Está en la página 1de 56

INSTITUTO DE ARQUEOLOGÍA Y PREHISTORIA

UNIVERSIDAD DE BARCELONA

MERCEDES VEGAS

CLASIFICACIÓN TIPOLÓCICA
PRELIMINAR DE ALGUNAS FORMAS
DE LA CERÁMICA COMÚN ROMANA

PUBLICACIONES EVENTUALES, N.‘> 8


BARCELONA, l'.llil
I

INSTITUTO DE ARQUEOLOGÍA Y PREHISTORIA


UNIVERSIDAD DE BARCELONA

Directores: Prof. Dr. D. Luis Pericot García.


Prof. Dr. D. Juan Maluquer de Motes y Nicolau.

Secretario: Prof. Dr. D. Antonio Arribas Palau.

Profesores Ayudantes: D.“ Ana María Muñoz Amilibia.


D? Agustina Fort Fornás.
D.“ Gloria Trías Rubíes. i
D.a Carmen Solsona Pinol.
D. Ricardo Martín Tobías.
D. Pedro Vecué Lliconya.

Jefe de la Biblioteca: D.‘ Ana María Rauret Dalmau.

Dirigir toña la correspondencia a;


Instituto de Arqueología. Universidad.
BARCELONA-7. ESPAÑA.
/) 7

TIPOLOGÍA DE LA CERAMICA ROMANA COMÚN


INSTITUTO DE ARQUEOLOGÍA Y PREHISTORIA
UNIVERSIDAD DE BARCELONA

MERCEDES VEGAS

CLASIFICACIÓN TIPOLÓGICA
PRELIMINAR DE ALGUNAS FORMAS
DE LA CERÁMICA COMÚN ROMANA

PUBLICACIONES EVENTUALES, N.° 8


BARCELONA, 1964
DEPÓSITO LEGAL. B. 13777 - 19^4

Imprenta-Escuela de la Casa Provincial de Caridad - Montalcgrc, 5 - Barcelona


Dentro del cuadro del estudio de la cerámica común romana del
■ Levante español, que estamos preparando, deseamos dar a conocer este
primer avance basado en el material de la calle porticada de Pollentia
(Alcudia, Mallorca).
Las excavaciones de la ciudad de Pollentia están patrocinadas por
la Fundación Bryant, conocida ya de sobras en España por su labor
arqueológica en diversas partes de la Península y Baleares. La dirección
de las excavaciones en Mallorca corre a cargo de don Miguel Tarradell.
Catedrático de la Universidad de Valencia, y de don Daniel E. Woods.
profesor en Manhattanville College (New York).
Pollentia fue fundada en el año 123 a. de J. C. por Metelo el Baleá­
rico,1 y su destrucción definitiva queda establecida a principios del siglo v
d. de J. C., por un tesorillo de monedas descubierto.
En 1957 empezaron las excavaciones en el interior de la colonia,
junto a la muralla de poniente,2 y se pusieron al descubierto dos casas
y una calle, entre ellas. Esta calle recibió el nombre de «calle porticada».
a causa del pórtico que la recorre en su parte norte. La calle tiene una
anchura de 6 m., y se encuentran todavía restos de pavimentación a la
altura del umbral de la llamada «Casa de los dos tesoros». En 1953 se
realizó la excavación de esta calle bajo la dirección de don Antonio
Arribas (Instituto de Arqueología y Prehistoria de la Universidad de
Barcelona), mediante la apertura de doce rectángulos de excavación, que
se profundizaron hasta la roca. En ellos se pusieron en evidencia cinco
niveles, a veces seis, correspondiendo el sexto a los restos de un poblado
talayótico destruido al edificarse la ciudad romana.

1. Strabo, Geograph )hie 3.5.1. Punius, Aaiuralu historia 3.5.11. T*rus üvrcs, .4b urbe
condita, periocha libri 6(
«50.
2. M. Tarradell, D. E. Woods y A. Arribas, «Las excavaciones de la ciudad romana
de Pollentia (Alcudia, Mallorca)», en Vil Congreso Nacional de Arqueología, Barce­
lona, 1960. [Zaragoza, 1962], págs. 469-476.

5
En un primer trabajo sobre la cerámica común de esta calle,3 para
el que nos basamos en el estudio de dicha cerámica en los cuadros I, IV,
V, VI, VIII y en la clasificación de la cerámica campaniense de Doris
Taylor, dimos a los niveles las siguientes fechas: Nivel V-IV, desde 123
hasta 70-60 a. de J. C.; nivel III, desde mediados del siglo i a. de J. C.
hasta 20 a. de J. C.; nivel II, época augústea; nivel I, siglo i d. de J. C.,
mezclado con material de los siglos posteriores.
En 1963 completamos el estudio de los restantes cuadros y nos hemos
visto obligados a modificar algo nuestra datación, ya que el material
de los diversos niveles no se corresponde exactamente en los distintos
cuadros. Por ello, y queriendo unificar la nomenclatura de estos niveles,
hemos ampliado ligeramente su vigencia cronológica y los hemos super­
puesto en parte en el tiempo. El nivel VI debe considerarse como inme­
diatamente anterior a la fundación, correspondiendo — como hemos
dicho — a los fondos de cabaña y conteniendo casi exclusivamente ce­
rámica indígena hecha a mano; una excepción es el nivel VI del
cuadro XI — pero precisamente los cuadros XI y XII no pertenecen a la
calle, sino al interior de una casa, y allí este estrato es ya de la época
de la ocupación romana —, que agrupamos en este caso con el nivel V,
ya que el material es prácticamente el mismo. El nivel V abarca desde
la época de la fundación —123 a. de J. C. — hasta + 70 a. de J. C.
El nivel IV, desde principios del siglo i a. de J. C. hasta + 30 a. de J. C.
El nivel IH, desde 50 a. de J. C. hasta época augústea inclusive. El ni­
vel H, desde el principio de la época augústea hasta mediados del siglo i
d. de J. C. El nivel I corresponde al siglo I d. de J. C., mezclado con
material tardío.
Presentamos a continuación una tabla con los niveles de los diversos
cuadros y la indicación del material de interés cronológico (a excepción
de la cerámica común), que nos ha inducido a esta datación. Damos por
orden las clases de cerámicas representadas con más ejemplares; la
fecha del estrato la hemos obtenido del conjunto del material del mismo
y no de los fragmentos más modernos, ya que los hoyos de árboles u otros
motivos naturales o artificiales pueden haber provocado la aparición
esporádica de algún fragmento tardío en un nivel antiguo.

Cuadro I: Nivel V. — Hecha a mano, un fragmento de campaniense.


Nivel IV-in. — Campaniense, dos fragmentos de aretina, lucerna au-
gústea.
Nivel II. — Aretina, campaniense.
Nivel I. — Aretina, sudgálica, dos fragmentos de clara, un fragmento
de campaniense, y otro de ibérica, tres lucernas de volutas
y dos Loeschcke VIII, vidrio.
3. M. Vegas, cVorlaufíger Bericht über romische Gebrauchskeramik aus Pollentia
(Mallorca)», en Bonner JahrbücheT, 1C3, 19C3 (en prensa).

6
Nivel superficial. — Clara, sudgálica, aretina, vidrio, lucernas siglos in
y iv d. de J. C.

Cuadro II: Nivel V. — Hecha a mano.


Nivel III. — Campaniense, hecha a mano, gris, ibérica, dos lucernas
augústeas.
Nivel II. — Aretina, campaniense, sudgálica, lucernas de volutas.
Nivel I. — Sudgálica, clara, aretina, un fragmento marmorada.

Cuadro HI: Nivel V. — Campaniense, hecha a mano, gris, ibérica, aretina.


Nivel IV. — Campaniense, hecha a mano, gris, ibérica, aretina, lucerna
augústea.
Nivel III. — Aretina.
Nivel II. — Aretina, gris, lucerna augústea.
Nivel I. — Sudgálica, clara, aretina, ibérica.

Cuadro IV: Nivel V. — Campaniense, hecha a mano, ibérica.


Nivel IV. — Campaniense.
Nivel in. — Campaniense, tres fragmentos aretina, lucerna repu­
blicana.
Nivel H. — Campaniense, aretina, lucerna de volutas.
Nivel I (c-e). — Aretina, sudgálica, lucerna de volutas, moneda del
41 a de J. C., moneda ibérica.
Nivel I (a-b). — Aretina, sudgálica, hispánica, clara, vidrio.
Nivel superficial. — Sudgálica, clara, hispánica, un fragmento de are-
tina, vidrio, lucerna de tipo Loeschcke X.

Cuadro V: Nivel V. — Campaniense, hecha a mano.


Nivel IV. — Campaniense, hecha a mano, ibérica, denarios de 137-134
y 96-94 a. de J. C.
Nivel III. — Campaniense, hecha a mano.
Nivel II. — Aretina, campaniense, sudgálica, hecha a mano.
Nivel I. — Aretina, poca clara, dos fragmentos sudgálica, lucerna de
volutas.

Cuadro VI: Nivel V. — Hecha a mano, campaniense, ibérica.


Nivel IV. — Campaniense, hecha a mano, gris, ibérica.
Nivel ni. — Campaniense, aretina, hecha a mano.
Nivel II. — Aretina, dos fragmentos de campaniense. lucernas de vo­
lutas.
Nivel I. — Aretina, campaniense, clara, lucerna republicana.
Nivel superficial. — Sudgálica, clara, aretina, dos fragmentos de cam­
paniense, un fragmento de marmorada, dos lucernas de volutas.

Cuadro VII: Nivel V. — Campaniense, hecha a mano, gris.


Nivel IV. — Campaniense, hecha a mano, gris, ibérica, lucernas re­
publicanas.

7
Nivel III. — Campaniense, aretina, ibérica, tres fragmentos de clara,
lucernas augústeas.
Nivel II. — 2 fragmentos de clara, un fragmento de aretina, lucerna
de tipo Loeschcke VIII.

Cuadro VIII: Nivel V. — Campaniense, hecha a mano, ibérica, lucerna repu­


blicana.
Nivel IV. — Campaniense, hecha a mano, lucerna republicana.
Nivel III. — Campaniense, dos fragmentos de aretina.
Nivel II. — Aretina, clara, tres fragmentos de sudgálica, gris, lucernas
de volutas y tipo Loeschcke VIII.
Nivel I. — Aretina, clara, tres fragmentos de sudgálica, vidrio, lucernas
de volutas y tipo Loeschcke VIII.

Cuadro IX: Nivel V. — Campaniense, hecha a mano.


Nivel IV. — Campaniense, aretina, lucerna augústea.
Nivel III. — Aretina, dos fragmentos de campaniense, lucerna au­
gústea.
Nivel I. — Aretiná, sudgálica, lucerna de tipo Loeschcke VIII.

Cuadro X: Nivel V. — Hecha a mano,' campaniense.


Nivel TV. — Campaniense, hecha a mano, gris, lucerna republicana.
Nivel III. — Paredes finas.
Nivel H. — Aretina, sudgálica, gris, lucerna de volutas.
Nivel I. — Aretina, sudgálica, poca clara.

Cuadro XI: Nivel VI-V. — Campaniense, hecha a mano, ibérica, gris, lucerna
republicana.
Nivel IV. — Campaniense, hecha a mano, ibérica, gris, aretina, lu­
cernas republicanas.
Nivel III. — Campaniense, aretina, gris, lucerna de tipo Dressel 3.
Nivel I. — Clara, poca aretina.

Cuadro XII: Nivel V. — Campaniense, hecha a mano, ibérica, lucerna repu­


blicana.
Nivel IV. — Campaniense, hecha a mano, aretina, lucernas repu­
blicanas.
Nivel III. — Campaniense, aretina.
Nivel II. — Aretina.
Nivel I. — Aretina, campaniense.
Nivel superficial. — Aretina, lucerna de tipo Loeschcke VIII.

Por lo que a la cerámica común se refiere, nos hemos servido tam­


bién, para su datación, de la comparación con material de yacimientos
o hallazgos con cronología fija. A continuación pasamos revisión a al­
gunos de ellos.

8
Numancia.* — La gran masa del material de los campamentos alre­
dedor de Numancia, estudiado por K. Koenen, pertenece a la segunda
mitad del siglo n a. de J. C. y principios del siglo i, sin que pueda pre­
cisarse más.
La nave romana de Albenga.5 — Datada, por N. Lamboglia, entre
el 100 y el 80 a. de J. C., y con diverso material cerámico.
Albintimilium.0 — El trabajo de N. Lamboglia es muy importante,
por estar basado en una buena estratigrafía y por la semejanza que su
material presenta con el de Pollentia. El nivel VI B de Albintimilium,
fechado del 180 al 100 a. de J. C., tiene formas que coinciden con las de
nuestros niveles V-IV, y el nivel VI A, fechado del 100 al 20 a. de J. C.,
es paralelo a nuestros niveles IV-III,7 mientras el nivel V, de edad au-
gústea, puede compararse con nuestros III-II; en fin varias formas ce­
rámicas del nivel I de Pollentia encuentran su correspondencia en for­
mas del nivel IV de Albintimilium, fechado en el siglo i d. de J. C.
Oberaden y Haltern.’ — Estos campamentos romanos en Germania
son de gran importancia para el estudio de la cerámica augústea, y la
comparación de sus formas con las del Mediterráneo occidental reviste
gran interés por lo que se refiere al papel de la influencia itálica en la
producción indígena y viceversa.
Hofheim.0— Campamento de época de Claudio y Vespasiano.
r Vindonissa.10 — El material de Vindonissa, del siglo l d. de J. C.,
ofrece también algunos paralelos con el de Pollentia.
Nos hemos limitado en principio a los tipos del siglo i a. de J. C.
y del siglo i d. de J. C., ya que los más tardíos, aunque estén represen­
tados, a causa de la mezcla del material del primer nivel estratigráfico
no pueden ser cronológicamente fijados. Hemos dejado asimismo, por
el momento, los olpes y las jarras, ya que los pequeños fragmentos en­
contrados no permiten una clasificación tipológica y cronológica segura.11
Los platos o tapaderas de borden ahumado tampoco han sido incluidos.

