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Sobre el mecanismo psíquico de fenómenos histéricos (1893)

Freud va a trabajar sobre los estudios de sus “maestros” Charcot y Bruener.


• En el año 1880 Charcot empieza a trabajar sobre la gran neurosis, como
denominaban los franceses a la histeria.
De todos los trabajos de Charcot el más estimado para Freud es aquel en donde le
enseñó a comprender la parálisis traumática que aparece en la histeria.
Las características del trauma que aparece en un individuo que hasta el momento
estaba sano:
• Tiene que ser grave, tiene que poder representar un peligro mortal para el
sujeto,
• No debe ir acompañada de una conmoción cerebral.
• Debe tener una relación particular con una parte del cuerpo.
El ejemplo que utiliza Charcot para explicar un trauma es el siguiente: A un obrero se le
cae una madera en la espalda, cayendo así al suelo, pero se convence de que no fue
nada y vuelve a su casa. Seguía su vida normal, pero al cabo de unas semanas se
despierta y nota que el brazo donde recibió el trauma está dormido. Con esta situación
se deduce que en su interior se repite la escena del accidente, tal vez adornada con
diversos fantasmas.
¿Cómo se explica este fenómeno?
Charcot aclara este proceso, reproduciendo artificialmente la parálisis en un enfermo,
para ello hace falta que el enfermo ya se encuentre en un estado histérico, la condición
de la hipnosis y el recurso de la sugestión.
Pone en hipnosis profunda a uno de estos enfermos, le da un golpecito en el brazo, el
brazo se cae, queda paralizado y se muestra exactamente los mismos síntomas que en
la parálisis traumática espontánea. El golpe puede ser sustituido por una sugestión
verbal, diciéndole “Oye, tu brazo está paralizado.
Analogía
• Intentan establecer una analogía entre los dos casos, por un lado, el trauma por
otro la sugestión traumática, el efecto último, la parálisis, es el mismo en ambos.
• Si el trauma puede ser sustituido por otro, por la sugestión verbal. También se
puede suponer que la parálisis traumática de una representación semejante fue
responsable de su génesis.
• La representación del brazo paralizado, pudiera provocar realmente una parálisis
en el enfermo, si el enfermo se encontraba en estado de hipnosis. Pero el obrero
no estaba en esa situación, Charcot suponía que su estado era mental,
equiparaba este efecto al estado hipnótico artificialmente provocado.
La parálisis traumática espontánea queda explicada completamente.
El trauma para Charcot tiene que acontecer, Freud piensa que el trauma se da solo con
imaginarlo, es un hecho del lenguaje. Ejemplo de la abuela.
¿Cómo concibe Freud al aparato psíquico?
Charcot, un trauma un síntoma para Freud varios sucesos traumáticos llevan a un
síntoma
El doctor Breuer en 1880-1882 fue el primero en que el médico consiguió iluminar todos
los síntomas del estado histérico, averiguar el origen de cada uno de ellos y al mismo
tiempo hallar el camino para que ese síntoma volviera a desaparecer. El caso de Anna
O fue el primer caso de histeria que se volvió transparente.
Lo que hacía Breuer que es preciso poner a los enfermos en estado de hipnosis y
entonces inquirirlo por el origen de cierto síntoma, cuando apareció por primera vez y
que recuerden a raíz de ellos. En ese estado regresa el recuerdo que no poseen en el
estado de vigilia. Con esto se ha conseguido averiguar que tras los fenómenos de la
histeria se esconde una vivencia teñida de acento y que esta te permitirá comprender el
síntoma, que se encuentra unívocamente determinado.
La tesis a la que ha arribado menciona que: Existe una total analogía entre la parálisis
traumática y la histeria común, no traumática. La única diferencia es que allí intervino
un gran trauma, mientras que aquí rara vez se comprueba un solo gran suceso, sino
que se asiste a una serie de sucesos plenos de afecto.
Síntomas de la histeria:
Uno de los síntomas más frecuentes de la histeria es la anorexia y el vómito. Ejemplos:
• Una enferma, que había leído una carta mortificante inmediatamente antes de
comer, luego de hacerlo vómito y este persistió. En estos casos el asco a la
comida se puede referir con cierta exactitud al hecho de que la persona, obligada
por la institución de la mesa compartida, come con otros a quienes aborrece.
• La dama del tic, comía muy poco, durante la hipótesis salieron a la luz una serie
de traumas psíquicos, le produjeron ese síntoma, el asco a la comida. Desde
niña la madre la obligaba a comer carne fría, con la grasa endurecida, lo hacía
con gran asco y conservo el recuerdo de ello.
Otro síntoma es el insomnio y la perturbación del dormir:
• Una señora durante años solo podía dormirse hacia las seis de la mañana. Por
mucho tiempo había dormido puerta por medio con su marido enfermo, que se
levantaba a las seis.
• Un hombre duerme muy mal desde hace doce años, pero su insomnio es de
índole muy peculiar: duerme bien en verano, pero lo hace muy mal en invierno,
sobre todo en noviembre. El examen averigua que doce años atrás, en
noviembre, pasó en vela muchas noches junto a su hijo enfermo de difteria.
No en todos los casos es tan transparente la determinación del síntoma por el trauma
psíquico. A menudo, sólo consiste en una referencia simbólica entre el ocasionamiento
y síntoma histérico. Existe, por así decir, un propósito de expresar el estado psíquico
mediante uno corporal, por lo cual el uso lingüístico ofrece los puentes.
Características de la histeria en 1893:
• Toda histeria puede concebirse como una histeria traumática en el sentido del
trauma psíquico y que todo fenómeno está determinado con arreglo a la índole
de trauma.
• En la histeria la modalidad de causación, y es la directa.
• En la observación de Breuer se enseña que entre el trauma psíquico y el
fenómeno histórico existe un nexo de esta última clase.
• Es preciso suponer que ese trauma psíquico sigue produciendo efectos en el
individuo en cuestión.
• Tras dar con el trauma psíquico mediante nuestro procedimiento de exploración
hipnótica. Uno halla que el recuerdo en cuestión posee una intensidad
desacostumbrada y ha conservado su pleno efecto.
• En todo individuo, para la conservación de su salud, existe el afán de volver a
empequeñecer esa suma de excitación. El acrecimiento de la suma de excitación
acontece por vías sensoriales, su empequeñecimiento por vías motrices. Se
puede decir que, si a alguien le sobreviene algo, reacciona a ello por vía motriz.
Ejemplo:
• Un hombre experimenta una ofensa, le dan una bofetada, el trauma
psíquico se conecta con un acrecentamiento de la suma de excitación
del sistema nervioso. Así puede devolver la cachetada y de este modo
queda más aliviado, de todos modos, existen diferentes modalidades de
reacción. Para levísimos acrecentamientos de excitación quizá basten
algunas alteraciones del propio cuerpo como lo es llorar, insultar, rabiar,
etc.
• Lo más adecuado es la acción, frente a una reacción adecuada hay una menos
adecuada.
• Si un ofendido no puede devolver la ofensa, ni dando una bofetada ni por medio
de un insulto, se crea la posibilidad de que un recuerdo de ese suceso vuelva a
convocar el mismo afecto que estuvo presente al comienzo.
• Si la reacción de un trauma psíquico tuvo que ser interrumpida por alguna razón,
aquella conserva su afecto originario, y toda vez que el ser humano no pueda
aligerarse del aumento de estímulo mediante abreacción está dada la posibilidad
de que el suceso en cuestión se convierta en un trauma psíquico.
• El mecanismo psíquico sano tiene ciertos medios para tramitar el afecto de un
trauma psíquico y uno es el procesamiento asociativo, la tramitación por medio
de representaciones contrastantes. Si el ofendido no devuelve la bofetada ni
insulta, puede sin embargo aminorar el afecto de la ofensa evocada en su interior
unas representaciones contrastantes sobre su propia dignidad y la nula valía del
ofensor.
• Cuando la persona llega al resultado deseado, no importa como sea, hace que
el recuerdo pierda la intensidad y el recuerdo mismo, ahora despojado de afecto,
sucumba con el tiempo al olvido.
• El histérico padece de unos traumas psíquicos incompletamente abre
accionados.
• Los fenómenos histéricos se remontaran unas representaciones de índole tal
que el trauma fue demasiado grande, y tanto que el sistema nervioso no tuvo
poder para tramitarlo de ninguna manera
• Es normal que la persona afectada rehusé simplemente la reacción.
• En toda histeria está en juego un rudimento de la llamada doble conciencia y con
ella el surgimiento de estados anormales de conciencia, que designaremos
hipnoides, es el fenómeno fundamental de la histeria.

