Está en la página 1de 32

 

Ketamina: Nuevas observaciones sobre


su consumo, consumidores y efectos
KARL L.R. JANSEN; LYNN THERON

Liaison Psychiatry Department, Auckland Hospital. New Zealand

Enviar correspondencia: Karl
correspondencia:  Karl LR Jansen. Liaison Psychiatry Department, Auckland Hospital,
Private Bag, Grafton,
Grafton, Auckland,
Auckland, New Zealand. E-mail: K@BTInternet.com

Resumen Summary
La ketamina es un anestésico disociativo que con- Ketamine is a dissociative anesthetic which conti-
tinúa siendo muy aceptado tanto en la medicina nues to have an accepted place in both human and
humana como veterinaria. Sin embargo, la ketamina animal medicine. However, ketamine also has power-
tiene también importantes propiedades alucinógenas, ful hallucinogenic, psychedelic and stimulant proper-
psicodélicas y estimulantes que han hecho aumentar ties which have resulted in increased non-medical use
su consumo para fines no médicos en los últimos over the past two decades. The drug affects many dif-
veinte años. La droga afecta a distintos sistemas del ferent systems in the brain, including glutamate,
cerebro, como por ejemplo,
ejemplo, los de glutamato, dopa-dopa- dopamine (with effects closely resembling cocaine,
mina (con efectos muy similares a la cocaína, inclu- including the blockade of dopamine reuptake), seroto-
yendo el bloqueo de la recaptación de dopamina), nin, opioid, noradrenalin, cortisol and other systems.
serotonina, opioides, noradrenalina y cortisol, entre Users are broadly divided into hospital and veterinary-
otros. En términos generales,
generales, los consumidores
consumidores se linked staff and their friends who have access to the
dividen en dos grupos: trabajadores o personas alle- drug and are more likely to inject the liquid, resulting
gadas a centros hospitalarios y veterinarios que tie- in primarily psychedelic effects, and users primarily
nen acceso a la droga y suelen inyectarse el líqui- linked with the dance culture who takes ketamine
do, con efectos
efectos sobre todo psicodél
psicodélicos
icos,, e indiv
individuos
iduos powder by the intranasal route, resulting in more sti-
vinculados principalmente al mundo de la cultura mulant effects.
effects. This
This paper will consider the history of
“dance”
“dance ” que consumen ketamina por por vía intranasal, ketamine since its invention in 1962, the effects for
en forma de polvos, con efectos más estimulantes. which it is taken in a non-medical context including
Este artículo analiza la historia de la ketamina desde reproduction of the near-death experience, how these
su invención en 1962, los efectos por los que se con- effects
effects may arise, the neuroscience of ketamine, the
sume fuera del contexto médico, incluyendo
incluyendo la repro- nature of ketamine-using populations, and the
ducción de la experiencia de la cercanía de la muerte, psychological and physical adverse effects that may
el modo en que estos efectos pueden aparecer, la result from this use, including the growing problem of
neurociencia de la ketamina, la naturaleza de las ketamine dependence.
poblaciones consumidoras de dicha droga, y los efec-
Key Words: Ketamine,
Words: Ketamine, NMDA (N-methyl-D-asparta- 
tos negativos, tanto psicológicos como físicos, que te), receptors, near-death experience (NDE),
pueden derivarse de su consumo, incluyendo el pro- glutamate, phencyclidine (PCP), psychedelic,
blema cada vez mayor de la adicción a la ketamina. schizophrenia.
claves:  Ketamina, receptores NMDA (N- 
Palabras claves: Ketamina,
methyl-D-aspartate), experiencia de la cercanía de 
la muerte (NDE), glutamato, fenciclidina (PCP),
psicodélico, esquizofren
esquizofrenia.
ia.

ADICCIONES (2003), VOL. 15, SUPL. 2 135


 

INTRODUCCIÓN tes que amenazaron con poner fin a su vida


(estuvo a punto de morir ahogado, por ejem-

C
plo). Habló de “un síndrome de abstinencia
alvin Stevens inventó la ketamina en
psicológico severo”
severo” cuando sus fuentes de
1962 en los laboratorios Parke-Davis
suministro se agotaban (Lilly, 1978). En The 
de Michigan. La nueva droga estaba
Scientist , afirma que uno de los efectos de la
emparentada con la PCP (fenciclidina) pero
ketamina es la adicción a los cambios psico-
sus efectos y su toxicidad eran menores. Su
lógicos que produce (p.145; Lilly, 1978). Lilly
efecto clave fue descrito como una anestesia
llamaba a este fenómeno “la trampa del con-
disociativa cercana al trance (Domino, 1965). sumo
su mo re
repet
petidido”
o”.
Poco tiempo después de su aparición, la
ketamina se convirtió en una droga asequible El consumo de ketamina con fines no
para la subcultura del consumo de drogas de médicos siguió esencialmente ligado a estos
la década de 1960, siendo vendida como psiconautas (exploradores de la mente), gen-
“rockmesc” (es decir, “rock mescalina”) (Jan- tes pertenecientes a la “New Age” y perso-
sen, 2001a). En 1970, la FDA aprobó el con- nal médico con acceso a la droga, hasta la
sumo de ketamina para los seres humanos. década de 1980 (Weil & Rosen, 1983; Jan-
No tardaron en aparecer las primeras adver- sen, 1990).
tencias sobre el potencial de esta droga para
ser consumida sin autorización en la literatura
médica (Reier, 1971) y, a finales de la década
LA KETAMINA COMO “DRUG DANCE”
de 1970, la FDA expresó su inquietud por
este problema (FDA, 1979). Dicha preocupa-
ción se vio intensificada por la publicación de En los últimos quince años ha aumentado
una serie de libros que relataban la experien- el consumo de ketamina vinculado al creci-
cia personal del consumo de esta droga, por miento de la cultura dance (clubs techno/ 
ejemplo Journeys Into The Bright World  fiestas/ raves) (Dotson y col., 1995; Gross y
(Moore & Alltounian, 1978) y The Scientist: A col., 2002; Jansen, 1993; Skovmand, 1996; 1996;
Novel Autobiography  (Lilly, 1978), un informe Moore y col., 200
20 01; Riley y col., 2001; Weiner
de Siegel (1978), y el intercambio de ideas en y col., 2000). La ketamina es un estimulante
Psychedelic Drugs Reconsidered  (Grinspoon en dosis bajas, lo que permite bailar. En los
& Bakalar, 1979) y Psychedelics Encyclopae-  lugares públicos, su funcionamiento se ve
dia (1978, en: Stafford,
St afford, 1992). ayudado por la combinación con otros esti-
Marcia Moore, la autora principal de Jour-  mulantes (anfetaminas, cocaína -“cK”- y
B right World , tomó ketamina
neys Into The Bright MDMA -éxtasis), que reducen el efecto diso-
por primera vez en 1976, a los cuarenta y ciativo de la ketamina. Los distintos trastor-
ocho años. Fue aumentando la frecuencia de nos ocasionados
por primera por
vez en estacomo
libros drogaelaparecieron
Handbook 
consumo de esta droga y observó una rápida
tolerancia. A principios de 1978, la consumía of Psychiatric Emergencies (Slaby, 1994), y el
a diario y sólo dormía tres horas al día. En Informe Australiano sobre Drogas Ilegales
enero de 1979, Moore se dirigió una noche a fue el primero en incluir la ketamina (Oficina
un bosque cercano y murió congelada des- Australiana de Inteligencia Criminal, 1995). La
pués de inyectarse toda la ketamina que DEA volvió a advertir que el consumo abusivo
pudo conseguir (Jansen, 2001a). El médico y de ketamina seguía creciendo (Brown, 1995;
neurocientífico John Lilly estuvo décadas DEA, 1997).
inyectándose ketamina. Al igual que Moore, Las verdaderas cifras del consumo no
no tardó en desarrollar una adicción a esta médico de ketamina apenas son conocidas,
droga. Lilly fue ingresado varias veces en un ya que rara vez se han visto incluidas en aná-
hospital por psicosis paranoides relacionadas lisis estadísticamente válidos, pero el aumen-
con el consumo de ketamina y por acciden- to de su consumo ha sido apuntado en algu-

136 Ketamina: nuevas observaciones sobre su consumo, consumidores y efectos 


 

nos estudios (Moore y col., 200


2001),
1), revistas de el país, dentro de unas botellas que supues-
divulgación (Jansen, 1997b; Crysell, 1998) y tamente contenían agua de rosas. Este grupo
principales medios de comunicación, donde a menudo consumía ketamina con cerveza
artículos como Party Craze for Cat’s Drug  de alta graduación y se enzarzaba en peleas,
(Reuter, 1996), Is your Kid on K (Cloud , 1997) lo que empeoró aún más la fama de esta
y Drug Users Adopt Bad Trip Anaest hetic  (Hall
Trip Anaesthetic  droga. La ketamina se ha convertido en nues-
& Cassidy, 1992) empezaron a aparecer en la tros días en una droga mucho más cara en
década de 1990, y han seguido publicándose Europa, mientras que el precio del éxtasis ha

hasta
China’s
China’ nuestros días (por
s Other White ejemplo,
Powder
Po wder Ketamine: 
en TIME Asia, caído.
control,Ello
de se
las debe en parte
normativas, y aaluna
aumento del
tendencia
Gough, 2003). Un estudio efectuado en 1996 cada vez mayor a considerar la ketamina
recoge una serie de entrevistas realizadas en como una de las drogas que deben controlar-
dieciocho lugares del sudeste de Inglaterra. se, incluso en aquellos lugares en los que su
De los 496 participantes (el 70% entre 19 y consumo no está regulado por la ley. La fabri-
24 años), el 31% había consumido ketamina cación de pastillas de “falso éxtasis” emple-
y el 85% éxtasis (Release, 1997). Alrededor ando ketamina es algo cada vez menos renta-
del 10% había consumido ketamina en un ble debido al precio que está alcanzando esta
estudio escocés sobre los jóvenes que acudí- droga. La situación europea cambió a medida
an a “raves” (Riley y col., 2001). que fue aumentando el consumo de ketami-
En Europa, entre 1990 y 1995, muchos na por vía intranasal, en lugar de por vía oral
individuos consumieron accidentalmente (en forma de pastilla), lo que incrementó
ketamina en fiestas y clubs, convencidos
convencidos de notablemente su popularidad.
que se trataba de pastillas de éxtasis. Las En EEUU, apenas se importó de Asia en la
consecuencias fueron a menudo muy des- década de 1990, pero cada vez llega más, y
agradables, ya que no experimentaban los muy barata, a través de Méjico. La ketamina
efectos esperados, y la ketamina adquirió ha sido normalmente una droga bastante cara
mala fama. Una vez ingerida, la droga es en EEUU (y Australia), por lo general desviada
absorbida por la sangre y se dirige en primer o robada de centros veterinarios y hospitales,
lugar al hígado, donde una cantidad importan- y consumida por acaudalados estudiantes y
te de la misma se transforma en norketamina profesionales de clase media (Topp y col.,
y dehidronorketamina (Grant,
( Grant, 1981; Yanagiha- 1998; Jansen, 2000, 2001a; Dillon y col.,
ra y col., 2003). La norketamina tiene unos 2003). La ketamina continúa siendo muy utili-
efectos más adormecedores, sedantes y pro- zada en la medicina humana, tanto en los paí-
longados que la ketamina (Humphries y col., ses desarrollados (Green y col., 1998; Bell y
1997).
1997 ). El consumo intranasal produce unos col., 2003; Taura y col., 2003) como en los
efectos másaacordes
nes asisten conSin
los clubs. lo que buscanesquie-
embargo, evi- países en vías que
controversias de desarrollo,
se desatan,a pesar de las
de vez en
dente que la ketamina tiene sus propios par- cuando, sobre la conveniencia de dar a la
tidarios, y es un error afirmar que la ketamina gente drogas con efectos psicodélicos (Sobel
sólo se empezó a consumir por equivocación y col., 1999). La clasificación habitual, por
en la cultura dance. Desde los inicios de esa parte de los periódicos, de la ketamina como
cultura, en los clubs de Chicago, Nueva York y “tranquilizante de caballos/ gatos/ elefantes”
Goa, algunas personas buscaron la ketamina. es, de ese modo, engañosa.
En el Reino Unido, esta droga goza desde En 1999, la ketamina se convirtió en una
hace mucho tiempo de popularidad en una droga ilegal en EEUU, inscribiéndose en la
facción de la subcultura del free party  lista 3; en el estado de Victoria
Victoria (Australia) se
(“crusty/ traveller”), gracias a su importación incluyó en la lista 2, por considerarse una
de la India. Sumamente barata, a diferencia droga que creaba adicción, y se establecieron
del éxtasis, se introducía de contrabando en penas específicas por consumir, estar en

Jansen, K.; Theron L. 137


 

posesión y traficar con ella (Oficina Australia- trar aspectos del modo en que la mente/cere-
na de Inteligencia Criminal, 2000). En la bro construye la realidad, la personalidad, así 
mayoría de los países europeos, la ketamina como proporcionar un sentido del significado
continúa siendo una droga sin controlar y de las cosas y de lo sagrado, sin llegar nece-
puede encargarse legalmente a las compañí- sariamente al delirio tóxico. El término “aluci-
as químicas. Sin embargo, la situación empie- nógeno” no es el más adecuado para descri-
za a ser controlada por algunos organismos y bir ese abanico de efectos, mientras que el
es muy posible que no tarde en cambiar. término más reciente de “enteógeno” se
Existe una propensión general a convertir la refiere únicamente al aspecto espiritual, ya
ketamina en una droga bajo control hospitala- que signific
sig nificaa “generar Dios en el e l interior”
inter ior”.
rio, ya que las ampollas tienden a desapare- Poco tiempo antes de morir en 1997, Timothy
cer. En países como el Reino Unido y Nueva Leary, un psicólogo especializado en los efec-
Zelanda, la ketamina no está controlada por tos de las drogas psicodélicas (sobre todo
el Misuse of Drugs Act , pero la venta está LSD) observó que la ketamina y una droga lla-
restringida por el Medicines Act . Los proce- mada Salvinorin A eran los agentes psicodéli-
samientos son escasos. Así, pues, los infor- cos más profundos en términos de percep-
mes sobre arrestos y condenas no son más ción profunda de la experiencia (Leary &
que una pobre muestra del verdadero alcan- Sirius, 1997). Esta teoría venía respaldada por
ce del consumo de ketamina en la mayoría la Essential Guide to Psych edelics , donde la
Psychedelics 
de los países. ketamina era descrita como “el último viaje
Existen algunas diferencias entre las distin- psicodélico” (Turner, 1994). Al igual que ocu-
tas marcas comerciales. El Ketalar contiene rre con otras drogas de esa clase, la expe-
el conservante cloruro de benzetonio que riencia puede verse sumamente afectada por
puede afectar al estado mental a través de la dosis; la vía; el conjunto formado por la per-
acciones en los receptores colinérgicos sonalidad, la historia personal, el estado de
(Durieux & Nietgen, 1997), mientras otras ánimo, las motivaciones, la inteligencia, la
marcas (ej. Astrapin) contienen clorobutanol, imaginación, las actitudes, los acontecimien-
que es tóxico en algunos modelos animales tos vitales y las expectativas del consumidor;
(Malinovsky y col., 1993; Borgbjerg y col., y el marco (entorno físico, social y emocional,
1994). Esos modelos suelen implicar la inyec- por ejemplo ver Kumar y col., 1992; Sklar y
ción directa en la espina dorsal de los cone- col., 1981).
jos, y probablemente no son relevantes para Los efectos empiezan alrededor de 30
modelos humanos de consumo no médico.
segundos después de una inyección intrave-
La S (+) ketamina causa una pérdida de con-
ciencia más rápida, tiene más posibilidade
posibilidadess nosa (i.v.); 2-4 minutos después de una inyec-
de suprimir la respiración, y tiene un tiempo ción intramuscular (i.m.), 5-10 minutos des-
de recuperación más rápido que la mezcla pués de su consumo intranasal, y 10-30
equitativa de isomeros S (+) y S (-) hallada en minutos
estómagodespués
vacío. Ladeduración
una dosis oralefectos
de los en un
el Ketalar (Engelhardt, 1997). Tiene menos
probabilidades de dañar la memoria, pero psicodélicos oscila entre 10 minutos (i.v.), 1
también es una droga psicodélica mucho hora (i.m.) y 4 horas (oral). Los efectos pue-
más potente (V( Vollenweider y col., 1997a, b). den tener una duración mucho menor en per-
sonas que han desarrollado una tolerancia, y
el poder de la ketamina puede ser diluido
(cortado) con otras sustancias. Los efectos
KETAMINA: LLA
KETAMINA: LLAVE
VE DE LA PUERTA
PUERTA DE LA pueden, asimismo, ser más duraderos en
DISOCIACIÓN algunas personas. La cantidad de ketamina
pura que suele ser absorbida por vía intrana-
La ketamina se ha descrito a veces como sal es difícil que sobrepase los 100 mg. Las
una droga psicodélica (“reveladora de la dosis psicodélicas después de una i.m. sue-
mente”),
mente ”), ya que ocasionalmente puede mos- len oscilar entre 25 y 85 mg, mientras que las

