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¿CÓMO AFECTA LA POSTMODERNIDAD A LA IGLESIA?


Dr. Antonio Cruz

La Reforma protestante del siglo XVI supuso una oposición frontal a los principales
errores y falsas doctrinas que se habían ido generando en el seno de la Iglesia romana
a lo largo de la historia.

Cuando Lutero fue obligado a retractarse de sus críticas, so pena de ser excomulgado
ante la dieta de Worms, en abril de 1521, declaró las siguientes palabras:

PP 2: Lutero

“no añado fe ni al papa ni a los concilios sólos... Estoy ligado por los textos de la Escritura
que he citado y mi conciencia es prisionera de las palabras de Dios” (Baubérot, 1996:
157).

Pues bien, cinco siglos después quizá sea necesario retomar estas mismas palabras de
Lutero,

-para intentar reformar las perversiones doctrinales que están proliferando en el


extenso panorama del protestantismo mundial.

Si queremos que nuestra conciencia cristiana sólo siga siendo “prisionera de las
palabras de Dios”,

-no tenemos más remedio que denunciar, con amor pero también con decision,

-las barbaridades que se están cometiendo actualmente dentro del ámbito evangélico
y en el nombre del Señor Jesucristo.

PP 3: Influencias posmodernas en la Iglesia

1. INFLUENCIAS POSMODERNAS EN LA IGLESIA:

1.1. Cristianismo a la carta o a la medida del hombre:


PP 4: Caleidoscopio Religioso

Las diferentes confesiones cristianas han sido influidas por el individualismo y la


personalización que padece la sociedad posmoderna.

Como escribe el sociólogo francés Gilles Lipovetsky:


“Hoy se es creyente pero a la carta, se mantiene tal dogma, se elimina tal otro, se
mezclan los Evangelios con el Corán, el zen o el budismo, la espiritualidad se ha situado
en la edad caleidoscópica del supermercado y del autoservicio”
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La fe se fabrica a la medida de cada uno, es blanda, “light”, cómoda.


El Dios creado a imagen del hombre posmoderno es poco exigente, nunca pide, solo
parece dispuesto a dar;

-siempre a punto para ofrecer momentos religiosos agradables,


euforia y alegría en los cultos dominicales,
-alimento y trabajo para los desempleados y prosperidad para
los que tienen fe.

Más que un Dios creador parece un un Dios-criado, empleado en el


servicio doméstico del ser humano.

Se crea así una imagen deformada de Dios.

Por eso, hoy no tenemos más remedio que preguntarnos en qué Dios creemos y qué
imagen de Dios estamos transmitiendo a los demás.

PP 5: ¿Qué clase de Dios hemos creado?

El Dios que predicamos y el Jesús al que alabamos ¿son, de verdad, los que aparecen
en la Biblia? o ¿acaso hemos creado una deformación del Dios bíblico?

-Esta creencia no matizada en ese Dios, no es “fe” sino “credulidad” porque ese Dios
de la prosperidad y de la riqueza material no existe.

-El que existe es el del amor al prójimo, el del vaso de agua fría al que tiene sed
y el que me pide mi segunda túnica, para el que no tiene ninguna.

El cristianismo no puede vender barato a Jesucristo.

La fe cristiana no pasa por temporadas de rebajas sino que siempre posee el mismo
valor y la misma exigencia.

A veces, parece como si en ciertos cultos evangélicos se robara libertad Y DIGNIDAD


al ser humano y, por tanto,

-el nombre de Dios se rebajara, ya que una cosa suele ir siempre unida a la otra.

Cuando se practica un “maravillosismo” milagrero y se atrae a gente sencilla


prometiéndole “salud, dinero y amor”, como reza la popular canción,
¿no se está de alguna manera secuestrando la libertad del ser humano?

¿No se convierte al Señor en curandero con horario fijo? ¿No era esto también lo que
creían los antiguos griegos y los romanos paganos?

PP 6: Algun pastor curando


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Estos y otros comportamientos producidos en el mundo evangélico de hoy, han


llevado a algunos sociólogos,

-a cuestionar seriamente si todos los movimientos religiosos


que suelen definirse como protestantes, lo son realmente.

En este sentido el historiador y sociólogo Jean-Pierre Bastian escribe:

“... muchos de los movimientos religiosos evangélicos actuales,


encubiertos por la categoría de “protestantismo”, no pertenecen a la cultura
protestante. Son más bien religiones de parche, catolicismos de sustitución que se
dan en continuidad con las prácticas de la religión popular latinoamericana.

