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El mito de Mictlantecuhtli

Mictlantecuhtli, también conocido


como el Señor del Inframundo, era
la deidad del pueblo mexica que,
junto con Mictecacihuatli, reinaba
el Mictlán, es decir, el lugar al que
iban las almas cuando las personas
morían.
Cabe mencionar que, para los mexicas, contrario a la
concepción cristiana, el lugar al que iban los muertos no
dependía de su comportamiento en vida sino de la forma en
la que fallecían. Por ello, de acuerdo con Mercedes de la
Garza, podían ser enviados al Mictlán o “lugar de los
muertos”, al Tlalocan o “lugar del dios de la lluvia”,
al Tonatiuhihuícac o al Chihihuacuauhco.
Así, de acuerdo con algunas interpretaciones, pocos eran
quienes iban al Mictlán –dicho lugar estaba reservado para
aquellos que morían por enfermedades–. Las regiones
del Mictlán –o lugar de los muertos– eran
 Chiconahuapan

 Tepectli Monamictlan

 Iztepetl

 Itzehecayan

 Timiminaloayan

 Teocoyohuehualoyan

 Izmictlan Apochcalolca

 Chicunamictlan

Sin embargo, llegar al Mictlán no era fácil. Según se


cuenta, las almas debían atravesar un camino en el que
dos montañas chocaban entre sí, posteriormente tenían
que soportar “un viento cortante o que acarreaba
navajas y finalmente, atravesar ocho niveles del
inframundo” para encontrarse con Mictlantecuhtli.
Sólo a partir de ese momento, la gente podía morir de
manera definitiva. No obstante, este viaje duraba
cuatro largos años. Por ello, los vivos los alentaban y
acompañaban desde la distancia por medio de
ostentosas ceremonias.

De acuerdo con Sahagún y su Historia general, esta deidad


recibía otros nombres: Aculnahuácatl y Tzontémoc.
Además, cabe señalar que, contrario a otras culturas (en las
que la deidad del Inframundo no tenía un lugar importante),
los mexicas sí reverenciaban a Mictlantecuhtli; pues lo
consideraban omnipresente.
Según el Códice Borgia, la apariencia del dios del
inframundo era antropomorfa y semidescarnada. Tenía
manchas amarillas en todo el cuerpo que contrastaban con su
color blanquecino. Otros elementos que lo caracterizaban era
la orejera y la nariz:

La primera consiste en un elemento del cual cuelga una mano


humana, y la segunda en un cuchillo o navaja de pedernal.
También porta ajorcas y brazaletes con los mismos
elementos circulares arriba mencionados, aunque más
pequeños, y el último elemento que mencionaré es un
pectoral formado con lo que parecen ser huesos cruzados.”

Sin duda alguna, el Día de Muertos es una fecha muy


importante para la cultura mexicana pues se trata de una
celebración en la que, según se cree, las ánimas regresan del
más allá para reunirse con la gente que habita el mundo de
los vivos. Por ello, y para recibirlos, se colocan las
tradicionales ofrendas o altares de Día de Muertos.

No obstante, dicha tradición data de la época prehispánica y


está relacionada directamente con el viaje que las ánimas
emprendían para reunirse con Mictlantecuhtli con el fin de
encontrar la “verdadera muerte”, así como con las
ceremonias que les realizaban los vivos para acompañarlos.
Y aunque, con la llegada de los españoles, las costumbres
indígenas fueron violentamente suprimidas, algunas lograron
adaptarse y sobrevivir. Fue así como nació y se transformó
el Día de Muertos hasta convertirse en lo que celebramos
hoy en día.

Vídeo:

https://www.youtube.com/watch?v=WZYm1stE0w0
https://www.youtube.com/watch?v=l6YPQUyTOks

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