente transcrita, por el art. 335 CF, Objeto de la tutela, tiene
como objeto la representación legal, el cuido, crianza, educación, salud, la defensa y protección
de los derechos incluyendo los patrimoniales y el cumplimiento de las obligaciones civiles de los
niños, niñas y adolescentes, personas mayores de edad declaradas judicialmente incapaces,
personas sujetas a pena de inhabilitación especial y personas con discapacidad que no pueden
valerse por sí mismas. La tutela se constituye judicialmente. b) Es una potestad subsidiaria.
En principio, es un poder que sólo aparece a falta de la autoridad parental, art. 334 “…La tutela es un
cargo designado a ciertas personas para representar legalmente a niños, niñas y adolescentes
que no estén sujetos a la autoridad parental…” c)
Es un cargo personalísimo
Dice, en tal sentido, la parte primera del art. 342 señala que la aceptación del cargo de tutor o
tutora es voluntaria, pero una vez aceptado no es renunciable, sino en virtud de causa legítima
justificada ante la autoridad competente. El art. 336 expresa: “Ejercicio de la tutela. la tutela se
ejercerá por un solo tutor o tutora bajo la vigilancia del juez o jueza que le hubiere discernido
el cargo y del representante de la Procuraduría nacional de la familia”. d) Es una carga pública
Concluye el art. 356 del CF y del cual nadie puede excusarse sin causa suficiente. La suficiencia de la
causa queda sujeta a la apreciación judicial, que no puede ser muy severa, ya que, por tratarse de una
función establecida en interés del menor, no parece conveniente atribuírsela a quien manifiesta poco
227
Jaime Alfonso Solís Romero
entusiasmo en su aceptación y desempeño. Ver también 357 y 358 CF. e) Está sujeta a control
estatal.
El art. 336 del CF, “La tutela se ejercerá por un solo tutor o tutora bajo la vigilancia del juez o
jueza que le hubiere discernido el cargo y del representante de la Procuraduría nacional de la
familia”.
f) Es unipersonal.
Dispone el art. 373 que tanto el padre como la madre pueden designar tutor o tutora para cada uno de
sus hijos o hijas y se le discernirá el cargo en el orden en que fueren designados. En caso de duda se
entenderá designado un solo tutor para todos.
Designación de la Tutela
La tutela puede ser otorgada por testamento por la autoridad parental, y obviamente debe ser a través de
escritura pública, y por el Juez o Jueza (art.338 CF).
229
Jaime Alfonso Solís Romero
Niñez, las personas siguientes: a) Los parientes dentro del cuarto grado de consanguinidad del
niño, niña, adolescente, de la persona mayor de edad declarados judicialmente incapaz, y de la
persona con discapacidad que no pueda valerse por sí misma; b) Las personas que convivan
con el niño o niña o personas con discapacidad que no puedan valerse por sí mismas; c) Los
funcionarios públicos que por razón del ejercicio de su cargo tengan conocimiento de la
existencia del estado de necesidad de proteger a la persona sujeta a tutela”. Comentarios
Se considera que la presente enunciación es taxativa, pero fuera de los obligados cualquier otra
persona no contemplada consideramos que podría dar lugar a informar por consideraciones de
conveniencia o necesidad para el menor o incapaz. Véase también los arts. 346 y 347 CF sobre las
autoridades administrativas y sus obligaciones; asimismo refiere que quien haya acogido y dado
abrigo a un niño, niña, adolescente, será preferido en el ejercicio de la tutela siempre que reúna las
condiciones de Ley.
231
Jaime Alfonso Solís Romero
“Cuando la persona llamada a ejercer la tutela no pudiere hacerlo, por no haber alcanzado la
mayoría de edad o estar incapacitado, conserva su derecho para cuando desaparezca la
incapacidad. En este caso ejercerán la tutela los parientes en el orden expresado en este
Código”.
Comentarios
El orden que hace alusión la disposición está indicado en el art. 353 parte in fine del CF, La norma
contempla que en caso del llamado al nombramiento de tutor estuviese aún en un estado de
incapacidad o fuese incapaz, pero de manera temporal siempre mantendrá ese derecho una vez que
desaparezca ese estado de incapacidad. Podríamos enunciar como ejemplos, las personas que están
incapacitados para ejercer el cargo de tutor o tutora, los no videntes, los mudos que no puedan darse a
entender, los quebrados, no señala la ley el analfabetas pero es un requisito a tomarse en cuenta, los
que no tengan un domicilio en la república, los que por algún motivo hayan sido removidos de una
tutoría anterior, los que hayan sido privado de la autoridad parental y los que tengan una mala
conducta. Tampoco podrán ejercer este cargo las personas de quienes se desconozca su estado civil,
así como las personas que tengan problemas psicológicos. Contemplado con el art. 339 CF.
Lo que la norma no se señala, en el caso que se hubiese designado tutor a un incapaz por error, y que
pasaría con los actos por él cumplidos. Estamos sobrios que sería una causa para remover al tutor o
tutora, pero en cuanto al resto tendremos el papel protagónico de las resoluciones del Juez o Jueza de
Familia.
14. Facultades del Juez o Jueza de familia y Juez o Jueza comunal (art. 348).
“El juzgado de Familia o el que haga sus veces y en el caso de la Costa Caribe, el juez o jueza
comunal (witha), que resida la persona que debe estar sujeta a tutela, será el facultado para: a)
Constituir la tutela mediante resolución fundada en la que nombrará al tutor o tutora; b)
Proveer al cuidado de su persona y bienes hasta que se le constituya la tutela; c) Remover al
232
Jaime Alfonso Solís Romero
tutor o tutora; d) Fiscalizar el ejercicio de la tutela; c) Declarar extinguida la tutela, exigiendo
la rendición final de cuenta del tutor o tutora”.
Comentarios
El amplio radio de acción de los Jueces Comunales de la Costa del Caribe, otorgándole y
reconociéndole su papel protagónico, de liderazgo y de autoridad en sus comunidades, respetando sus
tradiciones y costumbre, permitiéndole la decisión sobre la tutela.
Capítulo II.
Discernimiento de la tutela
18. Personas sin derecho de excusarse, salvo por causa legítima (art. 357).
“Los abuelos y abuelas, hermanos y hermanas, los tíos y tías y los primos y primas del tutelado o
tutelada, no podrán excusarse de la tutela sin causa legítima debidamente comprobada ante el
juez o jueza”.
Comentarios
De una y otra forma la Ley establece los parientes que están obligados y a los cuales corresponde la
tutela legítima en virtud de la ley; algunos autores consideran en cambio que fuera de esos parientes
obligados, aducen que la tienen todos los parientes próximos, y enuncia como tales a los ascendientes
y descendientes, colaterales hasta el cuarto grado y afines. Coincidamos con esta posición en que la
234
Jaime Alfonso Solís Romero
responsabilidad sanción no debe entenderse limitada a los parientes con derecho a la tutela, pues hay
otros parientes próximos que pueden ser designados tutores por los Jueces o Juezas; por otro lado,
fuera de las causas de incapacidad general para el desempeño de la tutela, se debe elegir
acertadamente a la persona en el cargo para evitar males a las personas sujeta a tutela y las excusas
bien demostrada. Es menester señalar que la doctrina expresa que de no encontrarse familiar alguno
se otorga a un extraño, por decir persona sin ningún parentesco o vínculo y se le conoce como “tutela
dativa”.
19. No aceptación y derecho a excusarse del cargo de tutor o tutora (art. 358).
“Las personas no referidas en el artículo anterior a quienes el juez o jueza nombrase, no está
obligado a aceptar la tutela; pero una vez admitida no podrá excusarse de ejercerla, sino por
causa sobrevenida después de la aceptación. De igual manera el tutor o tutora testamentario
podrá excusarse con causa legítima de aceptar la tutela designada”.
Comentarios
Esta disposición legal, menciona lo anteriormente explicado, recalcando que la designación de la
tutela es voluntaria, y una vez aceptada, consentida por el tutor o tutora, no podrá dimitir sólo que sea
por causa sobrevenida; y en caso como de haber sido designada por el padre o madre en testamento,
el tutor podría también excusarse por causas legítimas. La doctrina ha enfatizado que la tutela puede
ser general o especial. La primera, se otorga por el padre o la madre o por ambos o por el Juez. En el
primer caso, se trata de la tutela que la generalidad, de la doctrina denomina "testamentaria", pero que
la doctrina le llama "tutela dada por los padres", con mayor propiedad, puesto que no necesariamente
los padres deben designar tutor por testamento sino que también pueden hacerlo por escritura pública,
situación que resulta ajena a la lógica jurídica, porque al final nuestra legislación obedece a que si se
efectúa por testamento es obvio que el Notario o Notaria debe realizarla en instrumento público. En el
segundo, se denomina "tutela legítima" otorgada por el Juez o Jueza.
21. Casos de pérdida del derecho de sucesión intestada y responsabilidad económica de los
parientes del tutelado o tutelada (art. 360).
Los parientes llamados a la tutela que se nieguen a ejercerla, que sean removidos por mala
administración o condenados por dolo en el juicio de cuentas, pierden el derecho de heredar del
tutelado o tutelada si muere intestado y quedan obligados al pago de daños.
Comentarios
Tres supuestos jurídico indica la disposición expresada en el marco de producirse la muerte de una
persona en tutela y que no hizo uso del derecho de efectuar el testamento para disponer de sus bienes,
acciones o derechos; la primera consiste en que no puede declararse heredero al pariente o parientes
que sin haber tenido causa justificada se negaron hacerse cargo del causante en su momento para
ejercer la tutela; el otro supuesto es que habiendo ejercido el cargo de tutor o tutora fuesen removidos
por haber realizado una incorrecta administración de los bienes del tutor o tutora o bien podríamos
decir como una tercera situación es que se demostrara en el juicio de rendición de cuentas una clara y
evidente actuación mal intencionada del manejo de los bienes de la persona a su cargo, tomándose en
cuenta que el supuesto de la mala administración puede producirse de manera negligente, por
235
Jaime Alfonso Solís Romero
impericia, falta de experiencia, etc., y el dolo referido a un aspecto planificado, calculado. Ahora bien
La última línea de la disposición referida sobre “…y quedan obligados al pago de daños y
perjuicios…” está embozado a las resultas del juicio de rendición de cuentas y de acreditarse el dolo
es innegable el reclamo de los daños y perjuicios como consecuencia.
236
Jaime Alfonso Solís Romero
Para discernir la tutela de quien tuvieren bienes, será indispensable que preceda el otorgamiento de la
fianza escriturada a que el tutor o tutora está obligado y que realice inventario de los bienes de la
persona a tutelar. En lugar de la fianza podrá prestarse hipoteca suficiente o la garantía de valores o
acciones para asegurar los bienes del tutelado o tutelada.
Para proceder a discernir la tutela por el Judicial y la administración se inicie y los bienes sean
entregados al tutor, es necesario como hemos expuesto el cumplimiento de dos formalidades previas:
la fianza y el inventario, esto es una forma de tasación de dichos bienes. Obligadamente se requiere el
inventario y avalorados. Mientras no se rinda la fianza y el inventario no esté hecho, el tutor o tutora
no se le podrá discernirle el cargo por el Juez o Jueza. Ahora bien, la "fianza" (Del bajo latín fedare
de fidere fe seguridad). En sentido estricto es una garantía personal, en virtud de la cual a través de un
fiador se garantiza el cumplimiento de una obligación determinada. El fiador en el presente caso es la
misma persona que se encargará de administrar los bienes de la persona a tutelar y no puede
constituir a ser fiador o fiadora a una tercera persona ajena a la obligación que se le impone, como
normalmente se estila en el derecho común. El fiador o fiadora en este caso garantiza el ejercicio de
su cargo comprometiéndose a cumplir lo ordenado por la Jueza o Juez de Familia. Como observamos
en la primera está bien desarrollada; sobre el inventario, no se dice la forma o manera entendemos
también que debe realizarse por medio de Escritura Pública. También la norma jurídica permite la
opción de sustituir la fianza PERSONAL (por una fianza REAL) y se constituya hipoteca u otro tipo
de garantía de valores o acciones.
26. Plazo para inventariar los bienes del tutelado o tutelada (art. 365).
“El tutor o tutora está obligado a inventariar detalladamente los bienes del tutelado o tutelada en
el plazo que el juez o jueza señale. Si existieren inventarios anteriores, el tutor o tutora recibirá los
bienes y en caso de aumento o disminución de los mismos, se harán los ajustes pertinentes”.
Comentarios
Verdaderamente no se especifica ningún plazo o término que debe hacerse el inventario por el
obligado, sólo admite la disposición jurídica que el Juez o Jueza lo imponga y que se conoce como
237
Jaime Alfonso Solís Romero
los llamados “plazos judiciales”. Pensamos que basado en las normas anteriores que no podría
discernirse el cargo de tutor o tutora sin que no se presente la fianza ni el inventario, razón por la que
deberá ser casi de inmediato conforme el art. 363 CF, y dependiendo de lote de bienes del sujeto a
tutelar. Considero que debemos aclarar por qué tanta importancia del “inventario” que se debe
practicar, y es que tiene varias finalidades: servirá para pedir luego rendición de cuentas al tutor o
tutora y poder controlarlas, así como para conocer cuáles son las rentas que pueden producir los
bienes del sujeto a tutela para que el Juez o Jueza autorice la extracción de fondos para atender a los
gastos vinculados al tutelado. También sirve para la eventual acción de daños y perjuicios que pueda
tener que dirigirse contra el tutor o tutora; a éste, por su parte, le resultará útil la prueba
preconstituida de los bienes del menor, si se pretende imputarle responsabilidades fundadas en un
supuesto patrimonio que excede al que realmente tuvo aquél al comienzo de la tutela.
El art. 366 no tiene gran relevancia, pero si, la disposición siguiente 367 CF., ya que permite el ajuste
necesario en caso de que aumente o disminuya los bienes del sujeto tutelado, que se le permitirá al
tutor o tutora aumentar o disminuir adecuadamente su fianza y garantía reales ofrecidas. “Si los
bienes del tutelado o tutelada se aumentan o disminuyen durante la tutela, podrán aumentarse
o disminuirse proporcionalmente la fianza, hipoteca o garantía que hubiere rendido el tutor o
tutora”.
27. Entrega de los bienes del menor de edad o mayor incapacitado (art. 368).
“Una vez hecho el discernimiento se hará entrega de los bienes del niño, niña, adolescente o
persona declarada judicialmente incapaz al tutor o tutora por inventario, el cual se unirá al
expediente. Igual entrega y con la misma formalidad se hará de los títulos y documentos a que
se refieran dichos bienes”. Comentarios
Esta norma está bastante clara y no haremos comentarios mayores sólo hacer énfasis en el inventario
que debe realizarse una vez hecho el discernimiento, este inventario pasará a formar parte del
expediente. De igual manera se deberá hacer entrega de todos los título y documentos de los bienes a
custodiar.
28. Actos ejecutados sin el discernimiento de la tutela (art.369).
“Los actos del tutor o tutora ejecutados antes del discernimiento son nulos; pero una vez
obtenido el discernimiento, se convalidarán, si por este vicio o defecto resultare perjudicada la
persona sujeta a tutela”.
Comentarios
El art. 351 CF., señala que el discernimiento es el acto por medio del cual el Juez o Jueza otorga las
facultades necesarias de representación, amén para el cuido, crianza y administración de bienes del
niño, niña, adolescente e incapaz. Por eso el CF expresa de forma cortante de que cualquier acto sea
este administrativo, civil, mercantil o penal, etc., realizado por el tutor o tutora sin habérsele otorgado
el discernimiento no tendrán validez, pero en caso de que realizados los actos y se otorgare
posteriormente el discernimiento se validarán o convalidarán, con la condición de que si fueran
declarados nulos esos actos y se perjudicara a la persona sujeta a tutela. De manera contraria, si el
acto benefició o protegió o no perjudicó los intereses del tutelado o tutelada, aunque el tutor o tutora
no tenía el discernimiento no tendría razón de declararlo nulo, de haberse perjudicado serían
declarados nulos.
Capítulo III.
De la tutela testamentaria
238
Jaime Alfonso Solís Romero
Tipos de Tutela
1. Tutela Testamentaria (art. 370).
2. Tutela de los niños, niñas o adolescentes nombradas por autoridad judicial (art. 375).
3. Tutela a las personas declaradas judicialmente incapaces (art. 379).
4. Tutela para los que cumplen pena de inhabilitación especial (art. 386).
30. Formas en que puede designarse tutor o tutora Testamentario (art. 372).
“La designación de tutor o tutora testamentario puede hacerse por testamento y resolución
judicial, bajo condición o a plazo que tendrá plenos efectos después de la muerte del padre y la
madre, salvo el caso de donaciones inter vivos o de legados anticipados”.
Comentarios
Un poco acorde con otras legislaciones extranjeras que se conoce como “cúratela dativa” se acepta
que la designación del tutor o tutora testamentaria no sólo puede hacerse por testamento, sino que por
resolución judicial. Algo extremadamente complicado la designación del tutor o tutora bajo la sombra
de lo jurisdiccional. Esta designación por resolución judicial que es el antecedente más próximo que
encontramos en legislación extranjera y estatuye que el Juez o Jueza en caso de que no existan ni
cónyuge ni los parientes mencionados ni tampoco ha designado su progenitor o progenitora en su
testamento al curador del hijo, el juez designará al curador conforme a los mismos criterios con que
debe manejarse, según hemos visto, para nombrar tutor.
Pero bien en todo caso, en aras de agilizar un cuido y administración de bienes del sujeto a tutela la
designación se permite ante el Judicial.
239
Jaime Alfonso Solís Romero
Comentarios
La regla jurídica es que se designe un tutor para todos los hijos e hijas, siguiendo una ruta de la lógica
del cuido, crianza y desarrollo de la prole; pero se permite por la norma que tanto el padre como la
madre puedan designar un tutor o tutora por cada uno de los hijos. En caso de duda se entenderá
designado un solo tutor para todos.
Capítulo IV.
240
Jaime Alfonso Solís Romero
Cuando hubiere varios parientes de igual grado, la autoridad judicial designará tutor o tutora
al pariente que reúna las mejores condiciones de familiaridad con la persona sujeta a tutela,
solvencia económica, moral y afectiva, que constituya una garantía para el desempeño
satisfactorio del cargo y el bienestar integral del niño, niña o adolescente”.
Comentarios
El art. 376 CF, señala una prelación de parientes que el Judicial puede hacer designación de tutor o
tutores con indicaciones de recaudos que deben de cumplir y en qué orden lo tendrá que efectuar.
Vemos que en principio están los abuelos y abuelas; hermanos y hermanas; a los demás ascendientes
de uno y otro sexo que no hubiesen cumplido los 75 años (tíos-abuelos (as), bisabuelas, etc.); otros
familiares (primos, primas,). Excepcionalmente la autoridad Judicial podrá variar el orden de
prelación ordenado por la ley y por razones debidamente justificadas y además podrá recaer el
nombramiento en personas que no sean los establecidos en el art. 375 CF y deberá preferiblemente en
su caso de designar a las personas que han mantenido el cuido y crianza de los niños, niñas o
adolescentes y obviamente deseen seguir ejerciéndola; agrega la norma jurídica que también puede
ser designado en ese contexto a la persona que muestre un interés en ejercer la tutela y cumpla con
los requisitos exigidos por la Ley.
Señala la disposición jurídica que en la hipótesis de que existan varios parientes en igualdad de grado
para asumir la tutela, la Juez o Jueza deberá optar por aquel pariente que aglutine las mejores
condiciones de familiaridad con la persona sujeta a tutela, su solvencia económica, moral y afectiva,
que constituya una garantía para el desempeño satisfactorio del cargo y el bienestar integral del niño,
niña o adolescente.
35. Designación de nuevo tutor o tutora en caso de controversia entre éste y los sujetos a tutela
(art. 376).
“En los casos de controversia entre el tutor o tutora designado con los sujetos a tutela, serán
llamados a ejercerla los parientes de estos en el orden señalado por este Código”. Consideraciones
La doctrina considera que la oposición de intereses entre el menor y el que podría ser su tutor o tutora
hace aconsejable apartar a éste de la tutela. Son algunos supuestos que la doctrina enlaza: "Los
deudores o acreedores del menor por cantidades considerables y de los que tengan, ellos o sus padres,
pleito con el menor sobre su estado, o sus bienes. También por razones de orden moral, pero este tipo
de razones hace que se considere incapaces de ser tutores al "que hubiese sido privado de ejercer la
tutela el "que no tenga oficio, profesión o modo de vivir conocido, o sea notoriamente de mala
conducta", "el condenado a pena infamante" y "el que hubiese malversado los bienes de otro menor o
hubiese sido removido de otra tutela". No es claro el concepto de "pena infamante", pero en principio
habría que considerar incluida toda pena privativa de la libertad por delito doloso.
El art. 379 parte infine dice: “…No pueden ser nombrados tutor o tutora quien, por sus actos, sujetos
a responsabilidad penal o puramente reprensibles, practicados en perjuicio del tutelado o tutelada
hubiere causado la incapacidad de este…”
Capítulo V.
38. Nulidad de los actos y contratos celebrados por personas declaradas judicialmente incapaces
(art. 380).
“Todos los actos y contratos celebrados por personas declaradas judicialmente incapaces serán
nulos de mero derecho, desde el día en que se registre y publique la sentencia de declaración de
incapacidad”.
Comentarios
Ahora bien, el art. 380 CF establece la nulidad por mero derecho (ipso iure) de todos los actos y
contratos realizados por personas declaradas judicialmente incapaz, siempre y cuando se acredite que
la sentencia judicial se encontraba registrada (inscrita) y publicada. La salvedad la afirma el art.381
CF al señalar que en caso de que los actos y contratos celebrados por las personas declaradas
judicialmente incapaces, antes de la sentencia, sólo podrán ser anulados probándose que en ese
tiempo ya existía y era notoria la causa de la incapacidad o era conocida por el otro estipulante.
La nulidad puede pedirse conforme lo establece el Código Civil de la República de Nicaragua.
244
Jaime Alfonso Solís Romero
designadas. En caso del que el tutor no realiza a cabalidad el cargo el Procurador nacional de la
familia debe concurrir ante el judicial para que se cumpla y se dicten las resoluciones convenientes.
Capítulo VI.
47. Obligación del nombramiento del tutor o tutora al inhabilitado (art. 390).
“Ejecutoriada la sentencia en que se haya impuesto la pena de inhabilitación, el representante
del Ministerio Público, pedirá inmediatamente el nombramiento de tutor o tutora. Si no lo
hiciere, será responsable de los daños y perjuicios que sobrevengan. También podrán pedirlo los
familiares más cercanos de éste. Esta tutela se limitará a la administración de los bienes”.
Comentarios
A pesar que el Juez o Jueza Sentenciadora, en su resolución señale la inhabilitación especial o bien no
lo hiciera; oportunamente la disposición legal aclara que el tutor o tutora entrará en acción por decirlo
de esta manera hasta que la sentencia de condena asuma firmeza y se proceda a ejecutarse. Momento
procesal que se produce la cosa juzgada formal y material que todos conocemos y el representante del
Ministerio Público deberá pedir inmediatamente, so pena de la responsabilidad civil que genere su
omisión de los daños y perjuicios (daños emergentes y lucro cesante) que sobrevenga al condenado o
sus beneficiarios. Además, podrá pedir también el nombramiento de la tutela los familiares del
condenado, y siempre se estatuye que se refiere esta tutela a la administración de los bienes, con las
salvedades de que puede haber inhabilitación más amplia.
Capítulo VII.
Ejercicio de la tutela
246
Jaime Alfonso Solís Romero
“El tutor o tutora representa al niño, niña, adolescente, persona declarada judicialmente
incapaz, y a la persona con discapacidad que no pueda valerse por sí misma en todos los actos
civiles o administrativos, salvo en aquellos que por disposición expresa de la Ley o por
sentencia, el tutelado o tutelada deba y pueda ejecutar por sí mismo”. Comentarios
La disposición del art. 391 CF señala las facultades en grades rasgos que le corresponde al tutor o tutora
y de manera también general menciona la excepción del ejercicio de la tutela.
247
Jaime Alfonso Solís Romero
Otros actos que requieren autorización judicial: venta de ganado, pago de deudas del menor, pago de
gastos extraordinarios, repudio de herencias, transacciones, compra de inmuebles, empréstitos y
préstamo de dinero del tutelado entre otros.
249
Jaime Alfonso Solís Romero
parte segunda de la disposición jurídica que el tutor o tutora puede concurrir a la división judicial
provocada por los condóminos y aun en ciertos casos está obligado a promover él mismo la división.
d) Hacer inversiones y reparaciones mayores en los bienes del tutelado o tutelada; el tutor o tutora
deberá estar autorizado para emprender inversiones, mejoras y reparaciones en los bienes del tutelado
o tutelada con el fin de salvaguardar los bienes del mismo en alteraciones o cambios de forma
innecesarias y perjudicial del tutelado, por lo que sanamente requiere la autorización del Juez o Jueza,
no se determina al menos es esta norma límites a esas inversiones y reparaciones pero consideramos
que debe quedar a juicio de cada judicial.
e) Transigir o allanarse a demandas que se establezcan contra el tutelado o tutelada. No puede el tutor
arreglarse o admitir demandas aún que beneficien al tutelado o tutelada sin previa autorización del
Judicial.
250
Jaime Alfonso Solís Romero
“El tutor o tutora debe informar y rendir cuenta de su gestión al Juez de Familia, por lo menos
una vez al año. Deberá hacerlo, además, cuantas veces el propio juez o jueza así lo disponga, lo
que deberá quedar asentado en el libro de tutela que lleva cada juzgado”.
Comentarios
Esta regla es propia de cada una de las legislaciones en materia de tutela o guardadores, el tutor o
tutora está obligado a llevar cuentas documentadas de las rentas que percibe el menor y de los gastos
que hace en beneficio de éste; es decir, deberá conservar los recibos y los comprobantes que hacen a
dichos rubros, a los efectos de estar en condiciones de rendir cuentas.
Pero además el tutor o tutora está obligado a rendir cuentas, debiendo respaldar éstas en los asientos y
documentos que debe conservar para ello, tanto a la finalización de la tutela, como durante ésta si lo
solicita las autoridades o si lo solicita el menor mismo (art. 400 CF).
En estos casos, la autoridad administrativa o la obligación de rendir ante el Juez o Jueza cada año el
tutor o tutora la rendición de cuentas, y justificar en caso de dudas que ofrece la administración de
éste. De manera que, durante la tutela, antes de su finalización, estará obligado a rendir cuentas el
tutor o tutora ante el juez o jueza que se lo exige la ley.
Sin perjuicio también los parientes del tutelado o la autoridad administrativa como hemos referido
pueden pedir al judicial que las exija antes del año. En caso de que el tutor o tutora sea reemplazado
por otro, el reemplazante puede solicitar la rendición de cuentas del anterior. Si el tutor o tutora
falleciere, sus herederos podrán también solicitar la rendición de cuentas del tutor o tutora. Considero
oportuno que señalar que las disposiciones no nieguen que los acreedores del tutelado, por vía de
acción subrogatoria, podrán solicitar dicha rendición. Independientemente de la rendición de cuentas
general a la que hemos aludido, puede exigirse una rendición de cuentas referida a un negocio
determinado; p.ej., si el juez o jueza autoriza al tutor a realizar determinadas enajenaciones,
simultáneamente exigirá que rinda cuentas de lo actuado (arts. 401 y 402 CF).
Comentarios
Las cuentas finales que se rindan por el tutor o tutora, serán discutidas con aquellos que estuvieron en
el régimen de la tutela si procediera, siempre se le dará intervención a la Procuraduría nacional de la
familia.
251
Jaime Alfonso Solís Romero
58. Intervención del nuevo tutor o tutora (art. 402).
“En la rendición de cuentas. En caso de que la administración pase a otra persona, el nuevo
tutor o tutora está obligado a exigir y discutir judicialmente la cuenta de su antecesor y será
responsable de los daños y perjuicios que se cause a la persona sujeta a tutela por el
incumplimiento de esta obligación”.
Comentarios
La regla es que, al cambiarse, removerse o cesar en sus funciones como tutor el nuevo o nueva tutora
está obligado a exigir y discutir judicialmente la cuenta del anterior tutor y será responsable de los
daños y perjuicios que cause a la persona sujeta a la tutela por el incumplimiento de esa obligación.
59. Prohibición temporal de celebrar convenio entre la anterior tutora o tutor y su tutelado o
tutelada (art. 403).
“Hasta pasados tres meses después de la rendición de cuentas, no podrá el anterior tutor o tutora y
el tutelado o tutelada celebrar convenio alguno entre sí”.
Comentarios
La doctrina establece en términos similares al art. 403 CF que ningún convenio celebrado mientras
dura la tutela, sobre las cuentas que el tutor debe rendir, tiene validez. Sólo lo tendrá el que firme el
ex pupilo después que ha llegado a la mayoría de edad, y siempre que haya transcurrido un mes desde
que el tutor presentó sus cuentas. Esta previsión legal tiene por objeto evitar que el tutor obtenga una
aprobación complaciente del pupilo, debido a temor reverencial o a la influencia espiritual que puede
ejercer aquél sobre quien es o ha sido su tutelado o tutelada.
254
Jaime Alfonso Solís Romero
Libro Quinto
Título I
Concepto, Principios, Derechos y Deberes Capítulo
I.
Del concepto, principio, derechos y deberes
255
Jaime Alfonso Solís Romero
osteoporosis etc.) son más recurrentes en los países en vías de desarrollo que en los desarrollados. El
día internacional de las personas de edad se celebra el 1 de octubre.
La recién elaborada sociología de la tercera edad tiene otras dimensiones: considerar a estas personas
un grupo cultural en una estratificación de la población por grupos de edad (igualdad de trato,
igualdad de derechos). Sin embargo, esta situación sólo puede aplicarse en un segmento interesante
pero reducido de consumidores y de clientela política, por lo que de nuevo es reduccionista, pues
asume homogeneidad. Además, la exclusión del mercado laboral remunerado no quita su inclusión en
actividades típicas del voluntariado, comisiones municipales, residencias, centros sociales, bibliotecas
y otras instituciones con enfoque comunitario, asociacionista y participativo como personas y como
ciudadanos. Shanas (1968, 1977) contribuyó con el concepto de la construcción social de la tercera
edad contra conceptos discriminantes que, como símbolos y sentimientos, pueden modificarse; Butler
(1975, 1980) removió hacia adelante la nueva edad, con un enfoque de interaccionismo simbólico.
89 Ley N°. 720, Aprobada el 06 de Mayo del 2010, Publicada en La Gaceta, Diario Oficial N°. 111 del 14 de Junio del 2010.
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Jaime Alfonso Solís Romero
“Son derechos de las personas adultas mayores, además de los consignados en la Constitución
Política de la República de Nicaragua y demás normas jurídicas, los siguientes: a) Vivir con su
propia familia, por lo que no podrá ser ingresado en un hogar para personas adultas mayores
sin su consentimiento o sin mediar resolución judicial; b) Tener acceso a un hogar alternativo
para personas adultas mayores cuando estén expuestas a riesgos; c) Recibir un trato justo,
humano, respetuoso y digno por parte de las instituciones públicas, privadas y la sociedad,
respetando su integridad física, psíquica y moral; d) Recibir atención, alimentos y cuidados
adecuados a su edad por parte de su núcleo familiar, en primer lugar y de acuerdo a la
posibilidad económica de éste; e) Tener relación con toda su familia, en caso de que convivan
con una parte de ella; f) No ser víctima de ningún tipo de discriminación; g) Ser tratadas con
respeto, dignidad, consideración, tolerancia y afecto por parte de su familia, la sociedad y el
Estado; h) Ser informadas de sus derechos y deberes y sobre los mecanismos legales para
materializarlos; i) Ser atendidas con prioridad para el goce y ejercicio de sus derechos; j) Ser
protegidas de toda clase de explotación y maltrato físico, psicológico o cualquier otro tipo de
abuso o violencia que se ejerza en contra de su persona y bienes; k) Recibir asistencia jurídica
gratuita a que hubiere lugar, a través de los centros e instituciones competentes en esta materia;
I) Recibir atención de calidad, digna y preferencial en los servicios de salud, a nivel
hospitalario, centros de salud y en su domicilio. Se procurará dar atención especial a las
enfermedades propias de su condición de persona adulta mayor; m) Integrarse a programas de
educación en cualquiera de sus niveles; n) Acceder a un empleo remunerado, sin menoscabo del
goce y disfrute de los derechos y beneficios que se derivan de su condición de persona adulta
mayor; o) Tener acceso a programas recreativos, culturales, deportivos o de simple
esparcimiento; p) Recibir oportunamente pensiones por retiro en caso que corresponda o
subsidiarios para gastos personales; q) Ser escuchadas, atendidas y consultadas en todos los
asuntos que fueren de su interés y asegurarles la participación y comunicación en actividades
de la comunidad; r) Disponer libremente de su persona, de sus bienes, recursos económicos y
financieros. Solamente pueden ser declarados incapacitados por sentencia judicial, previo
dictamen médico legal; s) Adquirir una vivienda digna. En los proyectos de vivienda de interés
social, se le dará trato preferencial a la persona adulta mayor para la adquisición y disfrute de
una vivienda digna. Así mismo se les procurará proveer facilidades de financiamiento para la
adquisición o remodelación de su vivienda; t) Ser sujeto y beneficiario de políticas de crédito
por parte de las instituciones del Estado que atienden al sector productivo, siempre que la
persona adulta mayor desarrolle este tipo de actividad económica; u) A que se le garantice su
defensa en los procesos judiciales y trato preferencial conforme su condición de persona adulta
mayor en todas las diligencias que se llevan en el proceso; v) Gozar de trato digno y
preferencial en las gestiones que realice ante todas las entidades públicas o privadas; w) Estar
plenamente informado de todos los servicios que pueda recibir como persona adulta mayor de
parte de las instituciones y aceptar o negar voluntariamente cualquier circunstancia que le
favorezca o le perjudique. x) Tomar decisiones, aceptar o negar voluntariamente cualquier
circunstancia que les favorezca o les perjudique”.
Comentarios
La Organización de las Naciones Unidas estableció que a partir de los sesenta años toda persona considerada
adulto mayor y debe gozar de derechos especiales. En 2002, México publicó la Ley de los Derechos de las
Personas Adultas Mayores. Como adulto mayor: Es una persona útil y capaz de tener vida plena e
independiente. El lugar ideal para vivir es aquel donde ha habitado la mayor parte de tu vida, rodeado de tu
familia; recurrir a un asilo es la última opción. Para la ONU, las personas mayores tienen derecho a vivir con
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Jaime Alfonso Solís Romero
independencia, participación, cuidados, autorrealización y con dignidad. Nuestro país reconoce en su
legislación los siguientes derechos:
Integridad, dignidad y preferencia. Acceso a una vida plena, con calidad, libre de violencia y sin
discriminación. Respeto a la integridad física, psicoemocional y sexual. Protección contra toda forma de
explotación.
Seguridad y certeza jurídica. En cualquier procedimiento judicial, tienes derecho a un trato digno y
apropiado; a recibir el apoyo de las instituciones, estatales y municipales, con asesoría jurídica gratuita y con
un representante legal cuando sea necesario. En todos estos procedimientos tienes derecho al trato preferente
en la protección de su patrimonio.
Salud, alimentación y familia. Tienes derecho a los satisfactores básicos, como alimentos, bienes, servicios y
condiciones para una atención integral y de manera preferente. Para el cuidado de su salud deben contar con
el apoyo subsidiario de las instituciones públicas, además de orientación y capacitación en materia de
nutrición, higiene y todo aquello que favorezca su cuidado personal.
Educación. Acceso a la educación de manera preferente en instituciones públicas y privadas, las cuales deben
incluir en sus planes conocimientos relacionados con las personas adultas mayores y contar con material
educativo autorizado por métodos en el tema del envejecimiento.
Trabajo. Igualdad de oportunidades o de otras opciones que le permitan un ingreso propio y desempeñarte en
forma productiva tanto tiempo como lo desees, además de protección de las disposiciones de la Ley del
Trabajo y de otros ordenamientos de carácter laboral.
Asistencia social. Tienes derecho a programas de asistencia social en caso de desempleo, discapacidad o
pérdida de sus medios de subsistencia; de vivienda digna y de acceso a una casa hogar o albergue, sólo en
situación de riesgo.
Participación. Incumbencia en la planeación y toma de decisiones que te afecten, así como de desarrollo
social en general, ya sea de manera individual o mediante la libre asociación con otras personas;
participación en los procesos productivos, de educación y capacitación, y en la vida cultural, deportiva y
recreativa de tu comunidad.
Denuncia. Denunciar de manera personal cualquier hecho, acto u omisión que te produzca o pueda producir
algún daño o afectación en tus derechos y garantías; también pueden hacer denuncias de este tipo toda
persona, grupo social, organizaciones no gubernamentales, asociaciones o sociedades.
Los anteriores derechos y deberes que se reconocen a las personas adultas mayores, son normas esenciales y
prácticas que permitirán a la Familia, Sociedad y Estado un adecuado desarrollo y espacio acorde a la edad
del adulto mayor para su cuido, atención y amor que puede ofrecérsele no solo su familia sino el propio
Estado y la Sociedad. Las anteriores reglas no permiten que el adulto o adulta mayor sea discriminado
jurídicamente o socialmente; el adulto mayor es un ser humano, sujeto al respeto irrestricto de sus derechos
humanos y en tal sentido no solo es sujeto de crédito, si no de los más amplios beneficios sociales y estatales
que pueda otorgárseles. Las mismas leyes regulas las limitaciones en algunos asuntos en que el o la adulta
mayor se les
restringe derechos para efectu ar o ejecutar por razones obvias a su condición física y edad biológica.
4. Deberes de las personas adultas mayores (art. 415).
“Son deberes de las personas adultas mayores, los siguientes:
a) Respetar y considerar a los miembros de su familia, costumbres, orden y normas de conductas
que rigen en el hogar;
b) Practicar normas de buena conducta y de convivencia social en el seno de la familia, la
comunidad y la sociedad;
c) Contribuir a la conservación de la propiedad de la familia y de la comunidad;
d) Transmitir sus conocimientos y experiencias en la sociedad, en el seno familiar y en la
comunidad;
258
Jaime Alfonso Solís Romero
e) Trasmitir en el ámbito de la familia y la sociedad, valores de amor, afecto, comprensión y
solidaridad;
f) Colaborar en la medida que su condición física y psicológica lo permita, en las tareas y
ocupaciones cotidianas del hogar que habite; g) Practicar hábitos adecuados de salud;
h) Ajustar sus necesidades a la capacidad económica de su familia”.
Comentarios
Los adultos mayores obviamente tienen también deberes con su familia, estado y la sociedad como las
responsabilidades que debemos asumir como retribución a los derechos otorgado por el estado.
Capítulo II.
Del estado, del sector privado y la sociedad
5. Del estado, del sector privado y la sociedad (art. 416).
“Responsabilidad del Estado Es responsabilidad del Estado brindar protección especial a la
persona adulta mayor a través de políticas públicas, estrategias y programas en los servicios de
seguridad social, salud, educación, vivienda, empleo y servicios sociales personales”.
Comentarios
Esta disposición señala tres grades actores con incidencia obviamente en la sociedad; de tal manera
que señala sobre la responsabilidad del Estado como es, brindar protección especial a la persona
adulta mayor a través de políticas públicas, estrategias y programas en los servicios de seguridad
social, salud, educación, vivienda, empleo y servicios sociales personales.
Esto es importante como nos hemos referido ya que el legislador logra articular esta responsabilidad
estatal para cubrir las necesidades básicas en seguridad, salud, educación vivienda, empleo y
servicios sociales que históricamente el adulto mayor estaba marginado o limitado.
259
Jaime Alfonso Solís Romero
7. Norma general (art. 419).
El Estado, la familia, el sector privado y la sociedad deben promover, resguardar y garantizar
las condiciones óptimas de salud, educación, trabajo, seguridad alimentaria, vivienda y
seguridad social a favor de la persona adulta mayor”.
