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LA ICONOGRAFÍA DE SAN JUAN NEPOMUCENO EN ANDALUCÍA (I):
LAS ESCULTURAS
J L R T
Conservador del Patrimonio Histórico. Consejería de Cultura, Junta de Andalucía
an Juan Nepomuceno (Jan Nepomucký) fue un sacer-
S dote que vivió en la segunda mitad del siglo y mu-
rió martirizado el 20 de marzo de 1393 por negarse a
romper el secreto de confesión ante los interrogatorios del
rey Wenceslao de Luxemburgo, que quería conocer la infide-
lidad de la reina, de la que era confesor. Entre otros castigos
le cortaron la lengua y fue arrojado al río Moldava desde el
puente Carlos de Praga1. La hagiografía del santo difundi-
da por el jesuita Boleslao Balbín en 1670 recoge numerosas
falsedades que han sido anuladas por el Vaticano en 1961.
Fue beatificado en 1721 y canonizado ocho años después. El
santo recibió culto en las catedrales españolas, en las igle-
sias de congregaciones religiosas (jesuita, filipense, etc.) y
especialmente en iglesias parroquiales. Su culto alcanzó gran
veneración en España, siendo nombrado patrono del Cuerpo
de Infantería de Marina en 1758.
La difusión de la iconografía de este santo en España ha
sido estudiada por los historiadores Pavel Stepánek, Raquel
Sigüenza Martín y Antonio Barrero, y por otros que hemos
realizado aportaciones puntuales2.
1 Angustias de Cabra (Córdoba).
R , Louis: Iconografía del Arte Cristiano, t. 2, vol. 4. Barcelona, 1997,
pp. 200-202.
2
S , Pavel: «San Juan Nepomuceno en el arte español y novohispano»,
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6, 1990, pp. 11-53. S , Pavel: «Repercusiones del arte andaluz
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Por
I
La imagen de San Juan Nepomuceno, que algunos historia-
dores confunden con San Francisco Javier3 o San Cayetano4,
es la de un sacerdote de pie o ligeramente arrodillado que se
abraza o contempla una cruz, lleva bonete y sotana negros,
sobrepelliz blanco y muceta de armiño, como símbolo de su
cargo de confesor de reyes. Suele representarse con cabello
de escaso volumen y barba corta. Le acompaña un niño o un
ángel con el dedo índice delante de la boca haciendo refe-
rencia al secreto de confesión. Otros elementos simbólicos
son la presencia de estrellas sobre su cabeza, un puente por
el que fue arrojado después de varios castigos cruentos, y la
lengua que le cortaron por negarse a desvelar la confesión de
la reina. Esta parte anatómica también suele estar presente
en los retablos, como se conserva en su antigua capilla de la
iglesia parroquial de San Pedro de Sevilla, donde está tallada
en el centro del frontal a modo de escudo heráldico; también
hay ejemplos en los que el santo lleva la lengua cortada en
su mano, como en la imagen de la iglesia conventual de las
La difusión de su imagen, escenas de su vida y símbolos
Antes de la beatificación, este santo poseía un amplio re-
pertorio gráfico de su vida y muerte que ilustra su primera ha-
giografía de importancia, la que escribió el jesuita Boleslao
Balbín titulada Vita beatae Joannis Nepomuceno martyris
(Praga, 1670). Este corpus de grabados sirvió de inspiración
a los artistas en el siglo . Cuando fue canonizado en 1729
y su culto se extendió por el mundo católico, se produjeron
otros grabados sueltos que contribuyeron a difundir con ma-
yor rapidez las escenas de la vida y del martirio del santo,
3
La escultura de San Juan Nepomuceno, obra de Fernando Ortiz, del
Museo de Málaga estuvo identificada con San Francisco Javier hasta que
realizamos el catálogo de esa institución. R T , José Luis: La
escultura del Museo de Málaga (siglos al ). Madrid, Ministerio de
Cultura, 1980, p. 57, foto 35.
4
http://leyendasdesevilla.blogspot.com.es/2017/05/visitando-la-catedral-
xxxii-y-final-la.html. En la web Leyendas de Sevilla se confunde al santo
. con san Cayetano, artículo «Visitando la Catedral, -XXXII y final. La
iglesia del Sagrario», de 12 de mayo de 2017.
93
La iconografía de san Juan Nepomuceno..., pp. 93-99 J L R T

así como su iconografía. En la se-

gunda mitad de ese siglo se hicie-
ron grabados de las imágenes que
generaban mayor devoción, como
el caso de Sevilla con la estampa de
José Braulio Amat, que representa
el cuadro del martirio del santo, que
existe en la parroquia de Santa Ma-
ría la Blanca5.
Su presencia en los templos
La imagen del santo se incorporó
con rapidez a los retablos, ocupan-
do tres lugares distintos: unas veces
preside como imagen titular, por lo
que suele tener tamaño académico
o natural; otras, que es la mayoría,
está en una calle lateral y su formato
varía según las dimensiones del re-
tablo, aunque suele ser de dimensio-
nes reducidas; y por último, en otra
zona de la calle central sin ser el ti-
tular, como el banco, el ático o nivel
superior a la hornacina principal.
