Está en la página 1de 31

Rubicón: una crisis

inevitable y necesaria
Transcripción

Nora Hidalgo: Bienvenidos nuevamente. Buenas noches. Buenas tardes.


Mi nombre es Nora Hidalgo y hoy tenemos el placer de estar con todos ustedes para
escuchar al doctor Eduard Plazas, en lo personal, me encanta la manera en que él nos
explica todas estas cuestiones que podemos imaginarnos acerca de los niños.
Y bueno, ¿qué mejor que tener a un médico, un médico antroposófico entre nosotros?
Doctor Eduard Plazas, muy buenas noches y bienvenido.

Dr. Eduard Plazas: Muy buenas noches. Muchas gracias por la invitación. Es un gusto
estar aquí de vuelta.

Nora Hidalgo: El día de hoy tenemos esta hermosa plática que se llama Rubicón: una
crisis inevitable y necesaria.

¿Qué es eso del Rubicón?


Para muchas personas que no están familiarizadas con lo que es la educación Waldorf,
puede sonar raro, pero en realidad es una época de cambio muy importante, le han
denominado Rubicón por diferentes razones que el doctor nos va a aclarar dentro de muy
poquito.

Para mí es un honor de verdad tenerlo con nosotros. Le agradezco muchísimo y les


quiero platicar un poquito acerca del doctor.

El Dr. Eduard es

- Médico Cirujano egresado de la Universidad del Cauca (Colombia)


- Médico Antroposófico - Certificado internacional de Dornach (Suiza)
- Médico Escolar Certificado internacional de Dornach (Suiza)
- Máster en integración y resolución de problemas clínicos en medicina - Universidad de
Alcalá (España)
- Diplomado de Inmunología básica y clínica - Universidad Peruana Cayetano Heredia
(Perú).
- Estudios en Salud Pública, Medicina basada en la Evidencia y Bioestadística -
Universidad de Torino (Italia)
- Maestrante en salud mental de niños y adolescentes - Universidad Peruana Cayetano
Heredia (Perú)

Así que, es toda una autoridad para poder hablarnos acerca de esta época, este cambio
tan importante en los niños en una edad en la que no se considera que algo importante
pasa. Realmente a mi me sorprende mucho cómo tenemos tanto interés en primer
septenio en los niños pequeños o en los adolescentes, pero casi nunca nos sentamos a
contemplar lo que sucede con los niños de esta edad intermedia del segundo septenio, y
realmente suceden tantas cosas.

Dr. Eduard Plazas: Bueno, muy buenas noches.

Bueno, la suerte está echada. Esa es una frase que todos conocemos que viene del latín
“¡Alea jacta est!”, justamente fue la frase que Julio César dice al cruzar el Rubicón.
El Rubicón es un río, no es tan grande, en realidad, no es tan importante en este
momento, tiene un color rojizo y por eso su nombre es Rubicón, viene de la raíz de rubí, el
rojo rubí. Digamos que esto le da esta coloración como rojiza al río y por eso su nombre.

¿Dónde adquiere la importancia este río?


Resulta que en época romana, cuando estaba instituido propiamente el Senado, ya
gobernando Roma y estaban todas las legiones militares alrededor de Roma, se había
establecido que el Rubicón era el límite, y que todo el que lo atravesara prácticamente
estaba declarando la guerra. No sabía que se iba a encontrar, ahí empezaba, declaraba la
guerra justamente a Roma y empezaba todo un proceso que quien se atreviera a cruzarlo
no sabía con lo que se iba a encontrar.

Entonces tenemos al buen Julio César atravesando el Rubicón, y dice: “¡Alea jacta est!”,
atravesamos y la suerte está echada, veamos que pasa.

Rudolf Steiner toma justamente este evento para hacer referencia al evento biográfico que
ocurre alrededor de los nueve años. Es una referencia; ojo, porque los tiempos cambian,
hay niños que atraviesan el Rubicón antes, hay otros que lo hacen después y hay otros,
de hecho, que llegan a la adultez sin atravesarlo.

Por eso el título es una crisis, porque tal cual como ocurre en el Rubicón, acuérdense que
atravesar el Rubicón a declarar la guerra, una vez que pasa el Rubicón, es una guerra:
una guerra de emociones, una guerra de pensamientos, una guerra contra los padres,
contra sí mismos. ¡Es una guerra! y apenas es el inicio de lo que después es pubertad y
adolescencia, y todo el segundo septenio, con sus dificultades y vicisitudes. Justamente
por eso Rudolf Steiner toma este nombre para mencionar este evento biográfico.

Entonces, ¿por qué la titulamos así: una crisis necesaria?


Porque de hecho la biografía siempre se corresponde y en este evento digamos vivir
correctamente y en el momento que corresponde, el Rubicón se va a ver reflejado
después, en el septenio entre los 28 y los 35 años.
Entonces ténganlo presente, porque hay muchos padres jóvenes que están justamente
cruzando en ese septenio y vemos por allí, si somos exactos, por ahí como entre los 30 o
33 años hay dificultades, hay necesidad de reconocimiento que buscan en el trabajo, el
reconocimiento en una cosa, en la otra. Y cuando vamos a evaluar por ahí como que
háblame de tus nueve años, qué pasaba en tu vida.

Uno ve esto un poco en psicoterapia y efectivamente vemos que la crisis del Rubicón no
ha sido bien vivida. Es como que no han atravesado ese río.

Entonces vamos a hablar del Rubicón.

Como les decía, es referencia los nueve años, pero puede ser más o menos.
Si pensamos, por ejemplo, en la pedagogía, el Rubicón, se atraviesa siempre hacia el
tercer año, el tercer año de primaria, y así como en estadísticas les puedo garantizar,
como médico escolar se los digo, la charla que más.. o el grupo que más me llama
siempre de cualquier colegio es el tercer grado de primaria, porque hay algo importante
que hay que reconocer, así como cuando sus hijos aprenden las tablas y ustedes vuelven
a aprenderse las tablas con ellos, cuando sus hijos pasan por una crisis biográfica,
ustedes también pasan por esa crisis biográfica.

Entonces, si hablamos del Rubicón de los niños, también los padres están en Rubicón,
también esa maestra y ese maestro de tercer grado pasa por el Rubicón y eso es algo
que continuamente no tenemos en cuenta. Lo olvidamos, se nos pasa por alto y es
cuando más crisis hay. Entonces hay problemas entre los padres, problemas de los
padres con la maestra, problemas entre los niños. Es el grupo que más apoyo necesita,
justamente porque no tenemos en cuenta la crisis que se está viviendo en ese momento.

Físicamente, ¿qué pasa?


Cuando el niño nace, recordemos que los niños nacen con una cabeza grandototota y la
sangre se produce en la médula ósea principalmente en ese momento desde la cabeza;
entonces, es como que el calorcito está en la cabeza. Por eso siempre se les recomienda
ponerle el gorro a los bebitos, porque pierden mucho calor a través de la cabeza.

Justamente allí se está produciendo el calor. Y a lo largo de la vida, cuando ya el niño


empieza a crecer, empieza el movimiento, en ese momento la sangre no se produce a
nivel de la médula ósea del cráneo, sino que empieza a producirse a nivel de la médula
ósea, de los huesos largos, como el fémur, y en la cadera. Quiere decir que el calor que
antes estaba arriba, ahora está abajo, viene de abajo hacia arriba, se produce así. Es un
cambio completamente de polaridad y es un cambio de conciencia.
El niño en el primer septenio estaba fundido con el todo, fundido con la familia, fundido
con la totalidad, en una simpatía total del mundo. O sea, al niño le decía vamos a tal
parte, vamos; el niño recibía emocionado al papá, a la mamá al llegar a casa.

El niño le decía: “¿Me trajiste el dulce?”


Y el papá: ¡uy! se me olvido.
El niño: No pasa nada papá, mañana me lo traes. Sí, sí.

Porque la conciencia del tiempo no está tan clara y los niños son una simpatía y una
totalidad. Y tú, ¿cómo te llamas? Yo soy Eduard Plazas. Y, ¿por qué? Porque soy Plazas.
Uno con el todo, uno con la familia y ahí no pasa nada.

Hacia los nueve años, cuando pasa el Rubicón, cuando la sangre empieza a producirse
desde un lugar diferente y el calor ya es una cuestión más individual, el niño sufre una
separación. Digamos que la vivencia biográfica y la vivencia anímica es de separación.
Entonces me separo; todo el primer septenio yo dije: “soy un Plazas, soy un Plazas, soy
Plazas, soy un Plazas…”

Hacia los nueve años me separo y digo:…


¿Por qué soy Plazas?.
¿Quiénes son los Plazas?
¿Qué hacía mi papá cuando era niño?
¿Qué hacían mis tíos, mis abuelos?
¿Cuál fue el Plazas, el primer Plazas que llegó a Colombia?

Y empiezo a preguntarme, porque ya como me separo, me uno desde un lugar diferente.


Es como que debo encontrar motivos para unirme.

Entonces la vivencia biográfica como tal es una separación. Estoy observando desde
afuera. Entonces, al observarme desde afuera, empiezan a surgir cambios que podemos
observar físicamente, pero también a nivel psicológico.

¿Qué se observa físicamente?


Aparece el pudor. Entonces es muy frecuente para esta edad observar justamente que,
sobre todo en las niñas, los varones no somos tan pudorosos, pero sí ahí por ejemplo, la
niña empieza: ¡Mamá sal del baño!

