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Las máquinas facilitan el trabajo del ser humano. Sirven para aplicar ventajosamente
las fuerzas, aumentándolas casi siempre. Las máquinas no crean trabajo, solamente
lo transmiten o transforman, pero de tal manera que nos hacen más fácil nuestro
trabajo.
“La utilidad de una máquina simple radica en que permite ejercer una fuerza mayor
que la que una persona podría aplicar sólo con sus músculos, o aplicarla de forma
más eficaz. Así también el brazo es una maquina simple, ya que el Húmero es como
el fulcro, el punto de apoyo que nos ayuda con el peso.”
Los empleos más afectados serían aquellos que son mecánicos y repetidos. Ese tipo
de trabajos son los que mejor podrían adaptarse a las máquinas. Aunque algunos
expertos defienden la idea de convivir con las máquinas, de forma que sólo den
apoyo al trabajo humano.
También se plantean algunos inconvenientes, en los que quizá las máquinas no son
tan rentables para las empresas como puede parecer. Uno de ellos es el excesivo
consumo de energía que necesitan algunos robots para desarrollar sus actividades.
Otro de los hándicap es el coste del material tecnológico necesario para tomar
decisiones y reconocer los espacios en los que deben trabajar diariamente.