A San Juan Nepomuceno le dedi-
caron capillas o altares con retablo 1. C A , S ,S .
presidido por la escultura del santo F J P , , A ,C (C )
y decorado con relieves, general-
mente representando las escenas
del martirio, y algunos tienen talladas la lengua, como he- última imagen también es atípica porque está en un retablo
mos comentado, o las estrellas, como en la iglesia parroquial de tema pasionista, que no suele ser lo habitual. La compo-
de Santa María la Blanca de Sevilla. Asimismo, el espacio sición del santo de rodillas se asemeja a la estampa de Pfe-
de la capilla se completa en otros casos con pinturas de los ffel el Viejo titulada San Juan Nepomuceno con otros santos
mismos temas. Las capillas principales dedicadas al santo en (Biblioteca Nacional, sign. 3/33219), como también está en
Sevilla están en las parroquias de San Isidoro, Santa María su monumento funerario de plata construido en 1736 en la
la Blanca y San Pedro, que analizamos en otro artículo de girola de la catedral de San Vito de Praga. También existen
este estudio dedicado a la presencia del santo en las iglesias imágenes en áticos con el santo de pie, como en el retablo
y en las colecciones particulares de la ciudad de la Giralda. de la capilla del Sagrario de la parroquia de Santa María la
Desgraciadamente en las algunas iglesias el santo titular ha Blanca del pueblo sevillano de Los Palacios y Villafranca. En
sido sustituido por otra devoción, pero en el retablo y en las otras ocasiones son pequeñas imágenes situadas al margen de
paredes laterales de la capilla se conservan objetos artísticos la calle central, como la escultura anónima del retablo mayor
que confirman su devoción. de la iglesia de San Buenaventura de Sevilla, que procede
Con respecto a la segunda situación (ubicado en las calles de la desaparecida iglesia conventual de San Francisco de
laterales), en ocasiones forman pareja con santos de otras Osuna; o situada en el eje central delante del arco del camarín
congregaciones como San Cayetano o San Luis Gonzaga, de- como la tallada por el escultor Martín de Santisteban en el
vociones que también tuvieron gran difusión en el siglo . retablo mayor de la iglesia del Hospital de San Juan de Dios
Uno de esos ejemplos está en el Hospital de San Juan de de Granada8.
Dios de Lucena. En la iglesia existe un altar dedicado al san- Además de capillas, altares y retablos de madera o de
to fundador de la orden en el lado del evangelio. El retablo de mármol, la imagen del santo también se colocó en portadas,
estípites está construido en madera dorada y policromada con como podemos ver en la fachada de la iglesia parroquial del
banco, cuerpo y ático colocado sobre frontal de jaspe. En una Sagrario de Granada, y en los respaldos de sillería de coro
de las hornacinas situadas a los lados de la imagen de vestir tallados en madera sin policromar, como está en la iglesia
de San Juan de Dios está representado San Juan Nepomuce- parroquial de Nuestra Señora de la Asunción de Cabra, cuya
no, una escultura anónima de pequeño formato que mide 70 sillería construyó Francisco Javier de Pedrajas en 1785, y los
cm incluida la peana6. En un próximo artículo analizaremos relieves se han atribuido al escultor Joaquín Arali que por
la variedad de esta tipología. aquellos años trabajaba en Córdoba. No obstante, no aprecia-
Menos frecuente es el caso de imágenes del santo en el mos gran semejanza entre la talla de estos relieves y el estilo
banco o en el ático de retablos, en los que con frecuencia de ese escultor más clasicista.
está rodillas sobre nubes, como el que existió en el banco de
un retablo del Oratorio de San Felipe Neri de Cádiz, que du-
rante años ha estado en el hotel del Monasterio de El Puerto L
de Santa María (Cádiz), o como el que está en el ático del J N
retablo de estípites de la Virgen de los Dolores de la iglesia
de Nuestra Señora de la Asunción de Estepa (Sevilla)7. Esta La canonización de San Juan Nepomuceno en 1729 re-
duce la relación de escultores a los que estuvieron activos
5
R -M G , Jesús: «José Braulio Amat y José María en Andalucía en las últimas siete décadas del periodo Ba-
Martín...», op. cit, pp. 619-631. rroco. En esos años se vivió la lenta evolución a las formas
6
B L , Juan et al.: Catálogo artístico y monumental de la clásicas por influencia de las academias que surgieron en
provincia de Córdoba, t. V, Iznájar-Lucena. Córdoba, Diputación, 1987, algunos focos artísticos. Casi todos los escultores de esa
pp. 195-197.
7
R P , Antonio.: «Pontificia y Real Hermandad de San Pedro Apóstol,
8
Santo Cristo de las Penas y M.ª Santísima de los Dolores. Estepa», en L -G M , Juan Jesús: «Escultura y escultores en
Sánchez Herrero, J.; Roda Peña, J. y G.ª de la Concha Delgado, F. (coord.), Granada en la época de Ruiz del Peral. Modelos, talleres y síntesis
Misterios de Sevilla. Sevilla, Ed. Tartessos, 1999, t. IV, pp. 212-213. evolutiva», Boletín del Centro Pedro Suárez, 21 (2008), p. 315.

