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Introducción
En el presente artículo me propongo presentar conceptos psico-
lógicos que ayuden a describir, explicar y prevenir el proceso que se
ha convenido en designar mobbing. Secundariamente, intento pro-
poner algunos lineamientos para la enseñanza de conceptos y
hallazgos de la psicología y su uso en la práctica.
Para ello, esbozaré en primer término una caracterización del
mobbing, su relación con otras ideas, y su deslinde respecto de ellas.
Pasaré luego a presentar los tres aspectos centrales: descripción,
explicación y prevención.
Por último, formularé algunas reflexiones sobre la psicología del
trabajo como psicología aplicada, y su enseñanza.
En este artículo, me dirijo a los universitarios interesados teórica
y prácticamente en los temas del trabajo en las organizaciones, sea a
partir de la psicología o desde otras disciplinas.
1. Profesor Titular de Psicología del Trabajo. Carrera Relaciones del Trabajo. Facultad
de Ciencias Sociales. Universidad de Buenos Aires.
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• a un individuo (víctima), a quien por esas comunicaciones ca a pluralidad de personas, como una multitud desordenada). Se
dejan en posición indefensa; refiere a la situación en que los animales comúnmente depredados
• de manera sistemática y frecuente (al menos una vez por semana); se unen y atacan al depredador, como un grupo de ovejas al lobo.
• durante un período largo de tiempo (seis meses o más). Según Anatol Pikas (1989) fue Peter-Paul Heinemann quien en la
década de 1960, en Suecia, tomó de Lorenz el término mobbing para
Las acciones específicas que caracterizan al mobbing incluyen las aplicarlo a la violencia de grupo en las escuelas. Posteriormente, el
dirigidas a: noruego Dan Olweus usó la misma palabra para referirse indistinta-
• impedir que la víctima se comunique adecuadamente, mente a las agresiones protagonizadas por grupos o por individuos,
• impedir que la víctima mantenga contactos sociales, aunque posteriormente siguió usando la palabra inglesa “bullying”
• perjudicar la reputación personal de la víctima, para el segundo caso. De Heinemann, de Olweus, o de ambos, toma
• perjudicar la situación de trabajo o la salud de la víctima. la idea Leymann.
La palabra bullying denota el proceso por el cual un prepotente o
En conjunto, estas acciones parecen dirigidas a infligir daño y matón (bully) lastima, asusta y tiraniza a alguien más débil. Es inte-
excluir a la víctima de la situación de trabajo o, al menos, de su par- resante notar que originariamente la palabra bully quería decir
ticipación normal en ella. amante (Webster’s 1988: sub voce), porque nos recuerda la posibili-
Leymann emplea la palabra mobbing como sinónimo de atacar dad de que estas interacciones resulten sexualizadas. Aún cuando la
como grupo o banda, de bullying, y de terror psicológico. Se usan palabra “bullying” es más específica para describir algunos casos de
también para describir este tipo de situaciones los términos de acoso persecución en situaciones de trabajo, fuera del Reino Unido se ha
laboral, acoso moral o acoso psicológico, en inglés harassment, por impuesto el término mobbing.
analogía con el acoso sexual, con la diferencia de que el acosador La palabra inglesa whistleblower quiere decir el que toca el silba-
sexual aspira a los favores sexuales del acosado, en tanto que el aco- to, como un policía para avisar una contravención. Alude a quienes
sador moral busca su destrucción psicológica. No puede descartarse, hacen públicos manejos impropios o ilegales de organizaciones a las
sin embargo, que en la conducta del acosador sexual puedan coexis- que pertenecen y por ese motivo se convierten en destinatarios de
tir ambos fines. ataques asimilables a la idea de mobbing o bullying.
