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L7 8 9crece en El Evangelio
L7 8 9crece en El Evangelio
¡Llena! ¡La casa estaba llena! Jesús estaba enseñando y sanando en la casa, y todos
querían verlo. Había unos hombres que tenían un amigo que no podía caminar. Creían
que Jesús podía sanarlo, así que lo llevaron a la casa en una camilla.
Como la casa estaba tan llena, no pudieron entrar. ¡Así que
subieron a su amigo por los escalones hasta el techo y
comenzaron a romper las tejas! Hicieron un agujero en el techo.
¡Todos los que estaban en la casa miraron hacia arriba,
asombrados! Luego, estos hombres bajaron a su amigo en medio
de la multitud. Pensaron que Jesús sanaría a su amigo.
En cambio, Jesús le dijo: "Tus pecados son perdonados". Los líderes religiosos estaban
furiosos. "Sólo Dios puede perdonar los pecados", se quejaron. “¿Qué es más fácil?
–preguntó Jesús–. ¿Perdonar los pecados de un hombre o hacerlo caminar? Para
mostrarles que tengo el poder de Dios para perdonar, sanaré sus piernas.” "A ti te digo,
levántate, toma tu camilla y vete a tu casa", le dijo Jesús al hombre. ¡Y así lo hizo! Sus
amigos y todas las demás personas que estaban en el lugar, celebraron. Ahora, la casa
estaba llena... de alabanza.
Para memorizar: En esto conocerán que son mis discípulos, si tienen amor los unos por los otros.
Juan 13:35
Durante el viaje a Jerusalén, Jesús y sus discípulos llegaron a cierta aldea donde
una mujer llamada Marta los recibió en su casa. Su hermana María se sentó a los
pies del Señor a escuchar sus enseñanzas, pero Marta estaba distraída con los
preparativos para la gran cena. Entonces se acercó a Jesús y le dijo: