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¿Por qué dormimos?

Chapter · January 2008

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Maria Rosa Peraita-Adrados

Hospital General Universitario Gregorio Marañón
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“Hoy sabemos que el día
biológico se inscribe en los
límites entre 20 y 28 horas y
que su duración natural, 25
horas como media, es más
larga que el día cósmico.
La hora biológica estaría
comprendida entre 90 y 100
minutos”.
 Cap.
17

¿Por qué dormimos?

“Una tercera parte

de nuestra vida,
H
Hasta la primera mitad del siglo XX se pensaba
que el sueño era un proceso pasivo debido a
una disminución de la actividad cerebral. El
sueño consistía en una inactividad generalizada
con inmovilidad del tronco y de las extremida-
des.
transcurre durante Moruzzi y Magoun en 1949, demuestran en el
el sueño, mientras animal dormido, que la estimulación de la forma-
ción reticular del tronco del encéfalo provocaba
el cerebro se una activación en el electroencefalograma (EEG)
reorganiza y y una reacción de despertar. Esta teoría del
Sistema Reticular Activador Ascendente, apoya-
nuestro organismo da en una base anatómica, era una teoría pasiva
se restaura. del sueño que hoy día se ha desechado.
Dormir bien En años sucesivos, la evidencia de que
varios procesos activos controlaban el sueño Mª Rosa Peraita Adrados.
significa mayor se abrió paso de forma incontestable. El descu- Directora Unidad de Trastornos
calidad de vida y brimiento de los movimientos oculares rápidos del Sueño. Servicio de
por Aserinsky y Kleitman en 1953 es decisivo Neurofisiología Clínica.
los trastornos de para la investigación del sueño. Estos autores Hospital General Universitario
sueño repercuten observan a través de los párpados del niño dor- Gregorio Marañón.
mido movimientos oculares rápidos de aparición Madrid.
en la conducta, la cíclica.
cognición y el Dement y Kleitman en 1957 describieron el
estado emocional sueño REM "rapid eye movements" y definieron la
estructura cíclica del sueño, lo que dio lugar a
durante la vigilia; y una clasificación en estadios, al comprobar que
éstos, a su vez, el EEG no era homogéneo durante el periodo de
sueño.
influyen sobre las En 1962 Jouvet individualiza las estructuras a
características y la nivel del tronco del encéfalo, responsables del
calidad del sueño”. sueño REM, y se establece definitivamente el
dualismo entre los dos tipos de sueño: REM,
desincronizado o sueño paradójico y NREM, sin-
cronizado o sueño lento.

3
 Vi g i l i a Hipnograma de sueño de un joven
Cap.
17
Fases
Horas de sueño
¿Cómo se genera el sueño REM y
el ciclo NREM-REM?
Se genera por interacción de las
neuronas colinérgicas “REM-on” y las
neuronas monoaminérgicas (serotoni-
na, noradrenalina) “REM-off”.
Cuando las neuronas colinérgicas
se relajan de la inhibición de las mo-
noaminas, excitan a las neuronas de la
formación reticular que ponen en mar-
cha los signos del sueño-REM.
Fases y ciclos del sueño
La neurofisiología nos muestra que la
transición de la vigilia al sueño lento
profundo se hace gradualmente.
El sueño NREM se subdivide en
cuatro estadios o fases, que incremen-
tan su profundidad progresivamente,
como lo demuestra la necesidad de un
estímulo cada vez más intenso para
despertar al sujeto.
Cuando el sujeto se adormece desa-
parece el ritmo alfa, que es el ritmo de
reposo con los párpados cerrados y
aparece la Fase 1, constituida por fre-
cuencias theta de 4 a 6 ciclos/seg. y
ondas agudas que se denominan pun-
tas de vértice.
Después de algunos minutos apare-
ce la Fase 2 o sueño ligero, caracteriza-
da por la presencia de husos de sueño
(11-16 c/seg.) y de complejos K (ondas
bifásicas lentas y amplias).