138 Ketamina: nuevas observaciones sobre su consumo, consumidores y efectos 


 

dosis orales no suelen exceder los 350 mg. ninguna otra clase de peligro físico (Rogo,
Los consumidores crónicos con tolerancia a 1984; Ghoniem y col., 1985; Johnstone,
la droga pueden tomar cantidades mucho 1973; Jansen, 1989; 1996a, b; 1997a; 2001a;
mayores, mientras que algunas personas son Klausen y col., 1983). Las típicas característi-
muy sensibles a ella y acusan importantes cas incluyen la convicción de que uno ha
efectos con dosis menores. muerto, la percepción de que la conciencia
Un grado de aparente disociación del cuer- ha abandonado el cuerpo, ruidos de zumbi-
po es el efecto más típico. Pueden darse dos/ silbidos/ vibraciones seguidos de un
viaje a través de un túnel a gran velocidad,
experiencias
po”, una percepc de ión
“abandonar
per cepción ha ber el
de haber propio cuer-
tr ascendid
trasce ndidoo al sensación de salir a la luz; aparente comu-
tiempo, una clara extensión de la conciencia nión con Dios; supuesta entrada en otras rea-
más allá del consenso realidad y espacio- lidades; aparición de viejos recuerdos; repaso
tiempo hacia otros universos, símbolos, los de la vida; euforia; incapacidad de sentir
muertos, campos de energía, arquetipos y dolor; claridad de pensamiento y visiones de
una fusión
fu sión con
c on la “Última
“Últim a Realidad”
Reali dad”, de donde
d onde paisajes, gente y figuras míticas y religiosas.
“las ilusiones” de tiempo, espacio y materia Algunas experiencias son aterradoras y van
parecen derivar (Jansen, 2000, 2001a). Algu- unidas a una llegada al Infierno, en lugar de al
nas experiencias con ketamina se asemejan Cielo. La pérdida de contacto con la realidad
a soñar con lucidez. Se trata de un estado en externa y el sentimiento de formar parte de
el que el individuo sabe que está soñando, y otra, y más esencial, realidad pueden resultar
abrumadores. Al igual que en algún caso de
puede influir y controlar el sueño. Otras expe-
NDE durante una emergencia, muchos
riencias tienen mucho en común con los jue-
gos de realidad virtual o con un viaje a través pacientes quirúrgicos
ketamina han contado loa los
queque se ha dado
se hablaba y lo
de “las redes de informació
in formaciónn”. Algunas
Algu nas pelícu-
que ocurría durante la operación, y tenían la
las como Tron, 2001: una odisea del espacio ,
sensación de que flotaban en el aire sobre la
y Contact  tienen fragmentos que pueden
escena, aunque parecían inconscientes
ayudarnos a imaginar lo que puede ser una
(Schwender
(Schw ender y col., 1997). Algunos psiquiatras
experiencia con ketamina. Los cambios en la
han señalado que esa clase de “viajes” son
percepción de las partes del cuerpo son en realidad experiencias cercanas al naci-
comunes (Hansen y col., 1988). El efecto miento e implican volver a experimentar par-
sobre el sonido es variable (Plourde y col., tes del proceso de nacimiento de un modo
1997).
1997 ). Pueden experimentarse visiones lle- simbólico (Grof, 1988).
nas de brillantes colores. Se crean nuevos
vocablos con significados que no se pueden
explicar (neologismos). Pueden repetirse las Farmacología 

mismas palabras
ran “el Secret
Sec d eloUniv
retoo del frases,
Univers como
erso”
o”
. si encerra- Las células del cerebro nadan en sales
disueltas que pueden entrar y salir a través
de unos canales en las paredes de las célu-
las. La ketamina llega a los receptores PCP
KETAMINA, EXPERIEN
KETAMINA, EXPERIENCIAS
CIAS CERCANAS A dentro de algunos de esos canales y los blo-
LA MUERTE
M UERTE Y AL NACIMIENTO
NACIMIEN TO quea (Thompson y col., 1985). El glutamato
cruza el espacio entre las células y llega a los
receptores del NMDA (N-metil-D-aspartato)
La experiencia de la cercanía de la muerte por el otro lado (en la superficie de la célula),
(NDE) es un estado alterado del ser al que se girando la llave química en la cerradura; pero,
puede acceder de varias maneras. La ketami- mientras el canal está bloqueado por la keta-
na puede producir las mismas sensaciones mina uniéndose
uniéndos e a los receptores PCP PCP,, no
que un NDE sin que el individuo se encuen- puede enviarse el menor impulso. El término
tre físicamente cerca de la muerte, ni corra “receptor NMDA
NMDA”” se emplea a menudo de

Jansen, K.; Theron L. 139


 

modo impreciso para todo el complejo, inclui- Las experiencias de NDE y con ketamina
do el receptor
recep tor PCP.
PCP. Existen varios subtipos
subti pos de implican el bloqueo de algunos complejos de
receptores NMDA. La ketamina afecta espe- receptores NMDA (Jansen, 1989). Un des-
cialmente a uno de ellos. La ketamina afecta, censo súbito de O2 o del azúcar en la sangre,
asimismo, a los opiáceos, la dopamina (activa
( activa un aumento de CO2 (debido, por ejemplo, a
el sistema dopaminérgico), la serotonina la interrupción del riego sanguíneo durante un
(5HT2a agonista), la noradrenalina, el óxido ataque al corazón), descargas eléctricas anó-
nítrico, sigma, GABA (ácido gamma amino- malas y otros factores pueden desencadenar
butírico, un mensajero
mas acetilcolina inhibitorio),
y endocrino los siste-
(aumento del un torrente
1984). de glutamato
Esto sobreexcita las(Benveniste y col.,
células cerebrales
cortisol y del prolactina), entre otros (Drejer & que explotan y mueren. Este fenómeno se
Honore, 1987; Hirota y col., 1999; Hustveit y conoce como “excito-toxicidad” (Rothman &
col., 1995; Irifune, 1997; Kapur & Seeman, Olney,, 1987). La llegada masiva de glutamato
Olney glut amato
2002; Lindefors y col., 1997; Oyama y col., también activa los genes apoptóticos que
1970; para un estudio detallado ver Jansen, empujan a la célula a suicidarse (Englehardt y
2001a). Muchos de estos sistemas contribu- col., 2003).
yen al estado mental que sigue al consumo La ketamina puede prevenir este daño
de ketamina. cerebral por medio del mismo mecanismo
Mientras la ketamina ocasiona el bloqueo que resulta tan importante para sus efectos
de algunos receptores NMDA, las dosis sub- psicodélicos: el bloqueo de los canales, de tal
t al
anestésicas pueden, en algunos tractos del modo que el “torrente” de iones no puede
cerebro,
(Anand yliberar
col., los receptores
2000; de glutamato
Moghaddam y col., precipitarse dentro de las células
1986). Estos descubrimientos llevan a(Weiss,
prede-
1997; Narimatsu y col., 2002) lo que se tradu- cir que el cerebro tendría sus propios meca-
ce en excitación tanto vía los receptores no- nismos naturales de defensa contra ese
NMDA de glutamato (tales como los recepto- torrente de glutamato (Jansen, 1989, 2001a).
res de ácido kaínico y los receptores AMPA), No hay duda de que tendría muchas más ven-
como vía los receptores NMDA restantes tajas desarrollar ese mecanismo protector.
que no se bloquean con dosis subanestési- Uno de esos mecanismos de protección es
cas. Con esta clase de dosis, bloquear deter- probablemente una contra-riada de bloquea-
minados complejos receptores NMDA puede dores naturales del complejo receptor NMDA
desconectar las células que liberan la sustan- que produce efectos NDE similares a la keta-
cia inhibidora, ácido gamma aminobutírico mina. Mientras una persona tiene un NDE a
(GABA). Si la inhibición es eliminada, la nivel psicológico, el cerebro se protege a sí 

siguiente
& Honore,célula
1987).deDe
la cadena se excita
ese modo, (Drejer
el neocortex mismo de cualquier
fisiológico. daño excito-tóxico
Los bloqueadores a nivel
naturales de
aparece “caliente”
“caliente” (hipermetabólico) en los glutamato descubiertos incluyen el NAAG (N-
escáneres cerebrales con dosis psicodélic
psicodélicasas acetil-aspartil-glutamato), el ácido magnésico
de ketamina (Vollenweider y col., 1997a, b), y kinurénico; todos ellos protegen las células
en lugar
lug ar de “tranquilo”
“tran quilo”, como podrí
p odríaa esperar-
espe rar- de cualquier daño excito-tóxico (Coyle, 1997;
se de un anestésico convencional. Los recep- Feldman, 1996; Miranda y col., 1997; Erhardt
tores NMDA que contienen el subgrupo & Engberg, 2002). La liberación excesiva de
NR1/NR2A (al que el PCP prefiere unirse), en glutamato de un subgrupo determinado de
vez del subgrupo NR2B (que prefiere unirse a terminales nerviosas puede también contri-
una droga llamada ifenprodil antes que al buir al estado mental que sigue al consumo
PCP), parecen ser responsables de los efec- de dosis subanestésicas de ketamina y que
tos psicodélicos de bajas dosis de ketamina puede ocurrir durante una NDE (Anand y col.,
(Narita y col., 2001). 2000).

140 Ketamina: nuevas observaciones sobre su consumo, consumidores y efectos 


 

La gente que se queda sin oxígeno duran- parte como diferentes polimorfismos para el
te un largo período, por ejemplo después de subgrupo NR1/ NR2A de los receptores
un ataque al corazón, y que afirma haber NMDA (Rice y col., 2001). La habilidad para
experimentado un profundo NDE, a veces experimentar fenómenos emergentes des-
sobrevive, sorprendentemente, con el cere- pués de tomar ketamina puede también
bro en perfecto estado (Sabom, 1982). Esta estar vinculada a una mayor propensión a
ausencia de lesiones cerebrales puede ser desarrollar esquizotipia, esquizofrenia y otras
debida a un mecanismo heredado muy efec- formas de psicosis (Malhotra y col., 1998).

tivo
pues,para bloquear capaces
los individuos la sobreexcitación. Así,
de experimentar
un NDE pueden tener menos probabilidades
de sufrir lesiones cerebrales (Jansen, 1997a). EFECTOS NEGATIVOS
NEGATIVOS DE LA KETAMINA
Este puede ser el mismo grupo que relata
experiencias psicodélicas después de tomar El consumo de ketamina se ha vinculado a
ketamina. Alrededor del 40% de la población una gran variedad de problemas de salud
ha tenido alguna forma de NDE, si nos atene- mental, que incluyen ansiedad, ataques de
mos a la definición más amplia posible pánico, flashbacks, trastorno de estrés pos-
(Sabom, 1982). El porcentaje de individuos traumático, cambios perceptivos persisten-
que relatan “fenómenos emergentes” des- tes, manía, depresión, suicidio, insomnio,
pués de una anestesia con ketamina también pesadillas, terrores nocturnos, un desagrada-
es el 40% cuando se combina con los resul- ble sentimiento de ser irreal o de que el
tados de numerosos estudios, es decir, mundo es irreal, delirios paranoides, alucina-
menos del 50% de los individuos a los que ciones persistentes, comportamiento auto-
se da ketamina hablan de efectos psicodéli- mático, fragmentación de la personalidad y
cos, mientras que el resto se limitan a sentir- agresividad (Jansen, 2001a, b). Sin embargo,
se “desconcert
“desco ncertadamen
adamentete hechos
h echos polvo
po lvo””, tal
t al no se ha establecido, por lo general, una rela-
como observó Moore (Moore & Alltouniam, ción causa-efecto y algunas personas des-
1978). arrollarán problemas de salud mental con
Los sueños, los “viajes” con la ketamina y independencia de las drogas que tomen. Atri-
las NDE son estados en los que existe una buir equivocadamente determinados sínto-
entrada sensorial extremadamente reducida mas al consumo de drogas es un error muy
del mundo exterior. Resulta interesante común en nuestros días, de igual modo que
observar que aquellos que no se acuerdan de los síntomas fueron equivocadame
equivocadamente
nte atribui-
sus sueños tienen muy pocas probabilidades dos a otras fuentes de temor comunitario en
de recordar sus “viajes” con la ketamina. En el pasado, por ejemplo, viajar en tren o en
un estudio de 150 pacientes, el 40% recorda- bicicleta
obstante,en la época
cierta victoriana.
evidencia de queExiste, no
los conti-
ban tener sueños en casa (Heija & Galloon,
1975). De este grupo, el 75% describían sus nuos cambios psicológicos pueden ser cau-
sueños durante la anestesia con ketamina sados en ocasiones por el consumo de aluci-
(50 de 68), mientras que sólo 2 de los 82 que nógenos (Strassman, 1984).
afirmaban no soñar en casa fueron capaces Ha existido, asimismo, una tendencia a dar
de hablar de sus sueños durante la anestesia demasiada importancia a la farmacología, a
con ketamina. El porcentaje de los que recor- expensas de considerar la psicología de los
daban soñar en casa es aproximadamente el efectos negativos
negativos de las drogas. La teoría psi-
mismo que el de los que hablan de “fenóme-
“fenóme- coanalítica sostiene que cualquier material
nos emergentes” en numerosos estudios capaz de provocar una ansiedad inaceptable
anestésicos sobre la ketamina: alrededor de para la mente despierta se ve reprimido en el
un 40%. Las diferencias genéticas pueden inconsciente. Es posible que las defensas
ser responsables, quizá expresándose en contra este material perturbador se vean a

Jansen, K.; Theron L. 141


 

veces afectadas por consumir una droga ciativos o esquizotípicos. No se realizó ningún
como la ketamina. Tal vez las brechas abiertas test para excluir la posibilidad de que persis-
en esos muros no sean siempre capaces de tieran la norketamina y/u otras drogas en la
autorrepararse por completo mientras los orina, y tampoco sabemos lo que realizaron
efectos agudos de la droga se resuelven, y esos individuos durante los tres días anterio-
eso permita que algunas clases de material res a la prueba. El método seguido para efec-
logren acceder mejor a la parte consciente de tuar el estudio sugiere la posibilidad de que
la mente. Ello podría ocasionar una gran una parte importante de ese tiempo estuvie-
ran despier
de spiertos
tos y “de juerga”
ju erga”, un tipo
ti po de vida
v ida
variedad
sen, 200 de problemas de salud mental (Jan-
20 01b). que tiene muchas posibilidades de impactar
El término “despersonalización” se refiere por sí mismo en el funcionamiento cognitivo.
al sentimiento de ser irreal, mientras que el Los metabolitos norketamina y dehidroke-
término “desrealización”
“desrealización” alude al sentimiento tamina son, asimismo, antagonistas del
de que el entorno es irreal. Ambos son suma- receptor NMDA (Ebert y col., 1997), con una
mente desagradables y con bastante fre- propensión menor a producir efectos psico-
cuencia se producen como efectos negativos délicos. De ese modo, los pacientes pueden
de la ketamina. tolerar durante mucho tiempo, sin sufrir aluci-
La atención, el aprendizaje y la memoria naciones, ketamina oral prescrita para com-
quedan mermados mientras duran los efec- batir un dolor crónico (Humphries y col.,
tos de esta droga (Malhotra y col., 1996; 1997). Resulta ostensible que la resolución
Curran & Morgan, 2000), y la ketamina ha de los efectos alucinógenos no implica que
sido empleada para producir un modelo de exista un nivel inadecuado de metabolitos
enfermedad de Alzheimer (Ellison, 1995). Las activos que afecten la función cognitiva. La
investigaciones en el campo de los proble- farmacocinética de la norketamina en adultos
mas cognitivos que persisten una vez que la policonsumidores entre 20 y 30 años debe
orina demuestran estar libre de cualquier ser analizada con mayor profundidad.
droga y de sus metabolitos, son escasas, y la En el estudio realizado por Siegel (1978)
coexistencia de depresión y ansiedad (que sobre 23 consumidores de ketamina, los indi-
afecta a la memoria y a la concentración) viduos sólo necesitaban haber consumido
debe ser excluida. Curran & Morgan (2000) ketamina al menos en una ocasión el año
encontraron que 15 consumidores recreacio- anterior y fueron reclutados de un estudio
nales de ketamina veían disminuida su sobre consumidores de cocaína. La disfun-
memoria episódica, semántica y de trabajo, ción atencional era un efecto común, según
pero no su memoria implícita, el día en que reconocían ellos mismos, que persistía des-
tomaban dicha droga, después de comparar- pués de abandonar el consumo.
los con 18 controles, y que la memoria Un anestesista adicto a la ketamina tenía
semántica seguía significativamente reducida problemas de memoria, de atención y de
tres días después, a pesar de que la actua- concentración.. Explicó, asimismo, que había
concentración
ción en la mayoría de las medidas objetivas experimentado un ligero cambio en la per-
había mejorado mucho. También se advirtie- cepción visual que persistía en los períodos
ron unos niveles más elevados de esquizoti- de no consumo (Jansen, 1990). El consumo
pia. En un estudio posterior, Curran & Monag- de ketamina afectaría la memoria y dificulta-
han (2001) compararon 18 consumidores ría el hallazgo del vocablo más adecuado. El
habituales con 19 consumidores no habitua- cambio en la percepción visual implicaba un
les tres días después de consumir la droga. aumento ligero “de“d e granulado”
g ranulado”, agravado por
Los consumidores habituales mostraban una la fatiga, la ansiedad y otras drogas. Se deno-
merma significativa de la memoria episódica minan cambios persistentes de percepción.
y semántica, pero no hallaron la menor evi- El problema se diferencia de un flashback en
dencia de que persistieran los síntomas diso- que es crónico más que episódico.