94 C A M O , .º 19|| ISSN 1697-1019 ||2017

J L R T
2. J S .E
A V M .E
época realizaron alguna imagen de este santo. La imagen de
madera dorada y policromada siguió siendo la producción
escultórica más frecuente, aunque también conservamos
ejemplos de escultura en madera sin policromar, imágenes
de vestir y esculpidas en mármol blanco, por las que co-
menzamos el estudio
Esculturas en mármol: Agustín de Vera Moreno,
Cayetano de Acosta y Juan de Salazar
En Andalucía, varios artistas del siglo tuvieron ca-
pacidad técnica para realizar en mármol esculturas con gran
calidad artística, como Pedro Duque Cornejo, Agustín de
Vera Moreno, Cayetano de Acosta, José de Medina, Fernan-
do Ortiz, Jacome Bacaro o Vaccaro, Juan de Salazar, etc. La
mayoría realizó imágenes de este santo en madera y, de ellos,
Acosta, Vera y Salazar también lo esculpieron en mármol.
Dos esculturas de mármol están relacionadas con dos tem-
plos del Sagrario adjuntos a las catedrales. La iglesia parro-
quial del Sagrario de Granada se construyó en las primeras
décadas del siglo bajo la dirección de dos arquitectos
naturales de Lucena, Francisco Hurtado izquierdo y José de
Bada. En época de este segundo se realizó la sencilla portada
de orden clásico con mármoles blanco y gris de las canteras
de Sierra Elvira y en la década de 1740 se fecha la interven-
ción del escultor Agustín de Vera Moreno (Granada, 1699-
1760), autor del San Juan Nepomuceno en mármol blanco,
colocado en la hornacina lateral de la portada formando
pareja con San Ibón, cuyas imágenes flaquean la figura de
San Pedro en cátedra9. Los dos santos visten indumentaria
parecida: sotana, sobrepelliz, capa o manto largo, pectoral
triangular, como años después Juan de Salazar representó a
San Juan Nepomuceno en el trascoro de la catedral de Al-
mería. En la escultura granadina observamos una diferencia
iconográfica, la ausencia del bonete.
En Sevilla, el 19 de febrero de 1748, el arquitecto Manuel
Gómez firma contrato con el canónigo Miguel Antonio Ca-
rrillo, albacea testamentario del arzobispo Salcedo, para la
construcción de dos retablos en mármoles policromos des-
tinados a los laterales del crucero de la iglesia parroquial
del Sagrario de Sevilla, siguiendo el diseño dibujado por el
platero Tomás Sánchez Reciente. Estos trabajos iban a buen
ritmo a finales de año, cuando el mismo canónigo contrata al
escultor Cayetano de Acosta (Lisboa, 1709. Sevilla, 1778)
para las seis esculturas en mármol de estos retablos10, según
documento firmado el día 9 de diciembre de 1749. Este artis-
ta portugués, establecido en Sevilla con una residencia tem-
poral en Cádiz, esculpió el San Juan Nepomuceno en mármol
blanco de Málaga entre 1749-1753 para el retablo dedicado
a Cristo Crucificado en el lado del evangelio. El santo com-
parte el programa iconográfico con San Cayetano y San Luis
9 En la monografía del escultor Cristóbal Ramos no se cataloga imagen
L -G M , Juan Jesús: «Escultura y escultores en Granada
en la época de Ruiz del Peral...», op. cit., p. 298.
10
C C , Francisco de Paula: «Los retablos colaterales de
la iglesia del Sagrario de Sevilla», Atrio (Sevilla), 4 (1992), pp. 95-110.
P H , Alfonso: Cayetano de Acosta (1709-1778).
Sevilla, Diputación, 2007, pp. 87-90.
C A M O , .º 19|| ISSN 1697-1019 ||2017
La iconografía de san Juan Nepomuceno..., pp. 93-99
A .
S (G ).
Obispo, más la Virgen de los Dolores en madera dorada y
policromada sobre la mesa de altar. Lo representa con sotana,
sobrepelliz, bonete y manto o muceta de armiño con dos ex-
tremos en pico delante, además de sostener en sus manos una
cruz con escultura de Cristo muerto al que dirige su mirada.
Este escultor realizó otro San Juan Nepomuceno (desapare-
cido) en madera dorada y policromada en 1767 para la iglesia
de la Virgen de las Angustias de Almonte (Huelva)11.
En la segunda mitad del siglo se adornaron los tras-
coros de las catedrales de Granada, Almería, Jaén y Málaga
con retablos y esculturas de mármoles o pintadas de blanco
imitando a esa materia pétrea. En época del obispo Claudio
Sanz y Torres se construyó el retablo de mármoles del tras-
coro de la catedral de Almería. En esta obra realizada por el
arquitecto Eusebio Valdés entre 1772-1776, siguiendo diseño
de Ventura Rodríguez, se incluyen tres esculturas de mármol
blanco de Macael que se atribuyen al escultor granadino Juan
de Salazar por su estilo: la Inmaculada Concepción preside
el conjunto en la hornacina central, y a cada lado San Juan
Nepomuceno y Santo Domingo de Guzmán12. Los dos san-
tos visten indumentaria parecida: sotana, sobrepelliz, capa o
manto largo y bonete, en este último elemento se asemeja
al santo esculpido por Cayetano de Acosta en la iglesia del
Sagrario de Sevilla. El escultor granadino había comenzado
en 1774 las esculturas en mármol de Macael para el taberná-
culo del altar mayor de la catedral almeriense. En la siguiente
década fue reclamado a Málaga por el obispo Molina Lario
para realizar las esculturas de mármol de la capilla de la En-
carnación de la catedral.