Aún cuando no haya empezado su pubertad, no se ha desarrollado ya usa la toalla


tapándose hasta acá, ya usa también la toalla arriba. Y empieza una relación diferente
con su cuerpo, porque hay mucha más conciencia acerca de su propio cuerpo. Ya eso es
lo primero que aparecen nuevas conciencias respecto a su cuerpo. Acuérdense que yo
les decía que en el primer septenio ellos estaban fundidos con la fantasía, y la fantasía los
protegía. Es más, uno castiga al niño del primer septenio:
¡Ya, te quedas allá, sin juguetes!

Y el niño no necesita juguetes, porque en la fantasía está protegido, juega y se divierte, y


nunca se aburre. Cosa diferente cuando el niño llega al rubicón, porque al separarse esta
experiencia de separación también ocurre con la fantasía. Se separa de la fantasía y
entonces el niño experimenta un profundo aburrimiento. Si algo caracteriza a los chicos y
a las chicas de Rubicón es el aburrimiento.

¡Oh, qué aburrido!

¡Vamos a correr, vamos a jugar!

¡Que aburrido!

Todo es aburrido ahora, nada les impulsa lo suficiente. Nada les motiva lo suficiente. Y
ahí, como padres, también hay un pequeño choque. Porque, claro, estaba este niño de
primer septenio con todo el entusiasmo, con toda la energía. Y de repente eso que le
gustaba muchísimo de niño, ahora ya no le gusta más.

El adulto: ¡vamos a jugar a los caballitos!.


Lo mira así como que: oye, ¡yo ya soy grande!

El papá no sabe qué hacer ahora y la mamá se ve en crisis, como… pero sigue siendo mi
bebé! Y resulta que ahí vienen las primeras crisis conscientes, las primeras crisis
existenciales conscientes. Bien, entonces primero físicamente, recuerden, hay una
conciencia diferente respecto a su cuerpo, se asocia al pudor.

Y lo segundo, al abandonar la fantasía, experimentan un profundo aburrimiento. Este


aburrimiento también les da una sensación de soledad. Los niños empiezan a sentirse
tristes, incluso llegan del colegio aburridos y ustedes les preguntan, o pueden verlos quizá
en el aula y se están divirtiendo y están jugando, pero salen y llegan a la casa aburridos, y
los padres empiezan:

¿Le habrá pasado algo?


¿Tiene algo?
¿Será que le hicieron algo?
¿Le dijeron algo?
¿Qué tienes?

- “Ahh.. qué aburrido”

Todo está alrededor de eso; entonces experimenta también soledad.


Respecto a los adultos.
Los padres ya no son tan divertidos. Aparece un nuevo interés de relacionarse con chicos
de su edad. Entonces, ocupan menos tiempo con los padres y ahora quieren compartir
más con sus iguales e incluso empiezan a ocupar, a usar como contraseñas, como
claves, lenguaje, secretos. Transforman lo que dicen para que el adulto no entienda.
Tratan de excluirlo y hacen ahí un pequeño grupo para rajar de los padres. Y es propio y
necesario y está bien.

Hay otra cosa que tiene que ver con la madurez propiamente para la edad de lo que es el
sistema nervioso, que es… procesos como la muerte son asumidos o entendidos de una
forma diferente. Es decir, la muerte que antes era usada muy a la ligera, en el primer
septenio, como que estoy jugando, te moriste, yo me muero, tú te mueres o me molesto
con mamá y “que te mueras!”. Quiero que te mueras, que se muera el otro, que se muera,
que todo se muera porque no hay una conciencia de la muerte.

Ahora, en el Rubicón ya se asume la muerte como proceso definitivo. El chico, la chica


sabe que quien muere no regresa. Entonces, consciente y sobre todo inconscientemente,
aparece el miedo a la muerte.

Y es como…

Mamá, ¿Puedo ir contigo?


Mamá, ¿Te demoras?
¿Y papá por qué no llega? ¿Podemos llamarlo? ¿Será que le pasó algo a papá?

Hay una preocupación que de hecho muchas veces no se entiende bien por parte de los
padres, porque se vuelven tensos e invasivos. Quieren estar todo el tiempo con el adulto
porque en el fondo, en su inconsciente, tienen miedo a que sus seres amados mueran,
más que el miedo a la muerte de sí mismos es el miedo a la muerte de sus seres
queridos. Obviamente no lo verbaliza porque no lo tiene tan presente, sino que es un
proceso más inconsciente que se manifiesta como estos miedos, se vuelven súper
aprehensivos.

Ojo, que esta madurez justamente que les permite ver que la muerte es un proceso
definitivo, también trae de vuelta miedos ya superados, miedos de la infancia. Es más,
algunos niños experimentan regresiones hasta el punto de perder de vuelta el control de
esfínteres, pues niños que ya son grandes, que tenían el control de esfínteres de la nada,
una noche se hace pipí en la cama. Entonces tiene que ver propiamente con esto. O
aparecen pesadillas, terrores nocturnos y claro ya son chicos, que muchos han
empezado, la chica sobre todo ya está empezando la pubertad. Entonces empiezan el
desarrollo y de la nada una buena madrugada los padres sienten que se está metiendo a
la cama.
¡Oye, no!
Anda tu cama que ya estás grande.

Por favor, hay que tener presente esto: vuelven los miedos de la infancia, del primer
septenio; puede aparecer el miedo a la oscuridad, puede tener miedo de la noche, del
monstruo debajo de la cama, cosas que ya había superado pueden volver justamente
asociados a esta concepción o a este entendimiento de la muerte como proceso definitivo.
Entonces, esto es muy usual para esta edad y por favor, este tipo de procesos hay que
acompañarlos, ya? Nunca con el juicio, siempre hay que tener la comprensión de lo que
está ocurriendo alrededor de esto.

Aquí las amistades yo les decía que se vuelven mucho más importantes. Entonces los
mejores amigos alrededor del Rubicón pueden mantenerse a lo largo de toda la vida, los
amigos del primer septenio, a veces los padres piensan en el amiguito del jardín, puede
que nunca más en la vida lo vuelva a ver ni le interese, pero a partir del Rubicón esas
amistades si son fuertes y firmes, y tengan presente, porque como la voluntad es la que
está trabajando ahí, recuerden que lo calórico ya no se produce acá, sino hacia abajo, en
lo metabólico motor, entonces lo que se está fortaleciendo es la voluntad.

Si el niño dice: “yo cuando sea grande quiero ser médico”, así lo diga una sola vez, hay
que tenerlo presente, porque ahí hay un impulso de la voluntad, y si se lo propone y
digamos como que damos las herramientas, alimentamos ese impulso, ese deseo, es una
meta muy fácil de conseguir, porque tiene todo el impulso de la voluntad. Recuerden que
en la sangre justamente tenemos el hierro; entonces y la voluntad, de hecho, hay una
expresión que “tiene una voluntad de hierro” porque tiene una relación directamente
sangre-hierro, sangre-voluntad, justamente al empezar a producirse la sangre en el
cuerpo inferior hay un impulso fuerte de la voluntad y eso es importantísimo trabajarlo en
esta edad.

Digamos que en términos generales, para que los tengan presentes quiero recordarles:
- nueva conciencia respecto a su cuerpo,
- la fantasía les abandona entonces hay aburrimiento y soledad.
- hay una concepción de que se entiende la muerte como proceso definitivo, pueden
aparecer nuevos miedos.
- viene el trabajo de la voluntad, entonces…
- justamente hay estos impulsos y amistades que se fortalecen en el tiempo.
- Respecto a los adultos, el adulto se vuelve mucho más aburrido y es mucho más
interesante el compartir con los iguales.

Ustedes pueden leer en algunos lugares que los niños a esta edad buscan más eso, por
ejemplo, para el cumpleaños quiere compartir más con sus amiguitos, si es niño sólo
quiere invitar a niños y si es niña sólo quiere invitar a niñas. Esto es lo que se espera para
el Rubicón, lo que se espera para la edad, pero los tiempos están cambiando; y la
pubertad, que antes debería llegar a una edad de 11 o 12 años, ya nos está llegando
hacia los nueve, diez años. Entonces estamos viviendo simultáneamente Rubicón y
pubertad. Entonces, ya en la pubertad aparece un interés bien llamativo, un despertar
sobre lo sexual. Puede que este punto de que quiera compartir más con sus iguales no
aplique siempre.

Hay algo bien importante y con esto quiero cerrar esta primera parte para dar lugar a las
preguntas, que es donde más quiero detenerme, y es la pregunta existencial, acuérdense
que yo les dije acá empiezan las preguntas existenciales ya conscientes.

El niño pregunta ¿de dónde vengo?


Y muchas veces no está preguntando solo por lo físico-sexual, sino que, se acuerdan que
hace un rato que yo dije, me separo y empiezo a ver desde afuera:

¿Yo por qué soy Plazas?


¿Qué hacían los Plazas?

Y empiezo a ir hacia atrás y entonces digo “espérate, pero yo no veo fotos de mi mamá
embarazada..”

¿De dónde vengo yo?

Porque como ya hay una conciencia diferente, entonces las crisis existencial es “de dónde
vengo, quién soy”, ese es un impulso bien fuerte para la identidad. Entonces yo siempre
digo en este momento es el peor momento de la vida para tener un hermano mayor,
porque el chico o la chica en Rubicón está experimentando esté miedo de: “de dónde
vengo” y si viene el hermano mayor y dice: “ah tú eres adoptado, a ti te recogimos de la
basura” y en cualquier otro momento el niño se enfrenta, pero en ese momento es como
que.. “Con razón, si yo no me parezco ni a mi papá ni a mamá! y por eso a mi hermano lo
tratan mejor, por eso a mi siempre me castigan….”

Y empieza una crisis que no puede todavía mencionar, sino que va hacia adentro, así que
por favor tengamos presente esto.

