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TRABAJO SOCIAL

1 “TEORÍAS Y PROCESOS DE
TRABAJO SOCIAL CON
COMUNIDAD
4 créditos
Docente:

Mg. Ligia Estela Loor Lino

Titulaciones Semestre

 Trabajo Social Quinto

T utorías: El profesor asignado se publicará en el entorno virtual de aprendizaje


online.utm.edu.ec), y sus horarios de conferencias se indicarán en la sección CAFETERÍA
VIRTUAL.

PERÍODO OCTUBRE 2021/ FEBRERO 2022


Índice

Índice
1 “TEORÍAS Y PROCESOS DE TRABAJO SOCIAL CON COMUNIDAD ......................................... 1
................................................................................................................................................. 1
2 RESULTADO DE APRENDIZAJE DE LA ASIGNATURA:............................................................ 3
3 UNIDAD # 4 ....................................................................................................................... 3
1 Modelos Tradicionales del Trabajo Social Comunitario ...................................................... 3
2 Modelos emergentes o alternativos para el Trabajo Social Comunitario ............................ 4
2.1 La teoría de sistemas ecológicos ................................................................................ 5
2.2 El modelo sistémico ................................................................................................... 6
3 Ámbitos de intervención comunitaria en Trabajo Social..................................................... 7
3.1 El trabajo social con comunidades en el sistema de servicios sociales ........................ 7
4 Mediación Comunitaria ..................................................................................................... 9
5 Bibliografía ...................................................................................................................... 11
2 RESULTADO DE APRENDIZAJE
DE LA ASIGNATURA:
Analizar y comprender los elementos teóricos, metodológicos y técnicos del Trabajo
Comunitario, aplicándolos a las distintas realidades sociales mediante trabajos de
investigación, valorando las características, organización social y participación de los
actores sociales con propuestas de cambio hacia un desarrollo integral de la población.

3 UNIDAD # 4

Resultado de aprendizaje de la unidad: Analizar los modelos y ámbitos de intervención


comunitaria.

