Está en la página 1de 10

PREGÓN DE ADVIENTO

PARA ACOMPAÑAR LA PLEGARIA DE LA COMUNIDAD


CREYENTE EN LA ALBORADA
DEL ADVIENTO 2019-2020

1
Una conveniente preparación, celebración y vivencia del Adviento, como disposición
a la venida del Señor en el misterio de la Navidad, nos ayuda a tener una actitud de
esperanza y vigilancia en la construcción del Reino de Dios que él nos ha prometido,
mientras esperamos la venida definitiva del Salvador. Es por esto que el
Departamento de Liturgia, con la colaboración del P. Diego Uribe C., ofrece los
subsidios: la Vigilia de Adviento de la Liturgia de las Horas y el Pregón de Adviento.

1. VIGILIA DE ADVIENTO
Liturgia de las Horas

Para celebrar de una manera más prolongada y festiva la vigilia del


inicio del Adviento, reunida la comunidad en el lugar escogido y
convenientemente dispuesto y preparado, se puede hacer de modo
solemne el Oficio de Lectura del Domingo I de Adviento (Liturgia de
la Horas, Tomo I, pág. 578) hasta concluir las dos lecturas y antes del
himno: Señor, Dios eterno…; luego se añaden los cánticos y el
evangelio (Liturgia de las Horas I, Apéndice I, pág. 1337 - 1341);
seguidamente, se puede hacer una homilía sobre el evangelio; se canta
el himno: Señor, Dios eterno, se dice la oración y se concluye como en
el Ordinario.

2. PREGÓN DE ADVIENTO
Reunidos en la Iglesia, en ocasión oportuna antes del Adviento, se
prepara el Altar con sus luces encendidas, el texto de las Lecturas la
Cunita Vacía en la que luego se pondrá el Niño Jesús en la Celebración
de la Noche Santa de la Navidad, la corona de Adviento y el acetre con
agua bendecida.

Canto de entrada:
Ven, ven Señor, no tardes. Ven, ven que te esperamos.
Ven, ven Señor, no tardes. Ven pronto Señor.

El mundo muere de frío,


el alma perdió el calor,
los hombres no son hermanos,
el mundo no tiene amor.
2
Envuelto en sombría noche,
el mundo sin paz no ve,
buscando va una esperanza,
buscando, Señor, tu fe.

Al mundo le falta vida,


al mundo le falta luz,
al mundo le falta cielo,
al mundo le faltas Tú.

El celebrante:
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
R. Amén.
La paz y la alegría del Señor que viene a salvarnos, esté con ustedes.
R. Y con tu Espíritu.

Signo de la Cuna Vacía.


Junto a la cuna vacía que estamos preparando para el Señor que viene,
vamos a abrir este tiempo de esperanza que queremos vivir en la fe y
en la alegría. Con María y con la Iglesia, anunciamos la llegada del
nuevo año litúrgico y disponemos el corazón para que el Señor lo llene
con su gracia y con su paz.

Lucernario.
Se van trayendo y encendiendo las luces, colocándolas junto a la cunita
vacía donde luego se pondrá el Niño, según se indica.

Lector 1.
Luz que enseña: Jesús que eres la luz de la verdad, en tu honor y
para tu gloria encendemos esta luz que nos enseñe a buscarte con
fe y con esperanza.

Los cantores:
Zagalillos del Valle venid, zagalillos del monte llagad, la esperanza de
un Dios prometido, ya vendrá, ya vendrá, ya vendrá. -

3
Lector 2.
Luz que consuela:
Jesús que eres la luz, encendemos junto a tu cuna esta luz que
representa a cuantos quieren estar junto al dolor de sus hermanos
como consuelo y fortaleza.

Los cantores:
Zagalillos del Valle venid, zagalillos del monte llagad, la esperanza de
un Dios prometido, ya vendrá, ya vendrá, ya vendrá.

Lector 3.
Luz que trae la alegría:
Jesús que eres la luz del gozo verdadero, encendemos junto a tu
cuna esta luz que nos invita a colmar con la belleza de tu presencia
el mundo que necesita tu amor y tu esperanza.

Los cantores:
Zagalillos del Valle venid, zagalillos del monte llagad, la esperanza de
un Dios prometido, ya vendrá, ya vendrá, ya vendrá.

Lector 4.
Luz que reconcilia:
Jesús que eres la luz fuente de perdón, encendemos esta luz que
muestra los caminos que debe emprender esta Comunidad de Fe y
de Esperanza, para ser vida y gozo en nuestro entorno y ser
anunciadora del Evangelio de la Paz y la Reconciliación.

Los cantores:
Zagalillos del Valle venid, zagalillos del monte llagad, la esperanza de
un Dios prometido, ya vendrá, ya vendrá, ya vendrá.

Lector 5
Luz que comunica la verdad:
Junto a tu pesebre, Señor de la vida, encendemos esta luz que nos
convoca para proclamar la vida, para anunciar la alegría, para
despertar en los corazones la búsqueda de la paz.

