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Monición de entrada
Queridos hermanos, tengan todos muy buenos días (tardes, noches). Nos
reunimos en este cuarto domingo de Adviento ya en vísperas de la Navidad. Es el
momento especial de avivar nuestra fe como José cuando es visitado por el ángel.

La liturgia de este día tiene un claro color mariano. Es como el preludio de la


Natividad del Señor, que ya está cerca. El recuerdo de la Madre no interrumpe
ciertamente el ritmo del Adviento ni la dinámica de la preparación a la Navidad,
pues ella fue la que mejor vivió el
Adviento y la Navidad y puede ayudarnos a vivir la Navidad con mayor
profundidad desde nuestra fe.

Pidiendo la intercesión de la Madre de Dios para vivir mejor esta navidad, nos
disponemos a iniciar la Santa Misa, de pie, cantando el canto de entrada.

En la primera lectura (Isaías 7, 10-14)


Del libro del profeta Isaías leeremos hoy un un importante texto mariológico
inscrito en el contexto de la fe en las antiguas promesas y en un momento
histórico en el que el pueblo de Israel vivía en una situación de amenaza política
para la dinastía de David, dentro de la cual debería nacer el Mesías. El texto habla
insistentemente de un «signo». Escuchemos.
En la segunda lectura (Romanos 1, 1-7)
En el inicio de su carta a los Romanos, San Pablo nos hace hoy una presentación
que nos
introduce en el núcleo de la fe cristiana porque presenta a Jesús como Hijo de
David y de
Dios, en quien se cumplió la profecía de la primera lectura; nos explica qué es el
evangelio y qué se entiende por resurrección.

En el Evangelio (Mateo 1, 18-24)


El cumplimiento de la profecía que escuchábamos en la primera lectura, nos lo
relata ahora San Mateo en su evangelio: esta profecía se cumple en Jesús, el
Mesías, hijo de María y José, un padre adoptivo ejemplar, como lo escucharemos
a continuación.
1 para que en estos días que esperamos la venida de Cristo, la Iglesia, lena de
gozo y consuelo divinos, anuncie a todos los pueblos su total liberación. Oremos.

2 para que el Papa, obispos y sacerdotes, religiosas y religiosos, vocaciones laico


y previsto anuncien el mensaje de salvación, como verdaderos precursores y
enviados de Dios a evangelizar el mundo. Oremos.

Para que los gobernantes de las naciones, especialmente los de nuestro país,
busquen soluciones de paz, justicia y amor a los conflictos nacionales e
internacionales, sobre todo en estos días cercanos a la Navidad. Oremos.

3 para que la reconciliación y el perdón reinen en nuestros corazones y que, en la


celebración de esta Navidad. las familias se encuentren reunidas y en paz.
Oremos.

4 para que en estas fiestas navideñas el nuestro amor florezca y se traduzca en


ayuda a los más necesitados. Oremos.

5 por todos los que estamos reunidos en esta celebración, para que preparemos
en nuestra vida los caminos del Señor y se haga realidad su venida entre
nosotros. Oremos.

6 por quienes padecen necesidad en el mundo, para que el corazón de quienes


tienen la bendición de contar con bienes económicos se vuelva generoso y acudan
en ayuda, sobre todo de aquellos que no tienen empleo, techo ni pan. Oremos.

7 por los pobres de este mundo, los que sufren, los que lloran, los que tienen
hambre y sed de justicia los perseguidos por causa de la justicia para que en el
fondo de su corazón puedan escuchar «dichosos vosotros» y confíen. Oremos.

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