La protón pseudos histérica


La compulsión histérica proviene de una peculiar variedad del movimiento (formación
de símbolo), que probablemente es un proceso primario, puesto que se lo puede
comprobar con facilidad en el sueño; y que la fuerza que mueve este proceso es la
defensa del yo, opera aquí algo que rebasa lo normal.
• Del lado clínico, sabemos que todo ello sólo sucede en el ámbito sexual.
• El caso Emma es producto de la defensa del yo que lleva a un síntoma
• síntoma: compulsión de no poder salir sola.
• Fuerza traumática: risas, pellizco
• Idoneidad determinadora: los dos momentos parecidos
vestido
risa
estar sola

Caso Emma
suceso 1:
• Emma está hoy bajo la compulsión de no poder ir sola a una tienda.
• Como fundamento, un recuerdo de cuando tenía doce años (poco después de
la pubertad).
• Fue a una tienda a comprar algo, vio a los dos empleados (de uno de los
cuales guarda memoria) reírse entre ellos, y salió corriendo presa de algún
afecto de terror.
• Sobre esto se despiertan unos pensamientos: que esos dos se reían de su
vestido, y que uno le había gustado sexualmente.
Suceso 2:
• Siendo una niña de ocho años, fue por dos veces a la tienda de un pastelero
para comprar golosinas
• Este caballero le pellizcó los genitales a través del vestido.
• Luego de la segunda, no fue más.

