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Capítulo 2
Oliver nunca se había sentido tan cansado en su vida, además el
también estaba en un muy, muy ligero sueño. Él simplemente parecía que
no podía encontrar una posición cómoda, ya que estaba pasándolo mal para
respirar con facilidad, eso lo volvía todo más complicado.
De todos modos, gracias a su sueño ligero, Oliver se despertó
inmediatamente cuando sintió a alguien deslizándose en la cama a su lado
en medio de la noche. Él aulló y trato de levantarse, pero sus piernas
simplemente no parecían ser lo bastante fuertes para hacer el trabajo, y vio
el suelo acercarse directamente hacia él hasta que un fuerte brazo le agarró
alrededor y le sostuvo.
—Eh, eh, bebe, soy yo.
Oliver reconoció la voz, pero eso solo trajo más preguntas. ¿De
algún modo se había perdido tres días de su vida? ¿Se había desmayado o
entrado en coma? —¿Qué estás haciendo aquí?
Él no podía ver a Sebastián en la oscuridad, pero la risa era obvia en
su voz. —Logramos volver rápidamente. No quería dejarte solo más que lo
necesario.
—¿Esta él… está aquí? ¿En la mansión? —Oliver tenía sentimientos
contradictorios sobre toda esta cosa del secuestro, pero sabía que él
necesitaba al hombre.
Sebastián se movió con cuidado y colocó a Oliver de vuelta a las
sabanas, arropándole como a un niño. Oliver nunca lo admitiría, pero en
realidad le gustaba ser cuidado, solo que no tanto como había necesitado en
las pasadas semanas. Él se negaba a pensar sobre eso, mucho, pero sabía
que no pasaría mucho tiempo antes de que fuera incapaz incluso de ir al
cuarto de baño solo, y ¿no era ese un modo agradable de seducir a su
compañero? Sí, sabía que a Sebastián no le importaría, pero aun así, no le
gustaba estar tan frágil y desvalido delante de él. ¿Cómo podría el hombre
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respetarle después de todo esto?
—Sí, está aquí. Todo fue bien y tú le veras mañana, pero por ahora
tienes que dormir.
Oliver dejo a Sebastián moverle hasta que el gran hombre estuvo en
cucharita con él, haciéndole sentir a salvo y caliente. Él siempre tenía frío
estos días, y Sebastián parecía ser la única cosa capaz de mantenerle a una
temperatura decente. Oliver se acurrucó y la siguiente cosa que supo fue, la
luz del sol brillante iluminaba el cuarto y él podía ver las diminutas
partículas del polvo bailando delante de él.
Durante un momento, casi fue capaz de convencerse de que estaba
bien, que su vida era perfecta, que se despertaba al lado de su compañero y
que pronto iban a bajar para el desayuno, tal vez después de un sudoroso y
caliente combate sexual de buenos días. Entonces el trato de moverse, y su
IV tiró de su brazo, sacando un silbido de él. Odiaba la maldita cosa, pero
Jared por ahora rechazaba quitarla, y Oliver se alegró de que el hombre
hubiera insistido tanto. Él no podía haber aguantado más si el doctor no
hubiera sido un hombre tan insistente.
Sebastián inmediatamente se despertó, sus ojos miraban
desconcertados alrededor en busca de lo que había dañado a Oliver, y
Oliver no pudo evitar que una pequeña risa se escapara de él al ver al león
con los ojos entrecerrados listo para enfrentarse al mundo por él. —Estoy
bien, chico grande. Solo tire de mi IV. —Maldición, su voz era ronca esta
mañana y él no estaba seguro de si en realidad tenía fuerzas para conseguir
llegar al cuarto de baño, pero de ningún modo él iba a admitir eso a
Sebastián— ¿Por qué no vas abajo y desayunas?
Sebastián le miró, sus ojos penetrantes mientras aparentemente leía
rápidamente a Oliver, como si pudiera ver todo lo que Oliver no le decía.
Esto hizo que Oliver temblara y lamentara no poder servir para nada más
que abrazarse bajo las sabanas. Pensando en ello, tenía que haber pasado un
año y medio completo desde que Oliver tuvo su último encuentro sexual, y
eso simplemente era triste.
—Iré. No sé cuándo volveré exactamente, tengo que hablar con
Dominic y Jared antes de traer a Adrián a que te vea. ¿Está bien?
—Claro. Manda a Keenan aquí si le ves. —Él sabía que el humano
supuestamente estaría dormido en su sofá, pero tal vez se fue cuando 18
Sebastián volvió. Keenan no solía levantarse temprano por la mañana,
demonios, el no solía levantarse en toda la mañana, ya que trabajaba como
camarero. Ellos habían hablado hasta última hora de la noche, tal vez
todavía dormía, pero Oliver esperaba que su amigo pudiera estar allí
cuando el genetista viniera para examinarle. No es que quisiera que su
amigo le viera medio desnudo, pero quería saber lo que Keenan pensaba
del hombre. Él por lo general era muy bueno evaluando a la gente.
Pasó menos tiempo de lo que había pensado antes de que Oliver
oyera a gente entrar en la suite, hablando en un tono bajo. Los primeros en
entrar en el cuarto fueron Sebastián y Keenan. Sebastián se sentó en la
cama al lado de Oliver mientras Keenan se sentó cerca de los pies de Oliver
y cruzó los brazos sobre el pecho, su expresión dura, claramente diciendo
que si el hombre que entraba con Dominic y Jared trataba de hacer daño a
Oliver, él tendría que enfrentarse a Keenan, y no sería bonito. Eso hizo que
Oliver quisiera reírse, porque Keenan no era para nada un luchador, pero él
estaba decidido y preparado para hacer cualquier cosa para defender a un
amigo.
Oliver miro al hombre desconocido delante de él. Podía verle mirar
hacia él mientras ellos se evaluaban el uno al otro, y le sorprendió el
aspecto del hambre. No sabía lo que había estado esperando, pero no era al
chico aparentemente dulce y totalmente nerd que estaba de pie allí. No se
veía como si pudiera hacer daño a una mosca, mucho menos hacer algo
como lo que le habían hecho a Oliver.
Después de que todo el mundo se colocó alrededor del cuarto,
Dominic comenzó a hablar. —Bien, Mr. Landreth. Este es tu paciente.
—Adrián, por favor. —Adrián se giró para enfrentar a Oliver—.
Realmente siento lo que te paso, lo que hice. Soy… no hago esto de buen
grado. Ellos tienen a mi hermano, y le harán daño si no hago lo que
quieren.
Oh Dios, Oliver quería estar enfadado con el hombre, odiarle, pero
¿cómo podía después de averiguar esto? —Mira, solo quiero curarme.
Estoy seguro de que tú ya has hablado con Jared, así que sabes exactamente
lo que pasa conmigo, y espero que puedas solucionarlo, porque no creo que
pueda continuar así mucho más tiempo. —dijo él, indicando su agotado
cuerpo. 19
—Quiero examinarte, pero creo que sé cuál es el problema, y si es lo
que pienso, puedo arreglarlo sin problemas.
Oliver sintió el latido sordo de corazón golpear con fuerza su pecho
ante la perspectiva de estar sano otra vez. Aún no podía imaginarse cómo
iba a cambiar su vida si él se curaba. Tal vez sería capaz de encontrar un
trabajo otra vez. Había tenido suficiente de permanecer en la cama,
bastante para toda una vida, incluso para la mucho más larga que los
shifters tenían.
Sebastián gruñó un poco cuando Adrián pidió a todo el mundo que
saliera y esperaran en la sala de estar, pero Oliver le mando callar. —Deja
al hombre hacer su trabajo. Sabemos que si tú te quedas aquí, le gruñirás
todo el tiempo o realmente le dañaras porque me está tocando.
Sebastián de mala gana asintió y se marchó después de dar a Oliver
un último beso en los labios, haciendo que Adrian realmente viera como de
posesivo y reclamado era. Oliver lo encontró gracioso. Sebastián era el
único que realmente podía encontrarle atractivo en su estado actual. Era el
tirón entre compañeros lo que lo hacía así.
Adrián comenzó a sacar cosas de la bolsa que había traído con él,
poniéndolo todo sobre la cama al lado de Oliver. Oliver suspiro mientras se
miraban el uno al otro. —Vamos, doc. Estoy en tus manos.
—¿Qué piensas que ellos están haciendo? Tal vez Jared debería
haberse quedado en el cuarto, por si acaso. —Sí, Sebastián sabía que él
estaba lloriqueando, pero no podía evitarlo. Su pareja estaba solo en el
cuarto con el enemigo.
Dominic se rio entre dientes. —Relájate, Seb. Hablé con el hombre
la mayor parte de la noche y realmente creo que no hará daño a Oliver. Él
solo quiere ayudar, y se siente culpable por todo lo que ha hecho.
Sebastián se enderezo en la butaca.
—Bien, vamos a hablar sobre el hermano de Adrián y los
laboratorios. Le prometí que nosotros rescataríamos a su hermano de
cualquier parte donde esté siendo retenido, pero tenemos que encontrarle
primero. Por fin tuve noticias de Kameron, el Alfa de la manada Gilham.
Vamos a asaltar el laboratorio de Fort Collins. 20
Sebastián trató de concentrarse en lo que su Alfa decía. —¿Sabemos
lo que esperamos encontrar allí?
—Tendré un informe nuevo de Isaiah antes de que nosotros
vayamos, pero por lo que Craig dijo hay al menos seis shifters allí y tal vez
algunos humanos, aunque no estoy seguro de eso. Debería haber diez
guardias en el perímetro y sé que cinco científicos trabajan allí a jornada
completa y varios otros que se mueven por todo el país, pero si vamos de
noche podemos evitarlos.
Una vez que él había oído los detalles más importantes, Sebastián se
distrajo. Trató de escuchar lo que estaba pasando en el dormitorio, pero en
realidad no podía distinguir lo que Oliver y Adrián hablaban. Ya que Oliver
sabía que Sebastián podía oírle, debía de estar manteniendo su voz baja a
propósito. Por suerte para Sebastián y su león, que estaba pacientemente en
el fondo de su cabeza, lloriqueando para ir con su compañero, no pasó
mucho tiempo cuando la puerta se abrió y Adrián salió.
Sebastián quería oír lo que el hombre tenía que decir, pero tenía
cosas más importantes que hacer, como correr al lado de su compañero y
comprobarle de la cabeza a los pies para ver si había sido dañado. Mientras
se acercaba a la cama, Sebastián olió la sangre de Oliver en el aire y gruño.
Él habría perseguido a Adrián, pero Oliver para ahora ya le conocía
demasiado bien.
—No estés tan gruñón, y ven aquí. Él no me ha hecho daño, solo
tomó algo de sangre. Estoy bien. —La voz de Oliver era baja, y Sebastián
comprendió que él no había planeado mantenerle apartado
intencionadamente como había pensado antes. Por cómo se veía Oliver, él
podía decir que tomaba demasiada energía hablar por ahora, lo que
significaba que ellos se estaban quedando sin tiempo.
Se colocó al lado de Oliver y puso su brazo alrededor de los hombros
de su compañero, llevándole contra su pecho. Él sabía que Oliver siempre
tenía frio, y quería que estuviera cómodo, al menos cuando él estaba en
casa. Había tomado un permiso en su trabajo como arquitecto paisajista y
jardinero con su amigo Ward, así que estaba en casa casi todo el tiempo, ya
que Dominic también le había liberado de su deber de patrullar. Él,
prácticamente, solo dejaba su cuarto cuando tenía alguna obligación de la
casa, como la cocina y cuando había algo especial que hacer, como ir a 21
Nueva York y asaltar los laboratorios.
Todo el mundo fue volviendo al dormitorio y Keenan se sentó al otro
lado de Oliver, ganándose un gruñido de Sebastián. —Silencio, pequeño
minino. Sabes que no planeo escaparme con tu compañero, sé un buen
minino y quédate abajo.
Sebastián debería de haberse enfadado por cómo le trató Keenan,
pero el tipo trataba a todo el mundo del mismo modo. No estaba ni un poco
asustado por lo que ellos podían hacerle, y era sincero sobre lo que
pensaba. Era un aliento de aire fresco en la mansión.
