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Buenos cristianos
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La meta del Sistema Preventivo de San Juan Bosco es formar buenos cristianos y
honrados ciudadanos.
que posibilita conocer y vivir la misión personal, en comunión con Dios y con los santos. Vivir
en la comunidad mística es la tarea de todo cristiano que se diga tal, solo Dios puede dar al
aspirar a menos, está llamado a una misión grande, por eso, debe tomar una decisión, debe
entregar su vida a Dios por completo para vivir en misión, evitando el mal con todas sus
fuerzas.
ambiente en que se encuentre. Por eso, afirmamos que toda la vida es misión. La misión
personal integra todo, lo que no tenga que ver con la misión personal se debe soltar, es
pérdida de tiempo, no da frutos, la pesca milagrosa requiere echar las redes hacia el otro
lado.
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Si estamos en una tarea por años sin avanzar, es que no conocemos nuestra
misión. Si vivimos desde nuestra misión personal somos las personas más productivas,
porque no trabajamos solos, trabajamos siendo dos. Dios nos muestra los caminos nuevos,
los atajos para avanzar más rápido, es más, como dice Edith Stein: “soy llevada, Dios me
lleva”, “yo sé lo que es vivir siendo sostenida por dentro”, con esta ayuda divina la filósofa
escribió obras estupendas, novedosas, profundas, en gran cantidad. Ella, que falleció a los
50 años, escribió inspirada por Dios, textos profundamente armónicos e integrados. Esta es
la diferencia con autores relativamente jóvenes, o no tan jóvenes, que publican libros en
cantidad, sus libros están vacíos y desintegrados. Las personas los compran, las editoriales
los avalan, pero, la calidad y la veracidad de sus textos es muy baja. ¿Por qué las personas
los compran y consideran a esos autores (los hay en todas las disciplinas) grandes
intelectuales? Porque no los leen desde la cadena del mal. Si los leyeran teniendo en mano
este simple recurso los verían, verían sus corazones heridos, sus enfermedades, su falta de
armonía, en fin, su desintegración. Ya hemos profundizado en este tema con autores como
Paul Ricoeur, María Montessori, Boris Cyrunik, Luigi Cancrini, Inès Ordoñez de Lanus, el P.
Gustavo Jamut, Francesc Torralba. Aunque hayan creado teorías, todas están desintegradas,
por ende, no son teorías verdaderas. Lo mismo puede decirse en relación a los videos y
charlas que hemos analizado, se trata de intelectuales, todos hablan de Dios sin vivir en
respaldaba esta frase con su vida, hizo obras imposibles sin contar con una moneda. Todas
sus obras están integradas a su misión, por eso, su vida fue grande y fructífera en Dios. Don
Bosco invirtió su vida para dar frutos en Dios, de lo contrario los frutos serían para el mal.
personal, esa que nos hace originales, que hacemos con gusto, con agrado, con amor. Esa
misión que nos deja vitalizados, con ganas de hacer más y más, que nos aporta dicha y
alegría, que nos da paz y nos produce placer. Lo que no va por este camino, no es nuestra
misión.
La misión personal
misión personal. Este proceso se inicia con el conocimiento de la misión propia por el
Sistema Preventivo. Este aporte es muy luminoso y nos ahorra mucho tiempo porque nos da
vida, pero, no se ve nada en particular, solo se sabe que uno está siendo llamado a algo
grande.
