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Los viajes a través del espacio y el tiempo en el cine de ciencia

ficción.

¿Cómo se comunica la ciencia ficción con las preocupaciones científicas?

Cada tiempo plantea sus propios problemas y estos de algún modo se


convierten en las prioridades del desarrollo científico. Por su parte, los
avances científicos influencian la cultura popular, dando lugar a nuevos
tópicos y obras. Ejemplo de ello es cómo escritores y cineastas
antiguamente imaginaban que podía ser un futuro ‘robotizado’, en
contraposición a cómo lo imaginamos nosotros a día de hoy, donde incluso
el uso mismo del término ‘robot’ ya suena anticuado. En este sentido resulta
un ejercicio sumamente interesante reflexionar el contexto que hay tras
cada obra y analizar los elementos que estas puedan tomar de cada época.
Otro ejemplo notable es el caso de “The War of Worlds”, que plasma muy
bien el estadio científico de su época. Esta novela escrita por Herbert
George Wells y publicada en 1898 contaba la historia de una terrorífica
invasión de extraterrestres, los cuales buscaban adueñarse de nuestro
planeta y exterminar la raza humana utilizando unas gigantescas maquinas
trípodes capaces de desintegrar y capturar seres humanos. En este punto
es clave preguntarse ¿Qué es lo que lo diferencia a esta obra de otras, en
relación a su contexto? La respuesta está en el origen de los alienígenas; el
planeta Marte. Por aquel tiempo aún se desconocía mucho acerca del
planeta vecino y por supuesto que también se especulaba si existía vida o
no (cosa que incluso hasta el día de hoy los más conspiranoicos eligen
creer). Pero lo cierto es que esta figura de ‘marciano’ se ha ido perdiendo
en el tiempo, y actualmente se le suele ver mucho más caricaturizada,
siendo descartada por el cine de terror y ciencia ficción, pero acogida por la
comedia, como es el caso de “Mars Attacks!” (“Mars Attacks!” o “¡Marcianos
al Ataque!” en Hispanoamérica es una película de comedia y ciencia ficción,
escrita y dirigida por Tim Burton). Esto también se puede apreciar en la
adaptación al cine estrenada en 2005, “La Guerra de los Mundos”, dirigida
por Spielberg y protagonizada por Tom Cruise, donde el origen de los
alienígenas fue omitido, dando paso a una historia contada con más
elementos de suspenso.

El siglo XX trajo revolucionarios avances en materia científica, la polarización del


mundo tras la segunda guerra mundial daría paso a la guerra fría y como
consecuencia, una fuerte pugna entre Estados Unidos y la Unión Soviética por
conquistar el espacio, donde el primer golpe lo daría la URSS, con el lanzamiento
del satélite Sputnik, el 4 de octubre de 1957. El 29 de julio del año siguiente, el
presidente Eisenhower fundaría la “National Aeronautics and Space
Administration”, mejor conocida como NASA, hito que marcaría un antes y un
después en la historia de los vuelos en el espacio, y por supuesto, tendría un
fuerte impacto en la ciencia ficción. Los años siguientes tanto la Unión Soviética
como Estados Unidos continuarían sus lanzamientos de satélites, dejando en el
camino varios éxitos así como algunos fracasos. Sin embargo en 1969, tras el
alunizaje ya se podía hablar de un triunfo parcial de los Estados Unidos. Otro hito
interesante y que aportó de forma considerable al conocimiento astronómico es el
del primer lanzamiento de una sonda espacial, el Pioneer 10, en 1972, siendo la
primera sonda en cruzar con éxito el cinturón de asteroides y llegar hasta la órbita
de Júpiter.

En este punto la humanidad ya podía decir que tenía un conocimiento de los


astros muy avanzado, y a la vez, ese conocimiento fue consagrando nuestra
soledad en el espacio. La ciencia ficción, o como debiese ser su traducción,
“ficción científica”, tenía la tarea de hacer historias más creíbles y ello suponía el
desafío de adaptarse a estos nuevos estadios de conocimiento. No quedaba más
remedio entonces que poner la imaginación un poco más allá, tal vez, más allá de
nuestra galaxia.

Star Wars narró la historia de una galaxia ficticia, distanciándose desde ya en su narrativa de todo lo que se
había visto hasta ese momento.

El siglo XX tenía mucho que ofrecer aun, obras cinematográficas como Star Trek y
Star Wars daban fe de ello. El tópico de ‘humanidad en el espacio’ había llegado
para quedarse y aún tenían mucho que explotar. Sin embargo, un descubrimiento
que pasó ‘relativamente’ desapercibido a principios de los 70’, marcaría un nuevo
precedente para la ficción científica, cuyo impacto daría vida al vigente paradigma
de viajes a través del tiempo.