4. K. Koenen, Numantia, IV, pág. 284 ss.


5. N. Lamboglia. La nave di Albenga.
6. N. Lamboglia, Albintimilium.
En La nave di Albenga, pág. 161, nota 3. corrige Lamboglia la cronología que
había dado en Albintimilium para
_____ .. los estratos VI A y; ’VI
__________________________________________ ’’ B
” :‘ «VI “ ate non
" = 180-100
”T B

90-50) a. C.; VI A := 100-20 (e non 50-201 a. C.». Véase también N. Lamboglia. «Primi
resultati cronologici e storico-topografici
. ... degli scavi di Albintimilium (1943-1956)», en
Riu. Studi Lipurí, 22, 1956, págs. 104 ss., donde el autor motiva su nueva dotación.
S.
8. ' - Loeschcke, Oberaden; S. LOESCHCKE, Haltera.
9. E. Rittehlinc, Ho/heim.
10. E. Ettlingek y Clin. Simonett. Vindonissa.
11. Sobre las formas de estos tipos cerámicos aparecidas en Pollentia, asi como
sobre otras en pequeño
. . número representadas y de forma o cronología inciertas.
v. Vegas, Bonner Jahrb., 163.

9
2
a pesar de -------- 1 en gran número en Pollentia ya desde los
¿ que aparecen
estratos más antiguos. Creemos que se trata, en realidad, de dos tipos
diferentes: tapaderas y platos, encontrándose ya las primeras en el
siglo i a. de J. C., mientras los segundos serían un producto de época
más tardía; de todas formas esta hipótesis necesita comprobación en
otros yacimientos y con material menos fragmentario; así, pues, prefe­
rimos omitir tales objetos en este primer ensayo tipológico.
A continuación exponemos nuestro criterio de clasificación para los
tipos más corrientes de cerámica común romana:
Ollas y cuencos, morteros, platos y fuentes, tapaderas, copas, vasitos
de paredes finas, ungüentarlos, olpes, jarras, dolía, ánforas, tapaderas de
ánforas.
Empleamos el nombre de ollas en lugar del de urnas, ya que «urna»
designa un recipiente funerario o votivo, mientras el material que no­
sotros estudiamos, por pertenecer a un poblado, excluye esta finalidad.
Estos recipientes sirvieron, además, para cocer, como puede verse clara­
mente por las huellas dejadas por el fuego en su superficie; por ello
el nombre más apropiado es el de ollas. (Latín, aula u olla.)
La finalidad de los cuencos fue, en la mayoría de los casos, la misma
que la de las ollas, y, siendo además el barro empleado casi siempre
el mismo, resulta a veces difícil la clasificación de pequeños fragmentos ■
de bordes en uno de los dos tipos. (Lat., patina.)
Los morteros son cuencos bastante planos, con un pico en el borde 1
y el fondo a menudo incrustado de piedras; servían como morteros y
para cuajar la leche. (Lat., mortarium o pelvis.)
La diferencia entre platos y fuentes está basada sólo en el tamaño.
(Lat., catinus y catillus.)
Bajo tapaderas se incluyen todos los objetos empleados para tapar
cualquiera de los recipientes hasta aquí nombrados.
Hasta ahora nos hemos sólo referido al material de cocina propia­
mente dicho.
Pasamos ahora a considerar el material de superficie fina, a veces
incluso barnizada, que puedo servir para la mesa.
Por copas entendemos pequeños recipientes que debían servir para
salsas o ingredientes diversos de la comida. (Lat., paropsis, acetabulum,
salinum.)
Bajo el título de vasitos de paredes finas se incluyen los cubiletes,
tazas (de una y de dos asas), boles, etc. Se trata, en la mayoría de los
casos, de recipientes para beber.
Hemos colocado después los ungüentarías, ya que aunque por su
finalidad (objetos de tocador) no sea ése precisamente el sitio que les
corresponde, por otra parte por su forma están emparentados con nues­
tro próximo tipo, los olpes.

10
Los olpes son vasijas normalmente para vino (lat., vinarium, lagaña),
pero podían también contener aceite, vinagre, agua (para agua, sobre
todo, las de dos asas), que poseen un cuello más o menos largo y estrecho,
mientras las jarras se diferencian de ellos por su cuello más corto y
ancho y la presencia muy a menudo de un pico para verter.
En fin, por último consideramos todos los recipientes para guardar
provisiones; ánforas, dolía, urcei, etc., con sus tapaderas respectivas.
Para evitar cambios de numeración de los tipos en el futuro, y dado
que ahora no los consideramos todos, hemos saltado a veces algunos
números.

I
3

4
z
Fig. 1. — Tipo 1 (1: 3).

1. Ollas con el borde vuelto hacia afuera (fig. 1). — Es el tipo


normal de olla en todo el Imperio romano: fondo plano, cuerpo globular,
corto cuello y borde vuelto hacia afuera. Pervive durante largo tiempo,
y las variaciones del tipo no creo presenten un gran valor cronológico
ni que permitan establecer una evolución tipológica de las mismas. De
todas formas, a juzgar por el material de Pollentia, una forma de borde
anguloso y bien perfilado (véase fig. 1, n.° 1) no pervive largo tiempo, y es
característica del siglo i a. de J. C., encontrando paralelos en Numancia.13
Barro basto, marrón-rojizo o gris-marrón, por fuera a menudo más oscuro
o negruzco, con restos de hollín.

Nivel VI. — C/P* IX s. n. Fragmento de borde. Barro marrón-rojizo.


Nivel V. — C/P IV 233. Fragmento de borde (comparar con Numantia, IV,
lám. 58, 17). Diám., 18 cm. Barro marrón-rojizo.
C/P IV 235. Fragmento de borde (comparar con Numantia, IV, lá­
mina 59,2). Barro gris-marrón; por fuera, marron-rojizo muy
oscuro.

12. Numantia, IV, láms. 58, 11-12, y 59, 2.


* La sigla C/P indica «Calle Porticada». Los números romanos son los de los
cuadros de la excavación de dicha calle; las citras árabes son del Inventario dentro
de cada uno de dichos cuadros.

11
C/P IV 198. Fragmento de borde (comparar con Albintimilinm, pág. 73,
fig. 31, 70, estrato VI A, y Numantia, IV, lám. 58, 27). Barro
marrón-rojizo; por fuera, más oscuro, con restos de hollín.
C/P XI 250. Fragmento de borde con acanaladura para tapadera
(comparar con Numantia, IV, lám. 59, 7). Diám., 22 cm. Barro
marrón; por fuera, marrón-negruzco (fig. 1, n.° 4).
Nivel V-IV. — C/P VII 151, y dos fragmentos más semejantes, s. n. Frag­
mentos de bordes. Diám., 22 cm. (fig. 1, n.° 2).
Nivel IV. — C/P IV 173. Fragmento de borde muy parecido al C/P IV 235
del nivel V. Diám., 17 cm. Barro marrón-negruzco, con huellas
del uso (fig. 1, n.° 1).
C/P IX s. n. Fragmento de borde bastante plano. Barro marrón-
rojizo.
C/P XII 63 y C/P XII s. n. Dos fragmentos de bordes.
Nivel III. — C/P XI 53. Fragmento de borde. Barro gris-marrón (fig. 1, n.° 3).
Nivel III-II. — C/P X 87. Fragmento de borde bastante plano y con decora­
ción incisa al final del cuello (comparar con Albintimilium,
pág. 73, fig. 31, 70). Barro rojizo; por fuera, marrón-negruzco.
Nivel II. — C/P IV 287. Fragmento de borde. Diám., 22 cm. Barro gris.
C/P V 85. Fragmento de borde. Diám., 11 cm. Barro marrón, borde
negro.
C/P VI 47. Fragmento de borde. Diám., 11 cm. Barro gris.
C/P Vjn 44. Fragmento de borde. Diám. interior, 12 cm. Barro marrón-
rojizo, huellas del uso.
C/P VIII 45. Fragmento de borde. Diám., 18 cm. Barro marrón-rojizo.
C/P XI 15. Fragmento de borde oblicuo; en lo alto del cuerpo de la
vasija, decoración a base de muescas hechas en la arcilla
blanda (comparar con Numantia, IV, lám. 58, 17). Diám., 13 cm.
Barro marrón claro.
Nivel I. — C/P 1118. Fragmento de borde de una gran olla (compárese Albin­
timilium, p. 62, fig. 24, 15). Diám., 24 cm. Barro rojizo; por
fuera, huellas del uso.
C/P IV 95. Fragmento de borde como el anterior. Barro marrón-rojizo.
C/P IV s. n. Fragmento de borde. Diám., 19 cm. Barro gris-marrón,
huellas del uso.
C/P IV s. n. Fragmento de borde. Barro gris; por fuera, casi negro
por el hollín.
C/P V 35. Fragmento de borde. Diám., 12 cm. Barro marrón.
C/P V 54. Fragmento de borde en forma de S (compárese Albinti­
milium, p. 108, fig. 54, 47). Diám., 18 cm. Barro gris; por fuera,
negruzco.
C/P VI 14. Fragmento de borde como C/P I 118, pero más pequeño.
Diám., 14 cm. Barro marrón claro, borde en parte negro.

12
2. Ollas con borde almendrado (fig. 2).— Estas vasijas tienen un
borde grueso, en forma de almendra, y lar; paredes ligeramente curvas
pueden presentar una carenación en la parte baja de la panza, estando
en este último caso estrechamente emparentadas con los cuencos (se­
gún el ejemplar de la nave de Albenga).” Normalmente, sin embargo, la
forma del cuerpo debe ser como el de las anteriores. Dos ejemplares de
Pollentia poseen una asa. El barro es basto, marrón-rojizo, y por fuera
muestra en general huellas del uso, siendo su superficie entonces marrón-
negruzca.

Ia

Fig. 2. — Tipo 2 (1: 3).

En Albintimilium aparecen en gran número en ios estratos VIB


y VIA; en el nivel V se encuentran sólo dos fragmentos, lo que indica
ya la paulatina desaparición del tipo en la segunda mitad del siglo i a.
de J. C., que apenas llega a época augústea.11 En la nave de Albenga,
donde se encontraron'unos cuarenta ejemplares, estas ollas tienen una
pátina gris cenicienta bastante clara en el exterior.15 En Pollentia esta
pátina no existe; su pasta coincide con la descripción del material de
Albintimilium. El borde almendrado es típicamente republicano y ca­
racterístico del Mediterráneo occidental. En Pollentia son peculiares de
los niveles V, IV y III.

Nivel VI. — C/P XI s. n. Dos fragmentos de bordes.


C/P XI 352. Fragmento de borde. Diám., 18 cm.
Nivel V. — C/P IV 192. Fragmento de borde bastante delgado. Diám., 16 cm.
Barro marrón-rojizo.

13. La nave di Albenpa. pág.171. Ilg. 30. 8-9.


t 14. Albintimilium, pág. 57. tig. 21. 70-71 (estrato V’; pág 73. tig 31. B5-67 (es­
trato VI A>; pág. 85, fig. 38, 75-78 (estrato VI B»; pag. 94. fig. 43. 90-29 .estrato M B>;
pág. 101, fig. 50, 35-38 (estrato VI A>.
15. La nave di Albenya, pág. 171.

13
C/P IV 194. Fragmento de borde (compárese Albintimilium, p. 85,
fig. 38, 78, estrato VIB). Barro marrón-negruzco.
C/P VIII s. n. Fragmento de borde como el anterior. Diám., 14 cm.
Barro gris.
C/P IX s. n. Fragmento de borde. Barro marrón-rojizo.
C/P X 154. Fragmento de borde. Barro marrón-rojizo; por fuera,
marrón-grisáceo.
C/P XI 170. Fragmento de borde. Diám., 14 cm.
C/P XI 190 y seis más s. n. Fragmentos de bordes.
C/P XII 207. Fragmento de borde con restos del asa. Diám., 13 cm.
Barro marrón-rojizo; por fuera, negruzco (fig. 2, n.° 2).
C/P XII 192. Fragmento de borde muy delgado. Diám., 10 cm.
C/P XII 357, 274, y s. n. Fragmentos de bordes.
Nivel IV. — C/P I 249. Fragmento de borde. Diám., 16 cm. Barro marrón-
negruzco.
C/P III s. n. Fragmento de borde.
C/P IV 172. Fragmento de borde. Diám., 17 cm. Barro marrón-negruzco.
C/P V 132. Fragmento de borde. Diám., 22 cm. Barro gris-marrón.
C/P VII s. n. Tres fragmentos de bordes.
C/P VIII 183. Fragmento de borde. Diám., 20 cm. Barro marrón-rojizo
oscuro; por fuera, pátina cenicienta.
C/P XII 61. Fragmento de borde.
Nivel III. — C/P IV 302. Fragmento de borde. Diám., 15 cm. Barro marrón-
rojizo.
C/P V 102. Fragmento de borde con restos de un asa. Diám., 18 cm.
Barro marrón-rojizo, huellas del uso.
C/P XII 136. Fragmento de borde. Diám., 18 cm. (fig. 2, n.° 1).
Nivel I. — C/P XH s. n. Fragmento de borde. (En este nivel I había sólo
aretina y campaniense.)
6. Cuencos con borde vuelto hacia afuera, horizontal o bien in­
clinado hacia abajo (figs. 3 y 13). — Los cuencos son menos altos que las
ollas y su boca es más ancha; no poseen cuello. El tipo aquí tratado está,
sin embargo, emparentado con el de las ollas, no sólo porque también
servían para cocer, sino porque en ocasiones, y sobre todo en su variante
más moderna, sus paredes son bastante altas. Como los fragmentos en­
contrados son en general muy pequeños, en algunos casos la identifica­
ción como ollas o como cuencos es difícil, pero según los paralelos en­
contrados en la bibliografía debería tratarse sin duda de cuencos. En la
nave de Albenga 16 se han encontrado varios ejemplares de borde hori­
zontal y fondo cóncavo, pero el barro (rojo ladrillo) es distinto, y la
misma forma del borde no es tampoco idéntica. Más parecidos a los
nuestros son los cuencos del Grand Congloué,” bajos, con fondo cóncavo
16. La nave di Albenga, pág. 171, fig. 30, 10-12.
17. F. Benoit, L’épave du Grand Congloué, pág. 115, lám. 18, 4.

14
y borde moldurado, que nosotros consideramos propios para este tipo
en su primera época. El mismo cuenco se encuentra en el poblado de
San Miguel de Sorba (fig. 13), junto con cerámica ibérica y tipos romanos
republicanos 18 y en Tarragona.18 Barro basto, de color marrón-rojizo y
superficie exterior negruzca por efecto del hollín.


2

S D
■f 3 B 4
Fig. 3. — Tipo 6 (1: 3).

