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La isla del jaguar

Los primeros en llegar a una graduación son los docentes. Cubrir las comisiones es su
tarea. Poco a poco va llegando la muchachada con sus respectivas familias. Los padres
llevan regalos y flores como símbolo de la perseverancia del hij@. Las frases de filósofos o
científicos engalanan la retórica del maestro de ceremonia. La reverencia a la autoridad
se agazapa en la lengua de los hablantes con orgullo, salpicando a todo el público.
Los estudiantes utilizan frases hechas como el triunfo no fue fácil, pero no imposible.
Asumen que vivieron experiencias que los marcó para siempre, como el covid-19; que el
mundo puede venirles encima, pero hay sueños que cumplir. De que son una familia.
Invitan a seguir adelante con los valores aprendidos en la universidad y en la preparatoria
(trabajo, liderazgo, identidad, vocación de servicio, actitud emprendedora, lealtad,
etcétera) Sentencian que nadie los podrá quitar del camino que se han forjado y de poner
en duda sus capacidades.
Aplauden las alumnas con furia, y gritan con euforia el paso de sus compañeros por la
plataforma y resuenan los vivas por los más altos niveles de aprovechamiento. Agradecen
a la autoridad de ofrecer un nivel educativo de calidad, y de haber velado por el
aprendizaje de cada compañero. Enfatizan que es necesario confiar en el proceso, que los
resultados se darán por sí mismos. A su vez aprovechan el momento para tomarse la
última foto de recuerdo, del hasta siempre, pero no del adiós
La autoridad invita a las generaciones a luchar por un futuro prominente, por los sueños y
aventurarse al terreno para triunfar. Luchas que se ganan día a día. Conquistar una meta
e ir por más. Obtener escalones, sin importar las adversidades. No bajar los brazos, ni
dejarse vencer. Se siente orgullosa la autoridad al afirmar que los alumn@s son los
privilegiados, al ser parte de un 85% que concluye. Además, que no se olviden de su
escuela, de su carácter social que forma integralmente, pero, sobre todo, estar agradecido
con la familia, pues a ella se deben.
El turno es del líder nato; símbolo de la cúspide del organigrama de la empresa. Utiliza la
imagen del cultivador: Hay que sembrar para recoger los frutos. Solo quien siembra
recoge el beneficio de su trabajo. Recuerden que en esto pusieron su esfuerzo y toda su
responsabilidad. Subraya: lleven en el alma y en el cuerpo que todas las cosas se
consiguen gracias al trabajo. No perder el punto crucial de las grandes decisiones para
elegir sus estudios de licenciatura, que los sueños de cada alumno se asienta el porvenir
de la institución y … la esperanza de este país.
El discurso tiene mucho de parloteo y ruido. Narrativa positiva, llena de emociones y falaz.
«Por esta razón hablamos de apariencias, porque es necesario estudiar tales discursos y,
penetrando sus mecánicas internas, dejar a la vista su relación con la realidad de los
acontecimientos y, sobre todo, su intencionalidad y los intereses que persigue». (“La
inteligencia artificial como autora y sujeto de la propiedad intelectual. Apropiación del saber social y dominación en el