Con la llegada de los agujeros negros (descubrimiento de Stephen Hawking junto


a Roger Penrose) se abriría una nueva puerta. Sin duda que la influencia que esta
misteriosa concentración de masa tendría a lo largo de la historia es incalculable.
Pero quisiera adelantarme varios años para al fin poder llegar a exponer sobre las
obras de mi época, aquellas que me cautivaron y motivaron a escribir esta
ponencia, y que no por casualidad, comparten un denominador común: El tiempo.

No es que el cine de ciencia ficción no haya tomado en cuenta con anterioridad


este concepto. Obras consideradas clásicos modernos como “Terminator” o
“Volver al Futuro” basaron su historia en los viajes a través del tiempo, aportando
nociones leves de lo que podría hacer el cine años más tarde. No obstante, el
tratamiento que dieron estos films al término, resultaba bastante más disparatado
y poco explicativo, muy a diferencia de lo que se vería en el siglo XXI.

Hay al menos dos obras en las cuales quisiera detenerme: Interstellar (2014) y
Dark (2018).

Interstellar es una película dirigida por Christopher Nolan. En ella se narra la


historia de Joseph Cooper, astronauta retirado y padre viudo de dos hijos. Dado
que el planeta tierra se encontraba en una fase avanzada de cambio climático, la
agricultura como actividad se encontraba en peligro extinción y por tanto, también
la humanidad, por lo que Cooper es empujado a aceptar una riesgosa misión
espacial, consistente en atravesar un agujero de gusano que apareció orbitando
Saturno hace 48 años, esto debido a que estudios de la Nasa constataron que
cruzando dicho objeto era posible encontrar un nuevo sistema con planetas
potencialmente habitables para seres humanos.

Bajo esta premisa es que los protagonistas se adentran en los confines de nuestro
sistema solar para llegar a ‘Gargantúa’, denominación ficticia que se le dio al
agujero de gusano. La película tiene aciertos y desaciertos en cuánto a lo que
propone desde el punto de vista astrofísico, pero lo cierto es que jamás se había
explicado la curvatura espacio-temporal de forma tan espectacular como lo hizo
Interstellar. Por otra parte, la película también integra la gravedad como punto
clave en la explicación del viaje a través de dimensiones, lo que la acerca aún más
con la teoría de la relatividad.
Dark, por su parte, es una serie alemana creada por Baran bo Odar, ambientada
en el ficticio pueblo de Winden, Alemania. Dark fue considerada por muchos como
una de las series con la trama más compleja y a la vez ambiciosa jamás hecha.
¿Qué pasaría si los viajes al pasado fueran reales? ¿Qué clase de paradojas
tendrían lugar? Pues es el ejercicio que hace la serie como puntapié para tratar
temáticas como micro agujeros negros y enredadas paradojas temporales ¿Cómo
es posible que una hija dé a luz a su propia madre? Esto que en principio parece
una locura o disparate, Dark lo hace posible y encuentra también su respuesta en
el tiempo, en la fractura y fragmentación del mismo.

No es el ánimo de esta ponencia el de revelar la trama de cada uno de los


productos cinematográficos que se mencionan anteriormente, sino más bien el de
vincularlos. Tanto Dark como Interstellar gozaron de gran popularidad y no es
azar, ya que ambos parecen ser un excelente acercamiento de la astrofísica a la
gente común, sin dejar de ser alabados por la comunidad científica por su
verosimilitud, obviando por supuesto, su tremenda calidad narrativa.

Otros ejemplos notables están presentes en la película Arrival (2017) y la serie


Rick y Morty (2013). Arrival, cuenta la historia del primer contacto de la tierra con
unos misteriosos seres extraterrestres capaces de alterar la estructura temporal,
es más, su lenguaje estaba basado en la comunicación a través del tiempo. Rick y
Morty por su parte, es una caricatura, no obstante su temática resulta sumamente
contemporánea tratando asuntos como la multiplicidad de realidades,
fragmentación del tiempo y los conjuntos de universos, entre otras cosas.

A lo largo de este texto, se ha querido justificar un esquema cuyo propósito es el


de demostrar cómo las preocupaciones de la ciencia son capaces de
transformarse en auténticos géneros, o en este caso, en un completo paradigma
en lo que a cine de “viajes a” (entiéndase esto como viajes a través del espacio,
dimensiones o el tiempo) respecta. Por otro lado, resulta muy interesante analizar
la idea de soledad en el espacio que la ciencia ha demostrado y que pone de
cabeza a cineastas y escritores. El tópico de ficción científica es el que
probablemente más interés tiene en estar al tanto de las disciplinas científicas, su
relación con el realismo es muy estrecha, pero también lo es con la imaginación.
Cabe señalar, que está claro que no todas las películas de ciencia ficción atienden
las preocupaciones científicas de forma contextual, géneros como el steampunk, o
cyberpunk tienen la tarea de imaginar mundos completamente diferentes, pero esa
diferencia está justamente ligada a un desarrollo científico completamente
diferente. Finalizar agregando que parte de la finalidad de esta ponencia es dejar
una puerta abierta a futuras reflexiones en torno a esta temática.

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