- Ahora comprendemos suceso I (empleados) si recurrimos a suceso II (pastelero).


Sólo nos hace falta una conexión asociativa entre ambas: Ella misma señala que es
proporcionada por la risa.
- Dice que la risa de los empleados le hacía acordarse de la risotada con que el
pastelero había acompañado su atentado.
- El proceso se puede reconstruir como sigue: En la tienda los dos empleados ríen,
esta risa evoca (inconscientemente) el recuerdo del pastelero.
- otra semejanza:
• de nuevo está sola en un negocio.
• Junto con el pastelero es recordado el pellizco a través del vestido, pero ella
entretanto se ha vuelto púber.
• El recuerdo despierta (cosa que en aquel momento era incapaz de hacer) un
desprendimiento sexual que se traspone en angustia.
• Con esta angustia, tiene miedo de que los empleados pudieran repetir el
atentado, y se escapa.
Dos enlaces falsos:
• que se le ríen a causa de su vestido
• que uno de los empleados ha excitado su gusto sexual.

• el complejo integro está subrogado en la conciencia por una única


representación: el vestido.
• el vestido es lo más inocente. es una represión en formación de símbolo

Este es un caso típico de la represión en la histeria:


• se descubre que es reprimido un recuerdo que solo con efecto retardo
(resignificación) ha devenido un trauma.
• La causa de este estado de cosas es el retardo de la pubertad respecto del
restante desarrollo del individuo.

