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LA PARADOJA PRISMÁTICA
Los prismas muestran efectos sobre la visión binocular
en apariencia contradictorios, quizá esta sea una de las
razones por las cuales son los grandes olvidados.
BN BT BT
Si tenemos dos ojos no es por razones decorativas, disponer de la posibilidad de mirar con
cada ojo, de manera coordinada y simultánea, bajo ángulos distintos, nos permite percibir
Los lentes negativos permiten acercar la imagen a la persona con miopía y los lentes
positivos alejarla a las que son hipermétropes o padecen déficits acomodativos, pero restringir el
uso de las lentes a acercar y alejar no siempre es suficiente.
Resulta que somos tan bípedos como binoculares, si caminar de manera eficiente exige
coordinar ambas piernas, ver de manera eficiente exige coordinar ambos ojos y este
condición no se produce en el eje Z, sino en su plano perpendicular: en el plano XY.
Podemos establecer una analogía entre los Positivos y los prismas en Base Nasal por un
lado y por otro, entre los Negativos y los prismas en Base Temporal.
Sabemos que anteponiendo una lente positiva alejamos la imagen, igual que anteponiendo unos
prismas en base nasal creamos el efecto de que el objeto, sobre el cual convergemos, esté
más lejos. Si por el contrario anteponemos una lente negativa, acercamos la imagen igual que
con el prisma, en base temporal, creamos el efecto de que el objeto a mirar está más
próximo.
Pero como resulta que una cosa es el efecto de las lentes en condiciones monoculares y
otra la respuesta del sistema en condiciones binoculares: aquí aparece en todo su
esplendor la “paradoja prismática” y las tensiones intelectuales asociadas a su comprensión.
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2. APARENTES INCOHERENCIAS
Si los prismas desplazan la imagen hacia la arista, ¿por qué se prescriben a favor de la
foria?.Parece contradictorio que a un exofórico se le propongan unos prismas, en base
nasal, que aún le alejan más la imagen. Recordemos el paralelismo con los positivos en el
hipermétrope, llevamos la imagen más lejos para que pueda identificarla mejor, si nos pasamos
en positivos lo convertimos, a efectos ópticos, en miope. Igualmente, si nos pasamos en el valor
de prismas, en base nasal, lo convertimos en endofórico. Es fácil entender que el exceso de
positivos cree miopia, pero resulta más difícil entender que el exceso de prismas nasales
genere endoforia.
La clave está en cambiar el “chip”, hemos de pensar que el sistema visual es un sistema
dinámico, fluctuante y adaptativo, cualquier intervención refractiva monocular afecta a la
visión binocular y viceversa de tal modo que el mismo estímulo monocular puede crear
respuestas binoculares en apariencia contradictorias. Frente a una disfunción acomodativa, el
valor total de positivos requeridos monocularmente no se tolerarán en visión binocular si además
existe una exoforia. Un prisma, en base temporal, provocará una aducción evidente y en cambio
la respuesta binocular, frente a este mismo efecto, será de divergencia. La visión es un todo y
por tanto hemos de ir más allá del efecto óptico en condiciones monoculares, especialmente
en el caso de los prismas, lentes de extraordinaria utilidad para las disfunciones binoculares.
Todos los sistemas organizados tienden a la búsqueda del equilibrio, a la aspiración del
orden frente al desorden, del cosmos frente al caos. Veremos, desde la perspectiva de la
visión binocular, como funciona esta tendencia y como la respuesta del sistema visual frente a
los prismas es mucho más coherente de lo que aparenta.
3. ACERCANDO LA ZAHANORIA
La filosofía de prescripción de los prismas, especialmente en las disfunciones binoculares no
estrábicas, no es evitar el esfuerzo de fusión de las imágenes monoculares sino reducirlo, lo
que implica la presencia de unas reservas fusionales mínimas para poder cumplir su cometido. La
acción de los prismas cobra sentido en visión binocular, al crear el efecto de alejamiento o
acercamiento sobre el plano XY, desplazándolas monocularmente hacia sus aristas (en la
retina hacia sus bases), reducen el recorrido de compensación de la foria: este menor
recorrido anima al esfuerzo de fusión.
Por esa razón, la respuesta del sistema frente a esta nueva distancia que reduce el esfuerzo
de convergencia, con los prismas nasales, porque aleja la imagen y de divergencia, frente a
los prismas temporales, porque la acercan, es activarse binocularmente. Esta activación
provoca la convergencia con los prismas nasales y la divergencia con los temporales, la
paradoja se despeja porque el sistema no rechaza el efecto prismático a favor de la foria, sino
todo lo contrario, agradece la acción de descargar el esfuerzo de compensación de la
heteroforia para hacer el resto, completando un recorrido de vergencia mucho más asumible.
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4. LAS RESERVAS FUSIONALES COMPENSAN PERO NO EVITAN
La foria define la posición pasiva de los ojos, a partir de cierto valor se considera una
disfunción binocular, no estrábica porque va asociada a una mínima capacidad de
compensarse y por tanto de mantener cierto control binocular, lo cual no implica que afecte
a la comodidad, eficiencia y calidad visual o que, en determinadas condiciones, se
descompense y rompa en tropia.
