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La Biblia nuestra única regla de fe y conducta.

TEXTO: 2 Timoteo 3:16-17.

“Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para
instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para
toda buena obra.”

Dios nos ha creado con un propósito. Y ese propósito es que le glorifiquemos. El merece que toda
criatura le alabe. ¿Por qué? Porque Él es digno en Sí mismo. Él es perfecto en todo Su ser y
perfecciones. Él nos ha creado y no nosotros a nosotros mismo. Él es el centro de todo. Porque Él
es Dios. Y no solo eso. Él nos ha salvado de la condenación eterna. Por eso las Escrituras nos
enseñan que todo lo que hacemos, aún las cosas que nos parecen triviales y cotidianas debemos
hacerlo de tal manera que Dios sea exaltado. Como pregunta nuestro Catecismo Menor de Fe de
Westminster en la pregunta y respuesta número 1 ¿Cuál es el fin principal del hombre? El fin
principal del hombre es el de glorificar a Dios y gozar de El para siempre. Y la base bíblica es 1
Corintios 10:31 “Si, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios”.

Pero, se levanta una pregunta: cómo yo hago esto. ¿Qué guía hay que me pueda enseñar cómo
glorificar a Dios y disfrutar de El para siempre? ¿Es esto algo que yo lo hago según mi parecer,
según mis buenas intenciones, según yo considere que es bueno? Y la respuesta es que Dios nos
ha dado una guía sobre cómo hacerlo. Pero antes de seguir exponiendo sobre este tema veamos
cómo el Catecismo Menor de Fe de Westminster en su pregunta y respuesta número dos nos
instruyen en esto. P. 2. ¿Qué regla ha dado Dios para enseñarnos cómo hemos de glorificarle y
gozar de él? R. La Palabra de Dios que se contiene en las Escrituras del Antiguo y del Nuevo
Testamento, es la única regla que ha dado Dios para enseñarnos cómo hemos de glorificarle y
gozar de él.

Obviamente aquí hay mucha tela que cortar. Así que hoy nos vamos a limitar a considerar la
primera parte de la contestación de esta pregunta. Que dice así, ¿Qué regla nos ha dado Dios para
enseñarnos cómo hemos de glorificarle y gozar de Él? ¿Cuál es la respuesta? La Palabra de Dios y
punto. Hay una sola regla para enseñarnos, para dirigirnos sobre cómo hemos de glorificar a Dios.
¿Cuál es esa regla? Su Palabra y nada más. Y esa Palabra es nuestra única regla de fe y conducta. Y
para exponer este tema vamos a contestar tres preguntas: ¿Qué es la Palabra de Dios?, ¿Qué
significa que la Palabra de Dios es la única regla?, ¿Qué implicaciones tiene esto para mi vida?
Veamos cada una de ellas.

I. ¿Qué es la Palabra de Dios?

La Palabra de Dios es la revelación de su voluntad. Hermanos, Dios se ha revelado. Dios se ha dado


a conocer. Lo ha hecho en las obras de creación y de providencia. En primer lugar, Dios se ha
revelado por medio de la revelación natural. El Salmo 19:1 “Los cielos cuentan la gloria de Dios y el
firmamento anuncia las obras de sus manos”. Si te das cuenta, el salmista nos dice que la creación
no es muda. Ella habla. Bueno, no habla por sí misma, sino que como es la obra de Dios, la obra de
sus dedos, como dice el Salmo 8, inevitablemente revela las marcas de su Creador. Así como
cuando hacemos una obra, ésta revela nuestras características y habilidades, de igual manera, la
creación revela a su Hacedor. ¿Qué revela? Romanos 1:20 nos dice lo que revela: “Porque las
cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del
mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa”. La
creación revela que Dios existe. Revela su eternidad, su poder omnipotente. Revela su deidad.
Revela que es un Ser que tiene raciocinio y voluntad. Y revela que Él es la fuente de toda clase de
vida que existe: sea material o espiritual. Por tanto, nadie tiene excusa de decir yo no sé si Dios
existe o no. ¿Por qué? Porque Dios se ha revelado por medio de todo lo creado de tal manera que
somos confrontados todos los días con la revelación de Dios. Cada vez que abrimos nuestros ojos
vemos la creación y ésta nos revela que Dios es. Por tanto, no tienen excusas si no le adoran ni le
sirven.