—Comencé a trabajar en la introducción de ADN de animal en el
ADN humano hace unos años, pero esto, —dijo Adrián señalando a
Oliver— esto no es lo que quería. Pensé que dar a nuestros soldados
algunos sentidos animales mejorados les daría una ventaja contra el
enemigo, como la visión nocturna. La empresa de Investigación Glass se
acercó a mí dos veces. Sin embargo, siempre rehusaba sus ofertas. No me
gustaba el enfoque de la empresa, y tenía razón. La tercera ver que ellos me
pidieron que trabajara para ellos, me dijeron que tenían a mi hermano, y
que estaría a salvo mientras trabajara para ellos. Me mostraron a los shifters
y me dijeron que querían crearlos en su laboratorio en lugar de intentar
contratar a los nacidos.
Adrián miraba sus manos, y Sebastián podía sentir la vergüenza y
preocupación que emanaba de él. Era obvio que el hombre no había
querido hacer lo que le mandaron. —Me dijeron que yo trabajaría con
voluntarios, pero aun así lo rechacé. Ni tan siquiera estaba seguro de que
podría mejorar los sentidos ya existentes, y no quería poner las vidas de
aquellas personas en peligro. Al día siguiente me mostraron un vídeo en el
que estaban torturando a mi hermano. Entonces acepté.
La suave voz de Keenan rompió el silencio. —Encontraremos a tu
hermano, lo sabes.
Adrián suspiró. —Sé que estáis dispuestos a intentarlo, y eso es más
de lo que creía posible después de lo que hice, pero he estado buscando a
Gabriel durante casi dos años, y no lo he encontrado. —Él se pasó la mano
por el pelo y una de las horquillas se soltó y cayó al suelo, pero Adrian ni
tan siquiera lo notó—. Comencé a experimentar y empalmar el ADN, y la
empresa proporcionó a los voluntarios. Ahora sé que ellos no lo eran, al 22
menos no la mayoría de ellos. Visité muchos laboratorios, pero la mayor
parte de los voluntarios… no lo eran. Quise parar, pero siempre que lo
intentaba, ellos hacían daño a mi hermano.
Los ojos del hombre estaban atormentados, y Sebastián sabía que él
iba a lamentar lo que había hecho por el resto de su vida. Aunque no estaba
seguro de si podría culparle. Probablemente habría hecho lo mismo por
cualquiera de los hombres que estaban en el cuarto ahora mismo.
—Algunas de las personas con las que experimente realmente
vivieron, sin embargo, todos ellos tenían grandes problemas. El cuerpo
humano no está hecho para cambiar o incluso sólo contener la parte animal
de un shifter, y sus cuerpos comenzaron a reducirse, conduciéndoles a la
muerte. Yo sabía que tenía que trabajar en eso, pero mientras tanto, trabajé
en un cóctel de sustancias que los híbridos tenían que consumir una vez al
mes para mantener el equilibrio correcto entre las dos entidades. Es por eso
que Oliver está enfermo. Él ha estado fuera del laboratorio durante seis
meses, lo que quiere decir que no ha tenido esa inyección, así que su
cuerpo falla.
—¿Crees que la única cosa que necesita es una inyección, y el estará
bien? —Sebastián casi no podía creerlo.
—Sí. Trabajaré con su doctor para enseñarle como producirlo, de
modo que Oliver siempre lo tendrá. Una vez que lo tome, debería volver a
la normalidad sin problemas.
—¿Seré… seré capaz de cambiar?
Adrian sonrió. —Con la inyección que te daban en el laboratorio, no
habrías sido capaz. Ellos omiten un componente crucial que permite al
cuerpo humano cambiar en un animal. Sin embargo, lo perfeccioné, pero
no se lo dije a la empresa. No creo que sea sabio darles la posibilidad de
crear shifters, incluso si… incluso si eso le cuesta la vida a mi hermano.
—¿Así que después de que me des esa cosa, seré capaz de cambiar a
un oso? ¿Yogui será libre?
Todos miraron a Oliver con sorpresa y diversión. Ni tan siquiera
Sebastián sabía que le había puesto un nombre cariñoso a su oso, y era un
poco gracioso, como si Sebastián hubiera llamado a su león Simba o algo
así.
—Sí, creo que serás capaz de cambiar. No he probado la nueva 23
versión del suero, pero eso te ayudará. El cambio puede que no sea tan fácil
o rápido como si fueras un shifter nacido, pero… Yogui será capaz de salir
y jugar.
Oliver miró alrededor, la sonrisa iluminaba su cara. —Bien, ¿cuándo
vas a dármelo?
¿Qué pasaba con los compañeros apareciendo por todas partes en los
pasados meses? Sólo un año antes, la mayor parte de los miembros de la
manada masculinos habían estado solteros, y ahora sólo Isaiah, Jares y
Soren estaban solos, más los tres nuevos shifters que Craig había rescatado
de los laboratorios. Sebastián estaba dispuesto a apostar que sus
compañeros aparecerían algún día pronto. Era como si la mansión fuera un 28
faro o algo así. Dever incluso tenía un niño, y no había nada más extraño y
dulce que verle abrazar a Adam o hacer cualquier otra cosa que los papas
hacían.
Sebastián no pudo evitar preguntarse cómo lo estaría haciendo
Joshua. El hombre había rechazado hablar con él, declarando que no
necesitaba un compañero y seguro que no uno que experimentara en
secreto con él o le mataría mientras dormía. Sebastián realmente no sabía
de dónde venía Joshua, ya que el shifter leopardo nunca le había hablado a
nadie de su pasado, pero no creía que el hombre estuviera rechazando
emparejarse con el genetista sólo por lo que le paso a Oliver. Demonios, si
Sebastián e incluso Oliver podían perdonar a Adrian, no tenía sentido que
Joshua actuara así, a no ser que algo malo hubiera ocurrido en su pasado.
Pero no era asunto de Sebastián. Él ya tenía de sobra en su propio plato con
Oliver.
Su compañero se estaba impacientando. Oliver quería levantarse y
comenzar a vivir otra vez, y por mucho que Sebastián pudiera entenderle,
sólo habían pasado cuatro días desde la inyección. Él sabía que Oliver era
capaz de comer otra vez, y eso ya se mostraba en él, pero Sebastián todavía
pensaba que era demasiado pronto para que se levantase de la cama. Él
silenciosamente entro en su suite, curioso por ver lo que su compañero
estaba haciendo, pero se paró en la sala de estar cuando oyó a su
compañero hablando con Keenan. Sí, sabía que no debería espiar, pero
¿Quién podía resistirse?
—Así que, ahora que tú vas a estar bien, ¿vas a emparejarte con él?
Sebastián no podría haber movido sus pies incuso si hubiera querido.
Quería saber cuál sería la respuesta de Oliver. En realidad no había pensado
en reclamar al hombre, no desde que Oliver comenzó a aislarse en su
cuarto todos aquellos meses, y las últimas semanas… Oliver había estado
demasiado enfermo para hacer algo así, y todavía lo estaba. De todos
modos esto no impidió a la polla de Sebastián levantarse ante la idea y
recordarle que no había sido usada durante aproximadamente seis meses,
desde que había olido a su compañero en la mansión. Entonces no sabía
quién era, pero solo hubo dos opciones, ya que Jamie había vuelto con dos
hombres, y el humano le había dicho que Finn era la pareja de Bryce. Eso
solo había dejado a Oliver, pero el hombre había estado tan aislado y 29
herido que Sebastián había querido darle algo de espacio, dejarle que se
acostumbrara a ver a tantos shifters. El resultado final había sido que el
hombre literalmente había desaparecido. Pero eso había terminado para
ahora, y pronto Oliver sería capaz de vivir una vida normal… y tendría una
vida sexual normal.
—Oh, sí, pero sé que va a ser difícil
—¿Por qué? —Bien, esa no era la voz de Keenan, pero Sebastián no
estaba seguro de quien era. Aunque tenía que ser uno de los nuevos
shifters, porque conocía la voz de todos los demás.
—Vamos, Darin, sé que eres nuevo aquí pero tienes que haber visto
como los grandes gatitos actúan con sus compañeros, todo protectores y esa
mierda. Ese es el modo en que ellos están programados, añade que Oliver
ha estado enfermo, así que Sebastián va a ser incluso más cuidadoso.
—Sí, va a tratarme como si estuviera hecho de cristal. Espera, él ya
hace eso en realidad, no quiero ni pensar en que eso pueda empeorar.
Sí, así que Sebastián era un poco protector. Bien, mucho, ¿pero no
era eso normal después de lo que le había ocurrido a Oliver?
—¿Qué podría ser más frágil que el cristal? —Ese era Keenan. Era
el único que incluso pensaría en hacer esa pregunta.
—Umm, ¿creo que tal vez la porcelana? —Espera, ¿por qué estaba
moviéndose la voz de Oliver? Sebastián incluso no se paró a pensar, él
irrumpió en la habitación, un coro de chillidos y aullidos dándole la
bienvenida.
La primera cosa que Sebastián notó fue que Oliver no estaba en su
cama. En cambio, el hombre estaba de pie cerca de la puerta del cuarto de
baño, una expresión feroz sobre su cara mientras sus ojos le mandaban el
mensaje no comiences a contarme tonterías a Sebastián. Él desde luego iba
a ignorar eso. —¿Qué demonios haces? ¡Deberías estar descansando en la
cama!
—Si descanso otro minuto voy a… Voy a…. ¡No sé lo que haré,
pero no puedo soportarlo más! ¡Yo solo iba al cuarto de baños, maldición!
—Vas a volverle loco. —Amablemente explico Keenan, y Sebastián
le frunció el ceño—. ¿Qué? Él no está hecho de… ¿Qué era eso?
¿Porcelana? —preguntó mientras se giraba hacia Oliver, pero el compañero
de Sebastián ya cerraba de golpe la puerta del cuarto de baño y grito a 30
través de la puerta.
—Ni tan siquiera pienses en entrar aquí, ¿me oyes? ¡Patearé tu culo
peludo!
Sebastián estaba sorprendido. Oliver nunca, jamás había actuado así.
Sí, lloriqueaba y ponía mala cara, pero no hacía nada agresivo. ¿Le habría
cambiado su enfermedad tanto? ¿Siempre sería así? A Sebastián realmente
no le preocupaba mientras su compañero estuviera sano, pero podía
necesitar un ratito para acostumbrarse a esa boca.
—Él se siente mejor, lo sabes. Dale la posibilidad de tener su vida de
vuelta. —Sebastián distraídamente asintió hacia Keenan mientras
finalmente miró alrededor del cuarto. La cama estaba llena de hombres
pequeños. Bien, vale, Keenan, Jamie y Derick no eran pequeños, pero los
gemelos, Jayden, Finn y Ani lo eran. Sebastián distraídamente se preguntó
cómo demonios era posible que nueve hombres adultos, no importaba lo
pequeños que fueran, pudieran entrar en una cama así, incluso si era de una
de tamaño kind, pero la puerta del cuarto de baño se abrió de golpe y
Oliver marcho hacia el cuarto.
Bien, intentó marchar, pero tuvo que detenerse y apoyarse contra el
aparador en cuanto dio un paso fuera del cuarto de baño. Sebastián se
movió, queriendo ayudar a su compañero, pero por la esquina de su ojo vio
a Keenan sacudir su cabeza. Él tenía que dar espacio a su compañero para
que pudiera volver a ser su propio hombre otra vez, incluso si era difícil
para él. Oliver tenía que recuperar su independencia.
Oliver enderezó su espalda y frunció el ceño a Sebastián antes de
despacio caminar de vuelta a la cama. Los hombres sobre ella se movieron,
un mar de carne, abriéndose para dejar que Oliver se colocara bajo las
sabanas, y Sebastián finalmente soltó el aliento que había estado
conteniendo. Él se movió, con cuidado de no asustar a Aní, ya que el
pequeño Nix todavía se asustaba de los hombres grandes. Aunque, estaba
mejorando, y Sebastián esperaba que pronto su Alfa fuera capaz de
reclamar a su compañero. —Así que, yo, eh, vine para ver como estabas,
pero ya veo que estas mejor.
Oliver todavía le fruncía el ceño, los brazos cruzados sobre su pecho
en un gesto obstinado. Habría sido más impresionante si Oliver no se viera
tan pequeño en la enorme cama, aunque el hombre era alto, pero todavía 31
estaba tan delgado que literalmente parecía que desaparecía entre las
sabanas, y eso le hacía parecerse a un niño de cinco años que se esconde en
la cama de sus padres. Aunque no sería nada bueno que Sebastián se riera,
incluso si quería hacerlo.