142 Ketamina: nuevas observaciones sobre su consumo, consumidores y efectos 


 

¿Cómo afecta la ketamina la cognición y la ratas tienen índices de metabolismo cerebral


percepción a largo plazo? Las neuronas dos veces más elevados que los observados
sufren numerosos cambios a lo largo de la en los primates. En parte debido a este por-
vida, constituyendo
constituyendo la base de ciertos tipos centaje base más elevado de excitación, la
de memoria y de la compensación cerebral ketamina provoca sobreexcitación en las
para el envejecimiento. Los receptores ratas en dosis más pequeñas de las que acti-
NMDA juegan un papel muy importante en van la anulación de los sistemas. Incluso en
esta plasticidad, que puede ser bloqueada en las ratas, los receptores NMDA deben ser

los
nicaanimales mediante
de ketamina la administración
(Corbett, cró-
1990). Se desco- bloqueados al menos
causar cambios durante
reversibles y aldos horasveinti-
menos para
noce la importancia que puedan tener estas cuatro horas para producir la muerte de algu-
investigaciones para el consumidor humano. nas células, pero la ketamina tiene una vida
No existe la menor evidencia de que la media corta (alrededor de 20 minutos en las
ketamina ocasione lesiones cerebrales a nivel ratas) y se necesitan muchas inyecciones,
celular en los primates (hombres/monos), durante un período de tiempo muy prolonga-
aunque sí produce determinados cambios en do, para ocasionar cambios persistentes (Far-
los cerebros de las ratas. 40 mg/kg se tradu- ber y col., 1998; Hayashi y col., 2002). Los
ce en vacuolas (bolsas llenas de fluido) que cambios tóxicos reversibles en las ratas apa-
aparecen en el interior de las células en algu- recen con 40 mg/kg de ketamina y se detie-
nas partes del cerebro de la rata, como en el nen con 100 mg/kg; después no experimen-
girus cingulado, que se soluciona a los pocos tan más cambios (Sharp y col., 1994). Los
días. Dosis elevadas y repetidas
r epetidas de PCP, que intentos de producir cambios tóxicos en los
es más tóxico, o de su pariente MK801
MK801 (dizol- monos fueron un fracaso total con dosis de
cipina), incluso más tóxico que él, pueden 10 mg/kg en inyecciones intramusculares
tener como resultado la muerte de algunas (Sharp, 1998).
células (Olney y col.,
col. , 1989, 1991). Auer y col., Así, pues, los seres humanos y los monos
(1996) inyectaron a los monos MK801, la están protegidos de los cambios tóxicos por
droga más tóxica de este grupo (jamás apro- el aumento de la anestesia, que hace su apa-
bada para el consumo humano), y fueron rición por encima de ciertas dosis y calma las
incapaces de producir el menor cambio tóxi- células del cerebro. Lo mismo sucede con las
co en ellos. Es posible que los humanos y los ratas, a partir de 100 mg/kg, pero ocurre
monos no corran el riesgo de sufrir los cam- demasiado tarde para evitar que se produz-
bios observados en las ratas, debido a las can algunos cambios tóxicos mientras las
diferencias de metabolismo entre el cerebro ratas “se excitan”
excitan” debido a su índice metabó-
de las ratas y de los primates. La ketamina lico más elevado. Los cambios celulares no
puede bloquear la excito-toxicidad (lesión aparecerían si las ratas fueran tratadas previa-
cerebral causada por la escasez de oxígeno, mente con una gran variedad de drogas,
etc...), pero también puede excitar el cerebro incluyendo
incluy endo LSD y sustancias similares a las
a bajas dosis al anular los sistemas inhibito- anfetaminas como el DOM (4-Methyl-2,5-
rios. Probablemente eso no resulta perjudicial dimethoxy-anfetamina) (Farber y col., 1998),
para los primates porque la ketamina también todas las benzodiacepinas y barbitúricos, anti-
llega a un amplio número de receptores que colinérgicos (Olney, 1994),
1994), drogas antipsicóti-
cierran esa forma de excitación antes de que cas, incluyendo haloperidol, clozapina y olan-
pueda producirse algún daño estructural. Así, zapina (Farber y col., 1996), nifedipina y otras
pues, la tendencia de la ketamina a llegar a drogas. Algunas de ellas bloquean los cam-
numerosos receptores diferentes aumenta bios tóxicos en las ratas al volver a poner en
considerablemente su seguridad relativa al marcha sistemas inhibitorios, y la propia keta-
MK801, que llega muy específicamente al mina activa esos sistemas inhibitorios con
complejo receptor NMDA. Para empezar, las dosis más elevadas. Algunos investigadores
investigadores

Jansen, K.; Theron L. 143


 

han señalado que el proceso neurotóxico en A pesar de que un examen riguroso de un


las ratas es el responsable de los efectos psi- neuropatólogo pueda demostrar que no se
codélicos en los seres humanos, y que un producen cambios celulares estructurales en
proceso natural afín se produciría en la esqui- los primates después de administrarles keta-
zofrenia (Farber y col., 1998). Sin embargo, la mina, existe un reconocimiento cada vez
mayoría de las drogas que bloquean esta toxi- mayor del papel que juegan entidades mucho
cidad en las ratas no sirven para tratar la menores en la memoria. Cuando una droga
esquizofrenia
esquizofren ia (por ejemplo, el LSD), ni tampo- llega a un receptor de la superficie celular,
co se ha probado
bloquear que esas
los efectos de ladrogas sirvan
ketamina enpara
los puede activarsealunnúcleo
de información proceso de transmisión
de esa célula. Una
seres humanos. Por ejemplo, el lorazepán segunda oleada de mensajeros conducen la
reduce la angustia emocional que puede información a través de la célula (como, por
acompañar a una experiencia con ketamina, ejemplo, el adenosín trifostato, ATP) y una
pero no parece reducir los efectos psicodéli- tercera oleada de mensajeros llevan la infor-
cos (a veces catalogados como efectos psi- mación al interior del núcleo, donde se halla
cotomiméticos) de la ketamina (Krystal y col., el DNA cromosómico. Los primeros genes
1998). No obstante, Krupitsky y col., (2001) del cromosoma en activarse son los llamados
han señalado que la nimodipina atenúa los genes IEG (immediate-early genes ). ). Éstos
efectos de la ketamina, y existen versiones pueden reaccionar produciendo mRNA, que
anecdóticas sobre éxtasis, anfetaminas, entonces fabrica una nueva proteína. La res-
cocaína y DMT como reductores de los efec- puesta de los genes IEG que produce varie-
dades de proteína c-fos ha sido analizado
tos de la ketamina (Jansen, 2001a; Turner,
1994). especialmente al estudiar los efectos de las
drogas en esos sistemas (Dragunow y col.,
Además de causar excito-to
excito-toxicidad,
xicidad, la keta- 1989). Las dosis subanestésicas de ketamina
mina puede dañar células en las ratas provo- provocan la formación de c-fos (Nakao y col.,
cando apóptosis (suicidio celular), del mismo 1996) pero las dosis anestésicas no (Nakao y
modo que puede proteger contra esos dos col., 1993). El sistema de regulación mutua
procesos en otras circunstancias. Olney ha de dopamina/ glutamato se ve involucrado en
señalado que el cerebro corre un riesgo el proceso. Las dosis crónicas repetidas de
especial ante los bloqueadores del receptor ketamina se traducen en continuas alteracio-
NMDA durante la aceleración del crecimiento nes del sistema dopaminérgico, entre otros
de las células cerebrales, que empieza a los (Irifune y col., 1991, 1997; Lindefors y col.,
seis meses en el útero y continúa durante 1997), y esas alteraciones pueden tener efec-
varios años después del nacimiento (Olney, tos de retroalimentación en los sistemas del
2002;
alcoholveres,también Hayashi
asimismo, un ybloqueador
col., 2002).del
El glutamato
mientras que (Verma & Moghaddam,
los cambios 1996),
en los sistemas de
receptor NMDA, y Olney afirma que este pro- glutamato pueden tener efectos de retroali-
ceso puede, de ese modo, ser responsable mentación en los sistemas de dopamina. De
del síndrome alcohólico fetal. Una vez más, modo que es posible que esos continuos
sin embargo, esto sólo ha sido demostrado cambios en el sistema dopaminérgico tengan
en los roedores. La ketamina ha sido amplia- como resultado una pérdida de eficiencia en
mente utilizada con mujeres embarazadas y los sistemas glutamato-mediadores de la
bebés. Como no existe la menor evidencia de memoria, y una mayor susceptibilidad a la
que se haya producido ningún tipo de síndro- esquizotipia,
esquizotip ia, que no parece cambiar la estruc-
me o lesión cerebral a consecuencia de ello, tura de la célula.
no sabemos con seguridad el efecto que ten- Algunos cambios pueden producirse en el
drían los estudios sobre animales de Olney nivel receptor (Morita y col., 1995; Williams y
en la práctica anestésica. col., 1992), pero otros lo hacen en el nivel de

144 Ketamina: nuevas observaciones sobre su consumo, consumidores y efectos 


 

señalamiento intracelular y de activación/des- ca que trastoca la acción del litio, la droga


activación del ácido nucleico. Esto ha sido estabilizadora del humor (Dixon y col., 1994).
investigado para la administración crónica de La ketamina tiene efectos antidepresivos
cocaína, con la que la ketamina comparte (Berman y col., 2000; Kudoh y col., 2002; Yil-
importantes propiedades (Koek, 1989). Por maz y col., 2002). De 23 consumidores, la
ejemplo, ambas drogas son potentes blo- mitad relataron una elevación prolongada del
queadores de recaptación de dopamina (Nis- estado de ánimo (Siegel, 1978).
himura & Shato, 1990). En respuesta a la Los flashbacks con ketamina son episodios
administració
administración n crónica
ción de los genes IEG de
de cocaína,
la familialaFos
induc-
es que
que noel duran más devuelve
consumidor unos segundos, en los
a experimentar
regulada a la baja (down regulated ),), lo que se algunos ligeros fenómenos. Ello difiere de la
traduce en continuos cambios en el mismo opinión tan extendida de que un flashback es
sentido en algunos productos génicos como la vivencia repetida, completa y no provoca-
el factor de trascripción AP-1 (Hope, 1998; da, de una experiencia con drogas. El efecto
ver también Hiroi y col., 1997). físico en el cerebro de una droga específica
En un grupo de mujeres sometidas volun- es una explicación poco probable para los
tariamente a una intervención
inter vención quirúrgica,
quirúrgica, al flashbacks, pues se han vinculado a éstos
50% se les administró droperidol y fentanil y una serie de drogas (por ejemplo, LSD, keta-
al 50% diazepan y ketamina. El grupo del dro- mina y MDMA) que actúan de forma muy
peridol/ fentanil se quejó de desasosiego, dis- diferente en el cerebro (Jansen, 2001 b), y los
foria y fatiga después de la operación. El flashbacks
flashbac ks también se producen en el trastor-
grupo de la ketamina/ diazepan no se quejó no de estrés postraumático (PTSD). El PTSD
de nada. A los tres meses, la única diferencia es una reacción retardada a un suceso excep-
significativa entre los dos grupos era que el cionalmente estresante (Organización Mun-
25% tenían la sensación de que su memoria dial de la Salud, 1992). Las experiencias con
y su concentración se veían seriamente afec- ketamina pueden ser excepcionalmente
tadas por el droperidol/ fentanil (nadie afirma- estresantes para algunas personas. Eso signi-
ba eso con la ketamina/ diazepan). No había fica que los flashbacks que siguen a las expe-
la menor diferencia entre los dos grupos en riencias traumáticas con ketamina pueden en
cuanto a sueños, pesadillas, alucinaciones o realidad constituir una forma de PTSD, lo que
impresiones. ¿Puede una sola dosis de dro- equivale a vivir nuevamente el trauma en
peridol/ fentanil causar realmente una dismi- forma de recuerdos y sueños intrusos, y pue-
nución prolongada de memoria? Las mujeres den incluir alucinaciones episódicas, que apa-
no querían esas drogas en el momento de recen tras un período latente de varias sema-
operarse, y es mucho más probable que su nas, así como problemas de memoria,
aversión a tomarlas
a la anestesia de loslas predispusiera
problemas a culpar
surgidos tres aprendizaje, atención,
(Van der Kolk, 1997). Seansiedad y depresión
ha establecido que
meses después, en lugar de considerar otros los flashbacks que siguen a las experiencias
motivos (Klausen y col., 1983). con LSD son mucho más probables si esas
Después de un consumo abusivo de keta- experiencias son traumáticas (Strassman,
mina, se recupera el estado de ánimo habi- 1984).
tual, poco a poco, en unos días. La causa de Algunos flashbacks relacionados con dro-
esto puede ser que la disminución más lenta gas pueden constituir una forma de desorden
en los niveles de norketamina y dehydronor- de conversión (histeria), donde la ansiedad y
ketamina proporciona un efecto amortigua- otras formas de sufrimiento psicológico se
dor. Es más frecuente estar eufórico que transforman en síntomas tales como cam-
deprimido. La ketamina puede desencadenar bios en la percepción, síntomas somáticos y
hipomanía en un trastorno bipolar (maníaco- amnesia. Las drogas disociativas tienen una
depresivo). Tiene una acción química específi- tendencia especial a desencadenar esos sín-

Jansen, K.; Theron L. 145


 

tomas. En psiquiatría, los desórdenes de con- droga las personas cuya presión intracraneal
versión se consideran trastornos “disociati-
“disociati- ha aumentado, ya que la eleva todavía más.
vos”. Un trastor
tr astorno
no disociativo
diso ciativo se define
defi ne como Diez días después volvieron a administrarle
una pérdida parcial o completa de integración ketamina y le realizaron un escáner en el que
entre los recuerdos del pasado, la conciencia se inyectaba aire en los espacios del cerebro.
de identidad, las sensaciones inmediatas y el Siguieron cinco días de alucinaciones típicas
control de movimientos (Organización Mun- del delirio (Perel & Davidson, 1986). A pesar
dial de la Salud, 1992). Esa pérdida de inte- de que el título de este informe era “Alucina-

gración
que es unveces
algunas efectoocasiona
clave de un
la ketamina,
peligroso ciones
na” repetidas
, no parece
pa protras
bableelque
rece probable consumo
qu de ketami-
e la ketamina
ket amina f uera
fuera
comportamiento automático en el que las la responsable. Numerosas operaciones van
actividades físicas continúan fuera del control seguidas de delirios que duran unos cuantos
aparente del ego (por ejemplo, darse repeti- días.
das veces contra una pared). El estudio de En un extenso estudio anestésico, 1400
Siegel sobre 23 consumidores ocasionales pacientes tomaron dosis quirúrgicas comple-
señalaba una elevada incidencia de flash- tas de ketamina. Hubo tres casos de alucina-
backs, pero no formulaba ninguna definición ciones prolongadas (el más largo alcanzó las
de este término. Es posible que los distintos tres semanas). En ninguno de ellos las aluci-
individuos analizados hubieran interpretado naciones empezaron tras un período de nor-
esta palabra de un modo muy diferente (Sie- malidad, de acuerdo con el criterio de flash-
gel, 1978). backs (Fine & Finestone, 1973). En otro
El consumo de ketamina se ha vinculado a estudio de 200 pacientes, los cambios men-
trastornos del sueño como parálisis del tales que siguieron a la administración de
sueño y terrores nocturnos. En estos últimos, ketamina se compararon con otros anestési-
el individuo dormido se despierta del profun- cos. Se realizaron repetidos tests durante un
do estadio 4 del sueño con un fuerte grito. año. No hubo diferencias entre los grupos en
Su explicación puede ser que se ha visto funcionamiento mental, alucinaciones y com-
encerrado en un espacio muy pequeño o en portamiento. Dosis múltiples no causaron
un lugar sin coordenadas. Esa clase de expe- una disminución persistente de la función
riencias no se consideran pesadillas ya que intelectual o de la personalidad (Abajian y
no aparecen durante los períodos REM de col., 1973). Se administró a 100 niños ketami-
sueño (Jansen, 200
20 01a). na y gas halotano. Un mes después, no exis-
Hay escasos relatos de alucinaciones pro- tía la menor diferencia de trastornos emocio-
longadas después de una anestesia con keta- nales entre los dos grupos (Modvig &
mina, pero, al no existir un período normal Nielson, 1977). Schorn & Whitwam (1980)
antes del comienzo de las alucinaciones, concluyeron
mina produjeraquecambios
era improbable que la keta-
en la personalidad o
esos fenómenos no pueden ser considera-
dos flashbacks. Un caso citado con frecuen- en el intelecto.
cia es el de un niño al que las alucinaciones Estos estudios anestésicos son mucho
duraron cinco días. Le administraron ketami- más extensos y controlados que los estudios
na en un hospital mientras investigaban unos sobre los consumidores de ketamina con
síntomas de origen cerebral. Antes de admi- fines no médicos. Sin embargo, el paciente
nistrarle ketamina, ya experimentaba ondas suele recibir una dosis anestésica completa,
anormales del cerebro por encima de la cor- posiblemente con drogas de efecto modifica-
teza visual, presión cerebral elevada, fuertes dor como diazepan, droperidol y propofol, con
dolores de cabeza, pérdida de apetito, vómi- toda probabilidad no más de 20 veces. Las
tos, fiebre y náuseas. Le administraron keta- dosis subanestésicas pueden tener efectos
mina sin que experimentara efectos
efectos secunda- diferentes que las dosis anestésicas comple-
rios, aunque no deberían consumir esta tas y, paradójicamente, tienen más posibilida-

146 Ketamina: nuevas observaciones sobre su consumo, consumidores y efectos 


 

des de tener efectos negativos en la salud neto puede ser similar al bloqueo de los
mental por las razones mencionadas con receptores NMDA mientras se estimula la
anterioridad. Las dosis subanestésicas produ- liberación de dopamina. Existen, asimismo,
cen hiperfontalidad, muy parecida a la obser- las acciones farmacológicas de ketamina. Las
vada en la esquizofrenia con síntomas positi- consecuencias de las dosis subanestésicas
vos como alucinaciones e ilusiones de ketamina se han considerado similares a
(Vollenweider
(Vollenweider y col., 1997a, b), más que un los síntomas positivos (alucinaciones, ilusio-
cerebro sereno, y puede producirse la activa- nes, trastornos de pensamiento), negativos y
cognitivos (carencia de emociones, apatía,
ción de ciertos
glutamato subsistemas
(Anand y col., 2000;liberadores
Moghaddamdey aislamiento, pensamiento concreto, ausencia
col., 1997), mientras que la dosis completa de pensamiento, disminución de la memoria
anestésica provoca un descenso en los nive-  / atención/ concentración/ planificación/ finali-
les extracelulares de glutamato (Rozzo y col., zación de las tareas) de la esquizofrenia
2000). Existen, así, ciertos límites al grado de (Adler y col., 1999; Krystal y col., 1994). En
tranquilidad que proporcionan estos estudios esos experimentos, los casos normales no
anestésicos cuando trasladamos nuestra oyen voces críticas como es típico en la
atención al consumo psicodélico. esquizofrenia, y esos estudios tienden a
La ketamina en dosis subanestésicas se emplear términos muy generales, tales como
ha empleado para producir un modelo de “desorganización conceptual” y “contenido
esquizofrenia (Adler y col., 1999; Krystal y inusual de pensamiento” (Krystal y col.,
1994). Sin embargo, la ketamina se ha admi-
col., 1994; Lahti y col., 1995; Malhotra y col.,
nistrado a individuos con esquizofrenia y se
1997). Un trance de ketamina puede aseme-
jarse a una esquizofrenia catatónica. Brazos y ha advertido
agudo de susunsíntomas
empeoramiento específico
esquizofréni cos, for-y
esquizofrénicos,
piernas pueden moverse con semi-determi-
taleciendo el modelo incluso a pesar de que
nación, mientras que la mente vive un drama
los síntomas producidos por la ketamina en
interior. Algunas personas pueden sentarse
los controles resultaban claramente diferen-
repentinamente, decir una frase y volver a
tes de los síntomas producidos por la ketami-
tumbarse. Los consumidores de ketamina
na en personas con esquizofrenia (Lahti y
pueden insistir en que esos “sucesos” inter-
col., 1995; Malhotra y col., 1997). Viajar a tra-
nos suceden realmente y que la droga es una vés de túneles a gran velocidad hasta salir a
llave para entrar en otras esferas. La mayoría la luz no es un rasgo reconocido de la esqui-
de los individuos no están locos, como tam- zofrenia. A pesar de semejantes limitaciones,
poco suelen estarlo quienes consideran real este modelo puede conducir a la larga a un
su NDE. Sin embargo, la experimentación tratamiento nuevo y mejor de la psicosis. La
frecuente de esos otros estados del ser ketamina incrementa los síntomas de la
puede
so en laoriginar
realidadproblemas,
cotidiana, si una
lasvez de regre-
fronteras se esquizofrenia mientras una persona con este
trastorno se encuentra bajo los efectos de
vuelven imprecisas. Moore advirtió en repeti- esta droga, pero los síntomas no se ven
das ocasiones que “esa ilusión de grandeza aumentados una vez que la droga y sus
tiene que serse r vigilada
vigi lada””, y al menos en un metabolitos han desaparecido del cuerpo
“viaje” se describió a sí misma como “leve (Lahti y col., 2001; Malhotra y col., 1997). Por
pero certificadamente loca” (Moore & Alltou- ese motivo, algunos anestesistas son de la
nian, 1978). opinión de que la ketamina puede ser emple-
En algunos tipos de esquizofrenia, parece ada sin riesgo en la esquizofrenia (Ishihara,
haber un funcionamiento por debajo de lo 1997). El cuadro se complica posteriormente,
normal de los sistemas del glutamato y un ya que algunos estudios muestran que cier-
exceso de dopamina. Ello se debe probable- tos tipos de receptores NMDA están menos
mente a factores genéticos y anteriores al activos de lo normal en la esquizofrenia (Gre-
nacimiento (Tsai & Coyle, 2002). El resultado ene, 2001) (hipótesis de la hiperfunción del