Es un momento, depende mucho de la madurez de cada uno y sobre todo con esto que
yo les decía que se estaban superponiendo el Rubicón con la pubertad, es un momento
interesante o importante o incluso propicio para empezar a hablar, por ejemplo, del
nacimiento, digamos, desde un aspecto mucho más físico o concreto, ya? Veníamos con
esta imagen por ejemplo de que “te trajo el angelito”, ese angelito luego se convierte en
algo propio de esta digamos de este ámbito, entonces “te trajo la gaviota”, luego eso se
convierte en algo mucho más real, como “naciste en la clínica”, pero luego viene pero ¿de
dónde vengo? Ahí tenemos que detenernos bien para darnos cuenta si esa pregunta es
de carácter netamente espiritual o ya está refiriéndose a lo físico.
En ambos casos la recomendación es siempre unirlos; porque puede ser que el niño
venga con esta inquietud de ¿de dónde vengo? ¿dónde estaba yo antes de llegar a la
panza de mamá? Es una pregunta de identidad. Entonces, imagínense que viene con
esta dificultad o con esta duda y se encuentra con una mamá muy letrada o un papá muy
neuro-sensorio y dice: “Facilísimo, te lo explico: mamá tiene el óvulo, yo tengo el
espermatozoide y viene la fecundación y viene.. “

Y es un montón de información fría, sin un sentido en el cual el niño pueda identificarse y


muchas veces, en lugar de ayudar, termina siendo crítica; entonces yo siempre
recomiendo en este momento como acompañar todo este proceso que venga desde el
primer septenio como desde la fantasía, las imágenes que maneja el niño y entonces le
hablamos; “¿Te acuerdas que habíamos hablado que tú nos elegiste como tus padres?
Entonces, claro, a nosotros nos fue permitido construir un cuerpo para ti; y tú estabas
esperando que se formara ese cuerpo para luego venir cuando ya el cuerpo estuvo
formado…”, si es la mamá la que está explicando: “ya cuando yo tenía tu cuerpecito,
entonces aquí tú llegaste desde el cielo y llegaste al cuerpo”.

Damos siempre momentos para respirar, porque muchas veces quizá el niño ya ha
escuchado, recibe información, y dice no, no, no mamá, pero ¿ cómo? ¿cómo?, ¿cómo
me hicieron? Entonces eso tiene un carácter mucho más físico- concreto y es un buen
momento para usar, digamos los términos concretos y hablar propiamente de lo que es la
reproducción. Ahí empiezan los padres a colapsar porque el niño también tiene preguntas,
tiene un interés sexual.

Ojo, cuando hablamos de interés sexual es interés acerca de todos los temas
relacionados a la sexualidad, no un deseo sexual. El deseo sexual aparece asociado a la
pubertad porque hay un influjo hormonal. Son dos cosas diferentes, por favor. Hay que
tener claro que el interés sexual ocurre desde el primer septenio, desde los tres años,
cuando el niño dice llega a la casa diciendo:

Mamá, ¿tú eres niña o niño?


Papá, ¿tú eres niña o niño?

Ahí hay un interés sexual.


Bien, entonces esto es otro hito que se da alrededor del Rubicón y que es muy importante
tenerlo presente porque hay una pregunta bastante importante y es ¿de dónde vengo?.

Entonces hay mucho más, pero no quiero hablar yo solo y estar todo el tiempo y de
repente dejar muchas preguntas por fuera. Si quisiera haber programado así como darlo
todo muy resumido, muy apretadito para darles espacio a las preguntas. Igual recuerden
que yo con cada pregunta extiendo un poco entonces no, no hay problema, aquí
seguimos hablando, no se ha terminado esto, esto apenas empieza.
Nora Hidalgo: Doctor muchísimas gracias y aprovecho para de verdad agradecerle tan
interesante plática que nos está dando y a todos les quiero decir, aprovechen, anoten sus
preguntas en el chat, porque el doctor Plazas es excelente para conectar, hacer
relaciones entre el desarrollo físico y el desarrollo psicológico del niño y siendo médico
escolar, está en contacto con los niños de la actualidad, para mí eso es invaluable, porque
no es “de libro”, no es nada más una información que te encuentras en Google, sino que
tenemos esta gran oportunidad, así es que pues tenemos aquí varias preguntas en el chat
Doctor, si usted aquí las quiere empezar a leer.

Dr. Eduard Plazas: Te agradezco Nora que si las lees tu.

Nora Hidalgo: Claro, para cambiar de voces.


Dr. Eduard Plazas: Sí, por favor.

Nora Hidalgo: Muy bien. Entonces la primera pregunta que veo es una pregunta de Paula
y Juan: como padres, ¿cómo podemos ayudar a esta etapa del Rubicón? ¿Cómo
acompañarlos?

Dr. Eduard Plazas: Muy bien. Muchas gracias. Digamos que la tarea propia del adulto es
que el niño alcance la alegría de vivir. Cuando el Rubicón se vive propiamente digamos
que la tarea anímica, el hito que se desarrolla es: la alegría de vivir. Como adultos
tenemos que motivarlos a que ellos crezcan, a que ellos den ese paso al Rubicón, que no
se ahoguen, digamos, en el río, ni se asusten tanto que quieran dar un paso atrás.

¿Por qué?
Porque como ellos están en el atravesar, dejar su niñez y avanzar hacia la pubertad
resulta que, qué tal si nosotros llegamos de trabajar y “Aaaah, otra vez tuve el problema
con el jefe, los compañeros de trabajo son lo peor, ¡Cómo odio este trabajo!” y estoy
quejándome del ser adulto, entonces, claro, el niño está ahí que mete los pies al agua del
río y es como que Uy, bueno, espérate, si el agua está tan fría yo me quedo acá afuera.
No, gracias.

Hay ocasiones, por ejemplo me ha pasado mucho con un niño que ya era un adolescente
y yo veía que no pasaba el Rubicón, veía este miedo y yo decía ¿por qué este niño no da
el paso? Y resulta que su padre tomaba un montón de medicamentos y era como muy
natural ver que papá continuamente estaba enfermo de una cosa, era otra, era otra,
entonces era como que inconscientemente era: se eso es ser adulto yo prefiero estar aquí
donde todavía soy sano. Entonces, digamos que lo más importante y es casi inconsciente,
es que alrededor del Rubicón los adultos tenemos que vivir una adultez cómoda. Los
adultos tenemos que digamos tener esta vivencia de la adultez de una forma sana para
que ellos se sientan con la confianza de atravesar el Rubicón.
Eso por un lado; por otro lado es importante también acompañar el…, recuerden esos
procesos que yo les mencionaba: tienen miedo, entonces validar ese miedo como que sí,
si entiendo que tengas miedo no importa

Pero es que ya soy grande, pero¿puedo dormir con ustedes?


Si ven, ¿duerme con nosotros? No hay problema.

No se va a quedar durmiendo todos los días, pero luego le preguntamos


Ven al día siguiente:

¿Qué fue lo que pasó?


¿Qué fue lo que sentiste?

Una niña incluso que está por esta etapa, le decía la mamá: “mamá, verdad que a medida
que uno crece, los miedos también crecen con uno?”

Estaba esa necesidad de validar ese miedo; entonces es importante tener presentes
todos estos procesos para poder acompañarle.

Los niños tienen una mirada mucho más aguda en el Rubicón, entonces yo les decía, les
daba el ejemplo del niño del primer septenio que es como:

Papá, ¿y el dulce?
¡uy, se me olvido!
Ah, ya no te preocupes, mañana

Si esto pasa con un niño Rubí con:

Papá, ¿y el dulce?
¡uy, se me olvido!
Ah! mmmh.. Ok.
Te lo traigo mañana.
Sí, bueno….

Entonces ellos están muy atentos al adulto, no es que tengamos que ser perfectos, ellos
son muy indulgentes, pero sí tienen en cuenta como cada oportunidad que perdemos
nosotros como adultos; ellos nos están continuamente examinando porque como ya no
están protegidos por la fantasía, ellos están analizando como que: ah papá miente! eso
de:

¡dile que no estoy!


¡dile que no estoy!

Cuando llaman de repente del banco a cobrar o por allí a alguien con el que tenemos un
cliente:

¡dile que no estoy!


¡dile que no estoy!

Ah, no está.

Pero se queda con esa sensación de que: los adultos mienten. Entonces es muy
importante para acompañar este proceso, ser conscientes de nuestros propios actos.

Nora Hidalgo: Muy bien. Muchas gracias. Tenemos muchas preguntas muy interesantes.
Voy a tratar de agruparlas como por tema para que nos dé tiempo.

Tenemos aquí una pregunta que está relacionada creo yo; que viene de Gabi Reyes.
Gracias Gabi, dice:

Buenas tardes doctor. ¿Entienden los chicos si uno les explica que están cruzando por el
periodo del Rubicón? ¿Qué ejercicio práctico les ayuda a los chicos para transitar esta
transformación de una forma más loable?
Gracias doctor Plazas, valiosísima su charla.

Y por ahí tenemos también la pregunta que dice ¿qué podemos hacer como maestros?
Entonces, aunado a esta cuestión de explicarles que es el Rubicón ¿qué hacemos como
padres y qué hacemos como maestros?

Dr. Eduard Plazas: Muchas gracias.


Si lo ideal fuera explicarles el Rubicón a los niños esta charla estaría dirigida para los
chicos, justamente de tercer grado.

Entonces la indicación en realidad es que esta herramienta la tengamos los adultos.


Somos los adultos con nuestro cerebro completamente maduro, quienes debemos
manejar estas herramientas para poder acompañar al niño. El niño, por más que nosotros
le expliquemos, digamos que todas las áreas del cerebro no están maduras. De hecho,
hay muchas áreas que todavía no han madurado y por más que ellos tengan el deseo, el
impulso, no, no van a poder comprenderlo.