Cada situación de mobbing tiene una víctima individual, pero el Otro tipo de proceso que puede ponerse en relación con el mob-
victimario puede ser tanto un individuo como un grupo, y pertene- bing es el del “chivo emisario”. Por este proceso, un grupo atribuye
cer a la misma organización o a sus proveedores y clientes, en senti- sus fallas, errores o fracasos a uno de sus integrantes, al cual expulsa.
do amplio. La dirección de la agresión puede ser horizontal, entre Ello permite a cada integrante del grupo desconocer aspectos nega-
sujetos de igual jerarquía, como vertical, entre sujetos de distinta tivos propios, al proyectarlos sobre el elegido. La idea de chivo emi-
jerarquía, con sentido descendente o ascendente. sario puede relacionarse con la de mobbing, si bien esta última se
Cabe pensar también en alianzas abiertas o encubiertas que focaliza más en el proceso de exclusión, mientras que la primera lo
resultan en mobbing en sentido amplio. Creo que esto hace necesa- hace en el motivo de la exclusión.
rio no restringir la caracterización jurídica del mobbing a los casos en Retenemos de lo expuesto la definición “canónica” que hizo Ley-
los que el empleador persigue a un empleado, porque ello dejaría mann del mobbing, porque es ampliamente empleada y entendida.
afuera, y aún alentaría, la persecución inducida por el empleador en
• Que exista o no este proceso, depende de que la víctima sufra en asociados (1967), considerarlo resultante del interjuego de tres roles,
un grado apreciable o significativo por culpa de la conducta del es consistente con la generalización que plantea Carlo Ricci (1981) de
o de los victimarios. Si esto no fuera así, o no fuera “tan” así, o tales axiomas. Paso a resumir estos axiomas en ambas formulaciones.
hasta que no lo sea, no habría mobbing.
• Que sólo hay mobbing cuando la situación de exclusión, o de El primer axioma de Watzlawick et al. expresa que es imposible no
inclusión como víctima, está bien establecida (varias veces por comunicarse entre emisor y receptor. Lo que este axioma postula es
semana durante 6 meses o más). que “no hay nada que sea lo contrario de conducta” (1967: p. 50):
decir algo con palabras o con gestos o cómo fuera es comunicarse,
Esto último reduce la utilidad del concepto en la prevención, y, así como también lo es hacer algo, y también, no decir ni hacer nada.
por contraste, sugiere la conveniencia de contar con conceptos des- Todos estos son ejemplos de comunicación, pero también lo son de
criptivos capaces de captar también los estados no estabilizados, conducta: es imposible no comportarse. Obviamente la misma
pero capaces de consolidarse como mobbing. imposibilidad vale para los dos interlocutores, que, por la misma
La primera característica hace que pueda aplicarse al mobbing lo causa, son tanto emisores como receptores.
expresado por Leocadia, víctima de violación en una de las “novelas Ricci propone generalizar este axioma a lo que él llama sistema
ejemplares” de Cervantes (1613). extendido de comunicación: es imposible no comunicarse entre
... “el dolor de una misma manera ata y desata la lengua del afligi- emisor, destinatario del mensaje o receptor manifiesto y los restantes
do: unas veces exagerando su mal, para que se le crean, otras veces no espectadores o correceptores simultáneos que forman parte del
diciéndole, porque no se le remedien.” mismo sistema. Además, señala Ricci (1981: p.265), “toda comunica-
En otros términos, la expresión del sufrimiento no depende sólo ción queda definida simultáneamente: a) por las informaciones que
del sufrimiento experimentado, sino también del efecto que busca contiene y b) por la información que excluye”. Estas ideas son seme-
producir la víctima. jantes a la que subraya Twemlow para el mobbing: los mensajes del o
los que intentan victimizar se dirigen a la víctima, pero también
Esas consideraciones respaldan la conveniencia de emplear para alcanzan a los espectadores, lo mismo que los que la víctima desig-
describir el mobbing, conceptos de comunicación, incluidos los refe- nada alcanzan al agresor y también a los demás circunstantes, quie-
rentes a la pragmática de la comunicación, o sea, lo que buscan nes, a su vez, no pueden dejar de comportarse y comunicar, así sea
lograr quienes se comunican. Esto nos aleja de una concepción sim- su silencio, a los actores centrales del mobbing.
plista del mobbing como acción unilateral dirigida contra alguien Otro de los axiomas de Watzlawick et al. establece que toda comu-
completamente pasivo, para considerar la interacción, por lo pronto, nicación incluye un aspecto de contenido y un aspecto de definición
entre quien o quienes llevan la iniciativa del acoso y su víctima. Ade- de la relación, y que “los intercambios comunicacionales son simé-
más, como Stuart Twemlow (1999) lo ha destacado a partir de sus tricos o complementarios, según estén basados en la igualdad o en la
estudios en instituciones educativas, en el mobbing generalmente diferencia” (1967: p. 70; subrayado de los autores). En otros términos,
no participan dos, sino tres roles: el del victimario, el de la víctima, y no nos es posible comunicar algo a otro ser humano sin comunicar
el de los espectadores. al mismo tiempo cómo definimos nuestra relación con él y particu-
Si ver el mobbing como comunicación permite comprenderlo larmente si nos comunicamos desde una paridad o de una diferencia
mejor aplicando los axiomas2 propuestos por Paul Watzlawick y sus o complementariedad.