A base de los bordes de Pollentia y Albintimilium28 creemos posible


establecer una evolución tipológica y cronológica de la citada vasija: en
los niveles V a III de Pollentia se encuentra la variante a con bordes
horizontales con una acanaladura interior para asiento de la tapadera,
mientras que en los niveles II y I predomina la variante b con bordes
sin acanaladura y con las paredes seguramente más altas. En Albinti­
milium la primera forma aparece en el estrato V (augústeo) y la otra
en el IV (siglo i d. de J. C.), y Lamboglia es asimismo de la opinión que
la segunda variante sea una evolución de la primera.21 Naturalmente,
como nos prueban los ejemplares del Grand Congloué y de Pollentia,
la primera forma existe ya en el período republicano. En Pollentia apa­
recen en todos los niveles, pero del nivel I tenemos un solo fragmento,
por lo que en mi opinión personal este tipo debió de dejar de usarse a
lo largo del siglo i d. de J. C., lo que, además, coincide con los hallazgos
de Ventimiglia, siendo sustituidos por los cuencos de fondo estriado. Es
un tipo emparentado con la olla Haltem 56.22

18. J. Serba Vilabó, Memoria 44 de la Junta Superior de Exeucaciones y Antigüe­


dades, 1920-21, pág. 13. fig. 1, 6.
19. J. Serra Vilaró, Memoria 116, Junta Sup. Excav. y Ant., 1930. lam. 33. ». y 34, 1
20. Albintimilium, pág. 108, fig. 54, 40-41; pág. 110, fig. 55, 27 (estrato V pag- 114,
fig- 57, 40 (estrato IV).
21. Albintimilium, pág. 115, 40.
22. Haltem, págs. 237 ss. y fig. 31.

15
Nivel V. — C/P IX 86. Fragmento de borde con acanaladura interior (com­
párese Albintimilium, p. 167, fig. 97, 10). Barro marrón-rojizo,
con impurezas (mica).
C/P XII 285. Fragmento de borde con acanaladura (compárese Al-
bintimilium, p. 167, fig. 97, 10). Diám., 32 cm. Barro marrón;
por fuera, negruzco (fig. 3, n.° 1).
C/P XII 358. Fragmento de borde con acanaladura. Barro marrón-
negruzco.
Nivel IV C/P TV 166. Fragmento de borde (compárese Grand Congloué,
lám. 18, 4).
C/P VII s. n. Fragmento de borde con acanaladura.
__ IX s. n. Fragmento de borde. Barro marrón-rojizo.
C/P
C/P XI 129. Fragmento de borde (compárese Albintimilium, p. 108,
fig. 50, 40-41). Diám., 28 cm. Barro marrón-rojizo; por fuera,
negruzco (fig. 3, n.° 3).
C/P XI 77. Fragmento de borde. Diám., 14 cm. Barro gris.
Nivel III. — C/P II 62. Fragmento de borde (compárese La nave di Albenga,
p. 171, fig. 30, 10). Barro rojo ladrillo; por fuera, pátina ceni­
cienta (fig. 3, n.° 4).
C/P V 96 y 101. Dos fragmentos de la misma vasija, semejantes a
C/P IV 166. Diám., 20 cm. Barro marrón-rojizo (fig. 3, n.° 2).
C/P VII. s. n. Fragmento de borde con acanaladura. Barro gris.
Nivel II._ C/P IV 288. Fragmento de borde. Barro rojizo; por fuera, gris-
marrón, en parte negro del uso.
C/P VIH 106. Fragmento de borde. Barro marrón-rojizo claro; huellas
del uso.
C/P IX s. n. Fragmento de borde con acanaladura.
C/P IX s. n. Fragmento de borde. Barro marrón-rojizo; por fuera,
marrón-negruzco.

Nivel I. C/P V 36. Fragmento de borde con acanaladura (compárese Al­


bintimilium, p. 108, fig. 54, 41). Diám. exterior, 33 cm.; inte­
rior, 29. Barro gris-marrón oscuro.

7 Cuencos con fondo estriado (fig. 4).—Es un tipo de vasija de


cocina muy en boga en el Mediterráneo occidental, y bajo él incluimos
1 s dos formas de Lamboglia de «vasi con patina cenerognola, 1) ad orlo
licato, 2) a fondo striato».33 Las hemos agrupado en un solo tipo, dado
api
que ambas formas poseen fondo estriado, pero distinguimos en él tres
variantes:
a) Borde aplicado, paredes cilindricas más o menos altas (véase
gg 4, núm. 2, un ejemplar con paredes bajas de la habitación B,-B2,
cavaciones de Pollentia, 1963) y fondo cóncavo con estrías ligeras en
su parte externa.

23 Aibinlimil>um- pág. 203.

16
b) Con paredes un poco abombadas y de poca altura (4 cm., aproxi­
madamente), borde bien liso o con orla interna y fondo ligeramente cón­
cavo recubierto en su parte exterior por estrías que terminan en un
canto saliente que marca el pasaje del fondo a la pared del vaso.
c) Muy semejante a esta última, pero el borde es vertical y posee
una moldura interna para asiento de la tapadera (véase en fig. 4, núm. 4,
un borde del tipo c de la habitación D, excavaciones de Pollentia 1963).

Fig. 4. — Tipo 7 a (n.« 1 y 2), tipo 7 b (n.« 3) y tipo 7 c <n.° 4) (1:3).

El barro para las tres variantes es rojizo, con una pátina gris por
fuera que recubre las paredes, pero no el fondo.
Este tipo se fabricó también en térra sigillata clara; se trata de
la forma 10 de Lamboglia.21 Sería interesante establecer cuándo apare­
cen estos cuencos en cerámica común; los ejemplares de Pollentia, per­
teneciendo sobre todo al nivel I, con material mezclado de los siglos I
al rv d. de J. C., no nos pueden servir de ayuda. En Albintimilium se
encuentran fondos estriados ya antes de la época augústea. pero no
habiéndose hallado ninguna vasija completa, no se puede afirmar con
absoluta seguridad si se trata de los mismos tipos. En todo caso los

24. N. Lamboclia, «Nuove osservazioni sulla térra sigillata chiara», en Rie. Studi
Liguri, 24, 1958, págs. 276 ss.

17

3
fondos encontrados son iguales á los de la forma b, y dos bordes del
estrato VI A y del estrato V pertenecen al tipo de borde aplicado.25
Admitiendo que fuese la misma forma o un precedente, los cuencos
con fondo estriado de clara serían una imitación de los de cerámica co­
mún, lo cual no debe excluirse tratándose también en los ejemplares de
sigillata clara de cerámica de cocina, como puede comprobarse por las
huellas de hollín en el fondo de los mismos. De todas formas esta hipó­
tesis necesita confirmación en otros yacimientos con buena estratigrafía.
En España se encuentran abundantes paralelos; citaremos, entre ellos,
los de Solsona,20 Tarragona,27 Ampurias28 y Elche.20

Tipo 7 a; Nivel II. — C/P VII 60. Fragmento de cuenco hasta la línea de
carenación.
C/P VIII 43. Fragmento de borde. Diám., 26 cm. Barro marrón-rojizo,
pátina gris-marrón claro.
C/P VIII 46. Fragmento de borde como el anterior.
C/P VIII s. n. Dos fragmentos de bordes como los anteriores.
Nivel II-I. — C/P II s. n. Seis fragmentos de bordes y siete de fondos.
Nivel I. — C/P IV 9. Fragmento de borde. Diám., 24 cm. Barro marrón-rojizo;
por fuera, marrón-negruzco.
C/P IV 22. Fragmento de borde. Diám., 30 cm. Barro rojizo; por fuera,
marrón-negruzco’.
C/P IV. s. n. Cinco fragmentos de bordes.
C/P V 16. Fragmento de borde; las paredes internas de la vasija,
ligeramente estriadas. Diám., 25 cm. Barro marrón-rojizo claro,
pátina gris-marrón.
C/P V 31. Fragmento de borde. Diám., 28 cm. Barro como el anterior.
C/P VI 24. Fragmento de borde. Barro como el anterior.
C/P VI s. n. Fragmento de borde. Barro marrón-rojizo; por fuera, gris.
C/P VH 32. Fragmento de cuenco. Diám., 24 cm. Barro como C/P 16
(fig. 4, n.° 1).
C/P VIH 14. Fragmento de borde. Diám., 22 cm. Barro como C/P V 16.
C/P VHI. s. n. Dos fragmentos de bordes.
C/P IX s. n. Fragmento de borde y fragmento de fondo, seguramente
de la misma vasija.
C/P X 16 y s. n. Tres fragmentos de bordes.
C/P XI s. n. Fragmento de borde.
Nivel superficial. — C/P XH 10. Fragmento de cuenco. Diám., 24 cm. Barro
rojo anaranjado.

25. Albintimilium, pág. 57, fig. 21, 67 (borde aplicado, estrato V); pág. 103, fig. 51, 14
(borde aplicado) y 15-16 (fondo estriado, estrato VI A).
26. J. Serra Vilaró, Memoria 63, Junta Sup. Excav. y Ant., 1923-24, pág. 25, fig. 11.
27. Memoria 116, Junta Sup. Excav. y Ant., lám. 33, 1.
28. M. Almagro y N. Lamboglia, Ampurias, 21, 1959, pág. 4, fig. 2, 4; pág. 5, fig. 3, 4;
28.
uág. 12, fig. 12, en el medio.
29. A. Ramos, Noticiario Arqueológico Hispánico, 1953, lám. 102.

18
Tipo 7 b; Nivel II. — C/P VI 68. Fragmento de borde. Barro marrón-rojizo;
por fuera, marrón-negruzco.
C/P VIII s. n. Fragmento de borde. Barro como el anterior.
Nivel I. — C/P III s. n. Fragmento de fondo.
C/P IV s. n. Fragmento de borde. Diám., 22 cm. Barro rojizo.
C/P IV s. n. Dos fragmentos de fondos. Barro marrón-rojizo.
C/P VI 2-4 y 7. Fragmentos de bordes y fondos. C/P IV 3 y 7 son
fragmentos de bordes. Diáms. respectivos, 16 y 20 cm. Barro
marrón-rojizo y marrón-anaranjado, pátina gris-marrón.
C/P VI 21-22. Fragmentos de bordes. Diám., 20 cm. Barro marrón-
rojizo claro; por fuera, marrón-negruzco.
C/P VII 34. Fragmento de vasija hasta el fondo, borde con orla in­
terna. Alt., 4,4 cm. Barro marrón-rojizo.
C/P VII 36. Cuenco casi completo, con borde liso. Diám., 10,5 cm.;
alt., 3,6 cm. (fig. 4, n.° 3).
C/P VIII s. n. Tres fragmentos de fondos. Barro rojizo.
C/P XI s. n. Dos fragmentos de fondos.
10. Morteros (figs. 5 y 13). — Estos recipientes servían, como su
nombre indica, de morteros y también para hacer una especie de re­
quesón.30 Se encuentran en gran número en los campamentos militares
durante toda la época romana. Son cuencos bastante planos, en general
de barro ocre-amarillento o rojizo, semejante al de las ánforas, y pre­
sentan, sobre todo a partir de avanzado el siglo i d. de J. C., su fondo
incrustado de piedrecitas. El borde, con pico para verter, presenta diver­
sas variantes. La forma a es republicana y presenta borde liso con deco­
ración rizada aplicada al mismo. Paralelos de esta forma existen en Ven-
timiglia, Numancia y Solsona;31 en la nave de Pegli, datada hacia el
150 a. de J. C., se ha encontrado un borde semejante.32 Varios morteros
en Azaila y, bajo la denominación «vaso con dediles», alguno con esta
decoración.33 La variante b (fig. 13), con reborde vertical, se encuentra
en los campamentos renanos de época augústea,34 y a mediados del si­
glo i d. de J. C. es casi completamente desplazada por la variante con
borde horizontal c.33 Estas dos últimas formas, sin embargo, se fabrica­
ban ya también en época republicana, pues han sido encontradas en Nu­
mancia30 y perduran hasta fines de la época imperial, predominando en

30. O. Tschumi, Germania, 15, 1931, págs. 179 s.


31. Albintimilium, pág. 61, fig. 23, 14. Numantia, IV. lám. 71, 5. Memoria 63. Junta
Sup. Excav. y Ant., lám. 6, 17.
32. La nave di Albenga, Appendice I, pág. 220, fig. 75.
33. J. Cabhé, Corpus Vasorum Hispanorum - Cerumica de Acalla (Madrid, 1944 .
pág. 61, 1.
34. Oberaden, lám. 33, 72, y Haltcrn, lám. 12. 59.
35. Vindonissa, 567 = Hofheim, tipo 80. En Oberaden y en Haltern se encuentra ya
este tipo, aunque no es tan abundante como el 10 b: Oberaden. lám. 33. 73; auuern,
pág. 243, fig. 33, 11-16.
36. Numantia, IV, lám. 71, 2-3.

19
época de Augusto-Tiberio la forma b, y a partir de Claudio, y hasta el
Anal del siglo, la forma c, mientras en los siglos n y ni se fabrican am­
bas formas simultáneamente.” En Pollentia y Albintimilium no son muy
numerosos; de esta última conocemos algún ejemplar seguro de los es­
tratos VI y V,” pero creemos que además entre los llamados «vasi a
catino» y «vasi a listello» deben estar incluidos algunos morteros.3’

Fig. 5. — Tipo 10 a (n.° 1), tipo 10 b (n.‘ 2 y 3) y tipo 10 c (n.° 4) (1: 3).

Nivel V. — C/P XI 192. Fragmento de borde forma b (compárese Haltern,.


p. 243, fig. 33, 1). Diám., 26 cm. Barro ocre (fig. 5, n.° 3).
C/P XI s. n. Pico de mortero. Barro ocre.
C/P XH 366. Fragmento de borde forma b (compárese Oberaden,
lám. 15, 5). Diám., 28 cm.

37. J. P. GnxA.ii, Archaeologia Aeliana, 4.a serie, vol. 35,1957, págs. 244 ss., figs. 25-29.
F. Oeliia:.i>-, Die Keramik des Kastells Niederbieber (Frankfurt, 1914), lám. 1, 22,
y pág. 69, fig. 53, 7.
38. Albintimilium, pág. 57, fig. 21. 80; pág. 70, fig. 29, 51.
39. AlbintimilíuTn, pág. 204.

20
Nivel IV. — C/P XII 68. Fragmento de borde forma c (compárese Halíem,
p. 243, fig. 33, 13b). Diám., 30 cm. (fig. 5, n.° 4).
Nivel III. — C/P IV 129. Fragmento de borde forma b. Diám., 30 cm. Barro
ocre-rosa (fig. 5, n.° 2).
C/P XII 143. Fragmento de mortero forma a, con decoración rizada
formando como dos asas (compárese Numantia, IV, lám. 71, 5).
Diám., 32 cm.; alt., 9 cm. (fig. 5, n.° 1).

Fig. 6. — Tipo 11 (1: 3).

