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Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia; y todas estas cosas os

serán añadidas. Mateo 6:33


Desde pequeños, por lo general nuestros padres nos enseñaron la importancia de la
responsabilidad, los estudios, y el trabajo y sacrificio que debemos hacer para
conseguir buenos resultados y las cosas que queremos. Sin embargo, la palabra de
Dios enseña la verdadera prioridad del creyente.
Es decir, el creyente o la persona que busca a Dios no necesita preocuparse por otras
cosas, porque Dios tiene el control de su vida.
Buscar primero el Reino de Dios y su justicia significa que la voluntad de Dios debe ser
lo primero en la vida de las personas, en especial de los creyentes. Cuando una
persona busca el Reino de Dios por encima de todo, Dios suple todas sus
necesidades.
Jesús antes de decir busca primero el reino de Dios dejó claro por qué lo debemos
hacer.
Normalmente, la gente pone sus prioridades en la familia, la comida, la ropa, el dinero,
el éxito laboral, los estudios, la vida sentimental y una larga lista de cosas por encima
de Dios, sin embargo, esa no debe ser la prioridad del cristiano.
Jesús nos desafía a cambiar nuestras prioridades (Mateo 6:25). Y como creyentes
debemos poner la mira en las cosas de arriba donde está Cristo sentado a la diestra
de Dios, es entonces cuando verdaderamente podremos caminar en el Espíritu de
Cristo y no es nuestros deseos carnales.
Más importante que todas estas cosas, es el Reino de Dios. La verdadera prioridad del
cristiano es buscar el Reino de Dios.
Aunque todas esas cosas son importantes, Dios desea que lo primero en tu vida sea el
Señor, que Dios sea el centro de tu mundo y que todo lo demás este en un segundo
plano.
En lugar de enfocarnos en nosotros mismos, debemos enfocarnos en Dios.
Eso no significa que debes dejar todo y volverte un vago, por supuesto que no, lo que
Dios quiere es gobernar tu vida y que lo material pase a un nivel inferior.
Definitivamente, algo que encontramos en este mundo es la injusticia.
Es común encontrar personas que sufren injusticias y no pueden hacer nada para
defenderse, sin embargo, la palabra de Dios dice que Él es justo (1 Juan 1:9).
Cristo es la máxima expresión de justicia de Dios. El Señor vino a recibir nuestro
castigo, Él en su inmensa misericordia, amor y bondad nació como hombre siendo
Dios y cumplió la ley.
De esta forma murió por todos los pecadores siendo maldito en una cruz,
estableciendo una nueva justicia basada en la fe (Romanos 3:21-24).
La justicia de Dios se cumple al creer por fe en Jesús. Debemos buscar esta justicia
creyendo en Jesús y contando a más personas las buenas nuevas.
Buscar la justicia de Dios implica buscar hacer el bien y rechazar el mal o el pecado.
Debemos vivir para honrar y agradar a Dios, abandonando toda inmoralidad y pecado
mediante el poder de Cristo (Mateo 5:6).
Dios es el dueño de todas las cosas (Hageo 2:8), y Él hizo todo para compartirlo con
su creación, eso significa que Dios es el que nos da todo (Proverbios 22:2).
¿Qué cosas? Las cosas que son esenciales en la vida (comida, vestido, estudios,
trabajo, etc.). Dios sabe lo que necesitamos para vivir (Mateo 6:31-32).
Y al saber lo que necesitamos, Él quiere que nuestro enfoque no esté en las cosas
materiales que se dañan y son temporales (Mateo 6:19), sino que la gran prioridad sea
las cosas eternas (Mateo 6:20).
Mientras otras personas están muy preocupadas por lo que van a comer o vestir,
¡quien busque el Reino de Dios primero, puede estar seguro y tranquilo que todo lo
necesario llegará.
¡El Reino de Dios es mucho más importante que comer o tener cosas materiales! Sin
Dios nada podemos hacer (Juan 15:5).
Por lo tanto, Dios debe ser nuestra primera prioridad y Él se ocupará de todas las otras
cosas en nuestras vidas y en la de nuestra familia.
Sin importar cuán importante creamos que son las cosas, la verdadera prioridad son
las cosas eternas, todo lo demás es temporal.
Así que no te preocupes por el día de mañana, el cristiano que ama a Dios y lo busca
como prioridad no se afana por el día de mañana, sino que confía plenamente en las
bendiciones y provisiones del Señor.

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