Ricci propone generalizar estos axiomas con la afirmación de que
cada comunicación en un ámbito donde se comunican n personas
2. El Diccionario académico define axioma en primera acepción como “Proposición incluye:
tan clara y evidente que se admite sin necesidad de demostración”, y en segunda, en • un aspecto de contenido,
matemática, “Cada uno de los principios fundamentales e indemostrables sobre los
que se construye una teoría” (Real Academia Española 2001, sub voce). • un aspecto de relación con cada uno de los otros n-1,
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• y un aspecto de tiempo al cual se refiere la comunicación, en La cantidad de alternativas posibles, que crece notablemente con
cuanto si tiene valor inmediato o sólo para el futuro, y si por el número de participantes, determina la complejidad del juego en
corto plazo o por largo plazo. cada comunicación, a partir de la definición de cada emisor; podría-
mos decir su complejidad estática. Pero, lo que determina la dinámi-
El aspecto de relación puede expresarse como una comparación ca de estas situaciones, es el grado en el que esas definiciones son
que determina igualdad o superioridad de uno u otro. confirmadas o rechazadas por los demás.
A la vez, lo que posibilita este análisis es “individualizar la territo- Específicamente, para que exista mobbing, una persona o un
rialidad de las comunicaciones, es decir el marco del juego relacio- grupo tienen que ponerse en una posición de mayor poder o supe-
nal” (Ricci. 1981: p. 257; subrayado del autor). En otras palabras, esta- rioridad respecto de su víctima y los demás tienen que ratificarlo. Si
blecer quiénes son los participantes de la comunicación y cómo esa definición de los victimarios es cuestionada, sea por la víctima o
definen sus comparaciones, lo cual determina también su grado de por los espectadores, el mobbing no puede establecerse del todo.
complejidad. Además, parte central de las acciones definitorias del mobbing se
Ricci ejemplifica esa complejidad para el caso de tres participan- desarrollan en el campo comunicacional mismo: impedir la comuni-
tes, como en una familia con papá, mamá y un chico, en la que se cación o el contacto social de la víctima con terceros no es posible,
pueden dar las siguientes posibilidades, las cuales se grafican en la aún cuando la víctima pueda resignarse a esa situación, si los terce-
Tabla 1: ros no lo aceptan. De la misma manera, no puede dañarse unilateral-
• Completa igualdad (P=M=C). mente la reputación de alguien si quienes reciben información de
• Completa disparidad, como P>M>C y todas sus permutaciones. esas características la cuestionan.
• Paridad de dos participantes en superioridad respecto del terce- Por otra parte, si se quiere revertir una situación de mobbing ya
ro, como P=M>C y sus variaciones. disparada, es deseable actuar sobre los tres conjuntos de actores,
• Paridad de dos participantes en inferioridad respecto del terce- sobre la territorialidad completa del juego relacional, en términos de
ro, como P>M=C y sus variaciones. Ricci. Esta estrategia es la que elaboró Twemlow en su práctica de
• Uno de los participantes está en superioridad respecto de otro, consultoría de instituciones educacionales que inició en la Clínica
y el tercero se visualiza en paridad respecto de ambos, “en posi- Menninger; y sobre ella volveré al hablar de la prevención.
ción de asesor con respecto a los otros dos” (Ibíd.:p. 259). Resumiendo: para describir cabalmente las situaciones de mob-
bing y las que pueden conducir a él, es fructífero considerarlas como
Tabla 1. Ordenamientos posible pra tres actores, según Ricci 1981, p. 259. comunicación.
