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Feudalismo: El bosque- Las Cruzadas y la llegada de la crisis del siglo XIV.

En los siguientes temas veremos la importancia del bosque dentro del sistema feudal, pero también su utilización
desigual y los mitos y miedos en torno a él. Por otra parte, nos adentraremos en las Cruzadas, las denominadas
Guerras Santas, impulsadas por los Papas e Iglesia cristiana con el objetivo de recuperar Tierra Santa (Jerusalén) de
los musulmanes, aunque no será solo ese el objetivo principal. Finalmente, veremos la expansión de la sociedad
feudal y su posterior retroceso con la llegada de la crisis en el año 1300 (Crisis del siglo XIV), acentuada por la
propagación de la peste bubónica, generando consecuencias cruciales para los siervos, señores feudales y reyes.

Miedos eran los de antes

La gente ha temido siempre a diferentes cosas. En todos los tiempos han existido cuestiones que no se quieren
nombrar ni pensar porque producen gran intranquilidad.
Los miedos tienen su historia y los relatos que nos hablan de muchos de ellos vienen desde muy lejos en el tiempo.
En las narraciones orales de diferentes grupos y culturas se han recogido historias que hacen temblar.
Por ejemplo, muchos de los cuentos clásicos que nos leyeron cuando éramos chicos nacieron y comenzaron a circular
en tiempos feudales. Plantean la lucha entre el bien y el mal y hablan de los temores de las personas que vivieron y
formaron parte de la sociedad feudal. Por ejemplo, entre los campesinos, el miedo al hambre era muy palpable.
A continuación, descubriremos algunos de los miedos que acechaban a los habitantes del mundo feudal y las razones
que tenían para temer. ¿Por qué en la sociedad feudal se le temía al bosque? ¿Por qué algunos lo creían habitado por
criaturas fantásticas que podían proteger tanto como destruir? ¿Por qué se temía tanto a los desconocidos, a los
extranjeros, al punto de considerarlos enemigos?
Los miedos nos hablan de nosotros como individuos, con un nombre y una historia, y también nos dicen mucho
respecto de la sociedad en la que vivimos y de las relaciones que en ella establecemos. En la Edad Media, situados en
condiciones sociales diferentes, guerreros, clérigos y campesinos estaban expuestos a diferentes amenazas, y por lo
tanto, a distintos temores.

HABÍA UNA VEZ UN BOSQUE

En los comienzos de la época feudal, los fenómenos naturales, como huracanes, sismos o tormentas, encontraban
explicaciones ligadas a lo mágico y a las creencias tradicionales y paganas (término que designaba a las creencias y
religiones anteriores al cristianismo). En este contexto, en el que la naturaleza presentaba aún muchos misterios,
existía un ambiente que estaba cargado de leyendas: el bosque, un lugar denso, impenetrable y poblado de sorpresas
(agradables o de las otras). Así lo describe el historiador francés Jacques Le Goff: “el bosque está también lleno de
amenazas y de peligros imaginarios o reales. Forma el inquietante horizonte del mundo medieval, lo rodea, lo aísla y
lo ahoga. Constituye una frontera entre los señoríos y entre los países, […] una tierra de nadie por excelencia. De su
temible ‘opacidad’ surgen bruscamente los lobos hambrientos, los bandidos, los caballeros saqueadores.”

Los bosques rodeaban los señoríos dispersos por Europa Occidental. El límite de los señoríos variaba y dependía del
resultado de las guerras: la mayoría no iba más allá en su extensión de lo que podía controlar el noble y sus hombres
en un día de cabalgata. Esa era la dimensión “manejable” que permitía vigilar, recaudar y ejercer justicia. Aunque el
problema se resolvía encomendándole a otro esa tarea: se establecía un “contrato feudal” con un noble de menor
jerarquía por el cual se le delegaban esas tierras que escapaban de “control”, junto con las atribuciones y funciones
propias del señor. Y así fue como se multiplicaron los señoríos. Más allá de estos se extendían los bosques que
cubrían gran parte del territorio. Eran casi impenetrables y por esta razón resultaban el refugio ideal para fugitivos y
ermitaños, un ambiente propicio para imaginar la existencia de seres maléficos o encantados.
Maravillas e intereses en el bosque