Más que de sincretismo, tenemos que hablar de una


cultura religiosa híbrida que articula lo arcaico de la taumaturgia (facultad de realizar
prodigios) y del exorcismo con lo hipermoderno televisivo y mediático.” (Bastian,
1999: 242).

¿No deberían tales declaraciones hacernos reflexionar?

¿Qué está ocurriendo en el seno del protestantismo para dar lugar a este tipo de
opiniones?

Estemos o no de acuerdo con ellas, creo que se impone la revisión de


lo que creemos a la luz de la Palabra de Dios.

El cristianismo de Cristo es un movimiento de solidaridad con lo


sagrado y lo más sagrado del cosmos, aparte del Dios trino, es el propio ser humano.

Ninguna otra fe religiosa es tan respetuosa con la humanidad como


El Evangelio de Jesucristo.

PP 7: El Evangelio es respetuoso con el ser humano

Y él fue precisamente quien afirmó ser la verdad y que al conocerla, el


hombre llegaría a ser libre.

Pero ¿puede haber espacio para la libertad cuando se pretende


obligar a Dios a que intervenga en la vida humana y se someta a los designios del
hombre?

¿Acaso hay libertad cuando se concibe al hombre como esclavo de


Dios y se le dice que si no se cura es por su falta de fe?

La mayor paradoja de la historia fue contemplar a Dios muriendo en


el Gólgota como un miserable malhechor.
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Pero precisamente gracias a esa impotencia divina, el hombre es libre


para elegir entre la Vida y la Muerte.

Sin embargo, cuando se predica un Dios autoritario que no respeta la


libre voluntad del hombre o que reparte sus dones de manera caprichosa,

en función de la insistencia o de los méritos humanos, se le


hace un flaco servicio a Dios y al hombre.

A Dios, porque él no actúa así, y al hombre porque se le arranca de


cuajo el sentido de la responsabilidad cristiana y el libre albedrío.

Se olvida que el Dios que se revela en Jesucristo no se impone, sino


que se ofrece.

Frente a esta sed contemporánea de señales, milagros y curaciones es bueno


recordar las palabras críticas del Maestro relatadas en el Evangelio:

“Entonces respondieron algunos de los escribas y de los


fariseos, diciendo: Maestro, deseamos ver de ti señal. El respondió y les dijo: La
generación mala y adúltera demanda señal; pero señal no le será dada, sino la señal del
profeta Jonás. Porque como estuvo Jonás en el vientre del gran pez tres días y tres
noches, así estará el Hijo del Hombre en el corazón de la tierra tres días y tres noches.”
(Mt. 12: 38-40).

Contra todo el milagrerismo que se detecta en ciertos


círculos evangélicos, la Biblia enseña que

-sólo la muerte de Cristo y su resurrección constituyen el milagro definitivo que


puede dar vida al ser humano.

PP 8: Resurrección como milagro definitivo

Hacia ese acontecimiento histórico debe apuntar la predicación evangélica que desee
tratar al hombre y a la mujer de hoy como personas libres,
dueñas de su destino y colaboradoras de Dios en la historia.

Por el contrario, todo aquello que tenga que ver con el esoterismo
pseudocristiano, la superstición religiosa o la escatología ficción debe ser
rechazado y abandonado por las iglesias evangélicas.

1.2. Divinización de lo humano:

PP 9: Divinización de lo humano

En el entorno evangélico actual, quizás sin darnos cuenta, estamos rozando cierta
forma de idolatría.
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En ocasiones, el líder o evangelista hace sombra al mensaje que predica, colocándose


así el hombre por encima de Dios.

Cuando, por ejemplo, se promociona una campaña evangelística, un concierto musical


para dar testimonio de la fe cristiana o un libro que pretende edificar al pueblo de Dios,

-la confianza de los organizadores no está ya en la naturaleza


del mensaje que se quiere difundir, el Evangelio de Jesucristo,

-sino en la fama de la persona que lo recomienda o en su capacidad de convocatoria.

Muchos libros cristianos que aparecen en los estantes de las librerías


evangélicas no se venden ya por la naturaleza y calidad de su contenido, sino por el
prestigio y la fama del autor.

Otro tanto ocurre con buena parte de la música cristiana, que no suele
difundirse hoy por la espiritualidad de su mensaje sino, sobre todo, por la popularidad
del cantante o del grupo.

Lo que cuenta no es ya el mensaje sino el mensajero.

Los medios se han vuelto más importantes que el propio fin.

