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Causas que generan

los trastornos de
ansiedad en niñ os
de entre 6 a 9 añ os

Alumnas: Paulina Olivares

Yerely Miranda

Karen Araya
Tabla de contenido

INTRODUCCIÓN.............................................................................................................................2
Planteamiento del problema..........................................................................................................3
Las familias disfuncionales son las principales causantes del trastorno de ansiedad en
niños entre 6 a 9 años................................................................................................................3
Objetivos:..........................................................................................................................................4
Objetivo general...........................................................................................................................4
Objetivos específicos..................................................................................................................4
Metodología del trabajo....................................................................................................................5
Ansiedad............................................................................................................................................6
Ansiedad en el infante y el adolescente...................................................................................7
Trastornos de ansiedad según la DSM-IV TR.........................................................................8
Algunos criterios de diagnóstico del DSM IV son:..................................................................8
Criterios para el diagnóstico del trastorno obsesivo-compulsivo......................................8
Criterios para el diagnóstico del trastorno de ansiedad generalizada............................10
Criterios diagnósticos para el trastorno de ansiedad de separación..............................12
CONCLUSIÓN...............................................................................................................................14
BIBLIOGRAFÍA..............................................................................................................................15

1
INTRODUCCIÓN

Los trastornos de ansiedad son condiciones comunes en la infancia y adolescencia, con


una prevalencia mundial que oscila en la literatura médica entre el 4% y 32%. Impactan
negativamente la autoestima, las relaciones sociales, el rendimiento académico, la vida
familiar y los futuros logros ocupacionales. Coexisten con otros trastornos del estado de
ánimo o conductuales, y suelen ser fuertes predictores de trastornos de ansiedad en la
vida adulta y de otras psicopatologías. A pesar del gran impacto que generan en la salud
pública, y en la vida de los pacientes y sus familias, estos trastornos suelen no ser
diagnosticados y, por lo tanto, no ser tratados en los pacientes pediátricos. Por lo general
la búsqueda de ayuda médica se da tardíamente, por parte de los padres, cuando los
síntomas ansiosos ya llevan meses o, incluso, años instaurados, y empiezan a generar
disfunción en la vida del niño, o aumentan de severidad hasta hacerse intolerables. Los
primeros en ser consultados usualmente son los pediatras; por ende, es de vital
importancia que todo pediatra comprenda y esté capacitado para realizar un
reconocimiento temprano de estos trastornos, que garantice un manejo oportuno para
minimizar el compromiso funcional que generan si no son tratados.

El objetivo del presente artículo es proporcionar a la comunidad de pediatras un resumen


actualizado y conciso de la evaluación y manejo de los trastornos de ansiedad en la
infancia y la adolescencia.

2
Planteamiento del problema
Las familias disfuncionales son las principales causantes del trastorno de
ansiedad en niños entre 6 a 9 años

Existen varios estudios desde años anteriores que demuestran que la familia es
demasiado influyente en estos trastornos, tanto genéticamente como por depresiones de
los familiares de primer grado, existen diferentes tipos de trastornos de ansiedad, como lo
es la ansiedad generalizada, trastornos de angustia, y agorafobia, etc. De esto dependerá
e influirá la familia tanto genética como conductualmente.

Un ejemplo es la teoría que realizo Harris y cols (1983) estudiaron el riesgo de morbilidad
de trastorno de angustia en familiares de primer grado de pacientes con este trastorno, y
encontraron diferencias significativas entre estos y los controles. El riesgo de padecer
agorafobia sólo se incrementaba si los familiares sufrían este trastorno. Sin embargo, el
riesgo de padecer trastorno de pánico aumentaba tanto si los familiares sufrían trastorno
de angustia como agorafobia. Por otra parte, en los casos en los que existía agregación
familiar, la agorafobia tenía un comienzo más precoz, sintomatología más grave y peor
pronóstico.

