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I Curso Básico de Procedimientos Policiales para el Manejo


de la Vida Silvestre.

Módulo 3: Gestión de la vida silvestre en territorio


Unidad 8: Manejo del conflicto gente-fauna

Proyecto “Desarrollo de enfoques de manejo de paisajes


en el Sistema Nacional de Áreas Protegidas del Ecuador
para mejorar la conservación de la vida silvestre en
peligro de extinción mundial”

Ministerio del Ambiente


Santiago Silva, Director Nacional de Biodiversidad
Víctor Utreras, Coordinador Proyecto Paisajes y Vida Silvestre

Centro de Educación y Promoción Social y Profesional (CEPP)


Rodrigo Torres, Director Ejecutivo
Daniela Cruz, Coordinación Académica y Edición
Laura Altamirano, Coordinación tutorial y Edición

Este documento debe citarse así:


CEPP. 2017. Manejo del conflicto gente-fauna. I Curso básico de procedimientos
policiales para el manejo de la vida silvestre. Proyecto “Paisajes y Vida
Silvestre”. MAE, PNUD, PN, MIE.

El presente documento compila ediciones realizadas por el Programa Aula Verde


(MAE, 2012-2017) y el Curso Gestión de la Vida Silvestre en el Ecuador (MAE-PNUD,
2016), cedido a la Policía Judicial para su uso académico en la formación de servidores
policiales de la Unidad de Policía Medio Ambiental.
Tabla de contenidos
 
Introducción  ...........................................................................................................................  1  
Conflicto  ser  humano  –  fauna  silvestre  .........................................................................  2  
¿Qué  es  el  conflicto  gente  –  fauna  silvestre?  .........................................................................  2  
¿Cuáles  son  las  causas  del  conflicto?  .......................................................................................  3  
Estadísticas  del  conflicto  gente-­‐fauna  en  Ecuador  .............................................................  3  
Conflictos  derivados  de  actividades  agropecuarias  ...........................................................  6  
Manejo  del  conflicto  gente  –  fauna  ..................................................................................  8  
Factores  del  conflicto  a  considerar  ..........................................................................................  9  
Estrategias  para  el  manejo  del  conflicto  gente  -­‐  fauna  ...................................................  10  
Estrategias  preventivas  ..........................................................................................................................  10  
Estrategias  reactivas  ................................................................................................................................  14  
Reconocimiento  y  evaluación  de  eventos  de  depredación  de  ganado  por  
carnívoros  grandes  .....................................................................................................................  16  
Paso  1.  Caracterización  del  sitio  ..........................................................................................................  17  
Paso  2.  Evaluación  de  la  presa  .............................................................................................................  19  
Paso  3.  Identificación  de  la  causa  de  la  muerte  o  heridas  ........................................................  21  
Paso  4.  Identificación  del  carnívoro  causante  del  ataque  ........................................................  22  
Formulario  para  el  reporte  de  ataques  ............................................................................................  26  
Bibliografía  ...........................................................................................................................  30  
Introducción
El módulo 3 del Curso Básico de Procedimientos Policiales para el Manejo de la
Vida Silvestre corresponde a “Gestión de la vida silvestre en territorio”, y tiene
como objeto implementar mecanismos, herramientas y actividades a nivel
territorial para mejorar la gestión de la vida silvestre, mediante la aplicación de
estrategias de educación y concientización pública y manejo del conflicto gente-
fauna.

El presente documento corresponde a la Unidad 8 del módulo, “Manejo del


conflicto gente-fauna” dirigido a los aliados estratégicos del Ministerio del
Ambiente, específicamente a la Unidad Ambiental de la Policía Nacional.

El interés de abordar en este curso el tema de manejo del conflicto que ocurre
entre los seres humanos y la fauna silvestre -fauna se debe a que este tipo de
conflictos son comunes en ciertas zonas de nuestro país, cuando las necesidades
de la fauna silvestre coinciden con las necesidades de las poblaciones humanas
para el desarrollo de actividades agropecuarias, de modo que se encuentran
compartiendo el mismo espacio.

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Conflicto ser humano – fauna silvestre
¿Qué es el conflicto gente – fauna silvestre?
Los conflictos entre seres humanos y la fauna silvestre ocurren cuando las
interacciones entre personas y animales generan impactos negativos tanto en la
conservación de las especies de fauna silvestre y sus hábitats, como en el
bienestar social y económico de las poblaciones humanas y su entorno. Estos
conflictos han existido durante tanto tiempo como los seres humanos y
animales salvajes han compartido las mismas tierras y recursos (FAO, 2014).

