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Que es la Teoría de la Economía del Bienestar y cuál es su objetivo

La economía del bienestar, que está asociada al título de un libro del economista inglés A.
C. Pigou de 1920, estudia la forma de organizar la economía de modo que resulte
socialmente deseable. Se dirá: esto no es necesario, basta con dejar que cada individuo
actúe de forma libre. Pero lo que sucede es que un individuo puede perjudicar a otro
actuando de esa manera. Un ejemplo clásico es la contaminación, un caso de lo que
llaman los economistas efectos externos o externalidades, que se producen cuando las
acciones de un agente económico afectan a las decisiones de otro. También están los
llamados bienes públicos o bienes preferentes, que tienen características especiales (por
ejemplo, se brindan para todos sin distinción, como la defensa nacional, o tienen general
aceptación social, como la educación), que se considera que o bien los individuos y las
empresas no van a suministrar libremente en absoluto, o bien que no lo harán en la
cantidad deseable.

El lado práctico de esta teoría de la economía del bienestar, por supuesto, es el Estado del
bienestar, que pretende ser una organización socialmente deseable de la economía. Todo
esto ha sido sometido a mucho debate y cuestionamiento, tanto desde el punto de vista
teórico como desde el punto de vista práctico y político, y ha habido críticas y defensas
tanto de la labor y la eficacia del Estado moderno en la provisión de servicios y
prestaciones de toda índole, como del inevitable peso que todo ello hace recaer sobre los
bolsillos de los contribuyentes.

https://www.expansion.com/economia-para-todos/economia/que-significa-
economia-del-bienestar.html

Entre los objetivos que persigue la economía del bienestar se encuentra el hallazgo de un
sistema económico que trate de maximizar los recursos, con el objetivo de incrementar el
bienestar social.

Para ello, la economía del bienestar persigue la máxima eficiencia económica. Mediante el
estudio de los sistemas económicos, el objetivo de esta rama del pensamiento económico
se centra en un objeto de estudio como es la maximización de la producción con unos los
recursos limitados dados, optimizando la distribución de los bienes y servicios producidos.
El objetivo principal es el incremento del bienestar social, así como la utilidad total en una
sociedad.

En otras palabras, esta teoría se centra en la ley de escasez, tratando de, con unos
recursos limitados, satisfacer unas necesidades ilimitadas de unos ciudadanos en un
territorio determinado. 

https://economipedia.com/definiciones/economia-del-
bienestar.html#:~:text=Entre%20los%20objetivos%20que
%20persigue,persigue%20la%20m%C3%A1xima%20eficiencia%20econ
%C3%B3mica.

Cuáles son las características de la economía del bienestar

La economía del bienestar integra una serie de pasos que son considerados necesarios
para hallar ese sistema económico deseado para alcanzar el bienestar social. Entre los
pasos, se establecen una serie de criterios basados en la instrumentación de la economía
para el logro de los objetivos.

Así, entre estos pasos o criterios podríamos destacar los siguientes:

 Provisión pública de bienes y servicios sociales.


 Responsabilidad del Estado de mantener unas condiciones mínimas de vida.
 Intervención del Estado en la promoción del pleno empleo.
 Lograr una asignación justa y eficiente de los recursos.
 Redistribuir la riqueza y la renta del país para lograr una sociedad más igualitaria.

Aunque existen más propuestas que han ido surgiendo a lo largo de los años, la economía
del bienestar, a partir de la Segunda Guerra Mundial y tras la plena industrialización de las
economías desarrolladas, se ha centrado en el estudio de estas variables.

Consideraciones generales de la teoría del bienestar

El bienestar social se refiere al bienestar del conjunto total de la sociedad. Existen, por
tanto, dos formas de medir la suma del bienestar de una población. Estos dos métodos de
aproximación son el método ordinal, desarrollado por el economista Wilfredo Pareto. Así
como, por otro lado, el método cardinal, el cual se basa en la medición del valor en
términos monetarios, en lugar de eficiencia, como hace el método ordinal.

