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"AÑO DE LA UNIDAD, LA PAZ Y EL DESARROLLO"

UNIVERSIDAD TECNOLOGICA DEL PERU

TEMA:

Tarea Académica 2

DOCENTE:

Ana Maria Aco Chiri

CURSO:

Ciudadanía y Reflexión Ética

SECCIÓN:

23752

INTEGRANTES DE GRUPO:

AREQUIPA 2023

Problemáticas respecto de la ciudadanía y de la democracia en el contexto de la

realidad peruana.

Buenas noches profesora nosotros somos el grupo 3 quien lo conformamos mi persona y

Gomez Huacani, Rubi Esmeralda, hoy vamos a ver un caso sobre la Problemáticas

respecto de la ciudadanía y de la democracia en el contexto de la realidad peruana. Donde,


surge la siguiente controversia: ¿si Consideramos que Perú cometió graves violaciones de

derechos humanos en las protestas contra Dina Boluarte? Donde consideramos que sí

existen graves violaciones a los derechos humanos durante las manifestaciones en nuestro

país. y continuación, presentaremos argumentos para respaldar nuestra postura.

Empecemos q es La Comisión Interamericana de Derechos Humanos) es el tribunal

encargado de velar por el cumplimiento, la aplicación e interpretación de la Convención

Americana sobre Derechos Humanos q visitaron el país en diciembre de 2022 y enero de

este año donde Boluarte asumió el poder tras un fallido autogolpe de Estado del

exmandatario Pedro Castillo a principios de diciembre y determinaron que la Policía y

las Fuerzas Armadas del Perú recurrieron a un “uso desproporcionado, indiscriminado y

letal” de la fuerza contra los manifestantes que exigieron la renuncia de la presidenta Dina

La entidad interamericana hizo también un análisis particular de los casos en Ayacucho y

Puno. En Ayacucho se registraron 10 muertes a consecuencia de las protestas. se

registraron graves violaciones de derechos humanos que deben ser investigadas con

debida diligencia y con un enfoque étnico-racial. Al ser cometidas por agentes del Estado,

las muertes podrían constituir ejecuciones extrajudiciales. es decir, el acto de matar

deliberadamente a una persona al margen de cualquier marco jurídico Además, al tratarse

de múltiples privaciones del derecho a la vida, dadas las circunstancias de modo, tiempo y

lugar, podrían calificarse como una masacre. Por otro lado, en la ciudad de Juliaca (Puno)

también hubo 17 muertos en las marchas contra Boluarte. La Comisión Interamericana de

Derechos Humanos observa que en esa ciudad se habrían presentado situaciones de uso

excesivo e indiscriminado de la fuerza por parte de agentes del Estado, que habrían

resultado en graves violaciones de derechos humanos en contra, tanto de participantes en

las protestas, como de terceras personas”, También, está el racismo estructural perpetrado

por las instituciones del Estado y actores con poder económico y político. Las protestas
iniciaron en las regiones del sur del país, sin embargo, desde el gobierno no se desplegaron

esfuerzos para acercarse a los territorios a establecer canales de diálogo y posibilidades de

negociación, sino que se respondió con indiferencia, represión y subvaloración de las

demandas populares. Esto reflejan cómo, de manera aún impune, se les disparó a las

personas directamente al cuerpo. Esta respuesta violenta y el uso desproporcionado de la

fuerza ha caracterizado históricamente la forma en la que se trata en los conflictos sociales

a las poblaciones racializadas en nuestro país, especialmente a la ciudadanía andina e

indígena.

Miembros de la CIDH (La Comisión Interamericana de Derechos Humanos) visitaron el país

en diciembre de 2022 y enero de este año. Boluarte asumió el poder tras un fallido

autogolpe de Estado del exmandatario Pedro Castillo a principios de diciembre y

determinaron que la Policía y las Fuerzas Armadas de Perú recurrieron a un “uso

desproporcionado, indiscriminado y letal” de la fuerza contra los manifestantes que exigieron

la renuncia de la presidenta Dina Boluarte desde diciembre. De este modo, surge la

siguiente controversia: ¿Consideramos que Perú cometió graves violaciones de derechos

humanos en las protestas contra Dina Boluarte? De acuerdo a este contexto, consideramos

que sí existen graves violaciones a los derechos humanos durante las manifestaciones en

nuestro país. A continuación, presentaremos argumentos para respaldar nuestra postura.