Entonces, sí, la idea es que esto lo interioricemos nosotros, que para nosotros sea una
verdad y nosotros les acompañemos en el proceso. En el Rubicón el cuerpo físico se
prepara para la adolescencia, para recibir las emociones. Entonces hay algo desde lo
físico incluso que nos ayuda. Todo lo que venga en el ámbito medio ayuda bastante.
Entonces, recuerden que el calor estaba aquí. De repente pasa a producirse abajo.
Entonces el medio es el que está sufriendo.
Entonces, si podemos trabajar todo el ambiente medio, nos ayuda. Entonces, por ejemplo,
la natación abre el tórax, el atletismo que estimula también, digamos el cuerpo inferior; la
escalada que estimula todo las extremidades, nos apoya en lo metabólico-motor y
también la actividad física va a hacer que esos pulmones se vuelvan mucho más fuertes y
el tórax se ensanche y tenga, digamos, como la capacidad física para recibir todo lo que
anímicamente va a venir después hacia la adolescencia.

Entonces ese es un, digamos desde lo físico, algo que podemos ayudar bastante. Desde
las indicaciones, digamos en casa: ayudan mucho los ritmos. Siempre los ritmos van a ser
importantes, pero acá todo debe adquirir mucho más sentido. “¿Por qué tengo que hacer
la cama todos los días?” en lugar de decirle “porque mira tal cosa”, sino qué pasa si un
día la dejamos sin sin hacer la cama y le preguntamos:

¿cómo ves esto?


¡El cuarto está feo!
Pero, ¿por qué?
Porque no he hecho la cama.
Y a ver, hazla ver cómo se ve.
¿Te gusta como se ve?

Entonces yo no vengo a decirle esto se tiene que hacer así, sino que lo invito a una
reflexión a través de mi pregunta. Entonces todo empieza a adquirir más sentido: ¡Ah!,
hacemos la cama porque es más bonito y ahí es donde duermo yo y a mi me gustan las
cosas bonitas.

Eso por un lado; la comida de hecho por acá nos podría ayudar, acuérdense que
hablamos del hierro. Entonces, bueno, para los que comen carne, entonces podríamos
tener allí las vísceras, que tienen bastante hierro. Si no comemos carne, entonces
consideramos alimentos vegetales, por ejemplo las lentejas. Todo el mundo sabe que las
hace en hierro, pero no sólo allí, también tenemos hierro incluso en el brócoli, en los
oligoelementos, en los frutos secos, en los integrales, tenemos hierro; no hace falta comer
carne. Obviamente en las vísceras hay muchísimo más hierro.

Sobre todo para los niños que ustedes ven que están así como medio elevados, como
pálidos, leen que les falta como esa voluntad férrea, digamos esto; pero si son estos niños
apretaditos ya con bastante fuerza, ojo, a estos más bien les quitamos eso, porque ya
están produciendo mucho calor por sí mismos. Entonces, si les damos más hierro, los
vamos a volver tercos; les vamos a dar herramientas para que llegue un adolescente
opositor; entonces es importante, también con la alimentación podemos favorecer o
empeorar este proceso.

Y de hecho hay un medicamento propiamente para acompañar este proceso, un


medicamento antroposófico que es el Aurum apis regina. Es el oro, que es el metal del
corazón. Acuérdense que yo les decía, hay que fortalecer esta parte. Apis regina es la
abeja reina, la que habita desde adentro, entonces es como: ok, ya que te separaste, te
invitamos ahora a volver y a habitar todo, a gobernar todo desde adentro.

Algo que no mencioné durante la charla que quiero mencionar ahora para responder la
siguiente pregunta de qué hacen los padres y los maestros es cuando el niño está en el
jardín o incluso en primer grado, mi maestra es lo máximo y cuando dibuja la maestra
dibuja una maestra con alas, la llena de mariposas y uno ve los dibujos y digo ¿yo trabajo
en este colegio? No he visto a ninguna maestra así, claro, porque es desde la fantasía
que ve todo maravilloso, incluso uno habla con los padres y la pedagogía es lo máximo,
ellos también están en ese momento de la fantasía, hasta que llega el tercer grado, hasta
que llegan al Rubicón.

Ya los niños no tienen más la fantasía y cuando uno ve y dibujan a la maestra con la nariz
grande, con las orejas grandes, con el ceño fruncido, incluso le hacen una arruga y
parece más como una bruja, uno dice ¿qué pasó? Esta no era el ángel que había
dibujado, ya la ve diferente, ya no la ven tan desde la fantasía, sino más real. Y eso
también ocurre con los padres. Entonces, al principio, en primer grado, la pedagogía es lo
máximo, y en tercer grado es como que.. esta maestra no parece Waldorf. Empiezan las
dudas y empiezan las ideas y es normal! también estamos pasando por el Rubicón.

Empiezan también las críticas entre los mismos padres, porque hay una conciencia
diferente del cuerpo. Acuérdense, aparece el pudor en el cuerpo físico del niño, pero en el
otro es como que: “no me gustó, como, como me lo dijo el otro padre; es que criticó mi
crianza!” Entonces, así como los niños están mucho más susceptibles, los padres
también.

“Maestra, es que yo siento que usted tiene algo particular con mi niño.
Yo siento que los amiguitos no lo quieren, yo siento que usted no está siendo justa, usted
no los trata igual

Y esto es típico, por eso les digo, es el grado donde más charlas siempre apoya la
medicina escolar porque los padres y los maestros también pasan por el Rubicón.
Entonces, si ustedes se detienen a observar todo lo que yo les he mencionado y lo
buscan en cada uno de ustedes, es como que ¡Ah, mira, yo también estoy pasando el
Rubicón!

Hay una separación, yo me estoy sintiendo separado; el grupo se separa… “tú.. espérate,
no, es que tú no estudiaste en el jardín Waldorf… entonces, claro, por eso no entiendes.”
Hay una separación. Entonces, traten de buscar dónde está esa separación, porque lo
que sana el Rubicón, sobre todo para los adultos es la integración. Si hay una palabra
mágica y es sanadora, es la integración; qué hace el ámbito medio? integrar. ¿Qué hace
el oro al afectar el corazón? integrar.
Entonces, si naturalmente ocurre una separación, la invitación es a integrar. Aquí la
imagen es la lemniscata, para que podamos trabajar esto entre padres, entre niños y con
maestros también.

Nora Hidalgo: Buenísimo.

Es que de verdad todo lo que ha dicho viene a contestar varias de las preguntas y tienen
cierto matiz que podríamos agregar pero hablando de este remedio antroposófico, nos
pregunta Uxune Hernández desde Tijuana, bienvenida de la escuela Comunalidad
Semillero Educativo “¿Cómo les damos el remedio antroposófica?”
Ella también nos menciona que su hija está pasando por esta crisis, que se da cuenta que
tiene secretos, que antes era más fácil, ella llora, le duele, la ve muy intensa cuando le
toca la tristeza, le cuesta mucho hablar y por otro lado dice que no quiere crecer, que los
adolescentes que ve no le gusten. ¿Cómo acompañar esto?
Son dos preguntas en una.

Dr. Eduard Plazas: Respecto al medicamento, el medicamento lo mencioné como


imagen, es lo que usamos desde la medicina escolar, lo que usamos desde la medicina
antroposófica; pero justamente debe ser indicado por un médico, ya? Porque digamos
que es como el medicamento perfecto, pero ya en la individualidad de repente el niño
necesita una escala de hierro. Acuérdense que acá es muy importante el hierro entonces
tenemos cuatro medicamentos asociados al hierro. Si ya está más grandecito, entonces
de repente podemos usar otro medicamento. Entonces, no es como los medicamentos
convencionales que uno dice “ah, tiene fiebre, le damos paracetamol y el paracetamol
actúa igualito en todos los niños”, no.

Los medicamentos antroposóficos actúan por imágenes, entonces es importante tener la


imagen individual del niño de esta niña en particular, la recomendación si es que el
medicamento sea indicado por un médico antroposófico o preferiblemente un médico
escolar que pueda verle en ambos ámbitos.

Mencionó algo importantísimo, que es que le duele, ellos están en la época del Rubicón,
que a nivel médico es cuando más enfermedades psicosomáticas se refiere, “me duele la
panza, maestra me duele la cabeza.”
De verdad les duele, pero uno como médico busca y no hay nada físico, no quiere decir
que no haya nada y esto es gravísimo desde la medicina convencional cuando le dicen al
niño: “no, no tienes nada” y el niño es como que “pero a mí me duele”, y la niña dice
“mamá, pero en serio, créeme, yo no te estoy mintiendo, me duele” y es cierto, le duele
sólo que físicamente no hay nada porque viene de un de un ámbito más anímico.

Ojo, porque yo les dije que si el adulto cumple con la labor de acompañar correctamente
el Rubicón, y el hito que se desarrolla es la alegría de vivir; pero si no se cumple con esto,
el niño genera un vacío existencial.
Y por qué lo menciono? Porque en esta época es cuando por primera vez aparecen en las
estadísticas los intentos y suicidios consumados.
Antes del Rubicón no aparecen suicidios. Y como es una época, digamos, que es una
edad sana, de niños sanos, entonces claro, en las estadísticas que se calcula, digamos,
muertes accidentales y esto, aparece el suicidio en una tasa importantísima, entonces no
quiero, por favor, esto es solo como paréntesis, no quiero dejar aquí miedo de que esto
sea. No, yo soy el que está más en contra del miedo, lo digo desde el amor, es más como
una motivación. Ok, esto ocurre, lo menciono más como dato estadístico, pero lo que
quiero aquí es que nos esforcemos para que este niño desarrolle la alegría de vivir. No
queremos un niño o una niña que crezca desde la tristeza. Recuerden que aquí viene la
adolescencia y es muy fácil también llegar de repente por allí a una depresión. Entonces
este momento es crucial, es bien importante,porque todavía no ha ocurrido todo eso,
entonces tenemos todo por hacer.