Comentarios
El estado como un ente supra, debe mantener Leyes, organismos, mecanismos de protección a los
mayores de la tercera edad o adultos mayores; para que puedan ser atendidos de sus diferentes
enfermedades, por lo que debe contarse con centro hospitalarios modernos y en especial para su
atención; debe promoverse la superación académica, trabajo digno, seguridad alimenticia, viviendas y
seguridad social.
8. Responsabilidad de la sociedad y las organizaciones sociales sin fines de lucro (art. 420).
“Es responsabilidad de la sociedad fomentar en coordinación con las entidades del Estado
correspondientes y organismos no gubernamentales, programas y actividades dentro de su
comunidad que permitan la inserción social de manera integral y activa de la persona adulta
mayor. Asimismo, los organismos no gubernamentales sin fines de lucro, que tengan entre sus
objetivos y fines el apoyo a la persona adulta mayor, deberán desarrollar programas que
permitan reconocer a la persona adulta mayor como miembro importante dentro de la familia y
la sociedad, para lo cual deben brindársele las facilidades y atenciones que requieren para su
desarrollo humano y satisfacción personal. Estos organismos deberán estar acredita dos ante la
Secretaría Ejecutiva del Consejo Nacional del Adulto Mayor”.
Comentarios
No requiere explicación, su contenido es la continuación de los artículos anteriores, y la obligación que
tiene toda empresa privada.
260
Jaime Alfonso Solís Romero
“Las regulaciones previstas en este Libro, son sin perjuicio del régimen jurídico e institucional de
protección y garantías establecidas en el ordenamiento jurídico”.
Comentarios
En materia de protección de los miembros de la tercera edad el legislador no estableció limitaciones
en cuanto al régimen jurídico e instituciones para implementar lo necesario para el desarrollo de una
vida plena y sana a los adultos mayores.
Libro Sexto
Proceso de familia
Título I
Disposiciones Generales
Capítulo I.
261
Jaime Alfonso Solís Romero
matrimonio, su constitución, efectos personales, económicos y disolución; b) Unión de hecho
estable; c) Filiación, paternidad y maternidad; d) Relaciones entre madre, padre, hijos e hijas;
e) Asistencia familiar y prestaciones alimenticias, distintas de las que regula el inciso anterior;
I) Régimen de cuido, crianza, comunicación o visitas; g) Privación, suspensión, restitución y
pérdida de la autoridad parental; h) Declaración de incapacidad y sus efectos; i)
Representación de niños, niñas y adolescentes; j) Representación de mayores de edad
declarados incapaces; k) Administración y actos de disposición o gravámenes sobre bienes o
derechos de niños, niñas o adolescentes y declarados judicialmente incapaces y de la
transacción acerca de sus derechos; I) De la tutela, su constitución, efectos y extinción; m)
Emancipación; n) Intereses de la persona adulta mayor; o) De la adopción, declaración judicial,
nulidad y revocación; p) Exequátur, siempre relacionado con la competencia del Tribunal; q)
Protección y aplicación de medidas de protección ante todas las formas de violencia
intrafamiliar entre cónyuges o convivientes, para con niños, niñas, adolescentes, personas
adultas mayores, mujeres embarazadas, personas con discapacidad y mayores declarados
judicialmente incapaces; r) Medidas de internación de enfermos mentales, alcohólicos crónicos
y toxicómanos; s) Cuestiones relativas al nombre, inscripción de nacimientos, estado civil y
capacidad de las personas; t) Impugnación de resolución administrativa que declara la
paternidad”. Comentarios
El Derecho de Familia sustantivo requiere de unas normas especiales de carácter procedimental que
diseñen un proceso de familia ágil, con características propias atendiendo a la naturaleza de los
conflictos o situaciones familiares que atañe resolver en esta materia, en donde como de todos es
conocido, no se resuelven cuestiones relacionadas con intereses meramente patrimoniales, sino
pretensiones de mayor contenido humano, derechos personalísimos, de arraigo emocional, se
conocen aspectos íntimos de la persona humana, se deciden pretensiones importantísimas que tienen
que ver con el desarrollo de la vida de las personas y muchas veces se deben tomar decisiones que
versan sobre el futuro de la vida de las personas, especialmente de los niños, niñas y adolescentes,
por lo que este proceso no se puede presentar a la luz de la estructura de un proceso civilista en donde
impera el interés privado por la misma esencia de los derechos que se pretenden hacer efectivos en
esta materia, pues incluso algunas legislaciones como el Código de la Familia de Panamá (art.3)
reconoce que las disposiciones que contiene son de orden público y de interés social y se deben
aplicar con preferencia a otras leyes; en igual línea, el artículo 5 del Código de Familia de la
República de El Salvador regula que los derechos establecidos en ese cuerpo normativo son
irrenunciables, salvo las excepciones legales, los deberes que impone son indelegables y cualquier
declaración en contrario se tendrá por no escrita; de ahí la justificación para que el abordaje que se
merece ofrecer a la solución de los conflictos familiares debe ser integral y mediante un proceso
idóneo, ya que el Juez(a) de Familia, no puede, ni debe resolver fríamente basándose únicamente en
el asunto judicial, sino que es necesario el contacto directo con las partes en el proceso para conocer y
percibir de primera mano sus inquietudes, intereses, comportamientos, dudas, temores, recursos y
limitaciones, auxiliándose para ello en los casos que sea necesario, de personal especializado como
Trabajadoras(es) Sociales, Psicólogos (as), Médicos, etc., y vigilando que se cumplan todas las
normas y garantías del debido proceso.
A través del proceso de familia tiene como fin regular las relaciones familiares y obtener una solución
pacífica a los conflictos en tales relaciones. La actuación de este derecho supone su realización
indirecta por intermedio de los organismos jurisdiccionales. Esta distinción, que se corresponde con
la clásica entre derecho de fondo y derecho procesal, adquiere significativas particularidades en el
derecho de familia. Sin embargo, el ámbito de la normativa familiar se conforma hoy por reglas de
diferente jerarquía, incluidos los Tratados incorporados con rango constitucional, que rige tanto en las
262
Jaime Alfonso Solís Romero
relaciones sustantivas de derecho de familia como en los sistemas procesales para el abordaje de los
conflictos que se generan. Ello determina una zona de confluencia, en la que es común encontrar
normas procesales en la legislación sustantivas, a la par de una amplitud de facultades del órgano
jurisdiccional local (como es el de familia) que no es común en las otras ramas (civil, comercial),
pues se prioriza la solución del conflicto. En la actualidad el derecho de familia adquiere gran
movilidad por la incidencia de nuevos fenómenos sociales que deben ser captados por le derecho.
Así, el concepto de familia, que inicialmente se limitaba a la nuclear clásica, integrada sólo por padre,
madre e hijos, ha cedido el paso a otras formas, como “las uniones de hecho estables de carácter
permanente hayan o no tenido descendencia”, las familias ensambladas y más recientemente el
“grupo de personas que vivan bajo un mismo techo”. Por otra parte, se manifiesta en el orden social
en general y en el ámbito familiar en especial, la violencia como elemento distorsionante de la
realidad. Es así que se producen modificaciones tanto en las leyes sustanciales como las procesales
que captan el fenómeno e incorporan instituciones que, si bien determinadas por la violencia, operan
como pautas
Los principios procesales son normas que establecen directrices sobre la forma de desarrollo del
conjunto de actos procesales que integran la unidad que es el proceso judicial. Sirven de orientación
para la aplicación de la ley. Estos principios se deben orientar al logro efectivo de los derechos
reconocidos en la ley sustantiva, teniendo como presupuesto básico el cumplimiento de las garantías
del debido proceso que devienen de la norma constitucional.
90 Circular del 11 de febrero de 2022 CSJ, punto 8. ¿Cómo deben computarse los plazos y términos judiciales? R: De conformidad con el articulo 131
CPCN, el plazo es el período de tiempo entre dos fechas, en que se puede realizar válidamente una actuación procesal y conforme el articulo 134 CPCN,
los plazos comenzarán a correr desde el día siguiente a aquél en que se hubieren efectuado el acto de comunicación, del que la ley haga depender el
inicio del cómputo, y se contará en ellos el día del vencimiento que expirará a media noche. De conformidad con el artículo 132 CPCN, son hábiles
todos los días del año, salvo los domingos y los que por ley vaquen los Tribunales establecido en la Ley del Poder Judicial (vacaciones de semana santa
y de diciembre), así como los días feriados legalmente autorizados (1° de enero, jueves y viernes Santo, 1° de mayo, 19 de julio, 14 y 15 de septiembre y
8 y 25 de diciembre) tal como lo establece el artículo 66 Código del Trabajo. A la luz de las normas legales citadas, los feriados nacionales no se
computan dentro del plazo establecido, es decir, que al realizar el cómputo de un plazo se excluyen los días feriados nacionales. En el caso de las
vacaciones judiciales este periodo está definido y delimitado por la Ley 260 LOPJ, por lo cual, aunque por Circulares administrativas la Corte Suprema
de Justicia establezca vacaciones en fechas diferentes a las de la Ley, estos días si serán computables para efecto de los Plazos. - Los días de asueto local
son considerados días hábiles para efecto de cómputo de los plazos, es decir deben contabilizarse. Término, de conformidad con el artículo 131 CPCN es
el día y en su caso hora fijada dentro del plazo en que se debe de realizar el acto procesal ordenado; cuando en el código se indique que una actuación
debe hacerse inmediatamente o tan pronto o no exista plazo o término fijado para su realización se entenderá que debe de realizarse dentro de las
siguientes veinticuatro horas, dicho de otra forma, de la hora de notificación veinticuatro horas posteriores
264
Jaime Alfonso Solís Romero
Comentarios
La competencia por materia deriva de la atribución a órganos que tienen la misma competencia
territorial, de funciones administrativas respecto a los distintos asuntos que son objeto de la
Administración justicia. Siguiendo la competencia especializada que expresamos anteriormente, la
disposición de familia reitera que los asuntos de familia y personas, de que trata este Código, serán
conocidos en la jurisdicción especializada familiar. Además, establece esa especialización de familia
en la Excelentísima Corte Suprema de Justicia, Tribunales de Apelaciones, juzgados de distrito y
juzgados locales, conforme ha establecido la vigente Ley Orgánica del Poder Judicial de la República
de Nicaragua.
Reserva el derecho de que sean conocidos por las Juezas o Jueces de Distrito de Familia o en su
defecto por los Jueces de Distrito Civil como primera instancia aquellos asuntos: a) declaración de
incapacidad
b) tutela
c) adopción,
Como segunda instancia, para todos los casos, conocerá la Sala de Familia del Tribunal de Apelaciones,
y la Sala de Familia de la Corte Suprema de Justicia conocerá del Recurso de Casación.
Véase el art. 214 que señala: “…Es el reconocimiento no voluntario, que es ventilado ante los
juzgados de familia y donde no hubieren, serán competentes los jueces y juezas de los juzgados
locales de lo civil y locales únicos…”
265
Jaime Alfonso Solís Romero
Si observamos el domicilio tiene una gran importancia en el desarrollo de las actividades de las
personas, de la ubicación de un individuo en determinado lugar va a derivar el ordenamiento jurídico
infinidad de consecuencias jurídicas, pues no solo en el derecho se precisa la identificación de la
persona a través del nombre sino también la ubicación a través del reconocimiento jurídico de su
domicilio o lugar donde desarrollo sus actividades. Tanto el nombre como el domicilio contribuyen a
la seguridad de las relaciones jurídicas. El lugar en que se han de ejercitar ciertos derechos y
obligaciones civiles se determina por el domicilio, que representa, por tanto, la sede jurídica de la
persona.
De aquí la importancia del concepto del domicilio, el concepto originario en el Derecho Romano era
el de la residencia actual de la persona, pero al aumentar las relaciones sociales se requiere un nuevo
elemento la estabilidad en la residencia. El domicilio es pues, la sede estable de la persona;
estabilidad que no se deduce de la presencia física sino de la intención.
El derecho intermedio desenvuelve más la doctrina romana del domicilio, el cual resulta de dos
elementos; uno material, el hecho de la residencia; otro espiritual, la intención de residir (animus
perpetuo commorandi). El código civil francés recogió el concepto romanístico a diferencia de otros
códigos civiles que hacen una triple distinción entre domicilio, residencia y paradero.
Nuestro Código de Familia regula el domicilio en referencia sobre la residencia. El Concepto legal de
domicilio de la persona natural es el "lugar en donde tiene su residencia habitual". Este concepto
comprende dos elementos: 1.- La residencia o elemento físico, 2.- La voluntad de residir de modo
estable o elemento intencional. El primer elemento se exige de modo expreso, no así el segundo, que
solo va implícito en la frase "residencia habitual". En efecto la habitualidad puede interpretarse en el
sentido de residencia prolongada en un lugar o bien como intención de establecerse de modo
permanente (es decir habitual) en un lugar. Los comentaristas españoles creen que esta última
interpretación es más conforme con el espíritu de la ley, ya que de seguir la primera interpretación
habría que esperar a que transcurriera cierto tiempo desde el establecimiento de una persona en un
lugar, para poder atribuir su residencia el carácter de habitual. Basta entonces, que una persona se
establezca en un lugar con la intención de permanecer en el para que se entienda constituido allí su
domicilio, esto parece acorde con la Sentencia de la Corte Suprema de Justicia, B.J, 1919, pag. 2502
cons. III., pues se reputa como domicilio habitual de una persona la población a donde traslada su
casa y familia para ejercer su profesión u oficio por tiempo indeterminado, y se declara entonces que
la residencia habitual, que es la base del concepto del domicilio, supone como elemento fundamental
no la permanencia, más o menos interrumpida, en un lugar determinado, sino la voluntad de
establecerse efectiva y permanentemente en un lugar.
Comentarios
La conciliación es un instituto siempre incluido en las leyes adjetivas, pero escasamente utilizado en
el marco de un modelo adversarial. Sin embargo, ya antiguas instituciones de derecho procesal
procuraban, en resguardo de la reserva familiar, evitar el litigio conflictivo, como es el caso de la
regla que impone el juicio arbitral en conflictos entre determinados familiares (padres, hermanos,
etc.). Sin embargo, la regla conciliatoria clásica del viejo proceso es la facultad del juez de utilizarla
como un medio relevante a la hora de zanjar diferencias y proponer soluciones entre los justiciables.
Así se manifiesta como la facultad que tienen los jueces para citar a las partes a una audiencia a fin de
lograr avenimiento o transacciones, y a ello se reduce, como hemos visto, la herramienta primordial
de un juez a cargo de un proceso adversarial clásico en el que se sustancias cuestiones de familia. 92
Por tener inmersa la conciliación las normas anteriores, la conciliación es un mecanismo de solución
de conflictos a través del cual, dos o más personas gestionan por sí mismas la solución de sus
diferencias, con la ayuda de un tercero neutral y calificado, denominado conciliador. La conciliación
es un procedimiento con una serie de etapas, a través de las cuales las personas que se encuentran
involucradas en un conflicto desistible, transigible o determinado como conciliable por la ley,
encuentran la manera de resolverlo a través de un acuerdo satisfactorio para ambas partes. Además de
las personas en conflicto, esta figura involucra también a un tercero neutral e imparcial llamado
conciliador que actúa, siempre habilitado por las partes, facilitando el diálogo entre ellas y
promoviendo fórmulas de acuerdo que permitan llegar a soluciones satisfactorias para ambas partes,
en el caso nuestro es el judicial.
Desde una perspectiva diferente además de ser un procedimiento, la conciliación es un acto jurídico
en el cual intervienen sujetos con capacidad jurídica y distintos intereses y en donde su
consentimiento y voluntad están dirigidos directamente a dar por terminada una obligación o una
relación jurídica, a modificar un acuerdo existente o a crear situaciones o relaciones jurídicas nuevas
que beneficien a ambas partes. De esta manera, la visión de la conciliación como institución jurídica
la enmarca dentro de una nueva forma de terminación de procesos judiciales que actúa con
independencia y autonomía de este trámite y que consiste en intentar ante un tercero neutral un
acuerdo amigable que puede dar por terminadas las diferencias que se presentan. Se constituye así
esta figura en un acto jurídico, por medio del cual las partes en conflicto se someten antes de un
proceso o en el transcurso de él, a un trámite conciliatorio con la ayuda de un tercero neutral y
calificado que puede ser el juez o jueza, otro funcionario público o un particular a fin de que se llegue
a un acuerdo que tendrá los efectos de cosas juzgada y prestará mérito ejecutivo.
Es importante detenerse en los efectos del acuerdo conciliatorio con el fin de hacer claridad sobre sus
alcances: En primer lugar, el acta de conciliación hace tránsito a cosa juzgada, es decir que los
acuerdos adelantados ante los respectivos conciliadores habilitados por ley, aseguran que lo
consignado en ellos no sea de nuevo objeto de debate a través de un proceso judicial o de otro
mecanismo alternativo de solución de conflictos. El efecto mencionado busca darle certidumbre al
derecho y proteger a ambas partes de una nueva acción o una nueva sentencia, es la renovación de la
92 Angelina Ferreyra De La Rúa. El Proceso de Familia. Principios que lo rigen, página 14. https://biblioteca.cejamericas.org/bitstream/handle/2015/1074/.
Consultado el 15 de Mayo de 2022.
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Jaime Alfonso Solís Romero
autoridad del acuerdo conciliatorio que, al tener la facultad de no volver a ser objeto de discusión,
anula todos los medios de impugnación que puedan modificar lo establecido en él.
De otra parte, el acta de conciliación presta mérito ejecutivo dentro de los términos del artículo, esto
es que cuando el acta de conciliación contenga una obligación clara, expresa y exigible, será de
obligatorio cumplimiento para la parte que se imponga dicha obligación. En caso de incumplimiento
total o parcial de lo acordado por parte de uno de los conciliantes, la autoridad judicial competente
podrá ordenar su cumplimiento conforme a lo dispuesto en la norma, dando efectividad a los
acuerdos. En general la conciliación se presenta como una oportunidad que la ley otorga a las partes
para que restablezcan sus ánimos a través de una figura que puede ser de carácter judicial o
extrajudicial y a la que voluntariamente se someten a raíz de un conflicto con el fin de darle
existencia a un acto siempre que los derechos sean susceptibles de transacción, desistimiento o
conciliación.
De manera concluyente podemos decir que la conciliación es un mecanismo alterno de resolver de
manera directa y amistosa los conflictos que surgen de una relación contractual o que involucre la
voluntad de las partes, con la colaboración de un tercero llamado conciliador, de esta manera se da
por terminadas sus diferencias, suscribiendo lo acordado en un acta conciliatoria.
Capítulo II.
270
Jaime Alfonso Solís Romero
fundamentales consagrados en nuestra Constitución Política y los instrumentos y tratados
internacionales.
4. Abordaje social integral (art. 437).
“La familia es el núcleo fundamental de la sociedad; por ello, todas las cuestiones que se
susciten en el ámbito familiar y que merezcan la atención pública, administrativa y
jurisdiccional serán abordadas integralmente. Para la consecución de este empeño, cada una de
las instituciones que el Estado ha creado, a través de sus leyes, actuará conforme sus
competencias, para la protección social de la familia, quedando articulados esfuerzos conjuntos,
en idéntico sentido. El Estado de Nicaragua deberá habilitar partidas presupuestarias en el
Presupuesto General de la República, para que el Ministerio de la Familia, Adolescencia y
Niñez y otras instancias encargadas de brindar atención y protección integral a las familias, en
particular, a niños, niñas y adolescentes, personas adultas mayores y personas con
discapacidad, dispongan de los medios materiales promedios que permitan proporcionar un
ambiente de vida digna”.
Comentarios
Se propone un proceso o procedimientos único y un juez o jueza con competencia ampliada para todo
el conflicto, tanto en la decisión jurisdiccional como para la conciliación, evitando plantear un
sinnúmero de juicios que no permite hacer efectivos la protección integral de los más vulnerables,
pues a veces el esquema estrictamente legal no permite enfocar adecuadamente el verdadero
conflicto, por lo que deben darse amplias potestades al juez o jueza para señalarlo y resolverlo.
Considero además que esta disposición legal tiene mucha claridad, no necesita explicación alguna,
fue ampliamente redactado en dos facetas; la integridad y la habilitación de partidas presupuestarias
necesarias.
273
Jaime Alfonso Solís Romero
ejecute. También se informará a la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos y si
fuere pertinente se dará cuenta al Ministerio Público”.
Comentarios
Como hemos venido advirtiendo la protección del niño, niña, adolescente, mayor incapacitado y
adulto mayor lo hace la legislación desde cualquier ángulo que se requiera; no sólo obliga al Juez o
Jueza de familia la protección del que se encuentra en peligro o a quien se le esté cometiendo una
vulneración a sus derechos como protegido, es razón establecer las medidas pre y cautelares
necesarias hasta que desaparezca el peligro y de ser el caso se tendrá que poner en conocimiento a la
Fiscalía para que proceda conforme a derecho a la investigación e interponer la acusación contra los
agresores o agresoras. Así, el orden no es una prelación impuesta, indistintamente puede actuar el
Ministerio de la Familia Adolescencia y Niñez, o la Procuraduría nacional de la familia las ejecute.
También se informará a la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos.
93 (http://derecho.isipedia.com/tercero/derecho-procesal-i/parte-07-la-entencia/28-la-cosa-juzgada).
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Este principio se concretiza mediante el de oralidad y por él se procura reunir toda la actividad
procesal en la menor cantidad posible de actos y evitar la dispersión, lo que contribuye a la celeridad
del proceso, por lo que también se afirma que está íntimamente relacionado con el de economía
procesal. En este artículo 445, se regula como principio rector procesal al establecer que el Juez o la
Jueza debe procurar la concentración de las actuaciones; tal principio tiene especial despliegue y
aplicación en el desarrollo de las audiencias orales, ya que en las mismas se pueden resolver
diferentes cosas a la vez, por ejemplo resolver peticiones de medidas cautelares, ya sea decretándolas,
modificándolas u ordenando dejarlas sin efecto las que se hubiesen decretado con anterioridad,
establecer alimentos provisionales, regímenes de visitas, se resuelven incidentes planteados en
audiencia, etc., en la audiencia se concentran la recepción de la prueba, las alegaciones de las partes y
el pronunciamiento del fallo y si es posible la sentencia.
ella os formula una sola pregunta ”Tenéis la convicción intima”. En base a este sistema, el Juez no
está supeditado a seguir construcciones o directrices legales, para dictar su fallo. Únicamente se le
pide que haga uso de su intimidad; de lo que su conciencia lo dicte. Aquí el Juez aprecia la prueba, y
resuelve, sin estar obligado a explicar del porqué llegó a ese convencimiento. Lo que puede suceder
también que el judicial resuelva con prueba, sin prueba y contra toda prueba.
Sobre la íntima convicción sostiene el renombrado jurista Couture: “En cuanto a la libre convicción,
debe entenderse por tal, aquel modo de razonar que no se apoya necesariamente en la prueba que el
proceso exhibe a Juez, ni en medios de información que pueden ser fiscalizados por las partes”
“Dentro de este método, el Magistrado adquiere el convencimiento de la verdad, con la prueba de
autos; fuera de la prueba de autos y aun contra la prueba de autos…” el ejemplo típico, y único
práctico, en nuestra cultura procesal, es el veredicto emitido por el tribunal de jurados, en materia
penal, donde existe pronunciamiento sobre la culpabilidad o no culpabilidad del acusado,
275
Jaime Alfonso Solís Romero
atendiendo al íntimo convencimiento de los jurados, sin estar exigidos el razonar a justificar del
porque concluyeron así. Puede que, con este método, exista, o no, un examen objetivo y racional de
la prueba.
La ley Francesa de 1791, que introdujo el jurado, en su parte medular expresaba: “La ley no pide una
explicación de los medios por los cuales (los jurados) han formado su convicción; ella no les
prescribe ninguna regla a la cual ellos deben ajustar, particularmente la plenitud y la suficiencia de
una prueba; ella les exige preguntarse a ellos mismo el silencio y recogimiento, y buscar en la
sinceridad de sus conciencias, qué impresión han hecho sobre su razón, las pruebas aportadas contra
el acusado y los medios de la defensa… ella no hace más que esta sola pregunta, que encierra toda la
medida de vuestro deber: ¿atenéis vosotros una íntima convicción?.
Ahora bien expuesto lo anterior la íntima convicción señalada en la norma de familia no debe
aplicarse sobre todo en materia probatoria sin exigirse ninguna racionalidad, ya que no es el criterio
del legislador al formular fuera de los excesivos rangos rituales y formales, ya que la norma de
familia la supera cuando se vinculan los criterios de que todo puede ser probado por cualquier medio
de prueba y que quien juzga tiene libertad de asignar el valor que considere a cada elemento de
prueba, pero que así mismo tiene el deber de apegarse a la racionalidad y fundamentar la resolución,
explicando las razones por las cuales, a partir del derecho del demandado a la presunción de su
inocencia y mediante el análisis objetivo de la prueba se llega a la certeza de la verdad. La prueba se
dirige al intelecto del juez o jueza para así colocarlo en una situación especial de poder formular su
juicio sobre la verdad, o falsedad, de las circunstancias fácticas alegadas por las partes.
Mientras que la sana crítica visible en el art. 508 CF, expresa: “El juez o jueza valorará las pruebas
conforme al valor que atribuya a cada medio de forma separada y conjunta, ajustándose en todo caso
a los principios de la razón y la ciencia, en armonía con los postulados establecidos en este Código.
Es valedero también recordar que en nuestro ordenamiento jurídico, de este sistema se desprende al
tenor de lo expuesto en el arto 4 del decreto 644: “sana critica, es la apreciación discrecional de las
pruebas, sin límites en su especie, pero respetando las reglas unívocas de carácter científico, técnico,
artístico o de carácter común y observando los principio elementales de justicia y sana lógica” (la
gaceta No. 42 del 21 de febrero de 1981) debemos de tenerle como el instrumento por el cual nace
esta figura procesal en nuestro país.
Se dice que “son las reglas del normal y correcto entendimiento humano, aplicadas al análisis y
valoración de las pruebas, donde intervienen la lógica y la experiencia, comunes, “del juez y del
jurado”, al respecto nuestro Código Procesal Penal lo reconoce en el art. 193, para la autoridad del
juez o jueza y para los jurados el art. 194 CPP. De la obra “fundamentos del derecho procesal civil”
de Eduardo Couture, extraemos lo siguiente: “las reglas de la sana critica, son, ante todo, las reglas
del correcto entendimiento humano. En ellos interfieren las reglas de la lógica, con las reglas de la
experiencia del juez… el juez que debe decidir con arreglo a la sana crítica, no es libre de razonar
discrecionalmente… arbitrariamente… la sana crítica, es la unión de la lógica y de la experiencia, sin
excesivas abstracciones de orden intelectual; pero también, sin olvidar esos preceptos que los
filósofos llaman de higiene mental tendientes a asegurar el más certero y eficaz razonamiento”.
El clásico español, Leonardo Prieto Castro, expone: “el juez debe formar su convicción acerca de la
verdad de los hechos afirmados, empleando las reglas de la lógica, la experiencia y el conocimiento
de la vida”.
Bien, para lo que pensamos en la ambigüedad de las normas en realidad no existe, lo que el Código
de Familia muestra es una interesante alternativa que debe ser una ventaja para el aplicador de la Ley;
por un lado, el judicial debe admitir, aceptar e interpretar las pruebas de las partes y por otro lado las
valora conforme la sana crítica para resolver los puntos en discusión de los litigantes.
276
Jaime Alfonso Solís Romero
14. La publicidad de las audiencias (art.447).
“En los asuntos a que se refiere este Libro, los procesos serán orales y públicos, pero podrá
decidir la autoridad judicial, de oficio o a instancia de parte, que los actos y audiencias se
celebren a puerta cerrada y que las actuaciones sean reservadas, siempre que las circunstancias
lo aconsejen, o cuando los intereses de los niños, niñas o adolescentes, mayores incapacitados,
incapaces o la protección de la vida privada de las partes y de otros derechos y libertades, así lo
exijan”.
Comentarios
Existen opiniones divididas acerca de la conveniencia o no de que el proceso de familia sea público,
sobre todo en lo referente al desarrollo de las audiencias orales; los que opinan que el proceso debe
gozar de privacidad, se basan en que en esta clase de proceso se ventilan y discuten derechos que
muchas veces tienen que ver con la intimidad de las personas, que en éste salen a relucir aspectos de
la intimidad de la vida familiar y no es conveniente que personas ajenas al mismo, sin ningún interés
se enteren de los hechos que se están discutiendo, ya que eso vulnera su intimidad personal que
también es un Derecho Constitucional.
Los que defienden la publicidad del proceso, sostienen que con ésta la justicia se democratiza, que la
sociedad se entera de cómo se administra la justicia, y que es un medio de control popular de la
misma. La publicidad puede ser de dos clases: interna y externa; por la primera se entiende que la
audiencia y el juicio es público para los sujetos que intervienen en el mismo, en el sentido que pueden
tener acceso al expediente del proceso sin restricción alguna, para enterarse del curso que lleva y
darle el impulso necesario cuando proceda; la publicidad externa consiste en que cualquier persona
ajena al proceso podría presenciar el desarrollo de las audiencias que se celebran.
En el proceso de familia salvadoreño, igual que el de nuestro país es un proceso que se desarrolla en
audiencias orales y públicas, pero el juez o jueza de oficio o a petición de parte puede ordenar la
reserva de la misma. (art.3 literal "d"). La aplicación que en la práctica ha tenido esa norma, ha sido
que en las audiencias ha imperado por lo general una publicidad interna, es decir, para los sujetos
procesales intervinientes y, excepcionalmente se ha dado la publicidad externa, siempre con la
anuencia de las partes se ha permitido que personas ajenas al proceso presencien las audiencias;
generalmente han sido grupos de estudiantes que asisten con fines académicos, estudiantes en
práctica de las clínicas jurídicas de diferentes universidades que brindan asistencia legal gratuita a
personas de escasos recursos económicos y algunas otras veces abogados que desean obtener
mayores conocimientos y desarrollar habilidades para la intervención en esta clase de procesos.
En relación con este principio, también se ha sostenido que es aplicable lo regulado en el Artículo 8
numeral 5 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos (Pacto de San José de 1969);
disposición que regula las garantías judiciales y en el numeral 5 dice: "El proceso penal debe ser
público, salvo en lo que sea necesario para preservar los intereses de la justicia".
Aunque la norma se refiere al proceso penal, se ha considerado que el carácter público del proceso se
debe aplicar extensivamente al Proceso de Familia, siempre con las reservas del caso en particular. El
Artículo 10 de la Declaración Universal de Derechos Humanos (10-Dic.1948) establece que: "Toda
persona tiene derecho, en condiciones de plena igualdad, a ser oída públicamente y con justicia por
un tribunal independiente e imparcial, para la determinación de sus derechos y obligaciones, o para el
examen de cualquier acusación contra ella en materia penal."
En igual sentido el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos se refiere al principio de
publicidad del proceso en el artículo 14 y establece algunas limitaciones al mismo en circunstancias
especiales. Ahora bien, aunque la norma no lo dirige a los medios de comunicación más bien lo
asume de forma general es obvio que los medios de comunicación y el público podrán ser excluidos
de la totalidad o parte de los juicios por consideraciones de moral, orden público o seguridad nacional
277
Jaime Alfonso Solís Romero
en una sociedad democrática, o cuando lo exija el interés de la vida privada de las partes o, en la
medida estrictamente necesaria en opinión del tribunal, cuando por circunstancias especiales del
asunto la publicidad pudiera perjudicar a los intereses de la justicia. Nuestra Constitución Política
señala la exclusión de la publicidad por razones de moral y orden público (art. 34.11 II Cn). El CPP
hace la exclusión de la publicidad cuando declare un menor de edad (art. 285 II CPP); La publicidad
puede también restringirse parcialmente, no permitiendo el Juez que se dibuje, fotografíe o filme a los
miembros del jurado o algún testigo o perito (art. 285, I CPP).
Toda exclusión de la publicidad debe decretarse por resolución fundada que se hará constar en acta
del juicio (art. 285, II CPP). El Juez debe restablecer la publicidad cuando desaparezca la causa de la
restricción.
En conclusión, podemos afirmar que la regla general es la publicidad del proceso y que ésta se puede
limitar en los casos a que se refieren las disposiciones legales que han quedado citadas, con las cuales
está en armonía la Ley de Familia.
15. Escucha a los menores de edad en los procesos judiciales y administrativos (art.448).
“Los niños, niñas y adolescentes que se encuentren bajo la autoridad parental deberán ser
escuchados en todo procedimiento administrativo y judicial que tenga relación con ellos de
manera personal y en consonancia con las normas y procedimientos correspondientes, según
sea el caso y en función de su edad y madurez. En caso de niños y niñas, la escucha será
obligatoria cuando sean mayores de siete años”.
Comentarios
Conforme a lo descrito por la norma es una potestad frente a menores de siete años que la autoridad
administrativa y judicial los escuche, cuando esto se encuentran bajo la autoridad parental, en
aquellos casos que tengan relación con ellos de manera personal, atendiendo su edad y madurez; pero
en caso que los niños, niñas sean mayores de siete años de edad será una obligación escucharlos.
pertenecientes a los sectores más vulnerables, el acceso al conocimiento, ejercicio y defensa de sus
derechos y obligaciones, mediante servicios cercanos.
La COMJIB ha venido trabajando en esta materia desde hace algunos años, desarrollando proyectos
específicos en el ámbito de la mediación juvenil, especialmente en Ecuador, en atención a las
víctimas de violencia de género, específicamente en Bolivia y en general en apoyo a políticas
integrales de acceso a la justicia. En este marco se ha creado el Programa Iberoamericano de Acceso
a la Justicia, instancia de los Ministros de Justicia de la COMJIB. Se han adherido al Programa
Brasil, Chile, Paraguay, Perú, México, Ecuador, República Dominicana y España. Además, participan
la SEGIB y la COMJIB, esta última asume la Secretaría Técnica Ejecutiva del programa. Los días 11
y 12 de abril se celebró en Montevideo la primera reunión del Programa, definiéndose Plan Operativo
Anual 2011-2012 y su reglamento.
Capítulo III.
Excusas y recusaciones
19. Legitimación (art. 452).
“Las autoridades judiciales de familia, deben excusarse de oficio para conocer de la causa y
podrán ser recusados cuando concurra alguna de las causales que establece el Derecho común.
El personal que integra el Consejo técnico asesor y los secretarios o secretarias de Juzgados, de
las salas de Familia de los Tribunales de Apelaciones o de la Corte Suprema de Justicia podrá
excusarse o ser recusado, por las mismas causas señaladas para los jueces y magistrados, en lo
que fuere pertinente. La excusa se hace por sí y la recusación a instancia de parte o de oficio
por el juez. Cuando proceda, la autoridad judicial designará de inmediato, quien deba
sustituirle en su función.
Las personas que actúen en representación de las autoridades administrativas, a las que este
Código confiere intervención, tendrán la obligación de excusarse, so pena de ser recusados, por
cualquiera de las causales mencionadas para los jueces, con la excepción del hecho de haber
conocido del asunto en la vía administrativa”.
Comentarios
Conocemos que la excusa es la abstención de los jueces o juezas de conocer un proceso cuando en
ellos concurran algunas de las circunstancias legales que hacen dudosa su imparcialidad, mientras
que la recusación es la facultad que la ley concede a las partes en un proceso, para reclamar que un
juez, jueza o uno o varios miembros del tribunal colegiado, se aparten del conocimiento de un
determinado asunto, por considerar que pueda parcializarse o que ha prejuzgado el asunto a conocer.
El CF omite adrede las causales de excusa y las causales de recusación, y admite las del derecho
común. Es obvio que el plexo de posibilidades para excusarse o recusar al funcionario va ampliarse
por que las partes podrán utilizar las causales no sólo las que ofrece el derecho civil, sino aún las
previstas en el derecho penal. De modo que las partes tendrán mayor seguridad en sus litigios de que
los funcionarios públicos y operadores de las normas de familia mantendrán en todo momento una
imparcialidad e independencia y autonomía en sus decisiones. La norma en estudio indica que la
excusa es una actuación oficiosa que le permite al funcionario (Juez, Jueza, secretario, secretaria,
miembros del consejo técnico asesor, magistrados y magistradas) separarse del asunto de familia y la
recusación es la oportunidad procesal de las partes en litigio para apartar al funcionario o funcionaria
de la causa de familia por encontrarse comprometida su imparcialidad. En la misma norma se señala
un pequeño detalle que podría leerse de manera ambigua cuando dice: “…La excusa se hace por sí y
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Jaime Alfonso Solís Romero
la recusación a instancia de parte o de oficio por el juez…” Debemos dejar claro que la excusa es
monopolio del funcionario o funcionaria y la recusación como hemos expresado es la facultad del
litigante, nunca puede recusarse de manera oficiosa el propio funcionario o funcionaria, hemos
asimilado que es a petición de las partes.
Otro punto que debemos aclarar es que el funcionario o funcionaria administrativos puede excusarse
de conocer el asunto de familia o también puede ser recusado por los interesados que los facultad la
Ley, y por las causas de los funcionarios y funcionarias del área judicial. Pero no pueden bajo
pretexto la autoridad administrativa, habiendo conocido el asunto en la vía administrativa separarse o
excusarse en caso de ofrecer su opinión técnica-científica en la vía jurisdiccional.
Al final la disposición familiar dice que cuando proceda, la autoridad judicial designará de inmediato,
quien deba sustituirle en su función. El comentario que podríamos aportar, es que se refiere que la
autoridad superior del recusado o excusado en el caso en estudio para los jueces o juezas locales o de
distrito sería la Sala de Apelaciones correspondiente quien de inmediato con el procedimiento que
estudiaremos posteriormente es la encargada de designar al sustituto o subrogante.
21. Competencia para conocer de las excusas y recusaciones (art. 454). “Tienen
competencia para conocer de las excusas o recusaciones:
a) El juez o jueza, de las relacionadas con el personal técnico y secretario;
b) La Sala de Familia del Tribunal de Apelaciones y de la Corte Suprema Justicia de las
relacionadas con los jueces y juezas de distrito de Familia, de distrito Civil, locales Civiles o
locales Únicos;
c) La Sala de Familia del Tribunal de Apelaciones y de la Corte Suprema Justicia, sin
participación del magistrado o magistrada excusado o recusado, de las relacionadas con los
magistrados o magistradas de la misma Sala y si todos son excusados o recusados, conocerán
las otras salas del mismo Tribunal;
281
Jaime Alfonso Solís Romero
d) De los representantes de las autoridades administrativas, la máxima autoridad de la instancia
administrativa a que pertenezca el recusado”.
Comentarios
Me parece viable prevenir a los lectores que con independencia de que el Juez o Jueza se excusen de
conocer el asunto de familia o bien sea recusado como un poder facultativo de las partes en litigios
vale decir que siempre deberá resolverlo la autoridad superior jerárquicamente pre-establecida, como
veremos a continuación. El inciso “a” de la norma antes mencionada, establece la jerarquía y define
que en caso de los miembros del consejo técnico asesor que pertenece al Juzgado de Familia, o de los
secretarios, o secretarias que se excusen o fuesen recusados lo tramitará y resolverá el Juez o Jueza
donde se encuentran subordinados o laborando.
Conforme al inciso “b”, de la mencionada disposición, los Jueces o Juezas de Distrito de Familia,
Distrito Civil, o los Jueces Locales Civiles o los Jueces Locales Únicos en caso de recusación o de
excusa, serán resueltos por las Salas de Familia de los Tribunales de Apelaciones correspondientes o
la Sala de la Corte Suprema de Justicia.
En caso de que uno o varios magistrados y miembros de la Sala de Familia, sea esta del Tribunal de
Apelación o de la Corte Suprema de Justicia, resuelven la excusa o recusación el resto de miembros
magistrado de la Sala, y en caso de que todos los magistrados miembros de la Sala se excusaran o
fuesen recusados conocerá otra Sala Penal, Civil del mismo Tribunal, con fundamento del inciso “c”
del art. 454 CF, obviamente sin la participación del magistrado o magistrada implicada.