11. Platos con borde bífido (fig. 6). — Les hemos dado el nombre
de platos, a pesar de que a veces son de tamaño bastante grande, lo
que debería inducir a considerarlos como fuentes. En todo caso se trata
de material de cocina, como puede verse por las huellas que han dejado
el fuego en su parte exterior. Tienen paredes bastante rectas, fondo
plano y borde dividido en dos partes por una estría bastante profunda.
El barro es basto, gris-marrón o marrón oscuro.
Este tipo se encuentra ya en Numancia,10 en Albintimilium en el
estrato VIA11 y en el poblado republicano de San Miguel de Sorba.1- En
Pollentia se halla desde la época de la fundación de la ciudad; en el
nivel I, sólo esporádicamente, por lo que situamos su desaparición en
el siglo i d. de J. C. En yacimientos de la última época La Téne de Lom-
bardía aparece una forma semejante.”

Nivel VI. — C/P III s. n. Fragmento de borde.


C/P XI 382. Fragmento de borde. Diám., 26 cm.

40. Numantia, IV, lám. 70, 30.


41. Albintimilium, pág. 73, fig. 31, 60.
42. Memoria 44, Junta Sup. Excav. y Ant., pág. 13. fig. 1.1.
43. M. Bertolone, Rassegna Storica del Seprio, 9-10, 1949-50, pág. 69, fig. 2, 13.

21
Nivel V. — C/P IX s. n. Fragmento de plato, borde bífido, fondo plano. Barro
marrón; por fuera, negruzco.
C/P XI 171, 251 y s. n. Fragmentos de bordes.
C/P XI 341. Fragmento de plato. Diám., 26 cm.; alt., 5 cm. Barro
marrón-rojizo oscuro (fig. 6, n.° 2).
C/P XII 347-348. Dos fragmentos de bordes. Barro marrón-rojizo os­
curo, con huellas del uso.
C/P XII 196 y dos más s. n. Fragmentos de bordes. Diám., 28 cm.
Barro gris-marrón.
Nivel IV. — C/P IV 171. Fragmento de borde. Diám., 20 cm. Barro marrón-
rojizo, con huellas del uso.
C/P VIII s. n. Fragmento de plato con borde y pared hasta el fondo.
Diám., 26 cm.; alt., 5 cm. Barro marrón; por fuera, negruzco.
C/P VIII s. n. Fragmento de borde. Diám., 30 cm. Barro marrón-
rojizo oscuro, con huellas del uso.
C/P XI s. n. Fragmento de borde. Barro gris-marrón.
Nivel III. — C/P VI 84. Fragmento de borde. Barro gris-marrón.
C/P VIII 140. Fragmento de borde. Diám., 28 cm. Barro marrón os­
curo ; por fuera, restos de hollín.
C/P X s. n. Dos fragmentos de bordes. Barro marrón.
C/P XH 137. Fragmento de plato. Diám., 28 cm.; alt., 4,8 cm. Barro
gris-marrón (fig. 6, n.° 1).
C/P XII 140 y 4 más s. n. Cinco fragmentos de bordes. Barro marrón
oscuro, con huellas del uso.
Nivel II. — C/P VI s. n. Fragmento de borde. Barro marrón negruzco.
C/P VIII s. n. Fragmento de borde. Diám., 20 cm. Barro marrón-rojizo.
C/P XII s. n. Fragmento de borde. Diám., 24 cm. Barro marrón oscuro,
con huellas del uso.
Nivel I. — C/P IV 121. Fragmento de plato con borde y pared. Barro marrón
con núcleo gris; por fuera, decorado con líneas horizontales
más oscuras.
C/P VIII s. n. Fragmento de plato desde el borde hasta el fondo.
Alt., 5,2 cm. Barro marrón-rojizo, con pátina cenicienta.

15. Fuentes con barniz interior rojo-pompeyano (fig. 7, n.‘ 1-4, y


fig. 13). — Estos grandes platos se empleaban para hacer una especie
de tortas y la superficie interna barnizada impedía que la pasta se pe­
gase a la pared y al fondo del recipiente.44 Son de paredes bajas, fondo
plano, muy a menudo decorado interiormente con grupos de círculos
concéntricos, y su borde puede presentar tres variantes: la más antigua,
a, con el borde engrosado, ligeramente almendrado, se encuentra en la
nave de Albenga45 y en los niveles de fundación de Pollentia, así como

44. Oberaden, pág. 33.


45. La nave di Albenga, pág. 170, fig. 29, 6.

22
en los estratos VIB, VIA y V de Albintimilium;44 la que hemos llamado
variante b tiene un borde en forma de bastoncillo y se encuentra ya
también en la nave de Albenga,4’ perdurando hasta la época augústea
(se encuentra en Oberaden y en Haltern);1’ la variante c termina sus
paredes sin reborde alguno, apareciendo esta forma probablemente a
partir de la época augústea (Oberaden) y siendo todavía actual en la

Fig. 7. — N.° 1, tipo 15 a; n.' 2 y 3, tipo 15 b; n.» 4, tipo 15 c, y n.> 5 y 6. tipo 16 (1 : 3>.

época de la destrucción de Pompeya. El barro es marrón-rojizo, con


mucho mica y análisis petrográficos han puesto de relieve que se trata
de una tierra volcánica propia de la península itálica.1’ La parte interna
y el borde están cubiertos por una espesa capa de barniz rojo oscuro
que recuerda al rojo llamado pompeyano. de donde deriva el nombre
con que se conocen estas fuentes en la bibliografía de lengua alemana.
Hemos optado por seguir esta nomenclatura, ya que actualmente es la
más conocida, y además su forma y función fueron precisamente esta­
blecidas en Alemania. Son los llamados por Lamboglia «vasi a vernice
rossa interna».
Este tipo presenta especial interés por la enorme difusión de que
gozó, sobre todo en el siglo i d. de J. C. Se le encuentra, como ya hemos

46. Albintimilium, pág. 85, fig. 38, 74; pág. 73. fig. 31, 63-64; pág. 57, fig. 21, 72-73.
47. La nave di Albenga, pág. 170, fig. 29, 7.
48. Oberaden, tipo 22, y Haltern, tipo 75 B. La forma 15 c corresponde a los tipos
Oberaden 21 y Haltern 75 A.
49. Análisis del Prof. Frechen, de la Universidad de Bonn.

23
dicho, en todo el limes renano,5" en Asia Menor,51 en Grecia,52 todavía
en el siglo n d. de J. C., y se trata siempre de productos de importación
itálica, como los citados análisis han revelado. En Pollentia aparecen
en todos los niveles, en menor número en el nivel I, lo que indica que
en esta localidad debieron dejar de usarse durante el siglo i d. de J. C.

Nivel VI. — C/P XI 298. Fragmento de borde forma a (compárese La nave


di Albenga, p. 170, fig. 29, 6). Diám., 22 cm.
Nivel V. — C/P VII s. n. Fragmento de borde forma a.
C/P XI 189, 2'43 y dos más s. n. Cuatro fragmentos de bordes forma a
y cuatro fragmentos de fondos.
C/P XI 212. Fragmento de borde forma a. Diám., 27 cm.
C/P XII 332-335. Tres fragmentos de bordes forma a.
C/P XII 282-283. Dos fragmentos de bordes forma a. Diám., 28 cm.
(fig. 7, n.° 1).
C/P XII 190 y s. n. El primero es un fragmento de borde forma a.
Diám., 30 cm. El segundo, un fragmento de fondo.
Nivel V-IV. — C/P VII 152. Fragmento de borde forma b (fig. 7, n.° 2).
Nivel IV. — C/P V s. n. Fragmento de borde forma a.
C/P VII s. n. Cuatro fragmentos de bordes forma a.
C/P VIII 228. Fragmento de borde forma a. Diám., 30 cm.
C/P Vm s. n. Fragmento de fondo.
C/P X s. n. Dos fragmentos de fondo y paredes.
C/P XI 74. Fragmentos de borde forma b (compárese La nave di
Albenga, p. 170, fig. 29, 7).
C/P XII 60. Dos fragmentos de bordes forma a. Diám., 28 cm.
Nivel HI. — C/P H s. n. Fragmento de borde forma b.
C/P IV 122. Fragmento de borde forma c (compárese Oberaden, lá­
mina 26, 21).
C/P IV 267. Fragmento de borde forma a.
C/P Vm 153. Fragmento de borde forma a. Diám., 30 cm. Muy que­
mada por el uso.
C/P XI 25. Fragmento de borde forma a.
C/P XI s. n. Fragmento de borde forma b.
Nivel ni-n. — C/P X s. n. Fragmento de borde forma b.
Nivel n. — C/P V 79. Fragmento de borde forma c. Diám., 30 cm. (fig. 7, n.° 4).
C/P V 86. Fragmento de borde forma b.
C/P V s. n. Un fragmento de borde y uno de fondo.
C/P X 45. Fragmento de borde forma b. Alt., 4,5 cm. (fig. 7, n.° 3).
C/P X s. n. Fragmento de borde forma c.

50. .Oberaden, tipos 21 y 22; Haltern, tipos 75 A y B; Hofheim, tipo 100; Vindo-
nissa, 388.
51. S. Loeschcke, Athenische Mitteilungen, 37, 1912, págs. 397 s. (Tschandarli).
52. H. S. Robinson, Ath. Agora, V, lám. 72, M100.

24
Nivel I. — C/P I 98-99. Dos fragmentos de fondos.
C/P IV s. n. Fragmento de fondo.
C/P V 16 bis. Fragmento de borde forma c. Diám., 30 cm.
C/P VI 60. Fragmento de borde forma b.
C/P XI 11. Fragmento de borde forma c.

16. Tapaderas para fuentes con barniz rojo-pompeyano (fig. 7 nú­


meros 5-6, y fig. 13). — Se trata de tapaderas del mismo barro que las
fuentes, pero sin barniz alguno, lo que no es de extrañar teniendo este
barniz una función utilitaria y no decorativa, y no teniendo objeto por
lo tanto en la tapadera. El tamaño de las mismas corresponde al de las
fuentes. Es muy posible que sirviesen también para los platos con borde
bífido. Son tapaderas muy planas, sin pivote o asidero y con un pequeño
arito en la parte superior, por lo que parecen platos, pero no creo que
ofrezca dudas su papel como tapaderas/3 En Haltern y Oberaden se han
encontrado con sus fuentes correspondientes31 (fig. 13). En Pollentia se
encuentran sobre todo en los niveles más antiguos.35

Nivel V. — C/P IX s. n. Tres fragmentos de bordes. Barro marrón-rojizo.


C/P XI s. n. Seis fragmentos de bordes y tres fragmentos de fondos.
Barro marrón-rojizo.
C/P XII 415. Fragmento de borde y cinco más s. n. Diám., 40 cm.
C/P XII 346. Fragmento de fondo.
C/P XII 272-273. Seis fragmentos de bordes. Barro marrón-gris.
C/P XII 234. Fragmento de borde. Barro marrón-gris.
C/P XII 197-199. Tres fragmentos de bordes. Diám., 32 a 34 cm. Barro
marrón-rojizo.
Nivel IV. — C/P XI 125-126. Cinco fragmentos de bordes. Diáms., 32 y 36 cm.
C/P XII 95. Fragmento de borde. Diám., 32 cm. Barro marrón-rojizo
(fig. 7, n.° 5).
Nivel III. — C/P XII s. n. Fragmento de tapadera desde el borde hasta el
fondo. Barro marrón-rojizo.
Nivel I. — C/P X s. n. Varios fragmentos de bordes. Barro marrón-rojizo
y marrón gris.
C/P XII 9. Fragmento de borde. Diám., 28 cm. (En este nivel I había
sólo aretina y campaniense.) (Fig. 7, n.° 6.)

20. Coritas (fig. 8). — Pequeñas vasijas, de uso incierto, pero en


todo caso no pertenecen a la batería de cocina. Es muy posible que se
tratase de recipientes para los diversos ingredientes que sazonaban la

53. V. Oberaden, pág. 37.


54. Oberaden. lám. 26, 22-23; Haltern. lám. 14. 75 B.
55. No habiendo identificado todavía este tipo el año 1962, los eventuales frag­
mentos de los cuadros I, IV-VI y VIH no están incluidos.

25
4
rica y picante comida romana. Las copas de térra sigillata, formas
Drag. 27 y 33, han sido consideradas como recipientes para este fin.50
Estas copas tienen a veces el borde inclinado hacia adentro, mientras
otras veces forman una simple orla interna, cuerpo cónico y pequeño
pie anular. El barro es claro y muy fino, motivo por el cual las hemos
considerado como pertenecientes a la vajilla de mesa. Aparecen bastante

Fig. 8. — Tipo 20 (1 : 3).

a menudo en Pollentia. En el estrato VII del decumano de Ampurias,57


fechado a principios del siglo i a. de J. C., se han encontrado unas copas
de cerámica gris, cuyo perfil corresponde con el de las aquí tratadas. Por
el momento no conozco ningún paralelo exacto. Su fecha de desapari­
ción queda indeterminada; es muy probable que en el siglo n estuvie­
sen todavía en uso.58 Aparecen en todos los niveles, pero son más nu­
merosas en los más modernos.

Nivel V. — C/P XII 204. Fragmento de copa con borde liso. Diám., 8 cm.;
alt., 2,7 cm. Barro ocre.
Nivel IV. — C/P I 253. Fragmento de borde de una copa con el borde vuelto
hacia adentro. Diám., 14 cm. Barro ocre-gris.
C/P IV 167. Fragmento de borde de una copita con orla interna.
Diám., 10 cm. Barro ocre claro.
C/P XII 66. Fragmento de borde vuelto hacia adentro. Diám., 12 cm.
Barro ocre (fig. 8, n.° 2).

56. De una lección sobre cerámica romana del Prof. H. von Petrikovits, de la Uni­
versidad de Bonn.
57. M. Ar-’.ucKO y N. Lamboclu, Ampurias, 21, 1959, pág. 23, fig. 32, 2-3.
58. En el Museo de Alcudia, y procedentes de excavaciones anteriores, se encuen­
tran varias tacitas de este tipo.