La etiología de la histeria
opinión sobre la causación de un estado patológico como la histeria:
× Emprenderemos primero el camino de la investigación anamnésica: prestando oídos a los
enfermos a los cuales ellos mismos reconducen la contracción de aquellos síntomas
neuróticos.
× En aquella investigación anamnésica nos atenemos al designio de no admitir sin profundo
examen crítico la creencia de los enfermos, ni dejar que los pacientes rectifiquen nuestra
opinión científica sobre la etiología de la neurosis.
× por la otra hemos introducido en la etiología de la histeria un factor que el enfermo mismo
nunca aduce y sólo admite de mala gana, a saber, la disposición hereditaria que ha recibido
de sus progenitores.
× según la opinión de Charcot, sólo la herencia merece ser reconocida como causa eficiente
de la histeria, en tanto que todas otras las influencias nocivas, de la naturaleza e intensidad
más diversa, no están destinados a desempeñar sino el papel de unas causas ocasionales
× Si uno quiere hacer hablar a los síntomas de una histeria como testigos de la historia genética
de la enfermedad, deberá partir del descubrimiento de Breuer: los síntomas de la histeria
derivan su determinismo de ciertas vivencias de eficacia traumática que el enfermo ha
tenido, como símbolos mnémicos de las cuales ellos son reproducidos en su vida psíquica
× Uno deberá aplicar el procedimiento de Breuer -u otro en esencia de la misma índole, para
reorientar la atención del enfermo desde el síntoma hasta la escena en la cual y por la cual
el síntoma se engendró; y, tras la indicación del enfermo, uno elimina ese síntoma
estableciendo, a raíz de la reproducción de la escena traumática, una rectificación de efecto
retardado del decurso psíquico
× Si aplicamos este análisis a una gran serie de síntomas en numerosas personas, tomaremos
noticia de una correspondiente gran serie de escenas de eficacia traumática.
× la reconducción de un síntoma histérico a una escena traumática sólo conlleva una ganancia
para nuestro entendimiento si esa escena satisface dos condiciones:
 que posea la pertinente idoneidad determinadora
 que se deba reconocerle la necesaria fuerza traumática
Ejemplo
 Consideremos el síntoma del vómito histérico; y bien, creemos poder penetrar su causación
si el análisis reconduce el síntoma a una vivencia que justificadamente produjo un alto grado
de asco (p. ej., la visión del cadáver corrompido de un ser humano).
 Pero si en lugar de esto el vómito proviene de un terror grande, acaso producido por un
accidente ferroviario, uno no podrá menos que preguntarse, cómo es que el terror ha llevado
justamente al vómito. A esa derivación le falta la idoneidad para el determinismo.
 otro caso de esclarecimiento insuficiente se presentaría si el vómito proviniera de haber
probado un fruto que tenía una parte podrida. En efecto, aquí el vómito está determinado
por el asco, pero no se comprende cómo el asco en este caso pudo volverse tan intenso que
se eternizó como síntoma histérico; esta vivencia carece de fuerza traumática.
Tropezamos con nuestra primera gran desilusión:
Algunas veces ocurre que la escena traumática en que el síntoma se engendró reúne las dos
cosas, idoneidad determinadora y fuerza traumática, que nos hacen falta para entender el
síntoma.
Pero con frecuencia hallamos realizada una de las otras tres posibilidades que tan desfavorables
son para nuestro entendimiento: la escena a la cual nos lleva el análisis, y en que el síntoma
apareció por primera vez, no resulta idónea para determinar el síntoma, pues su contenido
carece de todo nexo con la índole de este; o bien la vivencia supuestamente traumática resulta
ser una impresión de ordinario inofensiva, que no suele poseer eficacia; o, por último, la «escena
traumática» nos desconcierta en ambos sentidos: aparece inofensiva y también carente de nexo
con la especificidad del síntoma histérico.
 Charcot suponía que también una vivencia inofensiva puede llegar a ser un trauma y
desplegar fuerza determinadora si afecta a la persona en una particular complexión
psíquica, el llamado estado hipnoide.
Sabemos ya, por Breuer, que los síntomas histéricos se solucionan cuando desde ellos podemos
hallar el camino hasta el recuerdo de una vivencia traumática. Si ahora el recuerdo descubierto
no responde a nuestras expectativas
Toda vez que la escena hallada primero es insatisfactoria, decimos nosotros al enfermo que esta
vivencia no explica nada, pero es fuerza que tras ella se esconda una vivencia anterior más
sustantiva; y siguiendo la misma técnica, guiamos su atención hacia los hilos asociativos que
enlazan ambos recuerdos, el hallado y el por hallar. La continuación de análisis lleva entonces,
siempre, a la reproducción de nuevas escenas.
Devuelta en el caso:
 El análisis a un terror que un accidente ferroviario produjo, carente de idoneidad
determinadora, si prosigo el análisis averiguo que ese accidente ha despertado el
recuerdo de otro, ocurrido antes, por cierto, no vivenciado por el propio enfermo, pero
a raíz del cual se le ofreció la visión de un cadáver, excitadora de horror y de asco.
 la primera proporciona la fuerza traumática por el terror, y la otra, por su contenido, el
efecto determinador.
 En cuanto al caso en que el vómito es reconducido a haber probado una manzana que
tenía una parte podrida, quizás el análisis lo complete del siguiente modo: La manzana
podrida trae el re- cuerdo de una vivencia anterior en que el enfermo juntaba manzanas
caídas en un huerto, y en eso tropezó por azar con el cadáver asqueroso de un animal.
La cadena asociativa siempre consta de más de dos eslabones:
 las escenas traumáticas no forman unos nexos simples, como las cuentas de un collar,
sino unos nexos ramificados, al modo de un árbol genealógico. pues a raíz de cada nueva
vivencia entran en vigor dos o más vivencias tempranas, como recuerdos; en resumen:
comunicar la resolución de un solo síntoma en verdad coincide con la tarea de exponer
un historial clínico completo.
 ningún síntoma histérico puede surgir de una vivencia real sola, sino que todas las veces
el recuerdo de vivencias anteriores, despertado por vía asociativa, coopera en la
causación del síntoma.
 La cadena asociativa siempre consta de más de dos eslabones; las escenas traumáticas
no forman unos nexos simples, como las cuentas de un collar, sino unos nexos
ramificados, al modo de un árbol genealógico. pues a raíz de cada nueva vivencia entran
en vigor dos o más vivencias tempranas, como recuerdos; en resumen: comunicar la
resolución de un solo síntoma en verdad coincide con la tarea de exponer un historial
clínico completo.
 ningún síntoma histérico puede surgir de una vivencia real sola, sino que todas las veces
el recuerdo de vivencias anteriores, despertado por vía asociativa, coopera en la
causación del síntoma.
 Si se parte de un caso que ofrece varios síntomas, por medio del análisis se llega, a partir
de cada síntoma, a una serie de vivencias cuyos recuerdos están recíprocamente
encadenados en la asociación
Punto nodal:
 En todo análisis se descubren varios de estos.
 Su correlato clínico caso de que a partir de cierto
momento ambos síntomas aparezcan juntos, de manera
simbiótica, en verdad sin una reciproca dependencia interna. Y
más hacia atrás se encuentran todavía unos puntos nodales de
otra Índole. Ahí convergen las cadenas asociativas singulares; se
hallan vivencias de las que han partido dos o más síntomas.
 No importa el caso o el síntoma del cual uno haya
partido infaliblemente se termina por llegar al ámbito del
vivenciar sexual
 En el único intento explicativo para el mecanismo
fisiológico y psíquico de la histeria la injerencia de unas fuerzas
pulsionales sexuales se ha convertido en una premisa indispensable.
 Luego de que las cadenas mnémicas han convergido, al ámbito sexual y a unas pocas
vivencias que las más de las veces corresponden a un mismo período de la vida, la
pubertad.
 A partir de estas vivencias uno debe inferir la etiología de la histeria, y comprender por
medio de ella la génesis de síntomas histéricos.
 Las vivencias tan laboriosamente halladas, destiladas de todo el material mnémico, esas
vivencias traumáticas que parecen últimas, tienen sin duda en común aquellos dos
caracteres sexualidad y período de la pubertad- pero en lo demás son muy heterogéneas
y de valor dispar.
 las histéricas son unas criaturas de una constitución particular en quienes el horror a la
sexualidad, que en las personas normales desempeña cierto papel en la pubertad, se
acrecienta hasta lo patológico y se vuelve duradero
 algunas de las vivencias sexuales de la pubertad muestran luego una insuficiencia apta
para incitarnos a proseguir el trabajo analítico. Porque sucede que también estas
vivencias pueden carecer de idoneidad determinadora
 unas vivencias infantiles de contenido sexual sólo podrían exteriorizar un efecto psíquico
a través de sus huellas mnémicas.