Creo oportuno hacer la aclaración siguiendo la cronología jurídica del articulado sobre que instancia
tramita y resuelve la recusación o excusa; bien la respuesta no se hace esperar en el inciso “b” del art.
454 CF, la tramitología siempre estará a cargo del superior jerárquico de la instancia separada del
asunto, así recusado el Juez o Jueza Local o de Distrito conocerá y resolverá el Tribunal de
Apelaciones, y de ser recusados o todos se excusan de conocer el asunto de familia, el problema se
vuelve más complejos porque existen voces que sostienen que debería resolverlo la excusa o
recusación la Sala Civil de Familia por Ministerio de Ley de la Corte Suprema de Justicia (como
superior jerárquico), así en un caso hipotético, al ser recusadas ambas Salas Civiles y Penales en
Tribunales donde no existen más que dos Salas, tendrán que enviarse las diligencias a la Sala Civil y
de Familia de la Corte Suprema de Justicia, para que decida sobre la recusación o excusa y decidir
que que Sala Civil y de Familia conocerá el asunto principal de los Tribunales de Justicia más
cercano al Tribunal separado: pero también podría señalarse y me parece acertado que al existir solo
las dos Salas Civil y la Sala Penal en Tribunales de las Regiones, debería pasar las diligencias a otro
Tribunal de Apelaciones de otro Departamento más cercano al Tribunal recusado, pero como señalaba
la parte final del inciso c, de la disposición legal solo permite que la recusación la conozcan las otras
Salas del MISMO TRIBUNAL, el inciso “c” expresa: “c) La Sala de Familia del Tribunal de
Apelaciones y de la Corte Suprema de Justicia, sin participación del magistrado o magistrada
excusado o recusado, de las relacionadas con los magistrados o magistradas de la misma Sala y
si todos son excusados o recusados, conocerán las otras salas del mismo Tribunal; como
explicábamos tendríamos entonces que recurrir ante el código procesal civil para resolver la
recusación o abstención ante la separación de todos los miembros del Tribunal. Sentencia de la Sala
Civil de la CSJ ordenó que el competente fuese la Sala Civil del Tribunal de Apelaciones de
Managua, conforme a la regla del CPCN.
Por último, en caso de excusa o recusación en la parte administrativa de acuerdo al inciso “d” quien
resolverá será el máximo superior jerárquico del funcionario o funcionaria.
282
Jaime Alfonso Solís Romero
“No se admitirá excusa o recusación sin causa que lo justifique. Tendrán que presentarse junto
con la interposición, los medios de prueba que la acrediten, en caso contrario se tendrá por no
admitida. Presentada la excusa, debidamente justificada, se admitirá sin más trámite.
Del escrito de recusación y sus pruebas se le dará traslado al juez o funcionario cuya recusación
se solicita, dentro del tercero día de haberse recibido, para que conteste los cargos en el plazo de
cinco días. La autoridad judicial competente deberá resolver, sin dilación, en un plazo de cinco
días a partir de haber recibido el escrito de recusación y el informe, en su sede. Si la naturaleza
de los medios probatorios ofrecidos requiere señalamiento para la práctica de pruebas, se
convocará a las partes para audiencia especial. En este último caso el plazo integral para
resolver, será de quince días, contados a partir desde que el asunto se recibió en su sede”.
Comentarios
En principio hemos señalado que la excusa o recusación presentada debe asentarse en una o varias
causales que la contemplen las normas civiles, penales, laborales, etc., he allí cuando la disposición
expresa que la “justifique”, y en segundo lugar que sea comprobada con los elementos de prueba que
puedan acreditar la causal o causales y en caso contrario radicalmente se tendrá por no admitida. De ser
el caso de la excusa no se obliga a probarse u ofrecer medios de pruebas; la sencilla razón es que el
funcionario o funcionaria sólo invoca la causal y la justifica, y sin más trámite bajo la confianza y la
investidura que representa no necesita probarla, basta para el superior jerárquico su palabra, su dicho para
tenerla por demostrada. El escrito de recusación deberá presentarse ante la misma autoridad judicial que
conoce el asunto de familia, y con el escrito de recusación y sus medios de pruebas deberá remitirlo al
superior jerárquico para que resuelva el incidente de recusación; la autoridad superior recibido el escrito
de recusación y sus pruebas, dentro del plazo de los tres día dará traslado al Juez o Jueza recusado para
que en el plazo de cinco día conteste los cargos (informe); la autoridad judicial competente deberá
resolver, sin dilación, en un plazo de cinco días a partir de haber recibido el escrito de recusación y el
informe, en su sede. Si la naturaleza de los medios probatorios ofrecidos requiere señalamiento para la
práctica de pruebas, se convocará a las partes para audiencia especial. En este último caso el plazo
integral para resolver, será de quince días, contados a partir desde que el asunto se recibió en su sede; lo
que podríamos destacar que desde que el superior jerárquico recibe el escrito de recusación con los
medios de pruebas, el trámite de este incidente de recusación no debe pasar los quince días.
Desde la recusación presentada por las partes el proceso, sus plazos y el resto de actos procesales
quedan suspendido hasta que lo resuelva el superior jerárquico admitiendo o denegando la
recusación; en el caso de excusa el proceso no se suspende y el plazo y actos procesales tampoco,
esto es hasta que el superior jerárquico resuelva.
Comentarios
Es tónica en la mayoría de las legislaciones que contra la resolución del superior jerárquico
resolviendo el incidente de recusación o excusa no existe recurso alguno, véase que no se dejó ni el
de responsabilidad como en otras materias. Se le deja la posibilidad al inconforme perdidoso que
replanteé la recusación en el recurso que corresponda en contra de la sentencia final. Téngase
presente que la autoridad superior únicamente resolverá sobre el incidente de recusación o la excusa,
no está resolviendo el fondo del asunto.
Capítulo IV.
284
Jaime Alfonso Solís Romero
Las medidas cautelares en los procesos de familia tienen características diferenciadas de las
cautelares en general que se relacionan con sus caracteres, con los presupuestos de admisibilidad y de
ejecutabilidad y con el particular régimen de caducidad.
Entendemos como caracteres de las medidas cautelares a la instrumentalidad, provisionalidad,
flexibilidad y autonomía. Para poder apreciar las diferencias de estos caracteres entre las cautelares
genéricas y las cautelares en el proceso de familia es que realizo una breve descripción según el libro
Medidas Cautelares del Dr. Jorge L. Kielmanovich.95 Nos referimos a que las medidas cautelares son
instrumentales, por cuanto carecen de un fin en sí mismas, y se encuentran subordinadas y
ordenadas funcionalmente a un proceso principal del cual dependen, en miras a asegurar el
cumplimiento de la sentencia a dictarse en aquél y sin que a ello se oponga la coincidencia material
que pudiese existir entre el objeto de aquellas y el de la pretensión o petición de fondo.
Son provisionales, porque habrán de subsistir hasta el momento en que la sentencia definitiva
adquiera firmeza o ejecutoriedad, o mientras duren las circunstancias fácticas que las determinaron,
pudiendo entonces así solicitarse su levantamiento en tanto esos presupuestos sufriesen alguna
alteración. Por tal motivo, y por la instrumentalidad propia de las medidas cautelares, es que la
conclusión del proceso por perención o caducidad de la instancia habrá de importar la de aquéllas, sin
que su admisión previa pueda resultar, entonces, vinculante para el nuevo judicial.
En cuanto a la flexibilidad o mutabilidad está dada porque el requirente puede pedir su ampliación,
mejora o sustitución probando que la misma no cumple acabadamente con su función de garantía, el
afectado, su sustitución por otra menos gravosa, el reemplazo de los bienes cautelados por otros del
mismo valor, o la reducción del monto por el que aquélla fue trabada.
La pretensión cautelar es autónoma por su propia naturaleza y porque no se confunde con la
pretensión objeto del proceso contencioso o con la petición que constituye el objeto del proceso
extracontencioso, sino que se trata de una pretensión, o si se quiere acción, diversa de la pretensión o
petición actuada en el proceso principal, llamada a tener una virtualidad provisoria, por más que
pueda mediar alguna coincidencia.
Una de las diferencias principales es que las cautelares en los procesos de familia, sean de tutela
personal o patrimonial, están regidas prioritariamente por la legislación de fondo o sustantiva. Están
sometidas a presupuestos propios y no se aplican salvo subsidiariamente y ante la ausencia de normas
específicas, las disposiciones sobre medidas cautelares de leyes de jerarquía inferior, como los
Códigos Procesales. En el proceso de familia también se ve desdibujada la instrumentalidad, ya que
muchas cautelares importan anticipar de alguna manera la decisión de fondo o mérito, debido a la
urgencia. También se pueden decretar medidas cautelares para asegurar medianamente la tutela de
fondo como por ejemplo la exclusión del cónyuge del hogar durante el proceso de divorcio o
separación personal para evitar el agravamiento de la crisis por motivo de la convivencia.
Del mismo modo los alimentos provisorios en el juicio de filiación cuando el derecho fuere verosímil
y sin perjuicio de que aún no esté determinado el título por el cual se reclaman. Unas y otras cautelas,
no obstante, no suprimen la instrumentalidad, aunque, le acuerdan una fisonomía particular, ya que
muchas veces suponen resguardar la integridad física de las personas o la intangibilidad de los bienes.
Otra característica es que en los procesos de familia muchas medidas cautelares se sustancian. Así
como uno de los caracteres esenciales de las medidas cautelares es que se decretan in audita pars, en
los procesos de familia, por las graves consecuencias que pueden implicarle al afectado, muchas de
95 Conferencia por Youtube. Medidas Cautelares año 2000. En la 10° FERIA DEL LIBRO JURÍDICO organizada por el Colegio de Abogados de
Resistencia con el auspicio del Ateneo de Estudios Procesales del Chaco, Librería Editorial Con Texto y Fundación Formarte. Link consultado el 7 de
Diciembre de 2021, medidas cautelares año 2000 Dr. Jorge L. Kielmanovich.
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Jaime Alfonso Solís Romero
ellas se decretan previa sustanciación. Esa sustanciación puede verse plasmada no sólo con un
traslado sino también con la fijación de una audiencia por el tribunal. Lo mismo ocurre (o puede
ocurrir) cuando se solicita la exclusión del hogar como medida cautelar. Por las graves consecuencias
que ello podría ocasionarle al afectado, y por supuesto si no ocurriesen hechos de violencia que
obligaran a tomar una decisión inaudita parte, sería conveniente sustanciarlo con un traslado previo,
abreviando los plazos, o fijar una audiencia, máxime teniendo en cuenta que se debe procurar
solucionar el conflicto teniendo en mira el porvenir y también que lo concertado (en el caso, el retiro
del cónyuge del hogar) tiene mayor grado de acatamiento que lo impuesto. Del mismo modo, cuando
se solicita la tenencia o guarda provisoria de un menor o incapaz en forma cautelar, por la
trascendencia que implica para los afectados la decisión que allí recaiga.
En algunos supuestos no se exige demostración sumaria de la verosimilitud del derecho, del peligro
en la demora, ni se exige contracautela. Esto, como consecuencia de que la mayoría de ellas se
encuentran contempladas en las leyes de fondo. Así, el art. 460 dispone como único requisito para
solicitar medidas cautelares respecto de las personas – exclusión o atribución del hogar conyugal,
alimentos provisorios, etc., la sola promoción de la solicitud. Lo mismo ocurre respecto de las
medidas cautelares sobre bienes de acuerdo con la misma disposición.
Algunas medidas cautelares se pueden decretar de oficio. Es indistinto sea para proteger a la persona
o patrimonio. Ello como consecuencia del desdibujamiento del principio dispositivo en los procesos
de familia. Así, los jueces no dependen de la instancia de parte para decretar medidas cautelares sobre
las personas, como lo dispone el art. 458 y 463 del CF mencionado. 96
96 Circular del 11 de abril de 2018 de la CSJ. 24. Ejecución de Sentencia. ¿Son competentes los Jueces de Familia para ejecutar una Sentencia dictada
con Leyes anteriores al Código de Familia y decretar allanamiento de morada para la entrega de personas en situaciones de vulnerabilidad? En
concordancia con el artículo 555, 558 y 559 del Código de Familia. Se considera: Pueden ejecutar una sentencia dictada conforme Leyes anteriores
todos los Jueces que sean competentes para conocer de Familia a la vigencia del Código de Familia. Las sentencias dictadas basadas en el Código de
Familia, será competente el que las dictó, o el del lugar donde deba ejecutarse. Se instruye: Los Jueces que sean competentes para conocer de Familia a
la vigencia del Código de Familia, deben ejecutar la sentencia dictada conforme Leyes anteriores. La orden de allanamiento de morada, debe decretarse
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l) Inventario de bienes de menores de edad o mayores incapaces sujetos a tutela;
m) Depósito judicial de bienes;
n) Prohibición o restricción de acercamiento a la persona afectada o a los lugares que
regularmente concurre.
o) Internamiento en un centro de salud mental.
Comentarios
La mayoría de autores al estudio de las medidas cautelares en procesos de familia hacen la siguiente
división, según la forma en que están legisladas:
Nominadas: es decir las específicamente nombradas por la ley.
Genéricas: las que el Juez o jueza puede disponer según las estime indispensables e idóneas para la
finalidad cautelar.
Según la forma de tramitarse: Dentro del proceso principal.
Autónomas: antes o después del proceso principal.
Según la finalidad que persigue la medida: Es asegurar la futura ejecución forzada y resoluciones
provisorias para evitar daños irreparables por el transcurso del tiempo.
Según lo que quiere proteger: Medidas para asegurar bienes, medidas para asegurar personas El
artículo en estudio existe medidas de aseguramientos de las personas como de aseguramientos de los
bienes y el legislador dispuso diez medidas cautelares personales y cinco de aseguramiento de bienes,
las cuales abarcan probablemente las necesidades de los litigantes. No haremos estudio sobre las
mismas por estar claras en sus estructuras.
por la autoridad que conoce del caso, de acuerdo al artículo 559 del Código de Familia. En caso de ser necesario, la autoridad judicial, debe requerir el apoyo
del Consejo Técnico Asesor.
carácter preferente, que se celebrará dentro de tercero día hábil desde la notificación. En la
audiencia ambas partes expondrán brevemente, lo que a su derecho convenga. Terminada la
audiencia la autoridad judicial resolverá mediante auto la solicitud de medidas cautelares. Para
la sustanciación de las medidas cautelares se sujetara a los principios que consagra este Código
y a las funciones que ejerce el juez o jueza en materia de familia, con las siguientes
particularidades: La admisión de las medidas cautelares se decidirá, según su naturaleza, por el
juez o jueza competente del asunto, al momento de recibir los escritos polémicos, o en la
audiencia inicial, o en la audiencia de la vista de la causa, igual puede proceder en la audiencia
única en apelación. Para la sustanciación de las medidas cautelares se estará a los principios
que consagra este Código y a las funciones que ejerce el juez o jueza en materia familiar, con las
siguientes particularidades:
a) El solicitante de la medida cautelar no rendirá caución;
b) Si contra quien se solicita la medida no asiste a la audiencia, sin causa justificada, se tendrán
por admitidos los hechos alegados por el solicitante presente, para fundamentar sus peticiones
sobre las medidas provisionales;
287
Jaime Alfonso Solís Romero
c) Las medidas provisionales quedarán sin efecto cuando sean sustituidas por las que establezca
definitivamente la sentencia o cuando se ponga fin al proceso de otro modo;
d) En el caso de separación material que se funde en una situación de riesgo social que haga
apremiante la práctica de esta medida, el juez o jueza se presentará inmediatamente en el
lugar donde se encuentre la persona, en compañía de un delegado o delegada del Ministerio de
la Familia, Adolescencia y Niñez, un trabajador o trabajadora social del juzgado competente y
la o el Procurador respectivo. En el acto el juez o jueza resolverá, todo lo cual será
documentado mediante acta;
El juez o jueza, se auxiliará de la fuerza pública para el cumplimiento de las medidas
cautelares, según sea el caso. Las medidas cautelares se adoptarán mediante autos”.
Comentarios
Siempre en la aplicación de las medidas de cautelares el judicial debe tomar en cuenta, la necesidad y
proporcionalidad como presupuestos de las mismas; a). El fumus boni iuris.
Apariencia de buen derecho. Es uno de los criterios utilizados por la jurisprudencia extranjera para
determinar provisionalmente si existen elementos de juicio suficientes que, sin prejuzgar el fondo del
asunto, permitan adoptar medidas cautelares mientras dure la sustanciación del procedimiento.
Haciendo un análisis de la disposición jurídica vemos que se exige simultáneamente la existencia de
un derecho que debe ser protegido y que esa existencia pueda justificarse sumariamente. Es decir que
la ley no exige la certidumbre absoluta de la existencia del derecho que se demanda, sino que basta
con la probalidad o verosimilitud de su existencia. Declarar la certeza de la existencia del derecho es
la función de la providencia principal.
b). La probabilidad o la verosimilitud de un derecho:
También se exige simultáneamente la existencia de un peligro de lesión o frustración del derecho y la
justificación de la existencia de tal peligro en forma sumaria. El peligro debe ser objetivo, y no
basado en el temor subjetivo del actor, será necesario que se acrediten hechos concretos de los cuales
pueda surgir ese peligro o ese riesgo.
c). El peligro de que este derecho aparente no sea satisfecho: el periculum in mora.
El tribunal tendrá que determinar si la medida cautelar solicitada es idónea, apta y apropiada para
enfrentar y desvanecer el peligro y además evaluar si no es excesiva. d). La idoneidad de la medida
cautelar para conjurar el peligro.
Nuestra legislación no siguió la idea jurídica del presupuesto de “La contracautela” y tajantemente la
prohibió al decir que no se le exigirá una caución o fianza al solicitante de la medida cautelar párrafo
8 inciso a, del art. 460. La contracautela es la caución, la seguridad, la garantía que a su turno debe
ofrecer y prestar quien solicita la medida cautelar a los efectos de asegurar al contrario el
resarcimiento de los daños y perjuicios que le pudiera ocasionar la medida cautelar si la sentencia
definitiva desestima la demanda. Como enseña Calamandrei es una cautela de la cautela, una
contracautela. La contracautela no responde por el resultado del juicio, sino por los perjuicios que la
medida cautelar haya podido causar. Es una aplicación del principio de igualdad ya que, si bien se
permite al beneficiario de la medida asegurar su derecho aun no reconocido por el Juez, por otro lado,
se garantiza a la parte contraria el resarcimiento por los daños y perjuicios que se le pudieran
ocasionar en caso de que el derecho no exista.
El procedimiento que señala el anterior artículo para imponer las medidas, es simple, de ser el caso la
solicitud es urgente, la autoridad judicial las admitirá a trámite, sin oír a la parte contraria. El carácter
de urgente estará determinado por el cumplimiento de los presupuestos que rigen las medidas
cautelares, de protección de los derechos fundamentales de las partes, tutelados en materia de familia.
Las no urgentes, las acordará en pieza separada sin suspensión del proceso principal, y previa
audiencia de la parte contraria.
288
Jaime Alfonso Solís Romero
Admitida la solicitud por el judicial o tribunal se convocará a las partes a una audiencia con carácter
preferente, que se celebrará dentro de tercero día hábil desde la notificación. En la audiencia ambas
partes expondrán brevemente, lo que a su derecho convenga. Terminada la audiencia la autoridad
judicial resolverá mediante auto la solicitud de medidas cautelares.
La admisión de las medidas cautelares puede decidirse al momento de recibir los escritos polémicos,
o en la audiencia inicial, o en la audiencia de la vista de la causa, igual puede proceder en la
audiencia única en apelación.
Como hemos expresado ampliamente no hay obligación de contracautela para el solicitante, y en el
caso del sujeto a quien se le solicita que se le imponga las medidas cautelares no comparece a la
audiencia oral y no justifica; el judicial tendrá por admitido los hechos alegados por el solicitante y la
consecuencia jurídica es la imposición de la medida cautelar, téngase presente que no existe un plazo
para esperar la justificación es un plazo fatal o comparece o justifica su no comparecencia para
evitarse la imposición de la medida, en todo caso el juez o jueza tendrá que citar para nueva audiencia
en caso de justificar la inasistencia. Como hemos referido la medida cautelar es provisional y se agota
ya sea cuando sean sustituidas por las que establezca definitivamente la sentencia o cuando se ponga
fin al proceso de otro modo; en el caso de separación material que se funde en una situación de riesgo
social que haga apremiante la práctica de esta medida, el juez o jueza se presentará inmediatamente
en el lugar donde se encuentre la persona, en compañía con las autoridades administrativa;
recordando que la separación material obedece a la ruptura de una convivencia o matrimonio donde
se ponen en riesgo la integridad psicológica y física de los niños, niñas o adolescentes, mayores
declarados judicialmente incapaces, o personas adultas mayores.
289
Jaime Alfonso Solís Romero
prueba. En apelación se puede adoptar en la audiencia única de apelación. Cabe destacar que la
decisión de separar materialmente a un niño, niña o adolescente o bien un adulto etc., el mismo
judicial de familia que admitió la medida por Ley debe ejecutarlo con las autoridades preestablecidas.
Se incluye auxiliarse con la fuerza pública para el cumplimiento de la medida.
290
Jaime Alfonso Solís Romero
El actuar oficioso del juez o jueza se activa únicamente en caso de la existencia de un incapaz y
deberá decretar las medidas cautelares necesarias a fin de proteger su persona y bienes. Es obligación
del juez o jueza poner conocimiento a las autoridades administrativas señalada por la ley. De igual
manera está la obligación de la Procuraduría de nacional de la familia. Siempre el objetivo es
proteger al incapaz y sus bienes.
La incapacitación judicial supone la imposibilidad de una persona de tomar decisiones por su
discapacidad psíquica, intelectual o física. En la actualidad algunas legislaciones la han sustituido por
medidas de apoyo a la persona con discapacidad. A partir de la implementación de la Ley 8/2021, de
2 de junio (España) y su entrada en vigor a principios de septiembre de 2021, se actualizan los
paradigmas respecto a la capacidad jurídica de las personas con discapacidad y no existirá la
incapacitación.
291
Jaime Alfonso Solís Romero
menores se realizará siempre en un centro de salud adecuado a la edad del menor, y previo informe de
los servicios de asistencia al menor.
En este sentido, es fundamental traer a colación los artículos 25 y 33 de la Constitución Política que
dispone que toda persona tiene derecho a la libertad y a la seguridad. Nadie puede ser privado de su
libertad, sino con observación de lo establecido en este artículo y en la forma prevista en la ley. El
constitucional ha descartado que sea preciso una ley orgánica para regular esta institución, aunque
considera necesario para este tipo de internamientos las siguientes condiciones:
-Haberse probado la existencia de una perturbación mental.
-La perturbación debe revestir una amplitud que legitime el internamiento.
-El internamiento no puede prolongarse cuando no subsiste el trastorno que determina el internamiento.
La competencia está determinada al Juzgado de Primera Instancia donde resida la persona afectada por el
internamiento.
La representación y defensa. En todas las actuaciones, la persona afectada por la medida de
internamiento podrá disponer de representación y defensa de abogado o abogada particular y en su
defecto, de la defensoría pública. ¿Quién puede solicitar un internamiento de otra persona? Es decir,
quien es la persona con una Legitimación activa; el CF no establece una remisión expresa de quienes
son las personas que pueden solicitar, por lo que en la práctica se suele mantener un criterio amplio,
permitiendo que cualquier persona que tenga una cierta relación con la persona pueda solicitar el
internamiento. No obstante, parte de la doctrina lo entiende de una forma más restringida. Por
analogía del proceso de incapacitación y declaración de prodigalidad se indica que tiene legitimación
activa: el cónyuge o persona que se encuentre en situación de hecho asimilable, descendientes,
ascendientes, hermanos de la persona a internar o los aparatos administrativos de los que habla la
Ley.
El desarrollo del procedimiento ante el Juez o Jueza, antes de conceder la autorización o de ratificar el
internamiento efectuado, el juez o jueza oirá, de ser posible:
-A la persona afectada
-A la Procuraduría nacional de la familia
-Y a cualquier otra persona cuya comparecencia estime conveniente o le sea solicitada por el afectado o
afectada.
Puede que el juez o jueza practicar cualquier otra prueba que estime relevante para el caso. De tal
manera que el juez o jueza deberá examinar por sí mismo a la persona de cuyo internamiento se trate
y oír el dictamen de un facultativo por él designado. Entonces la prueba concluye con el dictamen
elaborado por un médico forense. Concluidos todos los trámites anteriores, y escuchados a todos los
implicados en el proceso el Juez o Jueza competente podrá autorizar o denegar el internamiento. La
autorización del Juez o Jueza de internamiento urgente, por razones de urgencia se puede determinar
el internamiento previo a la autorización judicial. En este caso, existen dos plazos muy importantes:
24 horas: Plazo máximo para que el responsable del centro informe del internamiento al tribunal
competente.
48 horas. Plazo máximo para que el tribunal ratifique dicha medida o decrete la liberación del
afectado. Toda decisión del tribunal, independientemente de su sentido, será susceptible de recurso de
apelación.
97 Circular de Familia de la CSJ del 29 de octubre de 2015. 38. Medidas de Ejecución. El Código de Familia, ordena a las autoridades judiciales que
conocen en materia de Familia, hacer uso de las medidas de ejecución, tendientes a garantizar que lo resuelto se cumpla con una alta formación
humanista. ¿Puede la autoridad judicial acoger esos pequeños ajustes de forma, en la audiencia fijada para tal efecto? En concordancia con el artículo
558 del Código de Familia. Se considera: Siempre y cuando se conserve la naturaleza del proceso de ejecución y no se vulneren los derechos de niños,
niñas y adolescentes, o de personas en situaciones de vulnerabilidad es adecuado que se ajuste, de acuerdo a su grado de solvencia intelectual. Se
instruye: Deben admitirse todas las medidas persuasivas que contribuyan al cumplimiento pacífico de la resolución, observando en su actuación no
violar los derechos que se tutelan y lograr la efectividad de lo ordenado.
293
Jaime Alfonso Solís Romero
Para introducirnos al tema que nos atañe, que es la capacidad y representación, debemos ocuparnos
en un comienzo de establecer el significado que entrañan estas definiciones, para lo cual
conoceremos grandes rasgos los presupuestos procesales, que hacen referencia a las condiciones que
deben existir para que el juez o jueza pueda pronunciarse sobre la demanda, bien sea en forma
favorable o desfavorable. Los presupuestos procesales se clasifican en dos tipos:
Presupuestos procesales de forma: Estos son la demanda, el juez o jueza competente y la capacidad de
las partes o legitimación "ad processum".
Presupuestos procesales de fondo: Interés para obrar, legitimidad para obrar o legitimación "ad causam,
y la posibilidad jurídica.
En todo proceso, del interés surge la necesidad de obtener un pronunciamiento judicial de mérito,
para el cual; la condición fundamental es la legitimación para obrar. El cumplimiento de la
legitimación puede ser denunciada, por alguna de las partes o declarada de oficio por el juez.
Antecedentes
Cuando se trata de legitimación, se hace referencia a un proceso ya determinado; esto es referente a
quien debe interponer la pretensión y contra quién debe interponerse para que el juez pueda dictar
una sentencia que resuelva la situación de fondo; y que decida si estima o desestima la pretensión. En
el derecho romano antiguo, la palabra legitimación se usaba con referencia a tres aspectos:
Legitimatio personae: Este aspecto se refería a la "Capacidad Procesal" y a su prueba, que eran
cualidades necesarias para comparecer en juicios, es decir que las partes mismas reunían los
requisitos de capacidad para ser parte y capacidad procesal.
Legitimatio ad processum: Este aspecto hacía referencia a los presupuestos de representación legal
de las personas físicas y, fundamentalmente de las personas jurídicas y a su prueba. En la época
Romana, no se definía con claridad el concepto de representación, pues se tenía duda acerca de quién
era la verdadera parte en el proceso; si era el representante o el representado.
Legitimatio ad causam: Esta clase de legitimación atendía al supuesto de que una persona se
presentare en juicio afirmando que el derecho reclamado provenía de que otro se lo hubiese
transmitido por herencia o por cualquier otro título. Aunque actualmente estos términos han
evolucionado, y tenemos entonces que los conceptos han tomado nueva forma: La "Legitimatio ad
processum" es la capacidad de presentarse en juicio por sí o por otros; y la "Legitimatio ad causam"
como la legitimidad para obrar, que han sido planteadas como luz a dos situaciones de importancia
Quien no es titular de la relación jurídico- material ejercita la pretensión.
Quien y frente a quién debe ejercitarse la pretensión.
Conceptos doctrinales de legitimación
El jurista y autor Ugo Rocco, expresa que los criterios básicos para establecer la legitimación para
accionar deben buscarse en un conjunto de circunstancias, condiciones y cualidades de ciertas
categorías de sujetos, en orden a la relación jurídica o al estado jurídico sobre los cuales determinado
sujeto pide una providencia cualquiera. Dichas condiciones, circunstancias o cualidades respecto al
estado jurídico o a la relación jurídica, se determinan, la mayoría de las veces, por el hecho de ser
sujeto o de afirmarse, lo cual, en cuanto a la legitimación, viene a ser lo mismo: titular de una
determinada relación jurídica o estado jurídico.
Devis Echandía, señala, "en lo que respecta al demandante, la legitimación en la causa es la
titularidad del interés materia del litigio y que debe ser objeto de sentencia (procesos contenciosos), o
del interés por declarar o satisfacer mediante el requisito de la sentencia (procesos voluntarios). Y por
lo que al demandado se refiere, consiste en la titularidad del interés en litigio, por ser la persona
llamada a contradecir la pretensión del demandante o frente a la cual permite la ley que se declare la
relación jurídica material objeto de la demanda".
294
Jaime Alfonso Solís Romero
Chiovenda ha expresado que "esta condición de la sentencia favorable se puede designar con el
nombre de cualidad para obrar, preferimos nuestra vieja denominación de legitimatio ad causam (o
legitimidad para obrar). Con ella se expresa que para que el juez estime la demanda, no basta que
considere existente el derecho, sino que es necesario que considere la identidad de la persona del
actor con la persona en cuyo favor está la ley (legitimación activa), y la identidad de la persona del
demandado con la persona contra quien se dirige la voluntad de la ley (legitimación pasiva). Con el
nombre de Legitimatio ad processum se indica, por el contrario, un presupuesto procesal, esto es, la
capacidad de presentarse en juicio por sí o por otros."
Mientras que el renombrado jurista Montero Aroca sostiene que la legitimación consiste simplemente, en
las afirmaciones que realiza el actor:" Tener legitimidad para obrar se refiere a ser la persona que de
conformidad con la ley sustancial puede formular (legitimación activa) o contradecir (legitimación
pasiva) las pretensiones contenidas en la demanda.
Diferencia entre legitimación "ad procesum" y Legitimación "ad causam".
Según la atribución: La Legitimación "ad causam" se refiere a la atribución subjetiva de los
derechos y obligaciones que son deducidos en juicio y es la cuestión de fondo que afecta el propio
ejercicio de la acción. Por el contrario, Legitimación "ad processum" es la capacidad formal u
objetiva para ser parte actora o demandada.
Según su relación con el derecho: La legitimación es una figura jurídica de derecho material y
formal, pues se refiere a las manifestaciones del derecho tanto sustantivo "ad causam" como adjetivo
"ad processum", las cuales enlazan las dos facultades que son la capacidad jurídica también llamada
capacidad para ser parte y la capacidad de obrar que se refiere a la capacidad para comparecer en
juicio en el derecho objetivo.
Según las facultades: La legitimación "ad causam" se refiere a causas estrictamente personales,
entonces hablamos de personalidad o ausencia de la misma; y en la legitimación "ad processum" se
hace referencia a la acción o a su falta.
Según el examen legal: Una vez constituida la personalidad jurídica, como sujeto de derechos y
obligaciones (legitimación "ad causam"), nace la aceptación de esa persona jurídica (legitimación "ad
processum"). Esta acepción surge en ese orden y no al contrario, puesto que la primera es una aptitud
a ser examinada por el operador jurídico en principio y la segunda una cualidad que debe acreditarse
como lo establece la ley.
Según las consecuencias: La legitimación "ad causam" siempre es motivo de examen jurídico, pues
el operador jurídico debe revisar si existe la legitimación "ad causam" o hay ausencia de ella; por
ejemplo, en el caso de las tutelas que se ejercen para proteger derechos fundamentales de las personas
particulares, los llamados a accionar solamente son los titulares del derecho bien sea por si mismos o
representados debidamente por otros facultados para ello. El juez no puede proferir sentencia
favorable en el evento que el derecho reclamado a tutelar corresponda a persona distinta que no
intervino en el proceso, dado que se incurre en un error insubsanable aquel que pretende le sean
protegidos derechos ajenos como si fueran propios.
Por otra parte, es menester de los interesados acreditar debidamente la legitimación "ad processum",
ya que, si no se cumple este presupuesto procesal formal, el juez no puede darle curso a la petición
formulada por falta de representación.
Según la representación: La legitimación "ad causam" puede asignarla el juez a un curador ad litem,
en el caso de no localizar al demandado, puede emplazarlo en atención al procedimiento legal. En el
caso de personas jurídicas nacionales y extranjeras, este emplazamiento no surte los mismos efectos,
pues es necesario que ésta acredite legitimación "ad processum", lo que no ocurriría en el caso de ser
emplazado, de esta forma el fallo puede proferirse inhibitorio por falta de representación, la cual no
295
Jaime Alfonso Solís Romero
puede adjudicarse al curador ad litem, puesto que la legislación es clara igualmente en el
procedimiento que se debe atender en este sentido.
El órgano de la persona jurídica, es el que otorga los poderes de representación a favor del procurador
para la válida constitución de la relación jurídica procesal. Esto atiende a la definición principal de las
personas jurídicas, pues estas son consideradas como una ficción y para actuar se hace necesario que
estén representadas por una persona física, dado que las personas jurídicas no pueden actuar, sino por
medio de las personas físicas que encarnan a dichos órganos y a las que la Ley y los estatutos les
atribuyen tal condición jurídica, expresando la voluntad del ente.
Legitimaciones "ad procesum" especiales
Son legitimaciones procesales que se confieren para solucionar cuestiones temporales o transitorias. Por
ejemplo, para el caso de herencias yacentes.
La herencia yacente es aquella que carece de titular, pero el patrimonio hereditario se tutela en sí y
por sí, independientemente de su enlace con un sujeto determinado, debe haber un titular, pero este
aparece en último término, es decir, en un futuro. De tal forma, la herencia yacente no es una persona
jurídica, sino un patrimonio unitario. Es pues, un supuesto en que el ordenamiento jurídico permite la
ausencia del sujeto actual, con el ánimo defender el futuro heredero de los acreedores del caudal y del
orden público y privado. En este periodo de yacencia; a la herencia se le reconoce cierta subjetividad,
dado que se convierte en un centro de derechos y obligaciones que transitoriamente carece de titular.
Este estado debe declararse judicialmente para que produzca efectos legales. Luego de la declaración
de herencia yacente el juez nombra un curador de la herencia que por el contrario del curador ad
litem, este sí posee la facultad de disposición de los bienes. Si transcurridos dos (2) años del
fallecimiento del causante no se presentan herederos, el juez ordena el remate de los bienes relictos.
En este caso, el curador es el representante de la herencia yacente y a esta como tal, se le reconoce
legitimación "ad processum especial", ya que es transitoria, obedece a la necesidad de ser protegida y
su destino es ser adquirida por herederos voluntarios o legales y admite que por medio de albaceas o
administradores testamentarios o judiciales pueda ser demandada y este habilitado para excepcionar o
recurrir.
Expresado lo anterior pasamos a estudiar nuestra legislación, y que valdrá lo anterior para mayor
entendimiento.
Capítulo V.
Sujetos procesales
296
Jaime Alfonso Solís Romero
actuarán quienes la representen, conforme a las disposiciones legales, reglamentarias o
estatutarias por las que se rijan. La representación deberá acreditarse en su primer escrito”.
Comentarios
Cuando usamos el término “capacidad" en derecho, nos referimos a la capacidad jurídica, y la
capacidad de obrar, esta es la aptitud para ejercitar los derechos y contraer obligaciones y por ende
comparecer a los procesos por propio derecho.
Según el jurista renombrado SAVIGNY, la relación jurídica consiste en un vínculo entre dos o más
personas que es determinada por una norma jurídica. De esta forma el autor plantea relaciones
jurídicas entre sujetos de derechos. La capacidad es un atributo de la personalidad vinculada a la
existencia de la persona, es decir que toda persona posee capacidad jurídica, es decir, puede adquirir
derechos, pero esta encuentra sus límites en las facultades psicológicas y psicofísicas que posea la
persona, lo cual impide que aquella tenga capacidad para contraer obligaciones o ejercitar sus
derechos, es decir que la capacidad jurídica difiere de la capacidad de obrar en este sentido.
Al inicio de la presente obra explicamos ampliamente la capacidad.
El ámbito de la capacidad se encuentra determinado en la Constitución y la ley. Por su parte la
Constitución Política contiene preceptos fundamentales que erigen los derechos que puede ostentar
toda persona, pero aun así encuentra sus límites en las diferentes leyes que rigen con respecto a las
acciones de toda persona. En este aspecto cabe anotar que en aras del reconocimiento de los derechos
y del sentimiento de que no son absolutos, por cuanto encuentran su límite en los derechos de los
demás, la capacidad para ejercerlos viene a emanar de una condición legítima de su titularidad, en
donde quiera que se encuentre la persona, ya sea en el Estado o fuera de él.
Por otra parte, debemos tener en cuenta que los derechos humanos fundamentales ostentan una
posición Mundial, lo que nos hace capaces para gozar de ellos en cualquier parte del mundo, tanto las
leyes Nacionales los tutelan, como las leyes Internacionales.
En lo que atañe a la capacidad de goce su ámbito ofrece todo el espacio donde se encuentre la persona,
pero en la capacidad de obrar, encuentra ciertos límites en la ley.
Como vimos anteriormente, la gran diferencia entre capacidad de goce y capacidad de obrar es la
incapacidad que se presenta como límite de la capacidad de obrar. Esta incapacidad se encuentra
escrita en textos, se puede decir que es normativa y la capacidad de goce si ostenta una posición
subjetiva. Puntualmente señala la disposición jurídica que tanto las personas naturales, físicas o
personas individuales pueden comparecer al proceso a solicitar justicia, siempre y cuando estén en
pleno ejercicio de su capacidad jurídica (goce y obrar). En caso de mantener una incapacidad
actuarán sus representantes legales (autoridad parental, tutor). En caso de que sea una persona
jurídica podrán intervenir de acuerdo a con las personas que los representen, conforme a las
disposiciones legales, reglamentarias o estatutarias por las que se rijan.
Toda representación sea esta por personas naturales o jurídicas, deberá acreditarse en su primer escrito.
298
Jaime Alfonso Solís Romero
“La forma de constituir la representación, el alcance y requisitos de los poderes, estarán sujetos
a las exigencias del derecho común. El apoderado tiene la facultad de ejecutar en el proceso
todos los actos que le corresponden al poderdante, salvo aquellos en que, de acuerdo a la Ley, la
parte deba actuar personalmente. Cuando se hubieren designado a varios apoderados, la
notificación realizada a algunos de ellos valdrá respecto a todos y la actuación de uno, vincula a
los otros”.