La expresión de Oliver se ablandó un poco. Keenan miró de Oliver a
Sebastián antes de levantarse de la cama. —Bien, creo que esa es nuestra
señal para desaparecer, caballeros. —hizo señas a los demás para que se
movieran y salieran del cuarto y todos le siguieron, excepto Finn, Jamie y
Derick. Keenan gimió cuando vio al Nix brillar fuera del cuarto con sus dos
amigos y su labio inferior se deslizó hacia fuera mientras comenzó a comer
mala cara—. ¡Eh, yo quiero hacer eso!
Al fin, Oliver y Sebastián estuvieron solos, Keenan le dio a Sebastián
un último guiño mientras pasaba y cerró la puerta. Él sabía que tenía que
pedir perdón, incluso si sabía que no actuaría de manera diferente, nunca.
—Lo siento. Sé que estas mejorando, pero estoy tan acostumbrado a
ayudarte que no puedo evitarlo a veces. Solo tengo que acostumbrarme al
hecho de que, ahora, tú eres más que capaz de hacer las cosas por ti mismo.
Oliver asintió y descruzó sus brazas, acariciando la cama. —Lo sé.
Siento haber sido… una perra. Sólo es duro porque me siento mejor pero
mi cuerpo no está completamente listo para cooperar aún, incluso cuando
quiero hacer tantas cosas. He tenido bastante de la gente cuidando de mí.
—Bien, puedo entender eso, pero no creo que nunca sea capaz de
dejar completamente de cuidar de ti. Eres mi compañero, en realidad tengo
que cuidar de ti.
—Pero…
—Piensa en ello. ¿No sientes lo mismo hacia mí? ¿No quieres
ayudarme y hacer mi vida más fácil?
—Sí, bien. —Oliver se quejó antes de sonreírle maliciosamente, lo
que le dijo a Sebastián que estaba pensando algo—. Así que, ¿sí te dijera
que quiero algo ahora mismo, me lo darías?
—¿Depende de lo que sea?
—Un beso. Quiero un beso. —Los ojos de Oliver ardían mientras
miraba a Sebastián—. Dios, lo he querido desde hace mucho tiempo, pero
siempre me contenía porque no quería que sufrieras si yo… Ahora sé que
estaré bien, y sé que no estoy en condiciones para algo más todavía, ¿pero 32
al menos puedo tener un beso? ¿Por favor?
¿Cómo podía Sebastián decir no cuando Oliver le miraba así, con
miedo a ser rechazado, lujuria y afecto viniendo de él mientras esperaba
una respuesta? Era sólo un beso, y por mucho que Sebastián quisiera coger
a Oliver y joderle contra el colchón, nunca haría nada que pudiera dañar a
su compañero.
En vez de sentarse, Sebastián se arrodillo sobre la cama y fue de
rodillas hasta que llego a Oliver. Poniendo sus manos sobre las piernas
levantadas de su compañero, las abrió hasta que tuvo bastante espacio para
deslizar su cuerpo entre ellas. Entonces se inclinó, manteniendo su peso
sobre sus manos mientras se movía hasta que sus labios estaban tan cerca
de los de Oliver que podía sentir el aliento caliente de su compañero
acariciar su cara.
Oliver contuvo el aliento mientras movió sus manos y agarró las
muñecas de Sebastián. Ellos se quedaron así, mirándose el uno al otro, sus
ojos entrecerrados, hasta que Oliver gimoteó. Riendo, Sebastián finalmente
se inclinó abajo completamente y lamió los labios de su compañero,
remontando la carne temblorosa mientras exigía entrar.
Oliver no le hizo esperar, separando sus labios y empujando un poco
hasta que sus bocas estuvieron juntas, su lengua escapó serpenteando en la
boca de Sebastián. Sebastián dejo a su compañero marcar el ritmo mientras
sus lenguas se enredaban y acariciaban, lamiendo y chupando, hasta que
ambos jadearon en busca de aire. Oliver dejo caer su cabeza sobre la
almohada y Sebastián rodo junto a él, con cuidado de no poner su peso
sobre su compañero, pero manteniendo el contacto entre ellos mientras se
colocaba de lado y acercaba a Oliver más, descansando su brazo en su
cintura. Se estaba quedando dormido cuando la voz de su compañero le
llego.
—¿Cuándo podemos hacerlo otra vez?
33
Capítulo 3
Oliver no podía aguantar más. Había tratado de seducir a Sebastián,
soltando indirectas aquí y allí, acariciando su piel cada vez que podía,
demonios, incluso le pregunto directamente al hombre si finalmente haría
el amor con él, pero Sebastián le había rechazado cada vez. Únicamente.
Tiempo. Él siempre usaba la misma excusa, Oliver todavía estaba débil y
tenía que mejorar antes de tan siquiera pensar en el sexo, y sí, era cierto que
Oliver todavía tenía que recuperarse, pero él estaba mejorando.
Él no pedía ser aporreado contra la pared, aunque podía ver las
posibilidades de eso. Él encontraba un cariñoso y tranquilo sexo igual de
satisfactorio, solamente no podía seguir viviendo con Sebastián sin algún
tipo de toque, no ahora que estaba mejor. Había sido fácil cuando había
estado enfermo, porque su polla no tenía la energía para reaccionar ante el
gran león. Sin embargo ahora definitivamente la tenía, y nunca había estado
tan duro durante tanto tiempo en toda su vida. Concedido él tenía solo
veinticinco, pero aun así…
Oliver estaba seguro de que sus pelotas estaban a punto de caerse o
simplemente desaparecerían por la falta de uso. Sí, vale, en realidad había
estado usándolas, masturbándose en la ducha con la imagen de un
Sebastián desnudo y mojado jugando en su mente, pero eso no había
funcionado. En cuanto el hombre aparecía delante de él, su lujuria volvía
en venganza.
—¡Eh! Estas despierto.
Oliver alzó la vista hacia Sebastián y casi se tragó la lengua. ¡No solo
el hombre se negaba a darle tan siquiera la hora del día, sino que hacía
alarde de su cuerpo delante de Oliver ahora! Él se quedó allí, mirando hacia
la cama, llevando sólo una toalla alrededor de su cintura y agua. Las
pequeñas gotas de agua se deslizaban abajo a través de su pecho esculpido
y sus duros como una piedra abdominales. Oliver no estaba seguro de si él
34
quería ser esas gotas, sólo para poder tocar toda esa piel y músculo, o si
quería lamerlas y seguir sus caminos abajo, abajo, bajo la toalla.
Él se lamio los labios, tratando de imaginarse lo que encontraría bajo
la tela, como la polla del hombre se sentiría entre sus labios y como sabría.
Oliver soltó un gemido cuando vio apartar la toalla y la aparición de la
polla bajo ella, pero Sebastián estropeó su diversión girando y moviéndose
al aparador. —Lo siento, pensé que todavía dormías.
Oliver quiso intentarlo otra vez, incluso si sabía que no iba a
funcionar. Aclarando su garganta, aparto las sabanas y deslizo su mano
sobre el pecho hasta sus pantalones del pijama, Sebastián no podría
perderse la tienda de campaña que hacia su erección, y Oliver sonrió por el
grito que el león soltó cuando finalmente se giró.
—Yo, uh, voy a vestirme en el baño.
Oliver dejo que su labio inferior saliera exageradamente en una
imitación del puchero que Keenan dominaba a la perfección cuando él
quería algo —O podrías venir aquí y ayudarme a deshacerme de esta
maldita erección. —puntualizo sus palabras con unos buenos tirones a su
dura carne, gimiendo, el placer recorriéndole. Tener a su compañero
mirándole traía una nueva excitación a esto.
—No, yo… tú… tú no estás bien. Yo… tengo que irme. —Sebastián
prácticamente corrió al cuarto de baño y cerro de golpe la puerta detrás de
él.
El rechazo hizo que la erección de Oliver se marchitara mientras el
dolor se instalaba en su pecho. Tal vez el problema no era tanto su salud
como el hecho de que Sebastián no le quería. Tal vez no le gustaba el
cuerpo de Oliver, no después de todos estos meses sin comer.
Yogui gimoteó por el pensamiento de su compañero dejándoles.
Oliver sabía que todavía tenía un largo camino por delante antes de que él
estuviera totalmente recuperado, y tal vez a Sebastián no le gustara el
nuevo él. En los pasados meses Oliver había sido tranquilo, demasiado
cansado y preocupado para realmente ser él mismo, y tal vez el león quería
al hombre tranquilo del que había estado cuidando. Ahora que Oliver era de
nuevo el mismo y no necesitaba la ayuda de Sebastián, tal vez el león le
dejaría y encontraría a alguien que le necesitara. Claro ellos eran
compañeros, estaba la teoría de que ellos eran perfectos el uno para el otro 35
y deberían ser felices, pero ser compañeros no era una garantía para que
estuvieran juntos.
La puerta del cuarto de baño se abrió y Oliver se apresuró a regresar
bajo las sabanas. ¿Qué podía decir? Seguramente no quería afrontar al
hombre después de que él prácticamente se había ofrecido y había sido
rechazado. No iba a ponerse en ridículo más veces de lo necesario, y
parecía que tenía la respuesta sobre si el león realmente le quería.
—Yo, uh, me marcharé en unas horas. La incursión al laboratorio de
Fort Collins es esta noche.
El corazón de Oliver dolía ante la idea de que Sebastián pusiera su
vida en peligro así, pero el hombre lo había dejado claro, esto no era asunto
suyo. Ellos podían vivir juntos, pero raras veces se veían. Incluso ahora, era
obvio que Sebastián había venido y se había duchado solo porque esperaba
que Oliver estuviera dormido. Oliver sabía que habría buscado otro cuarto
de baño si hubiera estado despierto cuando Sebastián había entrado. El
hombre le evitaba, y él finalmente había entendido el mensaje. —Claro.
Hasta luego. —él gruño desde su capullo de mantas sin siquiera mirar a su
compañero.
Le dolía no decirle a Sebastián que volviera a él, que fuera
cuidadoso, pero no lo haría. Sí el hombre no le quería… Oliver encontraría
otro cuarto para quedarse. Él sabía que su viejo cuarto todavía estaba
vacío, así que movería sus cosas allí mientras el león estaba lejos.
Sebastián suspiró y Oliver tuvo que agarrar las mantas alrededor de
él para contenerse. Quería saltar sobre el hombre, ¡maldición! Quería
sofocarle a besos y abrazos y mantenerle en el cuarto con él incluso cuando
oyó la puerta cerrarse suavemente.
Oliver esperó hasta que el sonido de los pasos de Sebastián se
desvaneciera antes de levantarse. Era más fácil para él moverse ahora.
Sabía que no podría correr una maratón en breve, pero los movimientos
rutinarios no le daban problemas, entonces se duchó con facilidad y se
vistió antes de comenzar a embalar sus cosas. Él no tenía mucho, ya que
había pasado la mayor parte del tiempo desde que llego a la mansión en la
cama, así que una bolsa era suficiente.
Abriendo la puerta, se deslizó fuera y fue a su viejo cuarto, pero tan
pronto como abrió la puerta, alguien le pillo. No es que el hecho de que él 36
se había mudado fuera un secreto, no en esta casa, pero había esperado
haber tenido tiempo al menos hasta que Sebastián se marchara antes de que
alguien tratara de hablar de ello. Especialmente porque era Keenan quien le
vio.
—¿Qué estás haciendo?
—Mudándome.
—Puedo ver eso, colega, pero ¿por qué te mudas?
Oliver entró en el cuarto y dejo la puerta abierta detrás de él,
sabiendo que Keenan le seguiría. Se encogió de hombros. —No me quiero
imponer. Me he curado lo suficiente para estar solo.
—Sí, pero ¿por qué querrías estar lejos de tu compañero?
—¿Tal vez porque mi compañero no me quiere? —Gruñó,
lamentándolo al instante. Sabía que Keenan sólo trataba de ayudarle, pero
Dios, ¿era demasiado pedir tener un poco de tiempo a solas para ser capaz
de pensar en ellos, o al menos no contestar preguntas?
Keenan levanto sus manos. —Lo siento. No sé lo que pasó, así que
¿por qué no me iluminas? ¿Por qué piensas que Seb no te quiere? Porque
déjame decirte, si sus ojos se vuelven más ardientes de lo que están cuando
te mira, él podría lanzar láser con ellos.
