Está en la página 1de 9

El mobbing y su prevención desde el

punto de vista de la Psicología del Trabajo

Ernesto Martín Aguirre1

Introducción
En el presente artículo me propongo presentar conceptos psico-
lógicos que ayuden a describir, explicar y prevenir el proceso que se
ha convenido en designar mobbing. Secundariamente, intento pro-
poner algunos lineamientos para la enseñanza de conceptos y
hallazgos de la psicología y su uso en la práctica.
Para ello, esbozaré en primer término una caracterización del
mobbing, su relación con otras ideas, y su deslinde respecto de ellas.
Pasaré luego a presentar los tres aspectos centrales: descripción,
explicación y prevención.
Por último, formularé algunas reflexiones sobre la psicología del
trabajo como psicología aplicada, y su enseñanza.
En este artículo, me dirijo a los universitarios interesados teórica
y prácticamente en los temas del trabajo en las organizaciones, sea a
partir de la psicología o desde otras disciplinas.

Mobbing y otros conceptos relacionados


Heinz Leymann (1996) propuso aplicar la palabra mobbing para
caracterizar las situaciones de trabajo en las que:
• uno o más individuos (victimario o victimarios);
• ataca o acosan (atacan o acosan, si son varios), mediante comu-
nicaciones hostiles y contrarias a la ética;

1. Profesor Titular de Psicología del Trabajo. Carrera Relaciones del Trabajo. Facultad
de Ciencias Sociales. Universidad de Buenos Aires.
90 Ernesto M. Aguirre Violencia, maltrato, acoso laboral 91

• a un individuo (víctima), a quien por esas comunicaciones ca a pluralidad de personas, como una multitud desordenada). Se
dejan en posición indefensa; refiere a la situación en que los animales comúnmente depredados
• de manera sistemática y frecuente (al menos una vez por semana); se unen y atacan al depredador, como un grupo de ovejas al lobo.
• durante un período largo de tiempo (seis meses o más). Según Anatol Pikas (1989) fue Peter-Paul Heinemann quien en la
década de 1960, en Suecia, tomó de Lorenz el término mobbing para
Las acciones específicas que caracterizan al mobbing incluyen las aplicarlo a la violencia de grupo en las escuelas. Posteriormente, el
dirigidas a: noruego Dan Olweus usó la misma palabra para referirse indistinta-
• impedir que la víctima se comunique adecuadamente, mente a las agresiones protagonizadas por grupos o por individuos,
• impedir que la víctima mantenga contactos sociales, aunque posteriormente siguió usando la palabra inglesa “bullying”
• perjudicar la reputación personal de la víctima, para el segundo caso. De Heinemann, de Olweus, o de ambos, toma
• perjudicar la situación de trabajo o la salud de la víctima. la idea Leymann.
La palabra bullying denota el proceso por el cual un prepotente o
En conjunto, estas acciones parecen dirigidas a infligir daño y matón (bully) lastima, asusta y tiraniza a alguien más débil. Es inte-
excluir a la víctima de la situación de trabajo o, al menos, de su par- resante notar que originariamente la palabra bully quería decir
ticipación normal en ella. amante (Webster’s 1988: sub voce), porque nos recuerda la posibili-
Leymann emplea la palabra mobbing como sinónimo de atacar dad de que estas interacciones resulten sexualizadas. Aún cuando la
como grupo o banda, de bullying, y de terror psicológico. Se usan palabra “bullying” es más específica para describir algunos casos de
también para describir este tipo de situaciones los términos de acoso persecución en situaciones de trabajo, fuera del Reino Unido se ha
laboral, acoso moral o acoso psicológico, en inglés harassment, por impuesto el término mobbing.
analogía con el acoso sexual, con la diferencia de que el acosador La palabra inglesa whistleblower quiere decir el que toca el silba-
sexual aspira a los favores sexuales del acosado, en tanto que el aco- to, como un policía para avisar una contravención. Alude a quienes
sador moral busca su destrucción psicológica. No puede descartarse, hacen públicos manejos impropios o ilegales de organizaciones a las
sin embargo, que en la conducta del acosador sexual puedan coexis- que pertenecen y por ese motivo se convierten en destinatarios de
tir ambos fines. ataques asimilables a la idea de mobbing o bullying.
Cada situación de mobbing tiene una víctima individual, pero el Otro tipo de proceso que puede ponerse en relación con el mob-
victimario puede ser tanto un individuo como un grupo, y pertene- bing es el del “chivo emisario”. Por este proceso, un grupo atribuye
cer a la misma organización o a sus proveedores y clientes, en senti- sus fallas, errores o fracasos a uno de sus integrantes, al cual expulsa.
do amplio. La dirección de la agresión puede ser horizontal, entre Ello permite a cada integrante del grupo desconocer aspectos nega-
sujetos de igual jerarquía, como vertical, entre sujetos de distinta tivos propios, al proyectarlos sobre el elegido. La idea de chivo emi-
jerarquía, con sentido descendente o ascendente. sario puede relacionarse con la de mobbing, si bien esta última se
Cabe pensar también en alianzas abiertas o encubiertas que focaliza más en el proceso de exclusión, mientras que la primera lo
resultan en mobbing en sentido amplio. Creo que esto hace necesa- hace en el motivo de la exclusión.
rio no restringir la caracterización jurídica del mobbing a los casos en Retenemos de lo expuesto la definición “canónica” que hizo Ley-
los que el empleador persigue a un empleado, porque ello dejaría mann del mobbing, porque es ampliamente empleada y entendida.
afuera, y aún alentaría, la persecución inducida por el empleador en