Comentarios
Fuera de lo que hemos referido sobre el Defensor o Defensora Pública, y su acto de representación e
intervención en los procesos de familia; para los letrados: abogados o abogadas privados su
constitución como tal debe realizarse conforme las formalidades del derecho civil, ley notarial y
tributaria; decimos esto por la clasificación del poder ya que podría ser un poder especial,
especialísimo (matrimonio), general judicial o generalísimo, el papel sellado y los timbres a utilizarse
ante el juzgado (requisitos y alcance) y las facultades que se le otorga a cada apoderado. Nuestro
sistema judicial no utilizó el sistema de otras legislaciones, incluyendo la nuestra en el derecho
común, que permite a las partes litigar en su propio nombre y representación o hacerlo por
apoderado, dice el texto legal: “Toda persona que peticione por cualquiera de los asuntos
relacionados en este Libro, actuará con representación de abogado o abogada, ante la autoridad
judicial que corresponda”. Talvez piensa el legislador de familia que la materia de familia es
compleja y técnica en la parte procesal es probable que personas traten de errar en lo menos posible,
recordando que la defensa es un auxiliar más de la justicia. El jurista Roberto Ortiz Urbina en su obra
de Derecho Procesal Civil de 1995, página 68 y siguientes denominaba al abogado particular que
representaba a otro, como el “Procurador Judicial”, significaba la defensa o patrocinio procesal,
mediante el contrato de mandato judicial, o en virtud de una facultad legal que brinda la
representación legal. Vale aclarar que eso fue en el siglo pasado cuando una persona se sometía a una
prueba académica rigorosa ante la Corte Suprema de Justicia para obtener el título de Procurador
Judicial, con muchas limitaciones, esta práctica dejó de funcionar a través de la creación de
facultades de derecho en todo el país. Se le conoce de acuerdo a nuestra legislación procesal civil
como la “procuración judicial”. Agregaba el jurista que los abogados, tienen competencia territorial
nacional y facultad amplia para intervenir sin limitaciones en las tres etapas del proceso o grados de
jurisdicción, esto es: las dos instancias y el recurso extraordinario de casación. El derecho común
exige como presupuesto procesal para legitimar al abogado, al ejercicio de su representación, la
presentación del documento de poder, requisito sin el cual no será oída su gestión, aunque prometa
presentarlo, de igual manera sucede al peticionario que no hace sus gestiones con abogados ante el
juez o jueza.
Por “poder”, entiende la doctrina por una parte la facultad de representación o sea el apoderamiento
de la personalidad jurídica del dueño del litigio o causa y por otra parte como el documento que
incorpora la declaración de voluntad emitida por esa parte material y que constituye la prueba legal
del acto jurídico constitutivo de esa facultad. El poder es pues una declaración de voluntad dirigida al
Judicial o Tribunal para que tenga al mandante como la propia persona del procurador judicial o en
otras palabras al mandatario como la misma parte material.
Los jueces y juezas no deben admitir por ninguna circunstancia poderes o mandatos que no estén
otorgados con arreglo a la ley (véase Código Civil sobre los mandatos, art. 3293 y sgtes, y la Ley del
Notariado sobre las formalidades).
300
Jaime Alfonso Solís Romero
parte demandada (varios demandados-pasivo), requerirá al demandante que proporcione los datos
necesarios a fin de emplazar a todos los litisconsortes; c) si antes de pronunciar el fallo, el juez o
jueza advirtiere la ausencia de personas que conforman el litisconsorcio necesario, ordenará su
integración. Ahora bien, en el caso que los demandantes o demandados fuesen omisos o mejor dicho
no se ponen de acuerdo en la unificación advertida por la autoridad judicial, valdrá el nombramiento
que efectúe el juez o jueza y tomando en cuenta las normas comunes las partes podrían solicitar su
revocación en común acuerdo o por el juez o jueza por justa causa. Esta solicitud, deberá resolverse
como una cuestión incidental y en pieza separada para no estorbar el proceso principal y de ser
admitida su revocación, surtirá efectos hasta que comparezca en los autos el nuevo representante de
las partes.
Los abogados excluidos, aunque tampoco lo aclara la norma de familia, pero avocados al derecho
común pueden intervenir como coadyuvantes, dentro de los plazos del proceso, sin alteración alguna
pero sólo en lo favorable a los intereses comunes, y pueden incluso hacer uso de los recursos que no
utilizó el representante legal único. Este representante legal unificado, tratará como todo mandante
judicial tratará de ajustar su actuación a los intereses comunes. Por último, es fundamental sostener
conforme la disposición jurídica que se requiere del consentimiento de todos para transigir, allanarse
o realizar cualquier acto que signifique la disposición del derecho en litigio.
Comentarios
Del contenido de la disposición obviamente estamos frente a la institución de los terceros opositores
en juicio, al menos no en la puridad de lo estudiado en el civil, pero su estructura jurídica nos hace
indicar la existencia de terceros opositores coadyuvante o adherente o adhesivo y los excluyente o
agresivo. Al tenor de la norma y la influencia civilista se le denominan terceros a las personas a
quienes se les puede hacer valer la fuerza obligatoria y la fuerza ejecutiva de la cosa juzgada, en su
caso, aunque no hayan intervenido en el proceso.
En efecto transcendente extraordinario, se funda en que estas personas se encuentran en la misma
situación jurídica sustantiva que las partes en el proceso, están en un mismo plano jurídico
obligacional o sustantivo, v.gr: en obligaciones solidarias, cuotas alimenticias. Esta ubicación
produce automáticamente la identidad del sujeto, que es la que, aunado la identidad de objeto y causa,
opera el efecto de aplicación del fallo que hemos destacado.
La doctrina sostiene que estos terceros normalmente tienen un interés jurídico, aunque
soslayadamente tiene un interés económicamente, como el caso de la discusión de un inmueble en
discusión de una pareja y el mismo resulta que le pertenece al suegro o suegra y de por medio esté el
techo de los menores hijos e hijas del matrimonio. Por eso inequívocamente el legislador señala: “…
301
Jaime Alfonso Solís Romero
que sean titulares de un derecho vinculado al objeto de la pretensión…” por eso afirmamos que el
interés del tercero se hace valer en los autos creados entre el actor y demandado, allí incide y es
donde resuelve su interés.
De acuerdo a la norma, los terceros sea estos coadyuvantes o excluyentes no tienen límites y pueden
tener lugar en todo tipo o clase de procesos. Sólo bastará que al demandar o al contestar la demanda
las partes pueden solicitar al juez o jueza que emplace a un tercero, respecto de quien consideren
común la pretensión u oposición. Hecho el emplazamiento el tercero queda vinculado al proceso y la
sentencia surte efectos respecto de él. Esto es equivalente de que el tercero concurra a personarse
siempre y cuando sea emplazado al momento de la presentación de la demanda o en su contestación
de la misma; la norma de familia guarda silencio de forma intencional, si el tercero puede comparecer
sin necesidad de ser citados o emplazados. Me atrevo a decir que el tercero solo puede arrimar al
proceso cuando es citado o emplazado. Las figuras jurídicas de litisconsorte y tercero dentro de un
proceso judicial resultan completamente distintas, acorde a las normas señaladas. En efecto, las
personas que forman parte de un litisconsorcio se encuentran en comunidad jurídica respecto de un
bien, tienen un mismo derecho o quedan obligadas por una misma causa o hecho jurídico; mientras
que las personas que intervienen como terceros tienen un interés propio y distinto a la parte actora y,
por ende, deben ser llamados al litigio a través de un medio diverso a la reconvención. Por su
posición litis-consorcial y de identidad en el plano material, el tercero coadyuvante se reputa un solo
con la parte del proceso con quien está en el mismo plano; por ello al comparecer al proceso según la
norma familiar la toman en el estado en que la encuentra, sin hacerlo retroceder ni interrumpir su
curso, esto último con la salvedad que si se trata de pruebas sobre hechos que no han sido alegadas
por las partes, el juez resolverá sobre su recepción. Al tercer excluyente, lógicamente al pretender
destruir las pretensiones del actor y demandado, afirmando la existencia de un derecho propio que lo
excluye, también asume el proceso en el estado que lo encuentra y puede proponer pruebas necesarias
para probar sus pretensiones.
Sea tercero coadyuvante o excluyente la prueba será evacuada en el plazo común para las partes.
10. Representación del estado para niños, niñas, adolescentes y personas declaradas
judicialmente incapaces y personas discapacitadas que no puedan valerse por sí misma (art. 477).
“Cuando los niños, niñas, adolescentes, personas declaradas judicialmente incapaces y personas
discapacitadas que no puedan valerse por sí mismas hayan de ser demandados y carezcan de
representante legal o se ignore el paradero de éste, se expresará tal circunstancia en la demanda
y comprobada aquella, lo representará la Procuraduría nacional de la familia. Para comprobar
la circunstancia indicada en el inciso anterior, la autoridad judicial señalará audiencia especial,
para recibir la prueba y dictar resolución”. Comentarios
La intervención del Ministerio de la Familia en los proceso de familia no es tan limitada y reservada
como se puede estudiar, deben intervenir en: cuando tengan que tutelar derechos de los concebidos no
nacidos (non natos); de los niños, niñas y adolescentes; de los que sufren algún tipo de violencia
intrafamiliar, debe tenerse presente que al indicarse violencia intrafamiliar no es sobre la violencia de
género constituida propiamente con la Ley 779, su reforma y reglamento, aunque pertenezca este tipo
penal como una competencia de los jueces y juezas de distrito especializados en violencia creado por
la Ley 779, violencia doméstica o intrafamiliar, no violencia sexual o laboral, si no violencia
psíquicas o físicas centrada en la familia, cónyuges, padre o madre al hijo e hija o viceversa, al
304
Jaime Alfonso Solís Romero
abuelo, abuela, etc.; personas con discapacidad que no puedan valerse por sí mismas; personas
declaradas judicialmente incapaces; y personas adultas mayores o de la tercera edad.
En el art. 477 CF, el legislador nacional se refiere en la hipótesis del demandado para regular
situaciones de la legitimación procesal, supliendo la carencia de capacidad procesal para niños, niñas
y adolescentes y discapacitados que no tienen representantes legales y que necesitan su presencia en
el proceso para ser pretendidos. La finalidad concreta, específica, es el cumplimiento de legitimación
procesal pasiva en casos concretos y determinados. Se concreta la finalidad a través del
nombramiento del representante legal en la persona del Procurador nacional de familia, obviamente
un letrado o letrada que tomará el lugar del menor, incapaz o ausente y que representará como en los
casos de un apoderado judicial o representante convencional el lugar de la parte material carente de la
legitimación procesal para obrar pasivamente.
Capítulo VI.
305
Jaime Alfonso Solís Romero
medidas pertinentes para impedir su paralización” El proceso, éste será dirigido e impulsado de
oficio por el juez o jueza, quien evitará toda dilación o diligencia innecesaria y tomará las medidas
pertinentes para impedir su paralización. En este proceso el juez o jueza se vuelve el director del
mismo , no es un simple espectador, pero tampoco debe suplir a las partes, no liberarlas de las cargas
procesales que les corresponde; la oficiosidad tiene lugar por la calidad de los derechos que se
discuten principalmente cuando se trata de los que corresponden a los menores de edad , el juez tiene
amplias facultades, así se establece como uno de los deberes del juez, de ordenar las diligencias
necesarias para establecer la verdad de los hechos controvertidos, sometidos a su conocimiento y
decisión, respetando el derecho de defensa de las partes.
El juez o jueza como director del proceso debe vigilar las tácticas dilatorias de los litigantes para
impedir la paralización del mismo, pues este debe caracterizarse por la celeridad para cumplir con el
deber de impartir una justicia pronta.
El Juez o Jueza de Familia como director(a) del proceso no un simple espectador, debe darle impulso
al proceso de manera oficiosa y evitar que éste se paralice, ya que pueden estar en discusión como
objeto de la pretensión derechos que por su naturaleza son irrenunciables como son los derechos de
las personas de los niños, niñas y adolescentes, o puede ser urgente resolver los casos para proteger el
interés de la familia, su papel es el de un tercero imparcial (beligerante, superando el esquema de no
intervención) de que vela porque se cumplan las garantías del debido proceso en todos los casos
sometidos a su conocimiento y decisión; como todo funcionario o funcionaria judicial en sus
actuaciones debe estar libre de toda clase de compromisos, para cumplir con su deber de
imparcialidad que le permita ejercer la jurisdicción que le compete con total independencia, tanto de
factores internos como externos; su compromiso debe ser únicamente impartir justicia
fundamentando sus decisiones en el ordenamiento jurídico vigente que comprende lo regulado en la
Constitución de la República, los Tratados y Convenciones Internacionales y la ley.
de acudir a ellos, si tienen posibilidad de impartir justicia en el caso concreto, de acuerdo a las
atribuciones y poderes que objetivamente le asigna la ley al tribunal respectivo.
La función jurisdiccional la ejerce el Estado a través de muchos Tribunales, y para cumplir con la
garantía constitucional de la justicia para todos los y las ciudadanas, es necesario dividir la función
entre un número de Tribunales, creados proporcionalmente con la población y de acuerdo con la
división político-territorial del país.
La competencia es la permisión que tiene cada Juez, Jueza o Tribunal de entender un determinado
asunto, en razón de la naturaleza de las cosas, objeto del conocimiento o de las personas interesadas y
el fundamento descansa en que si todos los Tribunales gozan de jurisdicción, para entender de los
litigios que le son sometidos, sería completamente imposible determinar a qué Tribunal
correspondería su conocimiento, si cada uno goza o no de una atribución especial para el
entendimiento del asunto. El jurista Carnelutti, considera que la jurisdicción es el género y la
competencia es la especie, ya que por ésta se le otorga a cada Juez el poder de conocer de
determinado litigio. Podemos resumir, que la competencia, no es otra cosa que la facultad que
corresponde a cada Juzgado o Tribunal, para conocer de un determinado asunto que le pertenece por
sí mismo, en virtud de la potestad emanada del Poder Público, con exclusión de cualquier otro que
pueda conocer en el mismo grado. Así que el Juez debe velar su competencia evitando conocer
asuntos que no le estén expresamente atribuidos en la ley.
Expresa el inciso “b”, sobre las pruebas impertinentes e inútiles, pero quisiera referirme que en
doctrina existe una completa clasificación de las pruebas y nuestro sistema solo se refirió a la
pertinencia y la utilidad de la misma, por cultura jurídica exponemos las siguientes:
Pertinentes, impertinentes e inútiles,
Son pertinentes aquellas que conllevan datos informativos que una vez valorados sirven para probar
los hechos controvertidos. En cambio, las impertinentes no tienen ninguna relación con los hechos,
objeto de la prueba. Mientras las pruebas inútiles son aquellas pruebas que, según las reglas y
criterios razonables y seguros, en ningún caso puedan contribuir a esclarecer los hechos
controvertidos.
Lícitas e ilícitas
Lícitas, es cuando la prueba en su obtención y su forma de obtenerla está permitida por la ley.
Ilícitas, la prueba en su obtención está prohibida por la ley, Ej. Prueba que se obtiene a través
telefónica sin llenar los requisitos, al igual que la que se prohíbe interceptar la conversación entre su
abogado y defensor. Legales e ilegales
Legales, es cuando su incorporación al proceso se han llenado las formalidades de la norma. Ilegales, es
cuando se trata de incorporar la prueba no siguiendo los procedimientos.
Idóneas e inidóneas
Las idóneas producen certeza en el estado emocional del juez o jueza, en relación a la existencia o
inexistencia del hecho controvertido. Las inidóneas, atendiendo a su cargo de información no son
capaces de llevar al total convencimiento del juez, y lo sitúan en estado dubitativo.
Singulares y concurrentes
308
Jaime Alfonso Solís Romero
Las concurrentes solo tienen eficacia probatoria cuando están asociadas con otras pruebas (las
presunciones e indicios). Por su parte las pruebas singulares por sí sola, o aisladamente, producen
convicción en la psiquis del juez o jueza (confesión, documental, testifical, pericia, etc).
Como se ha venido abordando que la conducción y dirección del proceso le corresponde al Juez o
Jueza, lo que significa que es la persona que dirige y preside las audiencias, así como la práctica de la
prueba. Pero algo importante le corresponde al judicial es que debe de moderar la discusión y
resolver las solicitudes de las partes e impedirá que se viertan alegaciones indebidas o aspectos
inadmisibles o impertinentes y el uso manifiesto del abuso del derecho; deberá ejercer la potestad
disciplinaria para restablecer el orden y el decoro y no permitirá el irrespeto a las partes o litigantes o
persona alguna que intervienen en las audiencias, y una de sus potestad inmediata es la expulsión de
sujeto alguno que perturbe el desarrollo de la audiencia o bien no se pueda comportar en la misma. El
judicial deberá hacer uso de la Ley Orgánica del Poder Judicial y su reglamento.
Los incisos d), e), f) y g) afirman la obligación del judicial de ordenar las medidas cautelares para
preservar los derechos de las personas y de los bienes en litigios, disponiendo las justas medidas que
mesuradas se requieran. Así como instruir y notificar a la autoridad competente, cuando a su juicio
aprecie, que en el asunto de que está conociendo, se infringen disposiciones legales que competen a
jurisdicción distinta de la suya; y evitar actuaciones que impliquen revictimización e
instrumentalización de niños, niñas y adolescentes, personas adultas mayores, personas con
discapacidad que no puedan valerse por sí mismas o personas declaradas judicialmente incapaces, en
los procesos de qué habla este Código. La victimización secundaria es un problema latente en los
procesos administrativos y jurisdiccionales, al punto que no se percibe por el funcionario o la
funcionaria esa re-victimización; ya que no se dispone medidas eficaces a la parte vulnerable o los
menores envueltos en los litigios ocurriendo de esa manera mayores traumas y la repetición u ofensa
perjuiciosa.
309
Jaime Alfonso Solís Romero
pasiva, se limita a dictar un pronunciamiento pensando únicamente en la aplicación que estime
correcta de la ley, pero alejándose de la realidad el juez/za de familia tiene la delicada, difícil y
particular misión de resolver conflictos que no se agotan en el estricto marco de lo jurídico, ya que
exigen una verdadera "composición humana", por lo que para poder describir su figura y su perfil
tenemos que partir de las características especiales de los conflictos de familia. Esto se debe a que
este tipo de conflictos requiere soluciones específicas, pues en la mayoría de los supuestos no se trata
de resolver el litigio dando la razón a una parte y declarando culpable al otro ni de fijar quién es el
ganador o el perdedor, sino que lo que se procura es eliminar el conflicto ayudando a la familia a
encontrar un nuevo orden en su estructura familiar. De allí que existen algunos principios que rigen
los procesos de familia que sirven para dar cauce a estos conflictos y que por su trascendencia son los
que, a mi entender, pueden con mayor eficacia consolidar el objetivo fundamental del derecho de
familia, que es el de encontrar soluciones pacíficas a los conflictos familiares. El primero de ellos se
refiere a que la solución del conflicto se debe proyectar para el futuro, en función del porvenir (el
padre y la madre que se divorcian, aunque ya no son más marido y mujer siguen siendo padre y
madre de sus hijos/jas). Esto supone que no se agota la solución en el conflicto puntual y actual, sino
que las decisiones que adopten los jueces de familia deben contemplar conflictos latentes que pueden
desencadenarse en el futuro. Por otra parte, los intereses que se tutelan en los procesos de familia
muchas veces exceden los de las partes involucradas aprehendiendo a la familia en su conjunto o a
intereses superiores como los intereses de los niños, niñas y adolescentes (así la protección integral
de la familia). Adviértase un juicio de tenencia en el que las "partes", en términos procesales, son los
progenitores del menor cuya tenencia se solicita, y sin embargo la decisión que allí recae debe
contemplar primordialmente el interés de este último, de conformidad con lo que dispone la
Convención sobre los Derechos del Niño. Esta diferencia en el modo de resolución de conflictos hace
que el juez/za de familia tenga un rol diferenciado, donde la inmediación, la función conciliadora y la
toma de medidas muchas veces en forma oficiosa, lo conviertan en una figura protagónica en el
proceso con mayores poderes y atribuciones, los que -como venimos pregonando- deben ser ejercidos
con límites para no caer en un exceso de jurisdicción.
Los jueces/zas, por consiguiente, deben realizar el uso adecuado de los deberes que la ley les
confiere, a fin de "descubrir" la verdad material sobre lo formal, incluso en forma oficiosa, ante el
error o negligencia de los justiciables. Se supone que el principal deber del juez es dictar una
sentencia justa, o lo más justa posible y para ello, debe utilizar todos los medios que el proceso
judicial le brinda; las partes tienen la carga de aportar las pruebas, pero si el juez o jueza no está
convencido de cómo ocurrieron los hechos controvertidos, el ordenamiento procesal le otorga una
serie de instrumentos para formarse una convicción de los hechos litigiosos independiente de la
voluntad de las partes y pueda cumplir obviamente asegurando el pleno control bilateral- con ese
deber fundamental. Si no lo usa no podrá dictar una sentencia justa.
Es por ello que se demostrará, refutando los que argumentan la pasividad del juez y que el nuevo
milenio debe ser un tiempo de renovación y también de una nueva administración de Justicia, que la
iniciativa probatoria del juez/za, no afectan su imparcialidad, ni el debido procesa, ni a la igualdad de
las partes, que serían las principales limitaciones. Traduce la idea de que, si la calidad de la justicia es
el fin deseado, los medios para lograrla deben ser buscados y evaluados.
a) Ejercer las facultades que le concede el presente Código, para la dirección del proceso. Comentarios
Tal poder deber es derivado del principio de Autoridad del Juez o Jueza. También una de las
características de este proceso de familia es el de la inmediación del Juez/za, al tratarse,
fundamentalmente de un proceso estructurado por audiencias, en el que se requiere la presencia no
sólo personal sino también activa y protagónica del Juzgador. La inmediación la observamos en todo
el proceso, en las distintas etapas, fases o grados. Según la mayoría de autores “la inmediación del
310
Jaime Alfonso Solís Romero
Juez o Jueza tiene por norte averiguar la verdad, inquirir a los mismos litigantes sobre hechos
alegados, la procura de avenimiento, la procura del arreglo como medio de solución del conflicto y el
control de las pruebas por parte del antagonista”.
b) Dar el trámite que legalmente corresponda a las pretensiones de las partes.
Comentarios
Constituye una de las más amplias obligaciones que le corresponde al judicial como director del
proceso por lo que se ha planteado la necesidad desde el punto de vista procesal, distinguir dos tipos
de direcciones: a) La dirección formal del proceso; y b) La dirección material del mismo. a) La
dirección formal del proceso.
Según la doctrina: “Por dirección formal del proceso se entiende el conjunto de los actos que el
Juez/za debe realizar para el desarrollo del proceso a fin de que éste llegue a su término, es decir, a
una conclusión cualquiera”. Conforme a esto el Juez/za debe controlar y promover la regularidad
formal de los actos procesales, manifestándose esa dirección formal por el ejercicio de una serie de
poderes – deberes que el ordenamiento jurídico concede al Juez/za, con el fin de que impulse el
proceso hacia la decisión final, asegurando su normal desenvolvimiento. A tal fin la actividad puede
orientarse, igualmente, a recoger todo el material probatorio que habrá de servirle para formar la
decisión con la cual pondrá punto final a la contienda familiar. Dentro de la dirección formal del
proceso deben colocarse, igualmente, los poderes – deberes para la preparación de la causa, para la
sentencia definitiva, especialmente a la recolección de las pruebas que han sido suministradas por las
partes, y las que, eventualmente, pueda el Juez/za ordenar de oficio. b) La dirección material del
proceso.
Comentarios
El Principio de Dirección es la potestad de la autoridad jurisdiccional para encaminar las actuaciones
procesales de manera eficaz y eficiente, y ordena a las partes, sus apoderados y abogados al
cumplimiento de las disposiciones legales. Según algunos autores, esta se puede concebir como la
posibilidad de que el Juez/za tenga facultades (rectius: poderes – deberes) para influir en el mérito de
la causa. Por lo que es lo mismo, que se le confíen poderes – deberes para llamar a las partes y
solicitar de las mismas alteraciones en el thema decidendum. Se afirma que la dirección material es
propia de un sistema inquisitivo, por cuanto el Juez/za tiene intervención directa en el objeto litigioso,
al cual puede, indirectamente, llegar a alterar. Tal dirección material se produce cuando en un acto
fijado, previamente, y de conformidad de la ley, puede llamar a las partes ante sí, no sólo para
provocar una conciliación, sino para pedirles la corrección o modificación de sus alegaciones. Sin
embargo, a pesar de que puede llegar a modificarse el thema decidendum, esa alteración sería el
resultado de un acto voluntario de las partes, ya que el Juez/za llama a éstas para proponerles una
fórmula de conciliación. En cambio, en el sistema inquisitivo el Juez no propone; sino que ordena o
impone. Con todo, existe lógicamente menos reserva para conceder la dirección formal al Juez que
para entregarle igualmente la dirección material del proceso.
En resumen, el judicial es la persona que está obligada a darle el trámite a las peticiones de las partes
y por ninguna circunstancia podrá excusarse de resolverle. Al señalar el trámite por la ley denota que
el judicial no puede ni debe inventar plazo o términos o procedimientos que no le está permitido por
el C. de Familia.
d) Declarar las nulidades y disponer las diligencias que persigan evitarlas.
Comentarios
A fin de no retrasar el proceso y la solución de las pretensiones de las partes se le confiere al Juez o
Jueza el deber de resolver en forma expedita y oral todos los vicios procesales que pudiere detectar,
sea de oficio o a petición de parte. Tal deber se encuentra establecido así para que el Juez o Jueza
procure obtener pronunciamientos y actos jurídicos válidos sin máculas de nulidades o actos viciados.
311
Jaime Alfonso Solís Romero
El legislador patrio, en realidad pretendió dejar a un lado el procedimiento incidental de cuestiones
previas, más no la solución in limine (inicio del proceso) de aquellas cuestiones procesales de la
acción, de la pretensión y de validez del proceso, para purificarlo de vicios sustanciales que podrían
anularlo, desconocer la garantía del debido proceso, o impedir la sentencia de mérito, con el
consiguiente dispendio y retraso de la administración de justicia.
e) Ordenar las medidas conducentes para evitar una sentencia inhibitoria.
Comentarios
El producir una sentencia inhibitoria ocasiona que, las normas jurídicas sustantivas no logren el fin
por el que fueron creadas, no porque sean ineficaces e invalidadas, sino porque hubo una mala
operatividad de las normas procesales o públicas (son éstas las que hacen efectivo y eficaz las normas
sustantivas), de acuerdo a las consecuencias jurídicas sobrevinientes del supuesto de hecho de tal
norma sustantiva, que se identifica con el supuesto de hecho acaecido realmente. Desvaneciendo todo
un ordenamiento jurídico donde las partes del proceso son las más perjudicadas, solo por el simple
hecho del Juez o Jueza de no haber realizado una conducta diligente o haberlo hecho menos de lo
establecido, saneando el proceso de manera inconclusa. Y, engendrando mayor desconfianza entre el
aparato jurisdiccional y la sociedad (vulnerando el principio del proceso como es el de publicidad).
Al emitir el juez o jueza sentencia inhibitoria está produciendo que las partes procesales aporten más
dinero en el costo de un nuevo proceso, inviertan más tiempo en las diligencias procesales y
aumentando el esfuerzo al repetir actos procesales ya desarrollados. Como si tuvieran el tiempo,
gasto y esfuerzo en demasía y eterno. Estas decisiones judiciales inhibitorias que son aquellas que,
por diversas causas, ponen fin a una etapa procesal sin decidir de fondo el asunto que se le plantea al
juez, es decir, sin adoptar resolución de mérito; por tanto, el problema que ha sido llevado a la justicia
queda sin resolver, lo que implica que puede presentarse nuevamente ante la jurisdicción del Estado
para su solución, salvo eventos especiales de caducidad o prescripción. f) Resolver los asuntos
sometidos a su decisión.
Comentarios
El legislador procesal de familia, pretende que los jueces resuelvan las pretensiones de las partes, los
motivos de hecho y de derecho de la decisión, así como la determinación del objeto o la cosa sobre la
que recaiga la decisión. Señala el CF, como requisito de la sentencia su debida congruencia, o sea, la
conformidad que debe de existir entre la sentencia y la forma como quedó trabada la litis, conformada
por la pretensión del actor y la resistencia del demandado, es decir, el thema decidendum, como así lo
exige el CF, ya que toda decisión debe ser expresa, positiva y precisa con arreglo a la pretensión
deducida y a las excepciones o defensas opuestas.
g) Decidir las peticiones de las partes en los plazos previstos en el Código
Los plazos o términos procesales en el C. de Familia están establecidos como una garantía de la
certeza y seguridad para las partes en la realización de los actos procesales, que la ley ha prefijado o
preordenado, para el ejercicio del derecho a la defensa. Sin embargo, en aquellos casos en que no
exista expresa disposición legal (véase art. 495 a y b) el legislador otorga el poder-deber al Juez para
fijarlos, para así asegurar la continuidad del proceso en la forma más rápidamente posible,
garantizando siempre el debido proceso legal. No estableció diferencia el legislador sobre el plazo o
términos, conceptos diferentes procesalmente, recordemos que el plazo es el periodo de término para
la realización de un acto jurídico, y el término el momento determinado. Ambos se refieren a la idea
de tiempo, aunque de manera distinta. Término no es igual a plazo, pero, todo plazo (período) tiene
término.
h) Impedir el fraude procesal y cualquier conducta ilícita; así como prevenir o sancionar todo acto
contrario al deber de lealtad, probidad y buena fe.
Comentarios
312
Jaime Alfonso Solís Romero
En todo proceso que se precie de serlo, por ser instrumento de ejercicio de una función pública del
Estado (la jurisdiccional), el mismo no puede convertirse o ser usado por las partes para actuar con
deslealtad, y falta de lealtad en el ejercicio de sus deberes, obligaciones y cargas procesales en los
distintos actos procesales, pues debe tener siempre presente un principio que rige en ese proceso,
como en todo proceso, como lo es el de la “regla moral en el proceso”.
Por ello, el inciso establece el poder-deber del Juez/za laboral de tomar de oficio, e incluso a petición
de parte, todas las medidas necesarias establecidas en la Ley, tendentes a prevenir o sancionar la falta
de lealtad y probidad en el proceso, las contrarias a la ética profesional, la colusión y el fraude
procesal o cualquier otro acto contrario a la majestad de la justicia y al respeto que se deben los
litigantes. El hecho de que el legislador procesal establezca para las partes el deber de ponerle de
manifiesto al juez/jueza el acto de la parte contraria que contraría la regla moral en el proceso, a fin
de prevenirla o sancionarlo, no constituye el reconocimiento de descuido de la labor vigilante del
juez/jueza, sino de que el proceso tiene que comprometer a todas las partes, y una de ellas debe de
hacerlo bajo el principio de colaboración con el órgano jurisdiccional en que el proceso sea utilizado
con medios y con fines a la moral que debe imperar en la sana y recta administración de la justicia, y
que toda actuación se amolde a una cierta y real deontología jurídica y a una ética profesional y
personal, no sólo de los litigantes (partes propiamente dichas), sino de los abogados/das que los
asisten o representen en dicho proceso.
i) Motivar las resoluciones que pronuncie.
Comentarios
La motivación comprende un conjunto de razonamientos, tanto en el aspecto de los hechos, como en el
jurídico, mediante el cual el Juez/Jueza apoya su decisión.
La sentencia es un juicio lógico- jurídico del juez para declarar la voluntad del legislador contenida
en la ley. Por eso el juez/jueza no crea el Derecho, sino que lo declara o reconoce, lo aplica al caso
concreto de acuerdo con los hechos.
La sentencia debe incluir los elementos argumentativos que el juez ha considerado para trasladar la
regla contenida de modo general en el Derecho al caso concreto que se somete a su juicio. El
razonamiento lógico- jurídico del juez/jueza debe ser apreciado por las partes en la lectura de la
Sentencia, de modo que ésta pueda entender el fallo, esto es, entender cómo y por qué camino ha
llegado el juez/jueza a sus conclusiones. No basta con que el juez realice el razonamiento “en el
interior de su cabeza” y exprese luego en la sentencia el resultado de dicha actividad intelectual. Es
preciso que ese razonamiento se haga explicito, para que la sentencia pueda ser apreciada en su
conjunto por las partes.
j) Oír al niño, niña, adolescente, personas declaradas judicialmente incapaces o con discapacidad que
no puedan valerse por sí mismas en todos los procesos y diligencias que le afecten, en función de su
edad y madurez. A tales fines la autoridad judicial podrá tener contacto con el niño, niña, adolescente
o persona mayor declarada judicialmente incapaz y de ser posible dialogará con él, oído el parecer del
especialista, miembro del Consejo técnico asesor.
Comentarios
Nuevamente el legislador le recuerda al judicial la obligación de escuchar a los niños, niñas y
adolescentes o los que mantienen algún tipo de incapacidad que no puedan valerse por sí mismas en
aquellos procesos en que requieren oír su opinión y que pueden ser perjudicados o beneficiados.
El art. 448 CF, señala sobre la escucha a los menores de edad en los procesos judiciales y
administrativos y refiere que los niños, niñas y adolescentes que se encuentren bajo la autoridad
parental deberán ser escuchados en todo procedimiento administrativo y judicial que tenga relación
con ellos de manera personal y en consonancia con las normas y procedimientos correspondientes,
313
Jaime Alfonso Solís Romero
según sea el caso y en función de su edad y madurez. En caso de niños y niñas, la escucha será
obligatoria cuando sean mayores de siete años.
Título II
Capítulo I.
Disposiciones generales
Sumario: 1, Unidad del proceso. 2. Reglas del proceso común. 3. Consejo técnico asesor y sus
funciones. 4. Actas de audiencias y diligencias. 5. Grabación de las audiencias. 6. Cuestiones
incidentales y resoluciones en audiencia. 7. El uso obligatorio de la toga. 8. De los lugares de
audiencia. 9. Los recursos en materia de familia. 10. Comunicación de sentencias a Registros
Públicos. 11. Término máximo para tramitar asuntos de familia.
315
Jaime Alfonso Solís Romero
h)Las partes deberán plantear simultáneamente, en sus escritos iniciales y durante las audiencias,
todos los hechos y alegaciones en que fundamenten sus pretensiones o defensas y las pruebas de
las que se pretendan hacer valer;
i) La autoridad judicial deberá resolver sobre todos los puntos propuestos por las partes y los que
por disposición legal correspondan;
j) Los sujetos que actúen en el proceso deberán comportarse con lealtad, probidad y buena fe;
j) Para las audiencias y actos procesales se podrán utilizar los medios tecnológicos o electrónicos
que permita el estado alcanzado por la tecnología y la realidad material del órgano
jurisdiccional en cuestión.
K) La autoridad judicial adoptará las medidas necesarias para garantizar su autenticidad e
integridad”.
Comentarios
a) El proceso se inicia, mediante escrito de demanda, a instancia de parte, interesada.
La demanda es el acto de iniciación procesal por antonomasia. Se diferencia de la pretensión procesal
en que aquella se configura con motivo de la petición formulada ante un órgano judicial para que
disponga la iniciación y el trámite del proceso. No obstante, en la mayor parte de los casos demanda
y pretensión se presentan fundidos en un sólo acto. En él, el demandante o peticionante solicita la
apertura del proceso y formula la pretensión que constituirá objeto de éste, por medio de un escrito.
Pero tal simultaneidad no es forzosa como se observa en los casos en que las normas permiten
integrar posteriormente la causa de la pretensión. Doctrinariamente, siguiendo al procesalista
argentino Hugo Alsina, se le considera un medio hábil para ejercer el derecho a la acción, siendo la
forma común de ejercitarlo. En la mayoría de los sistemas debe ser escrita, aunque excepcionalmente
puede ser verbal, en algunos procedimientos orales; en el nuestro la demanda debe presentarse por
escrito ante el órgano jurisdiccional. Se define como un documento cuya presentación a la autoridad
(jueza o juez) tiene por objeto lograr de ésta la iniciación de un procedimiento para sustanciar en él
tantos procesos como pretensiones tenga el demandante para ser satisfechas por persona distinta a
dicha autoridad. Una vez presentada ante el tribunal competente, la demanda debe ser acogida a
tramitación, mediante una resolución, debiendo emplazarse al demandado (o sea, notificársele y
dándole un plazo para contestar tal demanda). La demanda que se presenta al órgano judicial es a
instancia de parte y no pueda iniciar el proceso de familia de manera oficiosa.
b) Sin menoscabo de la oralidad del proceso, la demanda, su contestación, reconvención, oposición de
excepciones cuando corresponda, sus contestaciones, recusaciones, proposición de pruebas e
impugnaciones a estas, alegación de nulidades y cualquier otra petición, se harán por escrito
Comentarios
Según la forma en que se desarrollan los actos procesales pueden existir dos clases de procesos:
escritos u orales, o mejor dicho, procesos por audiencias orales. Modernamente la tendencia sigue a
implementar procesos orales por audiencias, ya que la oralidad permite la celeridad y una mayor
transparencia del proceso, a la vez que se complementa perfectamente con los principios de
inmediación, y concentración. Según sostiene VESCOVI (1999), "no hay régimen alguno de derecho
positivo exclusivamente oral, sino que todos son mixtos. Los procesos que hoy se consideran como
orales, tienen, en general, una fase de proposición escrita, una o dos audiencias orales (prueba y
debate; a veces, inclusive la sentencia dictada al final de la última) y luego recursos de apelación y
casación, también escritos. Son, por lo tanto, mixtos. Más correctamente deberíamos llamarlos
procesos por audiencias, ya que en este trial es donde se realiza la parte sustancial del juicio". La
implementación de la oralidad en las audiencias no implica desechar la escritura, ya que éste es el
medio idóneo para hacer constar en actas lo ocurrido en el desarrollo de aquellas.
316
Jaime Alfonso Solís Romero
El Proceso de Familia establecido, es un proceso mixto, ya que ciertos actos deben constar por escrito
y que de manera obligatoria expresa el legislador los siguientes: a) demanda
b) contestación
c) reconvención
d) oposición de excepciones cuando corresponda
e) contestaciones a excepciones
f) recusaciones
g) proposición de pruebas
h) e impugnaciones a estas
i) alegación de nulidades y
j) cualquier otra petición.
c)Iniciado el proceso, éste será dirigido e impulsado de oficio por el juez, quien evitará toda dilación
o diligencia innecesaria y tomará las medidas pertinentes para impedir su paralización.
Comentarios
Podemos afirmar que, en el proceso de familia, no tiene vigencia en forma absoluta el principio
dispositivo como hemos expresado anteriormente, más bien estamos en presencia de un proceso
mixto, es decir, dispositivo en su inicio y oficioso (inquisitivo) en el trámite, ya que según lo
establece la norma. En este proceso el juez/jueza se vuelve el director/directora del mismo, no es
como en repetidas ocasiones hemos señalado “un simple espectador”, pero tampoco debe suplir a las
partes, no liberarlas de las cargas procesales que les corresponde; la oficiosidad tiene lugar por la
calidad de los derechos que se discuten principalmente cuando se trata de los que corresponden a los
niños, niñas o adolescentes, el juez/jueza tiene amplias facultades, así se establece como uno de los
deberes del juez, es siempre ordenar las diligencias necesarias para establecer la verdad de los hechos
controvertidos, sometidos a su conocimiento y decisión, respetando el derecho de defensa de las
partes; tiene facultades de ordenar prueba para mejor proveer; él puede ordenar prueba en aras de la
búsqueda de la verdad real. El juez como director del proceso debe vigilar las tácticas dilatorias de
los litigantes para impedir la paralización del mismo, pues este debe caracterizarse por la celeridad
para cumplir con el deber de impartir una justicia pronta (véase art. 439 CF).
d)En las audiencias de ley se concentrarán, siempre de ser posible y conforme corresponda,
alegaciones y pretensiones de las partes, ofrecimiento y práctica de pruebas, cuestiones
incidentales, alegatos conclusivos, deliberación, resolución y admisión de recurso.
Comentarios
Este principio se concretiza mediante el de oralidad y por él se procura reunir toda la actividad
procesal en la menor cantidad posible de actos y evitar la dispersión, lo que contribuye a la celeridad
del proceso, por lo que también se afirma que está íntimamente relacionado con el de economía
procesal. En el art. 445 CF, regula como principio rector al establecer que el juez/jueza debe procurar
la concentración de las actuaciones; tal principio tiene especial despliegue y aplicación en el
desarrollo de las audiencias orales, ya que en las mismas se pueden resolver diferentes cosas a la vez,
por ejemplo resolver peticiones de medidas cautelares, ya sea decretándolas, modificándolas u
ordenando o dejarlas sin efecto las que se hubiesen decretado con anterioridad, establecer alimentos
provisionales, regímenes de visitas, se resuelven incidentes planteados en audiencia, entre otros. El
principio de economía procesal exige la mayor concentración posible de los actos, tendiendo de este
modo a lograr la pronta solución de los litigios
e)Las partes podrán ofrecer pruebas, presentar alegatos y disponer de sus derechos, excepto cuando
éstos últimos fueren irrenunciables.