En el ámbito de las actividades agropecuarias, Goldstein (2013) define al


conflicto como:

“cualquier situación en la cual la fauna silvestre usa de manera


no deseada o daña la propiedad de las personas, y/o en las
situaciones en las que la fauna silvestre es percibida como una
amenaza directa para la propiedad, los bienes o la vida de las
personas. Los conflictos entre las actividades agropecuarias y la
fauna silvestre tienen su raíz fundamental en la competencia
entre los humanos y la fauna silvestre por los recursos, sean
éstos el espacio, los servicios ambientales o los productos
derivados de las actividades agropecuarias”

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¿Cuáles son las causas del conflicto?
Los conflictos entre fauna silvestre y actividades agropecuarias son causados por
la ampliación de las fronteras agropecuarias o la agricultura migratoria, el
crecimiento poblacional y urbano, y la construcción de vías. Todo esto lleva a un
traslape de actividades humanas con los ecosistemas usados por la fauna
silvestre, y a la alteración y destrucción de sus hábitats naturales.

Esto ocurre principalmente por


limitaciones en los procesos de
ordenamiento territorial y en el análisis
de la vocación de usos de los
ecosistemas a intervenir. Este tipo de
procesos de planificación u
ordenamiento territorial no consideran
criterios técnicos que permitan
mantener corredores para la fauna
silvestre o zonas buffer alrededor de los
campos de cultivo que permitan
mantener cierto equilibrio en los
ecosistemas ya intervenidos.

A esto se suma un inapropiado manejo


agrícola y pecuario, la tala ilegal, y la
existencia de oportunidades económicas
cuyo desarrollo es incompatible con el
mantenimiento de los hábitats naturales.
Además, la baja tolerancia de los
habitantes hacia la presencia de la fauna
silvestre, contribuye a agravar los
conflictos.

Por último, una insuficiente coordinación entre autoridades a nivel local y


nacional y poca claridad en los roles y competencias de los diversos actores,
contribuyen a agravar las situaciones de conflicto con la consecuente
disminución de las poblaciones de las especies silvestres.

Estadísticas del conflicto gente-fauna en Ecuador


El Ministerio del Ambiente (MAE), a través de cada Dirección Provincial de
Ambiente, registra los sucesos de conflicto y los reporta, cada tres meses, a la
Dirección Nacional de Biodiversidad, para su registro nacional. De los datos
entregados por el MAE, algunos desde el 2009, se tienen los resultados
siguientes.

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Número de conflictos gente – fauna registrados por provincial desde el 2009

Fuente: MAE, 2015. Elaboración: CTT, 2015

Como se puede apreciar en el gráfico, desde el 2009 han aumentado los


conflictos en un número mayor de provincias. En el 2009 y 2010 solo se
registraron conflictos en Carchi, en el 2011 y 2012 en Carchi e Imbabura, pero
para el 2013 las provincias con conflictos aumentaron a 7.

En lo que se refiere a especies de mamíferos más frecuentes con las que se


desarrollan los conflictos se tienen las siguientes:

Porcentaje de conflictos por especie de mamíferos

Fuente: MAE, 2015. Elaboración propia.

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De acuerdo al gráfico se tiene que los reportes de conflictos más frecuentes son
con oso de anteojos (Tremarctos ornatus) con casi el 80% de casos, seguido de
puma (Puma concolor) con el 27,24% y jaguar (Panthera onca) con el 5,5%. Hay
reportes de casos con otros animales pero aislados o no se conoce el origen del
conflicto, por lo que no fueron considerados.

Además, los datos indican qué tipo de ataque se da por parte de estas especies,
como se puede apreciar en la siguiente figura:

Principales tipos de conflictos gente fauna

Fuente: MAE, 2015. Elaboración: CTT, 2015

Con base en esos datos se puede ver que los principales conflictos se refieren al
ataque del oso al ganado vacuno o a los sembríos de maíz, ataque del puma a
ganado ovino y ataque del jaguar igualmente al ganado vacuno.

También es conocido el conflicto que existe entre comuneros de la sierra con


cóndores andinos debido a que los propietarios de ganado han observado a
estas aves cazar y alimentarse de terneros recién nacidos o descuidados por
parte de su madre. Situación similar ha ocurrido con águilas o gavilanes por
parte de granjeros que han podido observar cómo estas aves cazan gallinas,
pollos, conejos y otros animales de granja.

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Conflictos derivados de actividades agropecuarias
Aunque los conflictos socio ambientales relacionados con la fauna silvestre
están relacionados con una serie de actividades humanas, las más frecuentes se
dan en el sector agropecuario debido al solapamiento del hábitat de los
carnívoros con las actividades agrícolas y ganaderas. Estos conflictos ocasionan
perjuicios socio económicos, producidos por la depredación del ganado y los
daños a los cultivos (Pereira et al., 2002; Nallar et al., 2008; Marchini et al., 2011;
Zapata et al., 2011).

La siguiente infografía muestra de manera resumida cómo y por qué se da este


conflicto.

Como se puede ver aquí, los grandes carnívoros generan un conflicto intenso
con el ser humano debido a su capacidad de atacar animales domésticos,
produciendo un fuerte antagonismo y hostilidad cultural hacia ellos, aun
cuando la amenaza real que representen sea menor que la percibida, o incluso
no sean causantes de las denuncias. De hecho en muchos casos un porcentaje
muy pequeño de las poblaciones de fauna silvestre es responsable por todos los
eventos de depredación.

