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CARLA MIER

3°BC
PARCIAL DE INVESTIGACIÓN
La investigación educativa está orientada a resolver problemas desarrollados en el
ámbito. Tiene como objetivo “la descripción, explicación, predicción o el control de
fenómenos educativos” (Techera y Questa-Torterolo, 2022, pp. 10), con la finalidad de
mejorar la educación ya que las investigaciones realizadas tienen impacto en las prácticas
docentes y en las políticas educativas. Está definida dentro del campo de los estudios
científicos, lo que quiere decir que es factible que utilice el método científico para asegurarse
la obtención de información precisa y confiable (p. 10).
Se busca comprender y explicar la forma en que se produce el aprendizaje y cómo
este es afectado por los contextos de la educación. Esta investigación sigue un método
determinado que depende del enfoque que se haya seleccionado para la investigación, ya que
depende del problema a investigar si se elige un enfoque cuantitativo, cualitativo o mixto.
Citando a Fraenkel y Wallen, las autoras establecen una serie de pasos que sigue el
método científico. Estos elementos que acompañan la investigación son: primero formular
una pregunta o identificar un problema. Así surgen todas las investigaciones, primero debe
definirse algo a investigar antes de comenzar. En segundo lugar, está el explicar el problema,
entiendo que se refiere a determinarlo y explicarlo. Tercero, determinar aquella información
que se necesita e identificar una forma para obtenerla. En cuarto lugar, esa información es
organizada y por último, se interpretan aquellos resultados obtenidos.
Aun sirviéndose del método científico, las investigaciones educativas no siempre son
capaces de abarcar todas las variables que rodean al objeto de estudio, ya que depende, en
cierta medida, de lo que el investigador seleccione. Por lo tanto, la visión que proporciona
sobre los fenómenos siempre es parcial.
Sobre el método científico, las autoras dicen que no es más que un conjunto de
tácticas que se utilizan en la construcción del conocimiento, y, una de las competencias que
un buen investigador debe tener, es la de saber aplicar las distintas opciones que le presenta
dicho método y entender cuál debe aplicar según las necesidades del problema a estudiar.
Para finalizar con la conceptualización de investigación educativa, las autoras distinguen
entre cinco tipos diferentes: la investigación básica (aquella centrada en generar
conocimiento contribuyendo a la teoría), la investigación aplicada (enfocada en la resolución
de problemas del mundo real), la investigación de evaluación (evalúa el valor, el mérito o la
calidad de los programas de intervención), la investigación-acción (como su nombre lo dice,
tiene foco en la resolver aquellos problemas a los que se enfrentan los profesionales en el
ejercicio de la profesión) y la investigación orientativa (cuyo foco es reducir inequidades y
proporcionar una voz a aquellos que son menos privilegiados).

El docente debe tener una formación en competencias investigativas para conocer los
diferentes procedimientos y prácticas para poder aplicar el método científico de una manera
válida y así ser capaces de “desarrollar estudios de calidad metodológica y ética” (p. 13). El
rol del docente radica principalmente en la capacidad de reflexionar a partir de las nuevas
problemáticas a las que se enfrenta la educación, identificando las mismas e investigando a
partir de ellas para poder aplicar los avances obtenidos y contribuir a la innovación
educativa.
Es a partir de la investigación, que logrará acompañar al estudiante en los nuevos
desafíos que presenta el mundo globalizado y con un avance en la tecnología muy marcado.
Los estudiantes deben poder posicionarse frente a este nuevo mundo, con cuestiones que
giran en torno a la ciudadanía digital y a las brechas que vienen también incluidas en este
nuevo mundo, en el cual las minorías también sufren la desigualdad.
La ética de la investigación radica en contemplar algunos aspectos a la hora de
realizar la investigación. El primero de ellos consiste en comunicar a los participantes de la
investigación sobre lo que se está haciendo y recibir un consentimiento de su parte para ser
partícipes de la misma; el segundo dice que se deben seguir protocolos que garanticen el
anonimato de los involucrados y, por último, que los datos que se reciban de su parte van a
ser confidenciales.

Los paradigmas en la investigación educativa son tres: el positivista, el interpretativo


y el sociocrítico. Los supuestos básicos del paradigma positivista son que la naturaleza tiene
existencia propia y se rige por leyes que el investigador debe descubrir de manera objetiva y
utilizando métodos científicos para explicar, predecir y, con ello, controlar todos los
fenómenos. De esta forma, una investigación educativa es equivalente a una investigación
científica pero en el ámbito de la educación y su alineación al método científico debe ser
rigurosa. Esta es la única forma en que un conocimiento puede ser considerado científico y
utilizado en la construcción de leyes para explicar y predecir los fenómenos.
Una de las técnicas propias de validación de datos que utiliza este paradigma
es la estadística. Entendiéndose esta como una forma de recopilar, organizar, analizar e
interpretar datos numéricos. Proporciona herramientas útiles para resumir y analizar datos
cuantitativos.
Mientras que en el paradigma interpretativo el foco está en interpretar y comprender
la conducta humana partiendo de los significados y de las intenciones que tengan los agentes
que intervienen en la educación. Al contrario que en el paradigma positivista, quienes se
alinean con este pensamiento, tienen por objetivo describir y comprender aquello que es
único en los agentes estudiados y no aquello que puede generalizarse. Hacen foco en la
interpretación y en la comprensión de la realidad pero siempre partiendo desde los
significados que rodean a las personas involucradas, contemplando sus intenciones, sus
creencias y sus motivaciones. Este paradigma se sirve de un enfoque que se denomina
triangulación. Esta busca fortalecer la validez y la confiabilidad de los resultados obtenidos
en la investigación a través del uso de diferentes datos, métodos y perspectivas. Trata de
recopilar información de diferentes fuentes, sean entrevistas, observaciones, documentos,
etc.
Por último, está el paradigma sociocrítico. Este paradigma se asemeja un poco al
anterior en cuanto a los aspectos metodológicos pero tiene una diferencia muy importante,
esta radica en la finalidad de la investigación. Quien sigue esta línea de pensamiento, además
de querer comprender y describir las relaciones sociales, tiene como fin último cambiar la
estructura de las mismas.
Los diferentes tipos de diseño en investigación educativa son estrategias de análisis
inicial de los datos, se distinguen datos de tipo cualitativo y cuantitativo.
La forma de analizar los datos cualitativos implica identificar y organizar los temas
relevantes dentro de los datos para así obtener una comprensión más profunda de la
información recolectada. Dentro de las fuentes desde las cuales se recolectan este tipo de
datos, las autoras mencionan tres: las entrevistas, las observaciones y los distintos
documentos.
En cuanto al análisis de datos cuantitativos, también utiliza un análisis temático pero,
a diferencia de lo cualitativo, este no es narrativo. Una de las formas de analizar datos
cuantitativos, por ejemplo, es ver con qué frecuencia se repite cierto término o concepto y
realizar explicaciones relacionadas a cantidades. Este tipo de mediciones implica siempre
una reducción de datos y unas simplificaciones extremas. Permite extraer conclusiones pero
no profundizar en el estudio del fenómeno. Para este tipo de diseño se utilizan las encuestas,
por ejemplo.
En el medio de estos dos diseños, se encuentra el mixto. Que complementa ambos
diseños de análisis de datos. Aunque hay diferencias entre ellos, no existe uno que sea válido
por sí mismo.

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