Así, el punto de vista ordinal considera la imposibilidad de una medición objetiva en


términos monetarios, por lo que propone el análisis en términos de eficiencia de Pareto.
Desde el punto de vista cardinal, el análisis utilizado es el del costo-beneficio, el cual trata
de incorporar los efectos de la distribución del ingreso. No obstante, este último es el
menos utilizado, ya que los problemas que presenta el modelo para agregar variables
supone un alto de grado de imprecisión en el cálculo, generando dudas.

https://economipedia.com/definiciones/economia-del-
bienestar.html#:~:text=Entre%20los%20objetivos%20que
%20persigue,persigue%20la%20m%C3%A1xima%20eficiencia%20econ
%C3%B3mica.
Indique que es el Óptimo de Pareto

 Ese punto óptimo, conocido como Óptimo de Pareto, es el Concepto de Economía que


describimos hoy.

En análisis económico se denomina óptimo de Pareto a aquel punto de equilibrio en el


que ninguno de los agentes afectados puede mejorar su situación sin reducir el bienestar
de cualquier otro agente. Por lo tanto, si un individuo que forme parte del sistema de
distribución, producción y consumo puede mejorar su situación sin perjudicar a otro nos
encontraremos en situaciones no óptimas en el sentido paretiano. Y esta situación no
óptima, puede alcanzar un óptimo, dentro de ciertos margenes como, por ejemplo, la
zona achurada de la gráfica.

Es preciso señalar de inmediato que el óptimo paretiano no es sensible a los


desequilibrios e injusticias en la asignación de recursos, conocidos como dotación inicial,
sean estos factores, bienes o servicios, dado que una situación en la que se distribuyan 10
unidades de un bien para su consumo entre dos individuos permite obtener 10 óptimos
distintos de Pareto con independencia de la justicia de tal asignación. Son óptimos de
Pareto tanto una distribución del tipo 10 a 0, como otra del tipo 5 a 5, ya que una vez
asignados en ambos casos, para mejorar la situación de un individuo irremediablemente
se empeoraría la situación del otro al tener que ceder una de las unidades del bien o
servicio (aunque el primero parta de 0 y el último de 10).

Utilizando el análisis de las curvas de indiferencia, Vilfredo Pareto fue uno de los primeros
economistas que buscó determinar científicamente dónde se encontraba el mayor
bienestar alcanzable de una sociedad. La solución que encontró Pareto puede parecer
simple, pero es de enorme profundidad: la máxima prosperidad común se obtiene
cuando ninguna persona puede aumentar su bienestar en un intercambio sin perjudicar
a otra. Basta, por lo tanto, que exista una posibilidad de intercambio en que dos personas
ganen para demostrar que ése no es el punto de máxima utilidad que se podría alcanzar.

En terminos gráficos, esto implica desplazarse del punto W (dotación inicial), al punto E o
F. Ambos son óptimos de Pareto, así como todos los puntos de tangencia entre las curvas
de indiferencia de A y B. Pero no son óptimos de Pareto puntos como W o Z. La línea que
une los infinitos óptimos de Pareto a lo largo de la Caja de Edgeworth se conoce
como Curva de contrato y representa los potenciales puntos de intercambio que
dependen de la dotación inicial.

Una vez que se llega a ese punto en el cual para aumentar la ganancia de uno, el otro
debe perder, se ha alcanzado el óptimo paretiano; mientras no pase esto, la sociedad
todavía puede aumentar su bienestar. Lo más relevante de su planteamiento es haber
intentado buscar una función de bienestar social exenta de juicios de valor, que si bien es
algo ilusoria, hasta hoy es desarrollada en la economía del bienestar.
Según el óptimo de Pareto, el único criterio de mejoría social es que una situación
alternativa sería mejor si el cambio aumentara la utilidad de algunos sin disminuir la de
otros. Las críticas al utilitarismo se canalizaron, sin embargo, hacia el hecho de que las
comparaciones interpersonales de utilidad no tienen bases científicas.

A lo largo de todo siglo XX el Óptimo de Pareto enfrentó criterios alternativos para


construir una función de bienestar social: desde la rigidez del modelo de Abram Bergson
y Paul Samuelson, quienes hablan de sujetos que deciden en torno a gustos, se pasó a las
de Kenneth Arrow y Gerard Debreu, que introdujeron la posibilidad de compensar al que
pierde, por ejemplo frente a las externalidades negativas.