Descripción del mobbing


forma encubierta, pero ejecutada por otros empleados, incluso por
subordinados del destinatario de la operación, o por clientes.
La palabra mobbing, tal como la introdujo Konrad Lorenz (1963:
pp. 34, 36) en el campo de la etología, el estudio de la conducta de los Si reflexionamos sobre la caracterización presentada se nos hacen
animales, alude a la victimización de parte de un grupo (mob se apli- evidentes dos características implícitas en ella:
92 Ernesto M. Aguirre Violencia, maltrato, acoso laboral 93

• Que exista o no este proceso, depende de que la víctima sufra en asociados (1967), considerarlo resultante del interjuego de tres roles,
un grado apreciable o significativo por culpa de la conducta del es consistente con la generalización que plantea Carlo Ricci (1981) de
o de los victimarios. Si esto no fuera así, o no fuera “tan” así, o tales axiomas. Paso a resumir estos axiomas en ambas formulaciones.
hasta que no lo sea, no habría mobbing.
• Que sólo hay mobbing cuando la situación de exclusión, o de El primer axioma de Watzlawick et al. expresa que es imposible no
inclusión como víctima, está bien establecida (varias veces por comunicarse entre emisor y receptor. Lo que este axioma postula es
semana durante 6 meses o más). que “no hay nada que sea lo contrario de conducta” (1967: p. 50):
decir algo con palabras o con gestos o cómo fuera es comunicarse,
Esto último reduce la utilidad del concepto en la prevención, y, así como también lo es hacer algo, y también, no decir ni hacer nada.
por contraste, sugiere la conveniencia de contar con conceptos des- Todos estos son ejemplos de comunicación, pero también lo son de
criptivos capaces de captar también los estados no estabilizados, conducta: es imposible no comportarse. Obviamente la misma
pero capaces de consolidarse como mobbing. imposibilidad vale para los dos interlocutores, que, por la misma
La primera característica hace que pueda aplicarse al mobbing lo causa, son tanto emisores como receptores.
expresado por Leocadia, víctima de violación en una de las “novelas Ricci propone generalizar este axioma a lo que él llama sistema
ejemplares” de Cervantes (1613). extendido de comunicación: es imposible no comunicarse entre
... “el dolor de una misma manera ata y desata la lengua del afligi- emisor, destinatario del mensaje o receptor manifiesto y los restantes
do: unas veces exagerando su mal, para que se le crean, otras veces no espectadores o correceptores simultáneos que forman parte del
diciéndole, porque no se le remedien.” mismo sistema. Además, señala Ricci (1981: p.265), “toda comunica-
En otros términos, la expresión del sufrimiento no depende sólo ción queda definida simultáneamente: a) por las informaciones que
del sufrimiento experimentado, sino también del efecto que busca contiene y b) por la información que excluye”. Estas ideas son seme-
producir la víctima. jantes a la que subraya Twemlow para el mobbing: los mensajes del o
los que intentan victimizar se dirigen a la víctima, pero también
Esas consideraciones respaldan la conveniencia de emplear para alcanzan a los espectadores, lo mismo que los que la víctima desig-
describir el mobbing, conceptos de comunicación, incluidos los refe- nada alcanzan al agresor y también a los demás circunstantes, quie-
rentes a la pragmática de la comunicación, o sea, lo que buscan nes, a su vez, no pueden dejar de comportarse y comunicar, así sea
lograr quienes se comunican. Esto nos aleja de una concepción sim- su silencio, a los actores centrales del mobbing.
plista del mobbing como acción unilateral dirigida contra alguien Otro de los axiomas de Watzlawick et al. establece que toda comu-
completamente pasivo, para considerar la interacción, por lo pronto, nicación incluye un aspecto de contenido y un aspecto de definición
entre quien o quienes llevan la iniciativa del acoso y su víctima. Ade- de la relación, y que “los intercambios comunicacionales son simé-
más, como Stuart Twemlow (1999) lo ha destacado a partir de sus tricos o complementarios, según estén basados en la igualdad o en la
estudios en instituciones educativas, en el mobbing generalmente diferencia” (1967: p. 70; subrayado de los autores). En otros términos,
no participan dos, sino tres roles: el del victimario, el de la víctima, y no nos es posible comunicar algo a otro ser humano sin comunicar
el de los espectadores. al mismo tiempo cómo definimos nuestra relación con él y particu-
Si ver el mobbing como comunicación permite comprenderlo larmente si nos comunicamos desde una paridad o de una diferencia
mejor aplicando los axiomas2 propuestos por Paul Watzlawick y sus o complementariedad.
Ricci propone generalizar estos axiomas con la afirmación de que
cada comunicación en un ámbito donde se comunican n personas
2. El Diccionario académico define axioma en primera acepción como “Proposición incluye:
tan clara y evidente que se admite sin necesidad de demostración”, y en segunda, en • un aspecto de contenido,
matemática, “Cada uno de los principios fundamentales e indemostrables sobre los
que se construye una teoría” (Real Academia Española 2001, sub voce). • un aspecto de relación con cada uno de los otros n-1,
94 Ernesto M. Aguirre Violencia, maltrato, acoso laboral 95