UNIDAD #4.
s Modelos y ámbitos de intervención comunitaria

1 Modelos Tradicionales del Trabajo Social


Comunitario
Los modelos tradicionales en Trabajo Social Comunitario son tres, según «Cox, Erlich,
Rotman & Tropman (1974: 4-5):
A. El desarrollo de una localidad (locality development) presupone que perseguimos
el cambio de la comunidad más eficazmente, implicando a un amplio espectro de
residentes suyos en la determinación de las metas y en la consiguiente acción. Las
cuestiones clave en este particular modelo, en las que los profesionales han de
hacer por ello especial hincapié, son: los procedimientos democráticos; la
cooperación voluntaria; la autoayuda; el desarrollo del liderazgo «indígena» y la
educación.
B. La planificación social (social planing) es un modelo que pone el énfasis en un
proceso técnico de solución de problemas, tales como la delincuencia, la vivienda
o la salud mental. En él ocupan un lugar central la deliberación racional y el
cambio controlado.
C. La acción social (social action) presupone —prosiguen estos autores— un
segmento desaventajado de la población que necesita ser organizado, tal vez en
alianza con otros, para hacer a la comunidad mayor, adecuadas demandas de un
aumento de recursos o de un trato más acorde con la justicia social o con la
democracia».
2 Modelos emergentes o alternativos para el
Trabajo Social Comunitario
Algo importante que no debemos pasar por alto es cómo el cambio en los contextos sociales exige
unos paradigmas de ayuda distintos. Moix (2006) habla de «modelos alternativos» en oposición
a los modelos tradicionales en el Trabajo Social, y cita entre los mismos el modelo sistémico, el
modelo ecológico y el modelo basado en las redes y en los sistemas de apoyo. Son nuevos modelos
emergentes de intervención profesional, modelos que por su amplitud de miras podrían
denominarse metamodelos, por ser cada uno de ellos un modelo de modelos Gómez (2007). Son,
sin ánimo de ser exhaustivos, el modelo fenomenológico de la comunicación humana, ecológico-
sistémico, redes sociales y configuraciones sistémicas que se conceptualizan como nuevos
modelos de aprendizaje.
Su objetivo es capacitar a los profesionales para el desempeño de sus funciones, es decir, modelos
teóricos que permiten llevar a la práctica dichos conocimientos, que suponen cada uno de ellos
en sí mismos un campo lo suficientemente extenso como para permitir aplicar otros
conocimientos que provengan de teorías que sean válidas en un momento determinado para la
práctica profesional. Dichos modelos no son incompatibles entre sí y se pueden utilizar de forma
complementaria si se considera necesario, y convergente si se abordan desde la mejora de la
intervención en función de las características de la realidad en la que queremos a intervenir. Los
modelos teóricos para aplicar a la práctica profesional comunitaria, que consideramos son
modelos amplios, en cuanto a las epistemologías que utilizan. Por ello pasamos a denominarlos
«metamodelos» en el sentido de su gran magnitud teórica y práctica.
El modelo fenomenológico es defendido como una práctica para la intervención comunitaria, que
partiendo de las técnicas no directivas actúa a partir de la escucha activa. Esta actitud resulta
fundamental y se diferencia claramente de otras actitudes que suponen dificultades para escuchar
a los demás. La escucha produce una empatía entre el profesional y a quien atiende, lo que hace
que éste último se responsabilice de su vida y de sus actos. Abordaremos, de manera breve, los
axiomas de la comunicación humana, porque resultan pertinentes para crear relaciones de ayuda
que sean favorecedoras de los cambios que los miembros de las comunidades necesitan para el
autodesarrollo y el logro de su plenitud.
Así mismo, realizaremos un breve repaso por algunos de los conceptos fundamentales de los
modelos ecológico y sistémico, además de referirnos a su aplicación a la práctica profesional para
la intervención comunitaria. La circularidad, la neutralidad, la homeostasis del sistema, la
hipotetización, la estructura, la jerarquía y los ecomapas y genogramas comunitarios, son
importantes para el profesional a la hora de intervenir en las crisis, tanto con los individuos como
con las organizaciones y las comunidades.
El modelo de redes sociales facilita unas nuevas formas de entender la socie- dad y modifica el
rol del profesional en el contexto de la intervención comunitaria, porque descentraliza su papel al
pasar a ser coordinador y potenciador de los recursos sociales existentes, haciendo a los individuos
y a las familias responsables de sus problemas. Como el problema es de todos, tienen que dar la
solución también entre todos. El poder se reparte y emerge un modelo de democracia que se apoya
en la manifestación de la divergencia y en la búsqueda de unas soluciones consensuadas.
Por último, el modelo de las configuraciones sistémicas es un modelo de intervención que desde
lo fenomenológico intenta comprender las implicaciones sistémicas que suponen para los
individuos el no poder ser libres si son considerados al margen de su pertenencia a una comunidad
desde su nacimiento. Lo que se pretende con este modelo de intervención comunitaria es hacer
que la persona asuma con humildad todo aquello que le toque vivir, sobre todo los hechos o
situaciones más trágicas de su comunidad, familia y de su vida, para lograr con dicho respeto la
fuerza que supone cada uno de esos eventos o hechos funda- mentales. El método consiste
básicamente en mirar estos fenómenos que además de ser importantes en la vida del sujeto son
los que le indican la dirección o el camino a seguir.