Después aparece la Fase 3 o sueño
profundo, estadio que muestra entre un
20 y un 50% de ondas lentas, delta, de
gran amplitud y una frecuencia de 2
c/seg.
Finalmente el sujeto alcanza la Fase
4 o sueño muy profundo, cuando el EEG
4
muestra más del 50% de ondas lentas
de 2 c/seg., extraordinariamente
amplias. Se denomina sueño lento pro-
fundo a la suma de las fases 3 y 4.
A continuación aparece la llamada
Fase REM, caracterizada por un EEG de
baja amplitud (desincronizado) y fre-
cuencias similares a las de la Fase 1
salvo la presencia, no constante, de
"ondas en diente de sierra”; por salvas
de movimientos oculares rápidos y
conjugados y por una atonía muscular.
Si se despierta al sujeto en esta fase
obtendremos un relato de sus ensoña-
ciones (Figura 1).
La estructura del sueño es cíclica,
al sueño NREM le sigue el primer episo-
dio de sueño REM a los 90 minutos.
Existe un mayor porcentaje de
sueño de ondas lentas en las primeras
horas de la noche, una recurrencia
periódica de la fase REM cada 90-100
Figura 1.-
minutos, y un mayor porcentaje de Centro abajo, representa-
esta fase en la segunda mitad de la ción esquemática del elec-
noche. troencefalograma (EEG)
El porcentaje de los estadios de durante las distintas fases
sueño en el sujeto adulto sano y en de sueño. De arriba a abajo:
relación con el tiempo total de sueño, vigilia, Fase 1, Fase 2, Fase
puede esquematizarse como sigue: 3+4 (sueño de ondas lentas)
Fase 1, 5%; Fase 2, 50%; Fase 3+4, 25% y fase REM. Explicación
y Fase REM, 20%. detallada en el texto.
Denominamos hipnograma a la grá-
Figura 2.-
fica que representa el desarrollo tempo-
Arriba izquierda, hipno-
ral del sueño (Figura 2). grama del sueño de un
En el bebé y en el anciano los crite- joven. Se puede observar la
rios mencionados varían considerable- estructura cíclica del sueño
mente. En el niño recién nacido y en el NREM-REM. Cada 90 minu-
lactante las fases de sueño se denomi- tos aproximadamente apa-
nan: Sueño Tranquilo (equivalente al rece el sueño REM y la can-
sueño NREM del adulto), Sueño Activo tidad de ésta fase es supe-
(equivalente al Sueño REM) y Sueño rior durante la segundad
mitad de la noche.

Indeterminado. El sueño Activo en el
recién nacido representa más del 50%
del tiempo total de sueño. En el ancia-
no el sueño se vuelve polifásico, como
el del recién nacido, pero con un por-
centaje netamente inferior de sueño
de ondas lentas y de sueño REM.
Existen criterios unificados para
identificar las fases de sueño en el
sujeto adulto gracias al Manual de
Rechtschaffen y Kales editado en
1968 mientras que en el recién nacido
y en el lactante se utiliza el Manual de
Anders, Emde y Parmelee de 1971.
Metodología de estudio del sueño
La Polisomnografía (PSG) es la técnica
para el estudio del sueño humano en el
Laboratorio o Unidad de Sueño (Figura
3). Su técnica está estandarizada en
todos los laboratorios de sueño debido
a las directrices de la Asociación
Americana de Centros de Estudio de
Trastornos de Sueño (ASDA).
Consiste en el registro simultaneo y
continuo de diferentes variables fisioló-
gicas: del encefalograma, del oculogra-
ma y del miograma de los músculos
submentonianos, que nos permiten
Figura 3.-
identificar las fases de sueño mencio- Centro, fotografía de la
nadas (Figuras 4 y 5). Unidad de Sueño del
Si el protocolo de estudio, de una Hospital de Reina Sofía de
determinada patología lo requiere, se Córdoba.
monitorizan además otros parámetros:
electrocardiograma, respiración, satura-
Figura 4.-
ción de oxihemoglobina en la sangre,
Bebé durmiendo.
ronquido, movimientos de las extremi-
dades, tensión arterial, tumescencia
peneana, etc. Mediante técnica digital
computarizada el PSG se sincroniza con
la filmación en vídeo del paciente, para
correlacionar su conducta con el regis-
tro de sueño.