En segundo lugar, Dios también se ha revelado por medio de una revelación especial. Se ha
revelado proposicionalmente, es decir, en lenguaje y con un mensaje que es entendible por la
mente humana. En Hebreos 1:1-2 “Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en
otro tiempo a los padres por los profetas, en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a
quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo”. Dios ha hablo muchas
veces y de muchas maneras. Muchas veces significa que lo ha hecho más de una vez. Y de muchas
maneras: por medio de sueños, en voz audible, por medio de profetas y por medio de escritos.
Dios escribió los diez mandamientos con su “propia” mano. Como dice Deuteronomio 9:10 “y me
dio Jehová las dos tablas de piedra escritas con el dedo de Dios”. Fue Dios mismo quien inició el
dejar por escrito Sus Palabras. Unas frases constantes en el AT que expresa la idea de revelación
son: “Así dice el Señor”, “La Palabra del Señor vino a mí”, etc. Un ejemplo entre cientos lo es
Éxodos 9:1 “Entonces Jehová dijo a Moisés: Entra a la presencia de Faraón, y dile: Jehová, el Dios
de los hebreos, dice así: Deja ir a mi pueblo, para que me sirva.” Y Génesis 15:1 “Después de estas
cosas vino la palabra de Jehová a Abram en visión, diciendo: No temas, Abram; yo soy tu escudo, y
tu galardón será sobremanera grande.” Dios se ha revelado proposicionalmente, en un mensaje
entendible.

En tercer lugar, Dios también se ha revelado personalmente en la Persona del Señor Jesucristo. De
tal manera que Jesús podía decir, como le dijo a Felipe en Juan 14:9 “El que me ha visto a mí, ha
visto al Padre”. Y es Jesús quien es según Colosenses 1:15 “Él es la imagen del Dios invisible”. Y Juan
1:18 “A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a
conocer.” La frase “le ha dado a conocer” es una sola palabra en griego: “ἐξηγήσατο”, de donde
proviene la palabra exégesis que significa explicación, interpretación. En otras palabras, es Jesús
quien nos explica e interpreta quién y cómo es Dios. Nuestra doctrina de Dios depende de lo que
Jesús ha revelado acerca de Dios y no lo que nosotros podamos creer o imaginarnos qué y quién es
Dios.

Entonces, a la luz de todo lo anterior podemos decir que la Palabra de Dios es la Voz misma de
Dios. Y esto es importante. Repito: la Palabra de Dios es la Voz misma de Dios. La única diferencia
es que la Biblia es la Palabra escrita de Dios. Su voz, Su revelación, Sus palabras han sido dejadas
por escrito. Sea escrito o sea audible es la misma Palabra. De tal manera es la igualdad que hay
entre la Palabra de Dios y la Escritura que la Biblia nos enseña que lo que la Biblia dice es lo que
Dios dice. Por ejemplo: Romanos 9:17 “Porque la Escritura dice a Faraón: Para esto mismo te he
levantado, para mostrar en ti mi poder, y para que mi nombre sea anunciado por toda la tierra.”
“Porque la Escritura dice”. Pero esas palabras a Faraón fueron dichas por Dios mismo por medio de
Su profeta Moisés. Otro ejemplo en Gálatas 3:8 “Y la Escritura, previendo que Dios había de
justificar por la fe a los gentiles, dio de antemano la buena nueva a Abraham, diciendo: En ti serán
benditas todas las naciones”. Pero quien le dice esas palabras a Abraham fue Dios mismo. ¿Por qué
esa identificación? Porque las Escrituras, la Biblia es la Palabra de Dios. Lo que la Biblia dice Dios lo
dice. ¿Qué es la Palabra de Dios? Es la revelación de su mente y voluntad para nosotros. Es la Voz
de Dios es lenguaje humano, pero es la Voz de Dios y no deja de ser la Voz de Dios porque Dios
busque comunicarse en lenguaje humano su voluntad.

II. ¿Qué significa que la Palabra de Dios es la única regla de fe y conducta?

Significa que como la Biblia es la misma Voz de Dios es ella exclusivamente la que debe determinar
nuestra teología y nuestra forma de vivir.

En primer lugar, nuestra teología. Hermanos, todo lo que necesitamos conocer y creer para
conocer a Dios se encuentra solamente en la Biblia. Esta es la enseñan misma de los autores de la
Biblia. Dios le dijo esto mismo a Moisés en Deuteronomio 4:2 “No añadiréis a la palabra que yo os
mando, ni disminuiréis de ella, para que guardéis los mandamientos de Jehová vuestro Dios que yo
os ordeno.” Nuestra guía es exclusivamente lo que Dios reveló sin necesidad de añadirle nada más.
Los profetas dijeron lo mismo. Isaías 8:20 “A la ley y al testimonio, sino hablaren conforme a esto
es porque no les ha amanecido”. Toda doctrina tiene que estar basado exclusivamente en lo que
Dios ya ha revelado. Si no, no hay luz en nuestras mentes, no hay sabiduría.