2.1 La teoría de sistemas ecológicos


La teoría ecológica del desarrollo humano de Bronfenbrenner (1987: 40) ayuda a comprender la
relación entre el individuo y su ambiente. «La ecología del desarrollo humano comprende el
estudio científico de la progresiva acomodación mutua entre un ser humano activo, en desarrollo,
y las propiedades cambiantes de los entornos inmediatos en los que vive la persona en desarrollo,
en cuanto ese proceso se ve afectado por las relaciones que se establecen entre estos entornos y
por los contextos más grandes en los que están incluidos los entornos.»
El desarrollo humano supone como caracterización una interacción de procesos complejos dentro
del entorno ecológico del individuo (Bronfenbrenner, 1995). Los conceptos de tipo ecológicos
son de una naturaleza transaccional, es decir, no se refieren a la persona y al entorno, por separado,
sino que expresan una relación entre ambos. Este modelo considera que la vida del individuo se
desarrolla en «constante interacción con el medio en el que vive y que ambos se influyen partiendo
en su concepción de una perspectiva inmersa en el enfoque sistémico y basada en los supuestos
teóricos que desde la misma se defienden» (Navarro, 2002: 38) y «las redes sociales son
concebidas como procesos dinámicos incardinados en un contexto, que varían en su naturaleza y
efecto en la interinfluencia mutua que se produce entre las personas y sus contextos de desarrollo
humano: familia, escuela, trabajo, vecindario, etc.» (Pastor, 2004: 108).
El ambiente ecológico está compuesto según Bronfenbrenner (1979, cit. por Espina, 2010) por:
 Microsistema. La interacción es directa e incluye patrones de actividades, ro- les y
relaciones interpersonales.
 Mesosistema. Sistema de microsistemas, que incluye las interrelaciones de dos o más
entornos en los que la persona participa activamente. Aquí se ubicaría la familia.
 Exosistema. Sistemas que influyen en el entorno en el que vive una persona, pero en el
que no participa activamente. Un ejemplo sería el trabajo de uno de los padres.
 Macrosistema. Cultura, subcultura, sistema de creencias e ideología que da coherencia a
un sistema de menor orden.

Desde dicho modelo Espina (2010) afirma que son aspectos básicos a explorar en la evaluación
del sistema-clave disfuncional y los sistemas disfuncionales secundarios, y se observa si existen
sistemas que inciden negativamente en el sistema clave, el momento evolutivo, los factores
estresantes y la red social de apoyo, todo lo cual permite el abordaje de los sistemas implicados,
estableciendo un orden de prioridades y una estrategia de intervención. Desde ahí plantea una
especial importancia al medio ambiente y a la autogestión; trabaja con problemas y necesidades
ambientales referidas al entorno físico, social y cultural, buscando promover y desarrollar en las
personas, grupos y comunidades el autocuidado como condición para la obtención de un ambiente
sano y de armonía interior. Las herramientas que utiliza en el abordaje de la realidad social son el
taller, los mapas cognitivos y la observación» (Vélez; 2003: 81).

2.2 El modelo sistémico


Este modelo teórico y de intervención ha tenido un gran desarrollo en el campo terapéutico, sobre
todo en la terapia familiar. Su aplicación se inició en Palo Alto y después atravesó el océano
Atlántico desarrollándose en Milán a partir de los años 70 del pasado siglo. Desde entonces su
utilización se ha ido extendiendo tanto a nivel geográfico como disciplinario, y su uso en los
grupos socia- les y familiares está hoy, en día, bastante generalizado. Nuestra propuesta en esta
obra es presentar y describir algunos aspectos que nos parecen útiles a la hora de poder desarrollar
una intervención comunitaria. La noción de sistema, que es sobre la que hemos analizado
diferentes visiones y autores, nos resulta útil para acercarnos a lo que implica la pertenencia a un
sistema comunitario. Lo que se visualiza en una configuración sistémica es parte del sistema y de
las implicaciones que éste supone para los miembros del mismo.
Las configuraciones sistémicas pueden ser importantes en la labor de hacer accesible la
comprensión para cualquier profesional interesado, sobre lo que suponen las implicaciones
sistémicas para cada uno de los miembros de una comunidad.
La visión sistémica significa un cambio de mirada. No resulta fácil mirar de distinta manera
porque se necesita un gran esfuerzo para posicionarse de otra forma y ver las cosas desde otras
perspectivas.
Cronen y Harris (1979) desde sus comparaciones entre las diferentes perspectivas de la cultura
humana reduccionista y la cultura sistémica-revisionista nos aportan la justificación para que
nuestro trabajo, como profesionales de la intervención comunitaria, pueda apoyarse en unas
teorías que no dejen lugar a unas intervenciones comunitarias sometidas al mero discurrir de los
hechos por no estar planificadas previamente. Por el contrario, cuando existe una fundamentación
teórica y práctica que avala las intervenciones lo que ocurre tiene una justificación previa. Los
objetivos planteados previamente para la intervención comunitaria suponen unos resultados
esperados que son los que después podrán ser evaluados en función de los resultados obtenidos.