tecnocapitalismo.” TESIS PARA OPTAR AL GRADO DE DOCTOR PRESENTADA POR Carlos Raya de Blas. A Coruña 2022pág., 140) ¿Cuál
es la intencionalidad del discurso? ¿Oculta la narrativa de graduación las cadenas de
relaciones que construye la desigualdad social? ¿Es la graduación estrategia discursiva
para unir elementos arbitrarios? ¿El relato dominante desliga al estudiante de toda
relación social para orientarlo sobre caminos de la identidad empresarial? Lo que intento
es realizar un análisis interpretativo del discurso que resalta los valores empresariales en
una sociedad de profunda desigualdad económica, sociales, políticas y educativas.
Ya Nietzsche hacía hincapié de la necesidad de crear los caminos, de aventurarse a
conquistar nuevas islas y no volverse portadores de islotes que hacen del hombre un
enano, un individuo que repite senderos ya trazados, sin interrogar, sin poner en dudas la
verdad de dicha senda. Un creador es un viajero, un dador de nuevos regalos, el que
busca un nuevo comienzo:
Por muchos caminos diferentes y de múltiples modos llegué yo a mi verdad; no por una única escala ascendí
hasta la altura desde donde mis ojos recorren el mundo. Y nunca me ha gustado preguntar por caminos, –
¡esto repugna siempre a mi gusto! Prefería preguntar y someter a prueba a los caminos mismos. Un ensayar y
un preguntar fue todo mi caminar: – ¡y en verdad, también hay que aprender a responder a tal preguntar!
Éste – es mi gusto: – no un buen gusto, no un mal gusto, pero sí mi gusto, del cual ya no me avergüenzo ni lo
oculto. «Éste – es mi camino, – ¿dónde está el vuestro?», así respondía yo a quienes me preguntaban «por el
camino». ¡El camino, en efecto, – no existe! (Nietzsche. Así hablo Zaratustra. Alianza, Pág,194)

Inscribir en el cuerpo y el alma la privatización de la propia individualidad es uno de los


tantos mecanismos para fabricar el yo enfermo y egotista. Repetir hasta el cansancio de
«conquistar una meta e ir por más. Obtener escalones, sin importar las adversidades. No
bajar los brazos, ni dejarse vencer». Resulta horrible de que nadie pueda arrebatar el
camino que cada uno forja: solo la muerte tiene esa potestad. La experiencia ha dejado su
huella, ha interiorizado en cada individualidad, la idea de pertenencia a la empresa y que
el éxito consista en mantener la lealtad para conservar los vínculos y privilegios del orden
social. «(…) En el documental de Furtado lo real ya no es huidizo, sino que lisa y
llanamente lo real se encuentra aplastado, sometido, arrinconado por una discursividad
dominante, naturalista, darwiniana: la configuración del capitalismo y la cadena de
consumo que consideramos ‘natural’ » .(“La ironía y el horror En el cortometraje La isla de las flores”. Patricia
Espinosa. La fuga. Año,2016)