Esto no solo fue la fe de todos los autores de la Biblia sino también de Jesús mismo.
Constantemente vemos a Jesús citando solo la Biblia como la base del por qué Jesús hace lo que
hace y cree lo que cree. Sus frases constantes fueron: “Porque está escrito”, “Qué dicen las
Escrituras”. Su fe descansaba exclusivamente en lo que Dios había revelado.

Por eso Pablo podía decir que la iglesia se fundamenta exclusivamente en lo que Dios ha revelado
en las Escrituras. Efesios 2:20 “edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo
la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo”. El fundamento teológico y doctrinal de la iglesia
descansa en las Escrituras de los apóstoles y los profetas.

Esto significa que es Dios quien se define a Sí mismo. Que es Dios quien define el todo de nuestra
vida. Nuestra fe es verdadera solo cuando se conforma a lo que Dios ha revelado. Dios entonces
nos define quién es El; lo que es la Verdad; nos define lo que es la vida, cuando ésta comienza y
cuándo esta termina. Nos define qué es el matrimonio; cómo debemos criar a nuestros hijos;
cómo debe ser organizada nuestras familias con el hombre como cabeza del hogar, etc.

En segundo lugar, nuestra forma de vivir. O hermanos, cuán importante es esto. Nosotros no nos
mandamos a nosotros mismos. Estamos bajo autoridad, la autoridad de Dios daba en la Biblia. Y
Dios nos enseña que nuestra manera de pensar y vivir se tiene que extraer exclusivamente de la
Palabra de Dios. Nuestros pensamientos deben seguir los pensamientos de Dios. Y te pregunto:
¿regulas tu vida por la Palabra de Dios? ¿Es la Palabra de Dios la que guía tu forma de ser? ¿Puedes
decir que tu posición sobre la eutanasia es la posición bíblica? ¿Y qué del uso recreacional de la
marihuana, y qué del homosexualismo, y qué del aborto, y qué de la convivencia, y qué de las
relaciones sexuales antes del matrimonio o fuera del matrimonio, y qué de la pornografía, qué de
los chismes, etc.? Hermanos a veces pienso que la Iglesia de Cristo actúa igualmente que los judíos
antes del cautiverio. Pensando que como somos el pueblo de Dios no importa cómo vivamos Dios
está con nosotros y nada malo nos pasará. Por eso perseguían a los profetas que les decían así no
deben vivir. Dios nos va a castigar por vivir así. Pero no le hicieron caso y sufrieron por eso.

III. ¿Qué implicaciones tiene esto para mi vida?

Si la Biblia es la revelación de la voluntad de Dios entonces ella es especial. Ella no es cualquier


libro. Ella es el libro de los libros. Su contenido no es cualquier cosa: es la revelación de la mente
de Dios. Y como ella es la Palabra de Dios ella nos enseña la Verdad. Y no solo la Verdad, sino que
la Verdad de Dios tiene que ser por necesidad por encima de todo lo que existe. Todo lo que el
hombre venda como verdad que contradiga la Verdad de Dios dada en la Biblia es falsedad. ¿Por
qué? Porque nadie sabe más que Dios, o Dios no es Dios. Hermanos, esto es todo o nada.

¿Qué implicaciones tiene esto para mi vida? Tiene varias implicaciones. Si la Biblia es la Palabra de
Dios entonces, en primer lugar, va por encima de la opinión pública. La Palabra de Dios va por
encima de la opinión pública. Hermanos, la Verdad no se determina por voto popular. La Verdad no
se determina por el voto del 50% más 1. Eso puede ser una decisión democrática, pero eso no
establece que eso es la Verdad si contradice la Biblia. A veces tendemos a pensar que como todo el
mundo cree esto, es mi deber creer lo mismo. Eso no es así. Pensar así no es correcto. ¿Por qué?
Porque si lo que la opinión pública dice que es la “verdad” y esa “verdad” contradice la Verdad de
Dios, entonces la opinión del mundo es mentira. Y no debemos seguir la mentira, no solo porque
moralmente no es correcto, sino racionalmente tampoco es bueno. Por ejemplo, quién creó este
universo: Dios. Por tanto, Él sabe cómo este universo funciona mejor que todos los ingenieros de la
Nasa juntos y revueltos. Quién creó el cuerpo humano: Dios. Por tanto, Él sabe mejor que nadie
cómo funciona. Quién instituyó el matrimonio, el trabajo, las relaciones paterno-filiales, etc., Dios.
Por tanto, es El quien determina cómo estas deben funcionar y trabajar armoniosamente.