Nora Hidalgo: Muy bien, pues gracias por esa respuesta tan completa, doctor, porque
realmente los medicamentos pues es una idea como nos está explicando usted de cómo
funcionaría la medicina antroposófica, que complementa o que guía está cuestión que es
combinación psicosomática, por supuesto, y de una manera tan lógica y tan hermosa.

Eso también nos responde algunas de las preguntas que estamos leyendo; y hablando de
la depresión y de este sentido de aburrimiento, etc., Fa nos está preguntando, la querida
Fa dice gracias por esta charla.
A mí, mi peque me pide estar sola cuando está en un poco de omisión…
¿La dejo sola en su cuarto o me quedo al lado o me salgo?
¿Cómo se puede sentir acompañada?

Porque a veces creo que sí pide atención, pero no me aleja.


¿Y qué hacemos con el aburrimiento?

Realmente son preguntas acerca de la tristeza, del aburrimiento porque a veces a


nosotros los padres también nos llega a agobiar. Y es también la pregunta que nos hace
aparte Jeka, tratando de combinar dos preguntas en una.

Dr. Eduard Plazas: Que linda pregunta. Muchas gracias por eso, porque es un proceso
que el niño o la niña no entiende. Están estas fuerzas;antes el calor venía de arriba hacia
abajo, y ahora de la nada viene de abajo hacia arriba entonces es como que tiene el
mundo al revés, es como que “no, no abrázame”, una cosa así.

Es un no, pero en realidad la indicación es como si, abrazame. Quiero estar solo, pero en
realidad quiero que estés presente. Me incomoda. Tengo una incomodidad. Que es como
en el cuerpo, como que algo me pica, como que quiero sacarla, pero soy yo mismo y
como no me puedo, no me soporto a mi, entonces lo más cercano es mi papá y mi mamá,
entonces ¡lárgate, andate! no quiero que estés aquí, pero en realidad es un conflicto más
interno y ahí es cuando los padres:
Pero, ¿Qué quieres? ¿Quieres salir?
No, no quiero, qué aburrido.
¿Te quieres quedar acá?
No, no quiero, qué aburrido.
¿Qué quieres?
Mmmmmhhh!!

No saben lo que quieren, ellos mismos no saben lo que quieren, entonces es importante
porque ahí se empieza a generar un espacio interior. Todo lo que el niño de primer
septenio antes decía, pensaba algo y lo decía, sentía algo y lo decía. Ahora el del
Rubicón empieza como a quedarselo, empieza a aparecer un espacio interior. Entonces,
cuando nos piden que nos vayamos primero nosotros guardemos silencio, veamos la
crisis, porque en medio de la crisis el niño habla desde el impulso a’quiero que te vayas,
eres lo peor, eres...a’ Entonces, en ese momento, por favor, vayamos a nuestro centro.

Yo siempre les digo a los padres: “El que reacciona pierde”. Bajo cualquier tipo de
emoción, si reaccionamos, perdemos. Si yo grito más fuerte, “No me vienes a gritar”,
perdí. Si yo me derrumbo en llanto, perdí.

Entonces, en ese momento tenemos que regularnos a nosotros mismos para poder
regular.
Muchas veces, después de todo eso que nos vomita:

¡Eres mala!
¡Eres malo papá!
¡Quiero que te largues!
¡Déjame en paz!
¡Suéltame!
¡No me toques!

Después de todo esto, se derrumban en llanto y lo que más desean es un abrazo.


Entonces, si en el momento en que gritan nosotros hacemos caso y nos vamos, luego
cuando se derrumban, no estamos nosotros para acompañarlos. Entonces por eso les
digo, acompañen ese momento, sosténganlo desde el centro, no tienen que reaccionar,
no tienen que responder necesariamente a cada cosa que “Es que tú me dijiste esto, tú
dijiste esto, tú me tratas así, tú pensaste que yo era esto, tú ni siquiera me escuchaste, no
me preguntaste”.

Escuchemos, no respondamos, dejemos que hagan el descargo si es justo o no, si es


verdad o no, por favor… no es el momento de confrontar, es el momento de sostener.
Muchas veces decimos “no, las cosas no son así”. Entonces estamos invalidando
completamente lo que está diciendo y peor. Entonces es como que podemos decir “Siento
mucho que te sientas así; estoy aquí, estoy aquí para ti”
“Quiero que te vayas”
“Voy a hacerme una esquina, no voy a hablar, pero quiero que sepas que voy a estar
aquí.”

“Pero, ¡lárgate! ¡lárgate!” y dejamos que descargue, excepto que haya contacto físico.
Si nos están empujando y esto, ahí si no, o sea, no vamos a hacer resistencia, la idea es
que en ese momento no haya resistencia porque no es sano tampoco, porque ahí entra la
autoridad también a ponerse en riesgo.

Si nosotros entramos al conflicto y el niño nos empuja y nosotros terminamos saliendo


empujados, ahí ya se perdió completamente la figura de autoridad y el manejo de la crisis.
La idea es que acompañemos al niño o la niña en el momento de la crisis, le
sostengamos, nos mantengamos firmes pero regulados, no firmes con dureza, sino
regulados. Acompañemos en la medida de lo posible; pero si hay movimiento, si hay
empujón, lo mejor, “Te voy a dejar solo, te voy a dejar sola, quiero que respires, que te
sientas mejor. Recuerda que yo te amo, que estoy aquí para ti, voy a estar detrás de la
puerta hasta que te sientas mejor. Cuando tú te sientas mejor, yo voy a venir; solo toca la
puerta o llámame y yo voy a venir.”

Con el aburrimiento: es muy importante, sobre todo, poder rescatar todo lo que hemos
trabajado en el primer septenio.
Los ritmos…
Por eso yo les decía hace un rato que los ritmos tomen sentido, que ya no es: hacemos
las cosas porque sí, porque por ejemplo los cuentos aquí, muchas veces ya no les gustan
los cuentos. Entonces: “ah, ya vas a empezar…”
El verso… “aaah, qué flojera”… todo les da flojera. Entonces tenemos que empezar a ver
los intereses.
Nosotros podemos decir
“ah, yo quiero que haga natación!”
pero resulta que ella quiere hacer básquet y no, “pero es que la natación es más bonita”...
“ya no quiero nada, entonces no quiero nada ya entonces no, ya no quiero más.”

Entonces aquí tenemos que escucharles, tenemos que estar atentos a eso y motivar,
hacernos parte, digamos, estar siempre presente, de lo que hace.

Recuerden que los amigos son más importantes que nosotros, entonces es muy
importante preguntarle por sus amigos:

Oye, ¿cómo está Pepito?


¿Y Juanita? Me dijiste que estaba triste. ¿Cómo siguió?

Entonces, ese interés que no es invasivo, que no es como que:


¿Y tú cómo te sientes?
¿Y tú cómo estás?

No, estamos proyectando es como que, estoy demostrando interés por ti, como tú me
interesas, quiero preguntarte por tus amigos, ese tipo de actividades.
Podemos generar actividades también en conjunto que sabemos que le gusta, entonces
por ejemplo, que le gusta un queque, que le gusta una comida en especial. Entonces una
vez por semana vamos a preparar eso, pero le vamos a invitar, es como que yo te hago el
queque, no. Ven y hazlo conmigo porque es importantísimo el movimiento, entre más
estén quietos y quietas, más difícil va a ser el movilizar esa voluntad.

Y el reconocimiento, recuerden que acá es importante el reconocimiento y quiero que


empiecen a soltar a ese bebé, a esa princesa, ya ahí empiezan a ser grandes.
Entonces “es que eres mi bebé”, NO, “me haces muy orgulloso”.
“Estoy muy orgulloso de ti”, No.

Sii consigue algún logro, “que bien. Debes sentirte muy orgullosa de ti misma.
Mira lo que conseguiste.
Eres un campeón.”
Pero tú, tú contigo, no eres mío.
Ni conmigo, ni necesitas de mí.

Entonces ahí es un vínculo bien grande, porque los adultos sufriremos porque “es mi
bebé” y ellos ya van creciendo. Y acá necesitan el reconocimiento, pero también el
empuje, el empoderamiento. Tú debes sentirte orgulloso por eso que conseguiste.

Nora Hidalgo: Muy bien, muy interesante. Y bueno, aprovechando el hilo, hay un par de
preguntas también que nos hacen aquí Comunidad Waldorf Kabadú, bienvenidos y
alguien más que nos dice:
Recomendación de narraciones y actividades para acompañar esta etapa.

Aprovechando que estábamos hablando de las narraciones. Y también Violeta nos


preguntaba acerca de la música porque su niño está ahí, también el taekwondo, y la
música de rock que le gusta a su hijo; dice que le gusta el rock.

Dr. Eduard Plazas: Las narraciones; de hecho cuando llegamos a tercer grado ahí
aparece el Antiguo Testamento; y se usa esta historia bíblica del paraíso, cuando antes
estaban desnudos y no veían su desnudez y de repente ven su cuerpo.
Esta narración tal cual del paraíso de cuando comen el fruto prohibido es justamente el
Rubicón. En el paraíso, digamos que ellos estaban en primer septenio, estaban desnudos
y de hecho, literalmente, los niños en primer septenio salen desnudos y no les interesa, y
a partir del Rubicón, yo les dije de primerito, aparece el pudor. Entonces tiene que ver con
esa narración; ahí es donde ellos empiezan a ser más conscientes de la tierra, de los
eventos que van a hacer.