De este modo, el conflicto es el resultado del solapamiento del hábitat de los


carnívoros con las actividades ganaderas, sobre todo cuando los carnívoros
tienen fácil acceso y/o son atraídos a recursos producidos por la gente. Esta es
la principal razón de persecución de los carnívoros, pero hay que entender que
la población humana es la responsable de permitir que ocurra este
solapamiento del hábitat.

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La expansión y el manejo inadecuado
de las actividades agropecuarias
incrementan los conflictos. Los
efectos de la expansión de las
actividades humanas (destrucción y
fragmentación del hábitat), así como
la generación de atrayentes (ganado
muerto o vivo, depósitos de basura
con restos de alimentos) aumentan
las posibilidades de solapamiento
entre las actividades humanas y los
carnívoros, y por ende las
probabilidades de conflicto.

Esta problemática es más evidente en los límites de grandes áreas de


conservación de la biodiversidad que se encuentran próximas a áreas de
actividades agropecuarias, como por ejemplo la ganadería extensiva, o en áreas
de rápida extensión de la frontera agrícola, particularmente donde las zonas de
pastoreo están rodeadas o son aledañas a parches de áreas silvestres.

El oso andino, el puma y el jaguar son algunos de los carnívoros silvestres


involucrados en estos conflictos, por lo cual han sido perseguidos y sus
poblaciones se han visto reducidas en muchas localidades. Es por esta razón
que el manejo de estos conflictos es una prioridad para la conservación de
estas especies.

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Manejo del conflicto gente – fauna
Los conflictos deben ser muy bien estudiados para poder encontrar alternativas
de manejo. Lo que se busca al manejar el conflicto entre grandes carnívoros y
actividades agropecuarias es la coexistencia de la gente con la fauna silvestre.
Este es un tipo de manejo enmarcado en un modelo ganar-ganar, en el que las
dos partes se benefician. Por un lado se busca el mantenimiento de las
poblaciones de carnívoros, que son especies protegidas, y por otro, la
protección de los bienes de la gente.

Lo ideal de las intervenciones de manejo es que se enfoquen en la reducción de


los daños ocasionados por los animales y en el aumento de la tolerancia de la
gente, de modo que disminuya la percepción negativa que tienen los
pobladores respecto de las especies silvestres. Este manejo debe ser integral y
enfocarse en los diferentes factores que inciden en el riesgo de conflicto en una
localidad.

Es por ello que la correcta identificación


tanto de la causa como del causante en
un supuesto evento de depredación de
ganado requiere una minuciosa
documentación y evaluación de las
evidencias. Además se debe tomar en
cuenta varios factores que inciden en
este problema.

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Factores del conflicto a considerar
Para manejar los conflictos es importante considerar algunos factores del
conflicto, como se detallan a continuación.

1. Por lo general estos conflictos está restringidos a unas pocas localidades en


un momento dado, y son pocos los individuos de las especies de grandes
carnívoros causantes de los daños. Por este motivo es necesario realizar un
diagnóstico para caracterizar los conflictos en cada sitio, y analizar cuáles
son los factores que elevan el riesgo de conflicto. Esto permite enfocar las
intervenciones y estrategias de manejo de en dicha localidad.

Este tipo de diagnósticos deben


tomar en cuenta la distribución
poblacional de las especies de interés,
la distribución y el tipo de actividad
agropecuaria, la distribución de los
daños, y la identificación de las
especies responsables de los daños.

2. Se debe tomar en cuenta que las


intervenciones de manejo tienen que
estar enfocadas en el conocimiento,
las percepciones y temores de las
personas afectadas, pues esto es
específico de cada lugar. Tener esto en
mente permitirá una incidencia más
efectiva mediante la cogestión, ya que
fomenta la inclusión de los diferentes
involucrados en los conflictos y facilita
el entendimiento y apropiación por los
afectados, incrementando la confianza,
favoreciendo el diálogo y una mayor
fluidez en las relaciones entre actores.

3. Nos podemos olvidar un factor muy importantes para reducir los conflictos:
la voluntad de las comunidades para reducir el problema y el apoyo de las
diferentes instituciones gubernamentales y no gubernamentales. Si las
instituciones responsables de manejar este conflicto no tienen claridad sobre
sus roles y competencias, el problema se puede potenciar, ya que los
afectados tienden a resolver el problema mediante el control letal, es decir,
matan a los carnívoros.

4. Finalmente es necesario prevenir continuamente el conflicto en cualquier


localidad donde haya presencia de carnívoros en áreas cercanas a
actividades agropecuarias. Esto para minimizar la ocurrencia de potenciales
conflictos.

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Estrategias para el manejo del conflicto gente - fauna
Las estrategias de manejo de conflictos de las actividades agropecuarias y la
fauna silvestre pueden ser preventivas, cuando se realizan intervenciones
previas a que ocurran los conflicto, o reactivas, cuando se realizan
intervenciones de control, remediación y compensación.

