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El naturalismo de Zola

Emile Zola

     Zola es una de las grandes figuras de la narrativa universal, debido más a la


importancia histórica de su defensa del Naturalismo que a la calidad literaria de
sus novelas. Esto no quiere decir que sus obras sean malas, sino que, en la
actualidad, conservan principalmente el valor de haber creado una nueva
corriente que triunfó en casi todo el mundo a finales del XIX (el Naturalismo).

       Las novelas de Émile Zola fueron, al mismo tiempo, motivo de escándalo y


admiración: unos se horrorizaban ante su cruda y desnuda descripción de la
realidad, y otros admiraban profundamente la capacidad del autor para reflejar
la sociedad y la naturaleza humana.

     Con él triunfó plenamente el Naturalismo y Francia, y a él imitaron otros


muchos escritores de Europa, fascinados por sus teorías. Aspiraba a producir
una literatura que tuviera en cuenta todas las aportaciones recientes de la
Ciencia (por ejemplo, la teoría de la evolución de las especies, de Darwin). Y, al
mismo tiempo, se preocupaba sinceramente por los problemas políticos y
sociales de su época.

     Con ese fondo científico (y con otras ideas de su tiempo, como la


filosofía positivista, que pretendía comprender las cosas objetivamente, tal y
como son), Zola intentó reflejar el espíritu humano en todos sus aspectos,
incluidos los más desagradables. Así fijó las bases del Naturalismo.

        Aunque es recordado principalmente por sus novelas, Zola cultivó todo los
géneros literarios: relato, teatro, poesía, ensayo, crítica literaria, etc.

"Nana"

         Los Rougon-Macquart  agrupa un conjunto de 20 novelas, escritas


por Émile Zola entre 1871 y 1893. Lleva como subtítulo Historia natural y social
de una familia bajo el segundo imperio. Este conjunto de novelas marca el
triunfo del movimiento literario llamado «naturalismo», del que Zola es el
principal representante.   

         La obra pretende estudiar los defectos hereditarios de una familia


originaria de Plassans a lo largo de cinco generaciones, desde el ancestro
Adelaida Fouque, nacida en 1768, hasta un niño nacido fruto de la relación
incestuosa entre Pascal Rougon y su sobrina Clotilde en 1874.

      "Nana"  es la novena novela de esa saga y fue publicada en 1880. Su título


obedece al apelativo que tiene la protagonista, Anne Copeau, miembro  de los
Macquart, parte bastarda de esa familia y tocada por las taras del
determinismo genético.

          La protagonista de la novela es una chica muy pobre, pero muy bella, que
decidió un día marcharse de casa para abrirse paso como bailarina para el cual
no poseía apenas cualidades. Consigue un empleo como bailarina mostrando
en él casi todo su cuerpo y de esta manera cautiva a todo su público, en
concreto a los hombres, y por ello se hace muy popular. De esta manera los
hombres comienzan a satisfacerle en todos sus caprichos e incluso a
empobrecerse por culpa de ella. Nana usa su belleza para conseguir lo que
desea del sexo masculino, al que luego abandona a su suerte y, aun
cuando llega a tener muchos amantes que le proporcionan lujos y fortuna, no
es capaz de encontrar la felicidad. 

       Es así como Zola da la imagen de una mujer bella, pero corrupta por su
genética, que muestra la degradación que puede alcanzar el ser humano por
causas deterministas y superiores a él.

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