Escultores activos en Sevilla
El escultor Pedro Duque Cornejo trasladó su taller y vi-
vienda a Córdoba en 1748 para construir la sillería de coro
de la catedral de esa ciudad, en la que murió en 1757 y desde
la que siguió atendiendo encargos de otros pueblos y ciuda-
des. Cuando este maestro deja la ciudad de la Giralda, están
activos la familia García de Santiago, Cayetano de Acosta
y los jóvenes Benito de Hita y Cristóbal Ramos, a los que
se incorporará en la década de 1760 el escultor valenciano
Blas Molner. Sin duda, todos ellos realizaron imágenes de
este santo, aunque sólo se han documentado obras de Acosta,
Hita y Molner13.
11
P H , Alfonso: Manuel Rivero. Los encargos
artísticos de un mercader andaluz del silgo . Huelva, Diputación,
2005, pp. 260-265.
12
N M , María del Mar: «Sobre la pintura y escultura barroca
en Almería. Propuestas para su estudio y revisión», en Ruiz García,
A. y Durán Díaz, M. D. (coord.), La Almería Barroca, publicación del
proyecto cultural Andalucía Barroca. Almería, Consejería de Cultura,
2008, pp. 174-185.
13
de este santo. M M , Carmen: El escultor sevillano
D. Cristóbal Ramos (1725-1799). Sevilla, Diputación, 1986. Y en la
de los García de Santiago sólo se menciona la atribución del San Juan
Nepomuceno, ca. 1760, a Manuel García de Santiago que existe en la
nave de la epístola de la iglesia parroquial del Divino Salvador de
Carmona (Sevilla). S F , Juan Antonio: La familia García
95
La iconografía de san Juan Nepomuceno..., pp. 93-99
3. B H C ,C
B H C ,
A , S M B (S
El escultor Benito de Hita y Castillo (1714-1784) realizó
una amplia producción de esculturas con destino a Cádiz y a
las islas Canarias, en las que se incluyen varias imágenes de
este santo. En 1748 contrata la realización de las imágenes del
retablo de la capilla sacramental de la parroquia de Santa Ca-
talina de Sevilla, en la que San Juan Nepomuceno forma parte
del programa iconográfico14, que analizaremos en el siguiente
artículo. Posteriormente, Hita talló otra imagen de este santo
hacia 1757, con algunas variaciones en el tratamiento de la
indumentaria, que se conserva en la iglesia del Salvador de
Santa Cruz (La Palma), donada por el beneficiado Francisco
Ignacio Fierro y Torres, cuya imagen llegó a la isla en ese
año. Años después, el presbítero Francisco Antonio de Sosa
y Montesdeoca, abogado de los Reales Consejos, le encargó
otro San Juan Nepomuceno para Gran Canaria, como dejó
constancia en su testamento, en el que dispone que la imagen
que tenía en su casa y se había hecho en Sevilla se colocara en
la ermita de San Antonio Abad15. La escultura tuvo que llegar
antes de 1761, fecha de la última voluntad. Aunque la docu-
mentación no menciona al escultor, los historiadores lo atri-
buyen a Benito de Hita por sus rasgos formales y la semejanza
con el de la iglesia sevillana de Santa Catalina. Con motivo de
la restauración del San Juan Nepomuceno de la iglesia de los
Remedios del pueblo de Los Llanos de Aridane en la isla de
La Palma, el historiador Pablo Amador lo ha atribuido a Hita
por la evidente semejanza con la otra de La Palma16.
Otro escultor que desde su taller sevillano envió una ima-
gen de este santo a una localidad de otra diócesis fue Blas
Molner (Valencia, 1737- Sevilla, 1812). Este escultor apren-
dió el arte de la escultura en su ciudad natal, y a comienzos
de la década de 1760 se instaló en Sevilla, en cuya ciudad
murió en 1812. Estuvo vinculado a la fundación de la Real
Academia de Bellas Artes de Sevilla y a su actividad docente
y creativa. Además de Sevilla y localidades de la provincia
como Carmona, Écija y Estepa, sus obras están localizadas
en distintos lugares de España: Valverde del Camino (Huel-
va), Zafra (Badajoz), Navarra y Lucena (Córdoba). Para este
último pueblo realizó tres esculturas documentadas, entre
de Santiago. Una saga de imagineros y arquitectos de retablos en la
Sevilla del Siglo de las Luces. Sevilla, Diputación, 2012, p. 160.
14
G I , José: Benito de Hita y Castillo (1714-1784). Sevilla,
Caja San Fernando, 1986, pp. 137-138.
15
C R , J.: «Una talla atribuida a Benito de Hita y
Castillo en Las Palmas de Gran Canaria», en Homenaje al profesor Jesús
Hernández Perera, II (moderno). Madrid, Universidad Complutense,
1992, p. 529.
16
A M , Pablo Francisco: «El escultor Benito de Hita y
Castilla y el San Juan Nepomuceno de los Llanos de Aridane», Revista de
Historia Canaria, 187 (2005), pp. 11-20.
96 C A
J L R T
S C (S ).
S S C (L P ).
). A , S A (S ).
ellas el San Juan Nepomuceno para la capilla que construyó
el sacerdote Fernando Ramírez de Luque en la parroquia de
San Mateo17. La escultura, que se conserva en la sacristía, es
de madera dorada y policromada y mide un metro y medio.
El santo está representado de pie con indumentaria sacerdo-
tal característica de su iconografía: sotana negra, sobrepelliz
blanco, muceta de armiño y bonete. Dirige su mirada a un
crucifijo que llevaba en su mano derecha, actualmente desa-
parecido, a la vez que descansa la otra mano en su pecho, en
actitud de arrepentimiento.