Todas las voces del pasado medieval hablan del bosque como un lugar que maravillaba e interesaba tanto a señores
como a campesinos. Puede pensarse como un espacio donde se cruzaban y enfrentaban intereses que, en ocasiones,
podían dar lugar a conflictos entre los distintos sectores que conformaban la sociedad feudal. Además de trabajar la
tierra y criar animales, los campesinos complementaban su economía extrayendo del bosque variados recursos. Los
nobles, a su vez, administraban este espacio que pertenecía al rey. Él era quien tenía el derecho absoluto sobre el
bosque y sus riquezas y era la nobleza la que cuidaba y se aprovechaba de ese patrimonio en nombre del rey. Los
derechos no eran los mismos para todos. La caza en el bosque, considerada una actividad deportiva, estaba
permitida solo a los nobles. Si el cazador era un campesino, la caza se convertía en un delito y el campesino en un
delincuente. En ocasiones, la nobleza recurrió también al miedo para sujetar a los aldeanos, para evitar que fueran
más allá de lo establecido, de lo permitido. Lo cierto es que el miedo al bosque limitó la exploración y el uso de ese
espacio por parte de los campesinos y tejió una frontera que separaba las riquezas del bosque de las manos ávidas de
los aldeanos. Por otro lado, los que allí se refugiaban, los fugitivos, aprovechaban los miedos que desataba el bosque
para tornarlo un espacio seguro e inaccesible para ellos ya que, por temor, nadie se atrevería a buscarlos. Es decir:
hay motivos que ayudan a explicar cómo surge un miedo, cómo se difunde y en qué condiciones sociales es posible
que el temor se sienta y se transmita. Ciertos miedos de la actualidad eran impensables en el pasado y ciertos
miedos del ayer hoy nos provocarían risa. Algunos miedos cambian, otros sin duda, permanecen. En la sociedad
feudal, la mayoría de los miedos y de las historias aterrorizadoras se divulgaban oralmente, de boca en boca. La
iglesia, la feria, la taberna, eran los espacios privilegiados para la comunicación. También la fila para usar el horno o
para triturar el grano en el molino eran ámbitos de socialización, donde los vecinos pasaban largas horas y
conversaban para acortar la espera.

Los refugiados del bosque: marginados y perseguidos

¿Quiénes se refugiaban en el bosque? Aquellos considerados locos, los adivinadores campesinos, las brujas y los
hechiceros, los enfermos y los discapacitados. Todos ellos eran excluidos porque no encajaban en lo que en ese
momento se consideraba normal. Sobre los diferentes actores que habitaban el bosque pesaban acusaciones y
estigmas. A continuación, presentamos el “expediente” de un caso: la bruja.

LA BRUJA

La acusación de fabricar ungüentos mágicos y maleficios remite al conocimiento, a


menudo celosamente transmitido de madre a hija, de las hierbas y de sus propiedades,
precisamente porque las mujeres, encerradas en la casa y destinadas a criar los hijos y
cuidar de la familia, estaban funcionalmente obligadas a conocer remedios y pociones.
En la persecución de la bruja confluye también el resentimiento de la medicina docta y
masculina respecto de otra popular, femenina y rival.

Fuente: Chiara Frugoni, “La mujer en las imágenes, la mujer imaginada”, en: Historia de las mujeres. La Edad Media. Huellas,
imágenes y palabras, Tomo IV, Madrid, Taurus, 1992