Capitulo II
 Estas vivencias infantiles son a su vez de contenido sexual, pero de índole mucho más
uniforme que las escenas de pubertad anteriormente halladas; en ellas ya no se trata
del despertar del tema sexual por una impresión sensorial cualquiera, sino de unas
experiencias sexuales en el cuerpo propio, de un comercio sexual (en sentido lato).

En la base de todo caso de histeria se encuentran una o varias:


 De experiencia sexual prematura,
 Y pertenecientes a la tempranísima niñez.
- El comportamiento de los enfermos mientras reproduce estas vivencias infantiles es en todos
sus aspectos inconciliable con las escenas que serían de una realidad que se siente penosa y se
recuerda muy a disgusto.
- Antes de la aplicación del análisis, los enfermos nada saben de estas escenas; suelen indignarse
si uno les anuncia el afloramiento de ellas, y sólo en virtud de la más intensa compulsión del
tratamiento pueden ser movidos a embarcarse en su reproducción, padecen las más violentas
sensaciones, que los avergüenzan y procuran ocultar, mientras evocan a la conciencia estas
vivencias infantiles, y aun después que tornaron a recorrerlas de tan convincente modo intentan
denegarles creencia, insistiendo en que respecto de ellas no les sobrevino un sentimiento
mnémico, como sí les ocurriera respecto de otras partes de lo olvidado.

Existe toda una serie de otras garantías sobre la realidad objetiva de las escenas sexuales
infantiles:
1. su uniformidad en ciertos detalles, resultado forzoso de ser recurrentes y homogéneas
las premisas de esas vivencias, y en la otra hipótesis, habría que creer que entre los
diversos enfermos hay unos secretos convenios.
2. en ocasiones los enfermos describen como inocentes unos procesos cuyo significado
evidentemente no comprenden, pues de lo contrario por fuerza los espantarían; o bien
tocan, sin atribuirles valor, detalles que sólo alguien experimentado en la vida conoce y
sabe apreciar como unos sutiles. rasgos de carácter de lo real-objetivo
 en experiencias sexuales de la infancia, consistentes en estimulaciones de los genitales,
acciones semejantes al coito, etc., deben reconocerse en último análisis aquellos
traumas de los cuales arrancan tanto la reacción histérica frente a unas vivencias de la
pubertad como el desarrollo de síntomas histéricos

En los dieciocho casos de histeria pura, y de histeria combinada con representaciones obsesivas,
tomé de tales vivencias sexuales de la infancia. Puedo clasificar mis casos en tres grupos, de
acuerdo con el origen de la estimulación sexual:
1. se trata de atentados únicos o al menos de abusos aislados, perpetrados en niñas por
adultos extraños a ellas en tales casos no contó para nada el consentimiento de los niños,
y como secuela inmediata de la vivencia prevaleció el terror.
2. lo forman, mucho más numerosos, una persona adulta cuidadora del niño introdujo al
niño en el comercio sexual y mantuvo con él una relación amorosa formal
3. pertenecen las relaciones infantiles genuinas, vínculos sexuales entre dos niños de sexo
diferente, la mayoría de las veces entre hermanitos, que a menudo continuaron hasta
pasada la pubertad y conllevaron las más persistentes consecuencias para la pareja en
cuestión
-Cuando había una relación entre dos niños, en ciertos casos se consiguió probar que el varón
había sido seducido antes por una persona adulta del sexo femenino, y luego, bajo la presión de
su libido prematuramente despertada y a consecuencia de la compulsión mnémica, buscó
repetir en la niñita justamente las mismas prácticas que habla aprendido del adulto, sin
emprender él mismo una modificación autónoma en la variedad del quehacer sexual.
-me inclino a suponer que sin seducción previa los niños no podrían hallar el camino hacia unos
actos de agresión sexual.
- El fundamento para la neurosis sería establecido sería establecido en la infancia siempre por
adultos, y los niños mismos se trasferirían entre sí la predisposición a contraer luego una histeria.