Comentarios
317
Jaime Alfonso Solís Romero
La relevancia de esta disposición nos motiva a expresar que cada una de las partes del proceso puede
ofrecer los elementos probatorios necesarios para demostrar o acreditar sus pretensiones, y presentar
sus conclusiones o alegatos orales sobre los asuntos que ordene discutirse en las audiencias
establecidas por la ley. Hay ciertos derechos que las partes bajo el principio de disposición procesal
no pueden ni deben renunciar, desistir o declinar por ser derechos intocables (ej. la cuota alimenticia
señalada por la ley). No le es válidamente, es decir, no le es permitido prescindir de su ejercicio por
propia decisión, teniendo como limitante importante su no aplicación cuando, si con la renuncia se
lesiona el interés público o los derechos de terceros. A este respecto se suele establecer una distinción
en las normas, dividiéndolas en leyes preceptivas, prohibitivas y permisivas. Las primeras imponen
una conducta positiva, las segundas, vedan o impiden la realización de determinados actos y las leyes
permisivas facultan a sus destinatarios para realizar o no realizar cierta conducta. La persona puede
ejercer el derecho previsto en la ley permisiva o renunciar a su ejercicio. Las normas preceptivas y
prohibitivas no admiten esta posibilidad. Referente a las normas adjetivas o procesales que parece ser
el caso, las mismas son propias de un interés público y por razones de lo que se discute (divorcio,
tutela, incapacidad, etc.) las partes no pueden disponer que el juez o jueza no escuche al mayor de
siete años cuando exista un interés procesal.
f) Las audiencias serán orales y públicas, pero cuando las circunstancias del caso así lo aconsejen,
podrá la autoridad judicial, de oficio, o a instancia de parte, ordenar que la audiencia se desarrolle
de forma privada, con intervención sólo de las partes en el proceso.
Comentarios
Sobre la oralidad y la publicidad como sistema jurídico nos hemos referido en varias ocasiones, solo
indicaremos que existen situaciones de moralidad, de interés social o integridad que puede censurarse
la presencia de terceras personas ajenas al conflicto en las diferentes audiencias, en cuanto la oralidad
ya dijimos ciertos actos procesales que requieren la escrituración.
g)La autoridad judicial garantizará la igualdad de las partes durante todo el proceso. Comentarios
Es conocido también como principio de igualdad de armas, para que exista una verdadera
contradicción debe existir a su vez igualdad de armas, lo cual significa que las partes deben tener las
mismas oportunidades de ataque y defensa; no se pueden introducir pruebas al proceso a espaldas de
la parte contraria, toda prueba debe ser conocida y debatida por las partes.
Este principio deviene del principio constitucional de igualdad de las personas ante la ley, sin ninguna
clase de discriminación, pero aquí para hacerlo valer en el ámbito procesal y que se traduce en tratar
igual a lo igual y desigual a lo desigual. En todo momento el juez/jueza debe ser cuidadoso de
cumplir este principio, a través del cual se manifiesta incluso su deber de imparcialidad e
independencia para juzgar; en el desarrollo de las audiencias deberá tener especial cautela respecto al
tiempo que se les concede a las partes para expresarse y en cuanto al tiempo para el interrogatorio de
los testigos y expresión de los alegatos verbales, para transmitir esa transparencia que debe
caracterizar a la administración de justicia, ya que violar este principio significaría irrespetar las
garantías del debido proceso.
h)Las partes deberán plantear simultáneamente, en sus escritos iniciales y durante las audiencias,
todos los hechos y alegaciones en que fundamenten sus pretensiones o defensas y las pruebas de las
que se pretendan hacer valer.
Comentarios
Lo señalado anteriormente sobre el principio de concentración y de economía procesal se aplica
obviamente a esta regla, por lo que no haremos mayor explicación.
i) La autoridad judicial deberá resolver sobre todos los puntos propuestos por las partes y los que por
disposición legal correspondan.
318
Jaime Alfonso Solís Romero
Comentarios
Este aspecto fue debidamente explicado en los comentarios al art. 448 CF, y solo decimos grosso
modo que esta obligación del judicial resolver las controversias presentadas por las partes y cualquier
petición que se le realice, cumpliendo con el principio de economía procesal.
j) Los sujetos que actúen en el proceso deberán comportarse con lealtad, probidad y buena fe.
Comentarios
Mediante la regulación de esta norma se busca asegurar que los sujetos que intervienen en el proceso
se comporten de acuerdo a las reglas de la ética, evitar que usen artimañas o argucias y utilicen el
proceso para fines diferentes a los que se ha instituido. Se sostiene que "desde que dejó de concebirse
el proceso como un duelo privado en el cual el juez/jueza era solo el árbitro y las partes podían
utilizar todas las artimañas, argucias y armas contra el adversario para confundirlo, y se proclamó la
finalidad pública del proceso civil, comienza a reclamarse de los litigantes una conducta adecuada a
ese fin y a atribuir al juzgador mayores facultades para imponer el fair play.
El Juez(a) de Familia debe tener facultades legales para sancionar la falta de cumplimiento de este
principio, ya que como director del proceso debe velar porque éste se desarrolle con toda la
transparencia posible y que se cumplan todas las garantías del debido proceso. En el Código de
Familia hemos señalado que se regula como un deber del juez/jueza impedir el fraude procesal y
cualquier conducta ilícita, así como prevenir o sancionar todo acto contrario al deber de lealtad,
probidad y buena fe.
k)Para las audiencias y actos procesales se podrán utilizar los medios tecnológicos o electrónicos que
permita el estado alcanzado por la tecnología y la realidad material del órgano jurisdiccional en
cuestión. La autoridad judicial adoptará las medidas necesarias para garantizar su autenticidad e
integridad.
Comentarios
Como se trata de un proceso de familia por audiencias orales, todo lo que ocurre en el desarrollo de
las mismas se asienta en un acta; asimismo por tratarse de un proceso mixto, existen ciertos actos
procesales que deben constar por escrito, como la demanda, la contestación, reconvención, etc., pero
no está limitado a que sin vulnerar el debido proceso se utilice grabadora, vídeos, sky, etc, que
permitan un correcto desarrollo del proceso y el esclarecimientos de los hechos. Más adelante
retomaremos este punto con las nuevas tendencias tecnológicas al servicio del derecho.
35. Impugnación de Estudios o Dictámenes. ¿Pueden las partes durante el proceso, impugnar los estudios o dictámenes emitidos por el Consejo Técnico
112
Asesor? En concordancia con los artículos 488, 489 y 492 del Código de Familia. Se considera: Se pueden impugnar los dictámenes emitidos
Comentarios
Por la propia naturaleza de los conflictos que corresponde conocer en el Proceso de Familia, requiere
que en el mismo se efectúe un abordaje integral en el que intervengan otras disciplinas como la
psicología, trabajo social, galenos, etc., para llevar a cabo la protección integral de la familia que
regula la Constitución de la República y el Código de Familia, en aras de lograr su unidad,
integración, bienestar y desarrollo social, cultural y económico, pues no todos los conflictos que se
conocen en los Juzgados de Familia culminan con la desintegración de esa unidad primaria como en
los casos de divorcio, sino que muchas veces los problemas que se suscitan entre sus miembros tienen
solución o satisfacción de sus pretensiones a corto y/o mediano plazo, haciendo efectivos los
derechos-deberes que surgen de las interrelaciones familiares y que incluso muchas veces lleva a
fortalecerla basado en los principios de solidaridad familiar, tolerancia, respeto y cooperación entre
los miembros de la familia. La intervención de esas otras disciplinas es fundamental para coadyuvar
en la labor del juzgador(a) a fin de que tenga una visión más amplia y objetiva hechos en que se
fundamentan las pretensiones sometidas a su conocimiento y decisión, para que pueda pronunciar la
resolución más justa y equitativa en cada caso en particular.
Basados en esta concepción del abordaje integral del conflicto familiar, es que el legislador en la Ley
Procesal de Familia incorporó como sujeto procesal a los equipos multidisciplinarios que están o
estarán asignados y ubicados en cada Juzgado de Familia, estos equipos están integrados por
psicólogos(as), trabajadoras(es) sociales y médicos (es), los cuales realizan investigaciones y estudios
que el juez(a) les comisiona hacer en los casos que lo considera necesario.
Tales estudios no son de carácter confidenciales y podrán conocerlos el juez/jueza, las partes, los
representantes legales y los apoderados.
Los especialistas actúan de manera individual o de forma colectiva, a la orden de juez o jueza
realizando las experticias requeridas. El profesional dotado de conocimientos especializados y
reconocidos, a través de sus estudios superiores, que suministra información u opinión fundada a los
tribunales de justicia sobre los puntos litigiosos que son materia de su dictamen. Estos expertos o
peritos judiciales son capaces de ejecutar, aplicar y utilizar todas las técnicas y recursos de una forma
científica para una adecuada administración de los requerimientos de su campo laboral para
esclarecer la verdad, etc.
Sus atribuciones consisten en emitir, asesorar, evaluar y recomendar en todos aquellos asuntos que el
juez o jueza requiera su pericia. Recordando que hay aspectos médicos o psicosocial que escapan al
conocimiento del judicial y demanda el auxilio o la ayuda para que ese experto sugiera, asesore o
recomiende a la autoridad quien al final deberá resolver la pretensión, o las medidas necesarias. 114 115
por el Consejo Técnico Asesor y el Juez tramitará el incidente cuando se demuestre válidamente que exista contradicción de fondo. Se instruye: Cuando el
motivo de la impugnación sea de fondo, es impugnable y cuando sea un error de forma, el Juez ordenará que se subsane.
113
34. Incorporación de Prueba Pericial. ¿La prueba pericial se incorpora al proceso, con la lectura del informe o con la presencia testimonial del perito?
En concordancia con los artículos 488 y 489 del Código de Familia. Se considera: La prueba pericial se incorpora con la lectura del informe en los
320
Jaime Alfonso Solís Romero
Juicios de Familia correspondientes. Se instruye. Entregado al Juzgado el informe pericial debe ser incorporado al expediente, para que sea revisado y
valorado por las partes. Si las partes cuestionan el fondo del informe, la autoridad judicial, requerirá la presencia del Perito en la audiencia de vista. 114
12. Consejo Técnico Asesor en Audiencia. ¿Los miembros del Consejo Técnico Asesor, deben o no, presentarse a la audiencia? En concordancia con los
artículos 488 y 489 Inciso a), del Código de Familia. Se considera: Podrán presentarse a la audiencia, cuando se requiera su presencia, a solicitud de
parte u oficiosamente cuando la autoridad judicial lo considera pertinente. Se instruye: El Consejo Técnico Asesor, asistirá a las audiencias cuando su
dictamen sea cuestionado por cualquiera de las partes, o cuando la autoridad judicial requiera aclaraciones técnicas.
115
13. Consejo Técnico Asesor, reemplazo en la localidad. ¿Si el Juez de Familia, no tiene Consejo Técnico Asesor, cómo puede reemplazarlo en su
localidad o qué puede hacer? En concordancia con los artículos 4, 441 y 442 del Código de Familia. Se considera: El Juez, como parte de la
coordinación interinstitucional, se debe auxiliar con cualquier institución del Estado que por ley tienen atribuidas funciones de cuidado y protección a la
familia: Ministerio de Salud, Policía Nacional, Comisaría de la Mujer y Niñez, Ministerio de la Familia, Adolescencia y Niñez, Instituto de Medicina
Legal, Procuraduría General de la República, entre otras, que tengan presencia en la localidad. Se instruye: La autoridad judicial, debe auxiliarse de las
Instituciones antes mencionadas que tengan presencia en la localidad, para que cumplan las funciones del Consejo Técnico Asesor.
los acuerdos adoptados y las resoluciones del juez o jueza. El acta será firmada por todas las partes
intervinientes, salvo que se excuse firmar, en cuyo caso se dejará razón de este hecho”.
Comentarios
La palabra de audiencia viene del latín, “audir”, escuchar es el acto procesal oral y de probanza de los
extremos de las declaraciones audibles que se constituyen para resolver las solicitudes de las partes.
Ordena la norma que de toda audiencia debe levantarse acta por el secretario o secretaria actuante en
la que se deja plasmado por escrito la finalidad u objeto de la audiencia, en ella se debe establecer la
hora de inicio de la audiencia y su conclusión, la reseña del proceso de familia (el tipo de pretensión
o demanda), el número único del asunto, la identidad de los intervinientes presentes (demandante,
demandado, abogados, etc.), la fecha y lugar de celebración de la audiencia, además los temas a
tratar, alegatos de las partes, los acuerdos adoptados y la resolución del juez o jueza. Algo importante
es que concluida la audiencia oral las partes deben firmarla y en caso de no hacerlo o no querer
hacerlo, se deberá asentar su excusa de firmar y a la vez las razones por la que se negó a firmar.
321
Jaime Alfonso Solís Romero
pero sobre todo su conservación está eficazmente asegurada cuando se trata de probar la existencia o
el contenido de un acto. La palabra es más viva; ella llama la atención del juez/jueza sobre los puntos
esenciales del litigio; se presta mejor a la discusión y a la persuasión; tiene la ventaja de la
simplicidad; evita la pesadez y la complejidad del formalismo que engendran los escritos. La oralidad
se hace necesaria allí donde hay que asegurar una concentración del procedimiento y garantizar un
contacto directo del Tribunal con las partes. Finalmente, es importante considerar que no es oralidad
entendida como oratoria; aquélla es un sistema procesal, las declamaciones son manifestaciones
artísticas. La mentira no debe encontrar refugio bajo el manto de la elocuencia. De usarse la
grabación magnetofónica o electrónica en la audiencia no puede luego sustituirse y además no será
necesaria su levantado en acta de las intervenciones, al menos ese es el espíritu del legislador. Señala
la norma que deberá dejar constancia del uso en esa audiencia de la grabación. Además, al conceder
el uso de la palabra el juez/za expresará el nombre de la persona que interviene, su función en el
proceso y la actuación a realizar. Además, pronunciará con precisión y claridad las decisiones que
correspondan. En el foro jurídico, destilan los tribunales de familia la grabación que por mandato
jurídico lo dice y a la vez el levantamiento del acta de la audiencia basado en el art. 490 CF.
322
Jaime Alfonso Solís Romero
existirá menor riesgo de que se borren de su memoria las impresiones de las pruebas practicadas. La
oralidad no se satisface con audiencias en masa en las que el juez o jueza realmente no está presente y
con aplazamientos injustificados que detienen la sustanciación por meses. La discusión oral y el fallo
deben ser la conclusión inmediata a la sustanciación. Si estas reglas se cumplen estrictamente el
proceso por audiencias logra reducir considerablemente el número de actos necesarios en un proceso
escrito o verbal como los actuales, en los que se malgasta tiempo con formalidades superfluas, en
audiencias en masa y de dictado, con aplazamientos caprichosos, no de días sino de meses,
duplicando o triplicando inútilmente el trabajo de los sujetos procesales y su duración. “En el
procedimiento -decía COUTURE- el tiempo es algo más que oro: es justicia. Quien dispone de él
tiene en las manos las cartas del triunfo. Quien no puede esperar, se sabe de antemano derrotado”.
Consecuencialmente, por lo general no se requiere un mayor número de jueces para el proceso oral,
porque al reducirse gran cantidad de actos procesales y facilitar otros, se produce considerable ahorro
de tiempo. Nada tiene que hacer el juez/za de más, mucho es lo que tiene que hacer de menos en el
proceso por audiencias.
323
Jaime Alfonso Solís Romero
permanente o transitoria se encuentran en situación de limitación o movilidad reducida, NTON
No. 12 006-04, publicada en La Gaceta, Diario Oficial N". 253 del 29 de
diciembre de 2004”. Comentarios
Como hemos referido el proceso de familia se desarrolla en diferentes audiencias dirigidas por el
judicial, en esas audiencias se resuelven las pretensiones de las partes. Lo común es que las
audiencias o bien el proceso de familia deben realizarse en el asiento del juez o jueza, donde ejerce
sus funciones o sede judicial; puede disponer el judicial efectuar la audiencia o audiencias en otro
lugar por razones de fuerza mayor, caso fortuito o bien por no prestar las condiciones de higienes,
materiales u otras que a su opinión no pueda cumplir y ejercer las funciones propias del desempeño
de su labor, por lo que queda a su criterio realizar la audiencia en otro lugar sin vulnerar los límites de
su circunscripción territorial y deberá notificar según la norma con cinco días de antelación a las
partes. Se acepta por la doctrina y es la inclinación de nuestro sistema de familia que las actuaciones
judiciales deben practicarse en la sede del órgano jurisdiccional que las realiza, aunque, cuando sea
necesario o conveniente para el buen fin del proceso, podrá constituirse éste para su práctica en
cualquier lugar del territorio de su jurisdicción. De desbordar su territorio podría atacarse por las
partes procesales de falta de jurisdicción. Puede también el Juez/Jueza puede llevar a cabo diligencias
concretas en lugar que comprenda el territorio de su jurisdicción, como hemos anunciado.
Dispone la norma que los lugares de audiencias deben contar con áreas acondicionadas para la
realización de actuaciones que supongan la participación de niños, niñas, adolescentes, personas adultas
mayores, personas con discapacidad que no puedan valerse por sí mismas, personas declaradas
judicialmente incapaces y madres lactantes.
325
Jaime Alfonso Solís Romero
recursos de reposición, apelación y de casación, así el recurso de reposición de sentencia, en el que se
solicita aclaración de sentencia; recurso de reposición de auto en donde se decreten medidas
cautelares; recurso de apelación, ante la Sala de Familia del tribunal de apelaciones y/o donde no
exista la Sala de Familia, la Sala Civil (comentario del autor); recurso de Casación, ante la Sala de
Familia/Sala Civil de la Corte Suprema de Justicia. Contra la decisión del recurso de reposición (auto
de las medidas cautelares y aclaración de la sentencia) no cabrá ulterior recurso.
El Recurso de Apelación,
De acuerdo a los aspectos generales a todo recurso y lo dispuesto en el artículo del Código de
Familia, podemos decir que el recurso de apelación es un recurso de reforma y ordinario, que puede
ser deducido por la parte agraviada para obtener que una resolución sea modificada o revocada con
arreglo a derecho por el superior jerárquico.
En cuanto a sus características, podemos señalar que es un recurso de reforma porque se presenta ante
el tribunal que dictó la resolución para que sea resuelto por el superior jerárquico. Es ordinario,
porque por regla general, procede contra toda clase de resoluciones, salvo las limitaciones
provenientes de la naturaleza o cuantía del negocio, por lo que carece de causales, teniendo como
fundamento genérico, el agravio o perjuicio infringido al recurrente. Constituye una segunda
instancia porque permite al tribunal superior conocer de todas las cuestiones y de hecho y derecho
que se hayan ventilado en segunda instancia. El recurso de apelación puede renunciarse, toda vez
que, su interposición es una facultad que las partes pueden o no ejercitar. Esta renuncia puede ser
expresa o tácita. Su renuncia será tácita cuando se dejó transcurrir el plazo, sin interponerlo. El objeto
del recurso no está expuesto en la norma como en otras legislaciones o la misma del derecho común,
por eso la doctrina señala que: “El recurso de apelación tiene por objeto obtener del tribunal superior
respectivo que enmiende, con arreglo a derecho, la resolución del inferior”.
Este recurso puede utilizarse por las partes contra todas las sentencias definitivas de primera instancia
(jueces y juezas locales civiles, de familia o jueces o juezas locales únicos, y jueces o juezas de
distrito), salvo en los casos en que la ley deniegue expresamente este recurso. Las condiciones para
interponer el recurso son, en primer lugar, ser parte, ya sea directa, como son el demandante y el
demandado, o bien, indirecta que son los terceros que se apersonan al juicio, como coadyuvantes,
excluyentes e independientes. La segunda condición es ser agraviado, esto es, nuestra solicitud ha
sido rechazada en todo o parte por una resolución judicial que por esta razón nos perjudica. La tercera
es que se interponga la apelación en la audiencia de lectura de sentencia, es lo que se conocía
anteriormente “una apelación en caliente”.
Anteriormente, ya habíamos dicho que, por tratarse de un recurso por vía de reforma, el recurso debe
interponerse ante el mismo tribunal que dictó la resolución recurrida y para ante el tribunal
inmediatamente superior en grado jerárquico. El primer tribunal se denomina “ad quo” mientras que
el que va a conocer del recurso se le llama “ad quem”.
326
Jaime Alfonso Solís Romero
vínculo matrimonial, nacionalidad, ausencia, defunciones, etc, tema que fue expuesto anteriormente y
sobre su importancia.
no trae mayores consecuencias jurídicas, más que responsabilidades administrativas. Por suerte no
hay sanción procesal y tampoco la nulidad del proceso, las que traerían un perjuicio a la parte
interesada.
Capítulo II.
Acumulación de procesos
100 Idem. 56. Vencimiento de término. ¿La presentación tardía de informes, dictámenes y peritajes, interrumpe el término o no? En concordancia con los
artículos 497 del Código de Familia. Se considera: El término se interrumpe hasta que las instituciones presenten a la autoridad judicial de familia los
informes, dictámenes y peritajes, so pena de responsabilidad administrativa. Se instruye: El término se interrumpe hasta que las instituciones presenten a
la autoridad judicial de familia los informes, dictámenes y peritajes, so pena de responsabilidad administrativa.
327
Jaime Alfonso Solís Romero
b) Que los procesos se refieran a pretensiones idénticas entre las mismas partes; o sobre
pretensiones diferentes con identidad de causa, sean iguales o diferentes que recaigan sobre las
mismas cosas, siempre que las partes sean idénticas.
Durante la ejecución de la sentencia podrá proceder a la acumulación entre procesos cuando se
trate del cumplimiento de obligaciones de contenido económico y el demandado fuere el mismo.
Para que proceda la acumulación deberá haber constancias documentales de las circunstancias
que exige la ley”. Comentarios
Doctrinalmente se ha manifestado que la única finalidad que se persigue mediante la acumulación de
procesos es la economía procesal, que debe traducirse en exclusión de gastos y las posibles dilaciones
innecesarias que puedan suscitarse de la tramitación por separada y la evitación de sentencias
contradictorias (Armenta Deu, 1983, p. 49; Montero A Roca, 1991; Gascón Inchausti, 2000, p. 145;
Gimeno Sendra et alii, 2001, p. 34 y ss.). Esta conexión supone que, a diferencia de la acumulación
de acciones, la acumulación de procesos no se pueda fundamentar únicamente en la economía
procesal. En este mismo sentido se ha pronunciado la jurisprudencia española al declarar que “Si la
finalidad de la acumulación (de acción es y de procesos) es la economía procesal o la simplificación
de la tramitación de los asuntos, la pretensión ejercitada en la demanda, resulta a todas luces
adecuada, razonable y, lo que es esencial, perfectamente lícita y autorizada por nuestro
ordenamiento.”[AAP Madrid 25.9.2007 (JUR 353813)].“Normalmente reducidas a la elusión de los
riesgos provenientes, bien de la contradicción entre resoluciones, bien de factores económicoprocesal
es, cual la exclusión de gastos y dilaciones innecesarias.” [AAP Pontevedra 5.4.1993 (Ar. 508)].
Ahora bien, la posibilidad de que el procedimiento termine en una única sentencia no significa que
esta resolución deba incidir en cada una de las acciones ejercitadas. Entendiendo así, que la sentencia
que resuelva el proceso y sus acumulados deberá contener tantos pronunciamientos como objetos
procesales derivados de la acumulación existan. Es decir, tramitación en un único procedimiento no
puede impedir que se conozcan todas y cada una de las pretensiones interpuestas ante los órganos
judiciales.
A través de la acumulación ciertos procesos judiciales que reúnan una serie de requisitos podrán
tramitarse ante el mismo juez/jueza y resolverse en conjunto; El nuevo Código de Familia señala que
la acumulación es procedente tanto de oficio como por petición de parte, siempre y cuando tengan
competencia el judicial en los procesos.
Además de los requisitos mencionados la acumulación para ser procedente debe reunir las siguientes
características:
1) Que los procesos se estén tramitando en la misma instancia, ya que el trámite de la segunda
instancia es diferente al de la primera, por ejemplo, los términos son disímiles, por ende, no podrían
acumularse procesos de instancias diferentes.
2) Que la autoridad judicial ante la que se pide la acumulación sea competente en razón de la materia
para conocer de todos los procesos. No podría tratarse de acumularse un proceso de divorcio con un
proceso de acción de pago, aunque sean las mismas partes demandante y demandado.
3) Que los procesos se refieran a pretensiones idénticas entre las mismas partes; o sobre pretensiones
diferentes con identidad de causa, sean iguales o diferentes que recaigan sobre las mismas cosas,
siempre que las partes sean idénticas. Por ejemplo, dos jueces o juezas de familia estén conociendo
simultáneamente un divorcio interpuesto indistintamente por los cónyuges, en este caso ambos
procesos tienen idénticas pretensiones, la disolución matrimonial; o bien el mismo divorcio, pero uno
de los cónyuges, solicita una cuota alimenticia para su persona y la tutela de sus hijos y el otro
cónyuge discute un bien mueble en común. La doctrina se ha encargado de conceptualizar la
identidad en materia procesal de la siguiente manera:
328
Jaime Alfonso Solís Romero
Identidad de persona (eaedem personae): debe tratarse del mismo demandante y demandado,
jurídicamente hablando. Para fijar este requisito Eduardo Couture señalaba que hay que considerar
tres principios: identidad jurídica (la identidad de carácter legal y no física), sucesión (a los
causahabientes de una persona) y representación (la posibilidad de actuación a nombre de otro). Por
ello, las personas que actúan en el litigio pueden ser físicamente distintas y existir identidad legal (por
ejemplo, entre un heredero del demandante ya fallecido y el demandado) o, por el contrario, ser
físicamente idénticas y no existir tal identidad (por ejemplo, entre el demandante y el exrepresentante
de una persona jurídica antes demandada).
Identidad de la cosa pedida (eadem res): el objeto o beneficio jurídico que se solicita (no el objeto
material) debe ser el mismo. O sea, lo que se reclama.
Identidad de la causa de pedir (eadem causa petendi): el hecho jurídico o material que sirve de
fundamento al derecho reclamado debe ser el mismo. O sea, el por qué se reclama.
Capítulo III.
Demanda y contestación
1. De la demanda (art.501).
“En todo proceso de familia, la demanda se presentará por escrito y contendrá los siguientes
requisitos:
a) La referencia genérica a la jurisdicción especializada de familia;
b) El nombre, calidad de mayor o menor de edad, domicilio del demandado y del apoderado,
con referencias al poder de representación; y en su caso los mismos datos del representante
legal;
c) El nombre, calidad de mayor o menor de edad y domicilio del demandado; en su caso, los
mismos datos del representante legal o apoderado. Si se ignorare su paradero, se manifestará
esta circunstancia y se solicitará su emplazamiento por edicto;
d) La narración precisa de los hechos que sirvan de fundamento a las pretensiones; c) La
pretensión, expresada con precisión y claridad. Cuando se acumulen varias pretensiones,
éstas se formularán con la debida separación;
f) El ofrecimiento y la determinación de los medios de prueba que el demandante pretenda
hacer valer; g) La designación del lugar que señale el apoderado para recibir notificaciones; así
como el lugar donde se pueda emplazar al demandado o citar a la parte demandante cuando
deba comparecer personalmente;
h) La solicitud de medidas cautelares cuando fuere procedente; i) Los demás requisitos y datos
que por la naturaleza de la pretensión exija la Ley o sea indispensable expresar; y j) El lugar,
fecha y firma del peticionario.
De la demanda y de los documentos que se presenten se deberá entregar tantas copias como
demandados haya y una copia adicional para el archivo del juzgado. Junto con la demanda se
acompañará el poder de representación”.117
Comentario
La doctrina ha entendido a la demanda como un acto de procedimiento por escrito, que materializa un
poder jurídico (la acción), un derecho real o ilusorio (la pretensión) y una petición del actor como
117
39. Omisiones. ¿En qué audiencia deben mandar a subsanarse los errores de los escritos de demanda y contestación, en la inicial, especial o vista? En
concordancia con los artículos 505, 510 y 524 del Código de Familia. Se considera: Si existen omisiones que no permiten admitir la demanda, de oficio el
Juez ordenará a las partes subsanen de previo a la admisión por el término de tres días. Cuando existen errores u omisiones que no impiden admitir la
demanda y con posterioridad citar a audiencia inicial, los Jueces de Familia en dicha audiencia, pueden subsanarlo, conforme el artículo 524 del Código de
Familia. Se instruye: En la audiencia inicial las autoridades competentes para conocer en materia de familia, deben ordenar subsanar las omisiones de
forma que no impiden admitir la demanda. La subsanación puede orientarse inclusive, antes del emplazamiento para contestar demanda.
330
Jaime Alfonso Solís Romero
2. El objeto mediato es la búsqueda del pronunciamiento jurisdiccional definitivo.
El primero es demanda, el segundo es pretensión.
Se catalogan diferentes tipos de Demanda, a saber:
• Fundada. Aquella en que la pretensión está protegida por el derecho sustantivo.
• Infundada. Aquella en que la pretensión materializada no está regulada por el derecho positivo.
Por ejemplo, no se puede demandar la propiedad del aire que respiramos, porque es de todos.
• Simple. Aquella que materializa una sola pretensión.
• Compleja. Aquella que lleva varias pretensiones.
• De condena. Aquella que pide el cumplimiento de una prestación, ya sea positivo o negativo.
• Declarativa. Aquella que pide que el juez aclare una situación incierta.
• Constitutiva. Aquella que pide transformar una situación jurídica.
• Demanda Accesoria. Por ejemplo, demanda incidental, demanda de una medida precautoria.
• Demanda unilateral. Pretende a nombre propio, es la demanda más importante.
Se suele denominar “demanda” tanto a la petición que se dirige a un órgano jurisdiccional en el que
se le solicita su intervención para resolver la controversia que se plantea como al escrito o
formulación verbal que se hace en relación con la citada petición.
Demanda, es sinónimo de petición, de solicitud, de súplica, de exigencia, de reclamación, desde el
punto de vista de su significado forense, pero en realidad tiene un significado muy específico, casi
único. En efecto, no toda petición es una demanda pues, hay peticiones dirigidas a órganos
jurisdiccionales que no entraña le exigencia de una situación de controversia, por ejemplo: cuando se
formula una petición de intervención en la materia de jurisdiccional voluntaria.
A la demanda puede considerársele una súplica solamente bajo la perspectiva de la relación de parte
que la formula y juez a la que se dirige, pero respecto del demandado ya no es una súplica, sino que
respecto de él constituye una exigencia sui generis en la que, el órgano jurisdiccional es el
intermediario, pero, la demanda va impregnada de una actitud enérgica, propia de la reclamación
formal que se ha instaurado ante un juzgador.
Es el acto procesal de una persona física o moral, denominada actor o demandante, en virtud del cual,
en forma escrita o verbal, solicita la intervención del órgano estatal jurisdiccional o del órgano
arbitral jurisdiccional para que intervenga en un proceso controvertido que se dirige a otra persona
física o moral, denominada demandado o reo, para forzar a esta última persona a las prestaciones que
se reclaman. En nuestra opinión podemos decir que una vez que se da el litigio de intereses o en su
caso contrario expresar la voluntad, para que el órgano jurisdiccional intervenga para proceder a
obtener el derecho y la razón, esto será posible una vez entablando la demanda, el primer acto que
abre o inicia el proceso, que posteriormente veremos los requisitos y estructuración.
Existe una exigencia única de la Ley de Familia en cuento a la estructura del escrito de la demanda,
se presenta diez causales precisas que requieren unos recaudos necesarios para abrir la puerta
jurisdiccional, de tal manera que se observa la denominación del órgano jurisdiccional de familia que
conocerá el asunto; los datos del demandante y del demandado y sus apoderados o su representante
legal; una narración de los hechos de forma precisa que fundamente las pretensiones; esta última debe
estar articulada de manera que sea entendible, y si son varias las pretensiones deberán estar
separadas; las partes están obligados al ofrecimiento de sus pruebas y la determinación de los medios
de prueba que el demandante pretenda hacer valer; lugar para las notificaciones; las medidas
cautelares y las demás exigidas por la ley que por naturaleza del asunto es indispensable; y al final
del escrito de demanda el lugar, fecha y firma del peticionario.
Es importante señalar que el además de señalar los medios de pruebas que cuenta el demandado deberá
acompañarlos, al tenor de la parte final del artículo que refiere que de la demanda y de los documentos
que se presenten se deberá entregar tantas copias como demandados haya y una copia adicional para el
331
Jaime Alfonso Solís Romero
archivo del juzgado. De igual manera el art. 510 CF, “Las pruebas serán propuestas y acompañadas,
cuando su naturaleza lo permita, junto con los escritos de demanda y contestación, o de producirse estas
con posterioridad a sus escritos iniciales, serán presentadas verbalmente y por escrito, con sus copias de
ley, en el acto de la audiencia inicial”. La Forma de la Demanda,
La forma es por escrito, en español, papel común y está dirigida al judicial de familia.
Requisitos substanciales de la Demanda,
La demanda sólo puede presentarse por la persona que tenga la capacidad procesal. Se dijo que la
demanda materializa la pretensión. O sea, la demanda es el transporte de la pretensión. Ambos-la
demanda y la pretensión-deben cumplir con ciertas reglas.
La demanda debe ser por escrito, y contener el juez o jueza, la personalidad del actor y del
demandado, el “petitum”, las firmas del abogado y del interesado. Si no cumple, con esto requisitos,
es rechazado “ad limine”, de entrada. Aquí hablamos de admisibilidad no de su procedencia.
La pretensión también cumple reglas subjetivas y reglas objetivas (por ejemplo, si la pretensión esta
tutelado por la ley positiva). Si no cumple con estas reglas subjetivas es declarada improcedente,
aunque haya sido admitida.
Admisibilidad y procedencia de la Demanda,
Una demanda es admisible si cumple con las reglas formales exigidas por ley. Una demanda es
procedente si cumple, además de las reglas formales, con los requisitos de la pretensión procesal.
Debemos distinguir entre la "admisibilidad" y la "procedencia" de la demanda, por cuanto la primera
importa el examen de los requisitos rituales y formales que son independientes de las razones de
fondo. La procedencia hace a los fundado o infundado de la demanda y determina la suerte final que
expresa la sentencia.
Requisitos Formales de la Demanda,
La demanda debe contener:
La referencia del Juzgado, nombre y domicilio real del actor, y calidad de mayor o menor de edad,
nombre y domicilio real del demandado y calidad de mayor o menor de edad y del apoderado, con
referencias al poder de representación; y en su caso los mismos datos del representante legal. En el
caso del demandado si se ignorare su paradero, se manifestará esta circunstancia y se solicitará su
emplazamiento por edicto. Refleja la disposición la importancia de relatar los hechos en la demanda,
en realidad, son el relato de los hechos pasados que dieron origen al conflicto, traídos por las partes,
los que deben ser explicados claramente. Pero el relato de los hechos formulado en la demanda es
redactado por el abogado del actor, en base al relato que, a su vez, recibe de su cliente, al que,
además, debe darle la forma necesaria para que quede comprendido en la norma que favorece los
intereses de su defendido, omitir los hechos que lo perjudican y contar con las fuentes y los medios
probatorios de esos hechos que va a invocar.
Volviendo al relato de los hechos, en cuanto a su forma, el mismo debe tener la misma estructura que
la de un cuento, esto es, una introducción al problema, un desarrollo y un cierre o conclusión. La
introducción permite la ubicación témporo-espacial de la historia, el cuándo y dónde ocurrieron los
hechos, quienes fueron los sujetos involucrados y la vinculación concertada o accidental que los
relaciona. El desarrollo, es una cronológica descripción del comienzo al final de los acontecimientos
que desembocaron en el conflicto. Por último, el cierre o conclusión, configura la culminación lógica
de todo lo anterior, esto es, de la lectura de la introducción y del desarrollo, racional y naturalmente
debe llegarse a ese desenlace. El relato de los hechos no debe ser largo ni corto, sino suficiente y
completo para describir la cuestión que se va a someter al tribunal. El lenguaje a utilizar ha de ser
sencillo, no alambicado (refinado), con claridad de exposición, sin contradicciones y relatado de
manera descriptiva, en la medida de lo posible, sin subjetivar ni adjetivar excesivamente. La
agresividad no es buena consejera y predispone en contra de quien la utiliza. Los requisitos
332
Jaime Alfonso Solís Romero
fundamentales que debe de tener la narración de los hechos contendrán; numeración de los hechos,
narración sucinta, narración clara y narración precisa.
Como podemos observar la narración de los hechos no debe confundirse con la pretensión del
demandante, la línea divisoria es que en los hechos se construye la historia, la verdad desde el punto
de vista de la parte, expresando al judicial que pasó, cuando, donde y quien; mientras que la
pretensión consiste en lo que se pide. La pretensión consiste en una declaración de voluntad del actor
formalizada con la demanda, deducida ante el juez y dirigida contra el demandado, por la que se
solicita al órgano jurisdiccional una sentencia para que declare o niegue la existencia de un derecho,
bien o situación jurídica, cree, modifique, regule o extinga una determinada prestación. Las
pretensiones al estar contenidas dentro de los actos procesales de las partes; son una expresión de su
pura voluntad y conocimiento. De esta manera, se señala que: La pretensión es la declaración de
voluntad hecha ante el juez/za y frente al adversario. Es un acto por el cual se busca que el juez/jueza
reconozca algo, con respecto a una cierta relación jurídica. En realidad, estamos frente a la afirmación
de un derecho y a la reclamación de la tutela jurídica para el mismo. La pretensión viene a ser el
contenido de la acción. Aquella no se dirige al Estado (o al juez) sino a un sujeto de derecho.
Teniendo en cuenta los lineamientos generales sobre la carga de la prueba, el actor debe formular una
relación de los medios probatorios para demostrar la verdad de sus afirmaciones. Esta relación debe
ser determinada y concreta, es decir, no basta solicitar los testimonios de las personas que conocen
los hechos sobre los cuales versará el proceso, sino que deben mencionarse los nombres y apellidos
completos, sin lugar a equívocos y una relación sucinta de sus relatos.
Es de importancia y en la demanda debe señalarse la designación del lugar para oír notificaciones que
presente el apoderado judicial para posteriores notificaciones y tiene que ver como es obvio con un
domicilio que puede ser diferente al del demandante o bien puede ser el lugar del bufete legal del
apoderado; así como el lugar donde se pueda emplazar al demandado o citar a la parte demandante
cuando deba comparecer personalmente. En su caso la norma expresa que el demandante pueda
solicitar las medidas cautelares que hemos desarrollado anteriormente en capítulos anteriores. Y por
último toda demanda debe indicar el lugar, fecha y firma del peticionario.
Los anexos de la demanda son documentos que se agregan y se mencionan en ella a fin de cumplir con
los requisitos de admisibilidad y procedencia de esta. Es de considerable importancia destacar la
exigencia al demandante y al demandado de acompañar a su demanda y contestación respectivamente,
todos los anexos, ya sea documentos o medios probatorios, que sustenten su calidad.
Al presentar los anexos de la demanda, estos nos van a permitir descubrir dos aspectos:
1. Incluir los elementos que identifiquen nuestra posición de ejercicio procesal, ya sea como persona
natural, como apoderado, representante legal del demandante, de heredero, tutor, cónyuge u otro que
refleje tal calidad.
2. Incluir o mencionar los medios probatorios, según el caso, que sustenten el petitorio, debiendo para
ello detallar sus características.
Se exige copia del poder del apoderado o representante, para evitar que después de varios meses de
litigio se produzca una nulidad por falta de facultades suficientes. El poder presentado al inicio va a
permitir, al Juez/za, establecer si se tiene la representación suficiente para realizar los actos
procesales peticionados, más aún cuando estos actos conllevan la disposición de los derechos
materiales.