Y hay más en torno a la supuesta bruja. Era una mujer que conocía los
secretos de aliviar dolores. Había sido iniciada en esas prácticas en el
bosque, porque allí estaban las hierbas medicinales que necesitaba para
curar. También se acusaba de brujas a las parteras, quienes conservaban
los saberes para el buen alumbramiento, a la vez que conocían las fórmulas
y ejercicios de la anticoncepción por medio de pociones elaboradas también
con hierbas. Se asociaba a estas mujeres con la magia, con las prácticas
paganas rigurosamente prohibidas por la Iglesia Católica. Acusadas de
brujería por el tribunal de la Inquisición, debían responder un largo
interrogatorio y pasar por algunas pruebas para confirmar o no su condición
de brujas. Uno de los procedimientos utilizados era la “prueba de agua”, que consistía en atar a las
supuestas hechiceras de pies y manos y arrojarlas luego al agua; si se ahogaban, eran inocentes,
pero si no, quedaba demostrada su relación con la brujería y eran condenadas a muerte.
Interrogatorio a una bruja
¿Desde cuándo eres bruja?
¿Por qué te has hecho bruja?
¿Cómo te has hecho bruja y que ocurrió en aquella ocasión?
¿Cómo se llama tu amo entre los malos espíritus?
¿Cuál es el juramento que has tenido que prestarle?
¿Cómo y en qué términos lo has hecho?
¿Qué males has causado, a quiénes y cómo? ¿Por qué causaste ese mal?
¿Cómo se podría remediar?
¿Qué hierbas y qué otros medios se pueden emplear para curar el maleficio?
¿Qué animales has matado o sometido a maleficio y por qué lo has hecho?
¿Cómo compones tu ungüento?

Fuente: Palacio de la Inquisición, Sala de las Brujas. Cartagena de Indias.

Ellas [las brujas] en efecto trastornan todos los elementos. Turban la mente de los hombres y aniquilan la vida sin
siquiera un sorbo de veneno, con la fuerza de sus formas mágicas.

Fuente: Malleus Maleficarum, de H. Institor, circa 1485.

🡺 1-Realiza un texto final reflexivo de producción propia acerca de lo que significaba el bosque y la utilización
del mismo de acuerdo a intereses particulares, donde integres las siguientes palabras (no importa el orden
de las mismas): miedo- bosque- desigualdad- peligro- misterio- economía- campesinos- señores (feudales)-
marginados- leyendas.

Las Cruzadas fueron una serie de campañas militares


llevadas a cabo por los cristianos europeos en los siglos XI
al XIII. Estas expediciones tenían como objetivo principal
recuperar la Tierra Santa, especialmente Jerusalén y
otros lugares sagrados, de manos de los musulmanes. Las
Cruzadas surgieron en el contexto de la Edad Media,
específicamente durante el periodo conocido como
feudalismo.

¿Qué razones impulsaron a los cruzados a combatir?


Hasta el siglo XIX la respuesta parecía clara: una
religiosidad ferviente. Movidos por su fe, los caballeros
europeos pretendían recuperar para la cristiandad los
lugares en los que vivió Jesús. Los historiadores
posteriores, sin embargo, añadieron otro tipo de causas.

Al servicio de Roma

La Iglesia impulsó las expediciones a Tierra Santa para consolidar su autoridad política sobre los reinos cristianos,
amenazada por las rivalidades con el Imperio germánico. Además, los papas querían recuperar el control sobre la
Iglesia ortodoxa bizantina, separada del catolicismo romano desde el cisma (por cuestiones de dogma) de 1054.

Algunos factores clave que contribuyeron al inicio de las Cruzadas fueron los siguientes:
● El control musulmán de Tierra Santa: Los musulmanes habían conquistado Jerusalén y otras regiones
consideradas sagradas por los cristianos, lo que generó un fuerte llamado a la acción por parte de la Iglesia
Católica para recuperar estos territorios.
● Religión y peregrinación: Jerusalén era un destino de peregrinación importante para los cristianos, y su
control musulmán obstaculizaba el acceso a los lugares santos. Esto generó un fervor religioso y una
motivación religiosa para participar en las Cruzadas.
● El poder y la influencia de la Iglesia: La Iglesia Católica desempeñó un papel crucial en la promoción de las
Cruzadas, movilizando a los cristianos y promoviendo la idea de la lucha santa en nombre de la fe.
● Factores políticos y económicos: Las Cruzadas también se vieron influidas por factores políticos y
económicos. Los nobles europeos vieron en las expediciones una oportunidad para ganar fama, riqueza y
nuevas tierras. Además, las Cruzadas permitieron expandir el comercio y las rutas comerciales hacia Oriente.