La cultura sistémica-revisionista nos proporciona una visión sistémica del mundo, mediante la
cual el objeto de la ciencia es un sistema de estructuras coexistentes y organizadas
jerárquicamente. Las partes están contextualizadas y definidas por el Todo, de tal forma que las
pequeñas unidades no pueden ser entendidas sin una referencia a unidades más extensas. Así, el
miembro de la comunidad que realiza una configuración sistémica lo que representa es un sistema
disfuncional por una alteración de la posición jerárquica que ocupan las diferentes estructuras
comunitarias y sus miembros. Dichas estructuras se pueden comprender a la vista de la
configuración sistémica que posibilita la visión del Todo

3 Ámbitos de intervención comunitaria en


Trabajo Social
Los ámbitos profesionales son los espacios delimitados por la organización institucional
de los servicios en los que opera el trabajador social y por el marco programático y
operativo en el que se concreta y desarrolla su labor (ANECA, 2005).

3.1 El trabajo social con comunidades en el sistema de servicios sociales


Es el ámbito más habitual y donde se concentran la mayoría de las experiencias de
intervención comunitaria consideradas “puras”, tanto desde la atención primaria como
especializada. La atención primaria, general, comunitaria o de base constituye el cauce
normal de acceso al sistema de servicios sociales y prestan una atención integrada y
polivalente en el ámbito más próximo al ciudadano y a su entorno familiar y social,
teniendo su justificación última precisamente en la atención comunitaria. En este sentido,
entre sus objetivos principales se encuentran el reforzamiento de la comunidad local y la
potenciación del apoyo social del individuo/familia/comunidad. Por otra parte, los
servicios sociales especializados se dirigen a aquellas personas o colectivos que, por sus
condiciones de edad, sexo, discapacidad, u otras circunstancias, precisan de especial
protección social por medio de recursos o programas específicos. En este último nivel, la
intervención comunitaria se centra más en fomentar al asociacionismo y el tejido social y
se interviene principalmente a través del denominado “tercer sector”.
Las principales actuaciones que desarrolla el/la trabajador/a social son:
 Realización de investigaciones básicas de aspectos epistemológicos de la
disciplina y divulgación científica de las experiencias. - Formulación de planes,
proyectos, y programas dirigidos a solucionar una carencia detectada en el
diagnóstico comunitario participativo.
 Prevención y detección de situaciones emergentes que puedan incidir
negativamente en un territorio y por ende en su comunidad teniendo como
finalidad una actuación precoz sobre las causas.
 Evaluación de resultados en relación a objetivos identificados, teniendo en cuenta
técnicas, medios y tiempo empleado y como finalidad, la viabilidad de las
intervenciones comunitarias.
 Capacitación a la comunidad para actuar de manera organizada, constituyendo
una comunidad de intereses y de acción, para que sea ella misma capaz de
responder a las necesidades que presentan con la utilización de sus recursos
propios existentes y potenciales.
 Promoción y dinamización de la participación comunitaria, el asociacionismo, la
ayuda mutua etc, en definitiva, impulsa la implicación de la ciudadanía en la
puesta en marcha de iniciativas comunitarias fortaleciendo la cohesión social.
 Mediación en conflictos con el fin de unir las partes implicadas y posibilitar que
sean los propios interesados quienes logren la resolución del problema, dentro de
la comunidad, o entre éste y agentes o instituciones externos.
 Participación y apoyo en la incorporación de las políticas sociales de forma
transversal en las actuaciones generales de la administración correspondiente,
abogando por servicios, perspectivas y políticas sociales justas que den respuestas
a situaciones de desigualdad social.
 Articulación del trabajo en red y en coordinación interinstitucional e
intrainstitucional de cara a dar respuestas integrales a las necesidades complejas.
En cuanto a los equipamientos donde se desarrolla el Trabajo Social con
comunidades, se puede identificar como fundamentales los Centros de Servicios
Sociales (Centros de Acción Social, Centros Sociales Polivalente) y Centros de
Acción Comunitaria (Centros municipales de barrios, o de base, o sociales o
comunitarios). Los primeros son equipamientos generalistas/ polivalentes que ofrecen
servicios y recursos destinados a toda la población. Respecto a los Centros de Acción
Comunitaria, se tratan de equipamientos específicos en la intervención comunitaria u
espacios de participación y colaboración social del y para el barrio, donde se ofrece
una atención a los colectivos desde su propio entorno convivencial. Además de los
equipamientos enunciados anteriormente es posible desarrollar acciones comunitarias
en un nivel especializado en albergues, centros de estancias diurnas, centros de
conciliación de la vida familiar y laboral, centros de acogida etc. Para el desarrollo de
la intervención comunitaria dentro del sistema resulta imprescindible desarrollar un
trabajo sistemático de colaboración y coordinación de las diversas instituciones y
entidades de los ámbitos escolar, familiar, social, político etc. Se trata, por lo tanto,
de utilizar y beneficiarse de todos los recursos y equipamientos sociales existentes
(centros sociales y culturales, equipamientos deportivos, educativos y religiosos,
asociaciones y grupos informales, centros privados que presten servicios sociales etc.)
para intervenir de manera conjunta e integral abarcando la solución a necesidades
globales que se plantean en el Trabajo Social con comunidades. Esto conlleva una
articulación comunitaria horizontal, en red y por medio de mecanismos y protocolos
estables de colaboración entre los diferentes ámbitos de atención.