Por eso “a partir de hoy con el sudor de tu frente conseguirás el pan de cada día” o “con
dolor darás a luz los hijos”, vienen estas estas imágenes como de bueno, ahora estás ya
presente en la tierra, ya llegaste aquí, ya tienes que hacerte cargo de ti mismo” y esto es
importante, también es importante ayudarle a los niños del Rubicón a generar sus
objetivos a que generen cierta disciplina, incluso desde lo económico, que no gaste en
todo, si le damos aquí, que hagan un ahorro. Ese tipo de cosas son importantes, porque
acuérdense que biográficamente esto se ve reflejado de los 28 a los 35. Entonces ese
momento cuando el adulto no sabe qué hacer, no tiene ahorros, no tiene nada, se
previene desde aquí y entonces para que lo tengan presente.

Con la música, la música en general viene hacia el ámbito medio; el arte y la música
vienen hacia el ámbito medio. Entonces es importantísimo que el chico así como hace, o
la chica, así como hace deporte también practique algún tipo de arte, entonces la música
viene muy bien. El taekwondo ayuda, ayuda; es un arte bien disciplinada; conviene…, no
para todos, no es para todos los niños. Pero sobre todo estos que tienen una dificultad
con el dominio de su cuerpo. Digamos que tienen mucha energía e hiperactividad, es
como que todavía no alcanzan a llegar, por eso esa abejita reina, acuérdense que tiene
que estar desde adentro, pero cuando tienen dificultad para dominar su cuerpo, a veces
necesitan de un adulto con su Yo bien puesto para que le ayude a regular.

Entonces, en ese caso, por ejemplo, el taekwondo les ayuda bastante, porque el mismo
ambiente donde se practica es como un templo. Entonces ya solo el lugar invita como a la
quietud. Entonces todo este movimiento empieza como a llegar allí. El maestro no está,
tiene sus emociones muy reguladas, no responde, no reacciona. Entonces el niño en todo
esto empieza como a regularse, los movimientos son dirigidos, entonces se empieza a ver
como sentido, como algo por allí y ayuda. No es para todos los niños, no es una
recomendación en general para los niños de Rubicón, no, pero en casos particulares
puntuales sí. Porque así como les hablé de las estadísticas, de las estadísticas de hace
un rato, también en Rubicón es cuando más Ritalin se manda, es cuando más se reportan
déficit de atención, hiperactividad, y tiene que ver con esto.

El hierro permite la concentración y también acuérdense que va hacia lo


metabólico-motor, entonces es el dominio de las extremidades; si esto no se da de forma
adecuada, el niño no se concentra y el niño tiene un movimiento que no puede controlar.

Ah! Me falta el rock, la música rock,


Más allá de cualquier tipo de música, la invitación es a los padres a no juzgar.
Y el juicio puede ser: “No, pero yo no le digo nada”.
El juicio puede venir sólo con una mirada.
El juicio puede venir con una actitud.

Entonces, por ejemplo, la mamá está picando cebolla en la cocina y el hijo viene y dice:
“Mamá, quiero ir a un concierto de rock”.
Si la mamá deja de picar, ya hubo juicio.
Cambió de actividad. Entonces, eh. “¿Qué dijiste?
No, no te voy a juzgar.”
Pero el lenguaje no verbal eso ya fue un cierre y el niño dice “no, pero, no, no, es que me
dijeron, pero no, no, ya no quiero.”

Esa actitud que tuvo el adulto hace que el niño se cierre, entonces, por favor, en ese
momento, si la mamá está picando:

“Mamá, quiero ir a un concierto de rock.”


Si lo pica en cuadritos y si es necesario saca otra cebolla.
“¿Ah, sí? Cuéntame
¿Y cómo así de rock?”

Y si es necesario saca tomate y zanahoria y pica todas las verduras. No importa si pica
las del mes, pero no deje de hacer lo que está haciendo, porque es como que “Ok, si
estoy escuchando”
Ahí es bien cuidadoso, depende mucho del del chico también, porque si son más,
digamos, todavía están más hacia el primer septenio y la fantasía sí exigen la atención
completa con todo el cuerpo y es digamos, que necesitan ser percibidos. Pero si es una
situación de éstas que buscan justamente cuando mamá o papá están dedicados a otra
cosa, es porque quieren dar un mensaje entre líneas sin tener toda la atención, porque no
saben cómo manejarla. Entonces ustedes pueden decir: pero justo cuando estoy
trabajando, cuando estoy viendo televisión o cuando estoy en la laptop, o cuando estoy
cocinando, viene a decírmelo..
Tiene un sentido, lo dice en ese momento porque no quiere toda la atención.

Entonces, primero no juzgamos y segundo entonces mostramos interés. Así, en lo


individual, a mí me parezca el rock lo peor del mundo….
“¿Qué grupos de rock te gustan?”
Ah, ya. Y por qué te gusta?
No por esto que vi o no por tal cosa.
Ah, ya.

No hacemos juicios; preguntamos, mostramos interés. Ese sólo interés fortalece la unión
de los padres. Y es como que:

“¡Wow! Yo nunca me imaginé que mi mamá fuera tan de mente abierta. Yo me la


imaginaba a ella cuadriculada del siglo pasado y de verdad que me sorprende mi mamá.”

Entonces esa confianza en muchas ocasiones la actividad que se realiza puede ser más
como para querer pertenecer a un grupo; puede que al niño ni le guste el rock, sino que
quiera ser parte de. Pero al sentirse en confianza ya se siente parte de la familia.
Y de a poco puede soltarlo y ya sencillamente no quiere; pero puede ser que sí sea un
gusto particular. ºero si profundizamos y nos damos cuenta que la motivación es porque
digamos que es un grupo que luchó y que salió adelante y que más allá de lo que a
nosotros nos parezca, hay un sentido, aquí hay una motivación, hay como una idea
rectora que está intentando formarse en su identidad. Entonces por eso tenemos que ir
sin prejuicio, completamente libre de juicio, incluso desde el lenguaje no verbal.

Nora Hidalgo: Muy bien. Hay tantas preguntas tan interesantes de verdad. Miremos una
pregunta de Elena Sánchez que nos dice ¿cuáles pueden ser las consecuencias de un
cambio de ambiente, de escuela y amigos en esta etapa?

Dr. Eduard Plazas: Es fuerte. O sea, impacta.


Todos los cambios generan estrés, incluso los positivos. Puede ser que venga de una
escuela chiquitita y un colegio mucho más grande. Puede que viva en una casa chiquitita
y ahora vive en una casa grande. Por más que sea positivo, el cambio genera estrés y
estrés a esta edad se ve afectado en el ámbito etérico-astral. Me explico.
Desde lo físico, el niño puede ver alteradas las funciones básicas, digamos, puede perder
el apetito o al revés, puede tener mucho más apetito. Lo que la gente dice “Uy, es que
tiene ansiedad y por eso come más”. Alteración del apetito por aumento, por disminución,
alteración del sueño. Puede que duerma un montón o puede que no duerma nada.
Alteración del hábito intestinal puede estar estreñido o puede tener diarrea. Entonces
tenemos afecciones a ese nivel.

y hacia el ámbito anímico se pueden tornar irritables, ya muy irascibles, todas las
emociones les pueden afectar de forma intensa, entonces esto puede ocurrir, pero
digamos, o sea, también depende del trabajo, de si es un cambio necesario para el adulto.
Tampoco podemos decir bueno, vamos, dejamos el trabajo o esto por el pequeño, sino
que lo que vamos a hacer es tratar de buscar el ritmo, sostenerlo de alguna manera,
mantener comunicación con los amigos anteriores o ir haciéndolo en periodos para que
sea lo menos traumático posible.

Ya no son niños del primer septenio, entonces ya no es como que yo hago y después se
enteran, no. Les preguntamos:

¿Tú que opinas?


¿Tú qué piensas?
O bien: Mira, nos vamos a mudar. ¿De qué manera te gustaría?

No le vamos a preguntarte ¿quieres mudarte o no?


Porque ya es una decisión del adulto, pero es:
Nos vamos a mudar:
¿Cómo te gustaría que fuera?
¿Cómo quisieras tu cuarto?
¿A qué colegio te gustaría ir?
O sea, todas esas cosas, y viene la crisis y acompañamos la crisis. Entonces, digamos, lo
primero es las consecuencias que hay de cualquier estrés, de cualquier situación
traumática en este periodo. Pero lo segundo es, cuando ya es una situación per se que no
podemos evitar ¿cómo manejarla?

Nora Hidalgo: Buenísimo. Muchísimas gracias, doctor. Y una pregunta de las primeras
que tenemos aquí, que la hemos abordado de alguna manera, pero para poderla
redondear, digamos, ¿El Rubicón es diferente en cada niño de acuerdo a su
temperamento?
Esto nos pregunta Mayra Carrillo.

Dr. Eduard Plazas: De hecho, cuando hablamos de temperamento el Rubicón es cuando


recién podemos hablar puntual, concreta y honestamente del temperamento. Los
temperamentos oficialmente se cuentan a partir de Rubicón. Antes de eso hablamos de
colores, de inclinación, de tendencia al temperamento. Por ejemplo, desde la observación
de medicina escolar, yo puedo ver en el primer septenio con ese niño que tiene una
tendencia colérica o este niño va a ser colérico, digamos, por la constitución de su cuerpo.
Porque si yo veo este niño apretadito, digamos de huesos pequeñitos… ahí no va a entrar
otro temperamento que no sea un colérico. Y que a veces un niño alargado, pálido… ahí
no entra un colérico por nada del mundo, porque la cólera pesa y los mantiene pegados al
piso.

