Está en la página 1de 2

Belkys Rodríguez Mora, 4º de ESO.

I.E.S. Augusto González de Linares.

Cada situación es un nuevo aprendizaje

Abrí mis ojos y recién empezaba a amanecer. El cielo tenía aquel color
característico de un crepúsculo. Estaba dando apenas el reloj las 7:50 cuando
aquella voz familiar me distrajo de mi contemplación.
- Buenos días, Jen. Debes empezar a alistarte para ir al instituto, no querrás
dar una mala impresión tu primer día. – dijo mi madre desde la distancia.

- Ya voy. – Respondí e inmediatamente me levanté para decidir mi atuendo.


Realmente, no era mi primer día. De hecho, ya estaba por mi segundo
trimestre de primero de bachillerato en Valencia cuando mi padre, un
abogado de renombre, decidió que nos mudaríamos a Madrid. Ya que, al
parecer, aquí cobran menos impuestos, por ende, le saldría más rentable.

Camino al colegio mi padre estuvo hablando de lo bien que le iba en cuanto a


ganancias pagando menos impuestos. Honestamente, no me sentía de acuerdo
con él, yo creía que si pagaba más impuestos por algo sería. Además,
estábamos perfectamente bien en Valencia, de hecho, podría decir que nos
podíamos dar lujos, entonces no sentía que todo esto fuera necesario.
Mi padre enmudeció repentinamente cuando el coche cayó en un bache
profundo. Ambos nos miramos durante unos minutos con cierta preocupación
hasta que una voz interrogó;
- ¿Están bien? no es la primera vez que sucede esto. De hecho, ya es
usual. Soy Rosa, vivo justo al frente.

- Estamos bien, gracias. – respondí –¿Podría preguntar por qué sigue


sucediendo si ya ha pasado anteriormente? Es un gusto, por cierto. Soy
Jennifer y él es mi padre, Jesús.

- Igualmente. Es muy común ver calles deterioradas por aquí, ya que, el


gobierno dispone el poco dinero de los impuestos para cosas que
consideran más necesarias. Por lo tanto, las reparaciones suelen ser muy
tardías.

- Entiendo, es una pena. A pesar de que en esta ocasión no ha pasado a


mayores, podría haber resultado peor. – le comenté a Rosa.

- Sí, hemos informado este tipo de caso en más de una ocasión, pero
siguen sin tomar cartas en el asunto. Pero bueno, debo irme a trabajar,
les recomendaría llamar una grúa. Les deseo suerte.
Belkys Rodríguez Mora, 4º de ESO.
I.E.S. Augusto González de Linares.

- Muchas gracias por todo, Rosa, fue un placer.

Después de todo lo sucedido estábamos en casa, al parecer, no había mucho


que hacer. Ya que, el estado en Madrid no pagaba el seguro contra estos casos,
por ende, tendría que correr por cuenta de mi padre. Y, al ser un caso continuo,
tampoco se podía justificar la falta de mi padre, debido a que por todo lo sucedido
no pudo ir al trabajo, por ende, no le pagarían ese día. Además, había logrado
llegar en taxi a mi instituto, el cual, por cierto, no contaba con calefacción y estaba
algo deteriorado. Sin embargo, los profesores habían decidido no ir debido a que
no se les estaba pagando lo suficiente, ya que, nuevamente, el pago de los
salarios también dependía en gran parte de los impuestos.
Mi padre admitió que terminó pagando más en todos los daños del coche que lo
que pagaba de impuestos en sí. Estuve hablando con mi padre acerca de todo
lo sucedido, y ambos concluimos en que pagar impuestos era más importante
de lo que creíamos. Decidimos publicar nuestra historia en internet, para intentar
crear consciencia acerca de esto. Hemos creado campañas de donación para
estos sitios de Madrid y algunos otros lugares, las cuales han tenido éxito, por
cierto. Mi padre no se ha mostrado inconforme con nada relacionado a impuestos
desde entonces.
Aunque al principio no estaba convencida de ir a Madrid, actualmente agradezco
el haberlo hecho. Descubrí que cada situación es un nuevo aprendizaje, además,
me he interesado más en la economía, y no solo en la importancia de pagar
impuestos, sino también de entender por qué pagamos cada uno de estos
impuestos y cómo sería una ciudad en que no se pagase impuestos. Finalmente,
continue mis estudios en Valencia y ahora estoy pensando en postularme para
estudiar Administración Pública.

También podría gustarte