En Sevilla existen otras esculturas sin documentar y sin
atribuciones a pesar de la buena calidad artística, como los
titulares de las capillas o altares de las parroquias de Santa
María la Blanca, San Isidoro y San Pedro; así como la que
está en la calle lateral de un retablo de la parroquia de San
Andrés y otro de la capilla de San Hermenegildo (Ronda de
Capuchinos), o en el altar mayor de San Bartolomé. Sin duda
son obras de los escultores activos en Sevilla en la segunda
mitad del siglo , como hemos comentado, pendiente de
un estudio formal que permita su adecuada atribución.
Las esculturas de artistas italianos residentes en
tierras gaditanas
La mayoría de los escultores activos en la actual provincia
de Cádiz en el siglo era de procedencia genovesa o na-
politana18, como el caso de Jacome Bacaro19 (Génova, 1734-
Jerez de la Frontera, 1801) que se estableció en esta última
ciudad, en cuya catedral realizó la imagen y el retablo de San
Juan Nepomuceno, actualmente dedicado a la Virgen de los
Dolores, hacia 1760-1770. A pesar del cambio de advoca-
ción, el retablo conserva sobre el arco de la hornacina cen-
tral una cartela rodeada de rocallas doradas con el símbolo
del puente que recuerda el lugar del martirio del santo. En la
imagen titular, que se ha instalado en el museo catedralicio,
el santo está de pie y lleva la indumentaria tradicional del
santo con bonete y cruz en la mano20.
17
B L , Juan et alii: Catálogo artístico y monumental de la
provincia de Córdoba, t. V, Iznájar-Lucena. Córdoba, Diputación,
1987, p. 108, 301 (nota 58). Escultura documentada en las cuentas de
la construcción de la capilla de San Juan Nepomuceno, archivo de la
parroquia de San Mateo, 1800.
18
A L , Carmen; H S , Enrique y S
P , José Miguel: Scultura lignea genovese a Cadice nel settecento.
Génova, Associazione Amicis della Biblioteca Franzoniana, 1993.
19
Su apellido se ha escrito de distintas maneras, Vaccaro, Baccaro o Bacaro;
es esta última versión la usada últimamente según la lectura de su firma.
20
M A , José Manuel: Sobre la autoría de la imágenes titulares
de la Hermandad de la Amargura: Jacome Bacaro y Francisco Camacho,
conferencia y publicación de diapositiva en Internet. https://es.slideshare.
M O , .º 19|| ISSN 1697-1019 ||2017
J L R T
4. J B ,
A M M ,
A , M (E P
O S F N (C
Entre los escultores que se afincaron en Cádiz destacó An-
ton Maria Maragliano (1664-1739), a quien se le atribuye el
San Juan Nepomuceno del convento del Carmen de San Fer-
nando por «el característico rostro que imprimía el imaginero
genovés, barbilla redondeada con pequeño hoyuelo que deja
entrever una pequeña prominencia cutánea (papada), finos
labios entreabiertos, nariz y cejas finas, ojos rasgados debido
a la técnica característica del autor, orejas asomando leve-
mente por el pelo y cabeza inclinada lateralmente»21. Jesús
Abades plantea la hipótesis de que esta escultura podría ser
un boceto de la imagen del santo que el mismo artista hizo
para Basílica de Santa Margherita Ligure (Génova).
Otra interesante imagen de estilo italiano es la que se con-
servaba en el hotel Monasterio de El Puerto de Santa María
procedente del Oratorio de San Felipe Neri de Cádiz22. El
santo, representado a modo de apoteosis o triunfo, está de
rodillas sobre una masa de nubes y viste sotana negra imi-
tando una trama sinuosa, sobrepelliz blanco con textura de
seda y amplia cenefa a modo de encaje transparente y una
muceta de armiño con extremos en pico. La figura extiende
su brazo derecho hacia un lado y sostenía en la otra una cruz
a la que dirige la mirada como es habitual. No lleva bonete
y nos muestra su cabello con melena corta y ondulada que,
junto a la barba y al bigote, marca el rostro de tono pálido
con pómulos sonrosados. Exceptuando la ausencia del bo-
nete, la composición parece inspirada en la representación
girada del santo que encabeza el libro impreso con motivo de
la canonización. También es interesante la peana dorada y su
decoración con restos de rocalla.
Los escultores malagueños Fernando Ortiz y
Miguel García Quero
El escultor Fernando Ortiz (Málaga, 1716/17-1771) fue el
principal artista malagueño en la difusión de la iconografía
del santo a petición de los jesuitas y del padre filipense Cris-
tóbal de Rojas, como informó el narrador de la crónica ma-
nuscrita de la Congregación de San Felipe Neri de Málaga.
La iglesia de San Felipe Neri tuvo un retablo dedicado a San
Juan Nepomuceno, cuya imagen fue la primera que se talló
net/.../sobre-la-autora-de-la-imgenes-titulares-de-la-hermandad-de-
amargura.
21
A , Jesús: «La obra de los imagineros genoveses y su presencia en
Andalucía (III). Anton Maria di Maragliano (1664-1739)», http://www.
lahornacina.com/articulosgenoveses3.htm.
22
G L , Francisco: «Una imagen de San Juan Nepomuceno en
El Puerto...», op. cit.
C A M O , .º 19|| ISSN 1697-1019 ||2017
La iconografía de san Juan Nepomuceno..., pp. 93-99
J F (C ).