Por otra parte, los estudios familiares que relacionan ansiedad y depresión han
despertado gran interés. Algunos de los mismos demuestran la existencia de una relación
familiar entre trastorno de ansiedad y depresión mayor, y apuntan que existe un riesgo
mayor de padecer depresión y trastornos de ansiedad en los familiares de los que
padecen ambos trastornos, comparados con aquellos cuyos familiares sólo sufren
depresión. Por ello algunos autores consideran que la depresión acompañada de
síntomas de ansiedad intensos constituye una entidad diferenciada dentro de los
trastornos afectivos.

La asociación de depresión y trastorno de angustia multiplica por dos la probabilidad de


padecer depresión mayor, trastorno de angustia, fobia simple y alcoholismo, en familiares
de primer grado.

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Objetivos:

Objetivo general

 Diferenciar en que afecta la familia en los distintos tipos de trastornos de ansiedad


en niños en etapa escolar.

Objetivos específicos

 Identificar los diferentes tipos de trastornos de ansiedad y sus manifestaciones


clínicas.

 Analizar el tratamiento de un caso clínico de un niño con trastorno de ansiedad.

 Definir las conductas de la familia que refuerzan las respuestas de ansiedad en el


niño.

 Describir cómo afecta la depresión de algún familiar de primer grado en un niño en


etapa escolar.

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Metodología del trabajo

5
Ansiedad

La ansiedad es básicamente un mecanismo defensivo. Es un sistema de alerta ante


situaciones consideradas amenazantes. Es un mecanismo universal, se da en todas las
personas, es normal, adaptativo, mejora el rendimiento y la capacidad de anticipación y
respuesta. La función de la ansiedad es movilizar al organismo, mantenerlo alerta y
dispuesto para intervenir frente a los riesgos y amenazas, de forma que no se produzcan
o se minimicen sus consecuencias. La ansiedad, pues, nos empuja a tomar las medidas
convenientes (huir, atacar, neutralizar, afrontar, adaptarse, etc.), según el caso y la
naturaleza del riesgo o del peligro. El peligro viene dado por la obstaculización de
cualquier proyecto o deseo importante para nosotros, o bien por la degradación de estatus
o logros ya conseguidos. El ser humano desea lo que no tiene, y quiere conservar lo que
tiene.

La ansiedad pues, como mecanismo adaptativo, es buena, funcional, normal y no


representa ningún problema de salud.

Sin embargo, en algunos casos, este mecanismo funciona de forma alterada, es decir,
produce problemas de salud y, en lugar de ayudarnos, nos incapacita. ¿Qué factores
pueden influir en que un mecanismo normal, saludable y adaptativo deje de serlo?

 Factores biológicos, algunos de ellos genéticos.


 Factores de personalidad, patrones de afrontamiento del estrés, estilo de vida.
 Factores ambientales, aprendizaje, contextos y apoyos sociales.
 Factores activadores o desencadenantes.

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Ansiedad en el infante y el adolescente

Si se revisan los términos y clasificaciones utilizados en los últimos años para designar y
englobar los trastornos ansiosos en la infancia y adolescencia es muy posible que surja
una inevitable confusión debido a la profusión de los mismos y a las diferentes
conceptualizaciones que subyacen en las principales clasificaciones diagnósticas
vigentes.

Sobre la base de importantes trabajos de investigación que durante los años siguientes se
llevaron a cabo, comenzaron a individualizarse diferentes trastornos de ansiedad en
función de su sintomatología clínica, antecedentes familiares, inicio y evolución. Dichos
estudios cristalizaron en los criterios diagnósticos del DSM-III, que supusieron un
importante avance en la clasificación de los trastornos ansiosos. Un grupo de trastornos
fue identificado como de “inicio en la infancia y adolescencia” y de ellos, los que incluían
la ansiedad como primera manifestación: trastorno por ansiedad de separación, trastorno
por evitación y trastorno por ansiedad excesiva, a los que se unían los trastornos ansiosos
incluidos en la parte general y que también pueden presentarse en la infancia: agorafobia
con o sin ataques de pánico, trastorno de pánico, fobia simple y social, trastorno obsesivo
compulsivo y trastorno por estrés postraumático.