En segundo lugar, la Palabra de Dios va por encima de la sicología. Hoy día se habla de la sicología
como si fuera la última coca-cola del desierto. Si lo sicólogos dicen que esto es normal tiene que
ser aceptado como normal. Si los sicólogos dicen que la disciplina corporal es mala, entonces la
gente tiene que aceptar que es mala. Si los sicólogos dicen que tiene que haber una absoluta
igualdad entre los hombres y las mujeres así debe ser. ¿Pero quién conoce la mente humana más
que Dios? ¿Quién estableció las relaciones interpersonales sino Dios?

En tercer lugar, la Palabra de Dios va por encima de mis opiniones. Cada uno de nosotros tenemos
nuestras opiniones sobre las cosas. Pero si la Palabra de Dios es la Voz de Dios y Dios es Dios
entonces nuestras opiniones tienen que ceder a la Verdad de Dios. No a la opinión de Dios porque
Dios no tiene opiniones. Dios habla la Verdad. Y Su Verdad va por encima de nuestras opiniones. A
muchos puede que no le guste que en esta iglesia se diga que el marido es la cabeza de la esposa,
y que ella es llamada a someterse a su marido, pero esa es la enseñanza bíblica. A algunos puede
que no le guste que aquí se diga que la convivencia no es un matrimonio y los que así viven pecan
contra Dios, pero eso lo que Dios enseña en su Palabra. A otros puede que les moleste que aquí
digamos que el homosexualismo es una práctica pecaminosa y ningún homosexual mientras lo sea
va a heredar el reino de los cielos, pero así lo enseña la Biblia clara y explícitamente. Nuestro deber
como iglesia no es inventar doctrinas a nuestra conveniencia. Nuestro deber es ministerial y
declarativo, es declarar lo que Dios dice que es la Verdad y punto. Si añadimos a la Biblia seremos
condenados, de igual manera si le quitamos y si la tergiversamos. ¿Por qué? Porque al así hacerlo
tiramos por tierra la Verdad de Dios, Su autoridad sobre nosotros y mentimos en nuestras
funciones ministeriales.

En cuarto lugar, la Palabra de Dios va por encima de cualquier revelación nueva. Hermanos, la
Biblia es la Palabra de Dios. Y ella es su revelación final. Es una revelación completa. Y si completa
no le falta nada. Ya Dios ha finalizado su época de revelación. Toda la revelación que Dios ha
querido que la Iglesia tenga para saber cómo glorificarle y gozar de Él está completa en la Biblia. Y
si completa, entonces no debemos esperar nuevas revelaciones de parte de Dios. Dios ha sellado
su profecía. Los medios que Dios utilizaba para revelarse han cesado con la revelación de
Jesucristo. Esa es la enseñanza de la Biblia y debemos ser celosos con esta enseñanza.

Eso es lo que nos enseña Pablo en 2 Timoteo 3:16-17 “Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil
para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios
sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra”. En el contexto el “hombre de Dios”
se refiere al ministro. La Palabra de Dios es suficiente para prepararlo totalmente para toda tarea
ministerial. Para que sea perfecto o completo, enteramente preparado para toda buena obra. Y si
la Biblia puede preparar totalmente, completamente para todas las diversas y complejas tareas del
ministro cómo no hará lo mismo a todos los creyentes. La Biblia es una revelación suficiente. Y si
suficiente no necesitamos más revelación ya que todo está depositado en la Biblia.

Es por eso que el último libro de la Biblia finaliza con las siguientes palabras en Apocalipsis 22:18-
19 “Yo testifico a todo aquel que oye las palabras de la profecía de este libro: Si alguno añadiere a
estas cosas, Dios traerá sobre él las plagas que están escritas en este libro. Y si alguno quitare de
las palabras del libro de esta profecía, Dios quitará su parte del libro de la vida, y de la santa ciudad
y de las cosas que están escritas en este libro.” Nadie tiene el derecho de añadir ni quitar de la
revelación que ya Dios ha dado. Por tanto, la Palabra de Dios va por encima de cualquier nueva
revelación, o aparente nueva revelación. Los profetas cesaron, los apóstoles cesaron y todo medio
utilizado para conocer la revelación de Dios ha cesado.

Y, en quinto lugar, va por encima de la opinión de los artistas. Sabemos que los artistas tienen su
forma de vivir. Y se ufanan de la manera tan perdida en que viven. Pero ellos no son el estándar de
cómo debemos vivir ni pensar. Sus vidas están llenas de vanidad, profanidad, libertinaje sexual,
drogadicción, alcoholismo, paganismo, irracionalidad, depravación de todo tipo y en grandes
cantidades. No hay temor de Dios en sus vidas. Y sus vidas corren ligero y sin freno al infierno.