333
Jaime Alfonso Solís Romero
reconvenir y oponer excepciones perentorias y dilatorias, lo que no le exime de contestar los
hechos de la demanda. En los casos que en la demanda se pretenda la fijación de una pensión
alimenticia, el demandado expresará en la contestación de la demanda la realidad de sus
ingresos, egresos y bienes de los últimos tres años, para ser tomada como parámetro para la
fijación de la pensión alimenticia. Acompañará cuanto documento sea útil para demostrar su
capacidad económica. Si el demandado no contestare la demanda, pero se presentare
posteriormente al proceso, deberá igualmente hacer la anterior declaración. El incumplimiento
de esta obligación o bien la falsedad de los datos o la omisión de información hará incurrir en
responsabilidad penal”. Comentarios
La palabra “contestación” es la acción de contestar y, a su vez, contestar, del verbo latino “contestan”
significa responder, o sea hacer frente a aquello que requiere una manifestación de voluntad expresa o
tácita. Tal expresión de voluntad integrada la contestación. Por lo tanto, en el lenguaje forense, la
contestación es al demandado lo que la demanda es al actor. En el escrito de contestación la parte
demandada precisa la versión del asunto que se desglosa en la demanda y ha de hacer referencia
detallada a todos y cada uno de los puntos de hecho y de derecho que se contienen en el escrito de
demanda. Buscando un concepto del mismo la contestación es el acto jurídico del demandado por
medio del cual da respuesta a la demanda de la parte actora, dentro del proceso y, en caso de
reconvención, es el acto jurídico, dentro del proceso pues, si la respuesta a la demanda se diera fuera
del proceso, no tendría el carácter de una verdadera contestación procesal. En la teoría procesal se
han establecido ciertos elementos que debe contener la contestación de la demanda y son los
siguientes:
a) Es un acto jurídico en atención a que existe una manifestación de voluntad hecha con la intención lícita
de producir consecuencias de derecho;
b) La contestación se produce dentro del proceso pues, si la respuesta a la demanda se diera fuera del
proceso, no tendría el carácter de una verdadera contestación procesal;
c) El objeto de la contestación es dar respuesta a la demanda, o a la reconvención, en su caso;
d) El sujeto titular del acto jurídico “contestación” lo es quien da respuesta a la demanda o a la
contrademanda. Si se trata de la demanda, el titular lo es la parte demandada y, si se trata de una
reconvención o contrademanda, el titular de la contestación será el actor que tendrá el carácter de
contrademandado en la reconvención.
Para poder señalar los términos en que se contestará, al formular la contestación, no estamos refiriendo a
lo que dice el art. 501 CF a saber;
Señalará el tribunal ante quien conteste;
Indicará su nombre y apellidos, el domicilio que señale para oír notificaciones y, en su caso, las personas
autorizadas para oír notificaciones y recibir documentos y valores.
El demandado al contestar la demanda debe indicar sobre la verdad de los hechos demandados y
podrá hacerlo de la manera siguiente: aceptarlos, allanándose, esto se da cuando se acepta la
pretensión dirigida contra el demandado; negarlos los hechos de forma total o parcialmente;
contrademandar o reconvenir y oponer las excepciones perentorias y dilatorias, esto último no lo
exime de la obligación de contestar los hechos de la demanda. Agrega la norma familiar que al
contestarse debe referirse a cada uno de los hechos en que el actor funde su petición, en los cuales
precisará los documentos públicos o privados que tengan relación con cada hecho, así como si los
tiene o no a su disposición. Todas las excepciones que se tengan, cualquiera que sea su naturaleza, se
harán valer simultáneamente en la contestación y nunca después, sin perjuicio del art. 506 que
determina que las excepciones perentorias pueden ser opuesta posterior a la demanda cuando fuesen
sobrevivientes.
334
Jaime Alfonso Solís Romero
De lo anterior podemos puntear de manera general y en la práctica forense los siguientes requisitos que
ha de llenar la contestación:
-Ha de realizarse ante el juez que conoce de la demanda;
-La contestación debe formularse dentro del término que proceda legalmente. -
En la contestación se oponen las excepciones que se tuvieren;
-En la contestación han de utilizarse expresiones claras y terminantes.
-Al contestarse la demanda ha de decidirse si se contradice la demanda en todo o en parte, si se
reconviene y se ha de llamarse a juicio a terceros.
-El demandado puede aceptar la pretensión del actor. El demandado se presenta a admitir la
legitimidad expuesta por el actor, esto significa que confiesa la demanda y esta confesión de la
demanda es: Expresa, cuando así lo manifiesta en su contestación o en cualquier estado del proceso.
Tácita, cuando sin haber contestado la demanda, hace entrega de la cosa pedida en demanda, hecho
dentro del cual el juez/za está obligado a dictaminar, sin más trámite, su fallo; empero si fuera parcial
o en parte el allanamiento el juez perseguirá en la averiguación de los puntos comprendidos en la
contestación confesoria. Contestación Negativa y contradictoria, El Demandado no acepta la
pretensión del actor e incluso puede hacer uso de la Reconvención, pero siempre que esté vinculado a
la demanda.
Dentro de esta parte del proceso el demandado hace un reconocimiento del hecho y del derecho,
empero al oponer una excepción, alega un hecho impeditivo que puede ser incapacidad, dolo, error,
violencia, etc., o un hecho modificativo que constituyen la transacción, la conciliación, el
desistimiento del derecho o en su caso un hecho extintivo, como son la excepción de pago, la
prescripción, etc.
En caso de interponer excepciones, se invierte el “onus probando”, es decir una excepción no la
prueba el actor, sino el demandado. La interposición de una excepción, también imponen una
obligación al demandado: la de explicar y exponer con absoluta claridad y bastante precisión los
hechos que se alega como fundamento de su defensa. Pero del otro lado está, el actor, que está
obligado a pronunciarse sobre los documentos presentados por el demandado, ya sea para admitirlos
y negarlos, al mismo tiempo se encuentra obligado a presentar por su parte todos los documentos que
desvirtúen las excepciones del demandado. Debemos preguntarnos qué efectos jurídicos tiene la
contestación de la demanda: mientras no exista la contestación el proceso no se inicia, aun no hay
proceso. Con la contestación quedan fijos los puntos de hecho a probar, puntos que es confeccionado
por el juez/za, en cuanto a todo lo pedido en la demanda y en la contestación. Con la demanda y
citación, la competencia del judicial está abierto preventivamente, porque, el demandado puede
oponer excepción de proceso pendiente que hace incompetente al juez/za que admitió la demanda
posterior. En la última parte de la norma se señala una carga procesal de manera excepcional para el
demandado y es en aquellos casos que en la demanda se pretenda la fijación de una pensión
alimenticia, el demandado expresará en la contestación de la demanda la realidad de sus ingresos,
egresos y bienes de los últimos tres años, para ser tomada como parámetro para la fijación de la
pensión alimenticia, debe acompañar cuanto documento sea útil para demostrar su capacidad
económica.
Si el demandado no contestare la demanda, pero se presentare posteriormente al proceso, deberá
igualmente hacer la anterior declaración. El incumplimiento de esta obligación o bien la falsedad de
los datos o la omisión de información hará incurrir en responsabilidad penal.
336
Jaime Alfonso Solís Romero
En principio debemos señalar que se permite corregir las omisiones de algún o algunos requisitos
exigidos por la ley en la elaboración de la demanda o en la contestación de la demanda y de manera
oficiosa el judicial ordene reparar a las partes. Por otra parte, esa oportunidad de corregir esos errores
permite que se tenga acceso a la justicia y se concluye con siglos de obstáculos jurídicos que
amparaban la impunidad. Debemos expresar que el vocablo subsanación sólo tiene significación si se
le relaciona con una actuación anterior que engloba una equivocación o anomalía que le sirva de
causa o fundamento. La subsanación es consecuencia directa de un error u omisión cometido al hacer
algo. El diccionario de la Lengua Española dice que subsanar es “excusar un desacierto o reparar o
remediar un defecto”. En el mundo del derecho la subsanación se ubica en la realización anormal de
los actos procesales en general, que determinan la posibilidad de que sean adaptados a la normalidad
mediante la subsanación del error, siempre que el defecto, por la naturaleza del acto de que se trate y
la trascendencia que tenga respecto al conjunto de actuaciones en que se inserte, permita ser
subsanado. La norma estudiada no excluye ninguno de los requisitos de la demanda y de tal manera
se entiende que pueden corregirse cualquiera de los requisitos al menos esa es la regla general. El
principio general que rige en materia de vicios de procedimiento es el de la facilitación o
favorecimiento de la subsanación, evitando un formalismo riguroso que obstaculice el normal
desenvolvimiento del procedimiento, me parece importante señalar la Sentencia del Tribunal
Constitucional Español, al decir “que los Tribunales de familia están obligados a interpretar las
disposiciones procesales en el sentido más favorable para la efectividad del derecho que consagra la
Constitución, evitando la imposición de formalismos enervantes contrarios al espíritu y finalidad de
la norma, así como el convertir cualquier irregularidad formal en obstáculo insalvable para la
prosecución del proceso y obtención de una resolución de fondo al margen de la función y sentido de
la razón y finalidad que inspira la existencia del requisito procesal, razón por la que, al examinar el
cumplimiento de los requisitos procesales, vienen obligados a ponderar la entidad real del vicio
advertido, en relación con la sanción del cierre del proceso y del acceso a la Justicia que de él pueda
derivar y, además, permitir siempre que sea posible la subsanación del vicio advertido, ya que, si no
hacen posible la subsanación de defecto procesal que pudiera considerarse como subsanable o
imponen un rigor en las exigencias formales más allá de la finalidad a que la misma responda, la
resolución judicial que cerrase la vía del proceso o del recurso sería incompatible con la efectividad
del derecho fundamental a la tutela judicial" (sentencias Tribunal Constitucional 199/2001 de 4 de
octubre y 213/1990, de 20 de diciembre).
Capítulo IV.
341
Jaime Alfonso Solís Romero
respondiendo a ¿Cómo probar? Ambas fases de esa libertad (en relación con el objeto de prueba y en
relación con los medios de prueba) encuentran en el Código importantes limitaciones y prohibiciones,
que podemos calificar de absolutas cuando se trata de hechos o circunstancias que la ley no permite
verificarlos (por ejemplo la inadmisibilidad de la prueba de la verdad), y relativas cuando la ley
indica qué medios de prueba deben utilizarse para acreditar ciertos hechos (sobre el estado civil, por
ejemplo), o cuando se priva de efectos probatorios a determinados medios de prueba. En ésta última
categoría ingresan las limitaciones probatorias de origen constitucional. Para esos efectos la fórmula
del artículo 148 del Código Tipo señala, en principio, que esa libertad probatoria existe "salvo
previsión expresa en contrario de la ley", admitiendo la existencia de las limitaciones. Luego, en el
párrafo segundo se apresura a indicar que "un medio de prueba, para ser admitido, debe referirse,
directa o indirectamente, al objeto de la averiguación y ser útil para el descubrimiento de la verdad",
finalizando el párrafo con una concreta exclusión (inadmisibilidad) de los elementos de prueba
obtenidos por un medio prohibido. Posteriormente, el articulado se encarga de señalar algunas de
estas situaciones básicas, dejando otras para las leyes civiles, la respectiva Constitución y los pactos
internacionales de Derechos Humanos aprobados por los países de la región...”
Expresado lo anterior que ha sido la fuente de inspiración para trasladar la acuñada libertad probatoria
del derecho penal al derecho de familia. Es un inmenso avance procesal que permitirá a los
operadores facilitar la demostración de sus hechos o verdades materiales. El legislador solo exige que
la probanza o material probatorio utilizado por la parte en litigio, debe haber sido adquirido de
manera legal, no debe ser ilícita, contraria a la Constitución Política o leyes del país, lo ilegal no
puede admitirse o fundarse para emitir una resolución que resuelva el conflicto familiar; Otro aspecto
a destacar que con la libertad probatoria en materia de familia cualquier persona puede atestiguar
sean estos incluso familiares de las partes o las mismas partes en razón de que su dicho deberá ser
valorado posteriormente al igual que sus cualidades o idoneidad, tampoco limita la norma que por
algún tipo de incapacidad no es idónea para testificar persona sobre el objeto del debate (sordo,
mudo, no vidente o personas con retrasos mentales, menores de edad, etc.).
342
Jaime Alfonso Solís Romero
Estado que caracterizan las investigaciones en los procesos. Al hablar de valoración de la prueba se
refieren a la práctica y a la producción de prueba. Con base en dichas reglas normalmente se impide
que la prueba se introduzca al proceso cuando el tema está prohibido o bien que al practicarse e
introducirse al proceso se haga cumpliéndose todos y cada uno de los pasos procedimentales
estatuidos. Sin embargo, cuando no obstante esas limitaciones la prueba se practica y se introduce al
proceso, aunque no se hayan cumplido todos los supuestos establecidos, (prueba viciada, prueba
ilícita), intervienen entonces el segundo gran grupo de limitaciones o prohibiciones, esta vez referidas
a la utilización y a la valoración de esos elementos de prueba, no ya a su práctica y producción. En
efecto, este grupo de prohibiciones limitan el principio de la libre convicción del juzgador en la
valoración de la prueba, porque si bien el juez o jueza selecciona el material probatorio para
fundamentar la decisión y es libre para establecer el grado de credibilidad de cada prueba, esa libertad
no se traduce en una facultad irrestricta para seleccionar cualquier elemento de prueba, aún aquellos
viciados, como tampoco puede asignarles arbitrariamente un grado de convicción contrario a las
reglas mismas de la sana crítica racional (la lógica, sentido común, la psicología, la experiencia). La
solución de la doctrina, la legislación y la jurisprudencia es simple cuando estamos frente a elementos
de prueba directamente viciados: éstos deben ser excluidos de la valoración con el objeto de no darles
ninguna utilidad en la decisión final del asunto. Frente a la prueba directamente ilícita, porque se
transgredieron las limitaciones señaladas para su producción o práctica, estimamos que no surgen dos
intereses en conflicto. Pareciera que en estos casos surge, por un lado, un interés privado de la
defensa, al lesionarse un derecho particular con la obtención de la prueba, y por otro se ubica un
interés superior y público, en cuanto interesa a la colectividad la aplicación del Derecho al caso
concreto. Pero ese supuesto enfrentamiento es sólo aparente. En estos casos en realidad no colisionan
dos intereses, sino que se trata del mismo interés doblemente inobservado. En efecto, existe una
lesión al interés público como cuando se lesionan otros fundamentales derechos en la investigación
judicial motivada en un hecho civil o familiar. Ello sucede cuando no se observan las reglas básicas
en la producción de la prueba. Piénsese, por ejemplo, en la declaración testimonial o la prueba
pericial obtenida bajo cohecho, o el decomiso de documentos realizado durante un allanamiento de
un lugar habitado, sin haberse obtenido previamente una orden judicial, etc. La comunidad está
interesada en el descubrimiento de la verdad, pero también es de legítimo interés público que el
proceso de familia seguido contra cualquier ciudadano no lesione sus derechos fundamentales. Esta
línea garantística y democrática fue la adoptada por nuestro Código al entenderse que "En materia
familiar, serán admitidos como prueba, cualquier medio lícito capaz de crear convicción en el juez o
jueza…” Por tal razón todo elemento de prueba, para ser valorado, debe haber sido obtenido por un
procedimiento permitido e incorporado al proceso conforme a las disposiciones de este Código", y
por otro al señalar a manera conclusiva, aunque de otra manera se expone en el Código de Familia,
que no podrán ser valorados para fundar una decisión judicial, ni utilizados como presupuestos de
ella, los actos cumplidos con inobservancia de las formas y condiciones previstas en el Código. En la
doctrina estas normas se establecen dos limitaciones generales para valorar los elementos de prueba
incorporados al proceso, reduciendo la amplitud del principio de la libre convicción…” “…y se
entiende siempre como vicios no subsanables (defectos absolutos) concernientes a la intervención,
asistencia y representación del abogado; o los que impliquen inobservancia de derechos y garantías
constitucionales o cuando afecte derechos previstos por los tratados suscritos por el Estado. En
efecto, la jurisprudencia norteamericana ha desarrollado la denominada tesis del fruto del árbol
envenenado que ha sido capitalizada por el derecho penal, aunque sus orígenes fueron de un caso
civil, lo que también se conoce como la regla de exclusión o la doctrina de la supresión, según la cual
no puede aceptarse como válido que se utilicen pruebas directamente relacionadas con otros
elementos de prueba ilícitos, para sustentar una posición contraria a la otra parte. En tales supuestos
343
Jaime Alfonso Solís Romero
deben excluirse o suprimirse todos y cada uno de los elementos de prueba que hubieren sido
obtenidos como consecuencia de una violación de los derechos fundamentales de una de las partes,
aunque la relación sea sólo indirecta. En otras palabras, si el acto regular no hubiere existido sin la
inobservancia anterior de una regla esencial, el conocimiento adquirido con base en el acto viciado
también comprende el acto regular, como efecto reflejo, directo y necesario, del acto irregular, es
decir como fruto del árbol envenenado. Para ello debe recurrirse a lo que en doctrina se señala como
la supresión mental hipotética. Mentalmente se suprime el acto viciado y se examina si siempre se
hubiera arribado al acto regular y, por tanto, al conocimiento que dio origen al acto mediato. Si
suprimida la irregularidad, es posible concluir que también se hubiera arribado al conocimiento que
se cuestiona, el elemento de prueba obtenido se puede valorar, de lo contrario debe suprimirse. Se
trata de establecer o descartar una relación de causa-efecto, en donde el acto viciado tendría que ser la
causa del acto cuestionado para excluirlo.
No debemos olvidar que la prueba se obtiene siempre por mediación del juez. Al ser ofrecido un
medio probatorio, puede el tribunal válidamente admitir, es decir, incorporar el procedimiento
propuesto, o rechazarlo (o sea negarse a la admisión). Las razones para rechazar un medio propuesto
son varias: La falta de idoneidad, falta de adecuación entre el medio o procedimiento propuesto y el
dato o fuente que desea corroborarse, la impertinencia (que no se relaciona con el objeto del proceso),
la extemporaneidad) ofrecimiento fuera del plazo. Es por eso que en materia de familia igual que en
materia penal la tacha de testigo desapareció como decíamos, no puede de previo declararse impuro
la persona propuesta atestiguar y su testimonio, dos hechos diferentes, pero al mismo tiempo
indisoluble, es así que la importancia radica en permitir la declaración del familiar de una o de ambas
partes en litigios y posteriormente el judicial deberá indicar si le otorgar un valor o no a la
declaración testimonial, al peritaje, a la constancia médica, etc., según el caso.
Referente a la prueba pertinente estas deben ceñirse al asunto de que se trata, ya en lo principal, ya en
los incidentes, ya en las circunstancias importantes, es decir que la prueba que se presente debe ser
coherente con lo que se plantea en el juicio. La oportunidad, es decir, que debe ser presentada en el
momento adecuado, en el tiempo que ha sido establecido para presentar las pruebas, en el tiempo
pertinente.
La doctrina ha elaborada toda una teoría sobre los principios acerca de la prueba basado en eso
exponemos lo más relevante;
a) Principio de libertad de prueba. Para alcanzar la verdad concreta no se requiere la utilización de un
medio de prueba determinado. Todos los medios de prueba son admisibles, es decir, se puede probar
con los medios de prueba típicos como también con aquellos que no han sido contemplados en la ley
(atípicos) siempre y cuando no recaigan en la ilicitud.
b) Principio de pertinencia. En virtud del cual debe existir relación entre el hecho o circunstancia que
se quiere acreditar con el elemento de prueba que se pretende utilizar.
c) Principio de conducencia y utilidad. Se refiere este principio a la relevancia que tienen los hechos
probados, si estos van a ser útiles para resolver el caso en particular. Una razón de inutilidad de la
prueba es la superabundancia, es decir, cantidad excesiva de elementos de prueba referidos al mismo
hecho, prueba repetitiva.
d) Principio de legitimidad. Tiene que ver con alguna prohibición o impedimento que expresamente
declare el ordenamiento jurídico, procesal, respecto a un medio de prueba. Están prohibidos aquellos
medios de prueba que van contra la dignidad o integridad de las personas, o que se hubieren obtenido
por medios ilícitos o que violente de alguna manera los derechos de alguna de las partes.
Según Cafferata la valoración de la prueba es una operación intelectual destinada a establecer la
eficacia conviccional de los elementos de prueba recibidos. Para Devis Echandía la valoración o
apreciación de la prueba judicial es aquella operación que tiene como fin conocer el mérito o valor
344
Jaime Alfonso Solís Romero
conviccional que pueda deducirse de su contenido. Se trata de una actividad procesal exclusiva del
juez. Es el momento culminante y decisivo de la actividad probatoria. Su importancia es
extraordinaria.
La valoración de la prueba se puede definir como aquella operación mental que realiza la autoridad
jurisdiccional con el objeto de obtener de cada elemento probatorio la suficiente convicción para
determinar quién tiene la razón o no.
Nuestro sistema de valoración de la prueba adoptó el de la sana crítica, este sistema de valoración es
aquel que exige que la sentencia se motive expresamente el razonamiento realizado por el juzgador
para obtener su convencimiento. El juzgador deberá ajustarse en todo momento a las reglas de la
lógica, a las máximas de la experiencia y a los conocimientos científicos, de ahí que necesariamente
tenga la obligación de exteriorizar el razonamiento probatorio empleado, plasmándolo en el texto de
la sentencia como única forma de controlar su racionalidad y coherencia. La motivación fáctica de la
sentencia permite constatar que la libertad de ponderación de la prueba ha sido utilizada de forma
correcta, adecuada y que no ha generado en arbitrariedad. Únicamente cuando la convicción sea fruto
de un proceso mental razonado podrá plasmarse dicho razonamiento en la sentencia mediante
motivación. Considero que la motivación de la sentencia, permitirá ejercer un control de logicidad y
racionalidad sobre la valoración realizada por el juzgador, por medio de los medios de impugnación,
como el recurso de apelación y casación.
Este sistema de exigencia de la valoración de la prueba prevista en nuestro código, está compuesto
por las reglas de la lógica, la experiencia y la psicología: La lógica, se define como el estudio de las
reglas y métodos para distinguir el razonamiento válido del inválido. Un razonamiento viene a ser el
producto de una inferencia, pues puede ser entendido como un conjunto de proposiciones tal que una
de ellas (la conclusión) se afirma que se deriva de las otras (las premisas), las cuales son consideradas
como elementos explicativos de la primera. Mientras la psicología juega un papel muy importante en
los procesos de pensamiento del ser humano y demás actividades psíquicas, que nos permitirán
remitirnos al pasado para tener una visión más clara de los hechos. El factor psicológico siempre
debe estar unido al factor lógico en lo que respecta a la formación del juicio valorativo de las pruebas.
Por último la experiencia, las reglas de la experiencia son nociones de dominio común y que integran
el conjunto cognoscitivo de la sociedad sin necesidad de mayores profundizaciones esto, las que
cualquiera aprende en forma inmediata y espontánea como verdades indiscutibles. Anteriormente el
art. 446 CF., que hemos explicado aduce sobre la íntima convicción en la admisión e interpretación de
la prueba; se ubica la íntima convicción como aquella donde el juez goza de completa libertad para
valorar la prueba. La ley no le impone al juzgador ningún tipo de regla que debe aplicar en la
apreciación de los diversos medios probatorios. La convicción que logra obtener el juez no se
encuentra sujeta a ningún tipo de formalidad preestablecida. Por ejemplo, de algunas características:
El jurado resuelve de acuerdo con su libre albedrío; el juez o jueza valora la prueba de acuerdo a su
leal entender y saber. Por robustez moral de la prueba se entiende que es el orden o jerarquía que han
de poseer las pruebas presentadas, de manera tal que a la hora de ser admitidas y valoradas se podrá
tener una mejor de visión de cuales, de las pruebas, tienen mayor peso a la hora de que se formule un
juicio ya sea valorativo o de disvalor con respecto a la acción que se pretende de probar.
Aparentemente dos valoraciones frente a la prueba; la íntima convicción y la sana crítica, ambos
sistemas de valoración de pruebas son contrapuestas, pero referimos que uno está destinado a la
admisión e interpretación de la prueba; el otros el de la sana crítica dirigido a valorar, estimar el
material probatorio elegido, lícito, legal.
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Jaime Alfonso Solís Romero
“A cada parte incumbe probar los hechos que afirme y los que se oponga a los alegados por las
otras, así como la vigencia del derecho extranjero, cuya aplicación reclame”.
Comentarios
El enunciado jurídico constituye uno de los pilares de la prueba y sobre todo en el Principio del
Derecho Procesal en virtud del cual se obliga a una de las partes a probar determinados hechos y
circunstancias cuya falta de acreditación conllevaría una decisión adversa a sus pretensiones. La
doctrina define la carga de la prueba como «regla de decisión o de juicio que permite al juzgador
resolver la controversia en favor de quien no está sometido a ella, en caso de que la prueba aportada
no sea concluyente» (Gómez Pomar). Una vez realizada la actividad probatoria, el juez o jueza debe
prestarse a dictar sentencia. Para ello deberá seguir un iter lógico en el que uno de los pasos es
establecer los hechos probados, sobre los que aplicar las pertinentes normas, previa la valoración de
dicha actividad probatoria. Debe presentarse al judicial por una de las partes que hechos de los
enunciados quedaron probados sean estos hechos probados, positiva o negativamente,
independientemente de cuál de las partes haya convencido al juez, con base en el principio de
adquisición procesal, puede ocurrir que no haya hechos dudosos, en cuyo caso el juez no se planteará
más problemas probatorios. El legislador intenta dar algunas pautas: «…incumbe probar los hechos
que afirme y los que se opongan a los alegados por las otras…». a) Las reglas sobre la carga de la
prueba son normas procesales, aunque puedan estar ubicadas en normas no procesales. b) Conviene
no perder de vista, para poder dar debida respuesta a la pregunta, lo que se denomina criterio de la
normalidad y facilidad o proximidad probatoria. c) Hechos constitutivos de la pretensión: realmente
no se atribuye al demandante la carga de todos los hechos de los que la norma deduce la consecuencia
pedida. Esto sería una carga insoportable, una probatio diabólica, como ha establecido la doctrina y la
jurisprudencia extranjera, en la forma vista. Se ha de partir de los principios de normalidad y
facilidad o proximidad probatoria, vistos, así como del concepto que en su momento se dio del hecho
constitutivo: hecho sobre el que se apoya la pretensión del demandante, cuya carga de estos hechos
corresponde a éste. d) Hechos impeditivos, extintivos y excluyentes, en cada caso concreto hecho
impeditivo, hecho extintivo, hecho excluyente): hechos en los que se apoya la defensa de la parte
demandada, y cuya prueba le corresponde a ésta. e) Se suele hablar de la inversión de la carga de la
prueba, pero, se piensa, que ésta realmente no existe. En los supuestos contemplados por la
jurisprudencia extranjera y por la doctrina no hay verdadera inversión. Lo que ocurre es que, ante
determinadas circunstancias, fundamentalmente la presencia de una presunción, la parte contraria
debe realizar lo que se denomina prueba del contrario.
Para concluir con el comentario del art. 509 en su parte final de la disposición señalada se expresa lo
siguiente: “…así como la vigencia del derecho extranjero, cuya aplicación reclame…”
El Derecho extranjero es una cuestión de hecho, y es necesario acreditar y probar la exacta entidad
del derecho vigente, su alcance y autorizada interpretación, pues de otro modo, cuando no le sea
posible los Tribunales tendrán con seguridad absoluta rechazarlo. La jurisprudencia extranjera ha
declarado que quien invoca el Derecho extranjero ha de acreditar en juicio la existencia de la
legislación que solicita, la vigencia de la misma y su aplicación al caso litigioso. Por eso con mucha
atinencia la prueba corresponde “a quien invoca el Derecho extranjero”.
346
Jaime Alfonso Solís Romero
El derecho probatorio es el conjunto de normas que regulan la prueba en general. Cuando hablamos
de la prueba podemos decir en general, que hace referencia a un concepto amplio que comprende no
solo la actividad desplegada en el proceso para establecer los hechos materiales del mismo, lo cual se
clasifica como prueba judicial, sino las formalidades consagradas por las normas sustanciales
tendientes a dejar constancia de ciertos actos, por su trascendencia, lo cual nos condiciona a
determinadas formalidades o solemnidades. El derecho probatorio comprende aspectos sustanciales y
otros procesales. Existen varios criterios para determinar el amplio campo del derecho en que se
ubica el probatorio, unos lo consideran de índole sustancial, donde las norman regulan lo
concerniente a la prueba pertenece a ese campo, mientras para otros es de características procesal, por
estar inferidas al proceso, una tercera opinión poseen la tendencia por una estima mixto, por
participar del derecho material y el procesal, mientras una cuarta consideran que pertenece a uno y
otro pero conservando cada cual su individualidad. En el criterio de índole estrictamente sustancial
carece de soporte jurídico, por cuanto la prueba tiene siempre incidencia en el proceso, siendo el
respaldo de los restantes depende del sistema legal imperante, el derecho probatorio necesariamente
se ubica en el campo del derecho procesal, claro está si se consagran las formalidades o requisitos
para la existencia o validez de algunos actos. La prueba judicial es un acto procesal mediante el cual
se le lleva al Juez o Jueza el convencimiento de los hechos materiales de la controversia. Lo que la
prueba judicial es un acto por cuanto proviene de la voluntad de quienes lo producen, pues solo tiene
realización u opera en el proceso donde encuentran su razón de ser teniendo como finalidad llevarle
al Juez el conocimiento o certeza de los hechos. Existen ciertos principios de la prueba y se entiende
que por principios los criterios que rigen la prueba judicial, cada aspecto que distingue o caracteriza
la prueba en general, constituyen un principio, sin pretender de abarcarlos todos, sino solo los que se
consideran fundamentales, tales como los siguientes:
La adquisición: Este principio es llamado también de la comunidad de la prueba, consiste en que la
prueba como acto procesal que es que pertenece al proceso y no al sujeto del cual proviene.
Cualquiera que sea el sistema imperante en el ordenamiento procesal las partes tienen la iniciativa
probatoria, el derecho de solicitarle al juez o jueza que decrete determinado medio probatorio pero los
resultados de este es importante decir el grado de credibilidad que produzca en la relación con los
hechos, le pertenece al proceso. La Contradicción: Este principio consiste en que los distintos medios
probatorios deben surtirse con intervención de la contra parte de quien lo solicito. Si la prueba la
solicita la parte demandante la contradicción se surge en favor del demandado. No es necesario para
cumplir con el principio que la parte en cuyo favor se surte participe efectivamente en la realización
de la prueba, por lo que guarda una estrecha vinculación con la publicidad, por cuanto la medida que
esta cumple tiene operación la contradicción. Cuando se da la notificación en la forma debida la
providencia que decreta la prueba, aunque la parte presuntamente afectada con ella no asista a su
práctica queda cumplido el principio de contradicción. La Preclusión: Significa que el medio
probatorio y las distintas etapas que lo integran como la proposición o petición, ordenación o decreto
y práctica, se surtan en la oportunidad señalada por el respectivo ordenamiento procesal. Esto para
que sean precedidas por el Juez o Jueza, las pruebas deberán solicitarse, practicarse e incorporarse al
proceso dentro de los términos y oportunidades señaladas por las leyes. La Unidad: Es de gran
manera usual que las partes interesadas soliciten varios medios probatorios para demostrar los hechos
que constituyan el fundamento de la pretensión formulada o las excepciones invocadas, pues uno solo
generalmente es insuficiente, en los casos de pluralidad de medios el juez tiene que analizarlos en su
conjunto, sin considerar la parte que haya tomado la iniciativa para que se practiquen.
La Veracidad: Significa que la prueba debe propender a llevarle al juez o jueza el conocimiento de la
realidad de los hechos, esta es una labor que le corresponde no solo a las partes al solicitar y aportar
pruebas, como acontece con las documentales, sino los órganos de prueba como testigos y peritos. La
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Jaime Alfonso Solís Romero
Publicidad: Consiste en que no puede haber pruebas ocultas, sino que deben ser conocidas por las
partes, esto ofrece o presenta un triple aspecto: I. Una parte tiene derecho a entenderse de las pruebas
pedidas por la otra, cumpliéndose mediante la notificación de la providencia que las decreta u ordena
tener como tales. II. Todas las partes deben saber el valor o poder de convicción que el juzgador le da
a cada prueba y a todas en su unidad o conjuntos. III. Cualquier persona tiene la oportunidad de
asistir a la práctica de las pruebas. En el medio probatorio: La ley ha establecido que ciertos actos
deben sujetarse a determinadas formalidades para que se consideren producidos, como es el caso de
la escritura pública para vender bienes inmuebles, entonces para probar esta clase de actos es
indispensable hacerlo mediante ese tipo de documento. En cualquier otro medio probatorio que se
quiera utilizar como el testimonio, es inconducente y el juez/za debe rechazarlo de pleno.
Debemos indicar que objeto de prueba, se entiende todo lo que es susceptible de probarse, desde el
punto de vista jurídico el objeto de la prueba queda circunscrito o referido al proceso, pero no a uno
en particular sino al general, que opera en todas las ramas de la jurisdicción. Por lo que se puede
definir el objeto de la prueba de la prueba judicial como lo que puede ser demostrado en el proceso
jurisdiccional. Es abstracto lo que se puede establecer en cualquier proceso sin consideración a una
rama determinada de la jurisdicción que obra en todas las jurisdicciones procesales. En concreto es lo
que puede probarse en un proceso determinado por el cual su ámbito es reducido y limitado a la
cuestión litigiosa. Ahora bien, la norma dispone en prima facie y como una carga procesal para el
demandante y demandado, el primero al interponer por escrito su demanda y al segundo al contestar
por escrito la demanda, proponer la prueba y acompañarla, siempre y cuando la prueba propuesta por
su propia naturaleza lo permita (por ejemplo, la declaración testifical, no se puede llevar al testigo
pero al menos un relato simple de lo que va a deponer; el contrato, instrumento público se proponen y
se acompañan en el escrito de demanda y contestación, y se hace una breve descripción o resumen de
lo que acreditarán; un dictamen pericial, la otra cara de la norma es que prevé la dificultad de
acompañar una prueba de contabilidad o bien una experticia al escrito de demanda o contestación
porque su propia naturaleza no lo permite, probablemente no puedan disponer de los documentos,
medios e instrumentos en ese momento). Es decir que existirá prueba que el demandante o
demandado sólo tendrá que “proponer” y no podrá acompañarla, esa es la primera hipótesis; como
segunda hipótesis deviene una prueba que se conoce en doctrina como prueba sobrevenida, prueba
nueva o de nueva noticia que se deberá proponerse en la audiencia inicial de manera verbal y por
escrito con sus copias de ley, esta es la prueba que no se propuso en el escrito de demanda y en el
escrito de contestación de la demanda y que las partes no existía o no tenían conocimiento de su
existencia y que por lo tanto no fueron propuesta oportunamente.
349
Jaime Alfonso Solís Romero
asunto. En las últimas es donde encontramos la posibilidad de aportación de pruebas de oficio por
parte del juez, producto de que los códigos procesales del siglo XX facultaban a los jueces en mayor
o menor grado para proponer pruebas de oficio en el proceso, y es en torno a su existencia que se han
generado los más variados debates y discusiones en la doctrina a nivel mundial, encontrándose ésta
claramente dividida y con escasas posibilidades de llegar a un consenso, sino sólo en ciertas aristas de
la discusión, que no se ha presentado respecto de las potestades ligadas al manejo del iter procesal
principalmente por no considerarse a éstas como atentatorias a la imparcialidad del juez. Se
identifican principalmente dos posiciones respecto al tema: en primer lugar están aquellos que no
comparten la idea de dotar al juez de facultades para aportar prueba, pues estiman a grandes rasgos
que esto significa despojarlo de su calidad de tercero ajeno a los derechos subjetivos, atentando de
esta forma con la debida imparcialidad del juzgador; en segundo lugar está aquel sector de la doctrina
que apoya la concesión de facultades probatorias para los jueces, negando lo que postulan los
anteriores sobre el atentado contra la imparcialidad, y afirmando que dichas facultades aparecen
como “necesarias para la función que cumple el juez y la jurisdicción como mecanismos de
composición de conflictos a través de la realización del Derecho en el caso concreto”. Este punto no
ha sido concluido por los autores, pero pensamos que la inclinación de la aportación de la prueba por
el juez o jueza es enteramente sana para las partes y el conflicto a resolverse.
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Jaime Alfonso Solís Romero
Capítulo V.
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emplazamiento consta de dos partes: la notificación y el plazo. La parte correctamente emplazada
posee la carga de intervenir en el proceso. Para ello, se requiere: que la notificación se hubiese
efectuado en la forma legalmente prevista, y que el emplazado se hubiera presentado dentro del
término indicado por la ley.
él va a recaer. Es una consecuencia inherente a la nulidad ipso iure del acto nulo. El artículo 176° in
fine del Código Procesal Civil señala: “Los jueces sólo declararán de oficio las nulidades
insubsanables, mediante resolución motivada, reponiendo el proceso al estado que corresponda...” La
doctrina uniformemente está de acuerdo que la nulidad procesal declarada de oficio presupone que el
acto procesal viciado no sea posible de convalidación. La procedencia de la nulidad de oficio está en
la protección de las garantías constitucionales del proceso, siendo una de las más importantes el
respeto al debido proceso. La doctrina extranjera, considera “que el derecho al debido proceso es un
derecho “continente”; una alegación en abstracto de su supuesta lesión normalmente es una
pretensión carente de concretización; no tiene un ámbito constitucionalmente garantizado en forma
autónoma, sino que su lesión se produce como consecuencia de la afectación de cualesquiera de los
101 Citado por Jorge Aguirre Montenegro, Debate Procesal Digital, Nulidad Procesal en el Código Procesal Civil Peruano. 9 de abril 2009.
https://www.poderjudicialmichoacan.gob.mx/tribunalm/revista/debate25/doctrina3.htm, consultado el 3 de enero 2022.
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Jaime Alfonso Solís Romero
derechos que lo comprenden. Este tema resulta de vital importancia en el análisis del proceso de
amparo contra resoluciones judiciales”.
Entendemos que la finalidad de las nulidades procesales en materia de familia, es la de asegurar la
garantía de la defensa en el proceso, y un recto proceso, pudiendo configurarse únicamente en
relación con los actos procesales susceptibles de producir efectos jurídicos autónomos, en tal sentido,
sólo cuando la ineficacia sea resultado de un vicio es posible hablar de nulidad. Al inicio del
comentario de la norma enunciamos algunos principios que excluyen la nulidad procesal; ya que la
nulidad procesal no debe ser usada en forma indiscriminada, sino que supone supuestos
excepcionales y su aplicación se sujeta al cumplimiento de los principios que la regulan. En cuanto a
los principios que excluyen la nulidad procesal, tenemos: a. El principio de trascendencia: Según el
cual sólo deben declararse y sancionarse la nulidad en caso de duda sobre los defectos o vicios que se
alegan, salvo que se haya afectado el derecho de una de las partes. Exige un agravio real: “no hay
nulidad sin agravio”. Este principio se conecta con el principio de finalidad (instrumentalidad de las
formas) con arreglo al cual es más importante que el agravio a la forma, que la finalidad del acto se
cumpla. Si ésta se concreta, no hay nulidad. b. El principio de convalidación: En virtud del cual no es
procedente declararse la nulidad si se ha convalidado el acto procesal que se pretende nulificar,
entendiéndose que la convalidación puede operar de varios modos (silencio de la parte, la falta de
protesta y la continuidad de las subsiguientes actuaciones). Cuando actúa el que incurrió en nulidad,
se llama subsanación. Es para evitar que el agraviado use la nulidad cuando le conviene. No hay
convalidación en nulidades absolutas. La convalidación puede ser tácita o expresa. Es tácita cuando
el agraviado no hace nada y expresa cuando el que incurrió en nulidad ratifica el acto o el agraviado
manifiesta su desinterés. Conforme enseña el maestro Juan Monroy Gálvez, la nulidad debe
denunciarse en nueva oportunidad que tuvo el agraviado para hacerlo, de lo contrario hay preclusión.