4 Mediación Comunitaria
La Mediación Comunitaria es un tipo de resolución alternativa de conflictos (RAC/ADR)
que tiene como objetivo la buena convivencia entre personas desde su perspectiva de
ciudadanos dentro de una Comunidad. Por tanto, el marco de referencia es el conflicto
dentro de la comunidad, que se define como: grupo o conjunto de individuos, seres
humanos, o de animales que comparten elementos en común, tales como un idioma,
costumbres, valores, tareas, visión del mundo, edad, ubicación geográfica (un barrio, por
ejemplo), estatus social, roles. Generalmente, una comunidad se une bajo la necesidad o
meta de un objetivo en común; sin bien esto no es algo necesario, basta una identidad
común para conformar una comunidad sin la necesidad de un objetivo específico. En
términos de administración o de división territorial, una comunidad puede considerarse
una entidad singular de población, una mancomunidad, un suburbio, etc. Cuando se da
una convivencia en una comunidad es normal que se produzcan desencuentros de distinto
nivel a los que generalmente llamamos conflictos. Esto ocurre porque son algo inherente
a la interacción humana, se dan entre los hombres, en y entre las áreas y ámbitos en los
que se desarrolla la vida cotidiana de los seres humanos (individuos, grupos, instituciones,
comunidades). Todos ellos nos brindan la oportunidad de hacer algo de modo distinto,
que genere riqueza para todos (cultura de paz). Hemos aprendido poco a prevenir, a
fortalecer y enriquecer nuestros potenciales para mejorarlos, porque tendemos a creer que
lo conflictivo es sólo cuando nos malentendemos con los otros. El hombre tiende a
aprovecharse, utilizar o someter a otro hombre en vez de compartir derechos y
obligaciones, y esto quizá ocurra, porque tal vez no se haya planteado que podría ganar
más de otro modo. Los acuerdos y desacuerdos, los encuentros y desencuentros, las tareas
complementarias, las diferencias y los juegos de poder, las coincidencias y los objetivos
en común son algunas de las cosas que las partes descubren en este juego mágico en el
que todos ganan, que es la mediación.
La mediación, ofrece una alternativa al Juzgado en el que la solución deja de ser impuesta para
pasar a ser algo creado en conjunto y en consonancia con particularidades de las partes. El tercero
neutral e imparcial conduce la mediación con el ánimo de acompañar a aquellos que han elegido
de forma voluntaria el proceso, en la búsqueda de una solución del desencuentro autogestionado
en la que ambas partes se sientan ganadoras.
El mediador no soluciona "en el lugar de", sino que se posicionan en la intervención
(etimológicamente un venir entre) para que los polos (o partes) que configuran la tensión de los
conflictos, dialoguen y descubran lo esencial, que suele ser invisible a los ojos, para con ello
construir una nueva forma de responsabilizarse (responder con habilidad) de la situación. La
