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Mi amigo Carlitos

Mi mejor amigo se llama Carlitos, es un niño muy inteligente y sabe muchas cosas sobre el espacio
exterior, los planetas, las estrellas y muchas cosas más, el suele siempre ser muy divertido y le
encanta jugar con nosotros al futbol en el recreo; En clases siempre se sienta adelante y responde
de primero a las preguntas que hace la maestra, ya que repasa mucho en su casa y le es muy fácil
aprender cosas nuevas.

Un día Carlitos sin avisar dejó de ser el mismo, yo no sabía que la gente podía cambiar tan rápido de
emociones, ya no reía, ni quería jugar con nosotros en el recreo, se la pasaba sentado en la parte de
atrás del salón y cuando la maestra lo llamaba para preguntarle algo, el simplemente no decía nada.

Tratando de animarlo un poco, una mañana le pedí a mi mamá que prepara los sándwiches de jamón
y queso que tanto le gustaban a Carlitos, y entusiasmado esperando el recreo, me acerqué a el para
decirle que le tenía un regalo, el me miró enojado y me dijo – NO QUIERO NADA- yo quedé muy
triste ante su comportamiento y salí corriendo del salón, sin darme cuenta que la maestra nos
estaba observando; de pronto ella se acercó y me preguntó que pasaba con Carlitos, yo le dije – No
sé profe Andrea, hace unos días que el anda raro y no quiere jugar con nadie- La maestra me
preguntó ¿No te ha dicho nada de lo que le pasa? – No maestra, ya casi ni me habla- Ella me sonrío
y me dijo que todo iba a estar bien y se fue.

Los días pasaban y Carlitos cada día cambiaba más, se peleaba con todos sus amigos del salón, y no
hacía las tareas, y cuando la maestra le preguntaba, el se enojaba más y
tiraba todas sus cosas al suelo; pero lo más impactante de todo fue
cuando un día le dije que se apurara con las tareas ya que la maestra
pronto las iba a recoger, el se levantó y me dijo – No sea metido sapo- y
acto seguido me pegó un puño en la cara y yo le devolví el golpe; La
maestra inmediatamente se levantó y nos llevó a la oficina del director.

A mi no me importaba que Carlitos me hubiese pegado, porque seguía siendo mi mejor amigo, pero
no podría dejar de notar que el pobre tenía una cara de miedo, que parecía que hubiese visto un
fantasma, noté en el las ganas de llorar y sin decirle nada me le acerqué le tomé la mano y le dije –
Vas a estar bien- de pronto los ojos de Carlitos estaban llenos de lágrimas, y su cara roja como un
tomate, me dijo que lo sentía, que yo era su mejor amigo, pero que tenia mucho miedo y mucha
rabia.

Y Así de la nada Carlitos me empezó a contar lo que le pasaba: -Mi papá era el mejor del mundo,
pero un día las cosas en mi casa cambiaron, solo se escuchan gritos y peleas, e incluso el a veces se
desquita conmigo por las cosas que le dice mi mamá, ella me defiende y
se pone entre los dos; ella ha cambiado y tiene miedo de mi papá, así
que me pide que no lo haga enojar y que me quedé quieto en mi cuarto,
yo le hago caso, pero eso a mi papá no le importa-

Lo vi como tan aliviado como si estuviera descargando una mochila muy


pesada, y antes de que terminara le dije – Debes hablar con la maestra,
ella te puede ayudar- al inicio él no quería, pero le insistí y me dijo que
lo haría con la condición de que yo lo acompañara y que no lo dejara
solo, y como siempre le dije que sí. Ambos entramos y hablamos primero
con la maestra, entre lágrimas Carlitos le contó todo, con pelos y señales,
y la maestra se notaba triste ya que que no le soltaba la mano. Cuando
terminó de contarle él le dijo a la maestra – Por favor, no le vaya a decir nada a mi papá, no quiero
que el se enoje conmigo ni con mi mamá- La maestra lo abrazó muy fuerte y le dijo – Eres muy
valiente Carlitos, y agradezco que me hayas contado, haré todo lo posible por ayudarte-

Hablamos con el director y nos dijo que debíamos pedirnos disculpas, ya que éramos mejores
amigos y los amigos no deben pelearse, Carlitos me abrazo y me pidió disculpas y me prometió que
no lo volvería hacer y yo también lo hce; salimos de la oficina aliviados de que no llamaran a nuestros
papás o nos mandaran nota, y justo antes de entrar al salón Carlitos me abrazó y me dijo: -
¡¡GRACIAS!!-

Días después de eso, Carlitos me contó que unos señores muy raros llegaron a su casa, hablaron con
su mamá y con lágrimas en los ojos ella le dijo – De ahora en adelante las cosas van a cambiar- y vio
como en ese momento a su papá se lo llevaron en un carro de Policía. Carlitos y su mamá tuvieron
que cambiarse de casa, y en la escuela algunos días Carlitos tiene que hablar con una señora, que
según el es muy divertida, y le pasa juguetes y le hace muchas adivinanzas con imágenes.

Poco a poco notaba como mi amigo volvía a ser el de antes, participaba en las clases, algunas veces
jugaba con nosotros al futbol, y cuando se enojaba mucho simplemente se retiraba del lugar sin
decirle nada a nadie, nos contaba nuevas cosas que
aprendía, como por ejemplo que los dinosaurios se
murieron por que un meteorito gigante los aplastó.
Carlitos y yo seguimos siendo los mejores amigos y
aunque aun le costaba no enojarse conmigo,
siempre se disculpa y me regala algún dulce.

Carlitos volvió a vivir, volvió a sonreír.

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