P=M=C
P M C M C P Motivación del mobbing
M C P P M C
C P M C P M
P=M P=C M=C
En el tratamiento acostumbrado, “popular”, del tema, la pregunta
C M P
por la motivación se concentra en el victimario y la respuesta señala
C M P
en dos direcciones distintas, pero no excluyentes: agresión y conve-
niencia. Hay mobbing porque hay personas especialmente agresivas
P=M P=C M=C que se complacen en acosar a otros. O bien, hay mobbing porque
P P M M C C quien lo perpetra obtiene beneficios o reduce sus costos. Lo último,
C M C P M P además, es compatible con lo anterior: un empleador puede benefi-
M C P C P M ciarse acosando a un trabajador al privarlo de derechos que dan
lugar a costos, pero de paso complacerse al hacerlo.
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El concepto “racional” del mobbing no puede descartarse, pero los primeros años. Esas identificaciones se constituirían en objetos
tiene, a mi ver, dos fuertes limitaciones. Por un lado, no basta con ver internos a partir de los cuales nos relacionaríamos ulteriormente con
la conveniencia de una acción y desear concretarla, para hacerlo: las personas presentes en nuestro ambiente.
hace falta además poder hacerla, contar con la energía y el reperto- Kernberg (1976), siguiendo a Fairbain y generalizando algunos
rio conductual adecuado. Y este poder hacer tiene esencialmente conceptos suyos, sostiene que la mente y sus estructuras generales,
que ver con lo inconsciente, por contraste con el cálculo y la delibe- tales como el Ello, el Yo y el Superyo, está formada por “unidades
ración, que se dan primordialmente en lo consciente. Por otro lado, constitutivas” (p. 22), cada una de las cuales incluye:
quien cuenta con los recursos para victimizar a otros, que se dan • una representación de sí mismo,
conjuntamente con placer incrementado al hacerlo, es poco proba- • una representación del objeto y
ble que se limite a hacerlo sólo cuando además le conviene. Enton- • un estado afectivo.
ces, la motivación del mobbing en el victimario resulta primaria-
mente de la agresión. El desarrollo psicológico individual normal desde la infancia
puede ser representado, de acuerdo a Kernberg, como la diferencia-
Freud radicalizó la agresión en la concepción del instinto de ción de estas unidades seguida por su gradual integración y desperso-
muerte, el que dinamizaría nuestra vida mental en amalgama con las nificación; en tanto que los desarrollos psicopatológicos señalan
pulsiones eróticas o de vida. Esta idea parece condecir con el impor- fallas en este proceso. Además, pueden darse regresiones, en las que
tante alcance que tiene la destructividad en la vida individual y en las dejan de ser las estructuras las que determinan la conducta, para
relaciones entre las personas. Sin embargo, es rechazada por la reactivarse en forma disociada alguna de esas unidades constitutivas.
mayoría de los psicoanalistas, que no ven a la agresión como prima- Twemlow (1995; 2000) caracteriza el mobbing aplicando esos
ria, sino como derivada de otros procesos. conceptos de Kernberg: el mobbing implica la reactivación regresiva
Dentro de la psicología norteamericana influenciada por el psico- en sus tres participantes: victimario, víctima y espectadores, de con-
análisis se desarrolló la hipótesis frustración – agresión, que incluso figuraciones primitivas de relación de objeto. En este esquema se
fue denominada “ley de Dollard”, y que expresa que la frustración presenta una situación ya estabilizada, previamente a la cual pueden
incita a la agresión, o, como lo precisa Neal Miller (1941), que la agre- alternar sus roles víctima y victimario, y, eventualmente, alguno o
sión supone una previa frustración. Esta línea de pensamiento influ- algunos espectadores, con el victimario o con la víctima.
yó bastante en el desarrollo de la Psicología del Trabajo dentro de la Esta línea de explicación supera el enfoque cerrado en la motiva-
llamada “escuela de las relaciones humanas”, y es una de las premi- ción potente y eficaz del victimario, para suministrarnos explicacio-
sas centrales que aplica Maier en su libro clásico sobre la especiali- nes de la motivación para cada uno de los roles que pueden descri-
dad (1955). birse en el mobbing.