Creo que las siguientes palabras de Deuteronomio son tan pertinentes hoy como lo fueron hace
tres mil años atrás. Deuteronomio 12:29-32 “Cuando Jehová tu Dios haya destruido delante de ti
las naciones adonde tú vas para poseerlas, y las heredes, y habites en su tierra, guárdate que no
tropieces yendo en pos de ellas, después que sean destruidas delante de ti; no preguntes acerca
de sus dioses, diciendo: De la manera que servían aquellas naciones a sus dioses, yo también les
serviré. No harás así a Jehová tu Dios; porque toda cosa abominable que Jehová aborrece, hicieron
ellos a sus dioses; pues aun a sus hijos y a sus hijas quemaban en el fuego a sus dioses. Cuidarás de
hacer todo lo que yo te mando; no añadirás a ello, ni de ello quitarás”

Si queremos conocer la voluntad de Dios, ésta se halla en las páginas de la Biblia. No en la opinión
pública, no en la opinión de la sicología, no en mis opiniones ni en nuevas revelaciones, ni en la
farándula, ni en los horóscopos, ni en las cartas del tarot, ni en la lectura de la palma de la mano, ni
en la ouija, ni en los muertos sino exclusivamente en la Palabra de Dios, las Sagradas Escrituras, es
decir, en la Biblia.

La Biblia, la única regla de fe y conducta, Parte 2.

2 Timoteo 3:16-17.

“Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para
instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para
toda buena obra.”

El domingo pasado predicamos que la regla que Dios nos ha dado lo es su Santa Palabra. Ella es la
regla que Dios nos ha dado para dirigirnos sobre cómo podemos glorificarle y disfrutar de El para
siempre. Señalamos que la Palabra de Dios contenida en las Escrituras del AT y NT es la Palabra de
Dios y por tanto tienen su origen en Dios. Dios es en última instancia el autor de las Escrituras. Las
Escrituras son inspiradas por Dios. Mencionamos que Dios se ha revelado y que fue Dios quien
puso sus propias palabras en la boca de sus profetas. También que ordenó que sus palabras fuesen
dejadas por escrito. Dios ordenó que se escribiesen sus palabras siendo El el primero en hacerlo al
El mismo escribir los 10 mandamientos.

Por tanto, la Biblia por ser la Palabra de Dios, la misma Voz de Dios es nuestra única regla de lo que
debemos creer: nuestra teología y de cómo debemos vivir. La Palabra de Dios va por encima de la
opinión popular, la opinión de los sicólogos, sobre mi propia opinión, etc. Va por encima de todo y
prevalece sobre todo lo que es contrario a la Biblia.

Hoy vamos a continuar nuestro estudio de la segunda pregunta del catecismo Menor de
Westminster y el pasaje que tenemos como base. La segunda pregunta y respuesta del catecismo
Menor es: ¿Qué regla ha dado Dios para enseñarnos cómo hemos de glorificarle y gozar de El? La
Palabra de Dios contenida en las Escrituras del Antiguo y Nuevo testamento es la única regla que
Dios ha dado para enseñarnos cómo hemos de gloricarle y gozar de El.

Pablo, luego de señalarle a Timoteo, el recipiente de esta carta, que Toda la Escritura es inspirada
por Dios, le dice a él y a nosotros que ella es útil. Útil para qué: para enseñar, para redargüir, para
corregir, para instruir en justicia. Con miras a qué: a fin de que el hombre de Dios [es decir, en
primer lugar, el ministro] sea perfecto [completo], enteramente preparado para toda buena obra.

Fíjate bien lo que Pablo nos dice: las Escrituras por el hecho de que son inspiradas por Dios son
útiles. Su utilidad se basa en el hecho de que han sido dadas por inspiración. Es porque son
inspiradas que son útiles. ¿Qué quiere decir el apóstol con que ella es útil? La palabra útil en el
griego significa: útil, beneficiosa y ventajosa. Es decir, sirve para el propósito para el cual ha sido
dada. Lo primero que nos dice Pablo es que la Escritura es útil para enseñar. Tú Timoteo el cual
eres un pastor joven tienes que utilizar las escrituras del AT y NT para enseñar en la iglesia. Vas a
usar las Escrituras porque, por ser inspiradas, ellas son útiles para enseñar. Solamente las
Escrituras vas a utilizar para enseñar en la iglesia. Y por tanto sólo las Escrituras es lo que debemos
usar para aprender la mente de Dios. ¿Qué instrumento vas a utilizar para enseñar en la iglesia?
Sólo la Palabra de Dios. Lo que ha sido dado por escrito como Palabra de Dios porque sólo ellas son
inspiradas por Dios mismo.