Oliver se rio por la imagen. Realmente, Keenan siempre decía las
cosas más graciosas. Aunque se calmó enseguida. —No creo que le guste
mi yo sano. Ya no tiene que cuidar de mí más y yo… soy diferente ahora.
Tengo la energía para ser yo mismo, y no pienso que eso le guste.
—Tal vez soy corto, pero ¿por qué?
—Mira, él ha estado evitándome durante días. Entra en el cuarto sólo
para dormir y a veces para ducharse, pero siempre se asegura de que estoy
dormido antes de entrar, y él se marcha antes de que me despierte. Él
obviamente no quiere verme, así que estoy haciendo las cosas más fáciles
para él. Me mudo.
—¿Le has preguntado por qué se comporta así o simplemente
decidiste que tú sabías lo que él piensa?
—Yo… bien, tienes razón, lo asumí, ¿pero qué otra explicación
podría ser posible?
—No lo sé, pero deberías preguntar. No dejes que algo bueno se
vuelva malo solo porque no hablas, por favor. Quiero que mis amigos sean 37
felices
Oliver gimió. Odiaba cuando estaba equivocado. —Bien. Hablaré
con él cuando vuelva. —El temor le llenó. Incluso no se había despedido
apropiadamente de Sebastián. Su compañero tenía que volver, ¿cierto?
Esto no era una incursión, era una jodida fiesta. No sólo estaba
presente la mayor parte de la manada, sino que Dominic había tenido que
decírselo a Kameron, el Alfa de la manada Gillham, que ellos iban a estar
aquí. Era por eso que había tomado tanto tiempo organizar todo esto. Si los
guardias hubieran sido shifters, habrían sido capaces de oírles llegar solo
por la cantidad de ruido que ellos hacían. Sebastián realmente no pensaba
que tantas personas tuvieran que estar allí, pero él no era quien tomaba las
decisiones.
—Mierda, hay solo diez guardias allí. Realmente no necesitamos
estar todos aquí. —Soren se quejó junto a él, expresando los pensamientos
de Sebastián.
—Bien, no solo tenemos que neutralizar a los guardias. También
tenemos que ocuparnos de los shifters y los científicos. —señaló Casey.
Joshua también estaba allí de pie, pero había estado malhumorado
desde que volvió de Nueva York, y todo el mundo le mantenía a distancia
porque tendía a enfadarse fácilmente en estos días. Todavía no habían
encontrado al hermano de Adrián, y Sebastián estaba un poco preocupado
por el genetista, pero preguntar a Joshua como estaba su compañero no
sería una buena idea. Él no era Dominic, después de todo, y necesitaba sus
pelotas justo donde estaban.
Bien, las necesitaba allí, pero estaba casi seguro de que estaban a
punto de caerse, sobre todo después del pequeño espectáculo de Oliver
antes. Se hacía más y más difícil resistirse al hombre ahora que él estaba
mejor, pero Sebastián quería a Oliver mucho mejor antes de intentar algo,
incluso si tenía un caso grave de bolas azules. Esto era una pequeña
incomodidad en comparación con la salud de su compañero. De todos
modos, parecía que su mano derecha quizás dejara de funcionar después de
lo mucho que la había usado los últimos días.
Sebastián había comenzado a evitar a Oliver porque no confiaba en 38
sí mismo si estaba cerca. No sólo era que Oliver estaba cada vez más sano
y más magnifico según pasaban los días, sino que su personalidad
finalmente se mostraba. Él era obstinado y batallador, absolutamente
adorable, sí, Sebastián nunca le diría eso, y amable, porque sí, Sebastián
estaba seguro de que estaba enamorado de su compañero.
Él continuaba reviviendo el único beso verdadero que ellos habían
compartido, pero no era bastante, para nada. Su león no podía entender por
qué no reclamaban a su compañero ahora que se sentía mejor, pero aún no
habían hablado de ello, así que Sebastián no sabía si Oliver quería ser
reclamado. Él tenía que estar lejos porque se sentía como si estuviera a
punto de perder el control y tomar al hombre, y no podía permitirse eso.
—Seb, ¿qué demonios, hombre? ¿Me estas escuchando? —Soren
definitivamente estaba de muy mala leche esta noche—. Mierda, siempre
que uno de vosotros encuentra a su compañero, simplemente pierden el
contacto con la realidad y se vuelven totalmente sentimentales.
Espera hasta que encuentres al tuyo, Soren y veras. Actuaras igual
que nosotros— Sebastián dijo con una sonrisa. Sí, él no podría esperar para
restregar las palabras de Soren en su cara cuando llegara el momento.
—Vale, gente, entramos. Cuiden de los shifters, podrían estar
asustados de todo, incluyendo otros shifters. Intenten mantener a todo el
mundo vivo, sobre todo a los docs, pero si es vosotros o ellos, no dudéis.
—dijo Dominic, y todo el mundo comenzó a desnudarse inmediatamente.
Sólo Casey y algunos lobos permanecieron en su forma humano. Ellos
tenían que abrir las puertas y las jaulas. Todos los demás estarían en su
forma animal, y cuando Sebastián terminó de cambiar y miro alrededor, al
edificio en el cual ellos se ocultaban de repente estaba lleno de grandes
gatos y lobos.
El miró como Casey abrió la puerta de su edificio y se dirigió al otro
en el que estaba situado el laboratorio. El exterior era justo igual que
cualquier otro de los edificios decrépitos industriales de los alrededores,
pero ellos sabían la verdad. El hermano de Derick, Duncan, se arrastró a la
puerta con Casey y trabajo en la cerradura. Sebastián no sabía dónde el tipo
había aprendido a abrir cerraduras, pero resultaba práctico para cosas como
esta, y pronto las puertas estaban abiertas.
Sebastián esperó hasta que la primera ola de shifters hubiera entrado, 39
antes de seguir la blanca forma de Soren a la destartalada fábrica, sus
sentidos en máxima alerta. Las paredes arruinadas y la suciedad se
volvieron de un estéril blanco mientras ellos se acercaron al lugar en el que
el laboratorio estaba localizado, y ellos pasaron a más de un guardia caído.
Por suerte ningún shifter parecía haber sido dañado, al menos no lo
bastante para que no fueran capaces de seguir el ataque, y no les llevo
mucho antes de que ellos comenzaran a oír los primeros gritos y chillidos.
Pronto entraron en un cuarto grande lleno de jaulas. La mayor parte
de ellas estaban vacías, gracias a Dios, pero no tenían tiempo para pararse y
ocuparse de los otros shifters, no todavía. Varias peleas retumbaban
alrededor de ellos, y Sebastián se zambulló directamente en ellas,
tumbando a uno de los guardias antes de arrancarle su arma. Tuvo que
romper la pierna del tipo para evitar que tratara de escaparse, y no sintió ni
un poco de remordimientos. Ellos habrían hecho algo peor, si hubiera sido
uno de los shifter encarcelados él que trataba de escaparse.
Una vez que ese estuvo abajo, rápidamente fue al siguiente. No se
detuvo a contar los guardias que estaban muertos o heridos, pero no podía
haber mucho libres, no por el modo en que se veía el cuarto. Uno de ellos
tenía un arma apuntando a Dominic, pero Dominic luchaba contra un tipo
con un cuchillo, así que no le vio. Sebastián salto, empujando al hombre
abajo, pero no antes de que la pistola disparara. La bala rasgó el pecho de
Sebastián dejando un rastro de fuego y dolor detrás de ellas. Sebastián aulló
de dolor, pero aún no podía pararse.
Golpeando con su pata al hombre, Sebastián le rasgo la cara, la
sangre manando donde sus garras se habían hundido en la carne de su
mejilla. El hombre grito y el león de Sebastián estuvo satisfecho por el
sonido. Aunque la satisfacción no duró mucho tiempo, porque el tipo se
revolvió para sacar un cuchillo que tenía en su cinturón.
Sebastián embistió, apartando el dolor mientras iba directamente a
por el cuello del hombre y cerraba sus mandíbulas alrededor de él. No iba a
dejar a este tipo escaparse, no se preocupó por lo que Dominic había dicho.
No era el primer hombre que Sebastián había matado, y probablemente no
sería el último, ya que para un shifter a menudo era una situación de vida o
muerte cuando se encontraban por casualidad con estos tipos. Podría
convertirlo en un monstruo, pero no lamentó protegerse a sí mismo y a sus 40
amigos.
Apretando sus mandíbulas, sintió una punzada de dólor cuando el
guardia pasó el cuchillo a lo largo del costado de Sebastián, pero él no pudo
hacer mucho más cuando los dientes de Sebastián se hundieron
profundamente en su garganta y la sangre brotó inundando la boca de
Sebastián. Su león gruñó en victoria, pero él estaba un poco mareado. La
sangre realmente no le gustaba mucho, pero estaba satisfecho cuando sintió
el cuerpo del hombre aflojarse mientras sangraba hasta morir.
Abriendo su boca, Sebastián soltó el cuerpo y se alejó. Las peleas
habían terminado, y él trato de acercarse a una de las jaulas, pero mientras
andaba, podía sentir el dolor creciendo en su pecho y un sentimiento de
mareó. Cada paso era más difícil que el anterior, y pronto tuvo que pararse
mientras se tambaleó y se apoyó contra una pared.
—¿Seb? ¿Estás bien, colega?
Sebastián quería rodar sus ojos por la pregunta de Soren. Parecía tan
obvio para él que no estaba bien, pero no podía soltar una respuesta
sarcástica en su forma de león. Él soltó un gemido cuando Soren movió su
para mirar bien su herida, pero él podía haberlo pasado sin eso. Él no
estaba tan herido, después de todo.
Debía de haber perdido el conocimiento un ratito, porque la siguiente
cosa que supo fue que no era Soren quien se inclinaba sobre él, sino Jared,
y él hurgaba en su herida con lo que se sentía como un cuchillo muy, muy
grande, pero en realidad solo era su dedo cubierto de látex. Sebastián sabía
que el hombre solo trataba de ayudarle, pero no pudo evitar el rugido que
salió de él.
—Tranquilo, tipo grande. Tengo que llevarte a la mansión y sacar la
bala antes de que cambies. Eres afortunado de que no tocó nada vital, pero
tengo miedo de que pueda moverse si cambias con ella dentro, así que
intenta no hacerlo, ¿eh? —Jared le mostro una jeringuilla llena de un
líquido claro—. Voy a sedarte, ¿vale? Así no sentirás dolor cuando te
movamos, y no estarás tentado de atacar a nadie. —Jared sonrió, y después
de que Sebastián asintiera sintió una punzada de dolor donde la aguja
penetró en su piel.
Tan mareado como se sentía, realmente dio la bienvenida a la
oscuridad que le rodeó después de lo que pareció solo un segundo, y se 41
dejó llevar, esperando como el infierno que Oliver no quisiera su pellejo
por resultar herido, pero entonces tal vez sería agradable ser él a quien
cuidaban.
45
Sebastián gimió mientras recuperaba el conocimiento. Maldición, él
tenía que acordarse de intentar no ser disparado, porque eso dolía como el
demonio.
—¡Eh, bebé! Me alegro de que te unas a mí.
Sebastián sonrió, o al menos lo intentó, pero todavía estaba en forma
de león, así que el único resultado era que exponía sus dientes. Él habría
reconocido aquella voz en todas partes.
Parpadeando abrió sus ojos, los centro en la visión más dulce que
nunca había tenido. La cara de Oliver se cernía directamente sobre la suya,
una sonrisa en sus labios y lágrimas no derramadas en sus ojos.
Sebastián levanto su cabeza, tan listo como podía estar para afrontar
el dolor, pero nada llego. Miró alrededor, vio que estaba en la enfermería
de la mansión, en el quirófano. Se movió, golpeando su cabeza con el brazo
de Oliver, encantado cuando el hombre se rió. —¿Qué quieres, gatito?
Sebastián habría gruñido si cualquier otro le llamaba eso, pero era su
compañero, así que Oliver podía llamarle de cualquier modo que él
quisiera. Sebastián gimoteó, golpeo con su cabeza otra vez. ¿Cómo podía
hacer entender a su compañero que su león quería ser mimado? Podría no
ser muy digno o varonil alguna de esa mierda, pero él era un gato, después
de todo. No había nada mejor que ser mimado por su compañero, o al
menos era lo que sus amigos le habían dicho. En realidad él pensaba que
había algo mejor, pero ya que estaba todavía en su forma de león él no
podía hacer el amor con su compañero, así que eso tendría que esperar,
deseando que no demasiado tiempo.