Si el pedido de nulidad no se formuló en la primera oportunidad que el perjudicado tuvo para
realizarlo, habría precluido toda posibilidad para hacerlo. Agrega el jurista que existe convalidación
tácita cuando el facultado para plantear la nulidad no formula su pedido en la primera oportunidad
que tuviera para hacerlo. c. Principio de protección o conservación o aprovechamiento: Es
consecuencia del principio de finalidad y complemento del principio de causalidad en virtud del cual
el acto procesal declarado nulo afecta a los que de él dependan; así, sólo se contagian los actos que
siguen al nulo, no los anteriores. Guarda relación con la doctrina de los hechos propios procurando la
conservación de los actos procesales, según el cual quien dio lugar o propició el vicio no puede
solicitar la nulidad, con lo que se busca evitar que quien realiza o propicia el acto viciado no puede
tener la posibilidad de elegir cuáles deben ser sus efectos; es decir, aceptarlos si le son favorables o
denunciarlos si le son adversos. El principio de protección impone la no sanción de nulidad si la parte
o tercero legitimado nulidicente ha propiciado, permitido o dado lugar al vicio. Expresamos que la
nulidad absoluta, es una manifestación de la ineficacia procesal relevante, la cual viola norma que
protege el interés público, ante la falta de un elemento esencial para que un acto procesal produzca
efecto. Es insubsanable. Puede declararla el juez o jueza de oficio. A diferencia, la nulidad relativa
(Nulidad o defecto relativo), viola norma que protege el interés de parte. El error es subsanable. Se
declara de oficio. No produce efectos hasta que se subsana (si es que se subsana). La nulidad absoluta
se presenta siempre que un acto procesal (o actos procesales cuyo conjunto hacen el proceso)
adolezca de una circunstancia fijada en las leyes procesales como necesaria para que el acto produzca
sus efectos.
Es imprescindible que insistamos en que la norma de familia del art. 517 no reguló como en otros
modelos de derecho de familia las nulidades absolutas y las nulidades relativas; la primera como
señala la doctrina no puede ser subsanada, aunque no se haya advertido por el juez o jueza o las
partes y la segunda (nulidad relativa) de no impugnarse produce su convalidación, entendemos que se
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Jaime Alfonso Solís Romero
sigue la línea de la doctrina de las nulidades absolutas y relativas. Lo que refiere la norma familiar es
sobre la nulidad parcial pero referida a que se decrete o declare la nulidad parcial del acto procesal y
no la totalidad o integridad del mismo; salvo disposición legal expresa en contrario, como la de la
rebeldía anteriormente estudiada.
Capítulo VI.
Inicio del proceso
1. Apertura (art.518).
“El proceso especial común inicia con el escrito de demanda, el que deberá contener los
requisitos que para este acto exige el derecho común. También deberá contener: la proposición
de las pruebas de que se intente valer y la propuesta de las medidas cautelares que pueda
interesar. Igualmente deberán ser cumplidos, lo requisitos especiales, que se establezcan en las
normas particulares, diseñadas en atención a la naturaleza del asunto. Los escritos de demanda
y contestación se presentarán por la forma común establecida, para la recepción de causas”.
Comentarios
Hemos advertido cuando comentamos el art. 501 que la demanda es un acto de procedimiento escrito
que materializa un poder jurídico (la acción), un derecho real o ilusorio (la pretensión) y una petición
del actor como correspondiente a ese derecho procurando la iniciación del proceso.
Como se expresó anteriormente en el desarrollo de los principios procesales, el proceso de familia es
mixto, se trata de un proceso por audiencias orales, ya que ciertos actos procesales deben constar por
escrito, como la presentación de la demanda y la contestación, incidentes, recursos y cualquier otra
solicitud fuera de las audiencias, además todo lo que ocurre en el desarrollo de las audiencias se hace
constar por escrito en actas. Según Couture, “la demanda es el acto procesal inductivo de instancia
por virtud del cual el actor somete su pretensión al juez, con las formas requeridas por la ley, pidiendo
una sentencia favorable a su interés”. Dicho de otro modo, la demanda es el escrito que inicia el
juicio y tiene como objeto determinar las pretensiones del actor mediante el relato de los hechos que
dan lugar a la acción, con mención del derecho que la fundamenta y con una petición clara del objeto
que se reclama. Una vez presentada la demanda el juez o jueza procede a examinarla para constatar si
cumple con los requisitos regulados en el derecho común además los requisitos particulares
especiales que exige en normas particulares. De acuerdo a nuestra norma, las partes procesales en la
presentación de la demanda y contestación deben cumplir con los requisitos enunciados en los arts.
501 y 502 del Código de Familia, recaudos intrínsecos como expresa la doctrina extranjera, y los
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Jaime Alfonso Solís Romero
requisitos extrínsecos son comunes a toda presentación ante la autoridad (juez o jueza) o propios de
la demanda conforme al derecho común, pero la norma no se encriptó, con esa exigencia sino que
además de los requisitos exigidos en las disposiciones legales de los arts. 501 y 502, y la formalidad
de la redacción de la demanda con las normas del derecho común (Por escrito, con términos claros,
en idioma español o étnico de ser el caso, digital, mecanografiada o manuscrita, con firma y copias).
Además, se indica que de acuerdo a la demanda es decir a la institución familiar en litigio se debe
también cumplir con los requisitos especiales, así la demanda, en casos de divorcios, adopción,
alimentos etc., es obvio que se deben acompañar documentación especial que determina la norma
familiar. Ejemplo del extranjero que apertura un proceso de adopción, debe cumplir una carga
procesal adicional basada el art. 254 o bien en los casos de alimentos, divorcios se obliga acompañar
documentos adicionales.
La norma procesal familiar exige que el escrito de demanda deberá presentarse ante la oficina de
ORDICE en aquellos Complejos Judiciales esté el servicio de gestión de despacho quien es el
encargado designar el Juzgado de Familia de forma aleatoria, en caso contrario donde no existe
gestión de despacho será presentado de forma directa al juzgado de familia, no olvidando que en
muchos departamentos, no están nombrados el Juez o Jueza de Familia y por ley están habilitados el
Juez o Jueza de Distrito Civil Oral para conocer los asuntos de familia; agregado también los Jueces o
Juezas Locales Únicos que conocen de los asuntos civiles, penales y ahora de familia. Tampoco
concurren los Tribunales de Apelaciones de Familia.
Aclarado lo anterior la demanda como el acto creador del proceso de familia debe presentarse por
escrito, redactada en español con la excepción de las Regiones de la Costa y los Departamentos de
Jinotega y Nuevas Segovia (art. 426 y 427), en papel común y estarán exenta de timbres de cualquier
tipo, tasa e impuestos (art. 451); y debe contener la proposición (sinónimos: ofrecimiento,
estipulación, promesa) de las pruebas de que se intente valer y la propuesta de las medidas cautelares
que pueda interesar. El art. 505, permite de maneras oficiosa que la autoridad judicial ordene a las
partes la subsanación de errores que advierta en la demanda o contestación; escritos obviamente que
no se ajusten a las reglas establecidas, expresando el defecto que contengan y mandará su
subsanación no en el periodo de los cinco días para admitirla después de su presentación, sino que
ordena subsanarla en la audiencia de juicio (audiencia de vista) en armonía con el art. 530 CF que
dice: “…Se podrán alegar hechos nuevos, se permitirán las aclaraciones y complementaciones que
sean necesarias y se resolverán excepciones…”.Se puede indicar otro momento procesal también para
subsanar errores como parte de sus funciones judiciales de acuerdo al art. 524 CF, haciendo una
lectura despejada en la finalidad de la audiencia inicial y entre otros aspectos dice: “…se subsanarán
los defectos…”. Es plausible expresar que no se permite o al menos no está regulado acerca de la
modificación de la demanda o su contestación por parte de los litigantes, como una regla general
visibles en otras legislaciones o bien en otras materias como en lo civil, laboral o penal que permiten
al actor modificar el escrito inicial, y ampliar o restringir sus pretensiones antes que sea notificada. Es
decir otras materia acceden subsanar errores en la demanda o contestación de la demanda sino que
permiten que una vez presentada y antes de notificarla se pueda modificar, lo que pareciera que en la
audiencia inicial o en la audiencia de juicio se podría entender de esta manera que justamente las
partes reparen, amplíen, corrijan o modifiquen sus pretensiones, y el judicial de manera oficiosa
invite a las partes a realizar esas modificaciones, siempre bajo el alero del art. 524 del Código de
Familia: “…En esta audiencia la autoridad judicial procederá a interrogar a las partes para delimitar
las cuestiones en disputa, fijar los hechos litigiosos para delimitar el campo de las materias que
pueden ser conciliadas, o bien invitar a las partes a reajustar sus pretensiones o para que desistan de
las pruebas que resulten innecesarias…”. La palabra reajustar equivale a reacomodar, recomponer,
organizar mejor la demanda o contestación de la demanda o reconvención que se realice.
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Comentarios
La disposición jurídica es notoriamente entendible y de fácil comprensión, y por tales motivos la
dividimos de esta manera en tres aspectos: la primera corresponde en la hipótesis de que el
demandado contesta el libelo de demanda, esta es la forma natural en que se constituye el acto
procesal; la segunda hipótesis se refiere a que el demandado no contesta la demanda en el término de
los diez días que expresa la norma y supone que el judicial en esta segunda hipótesis verifica o
confirma que el reacio demandado fue debidamente emplazado y voluntariamente no contestó la
demanda y por último que concluido el décimo día, oportunidad procesal para que el demandado
conteste la demanda no lo realiza y este mismo presenta su contestación y lo hace al onceavo o
doceavo es decir fuera del término. La ley establece que ante tal situación al demandado le opera la
preclusión. La preclusión es uno de los principios que rigen el proceso y se funda en el hecho de que
las diversas etapas del proceso se desarrollan en forma sucesiva, mediante la clausura definitiva de
cada una de ellas, impidiéndose el regreso a momentos procesales ya extinguidos y consumados, esto
es, en virtud del principio de la preclusión, extinguida o consumada la oportunidad procesal para
realizar un acto, éste ya no podrá ejecutarse nuevamente. Además doctrinariamente, la preclusión se
define generalmente como la pérdida, extinción o consumación de una facultad procesal, que resulta
normalmente, de tres situaciones: a) de no haber observado el orden u oportunidad dada por la ley
para la realización de un acto (falta de oportunidad) situación en que el acto o defensa se realiza fuera
del término o plazo establecido; b) de haber cumplido una actividad incompatible con el ejercicio de
otra (por incompatibilidad) que es el acto que se produce o evacúa junto con otro o viceversa pero
que ambos debieron haberse realizado juntos o de forma separada, así cuando el demandado se
abstiene de contestar la demanda y alega excepciones y se reserva el derecho para posteriormente
contestar en la demanda (algo impropia) procedente o bien en el caso que el demandado vulnerado la
norma hace reconvención y no contesta la demanda (art. 502 párrafo segundo del C. de Familia); y c)
de haber ejercitado ya una vez, válidamente, esa facultad (consumación propiamente dicha). Estas
tres posibilidades significan que la mencionada institución no es, en verdad, única y distinta, sino más
bien una circunstancia atinente a la misma estructura del proceso. La preclusión por consumación, se
refiere a que, si alguien ha usado de un instrumento o recurso, entonces éste se entiende extinguido.
Por ejemplo, si el actor apela en contra de la sentencia definitiva, entonces éste no podrá volver a
apelar en contra de la misma. El punto discutible y que en la práctica observamos que en ocasiones el
demandado olvidadizo contesta dos veces la demanda y en el término de los diez días. La respuesta es
obvia ya que existe jurídicamente una ampliación o modificación de la contestación de la demanda,
pero de ser legal o permitido o una práctica ilegal, es un asunto que los jueces y juezas deberán
resolverlo a través de sus resoluciones. En otro orden de idea de la norma analizada es que en
cualquiera de los casos antes expuesta el o la judicial cita a las partes para la audiencia inicial,
señalando hora y fecha parta su realización en el término de diez días subsiguientes a la contestación
o preclusión del término de la contestación de la demanda.
Capítulo VII.
Audiencia inicial
7. Audiencia. ¿Es necesario realizar audiencia, cuando se tramita un Juicio de Divorcio, sin bienes y sin hijos? En concordancia con los artículos 159
120
y 171 del Código de Familia. Se considera: Si en el expediente se ha incorporado la Certificación de negativa de bienes comunes inmuebles de los
cónyuges, extendida por el Registro Público de la Propiedad y Certificación de negativa de hijos extendida por el Registro del Estado Civil de las
Personas, y no haber indicios que pueda existir litis, debe procederse a dictar la sentencia y notificar a las partes. Se instruye: Comprobada la no
existencia de hijos y de bienes inmuebles comunes, se debe proceder a dictar la sentencia.
contestación), g) se aceptarán o rechazarán las pruebas, el rechazo de las pruebas es el derecho que
las partes en litigio poseen para excluir pruebas por considerarse repetitivas, aquella prueba
abundante sobre el mismo hecho o circunstancias a demostrar, ilegal, esta prueba no se practicó
conforme a los recaudos y garantías constitucionales o procedimientos legales, según algunos autores
la prueba ilegal en familia no existe ya que la misma será valorada bajo la libertad probatoria y la
convicción del juez o jueza, pero de cualquier modo debe ser apreciada por el judicial recordando
siempre el interés superior que hemos abordado continuamente, también tenemos la prueba inútil,
esta prueba no tiene posibilidad de demostrar los hechos o circunstancia, y por último la prueba
impertinente, que es similar a la prueba innecesaria, no tiene relación con los hechos, h) se decidirán
las excepciones previas (502), i) se decretan las medidas cautelares (art. 458 y sgte), j) se fijan las
pensiones provisionales (casos de alimentos, divorcio, etc.), k) se determina sobre la fianza e
inventario, art. 363, l) en los casos de tutela, se provee de tutor cuando sea necesario, art. 334 y sgte,
m) y se fijará el día y hora para la audiencia de vista de la causa, que tendrá lugar dentro de los
quince días siguientes a la celebración de la audiencia inicial.
Como se puede leer existe toda una fase de depuración procesal; admisión y preparación de pruebas,
y revisión de las medidas provisionales, el judicial precisará sucintamente las pretensiones de las
partes y procurará conciliarlas. La conciliación podrá ser parcial, aunque no lo expresa la norma
creemos que pueda efectuarse de esa manera, cuando la naturaleza de la litis lo permita. Si no hay
conciliación, sigue el proceso. La norma en estudio enfatiza que el juez o jueza interroga, pregunta o
sondea a las partes para que se cumpla con cada una de las finalidades de la audiencia inicial.
En caso de que una de las partes no pueda concurrir a las audiencias previamente establecidas podrá
solicitar por escrito comunicándole al juez o jueza su imposibilidad de asistir y la debida
justificación, “justo impedimento” la que se conoce como una prórroga de audiencias conforme los
estatuye el art. 525 del C. de Familia (y sólo excepcionalmente cuando existe motivo justificado para
no comparecer), dice la norma: “Las personas que no pudieren concurrir en la fecha señalada a
las audiencias, comunicarán a la autoridad judicial, mediante escrito, la imposibilidad de su
asistencia y justificación de su causa, todo lo cual será valorado por la autoridad judicial, quien
decidirá si acepta o no la prórroga de la audiencia. De denegarse la prórroga la autoridad
judicial apercibirá a la parte el derecho que le asiste de constituir apoderado o sustituir el poder
que tuviere. Si la autoridad judicial aceptare la, prórroga, señalará nueva fecha para audiencia
en el término máximo improrrogable de siete días”.
Con el escrito el judicial deberá valorar la justificación presentada o expuesta por la parte, y decidirá
por resolución su aceptación o no de la prórroga de la audiencia, de denegarse la prórroga la
autoridad judicial apercibirá a la parte el derecho que le asiste de constituir apoderado o sustituir el
poder que tuviere. Si la autoridad judicial aceptare la, prórroga, señalará nueva fecha para audiencia
en el término máximo el que será improrrogable por siete días.
363
Jaime Alfonso Solís Romero
8. Identificación de los problemas jurídicos y fácticos en los que se centrará el debate probatorio
(art. 526).
“En el desarrollo de la audiencia inicial el juez o jueza, antes de decretar las pruebas
identificará los temas objeto de la decisión clasificando los problemas jurídicos, precisando los
puntos centrales de controversia y en la dirección del debate probatorio clasificará y ordenará
las pruebas, de acuerdo al fin que cada una persiga, de todo lo cual quedará constancia en el
acta que al efecto levante el secretario. El llamamiento a audiencia de vista de la causa se hará
mediante auto, notificado a las partes, al concluir la audiencia”.
Comentarios
Otro acto procesal propio del tribunal en el desarrollo de la audiencia inicial, es identificar el tema
objeto de la decisión como hemos advertido en normas anteriores, clasificando los problemas
jurídicos; precisando los puntos centrales de la controversia y después de la fijación de los hechos,
procede a la ordenación de prueba, se resuelve sobre los medios probatorios solicitados (ofrecidos)
por las partes; rechaza los que son inadmisibles, impertinentes o inútiles y admite los medios
probatorios que estima pertinentes al caso, para que sean presentados y puede ordenar de oficio los
que considere necesarios. Esta es lo que se conoce en la doctrina como la fase sanadora, y concluida
esta el juez o jueza por medio de auto que de acuerdo al espíritu de la norma debe realizarse en la
misma acta de audiencia, es decir antes de cerrar el acta de audiencia fija la fecha para la celebración
de la audiencia de vista y obviamente es el momento procesal en que las partes quedan debidamente
notificados en esa audiencia.
121
14. Costas Procesales. ¿Cómo se procederá a tasar las costas cuando el actor o reconviniente no se presentaren a la audiencia inicial? En concordancia
con los artículos 527 y 672 del Código de Familia. Se considera: Al no presentarse el actor o reconviniente a la audiencia inicial sin causa justificada
ante la autoridad judicial de familia, se tendrá por desistido el proceso y se impondrán las costas procesales, auxiliándose supletoriamente de las
disposiciones del derecho común, siempre que no se opongan a la naturaleza y finalidad del Código de Familia. Se instruye: La imposición de costas
procesales, debe ser solamente a la parte actora o reconviniente y no al demandado, aplicando el Código de Aranceles Judiciales en lo que sea
pertinente. El Juez deberá apreciar, la posibilidad de esperar al menos veinticuatro horas hábiles al actor según sea el caso, para que justifique su no
comparecencia, ante hechos de caso fortuito o fuerza mayor.
Capítulo VIII.
366
Jaime Alfonso Solís Romero
A la luz de las disposiciones legales citadas y de las reglas del juicio moderno, la audiencia de vista
tiene las siguientes características de acuerdo al art. 530 del C. de Familia que estudiaremos a
continuación.
40. Promesa de Ley. ¿Cómo se tomará la Promesa de Ley a los Testigos, y personas que deben darla, en los Juicios de Familia y en la celebración de
122
Matrimonios? En concordancia con los artículos 64, 68 y 530 del Código de Familia, y Artículos 1 y 3 de la Reforma a la Ley de Promesa
Constitucional. Se considera: Si bien es cierto que el Código de Familia, no establece la forma de tomar la Promesa de Ley, las autoridades judiciales en
materia de Familia, deben realizarlo de acuerdo al Derecho vigente. Puede considerarse como ejemplo de promesa de ley, el siguiente: ¿Prometéis
solemnemente ante Dios, la Patria, nuestros héroes nacionales, y por vuestro honor, ¿decir verdad sobre lo que fueréis preguntados? A lo que contestó:
"Si prometo". El Juez de Familia, le reprodujo "si así lo hicieréis que la Patria os premie, si no que ella os haga responsable". Se instruye: La Promesa de
Ley a los Testigos, y demás personas que deban darla, que comparezcan en cualquier Juicio de Familia y celebración de Matrimonios, debe hacerse de
conformidad a la Ley de Promesa Constitucional, Ley No. 23 del 6 de Abril de 1987 y su Reforma, Ley No. 104 del 18 de julio de 1990.
un acto donde iniciado la audiencia y explicada su finalidad a lo inmediato se hace pasar a todos y
todas los y las declarantes para promesarlos. Una vez promesados a peritos y testigos deben
abandonar la sala de audiencia a excepción del privilegio o de corona que goza el propio demandante
o demandado de estar presente en el desarrollo de la audiencia y oír la prueba, cuando los mismo
serán fuente de prueba (testigo privilegiado), y atendiendo las reglas del proceso común, art. 487 C.
de Familia. El Juez o Jueza en armonía con el art. 487 inciso “c” es la persona Director (a) del
Proceso, la que señala: “…iniciado el proceso, éste será dirigido e impulsado de oficio por el juez,
quien evitará toda dilación o diligencia innecesaria y tomará las medidas pertinentes para impedir su
paralización…”; cabe destacar que debe entenderse de “medidas pertinentes”, como inclusivo utilizar
la fuerza pública para restablecer el orden, respeto y la disciplina en las audiencias, véase el inciso “j”
“…Los sujetos que actúen en el proceso deberán comportarse con lealtad, probidad y buena fe…”,
Téngase también presente que la audiencia es pública, pero se puede efectuar de manera privada
cuando así lo solicitaren alguna de las partes o el judicial lo considere necesaria y decide
oficiosamente realizarla sólo con intervención de las partes, al tenor del inciso “f” del mencionada
disposición que refiere: “…Las audiencias serán orales y públicas, pero cuando las circunstancias del
caso así lo aconsejen, podrá la autoridad judicial, de oficio, o a instancia de parte, ordenar que la
audiencia se desarrolle de forma privada, con intervención sólo de las partes en el proceso…”.
Seguidamente el judicial fijará los puntos medulares definidos como controvertidos y objeto del
debate, que fueron señalados en la audiencia inicial. Deberá explicar el judicial a las partes acerca de
367
Jaime Alfonso Solís Romero
la importancia y trascendencia de este acto, la solemnidad, su significado y alcance y les advertirá a
las partes y demás personas que están presente en la sala de audiencia el deber de tolerancia y respeto
que deben de guardar durante el debate, resaltando los máximos intereses jurídicos a tutelar en el
proceso. De tal manera que deberá alertar a las partes que tienen el derecho de objetar fundadamente
las preguntas que formulen las partes en su examen y contra-examen a los testigos y peritos y demás
declarantes, incluyendo las decisiones del juez o jueza y pedir que queden consignadas en el acta que
se está levantando por el secretario o secretaria de actuaciones. Generalmente el juez o jueza ofrece
tales recomendaciones marcando las “reglas del juego” en esta audiencia que se desenvuelve como
hemos indicado como adversarial, donde cada parte litigante tratará demostrar y fundamentar sus
pretensiones lo que en el derecho procesal se conoce como la teoría del caso, buscando la manera de
convencer al juez o jueza con su teoría fáctica, jurídica y probatoria. Las partes tienen la oportunidad
de discutir el tuyo y el mío de manera contradictoria, en un plano de igualdad jurídica (duelo
jurídico), por lo que no se permite en esta audiencia de vista improvisaciones de los hechos, medios
probatorios u otros aspectos que distraigan la propia finalidad de la audiencia de vista; la norma de
familia no establece límite de tiempo en sus alegatos a las partes pero no impide que el judicial podrá
expresarles que deben hacer uso de la palabra de manera racional, no haciendo repeticiones ni
muchos menos divagaciones o alteraciones del orden de la estructura de la finalidad de la audiencia.
El juez o jueza deberá informar a los litigantes que de acuerdo al art. 491 la audiencia se grabará en
aquellos lugares donde existe este sistema de grabación magnetofónica sin perjuicio del acta que se
levantará como hemos explicado por el secretario o secretaria actuante. Explicado lo anterior el
judicial otorgará la palabra al demandante y después al demandado para que, de forma resumida,
sucinta repasen (expresen) sus pretensiones; luego resolverá las cuestiones incidentales pendientes en
la misma audiencia (sin perjuicio haberlas discutidas y resueltos en la audiencia inicial, art.524). En
esta audiencia de vista las partes podrán alegar hechos nuevos, y se permitirán las aclaraciones y
complementos que sean necesarios y se resolverán las excepciones.
Comentarios
Ahora bien el proceso de familia podría concluir o darse por cerrado si las partes llegaren a un
acuerdo lo que nuestra norma lo define como la clausura anticipada (art. 532), consistiendo en que las
partes de manera voluntaria llegan a un acuerdo, siempre y cuando esté aperturada la audiencia de
vista o de juicio, y que por la naturaleza del asunto de familia se oiga a la Procuraduría nacional de la
familia y del Ministerio de la Familia, Adolescencia y Niñez y estén también de acuerdo, en caso de
que tales instituciones del Estado no estén conforme con el acuerdo de las partes el judicial deberá
decidir sobre otorgar o no la clausura anticipada; el efecto inmediato de la clausura es abreviar el
proceso y prescindir de la evacuación de la prueba y dictar la sentencia en los términos convenidos
por las partes. El antecedente más cercano es el Código Procesal Penal que regula la clausura
anticipada, pero tiene otros fines y concluye el proceso o la audiencia de juicio por otras causas
diferentes a lo planteado por el derecho de familia, aquí en el C. de familia es un proceso de
terminación anticipada de lo que se trata y es a lo que se propugna el derecho procesal, es que los
principales actores del proceso tengan un negocio jurídico procesal, donde se pongan las cartas sobre
la mesa y luego de un debate sobre las pretensiones se llegue a un acuerdo y rija en toda su magnitud
368
Jaime Alfonso Solís Romero
el principio del consenso, de la conciliación del advenimiento, lo que va a permitir la culminación
tempranamente del proceso y que signifique realmente una economía y eficacia procesal.
Hoy por hoy, esta nueva fórmula alternativas al juicio oral nos conduce obligatoriamente a pensar que
el debate oral ya no es la manera de resolver el conflicto; la justicia de familia puede ser negociada y
es una realidad y la misma responde a la necesidad de racionalizar y potencializar grandes esfuerzos a
aquellos casos complejos y de gran envergadura jurídica-social. Pues la lógica del nuevo modelo
procesal es que son aquellos casos donde va a ver debate oral por la actuación de los medios de
prueba, lleguen a esta etapa, y se pueda terminar con las denominadas salidas alternativas o de
decisión temprana.
369
Jaime Alfonso Solís Romero
permitirá utilizar la técnica de la litigación que abrirá un abanico de posibilidades y éxito en el litigio
al momento de repasar nuestra pretensiones, la apertura de nuestro alegatos iniciales, en el que
normalmente está enfocada en una síntesis de nuestra demanda que es lo que se denomina la teoría
fáctica del caso, no es más que la identificación de los hechos relevantes de la demanda o en la
contestación, la incorporación de nuestra prueba, que es nuestra teoría probatorio que permite
establecer cuáles son las pruebas pertinentes para probar nuestra demanda o bien negar los hechos de
la demanda. Esto podemos decir que son afirmaciones de hechos que pueden ser reproducidos en
juicio y que dan cuenta de un elemento de la teoría jurídica, del mismo modo algunas observaciones
sobre las proposiciones fácticas que pueden ser que recae la prueba, enfatizando en realizar de forma
correcta las preguntas-repreguntas, interrogatorio-contra interrogatorio o examen-contra examen a los
declarantes, interesa que el litigante entienda cuando o en qué momento frente al declarante usar las
preguntas abiertas, cerradas, directas e indirectas; los expertos en litigación oral expresan que el
principal medio de prueba de un sistema procesal de naturaleza oral y adversarial, es la evidencia
testifical, por ello el interrogatorio es la forma como la prueba testimonial se presenta y practica ante
el juzgador. Por ello se puede decir que el interrogatorio es el arte de obtener información pertinente,
clara, precisa y sencilla. En el mismo sentido dice Romero Soto, el examen directo o interrogatorio es
el vehículo que permite al abogado en la audiencia introducir esta prueba al juicio. En este sistema
cada sujeto procesal procura probar su teoría del caso a través de sus testigos por ello se puede decir
que el interrogatorio llevado adecuadamente puede conducir a persuadir al juzgador para que incline
a su favor. Cuando se realiza el interrogatorio debe ser realizado en forma clara, lógica y persuasiva,
dependerá de la preparación y la destreza del abogado (a) para lograr su efectividad y así lograr su
veracidad. Así observamos que, en el proceso penal, la incorporación de la prueba es más simple que
en el nuevo código procesal civil, por eso hubiese sido de gran importancia que el legislador de
familia hubiese regulado de manera amplia la incorporación de la prueba en la audiencia de vista por
la especialización de la materia que se está juzgando. Así mismo, los tribunales deberán dirigir el
debate de forma justa sin que las partes litigantes dañen la dignidad de la persona o victimicen la
declaración del declarante, el juez o jueza deben conjugar las técnicas estudiadas con el fin de
adecuar y resolver las pretensiones, siempre salvaguardando los derechos de los niños, niñas,
adolescentes, mujeres y adultos con discapacidad y adultos mayores. Referente a la tacha de testigo
hemos señalado que por ley no existe, en la mayoría de los códigos de familia la tacha fue superada
por aquello que todas las personas son hábiles y rinde el testimonio en presencia del juez o juezas y
los litigantes. En fin, el legislador obvió regular el asunto de las intervenciones de las partes, a fin de
negarles o prohibirles las preguntas subjetivas, capcionas, impertinentes o ilegales a los declarantes, y
muestra de lo anterior trató de paliar y reivindicarse con las objeciones al tenor del art. 533 del C. de
Familia, que señala: “Objeción, las partes podrán objetar fundadamente las preguntas que se
formulen, así como las decisiones que el juez o jueza adopte respecto de ellas. Si la objeción se
rechaza, quien la formuló puede pedir que se consigne en acta de la audiencia”.
Vale también referirse a la teoría jurídica como contenido de la teoría del caso, aunque sea
brevemente estableciendo que no es más que el encuadramiento de los hechos al tipo legal de la
institución de familia, es decir se debe identificar la norma jurídica y sus elementos, de la misma
forma analizar los hechos en la norma jurídica. Ahora bien, es loable señalar que el código de familia
reguló la prueba anticipada como en otras legislaciones extranjeras o como la regula el nuevo código
procesal civil y aún mejor en el procesal penal y leyes especiales de nuestro país, art. 512; pero bien,
nos centramos en la nueva prueba o prueba sobrevenida, puede ocurrir que una vez concluida la
audiencia inicial, aparezca algún medio de prueba (El medio de prueba es el procedimiento o método
para incorporar la prueba en el marco del debido proceso, se trata de la vía para poder introducir
válidamente la prueba en el proceso penal para que luego esté habilitada de poder generarle
370
Jaime Alfonso Solís Romero
convicción al juzgador en la etapa de juzgamiento) que era desconocido para la parte interesada o que
conociendo su existencia, se encontraba fuera de su control. Esta manifestación probatoria, a primera
vista encuentra dificultad de admisibilidad y valoración en el proceso jurisdiccional, y más
concretamente en el procedimiento ordinario civil, diseñado rígidamente por un orden consecutivo
legal, informado por el principio de preclusión, donde el agotamiento de un lapso procesal, da
nacimiento a otro lapso procesal entro del cual se debe celebrar un acto procesal, en función de
garantizar el principio procesal de lealtad y probidad en el proceso. Razones de elemental seguridad
jurídica, indican que es obvio, que la promoción, proposición, o presentación y menos aún la
evacuación y por ende la aportación de cualquier medio de prueba en el proceso, por constituir tales
actividades imperativos del propio de interés de las partes, a quienes les incumbe hacer verificar la
certeza o no de las afirmaciones, y de ese modo poder obtener las consecuencias jurídicas previstas
en la norma abstracta de derecho, cuya aplicación pretende se le declare en su favor, su falta u
omisión de ejercicio, se traducía anteriormente como la pérdida, extinción o consumación de esa
facultad procesal, con efectos preclusivos, de tal suerte que, resultaba inadmisible, por ineficacia
probatoria, el medio así promovido, propuesto, incorporado o aportado contemporáneamente. Pero el
código de familia encontramos las hipótesis de presentar la prueba para su admisión en oportunidad
distinta a la presentación de la demanda, o contestación de la demanda lo que se podrán practicar en
su momento una vez debatida y admitida por el judicial; no se limita esa nuevas pruebas, que sean
testificales, periciales o documentales, es cualquier prueba, véase también que no sólo se permite
nuevos medios probatorios sino se permite a las partes nuevos hechos a demandar y contestar en la
audiencia inicial. De manera justa también permite que la autoridad judicial busque la prueba.
Consultar arts. 480, 481,483,484 y 511 todos del C. de Familia.
373
Jaime Alfonso Solís Romero
Comentarios
La norma no requiere explicación a su contenido por estar redactada de manera comprensible, talvez
podríamos agregar que una vez concluido los alegatos finales realizado por cada parte litigante, la
autoridad judicial deberá resolver la controversia y para tal fin se declara en sesión privada (deliberar),
invitando a las partes y al público presente retirarse de la sala de audiencia o bien dirigirse a su despacho
en un tiempo prudencial (no señala cual será el plazo prudencial, pero en materia penal es un máximo de
tres horas) tiempo necesario para estructurar la resolución y notificarla a las partes en la misma
audiencia. La disposición menciona que debe dictarse la sentencia, y excepcionalmente podrá citar para
una audiencia de lectura de sentencia dentro del quinto día después de concluida la audiencia cuando el
asunto sea de aquellos que tengan una complejidad apreciable por la autoridad judicial, y en caso de no
realizar la audiencia de lectura de sentencia prevista en la hora y fecha señalada, no constituye ninguna
nulidad más que responsabilidad disciplinaria. Por el cúmulo de trabajo del judicial de familia, considero
que difícilmente se cumpla con resolver el caso una vez cerrado el debate, la mayoría de la jueces y
juezas dictan la sentencia posteriormente.
Capítulo IX.
De la sentencia
377
Jaime Alfonso Solís Romero
lo determinan a adoptar una u otra solución para resolver la causa. En este tramo del pronunciamiento
el juez o jueza debe remitirse a los hechos invocados por las partes, confrontarlos con la prueba que
se haya producido, apreciar el valor de ésta y aplicar finalmente la norma o normas jurídicas
mediante las cuales considera que debe resolver el pleito. No está obligado sin embargo a hacerse
cargo de todas las pruebas producidas ni a analizar todas las cuestiones propuestas por las partes,
pudiendo desechar aquellas que considere innecesarios o inconducentes. El juez/za debe atenerse
exclusivamente a su conocimiento del orden jurídico vigente, hallándose por lo tanto facultado para
prescindir de las argumentaciones de orden legal formuladas por las partes. No es requisito
indispensable la mención explícita de la norma que rige el caso. La omisión de citas legales en efecto
resulta excusable cuando la solución acordada al pleito encuentra apoyo en doctrina jurisprudencial o
en principios de derecho, se encuentra implícitamente referida a determinados preceptos o lo
discutido en el pleito tiene predominante carácter fáctico) y la parte dispositiva o fallo propiamente
dicho (es la decisión expresa, positiva y precisa, de conformidad con las pretensiones deducidas en el
juicio, calificadas según correspondiere por ley, declarando el derecho de los litigantes y condenando
o absolviendo de la demanda y reconvención en su caso, en todo o en parte. La ley exige una estricta
correspondencia entre el contenido de la sentencia y las cuestiones oportunamente planteadas por las
partes, lo que supone como es obvio, la adecuación del pronunciamiento a los elementos de la
pretensión deducida en el juicio (sujetos, objeto y causa). Se trata de una aplicación del denominado
principio de congruencia, que constituye una de las manifestaciones del principio dispositivo, y que
reconoce incluso fundamento constitucional pues comportan agravio a la garantía de defensa en
juicio, tanto las sentencias que omiten el examen de cuestiones oportunamente propuestas por las
partes, que sean conducentes para la decisión del pleito, como aquellas que se pronuncian sobre
pretensiones o defensas no articuladas en el proceso. Esa falta de conformidad entre lo pedido y lo
resuelto, puede revestir tres formas: así porque la sentencia provee sobre más de lo pedido (ultra
petita); o bien, porque decide sobre pretensiones no formuladas por el demandante (extra petita); o,
ya porque omite decidir sobre alguna de las peticiones o de las excepciones invocadas (mínima
petita). No debe confundirse con la mínima petita al fallo infra petita que es aquel que resuelve una
pretensión en donde el actor alega un derecho de extensión mucho mayor que el que realmente
resultó probado y en donde el Juez o Jueza le concede en éste y lo niega en lo demás, de lo cual este
último fenómeno pertenece al plus petitio. Tal sucede cuando por ejemplo en la sentencia de divorcio
y se otorga un bien inmueble sin haber sido pedido por el actor en el escrito de la demanda. La
sentencia por consiguiente debe guardar estricta correlación con lo pretendido en la demanda, como
hemos expresado. Sabemos que pronunciada la sentencia concluirá la competencia de la autoridad
judicial respecto del objeto del juicio y no podrá sustituirla o modificarla. En la sentencia deberá
señalar la aplicación de las medidas de protección o la continuación de las ya existentes; el detalle lo
más amplio posible de la forma en que se cumplirá la decisión y si fuere el caso, estableciendo los
períodos y forma de revisión y supervisión de las medidas adoptadas, a las que se refiere el presente
artículo; y por último la advertencia a las partes del derecho que les asiste para interponer recurso
correspondiente. No olvidar los contenidos especiales de las sentencias en materia de divorcio,
adopción, cuido y crianza, etc.
378
Jaime Alfonso Solís Romero
Véase también el art. 138 C. de Familia, que señala: “Los pronunciamientos en las sentencias de
divorcio sobre el cuido y crianza de los hijos e hijas que sean niños, niñas o adolescentes, personas
declaradas judicialmente incapaces, la autoridad parental, pensiones alimenticias y pensiones
compensatorias, no causan estado. Estas pretensiones en cualquier proceso en que fueren solicitadas,
pueden ser modificadas, cuando varíen las condiciones y las circunstancias por las cuales se otorgó el
derecho”.
380
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e) Pronunciamiento preciso y claro sobre las causales del recurso y lo que será su consecuencia; Se
establece un orden secuencial en que debe estructurarse la sentencia de instancia superior, y
obviamente de acuerdo a las causales del recurso interpuesto por el inconforme es que deberá
redactarse para admitir o denegar los sustentos de intereses expuestos.
f) Ordenar la remisión del expediente a la autoridad de primera instancia para que se ejecute. De la
decisión o la resolución de segunda instancia o de Casación (no es ninguna instancia) se ordenará
la ejecución de la sentencia por la autoridad de primera instancia que es el despacho judicial donde
originó la apelación.
De acuerdo al inciso “g” de la disposición analizada, si se cambiare la decisión de la autoridad a quo,
se deberá detallar todo lo posible la forma en que se cumplirá la decisión y si fuere el caso, establecer
los períodos y forma de revisión y supervisión de las medidas adoptadas, a las que se refiere el
presente artículo.
En los incisos siguientes “h” e “i”, se advierte o se les apercibe en la resolución que emite el Tribunal
o la Sala de la Corte Suprema de Justicia a las partes del derecho que le asiste a impugnar la decisión
de la Sala de Familia o Civil en su caso del derecho de interponer el recurso de Casación. De forma
similar deberá advertir el Tribunal de Alzada del apercibimiento a las partes de que es una resolución
definitiva y no admite recurso alguno. En el caso de que la sentencia la dicta la Sala de la Corte
Suprema de Justicia también se debe expresar que no hay ulterior recurso, sin perjuicios que las
partes tengan derecho a hacer uso de los llamados remedios, lo que no se debe entender como un
recurso de impugnación.
382
Jaime Alfonso Solís Romero
aún, cuando esta hubiere sido perfectamente justa. Bien vistas las cosas, de este modo es fácil percibir
que es de la apelación de donde surge la segunda instancia.