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una experiencia, comienza encarnada. Esto significa que se dan vivencias novedosas en la
pueden dejar de atender. Son vivencias interiores que perturban por su novedad. Esto
significa que se ha comenzado a ser dos, porque esas vivencias son las vivencias del Otro
en nosotros. Es decir, Dios es una persona real que nos está hablando de un modo nuevo,
nos está contando su modo de ver la realidad. Nosotros no entendemos nada, pero,
recibimos esas mociones como recibimos todo lo que llega de Dios a nuestra vida, como
Èl. Junto a estas mociones interiores aparecen otras mociones que se imponen, son la voz
herida. Al sanar, ya ha recibido por parte de Dios su misión (la recibió, pero, no era clara para
èl), simplemente dijo “Sí”, incorporó a Dios, lo dejó ingresar a su vida y Dios le habló con
mociones interiores. Estas mociones interiores eran una novedad en la vida de san Ignacio,
seguramente se desconcertó, habrá creído que estaba loco, pero, no podía no escucharlas,
eran demasiado evidentes para él. Siguiendo estas mociones se encaminó hacia Tierra
Santa, las mociones le decían que tenía que vivir literalmente la vida de Jesús, era imposible,
pero, fue y realizó lo que tenía que hacer, contra su voluntad, contra su sentido común,
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contra todo miedo y haciéndose violencia a sí mismo. Su vida se volvió tan insoportable que
se quiso suicidar. Él sabia que Dios no es tirano, que Dios no es así, sin embargo, no podía
esta experiencia? ¿Dios es tirano? Esta experiencia debe leerse desde los mensajes
positivos y negativos. El mensaje de Dios era positivo, algo así como: “te voy a acompañar
para que descubras tu misión”. Pero, Ignacio, también recibía mensajes negativos, esos
sacrificios, San Ignacio, logró tramitar los mensajes negativos que le llegaban de sus
autoridades. Esas mociones que seguía el santo eran las órdenes de sus autoridades, que,
como vemos, eran sádicas. Dios lo acompañó a tramitar esas voces. Así, San Ignacio,
accedió al discernimiento de espíritus: “Si es de Dios quedo consolado, si es del mal quedo
misión. Esas primeras experiencias ya son nuestra misión. Esas primeras experiencias
pueden durar algunos pocos años, luego de los cuales, seguiremos recibiendo vivencias
nuevas, pero, no nos pondrán en crisis. Los mensajes de nuestras autoridades seguirán
estando y nos llegarán con la misma fuerza. Cuando decimos “fuerza”, nos estamos
refiriendo a que nos llegan como mociones interiores que debemos obedecer como si
nacieran de nuestra propia voluntad, son fuerzas que por lo general no se cuestionan.
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Pensemos en San Ignacio, se encaminó a Tierra Santa decidido, iba con fuerza a realizar lo
imposible, sabía que era un martirio, pero el mensaje era más fuerte. Mientras tanto Dios le
hablaba, le decía “no quiero que te martirices, quiero que escuches mi voz porque esa es tu
misión, quiero que vayas a Tierra Santa porque allí te voy a enseñar a encarnar unos
ejercicios que te harán muy feliz”. San Ignacio, escuchó a sus autoridades y realizó todo tipo
de sacrificios, luego harto, escuchó a Dios y no se mató. Además, al escuchar a Dios, pudo
darse cuenta de su error y se fue de Tierra Santa hacia un nuevo lugar. Se fue a vivir a una
cueva, lugar al que Dios no lo envió, seguía nuevamente la voz de sus autoridades que lo
enviaban al martirio. Pero, esta vez tenía mayor claridad, Dios es bueno, Dios consuela. Sin
embargo, santo como era, no podía dejar de obedecer a sus autoridades. Esa cueva, le dio a
San Ignacio la oportunidad de escribir. Como esa escritura era su misión encarnada, era
exactamente lo que Dios le pedía, fue asistido por una gracia especial, escribía solo lo que
Dios quería revelar y nada más, en sus escritos las órdenes de sus autoridades no
ingresaban, por pura gracia. Así, San Ignacio, se dio cuenta del contraste entre lo que