Sistema motor y fenómenos motores
La actividad tónica muscular y la exci-
tabilidad tendinosa refleja disminuyen
progresivamente durante el sueño
NREM.
Pueden apreciarse algunos movi-
mientos esporádicos asociados, como
los sobresaltos hípnicos, que consis-
ten en contracciones musculares vio-
lentas que interesan a toda la muscula-
tura corporal o a una parte de la misma,
que pueden acompañarse de una sen-
sación de “caída en el vacío” y de fenó-
menos neurovegetativos (taquicardia,
5

Figura 5.-
Arriba, muestra una
época (30 seg.) de un regis-
tro polisomnográfico. De
arriba a abajo los canales
registran: oculograma izq.
(left eye), oculograma drch.
(right eye), miograma sub-
mentoniano (EMG), encefa-
lograma (C3-A1 y C4-A1),
cardiograma (EKG), respira-
ción nasal (nasal resp.), res-
piración torácica (thor.
resp.) y miograma del mús-
culo tibial (leg mio.). Figura
adaptada del Manual de
Rechtschaffen y Kales,
1968.
6
taquipnea, sudoración) y que se siguen
de un aligeramiento del sueño.
Durante el sueño REM se produce
una abolición de la actividad tónica
muscular y de los reflejos. Se trata de
una inhibición activa de las vías moto-
ras. Puede observarse, sobre todo en el
niño, una mímica facial muy expresiva
consistente en sonrisas muecas, suspi-
ros, vocalizaciones, etc.
Funciones cardiovascular y respirato-
ria. Sistema autonómico
Tanto las frecuencias cardiaca y respi-
ratoria, como la tensión arterial, tien-
den a disminuir progresivamente a lo
largo del sueño, permaneciendo regula-
res y estables hasta el despertar final.
Durante el sueño REM se observa
irregularidades de la respiración y del
ritmo cardiaco. También la tensión
arterial puede sufrir variaciones brus-
cas de hasta 30-40 mm de mercurio.
Estas irregularidades de tipo fásico,
varían de un individuo a otro, y suelen
coincidir con los periodos de intensa
actividad ocular.
En el sueño REM se observa tam-
bién erecciones del pene y tumescen-
cia del clítoris.
Sistema endocrino, hormonas
La secreción hormonal está estrecha-
mente ligada al ritmo vigilia-sueño y
cada hormona tiene un patrón de secre-
ción específico. Todos los perfiles hor-
monales tienen en común un modo de
secreción en forma de picos de breve
duración, variando de uno a veinte en
24 horas, dependiendo de la hormona.
El estudio de la secreción hormonal cir-
cadiana se realiza mediante extraccio-
nes de sangre repetidas cada 30 minu-
tos, a lo largo del día.
La hormona del crecimiento se
secreta en la primera hora de sueño,
durante el sueño de ondas lentas. Los
picos de secreción de la prolactina se
observan durante el sueño, no habién-
dose observado una relación precisa
con una secuencia determinada de las
fases de sueño. La hormona tiroidea
exhibe su pico de secreción máximo al
final de la actividad diurna inmediata-
mente antes del adormecimiento, y la
secreción de ACTH, de cortisol y de
adrenalina acontece hacia el final del
periodo de sueño, preparando al orga-
nismo para la vigilia. La secreción de
melatonina está ligada a la alternancia
luz-oscuridad. Los niveles diurnos son
muy débiles y alcanzan su máximo
antes del adormecimiento.