Entonces tenemos esta tendencia, pero es algo que se desarrolla con la observación y en
el trabajo diario con los niños. Pero concretamente hablamos de temperamento a partir de
Rubicón, antes de eso, no. Entonces no, es que se evidencie de forma diferente, según el
temperamento. El Rubicón.. lo que yo les he dado, digamos, son como las medidas
generales. Hay chicos, por ejemplo, varones que nunca tienen pudor, o sea, adolescentes
o incluso adultos que les da igual andar desnudos por la casa. Entonces, digamos que no
se cumplió con ese hito del desarrollo y no tiene que ver ni con el temperamento ni con el
Rubicón, sino simplemente con la individualidad de ese ser.

Entonces tiene que ver más si las características son más o menos, tiene que ver más, es
propiamente con la individualidad del niño y con el entorno que le rodea, porque
recuerden que acá en el segundo septenio, ellos están fortaleciendo todavía… todavía no
tienen un astral propio, entonces están influenciados por todas las emociones que hay
alrededor, por todas las ideas que hay alrededor, y eso puede ser más, puede ser una
ventaja o una desventaja para ese niño en Rubicón. Pero no es propiamente del
temperamento. No hay una asociación allí con el temperamento.

Nora Hidalgo: Muy bien, muchísimas gracias. Y bueno, para seguir con la idea de juntar
dos preguntas en una, responder las más posibles y no extendernos demasiado, también
respetando su tiempo y el de todos ustedes. Hay dos preguntas muy interesantes. Bueno,
todas son muy interesantes, y dice Yanen.
¿El enojo y la poca tolerancia a la frustración son parte del Rubicón?
Esa es una y otra es ¿Cómo es el rol de la autoridad bien amada en este paso por el
Rubicón?

Dr. Eduard Plazas: Voy a empezar por la segunda. En el primer septenio, el impulso
rector del niño es la imitación. El niño actúa principalmente por la imitación. Eso se
mantiene durante toda la vida, porque tiene una base física en las neuronas espejo del
sistema nervioso. A partir del segundo septenio, o sea, desde primer grado, ahí el impulso
es desde la autoridad. Y justamente alrededor del Rubicón tenemos que es
supremamente importante la autoridad amada, porque hay padres que son autoridad y
hay padres que son amados.

Pero una autoridad amada, o sea las dos cosas en uno, no siempre se consigue. Esto
ocurría más en la antigüedad, digamos, cuando el niño decía “yo quiero ser como mi
papá, yo quiero hacer lo mismo que mi abuelo”, yo quiero porque no le tenía miedo,
porque no era, no era un autoritarismo, no representaba la autoridad, sino que era una
autoridad en todo el sentido de la palabra, era una persona coherente, eso que pensaba
era lo mismo que sentía y era lo mismo que hacía. Era un adulto feliz con lo que hacía,
disfrutaba su trabajo. Entonces se convierte en una autoridad porque lo que me dice lo
vivencia. Si es adulto me dice ¡no grites!, no tiene ningún sentido. Entonces puede ser la
autoridad. Sí, y lo respeto, pero por miedo; pero amarle, difícil.

Puede que yo ame muchísimo al adulto pero no representa la autoridad para mí, porque
no es coherente tampoco. Entonces cuando me dice:

Ya, está solo hasta las 21:00 de la noche


Ay mamá un ratito, un ratito hasta las nueve y otro ratito hasta las 09:30, otro ratito.

Cuando creemos que estamos como:


¡Ay sí, si es que me ama mucho!

Si me ama mucho, pero no estoy representando a la autoridad en ese momento; esa


negociación ya perdí la autoridad. Entonces es importantísimo; recuerdas que yo les dije
que la tarea del adulto es que el niño desarrolle la alegría de vivir, pero eso tiene que venir
de un adulto íntegro, alguien que el niño respete y reconozca como autoridad, pero
porque evidencia la integridad y la coherencia en ese adulto, que lo es todo. Un adulto
que se convierte propiamente en la autoridad amada es un adulto que ya ha cumplido con
la labor del segundo septenio per se, porque digamos que el impulso rector para el
segundo septenio es la autoridad amada.

La primera pregunta era:


¿El enojo y la poca tolerancia son parte del Rubicón?
No, no es propio del Rubicón. Si tuviéramos que caracterizar algo así, que es propio del
Rubicón. El aburrimiento y la soledad.

Eso sí, es más asociado, es como un ámbito melancólico, digamos, en el periodo de la


vida. Lo que puede pasar si es que ocurren varias situaciones conjuntas, se los menciono
por si no lo sabían: en cada acción que el ser humano hace, se generan movimientos
físicos u oposición, se generan conexiones entre dos neuronas, a eso se le llama
sinapsis.

Los niños por ejemplo, entre los primeros cinco años generan un montón de sinapsis y un
montón de sinapsis, uniones, uniones, uniones. Todas esas no se utilizan, entonces el
cerebro cuando no se utilizan mucho, las corta y a eso se le llama poda neuronal. En esa
poda hay unos chispazos, que a nivel del comportamiento se ven como bastante
oposición, como berrinches. Por allá hacia los cuatro años tenemos una poda y en la
adolescencia tenemos otra, pero es posible que tengamos por allí algunos chispazos, no
propiamente una poda reconocida como la que hay hacia los cuatro o cinco años y de
vuelta en la adolescencia, no es así. Pero digamos que sí pueden haber ciertos
comportamientos de ese tipo. Hay que ver, como ha sido, por ejemplo, entra mucho que
ver la constitución, la tipología del niño, el temperamento del niño y el adulto entorno,
como el adulto maneja la frustración.

Entonces cuando el niño está haciendo la tarea:


“¡Así no!, te está quedando feo.
Hazlo otra vez.
¡No!
Repítelo, repítelo otra vez.”

Estamos enseñando la frustración, nosotros mismos manejamos la frustración?


Entonces no es algo propio de Rubicón, pero sí frecuentemente aflora esto allí.
Recuerden que yo les decía que no siempre hay control de todos los movimientos, sí
puede haber cosas que se escapen de control y si no tiene buena tolerancia a la
frustración es un momento donde puede aflorar.

Nora Hidalgo: Claro. Muchas gracias, doctor.


Dos preguntitas más porque quisiéramos terminar máximo 09:30 y tenemos de Juan
Carlos Laurino dice:
Doctor Buenas noches, usted mencionó control de esfínteres.
En mi caso tengo a mi hijo que desde hace un tiempo sufre de esto va muchas veces al
baño, pero últimamente más. Estamos por hacer un cambio grande de país, una vez más,
y quisiera saber si el problema se ha intensificado por la mudanza, o por el Rubicón o por
la mezcla de ambos. Gracias.

Dr. Eduard Plazas: Todas las anteriores.


Todos los cambios yo les dije, por positivos que fueran, generan estrés. El estrés puede
llegar a generar una situación traumática y producir regresiones y acuérdense que yo les
dije, afecta a lo básico. Entonces lo básico es alimentación, sueño, deposiciones, pero
también orina, entonces puede haber pérdida del control de esfínteres. En ese sentido, y
como yo les decía, asociado al Rubicón, también hay aparición de miedos. Entonces sí,
ya tengo miedo a la muerte, imagínese tener que viajar, mudarse, no sé qué va a pasar,
esa incertidumbre genera más miedo y puede acentuar la pérdida de control de
esfínteres.

Entonces, hace un rato yo les mencioné que podemos hacerle partícipe, ya no es más un
niño de primer septenio, ¿tú qué piensas, que te gustaría? Nosotros vamos a estar bien,
vamos a estar todos, vamos a viajar juntos, vamos a estar juntos. Entonces le hacemos
partícipe, le damos confianza y reforzamos esa imagen del primer septenio de que todo
va a estar bien.

Nora Hidalgo: Buenísimo, precioso. Y una pregunta también interesantísima:


¿Cómo se puede acompañar los momentos de tristeza o de hipersensibilidad de los niños
debido al rechazo de otros compañeros de la misma edad?

Dr. Eduard Plazas: Bien, esto es importante… pero esto lo pregunta…

Nora Hidalgo: Lo pregunta, Lorena Morales.

Dr. Eduard Plazas: ¿Una mamá?

Nora Hidalgo: Sí. Bueno, Lorena, perdón, no sé si eres mamá o maestra.


Pero yo también escucho de estos casos, estas cuestiones de bullying.

Dr. Eduard Plazas: Maestra. Ah, sí. Por eso yo decía.

Nora Hidalgo: Gracias Lorena.

Dr. Eduard Plazas: Normalmente, muchas gracias. Normalmente es el momento donde


más niños están compartiendo en el colegio y no es sano, por ejemplo, que haya otros
adultos allí, porque sobre todo los padres, porque son subjetivos. Entonces, por ejemplo,
si se meten con su niño, obviamente el instinto va a responder como que:

Oye, ¡no!

Y ahí se perdió la relación de igual, porque el adulto está interviniendo hacia otro niño y
eso no debe ocurrir nunca. Entonces por eso era que preguntaba ¿es mamá o es
maestra? Porque la maestra está todo el tiempo con ellos. Entonces esa es otra dinámica.

Si hay un problema entre niños, digamos que el conducto regular debería ser hablar
primero con la maestra, porque la maestra estuvo allí, la maestra presenció y la maestra
puede ser más objetiva. Entonces, lo primero, cuando tenemos esta situación, el niño
necesita sentirse validado, sentir que el adulto está presente, ya no es como que:
No, ven acá.
Que no pasó nada, no son ellos.
De casualidad, ¿no?
¿Tú crees?
Ellos de repente…
Es que él quería decir otra cosa.
Quería hacer esto…

Y estamos minimizando esa emoción. Entonces

No, ven acá. ¿Qué pasó?