Estas estrategias dependerán de la extensión e intensidad de la amenaza, de la


vulnerabilidad, de los daños y del marco legal vigente en el país. La amenaza es
un factor de riesgo externo que puede ocurrir en un sitio específico y en un
tiempo determinado, y producir un daño. En cambio, la vulnerabilidad es el
grado de susceptibilidad de una comunidad o individuo a ser afectada por una
amenaza y su capacidad de protegerse.

Veamos de qué se tratan estas estrategias.

Estrategias preventivas
Entre las estrategias preventivas se puede mencionar aquellas enfocadas en
mejorar el manejo de las actividades humanas, y la educación ambiental.

a) Manejo de actividades humanas


Esta estrategia se basa en un manejo adecuado de la agricultura y la ganadería,
que permita mantener a los carnívoros lo más apartados posible de la actividad
productiva. Esto conlleva a reducir los riesgos de los ataques.

Dentro de estas estrategias se puede mencionar la mejora de prácticas


agropecuarias, implementación de barreras, uso de métodos disuasivos,
zonificación y acciones complementarias.

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Mejora de prácticas agropecuarias
Ganado mal manejado que está amarrado puede convertirse en un cebo para
los depredadores; lo mismo sucede con ganado que anda libre, pues está
expuesto a los ataques. Este tipo de prácticas debe mejorar, así como las
condiciones del ganado mediante cuidados veterinarios, alimentación
adecuada, protección de las hembras preñadas y de las crías antes y después del
parto, y acceso a refugios o corrales.

Barreras
Definimos las barreras como un obstáculo físico que se emplea para impedir o
limitar el acceso de animales silvestres a los bienes o propiedades vulnerables al
ataque o depredación y que se quieren proteger (Zapata et al. 2011). Las
barreras constituyen medios de prevención y por lo general están restringidas a
un espacio pequeño que está ocupado por los bienes o propiedades vulnerables.
Las barreras se refieren a cercas o muros que previenen el acceso de los
carnívoros silvestres a los bienes (por ejemplo, ganado, productos agrícolas,
frutales, etcétera). Existen muchos tipos de barreras, entre los cuales podemos
nombrar: muros, cercas, alambradas, alambradas eléctricas, cercas vivas.

Las barreras como intervención preventiva se han utilizado


ampliamente en la región altoandina para evitar daños a
ovejas y camélidos causados por carnívoros, especialmente
pumas. También se utilizan para evitar la depredación de
aves de corral por pequeños carnívoros (felinos, mustélidos).
En este caso particular, el ganado se guarda durante las
noches en áreas rodeadas por diferentes tipos de barreras.

Disuasivos
Son medios por los cuales se ahuyenta o se mantiene alejados a los animales de
las especies que causan los conflictos. Existen una gran cantidad de medios
disuasivos, tanto activos como pasivos. El método disuasivo por excelencia es la
vigilancia, que puede ser llevada a cabo por la gente o por algunos animales
domésticos.

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En el caso de áreas de pastoreo alejadas o de grandes extensiones, la vigilancia
por personas no es rentable; por ello, el uso de perros pastores ha sido
históricamente uno de los métodos más utilizados en todo el mundo para
reducir la depredación del ganado. Sin embargo, hay que tomar en cuenta que
no todas las razas de perros son igual de efectivas en esta función, y que otras
especies (los camélidos, por ejemplo) pueden cumplir las mismas funciones.

Los disuasivos más usados son los visuales y los acústicos —y el mortero es el
arma popular más eficaz una vez que el ganado ha sido atacado—. Si bien esta
intervención puede tener efecto en el corto plazo, a mediano y largo plazo el
efecto es nulo, porque se deja de utilizar o porque los carnívoros se
acostumbran al ruido. Sin embargo, el uso de morteros puede constituir una
medida temporal efectiva mientras se implementan otro tipo de intervenciones
con efectos duraderos en el mediano y largo plazo.

Zonificación
La zonificación a través del ordenamiento territorial o de acuerdos de gestión es
la intervención preventiva más efectiva para reducir las amenazas de conflictos.
La separación de las áreas donde se realizan actividades productivas
vulnerables de las áreas de ocupación de los grandes carnívoros es la clave para
la reducción de los conflictos.

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Este tipo de intervenciones puede dividirse en dos grandes grupos: 1) cambio
de la actividad productiva para mejoramiento o cambio de rubro, por ejemplo,
cambio del tipo de cultivo, de la especie o raza de ganado, etcétera; y 2)
reubicación de las actividades, es decir, un cambio de uso en las áreas
identificadas con alta amenaza de conflicto.

Si bien la reducción de amenazas y de la vulnerabilidad de las actividades


productivas mediante procesos de zonificación son las soluciones más
adecuadas para prevenir conflictos, este tipo de intervenciones es difícil de
implementar, debido a limitaciones políticas, sociales y financieras.