26
Nivel III. — C/P II s. n. Fragmento de copa desde el fondo hasta el borde
vuelto hacia adentro. Diám. sup., 12 cm. Diám. inf., 4 cm.
Barro ocre.
C/P VII 113. Fragmento de borde con orla interna. Diám., 10 cm.
Barro ocre.
C/P VII s. n. Fragmento de borde vuelto hacia adentro. Diám., 12 cm.
Barro ocre-verdoso.
C/P XI 50-52. Tres fragmentos de copas con borde vuelto hacia adentro.
Diám. 12 cm. Barro ocre oscuro.
Nivel II. — C/P I 213. Fragmento de borde con orla interna. Diám., 13 cm.
Barro marrón-rojizo claro (fig. 8, n.° 3).
C/P III 119. Fragmento de borde con orla interna. Barro marrón claro.
C/P IV 285. Fragmento de borde inclinado hacia adentro. Diám., 13 cm.
Barro ocre claro.
C/P VIII 49. Fragmento de borde con orla interna. Diám., 12 cm.
Barro marrón claro.
C/P VIII s. n. Fragmento de borde como el anterior. Diám., 14 cm.
Barro ocre.
C/P X 25. Tacita con borde de orla interna y pie. Diám., 12,5 cm.
Alt., 3,2 cm. Barro ocre (fig. 8, n.° 1).
Nivel I. — C/P IV 64. Fragmento de borde vuelto hacia adentro. Diám., 14 cm.
Barro ocre oscuro.
C/P IV s. n. Copita incompleta, de fondo plano, paredes muy oblicuas
y borde cilindrico. Diám., 16 cm. Barro marrón claro.
C/P IV s. n. Copita como la anterior, pero con el borde inclinado
hacia adentro. Diám., 14 cm. Barro gris-marrón claro.
C/P IV s. n. Dos fragmentos de bordes semejantes. Barro ocre.
C/P VIII s. n. Fragmento de borde cilindrico. Diám., 12 cm. Barro
ocre oscuro.

Vasitos de paredes finas. — Pequeños recipientes cuya exacta fina­


lidad no conocemos, aunque en la mayoría de los casos debieron servir
para beber. Sus formas son diversas y su difusión muy grande, sobre
todo en época augústea y en el siglo I d. de J. C. En el Mediterráneo se
encuentran ya en gran cantidad durante los siglos n y i a. de J. C. Los
subdividiremos según las diversas formas que hemos constatado hasta
ahora en Pollentia y otros yacimientos de la España romana.

21. Cubiletes con borde cóncavo (fig. 9 n." 1-6). — Vasitos con fon­
do plano, paredes lisas ligeramente redondeadas y borde cóncavo o en
escalón. Puede establecerse una evolución del tipo: a, los ejemplares más
antiguos son fusiformes y tienen borde oblicuo o en escalón, con conca­
vidad apenas esbozada (fig. 9, n.‘ 1-2), mientras los ejemplares del se­
gundo grupo b, tienen cuerpo ovoide y borde vertical y claramente cón­
cavo (fig. 9, n." 3-6). El fondo es para ambas variantes plano; sin em-

27
bargo, en algunas ocasiones las formas más modernas poseen un pie.511
La superficie no es pulimentada y el color del barro varía del marrón-
rojizo al gris. Es un tipo que perdura largo tiempo, y ha sido hallado en
la necrópolis Las Corts, de Ampurias,,1c° en tumbas fechadas entre el
200 y el 50 a. de J. C.; en Numancia,61 en Albintimilium —por lo menos
durante el siglo i a. de J. C.—,62 en Roma, en Basilea/ en Petrisberg-

2
T
)

c Fig. 9. — N.« 1 y 2, tipo 21 a; n.« 3 y 6, tipo 21 b; n.° 7, tipo 21 b'; n.° 8, tipo 22;
n.° 9, tipo 23; n.° 10, tipo 26, y n.» 11 y 12, tipo 26 a (1:3).

Trier14 —en una tumba fechada hacia el 30 a. de J. C.—, en la necró­


polis de Persona en Ornavasso,63 en Chipre —en una tumba de la
segunda mitad del siglo i a. de J. C.—,66
H en Ibiza,67 en Cádiz66 y en varias
59. S. Loeschcke, Trierer Zeitschrift, 14, 1939, pág. 97, fig. 3, 5.
60. M. Almagro, Necr. Ampurias, I, pág. 395, 1.
61. Numantia, IV, lám. 77, 1-4.
62. Aibintimilium, pág. 54, fig. 20, 51; pág. 106, fig. 53, 27; pág. 188, fig. 110, 15.
V. también N. Lamboglia, Riv. Studi Liguri, 16, 1950, pág. 194, fig. 22, 7 (estrato VI).
63. R. Fellmann, Basel in rómischer Zeit (Basel, 1955), pág. 87, lám. 2, 8-9 y 10-11,
los dos primeros ejemplares de Roma y los otros dos, de Basilea.
64. Loeschcke, Trierer Zeitschrift, 14, pág. 97, fig. 3, 5 y zu 5.
65. E. Bianchetti, «I sepolcreti di Ornavasso», en Atti Societá. Archeologia di To-
rino, 6, 1895, lám. 22, 14 (tumba 8).
66. G. H. Me. Fadden, American Journal of Archaeology, 50, 1946, lám. 42, 78.
67. Museo de Ibiza, Núm. de inventario, 0194, 1782, 1845, 2754.
68. P. Quintero Atauri, Memoria 76, Junta Sup. Excav. y Ant., 1924-25, lám. 4 A.

28
otras localidades españolas del litoral Mediterráneo.” Es un tipo que
desaparece en época augústea y que en Haltera ya no se encuentra. En
Pollentia lo observamos ya desde los niveles de fundación.
Este mismo cubilete puede presentar las paredes decoradas. Los prin­
cipales motivos constatados son: decoración puntillada, decoración de
espinas y decoración cordada.

a") Cubiletes con decoración puntillada (fig. 14). — Este motivo


aparece en la variante más antigua, es decir, la de los cubiletes fusifor­
mes, y consiste en puntitos en barbotina, casi siempre dispuestos de la
misma manera: dos líneas paralelas de puntos limitan la decoración en
la parte superior, y a partir de ellas se enlazan semicírculos formando
una especie de guirnalda, dando al conjunto el aspecto de una red. Están
difundidos por todo el Mediterráneo,70 y su presencia en Entremont y en
el pecio del Grand Congloué,71 por una parte, y por otra, en el Agora
de Atenas,72 en un estrato situado encima del nivel de destrucción de
Sila, los fecha en el último cuarto del siglo n a. de J. C. y en el pri­
mero del siglo i a. de J. C.

b') Cubiletes con decoración de espinas (fig. 9, n.° 7). — Este motivo
aparece en la variante más moderna, es decir, los cubiletes de cuerpo
ovoide y borde cóncavo, y consiste en pequeñas líneas en barbotina que
semejan espinas, de donde su nombre. Estos vasos están no sólo difun­
didos por todo el Mediterráneo, sino también por la región alpina,71
y desaparecen a principios del siglo I a. de J. C. Su época de mayor
auge es la segunda mitad del siglo i a. de J. C. En fig. 9, n.° 7, un ejem­
plar de Pollentia procedente de excavaciones anteriores.

b") Cubiletes con decoración cordada (fig. 14). — Este motivo apa­
rece sobre el mismo tipo de cubiletes que el anterior, y consiste en lineas
verticales en relieve con muescas que presentan el aspecto de una cuer-

69. San Miguel de Sorba, Solsona, Tarragona, Sagunto. Cabezo Agudo (Murcia),
Córdoba, Biniali (Mallorca). Véase bibliografía en M. Vegas, ((Difusión de algunas
formas de vasitos de paredes finas», en Reí Cretariae Romanae Fautores, Acta V (en
prensa).
70. Grand Congloué, Entremont, Ampurias, San Miguel de Sorba. Archena. Nu-
mancia, Pollentia, Ibiza, Albintimilium, Vada Sabatia, Roma. Atenas, Aigai (Asia Menor),
Bar!. Para bibliografia, v. nota 69.
71. F. Benoit fecha el pecio del Grand Congloué en el último cuarto del siglo II
a. de J. C. Fecha de destrucción de Entremont, 122 a. de o. C., según Albintúniúum,
pág. 78.
72. Ath, Agora, V, lám. 1, F24. El nivel F es inmediatamente posterior a la des­
trucción de Sila.
73. Ibiza, Vich, San Miguel de Sorba. Solsona, Bibracte, Gergovia. Roma, Albinti­
milium, Ornavasso, necrópolis tesina. Zürich. Fdzbach, Rodgen, Atenas, Ch.pre, Turma
(Sur de Arabia). Para bibliografia, v. nota 69,

29
da. Los hemos encontrado en Pollentia, en Italia74 y en gran número en
los campamentos al norte de los Alpes, de época augústea.'5
Nivel VI. — C/P IX s. n. Fondo plano de vasito ovoide. Barro marrón-rojizo.
Nivel V. — C/P III s. n. Fragmento de cubilete fusiforme (compárese Necró­
polis Ampurias, I, fig. 322).
C/P IV 220. Fragmento de borde (compárese Numantia, IV, lám. 77,
8-9). Diám., 7 cm. Barro marrón-anaranjado.
C/P IV 221. Fragmento de borde cóncavo (compárese Numantia, lá­
mina 77, 1). Diám., 8 cm. Barro gris-marrón; por fuera,
negruzco.
C/P IV s. n. Dos fragmentos de bordes como el anterior.
C/P XI 147. Fragmento de borde cóncavo (compárese Fellmann, lá­
mina 2, 8-9). Barro marrón-rojizo.
C/P XI 276, 332, 153, 276 y 167. Fragmentos de bordes cóncavos. Los
tres primeros, diám., 8 cm.; los otros dos, diám., 12 cm. Además,
doce fragmentos s. n. de bordes cóncavos o en escalón. Barro
rojo, marrón-rojizo y gris (fig. 9, n.‘ 4 y 6).
C/P XI154. Fragmento de borde (compárese Numantia, IV, lám. 77, 4).
Diám., 7,5 cm. Barro rojizo (fig. 9, n.° 1).
C/P XI 285. Parte inferior de vasito ovoide.
C/P XI s. n. Cuatro fondos de cubiletes fusiformes.
C/P XI s. n. Fragmento de vasito con decoración de espinas.
C/P XII 320-321. Dos fragmentos de bordes cóncavos. Diám., 9 cm.
Barro marrón-rojizo; por fuera, gris-marrón.
C/P XII 323 y 326-328. Cuatro fragmentos de bordes cóncavos. Diáme­
tro del último, 10 cm. Barro gris-marrón.
C/P XII 232 y 266. Dos fragmentos de bordes cóncavos. Diám. del úl­
timo, 8 cm.
C/P XH 231 y 264. Dos fragmentos de bordes en escalón. Diám., 8 cm.
Barro marrón-rojizo (fig. 9, n.° 2).
C/P XII 267-268. Dos fragmentos de borde en escalón. Diám. del úl-
timo, 10 cm. Barro marrón-rojizo.
Nivel V-IV. — C/P VII s. n. Fondo cubilete fusiforme.
C/P VII s. n. Dos fragmentos de borde cóncavo. Barro marrón-rojizo;
por fuera, negruzco.
Nivel IV. — C/P I 244. Cubilete de borde cóncavo, cuerpo ovoide y fondo plano.
Diám., 9 cm.; alt, 6 cm. Barro gris-marrón (fig. 9, n.’ 3).
C/P I 243. Fragmento de borde en escalón.
C/P III s n. Fragmento de vaso con decoración de espinas.
C/P VIII 225. Fragmento de borde cóncavo. Barro marrón-rojizo.
74. F. Hiller, Rbmuche Mitteilungen, 69. 1962, pág. 68. fig. 4, 23-24.
75. Oberaden, lám. 28, 31; Banner. Jahrbücher, 122, 1912, lám. 52, 6-7, y lám. 54,
9-11 «Velera?; Saalburg Jahrbuch, 19, 1961. pág. 67, fig. 4, 92 (Ródgen); Jahrbuch
Schvieizerizchen Geceltechaft Urgezchich'.e, 48, 1969-61. lám. 32 A. 5-6 (Filzbach); E. Voor,
Der Lindenhrjj in Zürich «Zürich, 19481, lám. 34, 15-17; J G Bvlltot Fouilles du Mont
Beuvrag (Autun, 18991, lám. 11, 1.

30
C/P VIII 249. Fragmento de borde en escalón. Diám., 10 cm. Barro
gris-marrón-rojizo, borde negro.
C/P XI 115. Fragmento de borde cóncavo, como C/P XI 147. Diáme­
tro, 8 cm. (fig. 9, n.° 5).
C/P XI s. n. Fragmento de vaso con decoración cordada. Barro ma­
rrón-rojizo.
C/P XII s. n. Fragmento de borde cóncavo. Barro gris-marrón.
Nivel III. — C/P III s. n. Fragmento de vaso con decoración de espinas.
C/P IV 180. Fragmento de borde cóncavo. Diám., 10 cm. Barro gris-
marrón.
C/P IV 253. Fragmento de vaso con decoración cordada.
C/P VIII 161. Fragmento de borde en escalón. Diám., 12 cm. Barro
marrón-rojizo.
C/P X s. n. Fragmento de borde en escalón.
C/P X s. n. Fragmento de vaso con decoración de espinas.
C/P XI 47. Fragmento de borde cóncavo como C/P XI 147.
C/P XI 23. Fragmento de fondo y paredes de cubilete ovoide icon
fondo plano. Barro marrón-rojizo.
C/P XII 131. Fondo cubilete fusiforme.
Nivel II. — C/P II s. n. Fragmento de vaso con decoración de espinas.
C/P VIH 128. Fragmento de borde de un vaso con decoración de
pinas. Barro marrón-rojizo claro.
C/P VIII 117. Fragmento de borde en escalón. Diám., 10 cm. Barro
marrón-rojizo.
C/P XII s. n. Fragmento de borde cóncavo.
Nivel I. — C/P XII 26. Fragmento de borde cóncavo. Diám., 10 cm. Barro
marrón-rojizo, borde negruzco (junto con aretina y cam-
paniense).

22. Vasitos de paredes finas, cónicos y cilindricos con borde liso


(fig. 9, n.° 8, y fig. 14). — No conozco hasta ahora ningún ejemplar com­
pleto procedente del Mediterráneo, pero corresponden sin duda a los
cubiletes formas 36, 37 y 39 de Oberaden (fig. 14).:i En Albintimilium se
hallaron varios fragmentos de vasitos cónicos en el estrato VIA." Frag­
mentos de vasitos cónicos o cilindricos se encontraron también en Ru-
sellae (Italia).78 En Pollentia se encuentran en todos los niveles. Inclui­
mos aquí los vasos de Acó, por tratarse de cubiletes más o menos cóni­
cos. El barro varía entre el marrón-rojizo y el marrón-gris, y no poseen
nunca barniz.
Vasitos de este tipo, muy característicos en época augústea. se en­
cuentran difundidos por el Mediterráneo y norte de los Alpes. A los

76. Oberaden, lám. 28.


77. Albintimilium, pág. 70, fig. 29, 40-43.
78. Rómische Mitteilunpen, 69. pág. 72. fig. 5, 44-45 y 54.

31
yacimientos citados deben añadirse Ornavasso,7’ Zürich,80 Neuss.81 Por
lo que se refiere a los vasos de Acó, motivo de muchos estudios, nos
limitaremos a citar el articulo de H. Comfort en la RE con la bibliogra­
fía más importante al respecto.82

Nivel V-IV. — C/P VII s. n. Fragmento de vasito cónico. Barro marrón.