Termorregulación
Durante el sueño la temperatura corpo-
ral disminuye alcanzando los valores
mínimos en la segunda mitad de la
noche. A la disminución de la tempera-
tura corporal corresponde una disminu-
ción paralela del metabolismo basal.
La función termorreguladora se mantie-
ne exclusivamente durante el sueño
NREM; un aumento de la temperatura
corporal se acompañará de un aumento
de la frecuencia respiratoria, vasodilata-

ción periférica y sudoración. Por el con-
trario, una disminución de la tempera-
tura corporal provocará una vasocons-
tricción cutánea.
Como ha demostrado Parmeggiani,
durante el sueño REM el hipotálamo
no ejerce su función de "termostato" y
ante modificaciones extremas de la
temperatura ambiente, calentamiento o
enfriamiento pasivo, se produce un
despertar o un pasaje a una fase de
sueño lento.
Por lo que respecta a la temperatura
ambiente, el frío impide el adormeci-
miento, aumenta los movimientos cor-
porales y acorta la duración del sueño a
expensas del sueño ligero, mientras
que el calor, disminuye el porcentaje
del sueño de ondas lentas.
Actividad mental durante el sueño
El sueño REM favorece la consolida-
ción del aprendizaje y la formación de
las huellas de la memoria.
En esta fase se producen los ensue-
ños que guardan una íntima relación
con nuestras experiencias cuando esta-
mos despiertos. Según la Teoría de
Activación-síntesis de Hobson y
McCarley (1977), los sueños se deben
a brotes de actividad eléctrica que
difunden desde áreas subcorticales a
nivel del tronco del encéfalo hasta la
corteza occipital, durante el sueño REM.
La corteza cerebral integraría ele-
mentos sensoriales, motores, emocio-
nales y los condensaría en una expe-
riencia un tanto caótica, a modo de his-
toria, que sería la ensoñación.
Según Maquet (1996) la activación
del sistema límbico durante el REM
Cap.
17
puede explicar la intensidad emocional
Figura 6.-
de las ensoñaciones. Representación esquemá-
También en el sueño NREM existe tica del ciclo vigilia-sueño:
actividad mental de tipo pensamiento, policíclico en el recién naci-
sin las alucinaciones visuales y la carga do, monocíclico en el adulto
emocional de las ensoñaciones del (el sueño está representado
REM. en negro). Las ondulaciones
de la vigilia y del sueño
Filogénesis del sueño y de la vigilia corresponden a una repre-
Los estudios evolutivos, necesariamen- sentación del ciclo funda-
te han de suministrar una respuesta a mental reposo-actividad.
Figura adaptada de
por qué dormimos, debido a que si en
Kleitman, 1963.
cierto momento el sueño fue una
opción seleccionada por la naturaleza
y si solamente, sobrevivieron aquellos
animales que dormían, significa que
evidentemente encontraron ventajas
en el hecho de dormir.
La mayor parte de los vertebrados,
algunos reptiles, pájaros y mamíferos,
exhiben algún tipo de sueño. El ciclo
vigilia-sueño es uno de los ciclos bási-
cos de los mamíferos.
La aparición del sueño REM en la
escala filogénetica, es más tardía y
consistía en una innovación que permi-
tía realizar tareas con mayor eficacia
que las especies anteriores.
En los mamíferos lo más interesan-
te, sin embargo, fue precisamente la
aparición del estado de vigilia para
interactuar eficazmente con el medio
ambiente.
7
Cap.
17
Figura 7.-
Alondras, símbolo de los
“sujetos de día”.
Figura 8.-
Centro, diagrama de la
alternancia sueño-vigilia en
el recién nacido durante las
24 horas del día. Se distin-
guen entre 7 y 13 periodos
de vigilia y sueño distribui-
dos a lo largo del día. Estos
periodos tienen una dura-
ción comprendida entre 20
minutos y 5 horas (vigilia en
blanco y sueño en negro).
8
La vigilia depende esencialmente
de la corteza cerebral y de los circui-
tos tálamo-corticales que se mantie-
nen abiertos y receptivos a la informa-
ción interna y externa al organismo.