El óptimo de Pareto es una herramienta de trabajo que se emplea en los procesos de


negociación y en teoría de juegos porque ofrece, dentro de sus límites, parámetros claros
de decisión. Pero estos mismos límites son los que le hacen recibir severos
cuestionamientos por parte de economistas como Amartya Sen: y es que el Optimo de
Pareto no dice nada sobre la ética y la justicia. Por eso que la tarea de una función de
bienestar social con la conjunción de ética y justicia distributiva está aún pendiente.

https://www.elblogsalmon.com/conceptos-de-economia/que-es-un-optimo-de-
pareto

Teoría Subjetiva del Valor


El valor de uso es lo que precisamente fundamenta uno de los grandes aportes de la
economía neoclásica: la teoría subjetiva del valor, la cual sienta sus bases en el axioma de
la racionalidad maximizadora. Dicha premisa se fundamenta en el hecho de que todo
individuo busca satisfacer sus necesidades y deseos mediante la maximización de su
beneficio, o función de utilidad. Sin embargo, en lo anterior hallamos un concepto
bastante vago como lo es la satisfacción.

Inicialmente, la satisfacción no es definida como una emoción, sino que constituye una
sensación o realización de una emoción a la cual está sometida. Dicha emoción fácilmente
puede ser el orgullo, ya que éste brinda una sensación de autoaprobación o autoestima al
sujeto que lo siente.

Efectivamente, el orgullo pertenece a un conjunto de emociones que tienen un interés


especial para nuestra comprensión de los seres humanos como agentes autoconscientes,
capaces de hacer juicios de valor acerca de sí mismos (Hansberg, 1996, p. 107). De hecho,
Hume (citado en Hansberg, 1996, p. 122) menciona el placer como uno de los
componentes del orgullo.

Adicionalmente, Hume (citado en Santiago, 2003) describe tres tipos de bienes: la


satisfacción interna de nuestra mente, la buena disposición de nuestro cuerpo y el disfrute
de nuestras posesiones adquiridas por nuestra laboriosidad y fortuna. Igualmente,
encuentra que no existe otro impulso fundamental en la mente humana que el placer o la
evitación del dolor.

Pero en el trasfondo de todo esto podemos ver que los agentes económicos tienen como
propósito hacer lo que más les convenga con miras a maximizar su beneficio, lo cual –
como ya se expuso según las teorías de Brentano– se hace a través de una emoción (el
orgullo) que evalúa el pro y el contra de toda cosa o acción, y en sí no le asignan valor al
objeto obtenido, sino a la satisfacción y utilidad que les proporciona dicho bien (valor de
uso).

De lo anterior podemos inferir que los bienes trascienden la realidad económica, ya que


las mercancías obtenidas mediante el uso de algún ingreso limitado (restricción
presupuestaria) son útiles y brindan placer al sujeto, pero dicho placer o satisfacción no es
intrínseca a estos bienes. En otras palabras, un individuo guiado por una racionalidad
normativa puede consumir un bien, que no es la mercancía misma– que le brinda una
utilidad que está más allá de la dimensión económica de su acepción.

http://www.scielo.org.co/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0121-50512007000200010
A que hace referencia la Maximización del Bienestar Social y cómo se mide
el bienestar social en términos económicos

La maximización del bienestar puede ser aproximada de distintas maneras; se puede


