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Diego Paniagua Alhama

Rubén Espada Pérez


Miguel Carretero Cabezas
Érase una vez un niño que amaba la celebración de
Halloween. El día previo a la celebración, el niño estaba muy
contento ya que en la escuela estaban realizando trabajos para
decorar la clase, él estaba realizando un dibujo de un murciélago.
Aquella noche tuvo una extraña pesadilla, soñaba que se caía al
suelo y se despertaba en un mundo paralelo en el que había
vampiros, zombis, esqueletos, fantasmas…
Por la mañana, le comunicaron que esa noche habría una
fiesta de Halloween en la escuela, y que habría que ir disfrazados
de algún tipo de monstruo. Él decidió vestirse de fantasma, todos
sus compañeros se burlaron de él ya que decían que el disfraz era
patético.
Mientras los profesores estaban preparando un pasadizo del
terror. Cuando atravesaban el pasadizo del terror, el niño cayó
pegándose un gran golpe en el suelo.
Cuando despertó, del gran dolor que sentía el niño no sabía
dónde estaba, de repente, vio un zombi. Tan grande fue el impacto
y el susto que el niño sentía que pegó un gran grito:

¡aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!
Salió corriendo, tras llevar un rato corriendo se sintió cansado
y se tiro al suelo para descansar. Él estaba muy asustado de que le
hiciese algo el zombi, pero no, el zombi solo quería ayudarle, lo
levantó y se lo llevó a una base donde había un brujo que con su
magia construía una maquina. El brujo le dijo: para volver has de
resolver una de tres adivinanzas, tienes tres intentos, la primera es
esta:
Tengo calor y frío y no frío sin calor sin ser mar ni rio peces en mí
he visto yo. ¿Quién soy?
-Fácil, es el Océano
-No, es la sartén
La siguiente es:
En lo alto vive, en lo alto mora, en lo alto teje la tejedora.
¿Qué es?
-Esta es más difícil, creo que es la cabra
-No, es la araña
La última:
¿Qué cosa ha sido y tiene que ser y que cuando sea dejará de ser?
-Esta es muy difícil, creo, no estoy seguro, pero creo que es el
mañana
- ¡Correcto! Puedes volver
Cuando la máquina estuvo lista abrió un portal que el niño
atravesó con un poco de miedo.
Mientras que se trasladaba a su universo, vio que lo habían
engañado porque al cruzar el portal no pasaba nada de nada y
pensó si de un susto vine a este lugar de un susto volveré a casa,
así que le dijo al zombi: pégame un susto, el zombi se fue para un
lado, el niño no le prestó atención así que el zombi aprovecho y lo
asustó. El niño se volvió a desmallar y al despertar vio muchos
monstruos y dijo no me hagáis daño y los monstruos dijeron:
-Tú estás loco, somos tus amigos.
-Ah, vale
-¿Qué te ha pasado?
El niño les contó a sus amigos lo ocurrido y dijeron:
-Eso es mentira los monstruos no existen.
-Es verdad.
La niña más lista de la clase dijo:
-Según un proceso matemático, la gravedad puede crear
distorsiones espacio-temporales. Todo el mundo creyó su opinión y
creyeron lo que había sucedido.

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