Jansen, K.; Theron L. 147


 

glutamato), mientras que algunas fibras libe- sufría heridas físicas graves (Lilly, 1978). Una
radoras del glutamato sobreactúan (hipótesis “intoxicación
“intoxicaci ón de ketamina” puede describir
de la hipofunción del glutamato) -un cuadro mejor algunos de sus episodios que una “psi-
que se ajusta mucho mejor al producido por cosis provocada
p rovocada por las drogas
drogas””. Esto último
ú ltimo
la dosis subanestésica de ketamina- produ- sólo se produciría si volviera a exponerse a la
ciendo un exceso de dopamina como efecto droga, en ningún otro caso, y tendría una tra-
secundario. Ello ha conducido al término yectoria y un resultado diferente de la esqui-
“desregularización del glutamato” que se zofrenia, trastornos bipolares (maníaco-depre-
antepone
glutamato.aLahiperfunción o hipofunción
desregularización del
del glutama- sivos)
1996). yAlgunos
estadosdudan
afinesque
(Poole & Brabbins,
una droga pueda
to es probablemente un modo mejor de des- producir semejante estado. El famoso infor-
cribir las complejidades que llevan a producir me de Connell sobre la psicosis anfetamínica
NDE. Los agonistas del glutamato han resul- llegó a la conclusión de que eso sólo podía
tado decepcionantes como agentes antipsi- ocurrir en los casos de intoxicación, y de que
cóticos, mientras que la lamotrigina, un inhi- desaparecía en cuanto la orina quedaba lim-
bidor liberador del exceso de glutamato, pia de metabolitos, un proceso que, según
puede causar una mejoría espectacular en los las personas, podía durar hasta una semana
pacientes resistentes al tratamiento con clo- (Connell, 1958). Cuando la psicosis anfetamí-
zapina, así como atenuar los efectos neurop- nica persiste, un seguimiento del individuo a
siquiátricos de la ketamina en voluntarios largo plazo acaba confirmando una esquizo-
sanos (Durstun & Deakin, 2001). Los efectos frenia, un trastorno bipolar o algún estado
de la ketamina en la sangre fluyen en el hipo- afín. El caso más fehaciente de psicosis pro-
campo, donde se encuentra la mayor densi- vocada por drogas es la alucinosis alcohólica,
dad de receptores NMDA NR1 en los seres lo que no es de extrañar, ya que el alcohol es
humanos (Jansen y col., 1989), y se aseme- una de las poquísimas drogas que causan
jan a los cambios observados en la esquizo- importantes lesiones cerebrales de las que
frenia, indicando probablemente una hipofun- cualquiera puede percatarse. Como el alcohol
ción de esos puntos (Medoff y col., 2001). es un bloqueador del receptor NMDA (Krystal
Existe alguna evidencia que vincula una infec- y col., 1998; Yang, 1996), eso se ajusta a la
ción viral materna con la esquizofrenia. Curio- hipótesis de desregularización del glutamato
samente, las crías de ratas infectadas son de la psicosis.
mucho más sensibles a la ketamina (Shi y Hemos analizado la cognición y la psicopa-
col., 2003). tología en consumidores crónicos de ketami-
Una verdadera psicosis provocada por dro- na (Darracot-Cancovic
(Darracot-Cancovic y col., 2003). Se com-
gas es aquella que no puede explicarse con pararon tres grupos: 30 consumidores
ninguna otra condición subyacente, y que crónicos de ketamina, 30 consumidores cró-
persiste una vez que la orina esta limpia de nicos de cannabis (puesto que los consumi-
metabolitos de la droga (Poole & Brabbins, dores de ketamina eran también consumido-
1996). En algunos individuos que consumen res crónicos de cannabis, era necesario
diariamente y de forma abusiva, la norketami- controlar esta variable) y 30 no-consumido-
na y la dehidronorketamina pueden tardar res. Se pidió a los consumidores de ketamina
varios días en desaparecer del cuerpo. Es que dejaran de tomar esta droga siete días
peligroso concluir que existe una psicosis antes del análisis, ya que los metabolitos acti-
provocada por drogas (bien diferenciada de vos persisten durante varios días después del
una intoxicación) sin los resultados de un aná- consumo. Desgraciadamente, el estudio no
lisis de orina. Lilly no tardó en convertirse en contaba con suficientes fondos para analizar
un no-psicótico después de haberle cortado las drogas en orina, lo que supone un fallo
el suministro de su droga, y nunca estuvo significativo. Los resultados mostraron que
mucho tiempo en el hospital excepto cuando los consumidores crónicos de ketamina tení-

148 Ketamina: nuevas observaciones sobre su consumo, consumidores y efectos 


 

an importantes déficits en atención y memo- lantes como la cocaína y las anfetaminas


ria semántica a largo plazo, y elevados niveles aumentan la sensibilidad a las psicosis agu-
de esquizotipia, en comparación con los otros das cuando su uso es repetido, y que existe
dos grupos. Se trataba de un estudio retros- la posibilidad de que ésto sea también cierto
pectivo limitado por la falta de certeza de que para la ketamina, dados los efectos en
los consumidores hubieran dejado de tomar común con el sistema dopaminérgico (por
la droga, como se les había pedido. El grupo ejemplo, Sato, 1992).
de la ketamina empezó a consumir dicha Hay varias explicaciones plausibles para
droga
tempranaa una
queedad comparativamente
los individuos más
que se habían estas diferencias entre grupos. Se trata de un
estudio retrospectivo y, por ese motivo, no
decantado por el cannabis. Consumían más puede excluirse la posibilidad de que las dife-
alcohol, anfetaminas y éxtasis que el grupo rencias en el funcionamiento cognitivo exis-
del cannabis y el grupo de control juntos, y es tieran previamente. Las probabilidades de
posible que esto también contribuyera a las que ésto fuera así se ven reducidas porque el
diferencias
diferenc ias entre grupos del funcionamiento grupo de consumidores de ketamina y el
cognitivo, puesto que esas drogas (especial- grupo de consumidores de cannabis tenían
mente el alcohol) pueden afectar, asimismo, un nivel educativo equiparable y pertenecían
al funcionamiento cognitivo. Esos resultados al mismo ambiente social, hasta el punto de
indican que los individuos que llevan mucho que el último grupo tenía algunas personas
tiempo consumiendo dosis elevadas de keta- que habían probado la ketamina años antes,
mina tienen más probabilidades de haber pero que no habían seguido consumiéndola.
sido policonsumidores y de haber experimen- Existe también cierta evidencia de que los
tado con drogas a edades más tempranas individuos que poseen mayor capacidad cog-
que el grupo paritario, y que esa población nitiva tienen más probabilidades de experi-
puede tener puntuaciones más bajas en los mentar los efectos psicodélicos buscados
tests de memoria, niveles más elevados de por los consumidores de ketamina con fines
rasgos de esquizotipia y de dolencias somáti- no médicos (Currie & Currie, 1984; Krupitsky
cas, depresión y ansiedad, cuando se compa- & Grinenko, 1997), y, por ese motivo, tienen
ra con el grupo de individuos que llevan más posibilidades de convertirse en consumi-
mucho tiempo consumiendo casi diariamente dores crónicos. Sólo una minoría de personas
cannabis y con los controles de no consumo a las que se administra ketamina sufren esos
de drogas. El 20% afirmó tomar hasta un efectos (Heija & Galloon, 1975; Parke-Davis,
Parke-Davis,
gramo por “línea” durante los períodos de 1999) como algo distinto de la anestesia diso-
máximo consumo. ciativa universalmente experimentada, de la
El consumo mayor de alcohol del grupo de que muchos no tendrán recuerdos. La capaci-
la ketamina puede deberse en parte al hecho dad para experimentar efectos psicodélicos
de que emplearan el alcohol como sustituto reforzados con la ketamina puede deberse a
de la ketamina, ya que el alcohol es en sí  ciertas diferencias relacionadas con los
mismo un bloqueador del receptor NMDA no receptores NMDA, y esos receptores, así 
competitivo. Las propiedades similares al como el sistema del glutamato en general,
alcohol de la ketamina han sido expresamen- desempeñan un papel crucial en la inteligen-
te analizadas en los seres humanos (Krystal y cia, la atención y la memoria (Cotman y col.,
col., 1998). De igual modo, el consumo 1988; Jansen y col., 1989). Los estudios de
mayor de estimulantes en el grupo de la keta- casos de adicción a la ketamina, publicados
mina puede estar en parte relacionado con la tanto en literatura especializada como no
observación de que las dosis subanestésicas especializada, se han centrado normalmente
de ketamina y los estimulantes pueden ser en individuos con capacidades cognitivas por
sustitutivos los unos de los otros (Uchihashi y encima de la media (por ejemplo, Ahmed &
col., 1993). Se ha observado que los estimu- Petchkovsky,
Petc hkovsky, 1980; Jansen, 1990; Jansen &

Jansen, K.; Theron L. 149


 

Darracot-Cancovic, 2001; Hurt & Ritchie, cambios en el nivel de la señal intracelular y


1994; Kamaya & Krishna, 1987; Lilly, 1978; de expresión del gen, tal como ocurre tras la
Moore & Alltounian, 1978; Moore & Bos- administración de cocaína (Hope, 1998; Nishi-
twick, 1999; Soyka y col., 1993). Sin embar- mura & Sato, 1999). Dichos cambios pueden
go, esos estudios pueden simplemente refle- implicar tolerancia y mayor susceptibilidad a
jar la mayor disponibilidad de la droga de los la psicosis tras un consumo prolongado de
profesionales médicos y sus colegas, que estimulantes (Hiroi y col., 1997). Se descono-
ocupan un lugar primordial entre estos casos. cen las implicaciones que puedan tener estos
Un mayor borrar
ral puede consumoesteentre la población
vínculo aparente gene-
entre estudios en animales,
lleven largo en seres humanos
tiempo consumiendo que
elevadas
la adicción a la ketamina y las capacidades dosis de ketamina.
cognitivas por encima de la media. La hipóte- De igual modo que es posible que las dife-
sis de la mayor disponibilidad no explica las rencias en el funcionamiento cognitivo exis-
observaciones de Currie & Currie (1984), deri- tieran con antelación, no puede descartarse
vadas del uso de la ketamina como anestési- que los consumidores crónicos de ketamina
co en los países desarrollados. Currie y Currie obtuvieran una puntuación más alta en las
descubrieron que existía un potente vínculo medidas de esquizotipia que los consumido-
entre la capacidad de leer y escribir y la expe- res de cannabis antes de haber tomado keta-
riencia de fenómenos emergentes con la mina por primera vez.
ketamina. En estudios que emplean la terapia
psicodélica con ketamina para tratar la adic-
ción al alcohol, Krupitsky y Grinenko (1997)
observaron un vínculo entre mayor inteligen- EFECTOS FÍSICOS DE LA KETAMINA
cia y experiencias psicodélicas con la droga.
Un funcionamiento cognitivo pre-mórbido En dosis subanestésicas, la ketamina
menor en el grupo de consumidores de keta- puede actuar más como un estimulante que
mina aquí estudiado se opone directamente a como un sedante y, por regla general,
estas observaciones. Los estudios anestési- aumenta el ritmo del corazón (Tweed y col.,
cos han encontrado, asimismo, que algunos 1972). El movimiento se estimula marcada-
tipos de personalidad tienen más propensión mente en los animales con dosis bajas des-
que otros a experimentar efectos psicodéli- pués de recobrarse del trance (Irifune y col.,
cos tras el consumo de ketamina (Khorram- 1991). Las muertes ocasionadas por una
zedeh & Lofty, 1976; Obiaya y col., 1981). sobredosis pura de ketamina (en ausencia de
Es posible que se produzcan cambios en la otras drogas como el alcohol, en ausencia
densidad y respuesta del receptor. En los problemas médicos y quirúrgicos graves, y
ratones, la administración crónica de ketami- en ausencia de reacciones idiosincráticas no
na regula a la alza (up regulate ) los receptores relacionadas con la dosis) son excepcional-
colinérgicos de tipo muscarínicos (Morita y mente raras. De los 87 fallecimientos vincula-
col., 1995), relacionados con la memoria. Los dos a la ketamina en la ciudad de Nueva York,
receptores NMDA en neuronas corticales cul- ninguno de ellos se debió únicamente al con-
tivadas también se regulan a la alza ( up regu-  sumo de esa droga (Gill & Stajic, 2000).
late ) tras una exposición a antagonistas Parke-Davis ha señalado la existencia de
(Williams y col., 1992), y se sabe que la admi- casos de inyecciones accidentales con dosis
nistración crónica de ketamina provoca la diez veces superiores a las requeridas por la
aparición de cambios en los componentes cirugía, sin consecuencias evidentes ni dura-
presinápticos de las neuronas dopaminérgi- deras (Parke-Davis, 1999-2000). De las dos
cas con efectos de retroalimentación en los muertes conocidas causadas por una aparen-
sistemas del glutamato (Irifune y col., 1991). te sobredosis de ketamina, una de ellas fue
Existen probabilidades de que se produzcan descrita como un homicidio deliberado con

150 Ketamina: nuevas observaciones sobre su consumo, consumidores y efectos 


 

fines homosexuales (Licata y col., 1994) y la Las dosis psicodélicas de ketamina rara vez
otra fue una mujer de 49 años (“Ariel”), pro- sobrepasan los 2 mg/kg i.m.
pietaria de una sociedad New Age, que había A pesar de la importancia dada a la sobre-
tomado diariamente ketamina durante siete dosis en la literatura de las agencias anti-
meses. Estaba convencida de ser amada por droga, los principales peligros derivados del
un ángel que le enviaba mensajes “desde el consumo de ketamina con fines no médicos
otro lado” (por ejemplo, dando a las nubes surgen del entorno físico, ya que esta droga
forma de corazón). Un día se puso sus mejo- puede dejar al consumidor en un estado de
res galas y atomó
ketamina, unapoder
fin de elevada sobredosis
“reunirse con de
su indefensión y/omantener
dificultad para confusiónel(Jansen, 1993).
equilibrio, La
el atur-
amado ángel”
á ngel”. En la
l a autopsia
autop sia pesaba
pes aba 38 kg y dimiento, la debilidad muscular y la disminu-
tenía un mínimo de 600 mg de ketamina por ción de la visión han sido la causa de nume-
litro de sangre (Jansen, 2001a). También rosos accidentes que en ocasiones han
padecía anorexia, de modo que no se trataba resultado mortales. La analgesia ha produci-
únicamente de una sobredosis de ketamina, do severas quemaduras, y estar tumbado ha
pues tenía una afección médica en forma de causado la compresión del nervio cubital en
anorexia nerviosa que pudo contribuir a su el brazo donde se apoyaba el cuerpo (Jansen,
muerte. La anorexia tiene una mortalidad del 2001a). Otros riesgos del entorno físico son
10-15%, que se incrementa en los grupos de ahogarse, morir a causa de una hipotermia
más edad. Una persona de 49 años con ano- por acostarse al aire libre en invierno, acci-
rexia grave no tiene unas perspectivas dema- dentes de tráfico, convertirse en la víctima de
un crimen (por ejemplo, “violación bajo el
siado favorables, con independencia de la
ketamina. efecto de los sedantes”). Una persona murió
después de consumir ketamina mientras se
El término de sobredosis es muy relativo. colgaba a sí misma en busca de estimulación
Un buen “atracón” de ketamina para bailar autoerótica (Beitmeier y col., 2002).
sería una dosis muy insuficiente para realizar D.M. Turner,
Turner, autor
au tor de The Essential Guide 
una operación quirúrgica. Algunas personas to Psychodelics , murió ahogado en una bañe-
describen cualquier consumo de droga psico- ra, con una botella de ketamina al lado, en
délica como una sobredosis, ya que el estado 1977, a los 34 años. Al parecer, sufrió un
mental abandona los límites habituales de lo colapso dentro del agua, ignorando sus pro-
normal. Los individuos que toman ketamina pios consejos para minimizar los daños de la
en clubs y discotecas y son incapaces de droga, que incluían no inyectarse cuando se
seguir andando, suelen describirse como realizaban actividades como bañarse solo
individuos que han sufrido un colapso y son (Turner, 1994). Esta muerte accidental sirve
víctimas
demás sede una sobredosis.
apresuran A servicio
a llevarlos al veces los
de para
en unilustrar el peligrofuera
ser indefenso que supone convertirse
de una cama.
urgencias de un hospital, al mismo tiempo Los efectos físicos más preocupantes en
que a otros pacientes de ese mismo hospital un contexto no médico de consumo incluyen
se les administra una dosis diez veces mayor la dificultad para andar y mantener el equili-
como anestesia. Para decidir lo que es una brio, que se traduce en caídas, atontamiento,
sobredosis, necesitamos considerar con qué hablar arrastrando las palabras, mareos, pro-
finalidad se emplea la ketamina, el lugar, la blemas visuales, vértigo, náuseas y vómitos,
vía (boca, nariz, vena, músculo), el consumi- dolor de cabeza, sudoración, espasmos mus-
dor (edad, peso, sexo, tolerancia, salud), culares, contracciones nerviosas, sacudidas
otras drogas consumidas y demás factores. repentinas y temblores (Hefez
( Hefez & Lanyi, 1972;
La cantidad máxima que se utiliza en medici- Jansen, 2001a). Existe el riesgo de que una
na es de unos 13 mg/kg en una inyección rápida inyección intravenosa pueda suprimir
intramuscular (i.m.) (Parke-Davis, 1999-2000). la respiración por un breve período de tiempo