Los cantores:
Zagalillos del Valle venid, zagalillos del monte llagad, la esperanza de
un Dios prometido, ya vendrá, ya vendrá, ya vendrá.

4
Lector 6.
Luz que se enciende en Belén:
Junto a tu cuna, al encender esta luz, queremos, como los magos
de Oriente, el esplendor del lucero que en tu Navidad proclamó al
mundo entero la llegada de tu reino de vida y de alegría.

Los cantores:
Zagalillos del Valle venid, zagalillos del monte llagad, la esperanza de
un Dios prometido, ya vendrá, ya vendrá, ya vendrá.

Oración colecta
Señor y Dios nuestro,
que tu poder divino prepare nuestro corazón
para que cuando llegue tu Hijo, Jesucristo,
nos encuentre dignos de sentarnos a su mesa
y él mismo nos sirva el alimento celestial.
Que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo,
y es Dios, por los siglos de los siglos.

5
Proclamación de la Palabra de Dios.

Reposará sobre él el espíritu del Señor

Lectura del libro del profeta Isaías 11, 1-10

En aquel día, saldrá una rama del tronco de Jesé y un retoño


brotará de sus raíces. Sobre él reposará el espíritu del Señor: espíritu
de sabiduría y de inteligencia, espíritu de consejo y de fortaleza,
espíritu de ciencia y de temor del Señor -y lo inspirará el temor del
Señor-.
El no juzgará según las apariencias ni decidirá por lo que oiga decir:
juzgará con justicia a los débiles y decidirá con rectitud para los pobres
del país; herirá al violento con la vara de su boca y con el soplo de sus
labios hará morir al malvado. La justicia ceñirá su cintura y la fidelidad
ceñirá sus caderas.
El lobo habitará con el cordero y el leopardo se recostará junto al
cabrito; el ternero y el cachorro de león pacerán juntos, y un niño
pequeño los conducirá; la vaca y la osa vivirán en compañía, sus crías
se recostarán juntas, y el león comerá paja lo mismo que el buey.
El niño de pecho jugará sobre el agujero de la cobra, y en la cueva
de la víbora, meterá la mano el niño apenas destetado. No se hará
daño ni estragos en toda mi Montaña santa, porque el conocimiento
del Señor llenará la tierra como las aguas cubren el mar.
Aquel día, la raíz de Jesé se erigirá como emblema para los
pueblos: las naciones la buscarán y la gloria será su morada.

Palabra de Dios.

SALMO Sal 71, 1-2. 7-8. 12-13. 17


R. ¡Que en sus días florezca la justicia!

Concede, Señor, tu justicia al rey


y tu rectitud al descendiente de reyes,
para que gobierne a tu pueblo con justicia
y a tus pobres con rectitud. R.

Que en sus días florezca la justicia


y abunde la paz, mientras dure la luna;
que domine de un mar hasta el otro,
y desde el Río hasta los confines de la tierra. R.

6
Porque él librará al pobre que suplica
y al humilde que está desamparado.
Tendrá compasión del débil y del pobre,
y salvará la vida de los indigentes. R.

Que perdure su nombre para siempre


y su linaje permanezca como el sol;
que él sea la bendición de todos los pueblos
y todas las naciones lo proclamen feliz. R.

ALELUIA
Aleluya.
El Señor vendrá con poder
e iluminará los ojos de sus servidores.
Aleluya.

EVANGELIO

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo


24, 37-44

En aquél tiempo Jesús dijo a sus discípulos:

Cuando venga el Hijo del hombre, sucederá como en tiempos de Noé.


En los días que precedieron al diluvio, la gente comía, bebía y se
casaba, hasta que Noé entró en el arca; y no sospechaban nada, hasta
que llegó el diluvio y los arrastró a todos. Lo mismo sucederá cuando
venga el Hijo del hombre. De dos hombres que estén en el campo, uno
será llevado y el otro dejado. De dos mujeres que estén moliendo, una
será llevada y la otra dejada.

Estén prevenidos, porque ustedes no saben qué día vendrá su Señor.


Entiéndanlo bien: si el dueño de casa supiera a qué hora de la noche va
a llegar el ladrón, velaría y no dejaría perforar las paredes de su casa.
Ustedes también estén preparados, porque el Hijo del hombre vendrá a
la hora menos pensada.

Palabra del Señor.


R. Gloria a ti, Señor Jesús.

7
Meditación:
Estamos en la alborada de un nuevo año litúrgico, es el tiempo de la
Alegre Esperanza. Hoy estamos reunidos para anunciar el tiempo
preparatorio a la conmemoración de la Natividad del Señor, iluminado
este año con el gozo de saber que seremos acompañados por San
Mateo, el evangelista del Reino, de la vida, de la esperanza.