La sensación de los dedos de Oliver en su piel interrumpió todos los
pensamientos humanos que Sebastián pudiera tener. La única cosa que era
importante, la única que importaba era en como Oliver jugaba con los hilos
de la melena de Sebastián mientras los agarraba y tiraba ligeramente, como
sus dedos corrieron entre los mechones hasta que ellos tocaron la piel
debajo.
Un ruido bajo llenó el cuarto y Sebastián comprendió que sí, él
estaba ronroneando. Sabía que era un ruido que la mayor parte de las razas
de gatos hacían cuando ellos estaban felices, incluso los shifters, pero no
parecía muy… varonil. Al menos no sonaba como el ronroneo de un gato
de verdad. Era más bien un rugido, pero aun así… resultaba muy obvio que 46
a Sebastián le gustaba esto.
Una vez que el león de Sebastián estuvo satisfecho, se concentró en
su forma humana y dejo que el cambio le recorriera. Oliver termino con sus
manos sobre la cabeza de Sebastián, sus dedos enredados profundamente
en su pelo. Sebastián se inclinó un poco hacía él y estaban tan cerca que
podrían haberse besado, que era exactamente lo que Sebastián tenía
intención de hacer. Él había tenido suficiente de resistirse. Su herida había
dejado claro que él era frágil, unos centímetros hacia un lado y él habría
estado muerto...
Inclinándose, dio a Oliver tiempo para alejarse si él quería. Aunque,
dudaba que el hombre lo hiciera, Oliver había sido muy claro sobre lo que
él quería de Sebastián en los días pasados, si no con palabras, con su
cuerpo. La pequeña escena de antes era una gran indicación de esto.
Tal como Sebastián pensaba, Oliver no se movió. En todo caso,
pareció moverse un poco más cerca mientras él habló. —Pensaba que no
me querías.
Sebastián resopló. —Dios, estas equivocado, tanto. Es lo contrario.
Sebastián selló un beso rápido sobre los labios de Oliver. —Te
quiero tanto que tenía miedo de ser demasiado agresivo y que terminara por
hacerte daño.
Las mejillas de Oliver enrojecieron y Sebastián gravo la imagen en
su memoria. No era algo que hubiera visto a menudo, Oliver estaba
demasiado seguro de sí mismo para eso.
—No me romperé, Seb. Estoy bien ahora, y te quiero. —Oliver
todavía estaba acunando la cabeza de Sebastián en sus manos, el gesto
demostraba lo mucho que él se preocupaba por Sebastián.
Sebastián uso su velocidad de shifter para moverse sobre la mesa y
sentarse en el borde, sus piernas colgando mientras tiraba a Oliver contra su
pecho. Él entraba entre las piernas de Sebastián como si hubiera sido hecho
para él, y tal vez era así. Sebastián engancho sus piernas detrás de las
rodillas de Oliver y lo tiró aún más cerca, Los brazos de Oliver terminaron
alrededor de su cuello mientras Sebastián tomaba la cara de su compañero
en sus manos.
Él no vaciló, no más. Sebastián tomo lo que Oliver le ofrecía
libremente, aplastando sus labios juntos y su lengua serpenteó en el calor 47
húmedo de la boca de Oliver. Sus lenguas enredadas, acariciando, sus
bocas chupando y mordisqueando mientras sus respiraciones se volvían
irregulares.
Sebastián enterró sus dedos en el pelo de Oliver mientras le apretaba
más cerca todavía, y eso le recordó a Sebastián que él estaba desnudo.
Podía sentir los vaqueros de Oliver contra su polla, la áspera tela de una
forma extraña le excitaba mientras sus erecciones se mecían juntas.
Sebastián no sabía cómo de lejos Oliver quería ir, y él no quería que
su primera vez fuera sobre una mesa de operaciones en la enfermería con
un shifters herido justo al lado, pero Oliver parecía tener sus propias ideas.
Cuando sus bocas se separaron, Oliver cayó sobre sus rodillas,
sorprendiendo a Sebastián. —Bebé, no tienes…
No pudo terminar la frase porque su polla de pronto estaba
sumergida en la dulce boca de Oliver. Todo el pensamiento coherente
desapareció de la mente de Sebastián mientras su sangre se precipitaba a su
ingle. Oliver uso un ritmo castigador desde el principio, balanceando su
cabeza arriba y abajo mientras chupaba y lamia la longitud de Sebastián.
Había pasado tanto tiempo desde que Sebastián había experimentado a
alguien tocándole de ese modo que él estaba listo para disparar en dos
segundos.
Enredando sus dedos en el suave pelo negro de Oliver, comenzó a
mover sus caderas mientras Oliver chupaba su polla, concentrándose en la
cabeza mientras su mano llego a su saco y jugueteó con él. —Bebé…
La succión se hizo extremadamente dura, y Oliver pasó sus dientes
sobre la piel sensible de la cabeza de la polla de Sebastián. Su orgasmo le
atravesó y Oliver bebió cada gota de su semilla. Se apartó sólo después de
limpiar a fondo el eje de Sebastián, una sonrisa satisfecha cruzo sus labios
cuando alzo la vista.
Le tomó unos pocos segundos a Sebastián salir de la niebla inducida
por la lujuria. —Ven aquí. Es tu turno ahora.
Oliver miro abajo a sus manos, pero no antes de que Sebastián
lograra ver el color rojo cubrir sus mejillas. Debe de ser mi día de suerte.
—Yo, uh, estoy bien.
Sebastián vio un punto de humedad crecer en el frente de los
pantalones de Oliver y no pudo evitar la sonrisa que creció en su cara. 48
Deslizándose para bajar de la mesa, agarró a su compañero por los brazos y
le besó a fondo antes de liberarlo y acercarse a uno de los cajones del
gabinete pequeño, metálico de la esquina. Sacando dos pantalones cortos,
dándole uno a su compañero y poniéndose el otro.
—Fue… fue malo, ¿verdad?
Sebastián no podía evitar tomarse el tiempo para tranquilizar a su
compañero. Oliver estaba primero, antes incluso que su Alfa o amigos, y
Sebastián sabía que toda la situación probablemente traía malos recuerdos a
su amante. —Sí, lo fue, pero les sacamos. Estoy seguro de que con la ayuda
de Jared ellos terminarán estando bien.
Oliver asintió, inclinándose contra el cuerpo de Sebastián para darle
un último beso antes de abrir la puerta. El caos reinaba al otro lado. Había
sólo dos personas medicamente calificadas en la manada, y no eran
bastante, ni tan siquiera para el pequeño número de gente que ellos habían
rescatado.
Un pequeño hombre estaba tumbado en una de las camillas, sus ojos
miraban fijamente sin expresión delante de él. Una de las compañeras
humanas de la manada, Traci, estaba sentada al lado de él y suavemente
hablaba mientras vendaba su mano, pero él no reaccionaba. Ella siguió
lanzando miradas preocupadas al otro lado del cuarto, pero no se movió de
donde estaba.
Otro hombre estaba sentado en la camilla a su lado, mirando la
situación delante de él. Un hombre grande que Sebastián pensó que era un
lobo por el fuerte aroma que él olía, gruñía a Jared y a Jill mientras ellos
trataban de ayudarle, la sangre corría por su pecho. Él no dejaba a ninguno
de ellos acercarse, chasqueando sus dientes hacia ellos. Aunque lo más
sorprendente, era la presencia de Keenan justo detrás de él. El hombre no
parecía tener un problema con el pequeño humano, era exactamente lo
contrario, en realidad.
Su brazo estaba manteniendo a Keenan detrás de él, como si lo
protegiera, incluso cuando Keenan trataba de convencerle de que no tenía
nada que temer, que ellos sólo trataban de ayudarle. Aunque no lo estaba
consiguiendo, pero por suerte no notó a Finn brillando directamente detrás
de él. Nix sostenía una jeringuilla en su mano y con una mirada de disculpa
a Keenan, clavo la guja en el brazo del hombre. El tipo rugió y se balanceó, 49
pero Finn ya había brillado al otro lado del cuarto con Keenan.
Aunque no parecía que Keenan estuviera de acuerdo con eso y
volvió corriendo junto al hombre justo cuando él se derrumbó cayendo al
frío suelo. Sebastián estaba acostumbrado a ver a Keenan reaccionar
exageradamente sobre muchas cosas, pero no de aquel modo. Las lágrimas
caían por sus mejillas mientras se arrodillo en el suelo y acunó la cabeza
del hombre sobre su regazo, su mano acariciando el largo pelo negro que
fluía de la cabeza del hombre.
Sebastián dio un paso adelante y ayudó a Jared a conseguir al
hombre, el lobo, ya que ahora estaba seguro de que el hombre era un lobo,
en una de las camillas libres, incluso aunque apenas ayudo. Keenan nunca
dejo el lado del hombre, y Sebastián sabía que había una historia allí, pero
ahora no era el momento de preguntar. Tomando la mano de su compañero,
saco a Oliver de la enfermería hacia el vestíbulo, donde subieron las
escaleras de dos en dos hasta que llegaron a su cuarto.
Una vez dentro el noto enseguida que las cosas de Oliver no estaban
en el dormitorio. El hombre no tenía mucho, todavía, pero su libros habían
desaparecido, y Sebastián pudo ver que su ropa no estaba ya que el
aparador estaba abierto.
—¿Dónde están tus cosas?
Oliver le miro, una avergonzada sonrisa en su cara. —Veras, eso fue
como…
50
Capítulo 4
¡Dios, esto era tan frustrante! Oliver había intentado de todo, pero
solo parecía que era imposible que pudiera ser capaz de cambiar. Jared
dijo que mientras su cuerpo podía no haber nacido shifter, el suero de
Adrian le ayudaba a mantener el equilibrio con su oso y debería hacer
posible que saliera, pero solamente no podía.
Había preguntado a Sebastián, después a Bryce, e incluso a Dominic
como cambiaban ellos, y todos le habían dicho lo mismo. Ellos solo tenían
que concentrarse en su felino y ellos cambiaban. Parecía bastante fácil,
pero había un pequeño problema. Eso no funcionaba con Oliver.
Él había pasado horas pensando en el maldito oso, y Yogui ahora
estaba más irritado con Oliver que nunca, tanto como Oliver lo estaba con
él. No importaba cuanto tiempo él pensaba en él, Oliver se quedaba en su
forma humana, incluso si Finn había insistido en que él le había visto
cambiar parcialmente. Oliver confiaba en su amigo, pero a veces pensaba
que él se había imaginado todo eso o que había visto mal.
Un golpe en la parte de atrás de su cabeza devolvió a Oliver al
presente. Le gustaba el hecho de que Bryce no le trataba con guantes de
seda más, realmente nunca lo había hecho, pero definitivamente podría
pasar sin los golpes. —¿Qué joder?
—¡Concéntrate! ¿Cómo esperas cambiar si ni tan siquiera eras capaz
de hace eso?
—Mejor no dejes que Sebastián te vea golpear a su compañero. —
dijo Keenan desde la esquina donde estaba sentado en el porche trasero,
pero carecía de su tono sarcástico habitual. El hombre había estado
realmente abajo en los últimos días, y Oliver sospechaba que eso tenía algo
que ver con cierto lobo shifter, incluso cuando Keenan rechazaba admitir
incluso que algo estaba mal.
—Esto no es culpa mía, Yogui es un capullo.
51
Bryce sacudió su cabeza, una sonrisa en sus labios. —Nunca he
conocido a un shifter que insulte a su parte animal, y menos con un nombre
tan ridículo…
—¡Eh, me gusta el nombre! —Protestó Oliver—. Además, no soy un
shifter nacido. Yogui ha sido parte de mí durante sólo un año y algo, así
que en realidad no le siento como si fuera mi otra mitad o algo así. Él es
solo un oso que resulta que vive en mi cuerpo, y él no es educado. —Oliver
ni tan siquiera estaba seguro de que un oso pudiera ser educado, pero
Yogui seguro que era gruñón.
—¿Quieres intentarlo otra vez?