Aunque algunos de los objetivos iniciales se lograron temporalmente, a largo plazo, la mayor parte de los territorios
recuperados por los cristianos volvieron a ser controlados por los musulmanes. Las Cruzadas dejaron un legado
histórico y cultural significativo y tuvieron un impacto duradero en las relaciones entre Europa y el mundo islámico.

La Primera Cruzada
partió de Europa
occidental,

específicamente de
diferentes regiones y
reinos como Francia,
Alemania, Italia y
otros estados
cristianos.

Las fuerzas cruzadas


se organizaron en
diferentes
contingentes y partieron desde diferentes puntos de Europa hacia el este. Algunos contingentes cruzaron el mar
Mediterráneo y se dirigieron a través de Italia y Grecia hacia el territorio del Imperio Bizantino, mientras que otros
contingentes se movilizaron por tierra, atravesando Europa Central y los Balcanes.

Consecuencias

Las principales consecuencias de las cruzadas fueron las siguientes:


● Se reforzó el liderazgo del Papa sobre los cristianos de Europa Occidental y la expansión del cristianismo
hacia Oriente.
● El agravamiento del conflicto entre Roma y la Iglesia ortodoxa, debido a la ocupación de Constantinopla por
los cruzados en 1204.
● El enriquecimiento de la cultura occidental debido a la influencia del arte y la ciencia de árabes y bizantinos.
● El fortalecimiento de la naciente burguesía como consecuencia de las ganancias proporcionadas por el
abastecimiento y el transporte de los ejércitos y el incremento de tráfico con Oriente.
● La muerte de gran cantidad de personas, especialmente mujeres, niños y ancianos durante las tomas de
ciudades y los ataques a caravanas y peregrinos.
● Desde el punto de vista económico, las cruzadas fueron un gran éxito, porque permitieron reconstruir las
rutas de comercio, tanto marítimas como terrestres, entre Oriente y Occidente. Los burgueses de las
ciudades italianas como Venecia, Florencia y Génova estrecharon fuertes lazos con los comerciantes de
Constantinopla y comenzaron a comprar productos de lujo de Oriente para venderlos a altos precios en los
mercados occidentales.

El perdón por las Cruzadas


En el año 2000, el entonces Papa de la Iglesia católica Juan Pablo II confesó públicamente las “culpas del pasado” y
pidió perdón por los actos de intolerancia y violencia cometidos en nombre de la fe católica a lo largo de la historia.

Entre los hechos que motivaron esta manifestación de arrepentimiento y penitencia se contaban, aunque sin
nombrarlos, los crímenes de la Inquisición y las masacres perpetradas durante las Cruzadas.

🡺 2-A Investiguen en la web ¿quiénes fueron los Caballeros Templarios? ¿Cómo surgen y a qué se debe su
importancia?
🡺 B- ¿Por qué la Iglesia los comenzó a perseguir y acusar de herejía si representaban a dicha institución?
🡺 C- ¿Qué fue la inquisición y cuáles fueron los principales objetivos y accionar de la misma?

La expansión de la sociedad feudal

A partir del siglo XI, Europa Occidental experimentó un proceso de crecimiento económico que permitió una serie de
transformaciones en la sociedad. El comercio se recuperó y, con él, también las ciudades.

Los señores feudales pretendían obtener cada vez más riquezas. Por esta razón, aumentaron las rentas que cobraban
a sus siervos. Para poder responder a este aumento, los campesinos debieron empezar a cultivar también tierras
baldías y bosques. Para cultivar en estas tierras, debieron roturarlas: talar bosques, secar pantanos, etc. La
ampliación de las tierras agrícolas, sumada al desarrollo de técnicas nuevas, como el arado de hierro, que
reemplazaron a los de madera, permitió aumentar la producción de alimentos.