Esta activación permite al cerebro
experimentar todo tipo de percepcio-
nes, sensaciones, orientación, atención,
emociones y evaluación de estímulos
en términos de experiencias pasadas y
acciones deliberadas. Por el contrario,
el sueño es una decorticación funcio-
nal. Probablemente la emergencia de la
vigilia se debiera a la defensa de los
predadores, debido a que los estados
de sueño hacen del animal un ser vul-
nerable durante este periodo.
Organización del ciclo vigilia-sueño
En el hombre el ritmo biológico primor-
dial es el de 24 horas que ha sido deno-
minado por Halberg circadiano (circa:
aproximadamente y dies: día).
Hoy sabemos que el día biológico
se inscribe en los límites entre 20 y
28 horas y que su duración natural, 25
horas como media, es más larga que
el día cósmico. La hora biológica esta-
ría comprendida entre 90 y 100 minu-
tos.
La expresión más evidente de la
existencia de una periodicidad biológica
diaria es la alternancia regular entre la
vigilia y el sueño (ritmo nictameral).
La cuestión que se plantearon ini-
cialmente los cronobiólogos consistía
en saber si el ritmo circadiano en el
hombre era un ritmo conductual o bio-
lógico.
Las experiencias de aislamiento
temporal (en un bunker) en sujetos
voluntarios some-
tidos a manipula-
ciones, sin reloj,
sin contacto
humano y en un
ambiente neutro,
con luz y tempe-
ratura constan-
tes, demostraron
el origen endóge-
no del ritmo cir-
cadiano lo que
presuponía la existencia de un reloj
biológico interno.
Este reloj biológico está localizado
en el núcleo supraquiasmático del
hipotálamo. A este núcleo llegan afe-
rencias directas del nervio óptico
(fibras retino-hipotalámicas) que
transportan desde la retina informacio-
nes sobre las condiciones de luz / oscu-
ridad. Estas informaciones son necesa-
rias para la secreción de la hormona
melatonina, que permiten el ajuste del
periodo a 24 horas.
El ritmo circadiano del hombre
puede demostrarse por más de cien
variables: ritmo de la temperatura cor-
poral, de la secreción hormonal, de la
tensión arterial, frecuencias cardíaca y
respiratoria, volumen urinario excretado
y de la movilidad gastrointestinal, etc.
Este ritmo es muy sensible a las
señales temporales externas o sincro-
nizadores: sensoriales, psico-afectivos
y socio-culturales.
Aschoff ha propuesto la existencia
de dos osciladores biológicos que se
acoplan normalmente de forma sincró-
nica. Estos osciladores son la tempera-
tura corporal y el ritmo vigilia-sueño.

El ritmo de la
temperatura es el
oscilador fuerte
(componente endó-
gena dominante),
mientras que el
ritmo vigilia-sueño
estaría bajo la
influencia del osci-
lador débil, mucho
más sensible a los
factores externos.
Benoit considera que la posición
relativa del ritmo vigilia-sueño en rela-
ción con el ritmo de la temperatura
varía según la tipología de los indivi-
duos (sujetos de día "alondras" y suje-
tos de noche "búhos").
Las características del sueño, el
nivel de alerta y la conducta, depen-
den en cierta medida de los factores
circadianos.
Ontogénesis del sueño
Todo individuo nace con un ritmo cir-
cadiano determinado genéticamente y
dependiente, como hemos mencionado
anteriormente, de condicionantes o
sincronizadores diversos.
La existencia del ritmo vigilia-sueño
se aprecia ya en el feto, en el niño pre-
maturo y en el niño recién nacido a tér-
mino. El establecimiento de este ritmo
está condicionado por las necesida-
des alimentarias.
En los niños prematuros, el ritmo
vigilia-sueño, así como el de la tempera-
tura, se desarrollan más lentamente
como ha demostrado Mirmiran.