Concuerdo con Patricia Espinosa que «No se trata, entonces, de mostrar la miseria (y los
privilegios que sostiene la desdicha y la pobreza) sino de hacer patente la cadena de
relaciones que la construyen y que la invisibilizan, que la sitúan como una parte más,
como una parte lógica, racional, del engranaje de vínculos que constituyen el orden» ( “La
ironía y el horror En el cortometraje La isla de las flores. Patricia Espinosa. La fuga. Año,2016). El análisis del
discurso revela los mecanismos, tecnologías, dispositivo que invisibiliza el circuito de
producción que construye la subjetividad de los futuros sujetos de la empresa educativa:
los alumnos se deben a su familia, a la institución y a su talento. La educación como un
patrimonio familiar, como negocio de familia. Ellos serán los futuros hombres exitosos y
con visión emprendedora; los otros, los pobres, esa gran mayoría, son los fracasados,
incapaces de iniciativa.
Una de las relaciones del poder es lograr que se potencie la globalización de lo
privado desde dimensión de lo individual. El poder produce individuos incapaces de ser
solidarios, y generaliza la visión y misión de la empresa. Sentirse y pensarse como
empresario de sí mismo. El reconocimiento se logra con los logros académicos:
posgrados, experto en ciertas áreas del saber y poliglotas, hombres de mundo. Los ricos
son ricos por su esfuerzo, trabajo, capacidades y los pobres no podrán escapar a su
destino por su mala suerte de haber nacido pobres.
Lo que oculta el discurso triunfalista, meritocrático y liberal es la dictadura de yo al creer
que la política y la conducción del Estado, del gobierno y de las instituciones que
organizan a la sociedad lo consideran como un privilegio que les pertenece por virtud;
ellos son los que saben, que buscan soluciones técnicas para la excelente marcha de una
sociedad. Su receta consiste: no servir a la comunidad sino servirse de ella, aprovecharse
de la fragilidad de los estratos sociales en desventaja para despojar, privatizar y que nadie
le debe nada a nadie. «Date cuenta de que la cultura del “yo puedo sola”, del “no necesito
ayuda de nadie”, del “visualiza y sucederá” es tirana con quien menos opciones tiene y
nos desconecta de cosas tan básicas como los derechos humanos y la compasión. Y si
crees que todos tenemos las mismas opciones en la vida…(…) Te ciega el privilegio»(Lola
Vendetta.30 de junio de 2022 ).
La retórica del consorcio privado y de la lógica de la sociedad de control(neoliberal) es
hacer creer que cada quien es resultados de su propio esfuerzo, de su lucha. Los futuros
universitarios se ven en la posición del amo, se identifican con la figura del señor y los
siervos serán los fracasados de siempre. La democracia por definición se reduce al
gobierno de una élite que se considera privilegiada para gobernar, mandar, esto corroe los
cimientos de participación política desde abajo. Lo excluidos y agraviados son paralizados
a realizar cualquier acción política. Y la injusticia, no es admitida por los victoriosos, que se
debe a razones de clase social, raza, género, posición familiar, ventajas jurídicas, sino por
motivos estrictamente competitivos, de flexibilidad y capacidad (competencia con uno
mismo). Prefieren una sociedad del me gusta y la sensación de completa libertad.
Como tecnología la sociedad de control se afana por la hiperactividad y la hiperproducción
de los individuos. Esto se debe por su manejo de la información y por su capacidad de
generar movimientos infinitos de sí mismo. Se aprovecha del poder informativo y de las
tecnologías de producción de conocimientos (Chat GPT, Robótica , ingeniería genética,
eugenesia, nanotecnología…).Los privilegios y la ambición ciega a los señores de la
competencia sobre la desventaja de aquellos sectores que necesitan de tiempo para
estudiar, que trabaja sin información de primera mano, que no posee internet ni
computadora, sistema de salud de calidad… que carecen de las condiciones materiales
previas de aquellos que se benefician con las ventajas que le otorga el orden social
injustamente construido.
Otro mecanismo para mantener el orden social es el poder judicial y la suprema corte de
justicia de la nación al servir como fábrica de generación de plusvalía al crear leyes o
privatizar los recursos, industrias nacionales, patrimonios culturales de ciertas
comunidades o cuando impiden por todos los medios desfavorecer a los más necesitados.
La plusvalía se genera no sólo protegiendo la industria monopólica, sino también de los
bolsillos de aquellos que comparten una sociedad emprendedora y con matiz empresarial.
Por ejemplo, los jueces estuvieron al servicio de las grandes corporaciones o empresas
cuando se privatizó la educación, el agua, la tierra… cuando patenta un recurso que va
contra los interese de un país (el maíz transgénico, es el caso).
Esto nos debe llevar a plantear que mucha de la injusticia que padecemos es resultado de
la existencia de una ley positiva que favorece a los actores de la sociedad neoliberal o de
control. “La meritocracia no es sólo una política de injusticia, sino de humillación. Lleva a
los perdedores a dudar de sí mismo, aceptando implícitamente que tal vez los ricos sean
más talentosos, son más visionarios y trabajan mucho más. Se añade un juicio moral
sobre la pobreza: que les falta empeño, carácter, voluntad ...pero ignoran que los que se
siente capaces son unos inútiles porque hundieron al país en una crisis económica: el
fobaproa, saquearon el país, desalojaron el campo, no pudieron crear empleos (…)» (Ebrad,
el neoliberal. Por Fabrizio Mejía | Video columna - YouTube)