Nivel IV. — C/P III s. n. Fragmento de vasito cilindrico con pie moldurado
y asa. Diám. pie, 7 cm. Barro rojizo por dentro y gris por fuera.
C/P XI 71. Fragmento de cubilete cónico (compárese Albintimilium,
p. 70, fig. 29, 40-42). Diám., 9 cm. Barro marrón-rojizo; por
fuera, pátina cenicienta.
C/P XI 115 y s. n. Tres fragmentos de bordes y paredes de vasitos
cónicos como el anterior.
Nivel III. — C/P II 61. Parte inferior de un vasito de Acó.
C/P VII 104. Fragmento de vasito cónico como C/P XI 71. Barro
marrón-rojizo.
C/P VII s. n. Fragmento de vasito cónico. Barro ocre-gris.
C/P VIII 138. Fragmento de vaso de Acó. Barro gris-marrón.
C/P XI s. n. Fragmento de vasito cónico. Barro marrón-rojizo.
Nivel II. — C/P VI 48. Fragmento de cubilete cilindrico.
C/P VIII 116. Fragmento de cubilete cilindrico con borde de bas­
toncillo. Diám., 7 cm. Barro rojizo (fig. 9, n.° 8).
C/P X s. n. Tres fragmentos de paredes de cubiletes cilindricos con
decoración de ruedecilla.
Nivel I. — C/P I 147. Parte inferior de un vasito cónico con fondo plano.
Barro marrón-rojizo.
C/P I 146. Parte inferior de un vasito cilindrico con fondo plano
(compárese Oberaden, lám. 28, 39). Barro marrón-rojizo.
C/P V 53 y s. n. Parte inferior de dos vasitos cónicos con fondo
plano. Barro marrón-rojizo.
c/p vni s. n. Fragmento de borde de un vasito de Acó.

23. Vasitos ovoides con asa y borde horizontal (fig. 9, n.° 9). —
El fragmentario estado de los mismos en Pollentia, y el no haber en­
contrado paralelos en la bibliografía, hace difícil su catalogación. Sin
embargo, contando con 7 fragmentos de distintos vasos nos hemos deci­
dido a hacer un tipo. Son vasitos ovoides con una asa, que puede ter­
minar en una lengüeta simulando un lazo, y con un corto borde hori-

79. Biancheth, Aui Societá Archeologia di Torino, 6, lám. 21, 6.


80. Voct. Der Lindenhof in Zürich, pág. 163, fig. 33, 14.
81. Las excavaciones y la publicación del campamento romano de Novaesium
(Neuss-Alemania) tienen lugar bajo la dirección de H. von Petrikovits, y su material,
todavía inédito, me es conocido por mi colaboración en la publicación del mismo.
82. Pauly-Wissowa, Real Encyclopadie, Supl. vol. VII. H. Comfort, Terra siflillata,
columnas 1317 s.

32
zontal. El barro es el corriente en Pollentia para los vasitos de paredes
finas, es decir, marrón-rojizo o marrón-gris, superficie bastante rugosa.
Todos los fragmentos encontrados pertenecen a los niveles V y IV; es,
por lo tanto, una forma tardo republicana.

Nivel V. — C/P IV 282. Fragmento de fondo y pared de un vaso ovoide con


restos del asa. Barro marrón.
C/P VIII. 275. Fragmento de vasito ovoide con borde horizontal y asa.
Barro marrón-rojizo.
C/P XI 158 y s. n. Cuatro fragmentos de vasitos ovoides con asa es­
triada y terminada inferiormente por lengüeta o lacito. Barro
marrón-rojizo; por fuera, en parte negruzco (fig. 9, n.° 9).
C/P XI s. n. Fragmento de vaso ovoide con borde horizontal y asa.
Diám., 10 cm. Barro rojizo.
Nivel IV. — C/P VIII 177. Fragmento de borde horizontal. Diám., 7 cm. Barro
marrón-rojizo.
C/P VIII 247. Fragmento de borde horizontal. Diám., 8,2 cm. Barro
marrón-rojizo.

24. Vasitos ovoides decorados con haces de lineas incisas (fig. 14).
— Tienen forma de ollita con borde vuelto hacia afuera, una asa y pa­
redes decoradas con haces de líneas incisas. El barro varía entre marrón-
rojizo y gris, sin barniz. Son característicos del siglo i d. de J. C. y se
encuentran en la región del Mediterráneo occidental: Albintimilium?5
Albenga (fig. 14),81 Roma,85 Badalona,88 Cádiz8’ y Jerez?8 En Pollentia
se encuentran sobre todo en los niveles II y I.

Nivel III. — C/P XI 49. Fragmento de borde y paredes decoradas con líneas
incisas oblicuas. Diám., 8 cm. Barro marrón-rojizo.
Nivel II. — C/P VI s. n. Fondo de vaso.
C/P VIII s. n. Un fragmento de borde y tres fragmentos de paredes.
Barro gris.
Nivel I. — C/P I s. n. Dos fragmentos de paredes.
C/P V 52. Seis fragmentos de paredes. Barro marrón-rojizo.

25. Tacitas de dos asas con cuerpo agallón ado (fig. 14). — La forma
es la misma que la de las tacitas de Surus, pero no es necesario que

83. Albinlimilium, pág. 167, fig. 97, 20.


84. N. Lamboclta, Rivista Ingauna e IntemeUa, 4. 1933, págs. 96 ss„ figs. 27-28.
85. Bullelino Comunale, 68. 1940, pág. 241, fig. 10.
86. Museo Arqueológico de Barcelona, Núm. de inv.. 8025.
87. P. Quintero, Memoria 95, Junta Sup. Excav. y Ant., 1927, lám. 5 A. M. Fer­
„..
nández de Avilés, Archivo Español de Arqueología. 28. 1955. pag. 277, fig 7.
88. M. Esteve. Informes y Memorias 22 de la Comisaria General de Excavaciones
Arqueológicas, 1950, lám. 18 (Asta Regia - Jerez».

33
5
sean una imitación de las mismas, ya que en el pecio del Grand Con-
gloué se han encontrado unos vasos que parecen un precedente del tipo.”
Los fragmentos de Pollentia no permiten la reconstrucción del mismo,
pero otros hallazgos han facilitado la tarea. Queremos detenernos en una
variante muy característica de las mismas: se trata de tazas con dos
asas estriadas terminadas en una lengüeta en su parte inferior y a veces
con dos discos aplicados en su parte superior; el cuerpo es agallonado
y presenta una decoración en la panza consistente en una línea ondula­
da en relieve interrumpida por una ruedecilla; normalmente tienen pie,
pero también pueden presentar un fondo plano. Son de barro fino de .
color claro o rojizo sin barnizar.
Conocemos cuatro ejemplares muy parecidos, que si no son obras
del mismo taller, por lo menos han sido imitados: uno es de Ampurias
(fig. 14),’° otro es de Toulouse,91 otro se conserva en el Museo de las Ter­
mas en Roma92 y, en fin, el cuarto se halla en el Museo de Ibiza.93
Fecha: segunda mitad del siglo i a. de J. C. El tipo de tacita de dos
asas, con cuerpo agallonado y sin la citada decoración, está muy difun­
dido en el siglo I d. de J. C. Baste citar como ejemplos las tazas de Ate­
nas,94 de Haltern93 y de Hofheim.94
Nivel IV. — C/P V 126 bis. Fragmento del cuerpo con asa y fuerte engalle.
Barro gris claro.
26. Boles (fig. 9, n.’ 10-12). — Los boles de paredes finas sin de­
coración no creo aparezcan antes de la época augústea. Poseen fondo
plano, borde liso y, por lo menos en la primera época, una línea incisa
exteriormente hacia el tercio superior del vaso. Se encuentran al norte
de los Alpes,97 en Carnuntum98 y en el Mediterráneo occidental” y orien­
tal.190 El barro es marrón-rojizo o gris-marrón, y la superficie sin puli­
mentar primero, mientras luego llevan casi siempre un barniz, en general,
anaranjado. Su difusión y clasificación en el siglo i d. de J. C. ha sido es-

89. L’épave du Grand Congloué, pág. 109, lám. 16, 1-2.


90. M. Almagro, Necr. Ampurias, II, pág. 54, fig. 13, 2.
91. GaUia, 20, 1962, pág. 576, fig. 32.
92. McFadden, American Journal of Archaeology, 50, 1946, lám. 49, 33823.
93. Museo de Ibiza, Núm. de inv., 0441.
94. Ath. Agora, V, lám. 63, F26.
95. Haltern, lám. 12, 55.
96. Hofheim, lám. 35, 69.
97. Oberaden, tipo 38; Haltern,... tipo 40; Vindonissa, 223-227 (los ejemplares de
Vindonissa presentan sus paredes decoradas). Cuencos sin decoración aparecen también
en la necrópolis tesina:
til tcSina: CCaH.
hr. Simonett’, Tessiner Graberfelder
Sinuarn Graberjeider (Basel, ~
" 1941), pág.
" 45,
*”
fig. 20, 3; pág. 47, fig. 22, 4; pág. 48, fig. 23, 2; pág. 52, fig. 29,
98. r'n-ri^thia,
qr Carinthia, I, 149, 1959,pág. 90, fig. 90, 2-3.
99. Necr. Ampurias, II, pág. 172, fig. 144, 4. En el Museo de Alcudia, se encuentran
también algunos ejemplares. Romische Mitteilungen, 69, pág. 72, fig. 5, 51 (Rusellae).
100. American Journal of Archaeology, 50, lám. 42, 81-82.

34
tudiada por E. Ettlinger.101 En la fig. 9, n.° 10, puede verse un ejemplar
de Pollentia, procedente de excavaciones anteriores.
Estos boles pueden presentar también sus paredes decoradas con
diversos motivos, y a ellos se refiere asimismo E. Ettlinger en la obra
que acabamos de citar. En Pollentia hemos encontrado hasta ahora sólo
dos de estos motivos: decoración de ruedecilla y paredes arenosas.
La decoración de ruedecilla se encuentra esporádicamente en época
republicana103 y sobre todo a partir de la primera época augústea,103
apareciendo también a menudo en tacitas de dos asas.103 bls Los boles
de paredes arenosas se encuentran en todo el Imperio romano, segura­
mente desde la época de Tiberio, y desaparecen en la segunda mitad
del siglo i d. de J. C. Se fabrican en un gran número: en Vindonissa
se han encontrado 150 ejemplares,101 la mayoría barnizados. Los ejem­
plares de Pollentia, por el contrario, no tienen casi nunca barniz.

Nivel IH. — C/P VI 83. Fragmento de borde con dos aritos en relieve y
decoración de ruedecilla. Diám., 13 cm. Barro marrón-rojizo
(fig. 9, n.’ 11).
C/P VIII 162. Fragmento de borde de un bol, con paredes lisas (com­
párese Haltera, tipo 40). Diám., 13 cm. Barro marrón-rojizo,
C/P XII s. n. Fragmento de pared de un vaso con decoración de
ruedecilla.
Nivel II. — C/P IV s. n. Fragmento de borde. Diám., 7,5 cm. Barro marrón-
rojizo.
C/P V 77. Fragmento de borde. Diám., 9 cm. Barro rojizo; por fuera,
gris oscuro.
Nivel I. — C/P I s. n. Fragmento de bol con paredes arenosas.
C/P IV s. n. Tres fragmentos de paredes y un fondo de bol con pa­
redes arenosas.
C/P V 29. Fragmento de bol con paredes arenosas. Diám., 10 cm.
Barro marrón-rojizo.
C/P VIII 10. Fragmento de fondo de bol liso. Diám. inferior, 4 cm.
Barro gris oscuro, barniz negro.
C/P VIII 12. Fragmento de borde de bol decorado con rombos en
relieve (compárese Vindonissa, 229). Barro ocre claro, barniz
anaranjado (fig. 9, n.° 12).

30. Ungüentamos (figs. 10 y 13). — Recipientes de tocador, encon­


trados también muy a menudo en tumbas y que contenían ungüentos y
101. Vindonissa, págs. 38 y 54.
102. Necr. Ampurias, II, pág. 410.
pág. 72. figs. 5, 34. 38. 39. 42.
103. Rómische Mitteilungen. 09. f~
103 bis. Noticiario Arqueológicoi Hispánico. 2, 1953. lám. 103, tacita de Elche con
decoración de rombos en relieve.
104. Vindonissa, pág. 38.

35
perfumes. Existen dos tipos. El primero, de pie alto, cuerpo fusiforme y
largo cuello (Haltern tipo 30), es característico de los siglos u y i a.
de J. C„ y deriva de formas más antiguas de los siglos iv y ni, con cuerpo
más redondo y más corto.105 Para ungüentarlos de este tipo en época
helenística, vid. Vindonissa, p. 52, 237. En Numancia 100 y en el estra­ í
to VI B de Albintimilium •” se encuentran también. En época augústea

Fig. 10. — N." 1, 2 y 3, tipo 30 a, y n.° 4, tipo 30 b (1:3).

vive todavía (Oberaden, Haltern)1011 y se encuentran cuatro ejemplares


en Vindonissa,1011 que deben pertenecer a la primera época del cam-
pamento.
La otra forma (Haltern tipo 31) (fig. 13) es piriforme sobre fondo
plano, y vive desde la época augústea hasta mediados del siglo i d.
de J. C.,llu fecha en que es desplazado por los ungüentarios de vidrio.
En Pollentia, confirmando esta datación, se encuentran sólo a partir de
la época augústea final.
El barro es el mismo para los dos tipos: fino, de color ocre, y pre­
senta a menudo el interior, borde y cuello por la parte de fuera cubiertos
de un engobe marrón-negruzco.

Tipo 30 a: Nivel V. — C/P XI 244. Parte inferior de un ungüentarlo. Barro


ocre claro (fig. 10, n.° 3).

105. Necr. Ampurias, I, págs. 396 s.


106. Numantia, IV, lám. 76, 8-9.
107. Albintimilium, pág. 94, fig. 45, 34.
108. Oberaden, lám. 27, 28; Haltern, lám. 11, 30.
109. Vindonissa, 237.
110. Oberaden, lám. 27, 29; Haltern, lám. 11, 31; Vindonissa, 236. De mediados del
siglo I d. de J. C., ungüentarios de Ampurias: Necr. Ampurias, II, pág. 407.