En cierto modo, esto contribuye a “personalizar” el Evangelio.

La Reforma protestante acabó con las imágenes en las iglesias evangélicas.

Sin embargo, ¿no se estará en la actualidad volviendo otra vez a una especie de
idolatría fetichista?

¿no habremos sustituido aquellas imágenes medievales de yeso o madera por


modernas fotografías y videos de los líderes de hoy?

Los medios de comunicación evangélicos están repletos de anuncios de campañas


evangelísticas con Fulano y con Mengano, como si ellos fueran las estrellas del
espectáculo.

PP 10: ¿No sería mejor promocionar campañas con Jesucristo, la verdadera estrella del universo?

¿No sería mejor promocionar campañas con Jesucristo, la verdadera estrella del
universo?

En el monte de la transfiguración todo lo que Moisés y Elías -dos líderes de


máximo prestigio en el mundo del A.T.- pudieron hacer fue señalar a Cristo y
desaparecer.
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Este acontecimiento muestra claramente que en el cristianismo la única estrella, el


único merecedor de gloria y honra, es exclusivamente Jesucristo.

Por tanto, en todas las actividades cristianas la estrella debe ser siempre el mensaje
de Jesús y nunca el mensajero.

1.3. Religiosidad espiritualista y emocional:

PP 11: Religiosidad espiritualista y emocional

El auge del sentimiento frente al declive de la razón, que se da en la época


posmoderna, ha calado también en las iglesias, generando una fe emocional, y anti-
intelectualista.

La fe de hoy prefiere la experiencia extática (de éxtasis) a la doctrina o el estudio de la


Palabra.

Es una fe espiritualista que busca la emocionalidad y el carisma del líder.

El Maestro denunció la religiosidad espiritualista de los escribas y fariseos que


consistía precisamente en hacer lo opuesto a lo que escribió Santiago:

“¡Ay de vosotros escribas y fariseos, hipócritas!, porque devoráis las casas de las viudas,
y como pretexto hacéis largas oraciones; por esto recibiréis mayor condenación” (Mt. 23:
14).

¿De qué sirve participar activamente en cultos muy espirituales, si


en la vida cotidiana no se actúa con misericordia y amor al prójimo?

Lo cúltico, lo espiritual, lo sagrado o lo religioso no pueden sustituir


a Dios ni a la responsabilidad que cada creyente tiene delante de él.

El culto racional no debe convertirse en una idolatría de los


sentimientos o los deseos humanos,

-ni en una huida del mundo, sino en una acogida gozosa y responsable de nuestra
misión en la sociedad.

PP 12: El culto racional no es una huida del mundo

Jesucristo nunca concibió otra forma de rendirle culto a Dios, para él


no hay acceso posible al Creador del universo, fuera de la fe y el compromiso fraternal
con el ser humano.

El creyente no puede pasar de largo ante los débiles y necesitados


del mundo.
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Toda búsqueda de Dios, al margen de esta suprema ley del amor al


prójimo, acaba tarde o temprano creando un Dios falso y practicando un espiritualismo
hipócrita y anticristiano.

La gloria de Dios no reside sólo en que el hombre le mencione, le cante o le dé


culto en determinados momentos,

-sino que es la vida entera de los seres humanos.

Más que hablar, cantar o danzar, es vivir cada día con coherencia.

La propia vida de los cristianos es el reconocimiento de Dios como


Padre que desea plena comunión con sus hijos.

Aquellas mismas palabras que un día escucharon los discípulos de Cristo: “¿por qué
estáis mirando al cielo?” (Hch. 1: 11),

-resuenan hoy con fuerza sobre todos los empeños espiritualistas.

Es en esta tierra, en la que por desgracia su voluntad todavía no se


cumple, donde tenemos la obligación de seguir mirando y donde Dios quiere ser
encontrado por cada ser humano.

De manera que a Dios no se le debe buscar en el espiritualismo, sino


en el Espíritu Santo y en el Cristo humanado.

1.3. Anhelo de prosperidad material:

PP 13 Anhelo de prosperidad material

Max Weber analizó el protestantismo de su tiempo y señaló que el movimiento


puritano fue el que empezó a entender el trabajo físico como algo que merecía el
beneplácito de Dios.

De ahí progresivamente, según su opinión, la ética protestante habría ido mostrando su


afinidad con el espíritu del capitalismo,

-aunque después éste se descarriara por senderos muy alejados


de las concepciones austeras del primitivo puritanismo.