Jansen, K.; Theron L. 151


 

(Smith & Santer, 1993; Zsigmond, 1976), aun- dos pueden haber sido una interpretación
que la ketamina no suele suprimir la respira- errónea de otros efectos de la ketamina: tran-
ción cuando es inyectada por vía i.m. en un ce súbito, movimientos anormales o colapso,
adulto, y la capacidad de tragar y los reflejos desorientación y nerviosismo (Kugler & Doe-
de las vías respiratorias están, por lo general, nicke, 1994). Existe una vieja controversia
salvaguardados (Parke-Davis, 1999-2000). Los sobre si la ketamina es pro o anticonvulsi
anticonvulsiva.
va.
problemas de las vías respiratorias se han Es posible que sea las dos cosas.
producido con dosis quirúrgicas en muy raras Cuando una persona se halla bajo los efec-
ocasiones
poquísimos(Taylor
casos&de Towney, 1971).
niños que noExisten
hayan tos de la ketamina, puede tener una visión
borrosa o doble, ser incapaz de fijar la mirada
podido respirar durante un minuto o más des- y posiblemente, en algunos casos, tener una
pués de una dosis quirúrgica i.m. (Smith & presión ocular más elevada (Antal y col.,
Santer, 1993; Green y col., 1998). En forma 1978). Los escasos efectos secundarios
de polvo puede dañar las paredes nasales incluyen problemas en la esclera y la conjun-
mientras que inyectado conlleva un riesgo de tiva, y una hinchazón alrededor de los ojos.
infección. Existe el riesgo de aspirar el vómi- Se observaron anomalías en otras partes del
to mientras uno se halla inconsciente. ojo en algunos animales que servían de
Algunos consumidores con fines no médi- modelo, pero luego se descubrió que la res-
cos han hablado de dolores abdominales ponsable de algunos de los cambios tóxicos
fuertes después de dosis elevadas, y consu- era otra droga, llamada xilazina, que se les
mo diario (Jansen, 2001a). Esos dolores tien- había administrado al mismo tiempo (Calde-
den a aparecer una vez superada una intoxi- rone y col., 1986). El nistagmo es muy útil
cación aguda. En la actualidad, el mecanismo para saber que una persona que llega al ser-
implicado en esos dolores es bastante miste- vicio de urgencias con problemas por haber
rioso, ya que para los pacientes con fuertes consumido una droga ha podido tomar keta-
traumas en la cabeza que necesitan una mina.
sedación profunda, la ketamina es considera- La mayoría de los estudios afirman que no
da una droga analgésica específica porque no se reduce la inmunidad después de consumir
causa trastornos de motilidad gastrointestinal ketamina, pero el asunto no ha quedado zan-
(Zielman & Grote, 1995). Es posible que esos jado por completo y siguen apareciendo infor-
dolores sean una manifestación del síndrome mes contradictorios (por ejemplo, Krumholz y
del colón irritable, es decir un síntoma funcio- col., 1995; Nishina y col., 1998). Existen muy
nal, desencadenado por los cambios psicoló- pocos casos en los que se haya vinculado la
gicos anteriormente mencionados. ketamina con un fuerte aumento de la tem-
Pueden darse trastornos del movimiento. peratura corporal (Zsigmond, 1971) pero tam-
Un consumidor
de 20 experimentado
años se puso una inyecciónde ketamina
i.v. Diez bién es un tema controvertido (Dershwitz y
col., 1989). Este efecto fue frecuentemente
horas después llegó al hospital con la lengua descrito en un estudio sobre consumidores
fuera de la boca, rígida y señalando a la recreacionales vía intranasal en Sydney
izquierda, y con el cuello hacia atrás y torcido (Dillon, Copeland & Jansen, 2003). En muy
hacia la izquierda a causa de un espasmo pocos casos han disminuido las pulsaciones
muscular (distonia). Era incapaz de hablar, del corazón (en vez de aumentar) y se han
pero podía escribir. Se le administró difenhi- producido problemas con el ritmo cardíaco
dramina y a los tres minutos estaba en per- (White & Ryan, 1996). Existe un pequeño
fecto estado (Felser & Orban, 1982). aumento de la presión sanguínea (después
Existen muy pocos informes sobre la keta- de la inyección i.v.) que se normaliza a los 20
mina como causante de ataques de epilepsia minutos, pero no hay evidencia de que oca-
(Thompson, 1972) y ataques de inmovilidad sione la menor lesión. Las dosis más eleva-
(Sybert & Kyff, 1983). Los “ataques” señala- das no aumentan dicha presión. La gente con

152 Ketamina: nuevas observaciones sobre su consumo, consumidores y efectos 


 

tensión alta no corre mayor peligro de que tolerancia se desarrolla rápidamente y puede
ésta aumente tras el consumo de ketamina. llegar a ser muy elevada, y se reduce la capa-
Se han producido muy pocos casos de cidad para recordar la experiencia, una tarea
aumentos drásticos no relacionados con las difícil incluso bajo las condiciones más favora-
dosis, así como de baja presión sanguínea bles. Muchos consumidores se detendrán al
(Tomlinson, 1994). llegar a este punto, al ser cada vez menor la
La importancia de la literatura sobre la PCP recompensa, pero una minoría seguirá consu-
para los estudios de la ketamina es muy con- miendo de forma compulsiva, buscando los
trovertida, y estacuando
citada en exceso literatura no debería
se habla ser
de la keta- placeres más básicos
proporcionarle: que lacomo
estímulo drogalapueda aún
cocaína,
mina, en
e n vez de la PCP.
PCP. El PCP tiene
ti ene una serenidad como el opio (entre los efectos hay
acción mucho más prolongada que la ketami- muchos que son contrarios), imágenes como
na, así como mayores afinidades con el el cannabis, embriaguez como el alcohol, y
receptor NMDA, es significativamente más un alivio potencial de la ansiedad, depresión y
tóxica, se ha dejado de emplear en medicina ansiedad mental (aunque la ketamina tam-
y tiene muchas más posibilidades que la bién puede desencadenar ataques de páni-
ketamina de causar cambios tóxicos en las co).
células cerebrales de las ratas (Olney y col., Apenas existe evidencia de un síndrome
1989, 1991). físico de abstinencia. Parece ser una necesi-
dad únicamente mental. Los consumidores
más adictos describen una gran variedad de
síntomas en los días que siguen a un consu-
ADICCIÓN A LA KETAMINA mo abusivo, pero su naturaleza exacta y sus
causas están poco claras en la actualidad.
El modelo general se asemeja bastante a Algunas personas afirman sentirse desasose-
la adicción a la cocaína: deseo incontrolable gadas y nerviosas durante varios días, no
de tomar la droga, elevada tolerancia, tenden- poder concentrar la atención por mucho tiem-
cia a consumir de forma abusiva, pero no evi- po, tener problemas de memoria (especial-
dencia de síndrome fisiológico de abstinen- mente para recordar los nombres) y un
cia. humor eufórico que también
t ambién puede convertir-
Las drogas psicodélicas como el LSD y la se en irritabilidad (Jansen, 2001a). Estos sín-
psilocibina son con frecuencia demasiado tomas pueden deberse a los metabolitos,
agotadoras en el plano emocional, exigen que a veces persisten durante varios días,
mucho y resultan potencialmente desagrada- más que a la falta de ketamina, tal como pre-
bles para ser consumidas con frecuencia. supone el término
té rmino “síndrome
“sínd rome de
d e abstinencia
abs tinencia””.
Algunas personas, sin embargo, consideran Es posible que muchos consumidores perci-
que la ketamina es más fácil de tomar de ban algunos síntomas específicos porque
forma repetida, ya que a veces crea un esta- siguen tomando otras drogas (por ejemplo,
do de “enorme indiferencia” (Lilly, 1978). Con cannabis (especialmente), alcohol y benzodia-
el consumo repetido durante un período pro- cepinas) que tienen un efecto moderador.
moderador. No
longado de tiempo, los efectos de la ketami- existe la menor evidencia todavía de un sín-
na son cada vez más parecidos a ciertos drome físico de desbordamiento noradrenér-
aspectos de la cocaína, el opio, el cannabis y gico parecido al síndrome de abstinencia de
el alcohol, y se convierten en mucho menos los opiáceos o del alcohol. Las ratas que se
psicodélicos a medida que se desarrolla una inyectan dosis elevadas de ketamina durante
clara tolerancia a los efecto
efectoss psicodélicos, al períodos prolongados de tiempo presentan
tiempo que aparece una hipersensib
hipersensibilidad
ilidad a ondas cerebrales similares a las descritas en
algunos de los efectos estimulantes (como la epilepsia hasta cinco días después de dejar

ocurre con la cocaína y las anfetaminas). La de tomar la droga (Manohar y col., 1972),

Jansen, K.; Theron L. 153


 

pero existen importantes diferencias entre cidad, de increíble ausencia de miedos y 


los efectos de la ketamina en los cerebros de de conciencia incorpórea... (T
(Turner,
urner, 1994).
las ratas y de los seres humanos, tal como se Los casos que hablan de adicción a la keta-
ha afirmado anteriormente. Las ratas no mina en la literatura especializada describen,
sufrieron verdaderos ataques. por lo general, médicos, empleados de hospi-
Yo diría que más de la mitad de los indi-  tales y de centros veterinarios, o personas
viduos que han probado y a los que ha  que trabajan en campos afines y que tienen
gustado la ketamina han caído en la tram-  un acceso relativamente fácil a la droga y al
pa de su consumo repetido... en la mayoría  material para inyectarse (Ahmed & Petch-
de los casos, este síndrome de algún kovsky, 1980; Kamaya & Krishna, 1987; Jan-
modo desestructura, desorganiza e incluso  sen, 1990; Hurt & Ritchie, 1994; Soyka y col.,
amenaza sus vidas... (Sputz, 1989, High 1993).
Times).
En la actualidad, no tenemos datos esta- Tolerancia 
dísticamente válidos que nos permitan saber
Los animales se inyectan repetidamente
a cuánta gente de la que prueba la ketamina
ketamina si tienen libre acceso a ella y resul-
le gusta esta droga, o cuál sería su comporta-
ta evidente su tolerancia y su dependencia
miento si se les suministrara de forma ilimita-
conductual (Beardsley & Balster, 1968; Mc
da. Sin embargo, no existe material suficien-
Carthy & Harrigan, 1976; Moretón y col.,
te para concluir que la ketamina tiene más
1977; Lu y col., 1992). La tolerancia también
probabilidades de ser asociada con episodios aparece rápidamente en los seres humanos,
de consumo compulsivo que otras drogas según los estudios anestésicos (Cumming,
psicodélicas. D.M. Turner escribió lo siguiente 1976; MacLennan, 1982). En un caso, la
sobre la ketamina: necesidad de un niño ha llegado a aumentar
Una importante preocupación en rela-  en un 250% al llegar al tratamiento nº 13
ción con el consumo seguro de la ketami-  (Byer & Gould, 1981). La tolerancia a la keta-
na es su elevado potencial de crear adic-  mina puede desarrollarse después de una
ción psicológica. Un porcentaje bastante  única dosis prolongada (Cumming, 1976;
elevado de aquellos que prueben la keta-  Meliska & Trevort, 1978).
mina, la consumirán sin descanso hasta  Un consumidor abusivo de ketamina
que agoten todos sus suministros. He  puede tener con el tiempo muy pocos
visto este fenómeno en amigos que conoz-  recuerdos de la experiencia. El aumento de la
co desde hace muchos años, que consu-  dosis sólo prolon
p rolongaga el períod
p eríodoo del “apagón”
“apa gón”.
men normalmente drogas psicodélicas y  La tolerancia puede ser muy alta, y existen
 jamás han tenido problemas
problemas para
para controlar-  indicios anecdóticos
anecdóticos de que un descanso de
se... Entre mis conocidos, muy pocos de  varios años no anula esa tolerancia (Jansen,
los que toman ketamina pueden consumir-  2001a). Parte de la explicación puede ser la
la de un modo equilibrado si tienen acceso  persistencia de los cambios cerebrales, pero
a ella... los efectos negativos de la ketami-  este tipo de tolerancia puede también impli-
na en mi vida: disminución de la ambición;  car una defensa psicológica. El consumidor
disminución de los miedos que resultan con problemas puede desengancharse de la
saludables en un hombre, por ejemplo, el  vida exterior lanzando un ataque prolongado
miedo a la muerte; renuencia a enfrentar-  contraa el “ego”
contr “ego”, que
qu e con frecu
frecuencia
encia puede no
me directamente a mis miedos o a tareas  desear experimentar una “muerte del ego”
y a situaciones difíciles. El consumo fre-  inducida por la ketamina. Unas partes de la
cuente de ketamina puede resultar muy  mente pueden, así, decidir no “visitar de
atrayente como escape, ya que permite  nuevo ese lugar”
l ugar”, obedeciend
obed eciendoo su instinto
ins tinto de
de
alcanzar fácilmente un estado de gran feli-  supervivencia. Los mecanismos de autode-

154 Ketamina: nuevas observaciones sobre su consumo, consumidores y efectos 


 

fensa del inconsciente pueden con el tiempo mente, esta forma de escape puede también
privar a los comportamientos peligrosos de reflejar un deseo de confinamiento, una vuel-
sus aspectos más atractivos, cuando se ta al útero materno. Algunos consumos com-
abusa de ellos. Es probable que sea un pro- pulsivos de ketamina pueden ser la conse-
ceso incompleto, ya que fuerzas opuestas cuencia de algún trauma de nacimiento sin
tiran en diferentes direcciones. Los consumi- resolver del tipo señalado por Grof (1988),
dores New Age pueden considerar que los que busca continuamente repetir el proceso
efectos de la ketamina similares a los de la del nacimiento de confinamiento y escape en
cocaína/opio/cannabis/alcohol
mentan son algo decepcionante que experi-
en compara- un intentotanto
búsqueda por del
conseguir resolución.
confinamiento comoEsta
del
ción con las vivencias espirituales que tenían escape refleja la ambivalencia que suele ir
al principio. Al llegar a este punto, algunos ligada a muchas formas de drogodependen-
dejarán de consumir ketamina sin dificultad. cia.
Sin embargo, estos efectos no psicodélicos Se ha dicho que algunas adicciones nacen
se convertirán en la mejor recompensa para de una falta de sustento espiritual, y son un
otros consumidores, que seguirán tomando intento maladaptativo de volver a conectar
dicha droga. Existe, asimismo, una base físi- con aspectos espirituales del ser (James,
ca para la tolerancia, que incluye cambios en 1902). La espiritualidad es un componente
los receptores, células, y un aumento de la importante de los doce pasos de acercamien-
utilización hepática (Maneta, 1976; Elliott y to para tratar la adicción. Por ese motivo,
col., 1995; Morita y col., 1995). Algunas par-
resulta interesante destacar que más que por
tes del sistema dopaminérgico pueden mos-
hambre espiritual, algunas personas se ha
trar cambios duraderos después de un con- visto empujadas a la adicción a la ketamina
sumo prolongado de estimulantes. Al igual
por su fuerte implicación en asuntos de
que esos estimulantes, la ketamina puede
carácter espiritual. Por ejemplo, en el caso de
causar un importante aumento de la dopami-
Moore existía previamente una intensa rela-
na libre en los centros de placer del cerebro,
ción con “los mundos espirituales y el ser
así como en otros lugares (Koek, 1989; Irifu-
ne y col., 1991, 1997), y parece razonable más elevado”
e levado”. Ella había escrito libros con títu-
tí tu-
decir que el sistema dopaminérgico desarro- los como, por ejemplo, Astrology: The Divine
llaría una adaptación al consumo de ketamina Science y Reincarnation: Key to Immortality
Immortality..
similar en muchos aspectos a los cambios “La sacerdot
sa cerdotisa
isa de la Diosa Ketamina
Ket amina””, como
adaptativos observados después del consu- se describía a sí misma, pensaba que la keta-
mo crónico de cocaína y anfetaminas. No mina la ponía en contacto con su “ser más
obstante, el conocimiento actual de los cam- elevado”” y, cuando murió, era adicta
elevado adict a a esta
bios orgánicos es demasiado pequeño, y pro- droga. Por el contrario, la terapia psicodélica
bablemente sea un error ignorar la psicología con
más ketamina se ha empleado
de 1000 personas adictas alpara tratary aa
alcohol
de la tolerancia.
un número cada vez mayor de adictos a la
heroína, mediante la invocación a veces del
Factores psicológicos en la adicción a la 
Factores “ser más elevado” para impedir la muerte
ketamina  por adicción a estas dos drogas (Kupritsky &
Las experiencias con ketamina pueden Grinenko, 1997; Kupritsky y col., 2002). Las
posibilitar una mayor trascendencia de la rea- infusiones de ketamina se han utilizado, asi-
lidad de consenso social, ya que la conciencia mismo, para reducir la compulsión en los
parece viajar fuera del cuerpo, de la habita- trastornos de alimentación en la Universidad
ción, de la casa, de la ciudad, del planeta y de Cambridge en el Reino Unido (Mills y col.,
del universo. La adicción a la ketamina puede 1998).
a veces surgir del deseo de convertir esas Una ampliación del concepto de drogode-

“vacaciones” en un estilo de vida. Paradójica- pendencia como búsqueda espiritual es la