medir en términos económicos como el PIB per cápita o bien, en términos de eficiencia de
Pareto, situación donde ningún individuo puede estar mejor sin perjudicar a otro. Pero sin
duda una de las consideraciones más importantes en este sentido es la equidad, ya que
implica la igualdad de oportunidades para todos los habitantes, entre las que se
encuentran la distribución del ingreso y el acceso generalizado a bienes y servicios.
Respecto de los servicios de telecomunicaciones, este objetivo se ha materializado a
través de lo que conocemos como cobertura universal; es decir, garantizar el acceso de
toda la población a dichos servicios.
En este contexto, cabe mencionar que por disposición del Banco de México, a partir del
año pasado ya se considera a los servicios móviles como uno de los elementos de la
canasta básica para medir la inflación, independizándose de los servicios telefónicos y de
facsímile, a los que pertenecía anteriormente. De esta forma, tanto la telefonía fija como
las comunicaciones móviles son consideradas actualmente como un elemento
determinante de la calidad de vida de los mexicanos. Por consiguiente, es posible afirmar
que hoy en día el uso y aprovechamiento de las telecomunicaciones representan uno de
los indicadores básicos para el bienestar general de la sociedad.
Sin embargo, existen varias deficiencias en el sector que afectan al consumidor, lo que se
traduce directamente en una pérdida del bienestar social. En una industria que
originalmente tendía al monopolio, el fomento a la competencia y la reducción de la
concentración de mercado resultan imprescindibles para el sano desarrollo del sector. A
pesar de ello, actualmente las telecomunicaciones mexicanas muestran elevados niveles
de concentración en todos sus segmentos. Esta situación no sólo limita la competencia de
manera directa, sino que impone barreras de entrada a nuevos entrantes al mercado,
desincentivando las inversiones y limitando el despliegue de infraestructura necesaria
para la implementación de nuevas redes con mayor capacidad de transmisión.
Evidentemente, estas ineficiencias operativas afectan al consumidor de diversas maneras.
En primer lugar podemos mencionar los elevados precios que tienen que pagar los
usuarios de las telecomunicaciones en el país. Esta situación afecta por un lado el ingreso
de los mexicanos, mientras que por el otro limita el acceso de los segmentos más
desfavorecidos de la población, imponiendo un importante freno al objetivo de la
cobertura universal. En segundo lugar, la calidad de los servicios ofrecidos no es la
adecuada, dejando al usuario mexicano con servicios caros y malos. Como resultado de
estas ineficiencias operativas de la industria, así como en la provisión de los servicios, no
cabe duda que el mayor perjudicado es el consumidor, lo que en el agregado significa una
pérdida considerable en el bienestar social.
Por esta razón, la regulación y la política regulatoria son y deben ser instrumentos para
garantizar la maximización del bienestar del consumidor.
Así, queda al gobierno la tarea de aumentar la eficiencia económica, mejorar el ambiente
en el que participan todas las empresas e incrementar la competitividad de la economía
mexicana en el mercado global. Pero sobre todo, maximizar el bienestar de todos los
individuos y de la sociedad en su conjunto. La autoridad regulatoria debe garantizar las
condiciones para que los operadores de telecomunicaciones tengan incentivos a la
inversión, a la vez que el usuario se beneficie de las mejores prácticas competitivas y que
la competencia en el mercado se dé en términos de equidad para todos los participantes.

https://www.eleconomista.com.mx/opinion/Maximizacion--del-bienestar--del-consumidor-
20120208-0014.html

Medición

Comúnmente el bienestar económico se mide a través de la renta per cápita, es decir, la


cantidad de bienes y servicios que produce en promedio el ciudadano de un territorio.

Sin embargo, existen otras variables que también debemos considerar como el
crecimiento económico y el desempleo. Dichos indicadores son importantes para el
desarrollo de la población porque influyen en la calidad de vida.

También entra dentro de bienestar económico la distribución de la renta, donde una


mayor y mejor distribución genera sociedades más prósperas, a diferencia de aquellas
naciones donde existe una gran brecha entre ricos y pobres.

Cuestionamientos

Algunos teóricos sostienen que el bienestar económico no es en sí mismo un índice capaz


de medir la prosperidad general de una población. Esto, ya que el crecimiento
del producto interior bruto (PIB) o la renta per cápita toman en consideración a la
ciudadanía en su conjunto, calculándose un promedio.

En otras palabras, puede existir un país con gran desigualdad económica, donde un


pequeño grupo reciba altos ingresos, mientras que la mayoría de personas gane poco. En
ese caso, otras variables como el acceso a la educación y las prestaciones sociales son
mejores indicadores para medir el bienestar económico.
https://economipedia.com/definiciones/bienestar-economico.html

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