Etiología de la neurosis:
 tienen tanto peso las condiciones cuantitativas como las cualitativas;
 para que la enfermedad devenga manifiesta es preciso que sean rebasados ciertos
valores de umbral
 hace algunos años señalé el papel principal en la provocación de la histeria después de
la pubertad. Consigné entonces que el estallido de la histeria se deja reconducir un
conflicto psíquico: una representación inconciliable pone en movimiento la defensa del
yo e invita a la represión.
 La defensa alcanza ese propósito suyo de esforzar fuera de la conciencia la
representación inconciliable cuando en la persona en cuestión, hasta ese momento
sana, están presentes unas escenas sexuales infantiles como recuerdos inconscientes, y
cuando la representación que se ha de reprimir puede entrar en un nexo lógico o
asociativo con una de tales vivencias infantiles.
 El afán defensivo del yo depende de toda la formación moral e intelectual de la persona.
 Los síntomas histéricos son retoño de unos recuerdos de eficiencia inconsciente.
 La predisposición para la histeria; que ellas producen los síntomas histéricos al principio
permanecen ineficientes y sólo cobran eficiencia patógena luego, cuando pasada la
pubertad son despertada como unos recuerdos inconscientes.
 Para formar un síntoma histérico tiene que estar presente un afán defensivo contra una
representación penosa, además, esta tiene que mostrar un enlace lógico o asociativo
con un recuerdo inconsciente a través de pocos o mochos eslabones, que en ese
momento permanecen por igual inconscientes; por otra parte, aquel recuerdo
inconsciente so puede ser de contenido sexual, y su contenido es una vivencia
sobrevenida en cierto período infantil.

Capitulo III
 Todo caso de histeria muestra usos síntomas cuyo determinismo no proviene de
vivencias infantiles, sino de vivencias posteriores, a menudo recientes.
 Otras series de fenómenos histéricos frecuentísimos se pudieron discernir en análisis
como derivados de esas mismas vivencias infantiles, y se explicaron sin trabajo a partir
de unas propiedades constantes de ellas.
 Las escenas sexuales infantiles son enojosas propuestas para el sentimiento de un ser
humano sexualmente normal; contienen todos los excesos consabidos entre libertinos
e impotentes, en que se llega al empleo sexual abusivo de la cavidad bucal y el recto.
 Las consecuencias psíquicas de tales relaciones infantiles son extraordinariamente
profundas; les dos personas permanecen para el resto de su vida enlazadas entre sí por
una atadura invisible
 La fuerza determinadora de las escenas infantiles se esconde tanto que inevitablemente
se la descuidara en un análisis superficial.
 los histéricos guardan su virtud eficiente todas las vivencias antiguas frente a las cuales
ya a menudo se reaccionó, y se reaccionó tormentosamente; como si estas personas
fueran incapaces de tramitar estímulos psíquicos.
 las vivencias antiguas de los histéricos exteriorizan su efecto en una ocasión actual como
recuerdos inconscientes.
 los histéricos guardan su virtud eficiente todas las vivencias anti- guas frente a las cuales
ya a menudo se reaccionó, y se reaccionó tormentosamente; como si estas personas
fueran incapaces de tramitar estímulos psíquicos. Y es así, seño res; de hecho, es preciso
suponer verdadero algo de esa Índole. No olviden que las vivencias antiguas de los
histéricos exteriorizan su efecto en una ocasión actual como recuerdos inconscientes.
 Las representaciones obsesivas por lo general se desenmascaran como unos encubiertos
y mudados reproches a causa de agresiones sexuales en la infancia, por eso se las
encuentra más a menudo en varones que en mujeres, y en los varones las
representaciones obsesivas son más frecuentes que la histeria.

Glosario
 Designio: distinguir por medio del intelecto una cosa de otra o varias cosas entre ellas.
 Etiología de la neurosis: estudio de los patrones de conducta repetitivos que suele
producir relaciones inadaptadas con el otro, con su entorno y consigo mismo

La neuropsicosis de defensa (1894)