La doble instancia que caracteriza nuestro derecho procesal y se acomoda con las exigencias
materiales del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y de la Convención Americana de
Derechos Humanos "Pacto de San José de Costa Rica", en materia de recursos judiciales. El primero
de los nombrados instrumentos internacionales establece en el artículo 14, numeral 5, el derecho de
toda persona declarada culpable de un delito a que "el fallo condenatorio y la pena que se le haya
impuesto sean sometidos a un tribunal superior, conforme a lo prescrito en la ley...". El segundo, el
"Pacto de San José de Costa Rica", en su artículo 8, numeral 2, le reconoce a toda persona inculpada
de delito "el derecho de recurrir el fallo ante un juez o tribunal superior". En ambos casos se trata, a
mi manera de ver, de un derecho incondicionado. De la misma manera se entiende para las materias
no penales (civiles, laborales, familiares).
Los instrumentos internacionales que han sido citados, al referirse al derecho de las partes perdidosa
a procurar una revisión del fallo, buscan como garantizar el fin de justicia general al proporcionar
siempre al perdidoso un medio de re-examen de la misma controversia decidida en primera instancia,
ajustándose así a lo preceptuado en el Art. 34.9 de la constitución política en que todo procesado
tiene derecho en igualdad de condiciones a “recurrir ante un tribunal superior, a fin de que su caso sea
revisado cuando hubiese sido condenado por cualquier delito”.
Los medios de impugnación existen, en tanto y en cuanto exista un vicio. Se dirigen a destruir los
efectos de una resolución viciada por un defecto de construcción, que de no haber estado viciada por
esos defectos tendría eficacia irrevocable.
Se entiende por recursos a aquellos actos procesales en cuya virtud la parte que se considera
agraviada por una resolución judicial solicita, en el mismo proceso y dentro de determinados plazos
computados a partir de la notificación de aquélla, que el mismo órgano que la dictó, u otro superior
en grado, la reforme, modifique, amplíe o anule. Es a través de los medios de impugnación que se
hace posible examinar cómo los jueces administran la justicia en el caso concreto, contribuyen a la
recta aplicación del derecho. Aunado a lo expresado como introducción para fundamentar las
resoluciones judiciales con claridad, es preciso establecer la estructura que debe tener una sentencia
de segunda instancia y la del recurso extraordinario de casación, y la importancia de ello, va más allá
del orden o de la claridad expositiva y se convierte en herramienta necesaria para el propio juez o
jueza al permitirle recocer los pasos que debe ir dando en el análisis del caso. No es, por tanto, sólo
un modo de redactar sino, precisamente, el modo de ordenación del pensamiento, esto es, un
instrumento de capital importancia para facilitar el sistema de análisis del caso litigioso, y en materia
de derecho de familia se debe seguir el contenido estructural que expone en la ley y que hemos
estudiado.
Tampoco olvidar que la nulidad de una sentencia no debe ser vista como la regla sino como la
excepción, no existe la declaración de la nulidad por la nulidad, debe causar un perjuicio un daño a
las partes y al mismo proceso, sin perjuicio que estemos frente a una nulidad absoluta que no puede
ser subsanada.
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Jaime Alfonso Solís Romero
para niños, niñas, adolescentes, o personas con discapacidad que no puedan valerse por sí
mismas, o en situación de vulnerabilidad, sobre guarda y cuidado y otros pronunciamientos de
análoga naturaleza cuya dilación ocasione un perjuicio inminente o racional para el derecho
que se pretenden tutelar. La interposición de los recursos no suspende la ejecución de estas
medidas”.
Comentarios
De no interponerse el recurso de apelación al momento de notificarse la sentencia en la audiencia
constituida para ese fin; sea esta pronunciada al finalizar la audiencia de vista o bien constituido en
una audiencia de lectura de sentencia, la misma quedará consentida y no valdrá posterior
impugnación por las partes. Sin perder de vista que ciertas sentencias como hemos expuesto no
causan estado y pueden posteriormente en nueva acción legal ser debatidas; el art. 169 expresa que la
sentencia que resuelve sobre lo pactado por las partes puede ser impugnada y el recurso suspende la
ejecución, pero no puede el recurso discutir sobre la disolución del vínculo matrimonial. La norma se
encarga de pausar cuales resoluciones judiciales pueden ejecutoriarse aún sin estar firme y en ella
puntualiza sobre alimentos, medidas de protección para niños, niñas, adolescentes, o personas con
discapacidad que no puedan valerse por sí mismas, o en situación de vulnerabilidad, sobre guarda y
cuidado y otros pronunciamientos de análoga naturaleza cuya dilación ocasione un perjuicio
inminente o racional para el derecho que se pretenden tutelar.
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Jaime Alfonso Solís Romero
término de los cinco días para sustentar sus intereses señala la norma, pero lo apropiado es para
fundamentar mejor sus agravios.
De hacer uso del sagrado derecho de la apelación, el juez o jueza no podrá oponerse a la admisión del
recurso una vez interpuesto por las partes agraviadas. No expresa la norma que, en la audiencia de
lectura de sentencia, la parte disconforme deberá de expresar a viva voz cuales son los perjuicios y la
norma violentada en la sentencia emitida por el judicial. De tal manera que si la norma no lo
contempla no debe exigirse, bastará con que indique “solicito que se tenga por interpuesto el recurso
de apelación contra esta sentencia, el que estaré ampliando en los términos de ley”. Esto sería una
analogía buena del art. 549 del C. de Familia, por ejemplo, si se trata de una pensión alimenticia, es
obvio que deberá indicar que no está de acuerdo con la pensión alimenticia impuesta sin perjuicios
que en el término de los cinco días los debe de fundamentar por escrito su agravio o agravios
(sustento de intereses).
b) La impugnabilidad subjetiva (requisitos subjetivos). Los requisitos de admisibilidad de los
recursos tienden a los sujetos que intervienen en su interposición, sustanciación y resolución, es decir,
debe analizarse quienes son las personas facultadas para recurrir y que, si se halla ante todo habilitado
para interponer el recurso, en otras palabras, el poder de recurrir se otorga exclusivamente a
determinados sujetos procesales. Aunque no lo define el C. de Familia la legitimación esta otorgada
aquellas partes que se consideren agraviadas y a quienes la ley reconozca expresamente este derecho.
Cuando la ley no distinga, tal derecho corresponderá a todos. El actor, el demandado, sus
representantes legales, terceros coadyuvante y excluyente.
c) Existencia de interés para impugnar. Por tratarse de un acto procesal de parte, constituye requisito
subjetivo de admisibilidad de los recursos la circunstancia de que quien los interpone haya sufrido un
perjuicio o gravamen a raíz de la resolución que impugna y ese interés se tiene por configurado
cuando el recurso se presenta como el remedio capaz de excluir el perjuicio invocado. Si no existe
interés, tal cual lo aprecia la ley, la actividad impugnativa del sujeto carecería de un motivo que
justifique una utilidad procesal.
d) Impugnabilidad objetiva (requisitos objetivos). Se deriva del reconocimiento expreso, de que no
todas las resoluciones son atacables en el proceso de familia. La procedencia del recurso de
apelación, como lo dicen las normas “procede contra las sentencias (definitivas) pronunciadas en
primera instancia”, sentencias de fondo y que resuelven el litigio de las partes, no son sentencias
intermedias o interlocutoria a la literalidad de los requisitos de las sentencias y al concepto básicos de
la definición de la misma (art. 537,538, 542 y 543).
Condiciones de Interposición, los recursos deben ajustarse a varios requisitos condicionantes de la
actividad desplegada, debiendo esta última analizarse en sus dimensiones de lugar, tiempo y forma.
Durante la audiencia de la lectura del fallo o sentencia únicamente puede ser interpuesto y admitido
el recurso de apelación.
El lugar: El lugar de interposición del recurso coincide, como principio general, con la sede del órgano
que dictó la resolución recurrida.
Tiempo: Por tiempo de los recursos deben entenderse el término en que la ley fija para su
interposición y fundamentación, el cual siempre se deberá realizar en la audiencia de la lectura de la
sentencia. No hay otro momento procesal, más que al final de la lectura de la sentencia que se
advierte a las partes el derecho de impugnar.
Forma: Se interpone verbalmente ante el juez o jueza sentenciadora y en segunda instancia deberá
presentar un escrito del mismo recurso y fundamentando sus agravios (escrito sustentado sus intereses),
así lo exige la norma citada (art. 544) que el recurso se presente por escritos en que sustenten sus
intereses, a la Sala de Familia del Tribunal de Apelaciones.
385
Jaime Alfonso Solís Romero
Debemos hacer notar que el recurso de apelación no mantiene un rigor como podemos apreciar en
otras materias o legislaciones en derecho comparado, hay una sencillez que captamos en las
disposiciones del recurso por la misma naturaleza de lo que se debate en el código de familia. El
recurso de apelación deberá interponerse al conocerse la resolución del judicial en “caliente”, véase el
art. 542 CF que señala: “…Notificación de la sentencia. La sentencia, en primera instancia y de
apelación, quedará notificada a las partes con la lectura integral que de ella se haga en la propia
audiencia, lo que se consignará en acta…” Las partes deberán decidir, en el propio acto de la
audiencia de vista (La audiencia de vista de la causa constituye un acto en que todos los sujetos
intervinientes en el proceso informan y prueban de manera personal, oral y directa sobre los hechos
objetos del debate, art. 529 CF), si hacen o no uso de su derecho de apelar la sentencia. Pero se deja
la salvedad que el C. de Familia determina la posibilidad de otra audiencia de lectura de sentencia, y
que su finalidad de la audiencia como su nombre lo indica es la lectura de la resolución del juez o
jueza. Puede el judicial una vez concluido el debate retirarse a deliberar su fallo de manera privada en
un lapso de tiempo prudencial, no se cuantifica el tiempo, si son 1, 2 o 3 horas, pero nos hace
reflexionar y concluir que se trata de 3 horas por una analogía sana del CPP, y la prudencia es una de
la virtud del judicial para emitir el fallo o resolución, el que lo debe de hacer los más equitativo y
justo. En la primera hipótesis de la norma es que luego que el judicial delibera y resuelve, se tiene la
oportunidad de apelar; luego otro segundo momento del que hemos referido se produce cuando el
asunto mantiene una complejidad y puede la autoridad judicial citar para una audiencia de lectura de
sentencia, a efectuarse dentro del quinto día, contado a partir de la última audiencia, bajo
responsabilidad disciplinaria si lo incumpliere. Es hacer énfasis que al realizarse una audiencia de
lectura de sentencia debe constituirse el judicial con las mismas formalidades de cualquier otra
audiencia y en este segundo momento procesal la parte perjudicada podrá apelar (art. 536 CF).
Sentencias recurribles de Apelación, el recurso de apelación cabrá contra todas las sentencias
dictadas en primera instancia por los Jueces Locales de Familia y los Locales Únicos y de los
Juzgados de Distrito. (art. 495 inciso c).
Competencia-admisibilidad, la competencia para decidir la admisibilidad de la impugnación se
distribuye en forma tal que un primer examen acerca de ese extremo corresponde al juez o jueza de
primera instancia la que simplemente la parte apela oralmente de la decisión y otro corresponde al
superior jerárquico que es la parte escrita del recurso de apelación que es el ulterior y definitivo,
donde se estudia la fundabilidad, por el tribunal (art. 544).
Trámite, como hemos expresado anteriormente si las partes deciden interponer el recurso de
apelación deben hacerlo en la misma audiencia de lectura de la sentencia y el judicial no podrá
oponerse ni denegarla. Interpuesta la apelación en la audiencia y de manera verbal se deberá plasmar
en el acta de la sesión o audiencia. El juez o jueza, en el propio acto, la admitirá y con ello se tendrá
por notificadas a todas las partes.
Término, las partes recurrente y recurrida posteriormente y dentro del término común de cinco días
hábiles, deberán presentar los escritos en que sustenten sus intereses a la Sala de Familia del Tribunal
de Apelaciones, o como hemos aclarado a la Sala Civil del Tribunal de Apelaciones de la
Circunscripción con copias para todos los intervinientes. El juez o jueza ad quo, dentro del mismo
término, remitirá el expediente íntegro de la causa (al superior jerárquico), con constancia de
remisión, so pena de responsabilidad disciplinaria.
El mismo artículo hace alusión que la sentencia de casación será notificada por escrito conforme las
reglas de notificación establecidas en el presente Código.
En cuanto a sus efectos, esto es, a las consecuencias jurídicas que su interposición va a producir en
la resolución recurrida, respecto de este recurso de apelación nos encontramos que siempre el recurso
es en “ambos efectos o efecto suspensivo”. El legislador no lo ha definido en forma expresa como lo
386
Jaime Alfonso Solís Romero
hizo con la acumulación de procesos, pero en el art. 544 referido dice: “…El juez o jueza ad quo,
dentro del mismo término, remitirá el expediente íntegro de la causa, con constancia de remisión, so
pena de responsabilidad disciplinaria…” Así a primera vista de la disposición citada, dispone que la
apelación es en ambos efectos o efecto suspensivo y a la vez, se suspenderá la jurisdicción del
tribunal inferior para seguir conociendo de la causa…”. Pero esto no es del todo absoluto, hemos
visto como el legislador en diferentes normas indica que, independientemente de presentarse un
recurso de apelación de una decisión intermedia sin existir sentencia final estas deben de
ejecutoriarse y de cierto modo el judicial no pierde la competencia; así el art. 543 C. de Familia
párrafo segundo: “…No obstante lo establecido en el párrafo anterior podrán ser ejecutoriada
resoluciones no firmes, sobre las que se haya interpuesto recurso de apelación, pendiente de
resolución, cuando en ellas se disponga sobre alimentos, medidas de protección para niños, niñas,
adolescentes, o personas con discapacidad que no puedan valerse por sí mismas, o en situación de
vulnerabilidad, sobre guarda y cuidado y otros pronunciamientos de análoga naturaleza cuya dilación
ocasione un perjuicio inminente o racional para el derecho que se pretenden tutelar. La interposición
de los recursos no suspende la ejecución de estas medidas…” De acuerdo a lo expuesto podemos
decir que se reconoce el efecto suspensivo, como su nombre lo indica, suspende la competencia del
tribunal a quo para seguir conociendo de una determinada causa y el conocido un solo efecto o efecto
devolutivo. En controversia jurídica, se conoce el efecto devolutivo, “devuelve” al tribunal jerárquico
la competencia para que pueda avocarse al conocimiento del recurso, para lo cual remitirá fotocopias
del expediente o el proceso original, según los casos, manteniendo su competencia, y seguirá
conociendo hasta el cumplimiento de la sentencia definitiva.
Apuntamos que el C. de Familia no regula el recurso de hecho y además guarda silencio sobre la
reforma en perjuicio. La doctrina extranjera en materia criminal se ha fundado tal prohibición más
que en razones de índole jurídica en motivos de política criminal; impide el empeoramiento de una
situación jurídica de un sujeto frente a un recurso que la ley concede, precisamente, para asegurar su
eventual mejora, y asegurar la estabilidad de las resoluciones judiciales que en los aspectos no
impugnados configuran, como se dijo más arriba, un derecho adquirido para la parte a quien
benefician. Pensamos que bajo esos rasgos el derecho de familia no puede atarse bajo la tónica de la
reforma en perjuicio, frente a sentencias injustas o reñidas por la ley y bajo el interes superior del
niño, niña, discapacitados y otros análogos una sentencia en segunda instancia puede y debe
prosperar “reformatio in peius”.
Capítulo X.
387
Jaime Alfonso Solís Romero
La audiencia de apelación, consiste en que el recurrente y recurrido, expongan a viva voz la
fundamentación de sus agravios por el principio de oralidad y que los magistrados y magistradas
integrantes de la Sala de Familia o Civil puedan apreciar mejor el debate y resolver con mayor
equidad. Esta audiencia única de apelación a pesar de que no la solicitan el impugnante o las partes,
lo dispone la norma de manera obligatoria. Es meritorio que en esta audiencia única de apelación sólo
procede una vez que se tenga el expediente y los escritos de las partes al menos de la parte que
recurrió. “…recibido el expediente y los escritos de las partes, el Tribunal de Apelaciones citará para
audiencia…” y señalará el tribunal superior, la fecha de la celebración de la audiencia de apelación.
Esta audiencia debe celebrarse dentro de los quince días a la recepción del expediente y escritos. Para
el desarrollo de esta audiencia, se observarán las disposiciones previstas para la audiencia de vista de
la causa (art. 546 CF).
Objeto de la audiencia de apelación
La esencia de esta audiencia, será oír los alegatos de las partes de acuerdo al recurso de apelación
interpuesto y, extraordinariamente se puede disponer la práctica de alguna prueba para mejor proveer.
El Tribunal de Apelaciones advertirá a las partes que en sus alegatos o fundamentos se circunscriban
a las violaciones de normas jurídicas, que considere se han producido en la sentencia impugnada y a
la valoración jurídica de las nuevas pruebas que se hubieren practicado, conforme el art. 546 CF.
Deliberación y Sentencia
El Tribunal de Familia luego de escuchar a las partes, debe retirarse o retirar a las partes para que en
sesión privada y en un lapso prudencial deliberen y dictan la sentencia y notificar en la audiencia en
el acto a las partes. El Tribunal de Apelaciones deberá agotar las fases del proceso verbal en una
única sesión.
Sesión de la audiencia de apelación
Dispone la norma que cuando no fuere posible concluir la audiencia de apelación, por la naturaleza de
los temas en debate, de manera excepcional el Tribunal podrá señalar la continuación de la audiencia
en otra sesión, a celebrarse dentro de los cinco días posteriores.
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Jaime Alfonso Solís Romero
“Concluidas las alegaciones de apelación, el Tribunal de Apelaciones se retirará a deliberar.
Posterior a la deliberación, notificará la sentencia a las partes, de forma oral, sin perjuicio del
deber de proveer copias escritas a las partes, dentro del término de cinco días posteriores a la
celebración de la audiencia de apelación. Si la complejidad del asunto lo ameritare, podrá el
tribunal citar para una audiencia de lectura de sentencia, a efectuarse dentro del quinto día,
contado a partir de la última audiencia, bajo responsabilidad disciplinaria si lo incumpliere”.
Comentarios
La norma es precisa, consiste en que podrán los Magistrados retirarse para deliberar (esto lo hemos
explicado anteriormente); y seguidamente darle lectura sobre su decisión, en esta audiencia y con la
lectura de la resolución las partes litigantes quedan debidamente notificadas, en esta audiencia se
tendrá que interponer la apelación oral que hemos explicado, sin perjuicio del deber de entregar las
copias escritas a las partes de la decisión dentro de los cinco días después de esta audiencia.
El Código de Familia vislumbra que si la complejidad del asunto lo ameritare el Tribunal señalará
nueva hora y fecha para una audiencia de lectura de sentencia, a efectuarse dentro del quinto día,
contado a partir de la última audiencia (audiencia única de apelación), bajo responsabilidad
disciplinaria si lo incumpliere. Nuevamente quiero señalar que difícilmente podrán las Salas de
Familia del Tribunal de Apelaciones posterior a la deliberación, notificar sus decisiones a las partes,
talvez en un futuro no lejano a medida que avancen y desarrollen mayores destrezas en las técnicas de
litigación y las pocas audiencias de vista resuelvan casi inmediato los Tribunales.
Capítulo XI.
Sumario: 1. Procedencia del recurso de casación. 2. Características del recurso. 3. Del escrito de
ampliación del recurso de casación. 4. Motivos para interponer el Recurso de Casación. 5.
Competencia. 6. No suspensión de los efectos de la sentencia. 7. Tiempo para la resolución del
Recurso de Casación.
391
Jaime Alfonso Solís Romero
existencia de un doble grado de órganos jurisdiccionales, cada uno de los cuales tienen unas
atribuciones determinadas que, en relación con las posibles fases y el estado de cada proceso en
concreto, se traduce en la competencia funcional, conforme a los cometidos poderes, propios de cada
clase de órganos, su posición jerárquica relativa. En este contexto se considera que en materia de
familia es esencial que exista la doble instancia, por la necesidad general de que existan controles
para los actos de los órganos detentadores del poder, sin embargo, en un Estado de Derecho no es
afectado que se obvie la segunda instancia respecto de las sentencias definitivas, al contrario, se
cumple con el principio de pronta y cumplida justicia.
Principios que rigen la impugnación
Los principios que rigen el Sistema impugnativo son diversos y no se puede hacer una enumeración
taxativa de ellos debido, a su constante evolución. Según el autor Enrique Vescovi los que denomina
principios de carácter político que rige el sistema impugnativo, se considera que sirven como
parámetro fundamental para ciertas situaciones peculiares que se presentan en un proceso, sobre todo
cuando se observan vacíos legales en nuestras leyes. 1. Principio de Doble grado de Jurisdicción o
Doble Instancia, actualmente se acepta la doble instancia y el tercer grado de jurisdicción. 2.
Principio de Personalidad. “Como una emanación del principio dispositivo que predomina en todos
nuestros derechos, surge el de la personalidad de los medios impugnativos, que significa que la
impugnación se da en la medida en que una parte la plantea y con respecto a ella, y no a otros sujetos
procesales”, el principio opuesto a este es el de Efecto Extensivo de la impugnación que da la
posibilidad que la decisión pueda alcanzar a la parte que no ejerció el recurso y que está en la misma
situación del recurrente. 3. Principio de Recuribilidad. Desde el punto de vista de este principio
solamente ciertos actos o resoluciones se pueden impugnar, es decir serán impugnables únicamente
cuando sean trascendentes o relevantes dentro del proceso. 4. Principio de la Limitación de la
Recuribilidad. Cuando se niega el recurso de la sentencia principal, consecuentemente serán
irrecurribles las demás decisiones del proceso. 5. Principio de la Singularidad del Recurso. Este
principió nos indica que en cada caso corresponde un recurso y no puede ser interpuesto si no uno por
vez. La ley de cada país es la que va a determinar si se puede o no interponer dos recursos a la vez. 6.
Principio de Especialidad de los Recursos. Este Principio es el mismo, o por lo menos subsume, al
principio que señalan algunos autores de la adecuación de los medios impugnativos, según el cual
para cada resolución hay un recurso especial. 7. Principio de irrenunciabilidad de los recursos. Este
principio se da como consecuencia del carácter de orden público que tienen los medios impugnativos,
por lo que no puede renunciarse a ello anticipadamente.
392
Jaime Alfonso Solís Romero
Ordinarios, con excepción de aquellos países en que se reconoce el recurso de casación per-saltum,
esto significa la omisión de una de las instancias en aquellos casos permitidos, que equivale a decir
que no es preciso los medios impugnativos ordinarios. Respecto a esta característica del Recurso de
Casación, las corrientes modernas y algunas legislaciones lo consideran como Recurso Ordinario.
Otro aspecto que le da el carácter de extraordinarios, es el hecho que, en relación a los otros medios
impugnativos, esto sólo se autoriza por motivos y resoluciones preestablecidas en la ley, que no
pueden ser ampliados ni extendidas por interpretación analógica. Este recurso en contraposición con
los ordinarios, limita las facultades al Tribunal Ad-quem, obligado a decidir sobre las cuestiones
estrictamente de derecho. 3. Es un recurso limitado: Como consecuencia de la extraordinariedad del
recurso, el órgano jurisdiccional no puede conocer de los problemas litigiosos en los mismos
términos de amplitud en que lo hicieron los tribunales de instancia. 4. Es un recurso de rigor formal y
estricto derecho: Exigencia de interposición, tramitación y resolución del recurso, por otra parte, a la
Sala le está vedada la investigación de los hechos. En atención a esta característica, en casación se
plantean estrictamente cuestiones de derecho, y no cuestiones de hecho, es decir, se trata de un
proceso de impugnación destinado a rescindir un fallo judicial por razones “estrictamente jurídicas”,
y no por razones fácticas, por lo que quedaría fuera de la casación todas aquella motivaciones en que
se pretendiera la eliminación y sustitución del fallo impugnado a base de su desajuste con el derecho
objetivamente considerado, sino su desajuste con los hechos, tal como realmente existieron. Por esa
razón se reafirma que la institución de la casación se perfila como una figura de significado
netamente jurídico, porque sólo las cuestiones jurídicas tendrían acceso a ella. Así mismo la actividad
de las partes y la actuación del tribunal están limitadas al planteamiento, examen y decisión de la
cuestión relativa a la aplicación de las normas jurídicas en el enjuiciamiento de fondo realizado en la
sentencia sin alcanzar a los hechos. 5. Es un Recurso Supremo: Que se ventila ante el grado más alto
de la jerarquía judicial, en él no existen ninguna controversia entre el actor y el demandado, apelante
y apelado, recurrente y recurrido: simplemente es un litigio entre la ley y la sentencia recurrida. Al
respecto Jaime Guasp, haciendo referencia a la casación sostiene que es el recurso supremo más
importante que suele conocer cualquier derecho positivo, por esa razón tiene que conferirse su
conocimiento a un órgano jurisdiccional, único y último. La casación no es, ni podrá ser conocida por
el propio Juez que dictó la resolución impugnada, ni siquiera por su superior jerárquico, sino que, por
razones de esencia, tiene que ser confiada a un órgano jurisdiccional con carácter supremo, es decir,
de carácter singular para todo un territorio jurídico. 6. Competencia Única: La competencia para
conocer del Recurso de Casación en Materia de Familia, se le ha atribuido en forma única y última a
la Sala de Familia y/o Civil de la Corte Suprema de Justicia, 7. No constituye instancia: La casación
no constituye una nueva instancia capaz de provocar otro examen del asunto; sin embargo, esta ofrece
semejanzas de grado y jerarquía con la Tercera Instancia; aunque entre una y otra institución hay
fundamentales diferencias, porque la casación tiene un objeto procesal bien definido, el cual es
someter a examen crítico la resolución impugnada, es decir su objetivo es hacer un riguroso examen
de la sentencia, a la luz de la lógica jurídica e impide al Tribunal de Casación el conocimiento de todo
nuevo hecho que cualquiera de las partes pretenda incorporar durante la sustanciación del recurso. La
diferencia esencial entre casación e instancia radica en que esta última supone, de parte del juzgador,
un juicio (en sentido subjetivo de la palabra) tanto sobre el contenido de hecho o fáctico, como sobre
el aspecto de derecho o lo puramente jurídico del proceso; en tanto que la casación es siempre un
juicio de derecho.
La procedencia del Recurso de Casación está dada por el conjunto de los requisitos (forma y fondo)
necesarios para que pueda el tribunal superior pronunciarse sobre el fondo de la impugnación. La
resolución en sentido positivo se llama concesión del recurso y la negativa, que lo rechaza,
declaración de improcedencia. Será admisible el Recurso de Casación si ha sido interpuesto contra la
393
Jaime Alfonso Solís Romero
Sentencia emitida por la Sala Civil o de Familia del Tribunal de Apelaciones en la audiencia de
lectura de sentencia y pronunciando la frases de manera oral; “solicito que se tenga por interpuesto el
recurso de casación contra esta sentencia, el que estaré ampliando en los términos de ley, esta es la
manera sencilla y accesible que el legislador redactó para la admisibilidad del recurso de casación por
los Tribunal de Alzada existente en el país. (forma y término) y prescritos por quien pueda recurrir
(por la parte que lo intente); es decir, el recurso debe reunir requisitos formales de modo, lugar y
tiempo, todos ellos deben rodear a la interposición del recurso como acto procesal. No olvidando que
el recurso debe constar en el acta de audiencia y que permitirá ampliarlo por escrito ante la Sala de la
Corte Suprema de Justicia en el término de quince días hábiles contados desde el día siguiente al de
la notificación respectiva; estos requisitos están contemplados en la disposición anterior y esto
significa que la ampliación del recurso se realizará por escrito y se presentará, ante la Sala de Familia
de la Corte Suprema de Justicia, en el término antes dicho. La inobservancia de esta regla produce la
firmeza de la sentencia de apelaciones. Será inadmisible un escrito de ampliación del recurso de
casación si antes no hubo interposición oral del recurso, en la audiencia única de apelaciones.
395
Jaime Alfonso Solís Romero
comprender: a) la omisión de un requisito exigido por la ley; b) la omisión de un acto o serie de actos
que la ley exige; c) el cumplimiento de un acto de manera distinta a lo que la ley establece; d) el
cumplimiento inoportuno de un acto, ya sea antes o después del momento procesal señalado por la
ley. Lo anterior nos permitir ubicar el primer motivo casacional regulado por el C. de Familia, como
motivo de fondo o por infracción de la ley o bien in iudicando así: que la violación notoria de
derechos humanos en la actuación de las autoridades judiciales, no es más que la violación en la
sentencia de las garantías establecidas en la Constitución Política o en tratados y convenios
internacionales suscritos y ratificados por la República, y, cabe recordar que es la constitución
política en su artículo 46 que reconoce la plena vigencia de la Declaración Universal de los Derechos
Humanos, la Declaración Americana de Derechos y Deberes del Hombre, el Pacto Internacional de
Derechos Económicos, Sociales y Culturales, el Pacto internacional de Derechos Civiles y Políticos
de la
Organización de las Naciones Unidas y la Convención Americana de Derechos Humanos de la
Organización de las Naciones Unidas y Convención Americana de Derechos Humanos de la
Organización de Estados Americanos. Estas convenciones o tratados incluyen en sus normativas
reglas reguladoras del debido proceso que recogen también los arts. 33 y 34 de la misma Constitución
Política al establecer ciertas garantías procesales para las personas que enfrentan cargos penales. De
tal manera que las violaciones a estas normas en el proceso de familia, deben ser amparadas en esta
causal especifica. Agregado que la amplitud descrita de la causa debe incluirse el irrespeto o la
inobservancia como sinónimo de desconocimiento, desobediencia o falta de aplicación de las normas
de derechos humanos que son normas de derecho positivo. No se trata de un error en el modo de
aplicarla, sino de una omisión de cumplirla. Además de la errónea aplicación como es la inadecuación
o falta de correspondencia de la norma aplicada con el caso concreto, es decir, una norma es
observada o cumplida, pero no es la que debe aplicarse, o es aplicada con una mala interpretación de
su mandato. En definitiva, la errónea aplicación implicará siempre una inobservancia y viceversa.
En el segundo motivo para fundamentar el recurso de casación que refiere sobre la protección del
interés superior jurídico del niño, niña o adolescente, lo considero como un motivo mixto; es de
forma y de fondo, puede vulnerarse por razones de que él Tribunal a quo aplicó incorrectamente la
Ley sustantiva, al inobservar los derechos, garantías del niño, niña y adolescentes, u utilizó o aplicó
mal, quebrantó el procedimiento y de tal manera que violentó, disminuyó o limitó equívocamente los
derechos del niño, niña o adolescente. Lo anterior lo sustentamos de la prioridad en la situación de los
hijos, hijas y adolescentes referida a la interpretación de las normas velando el interés superior
previsto en el Código de Familia y art. 3 de la Convención sobre los Derechos del Niño; debemos
llegar al entendimiento de que los administradores de justicia, estamos obligados a precautelar los
derechos y garantías fundamentales de los niños, niñas y adolescentes, precisamente en previsión de
ello está determinado por ley la existencia de jueces, juezas especializados en la materia, a los fines
de resolver conflictos suscitados en las que se ven involucrados los derechos en este caso, niños,
niñas y adolescentes, jueces y juezas que obligados por su experiencia, especialidad y sensibilidad
deben proteger la salud integral de los menores, es decir, tanto física, emocional, social y psicológica,
a fin de que la ruptura de la unión de sus progenitores niños, niñas y adolescentes les afecte lo menos
posible. Para el efecto anterior, los tribunales de instancia, tienen la obligación de resguardar el mejor
interés de los menores, cuando éste es producto de presiones, manipulaciones u otro tipo de agresión
externa o interna por parte de los actores, y adoptar determinaciones para resguardar los intereses del
niño, niñas, determinación que se adoptará en sujeción a los informes especializados que se hayan
producido y que en definitiva reflejan el estado emocional de esos niños o niñas.
5. Competencia (art.552).
396
Jaime Alfonso Solís Romero
“Será competente para conocer el recurso de casación, la Sala de Familia de la Corte Suprema
de Justicia. La Sala de Familia en la Corte Suprema de Justicia, revisará el actuar del Tribunal
de Apelaciones, con base a los escritos de partes y expediente del caso, para determinar si lo
actuado es o no apegado a derecho, en base a lo cual fundará su fallo”.
Comentarios
El recurso extraordinario de casación por su ámbito de competencia objetiva y funcional le
corresponde a la Sala de Familia de la Corte Suprema de Justicia en su defecto a la Sala Civil y de
Familia por Ministerio de Ley, y como hemos advertido su potestad está basada en revisar la
controversia entre la Ley y la sentencia emitida por las Salas de los Tribunales de Apelaciones del
país y no sobre los hechos.
397
Jaime Alfonso Solís Romero
siguientes a la fecha de la sentencia resuelta. Esta notificación deberá efectuarse en el lugar donde las
partes señalaron subsiguientes notificaciones sin olvidar que deben hacerlo en Managua.
Capítulo XII.
123
38. Medidas de Ejecución. El Código de Familia, ordena a las autoridades judiciales que conocen en materia de Familia, hacer uso de las medidas de
ejecución, tendientes a garantizar que lo resuelto se cumpla con una alta formación humanista. ¿Puede la autoridad judicial acoger esos pequeños ajustes
de forma, en la audiencia fijada para tal efecto? En concordancia con el artículo 558 del Código de Familia. Se considera: Siempre y cuando se conserve
la naturaleza del proceso de ejecución y no se vulneren los derechos de niños, niñas y adolescentes, o de personas en situaciones de vulnerabilidad es
adecuado que se ajuste, de acuerdo a su grado de solvencia intelectual. Se instruye: Deben admitirse todas las medidas persuasivas que contribuyan al
cumplimiento pacífico de la resolución, observando en su actuación no violar los derechos que se tutelan y lograr la efectividad de lo ordenado.
2. Sujetos legitimados a solicitar ejecución de sentencia (art. 556).
“La ejecución se realizará a petición de las partes o por las instituciones del Estado que hayan
participado en el proceso, salvaguardando intereses de las personas con especial protección de
las que habla este Código, o de oficio, cuando la autoridad judicial considere racionalmente,
398
Jaime Alfonso Solís Romero
que evitará o disminuirá, daños morales o materiales para las personas cuyos derechos se
consagran en la resolución a ejecutar”.
Comentarios
Los sujetos procesales o sea las partes del proceso que por naturaleza fueron los causantes del pleito
legal pueden solicitar la ejecución de la sentencia, las Instituciones del Estado que hayan participado
en el proceso, la Procuraduría o bien el Ministerio de la Familia, inclusive el judicial de manera
oficiosa cuando considere racionalmente que evitará o disminuirá, daños morales o materiales para
las personas cuyos derechos se consagran en la sentencia; la verdad que en asuntos de familia no hay
límite cuando se trate de hacer valer derechos o ampararlos, en razón como hemos justificado a la
protección de los sujetos de quien pueda pedir o ejecutar la resolución. Lo importante es la ausencia
de prelación o primacía a pedir la ejecución. La sentencia a ejecutar puede ser de contenido
económico o de ejecución dineraria como el que resulte el deber de entregar dinero, pensión
alimenticia, compensatoria per raó del treball, etc. O aquellas sentencias que no son de contenido
económico que la doctrina señala como de ejecución no dineraria, y que la normativa aplicable para
el cumplimiento de medidas sobre guarda y custodia o régimen de visitas estará dentro del concepto
de condena a un hacer personalísimo.
3. Inmediatez de la ejecución (art. 557).
“Para la ejecución bastará que quien la inste, presente la resolución cuya ejecutoria le interesa,
o haga referencia al expediente judicial, en que se encuentra. Siendo legítima y teniéndola a la
vista la autoridad judicial procederá a hacer valer los derechos consagrados, a la inmediatez
que la naturaleza del acto a ejecutar permita, salvo que se hubiere fijado algún plazo para su
cumplimiento, el que se respetará. Todo se hará constar en una resolución que dictará la
autoridad al efecto, la que determinará expresamente los términos y medidas de la ejecución”.
Comentarios
Apartado del lento y tendencioso proceso de ejecución de sentencia atado al formalismo excesivo de
antaño, vemos ahora deslumbrar una ejecución flexible y práctica, la primera porque se basta con que
el interesado (sujeto procesal, institución del estado), presente ante el judicial que la dictó, la
sentencia firme o de aquellas que pueden ser ejecutoriadas aun no estando firme y lo permite el
Código de Familia), ya que solo exige que el interesado realice una referencia del expediente judicial,
en que se encuentra la sentencia. Y la practicidad enmarcado que el judicial sólo comprobará que
efectivamente esa sentencia fue dictada por su autoridad, en esa hora y fecha, que son las mismas
partes procesales, que el contenido no está alterado, y que la causa de pedir está vigente (inmediatez
de su ejecución), constatando que la sentencia no tiene plazo o condiciones para su cumplimiento; en
fin, requisitos mínimos que aseguren su ejecución (legitimidad de la sentencia); comprobado los
requisitos el juez o jueza de familia dictará una resolución donde se hará constar expresamente los
términos y medidas de la ejecución. Estas medidas están reguladas en el art. 558 que más bien están
presentadas a manera de cuidado al decretarlas, lo que permite que el judicial utilice su mayor
ilustración académica, humana, prudencia, criterios morales, principios generales del derecho,
ciencia, capacidad, psicología común, etc., con el objetivo de efectuar una acción legal que no dañe o
pulverice derechos que se desean salvaguardar.
5. Inscripción de sentencias en el Registro del Estado Civil de las Personas (art. 560).
“Cuando se haya declarado en la sentencia, la disolución del vínculo matrimonial, la nulidad
del matrimonio, o cualquier modificación de la filiación de una persona, o la suspensión o
pérdida de la autoridad parental, así como la que ordena el nombramiento de un tutor o tutora;
una vez firme la sentencia, la autoridad judicial de oficio, enviará al registro correspondiente,
dentro de los cinco días siguientes a esa firmeza, la debida certificación de la resolución, con
indicación de la ubicación del asiento a modificar y la expresa manifestación de que la sentencia
está firme”.
Comentarios
La disposición jurídica no merece mayor elogios por su claridad y solo podemos expresar para la
inscripción de la sentencia emitida por el judicial ante el Registro del Estado Civil de las Personas
debe cumplirse los siguientes requisitos formales: a) Firmeza de la sentencia, b) Certificación de la
sentencia, c) Indicar la ubicación del asiento a modificar, d) De manera oficiosa, e) Deberá enviarse
dentro del plazo de los cinco día de siguientes a esa firmeza, f) La expresa manifestación de que la
sentencia está firme. Ahora bien, no en todas las sentencias de familia se inscriben en el competente
Registro sino en aquellos que ha recaído sentencia a saber: a) La disolución del vínculo matrimonial,
b) La nulidad del matrimonio, c) Cualquier modificación de la filiación de una persona, d) La
suspensión o pérdida de la autoridad parental, e) La que ordena el nombramiento de un tutor o tutora.
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Jaime Alfonso Solís Romero, se graduó de Licenciado en Derecho en la Facultad de Ciencias
Jurídicas y Sociales de la Universidad Centroamericana, hizo estudios de Maestría en
Derecho de Integración y Comercio Internacional, ha realizado múltiples Postgrados, Curso
de Especialización y Diplomados en materia Civil, Procesal, Penal, Derechos Humanos,
Género y Masculinidad. Se desempeñó como Coordinador de la Facultad de Derecho de la
Universidad Centroamericana y de la Universidad Americana, catedrático titular en pre
grado y postgrados en diferentes Universidades del país en materias de Introducción
Estudio del Derecho, Bienes, Personas y Familia, Derecho Penal y Procesal Penal, así como
Profesor del Instituto de Altos Estudios Judiciales en materia Penal y Procesal Penal. Ha
escrito diferentes obras, las que se destacan la “Libertad Condicional”, “Trata de Personas”,
“Bienes”, “Teoría y Práctica del Derecho Familiar” y autor de diferentes artículos
periodísticos publicados en materia de Derecho. Fue Procurador Auxiliar Penal del
Departamento de Managua, Mediador de la Dirección de Resoluciones Alternas de
Conflictos y Juez titular del Juzgado Cuarto de Distrito Penal de Juicio en Managua,
actualmente es Magistrado Presidente del Tribunal de Apelaciones de la Circunscripción
Central.