De esto hermanos podemos ver que las Escrituras son necesarias. Son necesarias, no para Dios,
quien es omnipotente y no hay nada difícil para El. Son necesarias para nosotros, su pueblo. Pero,
¿Por qué son necesarias? Por varias razones:

1. Por causa de la debilidad de la mente humana. Somos prestos a olvidar las cosas. Nuestra mente
no tiene la capacidad de retener, en la conciencia, toda la información que viene a nuestras
mentes.

2. Por causa del pecado que todavía hay en nuestros corazones. Somos prestos a tergiversar lo que
se nos dice. Que Dios dijo eso, Ja, no lo creo. Estás seguro. No será que lo malentendiste.

3. Por la malicia de Satanás. Satanás y sus secuaces odian la verdad. Procuran oponerse a la misma
en todo momento. El se viste como ángel de luz para confundirnos. De aquí que el tener la Palabra
de Dios por escrito nos da una mayor seguridad para estudiar la mente de Dios.

4. Para el mayor consuelo de la iglesia. Al tener la Palabra de Dios al alcance de su mano Dios hace
que su Palabra more más claramente entre nosotros. Allí podemos consultar la mente de Dios una
y otra vez y otra vez. Y deleitarnos una y otra vez en sus promesas, y buscar guía para nuestras
vidas en todo momento.

Por tanto, Timoteo, las Escrituras son necesarias para que puedas cumplir fielmente tu vocación
como pastor. ¿Qué vas a enseñar? Únicamente la Palabra de Dios. Es por eso que las Escrituras del
AT y NT son la única regla de fe y conducta. Timoteo vas a utilizar únicamente la Biblia para
enseñar en la iglesia. Ella es tu única regla de fe.

De esto podemos señalar el porqué las iglesias protestantes rechazamos los libros apócrifos o
deuterocanónicos de la iglesia católica. ¿Por qué no los utilizamos en la iglesia? Porque no son
inspirados por Dios y por tanto no son útiles para establecer la verdad. Son útiles como lo son
cualquier libro de historia que utilizamos. Tienen valor histórico. Pero no tiene utilizad en la iglesia
para ser nuestra regla de fe y conducta por no ser inspirados. Pero, ¿Cómo sabemos esto? La
iglesia protestante y la iglesia judía rechazan los libros deuterocanónicos de la iglesia católica por
no ser de inspiración divina por lo siguiente:

1. Aparecieron cuando se reconoce que no había voz profética entre el pueblo de Dios. Entre
Malaquías y Juan el Bautista hubo un período de silencio profético. Dios no levantó ningún profeta
entre el pueblo de Dios. Por tanto, esos libros no gozan del sello de la inspiración.

2. El pueblo judío a quienes Dios les llamó a ser protectores de las Escrituras del AT no los
reconocen como Palabra de Dios. El AT que usan los judíos es el mismo que nosotros usamos.

3. Dios reveló su palabra en el AT en la lengua hebrea y estos libros deuterocanónicos fueron


escritos en griego.

4. La iglesia católica los reconoció oficialmente como inspirados en el siglo 16 en la controversia


contra los protestantes. Entre otros argumentos.
La Biblia es la única regla de fe y conducta. Pero, ¿Qué significa que la Biblia es la única regla de fe
y conducta? Significa que sólo lo que se enseña la Biblia y podemos probar que lo enseña la Biblia
es lo que debemos creer y obedecer. ¿Tú crees que Cristo es Dios? Sí. ¿Y por qué? Porque así lo
enseña la Biblia y ella es mi única regla de fe. ¿Tú crees que solamente la sangre derramada de
Jesucristo te puede salvar? Sí. ¿Por qué? Por que así lo enseña la Biblia. ¿Tú crees que todos los
seres humanos en este mundo son pecadores y merecen el infierno? Sí, porque la Biblia lo enseña
así. ¿Y crees que el único Salvador y Redentor de la humanidad lo es únicamente Jesucristo? Lo
creo con todas las fuerzas de mi corazón porque Dios, quien no miente, así lo enseña en las
Escrituras. ¿Y crees que podemos ser salvos por nuestras buenas obras, nuestras buenas acciones?
Claro que no. La Biblia no enseña eso. Si deseas que crea en algo pruébamelo por las sagradas
Escrituras.

De esto se desprende hermanos que, si la Biblia es la única regla de fe, tenemos que concluir qué
no hay más revelaciones. Dios se ha revelado y nos ha dejado en la Biblia todo lo que necesitamos
saber para la gloria de Dios, para nuestra salvación, nuestra vida y nuestra fe. No hay más profetas,
no hay más apóstoles, no hay más revelaciones. La revelación especial ha cesado.