36
C/P XI s. n. Fragmento de borde.
C/P XII 338. Boca y cuello. Diám. interior, 3,5 cm. (fig. 10, n.° 2).
C/P XII s. n. Dos fragmentos de pies.
Nivel IV. — C/P VIII 244. Pie.
Nivel III. — C/P VIII 149. Pie. Barro ocre.
Nivel II. — C/P I 216. Ungüentarlo completo. Diám. boca, 2 cm. Long. 16,5
centímetros. Barro ocre, borde y cuello cubiertos de un engobe
marrón rojizo oscuro (fig. 10, n.° 1).
C/P VIII 130. Pie Diám., 3 cm. Barro ocre oscuro.
Nivel I. — C/P V 15 bis. Fragmento de borde y cuello de un gran ungüen­
tarlo (ejemplares semejantes en- Atenas: Ath. Agora,
lám. 2, F 48, y en Neuss). Diám. interior, 4,5 cm. Barro ocre.
El interior y el borde, cubiertos de una espesa capa de engobe
negro.
Tipo 30 b: Nivel II. — C/P V 85 bis. Borde y fragmento de cuello. Diám., 4,5
centímetros. Barro ocre oscuro (fig. 10, n.° 4).
C/P VI 71. Fondo de ungüentarlo. Diám., 1,8 cm. Barro marrón claro.
C/P VI s. n. Fragmento de cuello. Barro ocre.
Nivel I. — C/P I 48. Fragmento de borde y cuello. Diám., 2,5 cm. Barro
marrón claro.
C/P IH s. n. Fragmento de borde.
C/P VI s. n. Fragmento de cuello. Barro ocre oscuro.

50. ánforas vinarias tipo Dressel 1 (fig. 11, n.’ 1-3). — Es el tipo
corriente de ánfora vinaria en los siglos n y i a. de J. C. Su tipología y
cronología han sido estudiadas por Lamboglia.111 La forma Llamada por
él Dressel 1 A, conocida también como «ánfora de Marsella», por haber
sido encontrada en gran cantidad en el pecio del Grand Congloué. frente
a Marsella,112 domina en el siglo n a. de J. C. y perdura todavía en el
siglo i, pero va siendo poco a poco reemplazada por las formas Dres­
sel 1 B y 1 C, cuya última etapa de perduración está representada por
la forma Oberaden 77, de época augústea.
La forma Dressel 1 A, con borde de sección triangular, cuello cilin­
drico, hombros carenados, cuerpo achaparrado y asa larga un poco
arqueada la encontramos en Numancia,113 en Albintimilium en los es­
tratos VI B y VI A 111 y, como ya hemos dicho, en el pecio del Grand
Congloué. Por lo que se refiere a la pasta, no es siempre la misma:
mientras las ánforas del Grand Congloué son de color rojo con mica, las

111. N. Lamiioglia, Cronología anjore romane.


112. l.’rparc du Grand Congloué, púg. 37. lám. 2. y pág. 43, lám. 3.
113. Numantia, IV» lám. 73.
114. Cronología anfore romane, págs. 232-260, flgs. 8-16.

37
de Albintimilium son de color rosa-ocre; en Pollentia se encuentran
ambas clases de barro.
La forma Dressel 1 B es la que domina en la nave de Albenga, de
donde el nombre que le da Lamboglia, de «ánfora de Albenga»; su
borde es vertical, cuello ligeramente troncocónico, hombros carenados
y cuerpo fusiforme (fig. 11, n.° 3). La forma Oberaden 77 coincide con
ella y se encuentra también en Camulodunum,115 pero ya no en Hofheim.
Su barro es también rosa-ocre o rojizo, por lo menos en Pollentia;
Lamboglia no da indicaciones del mismo en su artículo sobre la nave
de Albenga. En Oberaden es rojizo, con mucha mica.'10
La forma Dressel 1 C, mucho más fusiforme y con carena poco
pronunciada, es contemporánea de la 1 B y difícil de distinguir sólo por
fragmentos de borde.
La forma Dressel 1 A se encuentra en Pollentia en los niveles más
antiguos, y la otra forma en los niveles III y II.

Nivel V. — C/P IX s. n. Fragmento de borde forma Dressel 1 A.


C/P III s. n. Fragmento de borde forma Dressel 1 A.
C/P IV 236. Fragmento de borde forma Dressel 1 A. Diám., 11,5 cm.
Barro marrón-rojizo, superficie ocre-amarillenta.
C/P IV 313. Fragmento de borde forma Dressel 1 A. Diám., 14 cm.
Barro marrón-rojizo, superficie blancuzca (fig. 11, n.° 2).
C/P IV 322. Fragmento de borde forma Dressel 1 A. Barro rosa-ocre.
Nivel IH. — C/P II s. n. Fragmento de borde Dressel 1 B.
C/P V 103. Fragmento de borde Dressel 1 A. Barro marrón-rojizo,
con mucha mica.
C/P VI 86. Fragmento de borde Dressel 1 B. Diám., 14 cm. Barro
rosa-ocre (fig. 11, n.° 3).
Nivel H-I. — C/P n s. n. Fragmento de borde Dressel 1 B. Barro ocre.
Nivel I. —C/P XII 13. Fragmento de borde Dressel 1 A. Diám., 16 cm. Barro,
rosa-marrón. (Este fragmento aislado en un nivel I debe acha­
carse a tierras removidas más que a una supervivencia del
tipo; en el cuadro XII, además, hay un nivel I con sólo
aretina y campaniense.) (Fig. 11, n.° 1.)

51. Anforas vinarias tipo Dressel 3 (fig. 11, n.‘ 4-6, y fig. 13). —Este
tipo, que según Lamboglia se encuentra ya en el siglo n a. de J. C.,u’
tiene su precedente en el ánfora rodia.110 Consta de borde de bastoncillo,
cuello cilindrico más o menos largo y asa bífida. Corresponde a los tipos

115. C. F. C. Hawkes y M. R. Hmx, Camulodunum, lám. 69, 181.


116. Oberaden, pág. 83.
117. Cronología anfore romane, págs. 263 s.
118. L’épave du Grrand Congloué, pág. 33, lám. 1, 1-3.

38
II

1 63 2

<®r-

I 3
)

'4

?5 wg
11
t 6

U

77 8

(
))■’
10
Fig. 11. - N.' 1 y 2, tipo 50 a; n.° 3, tipo 50 b; n.‘ 4, 5 y (6, tipo 51; n.« 7, 8 y 9, tipo 52;
n.° 10, tipo 53. y n.° 11, tipo 55i (1:3).
>o 53,

Oberaden 78 y 78 A.11’ Durante el siglo i d. de J. C. esta forma está muy


en boga; la encontramos en Haltern (fig. 13), Camulodunum y ya evo­
lucionada en Vindonissa y Pompeya.120 En Ventimiglia se encuentra en-
119. Oberaden, lám. 36, 78-78 A.
120. Haltera, lám. 13, 66; Camulodunum. lám. 70, 182-183; VindonuM, 589. Para
Pompeya, CIO, IV, Supl., lám. 1. XII-XIII.

39
tre 130 y 30 a. de J. C.1” En Pollentia la encontramos en todos los ni­
veles, y algunos fragmentos del nivel I pertenecen a formas evolucionadas
postaugústeas. Sin embargo, no llegan seguramente hasta fines del siglo i
d. de J. C. El barro es generalmente rojo, con mica y cristales diversos.

Nivel V. — C/P XI s. n. Fragmento de borde. Barro rojizo.


Nivel IV. — C/P VI 102. Fragmento de asa bífida.
C/P X 141. Fragmento de borde. Barro rosa-marrón.
C/P XI 75. Fragmento de borde. Diám., 10 cm. Barro ocre-verdoso.
Nivel III. — C/P IV 182. Fragmento de borde. Diám., 14 cm. Barro rojizo con
mucha mica.
Nivel II. — C/P II s. n. Dos fragmentos de bordes. Barro rojizo.
C/P VI 52. Fragmento de borde y asa. Diám., 13 cm. Barro marrón-
rojizo (fig. 11, n.° 4).
C/P VIII s. n. Fragmento de borde. Diám., 14 cm. Barro rojizo.
Nivel I. — C/P IV s. n. Tres fragmentos de bordes de diversas ánforas. Diá­
metro, 14 cm. Barro rojizo con mica.
C/P V 19. Fragmento de borde. Diám., 12 cm. Barro marrón-rojizo
(fig. 11, n.° 5).
C/P V 40. Fragmento de borde (compárese Vindonissa, 594). Diá­
metro, 16 cm. Barro rosa-marrón.
C/P IX 31. Fragmento de borde y asa (fig. 11, n.° 6).

52. Anforas para salsa tipo Dressel 7-Oberaden 80-81 (fig. 11,
n.“ 7-9. y fig. 13). — Se trata del ánfora Dressel 7 de la nueva clasificación
de Lamboglia.1" El borde está inclinado hacia afuera, el paso del cuello
al cuerpo no está acentuado y el cuerpo es ovoide; asa con un surco en el
medio. El barro es generalmente de un color ocre-amarillento muy claro,
con una punta de verde. Es un tipo de ánforas para salsas —garum,
liquamen,'-3—, que comienza en época augústea y pervive durante el
siglo i d. de J. C. Se encuentra en Oberaden, en Haltern (fig. 13) y en
Neuss,124 en Camulodunum,125 en Vindonissa y en Pompeya.126 No ha
sido constatado hasta ahora en ningún yacimiento republicano. Si bien
en Pollentia casi todos los ejemplares se encontraron en el nivel augústeo
y posterior, debo hacer constar que dos fragmentos se hallaron en el
nivel V (el nivel V del cuadro III está, sin embargo, mezclado, pues se
encuentra también algo de aretina).

121. Cronología anfore romane, pág. 254, fig. 10, abajo; pág. 259, fig. 15, abajo;
pág. 260, (7fig. 16, cuarta lí»
a 117 línea.
122. Cronología
’ anfore romane, pág. 243.
123. Oberaden, pág. 99.
124. Oberaden, lám. 37, 80-81; Haltern, lám. 13, 69.
125. Camulodunum, lám. 72, 186 A.
126. Vindonissa, 586-588. Para Pompeya, CIL, IV, Supl., lám. 1, VII.

40
Nivel V. — C/P III s. n. Fragmento de borde.
C/P IX s. n. Fragmento de borde. Barro ocre-verdoso.
Nivel IV. — C/P IX s. n. Fragmento de borde. Barro ocre-verdoso.
C/P VI 111. Fragmento de borde (compárese Cronología anfore ro­
mane, p. 253, fig. 10, en el recuadro de abajo a la derecha),
seguramente precedente del tipo Oberaden 80-81. Diam., 20 cm.
Barro marrón-rojizo, con una capa ocre verdosa (fig. 11, n.° 8).
Nivel III. — C/P VII s. n. Tres fragmentos de bordes. Barro amarillo-verdoso.
C/P VII s. n. Dos fragmentos de bordes. Barro amarillento.
Nivel II. — C/P III s. n. Dos fragmentos de bordes.
Nivel I. — C/P I 151. Fragmento de borde. Diám., 16 cm. Barro ocre claro
(fig. 11, n.° 7).
C/P V 20. Fragmento de borde. Barro ocre-verdoso.
C/P V 57. Fragmento de borde. Diám., 20 cm. Barro marrón-rojizo.
C/P V 58. Pivote.
C/P VIII s. n. Fragmento de borde. Barro rojizo, superficie ocre-gris.
C/P XI 6. Fragmento de borde. Barro ocre-verdoso (fig. 11, n.° 9).
53. Anforas olearias tipo Dressel 20 - Oberaden 83 (fig. 11, n.° 10,
y fig. 13). — Anfora de cuerpo ovoide y chato, cuello corto y ancho, asa
pequeña y borde de bastoncillo. Este tipo ha sido por Loeschcke descrito
como continente de aceite y olivas.127 Goza de una larga vida: se en­
cuentra en Numancia,128 en Oberaden, en Haltera122 (fig. 13), en Vin-
donissa130 e incluso durante los siglos in y iv en Niederbieber y en
Alzei.131 Pelichet ha estudiado las distintas variaciones del borde durante
la época imperial a base de las ánforas de Nyon.132
En los. siglos v y iv a. de J. C. existían ya ánforas semejantes, de
tamaño algo menor.133 Lamboglia opina que sus pequeñas dimensiones
prueban por si solas que este tipo no estaba destinado al comercio del
vino. El barro, en Oberaden es marrón, en Vindonissa rojo pálido o ama­
rillento.
De los bordes que poseemos, dos pertenecen con toda seguridad
a este tipo.
Nivel I. — C/P V 37. Fragmento de borde (compárese Albintimilium, p. 126,
fig. 66, 56; Vindonissa, 584).
C/P V 38. Fragmento de borde (compárese Oberaden, lám. 35, 83).
Diám., 15 cm. Barro marrón-rojizo (fig. 11, n.° 10).
127. Oberaden, pág. 103.
128. Numantia, IV, lám. 74, 2.
129. Oberaden, lám. 35, 83; Haltern, lám. 13, 71.
130. Vindonissa, 584.
131. Oelmann, Die Keramik des Kastells Niederbieber, pág. 66. fig. 48. 1. W. Usvek-
zagt, Die Keramik des Kastells Alsei (Frankturt, 1916', lám. 2, 22.
132. E. Pelichet, Zeítschrift für Schuwuerische .Archdologie and Kunstgeschichte,
8, 1946, pág. 191, fig. la- . „ . „„„ „ „„
133. La nave di Albenga. Appendico II. pag. y ng. 88.

41

6
55. Anforas con fondo plano tipo Dressel 28 (fig. 11, n.° 11). — El
perfil del borde nos induce a clasificar algunos restos encontrados dentro
del grupo de las ánforas que reposan sobre un pie anular, en lugar de
terminar en pivote puntiagudo como las hasta aquí tratadas. Este tipo de
ánforas estaba ya en uso, según Lamboglia, desde finales del siglo n -
principios del siglo i a. de J. C., y se ha encontrado en la nave de Al-
benga.134 Los tipos 74-75 de Oberaden están emparentados con él, y de
Vindonissa es un ejemplar fechado en el siglo i d. de J. C.133 Un frag­
mento de Albintimilium 136 debe de pertenecer también a este tipo y ha
sido encontrado en un pozo fechado en época flavia. El barro varía del
ocre al marrón claro o marrón rojizo.

Nivel II-I. — C/P II s. n. Fragmento de borde. Barro marrón-rojizo.