En la versión más reciente, DSM-IV (APA, 1994), de los trastornos de ansiedad de inicio
más frecuente en la infancia y adolescencia solamente se ha mantenido el trastorno de
ansiedad por separación, utilizándose las mismas categorías diagnósticas para los
cuadros ansiosos, ya comiencen en la infancia o en la vida adulta. El trastorno por
evitación se ha incluido dentro de la fobia social en atención a sus similitudes
fenomenológicas, y el El trastorno por evitación en el trastorno por ansiedad generalizada,
ya que eran muchos los autores que hacían notar la inexistencia de datos clínicos y
experimentales suficientes para mantener que se trataba de una entidad independiente y
diferenciada del resto de los trastornos de ansiedad; y el solapamiento que existía entre
varias categorías diagnósticas, principalmente con el trastorno por ansiedad generalizada,
era considerable.

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Trastornos de ansiedad según la DSM-IV TR ƒ

 Ataques de pánico (crisis de ansiedad, crisis de angustia, panic attack) ƒ


 Agorafobia

− Trastorno de angustia sin agorafobia

– Trastorno de angustia con agorafobia

− Agorafobia sin historia de trastorno de angustia ƒ

 Fobia específica ƒ
 Fobia social
 Trastorno obsesivo-compulsivo ƒ
 Trastorno por estrés postraumático ƒ
 Trastorno por estrés agudo
 Trastorno de ansiedad generalizada
 Trastorno de ansiedad debido a enfermedad médica
 Trastorno de ansiedad inducido por sustancias

Además de estos trastornos, agrupados bajo el rótulo “trastornos de ansiedad”, en la


DSM-IV TR se incluye finalmente un trastorno de ansiedad infantil, el trastorno de
ansiedad por separación.

Algunos criterios de diagnóstico del DSM IV son:

Criterios para el diagnóstico del trastorno obsesivo-compulsivo

A. Se cumple para las obsesiones y las compulsiones:

Las obsesiones se definen por 1, 2, 3 y 4:

1. Pensamientos, impulsos o imágenes recurrentes y persistentes que se experimentan


en algún momento del trastorno como intrusos e inapropiados, y causan ansiedad o
malestar significativos

2. Los pensamientos, impulsos o imágenes no se reducen a simples preocupaciones


excesivas sobre problemas de la vida real

3. La persona intenta ignorar o suprimir estos pensamientos, impulsos o imágenes, o bien


intenta neutralizarlos mediante otros pensamientos o actos

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4. La persona reconoce que estos pensamientos, impulsos o imágenes obsesivos son el
producto de su mente (y no vienen impuestos como en la inserción del pensamiento)

Las compulsiones se definen 1 y 2:

1. Comportamientos (p. ej., lavado de manos, puesta en orden de objetos,


comprobaciones) o actos mentales (p. ej., rezar, contar o repetir palabras en silencio) de
carácter repetitivo, que el individuo se ve obligado a realizar en respuesta a una obsesión
o con arreglo a ciertas reglas que debe seguir estrictamente.

2. El objetivo de estos comportamientos u operaciones mentales es la prevención o


reducción del malestar o la prevención de algún acontecimiento o situación negativos; sin
embargo, estos comportamientos u operaciones mentales o bien no están conectados de
forma realista con aquello que pretenden neutralizar o prevenir o bien resultan claramente
excesivos.

B. En algún momento del curso del trastorno la persona ha reconocido que estas
obsesiones o compulsiones resultan excesivas o irracionales.

Nota: Este punto no es aplicable en los niños.