• y un aspecto de tiempo al cual se refiere la comunicación, en La cantidad de alternativas posibles, que crece notablemente con
cuanto si tiene valor inmediato o sólo para el futuro, y si por el número de participantes, determina la complejidad del juego en
corto plazo o por largo plazo. cada comunicación, a partir de la definición de cada emisor; podría-
mos decir su complejidad estática. Pero, lo que determina la dinámi-
El aspecto de relación puede expresarse como una comparación ca de estas situaciones, es el grado en el que esas definiciones son
que determina igualdad o superioridad de uno u otro. confirmadas o rechazadas por los demás.
A la vez, lo que posibilita este análisis es “individualizar la territo- Específicamente, para que exista mobbing, una persona o un
rialidad de las comunicaciones, es decir el marco del juego relacio- grupo tienen que ponerse en una posición de mayor poder o supe-
nal” (Ricci. 1981: p. 257; subrayado del autor). En otras palabras, esta- rioridad respecto de su víctima y los demás tienen que ratificarlo. Si
blecer quiénes son los participantes de la comunicación y cómo esa definición de los victimarios es cuestionada, sea por la víctima o
definen sus comparaciones, lo cual determina también su grado de por los espectadores, el mobbing no puede establecerse del todo.
complejidad. Además, parte central de las acciones definitorias del mobbing se
Ricci ejemplifica esa complejidad para el caso de tres participan- desarrollan en el campo comunicacional mismo: impedir la comuni-
tes, como en una familia con papá, mamá y un chico, en la que se cación o el contacto social de la víctima con terceros no es posible,
pueden dar las siguientes posibilidades, las cuales se grafican en la aún cuando la víctima pueda resignarse a esa situación, si los terce-
Tabla 1: ros no lo aceptan. De la misma manera, no puede dañarse unilateral-
• Completa igualdad (P=M=C). mente la reputación de alguien si quienes reciben información de
• Completa disparidad, como P>M>C y todas sus permutaciones. esas características la cuestionan.
• Paridad de dos participantes en superioridad respecto del terce- Por otra parte, si se quiere revertir una situación de mobbing ya
ro, como P=M>C y sus variaciones. disparada, es deseable actuar sobre los tres conjuntos de actores,
• Paridad de dos participantes en inferioridad respecto del terce- sobre la territorialidad completa del juego relacional, en términos de
ro, como P>M=C y sus variaciones. Ricci. Esta estrategia es la que elaboró Twemlow en su práctica de
• Uno de los participantes está en superioridad respecto de otro, consultoría de instituciones educacionales que inició en la Clínica
y el tercero se visualiza en paridad respecto de ambos, “en posi- Menninger; y sobre ella volveré al hablar de la prevención.
ción de asesor con respecto a los otros dos” (Ibíd.:p. 259). Resumiendo: para describir cabalmente las situaciones de mob-
bing y las que pueden conducir a él, es fructífero considerarlas como
Tabla 1. Ordenamientos posible pra tres actores, según Ricci 1981, p. 259. comunicación.