Acciones complementarias
Las acciones de intervención preventivas antes descritas pueden
complementarse con acciones como las siguientes:
• Cambiar el tipo de vegetación dentro o alrededor de la propiedad, para
reducir la cobertura atractiva para la fauna silvestre. Esto incluye el
deshierbe, los desmontes y la mejora de pastos.
• Recuperar los hábitats naturales y de las poblaciones de presas u otros
recursos alimenticios para los animales silvestres causantes del conflicto.

b) Educación ambiental
En muchas ocasiones, las causas primarias del conflicto resultan de la falta de
conocimiento del manejo adecuado de las actividades productivas,
percepciones negativas de la gente y miedos infundados del potencial peligro
que las especies de carnívoros representan para las personas y sus bienes. Es
por ello que las campañas de información y de educación ambiental son una
buena estrategia para elevar los umbrales de tolerancia y reducir la percepción
negativa acerca de los carnívoros.

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Sin embargo, para que este tipo de intervención tengan un impacto en la
percepción, actitud y prácticas de la gente, deben estar acompañadas de
intervenciones que reduzcan de alguna manera las pérdidas materiales de las
personas, sea aminorando los daños o compensándolos.

Estrategias reactivas
Como parte de las estrategias reactivas se incluyen las intervenciones de
control, el manejo de los individuos problema y la compensación.

a) Intervenciones de control
Las acciones de control se dan cuando ya ocurrió algún daño a la actividad
agropecuaria, de modo que está orientada a evitar perjuicios adicionales. Estas
intervenciones son más costosas que las preventivas, ya que requieren de
acciones e insumos adicionales a la actividad productiva convencional.

En este tipo de intervención, el MAE, por ejemplo, realiza varias acciones que
incluyen la recepción y registro del conflicto, la coordinación y realización de la
inspección en el campo, la consulta con especialistas veterinarios en casos
necesarios y dependiendo de la gravedad, y el reporte a las instancias
competentes a nivel provincial y/o planta central. Este tema se profundizará
más adelante.

b) Manejo de individuos problema


Otra de las intervenciones de control más
comunes es la identificación y eliminación
letal del individuo “problema” o del
animal silvestre causante del conflicto.
Esto, por lo general, se da en localidades
sin presencia institucional, pero no es una
intervención efectiva, ya que es muy
complicado identificar a los individuos
causantes de los eventos de depredación;
además, en la mayoría de casos se
eliminan más individuos de lo necesario.
Esto afecta la conservación de especies
que mantienen una importante función
ecológica en los ecosistemas.

Sin embargo, cualquier tipo de extracción resuelve el problema en el corto


plazo, ya que el atrayente para otros individuos sigue en el sitio. Además, hay
que considerar que la traslación transporta el “problema” a otro sitio.

Otra alternativa es la translocación de los individuos “problema” de las áreas


con actividades productivas a otros sitios. Esta es una opción propuesta por las
organizaciones de la sociedad civil para la protección de animales, y ha sido
considerada en varios países donde la extracción letal no es una opción legal.

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c) Compensación
Las intervenciones de compensación tratan de reparar los daños sufridos por
las personas. Sin embargo, no evitan daños futuros y son solo posibles en los
casos en los que los daños sean pocos en extensión e intensidad, de lo contrario
esta intervención resulta insostenible.

Las intervenciones de compensación se pueden clasificar en tres tipos.


1. Los incentivos son estímulos dirigidos a los posibles afectados en las zonas
con amenaza de conflicto. Su objetivo es mejorar la percepción que los
afectados tienen de las especies “problema” a pesar de las posibles
pérdidas. Los incentivos pueden ser directos (bonos, subvenciones o
créditos) o indirectos (asistencia en desarrollo agropecuario).
2. Las compensaciones están dirigidas a la reposición del bien afectado, ya sea
a través de la reposición directa o del pago del bien. Ésta es la intervención
más aceptada en el corto plazo, pero no es sostenible en el tiempo si los
daños sobrepasan la capacidad de pago de las instituciones.
3. La implementación de seguros por pérdidas implica el pago en forma
individual o comunitaria de una prima periódica para compensar los daños
causados en cultivos y animales domésticos. Para garantizar el éxito de un
sistema de seguros es necesario identificar de forma positiva los daños
causados por los carnívoros y establecer precios estándar por los daños
causados. Sin embargo, es probable que sin un subsidio estos sistemas
puedan ser muy costosos para ser sostenibles financieramente.

El MAE y MAGAP han llegado acuerdos para impulsar un mecanismo de


compensación para la atención de conflictos gente fauna, a través del Proyecto
AgroSeguro. Este proyecto “es un sistema permanente de seguridad
productiva, subvencionado por el Estado, para beneficios de pequeños y
medianos productores agrícolas, ganaderos, acuícolas, forestales, pescadores
artesanales y otros agentes productivos vinculados al agro ecuatoriano”
(MAGAP, 2015). Aquí el Estado subsidia con un 60% del total del valor del
seguro y el 40% es asumido por el productor agropecuario.

