Es la mañana de un lunes y Ernesto está sentado en su oficina. Las actividades del domingo lo dejaron cansado. Cualquiera se agotaría si tuviera que predicar, dedicarle tiempo a la congregación, participar en dos importantes reuniones del liderazgo de su iglesia y hacer una breve visita al hospital. Encima de todo eso, celebró una boda el sábado con el ensayo de la misma el viernes incluido. Apenas si le quedó tiempo para el juego de fútbol de su hijo y el primer recital de piano de su hija. El lunes no es un día fácil porque la agenda de esta semana está tan completa como la de la semana pasada. Si sus compromisos personales aún no representan para él una pesadilla, si lo será el calendario de la iglesia. Se le avecina un caos. Esta situación no es inusual en la vida de un pastor. Ernesto experimenta algo bastante común que lo obliga a tomar una decisión. Aún no lo sabe, pero es probable que los próximos meses determinen cómo será la salud espiritual y el rendimiento tanto de Ernesto como de su congregación durante los próximos diez años. Ernesto puede optar por hacer muchas cosas, pero debe hacer algo crucial: descubrir el enfoque correcto para él y su iglesia. Si fueras pastor de una iglesia, ¿a qué cosas, actividades dedicarías más tiempo? 1. ____________________; 2. _____________________; 3. __________________ Todo lo pensamos porque queremos que nuestra iglesia sea perfecta. Pero, ¿te has imaginado que características debería tener la iglesia perfecta? Piensa por un momento… ¿Qué características debe tener la iglesia perfecta? 1. _________________; 2. __________________; 3. _______________________ 4. ________________________; 5. _______________________ Más allá de las diferencias exteriores, las iglesias perfectas tienen en común ciertas características esenciales: Están repletas de personas apasionadas por Cristo, que dejan de lado el egoísmo, los intereses políticos y los compromisos personales para glorificar a Dios y cumplir el propósito que Él ha elegido. Son iglesias que tratan con respeto a sus pastores y les pagan salarios justos. Son iglesias que ofrendan con generosidad, evangelizan de manera incansable y enseñan la verdad. Son motivo de alegría y bendición para los miembros y las visitas, y un faro resplandeciente en la comunidad a la que sirven con tanta fidelidad. La iglesia perfecta es una fantasía que existe en nuestra imaginación, es una imagen idealizada que requiere inalcanzables criterios de armonía y unidad de pensamiento. Y si, por milagro, tropezáramos con la iglesia perfecta y fuéramos parte de ella, entonces dejaría de ser perfecta porque nosotros seríamos miembros de ella, ¡y no somos perfectos! La iglesia no es una fortaleza en medio de la comunidad, sino una puerta abierta de par en par por la cual entran personas que se abren paso a codazos con sus características culturales, sus prejuicios, su pecado, sus neurosis, su experiencia personal y todo su equipaje. Los miembros traen a la iglesia su naturaleza pecaminosa, del mismo modo en que la llevan al banco o al supermercado. Si nunca nadie hubiera pecado, nadie habría necesitado jamás de la iglesia. Hay una espectacular diferencia entre la iglesia del reino, la cual es perfecta, y la iglesia local, que es desastrosa. Fundamentos de la Naturaleza Esencial de la Iglesia 1. No hay iglesia perfecta. Si estás en busca de una, tratas de encontrar algo que no existe sobre la tierra, si bien es cierto que tanto las iglesias como los pastores deben esforzarse por alcanzar tanta perfección como sea posible (Fil.3:12-14). Al admitir que ninguna iglesia es perfecta, nadie te da a ti permiso para encogerte de hombros y contentarte con que "todos somos pecadores y hacemos lo que podemos". 2. La iglesia que puedes cambiar es aquella de la que eres miembro. No podrás desarrollar un plan efectivo para mejorar tu iglesia actual si a la vez estás concentrado en un plan de escape, si suspiras por una “mejor” iglesia que imaginas, o si añoras la que dejaste hace años. No debieras quejarse porque Dios te ha dado herramientas diferentes, sino que tu tarea consiste en edificar la mejor iglesia posible con las herramientas que tienes. 3. Toda iglesia exitosa es una iglesia con enfoque en el reino. En general, los líderes y los miembros de las iglesias tienen la atención dividida entre una gran diversidad de metas. Los recursos se ven fraccionados en una creciente cantidad de ministerios. Y al final, por procurar ir en varias direcciones al mismo tiempo, no van a ninguna parte. ¿A qué áreas creo que deben dedicarse tiempo, atención, recursos, oración, etc.? 1. _________________; 2. ____________________; 3. _______________________ En la oración modelo, Jesús nos enseñó a decir: "Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra" (Mat.6: 10). El reino de Dios que está en el cielo es perfecto y debemos orar para que la perfección celestial divina también sea en la tierra. Si nuestra iglesia tiene el enfoque en el reino, entonces somos parte de una iglesia cuya forma y dimensiones serán decididas por Dios. Una vez que reconozcas lo que eso significa podrás centrar la atención en el camino que tienes por delante. Es evidente que un rumbo será mejor que otro porque sabrás adónde vas. En vez de avanzar en medio de la niebla, verás las señales de la carretera con claridad. Cuando la iglesia tiene el enfoque en el reino, la meta es más importante que los métodos. Uno deja la búsqueda frenética de ese programa excepcional para la escuela dominical y se concentra en el destino final para uno mismo y para los miembros de la congregación. El enfoque en el reino para una iglesia debe provenir desde afuera de la congregación, nunca desde adentro. Esto se debe a que el enfoque de toda iglesia con éxito proviene del Dios del universo, del cielo, de su divina presencia y su eterna soberanía. Es un enfoque en el reino porque procede del Rey, y está respaldado y facultado por Él. La iglesia con enfoque en el reino es la que encuentra su pleno significado en el corazón de Dios y en su divino accionar para con nosotros, los que estamos en la tierra. La iglesia con enfoque en el reino cambia constantemente en todo sentido, excepto en su naturaleza y su función. Cada vez que alguien se une a la iglesia o se va de ella, esta se transforma en un lugar diferente. Este tipo de iglesia tiene una visión "bifocal", pues mira tanto hacia arriba, al cielo, como hacia abajo, a la tierra. Está constituida por santos que miran con reverencia al Señor y con comprensión a los demás seres humanos que con ellos se congregan. Mi propuesta más osada en cuanto al pensamiento común sobre cómo edificar una iglesia sana es este: nunca descubrirás el significado completo de la iglesia ni la senda hacia una iglesia sana y triunfante en los métodos, las conferencias ni en las presentaciones de proyectos. Sólo comprenderás de manera cabal cuál es la fuerza vital y la misión de la iglesia en el corazón de Dios y en la voluntad de Él para tu vida. Se requiere conocer el modelo bíblico de una iglesia y comprender cómo adaptar la iglesia a ese modelo bíblico, sea cual fuere el tamaño, la ubicación, los recursos, la historia o cualquier otra variable. Consiste en comprender dónde estás, con qué rumbo necesitas marchar y cómo reparar las cosas que se rompan en el camino. No nos engañemos, en el mundo ya hay muchas iglesias que no funcionan. Las personas entran y salen sin comprender jamás lo que es una iglesia local o cómo se supone que debe funcionar según el plan del reino de Dios. Los métodos y los programas son inútiles sin una comprensión bíblica fundamental de la iglesia.