UNIVERSIDAD DE ANTOFAGASTA

Facultad de Ciencias de la Salud

Departamento de Terapia Ocupacional y Fonoaudiología

Carrera Terapia Ocupacional

TERAPIA ELECTROCONVULSIVA
METODO QUE PROMETE PERO NO ADVIERTE

por:

Paola Camacho

Natalia Marcial

Jennifer Ruiz

Kiara Soto

Romina Vicencio

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 Terapia Electroconvulsiva

Método que promete, pero no advierte

La terapia electro convulsiva también conocida como terapia “electroshock” se

introdujo en 1930, por el psiquiatra Ugo Cerletti y Lucio Bini, como tratamiento
para trastornos de la salud mental.

En sus inicios solo era utilizada como tratamiento para la esquizofrenia y la

depresión grave cuando otras terapias no resultaban efectivas.

Las primeras aplicaciones fueron en animales con el objetivo de investigar los

efectos de las convulsiones inducidas en el sistema nervioso. Uno de los
experimentos más conocidos es con cerdos de cautiverio, con los cuales se
practicó terapia electroconvulsiva para comprobar su efectividad.

Después de varios experimentos con animales se llevó a cabo la primera

aplicación médica de terapia electroconvulsiva en un humano con esquizofrenia, a
cargo del psiquiatra Ugo Cerletti. Pese a que el paciente mostró mejorías, luego
de su primera sesión este mismo manifestó “¡Otra vez no!” ante la terapiaelectro
convulsiva.

Por ello es importante exponer porque la terapia electroconvulsiva sigue

resultando un tratamiento no tan óptimo a pesar del tiempo y evolución médica, ya
que aún existen muchos vacíos de conocimiento en cuanto a su eficiencia y
mecanismo de acción.

Aunque la terapia electroconvulsiva se ha utilizado durante las últimas décadas

hasta el momento aún no se comprende el mecanismo de acción exacto. Se cree
que la estimulación eléctrica provoca cambios en las vías neuronales y la
liberación de neurotransmisores en el cerebro, lo que ayuda a aliviar los síntomas
depresivos, pero no se conoce más allá de lo descrito. Por esto mismo también se
desconoce porque es eficaz en algunos casos y en otros no.

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Los diversos testimonios de personas que se sometieron a este tratamiento ponen
en evidencia las dos caras de la terapia electroconvulsiva, la cual, si bien nos
otorga una respuesta positiva en sus primeras sesiones, pone en la palestra de la
duda y juicio todo lo positivo del tratamiento debido a las consecuencias que tiene
en las personas y cómo afecta en su bienestar físico y psicológico.

Los efectos secundarios son múltiples y varían entre cada paciente considerando
sus condiciones de salud de base y aquellas que los condujeron al uso de este
tratamiento. Principalmente los más comunes son confusión, dolor de cabeza,
problemas de presión arterial, dolencias musculares, taquicardia, dificultad para
concentrarse, problemas de aprendizaje y pérdida de la memoria; este último es la
consecuencia más cuestionada a lo largo de los años.

Jess y Ryan en 1941 en su libro “Shock Treatment in Psychiatry” afirman que la

terapia electro convulsiva produce no tan solo pérdida de la memoria, si no
también cambios en las ondas cerebrales, daños en las células y lesiones
vasculares.

Un ejemplo claro, real y evidenciable es Loretta Wilson, quien en 2013 compartió

su experiencia con la terapia electroconvulsiva en BBC.

Loretta Wilson recibió terapia electro convulsiva a mediados de los años 90 hasta
el año 2000 ya que había dejado de responder a las drogas psiquiátricas de su
tratamiento. En su relato detalla todo lo que vivió por la terapia electroconvulsiva;
“He perdido 25 años de mi vida, tengo enormes lagunas mentales en mi memoria”
“Me llevó siete años después de mi último electrochoque empezar a entender que
me había sucedido” ( Lorreta Wilson, BBC, 2013)

Loretta no es la única persona cuya experiencia fue desfavorable luego de

someterse a la terapia electroconvulsiva, son diversos los casos que rondan, de
personas cuyos efectos colaterales luego de la terapia electro convulsiva afectaron
en grandes rasgos de su vida personal.

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Vicente Martínez es otro caso que evidencia los efectos que tiene este tratamiento
en la vida de cada paciente. Vicente fue internado en un hospital psiquiátrico en
2011, en ese entonces él estaba por cumplir 17 años y fue ingresado por segunda
vez con diagnóstico de depresión mayor, con ideaciones auto flagelantes.