escribía, una reglas simples que ayudaban a descubrir la voluntad de Dios, y su vida que era
4. La misión toma forma, se hace rutina, se integra cada vez más a la propia vida y
mostrando la verdad, la persona se espanta. Luego, hay que hacer lo que Dios manda, la
persona obedece a Dios y a sus autoridades. La acción de Dios aparece cada vez más clara
en la persona, el modo de Dios va tomando forma, se puede escribir, contar lo que se vive y
cada vivencia tiene relación con lo ya vivido, como quien va paso por paso, la persona sabe
que avanza, está menos inquieta, la relación con Dios va tomando una forma específica,
Dios se hace íntimo: Dios tiene una claridad, un gusto, un olor, un sabor, unas maneras, una
belleza propias. Las otras voces siguen llegando, pero, se sospecha que no es Dios quien
habla, aunque, no se puede dejar de tramitar lo que esas voces envían. En esta etapa, la
misión toma forma, por ejemplo, se llama “Ejercicios Espirituales”. Esa es la misión, parece
un pequeño librito, pero, llevó años vivirlo, descifrarlo, comprenderlo y testimoniarlo. Para la
pesa, solo se puede vivir enamorados y agradecidos por haber sido elegidos para una misión
tan noble y trascendente, para vivir una vida fecunda y verdaderamente transformante de la
realidad. Esta vida no es solo para San Ignacio, pero, él dijo Sí y otras personas de su época,
igualmente llamadas, prefirieron la vida plana. Cada cristiano tiene un llamado igual de
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grande, pero, no se atreve a decir Sí, y Dios llama solo una vez. Veamos un testimonio. Dios
me llamó a renovar la liturgia, y dije sí. Para renovarla necesitaría que algún sacerdote me
porque se trata de renovar la liturgia sin cambiar el ritual. Como no me dijo “no”, sino que
expresó una duda razonable, debía insistir. Para mi sorpresa, Dios me dijo que el Padre L,
debería tomarse una semana para hacer el acompañamiento salesiano porque tenía en su
computadora algunos escritos sobre San Agustín, que Él le dictó, porque esa es su misión
personal. Entusiasmada, fui a conversar con el Padre L, le dije que se tome la semana y que
Dios le pedía renovar a San Agustín para el siglo XXI, que debería escribir sobre esto. Él
escritos sobre la Santísima Trinidad que a Dios le interesan mucho. Su tarea era, tomarse
unos días, hacer el acompañamiento breve, descansar, recuperar esos trabajos, ordenarlos y
publicar, Dios haría el resto. Su respuesta fue “no puedo, porque tengo que estar con los
jóvenes y tampoco puedo en enero porque tengo actividades y hasta marzo del año que
viene tengo ocupado”. Entonces, la salesiana Claudia Onorato, escribió sobre San Agustín, y
renovó “De Trinitate” al estilo salesiano. Y no solo eso, sino que creó el Instituto de Vida
consagrada “Santísima Trinidad”, cuyo fundador sería el Padre L. junto a una joven de su
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comunidad. Y ahí está el Padre L. rezando en todas las misas por las vocaciones
misión que Dios nos pide de manera personal, se transforma en profecía. Las mismas
dificultades que encontramos para descubrir nuestra misión y para dejar a Dios actuar en
nuestra vida, son las mismas dificultades que nuestra comunidad deberá enfrentar al conocer
misión, porque ya la conocemos claramente, los demás, pasarán por las crisis que nosotros
ya hemos tramitado personalmente. Todo ese tiempo oscuro toma una nueva claridad,
sabemos en qué momento o en qué paso de la revelación nos encontramos porque vemos
cómo las personas reciben nuestra misión. Cada persona que recibe nuestro aporte
reacciona de manera única, además, para esa persona el aporte no es confuso, nosotros se
lo damos “procesado”, le damos la revelación directa para que le llegue como un chorro de
misericordia a su vida. El otro, lo recibe como algo más, como una cosa más entre tantas que
tiene que hacer. Pero, si se involucra, tiene que enfrentar las tinieblas de su corazón y decidir
viola, la contradice, la crucifica, porque no ve, simplemente no lo ve. Piensa que es ella la