No se puede educar a niñas, adolescentes y jóvenes universitarios si el reconocimiento es


solo meritocrático y elitista; olvidan que la afirmación es un asunto económico,
sociopolítico y ético. En la lógica del amo y el esclavo Hegel expone en La
fenomenología del espíritu que sólo es posible el reconocimiento entre dos libertades,
entre dos autoconciencias que se reconocen mutuamente, pero prevalece la desigualdad,
brota la afrenta: surge el conflicto, la tensión, el desgarre. La lucha es a muerte. Uno de
ellos prefiere vivir que morir: el siervo. El esclavo por su miedo a la muerte será una
conciencia disminuida y el amo es señor por su afirmación, es una conciencia dominante,
independiente. El amo goza del señorío que ejerce contra el siervo. El esclavo es
humillado a someterse al trabajo, a servir al señor, a ser mediador entre la naturaleza que
transforma y la apetencia del amo. El siervo se complace en el goce del amo.
Desde la coyuntura actual diríamos que los oprimidos, los pobres, los olvidados se
arriesgan a la lucha social, a poner su cuerpo de forma voluntaria antes que permanecer
condenados a un sistema social que los excluye, que los condena a la humillación, a la
muerte lenta y miserable. La libertad se gana sólo enfrentando el miedo a la muerte. El
reconocimiento se conquista en la acción, superando la pasividad, el conformismo en que
nos sitúa el amo. Los privilegiados prefieren la miseria de los desposeídos que realizar la
justa distribución de la riqueza; evitar la mejora de las condiciones de posibilidad de la
gran mayoría. Inyectar el veneno de reconocer al patrón del trabajo que tienes y no
morder la mano de quien te da te comer. Agradecer al líder por velar lo que sabes y por lo
que eres.
Otra cadena de relaciones se da cuando la educación privada se apropia del carácter social
de sus actividades. Una empresa es una empresa. Una identidad privada no tiene carácter
social, pero sí intereses. Cobre más o menos, participe en actividades culturales o no,
otorgue becas de 50% a determinados alumnos no pierde su misión de empresa. Además,
realiza ciertas actividades esperando cierta recompensa a cambio, procede de acuerdo al
imperativo hipotético kantiano y la máxima de tomar cada individuo como medio para sus
fines particulares. El carácter social de la educación privada deja de lado el mandato de la
razón y solo lo cumple bajo una condición: llevar acabo actividades socioculturales para
tener clientes y aumentar la plusvalía de la empresa.
En fin, el hecho de creer, los triunfadores de hoy y del pasado, que tendrían una gran vida
con solo tener una profesión, se desmorona. Ese sueño se lo inventaron los grandes
vendedores de humo. No es necesario muchas demostraciones, pero existen casos
concretos donde las personas dejaron sus carreras (esa competencia maldita) para
sobrevivir en este mundo de privilegiados. La profesión no da estatura ética ni
humana(ontológica), solo divide, separa. Les dijeron que creyesen en ellos, que
desarrollaran su talento y este propio talento los hundió en la precariedad de la vida. Los
que se dicen dueño del país aseguran que tienen que estudiar más, que hay muchas
oportunidades abiertas… el obstáculo es el gobierno en turno, el responsable de regalar
dinero (su dinero) a los de siempre: a los muertos de hambre. Olvidan los grandes
señores de que están en ese lugar gracias a la miseria de muchos y a la pobreza de una
gran mayoría. La tiranía nace de almas egotista y parásitas.
Educarse sólo para ejercer una profesión no sirve, uno se educa para tejer vínculos
sociales, para fortalecer la democracia, defender los derechos sociales e individuales, para
enfrentar todo orden social que humilla y que culpa quien fracasa. Es una farsa que el
destino este en las manos de cada quien. Cuanta miseria lleva esa educación que los
sedujo de que todo dependía de ellos, de sus capacidades, de sus sueños…y se olvidaron
de la comunidad y de la colectividad. Olvidan que se deben a la sociedad y que de un
modo esperan cierta gratificación por lo que tienen y son. Nadie se salva solo ni con
ayuda de inteligencia artificial. La comunidad es el alma y núcleo de un sistema social
robusto, generoso y libre. Vivir en comunidad articula nuestra pequeñez y lo fragua para
aventuras universales.
13.07.23. Carlos Sámano Flores

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