Conceptos necesarios para introducir la neuropsicosis histérica:
• El complejo sintomático de la histeria, justifica el supuesto de una
escisión* de la conciencia con formación de grupo psíquico separado.
• Según Bruener la condición de la histeria es el advenimiento* de unos
estados de la conciencia peculiarmente oníricos* con una actitud limitada
para la asociación, a los que propone denominar estados hipnoides.
• La escisión de la conciencia es adquirida, se produce en virtud de que
las representaciones que afloran en estados hipnoides están
segregadores al comienzo asociativo con el restante contenido de
conciencia.
• La escisión del contenido de la conciencia es la consecuencia de un acto
involuntario del enfermo, no propone producir una escisión de la
conciencia, su propósito es otro.
• La escisión de la conciencia son aquellos casos en que meramente se
interceptó la reacción frente al estímulo traumático y que luego serán
transmitidos y curados por la apertura.
Se dice que los pacientes gozaran de salud psíquica hasta el momento que sobrevino
un caso de inconciliabilidad en su vida de representación, es decir hasta que se
representó en su yo una representación que despertó un afecto tan penoso que la
persona decidió olvidarla, no confiando en poder solucionar con su yo, mediante un
trabajo de pensamiento, la contradicción que esa representación inconciliable le opone.
• Tales representaciones inconciliables nacen sobre el suelo del vivenciar y el
sentir sexual. Ej.: el caso en donde una joven señora, se echa en cara, mientras
cuida a su padre enfermo, pensar en el joven que le ha dejado una leve impresión
erótica.
• El paciente quiere apartarse de los pensamientos inconciliables
• En los pacientes analizados por Freud ese olvido no se logró, sino que lo llevó a
diversas reacciones patológicas que provocaron una histeria o una
representación obsesiva o una psicosis alucinatoria.
• La tarea del yo defensor, se impone a tratar como no acontecida la
representación inconciliable, es directamente insoluble para él, porque una vez
que la huella mnémica y el afecto adherido a la representación están ahí, ya no
se los puede extirpar.
• La tarea es lograr convertir esta representación intensa en una más débil,
arrancarle el afecto, la suma de excitación que sobre ella gravita. Se trata de
manera distinta en cada neuropsicosis de defensa
Histeria:

• El modo de volver inocua* la representación inconciliable es trasponer a lo


corporal la suma de excitación, que sería la conversión.
• El mecanismo de conversión puede ser total o parcial, y sobrevendrá en aquella
inervación* motriz o sensorial que mantenga un nexo, más íntimo o más laxo,
con la vivencia traumática.
• Le he echado sobre sí el lastre de un símbolo mnémico* que habita la conciencia
al modo de un parásito. Sea como una intervención motriz irresoluble o como
una sensación alucinatoria que de continuo retorna.
• La huella mnémica* de la representación reprimida no ha sido sepultada, sino
que forma en lo sucesivo el núcleo de un segundo grupo psíquico.
• Una vez formado un momento traumático ese núcleo para una escisión histérica,
su engrosamiento se produce en otros momentos que se podría llamar
traumáticos auxiliares toda vez que una impresión de la misma, recién advenida
consiga perforar la barrera que la voluntad había establecido, aportar nuevo
afecto a la representación debilitada e imponer por un momento el enlace
asociativo de ambos grupos psíquicos, hasta que una nueva conversión ofrezca
una defensa.
• Si la escisión de la conciencia de la histeria adquirida descansa en un acto
voluntario, se explica con sorprendente facilidad el asombro hecho de que la
hipnoides por regla general ensanche la conciencia estrechada de los histéricos
y vuelva asequible el grupo psíquico escindido.
• No discernimos el factor característico de la histeria en la escisión de conciencia,
sino en la actitud para la conversión.
Neurosis obsesivas:
• Si en una persona predispuesta no está presente la capacidad convertidora, no
obstante, para defenderse de una representación inconciliable se emprende el
divorcio entre ella y su afecto, es fuerza que ese afecto permanece en el ámbito
psíquico. La representación ahora debilitada queda segregada* de toda
asociación dentro de la conciencia, pero su afecto liberado se adhiere a otras
representaciones, en sí no inconciliables, que en virtud de este enlace falso
devienen representaciones obsesivas.
• Directamente demostrable es además el punto final del proceso, ante todo la
fuente de la que proviene el afecto que se encuentra dentro de un enlace falso.
• Por otra parte, se comprende que la vida sexual conlleva las más abundantes
ocasiones para la emergencia de representaciones inconciliables.
• No todos los que padecen de representaciones obsesivas tienen claro el origen
de estas. Por lo general cuando se les señala a los enfermos la representación
originaria de naturaleza sexual se obtiene esta respuesta: “no me he ocupado
mucho de ello” en esta objeción, tenemos la prueba de que la representación
obsesiva figura un sustituto de la representación sexual inconciliable y la ha
relevado dentro de la conciencia.
• Las representaciones obsesivas demuestran estar plenamente justificadas,
mientras que lo penoso de estas ordinarias, constituye un problema para el
médico y para el enfermo. Se trata de una defensa continua frente a
representaciones sexuales que llegaban de forma permanente.
• Los enfermos suelen mantener en secreto sus representaciones obsesivas toda
vez que son conscientes de su origen sexual.
• El afecto de la representación obsesiva le aparece como transportado y en caso
de haber aceptado las puntualizaciones aquí consignadas, el médico puede
ensayar la retraducción a lo sexual* en una serie de casos de representación
obsesiva.
• Para el enlace secundario del afecto liberado se puede aprovechar cualquier
representación que por su naturaleza sea compatible con un afecto de esa
cualidad. Por ejemplo: una angustia liberada, cuyo origen sexual no se debe
recordar, se vuelca sobre las fobias primarias comunes del ser humano ante
ciertos animales, la tormenta, la oscuridad, etc.
• Las representaciones reprimidas constituyen también aquí el núcleo de un grupo
psíquico segundo, que, a mi parecer, es asequible* aún sin auxilio de la
hipótesis.
Ejemplos:
1. Una muchacha padece de reproches obsesivos, si en alguna parte un
desconocido había cometido un homicidio, se preguntaba ella angustiosamente
sino había cometido ese asesinato. La fuente de donde provenía su conciencia
de culpa: incitada por una sensación voluptuosa casual, se había dejado inducir
por una amiga a la masturbación, y desde hace años la practicaba con la cabal
conciencia de su mala acción y los autorreproches más violentos, pero como es
habitual, inútiles.
2. Otra muchacha sufría bajo el miedo de que la asaltaran las ganas y entonces se
orinaría. Esta fobia le había quitado poco a poco toda capacidad de goce y trato
social. Un examen demostró que la presión sobre la vejiga la sobrevino la
primera vez en las siguientes condiciones: en la sala de conciertos, no lejos de
ella se había sentado un señor que le atraía, empezó a pensar en él y pintarse
como se sentiría a su lado siendo su esposo. Estando en esta ensoñación
erótica, le sobrevino aquella sensación corporal que es preciso comparar con la
erección del varón y que en ella concluía con una ligera presión de vejiga.
3. Una joven señora tras 5 años de matrimonio se quejó de su impulso obsesivo de
arrojarse por la ventana o el balcón y el miedo que le asaltaba, a vista de
cualquier cuchillo filoso, de acuchillar a su hijo. Le dijo que había perdido la
confianza en ella misma. Esta retraducción de la representación obsesiva a lo
sexual fue certera: confesó su misera conyugal por largo tiempo ocultada y luego
comunicó unas representaciones penosas de carácter sexual inmodificado,
como la sensación, que le retornaba a menudo, de pujarle algo debajo del
vestido.