Oliver pensó en eso, pero él ya sabía la respuesta. —Creo que he
terminado por hoy. Tal vez el suero no funciona correctamente, o tal vez ni
tan siquiera había hecho efecto todavía. No creo que sea útil seguir
empujando mientras no consiga resultados.
Bryce parecía dudoso, pero le dejo ir, probablemente feliz de ser
capaz de deshacerse de Oliver. Él sabía que él no era la mejor compañía
cuando trataba de cambiar, porque era frustrante y él se volvía tan gruñón
como Yogui cuando no lograba hacer lo que él tenía en mente.
Bryce se marchó para buscar a Finn, probablemente, y Oliver espero
para ver si Keenan quería hacer algo juntos o si también se marchaba.
Estaba preocupado por su amigo, así que decidió empujar un poco. —
¿Keenanquieres decirme que está mal?
Oliver se sentó en el banco al lado de su amigo y esperó. Después de
un tiempo, pensó que Keenan no contestaría y comenzó a levantarse, pero
Keenan le paro, colocando una mano en su brazo. —¿Cómo… como
supiste que Sebastián era tu compañero?
—Bien, él me lo dijo, ¿recuerdas? No salí de mi cuarto durante
meses, así que yo no sabía que él era mi compañero, Incluso no sabía lo
que eran los compañero hasta que conocí a Jamie.
—Quiero decir, ¿cómo sabes que él es tu compañero? ¿Se siente
especial, diferente?
Oliver pensó en ello. En realidad no era algo que se describiera
fácilmente, pero podía intentarlo. —Siento un… tirón, imagino, hacia
Sebastián, como que con él puedo ser yo mismo y que él todavía me
aceptará y amará. Como si él fuera lo que me he estado perdiendo, incluso 52
si no sabía que estaba perdiéndome algo, como si estuviéramos destinados
a estar juntos. No es amor a primera vista, pero siempre he sentido algo
fuerte por él.
—¿Cómo puedo saber si un shifter es mi compañero?
—¿Quieres estar con… él? —Oliver no estaba seguro de quien
hablaba Keenan, y sabía que su amigo salía con ambos sexos, pero tenía la
idea de que el gran lobo malo era de quien estaban hablando.
—Esto es más fuerte incluso que cuando estaba con Bryce, y Bryce
es la única persona de la que alguna vez me he enamorado. Quiero estar
con él, calmarle y ayudarle a recuperarse, estar allí siempre para él. Quiero
llegar a conocerle porque sé que nosotros seriamos perfectos el uno para el
otro. —Keenan debería haber estado feliz de averiguar que él tenía un
compañero, pero el hombre había apoyado su barbilla en las rodillas y se
miraba fijamente los pies. Todavía no había mirado a Oliver desde que la
sesión de entrenamiento había terminado.
—Entonces yo diría que has encontrado a tu compañero, pero no
puedo estar seguro. Sabes que he sido un shifter desde hace poco tiempo, y
no sé si siento el tirón de manera diferente que si yo fuera completamente
humano. Tal vez deberías preguntar a Jaime sobre eso.
La sonrisa que Keenan le dio era decidida, pero Oliver podía ver la
tristeza en ella. —No creo que sea necesario. No quiero que Jamie se
preocupe, e incluso si él es mi pareja, él dejo claro que no me quiere, así
que…
Oliver quería consolar a su amigo desesperadamente, pero no sabía
cómo. —Estamos hablando del ese lobo, ¿verdad? —No todos los shifters
que la manada había rescatado habían venido a la mansión. De los seis
shifters, sólo tres se habían mudado con ellos, un shifter zorro, un shifter
lince quien lamentablemente todavía no hablaba, y el lobo. Ellos también
habían rescatado a varios humanos que estaban en el laboratorio, y tres de
ellos habían venido a la mansión. Después de que Jared los examinara, dos
ya se habían ido a casa.
Keenan pensó en eso, entonces aparentemente decidió que podía
confiar en Oliver. —Sí, hablo de Jonah. Él es un shifter lobo. Yo… en
cuanto le vi la otra noche, yo solo sabía que él era mío. Me sentí tan feliz,
incluso si él estaba herido y receloso, pero pensé que mi presencia le 53
ayudaría a curarse. En cambio… él no puedo esperar para apartarse de mí.
—¿Hablaste de esto?
—Lo intente, pero desde que despertó en la enfermería el no me
habla. Yo... ni tan siquiera estoy seguro de si realmente soy su compañero
o si es otra cosa lo que siento. ¿Sí realmente fuera su compañero, él no me
querría?
—Oh, Keenan, no lo sé. No estoy seguro de cómo funciona esta cosa
de compañeros, ¿sabes? Por lo que he visto aquí, ellos siempre terminan
juntos, así que tal vez podrías intentarlo otra vez. He estado donde él se
encuentra ahora, e imagino que tienen que recuperar su vida antes de que
pueda pensar en alguien más. Solo han pasado unos cuantos días, dale
tiempo. Entonces intenta hablar con él otra vez. —Oliver colocó su brazo
alrededor de los hombros de su amigo—. Todo el mundo aquí te ama, no
entiendo porque él no lo haría. Tú eres del tipo al que la gente se apega,
¿sabes?
Keenan finalmente sonrió mientras golpeaba su hombro con el pecho
de Oliver. —Lo sé, soy muy amable. Así que, ¿qué pasa contigo? ¿Ya lo
has hecho con Sebastián? Tengo que decir que yo no veo ningún mordisco
de acoplamiento en ninguno de vosotros dos.
Oliver reconoció el intento de cambiar el tema de la conversación, y
con mucho gusto lo acepto, incluso cuando él realmente no quería hablar de
su vida sexual, con nadie. —Nop. Le hago trabajar por ello.
—No pensaras todavía que él no te quiere, ¿verdad? —Keenan
pregunto con un tono preocupado.
—No, no te preocupes. Cuando él estuvo en la enfermería nosotros…
Hablamos. —Oliver logro decir con la cara seria, pero la sonrisa de
satisfacción de Keenan fue suficiente prueba de que él sabía sobre que
había ido la conversación—. Entonces él descubrió que yo había movido
mis cosas y se enfadó, entonces lo moví todo de vuelta. Sé que él me
quiere, me dijo que sólo estaba asustado de hacerme daño, pero en realidad
nada cambió. Con los nuevos shifters en la casa y su trabajo, realmente no
tenemos mucho tiempo para nosotros.
—Tal vez deberías organizar algo.
—¿Cómo qué? —Oliver no estaba seguro de que él pudiera confiar
en las ideas locas de Keenan, pero no podía hacer daño solo escucharle, 54
¿verdad? La risa traviesa en la cara de Keenan le hizo creer que podía estar
equivocado.
—¿Alguna vez te dije lo que Jamie le compro a Ward para Navidad?
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Capítulo 5
¡Mierda, mierda, mierda! Oliver no sabía que había pasado o como
solucionar esto. Bien, sabía lo que había pasado. Él había cambiado por
primera vez, ¿pero realmente tenía que hacerlo mientras estaba desnudo en
la cama con Sebastián? Incluso más que eso, ¿realmente tuvo que hacerlo,
segundos después de que ellos acabaran de hacer el amor y se habían
reclamado el uno al otro?
Si Sebastián no hubiera sido tan rápido alejándose, Oliver habría
cambiado mientras… puf, ¡ni tan siquiera quería pensar en eso!
—En, ¿amor? Cuidado con esas garras, ¿vale?
Oliver comprendió que él había estado arañando el colchón, entonces
torpemente trató de sacar las garras de la tela, pero parecía que cada
movimiento que hacía, solo lograba destrozarlo un poco más. Le asustaba
moverse, pero podía oír los crujidos de la cama. No estaba hecho
exactamente para recibir un oso totalmente adulto con su compañero,
incluso si Sebastián estaba en forma humana.
Oliver podía imaginarse que él no se movía porque no quería
asustarle o a Yogui, pero ellos realmente no podían quedarse allí si querían
que la cama sobreviviera a su primera vez haciendo el amor. ¿Pero cómo
hacía que Sebastián se moviera? No era como si simplemente le pudiera
decir al hombre ya que no podía hablar.
Oliver miró a su compañero y estuvo aliviado por que no podía ver
ningún miedo en los ojos de Sebastián. En todo caso, pensaba que podía
ver asombro y amor brillando en ellos, pero no podía estar seguro, sobre
todo sobre lo segundo. Además no tenía tiempo para investigar ahora
mismo.
Ya que tenía la atención de su compañero, Oliver trató de hacerle
entender que tenía que moverse. Movió su cabeza hacia el lado de la cama,
un movimiento extraño y tope en esta forma. Se sentía como si todavía no
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tuviera el control de sus movimientos.
—¿Quieres que me mueva?
La cama crujió más fuerte y Oliver trató de asentir, pero salió un
poco demasiado entusiasta y golpeó la barbilla de Sebastián con su…
¿hocico? Sí, definitivamente era extraño, miro a Sebastián y maldijo, la
sangre brotaba de su labio ya que al parecer se había mordido cuando
Oliver le había golpeado. Él se apartó de Oliver y se bajó de la cama, y
Oliver se apresuró abajo, o al menos lo intentó.
No era fácil calcular como bajarse de la cama mientras él estaba
tumbado sobre su espalda, así que el probó a intentar deslizarse, pero
termino enterrando sus uñas en el colchón. Un sonido de desgarro ruidoso
lleno el cuarto y él se hubiera ruborizado si hubiera estado en la forma
humana. Se apresuró fuera de la cama, pero era demasiado tarde. Mientras
sentía las puntas de sus pelos llegar al borde, la cama colapso bajo su peso,
la madera crujiendo y protestando. Seguramente era más fácil bajarse
ahora, pero Oliver quería enterrarse en algún lugar donde nadie le
encontrara nunca.
En cambio, se acurruco en una esquina, tratando de hacerse tan
pequeño como podía. Estaba bastante seguro de que hizo un pobre trabajo
con eso, siendo un oso y todo eso, pero al menos no tenía que ver la sangre
gotear de la barbilla de Sebastián más. Mierda, ellos se habían emparejado
sólo segundos antes, y él ya demostraba que era un compañero malísimo y
un shifter peor. Él había pensado que el cambio vendría de manera natural,
una vez que él lograra que su vida fuera perfecta, pero esta situación no lo
era, ni mucho menos. Incluso ahora intentado ponerse en posición fetal, él
chocó contra la mesilla de noche y la lámpara salió volando, el golpe
ruidoso para sus ahora sensibles oído.
Bien, tal vez sería mejor si solo dejaba de moverse y cambiaba de
nuevo. Trato de haces solo eso, pero ya que no sabía cómo exactamente
había logrado cambian a un oso en primer lugar, él realmente no sabía
regresar su forma humana. Trató de concentrarse como Bryce le había
enseñado, pero en su forma humana en lugar de un oso, pero los resultados
fueron exactamente los inexistentes que esperaba.
—¿Bebé? ¿Estás bien? —Oliver sintió una mano hundiéndose en la
piel de su cuello y él hubiera ronroneado si fuera un gato. ¡Espera, él estaba 69
ronroneado! No tenía ni idea de que los osos hicieran ese tipo de ruidos,
pero dios, ¡se sentía bien tener algo de mascota en él! Movió su cabeza un
poco, tratando de acercarse al toque de Sebastián, pero de repente recordó
por qué se había ocultado en primer lugar. Dio una vistazo a su compañero
y estuvo aliviado de ver que ya no había nada de sangre. Sebastián ya se
había curado, cortesía de sus genes shifter, y él se había limpiado.
—¿Qué joder? —alguien gritó mientras la puerta se abría de golpe.
Oliver perdió el control solo unos segundos cuando se dio cuenta de
que quienquiera que estaba en la puerta veía a su compañero desnudo. Él se
alzó sobre sus… sorprendentemente rápidas patas, y se colocó delante de
su compañero, enfrentado a un atontado Bryce en todo su glorioso oso.
¡Maldición, era tan alto de pie sobre sus patas traseras! Era altísimo por
encima de Bryce o de Sebastián y literalmente podía sentir la parte de
arriba de su cabeza tocar el techo.
Tenía suerte de que a Dominic le gustaran los techos altos, porque
habría dejado una abolladura en uno más bajo.