Una de las líneas del seguro es el ganadero, que asegura el ganado bovino
protegiendo la inversión realizada por el productor en la conformación de su
hato ganadero y permite la reposición de animales. El seguro cubre los
siniestros por muerte de ganado por enfermedad, accidentes y sacrificio
forzoso. Es así, que se ha incluido dentro del siniestro de accidente, el ataque,
que pueda sufrir el ganado bovino, por parte de un animal silvestre, como oso
de anteojos, puma, jaguar, entre otros.

Dentro de la línea de seguro agrícola aún no se ha incluido ningún tipo de


compensación frente a ataque de animales de vida silvestre a cultivos,
únicamente se incluye recuperación de los costos directos de producción
invertidos en los cultivos afectados por fenómenos climáticos, plagas y
enfermedades incontrolables (MAGAP, 2015).

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Reconocimiento y evaluación de eventos de depredación
de ganado por carnívoros grandes
Las especies de grandes carnívoros atacan y consumen a su presa de manera
característica, por lo que pueden generar un patrón claro y reconocible.
Identificar a las especies responsables de los daños es un elemento clave para
decidir el tipo de intervenciones para el manejo del conflicto.

Para llegar a identificar a la especie responsable se requiere llevar a cabo una


investigación minuciosa que permita evaluar los eventos de depredación. En la
mayoría de los casos las evidencias suelen ser confusas debido a que varias
especies de carnívoros y carroñeros pudieron alimentarse del animal muerto.
Por ello, la investigación debe ser inmediata, pues el tiempo transcurrido entre
el evento y la inspección de daños es crucial para poder establecer de manera
clara la o las especies involucradas en el conflicto.

De acuerdo al “Manual para el reconocimiento y evaluación de eventos de


depredación de ganado por carnívoros silvestres” (WCS) y a la “Guía para la
identificación de ataques a animales domésticos causados por carnívoros
grandes” (MAE), en una evaluación de un evento de depredación se debe
realizar los siguientes pasos:

Es importante que esta evaluación se realice con ayuda de la persona afectada,


de modo que se pueda verificar el tipo de animal doméstico presuntamente
herido o muerto, el número de animales que el afectado reporta que fueron
heridos o muertos por el carnívoro, y número de animales confirmados y
observados en el reconocimiento con heridas o muertos.

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Paso 1. Caracterización del sitio
Cuando el ganado no es vigilado de manera permanente, es difícil darse cuenta
de manera rápida de un ataque o muerte y reconocer sus causas. Sin embargo,
se puede realizar una evaluación del sitio donde se encuentran los restos del
ganado, para conocer el comportamiento del animal atacado y del carnívoro
que realizó el ataque. Esto debido a que cada especie de carnívoro tiene una
manera diferente de atacar, manejar y consumir su presa, por lo que se puede
diferenciar algunas señales particulares.

Por este motivo, el primer paso en la evaluación de estos eventos es caracterizar


el sitio donde se encuentran los restos del ganado. Esta caracterización permite
establecer:

• Los lugares de ataques del carnívoro


• Si hubo o no enfrentamiento entre el ganado y el depredador. Las señales de
enfrentamiento pueden ser:
o Vegetación o suelo levantado o aplastado de forma no natural y/o
irregular.
o La presencia de sangre en el suelo o restos de piel o pelo.
o La presencia de huellas tanto del carnívoro como del animal
doméstico muerto con la misma antigüedad.
• La identificación de la especie carnívora por medio de las señales
particulares que hayan dejado y que es posible observar.

A continuación algunos ejemplos:

Ubicación del resto de animales domésticos sobre nido

Fuente: Robert Márquez /WCS.

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Ubicación de resto de animal bajo hojarasca

Fuente: Pereira, et al., 2012.

Ubicación de restos de animal sobre el suelo

Fuente: Álvaro Muñoz.

Se debe tomar en cuenta que el sitio en donde se encuentran los restos del
animal atacado puede ser distinto al sitio en donde se realizó el ataque. Esto
depende de la conducta de la especie que realizó el ataque y del tiempo entre el
ataque, el consumo y la evaluación del sitio.

Los carnívoros grandes como osos, jaguares y pumas pueden trasladar la presa
del sitio de ataque a otro lugar. Mientras que los carnívoros pequeños
consumen su presa en el lugar donde lo mataron.

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Paso 2. Evaluación de la presa
La evaluación del animal herido o muerto
es fundamental para determinar la especie
del depredador y las causas de las heridas o
de la muerte del animal atacado. La manera
de atacar, dominar y matar a su presa se
puede diferenciar en el tipo de heridas y su
localización.

La posición en la cual se encuentre el cadáver o sus restos, también es un factor


clave en la identificación de la causa de muerte. Por ejemplo, si la muerte
ocurrió por causas naturales, como enfermedad o vejez, la posición del animal
se asemeja al descanso, sin ninguna de sus extremidades o cabeza en posiciones
“raras”.

Por otro lado, heridas causadas mientras la presa se encuentra viva, generan
hemorragias y hematomas, mientras que partes consumidas después de que la
presa ya está muerta no generan hemorragias o hematomas.