C. Las obsesiones o compulsiones provocan un malestar clínico significativo, representan


una pérdida de tiempo (suponen más de 1 hora al día) o interfieren marcadamente con la
rutina diaria del individuo, sus relaciones laborales (o académicas) o su vida social.

D. Si hay otro trastorno, el contenido de las obsesiones o compulsiones no se limita a él


(p. ej., preocupaciones por la comida en un trastorno alimentario, arranque de cabellos en
la tricotilomanía, inquietud por la propia apariencia en el trastorno dismórfico corporal,
preocupación por las drogas en un trastorno por consumo de sustancias, preocupación
por estar padeciendo una grave enfermedad en la hipocondría, preocupación por las
necesidades o fantasías sexuales en una parafilia o sentimientos repetitivos de
culpabilidad en el trastorno depresivo mayor).

E. El trastorno no se debe a los efectos fisiológicos directos de una sustancia (p. ej.,
drogas, fármacos) o de una enfermedad médica. Especificar si: − Con poca conciencia de
enfermedad: si, durante la mayor parte del tiempo del episodio actual, el individuo no
reconoce que las obsesiones o compulsiones son excesivas o irracionales.

9
Tratamiento

La mayoría de los niños con TOC se pueden tratar y mejoran con una combinación
de tratamiento psicológico de tipo cognitivo conductual llamado de "exposición y
prevención de respuesta" (E-PR) y un medicamento del grupo de los antidepresivos
inhibidores selectivos de recaptación de serotonina (ISRS) (fluoxetina, sertralina,
paroxetina, o fluvoxamina). El tratamiento debe ser  realizado por un médico experto en
niños con TOC (a veces la psicoterapia la hace un psicólogo).

Generalmente se necesita un tratamiento farmacológico más largo (más de 1 año) y una


dosis superior a la necesaria para tratar la depresión, pero si se hace correctamente, se
obtienen resultados muy satisfactorios.

Parte del tratamiento conductual incluye enseñar al niño y a los padres a hablar de una


forma diferente del TOC, y separar lo que es el niño de lo que es el TOC. El niño aprende
a anticipar los pensamientos involuntarios y absurdos, y se le enseña poco a poco a evitar
hacer la compulsión. Por ejemplo, se le hace tocar un picaporte y resistir el impulso de
lavarse las manos.

Mientras el niño no puede lavarse se hacen ejercicios de relajación, de valoración realista


del riesgo, y de distracción, así, disminuye la ansiedad sin recurrir al acto compulsivo.
Poco a poco el niño va eliminando las compulsiones, primero las más sencillas, las que le
cuestan menos. Además del trabajo en el despacho, el niño realiza ejercicios en casa con
sus padres. La asociación del tratamiento conductual a la medicación, aumenta la
probabilidad de que el niño siga sin síntomas cuando en el futuro se interrumpa
gradualmente la medicación.

Criterios para el diagnóstico del trastorno de ansiedad generalizada

A. Ansiedad y preocupación excesivas (expectación aprensiva) sobre una amplia gama de


acontecimientos o actividades (como el rendimiento laboral o escolar), que se prolongan
más de 6 meses.

B. Al individuo le resulta difícil controlar este estado de constante preocupación.

C. La ansiedad y preocupación se asocian a tres (o más) de los seis síntomas siguientes


(algunos de los cuales han persistido más de 6 meses).

Nota: En los niños sólo se requiere uno de estos síntomas:

1. inquietud o impaciencia

2. fatigabilidad fácil

3. dificultad para concentrarse o tener la mente en blanco

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4. irritabilidad

5. tensión muscular

6. alteraciones del sueño (dificultad para conciliar o mantener el sueño, o sensación al


despertarse de sueño no reparador)

D. El centro de la ansiedad y de la preocupación no se limita a los síntomas de un


trastorno; por ejemplo, la ansiedad o preocupación no hacen referencia a la posibilidad de
presentar una crisis de angustia (como en el trastorno de angustia), pasarlo mal en
público (como en la fobia social), contraer una enfermedad (como en el trastorno
obsesivo-compulsivo), estar lejos de casa o de los seres queridos (como en el trastorno
de ansiedad por separación), engordar (como en la anorexia nerviosa), tener quejas de
múltiples síntomas físicos (como en el trastorno de somatización) o padecer una
enfermedad grave (como en la hipocondría), y la ansiedad y la preocupación no aparecen
exclusivamente en el transcurso de un trastorno por estrés postraumático.