Oliver gruñó en advertencia y chasqueo sus dientes, incluso si en el
fondo de su mente sabía que Bryce era un amigo y que él ya estaba
emparejado. Aunque Yogui no entendía nada de eso, al menos hasta que
Sebastián puso una mano en la peluda cintura de Oliver y se colocara
delante de él, mostrando a Oliver que estaba vestido. Para ahora Bryce se
reía con tanta fuerza que había tenido que sentarse en la butaca cerca de la
puerta, su cara roja mientras trataba de tomar suficiente aire solo para
comenzar a reírse otra vez en cuanto miro atrás a la cama.
Oliver gruñó otra vez, esta vez ¡Estaba pegado a su forma de oso, y
nadie le ayudaba!
—¿Bryce? ¿Qué está mal? —Genial, ahora Finn estaba allí también.
Tal vez simplemente podían dar una fiesta e invitar al resto de la manada
para que tuvieran unas cuantas risas a costa de Oliver. Quejándose, regreso
a sus cuatro patas y se giró con cautela, intentado evitar, tanto como podía,
tocar algo mientras regresaba a su esquina y ocultaba su cabeza bajo su
pata. Él podía oír a los tres hombres conversando, pero no presto atención a
lo que decían hasta que reconoció la voz de Dominic. Gimió mentalmente.
¿Realmente, todo el mundo tenía que venir aquí en este momento?
—Bebe, no te pongas así —dijo Sebastián—. Nadie está enfadado 70
contigo, y no me importa la cama. Iremos a comprar una nueva juntos,
¿bien?
Oliver gimió, no estaba seguro de si Sebastián en realidad esperaba
que respondiera, pero esto era lo mejor que podía hacer de todos modos.
—Eh, Oliver. Me alegro de ver que finalmente lograste cambiar. —
Dominic dijo con una sonrisa. Oliver rodo sus ojos al Alfa. Sí, sí, él sabía
que debería estar feliz de saber que podía cambiar. En realidad lo estaba,
pero ahora mismo él estaba más en un aprieto que en cualquier otra cosa—.
Bien, vamos a tratar de hacerte cambiar de vuelta. Solo enfócate en mi voz.
Oliver quería decirle a Dominic que él ya había tratado de
concentrarse y toda esa mierda, pero ya que no podía, decidió intentarlo
otra vez. No era como si tuviera muchas opciones. Se levantó, riendo
disimuladamente cuando vio que él se alzaba sobre Dominic también.
Entonces cerró sus ojos y se enfocó en la ahumada voz de Dominic,
mientras el Alfa le decía que se imaginase como el Oliver humano,
haciendo algo que le gustara hacer. Oliver no pudo evitar pensar en lo que
había estado haciendo solo hace unos minutos en la cama que ahora estaba
hecha pedazos sobre la alfombra.
Sí, esa había sido la experiencia sexual más increíble de la vida de
Oliver. No sólo sexual, no. Cuando el enlace había caído en su lugar, él
había sentido la felicidad emanando de Sebastián, y no podía esperar para
hacerlo otra vez, esperaba que pronto. Se imaginó como la lengua de
Sebastián se había sentido sobre su piel, como sus dedos se habían sentido
dentro de él, y sintió el aire temblando alrededor de él mientras su cuerpo
cambiaba. Esta era una sensación extraña, como si la carne de gallina
cubriera su cuerpo, una suave luz corrió sobre su piel, pero cuando abrió
sus ojos y miró abajo, vio sus pies. Sus pies humanos.
El también vio que mientras imaginarse con Sebastián le había
ayudado a cambiar, esto también le había dado una erección que ahora
mismo estaba a la vista de todo el mundo. Agarró la sabana de la cama
derrumbada y se ocultó debajo, pero cuando alzó la vista descubrió que
todo el mundo estaba ocupando examinando alguna otra parte del cuarto,
incluso si Bryce parecía sospechoso como si estuviera a punto de empezar
a reír de nuevo. El único que le miraba era Sebastián, y tenía una enorme
sonrisa en su cara. 71
—¿Yo… te hice daño?
—No, amor, no te preocupes. Ya está curado
Bryce miro de Oliver a Sebastián y lo perdió otra vez, rugiendo hasta
que Finn rodo sus ojos hacia Oliver y brillo con su compañero lejos.
—¿Cómo cambié? Quiero decir, traté de cambiar durante días y no
pude hacerlo, y ahora cambie sin querer.
—Bien, imagino que tu acoplamiento con Sebastián de algún modo
trajo a tu oso fuera. Ya que parece que todo está bien, los dejare.
Felicidades por vuestro emparejamiento, y ¿Oliver? Si quieres ayuda para
aprender a cambiar, solo pregunta. —Con eso Dominic se marchó y Oliver
se dejó caer sobre la cama. Esto podría haber ido peor, ¿verdad?
84
Capítulo 6
Oliver se sacudió despertándose por el sonido de un puñetazo en la
puerta de su suite. Mire el reloj sobre su mesilla de noche viendo que aún
no llegaba tarde, apenas era medianoche. Él y Sebastián se habían acostado
temprano porque mañana tenían que visitar una manada de alces que vivían
cerca de Sheridan, a un poco más de cuatro horas de distancia de Whitedell,
y sería un largo día. Todos los días parecían largos últimamente, pero
Oliver no podía quejarse. Todo el mundo trabajaba duro para poner a todos
los shifter a salvo de la Empresa de Investigación Glass. Desde Sheridan
ellos iban a visitar a varios grupos de shifter antes de volver a casa a tiempo
para la boda de Denver y Jeremy y para la inyección mensual de Oliver.
El puñetazo llegó otra vez y Sebastián se revolvió al lado de Oliver,
entonces él se apresuró a la puerta, esperando que su amante no se
despertara. Agarrando sus pantalones del pijama del suelo, se los puso y
abrió la puerta. —Mejor que sea una emergencia. —gruño al intruso,
asombrándose de nuevo de que pudiera hacer esos ruidos sin sonar falso.
Lamento su tono tan pronto como centro su vista delante de él.
Keenan estaba allí de pie, su cara pálida y sus ojos enormes, signos de
lágrimas caídas cubrían sus mejillas. Estaba abrazado a una almohada y
temblaba ligeramente. —¿Keenan? ¿Qué está mal? —Todo tipo de
escenarios pasaron pos su mente, pero sabía que no podía ser un ataque o
algo así.
—¿Puedo… puedo entrar? —hipó, y Oliver abrió la puerta
ampliamente, instando a su amigo a entrar—. Lo siento, ha… habría ido
donde Jamie, pe… pero sabe que es mi hermano y me habría en…
encontrado.
Oliver no tenía ni idea de lo que Keenan hablaba, pero podía ver
nuevas lágrimas brillando en sus ojos, y no sabía qué hacer. Nunca había
visto a su amigo tan aturullado y frágil, ni tan siquiera cuando había tenido
85
que romper con Bryce. —No te preocupes, Kee. Siempre eres bienvenido
aquí.
Ya que parecía que Keenan no podía decidir qué hacer él solo, Oliver
con cuidado le empujo al sofá y se apresuró a la pequeña cocina. No era
mucho, solo un pequeño refrigerador y un microondas, pero sería suficiente
para hacer una taza de té caliente para Keenan. Era lo que la madre de
Oliver siempre hacia cuando él se había hecho daño o estaba triste, y eso le
hizo sentirse culpable por no haberla llamado desde que había sido
liberado. Sus padres probablemente pensaron que él estaba muerto para
ahora, pero él no había querido llamar mientras estuvo enfermo. ¿Qué
había de bueno en darles esperanzas solo para morir unos meses más tarde?
Ahora él estaba bien, y lo haría, solo que no ahora mismo.
Apartando los pensamientos de su madre, Oliver se centró en
Keenan. El hombre estaba acurrucado en un lado del sofá, su almohada
colocada apretada entre sus piernas y sus brazos, sus rodillas dobladas
mientras las abrazaba. Él miraba inexpresivamente hacia delante, y eso
asusto enormemente a Oliver. ¿Qué había pasado?
Él colocó la taza sobre la mesa del centro y se sentó al lado de
Keenan, deslizando el brazo sobre el hombro de su amigo. —¿Keenan?
¿Qué pasó?
Keenan se giró para mirarle. —Lo siento. No quise despertarte, pero
no podía volver a mi cuarto.
—¡Eh!, está bien. Puedes dormir aquí si quieres. —La pequeña
sonrisa que apareció sobre los labios de Keenan era una buena señal.
—Nos peleamos.
—¿Tú y Jonah?
—Sí. Creo que es mi compañero, pero yo no soy un shifter, así que
no puedo saberlo con seguridad, ¿sabes? Yo… pensé que finalmente sería
capaz de ser feliz, igual que tú y Sebastián, y Jamie con Ward, pero él se
marcha.
Oliver en realidad había sospechado que algo así pasaría, y había
rezado para que el lobo no fuera el compañero de Keenan, incluso si había
visto los signos. El hombre estaba roto, y Oliver no estaba seguro de que
mejoraría alguna vez, aunque lo esperaba por su amigo.
—Intenté hablar con él, pero dice que lo ha decidido. Me enfadé y 86
grité, y él gritó de vuelta y… su bolsa estaba cerca de la puerta, entonces
trato de agarrarla y marcharse. Agarré su brazo y él me empujó. No me
hizo daño. —dijo Keenan rápidamente cuando Oliver gruñó. —Él no me
hizo daño, pero yo… primero Bryce, ahora Jonah… ¿No soy bueno para
nadie, verdad?
—Ah, Keenan, no. Tú eres dulce, cariñoso y divertido y un montón
de otros adjetivos, y estoy seguro de que Jonah querría estar contigo si no
estuviera tan dañado. Él ha ido al infierno y vuelto, Keenan. Tienes que
darle tiempo para curarse.
—Quiero hacerlo, pero ¡se marcha! ¡Ni tan siquiera nos dará una
oportunidad!
Oliver no sabía que decir. Entendía el punto de vista de Keenan, pero
también sabía lo que Jonah había estado pensando, o al menos tenía una
idea. Un puñetazo en la puerta le libro de tener que decir algo.
—Probablemente es él. —Keenan dijo.
—¿Quieres que le despida?
Keenan sacudió su cabeza. —No lo sé.
Oliver se levantó y abrió la puerta, era Jonah. —Hola.
—Eh, hola, ¿está Keenan aquí? —El lobo era grande, pero la
expresión en su cara le hacía parecer indefenso. Parecía perdido, como si
no supiera que hacer, y eso hizo que Oliver quisiera abrazarle y
tranquilizarle, pero no quería que su compañero oliera a otro shifter sobre
él a estas horas de la noche, así que solo asintió y dio un paso fuera,
cerrando la puerta detrás de él. —Sí, está aquí.
Él podía ver la expresión de alivio sobre la cara del gran lobo, y
comprendió que Jonah se preocupaba por Keenan. —Nosotros peleamos.
Lo siento, no quiero marcharme, pero tengo que hacerlo.
—Entiendo. —dijo Oliver asintiendo—. He estado donde estás tú, y
sé que necesitas tiempo. Keenan sólo quiere ayudarte, y después de lo que
paso con Bryce, él se siente como si no fuera suficientemente bueno. —
Oliver no estaba seguro de si Jonah sabía lo que había pasado con Bryce,
pero esperaba que para ahora los chismosos de la manada hubieran hecho
su trabajo.
—Sí, lo sé. Siento que él piense eso, y traté de explicarle, pero no
puedo ser un compañero si no me curo primero, y para hacer eso necesito 87
algo de tiempo para mí y lejos de los shifters.
La puerta se abrió detrás de Oliver y vio a Keenan salir. Él sonrió a
Jonah. —Les dejaré para que hablen. Keenan, puedes dormir en el sofá si
quieres. —vaciló—. Espero que vuelvas.
—Lo hare.
Oliver dejó a los dos hombres fuera de su suite y se deslizo de vuelta
a la cama con Sebastián. Su compañero inmediatamente se enrollo
alrededor de Oliver y preguntó. —¿Cómo fue?
—¿Lo oíste todo?
—Sí, excepto lo que ocurrió entre tú y Johan.
—Nada, en realidad. Me dijo que tienen que marcharse, y les deje a
los dos para que hablaran—.
—¿Crees que volverá?
