Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
SEDE SOCORRO
FÍSICA III
2022
DISPERCIÓN DE RAYOS X
DESCUBRIMIENTO Y ORIGEN
En 1895, W.C. Roentgen encontró que al hacer pasar una corriente eléctrica a través de un
gas altamente enrarecido contenido en un tubo de descarga de vidrio, cubierto con una
cartulina negra, una pantalla tratada para detectar radiación, colocada a alguna distancia
del tubo, florecía emitiendo luz. Sus investigaciones trataban en principio de determinar si
los rayos catódicos podían escapar a través de las paredes del tubo, por lo que, a fin de
evitar la fluorescencia que se producía siempre en el vidrio tras el ánodo, provocada por el
impacto contra él de los rayos catódicos (electrones), envolvió el tubo en cartulina negra,
que sabía era capaz de frenarlos. Su sorpresa fue que observó otra fluorescencia, producida
sobre otra pantalla, lo suficientemente alejada del tubo como para estar seguro de que los
rayos catódicos no la podían estar alcanzando.
En definitiva, había descubierto que una radiación altamente penetrante se producía
cuando electrones muy rápidos incidían sobre materia, una «nueva clase de rayos» que, a
diferencia de todos los conocidos hasta ese momento, atravesaban la cartulina sin ser
absorbidos. Dado lo desconocido del fenómeno hasta ese momento, los denominó rayos
«X».
Roentgen, pues, observó por vez primera estos rayos estudiando fenómenos de descargas
en tubos catódicos con gases enrarecidos. Realizó numerosas experiencias:
Aplicando altos voltajes, del orden de decenas de , encontró que sal de bario
colocada cerca del tubo se volvía fluorescente, aunque nada visible se emitía desde
el tubo.
El fenómeno persistía, aunque el tubo se envolviese en cartón negro; pronto se
determinó que el origen estaba en la zona del tubo tras el ánodo en que chocaban
los electrones.
J.J. Thomson postuló pronto los rayos como radiación electromagnética de corta longitud
de onda : de acuerdo con la teoría electromagnética clásica, aplicada a la dispersión de
estos rayos por un material, los átomos en éste vibrarían con la misma frecuencia del
campo eléctrico oscilante de la radiación incidente; subsiguientemente, se produciría la
emisión de ondas electromagnéticas de la misma frecuencia. Es decir: la radiación incidente
sobre los átomos en el material del blanco es dispersada sin sufrir ningún cambio en su
(dispersión Thomson).
Cuando los frentes de onda emergentes (tras la reflexión) están en fase, se observará intensidad
reflejada, es decir, se estará cumpliendo la ley de Bragg...
Tal y como ocurre con las ecuaciones de Laue, también la ley de Bragg puede deducirse de un
modo gráfico, muy intuitivo.
La hipótesis de Bragg, propuesta por ambos, padre e hijo (William H. Bragg y William L. Bragg),
consiste en imaginar la difracción como una reflexión de los rayos X originada por "espejos"
imaginarios formados por planos de átomos de la red cristalina (mostrados como líneas
horizontales que pasan por los centros dispersores, es decir, por los átomos que se muestran
como círculos azules en la imagen de la izquierda). Debido a la naturaleza repetitiva del cristal,
estos planos estarían separados entre sí por distancias constantes d.
En la figura de la izquierda, los dos haces de rayos X, de longitud de onda λ, inciden en fase sobre
sendos "espejos" imaginarios (línea negras horizontales y paralelas), con un ángulo de
incidencia θ, y formando un frente de ondas (línea verde de la izquierda).
Para que exista reflexión cooperativa es necesario que tras la reflexión ambos haces sigan estando
en fase (linea verde de la derecha), situación que sólo ocurrirá si la diferencia de caminos
recorridos por los frentes de onda OF y OH (frentes de onda, antes y después de la reflexión)
corresponde a un número entero de veces la longitud de onda de la radiación incidente.
Cuando los frentes de onda emergentes (tras la reflexión) están en oposición de fase, no se
observará intensidad reflejada, es decir, que no se estará cumpliendo la ley de Bragg.
Cuando el ángulo de incidencia de los rayos X no cumple la ley de Bragg, los haces emergentes
dejan de estar en fase (línea verde de la derecha), y se anulan entre sí, por lo que no se observará
intensidad reflejada. Si tenemos en cuenta la hipótesis de partida y nos fijamos con atención en
esta última ecuación, resultará fácil darnos cuenta de que:
Los planos reticulares se comportan como espejos que reflejan la "luz X" sólo en algunas
posiciones dadas por:
θ = arc sen (n . λ / 2 . d)
Para unas condiciones experimentales dadas (λ y d) se obtienen valores discretos del ángulo de
difracción θ que corresponden a los diferentes valores del número entero n.
No hay infinitos órdenes de difracción (sen θ ≤ 1) y su número máximo depende de las condiciones
experimentales (cristal y longitud de onda):
nmax = 2 . d / λ
La "geometría" de la difracción (los ángulos de difracción θ) depende sólo de la geometría de la
red, y no de la naturaleza de los átomos.
Pero, como justificó Stark en 1909, incorporando el cuanto de luz se tendrá para la energía
del fotón emitido la ecuación , por lo que la frecuencia máxima emitida en
cualquiera de los procesos, para electrones acelerados por un potencial ,
será , de acuerdo con la fórmula de Duane-Hunt, comprobada
experimentalmente por estos autores en 1915.
Nota: obsérvese que la fórmula de Duane-Hunt proporciona otro método experimental
para la determinación del valor de la constante de Planck.
Este proceso suele denominarse «efecto fotoeléctrico inverso»: aquí, en vez de
convertirse la energía de un fotón incidente en energía cinética de un electrón que se
emite, es la energía cinética de un electrón incidente la que se convierte en un fotón
emitido.
>> Referencias
[BEI-87] Beiser, A.; Concepts of Modern Physics, McGraw-Hill, Singapore, 1987.
[MEH-82] Mehra,J., Rechenberg,H.; The Historical Development of Quantum
Mechanics, 6 vol., Springer-Verlag, Nueva York, 1982.
UNIDADES PENDIENTES:
>> Laury Alexandra Rojas Patiño: 1,0
>> Karen Daniela Rincón Díaz: 0,9
>> Andrea Yulieth Tirado Nossa: 2,0