P=M=C
P M C M C P Motivación del mobbing
M C P P M C
C P M C P M
P=M P=C M=C
En el tratamiento acostumbrado, “popular”, del tema, la pregunta

C M P
por la motivación se concentra en el victimario y la respuesta señala

C M P
en dos direcciones distintas, pero no excluyentes: agresión y conve-
niencia. Hay mobbing porque hay personas especialmente agresivas
P=M P=C M=C que se complacen en acosar a otros. O bien, hay mobbing porque
P P M M C C quien lo perpetra obtiene beneficios o reduce sus costos. Lo último,
C M C P M P además, es compatible con lo anterior: un empleador puede benefi-
M C P C P M ciarse acosando a un trabajador al privarlo de derechos que dan
lugar a costos, pero de paso complacerse al hacerlo.
96 Ernesto M. Aguirre Violencia, maltrato, acoso laboral 97

El concepto “racional” del mobbing no puede descartarse, pero los primeros años. Esas identificaciones se constituirían en objetos
tiene, a mi ver, dos fuertes limitaciones. Por un lado, no basta con ver internos a partir de los cuales nos relacionaríamos ulteriormente con
la conveniencia de una acción y desear concretarla, para hacerlo: las personas presentes en nuestro ambiente.
hace falta además poder hacerla, contar con la energía y el reperto- Kernberg (1976), siguiendo a Fairbain y generalizando algunos
rio conductual adecuado. Y este poder hacer tiene esencialmente conceptos suyos, sostiene que la mente y sus estructuras generales,
que ver con lo inconsciente, por contraste con el cálculo y la delibe- tales como el Ello, el Yo y el Superyo, está formada por “unidades
ración, que se dan primordialmente en lo consciente. Por otro lado, constitutivas” (p. 22), cada una de las cuales incluye:
quien cuenta con los recursos para victimizar a otros, que se dan • una representación de sí mismo,
conjuntamente con placer incrementado al hacerlo, es poco proba- • una representación del objeto y
ble que se limite a hacerlo sólo cuando además le conviene. Enton- • un estado afectivo.
ces, la motivación del mobbing en el victimario resulta primaria-
mente de la agresión. El desarrollo psicológico individual normal desde la infancia
puede ser representado, de acuerdo a Kernberg, como la diferencia-
Freud radicalizó la agresión en la concepción del instinto de ción de estas unidades seguida por su gradual integración y desperso-
muerte, el que dinamizaría nuestra vida mental en amalgama con las nificación; en tanto que los desarrollos psicopatológicos señalan
pulsiones eróticas o de vida. Esta idea parece condecir con el impor- fallas en este proceso. Además, pueden darse regresiones, en las que
tante alcance que tiene la destructividad en la vida individual y en las dejan de ser las estructuras las que determinan la conducta, para
relaciones entre las personas. Sin embargo, es rechazada por la reactivarse en forma disociada alguna de esas unidades constitutivas.
mayoría de los psicoanalistas, que no ven a la agresión como prima- Twemlow (1995; 2000) caracteriza el mobbing aplicando esos
ria, sino como derivada de otros procesos. conceptos de Kernberg: el mobbing implica la reactivación regresiva
Dentro de la psicología norteamericana influenciada por el psico- en sus tres participantes: victimario, víctima y espectadores, de con-
análisis se desarrolló la hipótesis frustración – agresión, que incluso figuraciones primitivas de relación de objeto. En este esquema se
fue denominada “ley de Dollard”, y que expresa que la frustración presenta una situación ya estabilizada, previamente a la cual pueden
incita a la agresión, o, como lo precisa Neal Miller (1941), que la agre- alternar sus roles víctima y victimario, y, eventualmente, alguno o
sión supone una previa frustración. Esta línea de pensamiento influ- algunos espectadores, con el victimario o con la víctima.
yó bastante en el desarrollo de la Psicología del Trabajo dentro de la Esta línea de explicación supera el enfoque cerrado en la motiva-
llamada “escuela de las relaciones humanas”, y es una de las premi- ción potente y eficaz del victimario, para suministrarnos explicacio-
sas centrales que aplica Maier en su libro clásico sobre la especiali- nes de la motivación para cada uno de los roles que pueden descri-
dad (1955). birse en el mobbing.
Este punto de vista puede retenerse para explicar el mobbing y,
también, para ayudar a prevenirlo: si se reducen las frustraciones En la Tabla 2 (ver pág. siguiente) se presentan ejemplos de algu-
innecesarias que sufren los trabajadores, por ejemplo mediante nas posibles configuraciones. El victimario se identifica con un padre
mejores comunicaciones y cierto grado de participación en las deci- poderoso, hostil y crítico, e identifica al objeto con su madre, tam-
siones, se resta impulso a la agresión en distintas formas que puede bién omnipotente pero aislada, solitaria e incomprendida. El senti-
asumir, una de ellas, el mobbing. miento acompañante es el de rabia vengativa que se satisface en el
Fairbairn (1952) plantea una interpretación análoga, aunque más castigo.
compleja y de mucho mayor alcance, en el campo del psicoanálisis: En una posible configuración, la víctima se ve a sí misma inade-
la agresión resulta de la incorporación a nuestra personalidad de las cuada, mala, horrible, obediente, desamparada, desesperanzada, e
conductas de las personas que nos persiguen y frustran con las que identifica al victimario como un padre crítico y hostil, en un contex-
nos vamos relacionando a lo largo de nuestras vidas, sobre todo en to afectivo de tristeza.
98 Ernesto M. Aguirre Violencia, maltrato, acoso laboral 99