Los medicamentos en Vicente no daban las respuestas esperadas y a la familia de

él se le dieron dos soluciones. La primera era continuar un tratamiento con un
medicamento llamado Leponex que es de ingesta oral pero que tiene grandes
consecuencias en la salud de la persona como alza de colesterol, glucosa y
afecciones en la sangre. Y la segunda opción era la aplicación de terapiaelectro
convulsiva.

El psiquiatra a cargo del tratamiento le explicó a la familia que la terapia electro

convulsiva haría que las ideas auto flagelantes disminuyeran considerablemente,
sin embargo, todas estas explicaciones y propuestas de tratamiento siempre se
hizo con la familia y jamás se incluyó a Vicente en esto. Esta práctica viola la ley
20.584 que establece que toda persona tiene derecho a recibir información sobre
su enfermedad y la forma en que se realizará su tratamiento adaptado a su edad,
desarrollo mental, estado afectivo y psicológico, además de incumplir con el
principio de autonomía y justicia de la ética de salud, que indica que se debe
hacer partícipe al usuario en el tratamiento, entregar información a los usuarios
sobre la naturaleza, riesgos y resultados potenciales de cualquier intervención y
no discriminar por su condición, sean cuales sean las características del sujeto, en
este caso por su edad y su condición mental.

Vicente posterior a la aplicación de terapia electroconvulsiva experimentó sus

efectos colaterales como sentido de la desorientación y pérdida de la memoria ya
que no recordaba a sus compañeros ni sus nombres. Según su testimonio se
sintió muy mal físicamente y los dolores de cabeza eran muy fuertes y constantes.

El tratamiento en Vicente no dio respuestas efectivas ya que este mismo en 2011

fue internado por tercera vez y en 2012 por cuarta vez. Vicente manifestó con sus
palabras que su caso demuestra que la terapia electroconvulsiva no funcionó; “A

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los dos o tres meses después de la terapia electroconvulsiva, tuve mi intento de
suicidio más grande. Estuve al borde de la muerte. La terapia electroconvulsiva se
supone que eliminaría la ideación auto flagelante, pero no se logró” (Vicente
Martinez, El Mostrador, 2022)

Un caso ocurrido en Chile que genero cientos de críticas por la violación a los
conductos regulares propios de la aplicación de terapia electroconvulsiva fue a un
menor de 13 años al que se le aplicaron 40 sesiones, así como también ocurrieron
otros casos en Chile entre los años 2008 al 2017 donde se realizaron alrededor de
97 terapias a menores de 18 años.

Según lo establecido en la OMS no se puede aplicar terapia electroconvulsiva a

menores de edad, ni tampoco se puede aplicar más de 12 sesiones a las
personas. Mediante los casos ocurridos en Chile podemos ver cómo es que se
vulneraron estos parámetros incluso cuando hay códigos éticos que se deberían
seguir.

¿Entonces? Que tan próspero resulta el escenario post-terapia electroconvulsiva

cuando ponemos en cotejo sus pro y contras, teniendo a un lado los resultados
favorables que permiten a las personas tratar diversos trastornos de la salud
mental, pero exponiéndose en caso de que no resulte como tal, su estado final
resulte en algo peor que el inicial.

Un tratamiento médico y psiquiátrico debería otorgar resultados seguros y

garantizar que el riesgo ante este es menor. Pero cuando nos enfrentamos a un
caso como lo es la terapia electroconvulsiva que nos evidencia casos que pueden
inducir una crisis epiléptica, pérdida de la memoria, pérdida del habla y habilidades
motoras y sensitivas esenciales en la vida, entonces controvertimos en su
efectividad a largo plazo.

La terapia electroconvulsiva obstaculiza y bloquea posibles tratamientos para

comprender la situación del paciente, su experiencia y sus posibles terapias.

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Cuando se aplica terapia electroconvulsiva sin investigar y posibilitar la aplicación
de tratamientos menos invasivos y potencialmente más seguros se sigue
evidenciando que se utiliza la terapia electroconvulsiva como una idea de que una
“corriente eléctrica” compondrá lo que una terapia más segura, con evidencias
observables y reales podría hacer, dejando solo esta como una opción definitiva
transgrediendo los derechos de la persona y no velando por el otro que debería
ser la conducta propia de un profesional en cualquier ámbito.

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 Bibliografía

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Francisca Inostroza. (Febrero,25,2023). Lo que no se dijo de la terapia

electroconvulsiva: psiquiátricos la aplican a menores de edad y personas con
autismo. El Mostrador. // https://www.elmostrador.cl/destacado/2023/02/25/lo-que-
no-se-dijo-de-la-terapia-electroconvulsiva-psiquiatricos-la-aplican-a-menores-de-
edad-y-personas-con-autismo/