Jansen, K.; Theron L. 155


 

observación de que algunos consumos com- les; eran empleados de clínicas veterinarias y
pulsivos de ketamina tienen su origen en una de laboratorios; promotores de clubs y disco-
búsqueda inconsciente de algunas partes tecas; individuos que compraban ketamina
reprimidas y ocultas del ser. La muerte de en la India o en Méjico; traficantes de drogas;
Ariel que hemos descrito antes, una mujer de y disc-jockeys. Sin embargo, cuando traficar
edad muy parecida a Moore, es un ejemplo con ketamina se convirtió en algo mucho
de esto. Antes de consumir ketamina, había más rentable, después de que en Estados
viajado a la India con su marido y los dos Unidos se convirtiera en una droga ilegal, la
habían emprendido
implicaba la castidadundentro
camino delespiritual que
matrimonio. implicación mayor de los traficantes en el
suministro de ketamina empezó a cambiar el
Vivieron así durante tres años, hasta que perfil de los grupos de riesgo, que se convir-
decidieron divorciarse. Ariel empezó poco tió en el más típico de asistentes a clubs, dis-
después a consumir diariamente ketamina, y cotecas y fiestas.
lo hizo durante siete meses, en los que ade-
más perdió mucho peso (siendo ya una mujer
delgada). Llegó a creer que un ángel llamado Factores genéticos 
Gabriell la amaba
Gabrie a maba “desde
“desd e el otro
o tro lado”
la do”. Gabriel
Gab riel
Otro factor de riesgo para el consumo pro-
podía ser interpretado como una expresión
blemático de ketamina es una historia familiar
de esa parte de la psique que los analistas
Junguianos habrían llamado “interior masculi- de drogodependencias. Ello es debido tanto
no”” o animus. Las acciones de Ariel hablan
no al aprendizaje de los modelos de los padres
de una persona que está teniendo su princi- (sobre el consumo de sustancias para contro-
pal relación con una parte proyectada de sí  lar sentimientos difíciles y trastornos autome-
misma, en lugar de con otro ser de la vida dicados) como a los genes compartidos. Es
real. muy probable que existan diferencias genéti-
cas, neuroquímicas y de personalidad entre
Más que estar escondidas, negadas, repri-
midas o proyectadas, ciertas partes de la los que se sienten inclinados a probar la keta-
mente pueden también competir activamen- mina, los que les gusta, los que la odian y los
te con otras partes de la psique, ocasionando que apenas se ven afectados por ella.
la desintegración parcial del ser ser.. La integra- Las personas que se sienten muy empuja-
ción necesaria para que cicatricen las heridas das a tomar ketamina de forma repetida pue-
puede exigir en primer lugar una disolución den haber heredado un funcionamiento por
de las fronteras, y el camino para disolver debajo de lo normal del sistema dopaminérgi-
esas fronteras puede implicar el consumo de co del placer. Eso aumenta las probabilidades
drogas, aunque este trabajo también puede de padecer depresión, ansiedad, miedo a la
hacerse empleando terapias convencionales. inmovilidad y al compromiso, y un sentido de
Los temas de integración y desintegración de insatisfacción que rara vez puede apaciguar-
la personalidad son algo muy corriente en las se. La consecuencia puede ser verse empu-
experiencias con ketamina (Moore & Alltou- jado a buscar un nivel más alto de novedad y
nian, 1978). estímulo. La búsqueda de nuevas sensacio-
nes, anhedonia e impulsividad se han vincula-
Disponibilidad  do a una mayor predisposición a la dependen-
cia (Sarramon y col., 1999), mientras que el
Cuánto más fácil es el acceso a la ketami- policonsumo se vincula con niveles más altos
na, más probabilidades tienen los consumido- de síntomas psiquiátricos (Marsden y col.,
res de desarrollar una adicción. Hasta hace 2000).
muy poco, éstos trabajaban, por lo general,
en los servicios de anestesiología, pediatría,

obstetricia, cirugía y urgencias de los hospita-

156 Ketamina: nuevas observaciones sobre su consumo, consumidores y efectos 


 

Aspectos comunes con otras drogas  poco a poco. Los impulsos que antes desen-
cadenaban el deseo compulsivo de tomar la
Los aspectos comunes entre la ketamina y
droga pierden su poder si se les opone resis-
otras drogas se resumen en los distintos
tencia, y finalmente se extinguen.
nombres populares de esta sustancia:
- Heroína psicodélica : La ketamina tiene
- L.A. Coke : en las dosis psicodélicas de
ketamina, el ritmo del corazón y de la respira- efectos tanto directos como indirectos en los
ción suelen aumentar
aument ar (Tweed
(Tweed y col., 1972). receptores opioides (Smith, 1980; Winters,
En los modelos animales, el mismo nivel de 1988; Hirota y col, 1999). A pesar de generar
dosis de ketamina tiene cada vez más proba- una rápida tolerancia para sí misma, la keta-
bilidades de tener un efecto estimulante, y mina puede bloquear el desarrollo de la tole-
menos probabilidades de producir un trance rancia y de la adicción física a muchas otras
después de múltiples inyecciones (Uchihashi drogas, incluida la heroína, el alcohol, los bar-
y col., 1993). Las dosis bajas provocan que la bitúricos y las benzodiacepinas (diazepán,
dopamina se “acelere”
“acelere” en los centros de pla- temazepán, etc...) (Khanna y col., 1997a,b;
cer del cerebro, y con el tiempo se producen 1998). La ketamina también puede suprimir
cambios en el sistema dopaminérgico (Irifu- el síndrome de abstinencia en los adictos a la
ne, 1991; Koek, 1989). La noradrelanina tam- heroína (Shimoyama, 1996). La ketamina oral
bién se ve implicada (Zsigmond & Kelsch, administrada con morfina impide el desarrollo
1974; Taube y col., 1975). Los efectos estimu- de la tolerancia a la morfina, de tal modo que
lantes que siguen al trance incluyen locuaci- esta combinación se utiliza a veces en las clí-
dad, un sentido exagerado de la confianza, y nicas donde tratan dolores crónicos (Herman
y col., 1995). Esta prevención del aprendizaje
una necesidad
riencias menor “el
que implican de dormir.
paso a Las expe-
través de no sirve para drogas que actúan en los recep-
túneles a gran velocidad” o “ir atado con tores opioides kappa (Elliott, 1995), lo que
correas dentro de un misil marino alejándose resulta interesante, pues se ha dicho que
cada vez más rápido de la plataforma de lan- esos receptores juegan un importante papel
zamiento”” vienen a sumarse a la impresión
zamiento en los efectos psicodélicos de la ketamina
de que la ketamina puede ser un potente (Pfeiffer y col., 1986). Así, pues, la tolerancia
estimulante. en los receptores kappa podría contribuir a la
El sistema del placer “alterado” puede pérdida de los efectos psicodélicos (la morfi-
desarrollar un fuerte impulso de estimularse na actúa principalmente en los receptores
a sí mismo con cantidades mayores de dopa- mu).
mina, necesitando dosis más elevadas y fre- - Alcohol psicodélico: 
cuentes de drogas u otros comportamientos Al igual que la ketamina, el alcohol es tam-
productores de placer. Tras un período de
recuperación después de un consumo abusi- bién un(Yang
NMDA bloqueador indirecto
y col., 1996) y, pordel
esereceptor
motivo,
vo, puede volver el deseo compulsivo de no es de sorprender que la ketamina tenga
tomar la droga. Hay un elevado porcentaje de muchos efectos
efectos similares al alcohol (Krystal
(Kr ystal y
recaídas después de períodos secos de col., 1998).
menos de 6 meses. La visión de una jeringui-
- Cannabis psicodélico: 
lla, escuchar una música asociada con el con-
sumo de ketamina, o encontrarse con otros La ketamina puede influenciar indirecta-
consumidores pueden bastar para desenca- mente en los receptores del cannabis (ésto
denar el deseo compulsivo de la droga. puede extrapolarse, por ejemplo, de Stella y
Entonces empieza un nuevo ciclo de consu- col., 1997; y de Richardson y col., 1998).
mo, o la persona sigue limpia de ketamina y Algunos efectos de la ketamina son similares
entra en el largo período de recuperación a los del cannabis. Por ejemplo, la mayoría de
(alrededor de dos años) durante el que la los estimulantes quitan el hambre, pero la

necesidad de consumir va desapareciendo ketamina puede tener el efecto contrario en

Jansen, K.; Theron L. 157


 

algunos consumidores veteranos y estimular Antal M, Musci G, Faludi A. 1978. Ketamine anaes-
su apetito. Al igual que con el cannabis, no se thesia & intraocular pressure. Annals Opthal-
siente tanto el deseo específico de comer mology; 10: 1281-1289.
como el impulso de experimentar toda clase Arvanov VL, Wang RY. 1998. M100907, a selective
de placeres sensuales: comida, sexo, música, 5-HT2A receptor antagonist and a potential
otras drogas incluido el alcohol, etc... El trata- antipsychotic drug, facilitates N-methyl-D-
miento de la adicción a la ketamina ha sido aspartate-receptor mediated neuro-transmis-
sion in the rat medial prefrontal cortical neu-
ampliamente tratado por Jansen, 2001a,
rons in vitro. Neuropsychopharmacology ; 18:
donde pueden encontrarse toda clase de 197-209.
consejos destinados a minimizar los daños
Auer RN, Couplan
Couplandd SG, Jason G W, Archer DP,
para folletos educativos.
Payne J, Belzberg AJ, Ohtaki M, Tranmer BI.
1996. Postischemic therapy with MK-801 (dizo-
cilpine) in a primate model of transient focal
brain ischaemia. Molecular and Chemical
CONCLUSIONES Neuropathology; 29: 193-210.
Australian Bureau of Criminal Intelligence 1995.
El consumo no médico de ketamina ha Australian Illicit Drug Report 1994. Australian
aumentado en los últimos quince años, vin- Bureau of Criminal Intelligence, Canberra.
culado al crecimiento de la cultura dance. La Australian Bureau of Criminal Intelligence 2000.
droga tiene numerosos efectos psicodélicos. Australian Illicit Drug Report 1998-99. Aus-
Es importante que todas las personas impli- tralian Bureau of Criminal Intelligence, Canbe-

cadas en el tratamiento de los problemas rra.


relacionados con la ketamina comprendan las Ahmed SN, Petchkovsky L. 1980. Abuse of ketami-
razones por las que esta droga se consume, ne. British Journal of Psychiatry; 137: 303.
y conozcan de forma realista los posibles Beardsley PM, Balster RL. 1987. Behavioral depen-
efectos negativos. dence upon phencyclidine and ketamine in the
rat. Journal of Pharmacology and Experi-
mental Therapeutics; 242: 203-211.
Bell R, Eccleston C, Kalso E. 2003. Ketamine as an
REFERENCIAS adjuvant to opioids for cancer pain (Cochrane
Review). Cochrane Database Syst Rev 2003;
(1):CD003351.
Abajian JC, Page P, Morgan M. 1973. Effects of dro-
peridol and nitrazepam on emergence reac- Benveniste H, Drejer J, Schouseboe A, Diemer H.
tions following ketamine anesthesia. Anesthe- 1984. Elevation of extracellular concentrations
of glutamate & aspartate in rat hippocampus
sia and Analgesia;
385-9. Analgesia; Curr
Current Researches; 52:
ent Researches during cerebral ischaemia monitored by micro-
dialysis. Journal Neurochemistry; 43: 1369-
Adler CM, Malhotra AK, Elma I, Goldberg T, Egan
1374.
M, Pickar D, Breier A. 1999. Comparison of
ketamine-induced thought disorder in healthy Berman RM, Cappiello A, Anand A, Oren DA,
volunteers and thought disorder in schizophre- Heninger GR, Charney DS, DS, Krystal JH. 2000.
20 00.
nia. American Journal of Psychiatry; 156: Antidepressant effects of ketamine in depres-
1646-1649. sed patients. Biological Psychiatry; 47: 351-4.
Anand A, Charney DS, Oren DA, Berman RM, Hu Borgbjerg FM, Svensson BA, Frigast C, Gordh T.
XS, Cappiello A, Krystal JH. 2000. Attenuation 1994. Histopathology after repeated intrathecal
of the neuropsychiatric effects of ketamine and injections of preservative-free ketamine in the
lamotrigine: support for hyperglutamatergic rabbit: a light and electron microscopic exami-
effects of N-methyl-D-aspartate receptor anta- nation. Anesthesia Analgesia; 79: 105-111.
gonists. Archives of General Psychiatry; 57: Breitmeier D, Passie T, Mansouri F, Albrecht K, Kle-

270-276. emann WJ.


WJ. 2002. Autoerotic accident associa-

158 Ketamina: nuevas observaciones sobre su consumo, consumidores y efectos 


 

ted with self-applied ketamine. Int J Legal DEA. 1997. Ketamine


Ket amine Abuse Increasing.http://www.
Med; 116: 113-6. usdoj.gov/dea/program/diverson/divpub/subs-
Byer DE, Gould AB. 1981. Development of toleran- tanc/ketamine.htm
ce to ketamine in an infant undergoing repea- Dershwitz M, Sreter FA, Ryan JF. 1989. Ketamine
ted anaesthesia
anaesthesia.. Anaesthesiology; 54: 255- does not trigger malignant hyperthermia in sus-
256. ceptible swine. Anesthesia & Analgesia; 69:
501-503.
Calderonee L, Grimes
Calderon Grim es P,
P, Shalev M. 1986. Acute
reversible cataract induced by xylazine and by Dillon P,
P, Copeland J, Jansen
Janse n KLR. 2003.
20 03. Patterns of
use and harms associated with non-medical
ketamine-xylaz
ketamine-xylazine
Experimental Eye ine anesthesia
Research; in42:rats and mice.
331-7. ketamine use. Alcohol and Drug Dependen-
ce; 69: 23-28.
Cloud J. 1997.
1997. “Is Your
Your Kid on K?”
K ?” Time Magazine,
20/10/1997, pp. 56-57 -USA and Pacific editions Dixon JF, Los GV, Hokin LE. 1994. Lithium stimula-
only (but posted on World Wide Web) tes glutamate “release” and inositol 1,4,5-tris-
phosphate accumulation via activation of the N-
Connell PH. 1958. Amphetamine psychosis. Insti- methyl-D-aspartate receptor in monkey and
tute of Psychiatry Maudsley Monographs 5, mouse cerebral cortex slices. Proceedings of
O.U.P. the National Academy of Sciences U S A;
Corbett D. 1990. Ketamine blocks the plasticity 91: 8358-8362.
associated with prefrontal cortex self-stimula- Domino
Domi no EF,
EF, Chodoff
Chodo ff P, Corssen
Cors sen G. 1965. Pharma
Ph armaco-
co-
tion. Pharmacolog
Pharmacologyy Biochemistry and Beha- logic effects of CI-581, a new dissociative
viour; 37: 685-688. anesthetic, in man. Clinical and Pharmacolo-
Cotman CW, Monaghan D, Ganong A. 1988. Exci- gical Therapeutics; 6: 279-291.
tatory amino acid neurotransmission: NMDA Dotson JW, Ackerman DL, West LJ. 1995. Ketami-
receptors and Hebb-type synaptic plasticity. ne abuse. Journal of Drug Issues; 25: 751-
Annual Review of Neuroscience; 11: 61-80. 757.
Coyle JT. 1997. The nagging question of the func- Dragunow M, Currie RW, Faull RLM, Robertson
tion of N-acetylaspartylglutamate. Neurobio- HA, Jansen KLR. 1989. Immediate early genes,
logy of Disease; 4: 231-8. kindling and longterm potentiation. Neuros-
Crysell A. 1998. Lost in the K-hole. Muzik 40, Sep- cience and Biobehavioral Reviews; 13: 301-
tember 1998, 45-48. (contact: muzik@ipc.co.uk) 313.
Cumming JF. 1976. The development of an acute Drejer J, Honore
Honor e T. 1987.
1987. Phencyclidine
Ph encyclidine analogues
inhibit NMDA-stimulated [3H]GABA release
tolerance to ketamine. Anesthesia and Anal-
from cultured cortex neurons. European Jour-
gesia; 55: 788-791.
Pharmacologyy; 143: 287-290.
nal of Pharmacolog
Curran V, Morgan C. 2000. Cognitive, dissociative
Durieux ME, Nietgen GW. 1997. Synergistic inhibi-
and psychogenic effects of ketamine in recrea-
tion of muscarinic signalling by ketamine stere-
tional users on the night of drug use and 3
days later. Addiction; 95: 575-590. oisomersAnesthesiology
chloride. and the preservative
preser;vative benzthonium
86: 1326-1333.
Curran VH, Monoghan L. 2001. In and out of the K- Dursun SM, Deakin JF. 2001. Augmenting antips-
hole: a comparison of the acute and residual ychotic treatment with lamotrigine or topirama-
effects of ketamine in frequent and infrequent te in patients with treatment-resistant schi-
ketamine users. Addiction; 96: 749-760. zophrenia: a naturalistic case-series outcome
Currie MA, Currie AL. 1984. Ketamine: effect effect of study. J Psychopharmacol; 15: 297-301.
literacy on emergence phenomena, Annals of Ebert B, Mikkelson S, Thorkildsen C, Borgbjerg FM.
the Royal College of Surgeons of England; 1997. Norketamine, the main metabolite of
66: 424-425. ketamine, is a non-competitive NMDA receptor
Darracott-Cankovic R, Jansen KLR, Dillon P, Cope- antagonist in the rat cortex and spinal cord.
land J, Dalgarno
Dalgarn o P,P, Chandler
Chandle r C. 2003.
200 3. Schi- Pharmacologyy; 333: 99-
European Journal Pharmacolog
zotypy,, cognitive deficits
zotypy deficits and psychiatr
psychiatric
ic 104.
symptoms linked with chronic ketamine Elliot K. 1995. N-methyl-D-aspartate (NMDA) recep-

use (unpublished manuscript). tors, mu and kappa opioid tolerance and pers-

Jansen, K.; Theron L. 159


 