—Sí, creo que lo hará. Vi que ya se preocupa por Keenan, sólo
necesita tiempo para aprender a tratar con lo que le pasó. —Oliver no sabía
exactamente lo que habían hecho a Jonah en el laboratorio, y realmente no
quería saberlo. Ya tenía suficientes pesadillas para que le duraran toda una
vida, pero sabían que incluso con lo que le habían hecho a su ADN, él
había salido de alguna manera relativamente bien. Él había visto cosas
allí… sí, él era uno de los afortunados.
Sebastián pareció comprender a donde iban sus pensamientos porque
le abrazó más apretado y colocó un beso sobre su cabeza. —Estas a salvo,
bebé. No dejaré que nadie te haga daño. Trata de dormir, ¿vale?
Oliver se acurrucó más apretado contra el pecho de Sebastián y
suspiró. Sí, se sentía seguro justo donde estaba.
100
Capítulo 7
Ellos llegaron a casa en medio de la noche, más bien la mañana en
realidad, ya que eran las cuatro de la mañana, así que aparte de los tipos de
guardia, no se encontraron con nadie, y Oliver nunca había estado tan
agradecido de algo. Le gustaba vivir aquí, realmente lo hacía, pero a veces
era sofocante y él solo necesitaba algo de tiempo a solas con su compañero.
La familia de Oliver era pequeña, solo él, su hermana, su hermano, y
sus padres. Bien, así que tal ven no podía ser tan pequeña para algunos,
pero en comparación con el número de gente que vivía en la mansión, era
diminuta. Lo que era extraño era que él realmente sentía como si cada
miembro de la manada fuera familia. Desde luego había algunos miembros
con los que se relacionaba menos, o con los que Oliver pasaba menos
tiempo, pero por lo general eran, en realidad, una entrometida gran familia.
Oliver se sentía como si apenas tuviera la energía para subir las
escaleras a su cuarto. Joder, ¿por qué siempre había tantas? Porque seguro
que parecía como si se hubieran multiplicado durante el tiempo que Oliver
y Sebastián habían estado fuera.
Él lanzó su bolsa a una esquina del dormitorio y se derrumbó sobre
la cama, suspirando felizmente. ¡Hogar dulce hogar! Aunque ellos en
realidad no serían capaz de dormir mucho, ya que estaba seguro de que
Jeremy necesitaría su ayuda de una manera u otra, y tenían que informar a
Dominic a primera hora mañana, bien, tal vez a la tarde, pero esperaba
poder dormir al menos ocho horas. No estaba seguro de que pudiera
funcionar con menos, no después del viaje de dos semanas, Sí, habían
dormido en moteles, pero ningún lugar era como casa, y él, realmente,
nunca dormía bien si no estaba en su cama.
—¿Quieres ducharte?
Oliver abrió un ojo y echó un vistazo a su compañero. Mmm, él
estaba en conflicto. Realmente se sentía tannn cansado, pero tomar una
101
ducha con Sebastián significaba que vería a su compañero todo húmedo y
reluciente. Ya podía ver las pompas de jabón deslizándose desde sus
hombros hacia sus duros abdominales, luego bajando… tal vez podría
ayudar a Sebastián a lavarse muy, muy a fondo. Todo el mundo tenía que
lavarse su espalda, ¿verdad?
—Literalmente puedo ver las ruedas girando en tu cabeza mientras
piensas, bebe. —Dijo Sebastián con una sonrisa—. Así qué, ¿vienes?
Oliver se rio. —Oh sí, voy a venirme muy bien.
—Oh, eres un compañero travieso.
Las bromas y risas estaban bien. El que pudieran bromear sobre
cosas como estas, le hacían sentir a Oliver incluso más cerca de Sebastián,
después de un día tan lleno de emociones. —¡El primero en llegar a la
ducha consigue una mamada! —gritó Oliver, su camisa lanzada al suelo
mientras corría hacia la puerta del cuarto de baño.
Su compañero no estaba lejos, colocando su brazo alrededor de la
cintura de Oliver y levantándole como si él no pesara nada, luego le dejo
detrás, de modo que él fuera el primero en entrar en el cuarto de baño.
—¡No vale! ¡Has hecho trampas!
—¡No! Solo uso lo que la madre naturaleza me dio —dijo Sebastián,
colocándose en una pose de culturista y besando sus bíceps uno tras otro.
Eso envió a Oliver a un ataque de risa, pero todavía tomó la oportunidad de
entrar en la ducha con sus pantalones todavía puesto. Por suerte para él se
había quitado los zapatos y calcetines antes de acostarse sobre la cama, así
que solo estaba en vaqueros.
—¡Ahora eso es hacer trampas! —gruño Sebastián.
Yam, el hombre era magnífico cuando estaba desnudo, eso hizo que
Oliver quisiera lamer cada pulgada de ese cuerpo caliente y tomarse su
tiempo para conseguir una buena probada. —¡No lo son! ¡Solo dije quien
entre en la ducha primero, nunca mencione que tuviéramos que estar
desnudos! Además, ya que tú me debes una felación, pensé que tú querrías
desenvolver tu regalo. —dijo Oliver meneando su trasero.
La situación continuó divertida hasta que Sebastián abrió el agua, el
rocío frío golpeando sobre su espalda.
Oliver aulló y salto adelante, directamente a los brazos de su muy
desnudo compañero. Él sintió el temblor de Sebastián cuando el agua fría 102
sobre el cuerpo de Oliver le toco, entonces decidió vengarse. Colocó sus
piernas alrededor de la cintura de su compañero y sus brazos alrededor del
cuello, pegando su cuerpo tanto como podía sobre el caliente de Sebastián
y restregó sus pechos juntos mientras trataba de conseguir a su compañero
mojado.
Claro, el agua en la piel de Oliver no estaba ya fría, pero ¡era tan
divertido de todos modos!
Las cosas se volvieron serias rápidamente, sus labios se encontraron
como si tuvieran mente propia, sus lenguas enlazadas, y Oliver ya
lamentaba no haberse quitado sus pantalones antes. Podía sentir la erección
de Sebastián alineada contra la suya, pero la capa de grueso algodón lo
hacía frustrante. Quería estar desnudo, ¡maldición!
Sebastián dio un paso dentro de la ducha todavía con Oliver sobre él,
pero estaba vez el agua estaba caliente. No era particularmente cómodo con
el algodón de sus vaqueros poniéndose inmediatamente empapado y
pesado, pero eso no era una razón lo bastante buena, para mover a Oliver
de su lugar favorito para estar en el mundo, los brazos de su compañero.
Sebastián azotó su culo, el golpe amortiguado por sus vaqueros, pero
todavía oh – tan – agradable. —Baja, diablillo. Te debo una mamada y yo
siempre pago mis deudas.
Oliver se apresuró a bajar y casi se cayó de morros cuando resbalo
sobre el mojado suelo, pero su compañero estaba allí para agarrarle, justo
como siempre. Apoyó a Oliver contra los azulejos y Oliver silbó por la
sensación de frió. No duró mucho tiempo, sobre todo porque esta vez
Sebastián comenzó a trabajar en el botón de los vaqueros de Oliver.
Aunque esa era la parte fácil.
El algodón mojado se adhería a las piernas de Oliver mientras
Sebastián trataba de bajarlo, y el león pronto comenzó a gruñir a la
ofensiva tela. —Espero que no tengas un cariño especial a estos pantalones.
Antes de que Oliver siquiera pudiera penar por qué Sebastián lo
preguntaba, el sonido de tela siendo rasgada en pedazos lleno el cuarto y
pronto Oliver podía sentir el agua caliente golpeando sus piernas. Mirando
abajo, vio que Sebastián había cambiado parcialmente, solo sus uñas, y las
había usado para ocuparse de su problema. Sus vaqueros estaban hechos
pedazos en el suelo, absorbiendo aún más agua. Oliver se encogió de 103
hombros. Realmente no se preocuparía por eso.
No tuvo tiempo para reñir a su compañero, porque de repente, un
calor húmedo rodeó la cabeza de su polla. Sebastián chupó con fuerza y
Oliver estaba en el cielo. Soltó un gemido largo mientras deslizaba sus
manos en el pelo de Sebastián acariciando a su compañero mientras se
ocupaba de él. —Dios, tengo que hacer estas apuestas más a menudo.
Sebastián se rió alrededor de su polla, las vibraciones reverberando
en sus pelotas y haciendo que se apretaran aún más. ¿Cómo era posible que
con el más leve toque de su compañero, ya estuviera listo para correrse?
¡Solía tener más resistencia que esto! Bueno, al menos el hecho de que
ahora era un shifter significaba que podía permanecer duro un rato y tener
más de una ronda de amor.
Oliver oyó el ruido de un bote abriéndose y brevemente se preguntó
cuándo Sebastián había agarrado el lubricante, pero realmente no le
preocupaba, especialmente cuando Sebastián trago su polla hasta la raíz y
chupó con fuerza antes de subir otra vez y girar su lengua sobre su cabeza.
Dejó que su cabeza se apoyara en la pared de detrás, sabiendo que si
miraba abajo al modo en que los labios de Sebastián se estiraban alrededor
de su eje, él se correría, como, ahora mismo. Realmente quería tener a su
compañero dentro cuando esto pasara. —Amor, por favor. Estírame
rápidamente.
Sebastián entendió inmediatamente lo que Oliver quería y no perdió
tiempo, empujo dos dedos lubricados en la apretada entrada de Oliver. Esto
quemó, pero también se sentía tan malditamente bien, especialmente
cuando Sebastián golpeo su punto dulce en el tercer empuje.
Oliver descaradamente movió sus caderas, empalándose sobre los
dedos de su amante antes de inclinarse adelante dentro de la boca de
Sebastián, entonces repitió el movimiento una y otra vez. Él sintió un tercer
dedo deslizándose al lado de los dos primeros, y como eso no dolió, supo
que estaba listo. Tirando ligeramente del pelo de Sebastián él trato de hacer
entender a su compañero lo que quería. No estaba seguro de que pudiera
usar su voz ahora mismo excepto para gemir y gruñir, así que tenía que ser
bastante.
Sebastián estaba en sincronía con Oliver y se levantó con un
movimiento fluido que armonizaba con el gato dentro de él. Colocó sus 104
brazos bajo las rodillas de Oliver y lo alzo, haciendo que Oliver aullara y se
sujetara fuertemente al cuello de su compañero. Eso le hizo estremecerse,
el saber que su compañero podía manejarle así, podía sostener su peso
mientras se empujaba profundamente dentro de él y apoyaba su espalda
contra los mojados azulejos.
Oliver incluso no noto la sensación de frió esta vez, ya que estaba
demasiado ocupado con la sensación de su compañero enterrado
profundamente dentro de él, el modo en que las caderas de Sebastián
golpeaban contra su carne y los gemidos que salían de la garganta de su
compañero. Había demasiadas sensaciones, y el placer crecía y crecía hasta
que explotó, pintando los pechos de ambos con su semilla nacarada.
Él incluso no tuvo tiempo de bajar de la cima inducida por el
orgasmo antes de que Sebastián le mordiera, reclamándole una vez más y
alargando su orgasmo sin cesar. Oliver se perdió en el placer mientras
Sebastián se unía a él. Sintió las ráfagas profundamente dentro de él y
suspiro largamente mientras apoyaba su cabeza en el hombro de su
compañero. Dios, se sentía tan cansado que pensó que podría dormirse
justo ahí en la ducha, pero Sebastián no le dejaría.
Su amante le lavó tiernamente, salpicando pequeños besos sobre la
piel de Oliver antes de envolverle en una toalla suave y llevarle a la cama,
siguiéndole inmediatamente. —Así que, ¿qué piensas de mi familia?
—Bien, me gusta tu hermano.
Sebastián se rio. —¿Mi padre no tanto?
—Umm, no, no exactamente. —Él sabía que a Sebastián le gustaba
su padre tanto como a Oliver, y sentía que su compañero no tuviera una
verdadera familia. Aunque eso le hizo pensar en su familia, y entonces
miró el reloj sobre su mesilla de noche viendo que eran las cuatro y media,
Sabía que su madre ya estaría levantada. Sentándose en la cama, agarró su
teléfono y se acurruco contra el pecho de su compañero antes de marcar un
número que se sabía de memoria. Esperaba que no hubiera cambiado en los
casi dos años que él había estado lejos.
—¿Hola?
—Hola, mamá. Soy yo, Oliver.
Fin
105
Créditos
Lulu
Cyllan
Clau
Pervy
MorganaCeltic
106