El niño recién nacido a término se
duerme en Sueño Activo (equivalente
Cap.
17
al sueño REM del adulto). A partir del
tercer o cuarto mes de vida, el adorme-
cimiento se produce en fase 1 de
sueño NREM y este patrón se manten-
drá a lo largo de la vida.
El recién nacido duerme 17 horas al
día pero no lo hace de forma continua.
Se distinguen entre siete y trece perio-
dos de vigilia y sueño distribuidos a lo
largo de las 24 horas (Figura 8).
A los tres meses, el niño duerme
aproximadamente 15 horas y más de la
mitad de este sueño acontece por la
noche.
A los seis meses el bebé duerme
unas 6 horas seguidas por la noche
interrumpidas por despertares breves.
Durante el día el bebé dormirá dos
siestas: una por la mañana y otra por la
tarde.
Entre los 13 meses y los cinco
años la duración del sueño es cons-
tante y estable. Las siestas desapare-
cen y el sueño NREM se redistribuye
por la noche como consecuencia de
esta desaparición.
Entre los 5 y los 12 años se obser-
va una evolución progresiva hacia el
patrón del sueño del adulto. El sueño Figura 9.-
nocturno tiene una duración aproxima- Búho, símbolo de los
da de 8-9,5 horas siendo estable en su “sujetos de noche”.
estructura. La duración del ciclo de
sueño es análoga a la del adulto 60-
90 minutos.
A partir de los 6 años la hora de
acostarse se retrasa progresivamente
mientras que la hora de despertarse se
mantiene fija los días de colegio.
En el adolescente se observa un
incremento fisiológico de la somnolen-
cia diurna, pero también a esta edad
9
Cap.
17
aparece la privación de sueño, por
horarios de acostarse muy tardíos los
fines de semana.
La duración total de sueño dismi-
nuye en casi 3 horas en dos años y
aparece la deuda de sueño, que los
adolescentes compensan durmiendo
hasta muy tarde los fines de semana
(Figuras 10 y 11).
¿Por qué dormimos?
Las necesidades de los dos tipos de
sueño son diferentes como se ha
demostrado en el laboratorio en expe-
riencias de privación de sueño selecti-
vas.
El sueño es necesario para la vida
y juega un papel restaurador para el
organismo y ello se deduce de la sensa-
ción de recuperación que todos senti-
mos después de una buena noche de
sueño.
Lo esencial de la teoría de recupe-
ración es que el estar despierto altera
de alguna manera la homeostasis
(equilibrio interno) del cuerpo, y es
necesario dormir para restaurarla.
Los estudios experimentales han
demostrado sin embargo, que la res-
tauración del sueño tiene más que ver
con el cerebro que con el cuerpo, ya
que el estado de vigilia (inactiva) es
suficiente para restaurar el cuerpo y
especialmente el sistema motor, pero
insuficiente para satisfacer la necesi-
dad de sueño.
Los estudios cerebrales han demos-
trado que los procesos de restauración
tienen que ver con la producción y el
almacenamiento de energía, en los
que la glucosa y el glucógeno desem-
10
peñan un papel fundamental (Walker y
Berger, 1980).
La glucosa se consume activamen-
te durante la vigilia y especialmente
durante los momentos de gran activi-
dad, lo que contribuye a la producción
de lactato que asegura a través de un
proceso de acoplamiento neuronal la
producción de adenosin-trifosfato
(ATP). Es probable que este proceso
solo ocurra en sueño REM.
Durante el otro tipo de sueño, el
sueño NREM, se almacena energía,
disminuye el consumo de glucosa, la
producción de lactato se reduce y el
nivel de glucógeno aumenta.
El glucógeno, una forma de energía
almacenada, representa una fuente de
energía cuando los tejidos lo deman-
dan ya que la demanda metabólica
durante el sueño NREM es escasa. Esta
energía se utilizará después para que
puedan realizarse las funciones del
sueño REM.
Las funciones del sueño REM son
más complejas y consisten en procesar
la información obtenida durante la
vigilia.