La expansión agrícola tuvo consecuencias importantes. Una de ellas fue que favoreció el crecimiento demográfico. Se
estima que entre el siglo X y la primera mitad del siglo XIII Europa pasó de tener 40 millones a 75 millones de
habitantes. Este crecimiento llevó, a su vez, a iniciar un proceso de expansión territorial por vía militar. En este
periodo, además, la fe cristiana tomó un nuevo impulso, y aumentó la cantidad de peregrinaciones hacia centros
religiosos. Estos peregrinos contribuyeron a reactivar la economía y promovieron intercambios culturales entre
personas de orígenes diferentes.

La prosperidad económica provocó un aumento de la actividad comercial. Como los señores cobraban más rentas,
demandaban más productos exóticos y de prestigio. La reactivación del comercio impulsó un renacer de la vida
urbana en Europa occidental. Las ciudades eran centros especializados en las actividades comerciales y artesanales.
Esto les permitió obtener, poco a poco, autonomía con respecto a los señores feudales. A veces negociaban con ellos,
y otras buscaban el apoyo de los reyes, a quienes ayudaban con préstamos. Así, ganaron libertades para desarrollar
sus actividades y también privilegios, como no pagar determinados impuestos o peajes.

Con el tiempo, las ciudades consiguieron el derecho de establecer sus propias formas de gobierno: elegían sus
autoridades y establecían normas para regular la vida y las actividades económicas dentro de la ciudad.

Las ciudades medievales eran conocidas con el nombre de Burgos. Por eso, sus habitantes eran los burgueses. Los
más ricos poseían talleres artesanales. Además, eran propietarios y administradores de casas comerciales que hacían
largos viajes para conseguir los productos de lujo que compraban los señores feudales. (+info)

Para protegerse de los abusos de los señores feudales y de situaciones imprevistas, los artesanos se agruparon en
gremios. Estas corporaciones supervisaban, controlaban y establecían reglas para quienes se dedicaban a la misma
tarea en una ciudad o región. El gremio aseguraba la calidad y el precio de los productos, negociaba con señores y
campesinos el costo de las materias primas y procuraba que los artesanos pudieran mantener abiertos sus talleres.

También los comerciantes se unieron en corporaciones similares llamadas guildas, las cuales establecían rutas
seguras por mar y tierra y, en muchos casos, contrataban milicias para custodiar a los comerciantes. Además,
negociaban con el poder político para realizar distintos acuerdos, por ejemplo, para obtener privilegios y beneficios
en sus actividades, o permisos para atravesar determinadas zonas controladas por los señores feudales.
(+ info) El desarrollo de la burguesía

Los burgueses tenían un modo de vida diferente al del resto de los grupos sociales. Sus actividades no encajaban
en los esquemas de la época. Estas diferencias los llevaron a desarrollar organizaciones y formas de concebir al
mundo propio, que se diferenciaban de la mentalidad feudal tradicional.
Los habitantes de las ciudades, los burgueses, pronto se convirtieron en actores claves de la sociedad feudal. Eran
un nuevo sector social cuya riqueza no era inmóvil ni agrícola, sino que se vinculaba a dos nuevas actividades
económicas (comercio y artesanía) y se caracterizaba por su movilidad. No encajaban en la teoría de los tres
órdenes, dado que no eran ni miembros del clero ni nobles guerreros ni señores feudales.
Los más ricos eran los comerciantes que ofrecían ropa, joyas y especias traídas de Oriente. Junto a ellos estaban
los artesanos que producían en sus talleres diferentes manufacturas de lujo. Los burgos también se volvieron
atractivos para los campesinos que huían de la servidumbre, porque mientras en el campo todos estaban
sometidos a los señores feudales, los habitantes de los burgos eran hombres libres.

Otra forma de concebir el mundo

A diferencia del ámbito rural, la vida en las ciudades no seguía los ritmos de la naturaleza. Debido a que los
burgueses tenían que medir el tiempo de manera precisa para calcular cuánto tardarían en elaborar un producto,
los relojes y los calendarios empezaron a ser objetos importantes para ellos. Los burgueses empezaron, además, a
tener una visión de la vida diferente de la que establecía la teoría de los tres órdenes. Así, aunque seguían siendo
cristianos, consideraban que la situación de las personas era resultado de sus capacidades y habilidades, y no sólo
producto de la voluntad divina.
Otro aspecto que diferenciaba a los burgueses era su afán de conseguir dinero y luego reinvertirlo para ganar más.
Esta actitud era opuesta a la de los señores feudales, quienes empleaban todo lo que obtenían de las rentas en
objeto de prestigio para consolidar su posición social y poder.