En relación a la controversia sobre si Perú cometió graves violaciones de derechos

humanos en las protestas contra Dina Boluarte, es importante definir algunos conceptos
clave. Primero, es necesario comprender que los derechos humanos son los derechos

inherentes a todas las personas, sin importar su nacionalidad, raza, género u orientación

sexual. Estos derechos incluyen el derecho a la vida, la libertad de expresión, la libertad de

reunión pacífica y el derecho a un juicio justo. Por otro lado, las protestas son

manifestaciones públicas en las que los ciudadanos expresan su descontento o

disconformidad con una situación específica. En este contexto, cuando se habla de "graves

violaciones de derechos humanos", se refiere a acciones o medidas tomadas por las

autoridades o agentes estatales que violan de manera sistemática y generalizada los

derechos fundamentales de las personas. Estas violaciones pueden incluir el uso excesivo

de la fuerza, la detención arbitraria, la tortura o el trato inhumano.

La entidad interamericana hizo también un análisis particular de los casos en Ayacucho y

Puno. En Ayacucho se registraron 10 muertes a consecuencia de las protestas. El informe

indica que se registraron graves violaciones de derechos humanos que deben ser

investigadas con debida diligencia y con un enfoque étnico-racial. Al ser cometidas por

agentes del Estado, las muertes podrían constituir ejecuciones extrajudiciales. Además, al

tratarse de múltiples privaciones del derecho a la vida, dadas las circunstancias de modo,

tiempo y lugar, podrían calificarse como una masacre. Por otro lado, en la ciudad de Juliaca

(Puno) también hubo 17 muertos en las marchas contra Boluarte. La CIDH observa que en

esa ciudad se habrían presentado situaciones de uso excesivo e indiscriminado de la fuerza

por parte de agentes del Estado, que habrían resultado en graves violaciones de derechos

humanos en contra, tanto de participantes en las protestas, como de terceras personas”,

sostienen. También, está el racismo estructural perpetrado por las instituciones del Estado y

actores con poder económico y político. Las protestas iniciaron en las regiones del sur del

país, sin embargo, desde el gobierno no se desplegaron esfuerzos para acercarse a los

territorios a establecer canales de diálogo y posibilidades de negociación, sino que se


respondió con indiferencia, represión y subvaloración de las demandas populares. Las

masacres de Juliaca y Ayacucho, según las investigaciones, reflejan cómo, de manera aún

impune, se les disparó a las personas directamente al cuerpo. Esta respuesta violenta y el

uso desproporcionado de la fuerza ha caracterizado históricamente la forma en la que se

trata en los conflictos sociales a las poblaciones racializadas en nuestro país, especialmente

a la ciudadanía andina e indígena.

En conclusión, el análisis de los casos en Ayacucho y Puno realizado por la entidad

interamericana revela la existencia de graves violaciones de derechos humanos durante las

protestas contra Dina Boluarte en Perú. Las muertes registradas en Ayacucho y Juliaca

plantean serias preocupaciones sobre la actuación de agentes del Estado, quienes podrían

haber incurrido en ejecuciones extrajudiciales y el uso indiscriminado de la fuerza. Estos

incidentes evidencian la persistencia del racismo estructural en las instituciones y actores

con poder económico y político, especialmente en perjuicio de las comunidades andinas e

indígenas. Es fundamental que se lleven a cabo investigaciones exhaustivas y se aplique la

debida diligencia para establecer la responsabilidad de los implicados en estos actos de

violencia. Asimismo, resulta imperativo promover un diálogo inclusivo y respetuoso con los

territorios afectados, a fin de atender las demandas populares y evitar la repetición de

violaciones a los derechos humanos en futuros conflictos sociales. Solo así podremos

avanzar hacia una sociedad más justa, equitativa y respetuosa de los derechos de todos

sus ciudadanos.

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