Si el animal sigue vivo, es posible evaluar si las heridas son el resultado de un


ataque u otra causa e identificar el agresor. Esto depende de la forma y
localización de las heridas.

Áreas del ganado en donde con mayor frecuencia atacan las diferentes especies de
carnívoros

Fuente: Márquez y Goldstein, 2014.

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Los osos, por ejemplo, atacan generalmente en el dorso de animal, provocando
heridas conspicuas, grandes y el tejido queda desgarrado.

Marcas de herida en ganado causada por oso

Fuente: Armando Castellanos.

Los pumas generalmente atacan el cuello o cráneo. Las heridas q provocan son
menos notorias ya q no desgarran el tejido del animal doméstico.

Marcas de herida en ganado causado por puma

Fuente: Hernán Romero.

Los jaguares, al igual que el puma no desgarran los tejidos, pero si son
conspicuas.
Marcas de herida de ganado causado por jaguar

Fuente: Pereira y colaboradores.

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Los perros generalmente atacan en la parte posterior baja del animal y/o en las
orejas y hocico. Su ataque se caracteriza por presentar varias heridas
conspicuas, debido a varias mordidas.

Marcas de herida de ganado causado por perro

Fuente: Margarita Zapata.

Paso 3. Identificación de la causa de la muerte o heridas


Para identificar la causa de la muerte de una animal domestico se debe evaluar
las evidencias recogidas en la caracterización del sitio (Paso 1) y del animal
muerto (Paso 2). La cantidad de evidencias necesarias dependerá del tiempo
entre la muerte y la evaluación del ganado muerto. Primero se debe precisar el
estado de descomposición, que depende del tiempo entre la muerte y el
momento de la evaluación del cadáver. A menor tiempo, mejor será el estado
de la carcasa, por tanto la información que se obtenga será más útil. Por otro
lado, la posición en la que se encuentra los restos del animal es un factor clave
par identificar la causa de muerte.

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Paso 4. Identificación del carnívoro causante del ataque
Como ya se mencionó, cada especie presenta características particulares en el
ataque y consumo de su presa. Las características del sitio de ataque, las partes
del cuerpo de la presa que están heridas, las características de las heridas y las
partes consumidas, y el lugar donde son trasladados los restos para ser
consumidos, describen la conducta del agresor y ayudan a identificarlo.

A continuación se presenta las características de ataque y consumo de ganado


por perros asilvestrados, osos andino, pumas y jaguares.

a) Perros ferales (Canis familiaris)


Los ataques de los perros se caracterizan por lo siguiente:
• Atacan a sus presas solos o en grupos o jaurías, persiguiendo y acorralando a
la presa, e hiriéndolas en forma extensiva.
• Atacan a presas pequeñas, medianas y grandes, como aves de corral, cerdos,
ovejas y vacas.
• En presas grandes producen mutilaciones (cortes) en sus orejas, hocico, patas
posteriores y cola.
• Sus mordeduras producen hematomas (moretones) y hemorragias.
• Se alimentan de la presea en el lugar de ataque, no la arrastran ni la cubren.
• Cuando se alimentan, rasgan la carne, destrozando los tejidos de manera
irregular, y muerden los huesos produciendo astillamiento.
• Los perros se alimentan muy poco de la presa.
• Los perros pueden ser carroñeros, por lo que no necesariamente estas
características indican que los perros fueron los que mataron al animal, por
lo que es importante fijarse si existen hematomas en las heridas de la presa.
• Las marcas de los dientes no quedan del todo claras, ya que los perros rasgan
la piel y el músculo de la presa.
• Las marcas de varias mordidas de diferente tamaño, con presencia de
hematomas, sugerirían que el ataque fue hecha por una jauría de perros.
• La huella presenta cuatro dedos en las patas delanteras y traseras con garras
cortas y gruesas, los dos dedos del medio se extienden hacia delante. El
tamaño de la huella varía dependiendo de la raza del perro.

22
b) Oso Andino (Tremarctos ornatus)
Las características de ataque del oso andino son las siguientes:
• El oso andino puede atacar presas medianas o grandes, aunque prefiere
atacar ganado bovino.
• Los osos por lo general matan a sus presas mordiendo
y rompiéndoles la espalda, el cuello y la parte trasera
del lomo cerca de la cola.
• Las presas mueren a causa de estas mordidas o por
múltiples mordidas en otras partes del cuerpo cuando
el oso empieza a alimentarse, lo que provoca grandes
hemorragias.
• El cadáver generalmente exhibe hematomas extensos y
laceraciones producto de las garras y mordidas en los
hombros, espalda y pecho.
• En un inicio, los osos se comen las vísceras y ubres, en el caso de hembras
lactantes, pero pueden comerse casi la totalidad de su presa, dejando solo
restos de piel y huesos.
• El oso andino puede arrastrar su presa a largas distancias, generalmente
hacia fuentes de agua o a estructuras que asemejan nidos a nivel del suelo o
sobre árboles.
• Es común que el oso regrese a consumir la presa atacada.
• En las marcas de su mordida, la distancia entre los dientes caninos
superiores (colmillos) es generalmente mayor a 5 cm, y la distancia entre los
caninos inferiores es generalmente mayor a 4 cm.
• El oso andino al masticar puede triturar los bordes de los huesos, dejando
una apariencia machacada o roída en los huesos.
• Las huellas de los osos presentan cinco dedos terminados en garras, con un
cojín ancho y corto, de 10 cm a 12 cm de ancho, en el caso de las patas
delanteras, y un cojín triangular alargado, con un ancho de 9 cm a 11 cm, en
el caso de las patas traseras.