Por esa razón, el uso de prismas en las disfunciones binoculares se hace a favor de la foria,
en la medida en que el prisma “invita” a las ojos a participar de la fiesta binocular con el
atractivo de reducir el recorrido de compensación. Este ofrecimiento de un esfuerzo menor pero
continuado de las reservas fusionales, será clave en la mejora funcional del sistema.
ESTIMULACIÓN INDIRECTA BN
Al proponer el uso de prismas en BN
alejamos la imagen lo suficiente como
para que el esfuerzo de compensación del
recorrido de la divergencia sea menor, al
“acercar la zanahoria” a la posición de
ESTIMULACIÓN INDIRECTA BT
Al proponer el uso de prismas en BT
acercamos la imagen lo suficiente como
para que el esfuerzo de compensación del
recorrido de la convergencia sea menor, al
“acercar la zanahoria” a la posición de
BT BT endoforia de los ojos, les animamos a que
vayan a recogerla, por tanto, desplazando
la imagen hacia dentro animamos al
sistema a la vergencia hacia afuera.
Los prismas de ayuda no envian las imágenes monoculares a la posición de foria, sino
que la acercan para reducir el esfuerzo de compensación y estabilizar la binocularidad.
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5. LA LUCHA CONTRA EL DESORDEN
La visión, como todo sistema organizado destinado a cumplir un propósito, está en continua
lucha contra el desorden. La búsqueda del equilibrio, frente a las demandas ambientales, podrá
actuar de dos maneras:
Una vez que el sistema está en equilibrio, sea o no tributario, podemos preguntarnos como
responderá su visión binocular frente a unos prismas que no necesita. Recordemos que si a un
emétrope le anteponemos positivos, a efectos ópticos, le convertimos en miope, igual que si le
anteponemos negativos le convertimos en hipermétrope.
BASE NASAL
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6. LA MEDIDA DE LA CAPACIDAD DE LUCHA CONTRA EL CAOS
Igual que con lentes negativos obligamos al ojo a acomodar para evaluar su amplitud de
acomodación, con los prismas en base temporal valoramos hasta que punto el ojo es capaz de
convergir para mantener la fusión, en el primer caso es como si cuantificáramos la capacidad
de compensar la hipermetropía y en el segundo caso de compensar la exoforia.
Del mismo modo, con los prismas en base nasal valoramos hasta que punto el ojo es capaz de
divergir para mantener la fusión. Esta capacidad de compensar la endoforia es lo que conocemos
como “reserva de fusión divergente o negativa”, en su evaluación con los prismas nasales
creamos una endoforia cada vez mayor para comprobar hasta que punto el sistema es capaz de
compensarla. Al alejar la imagen con los nasales, sin esfuerzo de vergencia, los ojos tienden a la
endoforia respecto al alejamiento del plano.
La capacidad de las reservas fusionales determinará el valor de los prismas de ayuda a la fusión,
unas reservas deficientes, manifestadas por la presencia de diplopia y/o supresió, podrán requerir
una ayuda prismática mayor para provocar el estímulo de compensación de la heteroforia.
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7. CUANDO EL CAOS SE HACE ORDEN
Hace unos años se popularizaron los
libros del “El ojo mágico”. Basados
en los estereogramas de puntos
aleatorios, ofrecían unas imágenes
tridimensionales ocultas, sólo
visibles haciendo un esfuerzo ocular
de divergencia respecto al plano de
fijación, por esa razón en las
instrucciones se explicaba que para
percibirlas teníamos que acercarnos
bastante la imagen y sin mover la
vista del centro irla alejando poco a
poco. Los exofóricos lo conseguían
con mayor facilidad que los
ortofóricos y muchos endofóricos, en
lugar de percibir la imagen en relieve
tal como estaban pensadas las
ilustraciones, las percibían en
profundidad por su facilidad en relajar
la visión binocular por delante del convergencia
por detrás del plano
plano del libro en lugar de por detrás.
Las primeras imágenes estereoscópicas de los libros de “El ojo mágico” estaban
construidas para percibir el relieve en exoforia respecto al plano de visualización
Autor del “Manual del Usuario de Gafas”(INDO 1995), de ” (Mi primer Manual Visual, varias ediciones en
castellano, catalán y eukera, Conóp ca, 1997,2005,2008,2009,2010,2012), del libro “Amigos Progresivos”
(CNOO 1998), de la colección visual infan l de 4 “Op cuentos” (Ars Médica (2000, 2001)). Las Gafas Perfectas:
manual profesional (Atenas Visión 2010, División Médica 2015), Vive tu Visión (Astoria Ediciones 2017). Autor
y director del primer programa de formación de Auxiliares de Óp ca, con el soporte docente del Centro de
Estudios técnicos sanitarios Ramón y Cajal de Barcelona (2000-2006). Autor de material profesional (cartas de
lectura, pósters para la evaluación de la agudeza visual para ambulatorios, material de divulgación…)
Colaborador en las ediciones del Libro Blanco de la Visión (Visión y Vida, 2003, 2006, 2009 y 2013) y del
Informe sobre prevalencia de miopía en España (2019).