Para nuestra tristeza muchos grupos cristianos creen que todavía hay revelaciones nuevas. Creen
que todavía Dios habla por nuevos profetas, por sueños, es decir, por nuevas revelaciones que no
están contenidas en las Escrituras del AT y NT. Para tristeza nuestra tenemos que decir que eso no
es correcto. Hermanos lo decimos con respeto de sus personas. No estamos diciendo que no son
cristianos. Sólo Dios conoce los suyos. Solamente decimos que esa posición que dice que todavía
hay nuevas revelaciones no es bíblica. ¿Por qué nosotros no hablamos en lenguas ni decimos que
hay profetas y que Dios me lo reveló? Por que la Biblia nos enseña que sólo las Escrituras del AT y
NT son inspiradas por Dios y útiles, y por tanto los medios por lo cuales Dios reveló su voluntad
han cesado. Yo espero que todos me hagan la pregunta que espero. ¿Puedes probar por la Biblia
que lo que dices es bíblico? Claro que sí. Veamos.

1. Hebreos 1:1-2 “Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a
los padres por los profetas, en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo.” El escritor de
Hebreos distingue la manera en cómo Dios se reveló a su pueblo en el AT. En el AT Dios se reveló,
es decir, habló muchas veces. No habló una sola vez sino que habló muchas veces a su pueblo.
Pero también habló de muchas maneras: a través de profetas, sueños, visiones, las piedras del
Urim y Tumim; a quiénes, a los padres [iglesia] por los profetas. Pero, mira el contraste, en estos
postreros días [los días del NT] Dios nos ha hablado por su Hijo. Ya Dios no nos iba a hablar muchas
veces ni de muchas maneras. En los días del NT Dios nos ha hablado por su Hijo. El tiempo del
verbo “nos ha hablado” es importante. Se encuentra en tiempo aoristo. Y esto denota que la
acción se ha alcanzado. La revelación ha llegado a un punto histórico. Se ha logrado lo que Dios se
proponía. ¿Qué era? Darnos una revelación final y definitiva por medio de Jesús. Es decir, Cristo
Jesús es la revelación final de Dios. Para eso él vino, para revelar a Dios y darnos a conocer su
voluntad. Esa era la esperanza del pueblo, que cuando el Mesías viniera él nos enseñaría todas las
cosas. Juan 4:25 “Le dijo la mujer: Sé que ha de venir el Mesías, llamado el Cristo; cuando él venga
nos declarará todas las cosas.” V.26: “Jesús le dijo: Yo soy, el que habla contigo.” Es decir, Yo soy el
Cristo y vine a declarar todas las cosas, toda la revelación de Dios, todo el mensaje de salvación.
Jesús es la revelación final de Dios.
2. Juan 17:4, 8 “Yo te he glorificado en la tierra; he acabado la obra que me diste que hiciese. V.8
porque las palabras que me diste, les he dado; y ellos las recibieron, y han conocido
verdaderamente que salí de ti, y han creído que tú me enviaste.” Juan 15:15b “Ya no os llamaré
siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor; pero os he llamado amigos, porque todas
las cosas que oí de mi Padre, os las he dado a conocer.”

3. Apocalipsis 22:18 “Yo testifico a todo aquel que oye las palabras de la profecía de este libro: Si
alguno añadiere a estas cosas, Dios traerá sobre él las plagas que están escritas en este libro.” El
Apocalipsis es tanto Palabra de Dios como los evangelios y las cartas de Pablo. Por tanto, la
prohibición de añadir a las palabras de este último libro de la Biblia nos enseña que la revelación
de Dios ha cesado.

Cuando buscamos palabra de Dios fuera de la Biblia negamos que la Biblia sea nuestra única regla
de fe y conducta. Proclamamos que ella no es suficiente, que no es completa, que no es suficiente
para dirigir nuestras vidas. Pero tal no es el mensaje de Pablo en este pasaje. Pablo le dice a
Timoteo que la Escritura es suficiente para prepararte, para equiparte para toda buena obra, no
para algunas cosas, sino para toda buena obra. Para buscar una esposa, la Biblia es nuestra única
guía: que sea creyente, que busque resolver los problemas bíblicamente, que siga el orden bíblico,
etc. Para dirigirnos a buscar un trabajo, la Biblia es nuestra guía: que sea lícito, que sea un medio
para proveer para los míos, que no afecte la asistencia a la iglesia, etc. Pero cuando buscamos
“profetas” que nos digan con quien me debo casar buscamos un conocimiento de Dios fuera de la
Biblia y ese “conocimiento” se convierte en nuestra regla de fe y conducta. Y por tanto rechazamos
la Biblia como nuestra única regla. Pablo nos dice que toda la Escritura es inspirada por Dios y útil
para capacitarnos para toda buena obra. Ella es completa no le falta nada.