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c) Puma (Puma concolor)
Las características de un ataque de un puma son las siguientes:
• Los pumas atacan a animales domésticos de todos los tamaños, como perros,
cerdos, ovejas, becerros, vacas, caballos y mulas.
• Atacan a los hombros o a la parte
posterior del cuello para quebrarlo con
una mordida, también pueden sujetar
la cabeza de la presa y jalarla para
quebrar el cuello, o muerden la
garganta para asfixiarla, provocándole
hematomas o moretones.
• Deja visible las marcas de las garras en los hombros y los costados.
• Los pumas no son carroñeros; sin embargo, en ocasiones se alimentan de
presas frescas cazadas por otros carnívoros o animales recientemente
muertos, por lo cual es importante identificar si las señales de ataques en el
cuello o cráneo tienen hematomas o hemorragias.
• Consume la parte trasera de la presa, detrás de las costillas, el vientre, las
patas traseras y muslos. Además, extraen hábilmente el estómago e
intestinos de sus presas, sin derramar su contenido, permitiendo el acceso al
hígado, corazón y pulmones. El estómago y los intestinos pueden ser
enterrados u ocultados en el sitio donde el puma inició el consumo de su
presa.
• Los pumas esconden los restos de sus presas cubriéndolas con hojarasca,
material vegetal, tierra o nieve. Sin embargo, si la presa no esté cubierta, no
excluye al puma como depredador. Si el puma ha consumido una presa
durante varios días, se pueden encontrar restos de la presa en varios sitios,
donde han sido arrastrados y tapados, encontrándose evidencias de arrastre
de los restos desde el sitio de ataque.
• La distancia entre los dientes caninos superiores (colmillos) es de 4 cm a 5,5
cm, y de los caninos inferiores de 3 cm y 4,5 cm.
• La huella de los felinos se diferencia de la huella de los cánidos por ser más
ancha que larga, con apariencia redondeada y la ausencia de marca de
garras, por ser estas retráctiles. En comparación con la huella del jaguar, las
patas delanteras del puma se tienden a ser tan anchas como largas (alrededor
de 7cm x 7cm), mientras que las patas son más largas que anchas (alrededor
de 8c, x 7cm), los dedos son más finos y puntiagudos.

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d) Jaguar (Panthera onca)
Las características del ataque de un jaguar son las siguientes:
• Los jaguares atacan presas medianas, como perros, cerdos y becerros.
• El jaguar frecuentemente mata a su presa fracturándole el cráneo o las
vértebras del cuello y deja la cabeza volteada hacia atrás. Puede morder a la
presa en la base del cráneo o la nuca, dejando hematomas o moretones.
• El jaguar generalmente consume su presa por la región anterior, prefiriendo
la carne de la garganta, la parte baja del cuello, el pecho y la carne que
recubre las costillas y las paletas o escápulas, mientras que puede quedar sin
consumir la parte posterior del animal, detrás de las costillas. En ocasiones
consume nariz, orejas, testículos y las ubres.
• El estómago e intestinos pueden o no ser extraídos, sin derramar su
contenido. En los casos de ataques a becerros pequeños, estos pueden ser
consumidos en su totalidad, incluyendo la cabeza y las patas.
• El jaguar puede arrastrar a sus presas largas distancias, en ocasiones más de
un kilómetro, por terrenos boscosos y pendientes. A diferencia del puma, el
jaguar por lo general no cubre su presa con hojas ni material vegetal suelto.
• Es común que el jaguar regrese a consumir la presa atacada.
• La distancia entre los dientes caninos superiores (colmillos) puede ser mayor
o igual a 5cm; entre los dientes caninos inferiores puede ser mayor o igual a
4cm.
• Las huellas del puma y el jaguar se diferencian de las huellas de los cánidos
por ser más anchas que largas, con apariencia redondeada y ausencia de
garras por ser estas retráctiles. En general, tanto en el jaguar como en el
puma los dedos de las patas delanteras y traseras presentan una forma
ovalada, pero en el jaguar los dedos no tienden a ser puntiagudos en el
extremo superior. El cojinete del jaguar tiende a tener un borde superior
recto y un borde inferior recto con dos lóbulos, uno en cada extremo. La
medida del ancho de la pata de un jaguar adulto varía entre 9 cm y 14 cm.

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Formulario para el reporte de ataques
El Ministerio del Ambiente cuenta con un formulario para realizar el reporte de
los ataques. Este formulario se presenta a continuación.

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