La crisis del siglo XIV

Durante dicho siglo estalló una crisis en la economía feudal. El hambre, la peste y las guerras tuvieron como resultado
la reducción de la población de Europa occidental. Todo ello produjo grandes transformaciones en la sociedad.
El crecimiento de la agricultura iniciado a partir del siglo XI había sido, en su mayoría, extensivo. Esto quiere decir que
la producción creció fundamentalmente debido al aumento de las tierras de cultivo. Por eso, cuando no hubo más
tierras sobre las que avanzar, la producción se estancó. Además, como no existían técnicas eficientes para abonar, la
sobreutilización de este recurso redujo la productividad agrícola: de cada parcela de tierra, cada año se obtenían
menos alimentos. La disminución de la producción de alimentos provocó hambrunas, lo que aumentó la mortalidad.
Pero no solo eso, también generó que los señores feudales comenzaran a recibir menos impuestos. Entonces, para
mantener su nivel de ingresos, aumentaron la presión sobre sus siervos, exigiéndoles rentas cada vez más altas. Esto
empeoró la situación de los campesinos. Finalmente, las tensiones entre siervos y señores feudales derivaron en
numerosas revueltas de campesinos.

La peste

En 1348 irrumpió en Europa una enfermedad


mortal llegada de Oriente: la peste bubónica. Esta
enfermedad era transmitida por las ratas que
venían en los barcos mercantes. Dado que la
población estaba debilitada por el hambre y que
las condiciones de higiene, sobre todo en las
ciudades, eran deficientes, la enfermedad resultó
letal. Se calcula que fallecieron aproximadamente
50 millones de personas.
Para los señores feudales, la crisis implicó dos amenazas. Por un lado, corrían el riesgo de morir como consecuencia
de la peste, y por otro, la muerte de muchos siervos y la disminución de la producción implicaron un descenso en sus
ingresos. Por esta razón, debieron ceder ante las demandas de los campesinos y reducir la presión que ejercían sobre
ellos. Muchos nobles, por ejemplo, comenzaron a cobrar sumas proporcionales a la cosecha, en vez de montos fijos.
También dejaron de cobrar algunas cargas, como las de servidumbre personal. Al reducirse sus ingresos, también
tuvieron que reducir sus gastos. Todo ello debilitó a los señores feudales.

La pérdida de poder de los señores feudales conllevó una disminución del consumo señorial y restringió su autoridad,
ya que esta se mantenía a través de la ostentación del poder. Esta demostración de autoridad se ponía de manifiesto,
principalmente, a través de las armas, las guerras, la vestimenta y la organización de grandes banquetes.

La debilidad de los señores feudales fue aprovechada por los reyes. A partir del siglo XIV, los monarcas comenzaron a
reconstruir su poder. Poco a poco, fueron recuperando parte de las atribuciones que antes habían perdido ante los
señores con poder del ban. Este proceso fue lento y estuvo atravesado por numerosos conflictos armados. Para
afrontarlo, los reyes utilizaron los recursos que obtenían a través de impuestos nuevos y de préstamos que les
otorgaban los burgueses.

Durante los siglos siguientes, los señores feudales mantendrían parte de su poder, pero lo compartirían con los reyes,
hasta finalmente perderlo por completo.

🡺 3- Expliquen las causas de la expansión económica del siglo XI y sus consecuencias para las ciudades.
🡺 4- ¿Cuáles fueron las causas de la crisis del siglo XIV?
🡺 5-¿Por qué los burgueses no “encajaban” en los sectores sociales feudales de la época? ¿Qué ideas tenían
respecto de la vida y los negocios?
🡺 6- ¿Cuál fue el impacto que tuvo la crisis para los siervos y los señores feudales?
🡺 7-¿Cuál fue la consecuencia para los señores feudales y los reyes?

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