El sueño REM reorganiza aquellos
sistemas involucrados en el manteni-
miento de un humor optimista, energía
y confianza en uno mismo; sistemas de
la atención y de la memoria; y por últi-
Figura 10.-
mo, aquellos otros sistemas que tienen Arriba, fiesta de fin de
que ver con la adaptación de los proce- semana.
sos emocionales al medio ambiente.
Recientemente, los estudios de Figura 11.-
Benington y Frank en 2003 han Abajo, registro actigráfico
demostrado que también el sueño de 11 días de duración. Se
NREM o lento juega un papel importan- trata de un adolescente que
te en el desarrollo y en el aprendizaje. duerme regularmente duran-
te la semana. Las noches del
(Continúa en pág. siguiente)

(Viene de pág. anterior)
sábado al domingo el perio-
do de sueño aparece retrasa-
do, debido a salidas por la
noche los fines de semana.
En ordenadas, días de la
semana; en abscisas, horas
del día.
View publication stats
Huber y colaboradores de la
Universidad de Wisconsin, con un expe-
rimento complejo, publicado en Nature
en julio de 2004, han demostrado la
Teoría de la Plasticidad Neuronal.
Hemos comentado que el sueño se
regula por homeostasis, aumentando
después de la vigilia. Se ha sugerido
que la homeostasis del sueño NREM
refleja cambios sinápticos subrayando
la necesidad celular de sueño.
Por lo tanto, si se inducen cambios
sinápticos a nivel local, se producirán
cambios locales en el sueño de ondas
lentas, que beneficiarán a las funcio-
nes neuronales.
Durante el sueño que sigue al
entrenamiento en una tarea compleja,
que requiere una coordinación motora
y visual, observan una actividad de
ondas lentas aumentada sólo en la cor-
teza parietal derecha que es la zona
del cerebro involucrada en su ejecu-
ción.
Esto significa que ciertos estímulos
son capaces de inducir cambios locales
en la actividad de ondas lentas, la can-
tidad de sueño NREM predice el per-
feccionamiento en la tarea y la activi-
dad de ondas lentas tiene un papel
específico en la plasticidad y en el
aprendizaje.
¿Por qué dormimos cuando lo hacemos?
Lo esencial de la teoría circadiana con-
siste en que el sueño es el resultado
de un mecanismo interno cronometra-
do, es decir, los seres humanos esta-
mos programados para dormir por la
noche independientemente de lo que
nos ocurra durante el día.
Cap.
17
De acuerdo con esta teoría, hemos
evolucionado a dormir por la noche por-
que el sueño nos protege de accidentes
y de predadores.
Las teorías circadianas del sueño se
enfocan más hacia cuando dormimos
que a la función del sueño.
Algún teórico radical de la Teoría
Circadiana ha propuesto que el sueño
no juega ningún papel en el funciona-
miento fisiológico del organismo.
Siguiendo esta teoría, los seres
humanos primitivos disponían de tiem-
po suficiente para obtener su comida,
bebida, y para reproducirse durante el
día, y su fuerte motivación a dormir por
la noche, evolucionó para conservar
las reservas de energía y para que fue-
ran menos susceptibles a los predado-
res en la oscuridad.
Para concluir debemos resaltar que
una tercera parte de nuestra vida,
transcurre durante el sueño, mientras
el cerebro se reorganiza y nuestro orga-
nismo se restaura.
Los antiguos consideraron el
sueño como un estado intermediario
y el hermano menor de la muerte.
Hoy día podemos hablar de una
Medicina del Sueño y el diagnóstico
de las diversas patologías debe
basarse en un conocimiento exhaustivo
de la fisiología del sueño y de sus
variaciones.
Dormir bien significa mayor cali-
dad de vida y los trastornos de sueño
repercuten en la conducta, la cogni-
ción y el estado emocional durante la
vigilia; y éstos, a su vez, influyen
sobre las características y la calidad
del sueño.
11