Tabla 2. Algunas configuraciones de las unidades constitutivas de relación de


objeto en los roles del mobbing. Adaptado de Twemlow 1995: p. 565.
Otras posibilidades para el rol de víctima son la del mártir y del sal-
vador. En ambos, el estado afectivo incluye pena y compasión, así
Representación Afecto Representación
como sentimientos de sacrificio de sí mismo y de satisfacción consigo
parcial de sí acompañante parcial del objeto
mismo. El objeto es vivido como un padre desamparado, y la propia
persona, como un chico. En el caso del mártir, un chico obediente que
Victimario Un objeto paterno Vengatividad rabio- Omnipotente- puede ser recompensado por su obediencia, y que niega por comple-
hostil y crítico. sa que castiga. mente poderoso to sus sentimientos de desamparo. El salvador no sólo los niega, sino
pero aislado,
solitario, e
que construye una formación reactiva a ellos, por la cual se siente

incomprendido.
poderoso y capaz de amparar al victimario y, así, de rescatarlo.
Twemlow (2000) plantea cuatro variedades del rol de espectador:
Víctima Inadecuado, malo, Tristeza Un objeto paterno
la identificación con el victimario, con una configuración de relación
horrible, culpable, hostil y crítico,
de objeto semejante a la de él; la identificación con la víctima; la evi-
obediente, proyectado en el
tación, desconociendo que exista el problema; y la desconexión, con
desamparado, atacante. la configuración que se presenta en la Tabla II.
desesperanzado. Estas configuraciones victimario-víctima-espectadores son dia-
lécticas en el sentido hegeliano: cada rol sostiene a los demás y no
Salvador Sentimiento Satisfecho consigo Un objeto paterno
frágil de ser mismo, pena desamparado,
puede existir sin ellos.

poderoso con y compasión, controlante e


El mobbing representa la reactivación regresiva de configuracio-

inadecuación sacrificio de uno inadecuado con


nes disociadas de las relaciones de objeto. Por ello, otra perspectiva
subyacente. mismo. una formación
que puede contribuir a su comprensión es la que propuso Bion
reactiva contra
(1961) con la caracterización de los supuestos básicos de los grupos.
los sentimientos
La falla en la concentración del grupo en la actividad de trabajo útil y
de desamparo. productiva, lo que Bion llama el grupo de trabajo, lleva al grupo a
actuar como si su tarea fuera ser alimentado (supuesto básico de
Mártir Un chico bueno, Satisfecho consigo Un objeto paterno dependencia), atacar o huir (supuestos básicos de ataque-fuga), o
pasivo, obediente, mismo, pena y desamparado,
recompensado por compasión, controlante e
formar parejas (supuesto básico de apareamiento). Kernberg (1976;

su obediencia. sacrificio de uno inadecuado con


1980) subraya también el riesgo de regresión como propio de los gru-

mismo. una negación


pos y expresión y causa de fallas organizativas. Sin duda, el mobbing
omnipotente de
conjuga las características de comportamiento regresivo y expresión
los sentimientos
de fallas de la organización, aspectos ambos a tenerse en cuenta para
de desamparo.
su prevención.