Nivel I. — C/P V 39. Fragmento de borde. Diám., 14 cm. Barro ocre oscuro.
C/P V 56. Fragmento de borde (compárese Albintimilium, p. 126,
fig. 66, 59). Diám., 12 cm. Barro marrón-rojizo (fig. 11, n.° 11).
C/P VIII 18-19. Dos fragmentos de bordes. Diám., 14 y 16 cm., respec­
tivamente. Barro marrón-rojizo.
60. Tapaderitas de ánforas (fig. 12, n." 1-4). — a: Tapaderas de peque­
ño tamaño, muy planas e irregulares, que terminan en un pequeño pivote
que en ocasiones está agujereado. El barro es muy fino y claro, como el de
las ánforas, de color ocre-verdoso. En la bibliografía alemana se conocen
bajo el nombre de «Honigtopfdeckel» (tapaderas de urceus), y se encuen­
tran a menudo al norte de los Alpes,1”’ en yacimientos del siglo i d. de
J. C. Su material, así como su diámetro, nos inclina a considerarlas como
tapaderas de ánforas, y se ha encontrado, además, una de ellas tapando
una ánfora de salsa en el pecio del Titán.138 En todo caso son tapaderitas
para cerrar vasijas de provisiones, ya sean ánforas, urcei, etc. En Pollen-
tia se encuentran ya en los niveles republicanos, escaseando en los más
modernos.
b: Otra clase de tapaderas de ánforas son los discos de barro o de. cal,
con signos en su parte superior (fig. 12, n.° 4). Se han encontrado en
gran número en el Mediterráneo,133 y llegan hasta Carnuntum (Aus­
tria).1*3 Son muy irregulares y la decoración es muy variada, tratándose

134. Cronología anfore romane, págs. 265 s., fig. 22.


135. Vindonúsa, 581.
136. Albintimilium, pág. 126, fig. 66, 60.
137. Haltem, pág. 235. Vindonissa, 114. E. Ettlincer, Die Keramil: der Augster
Thermen (Basel, 19491, lám. 18, 12. R. Fulmann, Basel in rómischer Zeit, pág. 106,
lám. 11, 29-31.
138. F. Besoit, Gallia, 14, 1956, pág. 24, fig. 1, 13.
139. F. Benoit, ‘L’archéologie sous-marine en Provence’. Riv. Studi Liguri, 18, 1952,
pág. 275 ss., figs. 38, 39, 41, 43, 45 y 46. Véanse, además, Gallia, 6. pág. 213; Calila, 8,
pág. 129; Gallia, 14, pág. 224; Gallia, 16, págs. 27-28 y 31.
140. Carin'hia, I, 149, 1959, pág. 85, fig. 89.

42
seguramente de la marca del propietario: a veces son letras; otras,
imitaciones de letras, signos geométricos, etc. En cuanto a su datación,
se han encontrado algunos en el Grand Congloué 141 y, según Benoit,
también en ánforas de baja época.142 De Pollentia poseemos un solo
ejemplar.

giR Z
1
i I
I
4
I
I
I
2 I

Fig, 12. — N." 1, 2 y 3, tipo 60 a; n.° 4, tipo 60 b, y n.« 5 j 6, tipo 61 (1 : 3).

Nivel VI. — C/P XI 300. Tapaderita. Diám., 7,5 cm. Barro amarillo-verdoso.
Nivel V. — C/P II s. n. Tapaderita. Barro ocre.
C/P XI 172. Tapadera plana. Diám., 9,4 cm.
C/P XI s. n. Dos fragmentos de tapaderas, una ocre y la otra rojiza
y bastante gruesa.
C/P XII 279 y 214. Dos tapaderitas. Barro ocre claro, con una punta
de verde.
Nivel IV. — C/P VI 104. Fragmento de tapadera. Diám., 10 cm. Barro ocre
oscuro.
C/P VI 110. Fragmento de tapadera bastante gruesa. Diám., 10 cm.
Barro rojizo.
C/P VII s. n. Tapaderita. Barro ocre.
C/P VIH 186. Tapadera casi completa. Diám., 10 cm. Barro ocre.
C/P VIII s. n. Fragmento de tapadera. Diám.. 8 cm. Barro gris-ocre.
C/P XII 67. Tapadera irregular, bastante gruesa. Diám.. 12 cm. (fi­
gura 12, n.° 1).
141. L’épave du Grand Conploué, pág. 54 s., figs. 49-54.
142. Benoit, ‘L’archéologie sous-marine en Provence', loe. clt., pág. 281.

43

O

tipos
10 c»r).
P1
t10b
o

t.51

t53 t52 t.30b

rsssssssssSSsrsrSSSSSA

tipos15-16
Fig. 13. — Tipo 6, según Mem. J. S. E. A. Los restantes tipos, según Haltern.
(Tipos 15-16 y 30 b„ a 1:3; tipo 10 b, a 1: 6; las ánforas, a 1:12.)

44
Nivel III. — C/P VII s. n. Dos tapaderitas. Barro ocre.
C/P XII 146. Tapaderita. Diám., 8,6 cm. Barro amarillo-verdoso (fi­
gura 12, n.° 2).
C/P XII 147. Tapadera de ánfora en forma de disco, con pivote y
signos geométricos alrededor del mismo. Diám., 10,4 cm. Barro
ocre (fig. 12, n.° 4).
Nivel II. — C/P VI 73. Tapaderita. Diám., 8 cm. Barro ocre (fig. 12, n.° 3).
Nivel I. — C/P VI 63-65. Tres tapaderitas de la misma forma y tamaño. Diá­
metro, 8,5 cm. Barro ocre claro.

61. Tapones de ánforas (fig. 12, n.' 5-6). — Estos objetos, en forma
de botellita piriforme, están hechos del mismo material que las ánforas
y se usaban, según parece, como tapones de las mismas. Loescheke ha
hecho una reconstrucción de su modo de empleo,113 que encuentra una
confirmación en el hallazgo de la nave de Albenga, donde tres ánforas
estaban tapadas con una piña incrustada en un redondel de corcho,111
es decir, el mismo procedimiento de cierre. Bajo las «amphorisques»
tratadas por Benoit113 — y una de las cuales ha sido encontrada en el
cuello de un ánfora en la villa romana de Saint-Cyr-sur-Mer—, y de
las que desgraciadamente no publica ninguna fotografía ni dibujo, de­
bemos ver sin duda nuestros tapones. El barro es ocre claro, a veces con
un matiz verde.
El tapón más antiguo que conozco es el ejemplar de Petrisberg (Tré-
veris), que pertenece a la primera época augústea.118 Durante el siglo I
d. de J. C. su empleo se generaliza; en Vindonissa se encontraron va­
rios.113 Los ejemplares de Pollentia y de Albintimilium son también del
siglo i d. de J. C.118 Con algunas variaciones se hallan desde el occidente
del Mediterráneo hasta Panonia.11’ En una tumba de Ampurias había
uno de estos objetos,130 lo que hace pensar en un reempleo del mismo
seguramente como ungüentario.

Nivel I. — C/P IV 11. Borde y cuello de un tapón. Diám., 5 cm. Barro ocre
claro (fig. 12, n.° 6).
C/P IV 13-14. Tapón de ánfora (falta sólo el pivote). Diám.. 5,4 cm.;
largo, 14 cm. hasta la rotura. Barro ocre-verdoso (fig. 12. n.° 5).

143. S. Loeschke, Trierer Zeilschrift, 14, 1939, pág. 103. fig. 7. 45 y zu 45.
144. La nave di Albenga, pág. 155, fig. 18.
145. Benoit, ‘L’archéologie sous-marine en Provence’, loe. cit., pág. 281.
146. Loeschcke, Trierer Zeitschrift, 14, pág. 111 s.
147. Vindonissa, 590.
>ág. 184. fig. 107. 18.
148. Albintimilium, pág. 122, fig. 63. 39; pág.
149- K. Sz. Póczy, ‘Keramik’, en Intercisa, —, n, ^Budapest, 19571, pág. 60,
fig. 42, 71.
150. Necr. Ampurias, n, pág. 146, fig. 112, 22.

45
t.2lb"

t.21

t.25
Fig. 14. — Tijipos 21 b" y 22, según Oberaden, a 1: 2. Tipo 24, según Lamboglia.
í (a'> y 25, según Almagro, a 1 : 3 y 1:2, respectivamente.
Tipos 21

46
LISTA DE ABREVIATURAS BIBLIOGRAFICAS

M. Almagro, Las necrópolis de Ampurias, vol. I (Barcelona, 1953) = Necr. Am­


purias, I, y vol. II (Barcelona, 1955) = Necr. Ampurias, II.
F. Benoit, L’épave du Grand Congloué a Marseille, Supp. 14 á Gallia, 1961 =
L’épave du Grand Congloué.
Corpus Inscriptionum Latinorum — CIL.
E. Ettlinger y Ch. Simonett, Romische Keramik aus dem Schutthügel pon
Vindonissa, Basel, 1952 = Vindonissa.
C. F. C. Hawkes y M. R. Hull, Camulodunum (Oxford, 1947) = Camulodunum.
K. Koenen, «Die Keramik aus den Lagem des Scipio und den Lagem bei
Renieblas», en A. Schulten, Die Ergebnisse der Ausgrabungen 1905-1912,
vol. IV. Die Lager bei Renieblas (Munchen, 1929) = Numantia, TV.
N. Lamboglia, «Sulla cronología delle anfore romane di etá republicana»,
Riu. Studi Liguri, 21, 1955, p. 241 ss. = Cronología anfore romane.
N. Lamboglia, Gli scavi di Albintimilium e la cronología della cerámica romana
(Bordighera, 1950) = Albintimilium.
N. Lamboglia, «La nave romana di Albenga», Rivista di Studi Liguri, 18, 1952,
p. 131 ss. = La nape di Albenga.
S. Loeschcke, «Die romische und die belgische Keramik aus Oberaden», en Das
Rbmerlager in Oberaden, vol. II (Dortmund, 1942) = Oberaden.
S. Loeschcke, «Keramische Funde in Haltern», Mitteilungen der Altertums-
kommission für Westfalen, 5, 1909, p. 103 ss. = Haltern.
E. Ritterling, «Das frührómische Lager bei Hofheim i. T.», Annalen des Ve-
reins für Nassauische Altertumskunde und Geschichtsforschung, 40, 1912 =
Hofheim.
H. S. Robinson, Pottery of the Román Period. Chronology. The Athenian Agora,
vol. V (Princeton, 1959) = Ath. Agora, V.

47
ÍNDICE
Páginas
Material estudiado 5
Tabla con los niveles de las excavaciones de Pollentia con materiales
de valor cronológico 6
Criterios de clasificación y nomenclatura 10
Tipo 1. Ollas con el borde vuelto hacia afuera 11
Tipo 2. Ollas con borde almendrado 13
Tipo 6. Cuencos con bordes varios 14
Tipo 7. Cuencos con fondo estriado 16
Tipo 10. Morteros 19
Tipo 11. Platos con borde bífido 21
Tipo 15. Fuentes con barniz interior rojo-pompeyano 22
Tipo 16. Tapaderas para fuentes con barniz ídem 25
Tipo 20. Copitas 25
Vasitos de paredes finas 27
Tipo 21. Cubiletes con borde cóncavo 27
a) Cubiletes con decoración puntillada 29
b') Cubiletes con decoración de espinas 29
b") Cubiletes con decoración cordada 29
Tipo 22. Vasitos de paredes finas cónicos y cilindricos con borde liso. . 31
Tipo 23. Vasitos ovoides con asa y borde horizontal 32
Tipo 24. Vasitos ovoides decorados con haces de lineas incisas. . . . 33
Tipo 25. Tacitas de dos asas con cuerpo agallonado 33
Tipo 26. Boles 34
Tipo 30. Ungüentarlos 35

49
Pagina a

Tipo 50. Anforas vinarias tipo Dressel 1.............................................. . 37


Tipo 51. Anforas vinarias tipo Dressel 3.............................................. . 38
Tipo 52. Anforas para salsa, tipo Dressel 7-Oberaden 80-81. . . . 40
Tipo 53. Anforas olearias tipo Dressel 20-Oberaden 83.................. . 41
Tipo 55. Anforas con fondo plano tipo Dressel 28........................... . 42
Tipo 60. Tapaderitas de ánforas........................................................... . 42
Tipo 61. Tapones de ánforas............................................................... . 45
Lista de abreviaturas................................................................................. . 48

50
INSTITUTO DE ARQUEOLOGÍA Y PREHISTORIA
UNIVERSIDAD DE BARCELONA

PUBLICACIONES EVENTUALES

1. I Symposium de Prehistoria Peninsular (septiembre de 1959), bajo la


dirección del Dr. D. J. Maluquer de Motes y la colaboración de los doctores:
A. Arribas, A. Beltrán, A. Blanco, J. M? Blázquez, E. Cuadrado, D. Fletcher,
M. Fusté, F. Jordá, P. de Palol, E. Ripoll, M. Tarradell y F. Watemberg.
Pamplona, Institución «Principe de Viana», 1960, 334 págs., con numerosas
figuras y láminas. Precio, 400 ptas.

2. J. Maluquer de Motes, A. M.“ Muñoz y F. Blasco, Cata estratígráfica


en el poblado de La Pedrera (Vallfogona de Balaguer, Lérida). Barcelona, 1960,
80 págs, con 21 figs. y VI láms. Precio, 40 ptas.

3. J. Maluquer de Motes, Nuevos hallazgos de la cultura del Vaso Cam­


paniforme en la Meseta. Barcelona, 1961. 16 págs., con 5 figs. y VII láms.
Precio, 25 ptas. (Agotado.)

4. II Symposium de Prehistoria Peninsular (Problemas de la Prehistoria


y Arqueología Catalanas). Octubre de 1962, bajo la dirección del Dr. D. Juan
Maluquer de Motes y la colaboración de los doctores: A. Arribas, A. Balil,
J. Barbera, A. Beltrán, J. M.“ Blázquez, A. Fort, M. Fusté, S. Llobet, R. Martin,
A. M." Muñoz, P. de Palol, R. Pascual, P. Pericay, M. Riu, G. Trias, M. Tarra­
dell y F. Villalta. Barcelona, 1963. 300 págs., con 2 mapas y IX láms. Precio.
400 ptas.

5. A. M? Muñoz, De Coroplastia Ibérica: I. Los Pebeteros con represen­


tación de cabeza femenina. Barcelona, 1963. Precio, 100 ptas.

6. G. Rosselló Bordoy, El Túmulo escalonado de So'n Oms (Palma de


Mallorca). Barcelona, 1963. Precio, 100 ptas.

7. J. Maluquer de Motes, Ñolas sobre la cultura megalitica navarra.


Barcelona, 1964. Precio, 150 ptas.

8. M. Vegas, Clasificación tipológica preliminar de algunas formas de la


cerámica común romana. Barcelona, 1964. Precio, 100 ptas.

También podría gustarte