Esto implica en último lugar que la Biblia es perspicua, es decir, ella es clara. Si Dios ha revelado su
palabra El desea que la entendamos. Por tanto, si ella es nuestra guía es porque puede ser
entendida, ella es clara, ella es perspicua. Aclaro, ella es clara en todo lo que debemos creer y
obedecer para nuestra salvación. Todos los que se dediquen a leer con seriedad la Biblia sabrán lo
que es necesario creer y obedecer para la salvación. Hay cosas difíciles en la Biblia, no lo negamos,
pero lo que es necesario saber para la salvación es dado con claridad en las Santas Escrituras. La
Biblia no es un libro oscuro, es un libro claro. Salmo 109:105, 130 “Lámpara es a mis pies tu
palabra, Y lumbrera a mi camino. V.130 La exposición de tus palabras alumbra; Hace entender a los
simples.”

Ella es útil para enseñar y para reargüir, significa reprender. Ella reprende nuestro pecado. Nos
muestra en qué cosas no andamos bien. Debemos utilizar la Biblia como nuestro espejo a través
del cual veamos si estamos bien vestidos de las cosas de Dios.

Ella es útil para corregir, o mejorar. No solamente la Biblia nos dice en que estamos mal, sino que
también nos enseña que debemos hacer para mejorar. Nos señala lo negativo y nos muestra lo
positivo.

Ella es útil para entrenar o disciplinar en la justicia. Ella no solo nos muestra el camino correcto
para servir a Dios sino también para servir a los hombres. La Palabra de Dios es una guía completa.
Te capacita para toda buena obra. Ella es la regla del buen vivir.

Aplicaciones:
1. Ya que la Biblia es nuestra única regla de fe y conducta es tu deber obedecer la misma. Es Dios
quien habla a través de la Biblia y desobedecer sus mandamientos es desobedecer a Dios. Yo he
escuchado a personas que dicen no importa lo que dice la Biblia yo no voy a hacer eso. Que la
Biblia dice que no debes mentir. Pues no, hay que mentir a veces. Que el domingo es el día del
Señor el día en que debe estar en la iglesia y no faltar. Pues no, hay que faltar. Que el hombre es la
cabeza de la esposa, Ja, eso era en los tiempos del pasado, papito estamos en el siglo 21. Pero, el
mandato es para todos los tiempos. Los tiempos cambian, pero no su Palabra.

Cuando pensamos así rechazamos, no la voz mía, sino la voz misma de Dios. Nos hacemos nosotros
mismos la regla de fe y obediencia en nuestras vidas. Nos hacemos nuestros propios señores. Nos
hacemos nuestros propios amos. Entonces hacemos lo que Dios nos prohíbe que hagamos
quietarles a las Palabras de Dios. Deuteronomio 4:2 “No añadiréis a la palabra que yo os mando, ni
disminuiréis de ella, para que guardéis los mandamientos de Jehová vuestro Dios que yo os
ordene.” Cuando no obedecemos le quitamos a la Palabra de Dios.

2. Aunque la Biblia es entendible, clara, y transparente, hay cosas difíciles de entender. Es por eso
que Dios instituyó el oficio de ministro en la iglesia. Los pastores han sido llamados por Cristo
mismo para ser los maestros oficiales de la iglesia. Ellos reciben el entrenamiento para capacitarles
a ser intérpretes de las Escrituras. Es por eso hermanos que debemos asistir a la iglesia sin fallar. Es
aquí donde recibirás el pan que alimentará tu vida. Es por eso que debes orar por los maestros de
la iglesia para que Dios les ayude a entender correctamente la Biblia y así puedan enseñarla
fielmente.

3. No olvidemos que el último intérprete de la Biblia lo es la Biblia misma. Si no entendemos algo


debemos comparar un pasaje oscuro con un pasaje claro. La Biblia se interpreta así misma.

4. La Biblia es el Juez Supremo. Toda doctrina, toda enseñanza debe ser examinada a la luz de las
Escrituras. Cuando no hacemos esto le añadimos a la Palabra de Dios. Dios nos prohíbe esto. No
aceptes ninguna persona como maestro que no procure probar por las Escrituras su enseñanza.
Pero para ello debes tú conocer la Biblia para poder examinar. Estudia la Biblia diariamente. No
seas como aquellos que proclaman ser cristianos y no la leen. Sé un fiel estudiante de Cristo
porque para eso somos sus discípulos para ser enseñados por El.

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