Este punto de vista puede retenerse para explicar el mobbing y,
también, para ayudar a prevenirlo: si se reducen las frustraciones En la Tabla 2 (ver pág. siguiente) se presentan ejemplos de algu-
innecesarias que sufren los trabajadores, por ejemplo mediante nas posibles configuraciones. El victimario se identifica con un padre
mejores comunicaciones y cierto grado de participación en las deci- poderoso, hostil y crítico, e identifica al objeto con su madre, tam-
siones, se resta impulso a la agresión en distintas formas que puede bién omnipotente pero aislada, solitaria e incomprendida. El senti-
asumir, una de ellas, el mobbing. miento acompañante es el de rabia vengativa que se satisface en el
Fairbairn (1952) plantea una interpretación análoga, aunque más castigo.
compleja y de mucho mayor alcance, en el campo del psicoanálisis: En una posible configuración, la víctima se ve a sí misma inade-
la agresión resulta de la incorporación a nuestra personalidad de las cuada, mala, horrible, obediente, desamparada, desesperanzada, e
conductas de las personas que nos persiguen y frustran con las que identifica al victimario como un padre crítico y hostil, en un contex-
nos vamos relacionando a lo largo de nuestras vidas, sobre todo en to afectivo de tristeza.
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incomprendido.
poderoso y capaz de amparar al victimario y, así, de rescatarlo.
Twemlow (2000) plantea cuatro variedades del rol de espectador:
Víctima Inadecuado, malo, Tristeza Un objeto paterno
la identificación con el victimario, con una configuración de relación
horrible, culpable, hostil y crítico,
de objeto semejante a la de él; la identificación con la víctima; la evi-
obediente, proyectado en el
tación, desconociendo que exista el problema; y la desconexión, con
desamparado, atacante. la configuración que se presenta en la Tabla II.
desesperanzado. Estas configuraciones victimario-víctima-espectadores son dia-
lécticas en el sentido hegeliano: cada rol sostiene a los demás y no
Salvador Sentimiento Satisfecho consigo Un objeto paterno
frágil de ser mismo, pena desamparado,
puede existir sin ellos.
Observador Sentimiento de Calma Omnipotente- En suma, el mobbing está motivado en cada uno de los roles que
separado vacío, muerte desconectada. mente poderoso lo concretan por determinada configuración de relación de objeto.
y soledad. controlante,
introyecto paren-
En el caso más extremo, se activan en forma regresiva y disociada
defensa disociati-
en quienes cumplen esos roles y en los espectadores. La motivación
va contra los
a desplegar del todo este proceso es máxima, en un contexto de
sentimientos de
grupo de supuesto básico, y la convicción con la que cada uno vive
ser controlado
su rol es completa, como suele ocurrir en los sueños.
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No es así, sin embargo, en todos los casos: las configuraciones de Otro riesgo que puede asociarse a la difusión de información
relación objetal que impulsan e inspiran cada uno los roles del mob- sobre el impacto del mobbing sobre la salud de los trabajadores es el
bing pueden estar integradas en configuraciones más complejas e de reforzar en las víctimas sus sentimientos de haber sido irremedia-
internas, antes que disociadas y activadas regresivamente en la reali- blemente dañadas, que puede llevarlas a comportarse como si así
dad. En este caso se da cierta distancia personal respecto del rol, que hubiera sido. Esto se puede hacer aún peor en la medida en que los
posiblemente dé lugar a situaciones menos estables, en las que reclamos legales derivados de estas situaciones se concentren en la
aumenta la probabilidad de conductas calculadoras, “racionales”. invalidez generada. Distinto sería que tanto la difusión como el enfo-
que jurídico dejaran de concentrarse exclusivamente en los daños de
Una institución capaz de proporcionar prevención secundaria del group, un poco como si fuera un contratista o un integrante de otra
mobbing dentro de las jerarquías administrativas, es la existencia de casta, entonces se va a tener poca motivación, poca satisfacción y
un procedimiento de apelación, que posibilite a cualquier integran- resultados desfavorables, apatía o progresiva retirada, según Farmer
te de la organización que se sienta perjudicado por una decisión, & Aguinis (2005). Estas situaciones representan frustraciones y hacen
solicitar a niveles superiores -aún el más alto- que se deje sin efecto. probable la regresión que, a su vez, puede disparar la dialéctica del
Esto lo plantearon Elliott Jaques (1951: pp. 61-2) y Wilfred Brown mobbing.
(1960: pp. 227-247) desde hace ya más de 50 años, como una garan-