Sin embargo, en plena postmodernidad, estamos asistiendo al surgimiento de una


nueva tendencia religiosa dentro del protestantismo que vuelve a contemplar la
riqueza material

-y la prosperidad económica como una consecuencia más de


la auténtica fidelidad cristiana.
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Mediante una exégesis deformada se contempla a Jesús como un hombre rico y


próspero que vivía en una gran mansión,

-manejaba grandes cantidades de dinero y vestía con mucho lujo.

Era tan rico, se dice, que se habría visto en la necesidad de buscar un administrador
para que le llevara las cuentas.

Este error de exégesis lleva a la conclusión de que la pobreza es un pecado,


puesto que sería consecuencia del fracaso espiritual,

-mientras que la riqueza material habría que entenderla como el


reflejo de una vida espiritualmente abundante.

De la misma manera se interpreta la enfermedad y la salud.

Por medio de la atribución de significados esotéricos a determinados


textos de la Biblia,

-se intenta hacer creer a la gente que si sus cuerpos pertenecen


a Dios, no es posible que pertenezcan también a la enfermedad.

Por tanto, si padecen enfermedades o dolencias físicas debe ser necesariamente por su
falta de fe.

Y se llega así a situaciones absurdas y dramáticas como, por ejemplo, la de unos


padres que retiran la administración de insulina a su hijo diabético,

o la de creer que los síntomas dolorosos de una enfermedad sólo son trucos de
Satanás para convencernos de nuestra debilidad física.

¡Qué duda cabe que la persona regenerada por la sangre de Jesucristo cambiará de
hábitos y dejará sus antiguos vicios o errores mundanos,
-y esto hará que su vida sea más ordenada y sus relaciones con
los demás se beneficien y mejoren!

Pero la Biblia no dice que fe garantice la prosperidad material o la riqueza.

1.5 Proliferación de grupos sectarios:

PP 14: Proliferación de grupos sectarios


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Desde los días de Lutero y los demás reformadores las divisiones en el seno del
protestantismo no han hecho más que aumentar.

El universo evangélico aparece hoy, en plena posmodernidad, como un inmenso


“collage” variopinto y multicolor.

Bajo el pretexto de la libre interpretación bíblica, muchos oradores se han


vuelto expertos en el arte de formar iglesias con su propio nombre y apellido,

-olvidando la oración de Jesús: “que sean uno para que el mundo crea”

A todo ello contribuye la desinformación teológica y doctrinal del pueblo de Dios.

Muchos púlpitos están demasiado acostumbrados a la improvisación, a las


aplicaciones psicológicas, al espectáculo que fomenta la emoción del momento,
-o al entretenimiento de la congregación pero, en el fondo, no
hay verdadera exégesis bíblica, ni crecimiento espiritual.

El conocimiento de la Palabra no aumenta, las desviaciones doctrinales están a la


orden del día,

-la madurez espiritual no se alcanza nunca, el comportamiento cotidiano de los


creyentes no se distingue apenas del de los demás.

Se puede ser cristiano practicante el domingo y funcionario corrupto el lunes por la


mañana.

¿Cómo es possible, si no, que países con tantísimos cristianos y tantas


congregaciones sigan estando entre los más corruptos y entre los que menos se
respetan los derechos humanos?

PP 15: Imagenes de corrupción

En contra de esta incultura bíblica y esta proliferación de grupos y grupúsculos, que


se da hoy,

está el llamamiento de Jesús a la unidad de los creyentes.

1.6 La PM nos afecta, a la vez, robándonos el silencio y el tiempo de meditación:

PP 16: la posmodernidad nos roba el silencio, la oración y la meditación

Hoy vivimos, en la mayoría de los países de Occidente, rodeados por múltiples


aparatos y objetos que reclaman constantemente nuestra atención:

-La TV, radio, video, computadora, Internet, teléfono, prensa escrita,


juegos de computadora, las agendas electrónicas y, pronto hasta, el libro electrónico.
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-Esta costumbre de recibir tantos estímulos diferentes cada día, hace difícil que
las personas puedan concentrarse cuando están solas.

-Cada vez resulta más complicado saber quedarse tranquilo en casa y resistirse
a ese bullicio cotidiano.

-Cada vez hay menos ocasiones para reflexionar, para pensar en uno mismo,
para preguntarse por el sentido de la vida, para orar a solas y meditar en Dios.

-Alguien ha escrito que “ver la TV dos horas diarias, por término medio, es
incompatible con el desarrollo y el mantenimiento de una espiritualidad cristiana”.