Observador Sentimiento de Calma Omnipotente- En suma, el mobbing está motivado en cada uno de los roles que
separado vacío, muerte desconectada. mente poderoso lo concretan por determinada configuración de relación de objeto.
y soledad. controlante,
introyecto paren-
En el caso más extremo, se activan en forma regresiva y disociada

tal, con una


configuraciones primitivas propias del rol del victimario y la víctima

defensa disociati-
en quienes cumplen esos roles y en los espectadores. La motivación
va contra los
a desplegar del todo este proceso es máxima, en un contexto de
sentimientos de
grupo de supuesto básico, y la convicción con la que cada uno vive
ser controlado
su rol es completa, como suele ocurrir en los sueños.
100 Ernesto M. Aguirre Violencia, maltrato, acoso laboral 101

No es así, sin embargo, en todos los casos: las configuraciones de Otro riesgo que puede asociarse a la difusión de información
relación objetal que impulsan e inspiran cada uno los roles del mob- sobre el impacto del mobbing sobre la salud de los trabajadores es el
bing pueden estar integradas en configuraciones más complejas e de reforzar en las víctimas sus sentimientos de haber sido irremedia-
internas, antes que disociadas y activadas regresivamente en la reali- blemente dañadas, que puede llevarlas a comportarse como si así
dad. En este caso se da cierta distancia personal respecto del rol, que hubiera sido. Esto se puede hacer aún peor en la medida en que los
posiblemente dé lugar a situaciones menos estables, en las que reclamos legales derivados de estas situaciones se concentren en la
aumenta la probabilidad de conductas calculadoras, “racionales”. invalidez generada. Distinto sería que tanto la difusión como el enfo-
que jurídico dejaran de concentrarse exclusivamente en los daños de

Prevención del mobbing


la salud del trabajador y tomaran como bien a proteger o indemnizar
su sentimiento de ser productivo.
La difusión sería, en cambio, un buen medio de prevención si se
Caplan (1964) estableció la distinción entre los tres niveles de pre- centra en dos ideas. La primera, que es posible para todos hacer
vención aplicables en el campo psicológico: la prevención primaria, cosas distintas a las que contribuyen a que se consoliden las posibi-
dirigida a quienes no han sido afectados por el riesgo que se quiere lidades de mobbing. Y la segunda, que no es aceptable que nadie
evitar; secundaria, a quienes lo estuvieron, pero no están aún en una haga víctima de mobbing a otro, ni que consienta ser victimizado por
situación severa o crónica; y terciaria, enderezada a rehabilitar a otro, ni que presencie el mobbing sin intentar evitarlo.
quienes sufrieron ya todo el desarrollo del riesgo del que se trata. Más allá de la difusión, existen fuertes resortes institucionales
Un camino clásico de la prevención primaria y secundaria es la difu- para la prevención del mobbing. A nivel de la prevención primaria,
sión, la comunicación amplia de información sobre conductas desfa- una institución capaz de reducir sustancialmente el riesgo de mob-
vorables, manera de identificarlas y riesgos y perjuicios asociados. bing es focalizar el gerenciamiento de la organización no en la rela-
ción entre un jefe y sus subordinados, sino en la relación entre el jefe,
El mobbing y sus nefastas consecuencias es tema de nutrida sus subordinados y su jefe -el jefe del jefe-, que puede incluso ser el
comunicación en los medios, como lo es en la literatura profesional. dueño de la empresa o el directorio de ella. Esta institución previene
¿Ayuda esto a su prevención? En algunos casos podría ocurrir así: el ampliamente el mobbing en sus formas de jefe a subordinado, de
ponerle un nombre a un riesgo hasta entonces desapercibido puede subordinado a jefe, y también entre los subordinados.
favorecer que la gente lo evite, como podría ejemplificarse con la Mediante esta política se crea entonces un doble marco de refe-
idea del “fumador pasivo”. rencia: uno para la operación diaria habitual, en la que el trabajo cir-
Pero también puede ocurrir lo que podríamos llamar la paradoja cula entre el jefe y sus subordinados, con la dirección, el control y la
del reforzamiento: la conducta que es reforzada tiende a repetirse, y evaluación del primero; y otro, para los cambios importantes y para
prestar atención a algo, aún cuando se lo haga en términos negativos, el mediano plazo, en el que el jefe del jefe monitorea la relación entre
implica reforzamiento. Si el mobbing fuera acción unilateral del vic- el jefe y sus subordinados y tiene la última palabra sobre las evalua-
timario, la difusión podría ayudar a los demás a identificarlo tempra- ciones y decisiones que afectan a estos últimos. Este tipo de ordena-
namente e impedir sus fechorías. Pero como surge del concierto de miento, ampliamente desarrollado por Elliott Jaques (1989; Jaques &
varios roles distintos, la difusión de información sobre el mobbing Clement, 1991) impide que exista una relación cerrada entre un jefe
puede reforzar las conductas pertenecientes a algunos de los roles y sus subordinados, en la que el primero tenga autoridad final para
asociados al mismo y, así, contribuir que se repitan. Un ejemplo sim- tomar decisiones que afecten a los segundos. Nótese, por contraste,
ple de esta posibilidad, frecuente por lo demás en grupos escolares, que en muchas organizaciones y típicamente en ciertos estamentos
es que un espectador identifique a un victimario y lo haga víctima de del sector público, los jefes tienen ese tipo de facultad, por ejemplo,
mobbing. para impedir la transferencia de uno de sus subordinados a otro sec-
tor.
102 Ernesto M. Aguirre Violencia, maltrato, acoso laboral 103

