Está en la página 1de 3

Agustina Bravo

11 de abril de 2022

Los sueños que advierten


Estaba hablando con alguien, no estoy segura de qué hablábamos. De la nada esa
persona deja de mirarme y mira detrás mío, al notarlo me doy vuelta para saber qué miraba
con tanta curiosidad. Al darme vuelta veo a mi amiga Martina, con Simon un chico que
conozco hace tiempo pero nunca tuvimos una amistad, era un conocido.
Ellos estaban besándose, sabia que probablemente se gustaban pero igualmente me
sorprendió. Al separarse ambos me miraron sonriendo, yo sonreí pero realmente me hubiera
gustado no hacerlo.
Una sensación recorrió mi cuerpo, una sensación de celos, desaprobación, una
sensación que me hacia sentir culpable por el simple hecho de sentirla.
Cuando volvi a ver a Martina, fue cómo ver a otra persona, pero al ver sus ojos sabia
que era ella. Todo en ella era igual menos su cara, aunque sabia que era mi amiga.
En cambio Simon lucia igual que siempre, incluso tenia la misma ropa de la ultima
vez que lo vi en persona, se veía feliz, con una hermosa sonrisa con hoyuelos que lo hacían
lucir aun más atractivo. Se veía hermoso.
Y luego desperté con el control de la televisión pegado a la cara. Supongo que me
veía horrible en ese momento, tan horrible como mi fin de semana. Ese sueño me dejo
totalmente atónita, y mi prima lo empeoro.
Resulta que le conté a mi prima sobre el sueño y lo único que dijo fue
“Probablemente te gusta, o te gusto, no encuentro otra razón para que sientas celos de un
sueño” Evidentemente eso fue peor, estuve todo un domingo pensando en el sueño y en
Simon sin razón alguna, y de esa forma me dormí tarde. Muy tarde.
Al día siguiente, llegue tarde a la escuela, como siempre.
Estaba nerviosa, me daría vergüenza ver a Simon después del sueño que me
atormento todo el fin de semana.
Apenas entre al salón, mis no pude controlar mis ojos que empezaron a buscarlo con
desesperación sin razón alguna.
Simon tenia el uniforme de la escuela, pantalón gris, con zapatillas blancas y un buzo
negro. Destacaba en el salón ya que los demás llevaban un saco gris, yo incluida. Y llevaba
sus característicos lentes, que parece que fueron hechos solamente para él.
A su lado estaba Fabian, su mejor amigo. Fabian tenia el uniforme completo y un
libro en su mano con los pies apoyados arriba de la mesa. Siempre lucia despreocupado.
Al darme cuenta que los miraba como loca mental desde la puerta del salón, me sentí
al lado de Martina, no le había contado nada del sueño, no era necesario.
Al sentarme, me desparrame contra la silla mirando al frente seria. Al notarlo,
Martina me miro preocupada.
— Buen día Sof - por su tono de voz notaba que quería animarme-
— No me digas Sof, odio el apodo
— Buen día Sofia - dijo esbozando una sonrisa-
— Buen día Martu
— Sabes? Creí que el día seria malo al entrar y recordar la tarea de matemática que
casualmente no hice. Pero luego recordé que el profesor Hawking siempre llega diez
minutos tarde, y que hacer gráficos de tablas es sencillo.
— Bien por ti
— Dime que te pasa
— Me di cuenta que mis sueños me dicen lo que no quiero admitir. Dime, que opinas
de Simon
— Simon? Bueno, sus lentes son lindos y le quedan bien, su nariz es casi perfecta, sus
ojos son lindos, su cabello no es grasoso así que supongo que es lindo ¿Por qué preguntas?
— Curiosidad
— Simon te gustaba antes, en primer año creo
— Si, en primero
— Bueno hablando de roma, Simon viene para acá - lo dijo muy tranquila mientras
mi corazón se aceleraba sin razón.
No hice nada, seguí mirando al frente como si no me importara el mundo en general.
Al escuchar su voz me estremecí al instante y lo mire para no ser descortés.
— Hola chicas, buen día, vine a preguntarles si querían ir al parque después de clases,
iremos con los chicos y tal vez Kaia y Luna vengan - el medio sus manos en los bolsillos
esperando una respuesta-
La verdad escuche todo lo que dijo pero no le di importancia, me quede mirando cada
rasgo de su rostro, Martu tenia razón, sus ojos eran lindos
— Sofi?
Al escuchar a Martu la mire y sonreí un poco.
— Si, si vamos a ir
— Genial - el formo una sonrisa y se le marcaron los hoyuelos que se quedaron en mi
mente desde el sábado- entonces nos vemos luego.
Simon volvió a su silla y yo volví a mirar al frente y cerré los ojos pensando en qué
había hecho en ese preciso momento.

Un mes. Un mes paso desde ese día, el día en que fuimos a la plaza.
Desde ese día por una extraña razón Simon empezó a hablar más conmigo, hasta
salíamos a comer helado y simplemente hablar.
Simon era distinto a lo que yo creía de él, le gustaba la fotografía, y se pasaba
sacándome fotos sin que yo me diera cuenta. Martina decía que apreciamos novios.
Y después de pasar un mes con Simon debo admitir que me empezó a gustar bastante.
Pero ya habíamos creado una amistad, así que no quería declararme ni nada .
Hoy era miércoles, con Simon habíamos quedado en vernos entre los arboles del patio
del colegio para hablar antes de clases.
Estaba caminando entre los arboles, un poco dormida, esta que vi a Simon. Al
mirarlo, me quede perpleja.
El estaba con Martina. Besándose. Exactamente igual que en mi sueño.

También podría gustarte