-No sé si esto será así pero, desde luego, el consumo de TV redunda en


detrimento del silencio y de la oración que deben caracterizar la vida del creyente.

1.7 Difundiendo la increencia y la indiferencia entre los propios creyentes:

PP 17: Proliferación de la increencia entre los creyentes

- Algunas de las características de la PM, como: la pérdida de todo tipo de fe, la


muerte de los ideales y la crisis de la ética,

-se han introducido también en la Iglesia dando lugar a la aparición de


“creyentes acostumbrados”, que es casi tanto como decir, “no creyentes”.

-Hoy está proliferando la “incredulidad de los creyentes”.

- En algunas iglesias evangélicas, hay quienes dejaron de buscar a Dios hace


mucho tiempo, porque creyeron haberlo encontrado ya.

-La arrogancia del que lo tiene todo muy claro, es la ‘enfermedad


postmoderna’ de muchos hombres y mujeres de Iglesia.

-Pero, el verdadero creyente sabe que Dios es siempre mayor que nuestras ideas
sobre él y, por lo tanto, no deja nunca de buscarlo con temor y temblor.

-No deja nunca de escudriñar la Escritura para saber más acerca de él.

-Estas personas que se han acostumbrado a Dios, se refugian con frecuencia en


la rutina de los horarios,

en la asistencia regular a los cultos y reuniones, en los


reglamentos y las normas de la iglesia, etc. ,
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-Confunden “fidelidad” con “regularidad” y “asistencia a la congregación”;

-Se parecen a esos relojes antiguos que les dieron cuerda hace mucho tiempo y
andan sin saber por qué.

-Lo malo es que perfectamente se puede dejar de orar, a base de tanto orar.

-Como le pasó a Zacarías. Llevaba años pidiéndole un hijo a Dios y seguía


haciéndolo con absoluta regularidad, pero había perdido toda confianza en él.

PP 18: Imágen de Zacarías

-Su corazón estaba muerto, aunque sus labios seguían musitando las oraciones
de siempre.

-Y cuando un ángel del Señor se le apareció para anunciarle que su oración


había sido escuchada, él se sorprendió y dijo:

-¡Si hombre! ¡Eso no es posible!

El texto dice: “¿En qué conoceré esto? Porque yo soy viejo, y mi mujer es de edad
avanzada” (Lc. 1: 18)

Ni siquiera la presencia de un ángel bastó para convencerle.

-Por eso el ángel Gabriel le dijo: “Y ahora quedarás mudo,... por cuanto no creíste
mis palabras.” (Lc. 1: 20).

Y se quedó mudo durante los 9 meses de la gestación.

-La incredulidad de los “creyentes acostumbrados” puede dejar “muda” a la


Iglesia del siglo XXI.

-Muda para testificar y difundir el reino de Dios en la tierra.

-De ahí que hoy, en plena época posmoderna, la labor de evangelizar la


increencia, implique también evangelizar “nuestra propia increencia”.

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2. ASPECTOS POSITIVOS DE LA POSMODERNIDAD: (PP 19)

Sin embargo, no todas las aportaciones de la PM son negativas. Algunas se avienen


bien con el mensaje del Evangelio. Porque la PM tiene cosas malas, pero también
cosas buenas.

Y los cristianos debemos saber distinguir los antivalores postmodernos de los


valores para respetarlos y usarlos en la extensión del reino de Dios hoy.

2.1) Exaltación del carácter festivo y la búsqueda de vivencias existenciales:

-La PM valora la fiesta, la alegría, el deseo de experiencias emotivas.

-¿No deberíamos los creyentes abundar más en el carácter festivo del Evangelio?

La mayor festividad del universo es el culto y la celebración cristiana.

-Cuando nos reunimos para alabar a Dios, estamos participando de la fiesta que
supone sabernos ciudadanos de la eternidad.
-Debemos aprender de la PM a no mutilar la emotividad del alma humana en la
adoración, que debe ser vivencial y a la vez racional.

2.2) La PM reconoce la diversidad cultural y valora la tolerancia y el respeto:

-¿No es esta también una premisa fundamental del Evangelio?

-La intolerancia fue siempre rechazada por Jesucristo:


-Cuando los discípulos Jacobo y Juan no fueron bien recibidos en una aldea de
Samaria y le preguntaron a Jesús:

“Señor, ¿quieres que mandemos que descienda fuego del cielo, como hizo
Elías, y los consuma?” (Lc. 9: 54-56).