Una institución capaz de proporcionar prevención secundaria del group, un poco como si fuera un contratista o un integrante de otra
mobbing dentro de las jerarquías administrativas, es la existencia de casta, entonces se va a tener poca motivación, poca satisfacción y
un procedimiento de apelación, que posibilite a cualquier integran- resultados desfavorables, apatía o progresiva retirada, según Farmer
te de la organización que se sienta perjudicado por una decisión, & Aguinis (2005). Estas situaciones representan frustraciones y hacen
solicitar a niveles superiores -aún el más alto- que se deje sin efecto. probable la regresión que, a su vez, puede disparar la dialéctica del
Esto lo plantearon Elliott Jaques (1951: pp. 61-2) y Wilfred Brown mobbing.
(1960: pp. 227-247) desde hace ya más de 50 años, como una garan-

La psicología del trabajo como psicología


tía para el buen funcionamiento del sistema ejecutivo de una organi-
zación.
aplicada, y su enseñanza
Más allá de específicos resortes institucionales, la operación de la
organización en su conjunto puede ser una eficaz antinomia del
mobbing; así como el mobbing es incompatible con la operación
sustentable de una organización. No es compatible identificarnos El propósito de esta comunicación es mejorar la comprensión de
con ninguno de los roles del mobbing cuando el trabajo que estamos los fenómenos psicológicos bajo análisis y articularlos en un marco
haciendo nos da esperanza de lograr la satisfacción de ser producti- de referencia que facilite operar respecto de ellos, en este caso para
vos, de ser capaces de cambiar la realidad creativamente para bene- impedir el mobbing o disminuir su impacto.
ficio nuestro y de los demás. Al fomentar esto, la organización está Esa manera de definir la pretensión de este trabajo, deriva de una
creando una red de situaciones constructivas, que se corresponde manera de entender la Psicología del Trabajo como “psicología apli-
con la idea de organización requerida, que opone Jaques a la de orga- cada”. Creo que el objetivo central de la enseñanza de la Psicología
nización paranoigenica, creadora y perpetuadora de persecución y del Trabajo no es tanto enseñar cómo hacer, sino proponer ideas que
desconfianza. Esto equivale a que la organización convoque, podría- ensanchen el campo de la comprensión de las realidades del trabajo,
mos decir que reclute a otras, muy distintas, “unidades constitutivas”, para que se sustenten mejor las acciones destinadas a hacerlas más
las cuales integren una imagen de nosotros mismos como producto- satisfactorias.
res o creadores con un objeto bueno al que ayudamos a desplegarse,
en un contexto afectivo de responsabilidad y esperanza. Por otra parte, como lo ha demostrado Bachelard (1938) respecto
La idea de organización requerida, vista no ya desde el punto de del desarrollo de la ciencia, las ideas en psicología no se inscriben en
vista inconsciente, sino de la interacción, incluye el empowerment una tabula rasa ni van a ocupar un casillero vacío de la mente, sino
de sus integrantes, les da poder a sus integrantes para hacer cosas, que vienen a desafiar creencias que las resisten, muchas veces pro-
aunque no para perjudicar a otros; y ello es una positiva contribu- fundamente arraigadas. Sólo hay aprendizaje cuando se alcanza una
ción a la salud mental de la gente. La teoría del intercambio del lide- nueva síntesis de las ideas nuevas con las antes preferidas; de lo con-
razgo (V. Wim van Breukelen et al. 2006) permite operacionalizar ese trario es sólo repetición.
empowerment. Muy esquemáticamente, esta teoría se aplica a la Dos caminos me parecen especialmente aptos para contribuir a
interacción de cada miembro de la organización con su jefe, y sostie- mejorar la comprensión de la psicología del trabajo. Uno es la aplica-
ne que en la medida en que el liderazgo que existe en la organización ción a este campo específico, de teorías más generales, como en el
tiende a que los que participan en la organización se sientan parte de presente artículo, la teoría de sistemas o la de las relaciones objetales.
la organización y puedan identificarse como pertenecientes a ella o El otro, la reflexión sobre la propia experiencia buscando discernir
in-group, ese liderazgo es satisfactorio y productivo, así como, refrac- qué es de mi conducta lo que ayuda a que la situación sea como es.
tario al mobbing. En la medida que el liderazgo es de tal característi-
ca que lo pone al subordinado en la vereda de enfrente, en el out-
104 Ernesto M. Aguirre Violencia, maltrato, acoso laboral 105