C S F .
S M ,C );
), .
en Málaga, debido a la devoción del mencionado padre Cris-
tóbal de Rojas, como describe el manuscrito de la congrega-
ción conservado en la Biblioteca Diocesana de Málaga. La
imagen debió de hacerse en torno a 1750 y 1757, pues en esta
última fecha murió el padre filipense. El retablo y la imagen
fueron destruidas en mayo de 1931 y no se conservan foto-
grafías que nos permitan conocer cómo eran. Ese manuscrito
informa también que Ortiz hizo otro santo para el colegio
de los jesuitas, que tampoco se conserva. En la capilla del
Cristo de la Salud, que durante los siglos y estaba
anexionada a las casas consistoriales de Málaga, existía un
San Juan Nepomuceno, como se registra en el inventario de
los objetos entregados al cura párroco de la iglesia de los
Santos Mártires en 1835. Las imágenes estuvieron catorce
años en ese templo parroquial y en 1849, cuando la imagen
del Cristo de la Salud se trasladó definitivamente al templo
actual –antigua iglesia de los jesuitas– no aparece esa imagen
en la relación, porque tal vez quedó en la parroquia que en
1931 fueron destruidos sus bienes y archivo23.
La única escultura de San Juan Nepomuceno que se con-
serva está en el Museo de Málaga24. Sus características for-
males responden al estilo italianizante que Fernando Ortiz
trajo de su experiencia madrileña en 1756, como podemos
apreciar en el plegado de la sotana negra y en el movimiento
que describe el plegado lineal y ondulado del sobrepelliz y
manto dorados. El santo no lleva bonete, y posa su mano
derecha en el pecho con los dedos extendidos, sujetando a
la vez una pequeña cruz lisa. La escultura ha perdido la otra
mano, que sujetaría la simbólica palma de mártir. Ortiz talló
esta imagen entre 1757 y 1771. Cuando el coleccionista An-
tonio Pons la depósito en el Museo de Bellas Artes, ingresó
como San Francisco de Javier, iconografía que rectificamos
en el catálogo de las esculturas de esa institución que publi-
camos en 1980.
En el Museo de la Málaga ingresó en noviembre de 1980
una escultura de San Juan Nepomuceno de tamaño casi na-
tural realizada por Miguel García Quero. Aunque es propie-
dad del Hospital Civil de la ciudad, que depende de la Di-
putación Provincial, esta obra procedía del Museo de Artes
y Costumbres Populares de Málaga. Es una imagen de es-
casa calidad artística y el estado de deterioro de su párpado
23
R T , José Luis: «El Patrimonio Escultórico», en Patrimonio
Artístico y Monumental, Málaga, Ayuntamiento, 1990, pp. 142-143.
24
R T , José Luis: La escultura del Museo de Málaga. Madrid,
Ministerio de Cultura, 1980, pp. 57, lám. 35. Ídem: Fernando Ortiz, un
escultor barroco..., op. cit., pp. 130, 232-233.
97
La iconografía de san Juan Nepomuceno..., pp. 93-99
5. F O ,M
J M
M M , I
derecho permitió que se pudiera retirar un documento in-
troducido en el interior de la mascarilla. Por eso conocemos
que en 1771 lo había encargado fray Antonio Pérez, que era
prior del Hospital de San Juan de Dios, por su devoción al
santo. El texto relaciona las personas importantes de la épo-
ca: papa Benedicto XIV, rey Carlos III y obispo de Málaga
José Franquis Lasso de Castilla. Informa que su autor era
Miguel García Quero, maestro de fábricas mayores y meno-
res de la catedral, y que se había hecho en Málaga. En el re-
verso, se anota: «Cristóbal García, que Dios guarde muchos
años, el escultor frente de Santiago»25.
El escultor malagueño José de Medina en Jaén
En la catedral de Jaén existe un altar dedicado a San Juan
Nepomuceno26. Está situado en el lado izquierdo de la ca-
pilla de San Sebastián y su imagen titular es una escultura
realizada en la segunda mitad del siglo cuyos rasgos
formales responden al estilo del escultor José de Medina y
Anaya (1709-1783). Este artista nació en el pueblo malague-
ño de Alhaurín el Grande y aprendió el arte de la escultura en
madera y piedra en Málaga27. A los veinte años se trasladó a
Jaén para trabajar la talla en piedra de los capiteles y bóvedas
de la catedral. Se estableció en aquella ciudad hasta su muer-
te y en ella fundó una familia, no obstante fue un artista que
25
P B , Ángeles; P M , Pilar y R T , José Luis:
«Museo de Málaga. Sección de Bellas Artes (1974-1980)», Museos,
1 (1982). P B , María Ángeles y R T , José Luis:
«Actualización crítica de algunos fondos del Museo de Málaga», en
Bellas Artes 83. Museo de Málaga. Madrid, Ministerio de Cultura, 1983,
pp. 26 y 30.
26
G A , Pedro A.: La Catedral de Jaén, colección Catedral es
de España. León, Everest, 1986, p. 215. R T , José Luis: «San
Juan Nepomuceno, José de Medina y Anaya, Hacia 1779», en Serrano
Estrella, Felipe (coord.), Cien obras maestras de la Catedral de Jaén.
Jaén, Cabildo de la Santa Iglesia Catedral, 2012, pp. 118-119.