-El Señor respondió: “Vosotros no sabéis de qué espíritu sois; porque el Hijo del
Hombre no ha venido para perder las almas de los hombres, sino para salvarlas”.
-El espíritu cristiano es tolerante y respetuoso con la diversidad humana.

2.3) Ante los males causados por el progreso salvaje, la PM vuelve hoy a valorar las
tradiciones (neoconservadurismo), por eso se exalta el mérito de la familia y de la
religión.

-Tenemos que saber aprovechar y encauzar correctamente esta tendencia.


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2.4) También la sinceridad es muy apreciada en la PM, frente a la hipocresía y a la


actitud de guardar las formas o la apariencia de otras épocas.

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3. ¿Qué PODEMOS HACER PARA EVITAR LA INFLUENCIA NEGATIVA DE LA PM?
(PP 20)

¿Cómo deberán ser los creyentes del siglo XXI?

-Esos que no dejen nunca de buscar y escudriñar a Dios.

-Los que sepan profundizar en el estudio de la Escritura para descubrir el


verdadero carácter del Señor.

-Los que sean capaces de recuperar el silencio, la oración y la meditación.

3.1 Personas con experiencia de Dios.

Cuando Gironella preguntó al presidente del Gobierno español, José Maria


Aznar, en su libro: Nuevos 100 españoles y Dios, publicado en 1994, si creía en Dios,
éste respondió que sí.

-Sin embargo a la pregunta: ¿Ha experimentado Ud. alguna vivencia que haya
influido sobre su actual actitud religiosa?,

-Aznar respondió: ¡No. Tampoco la espero ni experimento deseo alguno de


ella!

-Estas dos respuestas de Aznar indican la contradicción que hay en la vida de


muchas personas:

-tienen una fe intelectual pero sin experiencia íntima de Dios, sin


contacto personal con él, sin una vida de oración individual.

-Son creyentes pasivos que no pueden decir lo que dijo Job: “De oídas te había
oído; más ahora mis ojos te ven” (Job 42:5).

-Creo que, muy pronto, será imposible creer en Dios, sin tener algún tipo de
experiencia personal con él.

-La fidelidad a la oración es una cuestión de vida o muerte para el creyente.

-En el futuro, desaparecerán los creyentes intelectuales que no estén curtidos por
la oración a solas, que es la que da fuerzas para vivir contracorriente.
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3.2 Personas que vivan la radicalidad evangélica.

-La principal tragedia del cristianismo fue que, de la noche a la mañana, se


convirtió en la religión oficial de un gran imperio.

-Las persecuciones y las catacumbas fueron pronto tan sólo un recuerdo en los
libros de historia.

-Y ocurrió lo que Max Weber llamó: “el retorno de los revolucionarios a la vida
cotidiana”.

-Aquellas palabras de Jesús acerca de “cargar con la cruz” para ser discípulos
suyos (Mt 10 y Lc 14), es como si hubieran dejado de tener sentido,

-y hoy encontramos un montón de gente que ni cree ni deja de creer.

*Sin embargo, esta situación no puede prolongarse mucho tiempo. En el tercer milenio
no va a ser posible ser cristiano, sin serlo radical y apasionadamente.

Porque esos creyentes “poco o nada practicantes”, se convertirán en


“indiferentes” casi sin darse cuenta. (Serán arrastrados por la corriente)

3.3 Personas que constituyan congregaciones de contraste, abiertas a los demás.

-Para mantener la fe en un clima de desdén, de desprecio o de indiferencia


religiosa, los cristianos del siglo XXI deberán estar integrados en iglesias vivas.

-No se trata de crear un submundo evangélico dentro de la sociedad, con sus


medios de comunicación, sus partidos políticos y servicios de todo tipo, como algunos
defienden.

-La sal debe mezclarse con los alimentos, y el fermento con la masa.

-Pero sí, será necesario disponer de comunidades cristianas que contrasten con
la sociedad, en las que exista fe compartida,

-calor humano, relación fraternal, apertura a los forasteros..., para


dispersarnos en seguida y dar testimonio de nuestra fe.

Quiera Dios que nosotros seamos esta clase de personas, estos cristianos del
tercer milenio:

-con experiencia personal de Dios


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-viviendo el compromiso y la radicalidad evangélica

-e integrados en iglesias vivas, de contraste y abiertas a los


demás!

-¡Que Dios nos bendiga!

FLET, Miami, 20.05.01


Mérida, Mexico, Julio del 2001
Trujillo, Peru, 04.07.02
Seminario Teológivco de Lima, Perú, 05.07.02

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