pectives on new analgesic drug development. Gill JR, Stajic M. 2000. Ketamine in non-hospital
non-hospital
Neuropsychopharmacology ; 13: 347-356. and hospital deaths in New York City. Journal
Ellison G. 1995. The N-methyl-D-aspartate antago- of Forensic Science; 45: 655-8.
nists phencyclidine, ketamine and dizocilpine Gough N. 2003. Ketamine: China’s other white
as both behavioral and anatomical models of powder. Time Asia.com http://www.time.com/ 
the dementias. Brain Research Reviews; 20: time/asia/covers/1101020520/ketamine.html
250-267. Grant IS, Nimmo WS, Clements JA. 1981. Pharma-
Engelhardt W. 1997.
1997. Recovery and psychomimetic cokinetics and analgesic effects of i.m. and oral
reactions following S- (+)-ketamine. Anesthe- ketamine. British Journal of Anaesthesia; 53:
tist; 46 (Suppl 1): S38-S42. 805-809.
Engelhard K, Werner C, Eberspacher E, Bachl M, Green SM, Rothrock SG, Lynch EL, Ho M, Harris T,
Blobner M, Hildt E, Hutzler
Hut zler P,
P, Kochs E. 2003. Hestdalen R, Hopkins GA, Garrett W, Westcott
The Effect of the alpha(2)-Agonist Dexmedeto- K. 1998. Intramuscular ketamine for pediatric
midine and the N-Methyl-D-Aspartate Antago- sedation in the emergency department: safety
nist S(+)-Ketamine on the Expression of Apop- profile in 1,022 cases. Annals of Emergenc
Emergencyy
tosis-Regulating Proteins After Incomplete Medicine; 31: 688-697.
Cerebral Ischemia and Reperfusion in Rats. Greene R. 2001. Circuit analysis of NMDAR hypo-
Anesth Analg; 96: 524-31. function in the hippocampus, in vitro, and
Erhardt S, Engberg G.2002. Increased phasic acti- psychosis of schizophrenia. Hippocampus; 11:
vity of dopaminergic neurones in the rat ventral 569-77.
tegmental area following pharmacologically Grinspoon L, Bakalar SB. 1979. Psychedelic Drugs
elevated levels of endogenous kynurenic acid. Reconsidered. New York: Basic Books/Harper
Acta Physiol Scand; 175: 45-53. Colophon.
Farber NB, Foster J, Duhan NL, Olney JW. 1996. Grof S. 1988. The Adventure of Self-Discovery -
Olanzapine and fluperlapine mimic clozapine in Dimensions of Consciousness and New
preventing MK-801 neurotoxicity
neurotoxicity.. Schizophre- Perspectives in Psychotherapy and Inner
nia Research; 21: 33-37. Exploration. New York: State University of
Farber NB, Hanslick J, Kirby C, McWilliams L, New York
York (SUNY) Press.
Olney JW. 1998. Serotonergic agents that acti- Gross SR,SR , Barrett SP,
SP, Shestowsky
Shestows ky JS, Pihl
Pi hl RO.
vate 5HT2A receptors prevent NMDA antago- 2002. Ecstasy and drug consumption patterns:
nist neurotoxicity
neurotoxicity.. Neuropsychopharmaco- a Canadian rave population study. Can J
logy, 18: 57-62. Psychiatry ; 47: 546-51.
Farber NB. 1998. Personal communication. Hall CH, Cassidy J. 1992. Young drug users adopt
FDA. 1979. Ketamine Abuse. FDA Drug Bulletin 9, ‘bad trip’ anaesthetic. The Independent, 2
24. April, page 5.
Feldman Z, Gurevitch B, Artru A, Oppenheim A, A, Hansen G, Jensen SB, Chandreash L, Hilden T.
1988. The psychotropic effect of ketamine.
Shohami E, Reichenthal
Effect of magnesium E, 1Shapira
given Y. 1996.
hour after head Journal of Psychoactive Drugs; 20: 419-425.
trauma on brain edema and neurological outco- Hayashi H, Dikkes P, P, Soriano SG. 2002.
2002 . Repeated
me. Journal of Neurosurgery ; 85: 131-137. administration of ketamine may lead to neuro-
Felser JM, Orban DJ. 1982. Dystonic reaction after nal degeneration in the developin
developingg rat brain.
ketamine abuse. Annals of Emergency Medi- Paediatr Anaesth; 12: 770-4
cine; 11: 673-674. Hefez A, Lanyi G. 1972. Neuropsychiatric manifes-
Fine J, Finestone EC. 1973. Sensory disturbances tations of ketamine hydrochloride. The Israel
following ketamine anaesthesia: recurrent Annals of Psychiatry and Related Discipli-
hallucinations. Anesthesia and Analgesia nes; 10: 180-187.
(Cleveland.); 53: 428. Hejja P, Galloon S. 1975. A consideration
consid eration of ketami-
Ghoneim MM, Hinrichs JV, Mewaldt SP, SP, Peterson ne dreams. Canadian Anaesthesia Society
RC. 1985. Ketamine: behavioral effects of sub- Journal; 22: 100-105.
anaesthetic doses. Journal of Clinical Herman BH, Vocci F, Bridge P. 1995. The effects of
Psychopharmacology ; 5: 70-77. NMDA
NMDA receptor antagonists and nitric oxide

160 Ketamina: nuevas observaciones sobre su consumo, consumidores y efectos 


 

synthase inhibitors on opioid tolerance and Jansen KLR. 1989. Near-death experience and the
withdrawal.l. Medication developmen
withdrawa developmentt issues NMDA receptor. British Medical Journal; 298:
for opiate addiction. Neuropsychopharmaco- 1708-9.
logy; 13: 269-293. Jansen KLR. 1990. Ketamine: Can chronic use
Hiroi N, Brown J, Haile C, Ye H, Greenberg ME, impair memory? International Journal of
Nestler EJ. 1997. FosB mutant mice: Loss of Addiction; 25: 133-9.
chronic cocaine induction of Fos-related pro- Jansen KLR. 1993. Non-medical use of ketamine.
teins and heightened sensitivity to cocaine’s British Medical Journal; 306: 601-602.
psychomotor and rewarding effects. Proc Natl
Acad Sci USA; 94: 10397-10402. Jansen KLR.-death
1996a.
the near-death
near Neuroscience,
experience: ketamine
the role and
of glutama-
Hirota K, Okawa H, Appadu BL, Grandy DK, Devi te and the NMDA receptor. In: L.J. Bailey. & J.
LA, Lambert DG. 1999. Stereoselective interac- Yates (Eds.) The Near-Death
Near-Death Experience:
Experience: A
tion of ketamine with recombinant mu, kappa, Reader. New York: Routledge, pp265-282.
and delta opioid receptors expressed in Chine- Jansen KLR. 1996b. Using ketamine to induce the
se hamster ovary cells. Anesthesiology ; 90: near -death experience: mechanism of action
174-82. and therapeutic potential. In: C. Ratsch & J. R.
Hope BT
B T. 1998. Cocaine and the ATP-1 Transcription Baker (Eds.) Yearbook for Ethnomedicine
Factor.. In:
Factor In : The Neurochemistry of Drugs of and the Study of Consciousness (Jahrbuch
Abuse (Ed. Ali SF), New York: Annals of the furr Ethnomedizin und Bewubtseinsforschung)
Bewubtseinsforschung)
New York Academy of Sciences 844, 1-6. Issue 4, 1995; Berlin: VWB, pp55-81.
Humphries Y, Melson M, Gore D. 1997. Superiority Jansen KLR.1997a. The ketamine model of the
of oral ketamine as an analgesic and sedative near -death experience: a central role for the
NMDA receptor. Journal of Near-Death Stu-
for wound care procedures in the pediatric dies; 16: 5-27.
patient with burns. Journal of Burn Care
Rehabilitation; 18: 34-36. Jansen KLR. 1997b. The Brain Drain. The Face; 3:
166-170.
Hurt PH, Ritchie EC. 1994. A case of ketamine
dependence. American Journal of Jansen KLR. 2000. A review of the non-medical
Psychiatry ; 151: 779. use of ketamine: use, users and consequen-
ces. J Psychoactive Drugs; 32: 419-433.
Hustveit O, Maurset A, Oye I. 1995. Interaction of
the chiral forms of ketamine with opioid, Jansen KLR. 2001a. Ketam
Ketamine:
ine: Drea
Dreams
ms and Rea-
phencyclidine, sigma and muscarinic recep- lities. Sarasota, Florida: Multidisciplinary Asso-
tors. Pharmacology and Toxicology; 77: 355- ciation for Psychedelic Studies (ISBN 0-
9660019-3-1) (this book can only be obtained
359.
from www.maps.org).
Irifune M, Shimzu
Sh imzu T,
T, Nomoto M. 1991.
1991. Ketamine-
Ket amine-
Jansen KLR. 2001b. Mental health problems asso-
induced hyperlocomotion associated with alte-
ciated with MDMA use. In: Ecstasy:The Com-
ration of pre-synaptic components of dopami-
ne neurons in the nucleus accumbens of mice. plete Guide
Traditions, (Ed. JA Holland). New York: Inner
p87-110.
Pharmacologyy Biochemistry and Behavior ;
Pharmacolog
40: 399-407. Jansen KLR, Darracot-Cancovic R. 2001. The non-
medical use of ketamine, part two: A review of
Irifune M. 1997. Effects of ketamine on dopamine problem use and dependence. J Psychoactive
metabolism during anesthesia in discrete brain Drugs; 33: 151-8.
regions in mice: comparison with the effects
Jansen KLR, Faull R, Dragunow M. 1989. Excita-
during the recovery and subanesthetic phases.
tory amino acid receptors in the human cere-
Brain Research; 763: 281-4.
bral cortex: a quantitative autoradiographic
Ishihara H. 1997. Uneventful total intravenous study comparing
compari ng the distribution
distr ibution of [3H]TCP
[ 3H]TCP,,
anaesthesia with ketamine for schizophrenic [ H]glycine, l-[ H]glutamate, [ H]AMPA and
3 3 3

surgical patients. European Journal of Anaes- [3H]kainic acid binding sites. Neuroscience ; 32:
thesiology; 14: 47-51. 587-607.
James W. 1902. [1958] The Varieties
Varieties of Religous Johnstone RE. 1973. A ketamine trip. Anesthesio-
Experience . New York: New American Library. logy; 39: 460.

Jansen, K.; Theron L. 161


 

Kamaya H, Krishna PR. 1987. Ketamine addiction. and L-type calcium channel antagonists. Neu-
Anesthesiology; 67: 861-862. ropsychopharmacology ; 25: 936-47.
Kapur S, Seeman
Seem an P. 2002. NMDA
NM DA receptor antago-
ant ago- Krystal
Kryst al JH, Karper LP, Seibyl JP, Freeman GK, Dela-
Del a-
nists ketamine and PCP have direct effects on ney R, Bremner JD, Heninger GR, Bowers MB
the dopamine D(2) and serotonin 5-HT(2)recep- Jr, Charney DS. 1994. Subanesthetic effects of
tors-implications for models of schizophrenia. the noncompetitive antagonist ketamine in
Mol Psychiatry; 7: 837-44. humans. Archives of General Psychiatry; 51:
Khanna JM,
J M, Chau A, Shah G. 1997.
1997. Effect of NMDA 199-214.
antagonists on rapid tolerance to benzodiazepi-
nes. Brain Research Bulletin; 42: 99-103. KrystDargham
Krystal
al JH, Karper LP, Bennett
A, Morrissey A, D’Souza
K, Abi-Saab DC, Abi-
D, Bremner
Khanna JM,
J M, Shah G, Chau A.
A . 1997.
1997. Effect of NMDA JD, Bowers
Bower s MB Jr, Suckow RF R F, Stets
St etson
on P,
P,
antagonists on rapid tolerance to ethanol under Heninger GR, Charney DS. 1998. Interactive
two different testing paradigms. Pharmaco- effects of subanesthetic ketamine and subhyp-
logy Biochemistry and Behavior ; 57: 693- notic lorazepam in humans. Psychopharmaco-
697. logy (Berl); 135: 213-229.
Khanna JM. 1998. Effect of NMDA antagonists on Krystal JH, Petrakis IL, Webb E, Cooney NL, Karper
development of rapid tolerance to various bar- LP,, Namanwort
LP Nam anworthh S, StetS tetson
son P,
P, Trevi
revisan
san LA,
L A,
biturates. Alcohol; 15: 9-18. Charney DS. 1998. Dose-related ethanol-like
Khorramzedeh E, Lofty AO. 1976. Personality pre- effects of the NMDA antagonist, ketamine, in
disposition and emergence phenomena with recently detoxified alcoholics. Archives of
ketamine. Psychosomatics; 17: 94-95. General Psychiatry; 55: 354-360.
Klausen NO, Wiberg-Jorgensen F, Chraemmer-Jor- Kudoh A, Takahi
Takahira
ra Y,
Y, Kata
Katagai
gai H, Takazawa
Takazawa T.T. 2002
2002..

gensen B. 1983.
after low-dose Psychotomimetic
Psychotomimetic
ketamine reactions
infusion. British Jour- Small-dose ketamine improves
ve state of depressed patients.the postoperati-
Anesth Analg;
nal of Anaesthesia; 55: 297-301. 95: 114-8.
Koek W. 1989. The phencyclidine (PCP) analog TCP Kugler J, Doenicke A. 1994. Ketamine-anticonvulsi-
shares cocaine-like but not other characteristic ve and proconvulsive actions. Anaesthesist ;
behavioral effects
e ffects with PCP,
PCP, ketamine,
ketamin e, and MK- 43 (Suppl 2): S2-S7.
801. Journal of Pharmacology and Experi- Kumar A, Bajaj A, Sarkar P, Grover VK. 1992. The
mental Therapeutics; 250: 1019-1027. effect
effect of music on ketamine induced emergen-
Krumholz W, Demel C, Jung S, Meuthen G, Knecht ce phenomena. Anaesthesia; 47: 438-439.
J, Hempelmann G. 1995. The effects of thio- Lahti AC, Koffel B, LaPorte D, Tamminga CA. 1995.
pentone, etomidate, ketamine and midazolam Subanesthetic doses of ketamine stimulate
on several bactericidal functions of polymor- psychosis in schizophrenia. Neuropsycho-
phonuclear leucocytes in vitro. European pharmacology ; 13: 9-19.
Journal of Anaesthesiology; 12: 141-146.
Lahti AC, Warfel
Warfel D, Michaelidis T, T, Weiler MA, Frey
Krupitsky EM, Grinenko AY. 1997. Ketamine psyche- K, Tamminga CA. 2001. Long-term outcome of
delic therapy (KPT): a review of the results
r esults of patients who receive ketamine during rese-
ten years of research. Journal of Psychoacti- arch. Biol Psychiatry; 49: 869-75.
ve Drugs; 29: 165-183.
Learyy T, Siriu
Lear S iriuss RU. 1997
1997.. Design for Dying. London:
Krupitsky E, Burakov A, Romanova T, T, Dunaevsky I, Thorsons/HarperCollins.
Strassman R, Grinenko A. 2002. Ketamine
psychotherapy
psyc hotherapy for heroin addiction: immediate Licata M, Pierini G, Popoli G. 1994. A fatal ketami-
effects and two-year follow-up. J Subst Abuse ne poisoning. Journal of Forensic Science;
Treat; 23: 273-83. 39: 1314-1320.
Krupitsky EM, Burakov AM, Romanova TN, Grinen- Lilly JC. 1978. The Scientist: A Novel Autobio-
ko NI, Grinenko AY, Fletcher J, Petrakis IL, graphy. New York. Bantam Books/J. B. Lippin-
Krystal JH. 2001. Attenuation of ketamine cott. (republished by Ronin).
effects by nimodipine pretreatment in recove- Lindefors N, Barati
Bar ati S, O’Connor
O’Conn or WT.
WT. 1997.
1997. Differen-
Di fferen-
ring ethanol dependent men: psychopharmaco- tial effects of single and repeated ketamine

logic implications of the interaction of NMDA administration on dopamine, serotonin and

162 Ketamina: nuevas observaciones sobre su consumo, consumidores y efectos 


 

transmission in rat medial prefrontal cor-


GABA transmission McCarthy DA, Harrigan SE. 1976. Dependence pro-
tex. Brai
Brainn Resea rch; 759: 205-212.
Research ducing capacity of ketamine in Macaca mulat-
Lu Y,
Y, France
Franc e CP
C P, Woods JH.
JH . 1992.
1992 . Tolera
Tolerance
nce to the ta. Anaesthesiology; 399: 160-168.
cataleptic effect of the N-methyl-D-aspartate Medoff DR, Holcomb HH, Lahti AC, Tamminga CA.
(NMDA) receptor antagonists in pigeons: 2001.. Probing the human hippocampus using
2001
cross-tolerance between PCP-like compounds rCBF: contrasts in schiz
schizophrenia.
ophrenia. Hippocam-
and competitive NMDA antagonists. Journal pus; 11: 543-50.
of Pharmacology and Experimental Thera- Meliska CJ, Trevort AJ. 1978. Differential effects of
peutics; 263: 499-504. ketamine on schedu
schedule-controlled
le-controlled responding
MacLennan FM. 1982. Ketamine tolerance and and motility. Pharmacology Biochemistry
hallucinations in children. Anesthesia; 37: and Behaiour; 8: 679-683.
1214-1225. Mills IH, Park GR, Manara AR, Merriman RJ. 1998.
Malhotra AK, Pinals DA, Adler CM, Elman I, Clifton Treatment of compulsive behaviour in eating
A, Pickar D, Breier A. 1997. Ketamine-induced disorders with intermittent ketamine infusions.
exacerbation of psychotic symptoms and cog- Quarterly Journal of Medicine; 91: 493-503.
nitive impairment in neuroleptic-free schizoph- Miranda AF,
AF, Boegman RJ, Beninger RJ, Jhamandas
renics. Neuropsychopharmacology ; 17: 141- K. 1997. Protection against quinolinic acid-
150. mediated excitotoxicity
excitotoxicity in nigrostriatal dopami-
nergic neurons by endogenous kynurenic acid.
Malhotra AK, Pinals DA, Weingartner H, Sirocco K,
Neuroscience; 78: 967-975.
Missar CD, Pickar D, Breier A. 1996. NMDA
receptor function and human cognition: the Modvig KM, Nielsen SF. 1977. Psychological chan-
effects of ketamine in healthy volunteers. Neu- ges in children after anaesthesia: a comparison

ropsychopharmacology ; 14: 301-307. between halothane


Anaesthesiology and ketamine.
Scandinavica Acta
; 21: 541-544.
Malhotra AK, Breier A, Goldman D, Picken L, Pickar
D. 1998. The apolipoprotein E epsilon 4 allele is Moghaddam B, Adams B, Verma A, Daly D. 1997.
associated with blunting of ketamine-induc
ketamine-induceded Activation of glutamatergic neurotransmission
psychosis in schizophrenia. A preliminary by ketamine: a novel step in the pathway from
report. Neuropsychopharmacology; 19: 445- NMDA receptor blockade to dopaminergic and
cognitive disruptions
disruptions associated with the pre-
8.
frontal cortex. Journal of Neuroscience ; 7:
Malinovsky JM, Lepage JY, Cozian A, Mussini JM, 2921-2927.
Pinaudt M, Souron R. 1993. Is ketamine or its
Moore KA,
K A, Sklerov J, Levine B, Jacobs AJ. 2001
2001..
preservative responsible for neurotoxicity in
Urine concentrations of ketamine and norketa-
the rabbit? Anesthesiology; 78: 109-115. mine following illegal consumption. J Anal
Malinovsky JM, Servin F, Cozian A, Lepage JY, Toxicol; 25: 583-8.
Pinaud M. 1996. Ketamine and norketamine Moore M, Alltounian H. 1978. Journeys Into
In to The
plasma concentrations after i.v., nasal and rec-
tal administration in children. British Journal Bright World. Massachusetts: Para Research.
of Anaesthesia; 77: 203-7. Moore NN, Bostwick JM. 1999. Ketamine depen-
dence in anesthesia providers. Psychosoma-
Maneta MP.
MP. 1976.
1976. Biodisposition
Biodispo sition of ketamine in the tics; 40: 356-359.
rat: self-induction of metabolism. Journal of
Moreton JE. 1977. Ketamine self-administration by
Pharmacology and Experimental Therapeu-
the rhesus monkey. Journal of Pharmacology
tics; 196: 536-564.
and Experimental Therapeutics; 203: 303-
Manohar S, Maxwell D, Winters WD. 1972. Deve- 309.
lopment of e.e.g. seizure activity during and Moritaa T,
Morit T, Hitomi
H itomi S, Saito
S aito S, Fujita
Fujit a T,
T, Uchihashi Y,Y,
after chronic ketamine administration in the rat. Kuribara H. 1995. Repeated ketamine adminis-
Neuropharmacology ; 11: 819. tration produces up-regulation of muscarinic
Marsden JM, Gossop M, Sewart D, Rolfe A, Farrell acetylcholine receptors in the forebrain, and
M. 2000. Psyc
Psychiatric
hiatric symptoms among clients reduces behavioral sensitivity to scopolamine
seeking treatment for drug dependence. Bri- in mice. Psychopharmacology (Be (Berl)
rl) ; 11
117:
tish Journal of Psychiatry; 176: 285-289. 396-402.