mediación Comunitaria, no sólo aborda la resolución de conflictos activos, sino también la
prevención de estos y el fomento de las ideas de convivencia y participación ciudadana;
promueven relaciones cooperativas en la comunidad.
Su conflictología es de tipo: ciudadano-consumo, ciudadano-medioambiente, ciudadano-
administración, ciudadano-vecino. Su fin más ambicioso es el fortalecimiento de la Comunidad y
la creación de infraestructuras de Paz, construyendo redes sociales que terminen funcionando de
forma autónoma como una sinergia. Para ello, es fundamental la cooperación y colaboración entre
los distintos servicios del municipio o área en cuestión y la formación de mediadores comunitarios
que pertenezcan a esa misma comunidad, que intervienen en los conflictos tomando en cuenta el
contexto cultural y social en el que se dan la convivencia, que conciben la comunidad como ente
dinámico compuesto por agentes activos y por actores sociales relacionados constructores de la
realidad en que viven, que hacen énfasis en las fortalezas y capacidades, no en las carencias y
debilidades, que toman en cuenta la realidad social, Incluyen la diversidad, asumen las relaciones
entre las personas y el medio ambiente en el que viven y orientan hacia el cambio social. Este tipo
de mediación ofrece un sin fin de posibilidades, es apta para intervenir en disputas de vecinos,
disputas de comunidad a comunidad, disputas sobre espacios públicos, y uso de la tierra, disputa
sobre propiedades privadas.
La Mediación Comunitaria comparte con la mediación todos los principios de Voluntariedad,
Neutralidad, Imparcialidad y Confidencialidad, en la búsqueda de lo invisible, de los intereses
más viscerales que a simple vista no se ven para fomentar la empatía y con ello acercar posturas.
Y tiene como característico que interviene de modo preventivo o temprano en los conflictos, tiene
el rol añadido de agente de transformación social, que comparten su conocimiento con otros
actores sociales, provenientes de la comunidad, poseedores de un saber y orientados por los
mismos objetivos, con los cuales trabajan conjuntamente.

5 Bibliografía

o Barbero, J-M. & Cortés, F. (2005). Trabajo Comunitario, organización y


desarrollo social.
o Madrid: Alianza. Recuperado de
https://drive.google.com/file/d/1CjWTPGnNptZTo93E81q1s_dwzmpWWdHx /vie
o Suarez, A. Díaz, N. (s.f.). ¿La gestión asociada: una alternativa para impulsar el
desarrollo local desde el rol del trabajo social? Recuperado de:
https://evirtual.utm.edu.ec/pluginfile.php/650898/mod_resource/content/2/Gesti
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o Barbero, J; Cortes, F. (2005). Trabajo Comunitario, Organización y Desarrollo.
Recuperado de:
https://terceridad.net/wordpress/wpcontent/uploads/2011/10/Trabajo-
Comunitario-organizaci%C3%B3n-ydesarrollo-social.p

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