Psicosis:
La defensa frente a la representación inconciliable acontece mediante el divorcio entre
ella y su afecto.
Pero la representación, bien debilitada y aislada permanecía dentro de la conciencia.
Ahora bien, existe una modalidad defensiva mucho más enérgica y exitosa, que consiste
en que el yo desestima la representación insoportable junto con su afecto y se comporta
como si la representación nunca hubiese existido. Solo que en el momento que se
consigue esto la persona se encuentra en una psicosis que no admite otra clasificación
que la confusión alucinatoria.
Ejemplo: Una joven ha regalado a cierto hombre una primera inclinación impulsiva, y
cree finalmente que será correspondida. Está de hecho, en un error, el joven tiene otro
motivo para frecuentar la casa. Pero ella desde entonces vuelca un dichoso sueño cuyo
contenido es: él está aquí, anda alrededor de ella, todo está como antes.
El contenido es realizar aquella representación que estuvo amenazada por la ocasión a
raíz de la cual sobrevino la enfermedad. Así es lícito decir que el yo se ha defendido de
la representación insoportable mediante el refugio de la psicosis.
El yo se arranca de la representación insoportable, pero esta se entrama de manera
inseparable con un fragmento de realidad objetiva, y en tanto el yo lleva a cabo esa
operación, se deshace total o parcialmente de la realidad objetiva. Esta última es a mi
juicio la condición bajo la cual se imparte a las representaciones propias una vivez
alucinatoria, y de esta suerte, tras una defensa exitosamente lograda, la persona cae en
confusión alucinatoria.
Glosario:
• Abreacción: constituye el mecanismo normal que permite al individuo
reaccionar frente a un acontecimiento y evitar que este conserve un quantum de
afecto demasiado importante.
• Advenimiento: Llegada, venida o aparición, especialmente de un
acontecimiento importante o de una época
• Afecto: es la expresión cualitativa de la cantidad de energía pulsional y de sus
variaciones
• Asequible: algo que puede alcanzarse o conseguirse.
• Escisión: es la separación mental de objetos en sus aspectos “bueno” y “malo”
• Estado hipnoide: estado de conciencia análoga que produce la hipnosis. introduce
una escisión dentro de la vida psíquica, el fenómeno constitutivo de la histeria.
• Huella mnémica: Freud las designa como las formas en las que se inscriben los
acontecimientos en la memoria
• Inervación: Distribución o disposición de los nervios en un órgano o una parte del
cuerpo.
• Inocua: que no hace daño físico o moral.
• Oníricos: sucesos que se imaginan mientras se duerme.
• Realidad psíquica: en el psiquismo del sujeto, presenta una coherencia y una
resistencia comprobable a las de la realidad material.
• Sentimiento de culpabilidad: aparece en la neurosis obsesiva en forma de
reproches, de ideas obsesivas contra las que el sujeto lucha porque les parece
reprensibles. y también en forma de vergüenza provocadas por las mismas
medidas de protección.
• Símbolo mnémico: lo que significa para alguien.
• Trauma psíquico: acontecimiento de la vida del sujeto caracterizado por su
intensidad, la incapacidad del sujeto a responder adecuadamente.

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