27
R T , José Luis: «Medina, José», en Gran Enciclopedia de
Andalucía. Sevilla, 1983, t. VI, p. 2417. C , Rafael: «Escultores
en la Ilustración: José de Medina e hijos», Actas del Congreso virtual
La Ilustración: en el centenario de la muerte de Pablo de Olavide,
celebrado entre noviembre de 2002 y febrero de 2003. Jaén, UNED-Real
Sociedad de Amigos del País, 2005, versión on line consultada en www.
realsociedadeconomicajaen.com/congreso_virtual.
98 C A
J L R T
M .
,C J .
(B ,C ).
trasladó su vivienda en varias ocasiones a los lugares donde
recibió encargos importantes, como Lucena y Antequera. Al
final de su vida fue nombrado Académico de Mérito en la
sección de Escultura de la Real Academia de Bellas Artes de
San Fernando de Madrid, como años antes lo había recibido
su amigo Fernando Ortiz.
La imagen de San Juan Nepomuceno está en un retablo de
estilo rococó que se realizó en 1779 cuando se trajo desde
Praga una reliquia del santo a Jaén. La arquitectura del re-
tablo, que es sencilla y se adapta a la hornacina rematada en
arco de medio punto, está estructurada en pilastras jónicas con
fuste cajeado que flanquean el vano y un tondo que corona el
conjunto con el lienzo de la Virgen con el Niño, atribuido a
Francisco Pancorbo. En el interior de la hornacina se dispo-
ne un altar de piedra con una hornacina poligonal de perfil
mixtilíneo con decoración de roleos y aletones que cobija la
imagen titular. Remata el conjunto una cornisa mixtilíneas.
La escultura de la catedral de Jaén representa al santo con
la iconografía tradicional que hemos comentado, a la que ha
añadido una estola roja larga y, aunque no está documentada,
podemos atribuirla con seguridad al arte de José de Medina
por la técnica de la talla de la cabeza, especialmente en la
forma de resolver la barba, en los plegados del sotana y en
el característico movimiento del cuerpo. Lleva su mano de-
recha en el pecho y la otra extendida portando la palma de
mártir. Su cabeza, que no lleva bonete, está rodeada de una
aureola con cinco estrellas.
Los escultores antequeranos: Diego y Miguel Márquez
En Antequera, antes de los años centrales del siglo
desarrollaron la actividad escultórica principalmente tres ar-
tistas: José de Medina, Andrés de Carvajal y Diego Márquez.
El estilo de estos últimos fue continuado en esa ciudad por
los hijos de los respectivos artistas, Miguel Márquez y Mi-
guel María de Carvajal.
Del taller o círculo de los Carvajal es el San Juan Nepomu-
ceno de la iglesia de Nuestra Señora del Loreto de Antequera.
La indumentaria y la palma de martirio responden a la ico-
nografía tradicional, sin embargo el escultor ha dispuesto la
muceta de armiño con longitud corta y cerrada delante, y en
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J L R T
la palma ha insertado tres pequeña coronas reales. Además
de no llevar el bonete, ha concebido al santo con una barba
más poblada de lo habitual, cuyos rasgos formales reflejan el
estilo de esta familia de escultores.
Más joven que Medina y Carvajal era Diego Márquez (An-
tequera, 1724-1791), cuya formación se inició o se amplió
en el taller de José de Medina, durante la estancia de este
malagueño en Antequera en la década de 1740. En el taller de
Medina se realizaron entonces las esculturas del retablo ma-
yor de la iglesia conventual del Carmen, el San Agustín y la
Virgen de Monteagudo de la iglesia conventual de Madre de
Dios, y la serie de encargos recibidos de iglesias de Estepa.
Márquez es autor de una numerosa producción de esculturas
para pueblos de un amplio entorno geográfico como Lucena
(Córdoba), Estepa (Sevilla), San Roque (Cádiz), etc. De su
estilo son las dos versiones escultóricas de este santo que
están en Estepa (Sevilla), la que está de rodillas en el ático
de un retablo de la hermandad de San Pedro en la iglesia de
la Asunción, que hemos mencionado antes, y el titular de un
altar de la iglesia del Carmen. Este último aparece de pie
vestido con sotana negra estofada, sobrepelliz blanco y man-
to de armiño dorado. El santo sin bonete lleva en las manos
un crucifijo y la palma símbolo de martirio. Delante hay un
ángel con el dedo en su labios portando un libro abierto.
A su hijo Miguel Márquez se atribuye el San Juan Nepo-
muceno de la iglesia parroquial de la Inmaculada en Bena-
mejí (Córdoba), en la que el santo descansa su pie derecho
sobre una estructura que se asemeja a un puente, uno de los
símbolos de su martirio. En este caso, la cabeza lleva bonete
y un círculo de estrellas alrededor. La policromía del interior
del manto es de color rosa a diferencia del verde-azul de la
escultura de su padre comentada. Según el historiador Jesús
Romero Benítez28, puede fecharse hacia 1815, lo que refleja
la pervivencia de los modelos barrocos en las décadas inicia-
les del siglo . San Miguel de Marchena, siendo trasladado para ocupar el
Fray Miguel Bellver y el San Juan Nepomuceno de Cabra
Fray Miguel Bellver es un fraile trinitario que desarrolló
la actividad de escultor. Entre su producción destacan el San
Francisco de Paula (1816) de la iglesia de San Nicolás de la
Villa de Córdoba, el San Jerónimo penitente del retablo ma-
yor de la iglesia conventual de Santa Marta de Córdoba, que
procede del monasterio de Valparaíso, y se le atribuye el San
José del Santuario de Nuestra Señora de Linares en la sierra
cordobesa29. El 3 de septiembre de 1818 recibió 2 000 reales
por el trabajo realizado en la capilla de Alcorán o Zancarrón
en la catedral cordobesa, cuyos patronos eran los condes de
Alcaudete. Su retablo estaba dedicado a San Pedro y oculta-
ba la portada del Mihrab.
