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Panamá
Por: Sabina Sánchez
Todos los países son criticados ya sea por sus habitantes o por sus competencias. No
obstante, es una buena práctica realizar un análisis detallado de su desempeño en todas las
áreas para tener conciencia de lo que se debe mejorar o cambiar para un mejor resultado. S&P
Global Ratings es una agencia americana que evalúa el crédito de los países con análisis e
investigaciones financieras. Se especializan principalmente en el desempeño de los gobiernos,
corporaciones, el sector financiero y las estructuras financieras de las entidades y su seguridad.
Sus analistas realizaron un análisis de riesgo de la industria bancaria en Panamá con el fin de
entender y demostrar cómo los diferentes factores económicos e industriales del país se
desarrollan y la respuesta del gobierno en momentos de crisis en la industria bancaria. Los
autores de este documento demuestran que la industria bancaria panameña tiene una
calificación de 5 en sus estándares, con un riesgo económico desfavorable y descendente y un
riesgo de la industria relativamente positivo y estable, lo que consideran como un aspecto
bueno para el futuro de la economía e industria panameña. Si bien es cierto, argumentan que
Panamá todavía tiene mucho trabajo por delante y una falta de visibilidad en la agenda
económica, también mencionan que la respuesta rápida del gobierno a la crisis de la pandemia,
la buena toma de decisiones y el aprovechamiento exitoso de los recursos, son características
por destacar para la calificación que les brindaron a Panamá. Como primera instancia, los
autores brindan en el documento las fortalezas y riesgos claves que fueron determinantes para
llegar a su conclusión, las tendencias de riesgo económico y de la industria como también la
clasificación de Panamá con otros países que obtuvieron un resultado similar.
Igual de determinante son los riesgos claves de la industria bancaria panameña. Los
autores mencionan que existe una mayor presión sobre los indicadores de calidad de activos, lo
que demuestra un desequilibrio económico de riesgo elevado, lo que aumenta el riesgo
económico. Aseguran que los bancos en Panamá corren un riesgo elevado de deteriorarse. Por
ese motivo, se espera un impacto negativo en la rentabilidad de los bancos en Panamá. Como
consecuencia, esperan implicaciones significativas para el desempeño financiero del 2022,
reflejándose en los balances de los bancos. Otro punto importante para los autores es que el
límite en el fondeo y la flexibilidad financiera afecta levemente la resiliencia económica,
demuestra un deterioro en las perdidas crediticias del escenario base y un riesgo crediticio en la
economía, aumentando el riesgo de la economía. También perjudica al fondeo del sistema,
afectando al riesgo de la industria. Mencionan que el sistema de Panamá tiene un límite en su
fondeo debido a que la mayor parte de las fuentes de fondo de todo el sistema y financiación
de las operaciones de crédito proviene de los depósitos de los clientes. Esto es posible gracias a
que hay una base muy estable de depósitos fundamentales. Los autores afirman que no hay
índice que demuestre que habrá algún cambio significativo en la estructura del fondeo general.
Además de lo anterior mencionado, los autores afirman que la exposición de los bancos a
bienes raíces comerciales (CRE por sus siglas en inglés) es afectada por la pandemia, afectando
positivamente al riesgo crediticio en la economía, ayudando a que el riesgo económico
disminuya. Creen que esto se debe en parte a que los bancos panameños siguen ofreciendo
productos simples y no riesgosos, limitando el uso de titulaciones para trasladar el riesgo de sus
balances, resultando en que el volumen del crédito al sector CRE se mantenga relativamente
estable; aun así, el CRE se sigue viendo afectado por la pandemia y se espera que la exposición
de los bancos a este sea estable en los próximos años.
Luego de analizar los datos, los autores hacen énfasis en las tendencias de riesgo
económico y de la industria. Mencionan que, en cuanto al riesgo económico, dependiendo de
las circunstancias, los autores pronostican que las tendencias muestren indicadores que
reflejen una calificación aún más baja a la que ha sido brindada, que fue desfavorable y
descendente. Según ellos, esto sucede probablemente por cómo la pandemia afecta la
capacidad de pago de los clientes de los bancos y la calidad de activos de los bancos. En
contraste. el riesgo de la industria muestra tendencias a mantenerse estable y relativamente
positivo. Esto se debe a las buenas decisiones del gobierno durante la pandemia y el buen
aprovechamiento de recursos como, por ejemplo, el uso exitoso del banco público Banco
Nacional (banconal). Demuestran que lo que le da incertidumbre a esta industria es
principalmente la falta de un acreedor de última instancia y la ausencia de un esquema formal
para proporcionar liquidez continente.
Como manera de cierre, es un hecho que Panamá ha sido uno de los países de América
Latina que mejor se ha recuperado económicamente luego del impacto de la crisis por
pandemia. Si bien fue mencionado, la voluntad y lucha del país por mejorar en las regulaciones
estándares internacionales y la lucha contra el blanqueo de capitales y terrorismo es
determinante para bajar el alto riesgo económico, y aunque los bancos panameños no sean
conocidos por su apetito de competencia, si lo son por su credibilidad y estabilidad. Eso, más las
lucha por encontrar un acreedor de última instancia para mejorar el fondeo y la flexibilidad
económica, fueron los pilares claves para la clasificación de Panamá como grupo 5 en la escala
de S&P Global Ratings. Esto no quiere decir que no hay espacio para mejorar, al contrario, hay
mucho trabajo que el gobierno e instituciones bancarias deben hacer para tener incluso una
mejor clasificación.
FUENTE:
S&P Global Ratings, “Análisis de Riesgo de la Industria Bancaria por País: Panamá”, 17 de junio
de 2022.