Jansen, K.; Theron L. 163


 

Nakao S, Adachi T, Murakawa M, Shinomura T, Kura- Parke-Davis Product Information Sheet: Ketalar.
ta J, Shichino T,
T, Shibata
Shib ata M, Tocyama
Tocyama I, Kimura 1999-2000. ABPI Compendium of Data She-
H, Mori K. 1996. Halothane and diazepam inhi- ets and Summaries of Product Characteris-
bit ketamine-induced c-fos expression in the tics, 1999-2000. London: Datapharm Publica-
rat cingulate cortex. Anesthesiology; 85: 874- tions ltd, p 1120-22.
882.
Perel A, Davidson JT. 1976. Recurrent hallucina-
Nakao S, Arai T, Mori K, Yasuhara O, Tooyama I, tions following ketamine. Anaesthesia; 31:
Kimura H. 1993. High-dose ketamine does not 1081-1083.
induce c-Fos protein expression in rat hippo-
campus. Neuroscience Letters; 151: 33-36. Pfeiffer A, Brantl V, Herz
Psychotomimesis A, Emrich
mediated HM. recep-
by k opiate 1986.
Narimatsu E, Kawamata Y, Y, Kawamata M, Fujimura tors. Science; 233 : 774-6.
774-6.
N, Namiki A. 2002. NMDA receptor-mediated
mechanism of ketamine-induced facilitation of Plourde G, Baribeau J, Bonhomme V. 1997. Ketami-
glutamatergic excitatory synaptic transmission. ne increases the amplitude of the 40-Hz audi-
Brain Res; 953: 272-5. tory steady-state response in humans. British
Narita M, Yoshizawa
Yoshizawa K, Nomura M, Aoki K, Suzuki
Suz uki T. Journal of Anaesthesia; 78: 524-529.
2001. Role of the NMDA receptor subunit in Poole R, Brabbins C. 1996. Drug induced psycho-
the expression of the discriminative stimulus sis. British Journal of Psychiatry; 168: 135-
effect induced by ketamine. Eur J Pharmacol; 138.
423: 41-6. Reier CE. 1971.
1971. Ketamine -‘dissociative agent’ or
Nishimura M, Sato K. 1999. Ketamine stereoselec-
stereoselec- hallucinogen? New England Journal of Medi-
tively inhibits rat dopamine transporter. Neu- cine; 284: 791-2.
roscience Letters; 274: 131-4. Release 1997. Release drugs and dance survey:
Nishina K, Akamatsu H, Mikawa K, Shiga M, Mae- an insight into the culture. (contact: Release,
kawa N, Obara
Obar a H, Niwa Y. 1998. The inhibitory
inhibitor y 388 Old Street, London EC1V 9LT, U.K.).
effects
effects of thiopental, midazolam, and ketamine
on human neutrophil functions. Anesthesia Rice SR, Niu N, Berman DB, Heston LL, Sobell JL.
and Analgesia; 86: 159-165. 2001. Identification of single nucleotide poly-
morphisms (SNPs) and other sequence chan-
Obiaya MO, Dakaraju P, Binitie
Bin itie AO. 1981.
1981. Ketamine
Ket amine ges and estimation of nucleotide diversity in
emergence and personality. The East African coding and flanking regions of the NMDAR1
Medical Journal; July 1981: 489-493.
receptor gene in schizophrenic patients. Mol
Olney J. 1994. Neurotoxicity of NMDA receptor Psychiatry ; 6: 274-84.
antagonists: an overview
overview.. Psychopharmaco-
logy Bulletin; 30: 533-540. Richardson JD, Aanonsen L, Hargreaves KM. 1998.
Hypoactivity of the spinal cannabinoid system
Olney J. 2002. New insights and new issues in results in NMDA-dependent hyperalgesia.
developmental neurotoxicology
neurotoxicology.. Neurotoxico- Journal of Neuroscience; 18: 451-457.
logy; 23: 659-68.
Riley SC, James C, Gregory D, Dingle H, Cadger
Olney JW, Labruyere J, Price MT. 1989. Pathologi- M. 2001. Patterns of recreational drug use at
cal changes induced in cerebrocortical neurons
dance events in Edinburgh, Scotland. Addic-
by phencyclidine and related drugs. Science;
tion; 96: 1035-47.
244: 1360-1362.
Olney JW
JW,, Labruyere
L abruyere J, Wang G, Wozniak DF, Price
Pr ice Rogo DS. 1984. Ketamine and the near-death expe-
MT, Sesma MA. 1991. NMDA antagonist neu- rience. Anabiosis:The Journa
Journall of Near
Near-Death
-Death
rotoxicity: mechanism and prevention. Scien- Studies; 4: 87-96.
ce, 254: 1515-1518. Rothman SM, Olney JW. 1987. Excitotoxicity & the
Orser B, Smith
S mith D, Henderson S, Gelb A. 1997. Mag- NMDA receptor. Trends in Neurosciences; 10:
nesium deficiency increases ketamine sensiti- 299-302.
vity in rats. Canadian Journal of Anaesthe- Rozza A, Masoero E, Favalli L, Lanza E, Govoni S,
sia; 44: 883-890. Rizzo V, Montalbetti L. 2000. Influence of diffe-
Oyama T, Matsumoto F, Kudo T. 1970. Effects of rent anaesthetics on extracellular aminoacids in
ketamine on adrenocortical function in man. rat brain. Journal of Neuroscience Methods;
Anesthesia and Analgesia; 49: 697-700. 101: 165-169.

164 Ketamina: nuevas observaciones sobre su consumo, consumidores y efectos 


 

Sabom MB. 1982. Recol Recollecti


lections
ons of Death:
Death: A Smith DJ. 1980. The interaction of ketamine with
Medical Investigation. New York:
York: Harper and the opiate receptor
receptor.. Life Sciences; 26: 789-
Row. 795.
Sarramon C, Verdoux H, Schmidtt L, Bourgeoise M. Smith JA, Santer LJ. 1993. Respiratory arrest follo-
1999. Addiction and personality traits: sensa- wing intramuscular ketamine injection in a 4-
tion seeking, anhedonia, impulsivity.
impulsivity. Encepha- year old child. Annals of Emergency Medici-
le; 25: 569-75. ne; 22: 613-615.
Sato M. 1992. A lasting vulnerability to psychosis in Sobel RM, Morgan BW, Murphy M. 1999. Ketami-
patients with previous metamphetamine
psychosis. In: The Neurobiology of Drug and ne in American
care. the ED: medical
Journalpolitics versus patient
of Emergency Medi-
Alcohol Addiction (Ed.s Kalivas PH, Samson cine; 17: 722-5.
HH). Annals of the New York Academy of Soyka M, Krupitski G, Volki G. 1993. Phenomeno-
Sciences 654, 160-170.
logy of ketamine induced psychosis.
psychosis. Sucht; 5:
Schorn TOF, Whitwam JG. 1980. Are there long 327-331.
term effects of ketamine on the nervous
Sputz R. 1989. I never met a reality I didn’t like: A
system? British Journal of Anesthesia ; 52:
report on ‘Vitamin K’. High Times, October
967-968.
1989, 64-82.
Schwender D, Daunderer M, Kunze-Kronawitter H,
Stafford
St afford P.
P. 1992. Psyched elics Encyclopaedia. 3rd
Psychedelics
Klasing S, Poppel E, Peter K. 1997. Awareness
Ed., Berkeley: Ronin Publishing.
during general anaesthesia—inc
anaesthesia—incidence,
idence, clinical
relevance and monitoring. Acta Anaesthesio- Stella
Ste lla N, Schweitzer
Schwe itzer P,
P, Piomelli
Piom elli D. 1997.
1997. A second
secon d
logy Scandinavica Suppl; 11: 313-314. endogenous cannabinoid that modulates long-
Sharp FR, Butman M, Aardalen K, Nick Nickolenko
olenko J, term potentiation. Nature; 388: 773-778.
Nakki R, Massa SM, Swanson RA, Sagar SM. Strassman RJ. 1984. Adverse reactions to psyche-
1994. Neuronal injury produced by NMDA anta- delic drugs: a review of the literature. Journal
gonists can be detected using heat shock pro- of Nervous and Mental Disease ; 172: 477-
teins and can be blocked with antipsychotics. 595.
Psychopharmacology Bulletin; 30: 555-560. Sybert JW, Kyff JV. JV. 1983. Ketamine treatment of
Sharp FR 1998. Personal communication. status epilepticus. Anesthesiology; 58: 203.
Shi L, Fatemi SH, Sidwell RW, Patterson PH. 2003. Taube HD. 1975. Phencyclidine and ketamine: com-
Maternal influenza infection causes marked parison with the effect of cocaine on the nor-
behavioral and pharmacological changes
changes in the adrenergic neurons of the rat brain cortex.
offspring. J Neurosci; 23: 297-302. Naunyn-Schmeidebergs Archives of experi-
Shimoyama N. 1996. Ketamine attenuates and Pharmcologyy; 291:
mental Pathology and Pharmcolog
reverses morphine tolerance in rodents. Anes- 47-54.
thesiology; 85: 1357-1366. Taura P,
P, Fuster J, Blasi A, Martinez-
Martinez-Ocon
Ocon J, Anglada
Angl ada
T, Beltran
Beltr an J, Balust J, Tercero
Tercero J, Garcia-Valdeca-
Garcia- Valdeca-
Siegel RK. 1978.
xication: Phencyclidine
a study and ketamine
of recreational users.into-
In: sas JC. 2003. Post operative pain relief after
idine Abuse: An Appraisal. (ed. R. C.
Phencyclidine
Phencycl hepatic resection in cirrhotic patients: the effi-
Peterson and R. C. Stillman) pp119 - 140, Natio- cacy of a single small dose of ketamine plus
nal Institute on Drug Abuse Research Mono- morphine epidurally. Anesth Analg; 96: 475-
graph 21. NIDA, Rockville, Maryland. 80.
Sklar GS, Zukin SR, Reilley TA. 1981. Adverse reac- Taylor PA, Towey
Towey RM. 19711971.. Depression
Depr ession of laryng
l arynge-
e-
tions to ketamine anesthesia. Abolition by a al reflexes during ketamine anesthesia. British
psychological technique. Anaesthesia; 36: Medical Journal; ii: 688-9.
183-190. Thompson GE. 1972. Ketamine-induced convul-
Skovmand K. 1996. Swedes alarmed at ketamine sions. Anesthesiology; 37: 662-663.
misuse. The Lancet; 348: 122. Thomson AM, West DC, Lodge D. 1985. An N-
Slaby A. 1994. Handbook of Psychiatr
Psychiatric
ic Emer- methylaspartate receptor-mediated
receptor-mediated synapse in
gencies,, Fourth Edition. Connecticut: Apple-
gencies rat cerebral cortex: a site of action of ketami-
ton and Lange. ne? Nature; 313: 479 - 481.

Jansen, K.; Theron L. 165


 

Tomlinson A. 1994. Ketamine. World Anaesthesia Weiss J. 1986. Ketamine protects cultured neocor-
OnLine. Issue 4 (1994) Article 5. http://www.
http://www. tical neurons from hypoxic injury. Brain Rese-
hda.ox.ac.uk/wfsa/html/u04/u04-01010.htm arch; 380: 186-190.
Topp L, Hando J, Degenh
D egenhardt
ardt L,
L , Dillon
Dillo n P, Roche A, White MJ, Ryan C. 1996. Pharmacological proper-
Solowij N. 1998. Ecstasy Use in Australia . ties of ketamine. Drug and Alcohol Review ;
Monograph No. 39. Sydney: National Drug and 15: 145-155.
Alcohol Research Centre. Williams K, Dichter MA, Molinoff PB. 1992. Up-
Tsai G, Coyle JT. 2002. Glutamatergic mechanisms regulation of N-methyl-D-aspartate receptors
in schizophrenia. Annu Rev Pharmacol Toxi- on cultured cortical neurons after exposure to
col; 42: 165-79. antagonists. Molecular Pharmacolog
Pharmacologyy; 42:
Turner DM. 1994. The Essential Guide to Psyche- 147-151.
delics. California: Panther Press (out of print, Winters WD. 1988. Ketamine- and morphine-indu-
but located at http://www.geocities.com/HotS- ced analgesia and catalepsy. I. Tolerance,
prings/Spa/4558/  Cross-Tolerance,
Cross-T olerance, Potentiation, residual morphi-
Tweed WA,
WA, Minick M, Mymin D. 1972. Circulator y ne levels and naloxone action in the rat. Jour-
responses to ketamine. Anesthesiology; 37: nal of Pharmacolog
Pharmacologyy and Experimental The-
613-619. rapeutics; 244: 51-57.
Uchihashi Y. 1993. The repeated administration of World Health Organisation. 1992. The ICD-10 Clas-
ketamine induces an enhancement of its sti- sification of Mental and Behavioural Disor-
mulant action in mice. Japanese Journal of ders. Geneva.146.
Pharmacology ; 61: 149-151. Yanagihara Y, Ohtani M, Kariya S, Uchino K, Hiraishi
Uchihashi Y, Kuribara H. 1993. SCH 23390 equiva- T, Ashi
Ashizawa
zawa N, Aoyam
Aoyamaa T,
T, Yama
Yamamur
muraa Y,
Y, Yama
Yamada
da
lently, but YM-09151-2
YM-09151-2 differentially reduces the Y, Iga T. 2003. Plasma concentration profiles of
stimulant effects of methamphetamine, MK- ketamine and norketamine after administration
801 and ketamine: assessment by discrete of various ketamine preparations to healthy
shuttle avoidance in mice. Japan Journal of Japanese volunteers. Biopharm Drug Dispos;
Pharmacology ; 62: 111-4. 24: 37-43.
Van der Kolk BA. 1997. The psychobiology of pos- Yang X. 1996. Evidence for a selective effect of
ttraumatic stress disorder
disorde r. Journal of Clinical ethanol on N-methyl-d-aspartate responses:
Psychiatry ; 58 (Suppl. 9): 16-24. ethanol affects
affects a subtype
subt ype of the ifenprodil-
ifenprodil-sen-
sen-
Verma A, Moghaddam B. 1996. NMDA receptor sitive N-methyl-d-aspartate receptors. Journal
antagonists impair prefrontal cortex function as of Pharmacology and Experimental Thera-
assessed via spatial delayed alternation perfor- peutics; 278:
278 : 114-124.
114-124.
mance in rats: modulation by dopamine, Jour- Yilmaz A, Schulz D, Aksoy A, Canbeyli R. 2002. Pro-
nal of Neuroscience; 16: 373-379. longed effect of an anesthetic dose of ketami-
Vollenweider FX, Leenders K.L, Oye I, Hell D, ne on behavioral despair. Pharmacol Biochem
Angst J. 1997a. Differential psychopathology Behav; 71: 341-4.
and patterns of cerebral glucose utilisation pro- Zielmann S, Grote R. 1995. The effects of long-term
duced by (S)- and (R)-ketamine in healthy volun-
teers using positron emission tomography sedation
44 (Supplon
3):intestinal
S549-S558.function. Anaesthesist ;
(PET). European Neuropsychopharmaco-
logy; 7: 25-38. Zsigmond EK. 1971. Malignant hyperthermia with
subsequent uneventful anesthesia. Anesthe-
Vollenweider FX, Leenders KL, Scharfetter C, Anto- sia and Analgesia; 50: 1111-2
nini A, Maguire
Mag uire P,
P, Missimer
Missi mer J, Angst J. 1997b.
Metabolic hyperfrontality and psychopathology
psychopathology Zsigmond EK. 1976. Arterial hypoxemia caused by
in the ketamine model of psychosis
psychosis using posi- i.v. ketamine. Anesthesia and Analgesia; 55:
tron emission tomography (PET) and [ 18F]fluo- 311-314.
rodeoxyglucose
rodeoxygluc ose (FDG). European Neurops- Zsigmond EK, Kelsch RC. 1974. Elevated plasma
ychopharmacology ; 7: 9-24. norepinephrine concentration during ketamine
Weiner AL, Vieira L, McKay CA, Bayer MJ. 2000. anesthesia. Clinical Pharmacolo
Pharmacology gy and The-
Ketamine abusers presenting to the Emer- rapeutics; 14: 149.
gency Department: A case series. Journal of
Emergency Medicine; 18: 447-451.

166 Ketamina: nuevas observaciones sobre su consumo, consumidores y efectos 

También podría gustarte