Una obra importante, aunque poco conocida, es la mag-
nífica escultura de San Juan Nepomuceno que recibe culto
en un altar de la nave del convento de Nuestra Señora de las
Angustias de Cabra, de monjas agustinas. El santo, que es
tamaño natural y está ubicado en un pequeño camarín, viste
la indumentaria habitual que hemos descrito y está represen-
tado de rodillas sobre nubes dirigiendo la mirada hacia el
cielo en actitud de implorar a Dios. En el plano iconográfico
presenta la novedad iconográfica de portar la lengua corta-
da en su mano. Esta es otra de las esculturas que reflejan
la pervivencia del lenguaje barroco en la escultura religiosa
andaluza del siglo , a pesar de la influencia de la estética
clasicista de las academias de Bellas Artes.
28
R B , José Luis: El escultor Andrés de Carvajal (1709-1779).
Antequera, Chapitel, 2014, pp. 76-77.
29
V M , Alberto et alii: Guía artística de Córdoba y su
provincia, Sevilla, Fundación José Manuel Lara y Ayuntamiento de
Córdoba, 2005, pp. 112, 197, 262, 457.
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La iconografía de san Juan Nepomuceno..., pp. 93-99
EL RETABLO DE SAN MIGUEL DE
SAN FRANCISCO DE OSUNA
Por
A M C R
Licenciada en Historia del Arte
Experta en Museología y Museografía
l convento de Madre de Dios fue fundado en 1530
E gracias a la donación de unas casas por parte de la
viuda Inés Chirino. No solo fue importante a nivel
religioso sino que también tuvo mucho protagonismo en la
vida social y política de la villa, puesto que en varias ocasio-
nes se celebraron cabildos abiertos de vecinos en su interior1.
La pérdida del patrimonio franciscano a raíz del proceso
desamortizador, su cesión para otras funciones y el deterioro
que con el paso del tiempo fue acarreando hasta su total desa-
parición en los años cuarenta del siglo pasado han provocado
su difícil estudio. A esto se une la escasa documentación que
al respecto se conserva que llevan a crear una serie de inte-
rrogantes relacionados con el destino del mismo.
Eso es lo que principalmente ocurre con las obras que a
continuación se analizan. En primer lugar se estudiará el re-
tablo de San Miguel que se encontraba dentro de la capilla
de Ánimas situada en el compás, y que según varios trabajos
de investigación2, parece ser que se conserva en la iglesia de
presbiterio tras el derrumbe del templo ursaonés. Y en segun-
do, la escultura que presidía el mismo.
Afortunadamente, del convento franciscano se conservan
dos inventarios que datan de 1835 y 1859. El primero de
ellos –de 1835– describe el retablo de la siguiente manera:
«...Altar de San Miguel retablo dorado. Un nicho en la pared
con la efigie de San Miguel de bulto. Un velo encarnado. Un
atril y ara. Una lámpara pequeña y una mesa de madera ordi-
naria...». Por otro lado, en el inventario de 1859 reza así: «...
un altar pequeño dorado en donde está colocado el Arcángel
San Miguel es de talla y el puño de la espada es de plata...».
Como se puede comprobar, con los datos –aunque escasos–
proporcionados por la documentación, se trata de un «retablo
dorado» y «un altar pequeño dorado». Esto es lo primero que
contrasta con el retablo que actualmente se conserva en la
iglesia marchenera, ya que no puede considerarse pequeño
debido a que se encuentra en el presbiterio presidiendo como
retablo mayor. Lo segundo que difiere es que se conserva en
madera al natural frente al descrito, que era dorado.
Hay que unirle que el retablo franciscano se encontraba
–como se ha indicado– dentro de una capilla del compás del
convento ursaonés, por lo que las dimensiones del mismo no
podrían ser muy monumentales siendo esta otra razón.
Otra conclusión que se extrae tras analizar la documenta-
ción y la obra y que refuerzan la teoría de que el retablo no
puede ser el de Osuna es que los inventarios que se estudian
están fechados en el siglo –concretamente en 1835 y
1859– y el retablo conservado en Marchena –madera talla-
da de estilo rococó– en la segunda mitad del siglo 3
.
1
R O , José Manuel: «La presencia de los franciscanos en Osuna»,
en Actas del Congreso Internacional sobre los franciscanos de Estepa.
2003, 421-433. A. M. O. Actas Capitular, leg. X. 11, enero, 1590, fol. 1 y
ss y leg. XXV, 24, junio, 1650, fol. 82vto.
2
A A , José Fernando: Iglesias, conventos y ermitas de la
Serranía Suroeste. Un recorrido por el rico patrimonio religioso de la
Serranía suroeste de Sevilla. Cádiz, 2004, p. 131. AA. VV. Guía artística
de Sevilla y su provincia, Sevilla, 1989, pp. 453-454. AA. VV. El retablo
barroco, Sevilla, 2000, p. 462.
3
AA.VV. Guía artística de Sevilla..., op. cit., pp. 453-454.
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