E. La ansiedad, la preocupación o los síntomas físicos provocan malestar clínicamente


significativo o deterioro social, laboral o de otras áreas importantes de la actividad del
individuo.

F. Estas alteraciones no se deben a los efectos fisiológicos directos de una sustancia (p.
ej., drogas, fármacos) o a una enfermedad médica (p. ej., hipertiroidismo) y no aparecen
exclusivamente en el transcurso de un trastorno del estado de ánimo, un trastorno
psicótico o un trastorno generalizado del desarrollo.

Tratamiento

 Terapia de relajación
 En ocasiones, fármacos ansiolíticos, en general ISRS

Como el foco de los síntomas es difuso, el TAG es especialmente difícil de tratar con
terapia conductista. El entrenamiento en relajación suele ser más apropiado.

Los pacientes que tienen TAG grave o que no responden a intervenciones


psicoterapéuticas pueden requerir fármacos ansiolíticos. Al igual que otros trastornos de
ansiedad, los ISRS (ver Fármacos para el tratamiento a largo plazo de la ansiedad y otros
desórdenes) suelen ser los fármacos de elección. La buspirona se usa a veces para los
niños que no pueden tolerar los ISRS; sin embargo, es mucho menos eficaz. La dosis
inicial de la buspirona es de 5 mg VO 2 veces al día y puede aumentarse en forma
gradual a 30 mg 2 veces al día (o 20 mg 3 veces al día) según la tolerancia. Los
trastornos digestivos o la cefalea pueden ser factores limitantes del aumento de la
dosificación.

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Criterios diagnósticos para el trastorno de ansiedad de separación

A. Ansiedad excesiva e inapropiada para el nivel de desarrollo del sujeto, concerniente a


su separación respecto del hogar o de las personas con quienes está vinculado, puesta
de manifiesto por tres (o más) de las siguientes circunstancias:

1. Malestar excesivo recurrente cuando ocurre o se anticipa una separación respecto del
hogar o de las principales figuras vinculadas

2. Preocupación excesiva y persistente por la posible pérdida de las principales figuras


vinculadas o a que éstas sufran un posible daño

3. Preocupación excesiva y persistente por la posibilidad de que un acontecimiento


adverso dé lugar a la separación de una figura vinculada importante (p. ej., extraviarse o
ser secuestrado)

4. Resistencia o negativa persistente a ir a la escuela o a cualquier otro sitio por miedo a


la separación

5. Resistencia o miedo persistente o excesivo a estar en casa solo o sin las principales
figuras vinculadas, o sin adultos significativos en otros lugares 6. negativa o resistencia
persistente a ir a dormir sin tener cerca una figura vinculada importante o a ir a dormir
fuera de casa

7. Pesadillas repetidas con temática de separación

8. Quejas repetidas de síntomas físicos (como cefaleas, dolores abdominales, náuseas o


vómitos) cuando ocurre o se anticipa la separación respecto de figuras importantes de
vinculación

B. La duración del trastorno es de por lo menos 4 semanas.

C. El inicio se produce antes de los 18 años de edad.

D. La alteración provoca malestar clínicamente significativo o deterioro social, académico


(laboral) o de otras áreas importantes de la actividad del individuo.

E. La alteración no ocurre exclusivamente en el transcurso de un trastorno generalizado


del desarrollo, esquizofrenia u otro trastorno pospsicótico, y en adolescentes y adultos no
se explica mejor por la presencia de un trastorno de angustia con agorafobia.