Referencias Bibliográficas — 2000. “The Roots of Violence: Converging Psychoanalytical Explanatory


Models for Power Struggles and Violence in Schools”. The Psychoanalytic
Quarterly, LXIX, 4; pp. 741-785.
BACHELARD, G. 1938. La formación del espíritu científico. Contribución a un VAN BREUKELEN,W., B. SCHYNS & P. LE BLANC. 2006. “Leader-Member Exchange
psicoanálisis del conocimiento objetivo. 2da. edición. Buenos Aires: Siglo Theory and Research: Accomplishments and Future Challenges”. Lea-
XXI, 1972. dership, 2; 295-316.
BION, W.R. 1961. Experiencias en grupos. Barcelona - Buenos Aires: Paidós, WATZLAWICK, P., J. HELMICK BEAVIN & D.D. JACKSON. 1967. Teoría de la comunica-
1980. ción humana. Interacciones, patologías y paradojas. Buenos Aires: Tiem-
BROWN, W. 1960. Dirección empresarial. México: UTEHA, 1965. po Contemporáneo, 1976.
CAPLAN, G. 1964. Principios de Psiquiatría Preventiva. Buenos Aires: Paidós, Webster’s New World Dictionary of American English. Third College Edition.
1966. 1988. New York: Prentice Hall.
CERVANTES SAAVEDRA, M. de. 1613. “La fuerza de la sangre”; en: Novelas ejem-
plare s.
FAIRBAIRN, W. RONALD D. 1952. Estudio Psicoanalítico de la Personalidad. Bue-
nos Aires: Hormé, 1962.
FARMER, S. & H. AGUINIS. 2005. “Accounting for Subordinate Perceptions of
Supervisor Power: An Identity - Dependence Model”. Journal of Applied
Psychology, 90, 6, pp. 1069–1083.
JAQUES, E. 1951. The Changing Culture of a Factory. London: Routledge &
Kegan Paul.
— 1989. Requisite Organization. The C E O ‘s Guide to Creative Structure and
Leadership. Arlington, VA: Cason Hall.
JAQUES, E. & S.D.CLEMENT. 1991. Executive Leadership. A Practical Guide to
Managing Complexity. Arlington, VA: Basil Blackwell & Cason Hall.
KERNBERG, O. 1976. La teoría de las relaciones objetales y el psicoanálisis clí-
nico. Buenos Aires: Paidós, 1979.
— 1980. Internal World and External Reality. New York: Jason Aronson.
LEYMANN, H. 1996. The Mobbing Encyclopaedia. En: http://www.leymann.se.
LORENZ, K. 1963. Sobre la agresión: el pretendido mal. México: Siglo XXI, 1978.
MAIER, N.R.F. 1955. Psicología Industrial. Madrid: Rialp, 1960.
MILLER, N.E. 1941. “The Frustration- Agression Hypothesis”. Psychological
Review, 48, 337-366.
PIKAS, A. 1989. “A Pure Concept of Mobbing Gives the Best Results for Treat-
ment”. School Psychology International, 10, 95sqq.
REAL ACADEMIA ESPAÑOLA 2001. Diccionario de la lengua española. 22a. ed. En:
http://rae.es.
RICCI, C. 1981. “Más allá de la díada. La naturaleza multidimensional de la
comunicación”. En: M. Selvini Palazzoli et al. 1981. Al frente de la organi-
zación. Estrategia y táctica. Buenos Aires: Paidós, 1986. Pp. 251-270.
TWEMLOW, S. W. 1995. “Traumatic Objection Relations Configurations Seen In
Victim/Victimizer Relationships”. Journal of The American Academy of
Psychoanalysis, 23 (4), 563-580.
— 1999. “A Psychoanalytical Dialectical Model for Sexual and Other Forms of
Worplace Harassment”. Journal of Applied Psychoanalytical Studies, 1, 3;
pp. 249-270.

También podría gustarte