Este tiempo preparatorio se llama Adviento, se leen los Profetas que


anuncian a Cristo, se prepara su venida en cada uno de los corazones,
con oraciones que le dicen al Señor que venga nuevamente: "Ven,
Señor Jesús". Se destaca en este Tiempo la Virgen María, que nos
enseña a esperar con fe la segunda venida del Señor. Son cuatro
domingos de Adviento. En ellos se celebra la esperanza y la alegría de
saber que el Señor llega con su poder, con su paz, con misericordia a
inundar los corazones de los que ama con la luz de la vida, con la fuerza
renovadora de su amor.

San Carlos Borromeo lo propone de modo admirable en una de sus


Cartas Pastorales:

Ha llegado, amadísimos hermanos, aquel tiempo tan importante y


solemne, que, como dice el Espíritu Santo, es tiempo favorable, día
de la salvación, de la paz y de la reconciliación; el tiempo que tan
ardientemente desearon los patriarcas y profetas y que fue objeto
de tantos suspiros y anhelos; el tiempo que Simeón vio lleno de
alegría, que la Iglesia celebra solemnemente y que también
nosotros debemos vivir en todo momento con fervor, alabando y
dando gracias al Padre eterno por la misericordia que en este
misterio nos ha manifestado.

El Padre, por su inmenso amor hacia nosotros, pecadores, nos


envió a su Hijo único, para librarnos de la tiranía y del poder del
demonio, invitarnos al cielo e introducirnos en lo más profundo de
los misterios de su reino, manifestarnos la verdad, enseñarnos la
honestidad de costumbres, comunicarnos el germen de las
virtudes, enriquecernos con los tesoros de su gracia y hacernos sus
hijos adoptivos y herederos de la vida eterna.

8
La Iglesia celebra cada año el misterio de este amor tan grande
hacia nosotros, exhortándonos a tenerlo siempre presente. A la vez
nos enseña que la venida de Cristo no sólo aprovechó a los que
vivían en el tiempo del Salvador, sino que su eficacia continúa, y
aún hoy se nos comunica si queremos recibir, mediante la fe y los
sacramentos, la gracia que él nos prometió, y si ordenamos
nuestra conducta conforme a sus mandamientos.

Demos gracias a Dios por los días que nos aguardan en la fe, sobre
todo en este año que, de la Mano de San Mateo, viviremos el que se ha
llamado Año de la Palabra de Dios. Reunidos en la fe y en la esperanza
y con el gozo de ser hermanos, bendigamos la Corona de Adviento,
cuyas luces iremos encendiendo en estos días de gracia y de esperanza
como signo de preparación a la venida de Cristo a nuestras vidas.

Se trae la corona de Adviento que se bendice con la fórmula propia:

Oremos.

La tierra, Señor, se alegra en estos días,


y tu Iglesia desborda de gozo
ante tu Hijo, el Señor,
que se avecina como luz esplendorosa,
para iluminar a los que yacemos en las tinieblas
de la ignorancia, del dolor y del pecado.
Lleno de esperanza en su venida,
tu pueblo ha preparado esta corona
con ramos del bosque y la ha adornado
con luces que iremos encendiendo en este tiempo de gracia.

Ahora, pues, que vamos empezar el tiempo de preparación


para la venida de tu Hijo, te pedimos, Señor,
que, mientras se acrecienta cada día
el esplendor de esta corona, con nuevas luces,
a nosotros nos ilumines con el esplendor
de aquel que, por ser la luz del mundo,
iluminará todas las oscuridades.
Él que vive y reina por los siglos de los siglos.
R/ Amén.

9
Y asperja la corona de Adviento con Agua Bendita.
Invocación final.

Conclusión
Ahora con las palabras del Papa San Juan Pablo, saludemos a la Virgen
Santísima:

Ruega por nosotros, Madre de la Iglesia.


Virgen del Adviento, esperanza nuestra,
de Jesús la aurora, del cielo la puerta.
Madre de los hombres, de la mar estrella,
llévanos a Cristo, danos sus promesas.
Eres, Virgen Madre, la de gracia llena,
del Señor la esclava, del mundo la Reina.
Alza nuestros ojos, hacia tu belleza,
¡Amen!

Bendición final de Adviento.

Dios todopoderoso y lleno de misericordia,


por la primera venida de su Hijo Unigénito, en la que
creemos, y por la segunda que esperamos,
los ilumine con su luz y los colme con su bendición.
R. Amén.

En el camino de esta vida los haga constantes en la fe,


alegres en la esperanza y activos en la caridad.
R. Amén.

Para que celebrando la venida en el tiempo de nuestro


Redentor, sean recompensados con el don de la Vida eterna
cuando él venga por segunda vez en la gloria.
R. Amén.

Y la bendición de Dios todopoderoso,


del Padre, del Hijo + y del Espíritu Santo,
descienda sobre ustedes y permanezca para siempre.
R. Amén.
10

También podría gustarte