Especificar si:

− Inicio temprano: si el inicio tiene lugar antes de los 6 años de edad.

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Tratamiento

Las técnicas para el tratamiento de la ansiedad de separación son las mismas que se
utilizan habitualmente en los trastornos de ansiedad en general. Nos referimos a las
estrategias cognitivo conductuales que suelen contemplar como eje fundamental del
tratamiento la exposición a los estímulos causantes de la ansiedad.

Estos tratamientos para el TAS normalmente incluyen programas conductuales dirigidos a


incrementar la conducta independiente del niño, promoviendo actividades graduadas que
suponen la separación de los padres (por ejemplo, asistencia al colegio, estar en casa de
amigos, salir de excursión con sus compañeros, pasar la noche en casa de familiares,
etc.).

Para trazar adecuadamente el tratamiento deberemos analizar minuciosamente las


circunstancias que preceden y siguen (consecuencias) a la ocurrencia de la ansiedad de
separación. Sucede, en algunos casos, que estos episodios quedan reforzados por una
actuación inadecuada de los padres u otras personas cercanas al niño. Es el caso del
niño que tras manifestar ansiedad de separación recibe inmediatamente mucha atención
especialmente por parte de la madre (sobreprotección). Si esta atención se da sólo en
estas circunstancias puede reforzar secundariamente estos episodios.

El procedimiento de extinción se puede aplicar para eliminar ciertas consecuencias que


refuerzan negativamente (evitación del colegio) o positivamente como es el caso
anteriormente descrito donde el niño recibe mucha atención tras el episodio y puede
conseguir ciertos privilegios (juguetes, jugar en horas de colegio, etc.).

No obstante, la línea de intervención central debe ser, como se ha comentado, la


exposición. En niños, la mejor opción es la que contempla la exposición gradual
(Desensibilización Sistemática), paso a paso, a partir del establecimiento de una jerarquía
previa de situaciones generadoras de ansiedad. El niño se irá aproximando de forma
progresiva de menor a mayor grado de ansiedad, no pasando a la etapa inmediatamente
superior si no ha alcanzado adecuadamente la anterior. Igualmente se aconseja utilizar la
exposición en vivo respecto a la imaginada.

Finalmente las orientaciones a los padres resultan fundamentales. Especialmente hay


orientarles para que sepan reforzar los pequeños avances positivos. También puede
ayudarnos establecer pequeñas actividades de juego o relajación donde el niño puede
ensayar técnicas sencillas para aprender a reducir su nivel de ansiedad.

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CONCLUSIÓN

En las últimas dos décadas se ha visto una enorme expansión de nuestro conocimiento
respecto al desarrollo y manejo de los trastornos de ansiedad en la infancia. Aún quedan
por responder muchas preguntas claves, y tenemos todavía un largo camino por recorrer,
pero actualmente estamos en un punto donde los niños ansiosos se identifican y se
evalúan íntegramente. Tenemos a disposición tratamientos que funcionan para la mayoría
de los pacientes, y programas para prevenir el desarrollo de la ansiedad. Muchas áreas
prometedoras en investigación están recién comenzando a desarrollarse y se espera que
aporten nuevos avances en los próximos años. Entre éstas se encuentran:

• Una mejor comprensión de los factores de riesgo de la ansiedad a través de la


investigación longitudinal.

• Una evaluación más detallada de las interacciones genético-ambientales en el desarrollo


de la ansiedad.

• Más comprensión de las interacciones entre pares en la ansiedad y su influencia en su


desarrollo.

• Mejores métodos de difusión de tratamientos, por ejemplo a través de programas en


internet y a distancia (tele-salud).

• Evaluación de nuevos avances en el tratamiento, tales como el uso de agentes de


consolidación de la memoria o modificación de sesgos cognitivos.

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BIBLIOGRAFÍA

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