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· Se produjeron en todos los países una redistribución de ingresos que acentuó las desigualdades y

exacerbó los enfrentamientos entre las clases.

En principio, la deflación favoreció a los poseedores de rentas fijas y a los propietarios.

Las clases medias vivieron en general un proceso de empobrecimiento: muchos dejaron de ser
productores independientes y se convirtieron en asalariados. Los empleados jerárquicos en su
mayoría vieron deteriorados sus ingresos, pasando a compartir la suerte de las clases bajas.

Por su parte, los trabajadores fueron los que la pasaron peor: la depresión los golpeó tanto
material como políticamente. Es que la crisis creó una nueva clase de proletarios de rango inferior:
la de los desocupados. Perjudicada por la baja de los salarios nominales, pero sobre todo, quebrada
por el desempleo, la clase obrera se encontró en una posición claramente desventajosa frente a la
patronal.

Un párrafo aparte merece la situación del campesinado, que en todas partes se vio afectado no
sólo por la drástica caída de los precios sino también por el deterioro de los términos del
intercambio con los productos industriales. En algunos países los agricultores se refugiaron en la
producción de subsistencia; en otros, la quema de cosechas y las migraciones internas en búsqueda
de mejores oportunidades fueron los recursos utilizados para enfrentar las consecuencias de una
coyuntura económica que los castigaba con saña, y no les dejaba mayores opciones.

CAPITULO 14

LA CRISIS DE 1970 Y LA INESTABILIDAD DE LOS AÑOS 80

14.1 LA CRISIS DEL PETRÓLEO.

Esta aparición repentina de una desaceleración en el ritmo de crecimiento se ha vinculado con


circunstancias exteriores, como el aumento del precio del petróleo y, en general, de las materias
primas.

Una parte de los dólares recibidos provenientes de la venta de petróleo (petrodólares) se


reciclaron hacia los bancos europeos y norteamericanos produciendo un gran incremento de la
liquidez. Fue uno de los factores decisivos en el endeudamiento externo experimentado por los
países subdesarrollados.

La situación de la moneda norteamericana se fue deteriorando a lo largo de la década de 1960


como consecuencia del déficit sistemático de la balanza de pagos norteamericana y la continua
salida de capitales hacia el exterior bajo la forma de gastos militares y de inversiones de las
empresas.

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