‘Y podemos abrazar.

Es que me dijo.

Si; siento mucho… tampoco porque si no, sino si no hemos estado tampoco está bien
decir si yo me di cuenta o sí porque estábamos tomando partido. Tenemos que ser muy
neutrales en ese sentido, entonces tenemos que validar la emoción, no necesariamente el
evento, porque puede que el evento no haya sido tan grave, pero lo hayan percibido
mucho más intensamente. Entonces:

Ven acá, siento mucho que estés triste, pero yo voy a estar contigo.
¿Cuéntame qué pasó?
Es que me dijo que estábamos jugando y no me quiso invitar y me dijo que no me iba a
invitar a su cumpleaños.

Y entonces yo voy a quedar solo y no quiero.

¿Qué te gustaría?
A mí me gustaría que me invitara.

Entonces mientras tanto le vamos calmando, podemos usar algún aceitito de citrus o un
árnica, nos puede ayudar en ese momento tocar la cabeza y tener mucha contención. Si
tenemos una mantita es un buen momento para ponerle la mantita y al final digamos que
viene la propuesta:

¿Qué te gustaría?

Me gustaría que me invitara.


¿Y por qué crees que pasó todo eso?
No, es que yo primero lo empujé.
Ah, entonces quizás tú puedes pensar que fue por eso.
Sí, yo creo que él se molestó. Fue por eso y ya no me quiere invitar.
Entonces, ¿Qué se te ocurre que podemos hacer?
¿Pedirle disculpas?

Eso es desde un sentido. Pero luego tenemos que abordar la situación desde el otro lado,
entonces ir con los agresores:

¡A ver chicos!

Ese sonido que tienen las jardineras de … mmmmmhhh… que todos los demás
responden allí, entonces:

Ven acá. Cuéntame, ¿qué fue lo que pasó?


Maestra, yo no le hice nada.

De hecho los agresores siempre están allí como a la defensiva.

Maestra, pero es que yo no le dije, él fue el que vino y me empujo.

Es que tranquilo, yo solo quiero escuchar, quiero saber qué pasó. Entonces en ese
momento hacemos la misma situación, igual, aún cuando no haya sido agredido, igual le
cobijamos, le acompañamos para que se sienta cómodo y pueda transmitir qué es lo le
incomodó y lo llevó a agredir al otro.

Es que a mí no me gusta que me toquen (por ejemplo).


Y él vino a abrazarme, a decirme que lo invitara al cumpleaños.

Ahí recién llegamos al evento, porque detrás de todo esto físico que ocurrió o verbal que
ocurrió, hay una emoción que no está pudiendo ser transmitida, que no está pudiendo ser
transformada. Entonces puede ser que el niño agredido estaba ya hipersensible o estaba
triste desde antes y necesitaba como que algo lo detonará para poder llorar y poder sacar
esa tristeza. O el agredido ya venía irritable desde hace rato y no hallaba con quién pelear
y no hay un adulto entorno entonces le agarró con el compañero.

Entonces se deben intervenir ambas situaciones a ser allí muy neutro, no tomar partido y
al final obviamente unirlos, reunirlos, acuerdense que la palabra clave aquí es integración.

¿Qué le quieres decir a tu compañerito?


Y tú vas a escuchar, no vas a decir nada, vas a escuchar lo que tiene que decir tu
compañerito.
¿Cómo te sentiste?
Yo me sentí triste porque….
¿Qué tienes que decir ahora tu?
Ahora tú vas a escuchar un poco a tu amiguito

Entonces allí ya ellos terminan diciendo, siempre se piden disculpas, ellos superan las
crisis mucho más rápido que los adultos. Por eso es importante que los adultos no
intervengan, porque los adultos nos quedamos enganchados con la emoción y ya
después de eso se van a jugar y asunto resuelto.

Nora Hidalgo: Buenísimo. Pues sí, eso es algo que pasa muy seguido y que necesitamos
escuchar ambos lados, por supuesto. Y creo que la última pregunta es perfecta para
cerrar. Y dice Romi Perez, gracias Romi,
Buenas noches, ¿en algún momento podemos decir mi niño, mi niña ya pasó el Rubicón?
Ya ha terminado, ¡Next!

¡Siguiente! Ja, ja, ja.


Ojalá, a los 35 nos volvemos a ver.

Dr. Eduard Plazas: Sí, sí. De hecho, hay muchos que ya pasaron el Rubicón y esta vez ni
enterados, cuando, son niños muy armónicos desde el primer septenio, digamos, cuando
los ritmos han sido cuidados, cuando ellos participan de las labores de la casa y esto es
algo bien importante que decimos:

no, Pero está cansado, ¿no?


Que no haga la cama no.
no, Pero yo puedo regar las plantas.
No, yo recojo la ropa.
No, es que tenemos alguien que nos ayude.

No es porque no pueda hacerlo, lo que pasa es que ese vincularse con las labores de
casa le ayuda un montón. Le ayuda a organizar cosas en sí mismo. Entonces a uno como
adulto le pasa que uno llega y sí, salió de repente rápido, y dejó la casa desordenada y
vuelve y es como que no encuentra nada; y a medida que va organizando las cosas
también se van organizando las emociones adentro. Entonces, cuando tenemos buenos
ritmos desde el primer septenio, cuando tenemos una buena comunicación con los niños,
entonces este proceso se da, los padres inconscientemente lo perciben y es como que un
buen día se pasó a la cama, pero son padres amorosos, es como que

ven, ven. ¿Qué pasó?


No tuve una pesadilla.
Bueno, pero todo va a estar bien.

Entonces ese no juicio es esa calidez, ese amor y que son padres que aman lo que
hacen, disfrutan su trabajo, entonces es una autoridad amada… Entonces como que todo
está en orden, lo pasan nadando.

Es como que incluso a veces se devuelve y pueden pasar más de una vez porque es tan
fácil que lo pasa y el adulto no se da cuenta.
Entonces, es una crisis, pero es necesaria. Entonces sí, digamos que lo ideal es que
estemos muy presentes de eso, primero porque nosotros también la pasamos, recuerden.

Si nosotros sabemos que la vamos a pasar y trabajamos al respecto, tenemos las mejores
herramientas para acompañar a los chicos. Si es así, si seguimos todas las
recomendaciones y lo tenemos muy presente, digamos que alrededor de esta edad ya
podríamos decir que lo pasen, porque el Rubicón cuando se vive bien no dura más de un
año; y es como que pum, ya los vemos allí cuando empiezan las chicas a desarrollarse,
los varones también.
Entonces ya cuando llega esa parte de la pubertad, definitivamente ya hemos pasado a
otro lugar.

Nora Hidalgo: Ojalá. Pues. Doctor Eduard, muchísimas gracias.


Veo preguntas que no, que no hicimos literalmente, pero que quedaron respondidas,
estoy segura dentro de todas estas maravillosas puntos que hemos recibido el día de hoy.
¡Cuántas joyas, en verdad! Y yo tengo una pregunta. Por cierto, ¿usted da consulta a
distancia?

Dr. Eduard Plazas: Bueno, con todo esto de la pandemia también.

Nora Hidalgo: Por si me preguntan, es porque estoy segura que muchos padres van a
estar interesados en saber más.

Dr. Eduard Plazas: Claro que sí, con todo gusto. Y de hecho, que también sea una
motivación para tener impulsos por allá, de medicina escolar en México, ya hay
formaciones de medicina antroposófica.

Nora Hidalgo: Sí, sí, sí tenemos médicos antroposóficos, sí, es difícil que tengamos
médicos escolares, pero son pocas las escuelas que lo pueden tener y me parece bueno.
Yo siempre lo he sabido, pero escuchándolo me lleno más de emoción, de saber cómo se
vincula realmente la medicina con la pedagogía, que realmente es parte de lo mismo. Ahí
está el gatito pidiendo atención, ya es la hora del ritmo.

Dr. Eduard Plazas: Así es.

Nora Hidalgo: Quisiera de verdad darle las gracias y esperamos poder tener el gusto de
invitarlo de nuevo para tener otra ocasión de hablar de otros temas. Por favor, a los papás
que nos sugieran qué temas nos gustaría, para que podamos contactar con el doctor
Plazas y ya me están preguntando, nos pregunta cómo hacer para sacar consulta con el
doctor.

Dr. Eduard Plazas: Entonces voy a tener que viajar a México, voy a tener que ir.
Nora Hidalgo: Ya lo habíamos dicho, ya lo tenemos que hacer. Entonces podemos
también, si usted quiere, publicar aquí ahora sus datos o lo que usted necesite, ¿cómo lo
contactan?

Dr. Eduard Plazas: Bueno, a través tuyo. ¿Lo podemos dar el nombre, por ejemplo? Sí,
de la asistente. Yo tengo redes, pero honestamente nunca publicó nada, ni estoy allí
porque estoy visitando colegios.

Nora Hidalgo: Claro, claro. Pues contáctese conmigo, entonces, con nosotros en
www.escuela-para-padres.com, y ahí los podemos canalizar y mandarles el dato del
doctor.

Estamos en Facebook como EscuelaParaPadresNH, en Instagram también.

Doctor estamos, yo estoy encantada, estoy segura que que todos los presentes lo están
también y pues nos vemos muy pronto doctor.

Dr. Eduard Plazas: Feliz noche que estará muy bien.

Nora Hidalgo: Gracias, muchas gracias a todos. Les mandamos un abrazo y síganos, por
favor. Gracias. Buenas noches.

También podría gustarte